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Mario Heler

La producción social del conocimiento

Editorial Biblos
índice
Heler, Mario
Ciencia incierta: la producción social de la
ciencia.- 2a. ed. - Buenos Aires: Biblos, 2005.
135 pp.; 23x 16 cm. (Filosofía)

ISBN 950-786-462-8

l. Filosofía Moderna- l. Título


CDD 190

,
Prologo.................................... ........................................................12
9
Prólogo a la segunda edición .................................................. ·

. . y e't"Ica:.. ............................................... .. ..................... 13


1. ¿Ciencia
1. El problema .................................. · .... · .............. · .. ·· .............. 13
2. La ciencia en la modernidad .............................................. 16
3. La historia oficial ................................................................ 23
4. Algunas cuestiones ............................................................ · 29

Diseño de tapa: Miguel Lezcano Barrios n. La garant Ia


, d e ve rdad .................................... .. .................... 33
Realización de tapa: Luciano Tirabassi U. 1. La obviedad de una pregunta ............................................ 33
Armado: Hernán Díaz 2. La excelencia epistemológica .............................................. 35
Coordinación: Mónica Urrestarazu 3. El método científico ............................................................ 40
4. El poder de la decisión ....................................................... 45
5. La conveniencia .................................................................. 51
© Mario Heler, 2004, 2005
© Editorial Biblos, 2004, 2005
III. La garantía de utilidad ...................................................... · 67
Pasaje José M. Giuffra 318, Cl064ADD Buenos Aires 1. ·Aspecto secundario? .......................................................... 67
editoiialbiblos@editoiialbiblos.com 1 www.editoiialbiblos.com
Hecho el depósito que dispone la Ley ll. 723 2. ta capacidad de predicción ..... : ........................................... 68
Impreso en la Argentina 3 Una abstracción útil: la tecnociencia ................................. 71
. .......................................................... .. 76
4.. Utilidad y efi ciencia
.
5. ¿Circulación de mano única? .............................................. 79
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta. puede re-
producirse, almacenarse o transmitirse en forma alguna, ni tampoco por medio
alguno, sea éste eléctrico, químico. mecánico, óptico de grabación o de fotocopia. IV. Otra historia ............................ ·.... ·..... ·...... ·.... ·.. ·........ ·.. ·...... ·· 83
sin la previa autorización escrita por parte de la editorial. l. Una reinterpretación ............. :............................................ ~!
2. La lucha contra el orden medieval .... .. ...... .............. ..........
Esta segunda edición de 2.000 ejemplares 3. J uzgar 1a verdad .............................................. ................... 86
fue impresa en Gráfica Laf SRL, 4. La acreditación en las ciencias sociales ............................ 90
Espinosa 2827, Buenos Aires, 5. Anticipar acciones .............................................................. 96
República Argentina, 6. Predicciones sociales ........................................................ 102
en marzo de 2005. 7. La dimensión ética ........................................................... 107
V. Un lugar para la ética ......................................................... 115 Prólogo
l. El camino recorrido ........................................................... 115
2. La práctica de la reflexión ................................................. 118
3. Entre la acreditación y la producción .............................. 121
4. La producción social de conocimiento .............................. 124

Bibliografía .... .............................. ............ ................................... 131

Índice de nombres y temas ..................................................... 137

Cuando se retoma un libro que se ha escrito hace un tiempo -en


este caso, unos ocho años- con la intención de reeditarlo, primero
uno se enfrenta a la extraña experiencia de leer un texto que lleva
nuestra firma y que parece escrito por otro. Pasado el estupor inicial,
uno empieza a reconocerse y a encontrar las coincidencias -las conti-
nuidades- y los desacuerdos -las discontinuidades- con uno mismo.
El dilema se plantea entonces entre aclarar las continuidades e indi-
car las discontinuidades o bien escribir otro libro. En esta última
opción recayó mi elección.
Pero con ello no se resolvieron las dificultades. La línea argumen-
tal de Ética y ciencia. La responsabilidad del martillo (Buenos Aires,
Biblos, 1996) seguía operando en mi forma de pensar, aunque hubie-
ra detalles y aspectos del desarrollo y de las conclusiones con los que
ya no acordaba. También había que tener en cuenta varias cosas. La
discusión de la ciencia en la Argentina en parte (lamentablemente,
en una pequeña parte) se había modificado (siguiendo por supuesto
los dictámenes del norte); en ese libro no me había referido explícita-
mente a las ciencias sociales, aunque sí había elaborado mientras
tanto algunas cuestiones sobre su problemática aparecidas en otras
publicaciones; 1 con respecto a la ética, había fortalecido algunos pun-
tos, profundizado en otros y ampliado la temática y las respuestas
que había tratado de reflexionar, en especial sobre una ética para las
profesiones científicas; finalmente, había aspectos que se abrían des-
de mi posición actual que debía terminar de elaborar. Decidí enton-
ces retomar la línea argumental del libro de 1996 con variaciones
que modificaban su planteamiento sin modificar su orientación.

l. En particular en M. Heler (coord.), Filosofía social y trabajo social. Elucidación de


una profesión, Buenos Aires, Biblos, 2000, capítulo VI.
[ 9]
Prólogo 11
1O Mario Heler

tea el papel de la reflexión ética, la tensión existente entre la produc-


Vuelvo entonces a cuestionar el viejo discurso aún predominante
ción y la acreditación y se concluye con una invitación a continuar
que da por SPtU:ado el valor indiscutible y las enormes posibilidades
con la elucidación de la práctica científica -entendida como el traba-
del saber científico siempre en aumento. Pero que en tanto niega un
jo necesario para pensar lo que se ~ace y saber lo q~~ se pi~nsa-, 2 con
lugar para la ética en el ámbito de la ciencia y la tecnqlogía, produce
algunas anotaciones sobre el sentido de la produccwn social de cono-
el efecto de inmunizar contra la crítica a la actividad científica y
cimiento científico.
anula así la posibilidad de responder desde el campo de la ciencia a
Este libro tiene inicialmente un destinatario directo: los estudian-
las demandas éticas que genera el desarrollo científico-tecnológico,
tes de Introducción al Pensamiento Científico del Ciclo Básico Co-
en su vinculación, interacción e integración con las demás activida-
mún de la Universidad de Buenos Aires. Pero también espera poder
des sociales. La revisión crítica de este discurso, al que he llamado la
contribuir a la reflexión de personas que, percibiendo el impacto de
"historia oficial", e identificado con lo que Enrique E. Mari llamó la
los desarrollos científicos y tecnológicos en nuestra vida cotidiana,
concepción de la "ciencia martillo", continúa pretendiendo abrir un
ya no se satisfacen con versiones edulcoradas de una práctica c~e~tí­
espacio a la reflexión sobre la dimensión ética presente en la práctica
fica idealizada sino que buscan elementos para pensar la practlca
científica.
real de la cien~ia: como una actividad social específica, en interac-
Después de plantear el problema que motiva el libro, en el capí-
ción con otras actividades de la sociedad, como una actividad que
tulo I, de contextualizar la ciencia en la modernidad y de recons-
genera cuestiones y problemas que atañen especialmente a quienes
truir la "historia oficial", esto es, la versión hegemónica de la cien-
la practican pero también a todos.
cia, la pregunta ¿por qué triunfó la ciencia? es el eje para realizar
He intentado (que lo haya logrado es una cuestión que el lector
su revisión. Para ello en el capítulo II se reflexiona sobre la presun-
podrá apreciar) exponer la línea argumental de mi interpretación
ta garantía de verdad que brindan los conocimientos científicos se-
en forma clara, explicitando el recorrido y brindando elem~ntos para
gún la historia oficial. Pero ahora se toma una interpretación de las
una comprensión que no evite la crítica. Estoy convencido de que
posiciones adoptadas en el recorrido que va desde principios del si-
partir de explicitar la problemática y el modo de ~bordaje que de
glo XX, con el Círculo de Viena y Karl Popper, hasta finalizar la
ella se propone resulta imprescindible si se desea mteresar al lec-
centuria, con las discusiones desatadas por la concepción de Tho-
tor apelando a su reflexión crítica (pues reniego de la expandida
mas Kuhn, incluyendo también la perspectiva de la sociología de la
tendencia a la infantilización). En consecuencia, las conclusiones
ciencia. Pero más que una exposición de esas concepciones, se trata
parciales y provisorias a las que arribo deseo .que, m~~ que p~ovo­
de un uso de ellas pertinente a la interpretación de la ciencia actual
car el asentimiento o el rechazo, impulsen la mdagaciOn, la drscu-
que guía la exposición del libro.
sión y la elaboración de fructíferas conceptualizaciones sobre la pro-
En el capítulo III se analiza la pretensión de garantía de utilidad
blemática social de la ciencia.
que conforme a la historia oficial sería secundaria y derivsda de la
La mayoría de las largas notas al pie pretenden ofrecer informa-
verdad científica, para proponer una comprensión alternativa que
ción supuesta en la presentación de las cuestiones analizadas, pero
sostiene que la utilidad social de los conocimientos científicos es in-
cuya inclusión en el texto creo que hubiera empañado la visión ?el
trínseca a los productos científicos. A su vez, la propuesta indaga
recorrido de la argumentación, sus implicancias y consecuencras
acerca de la producción social de conocimiento propia de la tecnocien-
(además de importunar la lectura de quienes ya cuenten con esa
cia, y acerca de cómo esa producción puede ser estabilizada por rela-
información).
ciones de dominación que operan dentro del campo científico, en co-
Finalmente, sin eludir mi responsabilidad, no puedo dejar de re-
nexión con las coacciones provenientes del exterior. El capítulo IV
conocer que de ninguna manera este libro es producto de mis solita-
expone otra historia, a partir de preguntar cómo la historia oficial
llegó a ser la versión oficial, para concentrarse en la situación de las
ciencias sociales. Cuestionada la historia oficial y entrevista una vi-
sión alternativa, el lugar de la ética en la producción científica se 2. Véase C. CASTORIADIS, La institución imaginaria de la sociedad. Marxismo y teoría
comienza a definir. revolucionaria, Buenos Aires, Thsquets, 1999, vol. I, p. 11.
En el capítulo V, después de retomar el recorrido realizado, se plan-
12 Mario Heler

rias elucubraciones. Por el contrario, como la vida humana, inevita- l. ¿Ciencia y ética?
blemente relacional, es el resultado del vínculo con mis compañeros
de ruta. Debo por ende agradecer a todos los que contribuyen de dis-
tintos modos a elaborar mis pensamientos y a redactar mis escritos,
donde se reflejan nuestros diálogos e interacciones, y los continúan,
a la vez que extienden el círculo de relaciones. En este momento se
extiende al nuevo grupo docente que trabajará con este libro, gene-
rándonos el desafío de potenciarnos mutuamente.
Dedico este libro a Miguel Lezcano Barrios, él sabe por qué, y
quizá también lo sepan a su manera dos bellísimas y entrañables
gatas siamesas: Filomena -que desde hace un tiempo se ha vuelto
menos insociable- e Isis -la más jovencita-.
l. El problema
MARIO HELER
Buenos Aires, marzo de 2004 La vinculación entre la ciencia y la ética se nos presenta hoy como
un problema.
Las innovaciones científico-tecnológicas afectan profundamente
Prólogo a la segunda edición nuestras formas de vida y la organización social. Nos sumergen en
una actualidad donde lo viejo aún no se ha disipado y lo nuevo no
Ha pasado muy poco tiempo entre la primera edición y esta se- termina de definirse, cuando irrumpe una nueva innovación. Inmer-
gunda. Pero ha sido un tiempo suficiente como para haber observado sos en estos cambios, en plena transición, buscamos pautas que nos
la necesidad de algunas aclaraciones, así como la conveniencia de guíen en este presente confuso frente a un futuro incierto y vivido
incluir algunos agregados que reflejaran ciertas elaboraciones que como amenazante. Podemos asociar esta búsqueda de pautas, de
mientras tanto hemos seguido realizando sobre las ideas de este li- orientaciones, con las demandas éticas que circulan en nuestra socie-
bro. Y digo "hemos" porque los miembros de la cátedra de Introduc- dad. Nuestra actualidad necesita afrontar las transformaciones so-
ción al Pensamiento Científico (Ciclo Básico Común de la Universi- ciales, impulsadas hoy por las innovaciones tecnológicas de la infor-
dad de Buenos Aires), los integrantes del equipo de investigación que mática y la comunicación, la biotecnología y los nuevos materiales,
dirijo sobre el tema de la producción social de conocimiento, así como con el trasfondo de nuestra precaria situación ecológica (motivada
los cursantes de algunos seminarios de posgrado donde fue discuti- por las enormes posibilidades abiertas por los resultados que la cien-
do, han contribuido a la reflexión que pretende abrir este libro. Mi cia nos brinda desde los inicios de la modernidad).
reconocimiento a todos y a cada uno. Por un lado, una asentada tradición establece que la ciencia con-
El libro conserva la misma estructura argumental. Han sido ob- siste en la búsqueda del conocimiento por el conocimiento mismo, en
jeto de algunas aclaraciones los apartados 5, 6 y 7 del capítulo IV, y una búsqueda desinteresada que se rige por un único valor: la ver-
el 4 del V tiene ahora un mayor desarrollo. En el resto de los capítu- dad. Para la concepción predominante de la ciencia, las cuestiones
los se han hecho algunas correcciones de estilo o motivadas por el éticas surgen cuando los conocimientos científicos son aplicados en la
logro de una mayor claridad, sin que se haya alterado sustancial- sociedad. Pero tales aplicaciones responderían a decisiones ajenas al
mente el texto. ámbito científico: serían tomadas por los "decididores", los detenta-
MARIO HELER dores del poder (político, militar, económico), quienes determinan los
Buenos Aires, marzo de 2005 usos sociales de los conocimientos que la ciencia ha producido. Y se-
rían esos usos los que provocarían los perjuicios que a su vez generan
las demandas éticas que atraviesan nuestra sociedad. Por consiguien-
[ 13]
14 Mario Heler ¡Ciencia y ética? 15

te, sostiene la concepción oficial que ni la ciencia ni los científicos nuestra moral por efecto del desgaste generado por la inadecuación
poseen responsabilidad alguna en tales perjuicios porque no son los de sus mandatos y por nuestros incumplimientos.
encargados de tomar las decisiones acerca del uso social de los avan- Por un lado, la declaración de la falta de incumbencia de la ética
ces científicos. en la actividad científica; la declaración de la neutralidad ética de la
Es que la actividad científica produce conocimientos que son ins- ciencia. Por el otro, las actuales dificultades en nuestra relación con
trumentos, y así como el instrumento martillo puede ser utilizado la ética: la vivencia de la crisis de nuestro ethos.
para fines positivos (la construcción de un mueble, por ejemplo) o para Pero aquella neutralidad puede ser cuestionada y por tanto com-
fines negativos (la violencia contra otro ser humano), las buenas o batida, y la crisis de nuestro ethos no obtura la posibilidad de re-
malas consecuencias de ese uso no califican al instrumento ni como flexionar sobre la relación entre la ética y la tecnociencia.
bueno ni como malo, sea el martillo o el conocimiento científico. La La tecnociencia 3 constituye una actividad social entre otras y en
utilización de un instrumento trae consecuencias benéficas o perju- interacción con ellas, una actividad que contribuye decididamente
diciales, y la responsabilidad por esas consecuencias les correspon- en la transformación de nuestro mundo, afectando nuestra convi-
dería a quienes toman la decisión de utilizarlo. El instrumento en- vencia, nuestra manera de ser y de conducirnos. ¿Puede la ética no
tonces no sería ni bueno ni malo, tampoco se le podría atribuir res- poseer incumbencia en la actividad científica? En otras palabras, si
ponsabilidad por consecuencias indeseables, sino que las aplicacio- la dimensión ética atraviesa todas las prácticas sociales -pues en
nes de los conocimientos científicos serían las que resultan buenas o todas ellas hay interacciones, hay convivencia, y el problema ético
malas, y la responsabilidad no recaería en el productor del instru- concierne a la convivencia entre los seres humanos-, ¿puede la acti-
mento sino en quien tuviese el poder para hacer que se aplique. 1 vidad tecnocientífica estar exenta de este atravesamiento?, es decir,
Por otro lado, hoy las demandas de ética provocan en nosotros ¿puede desentenderse de las relaciones sociales en las que está inmer-
una actitud incrédula y recelosa, básicamente de desconfianza: sos- sa y que la constituyen como actividad social y excluir las cuestiones
pechamos hipocresía, intentos de manipulación enmascarados tras éticas de su campo de preocupaciones y ocupaciones?
la declaración de grandes ideales. Esta actitud no impide sin embar- Y si aquella neutralidad puede ser cuestionada, la crisis de nuestro
go nuestros reclamos por el respeto y el reconocimiento recíprocos ethos hace más perentoria la exigencia de ética 4 de una reflexión críti-
entre los miembros de una sociedad lo más justa posible. Es que las ca sobre hechos y procesos de nuestras circunstancias que se tratan de
innovaciones y los cambios de nuestra actualidad hacen tambalear
nuestras ahora "viejas" pautas de comportamiento, nuestros modos
íntimo, lo endógeno, aquello de donde se sale y adonde se vuelve, o bien aquello de
de conducirnos hasta "ayer" y también nuestra manera de ser. Ponen donde salen los propios actos, la fuente de tales actos"; R. Maliandi, Ética: conceptos y
en crisis nuestro ethos. 2 Presenciamos así el desmoronamiento de problemas, Buenos Aires, Biblos, 1991, p. 14.
3. La expresión "tecnociencia" alude a la unidad e integración de la ciencia y la tecno-
logía. Pero esta unidad e integración no es reconocida por la historia oficial sin recelo,
l. Enrique Marí llamó a esta forma de entender la neutralidad de la ciencia el modelo remitiendo a la diferenciación entre ambas: "El objetivo de la ciencia es el progreso del
de la "ciencia martillo". Véase E.E. Marí, "Ciencia y ética. El modelo de la ciencia conocimiento, mientras que la tecnología tiene por objetivo la transformación de la
martillo", en Doxa, No 10, 1991. realidad dada"; J. Ladriere, El reto de la racionalidad, Salamanca, Sígueme-Unesco,
2. La palabra griegas ethos se utiliza para referirse al lugar donde estamos "en casa" 1977, p. 52. Veremos luego por qué es válido hablar de "tecnociencia". De cualquier
(por haber sido socializados allí) y al mismo tiempo refiere a la manera de ser y al manera, esta expresión y "ciencia" serán utilizadas como sinónimos.
modo de conducirse de los miembros del ethos. Connota la dimensión social e indivi- 4. El uso de los términos "moral" y "ética" suele diferenciarse, y al mismo tiempo, con-
dual de la existencia humana. "En el lenguaje filosófico general, se usa hoy «ethos» fundirse. Si vemos las definiciones, nos encontramos con distintos significados, más o
para aludir al conjunto de actitudes, convicciones, creencias morales y formas de con- menos arbitrarios, en vinculación con ciertas tradiciones. Por un lado, "moral" alude a
ducta, ya sea de una persona individual o de un grupo social, o étnico, etc. (... ) El ethos hábitos y costumbres, a normas, valores e ideales que de hecho rigen a un grupo concre-
es un fenómeno cultural (el fenómeno de la moralidad), que no suele estar ausente en to de hombres y mujeres, que están vigentes en un grupo o en una sociedad. La vigencia
ninguna cultura. Es [... )la facticidad normativa que acompaña ineludiblemente a la remite a lo que de he hecho se considera válido, correcto. En cambio, la "ética", refiere a
vida hum~n_a. [... ) El ethos tenía en el griego clásico una acepción más antigua, equiva- la reflexión sobre la moral, para revisar su validez, esto es, no si de hecho en un grupo se
lente a «VIVIenda», «morada••, «sede», «lugar donde se habita». [... ) Esta significación debe hacer tal o cual cosa, sino si se la debe hacer aun cuando no sea lo que está vigente.
no es totalmente extraña a la otra: ambas tienen en común la alusión a lo propio, lo Por eso, se suele identificar ética con filosofía moral, en cuanto reflexión o conceptuali-
16 Mario Heler ¡Ciencia y ética? 17

imponer como un orden de cosas aceptable, y hasta incuestionable, El surgimiento y la consolidación de la ciencia moderna están es-
simplemente por haber acaecido o por estar aconteciendo (el petróleo trechamente vinculados con el desarrollo de la sociedad moderna a
se terminará en algunas décadas, los ríos y las napas de agua se conta- partir del medioevo. Las ciudades resurgieron alrededor del siglo XI.
minan, hay especies animales en extinción, los vegetales que come- A partir de allí, podemos rastrear el origen de los burgos (mercados),
mos ahora son transgénicos, una economía sana no tiene restricciones donde comienzan a desarrollarse formas de vida que paulatinamen-
a las importaciones, la vida debe ser prolongada artificialmente, el te acrecientan su importancia en el orden feudal, sin tener un espa-
trabajo, precario y flexible; el incumplimiento de la norma, lo normal; cio legitimado y, sobre todo, yendo en contra de prescripciones me-
la exclusión y la marginación, irremediable y en aumento; la desleal- dievales (el "justo precio" condena los intercambios en el mercado,
tad y el engaño, rasgos de las relaciones humanas; la ganancia, lo úni- pues caen bajo el pecado de la usura, sancionable por la autoridad
co valioso; la necesidad de consumir... ; etcétera). terrenal, el rey).
He aquí entonces el problema: la relación entre ética y ciencia, o En los siglos XV y XVI, época del Renacimiento (un período inter-
bien ¿qué lugar tiene la ética en las prácticas científicas? medio y de transición entre la Edad Media y la modernidad), no pue-
La forma de abordar nuestro problema, en un primer momento, den pasar ya desapercibidas las transformaciones provocadas por las
consistirá en la revisión crítica de esta concepción predominante de prácticas de los burgueses en toda la sociedad. Y éstos comenzarán a
ciencia, la versión oficial, que nos permita, en un segundo momento, operar para lograr un espacio social legítimo y provocarán más cam-
pensar en el lugar de la ética en la actividad científica. Pero antes bios sociales, que a su vez dan inicio a la época moderna, inicio que es
contextualicemos históricamente la ciencia y reconstruyamos la con- habitual situar en el siglo XVII. Los cambios subsiguientes hasta lle-
cepción hegemónica de ciencia. gar a nuestros días han estado en consonancia con el desarrollo de
las relaciones de producción capitalista, sin ahorrar enfrentamien-
tos y revoluciones. Recién al finalizar el siglo pasado comienza a ha-
l. La ciencia en la modernidad blarse de una nueva época, la posmoderna, sin que haya acuerdos al
respecto.
Cuando hablamos de ciencia moderna nos referimos a una forma Caractericemos a la modernidad con algunos de sus rasgos dis-
de saber que comienza a manifestarse durante el Renacimiento, en tintivos.
las postrimerías de la Edad Media, y que llega a ser la forma distin- En primer lugar, la secularización es un factor generalmente reco-
tiva de conocimiento en la Edad Moderna y se consolida como tal en nocido como fundamental. La sociedad medieval estaba preocupada
el siglo XVIII, con las elaboraciones de la física newtoniana. Esa nue- por la salvación del alma: importaba entonces la eternidad y no el
va forma de saber continúa desarrollándose hasta nuestros días, y se tiempo (el siglo, lo secular) en que les tocaba habitar este valle de lá-
ha logrado erigir en el único modo racional de conocimiento. grimas. El rey se dedicaba a organizar la vida temporal, pero bajo las
directivas de la Iglesia, que cuidaba que el orden secular, terrenal, se
conformara a la voluntad divina, en aras de la salvación eterna. Las
nuevas prácticas sociales de mercado, las que darán lugar al capitalis-
zación de la moral. Por otra parte, "moral" connota la conciencia moral individual, en
tanto que a "ética" se le atribuye carácter social. En lo que aquí importa, con la moder- mo, necesitan para desarrollarse una nueva visión de la realidad, pro-
nidad no sólo se trata de cumplir con nuestros deberes sino que además debemos esta- poner otro orden de cosas, donde tengan cabida y legitimidad, y para
blecer por nosotros mismos cuáles son esos deberes, cuáles son las obligaciones genui- ello requieren un orden basado en este mundo (seguir ocupándose de
nas, ya que en ello se juega el ideal moderno de la autonomía (de "autos" y "nomos" -ley- la vida eterna reconduciría nuevamente al viejo orden).
en griego, significa darse a sí mismo -autos- la ley, autodeterminarse). Por consiguien-
La modernidad inaugura entonces la preocupación por este mun-
te, la reflexión ética es una obligación del ethos moderno, en tanto no se trata sólo de
acatar el mandato vigente sino de reflexionar críticamente para determinar por noso- do, por el tiempo, por la actualidad, 5 y deja a cada uno ocuparse de su
tros mismos, autónomamente, si esos mandatos de nuestro ethos deben ser así, si son
válidos. En tanto que las "demandas éticas" no reclaman un mero cumplimiento de
obligaciones sino que exigen poner en práctica la ética: revisar críticamente nuestro
ethos, los mandatos vigentes, para poder construir entre todos pautas sociales de com- 5. Véase M. Foucault, "¿Qué es la Ilustración?", en Saber y verdad, Madrid, La Pique-
portamiento válidas, pautas compartidas y abiertas a la crítica. ta, 1985, pp. 197-207.
18 Mario Heler ¡Ciencia y ética? 19

salvación, de su relación con la religión. La cuestión central pasa a drán que el sujeto no cumple un papel pasivo y secundario frente al
ser entonces la autoconseruación: la preservación en el ser a través objeto. Por el contrario, es el sujeto el que constituye al objeto. Hay
del tiempo. Cada individuo necesita ganarse la vida, encontrar el concepto porque el sujeto ha organizado los datos sensoriales a par-
modo en que obtendrá su sustento, su supervivencia, pero también tir de sus modos de pensar (de sus categorías). 8 Se habla entonces de
cómo brindará un sentido a su existencia en este mundo (una vez que la posición predominante del sujeto en los modernos, de un "giro co-
ya no es obligatoria la referencia a la salvación en el otro mundo pernicano" en la concepción del conocimiento (pues así como la visión
después de la muerte). Se concibe entonces un proceso a través del heliocéntrica de Copérnico supone trasladar el centro de la Tierra al
cual se instala en nuestra cotidianidad (en las instituciones y en la Sol, en el conocimiento se pasa de la centralidad del objeto, a la del
cultura) la preocupación por este mundo, por este tiempo, sin refe- sujeto).
rencia a instancias divinas: el proceso de secularización.
En segundo lugar, los cambios que acarrea la modernidad afectan
también la manera en que se concibe la relación del hombre con el
Visión clásica (antigua y medieval)
mundo. Por un lado, en el medioevo, retomando a Aristóteles, se piensa
que el hombre tiene capacidad de conocer porque es capaz de reflejar Coincidencia: VERDAD
el mundo, actúa como un espejo (speculum, en latín, y de allí, "espe- .---------------------------------------------------------.,
cular" en castellano). Pero refleja la realidad quedándose con su ima- t •
gen, con su concepto; y entonces, ha conocido. En la relación sujeto- ~-----------·· S ··-··t·-····--········-------
CD ....-------------- ---------------------------- O
objeto, es el objeto el que ocupa un lugar principal, porque sin él no
Visión moderna espejo
habría imagen-concepto y, por tanto, tampoco conocimiento; en cam-
bio el sujeto es pasivo por ser receptivo. La posición fundamental del
objeto es sostenida en general por los medievalistas.
Los modemos (a partir de Descartes6 y luego con KantF sosten- S _. O ·-······-·····--······--·- datos sensoriales

6. René Descartes [Cartesius, en latín) (1596-1650): Filósofo francés, punto de partida S: sujeto; 0: objeto; 1: imagen-concepto; - : actividad de constitución del objeto por el
de la filosofía moderna, iniciador del racionaiismo y de la filosofía moderna de la con- sujeto.
ciencia. El núcleo de la filosofía cartesiana es el estudio del fundamento en que se
basa el conocimiento humano, hasta el punto que se puede decir que con él aparece la
epistemología o teoría del conocimiento como tema central de la filosofía moderna.
Descartes se inspira en las matemáticas para desarrollar un método que aporte certe-
za al espíritu humano en todas las cuestiones. Tendrá por ciertas sólo aquellas ideas
que se ofrezcan claras (ciertamente presentes a la conciencia) y distintas (bien anali-
zadas) a la consideración de la mente. En resumen, la duda lleva a una primera ver- es necesario tener conocimientos que no provengan de la experiencia (conocimiento a
dad: "Pienso, por tanto existo" (cogito, ergo sum), ya que si yo dudo, si pienso (cogito), priori): "Aunque todo nuestro conocimiento empiece con la experiencia, no por eso proce-
no puedo pensar que yo no exista. A partir de esta primera certeza, recupera la idea de de todo él de la experiencia". Sólo así el conocimiento empírico puede tener aquellas
Dios como garantía de la verdad, para luego afirmar que sólo existe sustancia pensan- condiciones que exige el verdadero conocimiento (universalidad y necesidad) y que la
te (alma) y sustancia extensa (cuerpo), y que el hombre es la vez ambas cosas. sola experiencia no puede otorgar. Esto equivale a un cambio de método; al afirmar que
7. Immanuel Kant (1724-1804): N a ció en Konigsberg (Prusia oriental entonces y, en la no es el entendimiento el que se deja gobernar por los objetos, sino que son éstos los que
actualidad, provincia rusa). Su sistema filosófico recibe el nombre general de criticis· se someten a las leyes del conocimiento impuestas por el entendimiento humano esta-
nw o filosofía crítica y se halla expuesto, sobre todo, en las tres obras fundamentales blece un "giro copernicano", una perspectiva radicalmente nueva.
Crítica de la razón pura, Crítica de la razón práctica y Crítica del juicio. En Kant, a 8. Categorías: modos generales de pensar la realidad. Están supuestos en las teoriza-
priori significa independiente de la experiencia, y por eso universal y necesario; ciones de la realidad. Por ejemplo, para Aristóteles, toda la realidad puede pensarse
a posteriori, dependiente de la experiencia y, en consecuencia, particular y contingente; con dos categorias: sustancia y accidente; lo que existe o bien es una cosa o bien es una
en tanto que trascendental es aquello que es condición de posibilidad a priori del conoci- propiedad, atributo o accidente de una cosa. Por ejemplo, sustancia: mesa; accidentes:
miento. Kant determina que, para entender la experiencia (conocimiento a posteriori), de madera, circular, perteneciente a Fulanito, cubierta por un mantel, etcétera.
20 Mario Heler ¡Ciencia y ética? 21

Claro que con este cambio se modifica la concepción de verdad. La la importancia del inconsciente en la vida humana (Freud) 11 cuestio-
verdad se entiende desde la antigüedad clásica corno adecuación o nará el gobierno racional de la conducta.
coincidencia entre el objeto conocido y la imagen-concepto. Pero con Sin embargo, recreando esa imagen teológica, la modernidad cons-
la revolución copernicana tal coincidencia pierde sentido: la activi- tituye su propio imaginario, basándose en las posibilidades que la
dad de conocimiento del sujeto construye el objeto, o lo constituye. Es razón brinda al hombre de construir un mundo a su medida, convir-
un resultado del proceso de conocimiento y no es factible entonces tiéndose en artífice de su propio destino. Se conforma así el ideal (la
compararlo con la "realidad" del objeto, si "su" realidad ha sido cons- utopía) de la construcción de un Paraíso Terrenal entendido como un
tituida por la razón. Sin embargo, no se trata de una construcción Reino de la Libertad, sin sometimiento a la necesidad natural ni a la
arbitraria del sujeto, ni una renuncia a la universalidad y necesarie- tiranía social, y construido en este mundo por el trabajo de genera-
dad de los conocimientos. ciones de individuos.
En tercer lugar, este cambio en la concepción moderna del conoci- En quinto lugar, si el hombre puede crearse a sí mismo, forjándo-
miento se vincula con la actitud del hombre frente al mundo. Para se un destino, a diferencia de las sociedades estamentales basadas
los antiguos y medievales, el mundo era un kosmos, un todo ordena- en la herencia -en el lugar de nacimiento- de la Edad Media, es por-
do, bello y bueno, y la actividad más excelsa era dedicarse a contem- que la modernidad postula la libertad y la igualdad de todos los hom-
plarlo (dejar que ese orden, esa belleza y esa bondad se reflejaran en bres. No establece en los hechos esa igualdad y libertad, sino que sólo
el alrna). 9 Por tanto, valoraban la vida contemplativa por sobre todas la postula; postula un ideal que exige realización. Pero con ello, y en
las cosas. En cambio, los modernos tornan para sí -secularizándola- consonancia con el desarrollo del capitalismo, abre la posibilidad de
la idea cristiana del hombre creado a imagen y semejanza de Dios, y la movilidad social; reconoce el derecho de cada individuo de ocupar
si la imagen se posee, la semejanza es la tarea humana: hacerse dios en la sociedad el lugar que sepa ganarse.
en la Tierra, enseñorearse del mundo en forma similar al modo en En sexto lugar, este postulado requiere remover la idea de que el
que Dios es el Señor del universo. Entonces, en la modernidad se orden social, por ser expresión del orden divino, fuera incuestionable.
privilegia la vida activa, la vida dedicada a transformar y cambiar el Con la modernidad, se extiende la reflexividad, 12 esto es, el derecho de
mundo para adueñarse de él y ponerlo al servicio de la humanidad.
Pero, en cuarto lugar, la importancia que adquiere el sujeto en la
modernidad, en el conocimiento y en la acción en el mundo, acarrea 11. Sigmund Freud (1856-1939): Médico neurólogo, inventor del psicoanálisis. La im-
la pérdida de su lugar privilegiado en el cosmos, de ese lugar que portancia de la sexualidad como causa material de la neurosis encamina a Freud ha-
ocupaba el ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios. El cia uno de sus principales descubrimientos: el complejo de Edipo, complejo nuclear del
hombre ya no puede ubicarse en el centro del universo (la Tierra ya inconsciente que se constituye por un conflicto de sentimientos, originado por la inter-
vención del padre en la relación del niño con la madre. Iniciando, de esta manera, el
no se concibe corno el centro de la creación) y, en tanto vaya avanzan- descubrimiento del inconsciente, sus orientaciones no cesarán de evolucionar en una
do el proceso de secularización, comienza a ser problemática su pro- triple dirección: un procedimiento de investigación de los procesos psíquicos, un méto-
pia consideración bíblica corno la coronación del mundo: la evolución do terapéutico en el tratamiento de la neurosis y una serie de conceptos que se reivin-
desde el mono romperá el vínculo con la creación divina (Darwin) 10 y dicarán como ciencia. Freud interpreta que se han producido "tres heridas del amor
propio" de la humanidad: después de Copérnico, que puso fin a la "ilusión cosmológi-
ca", asignando al hombre y a la tierra su posición relativa en el orden del universo;
después de Darwin, que lo reinsertó en la cadena de los seres vivos, destruyendo la
9. Theoria en griego significa visión, contemplación. "ilusión biológica", y el psicoanálisis ha transformado al yo al insertar en el psiquismo
10. Charles Robert Darwin (1809-1882): Célebre naturalista inglés, autor de la teo- esta idea de una "alteridad interna", lo inconsciente. Revolución en el corazón mismo
ría de la evolución de las especies por selección natural. Darwin expone una concep- del conocimiento humano que rompe la unidad del sujeto en relación con su saber y
ción de la naturaleza nada bucólica o armónica: la vida es lucha por la superviven- con su verdad.
cia. Se ha considerado que, como Nicolás Copérnico, que asestó un golpe decisivo a la 12. La capacidad de "re-flexión", y la consecuente reflexividad, está dada por el hecho
soberbia humana que hacía del hombre el centro del universo, Darwin proseguía de que el ser humano puede volver sobre sí mismo (re-) la "flexión" que podríamos
esta tendencia y situaba al hombre entre los otros animales; las diferencias con llamar "natural" hacia las cosas del mundo. La reflexión entonces supone no sólo la
respecto a ellos no son de una naturaleza sobrenatural sino fruto de la misma evolu- dirección (flexión) de un sujeto que conoce un objeto, sino también la atención a la
ción biológica operante en toda la naturaleza. relación entre él, sujeto, y el objeto, así como considerar sus vivencias y las operacio-
22 Mario Heler ¡Ciencia y ética? 23

todos a criticar, a poner en cuestión y a revisar las creencias hereda- El éxito en el desempeño de la tarea de la ciencia y la tecnología 1"
das y vigentes en la sociedad, para llegar a conclusiones propias. otorga el prestigio que hoy posee la ciencia moderna. La racionali-
Se impone así la libertad de pensamiento como un derecho y un dad científica se presenta entonces no sólo como modelo paradigmá-
deber, pues es la condición necesaria para que cada uno construya su tico sino también como concreción superior de la razón humana.
destino y dé forma a su vida según su mejor entender. Si embargo,
sólo se admite la posibilidad de pensar críticamente todo lo que se
quiera; la libertad de acción es postergada, hasta que la razón ilumi- J. La historia oficial
ne las conductas de todos los hombres. 13 Es que se teme el accionar
de esos individuos libres e iguales, liberados de toda tutoría, que La versión predominante de la ciencia moderna puede imaginar-
puedan decidir por sí mismos sus formas de vida. 14 se en términos de una Cenicienta reivindicada y triunfante. Como
En séptimo lugar, la Ilustración es precisamente la primera siste- ella, sufrió humillación, maltrato y hostigamiento. 16 Como ella, logró
matización del proyecto moderno. Es el movimiento que defiende la convertirse en una reina, la reina de los saberes. Pero en su victoria
idea del progreso de la humanidad, de un progreso que se orienta no hay nada de mágico. Fue obra de una lucha contra el saber hege-
hacia la recuperación, en este mundo, del Paraíso Perdido. Para ello mónico: la ciencia medieval. Reina después de haber destronando a
recomienda el uso de la razón, con el objetivo de dominar la Natura- la reina vieja. Como en el cuento su éxito estaría justificado en sus
leza, la Necesidad (a través del desarrollo de las ciencias de la natu- méritos, y también se espera que reine haciendo sólo el bien.
raleza) y lograr la organización racional de la sociedad (mediante los La historia oficiaP 7 se enorgullece de contar el triunfo de la cien-
saberes de las ciencias sociales). Para la modernidad y con la ilustra- cia como un combate contra sus enemigos: los dogmas, los prejuicios,
ción, primero hay que saber para poder luego actuar exitosamente.
En la modernidad, la razón "ilumina" las cosas y nos permite descu-
brir en su luz las posibilidades de la transformación de la realidad y
las formas de concretarlas. 15. Técnica: procedimientos para controlar y dominar los fenómenos. Tecnología: pro-
En la modernidad, en un mundo que se seculariza, donde ocupa cedimientos para controlar y dominar los fenómenos con bases científicas.
una posición fundamental el sujeto, se valora la vida activa, en tanto 16. Recordemos las persecuciones de la Inquisición, sus torturas y sus hogueras, des-
que la pérdida del lugar central en la creación divina se compensa tinadas a eliminar las disidencias, las herejías de los nuevos físicos, de los alquimis-
tas, de las brujas, pero también de todos aquellos que eran un mal ejemplo para la
con el postulado de la libertad e igualdad de los individuos, que habi- sociedad (prostitutas, homosexuales, delincuentes, etcétera).
lita la reflexividad como un derecho, y se confía en el camino del
17. En la actualidad, la acá llamada "historia oficial" de la ciencia se presenta como el
progreso hacia el Paraíso Terrenal, empleando las luces de la razón; relevo histórico de la visión whig de la historia de la ciencia en tanto cumple la función
el papel que deben desempeñar las ciencias requiere entonces de un de entorpecer y obstaculizar la producción de una comprensión contextualizada de la
nuevo tipo de conocimiento: un conocimiento que reúna saber y po- práctica social de la ciencia. La "historiografía whig" es la interpretación de la historia
der. Las ciencias deben generar un conocimiento capaz de prolongar- desde el punto de vista de los miembros protestantes del partido liberal inglés. Nacida
entre los historiadores ingleses whig del siglo XIX, se caracterizaba por: 1) estudiar el
se en el poder de transformar la realidad natural y social para cons-
pasado con la mirada del presente; 2) elevar al rango de principal criterio de clasifica-
truir progresivamente entre todos un Paraíso en este mundo. ción la división entre agentes del progreso (v.g., agentes que impulsaron el progreso
científico) y agentes del oscurantismo (v.g., agentes que intentaron impedirlo); 3) re-
ducir la función de la historia a la indicación de las semejanzas entre el pasado estu-
nes que él realiza tanto como las ideas y conceptos que piensa, imagina, relaciona, etc. diado y el presente vivido, y 4) explicar la presencia de los diversos eventos históricos
La posibilidad de la reflexividad se encuentra en el lenguaje, y es en el medio (en y a mediante causación simple. Por su parte, la acá llamada "historia oficial" de la ciencia
través) del lenguaje que existe el mundo simbólico de los seres humanos. cumple la función de: a) reforzar la concepción lineal, continuista y totalizadora de la
historia de la ciencia, y en el campo general de la reflexión sobre lo que es la ciencia; b)
13. "Pensad todo lo que queréis, pero obedeced", es el lema de la Ilustración. Véase l.
establecer un vínculo accesorio entre el aspecto teórico y el aspecto práctico de la cien-
Kant, "¿Qué es la Ilustración?", en Filosofía de la historia, México, Fondo de Cultura
cia, y e) cancelar la dimensión ética de las prácticas científicas. Sobre la concepción
Económica, 1981.
whig de la ciencia, véase H. Butterfield, "La interpretación whig de la historia", en M.
14. Véase M. Heler, Individuos. Persistencias de una idea moderna, Buenos Aires, de Asúa, La historia de la ciencia. Fundamentos y transformaciones, Buenos Aires,
Biblos, 2000. Centro Editor de América Latina, 1993, vol. I, pp. 125-133.
24 Mario Heler ¡Ciencia y ética? 25

la arbitrariedad, el autoritarismo, el oscurantismo; en suma: la irra- su conexión con los hechos. Juntos y en correlación dan validez al
cionalidad. En esta narración la razón queda del lado de la actividad conocimiento científico.
científica. La ciencia moderna es entonces un saber objetivo en dos sentidos:
Si en sus comienzos, entre los siglos XV y XVII, fue una herejía y un por un lado, por referir a la realidad, al objeto del conocimiento; por
sacrilegio, pudo con el tiempo convertirse en el saber capaz de ofre- otro, porque a diferencia de un saber subjetivo que varía con cada
cer una verdad racional. Logró luego extender su poder erigiéndose uno, es posible que cualquier sujeto racional concuerde con sus afir-
en el único saber válido. Sus categorías, conceptos y procedimientos maciones. Es un conocimiento intersubjetiva, es válido en tanto sería
se presentan como garantía de verdad y objetividad, sirviendo como posible el consenso sobre su verdad: el acuerdo entre los sujetos ba-
parámetros de evaluación para actividades teóricas y prácticas. sado en las razones que muestran su validez.
Hoy el calificativo de "científico" representa un preciado valor que En la historia oficial se reconoce además la falibilidad humana.
otorga prestigio y ganancias (piénsese en la apelación a la cientifici- En contraposición con el dogmatismo de la ciencia medieval que to-
dad de los productos en la publicidad). Concedemos tanto crédito a la maba sus verdades como incuestionables, asume que nuevos elemen-
ciencia, que la actividad científica parece haber recuperado para sí la tos pueden modificar los conocimientos ya adquiridos. Es un saber
incuestionabilidad del saber teológico y su capacidad de decidir acer- provisorio, y en consecuencia requiere que la investigación no se de-
ca de la validez de todo conocimiento. tenga, para seguir en la ruta del progreso hacia el cabal conocimiento
En este estado de situación, no sería necesaria la pregunta acerca del mundo.
de las razones del triunfo de la ciencia. La respuesta sería demasiado En su peculiaridad de ser un saber de leyes, se descubre el lado
obvia. N o podría ser otra que la superioridad del saber científico frente práctico de la ciencia. Al enunciarse las relaciones invariantes entre
a los otros tipos de saber. N o sólo se trataría de una superioridad los fenómenos, la ciencia adquiere un poder muy particular: el poder
teórica, como forma de conocimiento, sino también práctica: la cien- de predicción. Si conozco que tal relación se repite siempre entre de-
cia además es útil. Pero este segundo aspecto se nos dice que no es el terminados tipos de hechos, sé qué va a ocurrir cuando se produzca
principal. esa relación: puedo decir con antelación lo que va a suceder. Tal posi-
La concepción hegemónica identifica la actividad científica con la bilidad permite la contrastación con los fenómenos mediante la expe-
búsqueda desinteresada de la verdad, y declara que sólo secundaria- rimentación, esto es, provocando en los hechos la relación que la ley
mente tiene utilidad. La ciencia entonces respondería esencialmente conjetura y que es de este modo puesta a prueba. En la contrastación
al afán humano por saber. Sus potencialidades prácticas estarían experimental se trata de hacer visible si la relación propuesta da
supeditadas a ese afán, si bien la actualización de tales potencialida- cuenta de los hechos, si los explica. Para señalar su originalidad, su
des impacta fuertemente en la vida cotidiana, sometiéndola a cons- peculiaridad, se llamó a la ciencia moderna "ciencia experimental".
tantes innovaciones y cambios. Pero además, la capacidad de predicción hace posible actuar sobre
Se nos dice que la peculiaridad del saber científico reside en la la realidad a voluntad. Capacita al hombre para intervenir en los he-
búsqueda de las leyes que regulan los fenómenos; esto es, se dedica a chos, produciendo la relación que la ley especifica, o bien evitando que
enunciar las relaciones invariantes entre los mismos. Su indagación suceda. En un ejemplo trivial: la construcción científica de un dique se
es metódica y sistemática, ya que sigue procedimientos explícitos y realiza prediciendo la relación de fuerzas necesaria para detener la
repetibles, así como organiza los conocimientos obtenidos en teorías, corriente de agua del río. Sabiendo que una fuerza se detiene con otra
donde éstos son integrados e interrelacionados, mostrando el funda- de sentido inverso y de igual o mayor magnitud (relación invariante),
mento y las implicancias de su verdad. puedo diseñar la resistencia que debe tener el dique para cumplir con
La ciencia refiere a la realidad; no es una mera lucubración fanta- su cometido, y evitar así, v.g., las inundaciones indeseables.
siosa sin correlato en los fenómenos. Por el contrario, contrasta sus La ciencia moderna, por ser un conocimiento de leyes, proporcio-
hipótesis con los hechos, con la empiria (experiencia, en latín). El na el poder de predicción que habilita al hombre a enseñorearse de la
conocimiento científico se estructura sobre la base de relaciones lógi- naturaleza. Asimismo, el conocimiento de las relaciones humanas que
cas con referencias empíricas precisas. En el nivel lógico asegura la las ciencias sociales estudian debería permitir una organización ra-
consistencia y la fundamentación del conocimiento; en el empírico, cional de la sociedad.
26 Mario Heler ¡Ciencia y ética? 27

