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ISBN: 84-89569-89-4
Depósito legal: M-8.478-2004
EMERG
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,1 -
J~dice LA PO
EN EL
EL CA
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Los S
TRAUM
-
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-
MUJERES y HOMBRES ENTRE LA REPRESiÓN,
EL DESEO Y LA OBJETUALIZACIÓN 43
· La estreñida posguerra 43
· Lo personal es político 53
FEMINISMOS EUROPEOS 65
BIBLIOGRAFíA 115
Jl1trodV
(1971) 101
DE GENERO
cultura diseña y elabora adjudicóndolos a varo Por otro lado, está también el concepto de
nes y mujeres en función de haber nacido con un sexualidad, que se viene empleando para referir
sexo u otro. De lo anterior se deduce la elabora se a un coniunto de prócticas, a unas orientacio
ción, a lo largo de los tiempos, de la feminidad nes (heterosexual, bisexual, homosexual), a unas
y de la masculinidad como géneros antitéticos formas de deseo y al sugerente territorio de las
que no deben mezclarse. Así, a la primera se le fantasías sexuales.
asocian conceptos como los de dulzura, emo y huelga decir que en el orden establecido
ción, sentimiento, pasividad, entre un largo etcé actual, trátese de países occidentales o de otros,
tera, y a la masculinidad, los de autoridad, dis impera el heterosexismo, vocablo acuñado por
ciplina, control, razón y demós. Es sabido que Adrienne Rich.
esta retahíla de valores no es neutral ni inocente, Por dicho término, que a algunos desazona
sino que se ha edificado mediante un sinfín de y enoja por sentirse aludidos, se entiende lo que
presiones y constreñimientos sociales, culturales, es la evidencia misma: la conversión de la hete
religiosos, médicos ... , con los que se trata de im rosexualidad en una orientación que excluye a
pedir lo que sí tiene lugar en la realidad más a las demás.
menudo de lo que la ortodoxia y la moralidad El culto y entronización alcanzados por la
hegemónicas quisieran reconocer; es decir, que heterosexualidad es una obviedad dado su ca
hay mujeres cuyo comportamiento y conductas po rácter omnipresente y apabullante. Únicamente las
entrar de lleno en la definición convencio reivindicaciones de lesbianas y gays, al menos
de masculinidad, y varones que se sienten desde 1969, han permitido la creación de pe
mós cómodos con los roles vinculados a la queños espacios en los que poder discrepar de la
nidad. Y también existe la variante en que valo norma heterosexista.
res y expresiones de ambas categorías confluyen En ese sentido, la aparición del pensamien
en un mismo suieto. Las combinaciones son mu to 4ueer, hecho que tiene lugar a finales de los
chas y muy diversas a pesar de la estricta regu años ochenta, ha posibilitado también la crítica a
lación del proceso de socialización con que se las identidades fijas y un mayor acercamiento en
adoctrina a niños y niñas en todas y cada una de tre heterosexuales de ambos sexos, que difieren
las esferas de la vida, desde la familia y la escue de lo establecido, y gays, lesbianas, bisexuales,
la hasta los medios de comunicación. transexuales y transgénero.
RT 12
'éil el concepto de FEMINIDAD, MASCULINIDAD
ndo para referir Y MASCARADAS
el unas orientacio-
I
QI11osexual), a unas En este orden de cosas, han salido a flote las teo
le territorio de las rías sobre las mascaradas. Así, una autora cuyo
pensamiento h~ cobrado vigencia en los últimos
años es Joan'Riviere) que en 1929 publicó un
les o de otros, ensayo titulado Womanliness as a Masquerade
blo acuñado por [La feminidad como mascarada]. Esta psicoana
lista venía a decir que el comportamiento social
algunos desazona de la mujer variaba cuando competía en el espa
le entiende lo que cio público y laboral con el hombre. Su determina
ión de la hete ción, empeño, arrojo y constancia eran percibidas
por los hombres como rasgos de una masculini
zación de las mujeres; de ahí que éstas, trauma
nzados por la tizadas psicológicamente por este tipo de reac
d dado su ca ciones de oprobio, acentuaban su feminidad me
. Únicamente las diante comportamientos considerados propios de
~ gays, al menos las féminas. Es decir, se ponían la mascarada de
creación de pe la feminidad. En el fondo, Riviere propugnaba
discrepar de la que se trataba de conductas cambiantes, forza
das por la presión social del varón, que nada te
del pensamien nían que ver con la condición sexual y biológica
a finales de los de las mujeres.
bién la crítica a Los valores de género a los que me refería
acercamiento en antes influyen también en las distintas orientacio
, que difieren nes y en las prácticas sexuales (en este sentido,
s, bisexuales, ¿es acaso casual que el coito vaginal se encum
bre como el acto sexual por antonomasia, prefe
en su coraza de macho irredento. Esta imperme
abilidad e impenetrabilidad acarrea conflictos in
ternos; por ejemplo, la falta de exteriorización de
las emociones, que ha castrado, y sigue hacién
dolo, a muchos
Los varones están perdidos, se dice con un
velo de comprensión y conmiseración, pero toda
vía no lo suficiente, asevero, pues es preciso que
entren/entremos en crisis para poder componer
nuevos valores de igualdad y de verdadero res
peto a las diferencias. Sin embargo, al menos en
ciertos ámbitos, se empiezan a palpar ciertos cam
bios en las actitudes masculinas. El varón se
transformado en un objeto de deseo, accesible a
la mujer y a los demás hombres. Pero ¿es esta
objetualización, de marcado signo materialista y
consumista, signo de una verdadera igualdad?
La duda permanece.
14 y
Emerge la V
LAS SUFRAGISTAS
CUESTIONAN LA
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11 1 1
padecieron quienes no combatieron en la guerra. tipo de traumas. La exaltación inicial iba acompaña
Como afirma Maria Tatar en Lustmord. Sexual Mur da a menudo de un rechazo a lo femenino, conside
der in Weimar Germany (l995L la subjetividad rado falto de energía y blando (es especialmente
masculina quedó dañada por la derrota militar y por relevante el brío masculinista de Wyndham Lewis y
la percepción de que el cuerpo como entidad apa los vorticistas). la idealización de la guerra suponía
recía en su máxima vulnerabilidad, fragmentado y una vía mediante la cual limpiar y traer higiene al
herido. Un duro golpe poro la invencible mundo, pero pronto esta visión se transmutó en do
Las mujeres, que habían escapado del fragor lor. Convalecientes de sus heridos, algunos de estos
de la batalla y que se habían incorporado al ámbito artistas-soldado ofrecieron el rostro deshumanizador
además de hacerse visibles en el espacio de la contienda. Sin embargo, a lo hora de repre
público exigiendo igualdad de derechos (piénsese sentar o lo mujer (por lo general, ausente o retratada
que en Alemania, por ejemplo, no pudieron asistir o como ángel reparador, enfermero o madreL ésta apa
actos políticos o afiliarse a partidos hasta 1908), fue recía encarnado en el cuerpo sugerente, viscoso y re
ron percibidas por muchos hombres como uno ame pugnante a lo vez, de uno furcia.
naza al poder social y económico que éstos En lo Alemania de posguerra, lo prostituta era
capitaneado, así como al statu quo existente. una aparición nocturno, un fantasma enflaquecido,
La reacción defensiva contra la mujer y los vinculada a la transmisión de enfermedades vené
valores de género a ella asociados sirvió de caldo reas. En relativo descargo de artistas como Otto Dix,
de cultivo para la aparición de un conjunto de imá que se ensañaron en representar o lo mujer en su
genes y representaciones violentas. Me refiero a una papel de víctima, es preciso añadir que los varones
serie de pinturas, dibujos y acuarelas de Otto Dix y tampoco salían bien parados (suicidas, orondos em
George Grosz que insisten en mostrar cuerpos de presarios, viejos verdes 01 borde de la muerte ... ),
mujeres violados y salvajemente desmembrados. aunque, eso sí, la diversidad de papeles y cometidos
Si bien antes de lo guerra o en los primeros que desempeñaban ero mucho mayor.
avatares de la misma uno pléyade de intelectuales y La crisis económica por la que pasaban Ale
de artistas celebraron entusiasmados los conflictos mania y otros países vino también acompañada
bélicos, hasta el punto de llegar a alistarse (Boccioni, de una histeria colectiva azuzada por la presencia de
léger, Kokoschka, Beckmann, Dix, Marinetti. .. L la ex asesinos en serie, de cuyos crímenes se nutría lo pren
periencia misma del campo de batalla generó todo sa de la época. La fascinación por estos asesinos
un !,I,n. ¡ In mm Z&&
1\ R T 16
111 __
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Así sucede con una mujer viril que responde al La vinculación entre chicazos y lesbianas
nombre de Stephen y que se queda prendada de aflora también en las fotografías del París nocturno
jóvenes femeninas. Es la protagonista de la novela (1932) que tomó Brassa'i, en concreto en el dub Le
The Well of Loneliness, de Raddyffe Hall, publicada Monode. Un documento social que no esconde cier
en 1928. El libro carece de escenas de carácter se tos prejuicios, pues el propio Brassa'i tildó a esas
xual; no obstante, fue censurado por las autoridades mujeres de "varones fallidos" (Hg. 1).
británicas, dando pie a un escándalo considerable y
a una publicidad inesperada en torno a la cuestión
de la libertad sexual que defendió, entre otros, Virgi
nia
El pánico lésbico, es decir, el miedo a que la
heterosexual pueda convertirse en lesbiana, es una
de las razones que sustenta la desmedida reacción
negativa que el fenómeno de la gan;onne produjo en
distintos países. Los adversarios de la emancipación
femenina asimilaban las gan;onnes a las lesbianas,
enarbolando y utilizando así la homofobia contra el
conjunto de las mujeres.
La gan;:onne, con su pelo corto, su ropa recor
tada, su silueta tubular y sus pantalones, es una figu
ra andróaina que duda entre la masculinización y la
de una nueva feminidad, como ha estudia
do Christine Bard en Les gan;:onnes. Modes et fantas
mes des années folles 11998). Se puede afirmar que
el eco social fue considerable, especialmente a par
tir de la publicación del libro La gon;onne, de Victor
Margueritte, en 1922. Y ello pese al rechazo por par
te de sectores religiosos y bien pensantes, en los que 1. Brassa'i, Couple defemmes [Pareja de 1932,
hubo personas de ambos sexos. Gelatina de plata (30,2 x 22,6 cm).
