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Voces: MATRIMONIO - DIVORCIO - INCAPACIDAD ABSOLUTA - DEMENTES -

INTERDICCIONES - RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO - RECHAZO DEL


RECURSO

Partes: Gaete c/ Cea | Incapacidad absoluta - Matrimonio - Recurso de casación en el fondo

Tribunal: Corte Suprema

Fecha: 18-jul-2012

Cita: MJCH_MJJ32649 | ROL:896-12, MJJ32649

Producto: MJ

No habiendo existido voluntad jurídicamente eficaz del demandante, por su estado de


demencia debidamente acreditado en el proceso, no puede entenderse en modo alguno
legitimado activamente para demandar, como así tampoco ha podido existir legitimación pasiva
de la demandada para contestar, motivo por el cual no ha podido trabarse litis alguna, cuyo
trámite no pasa de ser, en consecuencia, sólo una apariencia de juicio.

Doctrina:

1.- Corresponde rechazar el recurso de casación en el fondo interpuesto en contra de la


sentencia que revocó la demanda de divorcio unilateral por cese de la convivencia conyugal,
por cuanto la decisión de declarar la falta de legitimación de las partes del juicio por padecer
ambas de demencia se ajusta a la correcta interpretación y aplicación de la norma del artículo
1446 del Código Civil, desde que constatada la situación fáctica de incapacidad, no es posible
sino desconocer su capacidad para actuar.

2.- La incapacidad absoluta, por demencia del demandante y de la demandada, los actos
jurídicos procesales de ambos, especialmente la demanda y designación de patrocinante y
apoderado por el demandante, ejecutados sin haber mediado curaduría testamentaria, legítima
o dativa resultan ser absolutamente nulos. De este modo, no habiendo existido voluntad
jurídicamente eficaz del demandante, por su estado de demencia debidamente acreditado en el
proceso, no puede entenderse en modo alguno legitimado activamente para demandar, como
así tampoco ha podido existir legitimación pasiva de la demandada para contestar, motivo por
el cual no ha podido trabarse legalmente litis alguna, cuyo trámite no pasa de ser, en
consecuencia, sólo una apariencia de juicio.

3.- Conforme al mérito del informe pericial psiquiátrico, apreciado a la luz de las reglas de la
sana crítica y contrastado con la testimonial rendida, se concluyó que tanto el demandante,
como la demandada, son absolutamente incapaces en razón de sus demencias, a la luz de lo
dispuesto por los artículos 1446 y 1447 del Código Civil, al encontrarse acreditada su
privación de razón y/o la alteración sustancial de sus facultades mentales. Por lo que la
circunstancia de no haberse dictado aún a su respecto interdicción definitiva ni provisoria, no
obsta a lo anterior, toda vez que esta declaración sólo se limita a constatar una situación
mental preexistente y, una vez dictada, el único efecto es configurar una presunción de
derecho de la demencia que, como tal, elimina la carga de la prueba para invalidar el acto del
demente en cada caso en particular y no admite prueba en contrario. Así los actos y contratos
ejecutados o celebrados sin previa interdicción, serán válidos, a menos de probarse que el que
los ejecutó o celebró estaba entonces demente.

Santiago, 18 de julio de 2012.

Vistos:

En autos Rit xxxxx, Ruc xxxxx del Primer Juzgado de Familia de Santiago, por sentencia de
primera instancia de diecinueve de agosto de dos mil diez, se acogió la demanda de divorcio
unilateral por cese de la convivencia conyugal y, en consecuencia, se declaró terminado el
matrimonio celebrado entre don L. E. G. P. y doña S. E. C. R., el 16 de septiembre de 1939,
inscrito en el Registro Civil e Identificación, Circunscripción Universidad bajo el N°878 del año
1939 y se rechazó la demanda reconvencional de compensación económica.

Se alzó la demandada y una sala de la Corte de Apelaciones de esta ciudad por sentencia de
seis de diciembre de dos mil once, escrita a fojas 66, revocó el fallo apelado y rechazó la
demanda de divorcio, sin costas.

