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INFORME ACADÉMICO
MALTRATO INFANTIL EN EL PERÚ Y SU REPERCUSIÓN EN LA
CONDUCTA
AUTORES:
ESCOBEDO HERRERA, GIANELLA
MARTINEZ FERNANDEZ, VERÓNICA
VÁSQUEZ VERAMENDE, KIARA
ASESOR:
Mg. RICHARD JOSUÉ CRUZ GONZÁLES
Pág.
INTRODUCCIÓN 3
CAPÍTULO I: MARCO CONCEPTUAL 7
MALTRATO INFANTIL 7
1. Definición 7
2. Características 9
3. Tipos 9
4. Causas 12
5. Consecuencias 14
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
INTRODUCCIÓN
infantil, como práctica que impone autoridad, busca sumisión generacional como
subsiste como estilo de vida que dicta la pauta formativa de los niños y niñas,
Esta situación convertida en un aspecto cotidiano, es decir, entendida como el pan de cada
día, que es la de castigar, son réplicas de aquellos padres que han sido castigados,
rabia, culpa, afectuosidad que en sus bases tienen grandes carencias de afecto, tratos
La historia nos ha demostrado que el maltrato infantil ha sido y es una práctica común
infancia está presente en la vida cotidiana, sin embargo, no es reconocida como tal, se
acepta como parte del orden social establecido, va en aumento, y afecta a todas las edades,
especialmente a la infancia.
Sin embargo, cuando se trata de abordar el tema del maltrato infantil nos vemos
enfrentados a una serie de problemas, puesto que por un lado existe desconocimiento de
la verdadera magnitud del fenómeno, toda vez que no se cuenta con datos precisos, por
lo que el tema, en muchos casos, se remite a los espacios más íntimos de la convivencia
familiar. Por otro lado, las tradiciones culturales e históricas repercuten en la forma con
que cada sociedad afronta el problema. Finalmente, existen diversas opiniones en cuanto
El maltrato infantil es un delito a los derechos más primordiales de los niños, niñas y
Bajo esta premisa, la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), adoptada por las
Naciones Unidas en el año 1989 en su artículo 19º, exige a su Estados Partes, adoptar
negligente, malos tratos o explotación, incluso el abuso sexual, mientras que el niño se
halle bajo la protección de sus progenitores, de único tutor, o de cualquier otra sujeto que
lo posea a su cargo. De similar modo, el Comité de los Derechos del Niño de Naciones
Unidas ha destacado la importancia que los naciones miembros impidan toda forma de
presentan malos tratos, lo que arroja un número total de 30 mil á 50 mil niños maltratados
En América Latina y el Caribe, la cifra es alarmante, pues hay 185 millones de personas
menores de 18 años, de los cuales el 50% son niños y adolescentes, teniéndose que cerca
psicológicamente por sus padres, madres, parientes, profesores, o por cualquier adulto
que considere al castigo físico como normal, aceptable y hasta “necesario”. Sin embargo,
las víctimas de estos casos no aparecen en los registros estadísticos, salvo que los
“castigos” hayan originado graves secuelas o la muerte de quienes recibieron los golpes.
Aunque esto ocurre con mucha frecuencia, las diferentes formas de castigo físico siguen
los adolescentes como sujetos de derecho, la antigua atribución romana de páter familias
de poner de la existencia de la mujer y de los hijos, es suplida por el vigente poder del
A todo ello hay que definir al maltrato infantil como indisoluble labor que perpetra un
expreso.
CAPÍTULO I: MARCO CONCEPTUAL
MALTRATO INFANTIL
1. Definición:
Este problema se trata de uno de los más amplios y extensos en relación a la niñez
y que se manifiesta en sus diferentes formas, desde la desatención y la falta de afecto
que se les debe brindar, hasta una violencia Psicológica y física, que en todos los casos
repercuten terriblemente en el desarrollo individual y social de los niños.
Una de las definiciones más claras, de las hasta ahora publicadas, es la que
considera el maltrato infantil como toda acción, omisión o trato negligente, no
accidental, que priva al niño de sus derechos y su bienestar, que amenaza o interfiere
en su desarrollo físico, psíquico o social y cuyos autores son personas del ámbito
familiar.
Diversos autores han tratado de definir el maltrato infantil, así tenemos que Musito
y García (1993) mencionaron que el maltrato infantil “es cualquier daño físico o
psicológico no accidental a un menor, ocasionado por sus padres o cuidadores, que
ocurre como resultado de acciones físicas, sexuales o emocionales o de negligencia,
omisión o comisión, que amenazan al desarrollo normal tanto físico como psicológico
del niño”.
