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La arquitectura pública como texto social:

La historia de un muro de adobe


en Pacariqtambo, Perú (1915-1985)
Gary Urton

INTRODUCCION( 1 J

El objetivo de este estudio es el de construir una versión de la historia


de una comunidad en los Andes del sur del Perú durante el período desde
1915 hasta el presente. El texto de esta historia consiste de una serie de mu-
ros de adobe que rodean el recinto de la iglesia en la comunidad de Pacariq-
tambo (provincia de Paruro, departamento de Cusco), Perú . Los cambios que
se han llevado a cabo en estas paredes -por ejemplo, su deterioro, reparacio-
nes, etc. - a través de, aproximadamente, los últimos setenta años, constitu-
yen la base empírica de datos, así como también la motivación para la narra-
ción histórica aquí presentada. Lo que hace que el estudio de estas paredes
sea relevante a la construcción de la historia de una comunidad es el hecho
que éstas se encuentran divididas en cierto número de secciones, cada una de
las cuales es mantenida por uno de los diferentes grupos sociales de Pacariq-
tambo. Es esta conexión -metafórica y metonímica a la vez- entre los mu-
ros del recinto de la iglesia y los grupos sociales la que hace del estudio de
estas paredes algo más que una simple reconstrucción de la historia de la
arquitectura pública, porque con esta conexión la historia arquitectónica es
simultáneamente una versión, o una representación, de historia social.

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El tópico y los tipos de material estudiados en este ensayo nos permi-


tirán encarar una serie de problemas teóricos y metodológicos generales que
incluyen los siguientes interrogantes: ¿cómo podemos combinar un análisis
estructural, en un escenario en el cual las "estructuras" en consideración son
a un mismo tiempo arquitectónicas y sociales, con un entendimiento de los
eventos y procesos del cambio histórico? ¿Qué tipo de textos nativos podría
estar a disposición nuestra al emprender tal análisis en una sociedad esencial-
mente iletrada? Y,finalmente, ¿cuál es la relevancia (si la hay) del manteni-
miento contemporáneo de edificios públicos en una comunidad como Paca-
riqtambo para el estudio arqueológico de los restos de arquitectura pública
en los Andes? Estas preguntas representan algunos de los problemas encara-
dos en este ensayo.
Es tan sólo en el transcurso de la última década que las formulaciones
históricas se han convertido en un objetivo principal del estudio antropológi-
co de "sociedades analfabetas" o de comunidades como Pacariqtambo, en las
cuales el grado de alfabetismo es bajo y no existe un cuerpo significativo de
texto literario producido por el pueblo en general (en contraposición a los
numerosos archivos mantenidos por funcionarios gubernamentales o eclesiás-
ticos). En algunos casos, estas formulaciones históricas recientes (por ejem-
plo, Rosaldo 1980; Price 1983) han procurado contravenir las tendencias
formalistas, ahistóricas del paradigma estructuralista de los años sesenta y
setenta dirigiéndose hacia lo que Fabian (l 983:60) ha referido como "el pro-
blema del estructuralismo con el tiempo" (cf. Sahlins 1981 ). Un ejemplo se-
lecto de este problema es visfo en el ensayo de Lévi-Strauss titulado "Histo-
ria y Antropología". En este ensayo, Lévi-Strauss proponía que la tarea de la
antropología en el estudio de sociedades analfabetas debiera ser el buscar no
el contenido conciente de la historia, sino las "formas" inconcientes de la
vida. social (1967: 24-25 ). Una afirmación de Lévi-Strauss de esta meta de la
antropología, en la cual las estructuras son concebidas como diacrónicas o
trascendentales -y de esa forma ahistóricas-, es especialmente pertinente a
los temas trata dos en este estudio:
"El antropólogo está, por sobre todo, interesado en datos no escritos,
no tanto por el hecho que las gentes a quien estudia son incapaces de
escribir, sino porque aquello que principalmente les concierne difiere
de todo lo que ordinariamente la gente pensaría registrar en piedra o
papel (l 967:25-26)".

Lo que "difiere", y lo que es de interés fundamental, en el enfoque


de Lévi-Strauss, es la sedimentación de formas inconcientes y ahistóricas de
su matriz de contenido histórico y conciente. En este estudio de una serie de
paredes de adobe y de los grupos sociales.. que las mantienen, propongo de-
mostrar que lo que la gente en una comunidad en los Andes peruanos cons-
truye (tanto conciente como inconcientemente) en su reparación anual de
edificios públicos son estructuras arquitectónicas y sociales -sujetas a dete-

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rioro e interpretación social-- en y de la historia. Lo que aquí busco es un en-


tendimiento de la relación entre "procesos reestructurativos" periódicos (es
decir, prácticas de mantenimiento) y la interpretación social y usos de los
frágiles palimpsestos de adobe de arquitectura pública reproducida por estos
procesos. Una nota adicional de introducción será útil para explicar por qué
he elegido utilizar un análisis de arquitectura pública como punto de partida
para escribir la historia de una comunidad.

LA HISTORIA ETNOGRAFICA DE UN PROBLEMA ESTRUCTURAL

Pacariqtambo es un pueblo con una población, esencialmente que-


chuahablante, de unas 850 personas. Se ubica 70 kms. al sur del Cusca por
carretera. El principal sustento de la economía doméstica en esta región es la
agricultura, aunque la ganadería y el comercio también son actividades im-
portantes. Las principales agrupaciones sociales en Pacariqtambo son diez
grupos, no-localizados y con nombres propios, genéricamente denominados
ayllus (ver Urton 1984, 1985. 1986, s/f.a). Los ayllus en Pacariqtambo son
grupos ceremoniales y terratenientes, basados en el parentesco; cada uno tie-
ne la responsabilidad de asumir una parte del trabajo requerido en la cons-
trucción y mantenimiento de edificios públicos tales como el cabildo, la igle-
sia, el horno comunal y los canales de riegó alrededor de la comunidad. Estos
deberes de servicio público son ejecutados generalmente por medio de faenas
desempeñadas dentro del contexto del ayllu, las mismas que son convocadas
en el transcurso del año. Estas faenas constituyen los principales escenarios
para la interacción cooperativa y competitiva entre los ayllus en Pacariqtam-
bo, así como en otras comunidades de los Andes (véase Gelles 1984; Ossio
1981; Poole 1984 y Sherbondy 1982).
En un estudio publicado en 1984 hice una descripción e interpreta-
ción inicial de materiales etnográficos y etnohistóricos recogidos en trabajo
de campo en Pacariqtam bo en 19 81-8 2, concernientes a la práctica de dividir
los proyeetos de trabajo público en secciones o surcos, llamados chhiutas
("trecho, extensión ")(2). Las divisiones en chhiutas son hechas como base
para la distribución entre los ayllus de la responsabilidad por la construcción
o mantenimiento de edificios públicos. Un ejemplo de la división en chhiutas
tratado en ese artículo es el de la división del -muro de adobe alrededor del
recinto de la iglesia. Estas paredes se hallan divididas en nueve secciones, cada
una de las cuales es asignada a un ayllu diferente. En 1984, en mi análisis de
la organización de las chhiutas y de la labor pública realizada en ellas, recal-
qué la importancia de las faenas comunales como parte de los procesos loca-
les por medio de los cuales las relaciones jerárquicas entre los ayllus son re-
formuladas de un año a otro.
En las conclusiones de ese estudio anterior sugerí que, desde una
perspectiva histórica, la reparación anual de las chhiutas de los muros de la
iglesia proporcionaría un contexto en el cual los cambios en la composición

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jerárquica de los ayllus -por ejemplo, la añadidura o eliminación de ayllus.


así como también cambios en sus status relativos- podrían ser representados
en un escenario público. Debido a que en 1984 poseía pocos datos con los
cuales demostrar cómo estos procesos de transformación podrían represen-
tarse en cambios reales a través del tiempo en las chhiutas del muro del recin-
to de la iglesia , no proseguí la interpretación histórica de estas estructuras
más allá de hacer alusión a su potencial para "documentar" reflexivamente
los cambios sociales en la comunidad (Urton 1984:38-39).
En ocasiones ulteriores a mi investigación de campo en 1981-82 con-
tinué visitando Pacariqtambo durante, por lo menos, un par de semanas cada
año desde 1983 hasta 1985. Como los muros del recinto de la iglesia habían
despertado mi interés, fotografié estas paredes en cada una de esas visitas
subsiguientes. A raíz de este estudio prolongado noté cada vez con más clari-
dad que los muros del recinto de la iglesia continuamente estaban sujetos a
cambios. En algunos casos, las chhiutas eran significativamente mejoradas de
un año a otro, mientras que en otros había chhiutas notablemente deteriora-
das . La perspectiva que comenzó a emerger de los muros como un compo-
nente dinámico de la vida de la comunidad se vio acrecentada y sus implican-
cias históricas fueron enfocadas con mayor claridad al encontrar unas foto-
grafías tomadas en Pacariqtambo y sus alrededores en 1915 y 1945. Estas
fotos , algunas de las cuales muestran porciones de las paredes del recinto de
la iglesia, proveen la documentación para construir una historia más amplia
sobre éstas. Además, en base a la metáfora aludida anteriormente entre
chhiutas y ayllus, la información proporcionada por las fotografías sirve
como base para construir una versión de la historia de los ayllus en sí, desde
1915 hasta el presente. El objetivo de este artículo es analizar la ca-reproduc-
ción de estas estructuras históricas interrelacionadas -es decir, las paredes y
los ayllus- a través de los últimos setenta años.

