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Consta de dos etapas: en la primera, la energía libre generada mediante reacciones químicas
redox en varios complejos multiproteicos -conocidos en su conjunto como cadena de
transporte de electrones- se emplea para producir, por diversos procedimientos como
bombeo, ciclos quinona/quinol o bucles redox, un gradiente electroquímico de protones a
través de una membrana asociada en un proceso llamado quimiosmosis. La cadena
respiratoria está formada por tres complejos de proteínas principales (complejo I, III, IV), y
varios complejos "auxiliares", utilizando una variedad de donantes y aceptores de electrones.
Los tres complejos se asocian en supercomplejos para canalizar las moléculas transportadoras
de electrones, la coenzima Q y el citocromo c, haciendo más eficiente el proceso.
La energía potencial de ese gradiente, llamada fuerza protón-motriz, se libera cuando se
translocan los protones a través de un canal pasivo, la enzima ATP sintasa, y se utiliza en la
adición de un grupo fosfato a una molécula de ADP para almacenar parte de esa energía
potencial en los enlaces anhidro "de alta energía" de la molécula de ATP mediante un
mecanismo en el que interviene la rotación de una parte de la enzima a medida que fluyen los
protones a través de ella. En vertebrados, y posiblemente en todo el reino animal, se genera
un ATP por cada 2,7 protones translocados. Algunos organismos tienen ATPasas con un
rendimiento menor.
Aunque las diversas formas de vida utilizan una gran variedad de nutrientes, casi todas realizan
la fosforilación oxidativa para producir ATP, la molécula que provee de energía al
metabolismo. Esta ruta es tan ubicua debido a que es una forma altamente eficaz de liberación
de energía, en comparación con los procesos alternativos de fermentación, como la glucólisis
anaeróbica.
Pese a que la fosforilación oxidativa es una parte vital del metabolismo, produce una pequeña
proporción de especies reactivas del oxígeno tales como superóxido y peróxido de hidrógeno,
lo que lleva a la propagación de radicales libres, provocando daño celular, contribuyendo a
enfermedades y, posiblemente, al envejecimiento. Sin embargo, los radicales tienen un
importante papel en la señalización celular, y posiblemente en la formación de enlaces
disulfuro de las propias proteínas de la membrana interna mitocondrial. Las enzimas que
llevan a cabo esta ruta metabólica son blanco de muchas drogas y productos tóxicos que
inhiben su actividad.
Índice
1 Historia
4.1.3 Regulación
7 Inhibidores
8 Véase también
9 Referencias
10 Lecturas complementarias
11 Enlaces externos
Historia
El estudio de la fosforilación oxidativa se inició en 1906 con el informe de Arthur Harden sobre
el papel vital del fosfato en la fermentación celular, aunque inicialmente se pensaba que solo
los azúcar-fosfato estaban involucrados.2 Sin embargo, a principios de los años 1940, la
relación entre la oxidación de los azúcares y la generación de ATP fue establecida de forma
definitiva por Herman Kalckar,3 confirmando el papel central del ATP en la transferencia de
energía, que había sido propuesto por Fritz Albert Lipmann en 1941.4 Más tarde, en 1949,
Friedkin y Morris Albert L. Lehninger demostraron que la coenzima NADH se encuentra
relacionada con vías metabólicas tales como el ciclo del ácido cítrico y la síntesis de ATP.5
Durante otros veinte años, el mecanismo por el cual se generaba el ATP siguió siendo un
misterio, con científicos buscando un elusivo "intermediario de alta energía", que enlazara las
reacciones de oxidación y fosforilación.6 El misterio fue resuelto por Peter D. Mitchell con la
publicación de la teoría quimiosmótica en 1961.7 En un principio la propuesta fue muy
controvertida, pero fue aceptada lentamente y finalmente Mitchell recibió el Premio Nobel de
Química en 1978 por su teoría.8 9 La investigación posterior se centró en la purificación y
caracterización de las enzimas involucradas, con importantes contribuciones realizadas por
David E. Green sobre los complejos de la cadena de transporte de electrones, así como de
Efraim Racker sobre la ATP sintasa.10 Un paso fundamental hacia la solución de los mecanismos
de la ATP sintasa fue proporcionada por Paul D. Boyer, con su desarrollo en 1973 del
mecanismo de "cambio de unión", seguido por su radical propuesta de un sistema de catálisis
rotacional en 1982.11 12 Los trabajos más recientes incluyen estudios estructurales de las
enzimas involucradas en la fosforilación oxidativa, llevados a cabo por John E. Walker,