18
MODERNIDAD
Y VALORES DE GÉNERO
TE
20 Hoy
¡)esto, aquellas beneficiaban a los varones¡ que seguían haciendo
I (ece tocado con de la mujer un objeto pasivo. La creatividad maseu-
lItO de unas ma dependía de la existencia de patrones en los
l (lecen al artista que lo femenino era ora una musa¡ ora una mujer
1/1 el horizonte de niña, ora una prostituta, ora una diosa, pero nunca
i¡J vanguardia la un sujeto pensante.
j lejos de resultar En este orden de cosas, lo masculino, que era
lo absoluto, se manifestaba como lo carente de
especificidad, lo fijo e inamovible, lo puro y universal
en sí mismo, mientras que el arte hecho por las
res arrastraba una carga peyorativa, al ser percibido
de corto alcance, doméstico, parcial, localista, hecho
con el sexo y no con la cabeza. Hasta los años seten
í empleamos el ta del siglo xx, con el empuje del feminismo, no se
f.¡ersales, de ver introduce una valoración positiva de las aportaciones
! ¡pe ahí que cual de las mujeres, en las que también influyó el inci
'~~fePtos de clase,
Bien es cierto que bajo el concepto de moder
nidad se entienden cuestiones harto diferentes.
! flomento en que es lo mismo la visión de Charles Baudelaire, que tra
Autoportrait (A
Gelatina de plata so
Claude colección Pre
R rE 24
de géV\ero eV
de eV\tregtAerras:
LA IMAGEN DE LA MUJER
EN LA ALEMANIA DE WEIMAR
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pintar se ejercitaba el dibujo de desnudos de ambos los locales de travestis, como el célebre El Dorado,
sexos, el deseo del artista (mayoritariamente heterose que no es sino una forma de constatar la presencia y
xual) afloraba en la obra creada motu proprio. La posi pujanza de la comunidad gay y lésbica, en particular
bilidad de pintar alguna imagen que evocase un deseo en Berlín. Piénsese que la primera organización en
de hombre a hombre podía levantar sospechas. Por defensa de los derechos de los homosexuales surge en
otro lado, en los actos sicalípticos o de coyunda entre Alemania en 1897: se trata del Wissenschaftlich
hombres y mujeres, desnudar a ambos habría supues humanitare Komitee (Comité Científico-Humanitario)
to presentarlos en el mismo nivel, con la misma vulne fundado por el médico judío Magnus Hirschfeld, que
rabilidad, sin la protección de las ropas (pantalones, se propuso la abolición del infame párrafo 175 que
chaqueta, corbata ... ) que componen esa coraza fáli criminalizaba los actos homosexuales entre hombres:
ca. El pudor y el sexismo atenazaba a estos artistas las mujeres, en cambio, no constaban en ese articula
varones hasta el punto que, salvo en aquellos cuadros do punitivo, aunque también sufrieran las consecuen
en que las retratadas tenían nombre y apellidos, la cias del desprecio social.
equiparación entre la mujer y la prostituta era la tónica Por otro lado, a pesar de que no se abolió la
general. Así aparece en las series de grabados ley citada y los actos de homofobia menudearon, el
Hintergrund o Ecce Horno, de Grosz, o en las pinturas vigor de estas comunidades heterodoxas fue impara
como Metrópolis, de Dix, o en sus muchos dibujos ble hasta la llegada de los nazis. Dan fe de ello otras
sobre crímenes sexuales. Jóvenes o viejas, demacradas asociaciones como Der Eigene [El especial], de Adolf
y enfermas, aparecen estas mujeres ligeras de ropa o Brand, y la publicación de 30 revistas en el Berlín de
en cueros bajo una farola en medio de la noche. los años veinte dirigidas al público de lesbianas y
Se le pueden poner muchas pegas al machismo homos.
y sexismo de estos dos artistas y a la afición que Es importante resaltar el contexto histórico,
ambos tenían, entre bromas y veras, de autorre pues la república de Weimar, con todas sus imperfec
presentarse como asesinos de mujeres, pero no se ciones, instituyó la libertad de opinión en la prensa.
puede negar que captaban algunas sensibilidades de Dicho esto, las obras de Dix y Grosz, las más
la tempestuosa y caótica época en que vivieron. La celebradas y controvertidas de entonces, transmiten
Alemania llena de tullidos, de veteranos de guerra y una serie de prejuicios ya existentes en la época: el
parias desfila por sus telas, pero también los momen más notorio es el de mostrar a las lesbianas reducidas
tos de asueto y diversión. Así, resplandece el auge de a un cliché, o inmersas en ámbitos de vicio y degra
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A R1
26 H ny
I célebre El Dorado, dación (véase el cuadro Tres mujeres, de 1926), o
¡lstatar la presencia y hipermasculinizadas.
lésbica, en particular Así, en El sueño de la sádica, de 1922, del que
era organización en hay tres versiones, una mujer con bigote y antifaz,
fmosexuales surge en como una dominatrix de fusta ágil, se yergue en un
del Wissenschaftlich extremo de la pieza frente a un escenario de horrores
ientífico-H uman itario) en el que se exhibe el descuartizamiento de unos cuer
s Hirschfeld, que pos femeninos torturados hasta lo indecible. Asimis
me párrafo 175 que mo, Dix, con su marcado gusto por la distorsión, insis
'~!¡ uales entre hombres: te en la figuración de mujeres "a lo chicazo" en Re
fI ;taban en ese articula trato de la periodista Silvia von Harden, de 1926, una
~
....Ii. J rieran las consecuen conocida intelectual teutona, supuesta adalid del amor
/{ sáfico.
I que no se abolió la En una conocida acuarela de Grosz, Dos aman
~Dbia menudearon, el tes, de 1925, dos mujeres hacen el amor con entu
"lrodoxas fue impara siasmo. Hasta aquí, todo perfecto, pero no se puede
/." Dan fe de ello otras omitir que una de ellas luce cola de caballo en las
,:1 especial], de Adolf posaderas y lleva genitales masculinos que se apres
r"tvistas en el Berlín de tan a penetrar vaginalmente a su compañera de le
r, J:>lico de lesbianas y cho. El adminículo, probablemente un consolador, es
lrI tá dibujado con la destreza de un realistic de sex
1I i contexto histórico,
shop. ¿Qué intenta decirnos Grosz en esta acuarela
jIn todas sus imperfec
poco vista en su momento?: ¿que siempre hay un
¡I pinión en la prensa.
varón detrás de una lesbiana, o que estamos ante una
!I(Pix y Grosz, las más
persona transgenérica? En relativo descargo de
/¡',q/ entonces, transm iten
Grosz, es innegable la pasión del encuentro sexual y
.!/'14/ntes en la época: el
la libertad de costumbres que destila.
~!~~¡'p lesbianas reducidas
En una línea muy distinta, cercana a la de Tou
k/¡¡'¡I f tos de vicio y degra louse-Lautrec, se sitúa la grafista Jeanne Mammen,
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En 1930 ilustró Las canciones de Bilitis, un puede afirmar sin ambages que tuvo una enorme
poemario del escritor francés heterosexual Pierre intervención en la invención del fotomontaje.
louys sobre el amor sáfico. la variedad de imágenes El sinfín de intereses de esta artista pululan en
y la ternura que sobresale de las relaciones entre las una de sus obras claves, Schnitt mit de kuchenmes
parejas llama la atención por escapar de los hirien ser... (1919), sin duda una vista panorámica de la
tes estereotipos existentes. Ni motivo de burla o irri compleja urdimbre de la sociedad alemana de la re
sión¡ ni figura temida u odiada¡ ni cuerpo libidinoso pública de Weimar. En esta obra yen otras, y desde
para consumo de varones¡ las mujeres lesbianas de muy pronto en la trayectoria de H6ch, la mezcla de
rr\ntrnrliron todos estos lugares comunes. cuerpos de varón con los de mujer se convertirá en
no conviene olvidar que¡ según las una constante y en su sello personal. Así, una cabe
sobre el za de hombre acompaña a un cuerpo de bailarina,
nadie era totalmente mujer u o un político de la época con botas militares luce
en el sujeto las posibilidades de la unas flores, impropias de su cargo.
de ser percibida
dadaístas, un movi
DADAíSMO, MACHISMO
miento irreverente pero lastrado por las actitudes ma
Y HANNAH HOCH
chistas, la hizo abandonar sus filas. En esta decisión
influiría también su ruptura con Hausmann, de quien
la falta de modernidad, es decir, de adecuación a había quedado embarazada dos veces aunque deci
los rígidos patrones absolutos del arte supuestamen dió abortar.
te más avanzado, no impidió a Hannah Hoch parti Hoch hurga en la vida de la pareja con una
cipar en las actividades del dadaísmo que irrumpió mirada agridulce o abiertamente amarga. Esto se
en Alemania entre 1919 y 1920. percibe en su cuadro Die Braut, de 1927, ejemplo
igual que Raoul Hausmann, su compañero del desencanto ante las dudosas mieles que podría
sentimental en aquel entonces¡ H6ch buceaba entre traerle el matrimonio.
numerosas revistas y magazines de la época (de Tras un viaje a Holanda, conoce a quien sería
dicados a los deportes, la sociedad¡ la cultura, o diri su novia durante nueve años, la escritora TiI Brugman.
gidas al público femenino ... J para recortar aquellas Esta relación amorosa, que causó sorpresa
partes o segmentos que despertaban su atención. Se aunque fue muy bien aceptada por artistas como
28
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dadaístas. Sobre el pecho del deportista, un rostro La fotografía fue también un útil de primera
mitad de hombre mitad de mujer parece poner en necesidad poro otras muchas mujeres. Al carecer
tela de juicio los rígidos valores tradicionales. de las reglas y normativas que la tradición había im
Hoch simultaneó su obra con el trabajo para puesto sobre la pintura y la escultura, ofrecía un es
Verlag, mal visto por sus congéneres por ob pacio de mayor libertad. Por ello¡ se facilitó la incor
tener su ganapán en el mundo de las revistas de con poración de un número de mujeres en el ámbito
fección y bordado para mujeres. Pero no puede ori periodismo y de lo publicidad, y sirvió de caja de
que ese trabajo le permitió ser independiente, resonancia de los cambios que experimentaba la
económicamente hablando. sociedad. Fruto de este trabajo¡ se popularizó una
con humor estas acti imagen de lo mujer moderna y emancipado, que
tudes. Expuso en algunas colectivas¡ pero sólo con había accedido a la educación yal mundo laboral,
siguió realizar exposiciones individuales en al deporte¡ al ocio y también o la política¡ como
y Checoslovaquia hasta que concluyó la 11 Guerra demuestran las 36 diputados del Reichstag en 1919
Mundial. Durante muchos años sólo ha sido y la labor de figuras como Rosa Luxemburg.
