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El Gobierno de Balta

José Balta y Montero (Lima, 25 de abril de 1814 - Lima, 26 de julio de 1872),


Fue un militar y político peruano que ocupó la presidencia del Perú de 1868 a 1872.
Durante su gobierno se firmó el Contrato Dreyfus para la explotación del guano, y
celebró grandes empréstitos en Europa, con los que inició un ambicioso programa de
construcción de ferrocarriles, siendo los más notables los de penetración de la
costa a la sierra. Cerca del final de su gobierno fue derrocado por los hermanos
Gutiérrez y pocos días después murió asesinado.

José Balta

Presidente Constitucional de la República


del Perú

2 de agosto de 1868 – 22 de julio de 1872

Rango
Coronel EP

Datos personales

25 de abril de 1814
Nacimiento
Lima, Virreinato del Perú

26 de julio de 1872
Fallecimiento
Lima Perú

Juan Balta Brú y Agustina


Padres
Montero Casafranca

Profesión Militar y político

Carrera Militar
Desde muy joven, José Balta abrazó la carrera de armas. En 1830, con tan solo 16
años, ingresó al Colegio Militar, del que se graduó tres años después con el grado de
subteniente. Defendió al gobierno del general Luis José de Orbegoso en el sitio del
Callao y en la batalla de Huaylacucho (1834). Secundó luego el golpe de Felipe
Santiago Salaverry y obtuvo el grado de capitán (1835). Luchó contra la
intervención boliviana actuando en las batallas de Uchumayo y Socabaya (1836). Fue
desterrado a Bolivia, permaneciendo dos años en las montañas de Chiquitos, hasta
que logró fugar. Reemprendió entonces su lucha contra Santa Cruz y
la Confederación Perú Boliviana enrolándose en la Expedición Restauradora y
actuando en las acciones de Portada de Guías, donde fue elevado al grado
de sargento mayor, en atención a su valor demostrado (1839).
Colaboró con el efímero gobierno del general Juan Crisóstomo y participó en
la batalla de Agua Santa, el 17 de octubre de 1842, que puso fin a dicho régimen. A
su solicitud pasó al retiro, pero a instancias de su hermano Juan Francisco volvió al
ejército para servir esta vez al Directorio de Manuel Ignacio. Al estallar en el Sur
la revolución encabezada por Domingo Nieto y Ramón Castilla marchó a combatirla,
pero tras el adverso encuentro en San Antonio, el 28 de octubre de 1843, fue
apresado y confinado en Tacna. Logró reincorporarse en Arequipa a las fuerzas de
Vivanco, que fueron derrotadas definitivamente en la batalla de Carmen Alto, el 21
de julio de 1844.
Nuevamente fuera del ejército, el presidente Castilla autorizó su reinscripción en el
servicio activo (1846). Por apoyar al presidente José Rufino, hasta la batalla de La
Palma, fue dado de baja una vez más por el nuevo régimen de Castilla (1855).
El 11 de abril de 1861, fue rehabilitado. Secundó entonces, desde Chiclayo, la
rebelión de Mariano Ignacio Prado y Pedro Díez-Canseco contra el presiden-te Juan
Antonio, cuya dimisión forzaron en 1865.
Fue ministro de Guerra y Marina del 17 al 28 de noviembre de 1865, y participó,
como comandante de la División del Sur, en el combate del 2 de mayo contra la flota
española (1866). Por entonces ya tenía gran popularidad y se distinguió entre los
opositores a la dictadura de Prado, quien lo desterró a Chile.
Regresó al Perú en 1867 y encabezó un movimiento contra el gobierno de Prado
en Chiclayo, el cual encontró eco en Arequipa, donde se levantó el general Pedro
Díez-Canseco. Ambos se negaron a jurar la nueva Constitución del año 1867 y
proclamaron vigente la de 1860.
Prado, entonces, viajó al sur para sofocar la rebelión, pero ante la presión tanto de
Balta como de Díez-Canseco, y la que el propio congreso ejercía desde Lima, tuvo
que renunciar. La presidencia interina recayó, por tercera vez, en el veterano
general Pedro Díez-Canseco.

Elecciones presidenciales de 1868


El 6 de febrero de 1868, Díez-Canseco convocó a elecciones presidenciales, en las que
Balta participó, con su aureola de «héroe de Chiclayo». El Congreso, dio validez a
3.864 de los cuales 3.168 favorecían a Balta, 384 a Costas, 153 a Ureta, y el resto a
diversos candidatos. Balta asumió el gobierno teniendo como vicepresidentes al
coronel Mariano Herencia Zevallos y el coronel Francisco Díez-Canseco.