habiendo obtenido Walker y Boyer el Premio Nobel en 1997.13
La fosforilación oxidativa funciona con dos tipos de reacciones que están acopladas, una utiliza
reacciones químicas que liberan energía, mientras que la otra utiliza esa energía para llevar a
cabo sus reacciones.14 El flujo de electrones a través de la cadena de transporte de electrones,
desde donantes de electrones como NADH a aceptores de electrones tales como oxígeno, es
un proceso exergónico – libera energía, mientras que la síntesis de ATP es un proceso
endergónico, el cual requiere de energía. Tanto la cadena de transporte de electrones como la
ATP sintasa, están embebidos en la membrana, y la energía es transferida de la cadena de
transporte de electrones a la ATP sintasa por el movimiento de protones a través de la
membrana, en un proceso llamado quimiosmosis.15 En la práctica, se comporta de manera
similar a un simple circuito eléctrico, con una corriente de protones siendo transportados
desde el lado negativo, lado N de la membrana hacia el lado positivo, lado P, por las enzimas
de la cadena de transporte de electrones que bombean protones. Estas enzimas son como una
batería, ya que realizan trabajo, para llevar corriente a través del circuito. El movimiento de
protones crea un gradiente electroquímico a través de la membrana, el cual es llamado
generalmente fuerza protón-motriz. Este gradiente tiene dos componentes: una diferencia en
la concentración de protones (un gradiente de pH) y una diferencia en el potencial eléctrico,
con un lado N, que posee carga negativa. La energía es almacenada mayormente como la
diferencia de potenciales eléctricos en la mitocondria, pero también como un gradiente de pH
en los cloroplastos.16
La ATP sintasa libera esta energía almacenada completando el circuito y permitiendo a los
protones fluir a través del gradiente electroquímico, de nuevo hacia el lado N de la
membrana.17 Esta enzima se comporta de manera similar a un motor eléctrico ya que utiliza la
fuerza protón-motriz para llevar a cabo la rotación de parte de su estructura y acoplar este
movimiento con la síntesis de ATP.
La cantidad de energía liberada por la fosforilación oxidativa es elevada, comparada con la
cantidad producida por la fermentación anaeróbica. La glucólisis produce solo 2 moléculas de
ATP, en cambio entre 30 y 36 ATPs son producidos por la fosforilación oxidativa de los 10
NADH y 2 succinato obtenidos a través de la conversión de una molécula de glucosa en dióxido
de carbono y agua.18 Este resultado de ATP es el máximo teórico, ya que en la práctica algunos
protones se filtran a través de la membrana, disminuyendo así la producción de ATP.19
Dentro de las proteínas, los electrones son transferidos entre cofactores de flavina,17 25 centros
hierro-azufre, y citocromos. Existen varios tipos de centros hierro-azufre; los más simples que
se encuentran en la cadena de transferencia de electrones consisten en dos átomos de hierro
unidos por dos átomos azufre inorgánico; estos son centros [2Fe–2S]. El segundo tipo, los
centros [4Fe–4S], contienen un cubo de cuatro átomos de hierro y cuatro de azufre. Cada
átomo de hierro en estos centros es coordinado por un aminoácido, generalmente por el
átomo de azufre de la cisteína. Los iones metálicos cofactores atraviesan por reacciones redox
sin unir o liberar protones, de modo que en la cadena de transporte de electrones sirven
solamente para el transporte de electrones entre proteínas. Los electrones se desplazan largas
distancias a través de las proteínas saltando entre las cadenas que forman estos cofactores.26
Esto ocurre por efecto túnel, el cual es rápido sobre distancias menores a 1,4−9 m.27
Muchos procesos bioquímicos catabólicos, tales como la glucólisis, el ciclo de Krebs y la beta
oxidación, producen la coenzima reducida NADH. Esta coenzima contiene electrones que tiene
un elevado potencial de transferencia; es decir, que liberan una gran cantidad de energía tras
su oxidación. Sin embargo, la célula no libera toda esta energía a la vez, si no sería una
reacción incontrolable. En vez de ello, los electrones eliminados del NADH y transferidos al
oxígeno a través de una serie de enzimas cada una de las cuales libera una pequeña cantidad
de energía. Este conjunto de enzimas, que consiste en complejos, del I al IV, llamado cadena
de transporte de electrones se encuentra en la membrana de la mitocondria. El succinato
también es oxidado por la cadena de transporte de electrones, pero entra en la vía metabólica
por un punto diferente.