en los libros de historia del arte como integrante¡ re de estos mujeres fueron sepultadas
legada a un segundo plano¡ del dadaísmo. Su obra por el peso de la historia y del atavismo machista
desborda claramente estas lindes, cuestionando los y sólo han sido recuperadas recientemente. Entre
valores de género existentes en su país. ellas destocan Gisele Freund¡ Florence
En otro orden de cosas, y sin ser una experta do en Nuevo York pero que estudió en la
en etnografía pues apenas viajó fuera de Alemania¡ y Germaine Krull. Sus obras permiten percibir lo
también trató de erosionar los estereotipos sobre cul enorme variedad de sus gustos 110 ciudad, las
turas ajenas o la occidental, cosa que no hicieron los trias, los naturalezas muertos, el nuevo rostro de la
cubistas¡ fascinados simplemente por las formas de mujer alemana, la política, las manifestaciones y
la estatuaria africana. huelgas ... ) y el amplio espectro de presupuestos es
Qué duda cabe que entre las múltiples inquie téticos. Germaine Krull, que trabajó y experimentó
tudes de Hoch sobresalen los usos variados de la fo nuevas fórmulas fotográficos en París con Joris Ivens
tografía, cuyo potencial está presente en el gigantes y Eli Lotar, llama lo atención por los espléndidos
co repertorio de imágenes que recogió en su álbum desnudos de parejas de mujeres¡ muy osados para
de recortes o scrapbook. aquellos tiempos. Sin embargo¡ el atrevimiento y la
30 y
los días contados con la llegada al
poder de
VIRILIDAD Y NAZISMO
A RT E
34
of
Los sV\eV\os
Tra[;\Jrnas del
LA REVOLUCiÓN
SURREALISTA PENDIENTE
RT
36
H oy
lar. También abunda, y como contraposición, la re
presentación de la mujer devoradora, castradora en
potencia. De ahí que el empleo del mito de la man
tis religiosa fuese frecuentemente evocado en el len
guaje y la escritura surrealistas. Se observa en la
serie de maniquíes que se mostraron en la galería
Adrien Maeght, en París, en 1937. En este sentido,
destacan Georges Hugnet, Salvador Dolí, André Ker
tesz, Hans Bellmer ... En descargo matizado de este
último, conviene señalar que, en particular en sus tur
badores dibujos y grabados, creó cuerpos de mujer
dotados de órganos pertenecientes a ambos sexos,
enfatizando por un lado el componente hermafrodi
ta a la par que aportando un matiz fálico a unas jó
venes de rostro dulce y desamparado.
~uera de los círculos surrealistas, y bajo el in
flujo de Georges Bataille, muy crítico con la magni
ficación de lo onírico y lo inconsciente propuesto por
Breton, fermentaron alaunos discursos sobre 105 valo
res de género de enorme interés, y en los mis
mas años.
VIOLENCIA
Y FASCINACiÓN SEXUAL
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~ 1\ (:J!.'" """'fI'
al de gozar sexualmente.
Todo ello, y salvando las distancias, se da en
años anteriores al pleno asentamiento de las con
cepciones nazis del cuerpo, que empezaron a gozar
de predicamento y simpatía, amén de en Alemania,
en ciertos círculos intelectuales franceses. Piénsese en
escritores como Maurice Barres, Henri de Monther
land o Drieu La Rochelle,
7. André Masson. Cauchl!mar ó,',dimw Veamos dos ejemplos señeros del influjo de la
{Pl!sadilla erótica}, 1928. estética aria: Amo Breker, que ha pasado a la histo
Tinta sobre (2l:l x 215 cm) ria como uno de los escultores más afines al régimen
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·ldO nazi, expuso en la Orangerie, en el París ocupado
de 1942, y el célebre documental El triunfo de la
voluntad, de Leni Riefensthal, en donde el cuerpo mi
I ~ en
litarizado de los soldados nazis desfilaba por Nu
) ¡;;on
remberg, había recibido el premio de las Artes en
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(110,
París en 1937.
El de los años treinta fue un periodo turbulen
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h to, presagio de males venideros, y al mismo tiempo
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hervidero de ideas. Sin embargo, algunos trabajos
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valiosos pasaron inadvertidos. Precisamente así su
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cedió con la obra de Dora Maar, Leonor Fini y Meret
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Oppenheim.
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Fundación Dolore
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relevo en el nuevo orden mundial. En
el otro lado, ideológico y económico,
se situaba la Unión Soviética. Empieza la guerra
La necesidad de regenerar a las naciones
RTE
44 y
se dedicaban a temas de musculación, higiene y llevaron a juicio a Bob Mizer en algunas ocasiones
salud. El interés por la musculatura se había gene por atentar contra las buenas costumbres. Esto es
ralizado hasta el punto de que las revistas pensa un indicio de que el propósito erótico de esas revis
das para consumo familiar llegaron a incluir torsos tas sí era captado y entendido.
desnudos de actores tan conocidos como Victor Ma En la escena mayoritaria, además de las in
ture. La incipiente televisión trasmitía combates de numerables imágenes de familias felices en función
boxeo y de lucha. En aquellos tiempos, el desnudo de los patrones tradicionales del modus vivendi es
del hombre no se relacionaba con la idea de belle tadounidense que el cine vehiculó¡ empezaron a
za, sino que era símbolo se salud y de equilibrio. surgir figuras contestatarias o al menos sumidas en
Pero, obviamente, y aunque no de manera explíci el desarraigo. Es éste el caso de Marlon Brando, je
ta, también podía enardecer deseos. fe de una pandilla de moteros en The Wild One [El
salva;e], de 1953, que inició la moda de adeptos
a la estética leather (tanto entre los machos irreden
DE CULTURISMO, tos como entre la comunidad gay clandestina de
CUEROS y ABSTRACCIONES aquellos años¡ como puso en evidencia el corto
Scorpio Rising, de Kenneth Anger¡ en 1963). Un
De ese caldo de cultivo se nutrió Bob Mizer, que Marlon matón que acaba siendo salvado por una
creó el Athletic Mo·del Guild y, a principios de los mujer y su padre, representantes del bien y de la
años cincuenta del siglo xx, la revista Physique Pic ley. Y también estaba la figura maldita de James
toria/, una publicación de culturismo dirigida su Dean, que moriría a los 39 años. Admirado por las
brepticiamente (y de forma declarada en años pos chicas y secretamente también por algunos chicos,
teriores) a un público masculino que encauzaba así como es el caso en la pantalla del Sal Mineo de
su deseo hacia el cuerpo semidesnudo de un hom Rebelde sin causa. Salvo excepciones de este tipo,
bre atlético. En ella publicó sus dibujos de virilidad hablar (o mostrar) a calzón quitado de sexualidad
hipermasculina gay Tom of Finland¡ que se convir en el hombre y en la mujer era tarea imposible. Y
tió, a lo largo de los años, en una figura de culto. los postulados sexistas (hombre = sujeto; mujer =
Me refiero a un ámbito marginal que no lle objeto) seguían imperando en una sociedad que
gaba al gran público, lo cual no impidió despertar caminaba imparable hacia la definitiva entroniza
las sospechas de los guardianes de la moral, que ción del capitalismo consumista.
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46
H0 y
y en una mejora económica, avalaron una serie de
manifestaciones en las que el concepto de ocio ad
carta de naturaleza. A una población mejor
y con las necesidades cubiertas había
que dotarla de entretenimiento (un término que los
magnates y las grandes compañías de Hollywood
prefieren ante el más problemático de cultura). Y di
cha diversión venía sobre todo de la industria musi
cal y cinematográfica y, posteriormente, también de
la de la moda. La importancia y el reconocimiento
de la cultura de masas propició la aparición de un
de artistas que rechazaba el elitismo del
high art y que introducía en sus obras indicios o alu
siones a las nuevas formas de vida y de consumo.
A fin de que los niveles de comprensión fuesen
mayores para el público, la incorporación de
o formas reconocibles era prioritaria. Y en ese nuevo
panorama los roles tradicionales atribuidos a hom
bres y mujeres gozaban de excelente salud. En una
sociedad que abrazaba con alegría la llegada de
productos y objetos de consumo, la mujer se conver
tía en uno de los más destacados: no sólo era la des
tinataria y usuaria de los artículos del hogar, sino el
epicentro de la belleza. Belleza orquestada a base
de aditamentos cosméticos, lo que comportaba toda
una serie de desventajas, al transformarla en un ser
cosificado, con unas connotaciones clara o sublimi
nalmente eróticas. Uno de los ejemplos más flagran
tes es la obra de Tom Wesselman; en particular,
carnada, casi brutal a veces, resulta Allen Jones no Un artista en la órbita del pop, harto singular
sólo por presentar a la mujer como fuente libidinosa, a la hora de representar algunas vivencias ajenas a
cuestión esta que podría entenderse como liberado las opresivas normas de género existentes, fue Andy
ra en un país tan puritano como la Inglaterra de los
sesenta del siglo xx, sino por exponerla fundida con
un objeto en algunas piezas leídas como fetichistas.
Me refiero a Hatstand, table, chair, de 1969 ¡fig. 9),
o a Green roble, de 1972. Las mujeres son mani
quíes cuya misión es funcional ¡son las patas de una
mesa, por ejemplo) y erótica a la vez, pues pueden
servir de aliciente a las fantasías masculinas. En nin
gún caso, que se sepa, el varón es presentado de esa
guisa y con esa intención utilitaria.
Muy distinto a este universo es el de David
Hockney, un pintor que huyó del provincianismo de
su Bradford natal y del clasismo de la sociedad bri
en busca del paraíso californiano. Sin embar
go, antes de cruzar el Atlántico, tuvo la osadía de
mostrar en algunas pinturas, de forma ingenua y ca "
riñosa, el amor y afecto de signo homosexual, ver·
bigracia, en We 2 boys together clinging ¡1960
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6~ f~P, h~rto ~ingular Su aportación fue valiosa, entre
r vivenCias alenos o
Andy
otras cosas, por arracimar a su alrededor a un grupo
de mujeres y hombres que, además de trabajar pro
ductivamente, era ajeno a los formas de vida con
vencionales: la famosa Factory, un espacio en el que
pululaban vedeffes de tres 01 cuarto junto a crea
dores, músicos, drag-queens y chaperos en la flor de
lo edad.
