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La habilidad verbal asertiva del Disco Rayado

Como su nombre indica, esta técnica se reduce a hablar como si fueras un disco rayado,
repitiendo una y otra vez lo que quieres decir hasta que el manipulador se convenza de que contigo
la manipulación no lo lleva a ninguna parte. Esta sencilla manera de comunicarse de forma directa
y asertiva es un medio de útil para personas que tienen dificultad en mostrarse asertivas, para que
puedan atenerse a sus objetivos. El Disco Rayado es una forma básica de comunicarse
asertivamente, y resulta muy eficaz. Al enseñarles maneras de afrontar eficazmente los conflictos
sociales empezaremos por la tenacidad, haciéndoles demostraciones de la técnica del Disco Rayado.
También les explico que más adelante, con la práctica de otras habilidades verbales, pueden
aprender a hacerse valer de maneras más refinadas e ingeniosas, pero insisto en que aprender a ser
tenaz en el estilo Disco Rayado es el requisito previo al aprendizaje de esas otras valiosas
habilidades.

Cada una de las habilidades verbales asertivas que aprenderéis es valiosa en sí misma.
Individualmente, es probable que parezcan un poco raras o antinaturales, pero aun así, lo mejor es
aprenderlas de una en una, como quien va reuniendo ladrillos para después construirse un estilo
eficaz y completo de andar por la vida. Cuando lo practiques, tu pauta verbal asertiva no parecerá
muy diferente de lo normal, pero los componentes asertivos que la hacen diferente se habrán
convertido en parte de tus hábitos verbales.

El Disco Rayado puede impresionar como una manera muy mecánica de comunicarse,
porque está pensada deliberadamente para excluir todos los elementos no esenciales. En algunas
situaciones, este método de comunicación será el único eficaz. No importa lo que diga la otra
persona: tú te limitas a repetir lo que quieres, ¡y eso es todo! En situaciones en que existe tensión, y
cuando tú tienes que mantenerte en tus trece, recurrir al Disco Rayado no hace necesariamente que
parezcas grosero, brusco u hostil. Puedes, incluso, sonreír a otra persona, sin dejar de ser tenaz en la
comunicación de tu mensaje. Para que mis alumnos parezcan más humanos y menos mecánicos en
una situación en la que el Disco Rayado sea la única habilidad que se puede usar, hago que antes de
las palabras que tienen que repetir digan una frase como «Entiendo lo que me dice, pero... (DISCO
RAYADO)». Lo más factible, sin embargo, es que el Disco Rayado se use junto con otras
habilidades verbales, de manera que tus comunicaciones asertivas suenen como comunicaciones
normales, aun cuando tú te veas sometido a presión psicológica.

Si bien a primera vista puedes pensar que es facilísimo usar la técnica del Disco Rayado, se
necesita práctica y experiencia para superar las respuestas automáticas ante las tácticas mani-
puladoras, tal como se ve en el diálogo siguiente. En él, uno de los estudiantes está en su casa, y
otro hace el papel de un manipulador del mismo barrio que llama a la puerta para pedir ayuda a fin
de enviar a un grupo de alumnos de la escuela secundaria del barrio a pasar unas vacaciones en
Canarias, acompañados por los organizadores del programa. Aunque es posible que el estudiante
esté dispuesto a contribuir con algo a la organización, como la meta del ejercicio es el aprendizaje,
se le dan instrucciones de que no dé nada, y de que se valga del Disco Rayado para negarse a esa
petición.

DIÁLOGO 14
Cómo puede manipularte un agente que va de puerta en puerta haciendo una colecta.
Escena: Atiendes cuando llaman a la puerta y te encuentras con el agente de una organización
escolar.