Potencial medio
Enzima respiratoria Par redox
(Volts)
Condiciones: pH = 730
33
Esta reacción tiene dos componentes termodinámicamente distintos: Uno muy favorable, la
transferencia de dos electrones desde NADH hasta la quinona. Los siguientes parámetros para
las correspondientes semirreacciones pueden variar por las condiciones de solución, de
membrana y de la posición de la cabeza de la quinona dentro de ella:
Lo cual nos da un
La reacción global de oxidación de la quinona por NADH tiene lugar a una velocidad
elevadísima (Kcat≈500 s-1). La cinética y el mecanismo catalítico concreto se infieren de varios
estudios, de tipo estructural a partir de la cristalografía de rayos X del complejo I de T.
termophilus y de estudios de EPR a muy bajas temperaturas, conocida como "freeze
quenching".34 La longitud que recorren los electrones desde el centro de unión a flavina hasta
el último centro, el N2 es de unos 90 Å. El primer paso consiste en la transferencia de dos
electrones desde el NADH a la Flavina mononucleótido en la subunidad NDFUV1. Aunque no
está probado, parece ser que lo más probable es que esto suceda mediante transferencia del
hidruro, (o sea, dos electrones y un protón) evitando de esa manera la formación del
intermediario NAD., que es inestable. Los estudios estructurales en T. thermophilus avalan esta
posibilidad. Para ello, el NADH "apilaría" su anillo nicotinamida sobre el anillo isoaloxazina de
la flavina, siendo el carbono C4 el donante de electrones en el NADH, y el aceptor sería el
Carbono C5 de la flavina, separados ambos una distancia de unos 3,5 Å. En B.Taurus, a PH=7,8,
los potenciales de NAD+ (-0,35 V) y de la flavina (-0,38 V)son muy próximos, de modo que este
paso es reversible. Su velocidad es muy elevada: El proceso de unión de NADH, transferencia
del hidrido y liberación de NAD+ tiene una KcatNADH/KmNADH>1 x 107 M-1 s-135 Es decir, que tiene
lugar en un tiempo menor de 90 μs, lo cual está por debajo de la capacidad de medición de los
instrumentos actuales más precisos.34
El segundo paso es muy importante, porque los dos electrones no son transferidos
simultáneamente a la quinona: Uno de ellos pasa a gran velocidad (≈90μs) por toda la cadena
de centros [Fe-S] hacia el último de ellos, el N2, próximo a la quinona, mientras que el otro es
transferido a un centro próximo a la flavina (12 Å), el N1a y a la misma velocidad, por lo que se
supone que ambos centros tienen el máximo potencial reductor de toda la enzima. Una vez
oxidados ambos centros, la enzima parece "pararse" 1ms, lo cual parece indicar que ese es el
periodo en el que la enzima aún permanece ligada al NAD+ para evitar la entrada de un nuevo
NADH. Dado que el centro más cercano es el N3, y está en la vía de N2, es muy probable que el
primero de los electrones parta hacia este centro, dejando durante un breve instante a la
flavina como un intermediario flavosemiquinona. A partir de ahí, el electrón que entra en N3
parte hacia los centros N1b, N4 y N5. Todos ellos tienen un potencial redox muy similar, de
modo que el electrón estaría "equilibrado" moviéndose entre ellos. La velocidad a la que tiene
lugar la transmisión desde el paso limitante, es decir, el más lento (que o bien es la oxidación
del NADH o la reducción de FMN) hasta la quinona avala la idea de que esto se produce por
efecto túnel, unido a que todos los centros, salvo el N7 se encuentran por debajo de la
distancia limitante de 14 Å.36
Lo cierto es que durante el tiempo que la enzima aparentemente permanece unida al NAD<+,
no se detectan apenas señales del intermediario ubisemiquinona, lo cual significa que no es
transferido a la semiquinona, y tampoco se detecta una caída significativa de energía libre. Se
han propuesto varias explicaciones: El segundo electrón sería "retenido" en el centro N1a para
evitar que se forme el intermediario flavosemiquinona, que podría generar radicales
superóxido, puesto que este centro es fácilmente accesible al oxígeno. Entre tanto, el segundo
electrón generaría un cambio conformacional suficiente para que pueda pasar el segundo y de