Pero como señaló agudamente el crítico britá
nico Stuart Margan, tras 1968 Warhol se transformó
en una caricatura de sí mismo, insistiendo desafora
damente en la comercialización del underground.
Antes había dibujado la irreverencio en su película
Che/sea Gir/s y en The Hust/er, acudiendo al traves
tismo más a menudo de lo que la sociedad estadou
nidense parecía dispuesta a aprobar. El exagerado
afeminamiento de Warhol, nunca disimulado, fue un
trago para el machismo y el heterosexismo impe
rantes en el mundo del arte ¡verbigracia, para Leo
~.'t,,,~~~
Castelli). Supuso asimismo uno forma inteligente de
poner a pruebo la autenticidad de eso elite artístico
en relación a su respeto de los diferencias.
Pero el pop también fue un reducto para guar
dar secretos, y si bien Warhol se mostraba sin tapu
jos ¡aunque hubo ciertas obras como los Nude Draw
ings, que mantuvo bajo lIaveL otros trenzaban todo
de metáforas paro referirse al deseo hacia un
cuerpo del mismo sexo que el del artista. Ése fue el
coso de Jasper Johns y obras como Torgef with P/os
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&>mme-lnaíson [Muj
y tinta sobre li
Louise Bourgeois,
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el1 Estado
LO PERSONAL ES POLíTICO
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oN f GÉNE RO
A RT
54 y
·&n por el medio am LA EXPERIENCIA FEMINISTA
f¡)raleza. Y no en va DE LA WOMANHOUSE
¡'feminismo.
((opuestas abogaban En este contexto surge, en 1972, la Womanhouse
¡:tlidad en un mundo en Los Ángeles. Estamos ante un proyecto que duró
. Retroactivamen un mes y que estuvo ubicado en una casa abando
nada de esa ciudad que daría cobijo a un conjunto
de acciones y actividades de carácter feminista, diri
gido a un público mucho más amplio del que acudió
al primer programa de arte feminista que Judy Chi
cago había concebido en Fresno para el centro edu
el arte masculinista cativo CalArts. Este programa fue el embrión de
listas y solipsistas gran parte del arte de raigambre feminista que se
del artista único produjo en Estados Unidos. La construcción de la
Womanhouse, en la que se implicaron de pleno
dy Chicago, Miriam Shapiro y 21 estudiantes
CalArts, supuso la introducción de un conjunto de
performances e instalaciones en las habitaciones de
esa decrépita mansión: muchas de esas piezas alu
a las tareas que una mujer desempeña tradi
cionalmente en una casa. De este modo, temas co
mi· mo la alimentación (el mito de la madre nutricio) fue
ron albergados en la cocina, mientras que el baño
comerciales, las hospedaba una reflexión sobre la menstruación. Una
la historia del arte de las acciones más celebradas, ideada por Faith
se caracterizaban Wilding y titulada Waiting (fig. 11), a modo de leta
el público y el arte nía que interpretaba la propia y joven artista, reco
pública o a través gía las distintas facetas de la espera con que se aso
comunitario. cia a la mujer. La espera del marido, la espera del
Chicago, pero bien es cierto que el eco mediático de Un poco después, entre 1974 Y 1979, Judy
la Womanhouse fue considerable en todo el país y Chicago haría en solitario The Dinner Party (fig. 12),
que incluso la revista Times le prestó atención. una obra en la que colaboraron cien mujeres, con el
Se ha reprochado a menudo a la pareja artís propósito de celebrar una figura femenina de la his
tica formada por Shapiro y Chicago el hecho de toria o de la mitología, representada en un plato de
ber alentado las teorías esencialistas sobre el arte, cerámica con
cuestión esta desmentida por alguna de sus seguido Entre quienes sí cultivaron los vínculos entre el
ras; pero de lo que no cabe duda alguna es del sur entorno y lo femenino destaca Mary Beth Edelson,
gimiento de una serie de plataformas reflexivas so que enhebró una ristra de ingredientes como la psi
bre la relación entre naturaleza y mujer. cología jungiana, el feminismo, los sueños, el incons
ciente colectivo y la política para crear obras ritua
les como el famoso Gafe of Horn (1977), Y otras pie
zas donde recuperaba imágenes de vaginas (no
denfafas, claro) y el recuerdo de las más de nueve
millones de mujeres quemadas como brujas en la era
cristiana. También se puede constatar que hubo algu
nos artistas varones que alimentaron la retórica del
renacimiento o resurgimiento en contacto con la na
turaleza, como hizo Charles Simonds en Birfh (1970),
con lo cual quedaba demostrado que la identifica
ción mujer naturaleza y hombre = cultura carece
de sentido lógico.
LA VIOLACiÓN COMO
'liJe Dinner Parly ACICATE DE LA CONCIENCIA
[La 1974-1979.
doradas de 999 nombres En el caso de Ana Mendieta, su inmersión en la
de bordados. potencialidad de lo naturaleza se produjo en parte
A lE 56
y 1979, Judy por la añoranza que ella sentía por haber dejado
Party (Hg. 12), Cuba siendo niña, donde quedaron sus progenito
res. En esas piezas en que su cuerpo desnudo se
inscribe en la tierra, en los ribazos o en los huecos
de las cuevas, parecía buscar una sintonía con la
fuerza y la energía intemporal de la madre natura
leza. Sin embargo, otros trabajos como Rape
Scene (1972), en donde escenificó la violación que
había sufrido una estudiante del campus de la Uni
sueños, el versidad de lowa, ponen en evidencia la diversi
crear obras ritua dad de su estética, especialmente en los primeros
1977L y otras pie- años, cuando anidaba asimismo un propósito de
de vaginas (no denuncia. Propósito de sesgo menos directo y mili
'lOS más de nueve tante que el propuesto por Suzanne Lacy y Leslie
brujas en la era bowitz en sus manifestaciones/acciones en torno a
que hubo algu la violencia ejercida contra la mujer y, en particu
la retórica del lar, el creciente y alarmante número de casos de
violaciones que tenían lugar a lo largo y ancho de
Estados Unidos.
In mourning and in roge (1977) (fig. 13) su
puso un verdadero espectáculo visual marcado por
el dramatismo que aportaban las mujeres cubiertas
de negro y de telas rojas que se mostraban, solem
ne e hieráticamente, delante del Los Ángeles City
COMO Hall. Este acto gozó de considerable cobertura me
NCIENCIA diática. Se trataba de criticar las distorsiones que
la prensa había transmitido de los crímenes come
inmersión en la tidos por el llamado Estrangulador de la Colina,
I produjo en parte que andaba todavía suelto y que había matado a
1/
1'r"-'-
i¡! 1;
'// I
I ¡I
¡ti
,1/ I
El empeño de esta pareja, que gozaba de A RT E,
A RT E
58 Hov
da ante un público femenino en 1975, se repitió dos
años después con espectadores de ambos sexos.
de los estereotipos más sangrantes pro
pagados por el machismo era el que establecía la
incapacidad de la mujer para el pensamiento abs
tracto. Supuestamente, todo aquello que escapase
de su realidad material y carnal le venía grande.
Huelga decir que, por lo burdo, esta idea no se sos
tiene y que, a la par que algunos sectores del femi
nismo se zambullían en pos de una estética feme
in
nina y reivindicaban los trabajos y las artesanías
?1ue ya en los
(lo que se denominó The Pattern and Decoration Mo
tlbajos relacio
vement) que los hombres (no todos, daro está) de
í¡,mo (recuérde
cían despreciar, por resultar arcaicos y poco renta
una prolon
bles, brotó un verdadero entusiasmo por parte de
país, donde
algunas artistas a la hora de abrazar las nuevas
posibilidades que ofrecían la tecnología y el pen
samiento hermético del arte conceptual. Éste es el
caso de Adrian Piper y, sobre
multimedia Laurie Anderson.
En el terreno del vídeo destacó Martha
Rosler, una artista imbuida del mensaje político de
la New Left que se interesó por hurgar en los meca
nismos del poder. En su celebrada Semiotics of the
kitchen, de 1975 (fig. 14), ofrece una reflexión fu n
sobre las supuestas ventajas y la realiza
ción que las mujeres pueden obtener mediante la
práctica de la cocina. Imperturbable, Rosler des
plegó un conjunto de artilugios por orden alfabéti
14. Martha Rosler,
Semiotics C!l the kitchen
[Semiótica de la cocina},
1975. Vídeo en
blanco y negro
con sonido
(seis minutos).
mes. Cada día se hacía fotografiar de frente y de ro de proposiciones críticas. Está presente en la pie
espaldas, por ambos lados. Las poses demostraban za Roberto Breitmore's Construction Chort, de Lynn
que el supuesto cuerpo espléndido que estaba lo Hershamn, y en gran parte de la obra fotográfica
grando esta mujer, que se amoldaba a los cánones de Hannah Wilke.
de belleza predominante (y asfixiante), estaba, Tildadas y nombradas como el "bello sexo",
muy al contrario, lejos de ser una realidad. resulta difícil zafarse del peso consuetudinario de
Probablemente haya sido la problemática esta construcción social. Un constreñimiento que
que acarrea la imagen que socialmente se supone hace de la mujer un objeto de contemplación que ha
debe dar una mujer la que suscitó un mayor núme de someterse a cuidados cosméticos permanentes
A RT E
60 H oy
para estar presentable y guapa. Consciente de la
fama de mujer hermosa, Wilke posa desnuda o
¡Íríticas. Está presente en la pie semidesnuda en SOS Starification Ob¡ect Series
s /s Construction Chart, de (1974-1979) (Hg. 15) haciendo todo tipo de ges
or 11 parte de la obra fotográfica tos, mohínes y poses almibaradas. Hasta aquí na
rol
da especial, de no ser porque el cuerpo y la cara
. rfbradas como el "bello sexo", de Wilke (poco sonriente, por otra parte) aparecen
o ~ del peso consuetudinario de cubiertos de chicle, modelado de forma que pare
rs ., Un constreñimiento que ce un útero, una vulva o una cicatriz. De alguna
de contemplación que ha manera, y al igual que muchas mujeres africanas
cosméticos permanentes sufren escarificaciones mediante cortes en la piel
- ,..
r'"
',,,,"
Torture (1 W'é>men [Tor
lII, XIII. Pintura a mano,
Colección
TORTURES • ¡.. S?IR\T mente torturadas hasta la muerte; también había acopio
de información sobre el rapto de dos monjas francesas
'.. ., '0
,
en Buenos Aires .