RELACIONES JERARQUICAS EN LA COMUNIDAD DE


PACARIQTAMBO
Es importante, por razones que serán posteriormente evidentes, co-
menzar por establecer la extensión y naturaleza del tipo de comunidad que
aquí se está considerando. Con el término "comunidad" me estaré refiriendo
a una agrupación de pueblos dentro del distrito de Pacariqtambo. Esta agru-
pación incluye a la comunidad campesina de Pacariqtambo en sí, que es la
capital del distrito de Pacariqtambo, además de unos trece pueblos menores,
con poblaciones de entre cuarenta y hasta cuatrocientos habitantes, que se
encuentran esparcidos por los alrededores de la capital distrital. Seis de estos
pueblos están oficialmente reconocidos como anexos de la capital del distri-
to ; los siete pueblos restantes no poseen tal status oficial. Estas poblaciones
no-anexas son designadas como ''comunidades" y "sectores" de Pacariqtam-
bo(3 ). Los residentes de varios de los anexos son responsables de ayudar en

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Urton: Arquitectura pública

el mantenimiento de edificios públicos y de asistir en las celebraciones de


fiestas religiosas en la capital del distrito. La realización de estas obligaciones
comunales constituye dos de los criterios para el reconocimiento de un pue-
blo como anexo ( cf. Mallan 1983: 65 ). Es este conjunto política, económica
y ritualmente integrado de asentamientos humanos jerárquicamente relacio-
nados -es decir, la capital distrital, los pueblos anexos y no anexos- el que
constituye la "comunidad" de Pacariqtambo.

a) Los ayllus y las mitades

Como mencionamos anteriormente , los residentes de la comunidad


de Pacariq tambo se encuentran divididos en diez ayllus. Estos son grupos de
tenencia de tierras y de labor (y servicio) pública. Desde tiempos de la Refor-
ma Agraria a fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, que condu-
jo al desmembramiento de las siete u ocho haciendas que habían en el distri-
to de Pacariqtambo, los ayllus se han convertido en los principales grupos
dueños de tierras de la comunidad.
Las tierras pertenecientes a cada ayllu son distribuidas entre aquellos
miembros que ejercen derecho hereditario y de usufructo sobre parcelas indi-
viduales. A cada ayllu le es también asignada una participación en las tierras
de cultivo de papa, que son de propiedad comunal (Urton s/f.a).
Los nombres de los diez ayllus del pueblo de Pacariqtambo están pre-
sentados en el Cuadro No. l. Como se ve en éste, los diez ayllus se dividen
parejamente en dos mitades (moieties), llamadas Hanansayaq ("de la parte
alta") y Hurinsayaq ("de la parte baja"). Como indican los nombres de las
mitades, estos dos grupos de ayllus están jerárquicamente relacionados entre
sí. Las características de esta jerarquía son sutiles y difíciles de definir con-
cretamente, pero las expresiones más claras se ven en la forma general de de-
ferencia que es otorgada a los miembros de los ayllus de la mitad superior
por los de la mitad inferior en circunstancias rituales (por ejemplo, durante la
celebración de fiestas religiosas), en época de faenas comunales y en el orden
de llamada de lista de ayllus durante las asambleas comunales. Este principio
de jerarquización también se extiende a la relación de los ayllus que confor-
man una sola mitad ; esto es, los ayllus son enumerados en orden de primero
a quinto , como muestra el Cuadro 1:
CUADRO No. /
Hanonsayaq Hurinsayaq

l. Nayhua l. San Miguel


2. Quinhuara 2. P'irca
3. Aqchakar 3. Yanchacalla
°
4. Qarhuacalla 1 4. Waychu
S. Qarhuacalla 2º S. Pumatambo

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Artículos, Notas y Documentos _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Las bases de estas categorizaciones intraparciales involucran diferen-


cias entre los cinco ayllus de cada grupo con respecto a las siguientes caracte-
rísticas: a) el número de familias afiliadas a cada ayllu (el alcance de filia-
ción es entre 12-60 hogares)'; b) la "edad'' conceptual de los ayllus (más anti-
guo= más alto; más joven= más bajo) ; c) diferencias en las exigencias econó-
micas y laborales en las fiestas para las cuales los ayllus poseen el cargo; y d) a
diferencia de los primeros cuatro ayllus de cada mitad, los quintos ayllus no
poseen maizales separados para el uso de segundos para fines de patrocinar
fiestas y faenas del ayllu. Este último par de rasgos, que distinguen a Qarhua-
calla Segundo y Pumatambo de los otros cuatro ayllus en sus respectivas mi-
tades, adquirirá una significación considerable en nuestra discusión de la his-
toria de los muros de la iglesia. Debe mencionarse que estas dos categoriza-
ciones intraparciales no dejan de estar relacionadas entre sí. Por ejemplo, es
la diferencia relativa en categoría entre los dos "primeros" ayllus, en que
Nayhua -que frecuentemente es referido como qol/ana ("supremo , primer")
ayllu- precede a San Miguel, la que más frecuentemente es mencionada
como la base para la categorización global de los ayllus de Hanansayaq sobre
los de Hurinsayaq .

b) Los anexos de las mitades


El componente final de la organización comunal que debiera ser men-
cionado para así ordenar el escenario del estudio del mantenimiento de los
muros del recinto de la iglesia , es el de los pueblos anexos. Como anterior-
mente mencioné, existen seis pueblos alrededor de Pacariqtambo que poseen
categoría de anexos. Lo que es particularmente importante en estas poblacio-
nes, para nuestro propósito, es el hecho de que tres de ellas son consideradas
por los ayllus de Pacariqtambo como "pertenecientes a'' - o afiliadas con- la
mitad superior y tres, a la inferior (ver Cuadro No. 2).
CUADRO No. 2

Harwnsayaq Hurinsayaq
Nayhua P'irca
Colqueucru Qoypa
Mollebamba- Warubamba
Ayllu Pachecti

Las expresiones más claras sobre la afiliación de los anexos con sus
respectivas mitades son, primero, que algunos de los anexos poseen los
mismos nombres que los ayllus de Pacariqtambo (Nayhua, P'irca) y, segundo,
que los residentes de los anexos frecuentemente prestan apoyo o servicio a
los ayllus para ciertas empresas, tales como ayudar en la celebración de fies-

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tas patrocinadas por el ayllu y trabajar en los maizales de los jefes de los
ayllus. En dichas ocasiones, los hombres de los ayllus frecuentemente se re-
fieren a los residentes de los anexos como yerno o qatay ("cufiado" ; es decir,
hombre ingresado al grupo mediante el matrimonio). Traigo aquí a colación
el aspecto de los anexos porque más adelante veremos que los nombres de
dos de estos pueblos -Pachecti y Qoypa- aparecen como ayllus de Pacariq-
tam bo en documentos etnohistóricos hasta comienzos de este siglo. Trataré
sobre estos datos etnohistóricos en el momento apropiado.
En resumen, la categorización jerárquica es un aspecto central de las
relaciones entre los grupos sociales y asentamientos humanos en el distrito de
Pacariqtambo. Como veremos en las secciones siguientes, una de las formas
en que estas categorizaciones son continuamente construidas y representadas
en un ámbito público es en el mantenimiento de la arquitectura pública.