esa manera ser transferidos casi simultáneamente a la quinona. En este momento se detecta
el descenso en la energía libre.36 El lugar donde se une la quinona, entre las subunidades
hidrofóbica e hidrofílica parece tener la suficiente holgura para aceptar una gran variedad de
bloqueantes.37
Este sistema también puede producir radicales superóxido, pero la cantidad y los lugares
donde se producen, así como los mecanismos y proporciones concretas son objeto de mucha
controversia y problemas de interpretación; aunque deben ser elevados, se discuten las cifras
de 1-4% del oxígeno respirado para todo el sistema OXPHOS.38
Estructura funcional
Hasta el momento no se tenían datos completos de cristalografía de rayos X del complejo con
resolución suficiente, pero recientemente se ha podido lograr un modelo para la bacteria
Thermus thermofilus de entre 3,3-4 Å, con lo que se están esclareciendo algunos detalles del
mecanismo catalítico que eran desconocidos.37
Regulación
Complejos auxiliares
En algunos eucariotas, tales como el helminto Ascaris suum, una enzima similar al complejo II,
fumarato reductasa (menaquinol:fumarato oxidorreductasa, o QFR), opera de forma reversa
oxidando ubiquinol y reduciendo fumarato. Esto permite al helminto sobrevivir en el ambiente
anaeróbico del intestino grueso, llevando a cabo una fosforilación oxidativa anaeróbica con
fumarato como aceptor de electrones.52 Otra función no convencional del complejo II es
observada en el parásito que provoca la malaria Plasmodium falciparum. En este caso, la
acción invertida del complejo II como oxidasa es importante para regenerar el ubiquinol, el
cual el parásito utiliza como una forma inusual de biosíntesis de pirimidina.53
Las rutas de transporte de electrones producidos por estas oxidasas alternativas de NADH y
ubiquinona tienen un menor rendimiento de ATP que la ruta completa. Las ventajas que se
obtienen por estas rutas más cortas no son del todo conocidas. Sin embargo, las oxidasas
alternativas son producidas como respuesta a situaciones de estrés ambiental, como el frío,
especies reactivas del oxígeno e infección por patógenos, así como otros factores que inhiben
la cadena de transporte de electrones completa.64 65 Las rutas alternativas podrían, por lo
tanto, aumentar la resistencia de los organismos ante daños, reduciendo el estrés oxidativo.66
Debido a que solo uno de los electrones puede ser transferido desde el donante QH2 al aceptor
citocromo c, a la vez, el mecanismo de reacción del complejo III es más elaborado que aquellos
de los otros complejos respiratorios, y se da en dos pasos, llamados ciclo Q.70 En el primer
paso, la enzima se une a tres sustratos, primero, QH2, el cual es luego oxidado, siendo un
electrón transferido al segundo sustrato, el citocromo c. Los dos protones liberados de QH2
pasan al espacio intermembrana. El tercer sustrato es Q, el cual acepta el segundo electrón de
QH2 y es reducido a Q.-, el cual es un radical libre de ubisemiquinona. Los primeros dos
sustratos son liberados, pero este intermediario de ubisemiquinona permanece unido. En el
segundo paso, una segunda molécula de QH2 es unida y de nuevo pasa su primer electrón al
aceptor citocromo c. El segundo electrón es transferido a la ubisemiquinona unida,
reduciéndola a QH2 mientras gana dos protones de la matriz mitocondrial. Este QH2 es luego
liberado de la enzima.71
Como la coenzima Q es reducida a ubiquinol en el lado interno de la membrana y oxidado a
ubiquinona en el externo, hay una transferencia neta de electrones a través de la membrana,
añadidos al gradiente de protones.17 El mecanismo más bien complejo de dos pasos por el cual
sucede esto es importante, ya que incrementa la eficiencia de la transferencia de protones. Si,
en lugar del ciclo Q, una molécula de QH2 fuese utilizada directamente para reducir dos
moléculas del citocromo c, la eficiencia se reduciría a la mitad, siendo transferido solo un
protón por citocromo c reducido.17
La citocromo c oxidasa, también conocida como complejo IV, es el complejo final de proteínas
