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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico. Técnicas de trabajo.

RESUMEN
El geógrafo estudia los modos de organización del espacio terrestre, así como la distribución de las
formas y de las poblaciones sobre la epidermis de la Tierra.
Es ya clásica la visión de la Geografía como ciencia que aglutina a todas las demás ciencias, tanto
naturales como sociales, desde la Historia hasta las Matemáticas, puesto que los objetos de estudio
de la Geografía son muchos y muy variados.
Sin embargo, la perspectiva de la Geografía es diferente, estudia los modos de organización del
espacio terrestre, la distribución de los elementos que componen el paisaje, sus formas, sus
poblaciones...
Según M. C. Darby la Geografía es una ciencia en la medida en que los elementos que percibimos
son examinados y medidos cuidadosamente. Para ello estos elementos han de ser elegidos,
seleccionados, ordenados, juzgados y presentados.
El análisis lleva al geógrafo a comprender los modos de organización en el espacio. El geógrafo
puede fijar su atención en un elemento, pero su trabajo se centra en las relaciones existentes entre
todos los elementos que aparecen en el paisaje.
El mapa es el medio de expresión, por excelencia, de la Geografía, al tiempo que es un elemento de
análisis. Pero no hay que olvidar la creación de textos en las explicaciones.

Los métodos de la geografía clásica


La geografía clásica se fundamenta en la descripción del paisaje.
En el siglo XIX Alexander von Humboldt y Karl Ritter revolucionan la Geografía ya que aumentan
considerablemente las posibilidades de observación.

Los métodos de la geografía moderna


La nueva Geografía comienza a contar, clasificar y analizar con los métodos de las Matemáticas,
Economía, Sociología, Psicología y la teoría general de sistemas. Se explican cuáles son los
funcionamientos de los sistemas geográficos, pero rompen radicalmente con la tradición historicista
y las monografías, para buscar teorías generales y modelos, cayendo en una descripción matemática
y científica de la Geografía.

Los métodos de la geografía contemporánea


La geografía actual intenta utilizar todo el bagaje teórico de la geografía cuantitativa pero teniendo
presente la tradición histórica y humanística. El marxismo se ha convertido en un método de
análisis en la Geografía, al igual que en la Historia.
Se determina el objeto de estudio, o dominante, según la escala requerida, la región empleada, la
evolución histórica y el funcionamiento actual, para describir, clasificar, ordenar y explicar los
diferentes fenómenos que afectan a una región, teniendo en cuenta el medio natural y social en que
se desenvuelven.

Los documentos
Debido a que la naturaleza de los análisis son variados, los documentos posibles también han de ser
heterogéneos, ya que son los utilizados por otras ciencias. El paisaje es el principal documento de la
Geografía.
Pero el elemento de estudio principal que aparece en el paisaje depende de la escala.

El análisis en Geografía
El paisaje es el elemento primordial de la Geografía, lo primero que se ve. El paisaje se define por
sus formas, naturales o antrópicas. Todo paisaje está compuesto por elementos que se articulan
entre sí. Estos elementos son básicamente de tres tipos: abióticos, bióticos y antrópicos, que
aparecen por la acción humana. Determinar estos elementos es lo que constituye el primer nivel del
análisis geográfico.
Con todo esto el geógrafo va construyendo un modelo de funcionamiento del paisaje. Intentará
explicar el paisaje. En última instancia esto es la Geografía.
Uno de los problemas centrales de la Geografía es el de la localización. El emplazamiento es el
asentamiento territorial de un elemento en el espacio. Para determinar el emplazamiento de un
elemento, generalmente, usaremos mapas de gran escala, mientras que para comprender su posición
necesitaremos mapas de escalas pequeñas. La posición es el resultado de uno o varios sistemas de
relaciones.

Las estructuras geográficas


Se llama estructura a una unidad funcional y fisionómica que posee una identidad y está localizada.
Cada estructura está regida y organizada por un sistema.
Un mismo espacio puede acoger diversas estructuras. Esto obliga al geógrafo a clasificar los
elementos que componen el paisaje; y a reagruparlos en función de sus propiedades comunes.
Esto nos lleva al estudio de los límites. Los elementos se agrupan en familias y estas en niveles.
Frecuentemente a cada escala le corresponde un elemento dominante de estudio, y a cada fenómeno
una escala. Georges Bertrand establece ocho niveles de estudio.
No obstante, es posible hacer otras clasificaciones. Por otro lado se suele utilizar el término país
para designar una unidad homogénea de estudio, independientemente de su escala y su localización,
y suele coincidir con un paisaje, país cárstico, alpino, boreal, urbano, etc.
El estudio geográfico se hace de un problema monográfico, bien sea este de escala local bien sea de
escala regional.

Sistemas, redes y funciones


Ante una estructura el geógrafo se pregunta cuáles son los sistemas que organizan y rigen su
evolución. La dinámica de los fenómenos se ejerce en el espacio gracias a los intercambios. Estos
flujos forman circuitos y redes. Las redes son sistemas lineales y continuos que permiten la
circulación de las materias, de la energía, de las poblaciones y de los bienes, entre diferentes puntos
del espacio humanizado. Las redes están jerarquizadas a distintas escalas y se cruzan en nodos. Las
redes son las que garantizan el dominio y la ordenación de un territorio.
Las funciones nacen de las relaciones causales y las interacciones que se establecen en un sistema.

La diferenciación espacial
Uno de los mayores problemas en Geografía es definir los límites de un fenómeno. Determinar los
límites implica delimitar la estructura. Los límites son, necesariamente, cambiantes en el tiempo; al
igual que las estructuras. Son conceptos relativos. Otro de los problemas centrales del análisis
geográfico es determinar el umbral.

