COLEGIO DE LA UNIVERSIDAD LIBRE

“Hacia un proyecto de Vida con Compromiso Social”

ORIGEN DE LOS JUDÍOS

LA HISTORIA DE ABRAHAM
Abram o Abraham es considerado el fundador del judaísmo y el pueblo Judío, abandonó
su tierra (Ur en la Mesopotamia) por orden de Dios para trasladarse a Palestina. La figura
de Abraham es fundamental no solo para los judíos sino que también es central en las
otras 2 “religiones Abrahamicas” más importantes (Cristianismo y Budismo). Aún hoy, a
los convertidos al Judaísmo se les llama “Hijos de Abraham, nuestro padre”.
Dios establece un pacto con Abraham, según la Biblia o el Torá (para los Judíos) el
cual desde su descendencia emergería su pueblo escogido, de él nacen dos hijos uno
ilegítimo Ismael y otro legítimo de la unión con Sara, su esposa, llamado Isaac.

ORIGEN DE LOS JUDÍOS

Mapa con las 12 tribus de Israel.

De los hijos de Ismael provienen los árabes y musulmanes ellos proclaman ser el pueblo
elegido ya que su padre es el primogénito; de los hijos de Isaac nace Jacob que luego
cambiaría su nombre a Israel. De esta forma surge la competencia por quien es el pueblo
elegido por Dios, lo que trajo como consecuencia frecuentes guerras.
Su descendencia agobiada por la hambruna se ve obligada a asentarse en el delta del Nilo
(región del imperio Egipcio), ahí son tratados como esclavos pero guiados por Moisés
atraviesan el desierto camino a la tierra prometida. La salida de Egipto a través del Mar
Rojo (denominada Éxodo en el Antiguo Testamento) y su peregrinación durante 40 años
por el desierto son momentos muy importantes en la historia del pueblo de Israel.
Jacob (Israel) tiene 12 hijos que a la vez fundan 12 tribus (este es el inicio de la historia de
Israel y la historia del pueblo de Israel), uno de ellos Judá, esta tribu se establece y a ese
lugar se le llama Judea, ya establecidos surgen los reyes como David, el más importante
(después de Moisés) de la historia Judía.

HISTORIA DEL PUEBLO DE ISRAEL

Como ya mencionamos anteriormente, originariamente los hebreos que más tarde se
llamaron judíos, eran tribus errantes que ocupaban la antigua Palestina, una zona que se
puede equiparar con el Israel moderno.
A partir del conjunto de tribus nómadas surgió un reino que perduró siglos, sin embargo el
pueblo de Israel fue conquistado en varias oportunidades por distintos imperios,
babilonios, asirios y griegos dominaron durante años estas tierras, finalmente con la
ocupación romana comenzó una era de sufrimiento creciente. Muchos judíos fueron
esclavizados y enviados a distintos rincones del Imperio Romano, la mayoría de los Judíos
resistían pasivamente pero una minoría fue activa violentamente y lograron conquistar la
fortaleza de Masada, fue el principio del fin de la nación Judía.

PUEBLO DE ISRAEL EN EL SIGLO I

En el año 73 después de mucho resistir Masada cae, durante años Palestina se mantiene
bajo el poder militar de los romanos. En el año 135 se produce una nueva rebelión
(caudillo Bar Kosebá), pero los romanos actúan rápidamente dejando al país casi
despoblado de Judíos, miles mueren en la rebelión, otros por hambre o plagas y muchos
fueron vendidos como esclavos, terminaron siendo minoría en su propio país.
La independencia Judía llega a su fin, llega entonces la Diáspora (Dispersión), este es un
hito importante en la historia del pueblo de Israel. La migración se da lentamente a lo
largo de varios siglos. En Roma poco después del nacimiento de Jesús, con un número
suficiente de Judíos se les comienza a perseguir, y al final del siglo I emigran en masa y en
el siglo IV ya se habían extendido a todo el mundo, llevando consigo su religión y su
cultura inalteradas (signo distintivo del Judaísmo).

LOS JUDÍOS EN LA EDAD MEDIA

En la edad media el Judaísmo y su convivencia con el cristianismo y el mahometismo
presenta al principio rasgos comunes: tolerancia religiosa bastante rígida, discriminación
social (obligados a llevar vestiduras especiales, a ostentar la Estrella de David, a vivir en
ghetos, o a vivir en sectores delimitados y a pagar impuestos especiales). Hacia el siglo X
se desplaza a Europa y comienza a diferenciarse en Judíos Sefaradíes (españoles) y
Azkenazies (alemanes) ésta división se da por tradición cultural y religiosa y no por
ubicación geográfica. Los que adquieren mayor importancia son los Sefaradíes en la
España musulmana primero y luego cristiana.
Es muy importante en la historia del pueblo de Israel, el papel de los judíos en la
configuración del alma Española. Su labor cultural tiene repercusiones universales. Su
intervención en la esfera económica cada vez más decisiva provocó una situación difícil, lo
que ocasionó que en Inglaterra, Francia y Alemania se dispusiera su expulsión (siglo XIII y
XIV), pero la mayor expulsión decretada fue la de los Reyes Católicos en España en 1492.
Así termina la lucha entre los “Cristianos viejos” y “Judíos conversos” con la expulsión de
España, la influencia del Judaísmo pasa a los Askenazies que brillaron en Ámsterdam y
Hamburgo.

JUDÍOS EN EL SIGLO XIX

A principio del siglo XIX renace una nueva esperanza para los Judíos efecto de la
Revolución Francesa, en Europa comienza un espíritu de liberalismo, muchos países
suavizan sus leyes anti-judías; pero esto duraría poco.
Aparece en escena el Antisemitismo, basado más en prejuicios raciales que religiosos,
iniciado en Alemania en 1870 y se extiende rápidamente a otros países y la Rusia Zarista
fue responsable de terribles matanzas de Judíos pero la furia de los nazis no se compara
con ninguna, cualquier otra matanza resulta insignificante, ellos fueron los responsables
de la muerte de más de 5 millones de Judíos que vivían en los países dominados por los
nazis (1939).

EL PUEBLO DE ISRAEL DEL SIGLO XX

La historia del pueblo de Israel toma un giro al aparecer el Movimiento Sionista, fue el
desenlace del Antisemitismo (fundado por Theodor Herzl). El movimiento basó su fuerza
religiosa, nacionalista y política en el hecho de que los judíos solamente podrían realizar
su destino en Palestina donde habían existido como nación.
El movimiento ganó apoyo rápidamente, culminando con una demanda abrumadora para
volver a Palestina y con la ayuda decisiva de Gran Bretaña en 1948 consiguió la
proclamación por la ONU del Estado de Israel.
Los árabes asentados en dicho territorio disconformes con esta decisión dieron batalla en
una cruenta guerra hasta que Israel logró asegurar su supervivencia y se esforzó por atraer
inmigrantes Judíos consiguiendo que en diez años (1950-1960) se asentaran 1 millón de
nuevos habitantes.
La tensión con los árabes se agrava a partir de 1964 y desembocó en la guerra de los seis
días (del 5 al 10 de junio de 1967) que dio a Israel el dominio de la península del Sinaí. La
tensión constituye un foco de inestabilidad peligrosísima para la paz mundial porque aún
hoy sigue latente.