Presidencia de la República
José Balta se ciñó la banda presidencial el 2 de agosto de 1868. Desde el primer
momento señaló que era prioritario buscar la alianza entre el Ejecutivo y el
Legislativo, lograr el equilibrio entre los ingresos y egresos de la Nación, reformar
el sistema aduanero y promulgar la ley de los ferrocarriles. Políticamente buscó la
unidad de todos los peruanos, decretando la amnistía general e invitando a
personajes capacitados a colaborar en su gobierno. Tuvo sin embargo, que enfrentar
el inicio de una grave crisis económica y financiera, derivada sobre todo de la mala
manera como se negociaba el guano, la fuente de recursos del Estado desde hacía
décadas.
Desde hacía tiempo toda la hacienda pública se basaba en el sistema de la
consignación delguano. Por este sistema el Estado contrataba con los llamados
consignatarios, para que vendieran al extranjero cierta cantidad de guano; los
consignatarios cobraban por ello una comisión y luego entregaban al Estado el
producto de su venta. Pero, por lo general, estos consignatarios daban cuenta con
retraso de las ventas del guano, debido a la baja de su precio en los mercados
europeos: ocurría que especulaban con los cargamentos y los almacenaban en los
puertos de Europa, esperando el mejor momento para la venta del guano. De esa
manera el Estado no recibía puntualmente sus pagos, viéndose impedido de
programar sus gastos. Asimismo, ante la crisis que empezó a partir de la década de
1860, el Estado empezó a solicitar préstamos a los consignatarios, que estos
otorgaron con intereses usurarios del 2 hasta el 3 por ciento mensuales. Además,
había otra serie de abusos que se les acusaba a los consignatarios, como los que
denunció Guillermo Bogardus en 1866. En resumen, el fisco se había convertido en
prisionero de los consignatarios.
Urgía pues, tomar una decisión muy delicada: quitarles el negocio del guano a los
consignatarios y discutir nuevas condiciones con quien ofreciera mejores dividendos
para el Perú.
Al iniciarse el gobierno de Balta el país se hallaba al borde de la bancarrota.

El Contrato Dreyfus
El presidente José Balta, para salir de tamaña crisis económica, nombró el 5 de
enero de 1868 como ministro de Hacienda a Nicolás de Piérola, entonces un
desconocido joven.
Piérola pidió al Congreso de la República amplia autorización para que el Poder
Ejecutivo procurara los fondos necesarios para salvar el déficit del presupuesto
general de la República. Esta autorización le fue concedida el 25 de enero de 1869. En
virtud a ello, por decreto del 27 de marzo Piérola fijó las bases para negociar
directamente (sin consignatarios) la venta del guano al extranjero, en un volumen
que bordeaba las dos millones de toneladas métricas. Los comisionados gobierno
Toribio Sanz y Juan Martín Echenique se encargaron de lanzar la propuesta en los
mercados europeos. La casa judío-francesa "Dreyfus Hnos. y Cía " aceptó la
propuesta.
El contrato entre los representantes del estado peruano y la casa Dreyfus se
suscribió en París, el 5 de julio de 1869 y fue aprobado por el gobierno peruano el 17 de
agosto.
Para el Perú, en teoría, este contrato era un gran negocio. Ya el Estado no debía
preocuparse por los incumplimientos de los consignatarios, podía equilibrar su
presupuesto y programar sus gastos, y para mayor ventaja, se olvidaba del problema
de la deuda con los tenedores de bonos británicos. No obstante, originó una
tremenda polémica en el Perú. Los capitalistas locales o consignatarios llevaron el
caso ante la Corte Suprema, acusando al gobierno de haber infligido contra ellos un
despojo. La Corte Suprema falló a favor de los consignatarios (26 de noviembre), pero
el Poder Ejecutivo consideró que era el Congreso quien debía tener la decisión final.
Luego de un vivísimo debate parlamentario, las dos cámaras aprobaron el contrato,
quedando legalmente anulado el fallo de la Corte (11 de noviembre de 1870).

La Política Ferroviaria
Mientras que los consignatarios intentaron sin éxito anular el Contrato Dreyfus, el
gobierno reinició las obras públicas e impuso además una intensa política ferroviaria.
Aquello obligó a solicitar mayores anticipos a la Casa Dreyfus, lo que generó que la
deuda externa se incrementara significativamente.
El principal motivo para llevar a cabo la construcción de una red ferroviaria fue
agilizar el transporte de los productos agrícolas y mineros. La construcción se
encomendó al empresario Enrique Meiggs, quien inició su labor en 1869. La más
significativa fue la que unió Lima con el centro minero de La Oroya, pues implicó
vencer las dificultades técnicas que suponía un trabajo en un territorio descarpado.
Otra línea importante fue la que unió el puerto Mollendo con Puno.

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