El tiempo
En todo análisis del espacio el geógrafo debe recurrir a la Historia e integrar el tiempo y la duración
en sus razonamientos. Se distinguen, normalmente, tres tipos de tiempo: el tiempo cíclico, donde un
fenómeno se repite en un intervalo corto, el tiempo histórico y el tiempo geológico. En todo paisaje
encontramos elementos que se explican en, al menos, uno de estos tipos de tiempo. Una de las
características de los movimientos de la naturaleza es que no se producen de forma paulatina sino
repentina. En Geografía es particularmente interesante el estudio de fenómenos cíclicos y su
evolución. La noción de ciclo nos lleva al intento de crear modelos.
TEMA
1- EL CARÁCTER DE LA GEOGRAFÍA.
2- FUENTES Y DOCUMENTOS.
3- LA RECOPILACIÓN DE LOS DOCUMENTOS Y SU INTERPRETACIÓN
GEOGRÁFICA.
4- LOS ÁMBITOS Y LOS PROBLEMAS DE LA INVESTIGACIÓN
GEOGRÁFICA FÍSICA.
5- LA INVESTIGACIÓN EN GEOGRAFÍA HUMANA.
6- BIBLIOGRAFÍA

1- EL CARÁCTER DE LA GEOGRAFÍA.
La Geografía se presenta como una ciencia que reclama el conocimiento de los
métodos y resultados de numerosas ciencias asociadas, y se afirma como modo de
expresión de unos valores que se aplican de manera continuada al conjunto del espacio
terrestre.
La Geografía es una ciencia de síntesis, en la encrucijada de los métodos de ciencias
distintas. La Geografía, ciencia de relaciones, reclama un proceso de pensamiento
específico en tres términos principales: observación analítica, detección de las correlaciones
y búsqueda de las relaciones de causalidad. La Geografía suscita dos actitudes mentales,
cuya oposición no hay que exagerar: la actitud estática, definición de balances y de tipos
individualizados por determinadas formas de combinaciones de los factores; y la actitud
dinámica, búsqueda de las relaciones de fuerzas y de los equilibrios que desembocan en
unas perspectivas. El objeto de la geografía es el conocimiento sintético de cuanto ocurre en el
espacio terrestre. Esta síntesis final en la que todos los análisis previos de sus ciencias auxiliares
se ensamblan y cobran vida, es su grandeza, su singularidad incompartible con ninguna
otra ciencia, y su mayor dificultad. De aquí se sigue la necesidad de precisar y aclarar
conceptos, desde el momento mismo en que se inicia el estudio de la geografía.
La geografía, cuyo significado etimológico carece de valor científico (literalmente
significa "escribir la Tierra"), en su aspecto utilitario es tan antigua como el hombre, puesto
que éste, desde sus primeros pasos sobre la Tierra, se vio forzado a conocer y a organizar su
entorno, para vivir en él.
Una primera peculiaridad de la Geografía procede del estudio de relaciones de datos
heterogéneos y diacrónicos, tales como condiciones surgidas del medio geológico, cuyos
principales ritmo de variación son por lo menos del orden de la decena y de la centena de
milenios, movilidad cotidiana y arritmia a intervalos desiguales y a menudo cortos de los
tipos de tiempo, y plazos de las empresas humanas a la dimensión de un "nivel" o de una
generación. En un punto dado, la realidad geográfica está hecha de la convergencia
ocasional de procesos evolutivos, cada uno de los cuales es específico y se distingue de los
demás por su dimensión y por su ritmo tanto como su naturaleza.
La Geografía es pues, necesariamente, por su naturaleza, metodológicamente
heterogénea. Por una parte, se sitúa entre las ciencias de la Tierra o de la naturaleza, de la
mineralogía y de la petrografía, desde la geología hasta la biología; y por otra parte entre
las ciencias del hombre, desde la historia hasta la sociología, la economía, la psicología
social, etc. Razón por la cual está continuamente preocupada por la búsqueda de su unidad.
Sucesiva o simultáneamente la investigación geográfica recurre a los métodos de cada una
de las ciencias de las cuales se vale para el conocimiento analítico de los datos que entran
en las combinaciones objeto de sus estudios fragmentarios o globales. Esta unidad puede
buscarse en el modo de llevar el estudio de las relaciones: en tal caso se convierte en una
filosofía de la naturaleza y del medio ocupado por el hombre, unas veces dogmática (el
determinismo natural, el racismo), y otras veces dialéctica (descripción y medición de la
relaciones de las que se derivan el signo y el sentido de los procesos evolutivos). Cambia de
carácter según esta unidad sea considerada como un proceso descendente (como resultado
de las relaciones naturales sobre un paisaje natural, que define una ecología del hombre) o
bien según un proceso ascendente y conquistador, partiendo de la acción humana, cuyo
punto de partida es el establecimiento humano y el campo de aplicación de la célula local al
conjunto planetario.
El problema esencial es la recopilación de los datos y la determinación de las formas y
de las intensidades de las relaciones entre los datos. La recopilación de los datos conduce al
geógrafo hacia el terreno, y también hacia los marcos metodológicos, de las ciencias
analíticas concernientes al medio natural y a los hechos humanos. Esta conciencia de
geógrafo se basa en una formación que debe seguir siendo enciclopédica, en una actividad
de relación obra de las asociaciones, de los coloquios y de las revistas de Geografía, en una
palabra, en una doctrina de la Geografía como ciencia humana, puesto que no se podría
justificar la unidad de estas dispares investigaciones por su objetivo y por su método si no
se las reuniese alrededor de la acción humana.
Los múltiples datos a que se ve obligado a manejar presentan una serie de problemas:
unos métodos de explotación rápida y sintética. Hoy la Geografía cuenta con instrumentos
de explotación de datos que tienen para ella un particular interés, ya que justamente
permiten tratar simultáneamente un ingente número de datos, cualesquiera que sean su
naturaleza y su orden de magnitud. A través de la explotación mecánica y matemática de
los datos existe una acusada tentación a investigar una nueva base de sistemática fundada
