ALFONSO L.

HERRERA (1869-1942)

Nació en la ciudad de México en 1869. Realizó sus estudios titulándose

de farmacéutico en 1889; ese mismo año ingresó al Museo Nacional
como ayudante de naturalista, especializándose después en biología.

Desde 1895 comienza a publicar artículos científicos en la revista La

Naturaleza y en las Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate; a
partir de 1887 escribe en los Anales del Museo Nacional los catálogos de
sus colecciones de mamíferos, aves, reptiles y batracios, de antropología
y peces.

Alfonso L. Herrera no sólo era un asombroso investigador, sino además

un genio creador que hacía surgir instituciones que luego eran brillantes:
en 1900 logró que la Secretaría de Fomento creara la Comisión de
Parasitología Agrícola bajo su dirección, hasta 1907, donde realizó una
labor extraordinaria.

Inicia su valiosa Ornitología mexicana en la que describe más de un

millar de especies de aves, quedando incompleta al aparecer, en 1912,
el último de sus volúmenes.

Otra de sus grandes facultades fue su brillante cualidad de maestro: en

1902 creó la cátedra de biología general en la Escuela Normal y en 1915
fue director del Museo Nacional de Historia Natural, mismo que se
fusionó con otras instituciones creando la Dirección de Estudios
Biológicos, dependiente de la Secretaría de Agricultura y Fomento, que
se transformó en el actual Instituto de Biología de la UNAM en 1929.

Relacionado por más de cuatro lustros con la docencia, además de la

Escuela Normal, fue profesor en la Escuela Nacional Preparatoria, el
Colegio Militar y posteriormente en la Facultad de Altos Estudios.

En 1922 fundó el Jardín Botánico y en 1923 colaboró en la creación del

zoológico de Chapultepec y de la Estación de Biología Marina en
Veracruz.

Concibió la teoría de la "Plasmogenia", la cual significó una gran

contribución en relación con el origen de la vida.

También dedicó parte de su vida al campo de la botánica, y prueba de

ello es su participación en 1884 como miembro del grupo de
investigadores que publicaron la tercera versión de la Farmacopea
mexicana, habiendo actualizado las de 1846 y 1874.

Su bibliografía es seguramente una de las más extensas de todos los

naturalistas mexicanos. Sus trabajos se encuentran publicados en La
Naturaleza, los Anales del Museo Nacional, Memorias de la Sociedad
científica Antonio Alzate, los Anales del Instituto Médico Nacional, el
Boletín de la Dirección de Estudios Biológicos y otros más. Entre sus
obras están los libros de Biología, Plasmogenia, Zoología, Botánica,
Geología, Nociones de biología, La biología en México durante un siglo,
estudios sobre algunos puntos fisicoquímicos, entre otros.

Murió en 1942 a la edad de 73 años.