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AGENTE: Hola. Vengo en nombre de la Asociación de Fomento de la Escuela Secundaria de la
zona. Estamos haciendo una colecta para enviar a nuestros alumnos menos favorecidos socialmente
a pasar un mes en Canarias.
Tú: Entiendo lo que quiere, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
AGENTE: Usted tiene hijos, me imagino.
Tú: (Dejándote absorber inmediata y automáticamente por la actitud de manipulación) Sí, pero no
daría ningún dinero para enviarlos a Canarias.
AGENTE: Me imagino que no son alumnos de secundaria, ¿verdad?
Tú: No.
AGENTE: ¡Pues a eso iba! ¿Es que a usted no le interesan más que sus propios hijos?
Tú: Claro que sí, pero de ahí a enviarlos a Canarias...
AGENTE: La experiencia lo es todo en la vida. Esos niños no se sentirían en la misma situación de
desigualdad social después de haber estado un mes en Canarias. Así llegarán a tener la confianza
social que necesitan para triunfar en la vida; estarán motivados para llegar a ser médicos, abogados
o vendedores de coches usados.
Tú: Pero a Canarias... ¿Por qué no los llevan a un sitio más barato?
AGENTE: No es lo mismo. Esos niños necesitan aprender a desenvolverse en circunstancias de
nivel más alto; tienen que aprender a servirse con aplomo de los cubiertos de pescado. Es esencial
para su futuro de miembros de la clase media.
Tú: Pero, ¡ya quisiera yo que mis hijos fuesen a Canarias!
AGENTE: Entonces, ¿quiere algo menos para estos niños socialmente desfavorecidos?
Tú: No, pero...
AGENTE: Si usted tuviera un hijo en situación de desventaja social, no sería tan desalmado. Uno de
mis sobrinos es así. Con diecisiete años, es incapaz de valerse en una situación de cierto nivel
social. Jamás ha estado en ningún lugar un poco especial, y sin esta obra de caridad no conocería
jamás ese nivel de vida al que todos debemos aspirar. ¿O es que no le importan los niños de su
propio barrio?

Cuando se llega a este punto la mitad de los estudiantes ya suelen estar tan atrapados por la
manipulación como el del ejemplo. Como puedes ver, este alumno empieza por usar el Disco
Rayado, como era la consigna, pero inmediatamente se deja arrastrar a una discusión manipuladora.
Esto sucede por una de las bases principales de la manipulación psicológica nuestra aceptación
irreflexiva del modelo «adversario» de que se vale nuestra sociedad para descubrir la «verdad» y
resolver los conflictos. Dicho de otra manera, siempre que hay un desacuerdo entre dos personas,
cada una de ellas supone que tiene razón y que, por ende, la otra tiene que estar equivocada. Por
eso, casi todos nos dejamos llevar irreflexivamente a defender lo que pensamos o queremos,
procurando demostrar que la otra persona se equivoca.

Para ser asertivo, ¿es necesario que tú tengas razón y que la otra persona se equivoque?

En un conflicto de tipo social, ninguna de las dos partes se equivoca ni está en lo cierto. Esas
etiquetas son superfluas y no sirven para resolver el conflicto, sino sólo para complicarlo. La
manera más productiva de resolver cualquier desacuerdo es, simplemente, verlo como una situación
en la cual una de las partes quiere algo que la otra no quiere. Sin embargo, esta pauta de
comportamiento «adversario» está tan arraigada que tendemos a caer en ella incluso cuando nos la
han señalado y nos han dado instrucciones concretas de no considerar al otro como un adversario,
para así aprender una técnica nueva para manejar los conflictos sociales.

Nos volvemos especialmente sensibles a esta manera automática de actuar cuando el


manipulador empieza a hacernos preguntas y nos sentimos obligados a responderle (como se te
señaló en la Declaración de Derechos Asertivos Cotidianos). Esta respuesta aprendida es tan fuerte
en la mayoría de nosotros que nos sentimos muy incómodos cuando empezamos a tratar de cambiar
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este hábito. De modo que el principal efecto de la práctica del Disco Rayado es volver a acentuar y
reforzar el vínculo voluntario entre la función pensante y el habla en situaciones de conflicto social.
Con un poco de práctica te sentirás muy cómodo repitiendo lo que quieres para hacerte valer
sin dejarte engatusar por el manipulador.