EL PUEBLO DE PACARIQTAMBO-Y LAS CHHIUTAS DE LAS PAREDES


DEL RECINTO DE LA IGLESIA
El pueblo de Pacariqtambo fue fundado como reducción durante el
programa de construcción urbana impuesto a lo largo de los Andes por el
virrey Francisco de Toledo entre 1569 y 1581 . La reducción de Pacariqtam-
bo, originalmente denominada San Pedro de Quiñoca (Ulloa 1909), fue cons-
truida y poblada en 1571 por los miembros de once ayllus previamente dis-
persos, todos miembros en apariencia del grupo étnico de los Mascas (Poole
1982). Poco tiempo después de la fundación de la reducción , los miembros
de los ayllus comenzaron a desplazarse, regresando a sus asentamientos ori-
ginales. Este proceso , reproducido en otras reducciones de los Andes (cf.
Gade y Escobar 1982), probablemente es el responsable de la situación actual
en Pacariqtambo, en la cual varios pueblos se encuentran esparcidos por los
alrededores de un pueblo construido como reducción durante el período co-
lonial. El regreso de algunos, pero no todos, de los miembros de los ayllus a
sus lugares de origen podría explicar por qué hoy en día ciertas aldeas alrede-
dor de Pacariqtambo poseen los mismos nombres que ayllus en el pueblo.
El diseño urbano de Pacariqtambo refleja su herencia española colo-
nial (ver Figura l ). El pueblo está construido sobre un plano reticulado de
estilo europeo, con calles intersectantes que corren de norte a sur y de este a
oeste, formando cuadras y manzanas de casas. Aproximadamente en el cen-
tro del pueblo se encuentra una iglesia grande que data del período colonial,
la misma que, junto con su espacio adyacente, forma un recinto rectangular.
Al este del recinto de la iglesia y junto a él se encuentra una plaza rectangu-
lar abierta que cubre un área algo mayor que la ocupada por la iglesia y su
recinto.
Por la información recogida en los documentos etnohistóricos dispo-
nibles queda claro que hubo una iglesia en el centro de Pacariqtambo desde
la construcción inicial de la reducción en 1 571 (Ulloa 1909). Los muros que

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Artículos, Notas y D o c u m e n t o s - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Figura l
Plano de Pacariqtambo

1ihiii@ztnUAchurchyard walls

rodean el recinto de la iglesia pueden haber sido construidos a comienzos de


la década de 1770. En un documento fechado en 1772, varios miembros de
ayllus testificaron en contra del sacerdote que servía a la comunidad en ese
tiempo , el Dr. Pedro Crisólogo de Villacorta. El cura fue acusado de mante-
ner a cuatro "concubinas" en el pueblo y, además, de haber obligado a "[los]
yndios tributarios en sus servicios sin darles de comer , las continuas faenas en
que es en reserva dia de la Asencion del Santa Nielve la Pasqua de Pentecos-
tes mando· haser adobes por calles, plazas hasta llenar el sementerio ... "
(A.A.C. , VIII, 2.23 , f. 55v). Dado que el cementerio de la comunidad se en-
contraba dentro del recinto de la iglesia hasta comienzos del presente siglo,
este documento sugiere que las paredes del cementerio (recinto de la iglesia o
camposanto) pudieron haber sido construidas en 1772 o, por lo menos, que
un gran trabajo de reconstrucción de las paredes se llevó a cabo ese año .
., A las paredes del recinto de la iglesia se les llama a menudo los Cura-
wa surcos ("los surcos del Cura"). Estas paredes, así como la iglesia, su recin-

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to y el campanario , están bajo el control del cura que visita la comunidad


contadas veces al año desde su asiento de parroquia en el cercano pueblo de
Yaurisque. El principal interés del cura es la observación debida de ceremo-
nias católicas, incluyendo las fiestas en los días de los santos. Además, como
máxima autoridad local sobre toda la propiedad eclesiástica en el distrito, el
sacerdote ordena a la gente del pueblo que cuide o mantenga los edificios que
están dentro del recinto de la iglesia. Es importante remarcar que el cura no
se preocupa por los detalles particulares de cómo estos edificios son manteni-
dos. Esto es, a él no le interesa si un ayllu es responsable por una sección del
muro u otro ayllu por otra sección, etc. Más bien , el cura simplemente insiste
en que los muros del recinto deben ser mantenidos ; la forma en que sea cum-
plido este mandato es algo que la comunidad debe decidir.
En la distribución de estas tareas de mantenimiento dentro del Paca-
riqtambo actual, la iglesia y el campanario son de responsabilidad conjunta
de los hombres que ejercen los cargos por dos años asignados a sus respecti-
vos ayllus para las diversas misas y fiestas que son celebradas cada año en el
pueblo; existen 18 de estas posiciones de cargo (ver Urton 1986). Las pare-
des del recinto de la iglesia en sí son de responsabilidad de los ayllus, a cada
uno de los cuales le son asignados uno o dos tramos (chhiuta) de muro . La
Figura 2 muestro las asignaciones de secciones de pared a ayllus. Las divisio-
nes de chhiuta son esencialmente líneas rectas que cruzan el recinto de la

Figura 2
Las chhiutas de/recinto de la iglesia y de la plaza
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Artículos, Notas y Documentos _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

iglesia de este a oeste dividiendo las paredes, además del recinto de la iglesia
y la plaza, en nueve tramos rectangulares, también llamados chhiutas (ver
Urton 1984 ). Las paredes virtualmente rodean la totalidad del recinto de la
iglesia, con excepción de la mitad norte del lado este, donde la pared oriental
del edificio de la iglesia evita la necesidad de un muro. Debido a la ubicación
de la iglesia dentro del recinto, las chhiutas en la mitad sur incluyen seccio-
nes de pared en ambas partes del recinto, mientras que las chhiutas en la mi-
tad norte, así como también en ambos extremos, están compuestas de tra-
mos individuales continuos (la chhiuta en el extremo sur del recinto está en
realidad dividida en dos partes por la entrada al recinto desde el sur).
Varios problemas relacionados con la interpretación de las chhiutas
de los muros de la iglesia saltan a la vista observando la Figura 2. Por ejem-
plo, si existen diez ayllus en Pacariqtambo, ¿por qué sólo hay nueve chhiu-
tas? ¿Y por qué Qoypa, que es un anexo de Pacariqtambo (ver Cuadro 2),
tiene responsabilidad por una chhiuta? Estos son dos de los interrogantes
centrales de los cuales me ocuparé en el estudio histórico de las paredes del
recinto de la iglesia. Trataré de estos y otros problemas tras una considera-
ción de los procedimientos contemporáneos de mantenimiento de las pare-
des.
El estado ideal de las paredes es que deben ser sólidas, esto es, sin
adobes que se estén desintegrando; debería haber algún tipo de material de
techumbre, tal como pasto o tejas de arcilla cocida, cubriendo las paredes
para protegerlas de la lluvia e, idealmente, las paredes deberían estar enjalbe-
gadas. Cuando algunas secciones de los muros se descomponen, los jefes de
los ayllus que son responsables por estas chhiutas convocan faenas para repa-
rarlas . Seguidamente proporcionaré una descripción de la historia del mante-
nimiento de la pared oriental del recinto de la iglesia de 1981 a 1985. Duran-
te este período pasé un total de 18 meses en el pueblo y cuento con una más
completa documentación fotográfica sobre las paredes.

UN DIALOGO A TRA VES DE LA PARED ESTE DEL RECINTO DE LA


IGLESIA: 1981 - 1985
. - -
Lo que propongo establecer en esta sección es la naturaleza explíci-
tamente política del mantenimiento de las paredes del recinto de la iglesia.
En otras palabras, las paredes son mantenidas y refaccionadas no solamente
debido a un acatamiento general del mandato del cura de mantener estas es-
tructuras bien reparadas, sino porque, lo cual es más importante aún, estas
paredes constituyen uno de los principales ambientes o espacios para un
constante diálogo público entre los ayllus. Sostendré que , dado que los tér-
minos de este diálogo cambian a través del tiempo, los muros de la iglesia
constituyen un.o de los escenarios en los cuales estos cambios son represen-
tados; es en este sentido en que las paredes pueden ser asemejadas no sola-
mente a un texto, sino también a un palimpsesto, un documento que ha sido

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escrito, borrado, nuevamente redactado y así sucesivamente en varias oportu-


nidades.
La Lámina 1 es un fotomosaico tomado desde dentro del recinto de
la iglesia por el autor en 1981. La foto muestra la par~d este del recinto a la
izquierda del centro y la pared sur, con su entrada, a la derecha. La Casa
Cural está localizada inmediatamente detrás de la pared este, mirando hacia
el recinto de la iglesia. En esta exposición haré referencia solamente a la pa-
red este. Comenzando desde la esquina, en el centro de la fotografía, hay tres
chhiutas visibles a la izquierda a lo largo de la pared este; estas chhiutas son
de responsabilidad de los siguientes ayllus (cf. Lámina 1): chhiuta No. 1-Nay-
hua, No. 2-San Miguel, No. 3-P'irca. Nayhua es el primer ayllu de la mitad su-
perior; San Miguel y P'irca son, respectivamente, el primer y segundo ayllu
de la mitad inferior (ver Cuadro 1 ). Mientras que mis fotografías de 1981 no
se prestan para ensamblar un fotomosaico íntegro de la pared este para ese
año, la Figura 3 es una representación precisa de la pared en su totalidad en
ese tiempo.
Además de las tres asignaciones de chhiutas identificadas en la Lámi-
na 1, es posible identificar en la Figura 3 las chhiutas restantes a lo largo de
la pared este del recinto de la iglesia; éstas están asignadas así: No. 4-Waychu
y No. 5-Yanchacalla. Estos dos ayllus son, respectivamente, el cuarto y tercer
ayllu de la mitad inferior.