La maravilla de la ciencia se encontraría precisamente en que, Pero sin embargo, aunque la ciencia provea un poder de manipu-
preocupada sólo por conocer el mundo, convierte ese conocimiento en lación de la naturaleza que ha generado sufrimientos y destrucción
un instrumento capaz de dominar los fenómenos. La ciencia de la para los seres humanos, las calamidades y la perversión no serían en
Antigüedad buscaba conocer el cosmos para acomodarse a su orden. realidad resultados de la ciencia, sino producto de su mal uso. En
La ciencia moderna busca también ese saber. Pero la forma en que se todo caso, serían mal usados sólo ciertos desarrollos tecnológicos (con
propone ese saber y su modalidad de conocimiento brindan una posi- el palmario ejemplo de las tecnologías armamentistas), y aun en es-
bilidad impensada para los griegos: hacer del mundo un lugar que tos casos su utilización no dependería de la decisión de sus creado-
responda a los deseos de los hombres. En la modernidad, no se trata res. Por lo tanto, deberemos pensar que la ciencia moderna sería ino-
de acomodarse al orden existente sino de transformarlo. cente y carecería de responsabilidad frente a tales calamidades y per-
Todas estas cualidades de la ciencia moderna mostrarían su supe- versiones. 20
rioridad, tanto teórica como práctica. Explicarían su triunfo por la La responsabilidad de la ciencia y de los científicos concerniría
índole del saber que produce: un saber legalista, metódico, sistemáti- únicamente al respeto de las exigencias de la honestidad intelectual
co, fundamentado racionalmente (lógicamente) y en correspondencia en la búsqueda de la verdad. Las únicas objeciones aceptables serían
con la experiencia (empíricamente), un saber objetivo que se acepta por tanto aquellas que se dirigen contra un desempeño en el que no
como provisorio porque está en progreso, siendo además un saber se haya cumplido con las exigencias de veracidad, de lucidez, de obje-
útil socialmente por sus aplicaciones prácticas. tividad, del uso prudente de los recursos, de lealtad en la competen-
Aunque es cierto que en el desarrollo de la tecnocienciajunto a los cia, etc. 21 Tales virtudes dependerían de la observancia de las reglas
beneficios innegables que nos ha proporcionado se manifiestan pro- de comportamiento que exige la metodología científica (requisitos
blemas. Al "lado luminoso" de los avances científicos (la prolongación internos de la producción científica).
de la vida, la seguridad y la confortabilidad que ha brindado a la Por otra parte, la ciencia sería capaz de resolver los aspectos ne-
existencia humana, el alivio del dolor y la cura de enfermedades, las gativos que acompañan al progreso como resultado de la aplicación
posibilidades de comunicación y de traslados, las redes de circula- de los conocimientos científicos. Pero lamentablemente los avances
ción de la información, etc.) se le opone el "lado oscuro" (del que al- científicos tendrían un tiempo de gestación que no siempre coincide
canza con nombrar la situación ecológica planetaria, incluida la nu- con las urgencias sociales. La ciencia y la tecnología regidas sin res-
clear). Los perjuicios ocasionados por las "aplicaciones" de la ciencia tricciones por la dinámica interna a su quehacer harían posible la
en la sociedad se presentan hoy con suma gravedad. Amenazan la
supervivencia de la humanidad. La realización de la racionalidad
científica se ha materializado no sólo trayendo seguridad y conforta-
20. Tal inocencia puede matizarse si se considera la división de la actividad científica
bilidad, sino también sufrimiento y destrucción. En esto consiste la en ciencia pura, ciencia aplicada y tecnología. Esta división define tareas que avanzan
"tragedia del desarrollo", 18 esto es, en las consecuencias "no queri- en la posibilidad de contaminarse con el juego de intereses y poderes involucrados en
das" del progreso. Auschwitz e Hiroshima son dos contrajemplos con- las decisiones acerca de las aplicaciones científicas. Las tareas de la ciencia pura, que
tundentes contra la confianza y la esperanza en el progreso hacia el darían las bases del desarrollo científico, son separadas de las de la ciencia aplicada y
Reino de la Libertad viabilizado por la ciencia, en tanto patentizan la de las de la tecnología. Por la proximidad con las decisiones acerca de los usos socia-
les de los resultados científicos, sólo la tecnología estaría cercana a la fatalidad de
"dialéctica perversa" que conduce del dominio de la naturaleza al aquella contaminación, y consecuentemente cabría adjudicarle algun grado de res-
dominio de los hombres. 19 ponsabilidad por los problemas actuales. Sin embargo, las relaciones entre las tres no
son lineales, sino que se dan interacciones y procesos de retroalimentación entre ellas.
Por ejemplo, a veces existen primero las tecnologías, los procedimientos para manipu-
lar los fenómenos, y luego se formulan la o las leyes que los justifican en un nivel
18. Véase M. Berman, Todo lo sólido se disuelve en el aire. La experiencia de la moder· mayor de abstracción, otras nuevas tecnologías permiten investigaciones puras antes
nidad, Buenos Aires, Siglo Veintiuno-Catálogos, 1989. impensables, etcétera.
19. Véanse M. Horkheimer y Th. Adorno, Dialéctica de la Ilustración, Buenos Aires, 21. Véase la lista de deberes del científico propuesta por K. Popper, "'lblerancia y
Sudamericana, 1987, y M. Horkheimer, La crítica de la razón instrumental, Buenos responsabilidad intelectual", en Sociedad abierta, universo abierto, Madrid, Tecnos,
Aires, Sur, 1973. 1984, pp. 155-158.
28 Mario Heler ¡Ciencia y ética? 29

producción de los instrumentos científicos necesarios para remediar 4.Aigunas cuestiones


esos males. Constituirían la herramienta racional que los seres hu-
manos disponen para seguir construyendo el Reino de la Libertad, Una historia oficial representa la concepción hegemónica, la con-
impulsando necesarias transformaciones y al mismo tiempo resol- cepción que impregna nuestro imaginario social, y muchas veces opera
viendo los efectos adversos que se presenten. inadvertidamente. Es generalmente una apología, una defensa y una
Por lo tanto, las críticas al desarrollo de la ciencia moderna sobre la alabanza, aquí de una forma de entender la ciencia moderna. Cuenta
base de tales efectos adversos serían infundadas, para la historia ofi- una versión lineal de la historia, donde no se atienden conflictos ni
cial, ya que no se podría atribuir a la ciencia responsabilidad por ellos. problemas graves. Sin embargo, quizá podamos señalar al menos al-
Y al obstaculizar el libre avance de la investigación científica, tales gunas cuestiones que plantea la historia oficial de la ciencia moder-
críticas sólo retardarían las soluciones. Los intentos actuales de críti- na, sobre las cuales profundizaremos más adelante.
ca a la ciencia y la tecnología continuarían conspirando contra ellas
como lo hicieron los viejos enemigos de la ciencia y, como el diablo, a) Puede llamar la atención el vínculo accesorio, y hasta casi azaroso,
poseerían el don de la ubicuidad y de innumerables disfraces. 22 El triun- que se establece en esta historia oficial entre el aspecto teórico y el
fo de la ciencia moderna habría sido posible gracias a la conquista (si práctico de la ciencia, entre la ciencia pura y la tecnología. La desco-
bien nunca definitiva) de un desarrollo libre del conocimiento, sin in- nexión de la actividad científica con las necesidades prácticas y los
terferencias ni obstáculos. Pese a los graves peijuicios para la huma- intereses sociales sorprende cuando el desarrollo científico manifies-
nidad y su planeta que acarrean ciertas aplicaciones de los resultados ta una extraordinaria producción de recursos para transformar el
científicos, el saldo seguiría siendo favorable para la humanidad. En mundo humano conforme a esas necesidades y esos intereses. Ber-
consecuencia, nada deberla afectar su libre desarrollo. trand Russell, por ejemplo, después de caracterizar a la ciencia "en
La defensa de la versión oficial nos obliga a preguntarnos: ¿quién primer lugar, como conocimiento", tiene que reconocer que "gradual-
podría racionalmente, al mismo tiempo que disfruta de las contri- mente, sin embargo, el aspecto de la ciencia como conocimiento es
buciones científicas, negar la libertad de investigación que la cien- desplazado a segundo término por el aspecto de la ciencia como poder
cia requiere para así continuar aumentando ese saldo favorable? manipulador", es decir, por la consideración de la "ciencia como téc-
Tendríamos por ende que concluir que tales objeciones y críticas nica".24
no serían más que reacciones retrógradas, irracionales, que preten-
den anular la herramienta más eficaz que el hombre ha desarrolla-
do. En su absurdo, tales críticas desearían que la humanidad regre- video "Sábato y los amantes regresivos de la oscuridad" (guión y dirección: G. Balbue-
sara a la época de las cavernas, donde ya no habría que sufrir los na, O. Cuervo, H. Fenoglio, L. Hayes; Buenos Aires, Taller de Pensamiento, CBCiuBA,
beneficios ni los supuestos peijuicios de la tecnociencia. 1995).
En estos términos queda encerrada la discusión acerca de la cien- 24. B. Russell, La perspectiva científu:a, Barcelona, Ariel, 1969, p. 109 (el subrayado
cia. Se dividen entonces las aguas entre los defensores de la versión me corresponde). La "técnica" puede definirse como un saber hacer (know how), un
saber sobre los procedimientos para controlar y dominar los fenómenos. En tanto, la
oficial y sus detractores. En la historia oficial, los segundos son cali- "tecnología" es una técnica que aplica conocimiento científico. Por ejemplo, las técni-
ficables de románticos imprudentes en el mejor de los casos y, en el cas cotidianas para cocinar se transforman en tecnología cuando se trata de la indus-
peor, de reaccionarios irracionalistas. 23 tria alimentaria. Bertrand Russell (1872-1970): filósofo y lógico inglés. Pueden distin-
guirse dos períodos muy diferenciados en su producción intelectual. El primero, el
período de estructuración de la lógica, se caracteriza por sus investigaciones sobre la
fundamentación lógica de las matemáticas, la sistematización de la lógica moderna,
22. Esta analogía con el diablo nos recuerda a un viejo contrincante: la ciencia medie- la llamada "paradoja de Russell", la teoría de tipos y la teoría de las descripciones
val regida por la teología y respaldada por el poder de la Iglesia. Recordemos que definidas. El segundo período, con muchos vaivenes de postura, trabaja la clásica cues-
Galileo Galilei (1569-1642) tuvo que optar entre renunciar a las primeras verdades de tión empirista de la relación de nuestro conocimiento con la experiencia; todo conoci-
la ciencia moderna y la hoguera. Y esas hogueras contra la herejía y la brujería siguie- miento debe fundarse en la experiencia o ser lógicamente inferido de ella; y el análisis
ron prendiéndose aún durante el siglo XVIII. filosófico de tipo reduccionista que practica busca hallar los elementos más simples
directamente relacionados con la experiencia. Desarrolló actividad política y sus di-
23. Sigue siendo una buena muestra del estado de la discusión en la Argentina el chos y actividades le causaron problemas legales y críticas morales. Luchó contra las
30 Mario Heler ¡Ciencia y ética? 31

La división en ciencia pura, aplicada y tecnología 2'' indicaría dife- De esta manera, una práctica social, la científica, pretende ser
rentes tareas que hacen posible la transfiguración del saber teórico entendida en forma descontextualizada, como si su existencia, reco-
en saber práctico. Pero esta división sirve para separar, para mante- nocimiento y evolución respondieran únicamente a su propio dina-
ner la caracterización de la actividad científica como un saber desin- mismo, en una especie de creación ex nihilo (de la nada) de sí. Una
teresado. No da cuenta entonces de la metamorfosis del saber "puro" vez disociada la actividad científica de las otras prácticas sociales y
en un saber acerca de procedimientos prácticos de control, de mani- concentrada en su propio dinamismo, no es de extrañar que se pueda
pulación de fenómenos. Ya hemos someramente señalado que sin em- concebir su neutralidad frente a los problemas éticos que suscita la
bargo tal transformación es posible gracias precisamente al tipo de interrelación e integración de las distintas prácticas en las socieda-
conocimiento que distingue a la ciencia moderna: la búsqueda de le- des modernas, incluida la científica.
yes que regulen los fenómenos y su consecuente poder de predicción.
No obstante, se insiste en identificar la ciencia moderna con la b) En vinculación con la dimensión ética de las prácticas científicas
antigua idea de un saber por el saber mismo; una idea que había sido puede surgimos otra cuestión. La historia oficial apela en su apolo-
generada para explicar las prácticas teóricas de una sociedad escla- gía, de forma más o menos directa, a todos los beneficios que la cien-
vista como la griega. 26 En el contexto de una sociedad igualitaria como cia ha brindado, brinda y puede seguir brindando. Entonces, la acti-
la moderna, para caracterizar a su ciencia se conserva la idea de una vidad científica posee méritos por los resultados benéficos. Sin em-
sociedad donde los problemas prácticos no sólo eran secundarios, sino bargo, nada tendría que ver con los perjuicios que son resultado tam-
que además la preocupación por ellos se desvalorizaba por su vincu- bién de sus conocimientos, ya que éstos dependerían de decisiones
lación con el trabajo manual de los esclavos. Este anacronismo está ajenas. Paradójicamente, no posee responsabilidad sobre los efectos
en discrepancia con la génesis histórica y las prácticas efectivas de la negativos, aunque sus productos los ocasionen, y reivindica simultá-
ciencia moderna hasta nuestros días. neamente para sí la responsabilidad por la seguridad y el confort
obtenidos gracias a sus aplicaciones. La paradoja es una inconsisten-
cia que no puede sostenerse: o bien puede atribuirse la responsabili-
dad por ambos tipos de consecuencias o bien no es responsable por
armas nucleares y en 1966 denunció la intervención americana en Vietnam y fundó el ninguno. Es que se es responsable -lo que quiere decir que "se es
Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra o "Tribunal Russell".
capaz de responder"- si se es capaz de responder dando razones que
25. Esta división de la ciencia señala tareas y resultados diferentes. La ciencia pura justifiquen las propias acciones así como también si se es capaz de
produce teorías, leyes, explicaciones del mundo. La ciencia aplicada elabora modos de
resolver problemas prácticos, se supone que aplicando el conocimiento producido por
responder por las consecuencias que esas acciones acarreen. Si tales
la ciencia pura. La tecnología brinda procedimientos concretos para operar o interve- consecuencias son en parte benéficas y en parte perjudiciales, no es
nir en la realidad, y a su manera aplica los desarrollos de la ciencia aplicada a situa- correcto atribuirse la responsabilidad exclusivamente por uno de los
ciones particulares. De este modo, esta usual manera de dividir la actividad científica dos aspectos. Se es responsable por ambos, o bien no pueden conside-
y sus productos no sólo realiza una división del trabajo sino que además establece una rarse a ninguno de ellos como efectos de la actividad científica.
subordinación de una tarea a la otra y un orden de producción (primero la teoría,
luego la aplicación para finalmente operar o intervenir). La realidad de la práctica
científica desmiente tanto la subordinación como el supuesto orden de producción. e) A pesar de la crisis en que estamos inmersos, nos podemos perca-
26. Aristóteles (siglo V antes de Cristo) sostiene que la filosofia surge en aquellas tar de que cualquier actividad humana plantea cuestiones éticas. La
sociedades donde existe el ocio. Gracias a los esclavos, algunos hombres no necesitan ciencia es una actividad humana y sin embargo, si nos guiamos por
trabajar para obtener su sustento, la cuestión es cómo justificar su privilegio: el tener la concepción oficial, parece admisible defender su neutralidad. Pero
tiempo libre y al mismo tiempo jerarquizar su ocio. Al no trabajar no usan su cuerpo quizá, si la cuestión ética no pasa por endilgar culpas, establecer
en tareas que realizan los esclavos. La actividad de los esclavos sirve, está al servicio
castigos o eludir responsabilidades, ¿se trataría entonces de que en
de otra cosa, tiene un fin externo a sí misma (el ocio de otros). La actividad de los
ociosos debe ser distinta de la de los esclavos. No puede entonces más que servir a los procesos de decisión de la actividad científica (procesos que son
fines de la propia actividad, no tiene que estar interesada en ningún fin externo a sí ineludibles en toda actividad humana) se integre la reflexión sobre la
misma. Los ciudadanos que tienen ocio se dedican a la filosofia, a la búsqueda del dimensión ética de nuestras prácticas, con el objeto no sólo de lograr
saber por el saber mismo, sin otra finalidad que la theoría: la contemplación del orden, adecuadamente los objetivos particulares de sus investigaciones e
la belleza y la bondad del orden cósmico.
32 Mario Heler

intervenciones, sino también de respetar la igualdad y la libertad de 11. La garantía de verdad


todos los involucrados en la decisión, reconociendo a los otros como
personas con una identidad y una historia?
Y en este sentido, la ciencia, actividad racional por excelencia,
modelo de reflexividad crítica, en su historia oficial, al declararse
neutral frente a las cuestiones éticas, está excluyendo la posibilidad
de la reflexión ética. De esta manera, quedaría inmunizada la tecno-
ciencia contra la crítica.

En los próximos capítulos trataremos de abordar los dos aspectos


ya señalados del problema de la relación entre ética y ciencia. Prime-
ro revisaremos la garantía de verdad que se atribuye a los productos
de la tecnociencia (capítulo U), para evaluar el papel suplementario 1. La obviedad de una pregunta
que se otorga a su utilidad social (capítulo III). A partir de allí podre-
mos pensar en otra historia diferente de la oficial (capítulo IV), y en- Nuestras experiencias cotidianas desmienten una vieja creencia
tonces sí podremos empezar a explorar el lugar de la ética en la prác- acerca de un nexo causal entre el castigo y la culpabilidad, entre la
tica científica (capítulo V). gratificación y el mérito. Sabemos de la construcción de reputaciones
y prestigios. Pero confiamos todavía en el tiempo, que dejaría en pie
sólo lo válido y disolvería los simulacros.
Preguntarnos por qué triunfó la ciencia parece entonces una ob-
viedad. El triunfo de la ciencia moderna tiene ya un largo recorrido y
ha dado muestras cabales de sus méritos. Disfrutamos de su "lado
luminoso". Nuestras convicciones parecen entonces confirmarse, al
menos desde la perspectiva de los beneficios. Pero el "lado oscuro" de
la ciencia afecta negativamente nuestra certidumbre. Sin embargo,
como se nos afirma que el balance entre ambos lados hasta ahora
resulta favorable, no se altera demasiado nuestra confianza. Tal vez
si el saldo fuera negativo, las cosas serían diferentes, y hasta podría-
mos considerar culpable a la tecnociencia. En esta alternancia de
blanco o negro, sin matices, no parece haber otra opción, aunque la
vida humana se juegue en la zona de los grises. Pero no es esta cues-
tión la que ahora interesa.
Para la versión oficial, como ya sabemos, los méritos que hacen
superior a la ciencia se atribuyen en primer lugar a sus característi-
cas internas, al tipo de conocimiento que produce y a la forma en que
lo hace: a su excelencia epistemológica. 1 En segundo lugar, su valor

l. "Episteme" significa en griego conocimiento, conocimiento riguroso, fundamentado,


Y de ahí, entonces, ciencia (del latín "scientia", que significa también conocimiento).
Está en oposición a la "doxa", el saber vulgar o común, el de la vida cotidiana y del
"hombre común". "Logos", también en griego, significa lenguaje, razón, y secundaria-
[33]
34 Mario Heler La garantía de verdad 35

se reconoce en los usos sociales de la tecnociencia, en las posibilida- la validez de una ley o de una teoría científica, 2 por ejemplo, de la
des que ofrece para una vida saludable, confortable y duradera. teoría heliocéntrica, partiendo de la vigencia de una concepción
La ciencia provee un saber especial que se caracteriza por llegar a geocéntrica, y bajo la amenaza de ser quemado en la hoguera para
la formulación de leyes, a la enunciación de las relaciones invarian- quien osara defender algo diferente, hasta convertirse en el modelo
tes de los fenómenos. Las relaciones invariantes enunciadas valen de todo saber que pretenda ser considerado científico. La segunda
universalmente y una ley es reconocida entonces como tal cuando se pregunta, en cambio, interroga acerca de _l~s razones que acredita .un
presenta en todos los fenómenos a los que esa ley hace referencia. conocimiento para ser aceptado como vahdo. Desde su perspectiva
Trataremos de indagar en este capítulo sobre la forma en que la importa cómo se justifica la verdad. Remite entonces al problema
ciencia llega a enunciar esas leyes válidas y objetivas, orientándonos moderno de la fundamentación.
a reflexionar sobre la garantía de verdad de los productos tecnocien-
tíficos pregonada por la historia oficial.
Aunque no es lo mismo preguntar cómo se producen los conoci- 2. La excelencia epistemológica
mientos científicos que preguntar por qué son aceptables, válidas, las
leyes que la ciencia formula. Cada una de las preguntas supone una Desde el siglo XVII y en particular a partir de la Ilustración, el
perspectiva diferente. La primera interroga sobre las circunstancias problema del conocimiento consiste en encontrar una forma de salir
y condiciones históricas que hicieron posible que se llegue a aceptar de la dependencia de la razón humana con respecto a la verdad reve-
lada del medioevo, para lo cual se haría necesario definir criterios y
procedimientos que hagan factible distinguir la verdad de la false-
mente , estudio, tratado, teoría. "Epistemología" significa "estudio del conocimiento", dad, la validez de la invalidez.
o "estudio de la ciencia", y puede entenderse como la rama de la filosofia que estudia Ya Santo Tomás de Aquino, en la alta Edad Media, había plantea-
los problemas del conocimiento. Este término, que empieza a generalizarse a finales do que si los hombres pueden llegar a conocer el orden de la creación,
del siglo XIX, sustituyendo al más antiguo de teoría del conocimiento y, luego, al de la razón humana, en tanto finita y, por ende, falible (proclive al error,
gnoseología, presenta cierta ambigüedad, por lo que no siempre se usa con idéntico
a la falla), necesitaba de la tutela de la razón divina. Entonces, si
sentido. Cuando se le atribuye un significado tradicional y clásico, se refiere al estudio
crítico de las condiciones de posibilidad del conocimiento en general, que se ocupa de hubiese discordancias entre las verdades humanas y la verdad reve-
responder a preguntas como ¿qué podemos conocer? o ¿cómo sabemos que lo que cree- lada, el error estaría del lado de la verdad humana, la que debería
mos acerca del mundo es verdadero? En este caso, su objeto de estudio coincide con el rectificarse y adecuarse a la revelada.
de la teoría del conocimiento. Pero asimismo se le atribuye la función de ocuparse de Dios garantizaba el acceso a una verdad necesaria y universal.
la ciencia y del conocimiento científico, como objeto propio de estudio, por lo que se
Pero en la lucha por encontrar un lugar de legitimidad para las nue-
identifica con lo que, sobre todo en países de influencia anglosajona, se llama "filosofia
de la ciencia" (inicialmente entendida como "metodología de la ciencia" o "lógica de la vas prácticas sociales, la referencia al orden divino se convirtió en
ciencia"). La tradición francesa tiende a diferenciar entre una reflexión genérica sobre peligrosa, pues podría ser una forma de volver a dar exclusividad a
la ciencia (filosofía de la ciencia) y el estudio histórico y crítico de las ciencias, sus la verdad revelada, con el riesgo de que se revalidara la interpreta-
principios, sus métodos y sus resultados (epistemología). En tanto que "epistemológi- ción que de ella había instituido la Iglesia.
co" o "epistemológica" es lo relativo a los problemas que se plantean en teoría del
Sin renunciar a las verdades necesarias y universales, se procla-
conocimiento aplicada al conocimiento científico. En relación con la epistemología hay
que tener en cuenta la metodología: en general, la ciencia del método, o el estudio mó entonces el poder de la razón humana para dar cuenta del mun-
teórico de los métodos que se usan en las diversas ciencias. Más propiamente, re- do, y se buscó la manera en que se pudiera dar razón de sus verda-
flexión de segundo grado (esto es, no sobre el objeto que tratamos, sino sobre el modo des, fundamentarlas. Surge así el problema moderno de la funda-
como tratamos a este objeto) sobre los procedimientos de la investigación científica. Se mentación: ¿de qué modo encontrar apoyo, soporte, fundamento, a la
la ha considerado parte de la lógica o de la epistemología; en realidad se aproxima
validez de los conocimientos que se obtuvieran con el uso exclusivo
mucho a esta última, así como a la filosofia de la ciencia o a la teoría de la ciencia, pero
puede distinguirse de ellas por un enfoque más centrado sobre las técnicas y los proce-
dimientos de investigación que sobre los problemas lógicos y epistemológicos. Véase J.
Cortés Morató y A. Martínez Riu, Diccionario de filosofía en CD·ROM, Barcelona, Her-
der, 1996. 2. Una teoría científica articula diferentes leyes. Las leyes se integran en teorías.
36 Mario Heler La garantía de verdad 37

de la razón humana? o, en forma simplificada, ¿cómo se distingue un hacen, aunque en tanto individuos humanos todos cuenten con la
conocimiento verdadero de uno falso?'3 facultad de la razón). El error y la falsedad surgen de no recorrer el
Había entonces que encontrar el camino que permitiera que la camino "recto" donde se aplica adecuadamente nuestra sana y equi-
razón humana arribara a conocimientos justificables como válidos, tativamente distribuida razón humana. La garantía de que pueda
que fueran necesarios (que no pudieran ser de otro modo) y universa- dirimirse la discrepancia de opiniones a favor de una única opinión
les (que valieran para todas las situaciones del mismo tipo y para verdadera reside en recorrer, paso a paso, sin apresuramientos, el
todos los hombres). camino adecuado, recto, del método racional.
"Método" proviene del griego y significa camino ("odos") para lle- El método se presenta entonces como la única garantía de la vali-
gar a la "meta". En la ciencia, esta meta u objetivo consiste en lograr dez del conocimiento. Por un lado, indica los pasos que deben seguir-
conocimientos necesarios y universales. La cuestión del método pasa se para el logro de la verdad (contexto de descubrimiento). Asimismo,
a ser la perspectiva desde la que la epistemología ha tratado de res- al llegar a una verdad, cualquiera puede repetir los pasos del método
ponder al moderno problema del conocimiento, esto es, al problema y lograr los mismos resultados, llegando a coincidir (contexto de jus-
de la fundamentación. tificación). 5 Todos los que sigan el método adecuado llegarán a la mis-
En el siglo XVII, Descartes (1596-1650) escribió en su Discurso del ma meta: la verdad. Es posible el acuerdo sobre la validez de un co-
método:

El buen sentido es la cosa mejor distribuida en el mundo, 5. La epistemología oficial divide la actividad científica en contextos llamados de jus-
pues cada cual piensa estar tan bien provisto de él que aun tificación, de descubrimiento y de aplicación, y privilegia el primero. A su vez, comple-
aquellos que son más difíciles de contentar en cualquier otra mentariamente con esta distinción, se distingue la historia externa de la historia in-
cosa, no suelen desear más del que tienen. No es verosímil que terna de la ciencia, y se privilegia la segunda. Se ha escrito en negritas en el siguiente
todos se equivoquen en eso, antes bien, eso acredita que la po- cuadro lo considerado importante para la concepción hegemónica, y que resulta im-
tencia de juzgar bien y distinguir lo verdadero y lo falso -que portante en tanto se trata del problema moderno de la fundamentación. En cambio, no
es considerado relevante el proceso de producción del conocimiento científico, y enton-
es propiamente lo que se denomina buen sentido o razón- es ces el contexto de descubrimiento se considera histórico, subjetivo y azaroso. Tampoco
por naturaleza igual entre todos los hombres, y así la diversi- son relevantes las condiciones de aplicación, que se entiende como un resultado casi
dad de nuestras opiniones no viene de que unos sean más ra- mecánico de pasaje de la verdad a la manipulación de los fenómenos. Al desatender a
zonables que los demás, sino solamente de que conducimos estos dos contextos, la epistemología oficial no tema tiza la creatividad que se requiere
nuestros pensamientos por caminos diferentes, y no conside- en estos dos ámbitos que son auténticamente productivos, separándolos de lo verda-
ramos las mismas cosas. En efecto, no basta tener un buen en- deramente importante: la justificación. La separación entre historia interna y externa
tendimiento sino que lo principal es aplicarlo bien. Las almas es solidaria del privilegio dado al contexto de justificación, porque la existencia de una
más grandes son capaces de los más grandes vicios, como tam- historia interna independiente de la dimensión histórica de la sociedad (historia in-
bién de las más grandes virtudes; y los que no caminan sino terna) permite suponer que los científicos están dedicados a justificar los resultados
de sus investigaciones independientemente de las condiciones sociales en que se rea-
muy lentamente, si siguen siempre el mismo camino recto,
liza de hecho tal justificación.
pueden adelantar mucho más que los que corren y se apartan
de él. 4 CONTEXTO DE HISTORIA

JUSTIFICACIÓN: las cuestiones referidas a la INTERNA: desarrollo de los problemas


En la modernidad, la igualdad entre los hombres supone también aceptabilidad de las teorias científicas. y de las teorías en función de la di-
igual capacidad de juzgar bien y distinguir lo verdadero y lo falso, námica interna de la ciencia, tenien-
con la condición de que se haga un buen uso de la razón (que no todos do en cuenta las razones de su acep-
tación o rechazo.

DESCUBRIMIENTO: condiciones y circunstancias ExTERNA: desarrollo de las circunstancias


psicológicas, sociales, culturales de la formulación sociales, culturales y económicas en rela-
3. Claro que, con esta manera de plantear la cuestión, se corre el riesgo de atribuir a la de hipótesis y teorías. ción con el desarrollo de las ínvestigacio-
razón humana características divinas. nes científicas.
APLICACióN: condiciones y situación particulares
4. Descartes, Discurso del método, en Obras completas, París, Garnier, s/f, pp. 1-2 (la en las que se aplican los conocimientos científicos.
cursiva me corresponde).
La garantía de verdad 39
38 Mario Heler

sobre la base de una unidad metodológica. Pese al fracaso en los inten-


nacimiento, un acuerdo de todos los hombres (que hagan un uso ade- tos de formular un único método científico, aún hoy se continúa ac-
cuado de su razón) cuando las discrepancias acerca de su verdad o tuando como si lo hubiese. En todo caso, se admite que el método ad-
falsedad se diriman por referencia a la aplicación de un método. La quiere formas específicas en cada disciplina. Pero las variaciones en
verdad obtenida será así objetiva, necesaria y universal, intersubjeti- cada una de ellas no impiden que todas deban cumplir con ciertos re-
vamente válida. 6 quisitos uniformes (v.g., con aquellos con los que las instituciones aca-
La razón se operativiza en el método, con mayor exactitud, en el démicas y de financiamiento evalúan un proyecto de investigación, y
método científico, garantizando el logro de la objetividad en la bús- que se supone que son los requisitos de "la" metodología científica ade-
queda del conocimiento. Más aún, la racionalidad es el resultado de cuada, aunque se extraiga de un solo tipo de ciencia tomada como
aplicar el método científico y a su vez el método es lo decisivo en la modelo, las ciencias de las naturaleza, específicamente la física).
búsqueda de la verdad. Se establece de este modo una equivalencia:
Los distintos positivismos 7 han defendido una unidad de la ciencia
racionalidad = método = ciencia

6. En la modernidad, el término "objetivo" adquiere el significado de intersubjetividad La ciencia se distingue por aplicar un método que da garantía de
(acuerdo entre -in ter- sujetos). Lo "subjetivo" es diferente para cada uno (cada uno de verdad, ya que ese método es racional, y por ende el proceder cientí-
los sujetos tiene perspectivas distintas, y también diferentes preferencias, informa- fico y sus productos también lo son. La actividad científica se consti-
ción, etc.), en cambio lo "objetivo" es aquello con lo que todos los sujetos, cualesquiera,
pueden concordar; por lo tanto, es universal y también necesario.
tuye así en el exponente máximo de la racionalidad. Y el desarrollo
riguroso del método científico define entonces la excelencia epistemo-
7. Positivismo: En general, es aquella actitud teórica que sostiene que el único autén-
tico conocimiento o saber es el saber científico. Adopta una actitud crítica ante la lógica de la tecnociencia.
filosofia tradicional, en especial la metafisica, y afirma que también la filosofia ha de La palabra excelencia se vincula con la idea de virtud, palabra
ser científica. Para ello, el "espíritu positivo" es fiel a unos principios orientativos o derivada del latín y que a su vez remite a la palabra griega areté.
reglas, que se mantienen en todas las filosofías positivas de las diversas épocas: la regla Precisamente, el significado de areté es excelencia en la realización
ontológica del fenomenismo, según el cual la realidad se manifiesta en los fenómenos
de una tarea, en el desempeño de una actividad. Alude entonces al
(lo que aparece, lo que se manifiesta, etimológicamente), obliga a rechazar cualquier
concepción de una esencia oculta más allá de los fenómenos; la regla del nominalismo, logro en su mayor grado de aquello que es lo propio de una actividad
según la cual el saber abstracto no es saber de cosas en sí o universales, sino de meras (por ejemplo, entre todas las personas que tocan el piano, sólo algu-
cosas individuales generalizadas; la regla de la neutralidad que obliga a renunciar a nos son pianistas virtuosos, y lo son porque saben obtener el máximo
juicios de valor y a enunciados normativos (por ejemplo, los éticos), en cuanto care- de perfección en la ejecución de la obra, logrando lo propio del pianis-
cientes de sentido cognoscitivo y, finalmente, la regla de la unidad del método de la
ta: expresar en sus ejecuciones los matices y niveles de la partitura
ciencia, según la cual cabe pensar en un solo ámbito del saber, reducible a la observa-
ción y a la experiencia, en definitiva a una única ciencia, preferentemente la fisica. La musical haciendo rendir al máximo el instrumento). La excelencia
principal aportación de Auguste Comte al positivismo es la idea de que la realidad epistemológica refiere entonces a los méritos o virtudes de los resul-
humana es social y también ella debe poder ser conocida científicamente. A la ciencia tados de una actividad, méritos que suponen haber producido tales
que estudia esa realidad como síntesis de todos los conocimientos humanos la llamó
Comte "sociología". Este positivismo sociológico, junto con el positivismo biológico de
Claude Bernard, la ética positivista de John Stuart Mili y el positivismo evolucionista
de Herbert Spencer son los principales representantes del espíritu positivo europeo sin embargo, el criterio empirista del significado, o principio de verificación, según el
del siglo XIX. En el último cuarto del siglo XIX, el empiriocriticismo de Ernest Mach y cual sólo tienen significado, y producen conocimiento, por tanto, aquellos enunciados
Richard Avenarius defiende la necesidad de una filosofía científica y, en el periodo que que son susceptibles de verificación, esto es, aquellos para los cuales existe un método
transcurre entre los años 20 y los 30 del siglo XX, tras la Primera Guerra Mundial, se e~pírico de comprobar si son verdaderos o falsos. El Círculo de Viena propugna, ade-
desarrolla el denominado positivismo lógico, empirismo lógico o neopositivismo. Este mas, la tesis de la unidad de la ciencia, o de la ciencia unificada y, por lo menos
neopositivismo, que representa la tradición positivista germánico-austríaca y que se al~nos de sus miembros sostienen también la afirmación, propia de Comte, de que la
cristaliza en tomo del llamado Círculo de Viena (M. Schlick, R. Camap, C. Hempel y soc10logía ha de seguir los mismos métodos que las ciencias de la naturaleza· esta
O. Neurath), además de inspirarse en David Hume, Comte y Mach, se distingue del afirmación constituye el núcleo del llamado "positivismo sociológico". Véase J. Cortés
positivismo del siglo XIX por centrar su estudio, no en los hechos, objeto de las ciencias Morató y A. Martínez Riu, ob. cit.
naturales, sino en el análisis lógico del lenguaje. Su característica más positivista es,
40 Mario Heler La garantía de verdad 41

resultados desplegando las virtudes científicas. La puesta en prácti- bles soluciones, respuestas, que funcionan sólo como conjeturas, hi-
ca de estas virtudes otorgaría la garantía de verdad de los productos pótesis. Estas suposiciones acerca de posibles soluciones al problema
científicos. deben ser coherentes o no contradictorias con otros conocimientos ya
La versión hegemónica identifica la excelencia epistemológica con establecidos, 11 y además permitir que se infieran de ellas nuevos co-
las virtudes de un método científico, sintetizado bajo la denomina- nocimientos.
ción de método hipotético-deductivo, y la visión popperiana8 es una Inferir es obtener conocimientos a partir de otros conocimientos.
de las más difundidas. 9 Los requerimientos para la evaluación de Cuando una inferencia explicita información contenida en los conoci-
resultados de las investigaciones siguen hoy defendiendo esta visión, mientos ya dados, entonces se la llama deducción. Y el nuevo cono-
con modificaciones producto de las objeciones y reformulaciones que cimiento inferido (conclusión) quedajustificado por los conocimien-
han generado su concepción. 10 tos previos (premisas). La lógica determina las formas en que se pue
de inferir conocimientos a partir de otros ya dados, bajo la suposición
de que lo ya conocido (premisals) sea verdadero; o desde la perspecti-
3. El método científico va inversa pero complementaria: se justifica la verdad de un enun-
ciado por referencia a las premisas de las que se infiere. 12 El uso de
El nombre de "método hipotético-deductivo" alude a una peculiar estas formas válidas de inferencia deductiva es racional.
relación entre racionalidad y experiencia (empiria) que es distintiva De esta manera, una hipótesis, que es siempre general, permite
de la ciencia moderna. afirmar (inferencia deductiva, lo que quiere decir: explicitación) al-
La racionalidad exige que frente a un problema se formulen posi- gunas de sus implicancias (lo implícito), 13 acerca de situaciones par-