en modelos. Vale la pena hacer el experimento, a condición de que tengamos presente la
insuficiencia y la desigualdad cualitativa de los datos numéricos y, consiguientemente, el
carácter únicamente indicativo de los modelos, que sólo pueden ser una base de trabajo
pero no una imagen representativa de la realidad. Pero, para que esto se intente, supone la
integración de un nuevo sector de iniciación en la formación del geógrafo: el de la
preparación de los cálculos. Seguramente se trata de determinada actitud matemática que
supone una experiencia del razonamiento y de la configuración y, previamente, un cambio
de mentalidad. Sería tan peligroso como inútil tomar esto como pretexto para pedir que el
geógrafo se convirtiese en matemático, e incluso para pretender que deba recibir una
formación matemática de orden general, indiferenciada y en gran parte perfectamente ajena
a sus necesidades científicas. Bastante otras cosas tiene ya que aprender para asegurar el
carácter esencial de su formación que debe ser la de un humanista.
La segunda gestión mental del geógrafo es la proyección de los conocimientos
adquiridos hacia las relaciones entre datos y las relaciones entre fuerzas, hacia un espacio
finito y continuo. La Geografía pretende una exahustividad espacial de su objeto en la
medida en que su medio de expresión específico es el mapa. Es por esta exahustividad por
lo que se distingue de las demás ciencias humanas, las cuales también definen unas
relaciones y unas situaciones que son equilibrios o desequilibrios de fuerzas, tales como las
ciencias económicas y sociales o la demografía. Entre las especificidades de la Geografía
debe señalarse que la continuidad espacial del conocimiento y de su reprsentación es una de
las características a la vez más originales y apremiantes. A diferencia de las ciencias -cuyo
único objetivo es el establecimiento de una sistemática-, y al igual que ciertas ciencias de la
tierra (geología, pedología), la Geografía se impone un inventario calificativo de las
unidades de espacio a las que se aplican sus investigaciones. Así pues, sus problemas son
problemas de definición de "espacios homogéneos" y de "límites", básicos en toda la
cartografía. Sin excluir una sistemática -sino muy al contrario-, o una tipología, y por ello
unas clasificaciones y jerarquías de formas, de factores y de estructuras; y ya se trate de
expresar datos simples o bien relaciones, el lenguaje cartográfico exige una proyección en
el espacio. Así pues, se distinguen dos grandes categoría de hechos geográficos: los que se
aplican a superficies y que cubren y caracterizan estas superficies, y los que se proyectan
sobre las superficies -previamente definidas como espacios homogéneos o conjuntos de
espacios homogéneos- bajo la forma de líneas y de puntos, como líneas de avenamiento de
las aguas, ejes y flujos de circulación, puntos específicos, cotas geodésicas o lugares
habitados. Una de las principales dificultades de la investigación geográfica es la necesidad
de acceder a una constante densidad del conocimiento, condición fundamental de la
expresión cartográfica a una escala de referencia dada. Al geógrafo importa más la
caracterización de un espacio amplio que la profundización pormenorizada en una muestra
demasiado concreta y no representativa de la colectividad.
Conviene añadir que unos mapas surgidos de la simple proyección en el espacio de una
sola serie de datos (sociológicos, agronómicos, geológicos), aunque sean unos instrumentos
útiles para el geógrafo, no por ello son mapas geográficos. Solamente tienen carácter
geográfico lo que expresan unas relaciones, lo cual supone el conocimiento del espacio
partiendo de diversos sectores de análisis.
La tercera característica de la Geografía es la que más se presta a discusión: una ciencia
dirigida hacia la acción y guiada por la coyuntura. Es frecuente confundir la globalidad
sintética de la Geografía con una invasión por parte de los geógrafos del terreno que los
especialistas de otras disciplinas consideran suyo.
La consideración de diversos sistemas de relaciones entre datos resultantes de los
estudios de ciencias naturales y datos procedentes de la acción humana en la superficie del
globo sólo tienen significado en función de una investigación de cualificación y, en el nivel
de la dinámica de relaciones, de previsión de unas situaciones que sólo se pueden definir
teniendo en cuenta los problemas planteados por la vida humana. La paleontología o la
demografía, tienen unos objetivos propios que se definen en términos específicos. La
Geografía estudia unas relaciones de hechos y de movimientos cuyo conocimiento propio
es del dominio de otra ciencia. No puede valerse de un objeto particular si no es situado en
el centro de estas relaciones la preocupación de la existencia de los hombres. ¿Qué otro
significado se puede dar a un estudio sintético de paisaje natural, si no es el de definir las
condiciones ofrecidas a la vida y acción humana por las acciones recíprocas de los factores
físicos relacionados unos con respecto a los otros?
Durante los siglos XIX y primera mitad del XX la Geografía ha tenido una componente
básicamente histórica: investigar las relaciones entre el hombre y el medio en el pasado.
Pero actualmente los problemas geográficos se plantean a la escala de la intervención
directa sobre la realidad: sobre las políticas de planificación del territorio, de cooperación
técnica y de ayuda a los países subdesarrollados, políticas de planificación urbana, etc.,
aspectos que reclaman más que un conocimiento específico (urbanístico, por ejemplo), una
visión sintética y elaborada desde distintos puntos de vista que la Geografía puede y debe
brindar. Lejos de una Geografía considerada como un saber testimonial, o como un saber
aplicado al pasado, la Geografía cobra un protagonismo en la intervención sobre el medio,
en la planificación de la acción humana.