En contra de esta última resolución, el demandante dedujo recurso de casación en el fondo y


se trajeron los autos en relación para conocer del mismo.

Considerando:

Primero:Que el recurrente denuncia la infracción de los artículos 1446 , 1447 , 443 , 459 , 460
y 465 del Código Civil y 19 N°3 de la Constitución Política, argumentando, en síntesis, que los
jueces del fondo han incurrido en error de derecho al rechazar la acción de divorcio por estimar
que las partes carecen de legitimidad activa y pasiva, respectivamente, para actuar como tales
en el juicio, por la demencia que les afecta.

Sostiene que la incapacidad es una materia de derecho estricto y como tal requiere que
previamente sea decretada la interdicción -en este caso- por demencia, lo que no ha ocurrido
en la especie por lo que los sentenciadores no han podido declararlo así en este juicio, el que
no ha tenido por objeto debatir sobre este tema y donde no se han respetado los trámites que
la ley establece para uno de esta naturaleza, como es el oír el dictamen de facultativos.

Alega que de acuerdo a la ley, los actos y contratos ejecutados o celebrados sin previa
interdicción son válidos, requiriéndose de la existencia de un proceso previo de interdicción por
demencia que establezca dicha incapacidad o que se pruebe que quien los ejecutó o celebró
estaba entonces demente, lo que tampoco ha ocurrido en el caso sub lite desde que el informe
tenido en consideración para estos efectos por los jueces del fondo no establece su
incapacidad absoluta.

Señala que, además, el fallo atacado vulnera la normativa constitucional invocada pues, en
definitiva, se declara demente a su parte sin que la supuesta incapacidad haya sido declarada
en el proceso previo que para dichos efectos la ley contempla, en el cual, pudiera haber
presentado una debida defensa.

Segundo:Que los jueces del fondo concluyeron conforme al mérito del informe pericial
psiquiátrico decretado en autos, apreciado a la luz de las reglas de la sana crítica y contrastado
con la testimonial rendida, que tanto el demandante, como la demandada, son absolutamente
incapaces en razón de sus demencias, a la luz de lo dispuesto por los artículos 1446 y 1447
del Código Civil, al encontrarse acreditada su privación de razón y/o la alteración sustancial de
sus facultades mentales. Estiman que la circunstancia de no haberse dictado aún a su
respecto interdicción definitiva ni provisoria, no obsta a lo anterior, toda vez que esta
declaración sólo se limita a constatar una situación mental preexistente y, una vez dictada, el
único efecto es configurar una presunción de derecho de la demencia que, como tal, elimina la
carga de la prueba para invalidar el acto del demente en cada caso en particular y no admite
prueba en contrario. Así los actos y contratos ejecutados o celebrados sin previa interdicción,
serán válidos, a menos de probarse que el que los ejecutó o celebró estaba entonces
demente.Argumentan que se trata de una incapacidad natural del demente, anterior a la
interdicción y, por ende los dementes son incapaces aunque no estén bajo interdicción,
bastando que la persona esté privada de sus facultades mentales para que sea absolutamente
incapaz.

Sostienen que debiendo entenderse por acto jurídico toda declaración o manifestación de
voluntad, efectuada con la intención de crear, modificar o extinguir derechos, el elemento
esencial de su validez resulta ser la voluntad exenta de vicios, razón por la cual el primer
requisito de validez de todo acto jurídico, al tenor del precepto 1445 del Código Civil, es la
capacidad, entendida ésta como la aptitud legal de una persona para ejercer por sí misma los
derechos que le competen.

Así, establecida en la especie, la incapacidad absoluta, por demencia del demandante y de la


demandada, los actos jurídicos procesales de ambos, especialmente la demanda y designación
de patrocinante y apoderado por el demandante, ejecutados sin haber mediado curaduría
testamentaria, legítima o dativa resultan ser absolutamente nulos, por mandato del artículo
1447 del Código Civil.