Figura 3
Las chhiutas de la pared este del recinto de la iglesia, 1981

5. 4. 3. 2. l.
Yancha calla Waychu P'irca San Miguel Nayhua

En 1981, la chhiuta mejor mantenida era la perteneciente a San Miguel


(No. 2). El muro de esta chhiuta está bien reparado, se encuentra enjalbegado
y techado con tejas de arcilla. Si bien las paredes de las otras chhiutas se en-
cuentran en buen estado, ninguna de ellas está pintada y la mayoría están te-
chadas con paja ·o ichu (y /o 'con maléza y cizafía) para protegerlas de la lluvia.
Dado que visité Pacariqtambo durante cada año desde 1981 hasta 1985, pude
fotografiar la pared oriental del recinto por lo menos una vez al año durante
ese período. Los cambios generales en la pared durante estos cinco años fue-

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ron bastante dramáticos; la Lámina 2 muestra el resultado final de estos cam-


bios. La sucesión de cambios que lleva de la condición de las paredes en 1981
(Lámina 1) a la de 1985 (Lámina 2) fue como sigue:
l 982-- la pared permaneció esencialmente como aparecía en 1981. El enjal-
begado en la chhiuta No . 2 (San Miguel) comenzaba a palidecer.
1983- la chhiuta No. 1 (Nayhua) fue techada con tejas.
1984- un hueco grande fue perforado en la chhiuta No. 4 (Waychu).
1985- la chhiuta No. 3 (P'irca) fue techada con tejas. El enjalbegado en la
chhiuta No. 2 (San Miguel) continuó descolorándose.
Sucediéronse tres tipos de cambios durante el período de cinco afios
de estudio de la pared este del recinto de la iglesia: primeramente, un proce-
so (natural) de envejecimiento y deterioro; segundo, el mejoramiento de dos
de las chhiutas ; y tercero, la destrucción parcial de una de las chhiutas. Es
importante reparar en los ayllus que estaban asignados a las chhiutas que pa-
saron por estos dos últimos procesos de cambio y en qué orden se sucedie-
ron, porque estos cambios representan nuevas etapas en el diálogo público a
través de la pared oriental del recinto de la iglesia. O sea, en 1983 Nayhua
techó su chhiuta con tejas de arcilla cocida. Esta mejora introducida por
Nayhua, el primer ayllu de la mitad superior, fue una respuesta a la mejor
condición de la chhiuta adyacente (No. 2), que pertenece a San Miguel , el
primer ayllu de la mitad inferior. En 1984, un gran hueco fue perforado en
la chhiuta de Waychu (No. 4) o la pared simplemente se derrumbó, no pude
determinar cuál de las dos cosas ocurrió. Ninguna de las personas con quien
hablé (principalmente miembros de la mitad superior) en relación al hueco
en la pared de Waychu, parecía particularmente sorprendida por la condición
pobre de esta chhiuta. Waychu, el cuarto ayllu de la mitad inferior, es fre-
cuentemente caracterizado como constituido por un grupo de gente pobre ,
de un atraso poco común y generalmente bastante desorganizado (cf. Urton
1985 :276). Finalmente, hasta donde pude determinar, el techado de la pared
de la chhiuta No. 3 con tejas de arcilla cocida, realizado en 1985 por P'irca,
el segundo ayllu de la mitad inferior, fue un comentario sobre la calamitosa
condición de la chhiuta contigua perteneciente a Waychu (No. 4 ), así como
también fue una respuesta al anterior mejoramiento en la chhiuta No. 1 por
Nayhua; P'irca y Nayhua están en mitades opuestas y P'irca es considerado
como el ayllu "hermano" de San Miguel.
La secuencia de hechos y "comentarios" arriba descrita representa
etapas sucesivas en un diálogo constante entre los ayllus. Estas acciones y
contra-acciones en el mantenimiento de las paredes del recinto de la iglesia
constituyen la dinámica de la comparación metafórica (y de las relaciones
metonímicas) entre la historia de los muros y la historia de los ayllus. Este
ejemplo de un diálogo de cinco años entre los ayllus a lo largo de la pared
oriental de la iglesia proporciona una clara muestra del forcejeo político
-construido a través de prácticas de mantenimiento- que se lleva a cabo en
el transcurso de los años. Es sobre este trasfondo que podemos emprender un

No. 1, Julio 1988 237


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análisis de la historia de ambos, el recinto de la iglesia y los ayllus, a través de


un período más largo. Podemos hacerlo gracias a la existencia de un registro
fotográfico excepcionalmente bueno del pueblo de Pacariqtambo desde co-
mienzos de este siglo.

TRANSFORMACION DEL TEXTO A LARGO PLAZO: EL REGISTRO


FOTOGRAF/CO DESDE 1915 A 1985
Lo que es particularmente interesante de Pacariqtambo, como comu-
nidad campesina, pequeña y relativamente aislada en los Andes, es el hecho
de que existe una cantidad de fotografías del pueblo que fueron tomadas en
1915 y 1945. Estas fotografías constituyen los principales documentos que
utilizaré en el análisis histórico del texto de la arquitectura pública.
La curiosidad motivada por el presunto linaje real del pueblo (o del
distrito) ha atraído a numerosos visitantes a esta pequeña comunidad duran-
te el último siglo. En otras palabras, en varias crónicas españolas tempranas,
el toponímico Pacariqtambo ("la posada del amanecer") es descrito como
uno de los lugares de origen de Manco Capac, el fundador del imperio Inca
en la ciudad de Cusco (por ejemplo, Callapiña 1974 [ 1542? ]; Murúa 1962
[1590] y Sarmiento de Gamboa 1960 [1572]; cf. Zuidema 1964). En los
numerosos relatos de esta versión del mito Inca de origen registrados en di-
versas crónicas españ.olas, Pacariqtambo es situado entre cinco y siete leguas
(aproximadamente 27-35 kms.) al sur o sureste de Cusco (ver Urton, s/f b).
Es debido a la condición de "Pacariqtarnbo" corno el supuesto lugar de ori-
gen del primer monarca del imperio Inca que muchos viajeros tempranos y
estudiantes de historia incaica visitaron esta área a través de los años. Un le-
gado de estos visitantes es el excepcionalmente buen registro fotográfico de
la comunidad.
Las fotografías más antiguas conocidas de Pacariqtambo fueron cap-
tadas por el célebre explorador norteamericano Hirarn Bingham( 4 ). Este, que
visitó Pacariqtarnbo pocos años después de descubrir Machu Picchu, pensaba
que el propio Machu Picchu era el "verdadero" Pacariqtambo, esto es, el
lugar de origen de los Incas. En consecuencia, Bingham emprendió un reco-
nocimiento de los sitios arqueológicos dentro del distrito que se conocía con
el nombre de Pacariqtarnbo para poder así comparar estas ruinas -corno lo
hizo más tarde, y desfavoráblernente- con las espectaculares ruinas de
Machu Picchu (Bingharn 1930:225 y 229-230). Mientras llevaba a cabo su
reconocimiento en el área del actual distrito de Pacariqtam bo, Bingharn
captó varias fotografías del pueblo en sí. La Lámina 3 es un mosaico com-
puesto de dos fotografías que fueron tornadas por Bingham desde el noroeste
en una ubicación predominante sobre el pueblo. El sitio aproximado desde
donde fueron tornadas estas dos fotografías está indicado con una "X" en la
parte superior izquierda de la Figura 1.
La siguiente fotografía de Pacariqtarnbo que tengo a disposición, fue

No . 1, Julio 1988 239


Artículos, Notas y Documentos _______________________
240 Revista Andina, año 6
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tomada en 1945 por el arqueólogo peruano Jorge C. Muelle (1950). Al igual


que Bingham, Muelle se interesó principalmente en estudiar los sitios en el
área para poder así comparar el registro arqueológico de ésta con materiales
de otras partes del Cusco, como una manera de encarar el interrogante de si
la región de Pacariqtambo podría o no haber sido el lugar de origen de los
Incas(5). Mientras llevaba a cabo su reconocimiento arqueológico , Muelle
pasó un día, el del Carnaval, en Pacariqtambo. Durante su breve visita , Muelle
registró información sobre la celebración del Carnaval y sobre otras costum-
bres locales (en particular la concerniente a costumbres matrimoniales); tam-
bién tomó una fotografía del pueblo (ver Lámina 4 ). La panorámica de
Muelle fue captada virtualmente desde el mismo lugar del cual Bingham tomó
su fotografía treinta años antes. Las fotografías de Bingham y Muelle nos
permiten inspeccionar momentos en la historia de la arquitectura pública en
Pacariqtambo desde hace unos setenta años.