2- FUENTES Y DOCUMENTOS.
La naturaleza de la Geografía implica la de sus documentos. Heterogénea y universal en
sus curiosidades, se interesa por todos los elementos de un estado de hecho tocante a un
espacio más o menos extenso, y por todos los factores capaces de provocar unas
mutaciones actualmente perceptibles o previsibles en el corto plazo de este estado de
hechos. El primer paso del geógrafo es la observación en el más amplio sentido de la
palabra; el segundo la evaluación cuantitativa. Según la naturaleza de los factores, la
observación globalizada predomina sobre la medida, o viceversa; el relieve compete
principalmente a la observación, mientras que la medida de precipitaciones corresponde
desde el principio a la medición.
La recogida de datos puede ser realizada directamente sobre el terreno u obtenerlos de
fuentes de segunda mano, como los censos, los estudios estadísticos, los mapas y las
fotografías.
Tras la II Guerra Mundial se extenderá la técnica de la fotografía área (inicialmente
con un uso militar) en el estudio del terreno, desde perspectivas orográficas, cartográficas,
mineralográficas, etc., junto con la utilización de películas especiales y técnicas para
obtener imágenes tridimensionales, que han hecho posible que los geógrafos puedan
realizar estudios más detallados sobre la Tierra y sobre sus recursos a través de la
interpretación de fotografías aéreas (o fotointerpretación). Los geógrafos también utilizan
los datos obtenidos a partir de radares, satélites artificiales, batiscafos y otros aparatos que
profundizan en la corteza terrestre para obtener información sobre sus características.
En determinada etapa de su construcción de la representación del mundo, el geógrafo se
ve obligado a aplicar las técnicas de medición propias de la estadística, convirtiéndose en
tributario de la documentación cuantitativa transmitida por la estadística. Esto no significa
que exista en Geografía un método analítico basado en la medición extrapolable.
Lo propio de la observación es plantear unos problemas que deben resolverse por medio
de la explicación. Una parte de estos problemas procede de datos que son inaccesibles a la
observación, ya sea porque se trate de situaciones pretérita o porque deban tenerse en
cuenta unos impulsos invisibles y a menudo surgidos de unos centros de mandos externos
al medio inmediato. Lo visible es por excelencia el paisaje, reconocido como objeto
esencial de curiosidad y de estudio geográficos. El paisaje es resultado de unas herencias o
de unas fuerzas pretéritas o actuales que en sí escapan del ámbito de lo visible, tanto las
prolongadas secuencias de acontecimientos geológicos o históricos como los flujos de
capitales o las redes de transmisión y de decisión vinculadas a las estructuras. Pero el
paisaje sólo puede ser calificado y clasificado en una tipología geográfica si se tienen en
cuenta todos los elementos invisibles que le dan sentido. La observación plantea unos
problemas que únicamente el conocimiento de lo invisible permite tratar dentro de una
imagen sintética explicativa que se preste a clasificación a escala zonal, regional o local.
Tratamos de los documentos que fijan la imagen de lo que es accesible a la observación:
imagen directa e imagen derivada. La imagen directa es el trazado del conjunto de lo
visible, y procede de una imagen mecánica o de una imagen construida. La imagen
derivada se confunde con la descripción. Solamente la imagen mecánica es exahustiva con
relación a lo que es accesible visualmente, pero no aporta ninguna jerarquía de valor. Al
igual que la imagen construida, la imagen derivada procede de una elección; es a la vez
selectiva y sistemática en el sentido de que pondera los elementos y los distribuye en
categorías. La imagen pude ser global (y en tal caso es un reflejo de la máxima fidelidad de
la realidad geográfica entera) o bien sectorial, derivada de una selección voluntaria de los
elementos visibles mediante la eliminación de un conjunto más o menos importante de
categorías y eligiendo solamente una o varias categorías privilegiadas.
El mapa ha sido la imagen derivada predominante. En principio es una representación
objetiva del conjunto de los datos observables; voluntaria o involuntariamente, otras formas
de representación derivadas como la descripción o el dibujo son subjetivas. El mapa
pretende ser interpretativo y explicativo, y somete el objeto a determinado concepto previo
de las categorías, reconociendo implícitamente unas semejanzas y por esto mismo las
sugiere, e incluso las expresa. La configuración del mapa base, llamado topográfico o
corográfico no pretende ninguna interpretación (es una representación figurativa
convencionalizada: es el geógrafo el que sobre ese instrumento neutral establece un nivel
de lectura, una valoración y explicación del mismo).
La Geografía no puede limitarse a ser una mera descripción. Además de describir la
Geografía busca una explicación, mediante la utilización de documentos cuya movilización
incumbe a otras disciplinas y responde a otros objetivos. La explicación de los hechos
observados reclama dosieres de datos: datos estructurales y datos históricos. Por datos
estructurales conviene entender todo aquello que interviene en la construcción de un
estado geográfico, todo lo que entra en las combinaciones que alcanza la observación en su
conjunto bajo la forma de paisaje geográfico físico y humano. Como ejemplo puede
ponerse la explicación de la estructura del relieve: bajo la estructura tectónica existe un
modelado de las fuerzas de erosión, de especificidades climáticas distintas, para dar el
complejo de formas más o menos imbricadas y heterogéneas que se observan en la
actualidad, que a su vez han podido ser modificadas por el hombre. Porque la Geografía, a
diferencia de la geología, no se ocupa del sentido histórico de este proceso de creación de
estructuras tectónicas, sino de su evolución posterior, su incidencia como condicionante de
la acción del hombre, e incluso la modificación del sustrato por parte del hombre: más que
una visión explicativa de los orígenes, la Geografía aspira a buscar la proyección de un
problema en el presente, desde una perspectiva dinámica, diacrónica.
En la Geografía física también se pone de manifiesto la necesidad de ocuparse del "ritmo
corto" en la explicación de los fenómenos objeto de su análisis: la climatología, que asocia
antecedentes estructurales (los mecanismos y combinaciones a largo plazo de los
elementos) y antecedentes históricos (la evolución de los tipos de tiempo y las hipótesis
cíclicas sobre la variación de climas) también existe una aspiración a investigar las
relaciones mutuas entre el hombre (agente modificador del clima: creación de microclimas
especiales, como los invernaderos) y el medio (condicionante de la acción humana en grado
relativo al desarrollo técnico de cada sociedad). El geógrafo no analiza tanto los
mecanismos intrínsecos productores del clima como realiza esquemas de comprensión y
caracterización de los distintos climas globales del planeta: su estudio teórico no es de la
incumbencia del geógrafo, pero sí el estudio de la incidencia que los mismos tienen sobre el
hombre.
Geografía de los suelos, Geografía de los climas, Geografía humana: el geógrafo analiza
las combinaciones entre los factores físicos y la biología vegetal y animal, y el clima, y la
ocupación del espacio por el hombre, pero no desde la perspectiva del biólogo, el
climatólogo o el antropólogo: en todo caso, el geógrafo parece llamado a buscar la
colaboración en la base de su trabajo de las aportaciones de dichas disciplinas, a las que él
añade un carácter de visión sintética, entrelazada con la realidad actual, y con un sentido
multidisciplinar y globalizador del que carecen las otras disciplinas, en una aspiración a una
explicación de la realidad que resulta difícil (por ser multicausal) pero imprescindible. Tal
vez esta aspiración es la seña de identidad distintiva de la Geografía. Mientras el geógrafo
se siente tentado a reprochar a los "especialistas" (el climatólogo, el historiador, el
antropólogo, el geólogo...) su visión abstracta e incompleta, éstos pueden replicar que la
visión del geógrafo es (al menos en cuanto a cada una de las respectivas disciplinas)
sumamente "superficial", elemental. Pero el geógrafo debe contentarse con una
comparación de algunos de los datos proporcionados por otras disciplinas, a cambio de
proporcionar lo que sin duda es la gran aportación de la Geografía al campo de la ciencias
humanas: una visión globalizadora de la realidad, estructural, explicativa, desarrollada en el
espacio, que tiende a integrar los resultados parciales de muchas disciplinas científicas y
humanísticas en relación al espacio y al hombre.
El geógrafo se encuentra así en la difícil encrucijada de tener que ser aplicar campos y
métodos de investigación de disciplinas sumamente heterogéneas: encuestas sociológicas y
de análisis económico (tanto para hacer la crítica de los resultados presentados por los
sociólogos y los economistas como para explorar ciertos terrenos vírgenes de anteriores
trabajos analíticos), recurrir a los métodos de la demografía (en la medida en que éstos
evitan cualquier toma de postura ideológica previa), etc. Lo que a su vez lleva implícita la
pregunta de si el geógrafo debe crear una metodología específica de lo social, lo económico,
lo demográfico, o bien contentarse con aplicar los métodos de las ciencias especializadas.
La respuesta no es sencilla. El geógrafo necesita documentos que se presten a una
espacialización y a la comparación. Estos documentos no deben ser específicamente distintos
de aquellos de los que se dispone para los terrenos vecinos o más o menos alejados. Por lo
demás, no cabe duda de que hay un interés en buscar un método específicamente afín a los
intereses concretos del geógrafo: en lugar de tres encuestas, demográfica, económica y
sociológica, el geógrafo opta por una encuesta en la que queden comprendidos dichos
aspectos. En definitiva, el geógrafo se mueve a medio camino entre las aportaciones de las
ciencias que le son auxiliares (aprovechando en la medida que son compatibles sus
intereses dichos resultados) y la búsqueda de aquellos campos objeto específico de su
investigación, sin alejarse tampoco de los métodos de dichas disciplinas pero sí
acomodándolas a sus necesidades.
Parece difícil definir unos métodos que sean propios de la Geografía en la
movilización de los documentos. La Geografía es mucho más una manera de clasificar, de
ponderar y de cuantificar los resultados brutos obtenidos mediante la aplicación de los
métodos elaborados por unas ciencias de carácter más analítico. A cambio, su gestión
permite demostrar que ninguna acción basada en el análisis fragmentario de los hechos
puede desembocar en unos efectos concretos: demuestra, por ejemplo, que no es posible
determinar unos problemas económicos sin intervenir en lo social, o sin provocar unos
efectos sociales, sin influir en los ritmos demográficos o sin provocar unas mutaciones de la
realidad. El geógrafo, valga la metáfora, es el científico capaz de manejar todos los "hilos"
de un problema complejo.
Aunque la Geografía no posea métodos propios de análisis (todo lo más métodos de
clasificación y jerarquización de los factores), tampoco posee métodos propios de
medición. La medición pertenece técnicamente al dominio de la estadística, y el
instrumento estadístico se emplea con fines que jamás son geográficos en sí mismos, ni
siquiera cuando son aplicables al método geográfico. El geógrafo está obligado sin
embargo a ser uno de los principales usuarios de los medios de cálculo, incluso por la
oportunidad de compensar unos con otros los máximos datos posibles, de aplicar unos
coeficientes de corrección y de ponderación distintos según los datos, y de entrecruzar unos
órdenes cuantitativos de variada especificidad