8. Karl Raimund Popper (1902-1994): Filósofo austriaco nacido en Viena y muerto en


11. Pueden formularse hipótesis que posean esta coherencia, o tener una mayor o me-
Inglaterra. Las ciencias son sistemas de teorías científicas, y éstas deben concebirse
nor coherencia con los conocimientos ya aceptados. En tales casos pueden provocar una
como aproximaciones a la realidad, como "redes", dice metafóricamente, que lanza-
"ruptura epistemológica", esto es, un cambio cualitativo en las orientaciones que en la
mos para comprender el mundo, "para racionalizarlo, explicarlo y dominarlo", y la
disciplina en cuestión sigue la comunidad científica hasta ese momento. Según Gastón
manera de lograr que la malla de estas redes sea cada vez más fina es procurando
Bachelard (1884-1962), ruptura epistemológica es la discontinuidad en el proceso del
eliminar todas aquellas teorias e hipótesis que no dicen nada acerca del mundo por-
conocimiento o en el desarrollo histórico de las ciencias, que obliga a concebir el conoci-
que son falsas. Puesto que las teorias e hipótesis son enunciados universales, elimina-
miento mismo no sólo como la historia del progreso científico sino también como una
remos de la ciencia las hipótesis falsas sometiendo sus enunciados universales a refu-
sucesión de cortes o "saltos" (epistemológicos), en los que la fase posterior supone
tación. Lo propio del método científico no es sólo comparar enunciados con sus posi-
una negación, critica o superación de los errores de la fase anterior. En el proceso del
bles refutaciones de los hechos, sino también comparar unas teorias con otras. Ambas
conocimiento el salto se produce en el paso del conocimiento ingenuo y ordinario
cosas suponen concebir las teorías científicas como una aproximación a la verdad.
al conocimiento objetivo y científico que, según Bachelard, hay que entender como una
Véanse, por ejemplo, La lógica de la investigación científica, Madrid, Tecnos, 1971;
construcción racional del objeto. Hay "ruptura epistemológica" entre la ciencia medie-
Conocimiento objetivo, Madrid, Tecnos, 1972; Conjeturas y refutaciones. El desarrollo
val y la moderna, la mecánica clásica (Isaac Newton) y la teoria de la relatividad de
del conocimiento científico, Barcelona, Paidós, 1983, y La sociedad abierta y sus ene-
Albert Einstein. Con este concepto se vincula la concepción de "revolución científica" de
migos, Barcelona, Paidós, 1981.
Kuhn, que luego veremos. Véase J. Cortés Morató y A. Martínez Riu, ob. cit.
9. Véanse G. Klimovsky, Las desventuras del conocimiento científico. Una introduc·
12. Por ejemplo, tomemos el conocido razonamiento deductivo (silogismo) "Todos los
ción a la epistemología, Buenos Aires, A-Z, 1994; G. Klimovsky y C. Hidalgo, La inex-
hombres son mortales; Sócrates es hombre; por lo tanto, Sócrates es mortal". Si se lee
plicable sociedad. Cuestiones epistemológicas de las ciencias sociales, Buenos Aires,
desde las premisas para llegar a la conclusión, se muestra la inferencia. En cambio, si
A-Z, 1998.
se lee primero la conclusión y se reemplaza "por Jo tanto" por "porque" (o una expre-
10. Véanse por ejemplo, l. Lakatos, Historia de la ciencia y sus reconstrucciones racio- sión equivalente), y se leen después las premisas, se justifica o argumenta la verdad
nales, Madrid, Tecnos, 1982; Th. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, de que "Sócrates es mortal" (la conclusión).
México, Siglo Veintiuno, 1985 y Segundos pensamientos sobre paradigmas, Madrid,
13. Conviene diferenciar "implicancia" de "consecuencias". Aquello que se infiere (ex-
Tecnos, 1978; P. Feyerabend, Tratado contra el método, Madrid Tecnos, 1981, Adiós a
plicita) de una afirmación son sus implicancias (pero aquello que se considera impli-
la razón, Madrid, Tecnos, 1984, y ¿Por qué no Platón?, Madrid, Tecnos, 1985; L. Lau-
cado depende de las premisas que se tomen). Los efectos que produce su afirmación y
dan, Science and Values. The Aims of Science and their Role in Scientific Debate, Ber-
que no están implícitos en su formulación constituyen sus consecuencias. Un ejemplo:
keley, University of California Press, 1984.
La garantía de verdad 43
42 Mario Heler

Puede ocurrir que las deducciones correctas sean o no capaces de


ticulares, donde se presenta en concreto el problema que motiva la asar la prueba de la experiencia. Y sobre la base de que lo sean o no,
hipótesis y tal como la hipótesis lo interpreta. En tanto refieren a pe
s determina la aceptación o el rechazo de la hipótesis, convirtiéndo-
situaciones particulares, estas deducciones son observables (se las la 0 no en un conocimiento científico válido.
suele denominar "consecuencias observacionales") y por ende hacen La integración del nivel lógico y el empírico define la racionalidad
factible confrontar la hipótesis con los hechos mediante la observa- del método científico, 16 en tanto la conjetura o hipótesis se pone a
ción y la experimentación. 14 prueba con los hechos, mediante deducciones que permiten la obser-
Por consiguiente, la deducción de conclusiones sobre hechos ob- vación o la experimentación. Sin embargo, tal integración es asimé-
servables, a partir de la hipótesis, permitiría contrastar con la expe- trica. Popper estructura su epistemología sobre la base de que sólo
riencia y obtener pruebas acerca de si la hipótesis logra dar cuenta resultaría correcto para el proceder científico rechazar una hipótesis
del problema (verificación o confirmación; aunque como veremos es (falsación).
imposible cuando se trata de hipótesis universales) o no lo logra (re- El método hipotético-deductivo sostiene que las hipótesis deben
futación o falsación). ser contrastadas con los hechos que se infieren de ella. Dado que las
Resulta entonces que en el conocimiento científico, la razón con- hipótesis pretenden mostrar las relaciones invariantes de los fenó-
fronta sus lucubraciones con los hechos que se quieren explicar, me- menos (ley), refieren a todos los casos posibles. Las hipótesis más
diante deducciones de enunciados observacionales que son contras- relevantes son universales: la relación que postulan debería valer
tables con la experiencia. Las hipótesis se discuten en el nivel lógico para cualquier caso posible del mismo tipo, y entonces los casos que
(si unas afirmaciones son justificación de otras, si se derivan o dedu- abarcan son innumerables o infinitos.
cen de otras; se prueba así su coherencia) y en el nivel empírico ape- El problema es que los enunciados universales para ser aceptados
lando a las pruebas surgidas de la confrontación con los hechos. 15 como válidos deben ser verdaderos en todos y en cada uno de los
casos que incluyen (para el mismo tipo de hecho en todo tiempo y
lugar; por ejemplo, la ley de caída de los cuerpos se debe cumplir, ser
la pretensión de que el conocimiento científico brinde garantía de verdad implica (se
verdadera, para cualquier objeto en caída libre en la superficie de la
infiere) que la ciencia pueda determinar inequívocamente la verdad de los resultados
de sus investigaciones, y que por tanto pueda "fundamentar" esa verdad. Entre sus Tierra, ayer, hoy y mañana; o bien la violencia como consecuencia de
consecuencias posibles (no están implícitas en la pretensión) se encuentra, por ejem- ingerir bebidas alcohólicas en gran cantidad debería ser el resultado
plo, que la verdad se logre, o no, fundamentar en la experiencia (empiria) o en la en cualquier sujeto que ingiriera tales bebidas en una gran propor-
razón, o en una combinación de ambas. De cualquier manera, las implicancias depen- ción en cualquier circunstancia). Pero basta que un solo caso no cum-
den de las premisas que se tomen para realizar la inferencia, y esas premisas muchas
veces no se ponen de manifiesto sino que son presupuestas. En el caso particular de
las llamadas "consecuencias observacionales", estas implicancias de la hipótesis se
particularizan con el agregado de premisas que refieren a "condiciones iniciales" (como habla de "verdad" con respecto a las proposiciones o enunciados que, al afirmar (o
cuando en los ejercicios escolares de fisica se nos daban esas condiciones iniciales, negar) un estado de cosas, resultan verdaderas o falsas, en tanto dan cuenta (o no) de
indicándonos la hora de salida, la velocidad de un móvil y la hora de llegada, para la realidad. Suponen una idea de verdad como adecuación o coincidencia entre la pro-
calcular los kilómetros recorridos) o bien se recurre a "hipótesis auxiliares", es decir, a posición y los hechos. La verdad corresponde entonces al nivel empírico. En cambio, se
conocimientos ya adquiridos (por ejemplo, en el experimento de Iván Pavlov -por el habla de "validez" en relación con el nivel lógico. La validez o la invalidez refieren
cual reiteradamente se hacía sonar una campana al dar de comer a un perro y luego se entonces a la corrección o incorrección de las relaciones entre proposiciones, a las
hacía sonar la campana sin darle comida, entonces el perro segregaba también sali- inferencias que se obtienen al establecer unas como premisas y otras como conclusio-
va-, la inferencia a partir de la hipótesis sobre la existencia de reflejos condicionados nes. Se reserva además este término para las inferencias deductivas. Véase también
requiere de la hipótesis auxiliar acerca de la conexión entre el proceso de alimentación la nota 27 de este mismo capítulo, con referencia al uso que se hace aquí de ambos
y la segregación de saliva en los perros). términos.
14. La experimentación es una observación de una situación que ha sido provocada 16. A la matemática y la lógica (ciencias formales) corresponde sólo el nivel lógico, por
bajo condiciones controladas (la ingesta por un grupo de voluntarios de una droga no tener referencia empírica (aunque puedan ser aplicadas a cosas y sucesos). Ambas
medicinal para ver sus efectos en el organismo). En cambio, la observación atiende a disciplinas desarrollan otro tipo de metodología y plantean cuestiones epistemológi-
un fenómeno dado -no provocado- (por ejemplo, un eclipse o la observación de un cas diferentes de las de las ciencias fácticas (de hechos), que a su vez se dividen en
pedagogo de una clase de una escuela primaria). ciencias naturales y ciencias sociales, donde se presentan los dos niveles.
15. El uso estándar de las nociones "verdad" y "validez" remiten a estos dos niveles. Se
44 Mario Heler la garantía de verdad 45

pla con lo prescripto por la hipótesis para considerar que la hipótesis Algunas veces esas teorías presupuestas tienen un bajo nivel de
es falsa. 17 abstracción e incluso pueden corresponder a la vida cotidiana y no
El hecho de que en la contrastación de la hipótesis no se haya haber sido elaboradas científicamente. Resulta entonces que tanto
registrado ningún caso que la haga falsa no permite considerarla en la falsación o refutación como en la presunta confirmación de una
verdadera, pues no quiere decir que no los haya o que no puedan hipótesis, su contrastación empírica no nos pone en contacto con la
aparecer en el futuro, en tanto no sea factible realizar una contrasta- realidad tal cual la realidad es, sino que supone elementos teóricos
ción exhaustiva (de todos los casos posibles). En consecuencia, se desde los cuales se interpreta que tales fenómenos ("lo que aparece",
puede falsar una hipótesis encontrando un contraejemplo (esto es, según el significado etimológico de la palabra "fenómeno") apoyan o
un caso en que la hipótesis no se cumpla; en nuestros ejemplos, un socavan la hipótesis. No nos encontramos con la realidad desnuda,
objeto que en caída libre no se dirija hacia el centro de la Tierra o un sino que vamos al encuentro de "la realidad" desde nuestras concep-
sujeto que pese a ingerir una gran cantidad de alcohol no reaccione ciones, desde nuestros marcos teóricos. 19
violentamente). Pero es incorrecto afirmar su verdad, no se puede Surgen varias preguntas: ¿por qué se aceptan hipótesis como ver-
considerar que ha sido "confirmada" o "verificada": no es suficiente daderas o se las rechaza?, ¿por qué se rechazan hipótesis al falsarias
que no se hayan encontrado contraejemplos, porque siempre cabe la si dependen de la interpretación de los hechos?, ¿por qué se las acepta
posibilidad de que se los encuentre. cuando no hay sustento racional para considerarlas válidas?
Pero nos hallamos aquí con otro problema. No existen hechos bru-
tos, esto es, independientes de toda teoría, con los que contrastar
nuestras elaboraciones teóricas, las hipótesis. Llamamos "hechos" al 4. El poder de la decisión
resultado de una interpretación y, por lo tanto, siempre suponen teo-
ría (y Popper lo reconoce en sus críticas al inductivismo ). 18 La respuesta oficial traslada el punto crucial de la validación de
hipótesis desde la contrastación con los hechos a la decisión de la
comunidad científica.
17. Un ejemplo trivial y acotado: si se afirma que en cierto momento "en el edificio X, Si afirmar la verdad de la hipótesis a partir de la verdad de las
con treinta y seis departamentos, todos tienen encendido algún artefacto eléctrico", se consecuencias observacionales verdaderas constituye una falacia (esto
trata de un enunciado universal, cuyo universo del discurso está conformado por los
treinta y seis departamentos que forman el edificio. Basta que se pruebe que uno solo
de los departamentos no tiene encendido ningún aparato eléctrico para considerar la ciencia y en la vida práctica es que, a diferencia del razonamiento deductivo, au-
que la afirmación es falsa. Haber probado que en veinte departamentos tienen encen- menta el conocimiento (ya que no se trata de una explicitación, como en el caso de la
dido al menos uno de esos aparatos no permite afirmar su verdad. Sólo si constato que deducción).
los treinta y seis departamentos tienen encendido aparatos eléctricos, puedo afirmar Método inductivo: El que tiene como características fundamentales del método
la verdad de la afirmación universal, pero sólo una vez que se hayan controlado todos adecuado para la investigación científica la observación, la clasificación, la generali-
los departamentos existentes. Claro que en el caso de las hipótesis científicas de las zación y la predicción de hechos. Esencial al método inductivo es la afirmación de que
ciencias naturales, sus universos del discurso suelen ser innumerables o infinitos. las hipótesis científicas son generalizaciones de la experiencia que pueden confirmar-
se mediante la contrastación. El inductivismo defiende el método inductivo como mé-
18. Véase K. Popper, La lógica de la investigación científica, Madrid, Tecnos, 1971.
todo científico. Véase J. Cortés Morató y A. Martínez Riu, ob. cit.
Inducción: En un sentido general, ya desde la antigüedad clásica, encierra la idea de
dirigirse uno mismo o dirigir a los otros hacia un concepto general o hacia una verdad 19. Cualquiera que haya observado el resultado de una ecografia o bien fotos satelita-
universal, a partir de casos menos generales o universales. La forma de razonamiento les sabe que su lectura requiere de elementos teóricos de interpretación. Los hechos no
inductiva parte de algunas premisas particulares sobre un tipo de cosas o sucesos, se revelan allí por sí mismos, sino a partir de los supuestos conceptuales que permiten
para inferir una conclusión universal ("todos") acerca de los casos posibles a los que que se los comprenda como sexo del feto, estrellas fugaces, etc. Además, los enuncia-
refieren las premisas. En la práctica supone creer que del conocimiento de los hechos, dos científicos incluyen usualmente términos que carecen de referencia empírica; son
directamente conocidos, podemos pasar al conocimiento de hipótesis, leyes o teorías términos teóricos. En consecuencia, no tienen correlato alguno con los hechos. 'lbda
que abarcan todos los hechos del mismo tipo. En un sentido estricto, como la define la observación, cotidiana o científica, supone necesariamente teorías de distintos grados
lógica, es una forma no deductiva de razonar o inferir, empleada en la ciencia y en la de elaboración y abstracción. Sin ellas no podríamos ver más que manchas informes e
misma vida cotidiana, que se caracteriza porque la conclusión contiene más informa- ininteligibles. Aun en los casos más elementales en que decimos, por ejemplo, "obser-
ción que la que contienen las premisas, por lo que, aun siendo verdaderas sus premi- var el verde de las hojas de un árbol", se requiere una teoría mínima del color y de lo
sas, la conclusión puede ser falsa. El interés que ofrece este tipo de argumentación en que es una "hoja de árbol".
46 Mario Heler La garantía de verdad 47

es, una inferencia deductiva inválida que nada demuestra acerca de Las consecuencias observacionales resultan verdaderas o falsas
la verdad de la hipótesis), la aceptación de una hipótesis depende en función de una serie de presupuestos que la comunidad científica
de que la comunidad científica decida que la hipótesis debe ser acep- comparte y que conforman el paradigma. Y estos presupuestos, que
tada como verdadera, pasando así a formar parte provisoriamente no siempre están totalmente explícitos, ¿serán verdaderos? La pre-
del cuerpo de conocimientos válidos (aceptados) de una ciencia. Pero gunta no tiene sentido. Puede hablarse de verdad o de falsedad sola-
si no son los hechos derivados de la hipótesis los que dan crédito a su mente en relación con ellos, a partir de estar inmersos en la red de
validez, ¿cuáles son los parámetros o criterios de la comunidad cien- significaciones de nuestro mundo simbólico, y en el caso de la cien-
tífica para aceptar una hipótesis? cia, de su paradigma.
Una comunidad científica acepta o rechaza una hipótesis en fun- ~El concepto de paradigma es básicamente sociológico: es lo que
ción del paradigma que rige a la ciencia en un momento determina- comparten los miembros de una comunidad científica y, a la inver-
do. Un paradigma incluye una teoría, aplicaciones y modelos de la sa, una comunidad científica no es sino un grupo humano que com-
teoría, procedimientos de investigación, modos de seleccionar, plan- parte un mismo paradigma. 23 Por ello, el conocimiento de la especi-
tear y resolver problemas, técnicas instrumentales, además de ideas ficidad y de los componentes de un paradigma en particular exige
filosóficas y hasta cierta concepción metafisica. 20 La concepción aris- el análisis tanto de los textos y las prácticas con que se inician los
totélica del movimiento, la astronomía ptolomeica, la mecánica de futuros científicos como de las publicaciones, reuniones, congresos
Newton o la teoría de la relatividad de Einstein son ejemplos de pa- y actividades a través de las cuales se comunican los miembros de
radigmas; también lo son el psicoanálisis, el marxismo, el funciona- la comunidad. 24
lismo, etc. El paradigma constituye el modo de ver y comprender la El telescopio de Galileo dejaba incrédulos y desconfiados a los sa-
realidad desde el que se investiga y fundamenta, y desde el que se bios de la ciencia medieval, porque no veían, por ejemplo, las man-
perciben los problemas. 21 Dada la generalización del uso del térmi- chas del Sol. Su visión estaba determinada por un paradigma dife-
no "paradigma" que en su criterio no respetaba el sentido original, rente que no podía registrarlas. Cuando Gregory Mendel (1822-1884)
Kuhn lo reemplaza por "matriz disciplinar". 22 propuso sus leyes de la herencia, éstas fueron rechazadas por la co-


23. El concepto de paradigma es básicamente sociológico porque de hecho fue en la
20. Una concepción es "metafisica" cuando no remite a hechos observables sino que
refiere a algo que está más allá (meta-) de la fisica, de los hechos, de la empiria, y que sociología de las ciencias donde encontró su ámbito más propicio y receptivo. En él
da sentido a los hechos. opera una triple dimensión: en tanto es un concepto, esto es, en tanto hace posible
pensar la ciencia de una cierta manera (ante todo, como una práctica social), actúa, en
21. Véase T. Kuhn, La tensión esencial. Estudios selectos sobre la tradición y el cam-
primer término, en una dimensión filosófica; en segundo lugar, cuando entendemos
bio en el ámbito de la ciencia, México, Fondo de Cultura Económica, 1996.
por paradigma aquello que hace posible explicar la relativa continuidad de una deter-
22. Thomas Samuel Kuhn (1922-1996): Filósofo de la ciencia e historiador america- minada práctica científica en el tiempo, opera en una dimensión histórica; en último
no, nacido en Ohio; estudió fisica en Harvard y fue profesor de filosofia e historia de término, cuando lo utilizamos como una palabra que permite relevar las condiciones
la ciencia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Es conocido sobre todo por que hacen posibles la extensión espacial de una cierta práctica científica y, por tanto,
sus obras La revolución copernicana (1957) y La estructura de las revoluciones cien- como un término que explica la relativa plenitud de la comunicación profesional entre
tíficas (1962), donde en oposición a Popper sostiene que la historia de la ciencia no es los científicos y la relativa unanimidad de sus juicios profesionales funciona, ahora sí,
una historia de un progreso acumulativo de las verdades sino que se da por ruptu- en una dimensión sociológica.
ras, por "revoluciones científicas". A partir de su obra, también en la epistemología
24. La comunidad científica está constituida por los investigadores formados a cargo
se producen cambios; comienzan a tener más importancia los estudios de historia de
de la actividad científica. También se incluye a los que están en formación y, por ende
la ciencia y sufren un fuerte impulso los de sociología de la ciencia. A partir de la
a los encargados de formarlos, los docentes. Constituyen una comunidad unida en la
concepción de Kuhn los estudios epistemológicos comienzan a incluir entre otros
tarea de desarrollar la ciencia y por las normas que regulan la actividad científica.
desarrollos los de la sociología de la ciencia. Véase, por ejemplo, P. Kreimer, De pro-
Como en toda comunidad, hay jerarquías, reconocimientos y prestigios; así como des-
betas, computadoras y ratones. La construcción de una mirada sociológica de la cien- calificaciones, marginaciones y exclusiones. Desde la perspectiva del problema de la
cia, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, 1999; F. Fernández Buey, La fundamentación son los investigadores formados, y los más destacados entre ellos, los
ilusión del método. Ideas para un racionalismo bien temperado, Barcelona, Crítica, que tomarían las decisiones acerca de la aceptabilidad o inaceptabilidad de una hipó-
1991, y algunos de los artículos de L. Olivé (ed.), Racionalidad epistémica, Madrid, tesis.
Trotta-Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1995.
48 Mario Heler La garantía de verdad 49

m unidad científica de la época. El paradigma vigente era otro, y en él Una "ciencia normal" se define por la vigencia de un paradigma
no había ningún lugar para tales hipótesis. Hizo falta un cambio de en sus prácticas. Pero el paradigma puede cambiar, y lo hace me-
paradigma (una "revolución científica", en la terminología de Kuhn), diante una "revolución científica" que instaura un nuevo paradigma
para que su propuesta fuera recuperada y sus ideas tuvieran la im- y una nueva ciencia normal, y por tanto nuevos parámetros para
portancia que hoy detentan en la biología. La desconfianza de Eins- decidir cuándo una hipótesis es aceptable o no. Se supone que la ra-
tein ( 1879-1955) hacia la teoría cuántica se basaba en que para él era zón de estas revoluciones se halla en las anomalías (cuestiones para
imposible considerar que Dios jugara a los dados en la creación (el las que no se encuentran respuestas o, dicho de otro modo, casos de
azar, precisamente, recién se incorpora en un paradigma actual, al fracaso del paradigma) que se van acumulando en el desarrollo de
romperse con la idea determinista de un tiempo reversible). 25 una ciencia normal produciendo una crisis.
¿Por qué son aceptadas entonces las hipótesis científicas y admi-
tidas como verdaderas, al menos provisoriamente? No existe modo
de abordar los hechos sin presuponer teoría, ni confirmación de las Historia de la ciencia
hipótesis mediante los hechos así observados. Todo depende enton-
ces de la decisión de la comunidad científica en el marco del paradig-
ma vigente. Ciencia normal Paradigma
"Ha resistido la prueba de la experiencia" sería la fórmula que
utiliza la comunidad científica cuando decide que una hipótesis es
aceptable. Ello quiere decir que, pese a los intentos de refutarla, la
hipótesis en cuestión ha quedado en pie (no se ha podido falsar). 26
Pero ello significa que los hechos no suscitan oposición con los pará-
t
inconmensurables
metros con que se interpretan, no desentonan con los supuestos y pre- Revolución científica
supuestos bajo los que se está poniendo a prueba la hipótesis _27

25. Véase, por ejemplo, l. Prigogine e l. Stengers, La nueva alianza, Madrid, Alianza,
1983.
Ciencia normal
'
Nuevo paradigma

26. Véase K. Popper, La lógica de la investigación científica.


27. Volvamos al significado de las nociones de verdad y validez reseñado en la nota 15
de este capítulo. Si las consecuencias observacionales suponen teoría, aun cuando

anomalías

refieran al nivel empírico de las teorizaciones científicas, y son inferencias deductivas +


a partir de hipótesis, siempre suponen relaciones entre proposiciones (característica
de la validez). Las hipótesis están a su vez relacionadas con otras proposiciones (explí- ~
citas o implícitas) derivadas del paradigma y pertenecientes a la o las teorías en las
que tienen sentido las hipótesis puestas a prueba, y tales relaciones tienen que satis-
facer las exigencias lógicas de coherencia, de consistencia, lo que quiere decir que
existe algún tipo de inferencia deductiva entre esas proposiciones y la hipótesis. Ha-
blar entonces de la verdad o falsedad de las consecuencias observacionales y de las
hipótesis supone pensar las consecuencias e hipótesis aislándolas del conjunto de co-
nocimientos aceptados, supuestos y presupuestos que dan sentido a su formulación y
con los que mantiene relaciones lógicas (explicitadas o no), así como presupone la
concepción de verdad como adecuación o coincidencia. Pero esta concepción resulta
cuestionada si se toma en cuenta la "revolución copernicana" de Kant (capítulo 1, apar-
tado 2). Parece entonces que sería conveniente hablar de validez más que de verdad
(salvo en casos muy específicos en que se usen ambos términos para diferenciar aspec- ción, se puede entender que use indistintamente ambas expresiones, según el contex-
tos distintos e interrelacionados que requieren ser distinguidos). Hecha esta aclara- to, pero que en realidad piense más en términos de validez que de verdad.
50 Mario Heler La garantía de verdad 51

Asimismo, para Kuhn los paradigmas que rigen las sucesivas llos: en uno de ellos irían los argumentos a favor y en el otro se pesa-
ciencias normales son inconmensurables, es decir, no existe un pa- rían los argumentos en contra, siendo el balance resultante entre los
trón de medida (de mensura) común para comparar los logros y re- dos platillos el que inclinaría la decisión hacia una decisión de acep-
sultados de unas y de otras, y por tanto la decisión acerca de la tación o de rechazo.
verdad o falsedad de una hipótesis puede variar de una ciencia nor- Aun suponiendo que se puedan clasificar simplemente los argu-
mal a otra, e incluso no tener sentido en una y sí en otra. 28 Además, mentos en razones a favor y en razones en contra31 y que los miem-
señala que la caída del viejo paradigma y la instauración de uno bros de la comunidad científica sopesen de idéntica manera los argu-
nuevo no responde solamente a cuestiones epistemológicas, dando mentos (que todas las balanzas marquen la misma inclinación), ¿se
a entender que operan factores de distinta índole, por ejemplo, polí- puede hacer tal estimación de los argumentos con un resultado con-
ticos y económicos. 29 clusivo, es decir, que la balanza de la razón presente una inclinación
Desde esta perspectiva, no es la verdad o la falsedad de las conse- definida hacia uno u otro lado en las evaluaciones de al menos la
cuencias observacionales lo que determina que sea aceptada o re- mayoría de los miembros de la comunidad científica?
chazada una hipótesis (incluso hay veces en las que se consideran O bien, ¿habrá que pensar que a lo sumo la inclinación de la
válidas hipótesis que han sido falsadas en la contrastación). En el balanza llevaría a establecer la plausibilidad de la aceptación o
proceso de toma de decisión de la comunidad científica, en tiempos del rechazo, esto es, que la hipótesis puede ser aceptada o rechaza-
de ciencia normal, parecen converger diferentes factores en la deli- da? Pero que pueda ser una de las dos cosas -esto es, que sea plausi-
beración (por ejemplo, la creatividad de sus hipótesis, sus aportes a ble- no es lo mismo que de hecho sea aceptada o rechazada. Queda-
la continuación de las investigaciones y su compatibilidad con las ría entonces un espacio entre que se establece la plausibilidad o la
hipótesis ya aceptadas, etc.) e incluso con distinto peso relativo en el falta de plausibilidad por un lado y, por otro, la aceptación o el
balance de los argumentos a favor o en contra de la aceptabilidad de rechazo efectivo. ¿Cómo se cubriría ese espacio?
una hipótesis. Pero además, ¿sería la plausibilidad el criterio de decisión de la
Se plantea entonces la siguiente cuestión: ¿es suficiente la visión comunidad científica? Y si lo fuera, ¿el conocimiento plausible brin-
común que brinda el compartir un paradigma para llegar a ese con- daría garantía de verdad? (quizá el problema moderno de la funda-
senso? mentación conlleva una idea de verdad que -en su secularización de
Puede imaginarse una situación ideal donde en una discusión la divina- hace difícil pensar los conocimientos científicos como ver-
desapasionada e imparcial -desinteresada- los miembros de la co- dades sólo plausibles).
munidad científica superan sus diferencias sopesando los argumen-
tos propuestos y llegando a consenso sobre la aceptación o el rechazo
de hipótesis y sólo por el peso racional de esos argumentos. 30 Esta 5. La conveniencia
imagen apela implícitamente a una metáfora. La mente racional de
los científicos (y no sólo la de ellos, sino la de los seres racionales) En este capítulo hemos ido paulatinamente cambiando de pers-
operaría como una perfectamente equilibrada balanza con dos plati- pectiva de análisis siguiendo hasta cierto punto una lectura del reco-
rrido argumental en la epistemología anglosajona durante el siglo
XX. De un lenguaje impersonal en el que la ciencia en abstracto de-
terminaba la verdad de las hipótesis por su peculiar amalgama entre
28. Se suele considerar que en las ciencias sociales los paradigmas no caen sino que teoría y práctica, entre el pensamiento y los hechos, hemos pasado a
coexisten en un parcelamiento de una misma ciencia con diversas orientaciones dadas
por sus diferentes paradigmas.
29. Kuhn ha matizado sus posiciones al respecto. Véase Th. Kuhn, Segundos pensa·
mientas sobre paradigmas y La tensión esencial. 31. Pe~ar. en más plat.illos e~ la balanza no es una mejor solución; no sólo complicaría
30. Véase J. Habermas, Teoría de la acción comunicativa, Madrid, Tauros, 1987, 2 t. el eqmhbr10 en el funcwnam1ento de la balanza, sino que además la diversidad de las
Además M. Heler, Jürgen Habermas y el proyecto moderno, Buenos Aires, Biblos, en clases de argumentos clasificados en cada platillo no alteraría la inclinación final de
prensa. la balanza, que en la metáfora es lo importante.
52 Mario Heler La garantía de verdad 53

un lenguaje que habla de una comunidad, de un conjunto de perso- Cuando hablamos de práctica nos estamos refiriendo a cualquier
nas unidas por un paradigma, que tienen que consensuar la validez secuencia recurrente de acciones que son reconocidas socialmente
del conocimiento. Pero es un lenguaje que todavía sigue confinado en como tales aun cuando existan variaciones en su ejecución indivi-
el ámbito del problema moderno de la fundamentación, y por ende dual. Así decimos que ciertas personas "practican" la medicina, o ha-
preocupado por un criterio racional, objetivo -en el sentido de inter- blamos de prácticas de fútbol, de prácticas consumistas, religiosas,
subjetividad- y también conclusivo, para decidir acerca de la verdad amorosas, y también de prácticas profesionales y científicas. Existen
de los conocimientos científicos, aun cuando se acepte la falibilidad prácticas en todos los niveles de la vida social humana.
humana y la provisoriedad de los conocimientos. Las prácticas sociales son, entonces, configuraciones estables de
Cambiemos nuevamente de lenguaje, ahora no para reflexionar actividades compartidas. En cada caso, su configuración se define
sobre una situación ideal del proceso de toma de decisión en la comu- por un cierto "patrón de haz-y-no-hagas", por reglas. Pero estas re-
nidad científica, sino sobre la práctica social real que llamamos cien- glas en su mayor parte permanecen implícitas, y sólo parcialmente
tífica, desde la perspectiva de una sociología de la ciencia. 32 se articulan (se explicitan, aunque nunca totalmente). Los practi-
La práctica social de la ciencia puede entenderse como un juego, cantes siguen las reglas porque las han incorporado, son reglas en-
el juego científico. Los integrantes de la comunidad científica son sus · carnadas (incorporadas: incorpore, en el cuerpo; se han hecho carne
jugadores, por lo tanto, saben jugarlo -tienen el sentido práctico del a través de un proceso de socialización). 33 Las reglas no se aplican;
juego imprescindible para ser un jugador- y, según la posición que hay que aplicarlas. Existe un saber de las reglas implícitas que opera
ocupan y el estado del juego en cada momento, establecen estrategias de trasfondo en el accionar individual; un accionar individual que al
para ganar. mismo tiempo es grupal, porque actúa en diálogo, en relación con
Vayamos aclarando por partes esta perspectiva de interpretación. otros practicantes: es una acción compartida, social.
En ciencia hablamos de comunidad científica y la pertenencia de
sus miembros depende de la acreditación de una formación realizada
32. Sociología de la ciencia: Rama de la sociología que estudia la ciencia como fenóme- en diálogo (con profesores y compañeros de estudio, con autores de
no e institución social. Este tipo de estudios se inició en los años 40, con los trabajos de libros de la disciplina y también con investigadores) dentro de insti-
Robert K. Merton, sociólogo americano discípulo de Talcott Parsons, perteneciente al tuciones (la universidad) encargadas de dar la acreditación de la for-
funcionalismo sociológico. En su tesis doctoral, Ciencia, tecnología y sociedad en la
Inglaterra del siglo XVII (1938), sostuvo que el gran desarrollo científu;o del siglo XVII,
mación cumplida con mejor o peor desempeño estudiantil; una
en Inglaterra, se debía a condicionamientos socialés, entre los cuales destacaba el formación en la que se incorporan las reglas de la actividad. El egre-
puritanismo inglés. En publicaciones posteriores trata de los factores que determinan sado de la Facultad de Medicina puede entonces practicar la medici-
el carácter de la ciencia como institución social. En una primera época sostuvo que na; el de la carrera de contador, la contabilidad, y según las otras
esos factores eran un conjunto de valores y normas aceptados entre los científicos: instituciones formadoras, practicar la antropología, la física, la pe-
comunismo (o colaboración), universalismo (objetividad y verificación), desinterés (sólo
dagogía, y así con cada profesión o especialidad.
satisfacción por el trabajo) y escepticismo organizado (duda metódica ante todo), que
recibieron el nombre de CUDEOS, por sus iniciales. En una segunda fase, sostuvo que el Los practicantes no saben necesariamente formular (explicitar)
elemento fundamental de la ciencia como institución era el intercambio de reconoci- las reglas que rigen su práctica, pero sí saben cómo actuar en cada
mientos y recompensas por la investigación de primera mano, que se realiza en el situación particular. 34 Poseen un saber práctico. En el caso del recién
ámbito científico. A partir de la obra de Kuhn, la sociología de la ciencia se orientó no
ya al estudio de la ciencia como institución social, sino a considerar como objeto propio
de estudio los intercambios que se producen entre los factores sociales y los proce-
sos de producción y justificación del conocimiento científico, acercándose así a una
sociología del conocimiento, pero adoptando el nombre de "programa fuerte". Tesis
fundamental de este programa es que los factores sociales son los principales respon- 33. Se trata de una socialización "secundaria"; por ejemplo, en el caso del científico, su
formación en la universidad, que actúa sobre la base de la socialización "primaria"
sables del desarrollo de la ciencia. Véanse J. Cortés Morató, oh. cit., y A. Martínez Riu;
(del niño, primero con su familia) y de otras secundarias (escuela primaria y media).
O. Martín, Sociología de las ciencias, Buenos Aires, Nueva Visión, 2003 y C.A. Prego,
Las bases sociales del conocimiento científico. La revolución cognitiva en sociología de 34. Los seres humanos sólo pueden individuarse por vía de la socialización. Podemos
la ciencia, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1992. Para una visión decir que la socialización nos otorga un saber, un saber hacer (know how), que nos
"oficial", M. Bunge, Sociología de la ciencia, Buenos Aires, Siglo Veinte, 1993. permite manejarnos socialmente, interaccionar en función de las expectativas socia-
54 Mario Heler
La garantía de verdad 55