'-,T KE
los paneles de papel de Torture of Women, que la artis
ta sitúa a una altura de metro y medio del compo
nen un paisaje de horrores que se lee como un friso en
un Esta mención no es ociosa, pues el
obletivo de Spero es evidenciar ese continuo agravio a
través de las diferentes épocas en que la opresión de la
mujer es harto notoria. De ahí las alusiones a distintas
culturas y civilizaciones puntuadas con textos de informes
policiales o soflamas políticas contemporáneas.
Al igual que leon Golub, su compañero senti
mental, Nancy Spero pertenece a una generación que
adquirió conciencia política con el desastre de la guerra
de Vietnam, pero la importancia de ese genocidio no le
impidió ser sensible y percatarse de otro
como las que afectan a la violencia de género.
En este sentido, Spero ha seguido hurgando en la histo
ria (éste es el caso de Masha Bruskina, la primera mujer
judía del gueto de Minsk que fue ejecutada durante la
ocupación nazi del territorio soviético) para recuperar
pasajes oscuros en los que la presencia de la mujer
resulta significativa, aunque a menudo también haya si·
do infravalorada.
64
Femivdsmos
EL FEMINISMO!
VERSiÓN FRANCESA
I
arte, forjadores de una visión canónica, no han teni
do a bien incluirlas en sus recuentos, antologías y
compilaciones.
El MLF (Mouvement de Libération de la Fem
me) pronto se dividió en dos tendencias distintas de
trasfondo teórico: de un lado, el igualitarismo y, de
iI~
T
66
odelo ni un ejemplo de
11ituación desconcertante
Unidos, la problemáti- \
francia en uno época en
I
acuciantes como
$in impedimentos de los
In 1960), y en la que
~oniales y la custodio de
icas, sin olvidar que la
I
tgresión contra los muje
/cadas. En ese orden de
rebeldía, se ha de ver 1(¡, Léa Luhlin, Actioll: f)isso!u!üm dm/s !'ee/u,
rorado por Fran<;oise Ja
Punt-Maríe, 17 beures !Accirlll cliso/lIcirín
jista se enrolla con una
en el ague/, Prml-Marie. 17 bote/s}, I97H,
!
I pies, y poco o poco va
Acción realizada en París,
que ella mismo !ao los
se ha inflingido. reció en las aguas del Seno como si la corriente tuvie
simbólicos de los años ra que llevar el mensaje o otros lugares.
la concibió la artista de Es harto sabido que la sociedad de consumo
!
,Is /' París léa lublin, bajo el
eau Pont Marie, 17
tenido y tiene a la mujer como lo destinataria
al en sus sucesivas campañas de promoción del con
cepto de belleza hegemónico y del culto asfixiante o
'/ una pancarta uno ristra lo apariencia. Acerbas críticas de las imposiciones
~ !~ier es un saco de esper que afectan directamente a las mujeres se mostraron
i I ¡nal del siglo?, ¿uno des en estos años artistas como Dorothé Selz, Annette
1, -producción? ... Al cabo Messager y Orlan. Esta última es la que ha llevado a
tadora de tópicos y cli consecuencias más extremas !en su propio cuerpo y
rdos y críticos, desapa- en particular en su rostro, especialmente en los años
•'~~.
• 1111
aquellos años estaba totalmente exento? No hoy
uno respuesto claro o lo hora de interpretarlo. Lo
que sí se distingue de formo vehemente es el interés
de Messager por plantear lo pregunto, todavía poco
frecuente en uno Francia que había posado por los
acontecimientos de moyo del 68, pero en lo que
perduraban separaciones tajantes que lo sociedad
había establecido respecto o los roles y los papeles
diferentes según el sexo, incluso en el terreno labo
. Diferencias que se observan todavía en lo actua
17. Annette Messager, les tortures /)ololltaíres lidad; bosta con echar un vistazo o un edificio en
Ilas lor/ums mll/n/arias/, 1972. construcción poro percatarse de lo ausencia de mu
H6 en tk: en un álhum jeres, del mismo modo que es evidente el escoso nú
(dimensiones variables J, mero de varones en el mundo de lo confección.
En uno de los identidades o coros que Mes
mentado de un conjunto de mujeres que se somete o sager se invento, lo de mujer práctico Quand ¡e
tratamientos cosméticos y estéticos de todo clase. des travaux comme les hommes, se planteo lo pro
Sonrientes o imposibles, muchos de ellos parecen blemático señalado apuntando el deseo de equipa
momios o figuras embalsamados, cubiertos de cre ración 01 presentarse lo artista como uno mujer ex
mas, potingues y rulos. Aunque lo atención se cen perto en bricolaje.
tro en el rostro, pero también otros miembros del Otro de los rasgos definitorios de los años
cuerpo son objeto de cuidado o torturo, depende de setenta del posado siglo xx en el contexto europeo es
como se mire. Messager insiste en lo descomposi lo emergencia del accionismo. Respaldado por lo
ción y troceamiento (y por ende en su despersonali publicación Artitudes, dirigido por el crítico Fran<;:ois
zación como sujeto) del cuerpo, dado lo miríada de en ello confluyeron distintos manifestacio
fragmentos de que consto este "obra-cuerpo" que nes del arl corpore/. Entre los más significativos des
compone lo figura de uno mujer imposible. ¿Son tor tocaban los planteamientos de Michel Journiac, un
turas voluntarios, o es lo presión social lo que empu artista que bregaba por hacer su homosexuali
A Rr E
68 y
que el varón en dad en los intersticios de su discurso, cuestión nodo
exento? No hay ni siquiera entre los partidarios de lo izquierdo
de interpretarlo. Lo radical (recuérdese que los grupos comunistas y mao
vehemente es el interés ístos eran especialmente homófobos). Journiac ero
11 pregunta, todavía poco conocedor del impacto del pensamiento freudiano y
había pasado por los de sus ideos falsos y mixtificaciones, como aquello
del 68, pero en la que en la que se propone una explicación de lo homo
IPj(mtes que la sociedad sexualidad o partir de dos hechos: el abandono
o los roles y los papeles hogar por parte del podre y lo presencia activo de
In,luso en el terreno labo uno madre posesivo. De este axioma freudiano se
n todavía en la adua desprende la obligatoriedad de la feminización del
homo. Huelgo decir que estamos ante una patraña
pernicioso que todavía cuento con defensores. Jour
es evidente el escaso nú nioc trató de cuestionar estos asociaciones absurdos
de lo confección. en su Hommage d Freud, constant critique d'une my
thologie travestíe 11972). En estos fotografías en
blanco y negro, para los que el artista se vestía con
las ropas de sus dos progenitores, el propósito es
señalar no sólo la similar influencio de ambos en lo
como una mUler ex- progenie, sino el hecho de que una mismo persono
puede desempeñar los roles y los mascaradas atri
definitorios de los años buidos o ambos sexos.
",.9 0 S El coso de Gino Pone se nutre en parte tam
lo xx er1 el contexto europeo es
,19 , "isrr1 0 , Respaldado por la bién de lo fuerzo de que gozaban los teorías freu
CCIO ..
" dirigida por el crítico Fran<;:ois dianas y loconianos entre lo intelectualidad gola de
ror1 distintos manifestado- aquellos años.
flf/iJye el mas ,. slgm'f'Icatlvas
. des Obro sofisticado y críptico, se ofrece 01
l S
Ef1 tre co mediante lo exposición de heridos que lo propio
'entoS de Michel Journiac, un
(111 hacer fluir su homosexuali artista ejecuto en su cuerpo. Además de Azione sen
por
n " Mt U! itf'ItIl!!WW
LA RESPUESTA
DE VALlE EXPORT
AL ACCIONISMO VIENÉS
\~
del accionismo, se sitúa la obra de la austriaca Valie
.
Export. ~
,.4 _.....
,. '.~ ."
.... ,
ARTE
70 r oy
esclavitud, de sexualidad reprimida, y ella pretendía
trastocar este sentido unilateral. Las fotos que se con
servan muestran el bajo vientre de la artista y el tatua
je en la pierna izquierda.
con una correa, La actividad de Export no se limitó a las accio
nes, sino que se internó también en el campo del cine.
expre Una de sus películas en las que reivindica abierta
liga en el muslo. mente los goces de la masturbación ditoridiana lleva
era un signo de por título Mann, Frau, AnímaI11973).
?, R
74
31Ae90s e
realidades
WE ARE THE GLAM!
76
I f S,
rición de discursos sexuales en el terreno artístico.
El clima de confianza que generó la resis
tencia gay y lésbica frente al orden heterosexista
ft y facilitó, entre otros factores, que hubiera fotógrafos
como George Dureau o Robert Mapplethorpe que
iD a partir explorasen no únicamente la belleza del cuerpo
((9ay, lésbi masculino, sino, en particular el segundo, la plas
sexual, de moción de deseos impensables para la gran mayo
fO en esta ría de la población.