3- LA RECOPILACIÓN DE LOS DOCUMENTOS Y SU INTERPRETACIÓN


GEOGRÁFICA.
La documentación que utilizan los geógrafos puede clasificarse en dos series: la primera
comprende los documentos que pertenecen ya a la Geografía: los mapas, las monografías
locales o regionales, los estudios de síntesis referentes a temas generales que se prestan a
ser utilizados directamente para nuevas expresiones geográficas; la segunda, que plantea
unos problemas más delicados, se compone de los documentos sectoriales en sí mismos
ajenos a la Geografía, pero indispensables para su información, tales como mapas
especiales (mapas geológicos, mapas metereológicos), recopilación de estadísticas, estudios
económicos, encuestas sociológicas y etnológicas, etc.
La recopilación y la clasificación de los documentos ya integrados en la Geografía
resulta relativamente sencilla. Más difícil resolución plantea la utilización de stocks
documentales de procedencia heterogénea con destino a un uso geográfico. Requieren la
preparación de un criterio de clasificación y de una codificación de datos. Evidentemente,
es deseable que el criterio y la codificación sean internacionales para facilitar las
operaciones de investigación en cualquier país y con relación a cualquier país. La
codificación presupone un lenguaje, y por ello un vocabulario rigurosamente definido, a
partir del cual se almacenan los datos analítica y sintéticamente, cualititativa y
cuantitativamente, las imágenes cartográficas, etc.
Las técnicas que utilizan las matemáticas o la estadística para analizar los datos se
conocen como métodos cuantitativos. La utilización de los métodos cuantitativos hace
posible que los geógrafos puedan manejar una gran cantidad de datos y un gran número
de variables de un modo objetivo. Generalmente, los geógrafos recogen los datos y
elaboran una teoría para explicar lo que han observado. Después comprueban esta teoría
utilizando los métodos cuantitativos. A veces, las teorías se expresan a modo de
expresiones matemáticas a las que se las denomina modelos. Sin embargo, en geografía
las teorías no tienen necesariamente una validez universal sino que explican una tendencia
de algo que se ha observado y, a menudo, en un espacio concreto.
El carácter sintético de la Geografía exige que se practiquen lo más ampliamente posible
las entradas múltiples, no sólo porque un documento tiene siempre a la vez un interés
sectorial y un interés regional, sino también porque los temas de la Geografía se
superponen siempre a varios dominios sectoriales.
Pero la confrontación de los documentos, o el establecimiento de un "banco de
documentación", no es más que el primer paso en la elaboración de la "materia prima" de
los trabajos geográficos.
La segunda etapa es el establecimiento de colecciones de síntesis básicas que sirvan de
puntos de partida a investigaciones profundizada, al mismo tiempo que constituyan los
últimos retoques de los conocimientos adquiridos en un momento dado. La forma más
específicamente geográfica de estas recopilaciones de síntesis es el mapa, o más
exactamente el atlas. La ejecución de un atlas responde al carácter movilizador de
elementos heterogéneos de la Geografía; obra geográfica en sí misma, se presta
destacadamente y de manera muy útil a la cooperación de especialistas abastecedores -y
hasta cierto punto intérpretes de datos- y de geógrafos y cartógrafos que dan a la
documentación recopilada su forma y significado. En otras palabras, es una obra geográfica
realizada sobre una base pluridisciplinar.