egresado, su saber es limitado y se lo evalúa más en función ~e sus


posibilidades de seguir aprendiéndolo. Es que por más excelencia que conocer científicamente. Saben entonces que la reflexividad es inhe-
tenga una formación de grado, no existe (ni puede existir) una lista rente a su propio quehacer: reflexionar sobre la propia práctica, ex-
explícita y completa de reglas para el desempeño futuro que bastarí~ plicitar lo mejor posible las reglas de su quehacer.
con tenerlas presentes y haber aprendido a aplicarlas para garanti- La práctica científica es una práctica de producción de conocimien-
zar su idoneidad profesional. tos y son sus practicantes los que saben hacerlo, los productores.:37
La práctica no consiste entonces en aplicar fórmulas invariantes Pero además su saber puede mejorar y llegar a lograr los moldes de
de las reglas. Su ejecución por un practicante capacitado no sólo sa- excelencia que le son apropiados a la práctica, 38 incluso innovar tales
tisface la regla, sino que le da una forma concreta en una situación moldes. Pero no todos los practicantes logran en el mismo grado y
particular. Las reglas existen primariamente en la práctica que guía con el mismo reconocimiento esas excelencias, diferentes en cada dis-
y a través de la práctica misma las reglas se transforman, se renue- ciplina y dentro de las distintas tareas que se desarrollan en ella. El
van y se alteran. En cada momento, el modo en que la práctica se curriculum vitre en tanto reseña de la trayectoria y de los logros de
ejecuta revela sus reglas. En tanto que las reglas expresadas ("arti- un científico es una herramienta fundamental para la acreditación
culadas": explicitadas) sólo pueden funcionar en compañía de un sen- de la excelencia que él ha logrado, ya que se formula atendiendo a
tido no formulado de la práctica, pero que está encarnado en los agen- criterios compartidos de valoración en la comunidad científica (uni-
tes, en sus practicantes. 35 Es este sentido de la práctica el que de?e dades académicas y de investigación en que se ha desempeñado, con
ser incorporado (y esta incorporación continúa en la carrera profesiO- quiénes realizó su formación después de graduado, becas, subsidios
nal; se hace necesaria una "formación continua"). recibidos, resultados de las investigaciones, etcétera).
La ciencia es una práctica porque es una forma coherente y com- La práctica científica puede también ser asociada con unjuego, ya
pleja de actividad humana cooperativa, establecida socialmente, cu- que en la actividad científica, como en todo juego, "hay algo en juego
yos practicantes han incorporado un saber que les permite conservar y gente dispuesta a jugar", gente que sabe seguir las reglas inmanen-
y a la vez renovar el sentido de la práctica científica. Es una práctica tes del juego, sus reglas, y es capaz de percibir y valorar lo que está
particular porque sus practicantes han incorporado un saber, en su en juego. 39 Los juegos como el ajedrez conllevan la posibilidad de ga-
formación y en su experiencia, 36 que los hace capaces de conocer y de nar las partidas, pero también de destacarse, mostrando en la mane-
ra de ganar que se siguen las reglas habiendo adquirido las excelen-
cias propias del juego: agudeza analítica, imaginación estratégica,
intensidad competitiva, etc. Sus logros son percibidos y evaluados
les que compartimos y que dan contenido al "nosotros" desde ese saber compartido de por las demás personas interesadas en el juego, que lo practican con
trasfondo. Este modo de saber remite a la internalización de los "patrones de haz-y-
no-hagas" de las prácticas sociales. A su vez tales patrones son articulados, lo que
quiere decir que son explicitados en conceptos, en significaciones formuladas en un
lenguaje que de alguna manera trata de dar cuenta de la práctica, aunque no termine 37. La idea más difundida identifica a los "productores de conocimiento" sólo con los
de explicitar los patrones implícitos Podemos reservar la expresión "saber" para nom- que se hacen cargo de la ciencia pura. Sin embargo, todo el quehacer científico produce
brar el primer tipo de saber, y denominar "conocer" a las articulaciones explícitas del conocimientos, aunque las articulaciones que realizan y los resultados tengan carac-
terísticas distintas. Producen conocimiento tanto al teorizar y aplicar como al operar e
saber de trasfondo. En este sentido, la ciencia es un saber cuyos productos son conoci-
mientos. intervenir. Otra cosa es la valoración que se haga de esos distintos productos y quiénes
los valoran.
35. Véase Ch. Taylor, "Seguir una regla"; en Argumentos filosóficos, Barcelona, Pai-
38. "Por prácticas entenderemos cualquier forma coherente y compleja de actividad
dós, 1997, pp. 221-238; y Fuentes del yo. La construcción de la identidad moderna,
Barcelona, Paidós, 1996, pp. 220 y ss. humana cooperativa, establecida socialmente, mediante la cual se realizan los bienes
inherentes a la misma mientras se intenta lograr los modelos de excelencia que le son
36. Una formación que no es sólo la educación sistemática sino también la ocasiona- apropiados a esa forma de actividad y la definen parcialmente"; A. Maclntyre, Tras la
da por modos informales de aprendizaje, incluyendo conocimientos, actitudes, mo- virtud, Barcelona, Crítica, 1987, p. 233. Véase además el apartado 2 de este capítulo.
dos de ser y de comportarse. Es que el llegar a ser un practicante supone incorporar
39. Pierre Bourdieu caracteriza los campos sociales como "Espacios de juego histórica-
una identidad, pero una identidad que no se define solamente en términos de nues-
mente constituidos con sus instituciones específicas y sus leyes de funcionamiento
tras propiedades individuales sino también por la ubicación en el espacio social de la
propios" (Cosas dichas, Buenos Aires, Gedisa, 1988, p. 108). En este sentido la activi-
práctica.
dad científica es una campo social, y podemos hablar entonces del campo científico.
56 Mario Heler La garantía de verdad 57

mayores, menores o similares excelencias. Aun cuando las posibili- posición juega sus posibilidades desiguales, el peón de diferente ma-
dades de estrategias en el ajedrez son numerosas, las cuestiones que nera que el alfil y el caballo que la torre. Pero al mismo tiempo esas
se deben afrontar en la práctica científica no quedan restringidas a posibilidades se definen (aumentan o disminuyen, son más o menos
un plano formado por sesenta y cuatro cuadrados. cruciales para el juego en su conjunto) según las relaciones con las
Los miembros de la comunidad científica son jugadores del juego otras posiciones, en un momento determinado del juego.
de la ciencia. Han incorporado el saber necesario, han hecho carne el Un campo social es un espacio pluridimensional de relaciones de
habitus correspondiente al juego: fuerzas que procuran obtener aquello que el juego brinda, material y
simbólicamente, y que conforma el capital específico42 que se trata de
El habitus como sentido del juego es juego social incorpora- ganar en las jugadas realizadas por los jugadores. Se genera así una
do: [... ] permite producir la infinidad de los actos de juego que
están inscriptos en el juego en estado de posibilidades y de exi-
gencias objetivas; las coerciones y las exigencias del juego, por 42. Se denomina "bienes" a las cosas valiosas. Pero las cosas que tienen valor pueden
más que no están encerradas en un código de reglas, se imponen ser materiales (terrenos, casas, automóviles) también simbólicas (honor, salvación,
a aquellos -aquellos solamente- que, porque tienen el sentido conocimientos). Para Bourdieu, todos los bienes son simbólicos, en tanto son valiosos
del juego, es decir, el sentido de la necesidad inmanente del jue- porque son percibidos y reconocidos socialmente como legítimos. En un juego se acu-
go, están preparados para percibirlas y cumplirlas. 40 mula un conjunto de bienes, que son producidos, consumidos, se invierten y se pier-
den en el juego. Este conjunto de bienes constituye el capital, que en cada juego es
diferente, y por eso lo denomina "capital específico". A su vez ese capital específico
Los jugadores están interesados en el juego, en aquello que está estará compuesto por diferentes tipos de capital: además del económico, diferencia el
en juego, por eso están dispuestos a jugar. Cada juego pone en juego capital cultural, el social y el simbólico. Capital cultural: está ligado a conocimientos,
algo diferente, algo específico de ese y no de otros juegos. Para los ciencia, arte. Existe bajo tres formas: en estado incorporado (habitus), en estado obje-
jugadores está en juego algo que se presenta como raro y digno, y que tivado (bienes culturales, por ejemplo, libros) y en estado institucionalizado (por ejem-
merece su interés, su compromiso con el juego. En el caso del juego plo, los títulos escolares). Capital social: "Conjunto de los recursos actuales o poten-
ciales que están ligados a la posesión de una red durable de relaciones más o menos
científico se pone en juego la producción del conocimiento y su legiti- institucionalizadas de interconocimiento y de interreconocimiento; o, en otros térmi-
midad. Se juega a producir conocimientos científicos y a su vez a nos, a la pertenencia a un grupo, como conjunto de agentes que no sólo están dotados
obtener el reconocimiento del productor y sus productos, el reconoci- de propiedades comunes (susceptibles de ser percibidas por el observador, por los
miento de la legitimidad de su producción. Pero ese reconocimiento otros o por ellos mismos), sino que también están unidos por lazos permanentes y
-como enseguida veremos- se da en forma de luchas. útiles"; P. Bourdieu, "Le capital social", enActes de la Recherche en Sciences sociales,
No 30, París, 1979, p. 2. Capital simbólico: "Forma que revisten las diferentes espe-
El juego define un espacio de juego donde los jugadores entran en cies de capital cuando son percibidas y reconocidas como legítimas" (Bourdieu, P.,
relaciones de intercambio entre sí para obtener lo que está en juego. Cosas dichas, ob. cit., 131). "El capital simbólico es una propiedad cualquiera, fuerza
Ese espacio de juego "históricamente constituido con sus institucio- física, riqueza, valor guerrero, que percibida por agentes sociales dotados de las cate-
nes específicas y sus leyes de funcionamiento propios" constituye un gorías de percepción que permiten percibirla, conocerla y reconocerla, deviene efi-
campo social. Como en el juego del ajedrez, el campo tiene una es- ciente simbólicamente, semejante a una verdadera fuerza mágica: una propiedad
que, porque responde a •expectativas colectivas• socialmente constituidas, a creen-
tructura formada por las distintas posiciones de los distintos jugado- cias, ejerce una suerte de acción a distancia, sin contacto físico"; P. Bourdieu, Razo-
res (aquí, las piezas del ajedrez), 41 cada uno de los cuales desde su nes prácticas, Barcelona, Anagrama, 1985, pp. 172-173. Con respecto al capital espe-
cífico, la composición del capital científico se desagrega en dos componentes principa-
les: por un lado el capital científico puro, esto es, el componente propiamente cultural
del capital científico (v.g., el resultado de los aportes reconocidos a la empresa cientí-
40. P. Bourdieu, ob. cit. (el subrayado me pertenece). Esa incorporación supone el
fica) y, por otro, el capital científico institucional o, lo que es lo mismo, el componente
ejercicio de una violencia simbólica. "La teoría de la violencia simbólica descansa so-
social de ese capital (v.g., el capital científico como autoridad científica, esto es, como
bre una teoría de la creencia o, mejor, sobre una teoría de la producción de la creencia,
poder de imponer a otros miembros del campo científico la definición de ciencia más
del trabajo de socialización necesaria para producir agentes dotados de los esquemas
conforme a los propios intereses). Entonces el capital científico no es sólo una cierta
de percepción y apreciación que les permitirán percibir las exhortaciones inscriptas
cantidad y calidad de conocimientos producidos por científicos sino, además, la auto-
en una situación o un discurso y obedecerlas."
ridad que ese determinado científico detenta sobre otros agentes de la producción
41. Obviamente, las piezas de ajedrez no "juegan" sino que son jugadas por los juga- científica. Véase P. Bourdieu, Los usos sociales de la ciencia, Buenos Aires, Nueva
dores. Visión, 2003, pp. 18-27 y también pp. 89-96.
58 Mario Heler
La garantía de verdad 59

red de relaciones que definen, en un momento determinado, diferen-


0 en el nombramiento de personal en instituciones prestigiosas,
tes posiciones, posiciones que son relativas a la distribución entre los
participar directamente o a través de conocidos en las ins~a~cia.s de
jugadores del capital en juego.
decisión referidas al desarrollo del campo, tener acceso pnvilegiado
El jugador recién iniciado, por ejemplo, ocupa una posición de me-
a información relevante, obstruir las posibilidades de sus competi-
nor peso en la distribución del capital específico que quien hace tiem-
dores, etcétera.
po que está en el juego. Ambos pueden realizar jugadas para mejorar
Pero el poder no es un atributo o una propiedad sino una relación,
su posición, para incrementar su capital. Pero el segundo, por ocupar
una relación en la que uno intenta dirigir la conducta del otro. El
una posición más ventajosa, tiene mayores probabilidades de éxito, al
intento puede tener éxito o fracasar y, si se logra, mantenerse en el
menos inmediatas. Es que las diferentes posiciones en el campo refie-
tiempo o interrumpirse, incluso puede invertirse, y el otro dirigir la
ren a la posesión o no del capital que está disponible en cada campo,
conducta de uno. Por eso las relaciones de poder son móviles, inesta-
así como del poder de administrarlo, la mayor o menor cantidad de la
bles y reversibles. La situación es, en cambio, de dominación cuando
posesión y de tal poder, además de su carácter legítimo o ilegítimo,
alguien logra bloquear un campo de relaciones de poder inmovilizan-
que agrega el reconocimiento social de su posesión. .
do las relaciones e impidiendo la reversibilidad (al menos mientras
Los miembros de la comunidad científica ocupan diferentes posi-
dure la dominación), tratando de mantenerlas estables. 43 Tal estado
ciones porque, por ejemplo, algunos sí y otros no, se han formado en
de dominación requiere orientar las conductas a través de estrate-
instituciones de gran prestigio, han podido profundizar en sus cono-
gias, cuyo objetivo es fijar la distribución del capital del campo en
cimientos en determinada área, tienen acceso a una biblioteca actua-
una dirección que conserve e incremente la monopolización ya logra-
lizada, pueden apelar a su relación con figuras destacadas del cam-
da. Pero enfrentan la contrapartida de estrategias contrarias dirigi-
po, mantienen intercambio con instituciones extranjeras, los resul-
das a cambiar esas relaciones de poder por parte de los competido-
tados de sus investigaciones han sido publicados y son citados por
otras publicaciones de colegas, trabajan para una institución impor-
tante y ocupan un lugar más o menos destacado en ella, dirigen a
43. "Cuando hablo de relaciones de poder[ ... ] me refiero a cualquier tipo de relación en
otros científicos formados o en formación, son invitados a participar la que uno intenta dirigir la conducta del otro. Estas relaciones son por lo tanto rela-
de comités de expertos para evaluar proyectos, otorgar becas y subsi- ciones que se pueden encontrar en situaciones distintas y bajo diferentes formas; es-
dios, etc. Además, el peso relativo de este capital se incrementa por tas relaciones de poder son relaciones móviles, es decir, pueden modificarse, no están
el hecho de ser acompañado por el reconocimiento de los colegas. En determinadas de una vez por todas. [... ] Y es preciso subrayar que no pueden existir
un supuesto caso de dos científicos que poseyeran un capital similar, relaciones de poder más que en la medida en que los sujetos sean libres. [... ] Es nece-
sario pues, para que se ejerza una relación de poder, que exista al menos un ci~rto tipo
las posiciones ocupadas por ambos podrían ser diferentes si algun.o de libertad por parte de las dos partes. [... ] Esto quiere decir que en las relaciOnes de
de los dos no fuera percibido y reconocido como poseedor de ese capi- poder existen necesariamente posibilidades de resistencia, ya que si no existiesen ~o­
tal, lo cual hace su posesión, o el poder de administrarlo, legítimos. sibilidades de resistencia -de resistencia violenta, de huida, de engaño, de estrateg¡as
Las jerarquías que derivan de estas posiciones desiguales aca- de inversión de la situación-, no existirían relaciones de poder. [... ] Las relaciones de
rrean relaciones de dominación en las que algunas son dominantes y poder tienen una extensión extraordinariamente grande en las relaciones ~umanas.
Ahora bien, esto no quiere decir que el poder político esté en todas partes, smo que en
otras dominadas o subordinadas (y ello vale para posiciones indivi- las relaciones humanas se imbrica todo un haz de relaciones de poder que pueden
duales y grupales, así como para subcampos dentro del campo cientí- ejercerse entre individuos, en el interior de una familia, en una relación pedagógica,
fico; v.g., la relación entre los médicos y las llamadas "profesiones en el cuerpo político, etc.". Estados de dominación: situaciones en las que "las relaciones
paramédicas"). de poder, en 1ugar de ser inestables y permitir a los diferentes participantes una estra-
tegia que las modifique, se encuentran bloqueadas y fijadas. Cuando un individuo o
Quien logra monopolizar el capital específico en juego ocupa una
un grupo social consigue bloquear un campo de relaciones de poder haciendo de estas
posición dominante, porque el capital específico que logra monopo- relaciones algo inmóvil y fijo e impidiendo la mínima reversibilidad de movimientos
lizar es el fundamento del poder o de la autoridad que define el -mediante instrumentos que pueden ser tanto económicos como políticos o milita-
juego. Un individuo o un grupo puede llegar a monopolizar el capi- res- nos encontramos ante lo que podemos denominar un estado de dominación"; M.
tal de su campo o subcampo, v.g. a partir de haber logrado éxitos en Fou~ult, "La ética del cuidado de uno mismo como práctica de la libertad", entrevista
con Michel Foucault, realizada por Raúl Fomet-Betancourt, Helmut Becker y Alfredo
sus investigaciones, influir en el otorgamiento de becas y subsidios Gómez-Muller el 20 de enero de 1984.
60 Mario Heler La garantía de verdad 61

res. 44 Todo campo social, y el campo científico no es una excepción, es del campo científico. Pero cuanto más autónomo es un campo cientí-
entonces "el lugar de una lucha más o menos declarada". 45 Las posi- fico, ocurre que
ciones que se ocupan definen objetivamente las estrategias posibles
para él o los ocupantes de esas posiciones. 46 ... un productor particular no puede esperar el reconocimiento
A partir de la modernidad, el campo científico en particular, y en del valor de sus productos ("reputación", "prestigio", "autori-
general el campo intelectual, "se integra como sistema cada vez más dad", "competencia", etc.) sino de los otros productores, quie-
complejo y más independiente de las influencias externas (en ade- nes, siendo también sus competidores, son lo menos proclives
lante mediatizadas por la estructura del campo), como campo de re- a darle la ra.zón sin discusión ni examen. 49
laciones dominadas por una lógica específica, la de la competencia
por la legitimidad cultural", 47 en nuestro caso, por el reconocimiento Volvamos entonces a plantearnos la cuestión de la decisión acerca
de la producción y los productos científicos. Es así como el distancia- de la validez de una hipótesis. Si la actividad científica constituye un
miento de las demandas externas define una autonomía relativa 48 campo social, la aceptación de una hipótesis por parte de la comuni-
dad científica es al mismo tiempo un reconocimiento de la produc-
ción de uno o más de sus miembros, otorgado por sus pares, por los
otros miembros de la comunidad científica. 50 La cuestión de la acep-
44. En sus distintos tipos, los capitales son bienes acumulados que pueden producirse, tabilidad de una hipótesis se presenta entonces como una lucha por
distribuirse y consumirse, así como también pueden invertirse para aumentarlo pero el reconocimiento de los agentes productores del conocimiento cientí-
con el riego de disminuirlo o perderlo. Bourdieu "recupera a Marx en cuanto retoma
su lógica de análisis en términos de lógica económica, pero marca una ruptura al
fico. Pero, además, es una lucha por la dominación del campo:
extender esa lógica a otros campos diferentes que el económico, logrando así construir
instrumentos que permiten explicar las prácticas sociales sin reducirlas exclusiva- En la lucha por la cual cada uno de los agentes debe com-
mente a causas económicas"; A. Gutiérrez, Pierre Bourdieu. Las prácticas sociales, prometerse para imponer el valor de sus productos y de su pro-
Posadas, Universidad Nacional de Córdoba-Universidad Nacional de Misiones, 1997, pia autoridad como productor legítimo, está siempre presente
p. 27. En este sentido, una estrategia para revertir una situación de dominación con- el desafio de imponer la definición de la ciencia (i.e. la delimi-
siste en hacer inversiones para aumentar el capital. Por ejemplo, obteniendo un pos- tación del campo de los problemas, las metodologías y las teo-
grado, mejorando los contactos con instituciones extranjeras, participando en concur- rías que pueden considerarse científicas) más conveniente para
sos públicos por cargos en las instituciones, etc., para así poder competir en mejores
sus intereses específicos, es decir, la más adecuada para per-
condiciones y tratar de disminuir la dominación que imponen un colega o un grupo.
En este sentido el campo social es un mercado de capitales.
mitirle ocupar con toda legitimidad la posición dominante, ase-
gurando la posición más alta en la jerarquía de los valores cien-
45. P. Bourdieu, "Espacio social y génesis de las «clases•", en Espacios N" 2, Buenos
tíficos, de las capacidades científicas que el agente detenta a
Aires, 1985, p. 28.
título personal o institucional. 51
46. "Aquellos que, dentro de un estado determinado de la relación de fuerzas, monopo-
lizan (de manera más o menos completa) el capital específico, que es el fundamento
del poder o de la autoridad específica característica de un campo, se inclinan hacia
estrategias de conservación -las que, [... ) tienden a defender la ortodoxia-, mientras definir la forma de responder a las demandas externas, de la sociedad. Además, la
que los que disponen de menos capital (que suelen ser también los recién llegados, es autonomía en un campo no se distribuye en forma pareja en todo el campo, ni por
decir, por lo general los más jóvenes) se inclinan a utilizar estrategias de subversión: tanto en cada uno de sus subcampos.
las de la herejía"; P. Bourdieu, Sociología y cultura, México, Grijalbo, 1990, p. 137. 49. P. Bourdieu, Los usos sociales ... , pp. 18-19.
47. P. Bourdieu, "Campo intelectual y proyecto creador", en Problemas del estructura- 50. Son pares, iguales, en cuanto a su pertenencia al campo científico, pero al mismo
lismo, México, Siglo Veintiuno, 1967, p. 138. tiempo la pertenencia supone ocupar distintas posiciones, en función de una división
48. La autonomía de un campo se define por "la capacidad de refractar, retraduciéndo- del trabajo que implica jerarquías, y por lo tanto desigualdades de autoridad, que
las en una forma específica, las coacciones o las demandas externas" al campo, y "a la evidencian la estructura desigual del campo científico.
inversa, la heteronomía de un campo se manifiesta esencialmente en el hecho de que 51. P. Bourdieu, Los usos sociales ... , pp. 19-20, el subrayado me corresponde. Por ello
los problemas exteriores, en especial los políticos, se expresan directamente en él"; P. podemos observar especialistas en determinadas áreas que tienen menos posibilida-
Bourdieu, Los usos sociales, pp. 75-76. La autonomía implica que la dinámica del cam- des para producir lo suyo que especialistas en otras áreas que ocupan posiciones más
po se determina por su propia lógica, y por lo tanto entre sus miembros. Ello no quiere prestigiosas y tienen mayores prerrogativas, porque la definición dominante de cien-
decir que se separe totalmente del resto de la sociedad, sino que tiene el poder de cia les resulta beneficiosa.
62 Mario Heler La garantía de verdad 63

En consecuencia, las decisiones de la comunidad científica no res- Desde esta perspectiva, una regla no totalmente explicitada pare-
ponden a las conclusiones de seres desencarnados que emiten sus ce operar en la toma de decisión de la comunidad científica; podría-
juicios desde "ningún punto de vista particular", que estaría "en al- mos llamarla la regla de conveniencia.
guna parte camino al punto de vista de Dios". 52 Por el contrario, se Las acepciones de la palabra "conveniencia" pueden ser útiles para
toman como resultado de las luchas por el reconocimiento, y son con- entender el sentido de esta regla. En principio, algo conviene a otra
secuencia del enfrentamiento de diferentes estrategias por dominar cosa. Algo es conveniente cuando existe conformidad acuerdo con-
el campo, imponiendo una definición de ciencia. Son estrategias al cordancia con otra cosa, en tanto hay ajuste, armonía', conciert~, en-
mismo tiempo epistemológicas y políticas. 53 tre las instancias que convergen en la relación de conveniencia, ya
Podríamos decir entonces que la definición dominante de ciencia, que tales instancias de cierta manera se pertenecen, se corresponden.
en un momento determinado, proporciona las orientaciones que lle- Pero también conviene lo que posee utilidad para algo, en el sentido
van a la comunidad científica a una decisión. Y si las estrategias en de que lo conveniente importa, porque es "a propósito de". La conve-
oposición de los jugadores explican en parte las discrepancias de po- niencia incluye entonces la connotación de ganancia, de mejora: lo
siciones respecto de la toma de una decisión, el consenso responde a conveniente supone un rédito, un interés. Por eso es importante y
las relaciones de poder del campo (que no elimina la resistencia ni la hay interés en lo que conviene. Pero además la conformidad, el ajus-
protesta, pero que en ese momento no pueden alterar la dinámica del te y la utilidad de lo conveniente brinda también comodidad, pues
juego). · evitaría desajustes, desacuerdos, conflictos, desavenencias.
A lo dicho en el apartado anterior acerca de si era suficiente la Suponiendo esta regla de conveniencia podemos comprender que
visión común que brinda el compartir un paradigma para llegar al los miembros de la comunidad científica deliberan evaluando si una
consenso sobre la decisión a tomar -en tanto no se identifique la de- hipótesis se corresponde o no con los desarrollos de la ciencia normal
finición dominante de ciencia con el paradigma (identificación que si se ajusta con el paradigma, si pertenece al cuerpo de conocimient¿
creo errada, porque pueden cambiar esas defmiciones sin que haya ya aceptado o es una intromisión que no genera utilidad, o si por el
necesariamente una revolución científica}-, podemos agregar ahora contrario brinda alguna ganancia, y por lo tanto resultan cómodos
que junto con la visión común otorgada por el paradigma hace falta su aceptación o su rechazo para que las investigaciones continúen en
tomar en cuenta las implicancias y las consecuencias de la definición las direcciones consentidas hasta el momento, despertando interés
dominante de la ciencia en cada momento. su convalidación. Pero todas estas consideraciones pueden entrar en
conflicto entre sí y además pueden llevar a distintas conclusiones.
No derivan en una única conclusión. Pero además y fundamental-
52. M. Walzer, Interpretación y crítica social, Buenos Aires, Nueva Visión, 1993, p. 17. mente la conveniencia es interpretada por alguien, alguien que pre-
53. Para Bourdieu es necesario "rechazar radicalmente la oposición abstracta[. .. ] en-
cisamente en tanto integrante pleno de la comunidad científica al
tre un análisis inmanente o interno, que incumbiria propiamente a la epistemología y expresar su punto de vista acerca de la aceptabilidad de una hipóte-
que restituiría la lógica según la cual la ciencia engendra sus propios problemas, y un sis tiene un mayor o menor reconocimiento del valor de su punto de
análisis externo, que relaciona sus problemas con sus condiciones sociales de apari- vista por parte de sus pares, tiene mayor o menor autoridad.
ción. Es el campo científico el que, como lugar de una lucha política por la dominación Aun así, "uno ve que, entre gentes que ocupan posiciones opues-
científica, asigna a cada investigador, en función de la posición que ocupa, sus proble-
mas, indisociablemente políticos y científicos, y sus métodos y estrategias científicas
tas en un campo y que parecen opuestas en todo, radicalmente, hay
que, puesto que se definen expresa u objetivamente por referencia al sistema de posi- un acuerdo oculto y tácito sobre el hecho de que vale la pena luchar a
ciones políticas y científicas constitutivas del campo científico, son, al mismo tiempo, propósito de las cosas que están en juego en el campo". 54 Y si lo que
estrategias políticas"; P. Bourdieu, Los usos sociales ... , pp. 17-18, el subrayado me está en juego en el caro po es la producción de conocimiento científico,
corresponde. Son "política" en tanto remiten a relaciones de poder dentro del campo aunque la definición de qué sea la producción científica en cada mo-
científico, pero también a la idea de "bien común" (polis, en griego, significa ciudad-
Estado, sociedad, y de ahí proviene "política": lo que concierne a la ciudad, a la socie-
dad), refiriendo a una perspectiva social y a su vez individual, que considera lo conve-
niente para la reproducción del campo social. Pero en tanto la visión del "bien común"
varía según las distintas posiciones y el capital con el que cuentan, estas diferencias
se dirimen en luchas políticas por el poder de imponer una definición al campo. 54. P. Bourdieu, Razones prácticas, pp. 142-143.
64 Mario Heler La garantía de verdad 65

mento dependerá de los sectores que logran monopolizar el capital sibilidades de la producción científica. Pero además estos mecanis-
científico, todos están interesados en conservar el sentido del juego. mos no son operados desde fuera del campo científico, sino que ope-
Cada campo científico establece límites a la definición de ciencia ran desde dentro. Los dispositivos de disciplinamiento y de control
que puede llegar a dominar, pues se trata de una definición que pue- de las poblaciones se graban en los cuerpos, sin necesidad de ejercer
de estar interesada en alterar las reglas pero no en destruir el juego. violencia. 56
Precisamente se trata de ordenar el juego en una dirección conve- Y ello no sólo ocurre en el nivel de una ciencia en particular sino
niente, de posicionarse mejor en el mismo juego, no de cambiar de en la definición de la cientificidad, esto es, en la imposición del crite-
juego. Una definición dominante de ciencia logra entonces establecer rio de demarcación 57 de la ciencia. La institución de un único criterio
ciertas modalidades de jugar el juego científico, en un cierto momen- de demarcación, el que resulta conveniente para conservar la hege-
to, durante un cierto tiempo, contribuyendo al desarrollo del juego o monía y su compromiso con el sistema de dominación de la sociedad
estancándolo. Pero la existencia del juego depende de que haya algo toda, aparece entonces como un dispositivo capaz de controlar la pro-
en juego y gente dispuesta a jugarlo, y lo que está en juego en el ducción científica.
campo científico es la producción de conocimiento.
Pareciera entonces que no cabría reducir el desarrollo de la cien-
cia a factores sociales, aunque tampoco a una actitud cuasidivina de
conocimiento desinteresado. Pero quizá no se trate de reducir sino,
por el contrario, de ampliar y profundizar la comprensión de una
realidad social compleja como la tecnociencia.
La complejidad se manifiesta en la confluencia de distintos fac-
tores en la práctica científica. Los factores sociales convergen con
las hegemon{as del campo científico tratando de que la producción
del conocimiento sea encauzada hacia la consolidación de un estado
de cosas, donde hasta podría llegar a sacrificarse la potencia móvil y
no totalmente previsible de la producción científica a las necesida-
des de la permanencia de un estado de dominación y, por tanto, esta- 56. "Disciplina es, en el fondo, el mecanismo del poder por el cual alcanzamos a contro-
lar en el cuerpo social hasta los elementos más tenues por los cuales llegamos a tocar
bilizar la producción misma en una dirección entre otras posibles. los propios átomos sociales, eso es, los individuos. Técnicas de individualización del
En este sentido puede ocurrir, por ejemplo, que la estrategia de do- poder. Cómo vigilar a alguien, cómo controlar su conducta, su comportamiento, sus
minación procure generar los mecanismos que silencien y obstaculi- aptitudes, cómo intensificar su rendimiento, como multiplicar sus capacidades, cómo
cen otras posibilidades de la producción de conocimiento. 55 Desde la colocarlo en el lugar donde será más útil, esto es lo que es, a mi modo de ver, la disci-
determinación de líneas de investigación como prioritarias en detri- plina"; pero, además, "el poder se debe ejercer sobre los individuos en tanto constitu-
yen una especie de entidad biológica que debe ser tomada en consideración si quere-
mento de otras (por ejemplo, las que interesan a los países centra- mos precisamente utilizar esa población como máquina de producir todo, de producir
les, impuestas en países que por no ser centrales deberían atender a riquezas, de producir bienes, de producir otros individuos, etc."; M. Foucault, Las re-
otras prioridades), pasando por la exigencia de un tipo de productos des del poder, Buenos Aires, Almagesto, 1991, p. 15. Y en el caso del campo científico,
científicos (i.e., la preferencia por las investigaciones cuantitativas "máquina" de producir conocimientos.
en las ciencias sociales, o por estudios fragmentarios, parciales y 57. El criterio de demarcación sirve para establecer qué es científico y qué no lo es.
descontextualizados en las ciencias naturales), hasta la distribución Como consecuencia, es un criterio de inclusión/exclusión en relación con el campo
científico. Para Popper, "el criterio de demarcación que hemos de adoptar no es el de
de las recompensas materiales y simbólicas según el tipo de tareas
la verificabilidad, sino el de la falsabilidad de los sistemas. Dicho de otro modo: no
científicas realizadas, se contribuye a favorecer o entorpecer las po- exigiré que un sistema científico pueda ser seleccionado, de una vez para siempre,
en un sentido positivo; pero sí que sea susceptible de selección en un sentido negati-
vo por medio de contrastes o pruebas empíricas: ha de ser posible refutar por la
experiencia un •sistema científico empírico»"; K. Popper, La lógica de la investiga-
55. La distribución del financiamiento científico es uno de los mecanismos básicos ción ... , pp. 39-40. Claro que Popper toma el criterio desde la perspectiva de la justifi-
para enrolar la producción científica en una dirección y no en otra. cación y no incluye ninguna pauta de la práctica social de la ciencia.
111. La garantía de utilidad

l. ¿Aspecto secundario?

Preguntamos acerca del triunfo de la ciencia moderna no sólo no


nos ha dejado en la obviedad, sino que nos ha enfrentado a una serie
de cuestiones que a su vez derivaron en otras, mostrándonos una
realidad mucho más compleja que la reflejada por la historia oficial.
La pretensión de que el conocimiento científico brinde garantía
de verdad implica que la ciencia pueda determinar inequívocamente
la verdad de los resultados de sus investigaciones. O, al menos, esto
era lo esperable conforme a los términos en los que se plantea el
problema moderno de la fundamentación (capítulo 11, apartado 2).
Sin embargo, ni la apelación al testimonio de los hechos (II, 3) ni
el consenso logrado por efecto de la fuerza de los argumentos en el
marco del paradigma vigente en una comunidad científica (II, 4) lo-
graron damos la respuesta buscada. Tampoco lo hizo el hecho de de-
tenemos a pensar en la ciencia como una actividad social y conside-
rarla como un campo social (II, 5).
Aunque también es cierto que este recorrido nos ha permitido com-
prender que distintos factores intervienen en la toma de decisión acerca
de la aceptación o el rechazo de una hipótesis por parte de la comuni-
dad científica. La plausibilidad como criterio para dar cuenta de esos
diferentes factores responde a una imagen de la toma de decisión que
la asocia con la inclinación de una balanza (símbolo de la justicia)
que sopesa argumentos a favor o en contra, y que reclama por tanto
un juez, un árbitro, que dirima el pleito: ¿verdad o falsedad? El juez
es un tribunal, constituido por los integrantes de la comunidad cientí-
fica, que debe llegar a un dictamen justo. Pero el dictamen no es con-
clusivo ni inequívoco. Más bien es el resultado de las jugadas que
expertos jugadores ejecutan conforme al sentido y al estado del juego,
[ 67]
68 Mario Heler La garantía de utilidad 69

en un momento, siguiendo las reglas. Por su parte, la regla de conve- Es que la legalidad buscada hace posible la realización de predic-
niencia, en tanto regla seguida por los jugadores, no conduce a con- ciones. La capacidad de predicción de una hipótesis radica en conje-
clusiones inequívocas con respecto a la verdad de las hipótesis acep- turar cómo han lle comportarse los fenómenos, y al mismo tiempo
tadas. Más bien estas reglas refieren a la concurrencia de diversos cómo han de tratarse los hechos para que respondan a la relación
factores -incluidos los efectos de relaciones de dominación- que, en propuesta. Además, la capacidad puede ser mayor o menor, en tanto
un momento determinado, se precipita en una decisión de la comuni- refiera a la ocurrencia de más o menos fenómenos de diferentes cla-
dad científica. Pero tales factores giran en torno de aquello que está ses. Se predice "z" en ocasión de la relación entre "x" e "y", así como se
en juego: la producción del conocimiento. Aunque la producción se establece que si se manipulan los hechos para que se produzca "R",
puede ver estancada, al imponérsele un dinamismo presuntamente se espera obtener "z". En un ejemplo trivial, si la hipótesis sostiene
protector de lo que está en juego, a través de una definición de ciencia que la relación (R) entre el agua (x) y el calor (y) hace que el agua
que brinda estabilidad, permanencia, a un modo de producción: el de hierva (z), se predice que una cantidad de agua a tantos grados cen-
las posiciones dominantes en un momento determinado. tígrados hará que esa agua hierva. A su vez, indica que para que el
Podría entonces pensarse que al ser enfocada la producción social agua hierva hace falta manipularla de tal manera de provocar la
de conocimiento desde la cuestión de la fundamentación de los pro- relación, someterla a cierta temperatura (y).
ductos científicos, de la determinación de su verdad, su comprensión En la fundamentación de una hipótesis, la cuestión es encontrar
se restringe sólo a un aspecto de esta práctica social. testimonios de que la relación entre "x" e "y" deriva en los hechos en
Nuestra tarea en este capítulo continuará con estas reflexiones. "z", o no lo hace. Para ello es posible experimentar, es decir, manipu-
Pero ahora el hilo conductor será la cuestión de la utilidad social de lar los fenómenos para provocar la relación entre "x" e "y", para que
la ciencia. Según la historia oficial, la garantía de verdad del conoci- se produzca "z". Ya que el científico obliga a los hechos a que respon-
miento científico derivaba secundariamente en una garantía de uti- dan a sus preguntas, los fuerza a entrar en sus esquemas. 2
lidad, ya que el conocimiento por el conocimiento mismo, el conoci-
miento desinteresado, sería el auténtico motor y el fin primordial de
el presente capítulo. Ambos entienden a 1~ ciencia como "disciplina creadora de fun-
la ciencia.
. ciones o functores" y a éstos como desaceleraciones de las velocidades infinitas de la
Nos preguntamos entonces: ¿es secundaria la garantía de utili-
realidad que hacen posible su conocimiento, no como una realidad estática sino como
dad que brinda el conocimiento científico? y, si no lo es, ¿qué impli- una realidad dinámica o en movimiento. Desde su perspectiva de aproximación, el
cancias y consecuencias acarrea? conocimiento científico resulta ante todo un conjunto de funciones que hacen posible
esta desaceleración de la realidad y el resultado del acto científico de conocer es enten-
dido como un aumento de la capacidad de distinguir velocidades relativas en una
cierta región de lo real. Dicho en términos m uy generales, el functor o función debe ser
2. La capacidad de predicción entendido como una idea del pensamiento que hace posible -en el sentido fuerte del
término-la cognición de la realidad. Véase G. Deleuze y F. Guattari, ¿Qué es la filoso-
Como ya sabemos, la cientificidad moderna se caracteriza por una fía?, Barcelona, Anagrai¡Ila, 1995, pp. 117-135. Asimismo, la expresión "de validez uni-
clase muy especial de saber. Se trata de un conocimiento que de to- versal" debería reemplazarse por "de validez en un cierto universo del discurso", esto
es, válido en el ámbito para el que se formula la relación invariante.
dos los aspectos de los fenómenos estudiados considera primordial-
mente su legalidad, entendida como regularidad, como relaciones 2. Como decía Kant, los físicos modernos "comprendieron que la razón no conoce más
que lo que ¡!lla mismll produce según su bosquejo; que debe adelantarse con principios
invariantes que gobiernan los fenómenos. El objetivo es llegar a fór- de sus juicios, según leyes constantes, y obligar a la naturaleza a contestar a sus
mulas del tipo "x R y= z" (en la que "R" es una relación de alcance preguntas, no empero dejarse conducir como con andadores; pues de otro modo las
universal). 1 observaciones contingentes, los hechos sin ningún plan bosquejado, no pueden venir a
conexión en una ley necesaria, que es sin embargo lo que la razón busca y necesita. La
razón debe acudir a la naturaleza llevando en una mano principios, según los cuales
tan sólo los fenómeP!os concordantes pueden tener el valor de leyes, y en la otra el
1. La fórmula "x R y= z" constituye una simplificación que, sin embargo, no distorsio- experimento, pensado según aquellos principios; así conseguirá ser instruida por la
na el sentido de la legalidad científica. Por lo demás, con algunas salvedades, Gilles naturaleza, mas no en calidad de discípulo que escucha lo que el maestro quiere, sino
Deleuze y Félix Guattari tienden a sostener una concepción análoga a la expuesta en en la del juez autorizado que obliga a los testigos a contestar a las preguntas que les
70 Mario Heler La garantía de utilidad 71