en la cadena de transporte de electrones.72 En mamíferos esta enzima posee una estructura
extremadamente compleja y contiene trece subunidades, dos grupos hemo, así como
múltiples iones metálicos como cofactores – en todas, tres átomos de cobre, uno de magnesio
y uno de zinc.73
Esta enzima media la reacción final en la cadena de transporte de electrones y los transfiere al
oxígeno, mientras bombea protones a través de la membrana.74 El aceptor de electrones final
es el oxígeno, llamado también aceptor terminal de electrones, el cual es reducido a agua en
este paso. Tanto el bombeo directo de protones y la consumición de protones de la matriz en
la reducción de oxígeno contribuyen al gradiente de protones. La reacción catalizada es la
oxidación de citocromo c y la reducción de oxígeno:
Organización de complejos
El modelo original sobre como los complejos de la cadena respiratoria están organizados era
que estos difundían libremente en la membrana mitocondrial.75 Sin embargo, datos recientes
sugieren que los complejos podrían formar estructuras de alto orden llamadas supercomplejos
o "respirasomas."76 En este modelo varios complejos existen como conjuntos organizados de
enzimas que interaccionan entre ellas.77 Estas asociaciones podrían permitir la canalización de
sustratos entre varios complejos de enzimas, aumentando su tasa y eficiencia en la
transferencia de electrones.78 Dentro de los supercomplejos presentes en mamíferos, algunos
componentes están presentes en mayor cantidad que otros, con una tasa entre complejos
I/II/III/IV y ATP sintasa de aproximadamente 1:1:3:7:4.79 Sin embargo, el debate sobre la
hipótesis de estos supercomplejos aún no está resuelta, ya que algunos datos no parecen
ajustarse a este modelo.41 80
Potencial
Enzima respiratoria Par redox medio
(Volts)
Glicerol-3-fosfato
DHAP / Gli-3-P −0,19
deshidrogenasa
Como se muestra en la tabla anterior, E. coli es capaz de crecer con agentes reductores como
el formiato, hidrógeno, o lactato como donantes de electrones, y nitrato, DMSO, u oxígeno
como aceptores.83 La mayor diferencia en el potencial entre un agente oxidante y uno reductor
indica una mayor liberación de energía cuando reaccionan. Dentro de estos compuestos, el par
succinato/fumarato es inusual, ya que su potencial es muy cercano a cero. El succinato puede
ser oxidado a fumarato si se encuentra en presencia de un fuerte agente oxidante como el
oxígeno, y el fumarato puede ser reducido utilizando un fuerte agente reductor como lo es el
formiato. Estas reacciones alternativas son catalizadas por la succinato deshidrogenasa y la
fumarato reductasa, respectivamente.85
Algunos procariotas utilizan pares redox que poseen una muy pequeña diferencia de potencial.
Por ejemplo, las bacterias nitrificantes tales como Nitrobacter oxidan nitrito a nitrato, donando
electrones al oxígeno. La pequeña cantidad de energía liberada en esta reacción es suficiente
como para bombear protones y generar ATP, pero no es suficiente como para producir NADH
o NADPH directamente para su uso en el anabolismo.86 Este problema es solucionado
utilizando una nitrito oxidorreductasa para producir la suficiente fuerza protón motriz como
para hacer funcionar la cadena de transporte de electrones en sentido inverso, haciendo que
el complejo I genere NADH.87 88
Los procariotas controlan su uso de donantes y aceptores de electrones variando las enzimas
que producen, en respuesta a condiciones ambientales.89 Esta flexibilidad es posible porque
diferentes oxidasas y reductasas utilizan las mismas reservas de ubiquinona. Esto permite que
muchas combinaciones de enzimas funcionen en conjunto, unidas por un intermediario común
de ubiquinol.84 Por ello es que estas cadenas respiratorias tienen un diseño modular
fácilmente intercambiable con otros conjuntos de enzimas.
Además de esta diversidad metabólica, los procariotas también poseen una variedad de
isoenzimas – diferentes enzimas que catalizan la misma reacción. Por ejemplo, en E. coli, hay
dos tipos diferentes de ubiquinol oxidasa utilizando oxígeno como un aceptor de electrones.