Pasemos ahora una grabación diferente del último diálogo, en la que tú eras la persona a
quien se le hace la petición, y que usa el Disco Rayado para defenderse del manipulador, que
intentará arrastrarte a una discusión que, si no la pierdes (sintiendo, por consiguiente, que tienes que
contribuir), por lo menos te hará sentir sumamente incómodo.

DIÁLOGO 15
Cómo evitar que te induzcan a dejar de defender tu posición.
Escena: La misma del diálogo anterior.

Yo: Hola. Vengo en representación de la escuela secundaria del barrio. Estamos haciendo una
colecta para llevar a nuestros alumnos más desfavorecidos socialmente a pasar un mes en Canarias
para corregir sus deficiencias en el trato social. No dudo que usted querrá contribuir a una causa tan
digna, ¿verdad?
Tú: Entiendo lo que siente usted en relación con esa causa, pero no me interesa.
Yo: ¿Cómo puede decir eso? Si se ve que es usted un padre que se preocupa, ¿no es así?
Tú: Entiendo, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
Yo: ¿Cómo puede decir que no le interesa? Si no le interesa, es evidente que no entiende lo
importante que es eso para estos niños.
Tú: Entiendo, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
Yo: No será usted una de esas personas sin hijos que votan en contra de los proyectos
educacionales, ¿verdad?
Tú: Entiendo, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
Yo: Qué frialdad de corazón. ¡Pero qué frialdad! ¿No le importan los niños que no tienen las
mismas ventajas sociales que los suyos?
Tú: Entiendo, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
Yo: Quizá su esposa sea más accesible que usted. ¿A que hora estará en casa? Puedo volver más
tarde.
Tú: Entiendo, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
Yo: Sigue diciendo que entiende, pero, si entiende, dígame qué acabo de decirle.
Tú: Entiendo, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
Yo: Bueno... Ya veo que a usted no le importan los niños del barrio pero me imagino que a su
vecino sí. ¿Puede darme su nombre?
Tú: Entiendo, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
Yo: ¿Ni siquiera quiere darme el nombre de su vecino?
Tú: Entiendo, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
Yo: Todavía tengo que visitar un montón de casas. ¿Qué hora es?
Tú: Entiendo, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
Yo: Pero, ¡este hombre no me da ni la hora!
Tú: Entiendo, pero no me interesa. (DISCO RAYADO)
Yo: (Recuperando, en parte mi compostura.) Bueno, gracias. Que lo pase usted bien.

Si eres como la mayoría las personas, estarás preguntándote por qué no puedes manejar la
situación con esa gente como siempre haces... es decir, dándoles con la puerta en las narices. La
respuesta es que sí, a un vendedor siempre puedes cerrarle la puerta, pero la habilidad del Disco
Rayado te será necesaria para enfrentarte con la manipulación en el mundo exterior, donde no te
será posible cerrar la puerta.

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Los diálogos largos, como el último, son útiles porque permiten, a ti y a tus hijos, adquirir
mucha práctica en e1 manejo de la manipulación. Es como ponerse en forma levantando pesas de
cincuenta kilos cuando en la vida real, generalmente, no necesitas levantar más que objetos de
veinticinco kilos. Después de haber aprendido las habilidades verbal asertivas mediante diálogos de
práctica largos, utilizando toda clase de ejemplos manipuladores, te encontrarás con que los
manipuladores del mundo real rara vez podrán sorprenderte con algo que aún no conozcas.

Para aprender a sentirte cómodo usando el Disco Rayado, puedes repasar los diálogos del
capítulo anterior que mostraban cómo eras manipulado, y sustituir cada respuesta no asertiva por
una respuesta Disco Rayado.

DIALOGO 16
Cómo decir que no al presidente de la Asociación de Padres que quiere usar tu casa para las
reuniones.
Escena: El presidente de la asociación (o de cualquier otra organización) quiere que tú vuelvas a
ayudarles.