Para reunir elementos con el fin de fundamentar una hipótesis, el do de las implementaciones de sus procedimientos. Los tratamientos
científico provoca situaciones en las que los hechos deben adecuarse médicos así como la ingeniería para la construcción de puentes son
a la relación predicha por la hipótesis. A su vez, la relación que la ejemplos de ello.
hipótesis propone indica cómo han de manipularse los fenómenos Resulta entonces que las tres modalidades de la división interna
para inducir la relación. Predice cómo han de comportarse los hechos del t~abajo científico utilizan predicciones que estipulan la forma de
bajo determinadas condiciones y simultáneamente la forma de pro- mam_1mlar y con~rolar lo~ fenómenos conforme a los objetivos corres-
vocar tal comportamiento, de manera de poder mostrar si la hipóte- pondientes: teonz~r, aphcar y operar (intervenir), basándose en los
sis da cuenta efectivamente de los fenómenos a los que refiere. Ya tres casos en el éxito de tales predicciones.
hemos estudiado las dificultades que acarrea suponer que, si lo hace, N~ e~iste po~ ~nde un~ t~ansforma_ción por la cual se pasa del
podría afirmarse la validez de la hipótesis (falacia) y que, si no lo con.~cimi~nt? teonco al practico, agregandole al primero una orien-
hace, refuta la hipótesis obligando a rechazarla (falsación). Aquí im- tacwn practica que dé lugar a las aplicaciones sociales. El conoci-
porta tener en cuenta que habiéndose los hechos comportado confor- miento teórico es práctico, ya que requiere de la experimentación
me a la predicción, significa que la hipótesis ha tenido éxito, y cuando para asegurar su plausibilidad. Ésta se manifiesta en su capaci-
la manipulación no brinda el resultado esperado, ha fracasado. 3 dad de operar sobre los hechos y acomodarlos según sus lucubra-
En el experimento se provoca un fenómeno bajo condiciones con- c~o~es, de l_a misma manera como lo hace la tecnología. Su acepta-
troladas, y si la experimentación es exitosa, también se tiene domi- bilidad esta dada por su capacidad de ordenar y acomodar los fenó-
nio sobre el fenómeno -por ejemplo, el de la ebullición-, puesto que lo menos exitosamente.
puedo provocar cuantas veces quiera. . .El éxito en la manipulación de los fenómenos sustenta la acepta-
Tengamos en cuenta que se supone que en la llamada "ciencia bilidad tanto de un~ hipótesis cuanto de un procedimiento tecnológi-
pura" se predicen situaciones observables (de la experiencia -empi- co. Incluso, se reqmeren mutuamente. 4 Sin embargo, se pretende se-
ria-) que permiten experimentar, esto es, manipular los fenómenos parar como dos cosas diferentes la verdad y la utilidad científica
para mostrar el éxito o el fracaso de la hipótesis en dar cuenta de los cuando la verdad científica, podríamos decir, promete que será útiÍ
hechos; por ejemplo, los experimentos de Galileo con el plano inclina- pues asegura que los fenómenos responderán a sus exigencias.
do. En la ciencia aplicada, de hipótesis ya aceptadas (leyes) o de la Nuestra pregunta comienza a obtener respuesta: la utilidad so-
formulación de hipótesis derivadas se predice la forma más eficiente cial de la tecnociencia no es un agregado posterior, no es secundaria
de obtener situaciones particulares, a partir de ciertas condiciones frente a la búsqueda desinteresada de la verdad. La verdad científi~
(iniciales), y el éxito en la predicción abre posibilidades concretas de ca es una verdad útil, por hacer factible el control exitoso de los fenó-
controlar los fenómenos a través de ciertas aplicaciones (los estudios menos.
de aerodinámica para el diseño de aviones). En la tecnología, las pre-
dicciones tecnológicas establecen los procedimientos para construir
paso a paso con éxito determinados resultados en ciertas situaciones 3. Una abstracción útil: la tecnociencia
(provocando la relación entre "x" e "y" o evitando que se produzca,
según los resultados perseguidos), permitiendo controlar el resulta- Pero entonces la garantía de verdad y la de utilidad que se atribu-
ye a la ciencia están interrelacionadas e integradas. Defmen al saber
científico Y le otorgan su peculiaridad. La "ciencia como técnica" no
hace. Y así la misma física debe tan provechosa revolución de su pensamiento a la
ocurrencia de buscar [... ] en la naturaleza, conformemente a lo que la razón ha puesto
en ella, lo que ha de aprender de ella y de lo cual por sí misma no sabría nada"; l. Kant,
Crítica de la razón pura, Prólogo de la 2" ed. de 1787 (el subrayado me corresponde). 4 ..Algunos estudios de "ciencia pura" requieren tecnologías especiales. Ciertos lanza-
Véase M. Heidegger, La pregunta por la cosa, Buenos Aires, Alfa, 1975; también capí- mientos espaciales tienen fines teóricos, pero son posibles gracias a la tecnología de la
tulo I, apartado 2, en lo referido al predominio del sujeto en la modernidad. cohetería, de~ ~adar y de la informática. Cuestiones de "ciencia aplicada" plantean
problemas teoncos que llevan a nuevos avances o a reformulaciones de teorías cientí-
3. Y el fracaso sería también útil para conocer los límites de las hipótesis y permite la ficas, etcétera.
búsqueda de nuevas hipótesis capaces de superar esos límites.
72 Mario Heler La garantía de utilidad 73

es diferente de la "ciencia como conocimiento". Ambas son una sola y PARADIGMA


única: la tecnociencia. ,..........L ..............;
La verdad científica es un emergente de una construcción teórica
que se cerciora por su éxito en manipular los fenómenos que estudia.
La universalidad de la ciencia se encuentra en la posibilidad de ge-
l. . .~i.~~~.i~.~~.~~ .l ....
ABSTRACCIÓN
TEORIZACIÓN
SISTEMATIZACIÓN
Teorías y esquemas generales
nerar un nivel de abstracción y generalidad en sus elaboraciones que de interpretación
precisamente aumenta su poder de éxito en las aplicaciones particu-
lares. Es que "el dinero y la razón otorgaron el poder secular al hom-
bre, no a pesar de la abstracción, sino gracias a ella". 5
Propongo interpretar que la ciencia moderna se caracteriza por
¡ c.
oi
ni

extender al máximo su exploración de las posibilidades de soluciones í·~-------- ----------------~
il
a problemas prácticos. ..! Ciencia aplicada ..i. EXPLORACIONES DE
SOLUCIONI!!S PRÁCTICAS
n!
----------- ----------------· ui
Una exploración que se realiza en dos direcciones, que son siem- oi
pre y al mismo tiempo teóricas y prácticas: explora, por un lado, las
conceptualizaciones que suponen (o que se recrean para dar cuenta
de) ciertas formas de manipular los fenómenos, elevándose en la abs-
tracción. Por otro, explora las posibilidades de aplicación a la mayor
cantidad de problemas posibles, haciéndose concreta. Construye teo-
1
Capacidad de predicción
rías y esquemas de interpretación sistemáticos que refieren a la sig-
--------------- ..
Tecnología
nificación teórica, a los supuestos y las implicancias de modos de ----------- ----------------
operar con la realidad. Obtiene así una comprensión de la operación
que guía la indagación de nuevas opciones prácticas dentro del mis-
mo marco de categorías y conceptos (del mismo paradigma). Se pro-
1
Experimentar 11 Aplicar// Operar (intervenir)
ducen entonces avances tecnológicos, así como en la otra dirección se
formulan y perfeccionan las teorizaciones científicas. Nuevos modos
de operar o variaciones del ya articulado pueden significar abrir nue- Éxito útil
vas sendas de indagación, con nuevos y hasta cierto punto diferentes .··
1
desarrollos, que completan o difieren de los anteriores. Y son siem-
pre y al mismo tiempo teóricas y prácticas, puesto que se trata de Hechos 11 Prácticas
una acción, de una práctica teórica, cognitiva.
En la vida cotidiana, se presentan distintas maneras de dar solu-
ción a los problemas. Ellas conllevan diferentes formas de entender rricelli (1608-1647) suponen la exploración de los modos de operar en las minas; Nico-
lás Maquiavelo (1483-1527) inauguró la exploración de las prácticas efectivas de la
cómo opera la realidad y cómo es manipulable (qué se puede hacer política; Sigmund Freud (1856-1939) trabajó sobre las formas de operar de la psiquia-
con ella). La investigación tecnocientífica toma aquellas maneras y tría de su época para formular nuevos modos de abordaje, con nuevos modos de ver los
las explora en las dos direcciones señaladas, manteniendo, aun en su fenómenos psicológicos. A veces se suponen analogías entre un modo de operar y otro,
abstracción, su conexión con la práctica. Puede encontrarlas en dife- como en el caso de los desarrollos en fisica de concepciones biológicas, o de la ciberné-
rente grado de desarrollo. Puede incluso generarlas por sí misma o tica mediante las investigaciones de la inteligencia artificial. Además, estas analogías
son múltiples: la teoría de la evolución se ha vinculado con las etapas de maduración
replantear elaboraciones científicas. 6 Las explora y saca partido de del individuo humano, la historia de las civilizaciones y la competencia de las moder-
nas sociedades de mercado. Por otra parte, el pasaje actual de la consideración de un
mundo de átomos a un mundo de bits significa cambiar la exploración de uno a otro
modo de operar con la realidad, y ese cambio no implica descartar el anterior por el
5. E. Sábato, Hombres y engranajes, Madrid, Alianza, 1983, p. 35.
nuevo, ya que constituyen perspectivas diferentes y hasta cierto punto complementa-
6. Algunos ejemplos: los efectos de la presión atmosférica formulados por Nicolás 'lb- rias, en tanto se conectan con problemas prácticos.
La garantía de utilidad 75
74 Mario Heler

aplicada y ambas de la tecnología en las prácticas científicas reales,


su capacidad de abstracción para lograr que adq.u.ieran un al~o ni:_el y de que no exista una secuencia que vaya linealmente de la ciencia
de eficacia. Para ello, cuenta con su propia posibilidad de teonzacwn
pura a la tecnología, en todas las formas de hacer ciencia se trata de
y sistematización. . . la búsqueda del éxito en la manipulación a voluntad de los fenóme-
Pero las soluciones prácticas provistas por la tecnocwncia parten
nos. Tal coincidencia manifiesta la unidad de una división interna
de problemas sociales y resultan útiles a ellos. Son. parte ~ntonces
del trabajo del campo científico, y pone de manifiesto el continuo exis-
del contexto sociohistórico al que pertenecen. Sus mdagacwnes se
tente entre las elaboraciones más abstractas y los procedimientos
aplican a esos contextos; a veces transforman o cambian los mo~os
tecnológicos más concretos y directamente aplicables a la realidad
sociales de solucionar los problemas en la vida cotidiana. Otras, m-
social.
traducen formas originales de operar.
La capacidad de predicción de los conocimientos constituye en la
Por consiguiente, la superioridad del saber científico radica en
modernidad el criterio de demarcación de lo científico. Gracias a esta
que, a diferencia de otros saberes alternativos, provee u_na verdad
capacidad los conocimientos científicos se justifican como válidos al
útil sistemáticamente desarrollada y explorada al máxLmo de sus
mismo tiempo que se hace factible su utilización social. La capaci-
posibilidades teórico-prácticas. Por lo tanto, podría caracterizarse
dad de predicción otorga capacidad -lo que quiere decir poder- para
la ciencia como una elaboración teórico-práctica de y para la solu-
manipular los fenómenos, haciendo posible su control, y ello tanto
ción de problemas prácticos.
en el nivel más abstracto como en el nivel más concreto del quehacer
La manera similar de actuar a partir de la predicción, tanto en la
científico.
fundamentación y la aplicación como en la tecnología, señala la in-
Pero entonces y pese a la versión oficial de la ciencia, el tipo de
trínseca conexión entre el saber y el poder que Francis Bacon7 preco-
saber propio de la ciencia moderna remite a una conexión interna,
nizara para la ciencia moderna. Lejos del saber por el saber mismo,
inmanente, con el uso social de sus productos. Desde esta perspecti-
de la búsqueda desinteresada de la verdad, la ciencia moderna se
va, cae la separación entre el desarrollo de una ciencia pura lejana a
caracteriza por ser una actividad dirigida a la producción de conoci-
las prácticas sociales y la tecnología cercana a esas prácticas. Por eso
mientos instrumentalizables para el dominio de los fenómenos.
puede hablarse de la ciencia moderna como tecnociencia.
Y ello es así porque busca las leyes que regulan los hechos estu-
Ahora podemos interpretar que las decisiones de las comunida-
diados, las leyes que proporcionen capacidad de predecir los hechos
des científicas acerca de la aceptación de las hipótesis se vinculan en
y a la vez de manipularlos, estableciendo con ello el modo e~ que
última instancia con el éxito en el control de los fenómenos que pro-
pueden controlarse y dominarse los fenómenos a voluntad, siendo
porcionan las hipótesis aceptadas. Los acuerdos en la comunidad cien-
útiles para fundamentar la hipótesis tanto como para desarrollar
tífica hallan su punto de anclaje, por ende, en el éxito de las predic-
tecnologías.
ciones, que a su vez puede ser reiterado, y por tanto los fenómenos
Más allá de las dificultades para deslindar la ciencia pura de la
pueden ser controlados, haciendo posible la objetividad, esto es, un
acuerdo intersubjetiva de sus miembros.
La objetividad de la tecnociencia ofrece por ende garantías de uti-
lidad, lo que quiere decir que hace posible la repetición (aplicación)
7. Francis Bacon (1561-1626): Filósofo inglés del Renacimiento. El gran mérito de
Bacon es haber previsto la utilidad práctica del saber teórico y la posibilidad de trans-
idéntica en todos los casos, con éxito, de los productos tecnocientífi-
formar la sociedad mediante las aplicaciones de la ciencia y la técnica. Se suele citar cos; mientras que el cambio de paradigma, la revolución científica,
su frase "el conocimiento es poder". Para ello, entrevió la necesidad de una reforma del propone una nueva modalidad para explorar la solución de proble-
saber de su época, consistente en una reorientación de la ciencia hacia la natural~z~ Y mas prácticos.
hacia los hechos, y el recurso a una metodología adecuada, no basada en la log1ca Queda de este modo cuestionada también la separación entre ex-
aristotélica. Este nuevo método es el que expone en su Novum Organum, obra que
celencia epistemológica y utilidad social, ya que ambas dimensiones
pretende ocupar el lugar otorgado hasta entonces a .la lógica aristotélica. u ~rganon.
Los ídolos son los errores o prejuicios que hay que ev1tar cuando se hace c1enc1a, Yque se muestran internamente interrelacionadas. Esta interrelación no
ema~an de la naturaleza humana (tribu), de la naturaleza del individuo (caverna), de es por tanto un agregado posterior (cuando se decide el uso social
la comunicación entre humanos (foro) y del excesivo servilismo hacia las teorías tradi- concreto) sino que es intrínseca, inmanente, al tipo de producción de
cionales (teatro). Véase J. Cortés Morató y J. Martínez Rui, ob. cit.
76 Mario Heler La garantía de utilidad 77

conocimiento que ha definido la cientificidad moderna. La tecnocien- Pero la exigencia de productividad del mundo moderno, de nues-
cia es una peculiar actividad humana que vincula estrechamente su tro mundo, va acompañada de la exigencia de eficiencia, y con ésta se
excelencia epistemológica con su utilidad social. hace dominante la relación instrumental, que es una simplificación
reduccionista del sentido de utilidad al que aludimos.
La eficiencia asocia el cálculo costo-beneficio a la mera relación
4. Utilidad y eficiencia instrumental entre medios y fines. El imperativo que así se impone
se expresa en el deber de producir con el menor costo y el mayor
El triunfo de la tecnociencia habla de sus éxitos. Y estos éxitos se beneficio. Pero la posibilidad misma del cálculo supone establecer
refieren a sus reales y efectivas contribuciones sociales. La historia equivalencias para la cuantificación de los costos y los beneficios.
oficial defiende una idea de ciencia desinteresada, ocupada en el sa- Requiere estipular precios.
ber por el saber mismo, cuando es en tanto que produce conocimien- El valor de lo útil y de los fines queda así supeditado a la mercan-
tos con utilidad social que la tecnociencia triunfa en un mundo, el tilización: a su valor como mercancía en el mercado, en el juego de la
moderno, donde opera la exigencia de la vida activa, transformadora oferta y la demanda. Aquello que no puede ser cuantificado, aquello
de las condiciones de la existencia humana, y donde se requiere de lo a lo que no puede ponérsele precio -la misma fuerza productiva, por
útil para construir el Reino de la Libertad. ejemplo-, se ve reducido a lo que lo haga operable, calculable: a su
Útil es aquello que sirve para algo. En este sentido es eficaz: valor de cambio. 9 Asimismo, el cálculo impone una restricción a la
produce efectos. Pero la relación entre lo útil y sus efectos, los dimensión temporal: el largo plazo es un plazo cuantificable y por lo
fines, puede entenderse como un vínculo meramente instrumen- tanto relativamente breve, por ejemplo frente a sus efectos a través
tal (el fin justifica los medios) o bien comprender los medios (ins- de generaciones (pensemos en las consecuencias en el largo plazo
trumentos) como parte de los fines. En este caso, no son los fines para la ecología de nuestro planeta). 1° Cuentan los réditos en lo in-
los que justifican los medios, puesto que los medios empleados tam- mediato, o a lo sumo en lo mediato.
bién determinan los fines: la meta lograda no es independiente de Pero lo útil -no reducido a lo meramente instrumental- puede no
los medios con que· SI¡) alcanza, sino que los medios concretan los ser lo menos costoso con el mayor beneficio y con resultados más o
fines, podríamos decir, a su manera, marcando su huella; pueden menos inmediatos. Tampoco siempre puede ser cuantificado para ser
incluso ser contradictorios con aquello a lo que se dirigen. En esta calculado por equivalencias con un patrón de medida (en general, el
interacción entre ~edios y fines, la utilidad adquiere {¡n sentido dinero, pero no solamente). Así es como bajo este imperativo de la
más amplio y profundo que la mera relación instrumental, engen- eficiencia, la educación sería una utilidad onerosa y una inversión
dradora de monstruos. 8 poco segura. Con la eficiencia se prioriza sólo un aspecto de la utili-
Lo útil es pensable entonces como un haz de relaciones de medios dad potenciad ora de las actividades humanas, reduciéndola a la mera
y fines en que unos potencian a los otros. Y se potencian en tanto relación instrumental regida por el cálculo de costo-beneficio.
resultan afirmativos de la fuerza que los crea, abriendo posibilidades En el sistema de dominación capitalista, la eficiencia queda privi-
a su despliegue, a su florecimiento. En el caso de la tecnociencia los legiada en desmedro de la utilidad. Y en el campo científico, la utili-
medios son útiles si potencian su producción, si la preservan y abren dad social de sus productos parece también medirse -con tendencia a
posibilidades f~ctíferas a la producción del conocimiento.

9. La cuestión a la que estamos refiriéndonos encuentra un claro ejemplo en el trabajo


asalariado: siendo la potencia capaz de producir las mercancías para el mercado, no
8. Las bombas de Hiroshima y Nagasaki lograron la paz, pero ¿qué tipo de paz? Los es una mercancía sino la fuente de toda mercancía, y sin embargo es una mercancía a
experimentos "científicos" con humanos en los campos de concentración nazis obtuvie- la que el mercado le pone un precio, el salario. El trabajo tiene valor de uso, pero al
ron resultados, fueron útiles, pero sólo instrumentalmente, en tanto esos resultados convertirse en trabajo asalariado se le atribuye un valor de cambio.
quedaron teñidos por los medios genocidas utilizados (aunque luego fueran usados 10. Es así como las denuncias de los informes sobre la situación del planeta Tierra
por los países aliados). Y los ejemplos podrían lamentablemente multiplicarse. Véan- pierden persuasión al referirse a riesgos a plazos verdaderamente largos: el futuro de
se M. Horkheimer, ob. cit., y M. Horkheimer y Th. Adorno, ob. cit. la humanidad, en veinte o treinta años, por ejemplo.
78 Mario Heler La garantía de utilidad 79

la exclusividad- por sus eficientes éxitos. Pero no sólo la eficiencia se conjunto. La relativa autonomía del campo científico 11 se conquista
impone como el patrón de medida para los productos sino también en contra de la coacción del exterior, al mismo tiempo que esas coac-
para la propia producción científica. ciones refieren a estrategias para imponer un curso en particular a
En las sociedades actuales, la tecnociencia es la encargada de la la producción científica conforme a los intereses dominantes en los
producción social del conocimiento, de la producción de conocimien- otros campos socialesP Es una lucha entonces entre los subcampos
tos con utilidad social. Y esta utilidad radica en que sus productos de cada campo y, para nombrar algunos, el campo económico, el polí-
brindan la capacidad (el poder) para solucionar problemas prácti- tico, el militar, el cultural, el religioso, y también el científico, cada
cos a través de la capacidad de predicción de los fenómenos. Las uno para preservar y acrecentar su relativa autonomía. En sus inte-
predicciones son necesarias para la reproducción de una sociedad racciones entre sí, los campos ocupan también posiciones, con mayor
que dice orientarse a la construcción del Reino de la Libertad, en o menor poder. Desde esta perspectiva, el campo social todo es un
tanto tal reino se imagine como un mundo en el que los seres huma- campo de lucha que en cada momento adquiere una cierta configura-
nos no se ven obstaculizados en su libre florecimiento -florecimien- ción, es decir, un estado de la red de relaciones que conforman las
to como metáfora de su realización, del despliegue de aquello que posiciones y las relaciones entre posiciones.
puede, de expresión de la potencia-. Pero ¿no es ésta acaso la idea El movimiento de la producción científica fijado en una mano úni-
de producción? ca de circulación no sólo se logra en las relaciones dentro del campo,
Así como los árboles producen frutos, los seres humanos producen sino también colabora a fijar el intercambio con el entorno, con los
la vida humana, y la producen produciendo socialmente el mundo otros campos sociales. Pero las resistencias no desaparecen, prepa-
humano, un mundo simbólico, el mundo de la cultura. En el proceso ran su oportunidad. En última instancia, lo importante es el juego, lo
de la producción y en los productos se reproduce la vida humana, y que está en juego en la tecnociencia: la producción social del conoci-
en la sociedad existen diferentes producciones y productos: el conoci- miento, y seguir jugando.
miento es uno de ellos. Y esa producción requiere algún tipo de con-
trol que potencie la producción, aunando esfuerzos. Este control sir-
ve a la producción humana. Pero con el primado de la eficiencia, el S. ¿Circulación de mano única?
control resulta útil al dominio.
Este enunciado no es superfluo. Por el contrario, establece dife- En este capítulo nuestra reflexión partió del cuestionamiento a la
rencia. Un control que sea útil a la producción y un control que es útil secundariedad de la utilidad social del conocimiento científico defen-
al dominio. Un saber de las cosas y los hombres capaz de un cierto dida por la historia oficial, por la versión dominante.
control, flexible y cambiante, al servicio de la producción en tanto la El recorrido nos condujo a una definición de la tecnociencia que
potencie. O bien un control que logre retener el movimiento de la
producción dentro de ciertos carriles, de carriles que estabilicen el
juego en un solo sentido, que lo inmovilicen dando permanencia a un
tipo de juego, procurando que se reitere una distribución similar del
11. Recordemos (capítulo II, apartado 5) que la autonomía de un campo se define por
capital específico. En este último caso, se trata primero de una re- "la capacidad de refractar, retraduciéndolas en una forma específica, las coacciones o
ducción a un aspecto del primer sentido señalado -de la utilidad, las demandas externas" al campo, y "a la inversa, la heteronomía de un campo se
sólo la eficiencia-, luego de una supeditación del primero al segundo manifiesta esencialmente en el hecho de que los problemas exteriores, en especial los
-la eficiencia como medida de la utilidad-, la dominación queda así políticos, se expresan directamente en él"; P. Bourdieu, Los usos sociales ... , pp. 75-76.
impuesta y se mantiene como tal mediante estrategias adecuadas 12. Por ejemplo, en el área de la salud, los médicos, hacia dentro del campo: la lucha
para acumular poder y conservarlo, esto es, encauzando las resisten- enfrenta a los especialistas con los médicos de cabecera; y hacia fuera: se tiene interés
en mantener la subordinación y la poca legitimidad científica de las disciplinas para-
cias en beneficio de su permanencia.
médicas, en tanto que en el intercambio con los laboratorios, éstos procuran que los
En el campo científico el predominio de la eficiencia será asimis- médicos actúen como "recetadotes", y los fabricantes de instrumental y prótesis de
mo útil al dominio, tanto hacia dentro del campo como en el inter- punta, en aumentar el uso de sus productos aunque no sean estrictamente necesarios,
cambio con su entorno: los otros campos sociales, la sociedad en su mientras los psicólogos siguen luchando por tener mayor autonomía, etcétera.

l
80 Mario Heler La garantía de utilidad 81

cuestiona la separación entre la garantía de verdad y la garantía de pondería más bien a relaciones de dominación que solventan las pre-
utilidad, así como el papel supletorio de la segunda y su supeditación rrogativas de ciertas posiciones del campo de la tecnociencia en des-
a la primera. Así se confirman las sospechas que despertara la carac- medro de otras, y que tienen una larga historia. En el próximo capí-
terización de la ciencia moderna mediante la apelación a la vieja fór- tulo veremos algunos aspectos de esa historia, una historia que difie-
mula del conocimiento desinteresado, de la búsqueda de verdad por re de la oficial.
la verdad misma, engendrada en y para una sociedad muy diferente Pero antes de pasar al próximo capítulo, quizá convenga resaltar
de las nuestras, la sociedad esclavista de la Grecia clásica. De la mis- una cuestión. La efectividad de la eficiencia (apartado 4) para impo-
ma manera como las dificultades para dar asidero a la presunta ga- ner su dominio no supone una coacción externa que invada el juego
rantía de verdad completan lo ya visto al manifestarse que la separa- de la producción científica. Por el contrario, la utilidad del conoci-
ción entre la verdad y la utilidad oculta que la novedad que significó miento tecnocientífico está sujeta a ser entendida sólo como eficien-
la tecnociencia, aquello que le es distintivo, es precisamente la ver- cia, aunque ello signifique una reducción simplificadora, en tanto la
dad útil que busca y construye, y que ha hecho posible relevantes dimensión a la vez individual y social, subjetiva y objetiva, de la acti-
contribuciones sociales. Con ello también se modifica la respuesta a vidad científica comporta una lucha por la dominación del campo, y
la pregunta acerca del triunfo de la ciencia, explicitando posibilida- en tanto que esa utilidad por ser social interesa a otros campos con
des de confluencia con otros campos sociales (en especial, pero sin los que la tecnociencia interactúa y entre los que también se estable-
exclusividad, con la economía). ce la lucha.
La capacidad de predicción propia de los conocimientos tecnocien- Y entonces lo importante tal vez no sea el lamento y la queja, ni la
tíficos (apartado 2) nos permitió comprender la conexión interna en- comparación para determinar cuál es la forma de dominación más
tre la teoría y la práctica de la tecnociencia, manifiesta en la utilidad productiva o la más paralizadora, sino la búsqueda de las armas 13
social de sus productos científicos. Nos mostró que la práctica tecno- más adecuadas para preservar lo que está en juego: la producción del
científica es una acción teórica, que en todo caso puede referirse a la conocimiento.
división en ciencia pura, aplicada y tecnología, sin que tal división Indaguemos entonces el modo de operar de la eficiencia en el cam-
vaya más allá de una separación funcional de las tareas científicas. po científico, pensando particularmente en las ciencias sociales.
Además de que esos diferentes tipos de tareas son difíciles de deslin-
dar en la práctica real actual, parecen más bien aludir a una división
del trabajo de la producción social de conocimientos, sujeta a deter-
minados intereses dominantes en un cierto momento de la historia
del campo tecnocientífico.
Pero la producción de conocimientos de la tecnociencia si por un
lado es presentada como la única válida, como el modo por antono-
masia de conocimiento racional, por otro constituye un modo entre
otros, un modo peculiar que consiste en explorar soluciones a proble-
mas prácticos (apartado 3), amalgamando la teorización con la mani-
pulación de los fenómenos, la aplicación y la intervención con la teo-
ría, en un continuo en que cada tarea retroalimenta a las demás.
Así como parece reservado casi con exclusividad al científico puro 13. "No se trata de preguntar cuál régimen es más duro, o más tolerable, ya que en
el papel de productor de conocimiento, las variadas formas de pro- cada uno de ellos se enfrentan las liberaciones y las servidumbres. Por ejemplo, en la
ducción que puede tomar la actividad tecnocientífica consisten siem- crisis del hospital como lugar de encierro, la sectorización, los hospitales de día, la
atención a domicilio, pudieron marcar al principio nuevas libertades, pero participan
pre en un teorizar, un aplicar, un operar que no deja de construir un también de mecanismos de control que rivalizan con los más duros encierros. No se
trabajo de objetivación, de sistematizaciones teóricas, de procedimien- trata de temer o de esperar, sino de buscar nuevas armas"; G. Deleuze, "Posdata sobre
tos para la solución de problemas prácticos. Éste es su límite y su las sociedades de control", en C. Ferrer (comp.), El lenguaje literario, Montevideo,
potencialidad. En cambio aquella reserva con casi exclusividad res- Nordan, 1991, t. 2 (el subrayado me corresponde).
IV. Otra historia

l. Una reinterpretación

Hemos llegado a un punto de nuestra reflexión en el que se hace


necesario contar otra historia.
La historia oficial se ha mostrado inadecuada para dar cuenta de
la forma de producción social del conocimiento que llamamos ciencia,
y que deberíamos llamar tecnociencia, pues esta producción se carac-
teriza por ser una exploración de soluciones de problemas prácticos,
una exploración teórica y al mismo tiempo práctica, que brinda pro-
ductos, conocimientos, de utilidad social. La fórmula del saber por el
saber mismo, del conocimiento desinteresado, manifiesta así su fun-
ción encubridora de la peculiaridad de las ciencias desde la moderni-
dad hasta nuestros días.
Pero en vez de preguntarnos por la verdad o la falsedad de la
historia oficial, nos interrogaremos acerca de su génesis, es decir, nues-
tra pregunta será: ¿cómo es que ha llegado esa historia a tener su
autoridad, a ser la historia oficial, apología de una definición domi-
nante de ciencia en general?
El camino que recorreremos partirá del momento histórico en que
surgió la ciencia moderna, el Renacimiento, para llegar a la etapa en
que empezó a convertirse en el modo de conocimiento racional por
excelencia (podríamos decir que a partir del siglo XVIII, el llamado
Siglo de las Luces, de la Ilustración). Después nuestra atención se
dirigirá a las ciencias sociales, a los saberes sobre el hombre que, en
el siglo XIX, 1 tienen que ser reconocidos socialmente, obtener legiti-

l. Salvo la historia, cuyos orígenes se remontan a la Antigüedad, las llamadas "cien-


cias sociales", "humanas" o "del espíritu" comienzan a surgir durante el siglo XIX.
Véase M. Foucault, Las palabras y las cosas, México, Siglo Veintiuno, 1968.
[ 83]
84 Mario Heler Otra historia 85

mación como conocimientos científicos. Para ello tienen que presen- Esta lucha se da en varios frentes: en el ámbito mismo de la reli-
tarse ante el "tribunal de la cientificidad", un tribunal constituido gión, con la Reforma protestante (Lutero y Calvino en la primera
por jueces cuyo criterio sigue el modelo de la ciencia más reconocida mitad del siglo XVI), en el arte y el conocimiento, con los artistas y
socialmente, de una ciencia de la naturaleza, la primera en desarro- filósofos renacentistas (Leonardo da Vinci, Rafael, Miguel Ángel,
llarse: la física. Brueghel, Rabelais, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, Francis
Partimos entonces de una etapa definida por las luchas contra el Bacon, Giordano Bruno, Montaigne, Copérnico, Galileo, Kepler, etc.),
orden medieval, adoptando un punto de vista genético sobre el surgi- en el campo político, con las monarquías con pretensiones absolutis-
miento y el desarrollo de la tecnociencia como práctica social. tas (por ejemplo, Enrique VIII de Inglaterra), en alianza con la bur-
Dicen que los enemigos, a través de sus luchas, terminan pare- guesía, empeñada por su parte en luchas económicas y políticas, que
ciéndose. Quizá eso explique que las liberaciones desemboquen nue- se prolongarán en el siglo XVII contra su viejo aliado, el absolutismo.
vamente en formas de dominación. Tal vez. Aunque las cosas no sue- En el ámbito de las ideas, durante los siglos XV y XVI se encara la
len ser tan simples. lucha apelando al espíritu griego y encarnando un renacer de lo clá-
sico, de la cultura de la Grecia antigua. Se enfrenta la conciliación
entre filosofia y teología de la concepción de Tomás de Aquino para
2. La lucha contra el orden medieval valorarse solamente la referencia a la filosofia griega (y sin limitarse
a la filosofía aristotélica). En la relación entre la verdad revelada y
Las luchas contra el orden medieval son luchas contra la domina- la humana, el renacer del espíritu griego conlleva la afirmación de la
ción social de la Iglesia, contra el orden teológico, basado en la ver- suficiencia de la razón humana para captar el orden del mundo sin
dad revelada. Como vicaria de Dios, la Iglesia es la única que posee necesidad de referencias religiosas y se expresa en posibilidades de
autoridad para determinar la interpretación verdadera de las reve- creación, en una vida activa.
laciones divinas, y además tiene la obligación de proteger esa inter- Ya en el siglo XVII, en los comienzos de la modernidad, en las lu-
pretación auténtica de los posibles desvíos y disidencias. Debe en- chas contra el poder que aún persiste de la Iglesia, se seguirán utili-
tonces controlar la soberbia de la condición humana que en su fini- zando argumentos basados en las ideas renacentistas de la razón
tud pecadora pretendería saber por sí misma la verdad, sin guiarse autosuficiente y en la defensa de una vida activa, creativa y transfor-
por la verdad revelada y por la interpretación legítima de esa ver- madora, de este mundo y para esta vida. Se aprovecha para la nueva
dad, la concepción aristotélico-tomista. 2 ciencia el prestigio medieval de la filosofía griega, atribuyéndose el

2. Tomás de Aquino (1225-1274): Considerado el filósofo y el teólogo de mayor relieve


dentro de la filosofía escolástica. En el Occidente cristiano, se llama escolástica a la XXII, en 1323, y proclamado doctor de la Iglesia en 1567 (Renacimiento). Tras la Con-
filosofía y la teología que se enseñó durante el período de la Edad Media, a la denomi- trarreforma (siglo XVI), fue considerado como el paradigma de la enseñanza católica,
nada filosofía medieval. El nombre refiere a la "ciencia que se enseñaba en la escuela": pese a que sus doctrinas no siempre habían sido aceptadas. El gran mérito que se
primero las artes liberales y luego la filosofía y la teología. Proviene del término latino atribuye a Tomás de Aquino es haber logrado la mejor síntesis medieval entre razón y
schola, escuela, y de aquí scholasticus, aplicado en un principio a los que frecuentaban fe o entre filosofía y teología. Realiza una labor de armonización del aristotelismo con
determinado tipo de escuela, como maestros o como alumnos, y luego a los que se el cristianismo. Sus obras son eminentemente teológicas pero, a diferencia de otros
caracterizaban por utilizar en sus enseñanzas e investigaciones el método desarrolla- escolásticos, concede, en principio, a la razón su propia autonomía en todas aquellas
do por la filosofía medieval. Toda la filosofía escolástica se distingue por un doble cosas que no se deban a la revelación. La autonomía que atribuye a la razón humana,
recurso problemático a la autoridad -los textos sagrados de la Biblia y la tradición de aun siendo limitada, plantea en principio la posibilidad de una auténtica actividad
los Padres de la Iglesia- y a la razón, que de manera creciente se aplica a la interpre- filosófica independiente de la fe. Aunque, como ya hemos señalado (capítulo 11, 2), esa
tación de la autoridad y hasta al libre juego de la reflexión propia. Se suceden, por actividad independiente debe tener su límite y medida en la verdad revelada. Al ser
tanto, periodos en que domina la auctoritas (autoridad) y períodos en que la ratio proclamado "doctor" de la Iglesia, su lectura de la concepción aristotélica es tomada
(razón), apoyada en la dialéctica o lógica medieval, y sobre todo con las sucesivas como la versión oficial durante el Renacimiento, y quienes luchan contra la Iglesia en
recuperaciones de la obra de Aristóteles en Occidente, florece con un cierto racionalis- el campo de las ideas atacan la concepción aristotélico-tomista. Véase J. Cortés Mora-
mo que resulta sospechoso a la teología. Tomás de Aquino fue canonizado por Juan tó y A. Martínez Riu, oh. cit.
86 Mario Heler Otra historia 87

rasgo de la ciencia griega que la hacía valiosa diferenciándola de las do acerca de la validez de los productos que lo aplican (capítulo II, 2).
otras actividades sociales: ser un saber por el saber mismo, un cono- El método brindaría garantía de verdad, y serviría también para es-
cimiento desinteresado, sin más interés que la verdad. tablecer el criterio de demarcación de la ciencia.
En la defensa de la moderna ciencia experimental se sostiene la Frente a la Iglesia que pretende, como representante de Dios en
necesidad de eludir toda restricción de origen teológico, incluyendo la Tierra, juzgar qué conocimientos obtenidos por la razón humana
las pautas morales, dependientes aún ¡;le las religiosas. La Ilustra- son verdaderos, la modernidad sostiene que la razón humana puede
ción -en el siglo XVIII-luchará explícitamente contra los prejuicios y corregir ella misma sus errores, que ella puede juzgar por sí misma
contra los. dogmas, por ser impermeables a las críticas de la razón, la validez o la invalidez de sus conocimientos. Y si la Iglesia tiene en
y los de la religión serán el blanco preferido de los ataques. Después la verdad revelada el criterio para juzgar, la razón puede formular su
de las experiencias de la cruenta persecución de los pensadores mo- propio criterio, un criterio objetivo e independiente de la teología. De
dernos y de sus ideas, y en el momento en que se va logrando alguna esta manera se logra abordar el problema no desde el que juzga, el
consolidación y legitimación de las modernas formas de vida, la ban- juez, sino desde el criterio con el que se juzga. 3 Resta entonces esta-
dera será la libertad de investigación, motor del progreso. Se declara blecer ese criterio, el criterio racional para juzgar la verdad o la fal-
también la neutralidad valorativa de la ciencia, porque el único va- sedad de los conocimientos, para que pueda juzgarse la validez o la
lor involucrado en su quehacer sería la verdad. Un paso más y ten- invalidez de los productos científicos.
dremos la neutralidad ética, la falta de responsabilidad respecto de Claro que el criterio también puede ser objeto de disputas, produ-
las aplicaciones de la ciencia en la sociedad. Ese paso se dará a fines cir desacuerdos. Por lo tanto, se trata de encontrar un criterio que en
del siglo XIX, para integrarse al relato de la historia oficial de la cien- su racionalidad sea indiscutible y en su aplicación casi infalible, y
cia en el XX. provoque el acuerdo de todos los sujetos racionales.
En el siglo XIX, con el positivismo, la actividad científica se conci- ¿Dónde encontrar ese criterio?
be como una actividad desinteresada, en la que la búsqueda de la Ya en el siglo XVIII, para Kant se halla reflejado en la geometría de
verdad es lo prioritario, y en consecuencia también es independiente Euclides (siglos III-IV antes de Cristo) y en la lógica de Aristóteles
de cualquier consideración ética, mientras que la valoración de la (siglo v antes de Cristo) pues ambas encontraron el camino de la
vida activa hace que se reconozca la utilidad social que proveen los verdad necesaria y universal, y en su época lo ha hecho la física, con
conocimientos científicos, pero que se la reconozca como una deriva- la teoría de Isaac Newton (1642-1727), que lograba resolver los pro-
ción secundaria de la finalidad principal y constitutiva de la ciencia: blemas que presentaba la concepción heliocéntrica, desde Copérnico,
la verdad. Galileo y Kepler, explicando mecánicamente el orden natural me-
En todo este proceso de continuas luchas, con sucesivas conquis- diante leyes universales y necesarias.
tas y también fracasos, el problema principal es el de la fundamenta- La física se constituye como el primer campo científico de la mo-
ción, ya que toda la estrategia corre el riesgo de debilitarse peligro- dernidad, y entonces la definición del campo se articula a partir de
samente si no puede atestiguarse que el conocimiento científico es su propia actividad. Pero como todo campo social, instaura disposi-
verdadero. tivos de inclusión y exclusión (que establecen requisitos para perte-
necer al campo y permanecer) mientras sus integrantes juegan es-
trategias para consolidar y mejorar sus posiciones hacia dentro del
3. Juzgar la verdad campo y la posición de éste en la sociedad. Pero más o menos pronto
surgen competidores dedicados a temáticas derivadas (ramas) o a
En la lucha contra la subordinación de la verdad humana a la temáticas diferentes. Y estos competidores tienen que enfrentar el
verdad revelada, el punto crítico se halla en el problema moderno de
la fundamentación. Ya hemos visto que tal problema refiere a la cues-
tión de determinar inequívocamente la verdad de los nuevos conoci- 3. Idealmente, cualquiera debe poder ser juez de la verdad, ya que la autonomía inte-
mientos. También sabemos que la respuesta se orienta a encontrar el lectual se declara un derecho pero también un deber, el derecho y el deber de cercio-
método racional que asegure el acceso a la verdad tanto como el acuer- rarse por uno mismo de la verdad, de formar el propio juicio.
88 Mario Heler Otra historia 89

