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RESUMEN
El geógrafo estudia los modos de organización del espacio terrestre, así como la distribución de las
formas y de las poblaciones sobre la epidermis de la Tierra.
Es ya clásica la visión de la Geografía como ciencia que aglutina a todas las demás ciencias, tanto
naturales como sociales, desde la Historia hasta las Matemáticas, puesto que los objetos de estudio
de la Geografía son muchos y muy variados.
Sin embargo, la perspectiva de la Geografía es diferente, estudia los modos de organización del
espacio terrestre, la distribución de los elementos que componen el paisaje, sus formas, sus
poblaciones...
Según M. C. Darby la Geografía es una ciencia en la medida en que los elementos que percibimos
son examinados y medidos cuidadosamente. Para ello estos elementos han de ser elegidos,
seleccionados, ordenados, juzgados y presentados.
El análisis lleva al geógrafo a comprender los modos de organización en el espacio. El geógrafo
puede fijar su atención en un elemento, pero su trabajo se centra en las relaciones existentes entre
todos los elementos que aparecen en el paisaje.
El mapa es el medio de expresión, por excelencia, de la Geografía, al tiempo que es un elemento de
análisis. Pero no hay que olvidar la creación de textos en las explicaciones.
Los documentos
Debido a que la naturaleza de los análisis son variados, los documentos posibles también han de ser
heterogéneos, ya que son los utilizados por otras ciencias. El paisaje es el principal documento de la
Geografía.
Pero el elemento de estudio principal que aparece en el paisaje depende de la escala.
El análisis en Geografía
El paisaje es el elemento primordial de la Geografía, lo primero que se ve. El paisaje se define por
sus formas, naturales o antrópicas. Todo paisaje está compuesto por elementos que se articulan
entre sí. Estos elementos son básicamente de tres tipos: abióticos, bióticos y antrópicos, que
aparecen por la acción humana. Determinar estos elementos es lo que constituye el primer nivel del
análisis geográfico.
Con todo esto el geógrafo va construyendo un modelo de funcionamiento del paisaje. Intentará
explicar el paisaje. En última instancia esto es la Geografía.
Uno de los problemas centrales de la Geografía es el de la localización. El emplazamiento es el
asentamiento territorial de un elemento en el espacio. Para determinar el emplazamiento de un
elemento, generalmente, usaremos mapas de gran escala, mientras que para comprender su posición
necesitaremos mapas de escalas pequeñas. La posición es el resultado de uno o varios sistemas de
relaciones.
La diferenciación espacial
Uno de los mayores problemas en Geografía es definir los límites de un fenómeno. Determinar los
límites implica delimitar la estructura. Los límites son, necesariamente, cambiantes en el tiempo; al
igual que las estructuras. Son conceptos relativos. Otro de los problemas centrales del análisis
geográfico es determinar el umbral.
El tiempo
En todo análisis del espacio el geógrafo debe recurrir a la Historia e integrar el tiempo y la duración
en sus razonamientos. Se distinguen, normalmente, tres tipos de tiempo: el tiempo cíclico, donde un
fenómeno se repite en un intervalo corto, el tiempo histórico y el tiempo geológico. En todo paisaje
encontramos elementos que se explican en, al menos, uno de estos tipos de tiempo. Una de las
características de los movimientos de la naturaleza es que no se producen de forma paulatina sino
repentina. En Geografía es particularmente interesante el estudio de fenómenos cíclicos y su
evolución. La noción de ciclo nos lleva al intento de crear modelos.
TEMA
1- EL CARÁCTER DE LA GEOGRAFÍA.
2- FUENTES Y DOCUMENTOS.
3- LA RECOPILACIÓN DE LOS DOCUMENTOS Y SU INTERPRETACIÓN
GEOGRÁFICA.
4- LOS ÁMBITOS Y LOS PROBLEMAS DE LA INVESTIGACIÓN
GEOGRÁFICA FÍSICA.
5- LA INVESTIGACIÓN EN GEOGRAFÍA HUMANA.
6- BIBLIOGRAFÍA
1- EL CARÁCTER DE LA GEOGRAFÍA.
La Geografía se presenta como una ciencia que reclama el conocimiento de los
métodos y resultados de numerosas ciencias asociadas, y se afirma como modo de
expresión de unos valores que se aplican de manera continuada al conjunto del espacio
terrestre.