De acuerdo con Valencia (2000), señala que “el maltrato infantil es u omisión que
provoca daño y pone en riesgo el desarrollo físico, social y/o emocional de un niño o
adolescente”, así mismo considera que el maltrato está vinculado al ejercicio abusivo
del poder, autoridad o fuerza, por parte de los adultos que tienen bajo su
responsabilidad niños o adolescentes”.
Asimismo la convención sobre los derechos del niño de las Naciones Unidas en
su artículo 19, se refiere al maltrato infantil como: “forma de perjuicio o abuso físico
o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso
sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de sus padres, de un representante
legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo”.
También la propia Organización de Las Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF), define al maltrato de la siguiente manera (1989): Niños que sufren
ocasional o habitualmente actos de violencia física, sexual o emocional, sea en el grupo
familiar o en el entorno social. El maltrato puede ser ejecutado por omisión, supresión
o transgresión de los derechos individuales y colectivos e incluye el abandono
completo y parcial. (Pg. 54)
Para Martínez y Ochoterana (1993) una definición de maltrato infantil: Debe hacer
mención a un sujeto receptor y a los sujetos responsables del daño, objetivar las
manifestaciones, reflejar una conducta y referir las posibles repercusiones en el
desarrollo. La definición debe tener estos contenidos concretos, pero también debe ser
lo suficientemente amplia como para que puedan ser incluidos las diferentes tipologías,
y que no quede el maltrato como lo opuesto a “buen trato”. (Pg. 74).
Según Martínez & Ochoterana (1993, pág. 21) para una adecuada definición del
maltrato infantil es necesario realizar una serie de consideraciones, tales como:
(a) Amplitud o restricción a determinados aspectos del problema, es decir, qué vamos
a entender por maltrato infantil y qué no.
(b) Contraposición o no con el concepto de “buen trato” en relación a los distintos
modelos culturales.
(c) Grado de intencionalidad por parte del maltratador.
(d) Utilización posterior de la definición: acción legal, acción social, toma de
decisiones, etc.
(e) Percepción de la víctima y del maltratador del hecho abusivo.
(f) Disciplina y ámbito profesional en la que vaya a aplicar la definición.
(g) Estatus evolutivo y desarrollo del niño.
2. Características:
Las características más resaltantes son:
Frustración
hostilidad
alto potencial
antecedente de haber sido maltratado
no se auto reconoce como maltratador
Incapacidad para buscar ayuda profesional
Idea distorsionada del niño
Exige más de lo que el niño puede hacer
Tiende frecuentemente a la depresión
Problemas de adicción alcohol, drogas
Problemas económicos
Problemas en la relación de pareja
3. Tipos:
La definición que se podría aplicar a este tipo de maltrato señala que se trata de
“cualquier legislación, programa, procedimiento, actuación u omisión procedente de
los poderes públicos o derivada de la actuación individual del profesional o funcionario
que conlleva abuso, negligencia, detrimento de la salud, seguridad, bienestar
emocional y físico o que viola los derechos básicos del niño” (Martinez y Ochoterana,
1993)
- El abuso físico
- El abuso sexual
- El maltrato emocional
- El abandono físico
- El abandono emocional (1993, p. 22)
Por otro lado, para Echeburúa (2000), el abuso sexual constituye una
experiencia traumática y es vivido por la víctima como un atentado contra su
integridad física y psicológica, y no tanto como su sexo, por lo que constituye una
forma más de victimización en la infancia, con secuelas parcialmente similares a
las generadas en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc.; si la víctima
no recibe un tratamiento psicológico adecuado, el malestar pueda continuar
incluso en la edad adulta.
3.3.Maltrato emocional:
Es más difícil de detectar y se manifiesta a través de insultos, expresiones
humillantes, de rechazo, falta de atención o afecto, marginación, interrupción del
sueño, amenazas, etc., que perjudican el normal desarrollo del niño o adolescente.
Este tipo de maltrato, ocasiona que en los primeros años del niño, éste no
pueda desarrollar adecuadamente el apego, y en los años posteriores se sienta
excluido del ambiente familiar y social, afectando su autoestima y sus habilidades
sociales.
3.4.Abandono físico:
Arruabarrena (1999), lo define como aquella situación donde las
necesidades físicas (alimentación, vestido, higiene, protección y vigilancia en las
situaciones potencialmente peligrosas, educación y/o cuidados médicos) y
cognitivas básicas del menor no son atendidas temporal o permanentemente por
ningún miembro del grupo que convive con el niño.