PRESIDENTE: Tú sabes que, realmente, sin ti estamos perdidos.


Tú: Te agradezco el cumplido.
PRESIDENTE: ¡No, si te lo digo en serio! No podemos encontrar a nadie que ofrezca su casa
después de haber visto lo agradable que es la tuya.
Tú: Bueno, pues yo simplemente no quiero comprometerme otra vez, Fueron demasiadas
complicaciones.
PRESIDENTE: Pero, ¿qué podemos hacer, si no tenemos lugar para reunirnos?
Tú: No sé. (DERECHOS ASERTIVOS III Y VI)
PRESIDENTE: ¡No podemos reunirnos sin tener una casa como la tuya!
Tú: Entiendo vuestro problema, pero no quiero volver a comprometerme.

Te recomiendo que empieces por practicar el uso del Disco Rayado con otro adulto. No hay
nada que te prepare mejor para hacer frente a una manipulación real que ensayar y reaccionar de
forma asertiva. Haz que la otra persona se lea una vez el diálogo, en silencio. Durante vuestro
diálogo, te sorprenderá la poca frecuencia con que esa persona tiene que recurrir al guión para
manipularte.

Resultará más fácil cuando reflejamos verbalmente lo que ha dicho la otra persona antes de
repetir la respuesta «Disco Rayado». Por ejemplo:
-Tú quieres que te preste mi coche (ESPEJO), pero yo quiero ir en coche al parque (DISCO
RAYADO). Tanto las respuestas con «Entiendo» como las respuestas espejo son importantes porque
dicen a los demás que tu no haces caso omiso de lo que le dicen, sino que lo ha oído, pero quieres
hacer lo que a ti te parece mejor.

DIÁLOGO 17
Tu bija reclama lo que ha pedido en una amburguesería cuando la camarera se equivoca. Nivel de
edad. De los siete a los diecisiete años.
Escena: Tu hija (o hijo) ha pedido un panecillo con salchicha, sin condimentos, en una
hamburguesería. Cuando lo desenvuelve en una mesa de la terraza, ve que está condimentado con
mostaza y ketckup. Si tu hijo/a está en el grupo de edad intermedia o mayor, decide ir a pedirle otro
bocadillo a la camarera que la atendió en el mostrador. Si es más pequeño/a, tú estarás con ella (o
con él), y cuando se te queje de que el panecillo no es lo que había pedido, le dirás que vaya a pedir
otro.

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HIJA: Te pedí un panecillo con salchicha sin condimentos, y me lo has dado condimentado. Haz el
favor de cambiármelo.
CAMARERA: Me acuerdo muy bien de que me lo pediste completo
HIJA: Entiendo (o bien: Tú te acuerdas que te lo pedí completo: ESPEJO), pero yo te lo pedí sin
condimentos y quiero que me lo cambies. (DISCO RAYADO)
CAMARERA: Todos se creen que pueden cambiar el pedido cuando ya se lo han entregado.
HIJA: Entiendo, pero yo te lo pedí sin condimentos y quiero que me lo cambies. (DISCO
RAYADO)
CAMARERA: ¿Me estás tratando de mentirosa?
HIJA: (Sin morder el anzuelo.) Entiendo, pero yo te lo pedí sin condimentos y quiero que me lo
cambies. (DISCO RAYADO)
CAMARERA: Debería cobrártelo.
HIJA: Entiendo, pero yo te lo pedí sin condimentos y quiero que me lo cambies. (DISCO
RAYADO)
CAMARERA: ¡Pedro, dame un panecillo con salchicha, sin condimentos... y a ver si esta vez no te
equivocas!

Lea la siguiente versión asertiva de un diálogo.

DIÁLOGO 18
Tu hijo se defiende de un amigo manipulador que quiere que lo acompañe a pasear en vez de hacer
lo que tú le encargaste.
Edad- De los siete a los diecisiete años.
Escena: Un amigo que llega a buscarlo encuentra a tu hijo limpiando el garaje, como tú le pediste.