"DESCONSTRUCCION" TEXTUAL: EL DETERIORO DE UN SEGMENTO


DE PARED

La Lámina 5 contiene una yuxtaposición de dos aproximaciones, to-


madas de las fotos hechas por Bingham y Muelle, del segmento de la pared
del recinto de la iglesia localizado a lo largo del flanco nor-oeste, inmediata-
mente al oriente del pasaje entre la iglesia y la municipalidad (ver Figura 1,
flecha).
La Lámina 6 es un fotomosaico compuesto de varias fotografías
tomadas por el autor en 1985 desde el lado oeste de la plaza mirando hacia
la iglesia. El lado izquierdo de la Lámina 6 muestra una vista actual de la sec-
ción del muro cercana a la esquina nor-oeste del recinto de la iglesia; ésta es
la misma esquina que es vista desde el ángulo opuesto en las dos fotografías
anteriores en la Lámina 5.
En 1915 (Lámina 5a), las paredes en la esquina nor-oeste del recinto
de la iglesia parecían estar en buena condición; la sección de pared a la iz-
quierda de la esquina parece haber sido tarrajeada con una mezcla fresca de
estuco de barro. Treinta años después, en 1945 (Lámina 5b ), la sección de
pared a la que nos referimos se había deteriorado considerablemente. Sólo
un pequeño trecho de la pared se mantenía en pie por encima del pasaje
entre el recinto de la iglesia y la municipalidad. En 1985 (Lámina 6), la sec-
ción nor-oeste de la pared se redujo a varias filas horizontales de adobes; las
ventanas abovedadas, elaboradamente construidas, a lo largo de la pared
oeste, una de las cuales es aún visible cerca a la esquina nor-occidental en la
fotografía de Muelle, ahora han desaparecido.
Propongo encarar dos cuestiones que conciernen a la historia arqui-
tectónica registrada: en las Láminas 5 y 6. Primero, ¿por qué se dejó que el
muro de adobe a lo largo del lado nor-oeste del recinto de la iglesia se dete-
riorara entre 1915 y 1985? Y segundo, ¿cuál es el comentario social que re-

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presenta la falta de mantenimiento de esta pared, que comienza en algún mo-


mento entre 1915 y 1945 y continúa hasta el presente? En lo que sigue, de-
mostraré que las respuestas a estos dos interrogantes, que inicialmente pare-
cerían ser no más que un ejemplo trivial de la inestabilidad del adobe como
material de construcción, involucran cambios fundamentales que ocurrieron
en las organizaciones sociales, políticas y rituales en el distrito de Pacariq-
tam bo desde 1915 hasta el presente. Más aún, argüiré que la Lámina 5 cons-
tituye un excelente documento para ayudarnos a comprender la naturaleza y
consecuencias de estos cambios. Será importante tener presente durante el
análisis que sigue a continuación que las respuestas a los interrogantes plan-
teados arriba deben ser situadas dentro del contexto de una larga historia de
interacciones entre los ayllus, desarrollada a través de sucesivos episodios de
reparación y mantenimiento de paredes (o la falta de los mismos), similar a
la descrita en la sección anterior con referencia a la pared este del recinto de
la iglesia de 1981 a 1985.
LA HISTORIA SOCIAL DEL DETERIORO DE LA PARED NOROESTE
DEL RECINTO DE LA IGLESIA

A juzgar por lo dicho anteriormente en relación a la responsabilidad


que los ayllus tienen de mantener aquellas secciones de pared asignadas a
ellos, parecería evidente que la respuesta a por qué se permitió que la pared
nor-oeste se deteriorará desde 1915 hasta el presente se encuentra en el fra-
caso de poder mantener este trecho de pared por parte del ayllu al cual esta
chhiuta fue asignada . Como se puede apreciar en la Figura 2, el cuarto ayllu
de la mitad superior, Qarhuacalla Primero, es, hoy en día, el responsable de
este largo trecho de muro. Si Qarhuacalla Primero tenía la responsabilidad de
esta chhiuta en los tiempos de la visita de Bingham, podríamos entonces con-
cluir que la pared noroeste del recinto de la iglesia se deterioró debido a que
este ayllu fracasó en su mantenimiento. Sin embargo, pienso que en el tiem-
po en que Bingham tomó sus fotografías, Qarhuacalla Primero probablemen-
te no tenía la responsabilidad por todo el trecho que le es asignado hoy en
día. Más bien, pienso que a comienzos de este siglo esta chhiuta inusualmen-
te larga estaba dividida en dos partes y que Qarhuacalla Primero compartía
este trecho de muro con otro ayllu. Yo plantearía la hipótesis de que en
algún momento, hacia 1915, el ayllu que tenía a su cargo la más septentrio-
nal de estas dos chhiutas menores perdió su responsabilidad de mantenimien-
to de una chhiuta y que, subsiguientemente, la pared comenzó a deteriorarse.
Para verificar la certeza de la hipótesis que hemos esbozado arriba, es
necesario considerar tres problemas adicionales, de los cuales dos ya he men-
cionado: primero, si hoy en día existen diez ayllus en Pacariqtambo, ¿por
qué hay solamente nueve chhiutas? Segundo, ¿por qué es que la chhiuta en
el extremo sur del recinto de la iglesia está asignada a un grupo -Qoypa-
que no se encuentra enumerado como ayllu de Pacariqtambo en el Cuadro

No. 1, Julio 1988 245


Artículos, Notas y Documentos _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

l? Y, finalmente, ¿a qué se debe el hecho de que el quinto ayllu de cada mi-


tad -Qarhuacalla Segundo y Pumatambo- no posea asignaciones de chhiu-
tas? Estos interrogantes representan algunos de los problemas centrales que
debemos dilucidar para así poder comprender la dinámica histórica en el
núcleo de la metáfora del texto de las paredes del recinto de la iglesia y del
deterioro de la pared nor-oeste a través de los últimos setenta años. Para res-
ponder a estas preguntas debemos considerar los cambios sucedidos en la
composición de las mitades y las categorizaciones jerárquicas entre estos
ayllus hasta 1915 y desde ese entonces hasta el presente .
El Cuadro 3 presenta cuatro listas de los ayllus de Pacariqtambo que
abarcan el período que va desde 1594 hasta el presente.

Cuadro No. 3
Una Historia de los Ayllus de Pacariqtambo

1594 1791-2 1831 1980-5


Nayba Naigua Nayhua Nayhua
Quimbara Quinuara Quinuara Quinuar
Achacari Accha~ar Acchacara Acchacar
Carba calla Carguacaya Ccarhuacalla ~Qarhuacalla I ro
Paclúte Paclúpti Pachicti Qarhuacalla 2do

San Miguel San Miguel San Miguel San Miguel


Pirca Pirca Pirca P'irca
Coypa Coypa Ccoypa ~Yanchacalla
Guaycho Guaicho Huacho Waycho
Marangalla Yanchacalla Huaychacalla Pumatambo

Es importante enfatizar que las listas de ayllus en el Cuadro 3 que da-


tan de 1791-92 y 1831 , respectivamente, retienen el orden de los ayllus tal
como es dado en los documentos etnohistóricos de los cuales estas dos listas
fueron extraídas (6 y 7). La lista de 1980-85 se basa en información recopi-
lada por el autor. Sin embargo, el documento del cual se obtuvo la lista co-
rrespondiente a la columna de 1594 no enumera a los ayllus en el orden aquí
indicado; más bien, este documento, una Composición de Tierrás(8), enume-
ra los ayllus en el orden aproximado en que sus tierras colindan alrededor de
la población central de Pacariqtambo. Para fines comparativos, he reagrupa-
do a los ayllus mencionados en la lista de 1594 de acuerdo a sus posiciones
jerárquicas en 1791-92 y 1831.
Como se puede apreciar en el Cuadro 3, la composición de ayllus de
las mitades de Pacariqtambo se ha mantenido, salvo algunas excepciones, es-
table desde 1594 hasta el presente, como también lo ha hecho la categoriza-
ción jerárquica de éstos desde 1791 hasta 1985. Sin embargo , para los propó-
sitos inmediatos, son las excepciones a esta imagen de estabilidad y continui-

246 Revista Andina, año 6


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Urton: Arquitectura pública

dad las que presentan mayor interés. Los principales cambios indicados en el
Cuadro 3 son los siguientes:

a) Pachecti
Este fue el quinto ayllu de la mitad superior desde 1594 hasta 1831.
En 1791-92, Pachecti estaba compuesto de solamente una familia (A.G .N.,
Der. Ind ., Leg. 452). En algún momento entre 1831 y 1980, Pachecti fue
.·. descartado como ayllu y reemplazado por Qarhuacalla Segundo. Pachecti es
hoy una pequeña estancia localizada a unos 10-12 kms. al norte de Pacariq-
tambo ; es considerado como parte del cercano pueblo-anexo de Mollebamba
y, hasta estos tiempos, aún es frecuentemente denominado "ayllu Pachecti".

b) Qoypa
Este fue el tercer ayllu de la mitad inferior desde 1594 hasta 1831 ,
tras lo cual perdió su condición de ayllu de Pacariqtambo (aún no he com-
prendido por qué sucedió esto). Actualmente, Qoypa es uno de los mayores
anexos de Pacariqtambo; es un pueblo de 400 personas distante 8 kms. al
sur de Pacariqtambo por carretera. Se dice que aún existe "un ayllucito" de
Qoypa dentro del anexo de Qoypa .