problema moderno de la fundamentación si pretenden que sus pro- siosa, ya que nunca podrá cumplir con el criterio de cientificidad. 4
ductos sean reconocidos socialmente como científicos y su quehacer Por un lado, el fracaso lleva a que otras ramas de la filosofía tendrán
como una ciencia. Pero ahora ya hay una definición oficial de cien- que legitimarse encaminándose por la senda de la ciencia." Por otro
cia (en su sentido etimológico de conocimiento riguroso, fundamen- lado, la filosofía comienza a definirse como una reflexión sobre la
tado; scientia, en latín), aunque esa definición sea la que correspon- ciencia, lo que quiere decir sobre el problema de fundamentación del
de a un modo de producción de conocimientos sobre la naturaleza conocimiento, y defiende como su tarea principal la teoría del conoci-
(fúsis, en griego). miento, para luego convertirse en epistemología. Una tarea que se
Dadas estas relaciones de fuerzas, la definición se impone no ya piensa exclusiva en tanto el resto de los problemas filosóficos han
como la definición de la física sino como la definición de la ciencia, en sido o están siendo investigados por las ciencias particulares. El
general. Cualquier otro conocimiento que procure ser reconocido como modelo de cientificidad será ahora explicitado por la filosofía enten-
científico deberá por ende ajustarse al modo de producción de la· físi- dida como epistemología, y será ella la encargada de prescribirlo a
ca y todo conocimiento que haya sido obtenido a semejanza de los. todas las ciencias y a ella misma (y como la gendarmería, patrullará
conocimientos de la física será entonces un conocimiento científico la frontera de las ciencias, denunciando y reprimiendo desvíos y ex-
(criterio de demarcación) y podrá acreditarse como tal. travíos).6
Por consiguiente, quien juzgue la verdad o la falsedad de un cono- Resulta entonces que en este proceso se habría encontrado el cri-
cimiento, perteneciente a cualquier temática, lo evaluará observan-
do el cumplimiento del criterio de cientificidad. Y elevando la apues-
ta, el modelo de la ciencia se convertirá en el modelo de la racionali- 4. Los objetos metafisicos (el alma, el universo y Dios) no son captables por los senti-
dad. La razón sería una y, cuando se la emplea, procedería siempre dos, están más allá de la experiencia sensible, de ellos no hay empiria.
de la misma manera (método) y juzgaría los resultados con un único 5. Entre las otras ramas de la filosofia están la lógica, la gnoseología o teoría del
criterio. Una razón, un único método, una sola ciencia, cualesquiera conocimiento, la psicología, la cosmología, la estética, la ética, la política. La primera
sean los fenómenos que se estudien. en separarse de la filosofia, constituyéndose como ciencia independiente, será la fisica
(cosmología), otras se independizarán respetando o variando su ámbito de estudio
A ello contribuye -se lo reconozca o no- que el criterio de cienti- original en la filosofia. Pero la tendencia supone que aun permaneciendo como ramas
ficidad implica la producción de un tipo de conocimiento, uno cuya de la filosofia deberán acomodarse a la metodología científica. Llegamos así a fines del
garanUa de verdad es garantfa de utilidad. Y tal utilidad social no siglo XX, cuando un epistemólogo argentino, radicado en Canadá, puede sostener: "Adop-
es una mera declaración: tiene efectos, es eficaz, y repercute en otros to una postura filosófica y metodológica determinada a una búsqueda objetiva y perti-
campos sociales (en el de la producción económica, por ejemplo). nente de hechos, una rigurosa conceptualización y pruebas empíricas", una postura
que no diferencia más que verbalmente filosofia y ciencia, al atribuir a la primera las
Los modos "racionales" de operar en la realidad son útiles para el características propias de la segunda. M. Bunge, Las ciencias sociales en discusión.
desarrollo del capitalismo: caminos, puentes y barcos para el tráfi- Una perspectiva filosófica, Buenos Aires, Sudamericana, 1999, p. 9.
co de las mercaderías, mapas e instrumentos de observación, he- 6. La tarea de la filosofia es definida por Bunge en los siguientes términos: "El filósofo
rramientas simples y complejas (las máquinas) y muchas más solu- aguza herramientas, desentierra supuestos tácitos y critica conceptos confusos, locali-
ciones prácticas a los obstáculos que hay que superar en la produc- za, arregla o desecha razonamientos inválidos, examina marcos y cuestiona viejas
ción de las mercancías. Efectos que favorecerían el progreso. Otros respuestas, hace preguntas inquietantes y patrulla la frontera de la ciencia", M. Bun-
ge, Las ciencias sociales ... , p. 8 (el subrayado me corresponde). Mario Bunge nació en
campos sociales hallan conveniente entonces fortalecer el nuevo Buenos Aires y se doctoró en ciencias físico-matemáticas por la Universidad de La
campo científico, colaborar para que su producción permanezca en Plata. Fue profesor de Filosofia de la Ciencia en la Universidad de Buenos Aires, y de
la misma dirección. Física en diversas universidades de Europa y América; en 1982 recibió el Premio Prín-
Hasta la filosofía sufre las consecuencias de la imposición del cipe de Asturias de Comunicaciones y Humanidades, y desde 1966 es profesor en la
modelo de la ciencia que es al mismo tiempo modelo de racionalidad. McGill University, de Montreal, Canadá. Dedicado preferentemente al estudio de la
filosofía de la ciencia, posee una amplía producción bibliográfica conocida en muchos
Aunque la filosofía puede reclamar para sí que ella es ciencia (episte- países. Ha expuesto su pensamiento filosófico de forma más sistemática en los ocho
me), saber riguroso y fundamentado desde los griegos, ello no alcan- volúmenes del Tratado de filosofía básica (1974-1989), cuyas líneas fundamentales
zará cuando la metafísica, rama fundamental de la filosofía, filosofía son la ontología y gnoseología de carácter realista, y el materialismo; que él precisa
primera, sea cuestionada y reducida a ilusión, a especulación fanta- como materialismo "emergentista".
90 Mario Heler Otra historia 91

terio para juzgar la validez de las hipótesis científicas, un criterio cimiento sobre los seres humanos, sobre la sociedad. Pero para que
que cumpliría con las funciones esperadas, y que requeriría ser in- sus productos sean reconocidos como científicos deberá acreditar
corporado en las prácticas científicas a través del habitus de sus prac- que su producción sigue el modelo oficial de ciencia. Como consecuen-
ticantes. Con su institución, seguir el criterio de cientificidad es ne- cia, debiera obtener conocimientos útiles sobre lo social, como lo ha-
cesario y conveniente: asegura que llegado el momento el conocimiento cen las ciencias naturales, siendo en su caso útiles para el progreso
producido (por personas con el habitus apropiado) será juzgado como hacia una organización racional de la sociedad. El control de la natu-
válido, y eso porque la producción se ha desarrollado siguiendo el raleza y el de la sociedad son los dos aspectos necesarios para la cons-
criterio. Se trata de un círculo en el que la producción se supedita a trucción del Reino de la Libertad. No obstante, si las predicciones de
la acreditación: ajustarse al modelo de racionalidad que el criterio las ciencias naturales no sólo hacen factible controlar los fenómenos
prescribe asegura la producción de productos acreditables. Pero en- sino también su dominio, ¿las predicciones sociales deberían tam-
tonces se produce para acreditar. El círculo se cierra, la dominación bién permitir el dominio de los seres humanos?
se impone, la eficiencia reemplaza a la utilidad, aunque también ope- Impuesto el criterio, las ciencias sociales deberán entonces pro-
ren las resistencias que llevan a estrategias subversivas. En este ducir conocimientos que expresen relaciones invariantes que regulen
círculo, la coacción externa del criterio -externa a los subcampos, los fenómenos humanos. Sus conocimientos obtendrán así la capaci-
pero dominante en todo el campo científico- se internaliza, se incor- dad predictiva necesaria para teorizar, aplicar e intervenir. Podrá
pora, como parte del juego de cada subcampo: opera desde adentro. entonces brindar el poder de controlar los fenómenos sociales. Posee-
Inversiones que cada campo realiza en función de las posiciones rá por consiguiente utilidad social.
que ocupan en el estado del entramado de relaciones que conforman Pero las ciencias sociales no parecen llegar al nivel requerido. Las
el conjunto de la sociedad en un momento determinado. Juego de críticas denuncian su falta de cientificidad; una falta que radicaría
fuerzas en el que cada campo lucha por conservar o mejorar su posi- en su baja capacidad predictiva y, por ende, en su débil objetividad
ción con costos o con beneficios para otros campos, puesto que no sólo (en el sentido de acuerdo intersubjetiva). Y entonces los conocimien-
hay enemigos, también hay aliados, algunos duraderos, otros mo- tos sobre la sociedad no podrían acreditarse plenamente como cientí-
1

mentáneos. ficos, al no poder justificar sus teorías e hipótesis ni producir tecnolo-


gías sociales con garantía de éxito.
En tanto el subcampo de las ciencias sociales se rige por una defi-
4. La acreditación en las ciencias sociales nición dominante de ciencia que se le impone desde el exterior, o es
elegida como estrategia de legitimación, su relativa autonomía se
La idea de progreso promete la construcción de un paraíso terre- reduce a un mínimo, puesto que su producción queda negativamente
nal construido por los propios hombres mediante el uso de la razón. comprometida si no puede traducir las coacciones externas a su pro-
Para ello hace falta convertir un mundo de escasez en uno de abun- pia dinámica. Pero las ciencias sociales tienen entonces que enfren-
dancia, mediante el control de la naturaleza, que la razón encarna- tar el desafío de obtener conocimiento con utilidad social acomodán-
da en las ciencias naturales haría realidad. Pero también hace fal- dose a los criterios dominantes, sin regirse por la mera eficiencia, al
ta llevar la "insociable sociabilidad" 7 de los hombres a una convi- mismo tiempo que luchan por el reconocimiento de la peculiaridad
vencia organizada racionalmente para el florecimiento de cada uno de su producción.
y de todos. Cada ciencia social juega entonces sus estrategias y los resulta-
La actividad de las ciencias sociales consiste en producir el cono- dos son o más o menos exitosos: cada subcampo de las ciencias socia-
les conquista diferentes grados de autonom_ía. La economía y la cien-
cia del derecho, en conexión directa con el campo económico y el jurí-
7. Con esta expresión Kant alude a la necesidad y las dificultades de la vida en dico respectivamente, ocupan posiciones privilegiadas entre las otras
sociedad para los seres humanos; l. Kant, "Idea de una historia universal en sentido ciencias sociales, y de alguna manera quedan inmunizadas contra
cosmopolita", en Filosofía de la historia, México, Fondo de Cultura Económica, 1981, posibles objeciones epistemológicas. Si estudios sociológicos -por ejem-
p. 48. plo, sobre exclusión y marginalidad- pueden ser cuestionados públi-
92 Mario Heler Otra historia 93

camente en su cientificidad, en cambio no es usual que ocurra lo mis- La capacidad predictiva hace posible manipular los fenómenos,
mo -por más justificada que esté la crítica- con una teoría económica provocarlos reiteradamente, transformarlos. Supone por tanto que
utilizada por algún organismo internacional o por la política econó- los fenómenos sociales pueden ser comprendidos en términos de má-
mica de un Estado (al menos estos cuestionamientos no trascienden quinas y mecanismos: la presencia de ciertos factores ocasiona la
al público), mientras que las demás ciencias sociales tienen un ma- aparición de otros, unos son causa de otros, unos engranan con otros,
yor o menor reconocimiento en la sociedad conforme a su vinculación y constituyen series, cuyos eslabones se vinculan entre sí de la mis-
con intereses dominantes y en función de las relaciones de fuerza ma forma (relaciones invariantes). El mecanicismo,9 por cuanto deja
dentro del campo científico. Las aportaciones sociales de cada una de
ellas justificarían su autoridad y consecuentes ventajas. Claro que la
valoración social de los problemas a los que responden las distintas definitivo sino que se va haciendo al existir a lo largo del tiempo, en el que ha nacido
disciplinas generan valoraciones acordes con sus contribuciones, y y en el que perece. Se reserva, no obstante, como una característica propia del hombre
tales valoraciones pueden también variar conforme a la medida en que, por un lado, impide definirlo como una esencia o naturaleza inmutable, por lo que
que afecten -a favor o en contra- los intereses dominantes. No es no es posible un concepto de hombre "supratemporal", y que por otro lado obliga a
casual entonces que sea menos apreciado un estudio sobre la red so- concebirlo como un ser cuya existencia en el presente mantiene una relación esencial
con el pasado y el futuro. Y esa relación esencial supone transformaciones, posibilida-
lidaria en una villa miseria que otro dedicado a la influencia de los des de cambios, que el humano contribuye a generar y que actúan sobre él. Véanse
niños en el consumo familiar. además las dos notas siguientes.
¿Qué supone para las ciencias sociales ajustarse al criterio domi- 9. Mecanicismo: Término aparecido durante el siglo XVII que designa una concepción
nante de la cientificidad? filosófica reduccionista, según la cual toda realidad es entendida sobre la base de los
Como ya sabemos, supondría la búsqueda de relaciones invarian- modelos de la mecánica. Si sustenta que lo real es una inmensa máquina, entonces no
tes en los comportamientos sociales, es decir, expresar la regularidad solamente es una doctrina epistemológica sino también ontológica (derivado de "onto-
logía" que refiere al estudio de lo existente o de lo que es -óntos, en griego-; como
de esos comportamientos bajo la forma de leyes científicas. Pero es-
parte de la filosofia, elabora un catálogo de lo existente, define las clases de entidades
tas relaciones deben ser universales, válidas para todo tiempo y lu- que encontramos en el mundo). Generalmente, y puesto que las leyes de la mecánica
gar, para el mismo tipo de fenómenos. ¿Cuán universales pueden ser son deterministas, la mayoría de las formulaciones del mecanicismo también compar-
las hipótesis referidas a los fenómenos sociales? La clasificación de ten esta característica. La imagen mecanicista del mundo se apoyaba fundamental-
los fenómenos en tipos generales es dificil de compatibilizar con la mente en el principio de causalidad por el que se consideraban regidos todos los fenó-
menos que describe la fisica clásica. Pero el problema del determinismo mecanicista se
singularidad de los fenómenos sociales (la crisis económica de la dé- presentaba en tanto cuestionaba la libertad humana. Y este problema, junto con los
cada de 1930 tuvo peculiaridades que difieren de las de la crisis ac- desarrollos de la biología y de otras ramas de la fisica no reducibles a la mecánica
tual en la Argentina; los movimientos sociales en la Argentina de newtoniana, condujeron a considerar que toda máquina pertenece inevitablemente al
fines de 2000 no tienen los mismos rasgos distintivos que los de 1968; mundo inorgánico y no es pensable en los seres vivos. El mecanicismo tendió a aban-
son distintas para cada país las posibilidades de integración en el donar el carácter ontológico para adoptar la forma epistemológica: explicar a partir de
las leyes de la mecánica sin presuponer el carácter mecánico de lo real. Ello dio lugar
Mercosur, etcétera).
a un mecanicismo metodológico y al ideal de poder constituir una única ciencia basada
Asimismo, suponer una relación invariante que regule lo social en los principios de la mecánica. Además, en la medida en que el reloj fue el prototipo
para todo tiempo y lugar significa desconocer el cambio, desconocer de máquina (que liga el tiempo con el espacio que debe recorrer el péndulo o las agujas
que lo que sucede hoy y es expresable en una ley no necesariamente de su esfera), apareció como el modelo de las concepciones mecanicistas de los siglos
se regulará por la misma ley en un tiempo futuro. Pues advertirle a XVII hasta mediados del siglo XIX. A partir de ese momento se irán desarrollando ra-
mas de la fisica como la termodinámica y el electromagnetismo, así como otras cien-
una piedra de su caída, nada cambiará, pero sí tienen efectos las cias, i.e. la biología evolucionista, que no podían ser reducidas a la mecánica. La mis-
advertencias a personas, porque para los seres humanos las tres di- ma mecánica empezaba a experimentar notables cambios, que dieron lugar a la teoría
mensiones del tiempo, presente, pasado y futuro, están presentes y de la relatividad y a la mecánica cuántica, con aspectos incompatibles con la mecánica
mantienen relaciones entre sí. La atemporalidad de las leyes de la newtoniana. Por ello, irán apareciendo otros modelos teóricos que actuarán como mo-
física choca con la historicidad del mundo humano. 8 delos alternativos al mecanicismo clásico (el energetismo basado en la termodinámi-
ca; concepciones filosóficas basadas en la teoría de la evolución, la de la relatividad, la
mecánica cuántica, la genética, la cibernética, etc.). Las máquinas generales (Thring),
8. Historicidad: En general, carácter histórico de toda la realidad, nada existente es el cuestionamiento de la noción clásica de causalidad y su sustitución por un determi-
94 Mario Heler Otra historia 95

fuera de consideración el tiempo, la historicidad, explica lo actual se reproduce cambiando, modificándose a través de las acciones sig-
por referencia a la situación antecedente. Más aún, habría que dar nificativas de ho)Ubres y mujeres. 11 Es un mundo con historia.
cuenta de lo nuevo, de la innovación, sólo a partir del pasado. Pero Existen en las ciencias sociales menos excusas que en las natura-
entonces el futuro se encuentra ya en el pasado. El mecanicismo su- les para excluir la consideración de la dimensión ética cuando en el
pone el determinismo y niega la libertad, o al menos la restringe. 10 seguimiento ~e la definición dominante de ciencia se p~opone experi-
La capacidad predictiva de las ciencias sociales no puede paran- mentar, mampular, controlar y también dominar aunque se trate de
ganarse con la de las ciencias naturales. En las ciencias naturales se conductas humanas, de personas. Las ciencias naturales no sólo con-
supone la regularidad de los fenómenos: a efectos semejantes, cau- trolan los fenómenos. También los dominan, obviamente sin generar
sas semejantes, de modo que, siendo iguales las circunstancias y los las resistencias a la dominación propia de los seres humanos, 12 ya
objetos, los fenómenos son los mismos. En las ciencias sociales, que cuentan con el poder de la reiteración de lo mismo en el ocurrir
los objetos -esto es, los hombres y mujeres- en circunstancias seme- uniforme, persistente y estable (a la mirada humana) 13 de los fenó-
jantes, actúan de maneras diferentes. Es que los seres humanos tie- menos naturales.
nen lenguaje, y no sólo viven sino que significan su vivir. Se relacio- La idea de unificar con un solo método, en un solo modelo, bajo un
nan con las cosas dentro de un mundo de significados, un mundo que solo criterio de cientificidad, a las ciencias naturales y sociales no
parecen ser de utilidad a la producción de las ciencias sociales, aun-
que sí beneficiaría la posición de las naturales, favoreciendo relacio-
nes de dominación.
Las ciencias sociales despliegan estrategias de consolidación de
nismo que predice sólo estadísticamente, así como la posibilidad de construir máqui- su campo y para mejorar su posición. Entre ellas pueden utilizar "las
nas con tejidos orgánicos vivos, han provocado que surja una nueva posibilidad de estrategias de doble juego consistentes en ponerse en regla, en poner
seguir tomando las máquinas como modelos. Véase J. Cortés Morató y A. Martínez el derecho de su parte, en actuar conforme a intereses mientras se
Riu, ob. cit. aparenta obedecer a la regla". 14 Sólo se aparentaría entonces cum-
10. Determinismo: Teoría que sostiene que nada sucede al azar sino que todo se debe a
causas necesarias. Ello significa que conociendo las causas o la suma de condiciones
necesarias de un suceso es posible prever la existencia y las características del efecto.
Más específicamente, el determinismo universal afirma que todo fenómeno del univer-
11. Las ciencias de la naturaleza "explican" los fenómenos físicos recurriendo a le-
so ocurre según leyes causales, está regido por el principio de causalidad. El determi-
yes, sobre todo causales, mientras que, según Wilhelm Dilthey (1833-1911), las cien-
nismo filosófico sostiene que también las acciones humanas están causalmente deter-
cias humanísticas o morales, o las ciencias del espíritu (actualmente, el nombre más
minadas y son por tanto previsibles y predecibles. El concepto de determinismo, si no
usual es el de ciencias sociales, aunque no son equivalentes), como la historia, la
la palabra misma, aparece con la ciencia moderna de los siglos XVII y XVIII. El modelo
psicología, la sociología, el derecho, el arte, etc., intentan "comprender" su objeto,
mecanicista de la ciencia física clásica hace enunciar en 1814 a Pierre Simon de La-
captar cómo son significados por los actores sociales, lo que requiere de una herme-
place (1749-1827), astrónomo y discípulo de Newton, el principio determinista por
néutica (interpretación). El debate explicación-comprensión opone a los defensores
excelencia: si existiera una mente poderosa que conociera en un instante dado todos
de un único método de la ciencia, la explicación, con los que pretenden que haya
los hechos que acaecen en el mundo y las leyes a que están sometidos, podría conocer
métodos diferentes para cada uno de los dos tipos de ciencias. El resultado del deba-
también todos los acontecimientos pasados y futuros para cualquier otro instante. El
te refleja las luchas por la dominación del campo científico. Véase J. Cortés Morató
determinismo expresa entonces el supuesto de la física clásica: los fenómenos de la
y A. Martínez Ruiz, ob. cit.
naturaleza podían ser conocidos según leyes causales cada vez más exactas y precisas;
las leyes estadísticas o probabilísticas, aplicadas a determinados fenómenos natura- 12. En la naturaleza no se producen resistencias en el modo humano, aunque nuestra
les (los cuerpos en estado gaseoso o la conducta humana) serían resultado de un cono- situación ecológica de alguna manera constituye una resistencia a la voluntad de do-
cimiento aún incompleto. Pero la aparición de la física cuántica ha restado universali- minio de los hombres sobre los fenómenos naturales, desde la perspectiva de los seres
dad a este principio: debido al denominado principio de indeterminación (Werner Hei- humanos.
senberg) no es posible formular predicciones definidas para el conjunto de los sucesos 13. Los que denominamos "fenómenos naturales" (desde la perspectiva de la física
subatómicos. El determinismo filosófico afirma que también las decisiones humanas newtoniana) en el nivel de la vida cotidiana, se manifiestan con uniformidad, persis-
se hallan sometidas al determinismo: como los fenómenos naturales, la conducta hu- tencia y estabilidad. A nivel subatómico y en las distancias siderales esos rasgos de
mana obedece también a leyes causales. Pero se niega de este modo la existencia de la permanencia parecen desaparecer con la irrupción del azar.
libertad humana, así como afirmar que el hombre es libre pareciera negar la validez 14. P. Bourdieu, Cosas dichas, p. 70 (el subrayado me corresponde).
universal del determinismo. Véase J. Cortés Morató y A. Martínez Ruiz, ob. cit.
96 Mario Heler 97
Otra historia

plir, obedecer, mientras el interés podría dirigirse a lo que se pone en En las sociedades modernas, la coordinación de las acciones 16 es-
juego en el campo de las ciencias sociales (¿forma de resistencia?). taría signada por el presupuesto de la competencia en la realización
La capacidad de predicción de las ciencias sociales difiere de la de de los intereses individuales, 17 de intereses que serían incompatibles
las ciencias naturales, pero no es una diferencia de grado -un más o entre sí y cuya satisfacción por tanto excluye de alguna manera la de
un menos-, sino que difieren en la clase de predicciones que cada los intereses de los otros. No obstante, en su extensión y compleji-
una produce. Para ver con algún detalle la peculiaridad de las pre- dad, una sociedad puede interpretarse como un juego configurado
dicciones en las ciencias sociales, en lo que sigue primero nos dedica- por el entrecruzamiento de juegos parciales, interrelacionados y de
remos a reconstruir los supuestos y presupuestos sobre lo social. Es- alguna manera complementarios (el económico, el político, el cultu-
tos supuestos y presupuestos nos interesan porque operan cuando se ral, para referimos sólo a algunos básicos y generales), y que es juga-
trata de producir predicciones científicas. Luego podremos reflexio- do por sus miembros siguiendo ciertas reglas prácticas que han in-
nar sobre estas últimas. corporado en los procesos de socialización.
El saber de trasfondo sobre estas reglas, nunca del todo explicita-
do, da cuenta de clases de comportamientos sociales variados y dife-
S.Anticipar acciones renciados de los miembros de la sociedad. Pero "da cuenta", no expli-
ca, en el sentido de que de tales reglas se deriven conductas específi-
¿Cómo se concibe lo social, más o menos explícitamente?
En la modernidad se presupone que la sociedad está formada por
individuos que tienen el deber y el derecho de dar su libre consenti-
miento a la forma de vida que adoptan y a su participación en las
que son independientemente de sus relaciones con la totalidad de los otros elementos.
interacciones con los otros. Estos seres libres e iguales son pensados Las relaciones son todas relaciones entre tales individuos. Se excluye todo tipo de
como seres racionales, esto es, capaces de velar por sus auténticos relación que cada uno de ellos pueda tener con el conjunto de los restantes elementos
intereses. Pero cada uno de ellos se encontraría irremediablemente individuales"; R.J. Gómez, Neoliberalismo y seudociencia, Buenos Aires, Lugar, 1995,
con la necesidad de contar con los otros para la realización de sus p. 137. La segunda perspectiva, contraria a la anterior, es el holismo metodológico:
"La totalidad social produce y reproduce sus elementos racionales e irracionales a
fines. La cuestión es entonces cómo hacer para que los otros colabo-
través de sus momentos individuales. Es decir que cada elemento sólo puede enten-
ren con -o al menos, no se opongan a-la consecución de los intereses derse en términos de la totalidad que tiene, a su vez, su base en el desarrollo de los
personales (o grupales). Y en un sentido, ello significa que se trata de elementos individuales"; ídem, p. 139. Las reflexiones que venimos realizando no pue-
que los otros operen como medios en la consecución de los fines de den encuadrarse en ninguna de las dos perspectivas, pues individuo y sociedad son
uno, que sean instrumentos para alcanzar mis objetivos, que sirvan a entendidos como dos caras de una misma moneda. Véase N. Elias, La sociedad de los
individuos, Barcelona, Península, 1990, y M. Heler, Individuos ...
mi proyecto .15
16. Otra forma de hablar de la cohesión social, de las formas de convivencia entre
individuos libres e iguales, que constituye el "problema moderno de la gobernabili-
dad", o en otros términos y desde otros puntos de vista, el "problema moderno del lazo
15. En esta descripción, en primer lugar, tenemos individuos que saben cuáles son sus social" o de la "cohesión social". La sociedad medieval se concebía como un organismo
auténticos intereses por ser racionales, y por serlo sabrán también satisfacerlos, y lo en el que cada estamento (nobles, campesinos, clérigos, etc.) tenía una función social a
sabrán independientemente de sus relaciones con los otros. Por su parte, los otros se cumplir como lo hacen los órganos del cuerpo. Pero en las sociedades modernas si ya
hacen presentes porque los seres humanos no son autosuficientes y necesitan de los no se es quien se es por el lugar donde se ha nacido sino por la forma en que cada uno
otros para cumplir con los propios intereses. Además se supone un mundo de escasez se gana su vida, el problema es cómo generar lazos sociales entre estos individuos
donde necesariamente se entrará en competencia para el logro de los fines de cada independientes de su lugar en la sociedad y garantizar una buena convivencia, lo que
uno; así como las interacciones son entendidas en términos de intercambio. La socie- quiere decir pacífica, segura.
dad es entonces un mal necesario, y la relación entre la sociedad y el individuo es de 17. Si bien me refiero a individuos, también puede tratarse de intereses grupales. En
oposición. Bajo estos presupuestos se puede adoptar dos perspectivas. Una de ellas se ese sentido, Karl-Otto Apel (nacido en 1922 en Alemania) habla de "sistemas de au-
denomina individualismo metodológico: "Se presupone pues una ontología según la toafirmación" que pueden ser individuales, grupales o sociales. Éstos tienen las mis-
cual toda realidad, en particular todo conjunto o colectivo, es un mero agregado de mas características que las otorgadas a los individuos modernos: son racionales, po-
elementos relacionados externamente. Lo importante es cómo se concibe la naturale- seen intereses auténticos, y su único fin es la autoconservación, en el doble sentido de
za de los elementos individuales y sus relaciones. Tales elementos individuales son lo preservación en el ser y de realización de sus potencialidades.
Otra historia 99
98 Mario Heler

y entre amigos como en una empresa, en un club 0 una nación) y


cas, como se llega a una conclusión (como sería la conducta adecuada
entonces la deliberación sería usualmente el mejor curso de acción
a la situación) a partir de ciertas premisas (reglas de acción) de un
(aun~ue a ve.ces las urgencias prácticas exijan una decisión rápida).
razonamiento deductivo válido. El saber práctico sobre esas reglas
Las mteraccwnes que permanecen en el tiempo presupondrían por
orienta las conductas, pero no las determina. Además de las reglas
ende que las expectativas compartidas por los interactuantes sean
prácticas, Y en relación con ellas, operan expectativas compartidas
más regulares (aunque no invariantes, por ser sociohistóricas).
de comportamiento (que a su vez tienen distintas expresiones en los
En nuestras elecciones, la anticipación que hacemos acerca de lo
diferentes juegos parciales que conforman la sociedad), que hacen
que los otros harán y sobre el modo en que lo llevarán a cabo afectará
factible las anticipaciones al mostrar el espectro de comportamien-
la realización de nuestros fines, contribuirá a decidirnos por un cur-
tos esperables en la interacción. Las reglas prácticas y las expectati-
so de acción u otro: aquel que se nos presenta como el más proba-
vas de comportamiento pueden ser interpretadas como regularida-
blemente seguro modo de satisfacer nuestros intereses.
des, que establecen patrones de comportamientos en un lugar y en
Resulta entonces que en la decisión acerca de mi proyecto y sobre
un momento particular (pero sólo patrones, tendencias, no conduc-
la forma de llevarlo a cabo en cada momento, los otros aparecerían
tas específicas). Pero tales regularidades son socio-históricas (locali-
como colaboradores o contrincantes, conforme a la anticipación que
zadas espacialmente y sometidas al tiempo, al cambio).
hago de sus conductas, y además teniendo en cuenta que también
En la combinación de nuestra percepción de la situación, de lo
ellos pueden anticipar las mías. Todavía se puede tratar de modificar
que suponemos o conocemos de los otros individuos involucrados, de
las acciones de los contrincantes, o algún aspecto de las de los posi-
nuestros intereses y de los intercambios posibles, las expectativas
bles colaboradores que puedan dificultar la realización de mis inte-
terminarían de articular un curso de acción, nuestro curso de acción.
reses. Hace falta entonces llegar a arreglos, es decir, confirmar las
Tal articulación no requeriría ser resuelta por una deliberación vo-
expectativas o reformularlas con alguna seguridad 19 de que serán
luntaria, reflexiva, 18 sino que parecería surgir con relativa esponta-
puestas en práctica. Estos arreglos permiten la coordinación de la
neidad (dado el habitus). Aunque hay situaciones, las conflictivas, en
acción, y operan implícitamente o requieren llegar a ellos, o ambas
las que surgiría la deliberación como el curso de acción requerido por
cosas a la vez.
la situación.
En la modernidad, estos arreglos que permiten coordinar la ac-
Mientras en la interacción entre individuos pertenecientes a la
ción remiten a un contrato, explícito o implícito. La idea moderna de
misma sociedad (al mismo grupo, al mismo sector, al mismo subcam-
contrato supone la igualdad de las partes, pero sólo en cuanto al com-
po) las expectativas comunes articulen comportamientos que no difi-
promiso de asumir las obligaciones y los derechos que el contrato
cultan ni interrumpen la interacción, se consideraría que las accio-
estipula. Aunque diferentes para cada contratante, implican igual-
nes están coordinadas. En cambio, cuando esos comportamientos
mente a todos en el cumplimiento de lo que les corresponde a cada
dificultan o impiden la interacción, sería precisamente el momento
uno, y ello porque las partes dan su libre consentimiento. Así la igual-
en que la coordinación de la acción se convierte en un problema y
dad que postula la modernidad conlleva el permiso de la desigualdad
entonces se hace necesario afrontar los conflictos de intereses.
y somete a pactos de cumplimiento recíproco a actores desiguales. 20
Pero en tanto se parte de que las interacciones son competitivas,
habiendo necesariamente un ganador y un perdedor, las situaciones
serían siempre conflictivas (y ello en el ámbito íntimo de las parejas
19. La seguridad es el valor fundamental de las sociedades modernas, ya desde Tho-
mas Hobbes. La sociedad debe brindar seguridad a los intercambios y garantizar al
propietario el usufructo de sus bienes. Véase M. Heler, Filosofía social..., cap. n.
18. Se considera tradicionalmente que el acto voluntario tiene tres momentos: la deli- 20. 'Ibda interacción puede ser entonces entendida como un contrato entre las partes.
beración, el momento del análisis de la situación para encontrar cursos de acción posi- En un contrato de trabajo, las partes son el empleador y el empleado, ambos convie-
bles para llegar al segundo momento de elección de un curso de acción, la decisión, que nen en el contrato libremente y se comprometen por igual a cumplir con lo estipulado
a su vez nos dispondría a concretarla en acciones; el tercer momento es la puesta en en el contrato para cada parte (pueden ser más de dos personas, y el sentido no varía).
práctica de la decisión, la actuación. Esta caracterización está usualmente supuesta Pero el contrato estipula que cada parte cumpla con su parte (el empleador pagando
en las teorías de la decisión y cuando se habla en general de proceso de toma de deci- un salario, el empleado trabajando). Y así en los contratos de alquiler, o en el matrimo-
siones.
lOO Mario Heler Otra historia 101

Esta desigualdad en la igualdad o igualdad desiguaf2 1 -donde los éxito es que el otro brinde su libre consentimiento sin percatarse de
otros son siempre potenciales obstáculos- requiere anticipaciones la coacción que lo impone (por ejemplo, ganándose la confianza del
sobre las conductas de los interactuantes para de este modo tomar otro, algo que de alguna manera hace la publicidad que hasta nos
decisiones con alguna seguridad de que los esfuerzos de cada uno por deja contentos de hacer el consumo al que nos induce y nos hace
concretar sus intereses no se verán desperdiciados. sufrir por no poder hacerlo). De la razón instrumental, que opera con
Desde esta perspectiva, cualquier tipo de coordinación de la ac- cosas, se puede diferenciar de este modo la razón estratégica que ins-
ción convertiría a los otros en medios para la realización de los fines trumenta a los individuos como medios de fmes ajenos.
de uno, en tanto que la interacción está pensada como intercambio Pero además, la diferenciación de las sociedades contemporáneas,
(el otro interesa en tanto es la fuente de la que obtengo algo: un me- y la complejidad resultante, insertaría a los individuos en redes so-
dio o instrumento para cumplir con mi proyecto). Para lograr la coor- ciales de interdependencia, 23 donde las cadenas de subordinaciones
dinación se puede manipular al otro, con amenazas de violencia, de nos convierten a todos en medios, en eslabones de cadenas de sumi-
manera que se obtenga compulsivamente el libre consentimiento a la siones que parecen no remitir a nadie, desplegarse sin responsabili-
coordinación. 22 En la guerra, un estratega victorioso es quien logra dades. Se pretende así presentar a esas redes como redes de interde-
con su accionar vencer las resistencias del otro, haciendo que su ene-
migo consienta a la voluntad del vencedor. Con este sentido, este tipo
de acción que recurre a premios y castigos para el logro de la coordi- 1

23. En el proceso de desarrollo de la humanidad llegó un momento en que se produjo 1,


nación de la acción se denomina entonces estratégica. Y su mayor "un ensanchamiento de la visión a largo plazo. El lapso entre el primer paso hacia un
objetivo y el lapso con que se llega al objetivo se hizo más largo, y los pasos interme- 1

dios, más numerosos. Este tiempo todavía era breve en los pequeños grupos humanos
en los que los adultos podían y tenían que realizar ellos mismos -y generalmente 1

nial (que por un lado tiene una versión explícita en las disposiciones sobre el matrimo- juntos- todas las actividades necesarias para satisfacer necesidades en la forma habi-
nio civil -con cláusula de disolución por la ley de divorcio-, puede ser o no religioso, tual en su sociedad, y en los que estos adultos dominaban todos los oficios, ya se trata- 1¡
además de que en cada pareja de alguna manera sus miembros convienen en un con- ra de trabajar piedras y huesos, encontrar alimentos, construir algo que protegiera
trato implícito, en algunos aspectos explicitado, en función de sus proyectos de vida contra el viento o producir y conservar el fuego con piedras y maderas. Poco a poco ese
-cuántos hijos desean tener, el rol de la mujer y del varón, las relaciones que manten- período se fue prolongando. El instrumental se adecuó más a los objetivos; aumentó el
drán con las familias de ambos cónyuges, etc.-. Se trata de una matriz de interpreta- número de herramientas especializadas y también se multiplicaron los oficios. (. .. ) y
ción (esto es, una forma que impregna nuestra forma de pensar y actuar en el mundo) en el transcurso de ese proceso, cada vez más personas quedaron sujetas por las invi-
más que de la aceptación de un contrato manifiesto y concreto. sibles cadenas de una creciente dependencia mutua. Cada uno actuaba como un miem-
bro, como un especialista encargado de una tarea particular bien delimitada; estaba
21. Véase M. Heler, Filosofía social ... , cap. II. implicado en una red de acciones en la cual entre el primer paso entre un objetivo
22. Cabría preguntarse si puede seguir hablándose en estos casos de libre consenti- social y la consecución de ese objetivo estaba incluido un creciente número de funcio-
miento y utilizar la palabra "coordinación". Pareciera que al menos tiene que haber un nes especiales y de personas capaces de realizarlas. Y, a partir de un determinado
simulacro de libre elección, lo inadmisible sería la esclavitud. Algunas veces las fuer- nivel de la división de funciones, aumentó también el número de funciones de coordi-
zas policiales han intervenido en talleres o fábricas encubiertas debido a que en ellas nación especiales necesarias para mantener en funcionamiento la interacción de un
los trabajadores (de origen oriental) estaban en cautiverio. No importaba el grado creciente número de actividades especializadas. A medida que las cadenas de acciones
extremo de explotación (que se da también en muchos otros talleres y fábricas sin que se hicieron más numerosas, se hicieron también menos perceptibles para los indivi-
se produzcan intervenciones de la fuerza pública) sino que las personas fueran trata- duos entretejidos en esa red de interdependencias tanto por sus necesidades como por
das como esclavos, esto es, no podían optar entre permanecer trabajando o irse (aun- sus capacidades; y, finalmente, se hizo cada vez más dificil distinguir qué era el medio
que sea a una mayor miseria). El término coordinación alude a un orden impuesto y qué era el fin" (N. Elias, ob. cit., parte II, pp. 156-157). Hoy podemos agregar que
entre todos (el prefijo "co-" connota la idea de "común", "compartido", "con", y en este estas redes se han globalizado abarcando todo el planeta, y la automatización e infor-
caso ordenar en conjunto, ordenar con el otro), pero ello supone que las partes ocupan matización contribuyen a su imperceptibilidad, aunque no a la percepción de sus efec-
posiciones similares, se da entre ellas una relación de simetría y horizontalidad. Es tos, además de parecer que ya no se trata de distinguir fines y medios, pues cualquie-
obvio que en las relaciones estratégicas se trata de establecer un orden determinado ra de esas acciones entrelazadas se presenta como un medio, en una red de interde-
por una de las partes. Que una imponga sus designios a la otra parte y ésta busque pendencias que se autoproduce (perspectiva que adoptan de alguna manera las teo-
adaptarse a ellos, muestra que no se trata de ordenar en conjunto, de compartir el rías sistémicas; véase por ejemplo N. Luhmann, Ilustración sociológica y otros ensa-
ordenamiento, de "co-ordinar" entre todos, sino de un orden de dominación. Seguiré yos, Buenos Aires, Sur, 1973, y Sistemas sociales. Lineamentos para una teoría gene-
utilizando la expresión "coordinación", pero sobreentendiendo esta cuestión. ral, Madrid, Universidad Iberoamericana-Alianza, 1991).

l
102 Mario Heler Otra historia 103

pendencia anónimas. Pero son expresión de la organización del capi- ciencias sociales consistiría en proveer el conocimiento de regularida-
talismo y del sistema de dominación imperante, que no sólo actúa des en los comportamientos, que expliciten las expectativas grupales o
desde fuera de los cuerpos (coacciones externas), sino en los cuerpos sociales, permitiendo realizar predicciones, con la más alta probabi-
mismos, internamente, como dispositivos de dominación incorpora- lidad posible, 2'' sobre tendencias y patrones de comportamiento en cada
dos, jugando en contra de las resistencias a la dominación. Pero ¿son ámbito de estudio. Sobre esta base podrían a su vez elaborarse proce-
anónimos?, cuando existen personas ocupando posiciones más o me- dimientos de relativa eficacia para generar o transformar conductas
nos privilegiadas que despliegan estrategias contra las resistencias conforme a determinados intereses y fines. Tales elaboraciones per-
y las posiciones dominantes son reconocibles en la dinámica social mitirían diseñar una ingeniería social (un conjunto articulado de tec-
(¿o será quizá una forma de desplazar la parte de la responsabilidad nologías sociales), con la que se intentaría controlar con eficacia las
individual por medio de la presentación de las propias decisiones como acciones de los actores sociales. 26 De esta manera, como las ciencias
un eslabón de la red de interdependencias?). naturales, las ciencias sociales explorarían soluciones de problemas
La racionalidad estratégica se orienta a ordenar la acción entre prácticos.
sujetos que persiguen intereses divergentes pero que guardan entre La división interna del trabajo en las diversas disciplinas socia-
sí relaciones de interdependencia, generando la necesidad de antici- les, y entre ellas, reitera a su manera el esquema de ciencia "pura",
par las conductas de los otros con el objeto de decidir cursos de acción "aplicada" y "tecnología" de las ciencias naturales, repitiendo la dis-
que brinden algún grado de seguridad en la realización de los dife- tinción en quehaceres diferentes: teorizar, aplicar e intervenir; y con-
rentes intereses. serva el supuesto de que en la primera se hace teoría, en la segunda
La posibilidad misma de ordenar la acción requiere comprender se aplica teoría para orientar la práctica, en tanto que la tercera es
cómo significan sus prácticas los demás interactuantes y, por lo tan- remitida casi con exclusividad al hacer, a la prácticaY
to, conocer las orientaciones que guían sus conductas, para poder Como en las naturales, los conocimientos de las ciencias sociales
anticipar comportamientos que permitan concretar este ordenamiento permiten predicciones, pero sobre comportamientos humanos; y es-
de las acciones, y mejor si lo hacen con algún grado de libre consenti- tas predicciones hacen posible actuar sobre las expectativas sociales
miento de las partes. En aquellas significaciones y en los modos en para orientarlas hacia determinados fines. Cuáles sean esos fines no
que efectivamente se orientan las prácticas se expresan las expecta- pareciera importar cuando se trata de evaluar la capacidad predicti-
tivas de comportamiento que establecen regularidades en los grupos va de las investigaciones sociales.
sociales, aunque sean regularidades sociohistóricas, es decir, someti-
das al cambio.
25. Si no puede lograrse la exactitud de las ciencias naturales.
26. Véase M. Heler, Filosofía social ... , cap. VI y VIII.
6. Predicciones sociales 27. Pero en las ciencias sociales las divisiones en ciencia pura o básica, aplicada y
tecnología no han logrado enraizar como en las naturales, aunque los formularios de
organismos de acreditación y financiamiento la suponen al solicitar directa o indirec-
El saber que proporcionan las ciencias sociales procura cubrir esa
tamente (según cómo se enuncia el ítem correspondiente) que se enrole en una de las
necesidad de anticipaciones en relación con el otro cercano y el leja- tres divisiones a los proyectos presentados (por ejemplo, solicitando que se califique el
no, e incluso con la complejidad del nosotros. 24 proyecto presentado en algunas categorías que remiten a esta división, preguntando
Si se toma como modelo a las ciencias naturales (y las diversas cuál es la "transferencia" que se podrá realizar de los resultados). En la sociología, por
formas de positivismo lo continúan haciendo), la producción de las ejemplo, podría quizá aceptarse que las teorías generales de la sociedad funcionan
como ciencia básica, y que las sociologías particulares (rural, urbana, de la religión, de
las ciencias, del deporte, etc.), en cambio, corresponderían a la ciencia aplicada, mien-
tras que los proyectos y programas de investigación que atienden a problemas concre-
tos, circunscriptos y orientados hacia intervenciones sociales, se podrían asimilar a
24. La antropología social es un claro ejemplo de ello. Surgida como el estudio del otro las tecnologías. La psicología se organiza alrededor de la clínica Oa terapia) pero se le
lejano (aborígenes de tierras remotas), hoy estudia también a grupos cercanos, a una reconoce su desarrollo teórico, otras disciplinas quedan ubicadas sólo con tecnologías,
parte de nosotros que sin embargo en su dinámica se presentan como otros (minorías, v.g., el trabajo social (aunque ello refiere más a la autonomía del campo que a su
grupos, instituciones, colectividades, comunidades, etcétera). producción).