La Geografía es una ciencia de síntesis, en la encrucijada de los métodos de ciencias
distintas. La Geografía, ciencia de relaciones, reclama un proceso de pensamiento
específico en tres términos principales: observación analítica, detección de las correlaciones
y búsqueda de las relaciones de causalidad. La Geografía suscita dos actitudes mentales,
cuya oposición no hay que exagerar: la actitud estática, definición de balances y de tipos
individualizados por determinadas formas de combinaciones de los factores; y la actitud
dinámica, búsqueda de las relaciones de fuerzas y de los equilibrios que desembocan en
unas perspectivas. El objeto de la geografía es el conocimiento sintético de cuanto ocurre en el
espacio terrestre. Esta síntesis final en la que todos los análisis previos de sus ciencias auxiliares
se ensamblan y cobran vida, es su grandeza, su singularidad incompartible con ninguna
otra ciencia, y su mayor dificultad. De aquí se sigue la necesidad de precisar y aclarar
conceptos, desde el momento mismo en que se inicia el estudio de la geografía.
La geografía, cuyo significado etimológico carece de valor científico (literalmente
significa "escribir la Tierra"), en su aspecto utilitario es tan antigua como el hombre, puesto
que éste, desde sus primeros pasos sobre la Tierra, se vio forzado a conocer y a organizar su
entorno, para vivir en él.
Una primera peculiaridad de la Geografía procede del estudio de relaciones de datos
heterogéneos y diacrónicos, tales como condiciones surgidas del medio geológico, cuyos
principales ritmo de variación son por lo menos del orden de la decena y de la centena de
milenios, movilidad cotidiana y arritmia a intervalos desiguales y a menudo cortos de los
tipos de tiempo, y plazos de las empresas humanas a la dimensión de un "nivel" o de una
generación. En un punto dado, la realidad geográfica está hecha de la convergencia
ocasional de procesos evolutivos, cada uno de los cuales es específico y se distingue de los
demás por su dimensión y por su ritmo tanto como su naturaleza.
La Geografía es pues, necesariamente, por su naturaleza, metodológicamente
heterogénea. Por una parte, se sitúa entre las ciencias de la Tierra o de la naturaleza, de la
mineralogía y de la petrografía, desde la geología hasta la biología; y por otra parte entre
las ciencias del hombre, desde la historia hasta la sociología, la economía, la psicología
social, etc. Razón por la cual está continuamente preocupada por la búsqueda de su unidad.
Sucesiva o simultáneamente la investigación geográfica recurre a los métodos de cada una
de las ciencias de las cuales se vale para el conocimiento analítico de los datos que entran
en las combinaciones objeto de sus estudios fragmentarios o globales. Esta unidad puede
buscarse en el modo de llevar el estudio de las relaciones: en tal caso se convierte en una
filosofía de la naturaleza y del medio ocupado por el hombre, unas veces dogmática (el
determinismo natural, el racismo), y otras veces dialéctica (descripción y medición de la
relaciones de las que se derivan el signo y el sentido de los procesos evolutivos). Cambia de
carácter según esta unidad sea considerada como un proceso descendente (como resultado
de las relaciones naturales sobre un paisaje natural, que define una ecología del hombre) o
bien según un proceso ascendente y conquistador, partiendo de la acción humana, cuyo
punto de partida es el establecimiento humano y el campo de aplicación de la célula local al
conjunto planetario.
El problema esencial es la recopilación de los datos y la determinación de las formas y
de las intensidades de las relaciones entre los datos. La recopilación de los datos conduce al
geógrafo hacia el terreno, y también hacia los marcos metodológicos, de las ciencias
analíticas concernientes al medio natural y a los hechos humanos. Esta conciencia de
geógrafo se basa en una formación que debe seguir siendo enciclopédica, en una actividad
de relación obra de las asociaciones, de los coloquios y de las revistas de Geografía, en una
palabra, en una doctrina de la Geografía como ciencia humana, puesto que no se podría
justificar la unidad de estas dispares investigaciones por su objetivo y por su método si no
se las reuniese alrededor de la acción humana.