AMIGO: ¿Qué estás haciendo?


Hijo: Limpiando el garaje.
AMIGO: Déjalo para más tarde y vamos al parque.
Hijo: Primero quiero terminar esto.
AMIGO: ¿Por qué?
Hijo: Porque se lo prometí a mi madre.
AMIGO: Dile que ya lo terminaste y vamos.
Hijo: Tú quieres que vaya contigo al parque (ESPEJO), pero yo quiero terminar esto antes. (DISCO
RAYADO)
AMIGO: ¿Tienes miedo de que tu mamá te coma?
Hijo: Tú quieres que vaya contigo al parque (ESPEJO), pero yo quiero terminar esto antes. (DISCO
RAYADO)
AMIGO: Y si te descubre, ¿qué? ¡No será la primera vez que te haga pasar un mal rato!
Hijo: Tú quieres que vaya contigo al parque (ESPEJO), pero yo quiero terminar esto antes. (DISCO
RAYADO)
AMIGO: ¿O acaso eres un hijo de mamá?
Hijo: Tú quieres que vaya contigo al parque (ESPEJO), pero yo quiero terminar esto antes. (DISCO
RAYADO)
AMIGO: No seas estúpido. Todos los demás chicos están en el parque, ¿Quieres que me vea
obligado a decirles que no vas porque tu mamá no te deja?
Hijo: Tú quieres que vaya contigo al parque (ESPEJO), pero yo quiero terminar esto antes. (DISCO
RAYADO)
AMIGO: Vamos, decídete. Salgamos ya.
Hijo: (Recurre a la técnica creativa de solución de problemas) Te propongo una cosa. Tú quieres
que vaya contigo al parque, y yo también. Si tú me ayudas a limpiar, llegaremos antes. (COM-
PROMISO VIABLE)
AMIGO: Oh... Bueno, está bien. ¿Dónde pongo estos neumáticos viejos?
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El Compromiso Viable y de la Autorrevelación

En el último diálogo, tu hijo resolvió el conflicto que se le planteaba con su amigo mediante
la técnica creativa de solución de problemas. En tanto que lo que he llamado el «modelo
adversario» para resolver conflictos -es decir, yo tengo razón y por consiguiente tú debes estar
equivocado- dispone las cosas de tal modo que sólo una de las partes que están en desacuerdo o en
conflicto puede ganar, el entrenamiento en asertividad parte del punto de vista de que ambas partes
pueden ganar o, por lo menos, de que ninguna de las dos tiene que perder.

Compromiso Viable: un compromiso, ¿tiene que ser justo que funcione? Tratar de conseguir
que las dos personas obtengan por lo menos parte de lo que quieren es la base de otra habilidad -
asertiva, el Compromiso Viable. Podemos aprender que no hay por que «ganar» todas las
discusiones. Es más, en realidad no tiene que tratar de ganar nada. Es conveniente a llegar a un
acuerdo, a sugerir un compromiso, como en el diálogo anterior, siempre que sea posible. Al
proceder así, tanto tú como el otro obtenéis algún partido de la interacción. No hace falta que los
compromisos sean «justos» para que funcionen, ni tampoco que todas las necesidades y los deseos
de los dos participantes en la disputa. La única limitación práctica para llegar a compromiso es que
debe dejar intacto el respeto del uno hacia el otro.

Algunos diálogos prácticos pueden mostrar situaciones comunes, aunque de ninguna manera
abarcan todas las situaciones donde sería útil contar con modelos de diálogos de práctica asertiva.
Por lo tanto, usted debe tratar de analizar situaciones en las que puede utilizarlo

La Autorrevelación: Una ayuda para ser tenaz con las personas que conoces y a las que ves
regularmente. Ahora que has visto cómo siendo asertivo, incluso en un nivel básico y nada
elaborado, conseguimos salir de situaciones difíciles causadas por la manipulación de nuestros
sentimientos de culpa, estupidez o ignorancia, es probable que quieras usar el Disco Rayado como
respuesta en otros diálogos manipuladores ya presentados. Sin embargo, te sugiero que lo sumes a
una de las habilidades asertivas que ya hemos analizado, la Autorrevelación, en situaciones donde
ésta sea aplicable, para así formar una respuesta que combine ambas.