1
104 Mario Heler Otra historia lOS

Al proveer de patrones y tendencias de comportamiento las cien- . L~s prediccio~es sociales brindarían anticipaciones con las que
cias sociales hacen posible desarrollar, planificadamente, una inter- d~senar estrate~a~ pero que deberán enfrentar resistencias impre-
vención social que permite el control de las interacciones. Retomando VIstas. Las predicciOnes basadas en patrones y tendencias de com-
los términos del capítulo anterior: ¿con utilidad social (potenciando p~rtamiento no son leyes mecánicas de la física. No suponen unifor-
las interacciones de que se trate -sin detener su movimiento-) o con midad: no p_rovocan la reiteración idéntica de lo mismo, por basarse
eficiencia (consolidando la dominación -diluyendo las resistencias-)? en expectativas de ~onducta que sólo permiten afirmar patrones de
Los estudios de las ciencias sociales rastrean patrones y tenden- conducta y tendencws, pero no los comportamientos efectivos. Sólo
cias de comportamiento que operan como expectativas comunes (sea hacen posib.le una composición de lugar, donde desplegar los posibles
de la sociedad en su conjunto o de un sector de ella). Las investigacio- co~portamientos en la interacción; imaginar un escenario con perso-
nes cuantitativas utilizan las encuestas y las estadísticas tratando naJes con características más o menos definidas (jóvenes de clase
de captar las recurrencias, es decir, los comportamientos que se repi- media, empresarios de pequeñas y medianas empresas, mujeres gol-
ten con mayor proporción en una población (un ejemplo son los estu- peadas, varones desocupados, etc.) sin que se revele el guión 0 la
dios de mercado). Las cualitativas (por ejemplo, las "entrevistas en trama de las interacciones, que sólo se irá definiendo en la interac-
profundidad" y las etnografias de la antropología social) exploran los ción misma, sin omitir lo imprevisto.
modos en que los actores sociales significan sus prácticas. Recons- En tanto los actores poseen algún grado de libertad, las predic-
truyen entonces los significados que guían las conductas del grupo. ciones de las ciencias sociales no pueden garantizar el éxito de sus
En uno y otro caso, los resultados de esas investigaciones permiten predicciones ni que se reflejen en los hechos; tampoco que las accio-
realizar predicciones de las conductas de esos actores, basadas en nes consecuentes cumplan con los objetivos propuestos. Las predic-
esas recurrencias y en esos significados (v.g. comprarán mercancías ciones de las ciencias sociales están mucho más articuladas y siste-
con tales características, considerarán indigno o elogioso ser trata- matizadas pero no dif~,eren de las anticipaciones de la vida cotidiana
dos de tal o cual manera). La utilidad social de esas predicciones en cuanto a su relativa probabilidad de éxito y a los efectos de retroa-
radica en brindar información que opera como anticipaciones de con- limentación en todos los involucrados. 29 'li
1

ductas de los actores sociales estudiados y que pueden ser utilizadas La variación de algún elemento de la situación altera los compor- 1,,

para diseñar estrategias por parte de quienes desean o necesitan in- tamientos, y siempre la novedad puede manifestarse. No es posible,
teractuar con estos actores. 28

una de las partes en conflicto, en casos en que la investigación parece desarrollarse


únicamente "con fines académicos", los resultados publicados en libros y revistas
28. También los estudios de mercado realizan estudios cualitativos, por ejemplo, e~pecializadas pueden ser utilizados por otros campos sociales, aunque no necesa-
como exploración previa al diseño de una encuesta y para chequear el sentido de las riamente con fines de explotación o dominación.
respuestas posibles. Con respecto a los estudios antropológicos, un ejemplo -aunque
simplificado- nos puede ayudar no sólo a comprender el tipo de investigación que 29. Las anticipaciones y las predicciones tienen efectos sobre las conductas así como
realizan sino también su "utilidad social". Una empresa petrolera contrató los servi- en l~s interacciones hay constantes indicios y gestos de reaseguramiento q~e pueden
cios de un equipo de antropólogos con el fin de que realizaran un estudio de un grupo modificar las conductas pensadas o las esperadas; este fenómeno tiene doble direc-
indígena cuyas tierras lindan con el terreno de las perforaciones y destilación del ción, va de un interlocutor a otro y de éste al primero, por eso se denomina "retroali-
petróleo, ya que los indígenas denunciaban la contaminación de sus tierras, y el mentación". Por su parte, Emst Nagel considera que las predicciones de las ciencias
conflicto iba agravándose. El equipo de antropólogos entró en contacto con la tribu sociales fracasan porque o bien son "predicciones suicidas" (porque aun cuando tienen
para estudiar los modos peculiares en que significaban sus prácticas; ello significa: alta probabilidad de ser exitosas, su divulgación altera los comportamientos espera-
ser aceptados por la tribu, convivir con ellos y compartir sus actividades diarias, dos; un ejemplo esquemático: los economistas predicen que va a haber recesión, enton-
tratando de comprender su mundo. Al cabo de un tiempo pudieron dar un informe a ces los empresarios bajan los precios de sus mercaderías y los comerciantes disminu-
la empresa sobre la forma de vida de la tribu. Los directivos de la empresa utilizan- yen el porcentaje de sus ganancias, y como resultado suben las ventas, y la recesión no
do esa información encontraron la forma de llegar a un acuerdo con la tribu, por el se produce), o bien son "profecías autorrealizadoras" (se predice sin fundamentos va-
que ésta aceptó ser compensada por los daños mediante el regalo de caballos. Entre lederos la quiebra de un banco, los clientes al enterarse retiran el dinero y el banco
otras cosas, el informe daba a conocer el significado de los caballos para el grupo de quiebra). En ambos casos las predicciones fracasan por ser formuladas y difundidas
indígenas y lo que implicaba para ellos su muerte (causada por comer pasto y beber debido a los efectos de retroalimentación que modifican los comportamientos espera~
agua contaminados). Si bien se trata de un ejemplo de un estudio demandado por dos. Véase E. Nagel, La estructura de la ciencia, Barcelona, Paidós, 1981, cap. XIII.

l
106 Mario Heler Otra historia 107

entonces, predeterminar totalmente las conductas humanas por los del subcampo social estudiado y también los miembros de los sub-
patrones y las tendencias de comportamiento reconocidos en un ám- campos que son potenciales o efectivos beneficiarios de los productos
bito de estudio más que en cuanto patrones y tendencias en cambio, científicos (entre los cuales se pueden encontrar los del subcampo
que en cada circunstancia son actualizados por individuos reconoci- estudiado).
dos idealmente como libres e iguales pero que ocupan posiciones y Por un lado, las investigaciones y las intervenciones sociales inte-
disponen de recursos desiguales. Los "tecnólogos" de la comunica- raccionan con el campo social o algunos de sus subcampos con el que
ción dedicados a producir opinión "a pedido" saben de estas inestabi- trabajan (que son su objeto de estudio), y estas interacciones requeri-
lidades y de la precariedad de sus aparentes éxitos, cuando instalan, rían ser coordinadas. Además, los resultados de sus investigaciones e
por ejemplo, determinados temas en los medios o promocionan a can- intervenciones brindan predicciones necesarias para las estrategias di-
didatos o políticas. rigidas a coordinar acciones entre las personas que regulan sus con-
Resulta entonces que procurando ajustarse al criterio de cientifi- ductas por las expectativas estudiadas y entre éstas y aquéllas que
cidad dominante, aun con adaptaciones a las peculiaridades de los podrían hacer uso de esas predicciones en sus interacciones con las
fenómenos sociales, se manifiesta la debilidad de la capacidad pre- primeras. En el campo de las ciencias sociales, en el campo o el subcam-
dictiva de las ciencias sociales. Claro que es una debilidad relativa, po social objeto de la investigación e intervención y en los demás cam-
ya que surge de la comparación con las fortalezas de la capacidad de pos sociales que hallan utilidad en las predicciones, en cada uno de
predicción de las ciencias naturales. Pero tal fortaleza, como ya seña- estos tres niveles interrelacionados, es válido plantear la cuestión acer-
lamos, no sólo supone el control de los fenómenos, sino también su ca de para quiénes tendrán utilidad social las predicciones elaboradas
dominio. Por consiguiente, la adaptación al modelo de las ciencias por las ciencias sociales (o si sólo se tratará de la eficiencia para conser-
naturales para producir conocimiento sobre la sociedad con utilidad var la dominación). Ya al formularse esta pregunta no puede ocultarse
social ¿supone que las ciencias sociales para acreditar cientificidad la presencia de la dimensión ética en la cuestión epistemológica acerca
-mejorando su capacidad predictiva- requieren producir un conoci- de la cientificidad de las ciencias sociales.
miento capaz de establecer una dominación exitosa (esto es, estabili-
zar y preservar los modos de interacción de los actores sociales)? La
dimensión ética irrumpe así directamente en el campo científico. 7.la dimensión ética
Los detractores de la cientificidad de las ciencias sociales debe-
rían precisar las razones de sus críticas, no sólo limitándose a enun- Dados los supuestos y presupuestos de los que hemos partido -y
ciar la definición dominante de ciencia sino justificando también el que fueron expuestos en el apartado 5 de este capítulo-, las coordi-
reclamo de una mayor y mejor capacidad predictiva, dando cuenta naciones de la acción social se piensan conformadas mediante accio-
de la especificidad de la producción del conocimiento sobre la socie- nes estratégicas, en las que se trata de subordinar a los otros a la
dad, de su peculiar trabajo de objetivación. Aunque en la demanda realización de fines ajenos, importando el éxito de la subordinación y
de una utilidad social exitosa ya no se puede omitir la ubicación de no el libre consentimiento de la coordinación de la acción.
la práctica científica en la sociedad, en interacción con las otras No obstante, hoy se suelen diferenciar dos modalidades de interac-
actividades sociales. Y con tal ubicación las demandas éticas tam- ción, que en principio se proponen como diferentes y hasta opuestas .. O
poco pueden ser eludidas, surgen como una cuestión interna a la bien las acciones se ordenan apelando a recompensas y castigos, y por
práctica misma: desde el diseño del plan de trabajo, en su desarro- tanto al poder (entendido como atributo que se posee en una mayor o
llo y en la formulación de sus resultados, las investigaciones socia- menor medida) o bien se buscan acuerdos atendiendo a la validez obje-
les están en interacción con otros actores sociales, otros grupos, otros tiva (intersubjetividad) de los intereses en juego, sin tomar en cuenta
campos o subcampos sociales. la cantidad de poder detentado por los interactuantes. 30 En ambos ca-
Si se adopta la visión de la ciencia como una actividad social, enton-
ces se perciben los diferentes actores que interaccionan con la pro- 30. Pero ya sabemos que los intereses están asociadas con posiciones objetivas en el
ducción de las ciencias sociales: los pertenecientes al campo científi- campo y el poder de cada una de esas posiciones es relacional (véase capítulo 11,
co y particularmente al subcampo de las ciencias sociales, los actores apartado 5).
108 Mario Heler Otra historia 109

sos se busca una interacción que brinde beneficios o evite perjuicios a nuestras sociedades, dadas las desigualdades de todo tipo (el ham-
todos los involucrados, conforme a lo convenido: en función de la dis- bre es tan compulsiva como un revólver apuntándonos y casi como
tribución del poder en cada momento (negociaciones estratégicas), o un jefe amenazando con el despido). Las posibilidades de autonomía
bien llegando a acuerdos basados con exclusividad en el peso de los se dan en las distintas personas (y grupos) en diferentes grados, que
argumentos esgrimidos en un diálogo de todos los involucrados, gene- van desde la casi inexistencia hasta una autonomía más o menos
rando solidaridades.31 amplia, en algunas interacciones y no en todas. Sin olvidar que en la
En la segunda posibilidad de coordinación, el libre consentimiento balanza de la razón los diferentes involucrados no sopesan los mis-
se otorgaría sin manipulación, sin coacción ni sutiles persuasiones. mos argumentos de manera semejante.
Para mostrar esta posibilidad se suele recurrir a Kant (incluso cuan- Si las posibilidades de autodeterminación, de autonomía, son des-
do no se adopta la concepción kantiana), quien en su ética propuso iguales, respetar la autonomía podría consistir no sólo en aceptar la
varias formulaciones equivalentes (pero que señalaban distintos y capacidad (el poder) de autodeterminarse que de hecho cada uno po-
complementarios aspectos) del principio moral, base de toda morali- see, sino permitir su ampliación hacia la que debería idealmente po-
dad. Una de sus formulaciones prescribe: seer, dado que se postula la igualdad y libertad de todos.
¿Cómo se puede generar este respeto ideal en las interacciones
Obra de tal manera que siempre consideres a los demás reales? Mediante la restricción de mi propio poder de autonom(a, para
no sólo corno medios sino al mismo tiempo corno fines en sí dar mayor espacio de autodeterminación al otro. La medida de esta
mismos. 32 restricción es el problema moral del respeto, el problema de tomar al
otro no sólo como medio sino también como fin. Este problema se
La consideración del otro ser humano como un fin -y no única- manifiesta en todas las interacciones, aun cuando estén definidas
mente como un medio para la realización de mis objetivos- significa por una estructura jerárquica y de subordinación (un jefe puede es-
respetar al otro tratándolo como un ser igual a mí en su capacidad de tablecer relaciones respetuosas y democráticas con sus subordinados
actuar libremente, esto es, capaz de determinarse a actuar indepen- sin debilitar su autoridad).
dientemente de las coacciones e incluso con derecho a hacerlo en con- Los tipos de la coordinación de la acción se diferenciarían enton-
tra de mis intereses. Se trata de respetar la autonom(a del otro. Sin ces por las condiciones en las que los interactuantes conceden su li-
embargo, el poder de autodeterminarse no es igual para todos en bre consentimiento a la interacción. Para algunas posiciones contem-
poráneas, tales condiciones son las que definen la calidad ética de
las interacciones, y generan la obligación recíproca de concretar en
ellas el mayor grado de libertad de todos los involucrados. Que la
31. "Reconstruir" tiene el sentido de explicitar connotaciones medulares de nuestro coordinación de la acción se logre predominantemente mediante con-
imaginario social. La reconstrucción que estoy intentando parte de la tradición indivi-
dualista moderna y toma los planteamientos de la K.-O. Apel y J. Habermas (nacido
sensos basados en razones o a través del intercambio de recompen-
en 1929 en Alemania) como referentes; véanse K.-O. Apel, Una ética de la responsabi· sas y amenazas de castigos deslindaría lo ético de lo no ético respec-
lidad en la era de la ciencia, Buenos Aires, Almagesto, 1990; J. Habermas, Teoría de la tivamente. La racionalidad comunicativa o dialógica 33 cumpliría con
acción ... , 2 t.; además M. Heler, Jürgen Habermas ... El resultado es que los indivi- la moderna exigencia ética de tratar al otro no sólo como medio sino
duos o los grupos deben construir solidaridades, porque se parte de la suposición de también como fin. 34
un antagonismo estructural irreductible. Si se toman las prácticas del mercado como
centrales, las significaciones de las relaciones sociales quedan atravesadas por la com-
petencia. Como resultado, la solidaridad ocupa poco lugar. En nuestro imaginario la
fuerza de esta suposición es tal que opera en nuestras prácticas sociales de modo 33. Se denomina así porque la coordinación de la acción se obtiene en la comunicación
efectivo, y sería ingenuo no considerarla. Aunque queda la tarea de pensar la forma de o el diálogo entre los interactuantes.
provocar, consolidar, expandir y fortalecer las solidaridades que se logren construir, 34. Para Apel y Habermas, la razón comunicativa trata al otro no sólo como medio sino
así como de elaborar otras formas de pensar las relaciones sociales (pero sin ingenui- también como fin, en tanto el libre consentimiento de cada uno se obtiene sobre la
dades, esto es, dando cuenta de las prácticas). base de razones, de argumentos. La exigencia ética consistiría entonces en acercarse
32. l. Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Madrid, Espasa-Cal- en las prácticas concretas al ideal de una discusión teórica alejada de las urgencias y
pe, 1980. las pasiones de la práctica, donde todos los participantes se atuvieran a las "pretensio-
110 Mario Heler Otra historia 111

Sin embargo, tanto en la acción estratégica como en la comunica- re~lama re~ipr~~idad (tener el derecho a la libertad y la igualdad im-
tiva se sigue partiendo del supuesto de que necesariamente somos phca la obhgacwn, el deber, por parte de los otros de respetar mi igual-
medios o instrumentos unos para los otros, y en el caso de la acción dad y reconocer mi libertad, e inversamente los otros tienen el derecho
comunicativa se trata de restringir esa instrumentación incorporan- si tengo la obligación respectiva). La autonomía también es relacional
do la exigencia del respeto de la igualdad y del reconocimiento de la pues es una capacidad, esto es, un poder, y su medida se define en la~
libertad de todos. Pero esta exigencia sólo funciona como un postula- interacciones, en las relaciones entre los interactuantes.
do regulativo, orientativo, que se debe imponer mientras no esté in- Resulta entonces que dados los supuestos y presupuestos operan-
corporada como una limitación interna, autoimpuesta, de la acción tes, la solución para introducir la ética en las interacciones sociales
estratégica. Paradojas de la moral: la libertad como una imposición se plantea en términos de una diferenciación y separación de tipos de
igualitaria. acción que sólo generan dicotomías, movimientos entre los dos polos:
Planteadas como alternativas excluyentes: o bien la acción estra- o acción estratégica, amoral, 37 o acción comunicativa, ética; polos muy
tégica es la forma de acción básica, mientras que la comunicativa difíciles de compatibilizar cuando se los concibe primero separados y
sería un injerto que no logra prender en nuestras prácticas cotidia- opuestos, en una dualidad dicotómica. 38
nas, o bien la acción comunicativa sería la primaria, la propiamente Podría pensarse que así como el conocimiento debe acreditar su
humana, mientras la estratégica sería sólo una derivación secunda- verdad, el problema moral está también aquí planteado en términos
ria de aquélla, que la simplificaría, 35 y sin embargo podría imponerse de juzgar cuál es la acción éticamente correcta y, en consecuencia,
a la forma de acción comunicativa, distorsionarla y "colonizarla". 36 como en los inicios de la modernidad -y en paralelo a la problemática
Pero tal vez no se trate de ninguna de estas posibilidades sino de del conocimiento-, plantea la cuestión de encontrar el criterio o prin-
replantear la perspectiva de interpretación que presupone la pre- cipio moral laico que sustituya el teológico. En la solución propuesta
suntamente irremediable instrumentalización de los seres humanos. con la acción comunicativa, la ética se reduce a preguntar ¿cuándo la
Importa destacar que la separación de estas dos formas de acción instrumentación del otro es ética? (v.g., ¿los interactuantes se han
pone de un solo lado a la ética -del lado de la acción comunicativa-. tratado como medios y al mismo tiempo como fines, han estado en
De esta manera no sólo se diferencia una clase de acciones, la estra- condiciones de dar su libre consentimiento?). Cuando el punto crítico
tégica, haciéndola ajena a la ética, sino que además, puesto que ésta es la instrumentación.
se presenta como una instancia externa, tiene que ser impuesta a Más que tipos de acciones que constituyan alternativas excluyen-
aquélla por la acción comunicativa. Pero paradójicamente ello sólo tes, en última instancia las coordinaciones de la acción estratégica y
puede realizarse por imposición. comunicativa establecen un continuo sobre un mismo plano, el de la
Asimismo, se oculta que el respeto de la igualdad y el reconocimien- instrumentación del otro. Entre ambas formas de acción la diferen-
to de la libertad no se presentan por la adopción de uno u otro tipo de cia es de grado, una diferencia medida en función de la'libertad de
coordinación de la acción, sino por conquistar un mayor grado de liber-
tad, por ganar autonomía. Y no se trata de una conquista que sea indi-
vidual: se trata de la libertad en las interacciones y, en tanto tales, 37. No acatar las obligaciones morales es una inmoralidad, en tanto que cuando no
concierne a la moral, o la ética, se trata de amoralidad (el prefijo "a-" en este caso
indica carencia, negación, "sin").
38. Dicotomía (del griego dikhotomía, división en dos): Manera simple de dividir o
nes de validez" en juego, y no a las "pretensiones de poder", para dar su libre consen- clasificar conceptos que consiste en dividir una clase de ellos en otras dos con domi-
timiento a la coordinación de la acción resultante. Véase J. Habermas., "¿Afectan las nios excluyentes y en oposición, aunque su suma abarca la totalidad de la clase ante-
críticas de Hegel a Kant a la ética del discurso?", en Escritos sobre moralidad y etici- rior aún no dividida. Las dicotomías generan dilemas (del griego, dís, dos, y lambano,
dad, Barcelona, Paidós, '1991, pp. 100-104. tomar). En general, situación en que debe tomarse una decisión desagradable entre
35. Una simplificación necesaria para responder a una economía de esfuerzos comuni- dos alternativas igualmente desfavorables. En lógica, razonamiento que obliga a lle-
cativos -la búsqueda de entendimiento, de acuerdos basados no sólo en razones, lleva- gar a una doble conclusión o a una misma conclusión partiendo de una alternativa,
ría mucho tiempo y esfuerzos-, que no harían falta en ciertas actividades sociales, por cuyos extremos se llaman "cuernos del dilema". En ética, un dilema moral supone una
ejemplo, en la organización burocrática de la administración del Estado. situación de conciencia perpleja, en la que no hay suficientes elementos de juicio para
36. Véase J. Habermas, Teoría de la acción ... , t. u, cap. VIII, [3]. decidirse por un miembro de la alternativa más que por el otro.
112 Mario Heler Otra historia 113

los involucrados para dar su consentimiento a la coordinación. No poder es resultado de la predominancia dada a un tipo de ciencia que
dejamos de ser medios para el otro ni el otro deja de ser medio para busca, a través de la capacidad predictiva, no sólo hacer efectivo el
mí, sino que a la recíproca instrumentación se agrega el deber de control sino también el dominio de los fenómenos, imponiendo el pa-
conceder libertad a todos, en aras del intercambio pacífico, con la trón de medida de la eficiencia, que a su vez es un modo de mercanti-
menor manifestación de violenciaY~ lización.
La instrumentalización es a su vez solidaria de la imposición del Si la ética refiere a la convivencia, a los modos de interacción de
modelo dominante de cientificidad, que exige adaptar las ciencias los seres humanos, la actividad científica se constituye en las inte-
sociales a un modo hegemónico de producción de conocimiento sobre racciones; supone coordinaciones de la acción hacia dentro y hacia
la naturaleza, basado en la física clásica. No obstante, ese modo de fuera del campo. Si en las ciencias sociales no puede ocultarse que
producción, cuya apología establece la historia oficial, en la actuali- interactúa con los actores sociales estudiados, en las naturales el
dad muestra problemas epistemol6gicos 40 y éticos. Esos problemas vínculo con la naturaleza si bien no puede asimilarse a la interac-
éticos se hacen manifiestos, desde la perspectiva ecológica, ya que ción humana, reclama una consideración especial, teniendo en cuen-
precisamente este poder de instrumentalización de la naturaleza ta el poder que brinda la tecnociencia de intervenir y alterar el eco-
muestra hoy sus límites y sus inconvenientes, en la necesaria convi- sistema, así como la dependencia de toda interacción humana con
vencia entre los seres humanos y su hábitat, el planeta Tierra. Y tal respecto al hábitat. Y si la ética exige la reflexión crítica sobre el
estado de cosas dado y que, únicamente por estar dado, insta a su
resignada aceptación (como lo único posible y entonces lo mejor),
las prácticas científicas no pueden quedar inmunizadas contra la
39. Véase Mario Heler, "¿Por qué el otro siempre es un medio? O acerca de la instru- crítica, revistiéndose con el manto sagrado de la incuestionabili-
mentalización del otro", en G. Fernández y D. Paren te (eds.), El legado de Immanuel
Kant. Actualidad y perspectivas, Mar del Plata, Suárez, 2004, pp. 201-210.
dad, aduciendo una neutralidad ética inexistente en las activida-
des humanas.
40. Tales problemas han surgido a partir de los desarrollos de las teorías de la relati-
vidad y de las quantas, y el desplazamiento de la atención desde la fisica a la biología. Nuestro recorrido comienza a llegar a destino, aunque el viaje
Al respecto, Fritjof Capra considera que estos problemas llevan en este momento a recién empiece. Hemos sólo iniciado una exploración, nada ha que-
producir un cambio de paradigma: "Actualmente revivimos la crisis intelectual de los dado definitivamente dicho, porque ha sido dicho para ser pensado,
fisicos cuánticos de los años 20 [1920), en forma de una crisis cultural similar pero de pero sobre todo el viaje continúa: la reflexión no tiene parada final.
proporciones mucho más amplias. Consecuentemente, asistimos a un cambio de para- Pero ahora comenzamos a divisar un lugar para la ética en las prác-
digmas, no sólo en la ciencia, sino también en el más ámplio contexto social. Para
analizar esta transformación cultural, he generalizado la definición de Kuhn del para-
ticas científicas.
digma científico a la del paradigma social, que describo como «una constelación de
conceptos, valores, percepciones y prácticas compartidos por una comunidad, que con-
forman una particular visión de la realidad que, a su vez, es la base del modo en que
dicha comunidad se organiza». El paradigma ahora en recesión ha dominado nuestra
cultura a lo largo de varios centenares de años, durante los que ha conformado nues-
tra sociedad occidental e influenciado considerablemente el resto del mundo. Ese pa-
radigma consiste en una enquistada serie de ideas y valores, entre los que podemos
citar la visión del universo como un sistema mecánico, compuesto de piezas; la del
cuerpo humano como una máquina, la de la vida social como una lucha competitiva
por la existencia, la creencia en el progreso material ilimitado a través del crecimiento
económico y tecnológico y, no menos importante, la convicción de que una sociedad en
la que la mujer está por doquier sometida al hombre, no hace sino seguir las leyes
naturales. Todas estas presunciones se han visto seriamente cuestionadas por los acon-
tecimientos recientes, hasta tal punto de que su reconsideración radical está ocurrien-
do en nuestros días"; F. Capra, La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los
sistemas vivos, Barcelona, Anagrama, 1998, pp. 27-28. Véase también E. Morin, El
método, vol. 1: La naturaleza de la naturaleza, Madrid, Cátedra, 1997, y El método,
vol. II: La vida de la vida, Madrid, Cátedra, 1997.
V. Un lugar para la ética

l. El camino recorrido

Nos acercamos ya al término de nuestro viaje, aunque no al de la


reflexión.
Hemos avanzado en la revisión de la historia oficial explorando
no sólo su sentido, sino también la historia de esa historia: la forma
en que llegó a convertirse en la versión oficial, pregonando que la
ciencia se caracterizaría por ser un conocimiento desinteresado que
aunque posee utilidad social, sería éticamente neutral.
Como la visión que propone esta historia oficial impregna nuestro
modo usual de comprender la actividad científica, su influencia actúa
como un obstáculo a la reflexión, y requiere ser removido si se quiere
abrir la posibilidad de una nueva mirada sobre la ciencia. Ya en el
primer capítulo pudimos señalar algunos aspectos de la historia que
llamaban la atención: la aparentemente mágica transformación del
conocimiento desinteresado en conocimiento socialmente útil; la atri-
bución a la ciencia de los méritos por los beneficios de sus aplicaciones
sociales junto con el rechazo de la responsabilidad por los perjuicios,
así como un reconocimiento de la práctica científica como fundamen-
talmente crítica y que no obstante elude un tipo de crítica, la ética.
Nuestro enfoque nos llevó primero a revisar la pretensión de que
los conocimientos científicos posean garantía de verdad, para des-
pués ocuparnos de su supuestamente secundaria y accesoria garan-
tía de utilidad. Procuramos así encontrar un lugar para la ética en la
práctica científica.
En este recorrido parecía que girábamos siempre alrededor del
mismo punto sin lograr avances. Quedábamos aferrados al (o bien, nos
aferraba el) problema moderno de la fundamentación, esto es, a la
necesidad de mostrar las razones que sustentan la aceptación de la
[ 115]
116 Mario Heler Un lugar para la ética 117

validez de los conocimientos científicos, sin por ello encontrar el cri- Más aún, los productos de la tecnociencia brindan poder de control
terio que nos permitiese asegurar su verdad, que nos permitiese juz- pero también de dominio. Son exitosos porque hacen factible la reite-
garla objetivamente. Pasamos de la contrastación empírica a la deci- ración de lo mismo: ofrecen la seguridad de disponer de los fenóme-
sión (tomada a partir de una visión compartida sobre las hipótesis y nos como medios o instrumentos (control) de idéntica manera a tra-
los hechos que brinda el paradigma vigente a una comunidad cientí- vés del tiempo (dominio).
fica). Pero a lo sumo pudimos remitirnos a la plausibilidad, un crite- Además, la utilidad lleva a dos preguntas: ¡para qué es útil el
rio que no daba cuenta de la proclamada garantía de verdad. conocimiento científico? y ¡para quién es útil? Si las respuestas posi-
Tratamos de concentrarnos entonces en la actividad científica, bles a la primera pregunta refieren a los fines que logran los instru-
como una práctica en interacción con otras prácticas de la sociedad, mentos que la tecnociencia produce, la segunda remite a los intere-
si bien todavía guiados por la búsqueda de un criterio de decisión sados en esos instrumentos. Puesto que los fines son propuestos por
para aceptar o rechazar las hipótesis. alguien y los interesados ocupan el lugar de ese alguien, ambas pre-
Al adoptar la visión de la ciencia como una actividad social, el guntas abren la dimensión social de la producción del conocimiento
análisis de las relaciones de fuerza que configuran el campo científi- científico: dentro del campo -las interacciones que lo constituyen- y
co, con la definición dominante de ciencia que se impone en un deter- en las interacciones con los otros campos sociales. Y así el campo
minado momento, nos sugirió la presencia de una regla práctica de científico no puede declararse neutral con respecto a la ética como si
conveniencia. Pero la conveniencia parecía depender de relaciones fuera independiente de la convivencia. Junto a la social, irrumpe la
de dominación que monopolizaban el campo durante un tiempo, en dimensión ética.
lucha contra las disidencias y las resistencias. La posibilidad de una Asimismo, pudimos precisar una noción de utilidad, que si bien
determinación inequívoca de la verdad de los conocimientos científi- contiene a la eficiencia como una de sus connotaciones, puede quedar
cos se desvanecía. No obstante nuestras reflexiones ampliaban y pro- reducida a la seguridad en el éxito con el menor costo posible y la
fundizaban nuestra visión: nos permitían comprender lo que estaba mayor ganancia, es decir, a la mera eficiencia. La imagen del floreci-
en juego en el campo científico: la producción social de conocimiento. miento nos sirvió para dar cuenta de una utilidad que potencia aquello
El análisis de la garantía de utilidad (capítulo II) encontró en el para lo cual es útil, en tanto lo deja fluir, florecer. La eficiencia reduce
poder de manipulación de los fenómenos, dado por la capacidad pre- esta noción de utilidad, y lo hace fijando el flujo, estabilizándolo, ha-
dictiva de las hipótesis científicas -tanto al teorizar sobre los hechos, ciéndolo circular en una única dirección. Funciona como un dispositivo
al aplicar como al operar o intervenir en la realidad-, la clave para de dominación, al detener el cambio, la transformación, la creatividad.
comprender la aceptación de las hipótesis. La verdad de los conoci- En las luchas por la dominación de la defmición del campo cientí-
mientos científicos se nos mostró entonces como una verdad útil, y el fico, la eficiencia sirve a la institución de patrones de medida de los
éxito como el criterio para juzgar su validez. La legalidad buscada, la valores del campo, cuantifica la producción, implanta equivalencias,
formulación de las relaciones invariantes, definió la peculiaridad del con las que se direcciona la producción del conocimiento. El modelo
modo de producción de conocimientos de la ciencia moderna -toman- de cientificidad (capítulo IV) surge de una definición dominante del
do a la física como modelo-, un modo de producción que difería sus- campo que se impone en todos los subcampos, incluso en el de las
tancialmente de la contemplación griega. ciencias sociales (por imposición o por estrategia destinada a obtener
El término tecnociencia adquiría así significación: una explora- legitimación). Y las críticas a su cientificidad, motivadas en las ca-
ción (al mismo tiempo teórica y práctica) de soluciones a problemas rencias de su capacidad predictiva, no sólo desconocen las diferen-
prácticos. La división del trabajo en el campo científico -ciencia pura cias entre objetos de estudio humanos y no humanos. Además, se
o básica, ciencia aplicada y tecnología- no rompe el continuo que va inscriben en el reclamo de instrumentos para el control y el dominio
desde la manipulación de los hechos hasta las teorizaciones más abs- pero de fenómenos sociales.
tractas en la producción científica y a la inversa. Si la dimensión social de las ciencias naturales se advertía en sus
Los éxitos de la verdad útil de la tecnociencia se basan en presu- interacciones en el campo y con los usuarios de sus productos, en la
poner un_haz de relaciones de medios-fines, que instrumentalizan la producción de conocimientos sociales se presenta asimismo en las
realidad, haciendo factible el control a voluntad de los fenómenos. interacciones con los actores estudiados. Y en uno y otro tipo de pro-
118 Mario Heler Un lugar para la ética 119

ducción de conocimiento la ética es una presencia molesta. Incluso se convierte a los individuos en miembros del campo, se forja a perso-
manifiesta la cuestión ética de una necesaria convivencia con la na- nas que son lo que son haciendo lo que hacen.
turaleza. Es que la obtención del habitus, en un aspecto, es constitutiva:
Sobre todo en las ciencias sociales, cuando la definición dominan- nos transforma enjugadores de unjuego, nos capacita (nos da poder)
te de cientificidad determina la instrumentalización, la producción en el juego, nos brinda el saber práctico para jugar. En otro aspecto,
de instrumentos para disponer a mujeres y hombres como medios nos obliga, nos coacciona, internamente. Actúa en nosotros y por no-
para fines: hombres y mujeres útiles. Pero útiles para quién. sotros, podríamos decir: juega el juego por nosotros. Percibe "las ex-
Hemos tenido que contar otra historia para tratar de comprender hortaciones inscriptas en una situación o un discurso" y las obedece.
aquello que estaba oculto tras la calificación del conocimiento cientí- Al mismo tiempo, somos nuestro habitus, lo llevamos inscripto en
fico como desinteresado, y para finalmente avistar un lugar para la el cuerpo (incorporado), y a su vez podemos (tenemos la potencia, el
ética. poder de) ser más que nuestro habitus.
Todavía podríamos considerar que en tanto la historia oficial se Quisiéramos entonces actuar por nosotros mismos, sin dejar de
concentra en el problema de la fundamentación, la declaración de ser jugadores del juego de la ciencia (en lo que aquí nos incumbe).
desinterés remitiría a que una verdad se sostiene por sí misma, que Gobernar nuestro comportamiento, jugar a nuestro propio riesgo,
es verdadera independientemente de cualquier otro interés, y tam- poner en práctica nuestras potencialidades. 2 En la diferencia entre
bién es por tanto éticamente neutral. Pero la separación analítica del ser actuado y actuar radica la posibilidad de la autonomía. Es que, al
contexto de justificación y de descubrimiento, y la jerarquización de actuar, el juego se hace interesante y creativo, profundiza su produc-
uno de ellos, el de justificación, con la descalificación del otro, preten- tividad (florece).
de tomar la parte por el todo. Encubre que se toma únicamente un Pero entonces, en principio, somos heterónomos: nos coaccionan
momento de la producción social de conocimientos científicos, preci- las circunstancias, las coerciones y solicitaciones que se presentan
samente el momento en que todo el proceso de producción puede ser en las interacciones con los otros, así como nos gobierna nuestro ha-
supeditado a la acreditación. En tanto se produce para la acredita- bitus y las relaciones de dominación restringen nuestras posibilida-
ción, la dirección de la producción se impone en una circulación de des. Debemos ganar autonomía.
mano única, estabilizándola y reduciendo resistencias. La conquista de autonomía implica la cooperación (operar "co-",
Podemos todavía avanzar un poco más, en primer lugar, realizan- en conjunto, en colaboración). En vez de ordenar las interacciones
do en el próximo apartado una breve exploración del lugar de la ética por libre consentimiento (aunque sea aparente), de coordinar la ac-
en las prácticas científicas. La cuestión de la acreditación será trata- ción (co-ordenada), requiere el actuar, el hacer, el operar en conjun-
da en el siguiente. Y en el último apartado, como despedida, anotaré to, el contribuir juntos a la producción.~ La autonomía es una con-
algunas ideas para continuar reflexionando sobre la producción de
conocimientos llamada "ciencia".