Los múltiples datos a que se ve obligado a manejar presentan una serie de problemas:
unos métodos de explotación rápida y sintética. Hoy la Geografía cuenta con instrumentos
de explotación de datos que tienen para ella un particular interés, ya que justamente
permiten tratar simultáneamente un ingente número de datos, cualesquiera que sean su
naturaleza y su orden de magnitud. A través de la explotación mecánica y matemática de
los datos existe una acusada tentación a investigar una nueva base de sistemática fundada
en modelos. Vale la pena hacer el experimento, a condición de que tengamos presente la
insuficiencia y la desigualdad cualitativa de los datos numéricos y, consiguientemente, el
carácter únicamente indicativo de los modelos, que sólo pueden ser una base de trabajo
pero no una imagen representativa de la realidad. Pero, para que esto se intente, supone la
integración de un nuevo sector de iniciación en la formación del geógrafo: el de la
preparación de los cálculos. Seguramente se trata de determinada actitud matemática que
supone una experiencia del razonamiento y de la configuración y, previamente, un cambio
de mentalidad. Sería tan peligroso como inútil tomar esto como pretexto para pedir que el
geógrafo se convirtiese en matemático, e incluso para pretender que deba recibir una
formación matemática de orden general, indiferenciada y en gran parte perfectamente ajena
a sus necesidades científicas. Bastante otras cosas tiene ya que aprender para asegurar el
carácter esencial de su formación que debe ser la de un humanista.
La segunda gestión mental del geógrafo es la proyección de los conocimientos
adquiridos hacia las relaciones entre datos y las relaciones entre fuerzas, hacia un espacio
finito y continuo. La Geografía pretende una exahustividad espacial de su objeto en la
medida en que su medio de expresión específico es el mapa. Es por esta exahustividad por
lo que se distingue de las demás ciencias humanas, las cuales también definen unas
relaciones y unas situaciones que son equilibrios o desequilibrios de fuerzas, tales como las
ciencias económicas y sociales o la demografía. Entre las especificidades de la Geografía
debe señalarse que la continuidad espacial del conocimiento y de su reprsentación es una de
las características a la vez más originales y apremiantes. A diferencia de las ciencias -cuyo
único objetivo es el establecimiento de una sistemática-, y al igual que ciertas ciencias de la
tierra (geología, pedología), la Geografía se impone un inventario calificativo de las
unidades de espacio a las que se aplican sus investigaciones. Así pues, sus problemas son
problemas de definición de "espacios homogéneos" y de "límites", básicos en toda la
cartografía. Sin excluir una sistemática -sino muy al contrario-, o una tipología, y por ello
unas clasificaciones y jerarquías de formas, de factores y de estructuras; y ya se trate de
expresar datos simples o bien relaciones, el lenguaje cartográfico exige una proyección en
el espacio. Así pues, se distinguen dos grandes categoría de hechos geográficos: los que se
aplican a superficies y que cubren y caracterizan estas superficies, y los que se proyectan
sobre las superficies -previamente definidas como espacios homogéneos o conjuntos de
espacios homogéneos- bajo la forma de líneas y de puntos, como líneas de avenamiento de
las aguas, ejes y flujos de circulación, puntos específicos, cotas geodésicas o lugares
habitados. Una de las principales dificultades de la investigación geográfica es la necesidad
de acceder a una constante densidad del conocimiento, condición fundamental de la
expresión cartográfica a una escala de referencia dada. Al geógrafo importa más la
caracterización de un espacio amplio que la profundización pormenorizada en una muestra
demasiado concreta y no representativa de la colectividad.
Conviene añadir que unos mapas surgidos de la simple proyección en el espacio de una
sola serie de datos (sociológicos, agronómicos, geológicos), aunque sean unos instrumentos
útiles para el geógrafo, no por ello son mapas geográficos. Solamente tienen carácter
geográfico lo que expresan unas relaciones, lo cual supone el conocimiento del espacio
partiendo de diversos sectores de análisis.
La tercera característica de la Geografía es la que más se presta a discusión: una ciencia
dirigida hacia la acción y guiada por la coyuntura. Es frecuente confundir la globalidad
sintética de la Geografía con una invasión por parte de los geógrafos del terreno que los
especialistas de otras disciplinas consideran suyo.