3.5.Abandono Emocional:
Según Bringiotti (2000), lo define como la falta persistente de respuesta a
las señales o expresiones emocionales y conductas procuradoras de proximidad e
interacción iniciadas por el niño. Los tipos de conducta de esta índole más
frecuentes son: ignorar, desconocer las actividades cotidianas de la niña o del
niño, carencia de respuestas o iniciativas ante conductas de apego hacia el niño o
niña y la ausencia de responsabilidades parentales. (p. 100)
4. Causas:
Según Cantón y Cortés (2000), entre las causas fundamentales del maltrato infantil
se pueden citar:
Económicas:
El desempleo traer consigo que los padres que se encuentran en esta situación
desquiten sus frustraciones con los hijos y los maltraten ya sea física no
psicológicamente, el maltrato infantil se presenta en mayor medida en los estratos
de menores ingresos, aunque se ha encontrado en diversas investigaciones que
esta conducta no es propia de determinada clase social y se suele dar en todos los
grupos socioeconómicos.
Culturales:
En este grupo se incluye a las familias donde los responsables de ejercer la tutela
o custodia de los menores no cuentan con orientación y educación acerca de la
responsabilidad y la importancia de la paternidad y consideran que los hijos son
objetos de su propiedad.
Sociales:
Cuando entre los padres se produce una inadecuada comunicación entre ellos y
sus hijos, se da pie a la desintegración familiar (modelo psiquiátrico/psicológico).
En la mayoría de los casos, esta causa va paralela al nivel socioeconómico de los
padres y el ambiente que rodea a la familia. Asimismo, es inducida por la
frustración o la desesperación ante el desempleo, los bajos ingresos familiares y
la responsabilidad de la crianza de los hijos.
Biológicas:
Se trata del daño causado a los menores que tienen limitaciones físicas, trastornos
neurológicos o malformaciones. Por sus mismas limitaciones, estos niños son
rechazados por la sociedad y por consiguiente sus padres o tutores los regalan o
aceptan con lástima. En estas circunstancias, el daño que se ocasiones a los
menores con discapacidad es mayor, pues agrede a un ser indefenso que no puede
responder en forma alguna.
5. Consecuencias:
Las consecuencias del maltrato infantil se hacen visibles a mediano y largo plazo
en el desarrollo psicosocial y físico de las personas. Es probable que detrás de
problemas de aprendizaje, de comportamiento y agresividad se escondan situaciones
de maltrato físico, abuso y/o abandono.
De acuerdo con Pons (2007), Los niños que crecen en hogares donde hay violencia
de pareja tienen mayor probabilidad de ser víctimas de maltrato, tienen problemas de
aprendizaje y habilidades sociales limitadas, aumenta la probabilidad de que se
conviertan en delincuentes y sufran depresiones y ansiedades.
Además de lesiones o cicatrices de diferentes épocas que han tornado a los niños
temerosos y suspicaces, encontramos una marcada dificultad para establecer
relaciones interpersonales profundas y estables. Los sentimientos de estima personal
no se desarrollan adecuadamente, porque se acepta al maltrato como algo que se
merece por sus incapacidades, asumiéndose que esto es normal y hasta en cierto punto
bueno para ellos.
Para Arredondo (1998) las consecuencias del maltrato infantil, son las siguientes:
Replicabilidad de las conductas agresivas: Tal vez uno de los efectos más
dramáticos de una situación de Maltrato Infantil, es el hecho de que aquel niño/a
o joven sujeto de las agresiones, posee una alta probabilidad de repetir esta misma
conducta violenta, esta vez como agresor/a. En este sentido, se ha observado que
una consecuencia de una experiencia de agresiones en la infancia es la necesidad
de modificar la posición de víctima que se tuvo en algún momento y transformarse
en victimario.
Por otro lado Mc Millan (2010), argumenta que todos los subtipos de maltrato dan
ligar a diversos trastornos, conforme se puede apreciar a continuación:
Asimismo Díaz (2008), manifiesta que las consecuencias del maltrato infantil son
su carácter intergeneracional y su relación directa con el deterioro del desarrollo
intelectual y emocional de los niños además, las estadísticas señalan que entre el 70 y
80% de padres que fueron maltratados, generan maltrato a sus propios hijos.