¡(1achismo y Inmerso en círculos en los que se practicaba
ICJ que algu el sadomasoquismo, Mapplethorpe, con su ojo cla
sicista, fotografió en blanco y negro a un conjunto
de hombres que hacían añicos la representación de
la sexualidad convencional. Si bien es cierto que
ptica. Con estas imágenes sólo fueron saboreadas por una exi
11 (lque el ho gua minoría, había en la sociedad estadounidense
fj¡nte~~ació,n de la época ciertos niveles de tolerancia que permi
I ¡zaclon no tían que pasasen inadvertidas, sin llegar a ser veta
¡.davía una das. La histeria que acompañó la lectura demoniza
dora del sida acabaría con todo ello a principios de
~ación (Ni los ochenta del siglo xx.
rabia Sau Nada hay que objetar al discurso libertino de
:¡((1c1ados en Mapplethorpe (en los setenta, su obra menos cono
'1 fotidianas. cida cultivó el fetichismo de la ropa interior que re
CAPíTIJ,C 7
¡Doble autorretrato con v
de plata sohr
Pierre Molinie
ARTE
80
Hoy
Los ochel1ta:
de ideas
APROPIACIONISMO,
FEMINISMO Y NUEVOS
MEDIOS POSMODERNOS
,
!!¡¡¡
I1I
11
il li ¡¡",,,,iII,
_Ii.
peligrar este derecho que tanto había costado respectivamente, es otro de los objetivos
conseguir a las mujeres (fig. 20). de una artista que no ha dudado en manejar lo
El cuestionamiento de los valores activos y espectacular para mostrar sus puntos de vista.
pasivos y su asociación con lo masculino y lo fe Si bien el ideal del movimiento feminista co
mo organización parecía haberse desvanecido
debido, en parte, a la desaparición de espacios
alternativos y a la integración de las mujeres en
el circuito comercial galerístico, la necesidad de
intervenir en el ámbito público estaba
presente. Todo esto puede comprobarse en los
truismos de Jenny Holzer: unas listas de frases en
carteles u otro soporte a veces desconcertantes, a
veces dotadas de ambigüedad, ya veces irónicas
y que intentaban socavar ciertos romanticismos
que han tenido una influencia perversa sobre
todo para las mujeres (Expiring for love is beauti
fui but stupid). En otros casos, 16 contundencia de
la frase/sentencia no dejaba lugar a dudas (Tor
ture is barbarie), aunque por lo general Holzer
evitaba caer en el dogmatismo de algunas sofla
mas políticas. Este tipo de proposiciones las hizo
desfilar en los diodos electrónicos de
Square o, años después, en la londinense Picca-
Circus.
que HOlzer se mueve principalmente
en territorio lingüístico, cabe preguntarse si lo ha
20. Barbara Kmger. Untitled (Your is a
hecho siempre desde una perspectiva feminista y
¡Sin título (Tu cue¡po es un campo de batalla)/, 1989.
supone todo ello. Preguntada al respecto, la
sobre vinilo (61 x 61 cm). propia artista comentó que quería transmitir una
UM,IU!!IS nI n IlIlIlUil H 11 r w
I\UE
82 Oy
de los objetivos sensaclon de autoridad a la vez que un interés
o en manejar lo por resultar comunicativa en lo expresado, aun
puntos de vista. tratado que su voz no sea identificable:
ento feminista co lo eS t se tiende a encapsularla en catego
desvanecido rías y comportamientos estancos y, por ende, a
desautorizarla. Sin embargo, estos condiciona
mientos no la han llevado a renunciar a mantener
ya veces irónicas
el.rtos roma nticismos
io perversa sobre
119 for love is beauti
105, la contundencia de
bo lugar a dudas (Tor
por lo general Holzer
21. Nan Golclin.
lismo de algunas sofla
ttean-;)f.?a!7ea Bruíse.
.~
proposiciones las hizo
New York CítV,
electrónicos de Times
en la londinense Picca S(?Y:lwl ueDenaen
lJ
I~
años pudo analizarse con otra mirada. En esta ins rompiendo de ese modo los límites de lo público
talación compuesta por diapositivas acompañadas y lo privado.
de una serie de temas musicales t Non Goldin en En este orden de cosas, parece pertinente
tremezcla vida privada y espacio público sin el recordar que ha habido predecesores de este ti
menor pudor. La intimidad se vuelca en todas las po de propuestas, como es el caso de la artista
diapositivas t por las que desfilan imágenes de francesa Sophie Calle, que en 1979 concibió
amantes¡ amigos t amigas t alusiones a un estilo de Los durmientes, una serie de fotos de hombres y
que la mayoría moral de su país condena mujeres, conocidos o no, a los que había pedi
ba sin ambages. No es la suya una mirada com do que fuesen a dormir a su casa durante ocho
placiente¡ pues Goldin no enmascara las situa horas. Este pacto originó unas entrevistas y unas
ciones de convivencia desagradables ni la dure grabaciones harto sustanciosas que destilan, en
za del maltrato que recibió en carne propia por tre muchas otras cosas, los tapujos ante la des
parte de Brian¡ una de sus parejas de entonces. nudez, los miedos al lesbianismo, el vigor del
Una vida poco convencional que retrata machismo de un magrebí o la lucha de sexos.
de forma desinhibida t en la que Goldin muestra Pese a lo cargado de las situaciones, la presen
su bisexualidad sin tapujos y en la que se respi tación formal se pretende neutra, fría, para ad
ra una fuerte carga emotiva. A modo de frag quirir la consistencia de un documento.
mentos¡ exhibe el ir y venir de amigos muertos Los años ochenta han sido retratados por
por el sida, de noches pletóricas de alcohol y gran parte de la crítica internacional como un
drogas, de sexo impúdico, de viajes sin fin¡ de periodo que empezó con el repunte de la
agitada existencia. ro neoexpresionista, que Benjamín H.D. Buchloh
La obra de Goldin ha ayudado sobrema de regresiva, y continuó, en plena vorágine
nera al reconocimiento de la fotografía como vía mercado inflacionista, con las experimenta
nmediata y fresca para hurgar en los entresijos ciones simulacionistas y los simulacros, avalados
de la intimidad. A su abrigo han surgido un con intelectualmente por Jean Baudrillard. Esta lectu
de artistas que se ha planteado la impor ra simplificadora oscurece el hervidero de pro
tancia de una estética de las emociones en las puestas críticas alimentadas por la política ultra
que no sólo las mujeres t sino también los hom conservadora de gobiernos como los de Ronald
bres, desnudan sus experiencias más personales, Reagan y Margaret Thatcher.
84 y
Señales de esta clara oposición las tenemos
en las exposiciones Extended Sensibi/ities, de
rece perti nente 1982, y Difference: on Representation and Sexua
s de este ti de 1984, ambas organizados por el New Mu
~!iO de la a rti sta seum of Contemporary Art de Nueva York. En la
e 1979 concibió primera se rompía una lanza a favor de la solida
de hombres y del armario de muchos homosexuales. Para com
aue había pedi prender los temores y miedos de la época, baste
durante ocho decir que algunos de los participantes pensaban
~trevistas y unas que mostrar su obra en esa exposición los iba a
et le destila n, en marcar de modo definitivo en su carreras, etique
íOS ante la des tándolos y perjudicándolos. Esta idea nunca se le
o, el vigor del hubiera ocurrido entonces a un artista heterose
Ivcha de sexos. xual. Se trataba, como afirmó Dan Cameron, de co
nes, la presen nectar con aspectos sociopolíticos (este matiz fue
para ad de hecho criticado por la revista gay The Advo
cate) de la identidad gay y lésbica, y resaltar el as
pecto sexual, subestimado hasta entonces en unas
¡onal como un obras que fueron leídos de otra forma, como así su
(lte de la pintu cedió con las de Scott Burton o Gilbert & George.
1(1 H.D. Buch En cuanto a Difference: on Representation
I
plena vorágine and Sexua/íty, se trataba de una formulación de
e(1 j s experi menta Kate Linker con la que intentaba deconstruir el ám
.onl¡jcros, avalados bito de la sexualidad como supuestamente natu
Ilmol·ard. Esta lectu ral, reforzando en cambio la noción de construc
(videro de pro ción cultural que autores como Craig Owens habí
el he p política ultra an puesto de manifiesto. Un grupo de artistas de
por
I los de Ronald ambos sexos -Victor Burgin, Dora Birnbaum, Ray
COr11" mond Bellour, Mary Kelly, Martha Rosler- ofrecía
É NE RO
22, Rosemarie TrockeL Ohne Titel [Sin título}, 1985, Lana (dos pancles de 40 x 50 cm cada uno),
.\ R T E
86
H oy
que el calado de su femenino en el ámbito doméstico? La ambigüe
mente de una relec dad persiste.
ero, sí es cierto que En esos años, Rosemarie Trockel, que había
los que traducían una realizado estudios de antropología y de sociolo
forma sucece en gía, además de matemáticas ¡lo cual rompía algu
I rectangular en nos esquemas, dado que todavía entonces existía
que recuerda a una clasificación del tipo de disciplinas en función
planchas desconecta del sexo), concibió unas piezas en las que emple
tiempos en que la su aba la técnica del bordado, tradicionalmente ads
presente, o ¿quizá es crita a las mujeres. En una de sus obras, Ohne
oti n ua reclusión de lo Tifel 11985-1988) IHg. 22), que adquiere la forma
de una bandera o rectángulo, se establece una
relación entre el lago repetido de la lana virgen
en rojo sobre ocre y el conejito, también símbolo
repetido, de Playbay en ocre sobre rojo. El empa
rejamiento o yuxtaposición resulta enormemente
curioso, pues las mujeres-objeto de las revistas
pornográficas es obvio que han perdido la virgi
nidad, pero a la par la obra de Trockel parece ser
un intento de relacionar el consumo sexual con el
doméstico, dos espacios en los que las mujeres
son utilizadas. Por otro lado, al realizar una obra
con tejido de lana estampada, Trockel estaba ele
vando esta técnica infravalorada a la categoría
de gran arte, como trataron de hacer sus prede
cesoras americanas en los setenta.
Asimismo, en el ámbito teutón en estos años
afloran las reflexiones de Marcel Odenbach, que
ha trabajado sobre todo con vídeo e instalaciones.
Untitled, 91
.h~".~"+ía en
Sherman,
1 il~
cálido, rezuma cierta sombría pesadumbre. Una lectu
ra más tranquilizadora haría pensar que estamos ante
una mujer soñadora y contemplativa. Sin embargo, el
grueso de la producción artística de Sherman es mu
cho más inquietante y desazonador, como lo demos
traron sus Sex Pictures, en las que la sexualidad (me
diante maniquíes y escenas sadomasoquistas) es una
dimensión que perturba las reglas de la tradición y la
moral.
" RT E
90 H oy
De la id
a la divers
EL IMPACTO DEL SIDA
EN LOS CUERPOS,
LOS PLACERES
Y LAS IDENTIDADES
.....---
muchos foros artísticos- se vino abajo
con la crisis que propició la satanización
~" de los enfermos de sida. En 1987 surge
en Nueva York el primer colectivo de activistas que
brega por resquebrajar el muro de silencio sobre esta
enfermedad. Silence = Death Project es su nombre, y
de ahí nace su ramificación artística, Gran Fury.
El sida no es una enfermedad
Asociada a un sinfín de sentidos y metáforas, ha
despertado los demonios de las mentalidades
tonas al sacar a relucir tanto la variedad de prácti
cas sexuales como el uso de drogas, y, por consi
guiente, también la materialidad y fragilidad del
cuerpo. El sida ha cambiado radicalmente las rela
ciones sexuales con la reaparición de forma masiva
de los preservativos. Y, claro está, también ha pues
to en evidencia el fariseísmo, la doble moral y la
pocresía de la sociedad contemporánea.