La consideración de diversos sistemas de relaciones entre datos resultantes de los
estudios de ciencias naturales y datos procedentes de la acción humana en la superficie del
globo sólo tienen significado en función de una investigación de cualificación y, en el nivel
de la dinámica de relaciones, de previsión de unas situaciones que sólo se pueden definir
teniendo en cuenta los problemas planteados por la vida humana. La paleontología o la
demografía, tienen unos objetivos propios que se definen en términos específicos. La
Geografía estudia unas relaciones de hechos y de movimientos cuyo conocimiento propio
es del dominio de otra ciencia. No puede valerse de un objeto particular si no es situado en
el centro de estas relaciones la preocupación de la existencia de los hombres. ¿Qué otro
significado se puede dar a un estudio sintético de paisaje natural, si no es el de definir las
condiciones ofrecidas a la vida y acción humana por las acciones recíprocas de los factores
físicos relacionados unos con respecto a los otros?
Durante los siglos XIX y primera mitad del XX la Geografía ha tenido una componente
básicamente histórica: investigar las relaciones entre el hombre y el medio en el pasado.
Pero actualmente los problemas geográficos se plantean a la escala de la intervención
directa sobre la realidad: sobre las políticas de planificación del territorio, de cooperación
técnica y de ayuda a los países subdesarrollados, políticas de planificación urbana, etc.,
aspectos que reclaman más que un conocimiento específico (urbanístico, por ejemplo), una
visión sintética y elaborada desde distintos puntos de vista que la Geografía puede y debe
brindar. Lejos de una Geografía considerada como un saber testimonial, o como un saber
aplicado al pasado, la Geografía cobra un protagonismo en la intervención sobre el medio,
en la planificación de la acción humana.
2- FUENTES Y DOCUMENTOS.
La naturaleza de la Geografía implica la de sus documentos. Heterogénea y universal en
sus curiosidades, se interesa por todos los elementos de un estado de hecho tocante a un
espacio más o menos extenso, y por todos los factores capaces de provocar unas
mutaciones actualmente perceptibles o previsibles en el corto plazo de este estado de
hechos. El primer paso del geógrafo es la observación en el más amplio sentido de la
palabra; el segundo la evaluación cuantitativa. Según la naturaleza de los factores, la
observación globalizada predomina sobre la medida, o viceversa; el relieve compete
principalmente a la observación, mientras que la medida de precipitaciones corresponde
desde el principio a la medición.
La recogida de datos puede ser realizada directamente sobre el terreno u obtenerlos de
fuentes de segunda mano, como los censos, los estudios estadísticos, los mapas y las
fotografías.
Tras la II Guerra Mundial se extenderá la técnica de la fotografía área (inicialmente
con un uso militar) en el estudio del terreno, desde perspectivas orográficas, cartográficas,
mineralográficas, etc., junto con la utilización de películas especiales y técnicas para
obtener imágenes tridimensionales, que han hecho posible que los geógrafos puedan
realizar estudios más detallados sobre la Tierra y sobre sus recursos a través de la
interpretación de fotografías aéreas (o fotointerpretación). Los geógrafos también utilizan
los datos obtenidos a partir de radares, satélites artificiales, batiscafos y otros aparatos que
profundizan en la corteza terrestre para obtener información sobre sus características.
En determinada etapa de su construcción de la representación del mundo, el geógrafo se
ve obligado a aplicar las técnicas de medición propias de la estadística, convirtiéndose en
tributario de la documentación cuantitativa transmitida por la estadística. Esto no significa
que exista en Geografía un método analítico basado en la medición extrapolable.
Lo propio de la observación es plantear unos problemas que deben resolverse por medio
de la explicación. Una parte de estos problemas procede de datos que son inaccesibles a la
observación, ya sea porque se trate de situaciones pretérita o porque deban tenerse en
cuenta unos impulsos invisibles y a menudo surgidos de unos centros de mandos externos
al medio inmediato. Lo visible es por excelencia el paisaje, reconocido como objeto
esencial de curiosidad y de estudio geográficos. El paisaje es resultado de unas herencias o
de unas fuerzas pretéritas o actuales que en sí escapan del ámbito de lo visible, tanto las
prolongadas secuencias de acontecimientos geológicos o históricos como los flujos de
capitales o las redes de transmisión y de decisión vinculadas a las estructuras. Pero el
paisaje sólo puede ser calificado y clasificado en una tipología geográfica si se tienen en
cuenta todos los elementos invisibles que le dan sentido. La observación plantea unos
problemas que únicamente el conocimiento de lo invisible permite tratar dentro de una
imagen sintética explicativa que se preste a clasificación a escala zonal, regional o local.