Así tenemos que Inglés (1995) en un estudio realizado en Cataluña, España refiere
que para 1988 calculó un total de 7,590 niños maltratados, lo que suponen un 5.09 por
mil de la población estudiada: niños entre cero y dieciséis años, cifra que no difiere la
que encuentran otros estudios europeos y norteamericanos; de todos los niños
maltratados el 57.2% eran varones y el 42.8% niñas. Tomando como referencia el
estudio de Inglés, para el Perú manejaríamos una cifra de 32,500 niños maltratados.
CEDRO informa una cifra de 25, 242 niños maltratados en zonas urbano marginales
en menores de 15 años.
Por otro lado Ponce (1995) llevó a cabo una investigación sobre la prevalencia del
maltrato infantil en la población escolarizada en Lima y Callao, en 1 100 niños de
ambos sexos, de 9 a 14 años. En dicha investigación el autor encontró que el 86.7%
que pertenecían al estrato alto, presentaban maltrato psicológico y emocional. El
maltrato físico se presentaba con mayor incidencia en el estrato bajo, con un 64.4%
que reportaba golpes físicos.
Las muertes representan sólo una pequeña parte del problema del maltrato
infantil. Todos los años, millones de niños son víctimas de abusos y desatenciones
que no llegan a causarles la muerte. Varios estudios internacionales revelan que, en
función del país, entre una cuarta parte y la mitad de los niños declaran padecer abusos
físicos graves y frecuentes en forma de palizas, patadas o inmovilización por ataduras.
Una gran parte de la violencia física descargada sobre los niños responde a fines de
castigo, y está aceptada tanto por los padres como por las normas sociales vigentes, e
incluso en las legislaciones, como forma de disciplina adecuada.
Por lo general, las niñas están más expuestas a los abusos sexuales, mientras que
los niños lo están al castigo físico severo. En algunas regiones, la desigualdad de
género y la discriminación conllevan para las niñas un riesgo adicional de muerte
como consecuencia de algún maltrato. Pertenecen a este grupo el infanticidio de niñas,
el asesinato “en defensa del honor” o la desatención específicamente vinculada a una
circunstancia de ser niña.
2. Intervención psicosocial:
Según Arinero (2006), nos dice que es de conocimiento y bien sabido que la
violencia forma parte de los acontecimientos trágicos diarios de nuestro mundo. Su
variedad de manifestaciones asola regiones y países, es responsable de lesiones y
muertes en los individuos y de pobreza en las sociedades. Establece, además, una
dinámica social confusa que se torna altamente insegura para la supervivencia
cotidiana de muchas personas.
Por otro lado, como lo indican Vite, López y Negrete (2010), un enfoque que se
viene trabajando es la variable molar sensibilidad materna, que surge de las
investigaciones realizadas sobre sincronía interaccional y prácticas parentales
positivas en el área de los problemas de comportamiento infantil. De manera
particular, la sensibilidad materna es un constructo que describe las respuestas de los
individuos que se encuentran involucrados en interacciones sociales diádicas. Cuando
se aplica al dominio paternal, se traduce en interacciones sincrónicas, reguladas y
oportunas, propias de un cuidador hábil en adaptarse al estado, necesidades y señales
de su hijo. Los niños, quienes tienen padres sensibles, reaccionan a ésta en forma de
aproximaciones positivas y cooperativas hacia sus padres a diferencia de los hijos de
padres poco sensibles quienes son más probables de mostrar afecto negativo
La mayoría de los niños que son criados en un entorno confortable, en el que sus
padres y otros cuidadores les brindan toda la orientación positiva, seguirán el camino
hacia un comportamiento socialmente apropiado.
Educar para la promoción del desarrollo integral de los niños y jóvenes supone
una actitud de valoración positiva de las necesidades en la infancia y la adolescencia
por parte de todos los agentes educativos y sociales implicados en la educación.
La idea clave en las nuevas propuestas pedagógicas sobre la atención en la infancia
y en la adolescencia: ir de la prevención del maltrato a la promoción del buentrato o
la necesidad de construir fundamentos educativos sobre las necesidades de la infancia
En este punto, resulta de gran interés el análisis que hace el profesor Félix López
cuando hace referencia a los condicionantes sociales que dificultan, en muchos casos,
el desarrollo óptimo y armónico de niños y jóvenes. La crítica se centra sobre todo en
el modelo de sociedad que estamos creando de manera aparentemente neutra pero
llena de significados.
Una sociedad donde se exalta el consumismo exacerbado y donde la violencia es
«consumida» por muchos niños y jóvenes cuando juegan con videojuegos de alto
contenido agresivo, sexista y violento.
3.
4.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
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