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Las habilidades adaptativas que quiero reforzar en los alumnos son las siguientes:

- Recoger y ordenar aquello que se use


- Levantar la mano para hablar y respetar el turno de palabra

Como ya sabemos, es muy común que en el aula se den situaciones de descontrol. Nos encontramos
con momentos donde los niños, después de utilizar un material, no se hacen cargo de su recogida y
ordenación, esto da lugar a que se retrasen las siguientes actividades, ya que no existe un orden en la
recogida, o tenemos que estar “obligándolos” a recoger lo que ellos mismos han utilizado. Es
importante que cuiden su material, y que comprendan que éstos son utilizados por todos y para todos,
y que por ello debemos guardarlos debidamente, con respeto y cuidado. Por otro lado, cuando estamos
en una asamblea o queremos realizar una conversación bilateral con los alumnos, éstos tienden a
hablar todos a la vez, provocando de nuevo el caos en nuestra aula, por lo que no se respetan entre
ellos, y además esto hace que aquellos niños más tímidos no lleguen a participar debidamente.
Debemos mostrarles la importancia que tiene el orden de palabra, el respeto al compañero, el pedir
permiso “levantando la mano” para hablar, no se trata de una conducta estricta ni severa, sino que la
enfocaremos desde un punto de vista educativo más que disciplinar, pues así conseguiremos que
nuestros alumnos se escuchen unos a otros y al docente, favoreciendo así las relaciones sociales y
afectivas.

A continuación, se muestra una estrategia para reforzar cada una de estas habilidades adaptativas:
(Recoger y ordenar aquello que se use).

 La estrategia a aplicar en esta ocasión será el Programa de economía de fichas.


Consiste básicamente en un sistema de canjeo de puntos, en el cual el objetivo es establecer un control
estricto del ambiente y controlar la conducta de cada persona y del grupo en general.

La primera fase de esta estrategia es la de muestreo, donde mostraremos a los niños qué es lo que
conseguirán a cambio de realizar la conducta que queremos reforzar. Como este sistema está
establecido para recoger y cuidar los materiales, una vez que cada niño llegue a los 10 puntos son
merecedores de un premio que estimule su deseo por mejorar la actividad.

En este caso utilizaremos un mural, el cual lo pondremos en un lugar visible de la clase, entraremos
entonces en la fase de aplicación, donde sean los propios niños quienes vayan puntuando sus propias
acciones, este mural consistirá en una recogida de puntos, los cuales se irán sumando.

Esta tabla será diaria durante el resto de la semana, hasta llegar a la fase de desvanecimiento, donde
dejaremos de premiar al niño, realizando éste al final la conducta deseada sin esperar premio a
cambio, conseguiremos que dicha conducta sea automática.
2. Levantar la mano para hablar y respetar el turno de palabra.

La estrategia a aplicar en esta ocasión será el Contrato conductual.

El objetivo de ésta estrategia es reforzar una conducta apropiada, sin utilizar castigos cuando se realice
una conducta indeseada.

Los elementos que forman esta estrategia son los siguientes:

I. Conductas: Éstas deben ser observables y medibles, claras y precisas, con criterios
sobre frecuencias, límites de tiempo, etc. Estableceremos parámetros para ver si es
la conducta que queremos que se produzca.

En este caso la conducta que queremos reforzar es respetar al docente y a sus iguales y levantar la
mano para hablar, y sólo cuando el moderador, en este caso el docente, le dé su turno de palabra podrá
hablar, para que así no se pisen unos a otros.
Esta norma puede ir recogida en una cartulina grande y estar pegada en la pared, para que todos los
niños puedan recordarla, ésta cartulina llevará impresa una imagen de un alumno levantando la mano
en clase,

II. Consecuencia: Ésta siempre será positiva para el niño, nunca utilizaremos castigos.

Aquellos niños que levanten la manita a la hora de hablar y respeten a sus compañeros podrán
disfrutar de 10 minutos más de recreo. De esta manera no les quitamos a los demás niños su tiempo
de recreo, sino que premiamos con algo que les gusta a los que sí han realizado la conducta como se
pretende.

III. Sistema de registro: Éste es necesario para observar y medir las conductas emitidas y las
consecuencias recibidas, para verificar si se cumplen o no los criterios establecidos.
En esta ocasión se irá apuntando en un margen de la pizarra aquellos niños que han levantado la
mano cuando han querido expresarse o que han respetado a sus compañeros respetando su turno de
palabra.
Cuando llegue el momento del recreo el docente hará un repaso de aquellos niños que han cumplido
con las normas de conducta, tanto al respetar como al levantar la mano, y se les podrá premiar con
esos 10 minutos más re recreo. Al volver del patio harán un recuento de los niños que han
disfrutado de ese premio, comprobando que el premio que se había acordado se ha cumplido para
aquellos que han realizado correctamente la conducta.

Nota: El premio a ofrecer para aumentar la conducta puede cambiar cada día, así también
despertarán la motivación en los niños.

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