Bajo condiciones aeróbicas, la célula utiliza una oxidasa con baja afinidad por el oxígeno que es
capaz de transportar dos protones por electrón. Sin embargo, si los niveles de oxígeno caen,
cambian a una oxidasa que transfiere solo un protón por electrón, pero tiene una elevada
afinidad por el oxígeno.90
ATP sintasa, también llamada complejo V, es la enzima final del proceso de la fosforilación
oxidativa. Esta enzima se encuentra en todas las formas de vida y funciona de la misma
manera tanto en procariotas como en eucariotas.91 Esta enzima usa la energía almacenada en
un gradiente de protones a través de la membrana para llevar a cabo la síntesis de ATP desde
ADP y fosfato (Pi). Las estimaciones del número de protones necesarios para sintetizar una
molécula de ATP oscilan entre tres y cuatro,92 93 y algunos investigadores sugieren que las
células pueden variar esta proporción, para ajustarse a diferentes condiciones.94
Esta reacción de fosforilación es un equilibrio, que puede ser cambiado alterando la fuerza
protón motriz. En ausencia de una fuerza protón motriz, la reacción de la ATP sintasa se
desplazará hacia la izquierda, hidrolizando ATP y bombeando protones fuera de la matriz a
través de la membrana. Sin embargo, cuando la fuerza protón motriz es alta, la reacción es
forzada a desplazarse en la dirección opuesta; de izquierda a derecha, permitiendo el flujo de
protones en el sentido de su gradiente de concentración produciendo ADP desde ATP.91 Es
más, en la cercanamente relacionada proteína H+-ATPasa tipo vacuolar, la misma reacción es
usada para acidificar los compartimentos celulares, bombeando protones e hidrolizando ATP.95
A medida que los protones atraviesan la membrana a través del canal en la base de la ATP
sintasa, FO entra en rotación.98 Esta rotación puede ser provocada por cambios en la ionización
de aminoácidos en el anillo de subunidades c provocando interacciones electrostáticas que
impulsan el anillo de subunidades c a través del canal de protones.99 Este anillo de rotación
provoca la rotación del eje central (el pedúnculo de la subunidad γ) dentro de las subunidades
α y β. Estas subunidades son incapaces de rotar debido al brazo lateral que actúa como un
estátor. Este movimiento del extremo de la subunidad γ en el interior de la esfera de
subunidades α y β provee de energía para los sitios activos en las subunidades β para llevar a
cabo un ciclo de movimientos que generan y luego liberan ATP.100
Mecanismo de la ATP sintasa. El ATP se muestra en rojo, el ADP y fosfato en rosado y la
subunidad γ rotando, en negro.
La reacción de síntesis de ATP es llamada "mecanismo de cambio de unión" del inglés binding
change mechanism e involucra el sitio activo de una subunidad β en ciclando a través de tres
estados.11 En el estado "abierto", el ADP y el fosfato entran en el sitio activo (mostrado en
marrón en el diagrama). La proteína luego captura las moléculas y se une a ellas ligeramente
(mostrado en rojo). La enzima luego cambia su conformación nuevamente y acerca las
moléculas, con el sitio activo en el estado final (mostrado en rosado) uniendo el recién
formada molécula de ATP con una elevada afinidad. Finalmente, el sitio activo cicla de nuevo a
su estado original abierto, liberando ATP y uniéndose a más ADP y fosfato, preparándose así
para el próximo ciclo.
En algunas bacterias y arqueas, la síntesis de ATP es llevada a cabo por el movimiento de iones
sodio a través de la membrana celular, en lugar del movimiento de protones.101 102 Arqueas
tales como Methanococcus poseen la sintasa A1Ao, una forma de la enzima que contiene
proteínas adicionales con muy poca similaridad en cuanto a su secuencia con otras
subunidades de ATP sintasa de bacterias o eucariotas. Es posible que en algunas especies, la
forma A1Ao de la enzima sea una ATP sintasa especializada en el transporte de sodio,103 pero
esto puede que no sea así en todos los casos.102
Inhibidores
Existen varias drogas y toxinas que inhiben la fosforilación oxidativa. Aunque estas toxinas
inhiben sólo una enzima en la cadena de transporte de electrones, la inhibición de cualquier
paso detiene el resto del proceso. Por ejemplo, cuando la oligomicina inhibe a la enzima ATP
sintasa, los protones no pueden ser devueltos a la mitocondria.104 Como resultado, las bombas
de protones son incapaces de operar, y el gradiente se torna demasiado fuerte como para ser
superado. NADH deja de ser oxidado y el ciclo del ácido cítrico deja de operar porque la
concentración de NAD+ cae por debajo de la concentración que estas enzimas pueden utilizar.
No todos los inhibidores de la fosforilación oxidativa son toxinas. En el tejido adiposo marrón,
los canales de protones regulados llamados proteínas desacopladoras son capaces de
desacoplar la respiración de la síntesis de ATP.109 Esta respiración rápida produce calor, y es
particularmente importante como una vía para mantener la temperatura corporal en la
hibernación de los animales, aunque estas proteínas pueden también tener una función más
general en la respuesta de las células al estrés oxidativo.110
Véase también
Metabolismo
Respirometría
Referencias
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