e) Yanchacalla
Este ayllu , que fue el quinto de la mitad inferior hasta 1831 , reem-
plazó a Qoypa como el tercer ayllu después de que Qoypa perdiera su condi-
ción de ayllu de Pacariqtambo ; Pumatambo se agregó como nuevo quinto
ayllu. Hoy en día, Yanchacalla Ayllu y Qoypa Ayllu (en el anexo de Qoypa)
comparten el cargo para la celebración de la fiesta de la Virgen de la Asunción
(ver Urton 1986).
Con esta información podemos responder ahora a una de las pregun-
tas planteadas anteriormente en esta sección : ¿Por qué es que Qoypa tiene la
responsabilidad del mantenimiento de una chhiuta? La respuesta es que Qoy-
pa fue , en efecto, un ayllu de Pacariqtambo durante gran parte de su historia ;
aunque fue reemplazado como el tercer ayllu de la mitad inferior por Yan-
chacalla en algún momento entre 1831 y 1980, Qoypa retuvo tanto su condi-
ción de ayllu (aunque localizado en un anexo), así como también su respon-
sabilidad de mantener una chhiuta.
Comparando la Figura 2 con el Cuadro 3 queda claro que , con la ex-
cepción de Pachecti, que era el quinto ayllu de la mitad superior desde 1594
a 1831, todos los otros ayllus en las primeras tres columnas del Cuadro 3
poseen asignaciones de chhiutas hoy en día, incluyendo al anterior quinto
ayllu de la mitad inferior, Yanchacalla. Para proseguir esta observación hasta
su conclusión lógica con respecto a la historia de los muros del recinto de la
iglesia, pienso que cuando Pachecti fue un ayllu de Pacariqtambo sin duda

No. 1,Julio 1988 247


Artículos, Notas y D o c u m e n t o s - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

tuvo la responsabilidad de una chhiuta y que esa chhiuta era el trecho del
muro a lo largo del lado noroeste del terreno de la iglesia cuyo deterioro se
encuentra ilustrado en la Lámina 5. Aparentemente , cuando Pachecti fue
descartado como ayllu - principalmente por razones demográficas (como ya
se dijo, estaba compuesto por una sola familia en 1791-92)- no retuvo sus
deberes de mantenimiento del muro y éste comenzó a deteriorarse. Otra for-
ma de expresar esto sería diciendo que cuando Pachecti fue reemplazado
como quinto ayllu de la mitad superior por Qarhuacalla Segundo, este últi-
mo no asumió los deberes de mantenimiento de la pared del recinto de la
iglesia. Esta observación, sin embargo, nos regresa a la tercera pregunta ante-
riormente planteada: ¿por qué es que los quintos ayllus actuales -Qarhuaca-
lla Segundo y Pumatambo- no poseen asignaciones de chhiutas?
Las implicaciones de lo anteriormente tratado parecen dejarnos con
problemas de mayor complejidad que los planteados al comienzo de este
estudio . Por ejemplo, ¿cómo explicarnos por qué cuando Qoypa y Pachecti
perdieron su condición de ayllus de Pacariqtambo, uno retuvo su asignación
de chhiuta mientras que el otro no lo hizo? ¿Y cuál es la relación, si la hay ,
entre esta diferencia y el hecho de que los quintos ayllus actuales no posean
asignaciones de chhiutas? Pienso que la diferencia decisiva entre Qoypa y
Pachecti -esto es, la diferencia que determinó si retendrían o no sus deberes
de chhiuta tras perder su condición de ayllus de Pacariqtambo- era su cate-
gorización relativa dentro de sus respectivas mitades. O sea, Qoypa era un
tercer ay Jiu, mientras que Pachecti era un quinto ayllu y. por analogía con la
situación actual, ayllus de quinta categoría no poseen chhiutas. No obstante ,
esta respuesta aún nos deja con el problema (el último de una aparentemente
interminable serie de preguntas) de por qué antes de 1831 los quintos ayllus
sí tenían asignaciones de chhiutas, mientras que después de ese año ya no.
Pareciera que se operó algún cambio en la condición y /o en las obligaciones
de los ayllus de quinta categoría entre 1831 y el presente , lo que condujo a
la exoneración de éstos de la obligación del mantenimiento de trechos del
muro del recinto de la iglesia. En la siguiente sección, demostraré que no fue
la condición de los ayllus de quinta categoría la que cambió durante este
tiempo; más bien, lo que cambió fue la condición y el "significado" de las
propias paredes del recinto de la iglesia.

LAS CIFRAS DEL TEXTO: IMA GENES DE SANTOS Y DIFUNTOS

Hasta algún momento a principios de este siglo, el recinto de la iglesia


de Pacariqtambo fue utilizado para tres tipos principales de actividades co-
munales. La primera era la reconfirmación anual de la categorización jerárqui-
ca de autoridades, los varayoqkuna, que se llevaba a cabo el I O de enero (ver
Urton 1984 )(9). La segunda era la procesión de las imágenes de los santos,
guardadas en la iglesia, a través del recinto de ésta y alrededor de la plaza prin-

248 Revista Andina, año 6


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cipal, en ocasión de las fiestas religiosas generales de la comunidad. Y la terce-


ra actividad principal era el entierro de los muertos. Como se mencionó ante-
riormente, hasta comienzos de este siglo el cementerio de la comunidad se en-
contraba ubicado dentro del recinto de la iglesia. Los ancianos con quienes he
discutido esta cuestión son de la opinión general de que el cementerio fue mu-
dado a su ubicación actual al sur del pueblo en algún momento hacia 1920.
Aunque no he podido hallar documentos históricos que confirmen con exac-
titud cuándo es que fue construido el nuevo cementerio, esto efectivamente
sucedió antes de 1920, ya que el recinto de éste es claramente visible en el
ángulo superior izquierdo de la vista de Pacariqtambo captada por Bingham
en 1915 (cf. Láminas 3 y 7). El cementerio fue reubicado en cumplimiento
de una ley promulgada a principios de este siglo que estipulaba que los ce-
menterios se ubicasen fuera de los límites de los pueblos para así reducir el
riesgo de propagación de enfermedades.
Continuaré tratando sobre el nuevo recinto del cementerio tras una
breve explicación de la razón por la cual el patrocinio de las fiestas religiosas
constituye un factor decisivo en la consideración de la historia del manteni-
miento de los muros del recinto de la iglesia.
Con la excepción del quinto ayllu de cada mitad, todos los demás
ayllus actuales tienen la responsabilidad de patrocinar fiestas religiosas gene-
rales de la comunidad. En ocasión de cualquiera de estas fiestas, los ayllus
tienen a su cargo la construcción de altares, la contratación de músicos y la
preparación de cantidades abundantes de comida y de bebidas alcohólicas.
Adicionalmente, cada ayllu es responsable de asear su "tramo'' (chhiuta) del
terreno del recinto de la iglesia y de la plaza. Mientras que el desempeflo de
estos deberes recae sobre los diversos carguyoqs ("dueflos de cargos") selec-
cionados entre los miembros de los ayllus, el jefe (segu.nda) de cada ayllu es
el responsable de asegurar que estos deberes sean debidamente cumplidos. El
jefe también proporciona cierta cantidad de chicha para la celebración de la
fiesta de su ayllu. Para poder sufragar sus gastos en estas ocasiones y con mo-
tivo de las faenas de los ayllus, cada jefe es provisto de una chacra de maíz
de parte de las tierras del ayllu.
Como fue mencionado anteriormente, el quinto ayllu de cada una de
las mitades no posee maizales para sus jefes, así como tampoco cargos para
las fiestas. Este detalle es esencial para poder plantear la cuestión de qué
ayllus poseen asignaciones de chhiutas y cuáles no, por la siguiente razón:
antes de que el cementerio fuese trasladado fuera del recinto de la iglesia,
estos muros cercaban a dos categorías de elementos sagrados: las imágenes
de los santos y los cuerpos de los difuntos miembros de ayllus. Los cuatro
primeros ayllus de cada mitad eran responsables por ambas categorías de
elementos sagrados; sin embargo, como el quinto ayllu de cada mitad no
poseía cargos para las fiestas religiosas, el trabajo dé mantenimiento que es-
tos ayllus llevaban a cabo en las paredes del recinto era de todos modos moti-
vado por su responsabilidad de mantenimiento de los muros del cementerio.