Por ejemplo, en el diálogo manipulador en que un amigo quería que le prestases el coche y
tú le dabas toda clase de razones por las que no podías prestárselo, terminabas por hacer lo que él
quería. Antes de dar una versión más asertiva del mismo diálogo, detente un momento a pensar por
qué prefieres realmente no prestarle el coche a tu amigo (ni a nadie más). La mayoría de los
principiantes, cuando empiezan a aprender asertividad, dan toda clase de razones externas que son
idénticas a las del diálogo: el seguro, los frenos, mi mujer lo necesitará... Por debajo de estas
razones se esconde la única verdadera: a la gente le preocupa su coche y no le gusta tener que
prestarlo. Pero como creen que su preocupación es irracional o injustificada, porque nunca les ha
pasado nada cuando lo prestaron, jamás llegan a expresar asertivamente lo que en realidad sienten.
Si tú eres como la mayoría de nosotros, creerás que tus sentimientos negativos no son una
justificación «adecuada» para tu comportamiento. Pero esos sentimientos negativos son la única
base realista sobre la cual operar.

En este caso, en particular, tienes que tomar una decisión. Sé tu propio juez. ¿Qué es más
importante, que tu amigo se salga con la suya, o que tú no te sientas preocupado e incómodo? Si
decides que la conveniencia de tu amigo es más importante que tu preocupación, se acabó el
problema. Simplemente, le prestas el coche cada vez que te lo pida, y te aguantas. Si decides que tus
sentimientos son más importantes, entonces puedes usar con gran eficacia la técnica de
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autorrevelación junto con el Disco Rayado, no sólo para no prestarle tu coche, sino también para no
destruir vuestra amistad. Veamos ahora una grabación nueva de aquel diálogo manipulador, en la
que tú te muestras más asertivo, usando el Disco Rayado además de la Autorrevelación.

DIALOGO 19
Cómo decir que no a un amigo manipulador que quiere que le prestes el coche y hace caso omiso de
tu sensación de incomodidad.
Escena: Yo soy tu amigo y colaborador, y un sábado por la mañana me doy una vueltecita por tu
casa y empiezo a hablar.

Yo: Hola. ¿Ocupado?


Tú: Más o menos.
Yo: Bueno, entonces no te importará que te pida el coche prestado esta mañana.
Tú: Oye, Pepe, cada vez que le presto el coche a alguien me siento realmente preocupado e
incómodo, así que prefiero no prestarlo. (AUTORREVELACIÓN)
Yo: No tienes por qué preocuparte. Jamás en mi vida he tenido un accidente.
Tú: Pero yo me preocupo y me siento incómodo, así que no quiero prestarlo.
(AUTORREVELACIÓN) (DISCO RAYADO)
Yo: Pero, ¿qué es lo que te preocupa?
Tú: Simplemente, me siento preocupado e incómodo, y por eso no quiero prestar el coche.
(AUTORREVELACIÓN) (DISCO RAYADO)
Yo: Nunca me dijiste eso antes.
Tú: No, y me siento tonto por no haberlo hecho, pero aun así me preocupa y me incomoda, de modo
que no quiero prestar el coche. (AUTORREVELACIÓN) (DISCO RAYADO)
Yo: Creía que éramos amigos.
Tú: (Sin dejarte arrastrara a una discusión de lo que es la amistad.) Simplemente, me siento
preocupado e incómodo, y por eso no quiero prestar el coche. (AUTORREVELACIÓN) (DISCO
RAYADO)
Yo: Pues vaya desilusión. Creía que podía contar contigo.
Tú: Me sabe mal que te desilusiones, pero como simplemente me siento preocupado e incómodo,
por eso no quiero prestar el coche. (AUTORREVELACIÓN) (DISCO RAYADO)
Yo: (Sarcásticamente.) Sí, ya te lo había oído decir. No te preocupes por mí, que ya encontraré
algún coche.
Tú: ¿Y Jaime? Vive en esta misma calle. (COMPROMISO VIABLE)
Yo: ¿Estará en casa?
Tú: No sé ¿Por qué no vas a verlo?
Yo: (Empiezo a irme.) Eso haré. Gracias.
Tú: Hasta otro rato.