Wojnarowicz, denostados por su condición homose Discursos e imágenes cuya ausencia era clamo
xual, yen España Pepe Espaliú, fueron algunas de las rosa empezaron a hacerse un hueco y el terreno del
víctimas. Y ello sin citar a los numerosos desconocidos arte fue el espacio privilegiado. Las fotografías de Ca
de los distintos continentes. therine Opie de la comunidadtransgenérica de San
El impacto del sida sobre los cuerpos, los pla Francisco sobre fondos cromáticos vivos es una repre
ceres y las mentalidades fue impresionante tanto en lo sentación digna de una opción de vida motejada por
que se refiere al surgimiento de un red de activismo el moralismo más recalcitrante. De la misma forma pue
-ACT-UP es el colectivo de mayor renombre y eficacia den entenderse las fotografías del artista afincado en
crítica- como por suscitar reflexiones sobre el cuerpo Londres Del LaGrace Volcano, que hurga en los mun
en decadencia y por desbaratar los lugares comunes y dos invisibles de locales y clubes en los que florece en
tópicos sobre la sexualidad. El sida indica que no hay parte el vivir de lesbianas y drag-kings (fig. 23). Estas
grupos de riesgo, como han sostenido tozuda y prejui últimas, ausentes de la mercantilización y la mediatiza
ciada mente algunos galenos, sino prácticas de riesgo ción de sus congéneres del otro sexo, las drag-queens,
en que cualquiera puede incurrir. juegan y se mofan de las supuestas habilidades del ma
cho en actuaciones y performances en las que estas
mujeres imitan y exageran los andares del varón y se
IRRUMPE LO QUEER atavían con ropas de vaquero y una pléyade de con
soladores. En este tono irónico e irreverente descuella
Al socaire de este clima moralizante, las asociaciones
Annie Sprinkle, antaño prostituta, que mediante actua
de gays y lesbianas hicieron oír su voz. Desde las uni
ciones hace trizas los prejuicios sobre la pornografía y
versidades, nacieron estudios sobre la sexualidad y se
el sexo prostibulario desde la perspectiva de una mujer
cuestionaron los valores de género a ella vinculados.
que ha pasado por el conocimiento de la heterosexua
Los trabajos pioneros de Judith Butler y Eve Kosofsky
lidad y el lesbianismo. Este tránsito liberador y sicalípti
Sedgwick dieron pie a la teoría queer, y este término,
co de las distintas orientaciones sexuales lo ha propi
que antaño, y todavía en parte, fue una injuria lanza
ciado en parte el pensamiento queer, totalmente aleja
da contra la población homosexual, se convirtió en el
do del afán prohibicionista del feminismo cultural con
trampolín para una hipoteca de las identidades fijas,
servador de Catherine MacKinnon y Andrea Dworkin.
: de las categorías marcadas en pos de un nomadis
El orden moral impuesto por la clase política en
mo de las prácticas sexuales y sociales. Estados Unidos afectó sobremanera al mundo del arte,
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res diferentes, tales como centros de exposiciones, de género respecto de otros componentes importan
academias de arte, museos, colectivos feministas, et tes que moldean asimismo la identidad del indivi
cétera. Desde 1996, la documentación se conserva duo: la situación social y económica, el sustrato reli
en el Instituto de Arte Contemporáneo de Viena. gioso, y las discriminaciones de orden étnico y ra
Los años noventa del siglo xx supusieron una cial. En este último capítulo es imprescindible nom
década prolífica en exposiciones que han tratado de. brar a artistas surgidos de la "periferia" -entiéndase
erosionar los discursos hegemónicos sobre la femini por este término conflictivo una reivindicación de un
dad y la masculinidad. Si bien las mujeres llevaban arte subestimado por el circuito comercial occider
decenios autoanalizándose y lo seguían haciendo y nacido en otros lares
(véase el ejemplo de la exposición Bad Girls en sus tales como Nueva York, Londres, Berlín, Pa
dos vertientes británica y estadounidense), los varo rís ...-. Ello no sería posible sin las consecuencias
nes no las habían seguido en esa empresa crítica que ha generado la situación política poscolonial y
tamente saludable. Pero finalmente las el resquebrajamiento de las ataduras y dependen
des, ese valor de género que permanecía intacto e cias económicas de las antiguas colonias respecto
incuestionado, ha sido objeto de estudio en exposi de las metrópolis, aunque ese proceso no está toda
ciones tales como Black Male (1 995L Fémininmascu vía concluido. Dicho esto, no puede olvidarse que en
(1995), In a Different Light (1995L Transgené muchos de los países a los que se engloba injusta
ricas (1998), The Masculine Masquerade (1996), mente con la denominación de "Tercer Mundo" la
Comer of the Eye (1998), Héroes caídos situación de inferioridad de la mujer es a todas luces
(2002), en lugares tan distintos como Estados Uni degradante. Y algo semejante sucede también con
dos, España, Holanda y Francia. las minorías sexuales.
El poscolonialismo, no obstante, ha posibilita
do que se oigan nuevas voces y otras visiones cultu
VALORES DE GÉNERO
rales como las del chileno Juan Dávila y el indio Bhu
Y POSCOLONIALISMO
pen Khakhar. El primero, por incorporar a su pintura
el legado mestizo y la influencia de las culturas indí
Este conjunto de exposiciones ha puesto a punto el genas en su país, y por haber desmontado el mito
aparato crítico que posibilita indagar en las trans del héroe de Iberoamérica, Simón Bolívar, que repre
formaciones de la identidad sexual y las cuestiones senta travestido y desprovisto del aura recia que se
,TE 94
feria" -entiéndase
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LINDA NOCHLIN
¿Por qué no
grandes muieres artistas? (1971)
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102
'I Pregunta puede abordarse de otra manera. desarrollar mediante un estudio, un aprendizaje o un largo
feministas contemporáneas afirman que la gran periodo de experimentación individual.
arte femenino es, en realidad, distinta de la del la realidad es que no ha habido, hasta donde sabe
l. Proponen la existencia de un estilo peculiar y _\ í ~
mos, grandes mujeres artistas, aunque sí muchas intere
llernente femenino que difiere del de los artistas :J santes y buenas que no han sido suficientemente estudia
ualidades tanto formales como expresivas y se das o apreciadas -pero tampoco ha habido grandes pia
1 función del carácter singular de la situación y nistas de jazz lituanos ni tenistas esquimales-. Es lamenta
las mujeres. ble que así sea, pero ninguna manipulación de las pruebas
Puede parecer bastante razonable: en general, aportadas por la historia o la crítica cambiará la situación.
nd;¡ y la situación de las mujeres en la sociedad No hay mujeres equiparables a Miguel Ángel o Rem
tomo artistas, son diferentes de las de los hom brandt, Delacroix o Cézanne, Picasso o Matisse; ni tan
) hay duda de que un arte producido por un siquiera, en fechas muy recientes, a Willem de Kooning o
mujeres unidas de manera consciente y capaces Andy Warhol. Como tampoco hay estadounidenses ne
intencionadamente, resueltas a dar cuerpo a gros que se les puedan comparar. Si hubiese realmente un
le~ia grupal de experiencia femenina, podría número considerable de grandes mujeres artistas 11 ocultas"
de hecho estilísticamente como arte feminista y o si las normas para el arte de las mujeres debieran ser dife
Esto entra dentro de lo posible, pero, de rentes de las de los hombres -y, como es lógico, ambas
na se ha hecho aún realidad. hipótesis no pueden darse a la vez-, ¿por qué estarían
problema no reside tanto en la concepción femi luchando las feministas? Si las mujeres hubiesen alcanzado
que es la feminidad en el arte, sino en una con en las artes la misma categoría que los hombres, entonces
~ui\¡ocada de lo que es el arte, en la idea inge la situación existente sería perfecta.
el arte es la expresión directa y personal de la Pero, de hecho, en el arte y en centenares de otros
ílmocional del individuo -una traducción de campos la situación sigue siendo frustrante, opresiva y
f
a una expresión visual-. Sin embargo, el desalentadora, según sabemos, para quienes no han teni
casi nunca escrexpresión, yel gran arte no lo es, do la buena suerte -mujeres incluidas- de haber nacido
en ningún caso. la creación artística supone blancas, preferiblemente de clase media y, sobre todo,
formal coherente, más o menos dependiente o varones. la culpa no es de nuestro horóscopo o nuestras
las convenciones definidas en el tiempo, de es hormonas,"de nuestros ciclos menstruales o nuestros espa
sistemas de notación que se han de aprender o cios interiores vacíos, sino de nuestras instituciones y nues-
~,
I
o
Como el hombre ha definido la imagen de la mujer Las mujeres deben utilizar todos los medios como
tanto para él como para ella, los hombres crean y contro instrumento de lucha y progreso social a fin de liberar a la
lan los medios sociales y de comunicación, como la cien cultura de valores masculinos. La mujer habrá de hacer eso
cia y el arte, la palabra y la imagen, la moda y la arqui mismo en las artes, a sabiendas de que los hombres pudie
tectura, el transporte y la división social del trabajo. Los ron expresar en ellas sus ideas sobre el erotismo, el sexo y
hombres han proyectado su imagen de la mujer sobre la belleza introduciendo su mitología del vigor, la energía .
esos medios y han dado forma a la mujer de acuerdo con y la austeridad en la escultura, la pintura, las novelas, el
esas pautas mediáticas. Si la realidad es una construcción cine, el teatro¡ los dibujos¡ etcétera, e influyendo así en
social y los hombres sus ingenieros, nos hallamos ante una nuestras conciencias. Ese momento tiene que llegar.
realidad masculina. Las mujeres no han adquirido aún
conciencia de sí mismas porque no han tenido oportuni y ES¡ JUSTAMENTE¡ El MOMENTO ...
dad de hablar, ya que no han accedido a los medios de
comunicación. ... de que las mujeres utilicen el arte como medio de
Dejar hablar a las mujeres para que puedan hallar expresión para influir en la conciencia de todas nosotras,
se a sí mismas: eso es lo que pido para lograr una imagen para hacer que nuestras ideas fluyan hacia la construcción
nuestra definida por nosotras, y, por tanto, una visión dife social de la realidad¡ con el fin de crear una realidad huma
rente de la función social de las mujeres. Nosotras, na. Hasta ahora, las artes han sido creadas en gran medi
muieres, debemos participor en la construcción de la reali da sólo por los hombres, que han tratado de los asuntos de
dad utilizando el material constructivo de la comunicación la vida, de los problemas de la vida emocionat incorpo
a través de los medios. rando únicamente sus propios relatos¡ respuestas y solucio
Eso no va a ocurrir de manera espontánea ni sin nes. Ahora debemos exponer nuestras propias afirmaciones. '
oposición; por tanto, ¡debemos luchar! Si vamos a conse Debemos destruir todas esas nociones de amor, fe¡
guir nuestras metas, como la igualdad de derechos socia maternidad¡ compoñerismo que no fueron creadas por no- .
les, la autodeterminación, una nueva conciencia femenina, sotras y sustituirlas, así, por otras nuevas acordes con nues
debemos intentar expresarlas en la totalidad de la vida. tra sensibilidad, con nuestros deseos.