4- LOS ÁMBITOS Y LOS PROBLEMAS DE LA INVESTIGACIÓN


GEOGRÁFICA FÍSICA.
Desde el punto de vista de la presentación de los resultados y de la orientación de nuevas
investigaciones, la síntesis se opera últimamente en el nivel zonal. Efectivamente, y por lo
menos para los fenómenos actuales en el más preciso sentido del término, hay solidaridad
entre todos los ámbitos del conocimiento físico. Pero la investigación se ha
compartimentalizado en sectores cuya unidad no siempre es fácil mantener. Así pues, es
necesario partir de esta división en sectores: los principales - en el seno de los cuales es
posible reagrupar todas las curiosidades de los geógrafos físicos son los de la
geomorfología, que sin duda es el sector más "comprensivo", es decir, el que se extiende a
los ámbitos de aplicación de las más diversas técnicas: climatología, hidrología y
biogeografía.
La geomorfología se desarrolló como una ciencia de observación del terreno y de los
efectos de los mecanismos perceptibles en el presente y proyectables en el plan de las
hipótesis evolucionistas: previsión de los efectos de los procesos en curso a más o menos
largo plazo y comparación de las imágenes evolutivas así elaboradas con relación al pasado
para explicar la génesis de las formas. El más difícil problema que quedaba por resolver era
el de la datación. En este terreno la clave de cualquier datación es una estratificación que
haga intervenir formaciones geológicamente fechadas. Las técnicas usadas son las de las
ciencias físicas y naturales, pero únicamente los especialistas en geología aplicada
interesados en determinadas formaciones superficiales las utilizan corrientemente, de tal
suerte que los geomorfólogos no pueden apoyar sus interpretaciones en los resultados de
laboratorio adquiridos previamente. Quedan, pues, dos posibilidades: suscitar la ayuda de
laboratorios de mineralogía y de geología -lo cual es indispensable, principalmente en el
ámbito de la identificación de microfaunas o de microfloras-, o resolver en laboratorios
adecuados los problemas más corrientes. No obstante esta técnica desemboca en una
geomorfología dinámica e incluso "aplicada" cuando permite diagnosticar el grado de
estabilidad de una vertiente, la mayor o menor rapidez ce destrucción de una topografía
bajo el efecto de acciones externas como talas, construcciones, etc.
Por sus técnicas y por su necesidad de laboratorio, el estudio de los suelos es muy
semejante al estudio geomorfológico. A decir verdad, el estudio de los suelos es tan
indispensable para la geomorfología como para la interpretación de la cobertura vegetal y la
diagnosis de las potencialidades agrícolas, puesto que en muchos casos permite reconstruir
una etapa relativamente reciente de los procesos morfológicos a partir del Cuaternario,
principalmente cuando en un mismo corte, o lateralmente, ser pasa de unos suelos de
formación actual a unos suelos fósiles. En este aspecto, el estudio geográfico de los suelos
se distingue de la pura y simple pedología por su deseo de cronologías, al mismo tiempo
que necesita utilizar sus métodos y su terminología.
Seguramente la climatología es la parte de la investigación geográfica determinada con
menos seguridad. Los geógrafos de principios de siglo se limitaban modestamente a definir
los climas basándose en la experiencia campesina y en una lingüística empírica cuya
riqueza y profundo significado se han podido apreciar analizando el vocabulario de los
pueblos que viven más directamente en contacto con los elementos atmosféricos. Desde la
terminología familiar hasta los refranes, pasando evidentemente por los datos tomados en
pequeñas estaciones de observación que suministran temperaturas y precipitaciones
cotidianas, y a menudo también las direcciones y las fuerzas de los vientos, se ha
construido una climatología simple y concreta que ha dado lugar a unas representaciones
cartográficas bastante apuradas (Köppen).
El estudio de los tipos de tiempo poco a poco dio paso al de los mecanismos
atmosféricos. El estudio de un clima se ha convertido en una sabia reconstrucción de una
dinámica complejísima, de la que no se conocen todas las variables. La presentación
propiamente descriptiva de un clima en sus relaciones con las distintas formas de vida a
nivel del suelo a veces se ha visto perjudicada por ello. Pero por lo menos en la
interpretación de los mecanismos se han logrado considerables progresos. Ahora bien, un
clima es un elemento fundamental de una ecología que debe ser examinada a escala de la
vida de los organismos a los que atañe.
Sería imposible concebir una Geografía sin un balance climatológico tan minucioso y
tan matizado espacialmente con un estudio geomorfológico o pedológico. En el ámbito de
la climatología incluso es posible llevar la curiosidad hasta mucho más allá, al nivel de los
climas locales engendrados por los efectos voluntarios o involuntarios de las técnicas y de
las realizaciones de la economía industrial: climas urbanos, climas de las grandes regiones
industriales, climas nuevos surgidos de las modificaciones surgidos de las modificaciones
aportadas al avenamiento y al estancamiento de las aguas y a las transformaciones de la
cobertera vegetal, etc.
Las investigaciones de hidrología continental o fluvial -llamada también potamología-
han sido ampliamente llevadas a cabo, explorando los factores metereológicos y por otra
parte las lecturas de flujos, de alturas de aguas y los cálculos de módulo. La hidrología se
integra cada vez más con la geomorfología, en la medida en que la arroyada se considera a
la vez un como un factor de erosión y de desplazamiento de materiales y como una forma
ponderada por la naturaleza de las rocas, los suelos y la vegetación de alimentación fluvial.

5- LA INVESTIGACIÓN EN GEOGRAFÍA HUMANA.