Como decir cómo se siente y qué piensa

Conviene que consideremos aceptable hablar de nuestras preocupaciones personales.


Admitir que las tiene no es ser tonto, sino simplemente algo inherente a la condición humana. Es
importante aprender a sentirse cómodos cuando se expresan asertivamente cómo se sienten o qué
piensan. La mayoría de los varones, probablemente creerá que está mal o que es una muestra de
debilidad el expresar sus emociones, en especial a sus compañeros

En temas como las tareas de la casa o los deberes caseros las pequeñeces nos pueden crear
molestias, como un amigo que promete hacer algo y no lo hace, o cómo se sienten cuando un amigo
no deja de interrumpir mientras habla. La mayoría de las personas no hablan de lo que siente sino
de la persona que le molesta: «Carlos siempre está diciendo que me ayudará y después no lo hace».
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Para conseguir que se halle cómodo expresando lo que siente, conviene que no hable de Carlos, sino
de cómo se siente ante el comportamiento de Carlos; por ejemplo: «No me gusta que Carlos haga
esto o aquello... » Tiene derecho a decidir si está bien o no sentirse afectado por el comportamiento
de un tercero. Esa manera de pensar se consigue con la experiencia, y corrigiendo errores. Cuando
puedas expresar cómo te sientes y qué piensas te parecerá mucho más fácil usar la Autorrevelación
Asertiva, tal como se ejemplifica en la siguiente versión modificada de un diálogo manipulativo
anterior entre un niño que quiere estudiar y un amigo.

DIÁLOGO 20
Tu hijo se enfrenta con un amigo manipulador que no respeta su necesidad de estudiar. Años de
edad: De los once a los diecisiete años.
Escena: Tu hijo está estudiando porque mañana tiene un examen, y su amigo quiere que vaya con él
a la playa.

AMIGO: Vamos a la playa.


Hijo: Me gustaría ir (AUTORREVELACIÓN), pero no puedo.
AMIGO: ¿Por qué?
Hijo: Mañana tenemos un examen de matemáticas y tengo que estudiar.
AMIGO: Tú eres bueno en matemáticas y no necesitas estudiar.
Hijo: Ojalá lo fuera, pero tengo que estudiar(AUTORREVELACIÓN)
AMIGO: ¿Y para qué te interesan las matemáticas?
Hijo: Me gustaría sacar una buena nota. (AUTORREVELACIÓN)
AMIGO: ¿Para qué? Sólo a los tontos les preocupan las matemáticas. ¿Es que tú eres tonto?
Hijo: (Sin hacer caso del cebo manipulador.) Entiendo que quieras que vaya contigo a la playa, pero
me temo que si no estudio no sacaré una buena nota. (ESPEJO y AUTORREVELACIÓN)
AMIGO: Podríamos estar jugando al fútbol con los otros chicos.
Hijo: Me temo que si no estudio no sacaré una buena nota mañana. (AUTORREVELAClÓN y
DISCO RAYADO)
AMIGO: No tienes por qué preocuparte. Además, ya les dije a todos que estaríamos allí a las dos,
de manera que tenemos que ir.
Hijo: ¿Por qué?
AMIGO: Porque, si no vamos, los demás no podrán formar el equipo.
Hijo: Y si yo no estudio, me temo que mañana no sacaré una buena nota. (AUTORREVELACIÓN
y DISCO RAYADO)
AMIGO: Y si tú no vienes, ¿qué les digo?
Hijo: No sé. Pero si yo no estudio, me temo que mañana no sacaré una buena nota.
(AUTORREVELACIÓN y DISCO RAYADO)
AMIGO: Los otros se disgustarán contigo por esto.
Hijo: Espero que no, pero me temo que si no estudio no sacaré una buena nota mañana.