Tratamos de los documentos que fijan la imagen de lo que es accesible a la observación:
imagen directa e imagen derivada. La imagen directa es el trazado del conjunto de lo
visible, y procede de una imagen mecánica o de una imagen construida. La imagen
derivada se confunde con la descripción. Solamente la imagen mecánica es exahustiva con
relación a lo que es accesible visualmente, pero no aporta ninguna jerarquía de valor. Al
igual que la imagen construida, la imagen derivada procede de una elección; es a la vez
selectiva y sistemática en el sentido de que pondera los elementos y los distribuye en
categorías. La imagen pude ser global (y en tal caso es un reflejo de la máxima fidelidad de
la realidad geográfica entera) o bien sectorial, derivada de una selección voluntaria de los
elementos visibles mediante la eliminación de un conjunto más o menos importante de
categorías y eligiendo solamente una o varias categorías privilegiadas.
El mapa ha sido la imagen derivada predominante. En principio es una representación
objetiva del conjunto de los datos observables; voluntaria o involuntariamente, otras formas
de representación derivadas como la descripción o el dibujo son subjetivas. El mapa
pretende ser interpretativo y explicativo, y somete el objeto a determinado concepto previo
de las categorías, reconociendo implícitamente unas semejanzas y por esto mismo las
sugiere, e incluso las expresa. La configuración del mapa base, llamado topográfico o
corográfico no pretende ninguna interpretación (es una representación figurativa
convencionalizada: es el geógrafo el que sobre ese instrumento neutral establece un nivel
de lectura, una valoración y explicación del mismo).
La Geografía no puede limitarse a ser una mera descripción. Además de describir la
Geografía busca una explicación, mediante la utilización de documentos cuya movilización
incumbe a otras disciplinas y responde a otros objetivos. La explicación de los hechos
observados reclama dosieres de datos: datos estructurales y datos históricos. Por datos
estructurales conviene entender todo aquello que interviene en la construcción de un
estado geográfico, todo lo que entra en las combinaciones que alcanza la observación en su
conjunto bajo la forma de paisaje geográfico físico y humano. Como ejemplo puede
ponerse la explicación de la estructura del relieve: bajo la estructura tectónica existe un
modelado de las fuerzas de erosión, de especificidades climáticas distintas, para dar el
complejo de formas más o menos imbricadas y heterogéneas que se observan en la
actualidad, que a su vez han podido ser modificadas por el hombre. Porque la Geografía, a
diferencia de la geología, no se ocupa del sentido histórico de este proceso de creación de
estructuras tectónicas, sino de su evolución posterior, su incidencia como condicionante de
la acción del hombre, e incluso la modificación del sustrato por parte del hombre: más que
una visión explicativa de los orígenes, la Geografía aspira a buscar la proyección de un
problema en el presente, desde una perspectiva dinámica, diacrónica.
En la Geografía física también se pone de manifiesto la necesidad de ocuparse del "ritmo
corto" en la explicación de los fenómenos objeto de su análisis: la climatología, que asocia
antecedentes estructurales (los mecanismos y combinaciones a largo plazo de los
elementos) y antecedentes históricos (la evolución de los tipos de tiempo y las hipótesis
cíclicas sobre la variación de climas) también existe una aspiración a investigar las
relaciones mutuas entre el hombre (agente modificador del clima: creación de microclimas
especiales, como los invernaderos) y el medio (condicionante de la acción humana en grado
relativo al desarrollo técnico de cada sociedad). El geógrafo no analiza tanto los
mecanismos intrínsecos productores del clima como realiza esquemas de comprensión y
caracterización de los distintos climas globales del planeta: su estudio teórico no es de la
incumbencia del geógrafo, pero sí el estudio de la incidencia que los mismos tienen sobre el
hombre.