De este modo, consideran que no habiendo existido voluntad jurídicamente eficaz del
demandante, por su estado de demencia debidamente acreditado en el proceso, no puede
entenderse en modo alguno legitimado activamente para demandar, como así tampoco ha
podido existir legitimación pasiva de la demandada para contestar, motivo por el cual no ha
podido trabarse legalmente litis alguna en estos autos, cuyo trámite no pasa de ser, en
consecuencia, sólo una apariencia de juicio.

Agregan los sentenciadores en su fallo que tratándose en la especie de una cuestión de familia
y siendo ésta el núcleo fundamental de la sociedad, según lo establece el artículo 1º de la
Carta Fundamental, el pretendido juicio no reúne los estándares de justicia y racionalidad que
para el debido proceso establece, en su inciso quinto, la norma del numeral 3º del artículo 19
de la referida Constitución Política del Estado.

Tercero:Que de conformidad a lo dispuesto por el artículo 1447 del Código Civil: "Son
absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y los sordos o sordomudos que no
puedan darse a entender claramente", es decir, la norma citada establece la incapacidad
absoluta de los dementes, sin distinguir si han sido o no declarados en interdicción.

Cuarto: Que por su parte el artículo 465 del Código del Ramo establece: "Los actos y contratos
del demente, posteriores al decreto de interdicción, serán nulos; aunque se alegue haberse
ejecutado o celebrado en un intervalo lúcido.

Y por el contrario, los actos y contratos ejecutados o celebrados sin previa interdicción, serán
válidos; a menos de probarse que el que los ejecutó o celebró estaba entonces demente".

Quinto: Que de las disposiciones legales antes transcritas se concluye que el acto o contrato
celebrado por un demente es siempre nulo y que, como la capacidad legal se presume de
acuerdo a lo prescrito por el artículo 1446 del Código Civil, el que pretenda la nulidad deberá
acreditar la demencia. Si bien es de suma importancia establecer si al momento de celebración
del acto o contrato la persona estaba o no en interdicción, puesto que si ello es así, el acto o
contrato será nulo, lo cierto es que la falta de tal declaración sólo determina que habrá que
probarse dicho motivo de incapacidad, pero de ningún modo ello implica la imposibilidad de su
posterior constatación y declaración, como ocurre en la especie.

Sexto: Que, así las cosas es evidente que la decisión de los jueces en cuanto a declarar la falta
de legitimación de las partes de este juicio por padecer ambas de demencia se ajusta a la
correcta interpretación y aplicación de las normas antes citadas, desde que constatada la
situación fáctica de incapacidad- antes anotada- no es posible sino desconocer su capacidad
para actuar en este ámbito.

Séptimo:Que de otro lado, cabe destacar que la determinación que se consigna en el fallo
impugnado acerca de la incapacidad de las partes, es decir, de su privación de razón y/o la
alteración sustancial de sus facultades mentales, corresponde a una cuestión de hecho
privativa de los jueces de la instancia, que, en términos generales, no es posible revisar por
este tribunal de casación, sobre todo si no se ha denunciado infracción a las normas
reguladoras de la prueba.

Octavo: Que, en estas condiciones, no cabe sino el rechazo del recurso de nulidad en estudio,
toda vez que los sentenciadores asignaron a los artículos decisorio litis su real sentido y
alcance.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764 , 765 , 767 , 772 y
783 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el
fondo deducido por el demandante a fojas 70, contra la sentencia de seis de diciembre de dos
mil once, escrita a fojas 66. Redacción a cargo de la Ministra señora Gabriela Pérez Paredes.

Regístrese y devuélvase, con su agregado.

N°896-12.

Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor Patricio
Valdés A., señoras Gabriela Pérez P., Rosa Egnem S., Ministro Suplente señor Juan Escobar
Z., y la Abogada Integrante señora Virginia Cecily Halpern M. No firma el Ministro señor
Valdés, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar en comisión
de servicios. Santiago, dieciocho de julio de dos mil doce.
Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.

En Santiago, dieciocho de julio de dos mil doce notifiqué en Secretaria por el Estado Diario la
resolución precedente.

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