Professional Documents
Culture Documents
A pesar de que una definición debiera ser el resultado último de una seria
investigación en cualquier rama del conocimiento, para efectos didácticos es menester
presentar a priori qué se entiende por Derecho Penal, aunque posteriormente se aclare
todo lo relativo a sus características, objeto y fin.
No existe al respecto de la definición del Derecho Penal una concepción única,
pues ésta dependerá no solamente del momento histórico en que se desarrolle o de la
escuela a la que pertenezca el autor que la exponga, sino también a las ideas propias
de este, por lo que habrá que reconocer tantas definiciones como autores que las
plantean, sin poder hacer una descalificación de las mismas, salvo por lo que respecta
a la confusión que en muchos autores persiste en considerar al Derecho Penal y la
Ciencia que lo estudia una misma cosa, error que se aclarará en el capítulo respectivo.
Por tratarse de la definición de un sector del Derecho en la que sólo se destaca
un papel particular que lo diferencia de otros sectores, de entre las diversas
concepciones pueden distinguirse, en primer lugar, las que optan por el criterio de las
teorías morales del Derecho (el llamado iusnaturalismo), por el formalismo jurídico o
por el realismo sociológico; y ya dentro de la ciencia jurídico-penal en particular,
pueden encontrarse las que surgen de las distintas escuelas que han planteado su
filosofía respecto de esta rama del universo jurídico, e igualmente pueden diferenciarse
las que atienden a su sentido objetivo o al subjetivo, y será ese el primer criterio al
que se atenderá, aunque no de manera exhaustiva y sólo para iniciar el estudio de
nuestra materia.
Concepto
Así como en el Derecho Penal Objetivo el estudio se centra en las normas
jurídico-penales y su sistematización, en el Derecho Penal Subjetivo se centra en la
potestad punitiva del Estado, en el llamado ius puniendi.
Se define la política criminal como poder de definición de procesos sociales
conflictivos como criminales. Este poder de definición en un Estado social y
democrático de derecho estaba sujeto a los condicionamientos de un Estado que tiene
por objetivo la consecución plena de la libertad y la igualdad. La decisión político-
criminal puede culminar bien sea en el desarrollo de una política social para solucionar
el conflicto o bien en la promulgación de una norma penal.
De esta forma, la norma penal viene a ser una de las alternativas político-
criminales. Si la alternativa es criminalizar el conflicto, el primer paso es la
promulgación de una norma penal. De esta forma, la norma penal pasa a ser la
plasmación de una alternativa político-criminal. Hay una estrecha relación entre la
política criminal y el ius puniendi, una relación de continuidad. Con el ejercicio del ius
puniendi acaba la política criminal y comienza otro proceso de definición, el de
definición del delito y del delincuente, esto es, de lo criminal.
En efecto, con la promulgación de la norma penal sólo ha dado un primer paso
en la incriminación de una conducta, sólo se ha producido la incriminación primaria.
Falta el segundo paso, que es el de que esa norma sea aplicada a una persona, que se
produzca la incriminación secundaria. Sólo con la conjunción de la incriminación
primaria y de la incriminación secundaria puede nacer lo criminal: con la norma y su
aplicación nace el delito y el delincuente.
En suma, podemos definir el Derecho Penal subjetivo o ius puniendi como una
decisión político criminal plasmada en una norma que declara punible un hecho y
perseguible a su autor. El ius puniendi es expresión del poder único y exclusivo del
Estado para ejercer la violencia legítima.
Sin embargo, esta potestad normativa penal del Estado está sujeta a límites
materiales, esto es, límites que están directamente relacionados con sus bases de
sustentación. Estos límites al ius puniendi se expresan en forma de principios que
tienen base constitucional. El Estado en la promulgación y aplicación de las normas
penales ha de mantenerse dentro del marco de estos principios garantistas. Luego, no
basta que la norma sea formalmente válida, esto es, que haya sido dictada cumpliendo
con los requisitos constitucionales en su tramitación, sino que es necesario que sea
también materialmente válida. Dicho de otra forma, que su contenido sea conciliable
con dichos principios que están dirigidos a los órganos encargados de la creación de
las normas penales. En lo que respecta a su aplicación, ésta ha de hacerse también
con respecto a dichos principios y a otros específicos de carácter procesal. Los jueces y
tribunales también tienen que respetarlos orientando su actuación con arreglo a ellos.
Su objetivo es evitar la arbitrariedad.
Ahora bien, como hemos expresado, el ius puniendi es una decisión político-
criminal que declara normativamente punible y perseguible un hecho, esto quiere decir
que los límites al ius puniendi están tanto a nivel de la creación de la norma penal
como al nivel de su aplicación. Los límites al nivel de la creación de normas penales
son las llamadas garantías penales. Los que lo son al nivel de la aplicación de las
normas penales son las llamadas garantías de persecución, procesales y de
ejecución. La conjunción de las garantías penales y procesales dan lugar a un sistema
penal garantista que no sólo legitima democráticamente el ius puniendi estatal sino
que también deslegitiman el uso abusivo de la potestad punitiva.
En todo caso, conviene dejar aclarado que los límites al ius puniendi tanto en la
creación de normas penales (garantías penales) que se señalarán a continuación, como
las que se expondrán en la lección siguiente (garantías de persecución, procesales y de
ejecución) son meramente proposiciones prescriptivas, esto es, que no describen lo
que ocurre en los procesos de creación y aplicación de las normas penales, sino que
prescriben lo que debiera ocurrir para que pudieran estar validadas en un Estado social
y democrático de derecho.
Pufendorf fue de los primeros en explicar claramente la idea de los derechos
subjetivos distinguiéndolos del Derecho objetivo como sistema de leyes, siendo
aquellos la facultad de hacer alguna cosa, concedida o permitida por las leyes. En este
sentido, Binding estableció el concepto de Derecho Penal subjetivo del Estado como la
facultad o derecho de castigar; aunque algunos autores como Mazini, negaran la
existencia del Derecho Penal en sentido subjetivo, arguyendo que éste no es más que
un atributo de la soberanía de los Estados.
Sin embargo, ha surgido la necesidad de responder a la cuestión de cuál es el
fundamento por el cual puede el Estado imponer una sanción a los que han incurrido
en la comisión de una acción que el mismo Estado ha determinado como delito, por lo
que han aparecido diversas explicaciones que van de la mano de lo que se denomina
en doctrina teoría de la pena.
LAS CIENCIAS PENALES. (Gustavo Balmaceda Hoyos: Manual de Derecho Penal Parte General)