Las investigaciones de Geografía humana se reparten entre cinco grandes orientaciones
principales: Geografía de la población, Geografía agraria, Geografía industrial, Geografía
de los transportes y comercial, y Geografía urbana.
Los geógrafos debe explorar la documentación sectorial (efectivos, composición de la
población, movimientos naturales, migraciones) para sacar de ella unas imágenes
descriptivas (estáticas) y dinámicas, y proyectarlas a un espacio ponderado y cualificado
por todos los elementos que permiten caracterizar esta región en función de sus aptitudes
para recibir y para soportar una población y garantizar su crecimiento y su desarrollo. La
imagen que más inmediatamente responde a las preocupaciones geográficas expuestas
anteriormente es la que ofrecen las relaciones entre las distintas forma de previsión
demográfica en un espacio condicionado, concebido a nivel urbanístico (capacidad
receptiva, de vivienda, de encuadramiento de servicios) y a nivel económico (capacidad de
empleo, distribución entre los distintos sectores de población activa, etc.)
Los movimientos de población cuyos elementos los suministran las fuentes
demográficas (empadronamiento, registro civil) se insertan en una perspectiva geográfica
dinámica en función de un soporte residencial y económico. Tales movimientos necesitan
unos estudios de relaciones y de ritmos: ritmos de construcción, ritmos de crecimiento de la
población bruta y de la renta distribuida. Cualquier análisis y representación cartográfica
del desigual crecimiento demográfico requiere la comparación con unas potencialidades y
con unas realidades de recursos y de desarrollo, aunque tales comparaciones siguen siendo
puramente indicativas.
Por su misma naturaleza las migraciones de población son un tema fundamental de
estudio geográfico. Pero este estudio encuentra dificultades particulares de documentación
y de medición precisa, tanto por lo que respecta a las migraciones internacionales como a
las migraciones internas de los estados, a pesar de que a menudo éstas son más difíciles de
captar. Incumbe particularmente a la Geografía estudiar las causas regionales y locales de la
movilidad de la población y sus efectos sobre el desarrollo de los puntos de partida y los
puntos de llegada. Por ello la Geografía de la población se asemeja a la Geografía
económica y social en el marco de las regiones afectadas por los desplazamientos de
población.
La prolongación de la Geografía de la población parece ser así la Geografía del
poblamiento. En primer lugar, hay que entender con ello los procesos y los modos de
emplazamiento de la población dentro del espacio geográfico, y en segundo lugar las formas
concretas de la ocupación que son su resultado y que desembocan en el estudio del hábitat
(introducida, además, por el análisis de los grandes sectores de actividad profesional.)
La Geografía agraria tiene por objeto el conocimiento y la expresión de las relaciones
sociales y de las relaciones económicas concernientes a la producción agrícola. Su punto de
partida es el estudio de la ocupación del suelo - a nivel de la descripción del registro de las
modalidades de su posesión y de su explotación-; su meta es el establecimiento de los
balances de producción y de renta agrícolas. Sus fuentes son la fotografía aérea, el catastro,
los registros de explotaciones, las estadísticas de producción y los cálculos de contabilidad
agraria. Sus temas son así la morfología agraria y la estructura agraria por un lado, y por
otro lado la delimitación de las regiones agrícolas homogéneas, los tipos económicos y
técnicos de explotación, la localización y la dimensión de la producciones y de los
consumos técnicos y la modalidades de consumo y de comercialización de los productos
agrícolas; finalmente, el hábitat rural y la vivienda rural en sus relaciones con la morfología
y la estructura agrarias y con las formas de utilización del suelo.
La morfología agraria tiene por objeto la descripción del paisaje rural, es decir, la forma
de ocupación y de distribución del suelo agrícola. Del examen de la morfología agraria se
derivan los problemas que es necesario resolver mediante el análisis de la estructura
agraria: la apropiación, cuyo conocimiento es accesible por los registros catastrales, y
también mediante la encuesta: tipos de propietarios, la explotación según los tipos de
relaciones técnicas y sociales entre lo que poseen el suelo y los que lo trabajan, y según las
forma de asociación de propietarios o de producciones en distintos grados de la actividad
agrícola.
La función específica del geógrafo es delimitar unas regiones agrícolas homogéneas
caracterizadas por los mismos sistemas de cultivo y ganadería. Por su naturaleza, estas
definiciones son coyunturales y susceptibles de ser modificadas. El sistema de cultivo y su
naturaleza tecnológica dependen simultáneamente de la condiciones ecológicas y
económicas generales y de las forma de explotación, que a la vez son unas realidades
económicas, técnicas y sociales, con las cuales se relacionan unos tipos humanos.
A escala de las regiones agrícolas, la estadística permite confeccionar los balances
económicos: la producción bruta, el rendimiento en relación a la superficie explotada, la
productividad individual.
Un último tema de estudio de la economía y de la sociedad agrícola se refiere al destino
de la producción agrícola: agricultura de autoconsumo frente a la agricultura comercial.
Cualquier estudio de agricultura supone el estudio de los sistemas y de la cadenas de
comercialización, incluida la consideración de los precios y de los valores añadidos
resultantes de los servicios de transportes, de acondicionamiento, de conservación (a veces
de primera elaboración), de almacenado y de distribución, comprendidos los márgenes de
beneficio.
La Geografía industrial es originariamente una Geografía sectorial. El problema
propiamente geográfico es la determinación de las relaciones espaciales de la industria.
Hasta la Segunda Guerra Mundial la industria estuvo estrechamente condicionada, en sus
modalidades técnicas y en su distribución geográfica, por la localización de las
explotaciones hulleras y la posibilidad de transportar económicamente, además del carbón,
las materias primas. La Geografía industrial estudia así los factores de localización
industrial, problema siempre dinámico y en cambio. Un primer tema de la Geografía
industrial sería el establecimiento de una tipología de las industrias de acuerdo con sus
"lazos" geográficos, es decir, las relaciones dominantes entre un espacio cualificado por sus
equipos y formas de poblamiento y el tipo de industria en cuestión. Naturalmente, tales