No.1,Julio 1988 249


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250 Revista Andina, año 6
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En consecuencia, cuando el cementerio fue trasladado fuera del recinto de la


iglesia, los quintos ayllus no tenían ya motivo, y tal vez ni siquiera mandato,
para mantener sus chhiutas. Este cambio debe haber ocurrido en la época en
que Bingham tomó su fotografía de Pacariqtambo, en 1915. Habría sido
poco después de este hecho cuando comenzó el deterioro de la chhiuta ante-
riormente asignada al ayllu Pachecti a lo largo de la pared noroeste del recin-
to de la iglesia. Finalmente, también debe haber sido aproximadamente por
ese entonces cuando Yanchacalla substituyó a Qoypa como tercer ayllu de
la mitad inferior (ver Cuadro 3) dado que, de haberse mantenido largamente
como el quinto ayllu de esa mitad, hubiera también perdido su responsabili-
dad por el mantenimiento de una chhiuta posterior a la remoción del cemen-
terio. Qoypa retuvo la obligación por su chhiuta en los muros del recinto de
la iglesia después de estos sucesos porque, como he indicado anteriormente,
existe aún un "ayllucito" de Qoypa en ese anexo que comparte con Yancha-
calla el cargo por la celebración de la fiesta de la Virgen de la Asunción.
Lo que es de particular interés para la historia de las chhiutas arqui-
tectónicas en Pacariqtambo es que el "nuevo" cementerio, visible en la foto-
grafía de Bingham de 1915 (Lámina 7), también contiene chhiutas de pared
(Lámina 8). Las chhiutas del nuevo cementerio son mantenidas por todos los
ayllus de Pacariqtambo, incluyendo los de quinta categoría, así como tam-
bién por algunos de los pueblos anexos.
Las asignaciones de chhiutas alrededor del recinto del cementerio
nuevo están indicadas en la Figura 4. Como se verá, todos los grupos con los
cuales hemos estado mayormente involucrados en este estudio -Qoypa, Mo-
llebam ba/Pachecti, Pumatambo y Qarhuacalla Segundo- poseen asignaciones
alrededor del nuevo cementerio. Los ayllus y anexos probablemente han te-
nido estas asignaciones de chhiutas desde los tiempos de la visita de Bingham
a la comunidad.
Mi planteamiento en este estudio es que aquello que vemos en las
fotografías de Pacariqtambo tomadas por Bingham en 1915 constituye un
vislumbre de una comunidad campesina pasando por una profunda transi-
ción. En otras palabras, la comunidad estaba llegando al final de un período
-un período que parece haber comenzado por Jo menos durante las postri-
merías del siglo dieciocho con la construcción de los muros del recinto de la
iglesia/cementerio- cuando todos los ayllus trabajaban en el centro de la po-
blación para mantener las paredes del recinto alrededor de dos grupos de imá-
genes, las de los santos y las de los difuntos, y al comienzo de la era moderna,
en la cual ocurre una división entre los santos y los difuntos. En resumen,
hoy en día existen dos textos arquitectónicos públicos en Pacariqtambo:
aquel que está dentro del pueblo rodeando a los santos y que es mantenido
por los ayllus de mayor jerarquía, y ese otro, fuera del pueblo, que contiene
a los difuntos y que es mantenido por todos los ayllus de la comunidad, pre-
sentes y pasados. El deterioro de la pared noroeste del recinto de la iglesia
fue un comentario histórico sobre la transición desde el período cuando la

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252 Revista Andina, año 6
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Figura 4
las chhiutas de los muros del cementerio, 1985

San Miguel i P'irca 1 Wavchu i Oarhu~ r ~lb 1ro


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1 1 --
Nayht,a
Aqchaka r -- ...
>---
Aqchakar

CEMETERY Quinhuara
Quinhua ra
- CHAPEL
P' irca
- -
Qoypa San Miguel
- Yanchacalla
1 - -
! 1 Waychu
1' '
1

1
'
Molle bamba Puma tambo 1
(Pachecti) Qarhuacalla 2do '

totalidad del diálogo comunitario era registrado en un texto público único


al de la era moderna, en la cual existen textos paralelos mantenidos por con-
juntos de ayllus históricamente distintos, aunque simultáneamente sobre-
puestos.

CONCLUSIONES
El objetivo de este estudio ha sido el de examinar los procesos socia-
les y políticos del mantenimiento de la arquitectura pública en una comuni-
dad campesina en los Andes peruanos. Gracias a la buena fortuna de dispo-
ner de fotografías de la comunidad a comienzos de siglo , ha sido posible de-
sarrollar una dimensión histórica en el estudio de la arquitectura pública. No
obstante, es importante poner en relieve que lo que hemos estado conside-
rando desde el punto de vista de los comuneros es un ejemplo de un texto
social no escrito y no de un texto histórico. Aunque la gente de Pacariqtam-
bo es conciente de que los muros del recinto de la iglesia y el cementerio son
''antiguos", no poseen particular interés en cuán antiguos son , así como tam-
poco ese tipo de interrogante forma parte de su pensamiento sobre las pa-
redes o su interacción con ellas. Los juegos de las estructuras en cuestión

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Artículos, Notas y Documentos _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

forman sólo dos de los varios escenarios donde las divisiones de los espacios
comunales y edificios públicos por chhiutas ocurren hoy en día y donde los
tipos de competencia intensa y diálogo político indirecto aquí descritos en
relación al período desde 1981 hasta 1985 a través de la pared este del muro
del recinto de la iglesia, se llevan a cabo . Procesos similares de diálogo social
a través del trabajo comunal también ocurren en la limpieza de canales de
riego , el mantenimiento del horno de la comunidad y en la siembra y cosecha
anual de productos de pan llevar por parte de los ayllus (Urton 1984 y s/f.a).
Todos estos son procesos contemporáneos de interacción social entre grupos
de intereses especiales (los ayllus) dentro de la comunidad , en los cuales los
intereses en juego se definen y comprenden sólo indirectamente y a la larga;
no obstante , la trayectoria de motivaciones en estas prácticas sociales y polí-
ticas va desde el presente continuamente construido hacia el futuro, no hacia
el pasado ; la comunidad construye continuamente su propia historia. El valor
del registro fotográfico está en que permite vislumbres históricos de este tea-
tro de acción tal como fue presentado por las circunstancias en diferentes
momentos del pasado.
Otro problema que se define más claramente gracias al material aquí
presentado es el posible contraste que pudiera surgir cuando individuos que
representan a distintos grupos. de intereses participan en una misma activi-
dad. Aquí me refiero específicamente al contraste entre la perspectiva del
cura sobre los muros del recintó de la iglesia y su mantenimiento, y la que
tienen los ayllus. Como he mencionado en el texto, los muros del recinto de
la iglesia pertenecen al cura , aunque históricamente los ayllus se han apropia-
do de ellos para sus propósitos sociales y políticos. No puedo aseverar con
certeza si el cura, que ocasionalmente visita Pacariqtambo desde su asiento
parroquial de Yaurisque , está o no enterado de los usos dados a los muros
del recinto de la iglesia; en todo caso, él no los reconoce abiertamente como
significativos o legítimos. Esta ''reapropiación" de las paredes del recinto por
parte de los ayllus constituye un excelente ejemplo de la relación entre aque-
llo a lo que De Certeau, en un reciente estudio (1984 ), se refirió como "es-
trategias" y "tácticas". Una estrategia, de acuerdo a De Certeau, es la mani-
pulación de relaciones de poder por parte de un grupo dominante en forma
tal que exitosamente establece un lugar (por ejemplo, una reducción) desde
el cual las relaciones con grupos subordinados pueden ser manejadas ( 1984:
35-36 ). Una táctica, por otro lado, se refiere a contra-operaciones que son
llevadas a cabo por grupos subordinados dentro del espacio establecido por
un poder dominante. En la historia de Pacariqtambo, tales grupos dominan-
tes e instituciones han incluido, por ejemplo, al Estado (en diversas manifes-
taciones desde el período colonial temprano), la Iglesia y las haciendas.
La distinción entre estrategias y tácticas es apropiada para caracteri-
zar los diferentes puntos de vista del cura y de los comuneros en Pacariqtam-
bo con respecto a los significados y usos de los muros del recinto de la igle-
sia. Desde la temprana historia de la reducción de Pacariqtambo, los ayllus

254 Revista Andina, año 6


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Urton: Arquitectura pública

han sido requeridos para la construcción y el mantenimiento de edificios.


