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LAPSUS

Sergio Rodríguez Bonilla

SOY APRENSIVO
Curar la aprensión es prioritario para aquella gente
que sólo vive pendiente de que algo negativo les
ocurra y que los demás sólo quieran perjudicarles.

Cuando hablamos de curar la aprensión hemos de


empezar por saber qué es ser aprensivo. Ser
aprensivo, es esa persona que ve peligros en todo, a
veces en temas relacionados con su salud. Tiene un
miedo infundado a contagiarse de una enfermedad e imagina que son graves sus menores
dolencias.

Otra definición de aprensión podría ser sensación de desagrado que se siente hacia una
persona o cosa. Se aplica a la persona que tiene un miedo exagerado a sufrir algún daño, o
que siente una preocupación excesiva en general por todo o en relación con su salud.

Muchas veces ser aprensivo va unido a una personalidad hipocondriaca y desconfiada que
se caracteriza por una exagerada tendencia a auto-observarse a nivel de sintomatología
debido a un temor persistente e injustificado ante la enfermedad o la muerte. Ante
cualquier pequeño malestar o síntoma hacen una interpretación alarmista, presagiando
siempre lo peor.

La gente que necesita curar la aprensión suelen ser personas ansiosas, escrupulosas y
sugestionables. Al angustiarse con facilidad padece sufrimiento psicológico innecesario.
Sufre antes de que aparezca el problema, e irónicamente la mayor parte de las veces el
problema no aparece, éste sólo está en su mente y ésta no para de imaginar cosas malas
que podrían suceder. Hay personas que son esclavas de su mente y no lo saben. La mente
se ha apoderado de la persona, creen que todo lo que su mente piensa es real. El problema
sólo se manifiesta cuando nos identificamos plenamente con todos nuestros pensamientos,
lo que equivale a estar de acuerdo con ellos. Unos pensamientos nacen de nuestra esencia
y otro tipo, el compulsivo, nace de la nada. Este último puede aparecer sin que nosotros
pongamos nuestra intención y propósito en ello y sin ni siquiera estar de acuerdo con él.

Debemos aprender a diferenciarlos y sobre todo ignorar el que no me interese. Este


segundo tipo de pensamiento es ego, la mayor parte de él negativo, según las estadísticas.

Si no tenemos claro eso no podremos curar la aprensión que nos envuelve. Las cosas no son
como son… sino como las vemos. Debemos tomar conciencia que la realidad que
observamos no siempre es la realidad, de hecho todos miramos como si lleváramos unos
lentes de colores y vemos la realidad teñida del color de nuestros lentes. El color son
nuestros temores, preocupaciones, nuestra forma de ser, de ver y de sentir la vida,
dependiendo de nuestro estado emocional, de nuestro carácter y experiencia y por
supuesto de nuestro nivel y estado de conciencia. Las ideas preconcebidas son otro factor
que distorsiona la visión de la realidad. Recordemos, si queremos curar la aprensión, que
muchas veces las apariencias engañan y lo que es, no es, no es lo que parece.

En general, ser aprensivo a algo es no aceptarlo, es sentir rechazo e incluso asco y


repugnancia. La clave para curar la aprensión es la no identificación con los pensamientos
que nos causan aprensión, en una palabra, no creer en ellos.

Todo lo que negamos en nosotros mismos y todo lo que rechazamos de los demás pasa a
engrosar nuestra sombra, y acabamos proyectándola en los demás. La sombra, todos la
tenemos y muchos ni siquiera lo saben. Cualquier pensamiento que nos produce miedo o
ansiedad es sólo un pensamiento, no es la realidad, sino una manifestación de nuestra
psique. En cuanto aparece ese pensamiento angustioso deberíamos respirar
profundamente varias veces, para tomar conciencia que sólo es un pensamiento y que
como tal sólo nos perjudicará si permitimos que se adueñe de nosotros. Esto sólo ocurrirá
si nos identificamos plenamente con él. Es la identificación y el creer en él lo que nos causará
ansiedad y sufrimiento.

Sólo en el momento en que nos lo creamos, ese pensamiento tendrá poder sobre nosotros,
se habrá apoderado de nosotros y tendrá la fuerza suficiente para hacernos sufrir, bajar
nuestra frecuencia de vibración y finalmente hacernos perder salud y bienestar. Todo lo
que aborrecemos en los demás está en nosotros mismos, seguramente no siempre,
seguramente no en el mismo grado. De la misma forma, todo lo que amamos en los demás
también está dentro de nosotros.

Cuando yo soy capaz de verme y reconocerme en los demás, tanto en lo bueno como en lo
malo, ¿a qué quizás mi visión ya no es tan sesgada?

La no identificación con el pensamiento compulsivo siempre es una liberación para la


conciencia. Es el primer paso para curar la aprensión.

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Sergio Rodríguez Bonilla
Psicólogo/Psicoanalista
Citas al 2 12 51 18

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