relaciones pueden definirse teóricamente a modo de hipótesis de reconocimiento a partir del
carácter específico de cada uno de estos tipos de industria y de evaluación de sus costes
generalizados de explotación.
A causa de la implantación del desarrollo industrial para definir geográficamente un
espacio determinado (Estado o región), y en consideración a las disparidades resultantes del
desigual desarrollo de la industria entre la comarcas en el interior de un mismo país, es
necesario calcular y representar cartográficamente unas tasas de industrialización basadas,
en la medida de lo posible, en la importancia de los efectivos de población empleada, del
producto industrial referido a los demás elementos del producto nacional bruto, o del
producto bruto regional. Estas tasas se ponderan por medio de la representación de la
redistribución de los establecimientos industriales y la resistencia de las poblaciones activas
integradas en la industria.
La Geografía de los transportes comporta dos posibilidades de acceso: el estudio de los
tipos de equipamiento y el estudio de los tráficos y de los flujos. El estudio geográfico de
los tipos de equipamiento requiere la descripción y el análisis estructural y fraccional de los
sistema de transporte por conjuntos geográficos, es decir, por tipos de espacios de
recorridos y de tráfico. A su vez este estudio se divide en dos campos: el de las líneas y
redes, y el de los puntos de tráfico y sus relaciones con el área comunicada. Las distintas
formas de transporte se proyectan, con variantes, sobre las diversas áreas culturales.
Un tema de estudio todavía descuidado es el de las coexistencias y de las interferencias
espaciales de sistema de transportes distintos. Los países de grande espacios se prestan
particularmente a unos estudios comparativos de isocronas según el medio de transporte
utilizado, que sirven para analizar los repartos del tráfico y de uso.
La Geografía comercial puede dividirse en dos temas de estudio: la implantación de
establecimientos comerciales y las estructuras de tales establecimientos y de los circuitos
comerciales; los flujos de circulación de las mercancías y los flujos de circulación de
clientes y de pedidos.
La Geografía económica global ha encontrado el lugar que le pertenecía en una síntesis
de las condiciones de existencia de grupos de estructura homogéneas o de las características
de una porción de espacio: Estado, subcontinente o continente. Así, la Geografía económica
se proyecta a tres temas: espacio, circulación y estructuras. Los espacios son unos espacios
de producción y de consumo, o sea, unos espacios humanizados; la circulación abarca tanto
las transmisiones de impulsos como los transportes de productos y mercancías. Pero los
espacios y las circulaciones vienen ponderados y caracterizados por las estructuras. Este
estudio de las estructuras -estructura financiera, mercados de los capitales y Geografía de
los capitales, estructura de las empresas y de los Estados, etc.- supone una iniciación a las
técnicas y al vocabulario de las ciencias económicas, la posibilidad de utilizar una
documentación de orden económico y de interpretar los cálculos y las representaciones
gráficas tan familiares para los economistas.
La Geografía urbana es como un punto de desenlace o como una síntesis de conjunto de
los estudios de Geografía humana, resultado de las categorías de investigación descritas
precedentemente, y al mismo tiempo como una introducción a la Geografía regional en la
medida en que ésta concede una creciente importancia a la función de las ciudades en la
personalización y organización de las regiones.
Originariamente las ciudades fueron estudiadas por los geógrafos como unos hechos
históricos y geográficos aislados, en unos análisis centrados en las relaciones entre la
implantación y el sistema de circulación y de comercio, y en la totalización dentro del
espacio ocupado y los paisajes urbanos de unas herencias históricas sucesivas. El paso de la
noción de actividad a la noción de función ha representado un paso importante para que el
geógrafo tomara a su cargo el estudio urbano, en el sentido de que la función es por su
naturaleza esencialmente geográfica, ya que a la vez se define en términos tecnológicos y
en términos de espacio afectado, y contribuye a definir las formas de relación de la ciudad
con su entorno más o menos vasto. El problema de los transportes urbanos y de la
circulación urbana toma una importancia geográfica tanto mayor por cuanto las soluciones
que se le dan tienen por efecto unos desplazamientos de actividades dentro del espacio
urbano y, consiguientemente, unas mutaciones en la estructura geográfica de la ciudad o
unas transformaciones en las condiciones ofrecidas a la circulación. La ciudad ha cedido su
sitio a unos espacios urbanizados espontáneamente o basados en unos planes
constantemente revisados y modificados por la propia presión de los hechos y de las
especulaciones posibilitadas por los efectos de la escasez resultante de la concentración de
la demanda de terrenos, de servicios y de viviendas. Actualmente unas nuevas realidades
geográficas son los temas esenciales de la investigación: aglomeraciones, conurbaciones,
regiones urbanizadas. La urbanización ha sido tan rápida (no sólo en los países industriales) que se
intenta captar, con cierta inquietud, un "presente" y un "futuro" (frente a las
anteriores visiones "históricas" de la ciudad).
Pero la ciudad también lanza su influencia sobre un hiterland más o menos extenso, por
lo que la Geografía urbana poco a poco debe tener en cuenta las funciones y la espacialidad
en un sentido más amplio: la ciudad es contemplada como un foco de influencia, a través
del concepto de red urbana: Christaller y otros geógrafos han tratado de establecer esta
vasta red de influencias (teoría de los lugares centrales, coremas, etc.), que nos acerca a la
Geografía regional.

6- BIBLIOGRAFÍA
PIERRE GEORGE: Los métodos de la Geografía. Oikos-Tau, Col. ¿Qué sé?, 1973.
J. VILA VALENTÍ, DIR.: Geografía Ilustrada. Madrid, Labor, 1970.
VICENTE BIELZA DE ORY, ed.: Geografía General, vol. I. Madrid, Taurus, 1993, 3ª
ed.
MANUEL DE TERÁN: "Introducción a la ciencia geográfica", en Geografía, Ed.
Labor, 1978, pp. 16-31.
PIERRE GOUROU y LOUIS PAPY: Compendio de Geografía General, Rialp,
Madrid, 1973.
PEDRO PLANS: Orientaciones sobre didáctica de la Geografía. Ed. Magisterio
Español, Madrid, 1970.
PIERRE GEORGE: Los métodos de la Geografía. Oikos-Tau, Col. ¿Qué sé?, 1973.
Congreso de Geografía. Espacios rurales y urbanos en áreas industrializadas. II Congreso
Mundial Vasco. Vitoria, 1988.

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