tales como la iglesia , que constituyen manifestaciones locales de instituciones
dominantes cuyas fuentes de poder se encuentran generalmente fuera de la
comunidad. Pero los ayllus constantemente se han ''reapropiado" de estos
espacios como parte de tácticas locales de representación y de reproducción
de relaciones entre sí. Esta diferencia en la percepción y uso de un "sitio" tal
como el recinto de la iglesia representa la base para una constante tensión y
posible conflicto entre su(s) dueño{s) y sus usuarios.
La reflexión final que yo plantearía sobre el material aquí presentado
concierne a la relevancia de las estructuras de las paredes del recinto de la
iglesia, y de las prácticas de su mantenimiento, para la arqueología andina .
Como he dicho, las prácticas aquí descritas conciernen a temas y confronta-
ciones modernas entre los ayllus . Al mismo tiempo, múltiples ayllus, recluta-
dos y reproducidos en formas similares a las aquí descritas, han sido parte de
formas andinas de organización social desde las más antiguas relaciones escri-
tas sobre estas sociedades producidas por los españoles. En la época incaica ,
es probable que todo lo construido y mantenido como obra pública fuera
producto de faenas de ayllus trabajando en base a disposiciones laborales
muy similares a las aquí descritas (véase, por ejemplo, Murra 1980: 89-125 ).
Durante mucho tiempo, el paradigma dominante en la arqueología
andina, ha sido el producto de la conjunción de estilo y tiempo. Aun cuando
muchas instancias de diferencias estilísticas en arquitectura , cerámica, etc .
son, sin duda, productos de variaciones en modas o técnicas desarrolladas a
través del tiempo, parece oportuno y productivo modificar el paradigma pre-
valeciente hacia un reconocimiento de la interacción de estilo y relaciones
socio-políticas. Interesantes y nuevas direcciones en la arqueología andina
han emergido recientemente a través de un enfoque justamente semejante
(cf. Burger y Salazar-Burger 1986; Moseley 1975; y Netherly y Dillehay
1986 ). En el ejemplo aquí discutido de la dialéctica del mantenimiento de la
pared este del recinto de la iglesia de 1981 a 1985, las diferencias en la pared
son claramente un registro de interacciones y procesos socio-políticos que
suceden a través de cortos espacios de tiempo. Un período de tiempo como
el de los setenta años que abarca este estudio es relativamente insignificante
desde la perspectiva de las cronologías con las cuales se enfrentan· la mayoría
de los arqueólogos. Sin embargo, el período de 1915 a 1985 presenció trans-
formaciones radicales tanto en la organización socio-política como también
en la arquitectura pública de Pacariqtambo.
Si uno tratara de explicar, por intermedio del paradigma de estilo y
tiempo, el significado de las diferencias, por ejemplo, en las formas de las
ventanas en la pared este del recinto de la iglesia (Figura 3 ), parecería razona-
ble sugerir que los ayllus aprendieron, o tal vez adoptaron, nuevas técnicas
para construir ventanas abovedadas desde el comienzo de la construcción de
esta pared hasta el final. Sin embargo, dados los procesos de confrontación
política que, se presume, han formado parte de la organización de las faenas

No. 1, Julio 1988 255


Artículos, Notas y D o c u m e n t o s - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

entre los ayllus cuando construyeron esta pared en el siglo dieciocho , parece-
ría más razonable suponer que cada ayllu construyó en forma conciente sus
propias ventanas utilizando un estilo particular -uno que difiriera significati-
vamente de los de sus vecinos- como un indicador explícito de su identidad.
Si queremos comprender los procesos sociales y políticos que consti-
tuían las fuerzas motrices de diferencias estilísticas similares en construccio-
nes andinas del pasado, los mejores lugares adonde mirar son las comunidades
como Pacariqtambo, donde los ayllus están continuamente reformulando sus
propias identidades y relaciones a través de la labor comunal de construcción
y mantenimiento de edificios públicos, como los muros del recinto de la igle-
sia y del cementerio . Estos son, en efecto, los únicos medios directos dispo-
nibles para adquirir instrucción en prácticas andinas y modos de construc-
ción textual.

Gary Urton
Department of Sociology and Anthropology
Colgate University
Hamilton, NY 13346
U.S.A.

256 Revista Andina, año 6


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NOTAS

(1) Este estudio es producto de un largo período de gestación que comenzó en 1983 ,
con la presentación de la versión original en el simposio sobre ''Textos en Socieda-
des Literatas e Iliteratas", organizado por Anita Cook en Colgate University. Ver-
siones subsiguientes fueron dictadas en charlas en los departamentos de Antropolo-
gía en las universidades de Yale, Virginia y Cornell. en 1985-86 y, más recientemen-
te , en los encuentros regionales sobre Arqueología y Etnohistoria Andina en Cornell.
Quisiera expresar mis agradecimientos a quienes me brindaron la oportunidad para
discutir estos datos, así como también a los participantes en estas sesiones, quienes
aportaron muchos comentarios y críticas constructivas. Expreso mi sincero agrade-
cimiento al Yale Peabody Museum of Natural History y a la National Geographic
Society por autorizarme a reproducir las fotografías de Hiram Bingham. Estoy par-
ticularmente agradecido a Richard Burger, quien me ayudó a acceder a las fotogra-
fías de Bingham para su estudio y publicación. Agradezco también a las siguientes
personas por sus comentarios. sobre los apuntes preliminares de este estudio: Brian
Bauer, O . Nigel Bolland, Billie Jean Isbell, Julia Meyerson, Michael Moseley y Tom
Zuidema. Los fondos para las investigaciones de campo en las cuales este estudio
est_á basado fueron provistos en forma de una beca post-doctoral de la National
Science Foundation (BNS = 8106254); en el verano de 1984, por una concesión
del Research Council de Colgate University; y en el verano de 1985, por un fondo
parcial provisto por el John Ben Snow Memorial Trust Fund . Mis muy especiales
agradecimientos a mi esposa, Julia Meyerson, quien realizó los dibujos y que ha sido
una fuente constante de apoyo y consejo. Expreso mi más profundo agradecimiento
a mi amigo Baltazar Quispe Herrera, quien me ha instruido pacientemente a través
de los años sobre la historia y organización de su comunidad. Gracias a Alberto
Miori por la traducción .

No. 1, Julio 1988 257


Artículos, Notas y D o c u m e n t o s - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

(2) En un artículo publicado en 1984 me referí a estas secciones, o tramos de territorio


ritual, como "chutas''. Ahora cambio esa ortografía a la forma más fuertemente
aspirada "chhiuta ".
(3) Seis pueblos en el distrito de Pacariqtambo han recibido reconocimiento oficial
como "comunidades campesinas"; éstos incluyen al propio pueblo de Pacariqtambo
(1946) y a cinco anexos: Mollebamba/Ayllu Pachecti (1964), Warubamba (1966),
P'irca ( 1967), Nayhua ( 1976) y a la comunidad incorporada de Qoypa-Ayusbamba-
Urhuis ( 1984).
( 4) Copias de las fotografías de Hiram Bingham se encuentran depositadas en el Yale
Peabody Museum of Natural History y en la National Geographic Society, en
Washington D.C. Estas dos instituciones fueron las ca-patrocinadoras de las explo-
raciones y excavaciones de Bingham en el Perú en 1911 , 191 2 y 1915. Reconozco
con mucho aprecio el permiso otorgado por estas instituciones para reproducir
fotografías seleccionadas de los archivos de Bingham.
( 5) Muelle no expresa una opinión definida sobre el status de Pacariqtambo como lugar
de origen de Manco Cápac. Su colección de fragmentos de cerámica de superficie de
la región produjo ejemplos de varios estilos cerámicos provinciales, incluyendo
Cusco Provincial (o Killke), así como también fragmentos Inca Imperiales (Muelle
1950: 15 9-60; cf. Bauer 1987).
(6) La información sobre ayllus presentada en la primera columna del Cuadro 3 fue
extraída de una revisita a Pacariqtambo hecha en 1697 ; la revisita incluye material
copiado de la Visita original hecha en 1594 por Alonso Maldonado de Torres. La
revisita se encuentra en una colección privada en l'acariqtambo.
(7) Los datos en la columna 3 del Cuadro 2 derivan de un documento titulado, "La
cuenta de tributos y Hospital del Partido de Chilques y Masques" (A.D.C ., Inten-
dencia Gobierno g. 141, 1791-92) .
(8) Los datos en la columna 3, Cuadro 3, provienen de : A.D .C., Tesorería Fiscal, Libros
de Matrículas, Prov. de Paruro, y extracto de Castas, 1831. Mi agradecimiento a
Deborah Poole, quien puso a mi disposición una copia de este documento para es-
tudiarlo.
(9) Pacariqtambo mantuvo un complejo sistema de fiestas-cargos hasta la época de la
Reforma Agraria, a principios de la década de 1970. Hasta entonces, cada ayllu de
la comunidad· poseía tres funcionarios de cargo, al igual que cada uno de los seis
anexos alrededor de Pacariqtambo. En la mañana del primer día de enero, los car-
guyocs de los ayllus y anexos se reunían en el recinto de la iglesia, ocasión en que
sus cargos -y las relaciones jerárquicas entre los ayllus y anexos- eran reconfirma-
dos por el gobernador del distrito. Por la tarde del mismo día, los carguyocs em-
prendían el viaje de dos a tres horas hasta la capital provincial de Paruro, para su
reconfirmación por el subprefecto de la provincia. El número de funciones en el
sistema de fiestas-cargos, como también su influencia global en la organización polí-
tica de la comunidad, han sido sustancialmente reducidos desde la Reforma Agraria.

258 Revista Andina, año 6


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