He aquí ahora un diálogo para un niño mayor que tiene ya práctica en expresar abierta y
tranquilamente sus sentimientos. También en esta versión asertiva de un diálogo manipulativo
anterior entre una niña y su amiga se usa la Autorrevelación. Tu hija se enfrenta con una amiga
manipuladora que quiere hacer que te robe una botella de vodka para su fiesta. Nivel de edad: De
los once a los diecisiete años.
Escena: La amiga de tu hija está planeando una fiesta para el fín de semana y quiere servir alcohol a
escondidas.

AMIGA: Tienes que ayudarme con la fiesta que doy este fin de semana.
HIJA: ¿Cómo?
AMIGA: Susana dijo que traería el licor para el ponche, pero la madre la descubrió cuando se lo
birlaba y ahora no la dejan salir.
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HIJA: ¿Y entonces?
AMIGA: Entonces, tú tienes que conseguir una botella de vodka de la bodega de tu padre.
HIJA: Realmente, me sentiría muy incómoda haciendo algo así. (AUTORREVELACIÓN)
AMIGA: ¿Por qué?
HIJA: Si papá me descubriera, me sentiría muy mortificada. (AUTORREVELACIÓN)
AMIGA: ¡No seas niña! Tú eres mucho más lista que Susana y a ti no te atraparán. Además, tu
padre y tú sois muy amigos, y si te descubre ya le contarás algún cuento.
HIJA: Realmente, me sentiría muy incómoda haciéndole eso a mi padre. (AUTORREVELACIÓN)
AMIGA: ¿Por qué?
HIJA: Simplemente, creo que no estaría bien. (AUTORREVELACIÓN)
AMIGA: ¡Creí que éramos buenas amigas, pero veo que no te importo lo bastante como para que
me ayudes!
HIJA: Realmente, me sentiría incómoda robándole una botella de vodka para ti.
(AUTORREVELACIÓN y DISCO RAYADO)
AMIGA: Susi por lo menos lo intentó. Ella es una buena amiga, que se preocupa por mí.
Hija: Realmente, me sentiría incómoda robándole una botella de vodka para ti.
(AUTORREVELACIÓN y DISCO RAYADO)
AMIGA: ¡Mira lo que pasa cuando realmente necesito una amiga! ¡Qué manera de fallarme!
HIJA: Realmente, me sentiría incómoda robándole una botella de vodka para ti.
(AUTORREVELACIÓN y DISCO RAYADO)
AMIGA: Si yo te importara más que la posibilidad de que te descubran robando ese vodka
estúpido, ¡lo harías!
HIJA: Realmente, me sentiría incómoda robándole una botella de vodka para ti.
(AUTORREVELACIÓN y DISCO RAYADO)
AMIGA: ¡Nunca se te ocurra pedirme que robe algo para ti!
HIJA: No se me ocurrirá. ¿Qué te vas a poner para la fiesta?
AMIGA: El vestido nuevo de color púrpura. Es muy sexy, y me queda estupendo.

Al practicar la Autorrevelación y el Disco Rayado los otros jamás serán tan tenaces como
puedes ser tú después de esa práctica. Pero sólo la práctica dará la confianza de ser asertivo, porque
así sabrá de antemano cuál ha de ser el resultado.

Como dijimos antes, las tres características principales de la persona no asertiva son la falta
de tenacidad, la hipersensibilidad ante la crítica y el miedo a que lo descubran en un error. Tras
haber visto la base de la asertividad -la tenacidad-, veremos la segunda característica principal de la
no-asertividad, de modo que puedas aprender cómo ser más eficaz y menos emocional en el
enfrentamiento con ese gran recurso de la manipulación que son las críticas.

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