de los esquemas de percepción y apreciación que les permitirán percibir las exhorta-
ciones inscriptas en una situación o un discurso y obedecerlas", es decir, agentes que
2. La práctica de la reflexión han adquirido el habitas. Véase P. Bourdieu, Razones prácticas, p. 173.
2. Véase M. Foucault, "La ética del cuidado de uno mismo ... ".
La producción social de conocimiento es realizada por los produc-
3. En Imperio, Antonio Negri y Michael Hardt presentan la cooperación como uno de
tores, por las personas que han incorporado las disposiciones ade- los cuatro rasgos distintivos -los otros tres son la comunicación, el afecto y lo inmate-
cuadas, el habitus. Un habitus que es también producido en un pro- rial- de la concepción actual del trabajo. Grosso modo, este rasgo cooperativo del tra-
ceso de formación, que conlleva violencia simbólica, 1 y en el que se bajo se expresa en que la práctica laboral actual (automatización e informatización
mediante, y con una organización "posfordista" del trabajo) tiende a constituirse como
operación conjunta o, lo que es lo mismo, como una práctica "co-operada", una práctica
comunitaria y de comunidad. En cierta forma, ésta es la razón por la que Negri y
l. Rec.ordemos que Bourdieu llama "violencia simbólica" a la que se ejerce en la "pro- Hardt postulan una relación tan estrecha entre las nuevas formas de trabajo y su
ducción de la creencia", en el proceso de socialización, que produce "agentes dotados dimensión cooperativa y la producción de lo social y lo natural como comunidad: si el
120 Mario Heler Un lugar para la ética 121

quista, una lucha con los otros, a favor de la producción, por tanto a un tipo de reflexión: la reflexión ética. Pero la reflexión sobre la di-
favor de todos los jugadores. mensión ética es al mismo tiempo política, cognitiva, técnica, episte-
La ética invita a ser autónomo: a conquistar la posibilidad de co- mológica ... Se trata de perseverar en el juego, jugando, y de preser-
operar con los otros, para potenciar la producción, en contra de la var lo que está en juego: la producción social de conocimiento que
dominación. Es una invitación a luchar por la potencia de actuar, denominamos científica. Se trata de aportar a su florecimiento, a la
evitando el ser actuado, enfrentando la heteronomía en la que ya concreción de su impulso, al devenir de su flujo.
desde siempre estamos instalados. Mientras se pretenda disimular la dominación bajo el manto de
Dado que la salida de la heteronomía nunca es total ni definitiva, una neutralidad, que únicamente puede ser declarada, hará falta
la ética nos impulsa a poner en práctica la reflexión crUica. Pues la diferenciar la dimensión ética como un modo de luchar contra la ins-
práctica de la reflexión crítica no consiste en el mero intercambio de titución de su "olvido" o contra las estrategias que bregan por identi-
ideas que no deja huellas en el cuerpo, de pensamientos que no se ficarla con una moral que, en el fondo, siempre termina acordando
incorporan, que no nos hacen nada porque no hacemos nada con ellos con la dominación.
(o que, a lo sumo, generan recuerdos volátiles). Por el contrario, se Entonces, en cada momento de la producción del conocimiento cien-
trata de llevar adelante el trabajo de ''pensar lo que hacemos y saber tífico, en cada toma de decisión, la deliberación tendrá que consistir
lo que pensamos", de comprometernos -podríamos decir- con el cuer- en una reflexión que, junto con las otras dimensiones, considere tam-
po y el alma, en una elucidación continua.4 Una práctica de la re- bién la dimensión ética, que atienda por lo tanto a las cuestiones
flexión que gane espacio para actuar, y no ser actuado, en coopera- referidas a una convivencia que siendo en principio heterónoma obli-
ción con los otros, donde el pensar y el hacer se concilien y comple- ga a conquistar autonomía.
menten.
La práctica de la reflexión abarca todas las dimensiones de la prác-
tica. Es la demanda de neutralidad ética -presuntuosa, excesiva, y 3. Entre la acreditación y la producción
sin embargo hasta cierto punto eficaz- la que conduce a especificar
En el mismo escrito al que nos referimos en el capítulo 11, Descar-
tes continuaba aclarándonos:
trabajo es necesariamente co-operativo entonces el trabajo como práctica, como activi-
dad, es inmediatamente producción de comunidad. Desde tal perspectiva, reconocer Mi propósito no es enseñar el método que cada uno debe
en la ciencia una práctica social productiva, esto es, un trabajo, implica reconocerla adoptar, para conducir bien su razón; es más modesto; se redu-
como una actividad de producción de comunidad (v.g., producción de comunidad natu- ce a explicar el procedimiento que he empleado para dirigir la
ral en el caso de las ciencias naturales y social en el caso de las sociales; véase más mía. Los que dan preceptos se estiman más hábiles que los que
adelante v.4.c). Asimismo, esta renovada concepción de las implicancias sociales de la los practican, y por eso la más pequeña falta en que aquéllos
cooperación laboral (v.g. el trabajo como inmediata producción de comunidad) trae
incurran, justifica las críticas y censuras que contra ellos se
aparejada una correlativa revisión de la noción de lo público. Desde esta perspectiva,
si el viejo concepto de trabajo sólo permitía pensar una producción mediata de la co- hagan.
munidad y reducía lo común a una mera cuestión de propiedad, la concepción de tra-
bajo en Imperio trae aparejada no sólo una producción inmediata de lo social sino Sin modestia alguna, la epistemolog{a posterior se estimará más
también una concepción activa de lo común, esto es, una concepción que piensa a lo hábil que los que practican las ciencias; entonces criticará y censura-
común como aquello que es "co-operado". De esta manera, lo común que en concepcio- rá para, a través de sus críticas y censuras, imponer preceptos uni-
nes anteriores remitía al concepto de propiedad y a la práctica de partir, compartir Y
repartir, remite en Imperio al concepto de actividad y a la práctica de operar, cooperar
formantes, mandatos que permitan separar lo que es científico de
y re-operar. Lo común se presenta entonces como lo cooperativo, como operación con- aquello que no lo es. Se identificará así con la razón misma, atribu-
junta (v.g., operación en red, en relación, operación acompañada, en compañía). Véase yéndose la autoridad que le corresponde a la razón, como tribunal
M. Hardt y A. Negri, Imperio, Buenos Aires, Paidós, 2002, especialmente el capítulo supremo de la verdad y del bien humanos (la misma razón que para
13 "La posmodemización o la informatización de la producción", pp. 261-280. (Agra- Descartes era lo mejor distribuido, por estar en todos los hombres).
dezco a Fernando M. Gallego la sugerencia-sobre esta nota.) Como ya sabemos, en la modernidad, cuando ya no se puede recu-
4. C. Castoriadis, ob. cit., p. 11. rrir a una voluntad divina que tutele la razón humana, el método se
122 Mario Heler Un lugar para la ética 123

erige en el punto de apoyo seguro y eficaz en la investigación de la dos. Y en este sentido, se estaría suponiendo que el plan de trabajo,
naturaleza y de la sociedad. La razón, tribunal supremo, termina que predice los pasos para la realización del proyecto, garantizase la
confinada en el ámbito profesional de una epistemología que se hace producción de conocimiento, y perdiera, por ende, relevancia la "vigi-
cargo de establecer, prescribir y aplicar los procedimientos modélicos lancia epistemológica" (Bachelard) encargada de mantener despier-
de decisión que aseguran la calidad de los conocimientos. Debería- ta la reflexión crítica a lo largo de todo el proceso de investigación e
mos decir cierta epistemología, en general de raigambre positivista, intervención, potenciando la producción al pensar "contra de", al "re-
que es la que ha hegemonizado el campo científico y se ha convertido pensar", "re-organizar", "re-comenzar". 5
en la epistemología oficial, la que patrulla las fronteras de la ciencia Es que el diseño, el plan de trabajo de un proyecto de investiga-
asumiendo el papel de protectora de los criterios para controlar la ción o intervención científica, se constituye en un dispositivo de con-
calidad y eficiencia de los productos científicos. trol, de un control de calidad y eficiencia que funciona a su vez como
Para tal control se concibe un procedimiento estándar a fin de un control financiero. La decisión acerca de la inversión en proyectos
certificar la calidad del producto, como si la producción del conoci- se apoya en la evaluación del plan de trabajo, y esta evaluación dice
miento pudiéra ser reducida a un algoritmo, es decir, a un conjunto atenerse a la rigurosidad del diseño, como modo de predecir si la
ordenado y finito de operaciones que conduzcan a la solución mecáni- inversión será rentable, a la vez que establece las pautas de evalua-
ca del problema: decidir la validez de los conocimientos. Se busca por ción del desarrollo del proyecto y de sus resultados.
ello ese algoritmo capaz de decidir acerca de la validez o invalidez de El problema de la fundamentación del conocimiento, que justifi-
todo conocimiento científico digno de recibir ese nombre, encorsetan- caba la necesidad de una epistemología de carácter normativo, 6 se
do la producción del conocimiento en nombre de un control de calidad
y eficiencia que, aduce, se haría ineludible dada la falibilidad del
conocimiento humano. 5. Gastón Bachelard (1884-1962): Epistemólogo francés y teórico de la ciencia. Filóso-
Seguir las prescripciones de la epistemología y las metodolo- fo y científico a la vez, enlaza con la corriente de grandes epistemólogos que aparece
gías oficiales resulta además funcional a la conservación de las en Francia a finales del siglo XIX y comienzos del XX: C. Bernard, P. Duhem, H.G. Sorel
relaciones de dominación de un campo científico en un momento y L. Brunschvicg. Concibe el conocimiento como una relación dialéctica entre razón y
experiencia. Sostiene que lo real es una "objetivación" del pensamiento constructivo
determinado, así como encauza las posibilidades y las fuerzas de y, en el caso de la ciencia, de la teoría. La realidad no es la experiencia, de la misma
la producción en el camino ya establecido. Y aunque se fracase en forma como no hay "conocimiento inmediato" y "no hay nada dado; todo es construi-
la formulación, bajo el nombre de "método científico", de un seu- do", "todo dato ha de ser entendido como un resultado". La labor constructiva del
doalgoritmo universal que acredite la validez de todo tipo de pro- pensamiento consiste, en buena medida, en la superación de los "obstáculos epistemo-
ducción de conocimiento -como lo muestran las discusiones dentro lógicos": aquello que en el espíritu o la razón humana impide la construcción racional
del objeto: opiniones, prejuicios, meras percepciones sensibles del objeto, el juzgar por
del ámbito de la epistemología-, se pretende que la diversidad, com- las apariencias, o lo inmediato y no reflexivo. Lo real no es propiamente lo que apare-
plejidad e imprevisibilidad de esos procesos de producción se so- ce, sino más bien lo que siempre deberíamos haber pensado que es. Por eso, conocer
metan a un solo modo particular de producción de conocimiento, supone "rupturas epistemológicas", o discontinuidades. No hay continuidad alguna
instituyéndose como el patrón de medida de cualquier conocimien- entre la mecánica clásica y la relativista o la ondulatoria. Siempre está la ciencia, y el
to que se pretenda científico. pensamiento en general, como actividades inacabadas que son, ambas, "proceso de
objetivación" y superación de obstáculos epistemológicos. Y siempre se parte de cono-
De esta manera, la producción científica queda sujetada a una cimientos anteriores: "Se conoce contra un conocimiento anterior". Al conocimiento
serie de mecanismos únicos, que se suponen garantizan resultados del mundo no se llega sólo por vía intelectual. Hay otra manera de acceder a la reali-
cognitivos valederos. Por un lado, la formación de los científicos en dad: la imaginación o la fantasía creadora que se manifiesta en el arte y en lo que
una matriz disciplinar, que incluye la adecuación a la normativa denomina en general la reverie (la ensoñación diurna); a ella incumbe un verdadero
conocimiento práctico de la realidad. Véase J. Cortés Morató y A. Martínez Riu, oh.
metodológica instituida por la epistemología oficial, instaura la hete-
cit. "Sólo hay un medio de hacer avanzar la ciencia, y es contradiciendo la ciencia ya
ronomía en que se despliegan los campos científicos. Por otro lado, constituida que es como decir cambiando su constitución"; G. Bachelard, La filosofía
esta heteronomía se refuerza en tanto la aprobación de los proyectos del no, Buenos Aires, Amorrortu, 1978, p. 30.
de investigación e intervención dependen de que su diseño corres- 6. Normativo refiere a las obligaciones, al deber, prescribiéndolos, estableciéndolos
ponda a los requerimientos epistemológicos y metodológicos institui- como obligaciones y deberes.
124 Mario Heler Un lugar para la ética 125

manifiesta entonces asociado al problema de la acreditación en la acepciones de la palabra producción y de su derivado más usual:
competencia por conservar o mejorar la posición dentro del campo reproducción. Por un lado, la noción de reproducción tal cual la
científico. Esta asociación representa en la práctica una supedita- utilizamos en el lenguaje cotidiano, asociada a la permanencia y
ción de la producción a la acreditación. la reiteración de lo mismo. Hablamos entonces de la intención y
El conocimiento adquiere así la forma de una mercancía, median- los efectos de la conservación idéntica a sí misma (se suele consi-
te dispositivos de control de calidad y eficiencia que hacen factible la derar así la mayoría de las acciones político-partidarias, y tam-
medición universal de los productos científicos en función de prede- bién reflejan esta acepción las fantasías acerca de la clonación).
cir la rentabilidad de las inversiones que requiere su producción. Y Se usa entonces con el sentido de la producción que hace volver
de este modo se termina privilegiando en la práctica la acreditación (re) lo mismo, que prolonga en el tiempo la permanencia de idén-
por sobre la producción. Pero de esta manera, al menos en países ticas relaciones. Por otro lado, tenemos la noción de reproducción
como el nuestro, se obtura la posibilidad de que los conocimientos biológica. Aquí se combina permanencia y reiteración con cambio
obtenidos muestren su validez respondiendo a problemas específicos y diferencia: la conservación de la especie y la singularidad dife-
de nuestro contexto, consolidando la heteronomía en la mayoría de rente y variada de los individuos. En tanto que podemos entender
los ámbitos y no sólo en el cognitivo. el prefijo "re" en relación con la presencia de mecanismos dados
(los sexuales) para la generación de nuevos individuos de la mis-
ma especie. Aquí vuelven a actuar los mismos mecanismos. En
4. La producción social de conocimiento cambio, cuando hablamos de producción remitimos a la innova-
ción y el cambio, siempre a partir de lo dado, aunque sin mecanis-
Y ahora sí la despedida, con algunas anotaciones sobre la produc- mos dados, prefijados. La producción se vincula así a la creación
ción, la cooperación y, en especial, la producción científica, para con- de algo nuevo, que si posee una génesis a partir de lo dado, no
tinuar reflexionando. busca la permanencia de lo mismo sino la irrupción de lo nuevo.
Remite entonces al fluir hacia nuevas y/o mayores posibilidades,
a) Sabemos ya que la constitución de un campo social, en nuestro hacia lo otro y distinto y sin embargo vinculado con lo anterior, en
caso el científico, supone una producción específica a través de la la consolidación y la generación de potencialidades. La produc-
cooperación, distinguiendo un tipo de juego particular que se des- ción en tanto creación agrega un plus que, si responde a las poten-
envuelve por el operar conjunto de sus diferentes miembros: la cias ya presentes, hace emerger otras nuevas, sin privilegiar la
producción social del conocimiento. La dominación es eficaz en permanencia, en un proceso cuyo impulso y dirección es inmanen-
tanto logra que esos procesos productivos de cooperación se iden- te a la producción. Supone entonces el fluir de la producción mis-
tifiquen con -y por tanto se amolden a- aquellos procesos capaces ma a través de sus propias posibilidades, de sus potencias y del
de acreditarse, de obtener el reconocimiento dentro del campo (y aumento de ellas.
de cierta manera también fuera del campo), para ser productos
legítimos. Pero son legítimos en tanto y en cuanto cumplen con Reproducción
ciertas pautas y condiciones, y al cumplirlas vuelven a recorrer Producción
los caminos aceptados. Como consecuencia, la misma producción Uso habitual Biológica
cooperativa es hoy comprendida en los términos que la estabili-
Continuidad Conservación (especie) A partir de lo dado
zan en modelos que, pese a sus cambios y vicisitudes, están al
servicio de la permanencia de la dominación. Pensar en la pro-
Reiteración de lo mismo Variación (individuos) Innovación y cambio
ducción como fuente de la que se alimenta la dominación, diga-
mos, por debajo de la dominación, requiere romper la clausura y Permanencia Permanencia y cambio Creación
pensar de otra forma, con otras categorías.
b) La vida humana se produce a sí misma, en sus productos y tam- Refiere al poder como "Re-": mecanismos Invención,
bién en el mismo proceso productivo. Podemos diferenciar tres dominio dados de la especie "potenciación"
126 Mario Heler Un lugar para la ética 127

Resulta entonces que producción y producto se retroalimen- de una planta imponiéndole así una cierta dirección. Si la domi-
tan. No están separados, sino que el producto es útil a la produc- nación se impone cuando se logra mantener la producción en la
ción misma (apartado 4, capítulo III). Podríamos decir que el pro- misma dirección, cuando se la estabiliza, su logro requiere tutelar
ducto posee valor de uso en y para la producción, ya que es la a los productores, canalizar sus fuerzas en una dirección dada.
producción la que brinda el sentido y el valor del producto. Pro- Cuando los productos de la producción se convierten en mercan-
ducción y consumo están así relacionados internamente. Salvo cía, se tutela la cooperación reduciéndola al intercambio. Ya no se
cuando se desdoblan el productor y el consumidor, y éste no parti- tratará entonces de la composición de las fuerzas productivas que
cipa en la producción. Es entonces cuando puede imponerse que deriva de la dinámica de la producción, sino de imponer un orden
el sentido y el valor del producto sean determinables por la satis- al conjunto de las fuerzas, imponiéndose en vez de la cooperación,
facción del consumidor, predominando el valor de cambio. Así se el partir, el compartir y el repartir de la coordinación.
hace factible que el producto sea considerado como mercancía, in- La reducción de la cooperación al intercambio entre los pro-
virtiendo la relación entre el producto y la producción (es decir, la ductores supone la (pre)comprensión8 de que los productores tam-
producción se supedita a la obtención del producto), introducien- bién en la producción intercambian saberes, habilidades, capaci-
do en el proceso productivo pautas y condiciones externas a la dades y aptitudes. No sólo se intercambian productos, mercan-
producción y alterando la relación entre los productores. Las re- cías, sino que la misma fuerza productiva es entendida como re-
glas de las producción se hacen trascendentes (se imponen, por sultado del intercambio entre esas fuerzas. De esta manera, se
ejemplo, como criterios objetivos y universales a la dinámica in- hace factible establecer tareas fijas y fragmentadas (como parte
manente de la producción social del conocimiento), mientras que de la división social del trabajo) que requieren a su vez de un
los productores pueden ser evaluados predominantemente por los orden común (coordinación) para así confluir en la generación del
méritos de sus productos; méritos medidos en función de su valor producto.
de cambio pero también de su valor en asegurar la dirección im- Ello significa que, por un lado, el florecimiento de la produc-
puesta a la producción por la dominación. ción queda subordinado al mantenimiento del estado de domina-
e) La producción se hace fecunda, florece, en relaciones cooperati- ción, mediante la supeditación de la producción a la acreditación.
vas, en el encuentro de cuerpos que se potencian, que aumentan
su poder de producción. La producción opera y se desenvuelve por
la operación conjunta: por la co-operación de los productores, que
operan, cooperan y reoperan, contribuyendo de distintas maneras
:-. _
PRODUCCIÓN
• tflorecimiento
)lo CO~:.~IRACIÓN
a la producción, al aumento de la fuerza de producción. Los pro- ·,......._ impone dirección al / !

~
ductores se componen entre sí en la producción para la produc-
ción, todos co-operan, se integran como fuerza de producción. Sin '-,,, .__ _T_U_T_'E_L_A_ __.·······/ ·. '
que el logro de esta cooperación excluya las luchas y los intercam- (dominación) 1

bios. Pero el proceso se orienta al florecimiento de la producción, y


con tal orientación adquieren sentido las revisiones, las correccio-
nes y las rectificaciones del proceso de producción, en un constan-
t
'---d_e_m_e_rc_a_n_c_ía_s_-'1...,.---------------• Intercambio
te aprendizaje. COORDINACIÓN
d) Pero el florecimiento de la producción puede tutelarse. 7 Origina-
riamente botánica, la idea de tutela consiste en un dispositivo (por
ejemplo, una varilla) al que "se ata" el crecimiento-florecimiento
8. Con el término "pre-comprensión" se alude a las condiciones de posibilidad de toda
comprensión, esto es, al modo de ver y entender el mundo en general, que luego se
concreta en la percepción de las cosas, los estados, las relaciones y los procesos que
enfrentamos en nuestras vidas.
7. Véase l. Kant, "¿Qué es la Ilustración?".
128 Mario Heler Un lugar para la ética 129

Pero, por otro lado, la reducción de la cooperación al intercambio lo común, la polis Oa sociedad-estado griega), y viceversa. Las vir-
debe dejar necesariamente un imprescindible resto de coopera- tudes éticas son las excelencias que corresponden a la práctica.
ción para mantener tutelada a la producción sin extinguirla (sin La práctica y la teoría no se exteriorizan en objetos indepen-
secarla, para seguir con las imágenes botánicas), disponiéndose a dientes. Pero la historia oficial pese al cóctel explosivo de las tres
enfrentar la resistencia de la cooperación a la coordinación im- que produce la ciencia moderna, mantiene la diferenciación, y tam-
puesta. bién, como en Grecia clásica, desvaloriza la poiésis, la producción
e) Desde el punto de vista de la producción, son los productores del (aunque se valore más el arte, y a veces se vincule al arte con la
conocimiento quienes deberían ocupar un lugar privilegiado cuan- ciencia).
do se trata de detectar, especificar y responder a las necesidades Pero ahora estamos en condiciones de apreciar que en la cien-
de la producción del conocimiento. Son lo únicos que pueden ha- cia moderna, la teoría, la práctica y lapoiésis quedan integradas y
cerlo. Y sólo cuando logran romper con la subordinación a las tu- en un orden inverso al clásico. Es en la poiésis, en la producción,
telas, son creativos. La colaboración de otras disciplinas -pienso donde se da la teoría (es una actividad teorética, de conocimiento)
en la filosofía- es una contribución importante, siempre y cuando y la práctica (el florecimiento de los productores y de la ciencia).
se realice cooperativamente. La teoría y la práctica son generadas en y por la producción, en el
D Hemos reflexionado ya acerca del enlace entre razón y experien- trabajo. Además, sus productos, los conocimientos científicos, se
cia, pensamiento y realidad, teoría y práctica que se lograría en el independizan del proceso productivo, y tienen utilidad social, con-
conocimiento científico. Pero ahora me interesa señalar cómo la virtiéndose en mercancías (inmateriales) en el capitalismo.~
peculiaridad de la ciencia moderna que logramos rescatar al re- Esta forma de entender la producción social de conocimiento tie-
mover los obstáculos a su comprensión replantea la concepción ne implicancias y consecuencias que es necesario atender en la
supuesta acerca de la teoría y la práctica. elucidación de la práctica científica. Para empezar hay que conce-
Para ello tenemos que remontarnos a la concepción griega, y bir acciones de conocimiento.
retomar un tercer elemento vinculado con la distinción de la teo- g) Y las acciones de conocimiento no sólo producen entonces teorías,
ría y la práctica, que queda omitido en la historia oficial acerca de conceptos, formas de pensar. La peculiaridad del modo de produc-
la ciencia: la poiésis, que precisamente se puede traducir por pro- ción científico, desde la modernidad, se manifiesta hoy como pro-
ducción. ducción de naturaleza en las ciencias naturales, y producción de
La teoría es el resultado de la contemplación del orden, la be- sociedad en las ciencias sociales. 10 En las primeras, la resolución
lleza y la bondad del cosmos. Es realizada por quienes tienen ocio, teórico-práctica de problemas sociales deriva en la construcción
y es una actividad desinteresada que busca conocer por el conoci- de artefactos y dispositivos que se integran a la naturaleza como
miento mismo. Es la más excelsa entre todas, porque desarrolla parte de ella, hasta el punto en que nuestra relación con la natu-
lo divino en el hombre, al vincularlo con el pensamiento, con lo raleza está siempre mediada por estos productos de la tecnocien-
racional. No es entonces una posibilidad de los esclavos, que no cia (hasta las "reservas naturales" son productos tecnocientíficos
tienen ocio, tampoco de los técnicos (los artistas y los artesanos) y el hecho de que haya necesidad de establecerlas muestra la trans-
porque ocupan su tiempo en producir un objeto independiente en formación de la naturaleza donde vivimos). Pero la producción de
el que el proceso de la producción termina (el Partenón, la arma- naturaleza descompensa el ecosistema que nos sustenta. Por su
dura de Aquiles, las ánforas); un objeto de cuya perfección depen-
de el valor de quien la produce, porque en él se expresan sus exce-
lencias, sus virtudes técnicas (tejné, en griego).
9. Véase P. Virno, Gramática de la multitud. Para un análisis de la forma de vida
No para los esclavos, pero sí para todos los ciudadanos, está la contemporánea, Buenos Aires, Colihue, 2003, y M. Lazzarato y A. Negri, Trabajo in·
práctica (praxis, en griego): la actividad poUtica (y para los grie- material. Formas de vida y producción de subjetividu.d, Río de Janeiro-Buenos Aires,
gos, de la política depende la ética), la actividad que despliegan DP&A, 2001.
los "amigos", y que no se concreta en ningún objeto externo, sino 10. "Producir y reproducir autónomamente significa construir una nueva realidad
en el perfeccionamiento de cada uno para el perfeccionamiento de ontológica", M. Hardt y T. Negri, ob. cit., p. 358.
130 Mario Heler

parte, las ciencias sociales producen sociedad. Producen nuevas Bibliografía


relaciones sociales, nuevas f(mnas de cohesión social, nuevas for-
mas de coordinación y cooperación social, en tanto las formas de
pensar lo social afectan la sociedad, se integran en las institucio-
nes y sobre todo resignifican nuestro mundo. Por ejemplo, la teo-
ría psicoanalítica modificó las relaciones familiares y laborales; el
trabajo social genera formas diferentes de comunidad en las fami-
lias y grupos con los que interviene; las ciencias de la administra-
ción modifican los organigramas de las empresas, las formas en
las que se gestiona la producción, así como las relaciones entre los
empleados. Pero la construcción de una sociedad racional, donde
la igualdad y la libertad de todos no sea un mero postulado sino
que concrete una comunidad de la cooperación y no de la ordena-
ción instrumentalizadora y eficiente, constituye el desafío plan- AA. VV., ¿Posmodernidad? Perspectivas filosóficas, Buenos Aires, Biblos, 1988.
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"Sábato y los amantes regresivos de la oscuridad", video, guión y dirección:
Índice de nombres y temas

Aposteriori, 18 n7 Atemporalidad, 92
A priori, 18 n7 Autonomía, 15 n4, 60, 79, 91, 108,
Absolutismo, 85 109, 119, 120, 121
Abstracción, 72-75 Autoridad, 63
Acción comunicativa o dialógica, 109, Bachelard, G., 41 nll, 123 n5
110 Bacon, F., 74 n7
Acción de conocimiento, 129 Balanza de la razón, 50-51, 67, 108
Acción estratégica, 100, 107, 108, Berman, M., 26 n18
109, 110, 111 Bernard, C., 38 n7
Aceptación, aceptabilidad, 34, 48, 61, Biología, 111 n39
71, 75, 116 Bits, 72 n6
Acreditar; acreditación, 88, 90, 106, Bourdieu, P., 55 n39, 60-61 n45-n49
118, 121-124 y n51, 62 n53, 63 n54, 79 n11, 95
Actuar-ser actuado, 119 Brunschvicg, L., 123 n5
Acuerdo (ver consenso) Buen uso de la razón, 36
Adecuación, verdad como, 20 Bunge, M., 52 n32, 89 n5 y n6
Adorno, Th., 26 n19, 76 n8 Burguesía, 85
Algoritmo, 122 Butlerfild, H., 23 n12
Amoralidad, 111 n37 Cálculo costo-beneficio, 77
Anacronismo, 30 Cambio, 92
Anomalías, 49 Campo científico, 57-61, 107, 116,
Anónimo/a, 102 117, 122
Anticipar, anticipación, 98-102 Campo social, 56-57, 67, 79, 81, 87,
Apel, K-0., 97 n17, 108 n31, 109 n34 107
Aplicación, contexto de, 37 n5 Capital específico, 57, 130
Aplicar, 71, 72, 80, 91, 103 Capital/es, 57 n 41
Apología, 29 Capitalismo, 17, 88
Areté, 39 Capra, F., 112 n40
Argumentos, 50-51 Categorías, 19 n8
Aristóteles, 18, 87 Ciencia aplicada, 27 n20, 29, 30, 70,
Ario;totélico-tomista, concepción, 84 71 n4, 75, 80, 103
Arte, 85 Ciencia del derecho, 91
[ 137]
138 Mario Heler Índice de nombres y temas 139

Ciencia experimental, 25. RG Cooperar, cooperación, 100 n22, 119, Edad Media, 16, 17, 18, :{5, 84 Florecer, florecimiento, 78, 90, 117,
Ciencia martillo, 14 n 1 120, 124-130 Eficaz, eficacia. 74, 76, 88, 102 121. 125, 129, 1:30
Ciencia normal, 49 Coordinación de las acciones, 97, 99, Eficiencia. 77-81, 90, 103, 107, U:), Formativo, 12:3 n6
Ciencia pura o hásicu, 27, 29,:10, GG, 100 n22, 109, 119, 127, 12R 117 Foucault, M., 17 nG. 59 n4:3, 65 n56,
71 n4, 74, 80, 102 Copernicano/a, giro o revolución, 19 Einstein, A., 48 119 n2
Ciencia, triunfo de la, 67, 76 Copérnico, 87 Elias, N., 96 n15, 100 n22 y n23 Freud, S., 21, 72 n6
Ciencias fácticas, 43 n16 Cosmos, 20 Elucidación, 120 Fuerza, relaciones de, 57
Ciencias formales, 4:3 n16 Creación, 125 Empiria, 24, 89 n4, 128 Fundamentación, problema moderno
Ciencias naturales, 22, 91, 94, 96, Creación ex nihilo (de la nada), 31 Empírico, nivel, 42 dela,35,51, 52, 67, 86, 89,115,
102, 106 Cuestiones éticas, 13, 31 Enseñorear/se, 20, 25 118, 123
Ciencias sociales, 22, 25, 83, 90, 91, Culpa, culpable, 33 Enunciados universales, 43-44 Fusis, 88
94,96, 102,113.130 Curso de acción, 98 Episteme, 33, 88 Galileo, G., 47, 87
Cientificidad, 84, 88, 91, 92, 95, 106, Darwin, Ch., 20 n10 Epistemología, 33 n1, 89, 121, 122 Ganarse la vida, 18, 34
111,117 De Asúa, M., 23 n17 Epistemología anglosajona, 51 Gendarmería, 89
Circulación, 79, 117, 118 Decisión, 14, 31, 45, 48, 61, 67, 68, Error, 35, 37 General, generalidad, 92
Circulo de Viena, 38 n7 116, 121 Estrategia de doble juego, 95 Génesis, 83
Cohesión social, 83, 97 n16 Deducción, deductivo/a, 41-42, 98 Estrategia/s, 59, 60, 87, 90, 91, 105 Geometría, 87
Colaborador/es, 98 Definición de ciencia, 61, 62, 64, 68, Estructura, 57 Gobernabilidad, problema moderno
Competencia, 97, 98 83, 88, 91, 116 Ethos, 14 y n2 de, 97 n16
Comprensión-explicación, 94 nll, Deleuze, G., 68 nl, 81 n13 Ética, 15,n4, 109,111,113,118,120, Gómez, R.J., 96 n15
102 Deliberación, 50, 98, 121 128 Guattari, F., 68 nl
Comte, A., 38 n7 Demandas éticas, 13, 14, 106 Excelencia epistemológica, 33, 35-40, Gutiérrez,A., 60 n44
Comunidad científica, 4 7 y n23, 67 Demarcación, criterio de, 65 n 56, 75, 75 Habermas, J., 108 n31, 109 n34
Conceptualización, 72 88 Éxito/s, 14 n2, 23, 70, 71, 72, 75, 106, Habitus, 56, 89, 90, 98, 118, 119
Confirmar, confirmación, 44 Desacuerdo/s, discrepancias, 62 116 Hardt, M., 119 n3, 129 n9
Conflicto, 98 Desafio, 91 Expectativa de comportamiento, 97, Hechos brutos, 44
Conocer, 53-54 n34 Descartes, R., 18 n6, 36-37, 121 98, 102 Hechos, testimonio de los, 67
Conquistar, 110, 121 Descubrimiento, contexto de, 37 n5, Experimentación, 25, 42 n14, 69, 71, Hegemonía/hegemónico, 29,64
Consecuencias observacionales, 42, 118 95 Heler, M., 9 nl, 98 n15, 103 n26, 112
47 Desinterés/ada, 13, 24, 30, 68, 74, 80, Experimento, 70 n39
Consenso,62,67, 75,87 83,86, 115,118,128 Explicación-comprensión, 94 nll, Heteronomía, 79 nll, 119, 122, 124
Constituir, constitución, 19 Determinismo, 94 nlO 102 Hidalgo, C., 40 n9
Consumo-producción, 126-127 Dicotomía, dicotómica/o, 111 y n38 Factores sociales, 64 Hipótesis, 41
Continuo, 72-73, 111, 116 Dimensión ética, 15, 31, 95, 106, 107, Falacia, 45-46, 70 Hipótesis, aceptación o rechazo de,
Contrastar, contrastación, 23, 42, 116 117, 121 Falibilidad, 25 43, 45, 50-51, 116
Contrato, 99-100 Dimensión social, 31, 107-113, 117 Falsacionismo, 42-45 Hipotético-deductivo, método, 40-45
Contrincante/s, 98 Dinámica interna, 27 Falsar, falsación, 43, 48, 70 Historia externa, 37 n5
Control, 65, 71, 75,78-79,91,95, 102, Disciplina, disciplinamiento, 59 n42 Falso, falsedad, 36,37 Historia interna, 37 n5
103, 106, 117 , 65 n55 Fenómeno/s, 45, 93, 95 Historia oficial, 23-28, 32, 79, 83, 86,
Control de calidad y eficiencia, 122, División del trabajo, 75, 80, 102, 116 Fernández Buey, F., 46 n22 112, 115
123, 124 Dominio, dominación, 58, 59, 61, 74, Feyerabend, P., 40 n10 Historia, otra, 32, 83-90, 118
Control financiero, 123 77, 78,81,84,90,91,95,102,106, Filosofia, 85, 88, 89 n5 y n6 Historicidad, 92 n8, 94
Conveniencia, regla de, 51-75, 68, 113, 117, 121, 127 Filosofia de la ciencia, 33 n1 Historiografia whig, 23 n17
116 Doxa, 33 n1 Filosofía griega, 85 Holismo metodológico, 96 n15
Convivencia, 15, 113, 117 Ecología, ecológica/o, 111 Fin/es, 103, 108 Honestidad intelectual, 27
Economía, 91 Física, 16, 87 Horkheimer, M., 26 n19, 76 n8
140 Mario Heler Índice de nombres y temas 141

Iglellia. %, 84, 87 Lado luminoso, :l!~, ;¡;¡ 1\'IL't.odología, 27. :n nl, 122 Pn•comprensión, 127 n8
lgunldad de~ii¡,rual. 99 Lado oscuro, 2!i, :n l\lill, .J.S., :¡8 n7 Pn•di<:ción, capacidad de, 68-71, 75,
Igualdad y lilwrtad,,postulado de, :ll. Ladriere, .J.. 1!í n:3 Modelo, 88, 90, 91, ~JG, 111, 117 80, 91, 9~3, 96, 10G, 105, 11:3, 116
:12. 106. 108, 109, 1:io Lakatos, L 40 n10 Modernidad, 17-2:l Predicción/es, 25, :30. 69, 78, 102
llustraciún, 22, 8:3, 86 Laplaee, S. de, 94 nlO Monopolio. monopolización, 58, 116 Predicciones sociales, 102-107
Imperativo categórico, 108 Laudan, L., 40 n 10 Moral, principio de la, 108, 111 Predicciones suicidas, 105 n29
Implicancia, 41 n1:3, 68 Lazzarato, M., 129 n9 Moral, 15 n4, 109, 111 Predicciones tecnológicas, 70
Incierta, 130 Legalidad, 68, 116 Morin, E., 112 n40 Prego, C., A 52 n32
Inconmensurable, inconmensurabili- Lenguaje, 94 Necesidad, necesario, 36, 128 Pretensión de poder, 109 n34
dad,50 Ley, 24, 34, 43, 68-71, 92 Negri, A, 119 n3, 129 n9 Pretensión de validez, 109 n34
Individualismo metodológico, 96 n 15 Libertad, 94, 105 Neutral, neutralidad, 14-15, 30, 86, Prigogine, l., 48 n25
Inducción, método inductivo, 44-45 Libertad de acción, 22 113, 115, 120 Problemas prácticos, solución a, 72-
n18 Libertad de investigación, 28, 86 Newton, I., 87,94 nlO 76, 80, 83, 103, 130
Inductivismo, 44 Libertad de pensamiento, 22 Normativo, 123 n6 Producción de conocimiento, 55, 64,
Inferir, inferencia, 41-42 Libertad e igualdad, postulado de, Objetivo, objetividad, 25,38 n6, 75, 68, 78-79, 83-90, 116, 118, 121-
Ingeniería social, 102 21,32, 106,108,109,130 91, 107 130
Inmoralidad, 111 n37 Libre consentimiento, 96 99 107 Objeto, 18, 80, 106, 117 Producción de naturaleza, 129
Inmunizar, inmunización, 31, :32, 91 108 , ' ' Observación, 42 n14 Producción de sociedad, 129
Inocencia, 27 Lógica, 24, 34, 87 Olivé, L., 46 n22 Producción-consumo, 126-127
Inquisición, 23 n16 Lógico, nivel 42 Operar, 71, 72, 91 Productores, 55 n37, 128
Insociable sociabilidad, 90 Lagos, 33 nl Par, pares, 61 n50 Profecías autorrealizadoras, 105 n29
Instrumental, 77 Luhmann, N., 101 n23 Paradigma 46, 4 7 n23, 67, 72, 75, 116 Progreso,22,25,88,90
Instrumentalizar, instrumentaliza- Macintyre, A, 55 n38 Paradigma social, 111 n39 Provisoriedad, 25
ción, 110-113, 116, 126 Mal uso, 27 Paraíso Terrenal, 21, 22, 90 Prueba, puesta a, 43, 48
Instrumento, 96, 109, 110 Maliandi, R., 14 n2 Parsons, T., 52 n32 Racionalidad, 17, 28, 38-39, 128
Interaccionar, interacción, 106 Manipular, manipulación, 70, 71, 95, Patrones de conducta, 105, 106 Racionalidad científica, 23
Intercambio, 100, 112, 127 lOO, 116 Plausibilidad, 51, 67, 71, 116 Racionalidad, criterio de, 52
Interés/es 96, 98, 103, 107 n30, 117 Maquiavelo, N., 72 n5 Poder, relaciones de, 59 y n42, 7 4, 78, Razón estratégica, 100, 102
Intereses, conflicto de, 98 Máquina, 93 111 Razón instrumental, 100, 102
Intersubjetiva, intersubjetividad, 25, Marí, E.E., 14 nl, 22 n14 Poiésis, 128-129 Reciprocidad, 111
38, 107 Martín, 0., 52 n32 Polis, 129 Recompensas y castigos, 107
Intervención social, 103, 104 Matriz de interpretación, 99 n20 Política, 128 Reconocimiento, luchas por el, 61,
Intervenir, intervención, 71, 80, 103, Matriz disciplinar, 46, 122 Popper, K., 27 n21, 40 n8, 43,48 n26, 110
107 Mecanicismo, 93 n9 65 n57 Reconstruir, 108 n31
Investigación, 28, 107 Mecanismo, 93 Posición/es, 58, 79, 90 Redes sociales de interdependencia,
Investigación/es cualitativas, 103 Medios-fines, 76, 96, 100-102, 108, Positivismo, 37, 38, 86 100 y n23
Investigación/es cuantitativas, 103 110, 116, 117 Posmoderna, 17 Reflexión, 21 nl2, 113, 120
Irracionalidad, 24 Mendel, G., 4 7 Postulado, 21, 109 Reflexión ética, 15 n4, 31, 115, 121
Juego,53,55-60,67,97 Mercancíals, 124, 125 Potenciar, potenciación, 76 Reflexión, práctica de la, 118-121
Justificación, contexto de, 37, 118 Mercantilización, 77 Práctica, 29, 53-54, 72, 80, 103, 115, Reflexividad, 21-22, 55
Juzgar, juicio, 86-90, 116 Mérito/s, 31, 115 124, 128-129 Reforma protestante, 85
Kant, E., 18 n7, 22 n13, 69 n2, 87, 90 Merton, R., 52 n32 Práctica social, 30, 31, 52, 84 Refutación, 42
n7, 108 n32 l\Ietafísica, 88 Práctica teórica, 72, 74, 83, 129 Regla/s, 53, 68, 97
Kepler, J., 87 Metafísicos, objetos, 89 n4 Práctica, sentido de la 54, 130 Regularidad, 97, 98, 102
Klimovsky, G., 40 n9 Metódico, 24 Practicantes, 53 Reino de la Libertad, 21, 26, 28, 76,
Kuhn, Th., 40 nlO, 46, 52 n32 Método, 3G-:39, 86, 95, 121 Praxis, 128 78,90,91
142 Mario Heler

Relacional, pensamiento, 111 Tendencias y patrones de compot·ta-


Relaciones invariantes, 24, 9:3, 116 miento, 102, 104, 105
Renacimiento, 16, 17, 83 Teología, teológico, 21, 84, 85, 86
Rentabilidad, 124 Teoría, 20 n9, 29, 80, 124, 128-129
Reproducción, 125 Teorizar, 71, 74, 80, 91, 10:3, 116
Resistencials, 79, 90, 95 n12, 102, Tiempo, 92
116, 118, 128 Tomás de Aquino, 35, 84 n2
Respetar, respeto, 109, 110 Torricelli, N., 72 n5
Responsabilidad, 14, 27, 31, 102, 115 Trabajo asalariado, 77 n9
Responsable, 31 Tragedia del progreso, 26
Revolución científica, 48, 49, 75 Transferencias, 103 n27
Ruptura epistemológica, 41 n11 Transformación, 22, 26
Russell, B., 29 n24 Trascendental, 18 n7
Sábato, E., 72 n5 Tribunal de la razón, 84, 122
Saber, 53, 54 n34 Tutela/tutelaje, 121
Saber de trasfondo, 97 Unidad de la ciencia, 38-39
Saber práctico, 53-54, 119 Universal, universalidad, 34, 36, 43,
Secularización, 17-18 68,72,92
Seguridad,99, 100,102,117 Urgencias sociales, 27
Significado, significación, 94, 104 Uso social, 13, 34, 68, 75, 83
Singularidad, 92 Útil, utilidad, 24, 68, 71, 75, 76-79,
Sistema de autoafirmación, 97 n7 81,86,88,91,95, 104,106,107,
Sistemática/o, 24, 74, 80 115, 116, 117' 129
Situación ideal, 50 Utilidad, garantía de, 32, 68, 71, 75,
Social, lo, 96-102 80,88, 115,116,117,125
Socialización, 53 n33 y n34 Validez, válido, 24, 42 n15, 48 n26,
Sociedad moderna, 17 107
Sociohistórico, 98 Valor de cambio, 77
Sociología, 91 Valor de uso, 77 n9
Sociología de la ciencia, 52 n31 Verdad, 20, 24, 36, 37, 42 n15, 48 n26,
Solidaridad/es, 108 72, 130
Spencer, H., 38 n7 Verdad útil, 71, 74, 80, 116
Subjetivo, 25 Verdad, garantía de, 24, 32, 34, 39,
Subordinación, supeditación, 107, 51,67,68,71,80,87,88, 116
127 Verificación, 42
Sujeto, 19 Vida activa, 20, 85
Taylor, Ch., 54 n35 Vida contemplativa, 20
Técnica, 23 n15 Vigilancia epistemológica, 123
Tecnociencia, 15, 26, 34, 71, 72, 75, Violencia simbólica, 118
76, 78,80,83,116 Virno, P., 129 n9
Tecnología/s, 23 n15, 27, 29, 30, 70, Virtud/es, 39, 125, 128
75,80,103 Voluntad, 25, 116
Tecnólogo/s, 106, 128 Walzer, M., 62 n52
Téjne, 128

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