Geografía de los suelos, Geografía de los climas, Geografía humana: el geógrafo analiza
las combinaciones entre los factores físicos y la biología vegetal y animal, y el clima, y la
ocupación del espacio por el hombre, pero no desde la perspectiva del biólogo, el
climatólogo o el antropólogo: en todo caso, el geógrafo parece llamado a buscar la
colaboración en la base de su trabajo de las aportaciones de dichas disciplinas, a las que él
añade un carácter de visión sintética, entrelazada con la realidad actual, y con un sentido
multidisciplinar y globalizador del que carecen las otras disciplinas, en una aspiración a una
explicación de la realidad que resulta difícil (por ser multicausal) pero imprescindible. Tal
vez esta aspiración es la seña de identidad distintiva de la Geografía. Mientras el geógrafo
se siente tentado a reprochar a los "especialistas" (el climatólogo, el historiador, el
antropólogo, el geólogo...) su visión abstracta e incompleta, éstos pueden replicar que la
visión del geógrafo es (al menos en cuanto a cada una de las respectivas disciplinas)
sumamente "superficial", elemental. Pero el geógrafo debe contentarse con una
comparación de algunos de los datos proporcionados por otras disciplinas, a cambio de
proporcionar lo que sin duda es la gran aportación de la Geografía al campo de la ciencias
humanas: una visión globalizadora de la realidad, estructural, explicativa, desarrollada en el
espacio, que tiende a integrar los resultados parciales de muchas disciplinas científicas y
humanísticas en relación al espacio y al hombre.
El geógrafo se encuentra así en la difícil encrucijada de tener que ser aplicar campos y
métodos de investigación de disciplinas sumamente heterogéneas: encuestas sociológicas y
de análisis económico (tanto para hacer la crítica de los resultados presentados por los
sociólogos y los economistas como para explorar ciertos terrenos vírgenes de anteriores
trabajos analíticos), recurrir a los métodos de la demografía (en la medida en que éstos
evitan cualquier toma de postura ideológica previa), etc. Lo que a su vez lleva implícita la
pregunta de si el geógrafo debe crear una metodología específica de lo social, lo económico,
lo demográfico, o bien contentarse con aplicar los métodos de las ciencias especializadas.
La respuesta no es sencilla. El geógrafo necesita documentos que se presten a una
espacialización y a la comparación. Estos documentos no deben ser específicamente distintos
de aquellos de los que se dispone para los terrenos vecinos o más o menos alejados. Por lo
demás, no cabe duda de que hay un interés en buscar un método específicamente afín a los
intereses concretos del geógrafo: en lugar de tres encuestas, demográfica, económica y
sociológica, el geógrafo opta por una encuesta en la que queden comprendidos dichos
aspectos. En definitiva, el geógrafo se mueve a medio camino entre las aportaciones de las
ciencias que le son auxiliares (aprovechando en la medida que son compatibles sus
intereses dichos resultados) y la búsqueda de aquellos campos objeto específico de su
investigación, sin alejarse tampoco de los métodos de dichas disciplinas pero sí
acomodándolas a sus necesidades.
Parece difícil definir unos métodos que sean propios de la Geografía en la
movilización de los documentos. La Geografía es mucho más una manera de clasificar, de
ponderar y de cuantificar los resultados brutos obtenidos mediante la aplicación de los
métodos elaborados por unas ciencias de carácter más analítico. A cambio, su gestión
permite demostrar que ninguna acción basada en el análisis fragmentario de los hechos
puede desembocar en unos efectos concretos: demuestra, por ejemplo, que no es posible
determinar unos problemas económicos sin intervenir en lo social, o sin provocar unos
efectos sociales, sin influir en los ritmos demográficos o sin provocar unas mutaciones de la
realidad. El geógrafo, valga la metáfora, es el científico capaz de manejar todos los "hilos"
de un problema complejo.
Aunque la Geografía no posea métodos propios de análisis (todo lo más métodos de
clasificación y jerarquización de los factores), tampoco posee métodos propios de
medición. La medición pertenece técnicamente al dominio de la estadística, y el
instrumento estadístico se emplea con fines que jamás son geográficos en sí mismos, ni
siquiera cuando son aplicables al método geográfico. El geógrafo está obligado sin
embargo a ser uno de los principales usuarios de los medios de cálculo, incluso por la
oportunidad de compensar unos con otros los máximos datos posibles, de aplicar unos
coeficientes de corrección y de ponderación distintos según los datos, y de entrecruzar unos
órdenes cuantitativos de variada especificidad
6- BIBLIOGRAFÍA
PIERRE GEORGE: Los métodos de la Geografía. Oikos-Tau, Col. ¿Qué sé?, 1973.
J. VILA VALENTÍ, DIR.: Geografía Ilustrada. Madrid, Labor, 1970.
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ed.
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PIERRE GOUROU y LOUIS PAPY: Compendio de Geografía General, Rialp,
Madrid, 1973.
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Congreso de Geografía. Espacios rurales y urbanos en áreas industrializadas. II Congreso
Mundial Vasco. Vitoria, 1988.