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Y DEL ECUADOR
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OBRAS
Los que se van (1930, junto a Demetrio Aguilera y Joaquín Gallegos Lara)Los que se
van es un libro escrito en 1930 por los escritores ecuatorianos Demetrio Aguilera Malta,
Joaquín Gallegos Lara y Enrique Gil Gilbert quienes pertenecieron a la sociedad literaria
conocida como el Grupo de Guayaquil. La obra es una recopilación de 24 relatos breves
donde los autores plasmaron una muestra de la vida del campesino costeño del
Ecuador. Ambientada en el campo de la costa ecuatoriana, los cuentos narran la historia
de varios personajes que representan al montubio y al cholo en su diario vivir en la
pobreza y su relación con su entorno como lo son su familia y el campo.
Nuestro Pan (1942): Nuestro Pan relata las vivencias de campesinos y “terratenientes”
mientras el “arroz”, su cultivo, si ciclo, se abre paso en la historia ecuatoriana llevándose
en sus vericuecos a los humildes, triturando las ansias de ensueño y romance.
La cabeza de un niño en un tacho de basura (1967): Tanto en Nuestro pan como en Los
relatos de Emmanuel, Gil Gilbert muestra (más en el segundo que en el primer título
mencionado) formas expresivas que lo sitúan en el lenguaje metafórico, en
contraposición al lenguaje metonímico, tradicionalmente considerado como más idóneo
para la narrativa. En otras palabras: utiliza ordenaciones paradigmáticas e integrativas
en los dos libros, no se limita solo a lo distribucional y sintagmático, que hace prevalecer
la historia o fábula (diégesis) sobre los otros elementos del discurso y es lo que
caracterizó al realismo ecuatoriano en sus inicios.
JOSÉ DE LA CUADRA
(Guayaquil, 1903-1941)
OBRAS
Los Sangurimas: Entre Cien años de soledad y Los Soprano, Los Sangurimas relata con
extraordinaria crudeza la saga de una familia que se enfrenta al Estado, imponiendo su
propia ley, anclada a los ritos de la vida montubia.
Los Monos Enloquecidos (1931): Se aprecia aun un rezago del modernismo por las
imágenes pulidas y veladas. Sin embargo, ya se nos muestra un hermoso y violento
retrato de dos paisajes: el mar y el monte de la costa. Es la novela póstuma, inconclusa,
de José de la Cuadra. Ha pasado fundamentalmente inadvertida; un buen número de
escritos del mismo de la Cuadra le han hecho sombra. Hoy por hoy, sin embargo, es
quizás la obra que más se presta a mayores posibilidades de lectura, la que mejor
trasunta la crisis y los varios derroteros que reclamaron la atención de su autor, la que
mejor capta el paradigma de la época.
DEMETRIO AGUILERA MALTA
OBRAS.
La Isla Virgen
Llegan a constituir la primera parte del entorno narrativo de su obra, teniendo como eje
central al cholo, su vida, sus costumbres, su entorno, su cosmovisión en sí, todo su
mundo. En esta novela tanto como en la de Don Goyo, se puede notar la presencia de
mitos, leyendas así como también la vida personal y colectiva de cada de uno de los
personajes que constituyen la trama narrativa.
La obra es una recopilación de 24 relatos breves donde los autores plasmaron una
muestra de la vida del campesino costeño del Ecuador. Ambientada en el campo de la
costa ecuatoriana, los cuentos narran la historia de varios personajes que representan
al montubio y al cholo en su diario vivir en la pobreza y su relación con su entorno como
lo son su familia y el campo.
Don Goyo
Presenta un breve texto en la contraportada, pero apenas sirve para hacernos una
idea del tema de la obra.
En la desembocadura del río Guayas hay un grupo de islas e islotes habitado por una
comunidad de cholos. Estos montuvios se dedican a cortar leña de los manglares para
venderla en la capital. Desde tiempos inmemoriales esta comunidad está dirigida por
un personaje enigmático, don Goyo, el primer habitante de estas tierras, de quien se
dice que tiene un pacto con el diablo.
ALFREDO PAREJO DIEZCANSECO
(Guayaquil, 1908)
El muelle El muelle, de Alfredo Pareja Diezcanseco, es una de las más bellas novelas
de nuestro realismo social, Fernando Diez de Medina, refiriéndose a su aparición,
expresa: “América ya tiene novelistas: Eustacio Rivera, Rómulo Gallegos, Ricardo
Güiraldes y Pareja Diezcanseco”. De esta manera Pareja nos situó en “lo mejor del
realismo social”, anticipando incluso algunas de las virtudes que lo llevarían a una
evolución siempre ascendente en la profundi zación de su organización
discursiva, desde Don Balón de Baba (1939), hasta Las pequeñas estaturas (1971), su
incorporación más válida y lograda a la actualidad narrativa latinoamericana, como lo
señalé en Los grandes de la década del 30 (El conejo, Quito, 1984).
"A medida que recorramos las novelas de Pareja, veremos que son producto de una
personalidad sensible, inteligente y críticamente observadora que tiende a considerar
todos los fenómenos de la vida desde una perspectiva ética e histórica. La naturaleza
de su carácter, sumada a la variedad y originalidad de sus experiencias han hecho que
Pareja examinara continuamente sus juicios y, los modificara incluso, en determinados
casos. Así, el incesante proceso de cambio que se produce en el escritor se ha reflejado
en su obra, otorgándole un sentido evolutivo a su trayectoria".
OBRAS
OBRAS
Los Guandos
La Última Erranza
CINCO COMO UN PUÑO “LOS CINCO DE GUAYAQUIL”
Cinco jóvenes escritores, unidos por la misma ideología política y social, se unieron por
sus creencias y semejanzas literarias. Este grupo escribió sobre la vida del montubio, el
indio y el obrero ecuatoriano, como lo indica una de sus obras más famosas “Las cruces
sobre el agua”. También fueron llamados “Cinco como un puño”, debido a su
concordancia en ideales y escritura.
Las características de este grupo de escritores era el uso de la jerga popular costeña,
en sus obras se reflejaba la preferencia por el ambiente rural y el mensaje de sus obras
eran sobre conciencia social, expresaban sus quejas sobre la política.
El grupo inició con tres integrantes Enrique Gil Gilbert, Joaquín Gallegos Lara y Demetrio
Aguilera Malta. Este trio junta sus conocimientos y empiezan a crear cuentos del cholo
y el montubio, enfatizando en sus costumbres. Tiempo después se incorporan dos
escritores que ya tenían reconocimiento en Guayaquil: José de la Cuadra y Alfredo
Pareja Diezcanseco, este último era únicamente novelista. Su lema era “La realidad y
nada más que la realidad”.