Esta lucha tendrá consecuencias y producirá cambios de Cambiar las artes que los hombres nos han impues
mucho más alcance en todos los ámbitos de la vida no sólo to signffico destruir los rasgos de la mujer creada por el
para nosotras, sino también para los hombres, los niños, la hombre. Los nuevos valores que nosotras incorporamos a
la iglesia... En resumen, para el Estado. las artes darán IUQar a nuevos valores para las muieres en
A R TE 104
o' los medios coll1_o I
el curso del proceso civilizador. Las artes pueden ser impor
el de todas nosotras,
valores. Esos valores, transmitidos a través del proceso cul
ocia la construcción
tural de significación, modificarán la realidad para que
valores r
,
,1
;;
11
~I'
1,li
!III
de incluir en ella un cúmulo de experiencias identificadas sivamente por hombres blancos ridiculizaba a una abo
con las mujeres a lo largo de la vida de cada una de gada afroamericana culta por haber sufrido el acoso se
y de la historia, y no el mero hecho de que una mujer haya xual de un candidato afroamericano al Tribunal Supremo,
tenido o deseado conscientemente una experiencia sexual o cómo los medios de comunicación encumbraban a
genital con otra. Si ampliamos el concepto hasta hacer que Camille Paglia, cuyos pronunciamientos pseudointelec
abarque muchas más formas de intensidad primordial tuales y antifeministas, obscenamente ambiciosas¡ han
entre dos o más mujeres, como la participación en una vida hecho de ella la Phyllis Schlafly de los estudios de género.
interior rica, la asociación contra la tiranía masculina, o el Nos hemos consolado viendo el gran número de candi
dar y recibir ayuda práctica y política, si podemos escu datas a desempeñar cargos públicos nacionales y locales;
también asociado a nociones como la de "oposi pero este aumento ha ido acompañado de demostracio
ción al matrimonio" y la de conducla de "harpía", según nes de intolerancia manifiesta, sexismo y heterosexismo
la ha definido Mary Daly (significados obsoletos: "incorre como los de la convención republicana de 1992. Hemos
gible", "testaruda", "libertina" e "impúdica"¡ "una mujer reo visto mujeres profesionales¡ tanto de ficción como reales,
cia a ceder al galantedl empezaremos a comprender la convertidas en blanco de la retórica reaccionaria sobre los
amplitud de una historia y una psicología femeninas que "valores de la familia" y la "elite cultural". Y nos hemos
han estado fuera de nuestro alcance debido a unas defini dado cuenta de que la libertad de elección de las mujeres
ciones limitadas y casi siempre clínicas del lesbianismo [ ...]. pende de un hilo judicial que los sicarios del Tribunal
Supremo contratados por el presidente amenazan con cor
tar en cualquier momento [...].
AMELIA JONES El despliegue popular del término posfeminismo [... ]
supone una insidiosa redefinición y recuperación de la
Feminismo, SA: una lectura del "posfeminismo" feminidad¡ el feminismo e, incluso¡ la masculinidad en unos
en una época antifeminista (1992) modelos revitalizados de identidad de género y sexual
La utilización de la palabra
racistas, clasistas y patriarcales.
El peculiar momento cultural e histórico de política sexual pos feminismo en discursos sobre arte contemporáneo pare
en que vivimos está muy cargado de tensión. Quienes ce entrañar¡ en cambio, un proyecto significativamente dis
apoyan los derechos de la mujer presenciaron el año pa tinto. En mi opinión, sin embargo, la versión posmodema
sado varias inquietantes demostraciones públicas de esa del posfeminismo se agota utilizando unas técnicas de
política: cómo una comisión del Senado compuesta exclu- apropiación que, en definitiva, generalizan y desvirtúan los
RTF. 106
proyectos feministas. Mientras algunas artistas como Mary
Kelly y Barbara Kruger, que hablan y trabajan desde una
perspectiva política feminista, han sido etiquetadas a veces
de "posfeministas" por historiadores y críticos del arte con
el fin de distinguir su obra de prácticas artísticas feministas
anteriores, supuestamente esencia listas (por ejemplo, en el
ensayo de Laura Mulvey Dialogue with Spectatorship: Bar
bara Kruger and Victor Burgin), muchos textos críticos dedi
cados al posmodernismo han desarrollado el concepto de
posfeminismo con propósitos, en definitiva, antifeministas.
Aunque sean más sutiles que los medios de comunicación
populares, que rechazan paladinamente el feminismo co
reales, mo algo fuera de moda o fenecido, los discursos del
sobre los posmodernismo tienden a plantear la relación entre femi
"os hemos nismo y posmodernismo a través de modelos de interpre
¡11ujeres tación modernistas y, en resumen, masculinistas -modelos
Tribunal que intentan dar poder al crítico posmoderno mediante un
"terrorismo estético" que jerarquiza las prácticas artísticas
basándose en categorías vanguardistas de valor y excluye
aquellas que se sitúan fuera de los límites fijados por ellos
para la práctica "radical".
efl unos El término posfeminismo se ha formado primordial
y sexual mente en los discursos del posmodernismo identificados
de la po labra con publicaciones, revistas de arte e instituciones con sede
neO pare en Nueva York. Una estrategia fundamental de esos dis
mer1te dis cursos ha consistido en reivindicar el valor radical del
posmoderna posmodernismo en las artes plásticas al arrogarse cierto
técniCas de tipo de práctica feminista e incorporarla a un posmoder
,,
pi l'
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IIii
o
miento radicaL Owens, al igual que Jameson, reduce la tal como ha sido definido en los discursos posmoder
política feminista a una mera "voz más de los conquista nos sobre el arte, se muestra cómplice tanto del rechazo
dos", enlre los que se incluyen las "naciones del Tercer general del placer por parte del modernismo como de la
Mundo" y la "rebelión de la naturaleza", que plantan cara atención que presta Mulvey al placer masculino !y su prohi
al "deseo de Occidente de ejercer un dominio y un conlrol a expensas de la posibilidad de una espectadora
cada vez mayores". El artículo de Owens, como muchos femenina deseante [.. .].
textos que analizan desde la década de 1980 la intersec
ción enlre feminismo y posmodernismo, recurre en definiti
va a la [noción vanguardista de la] capacidad de lo "feme ORLAN
nino" poro desbaratar la pureza modernista [... ].
En el fondo del sistema de valores posmoderno Intervention * 11 995)
dominante [con su confianza en las teorías antitéticas y van
guardistas de un posmodernismo "bueno" frente a airo Pocas imágenes nos fuerzan a cerrar los ojos:
"malo"] se halla la hipótesis de que no existe un placer La muerte, el sufrimiento, la apertura del cuerpo,
fernenino de la mirada bajo el sistema freudiano Iy, pro ciertos aspectos de la pornograRa (para algunas personas)
bablemente, tampoco baja el lacaniano). En el "antifeti o (para airas) el nacimiento.
chisma feminista" o "puritanismo del ojo" de MulveYt en el En tales casos, los ojos se convierten en agujeros
que la seducción visual se considera necesariamente córn negros en los que la imagen es absorbida de grado o por
del fetichismo masculino, se ignora, sin más, el fuerza. Esas imágenes se hunden y golpean directamente
cer femenino. De ese modo, la negación teórica del placer donde duele, sin pasar por los filtros habituales, como si los
femenino por parte de Mulvey parece ser cómplice de su ojos no tuvieran yo ninguna conexión con el cerebro.
negación del patriarcado, cuyos efectos debilitadores han A quien contempla mis performances, le sugiero
sido descritos con tanta viveza por Irigaray. Resulta irónico que haga lo que haría, probablemente, al ver las noticias
que, al pasar por alto la cuestión del placer femenino, en televisión. Es cuestión de no dejarse arrebatar por las
textos críticos que privilegian el arte de apropiación femi imágenes y seguir reflexionando sobre lo que se esconde
nista por su rechazo de la "mirada masculina" deseante tras ellas.
hayan mantenido las fronteras de la autoridad masculinis En mis performances, además del personal médico
ta crítica y de la mirada, a pesar de que han procurado y mi equipo, hay un intérprete del lenguaje de signos para
elogiar prácticas que la critican. El programa posfeminista, sordos y para quienes tienen minusvalías de audición. Esa
108 y
h sido definido en los discursos posmoder persono está allí poro recordarnos que, en ciertos momen
; ¡lrle, se muestro cómplice tonto del rechazo tos, todos somos sordos y tenemos problemas auditivos.
Fer por porte del modernismo como de lo Su presencio en lo salo de operaciones pone en
. Mulvey 01 placer masculino ¡y su acción el lenguaje del cuerpo [... j.
de lo posibilidad de uno espectadora Mis performonces quirúrgicos comenzaron el 30 de
1" .]. moyo de 1990 en Newcastle (InglaterraJ. Fueron lo
ción lógico de mi trabajo anterior, pero de uno manero
mucho más radical.
ORLAN Lo idea de ponerlas en próctioa (posar de lo lectura
a lo realización del actoJ se me ocurrió leyendo un texto de
Eugénie lemoine luccioni, uno psicoanalista lacaniana.
comienzo de todos mis operocione~performan-
o cerrar los ojos: ces, lea este posaje de su libro Lo Robe:
iento, lo apertura del cuerpo,
....rnr.rorn+:n ¡poro algunas personasJ
La piel es engoñosa... En /o vidq sólo tenemos una
piel. .. En /os relaciones humonos se produce un
ojos se convierten en agujeros
intercambio, pues uno no es nunoa /o que tiene...
es absorbido de grado o por
7engo /o piel de un ángel, pero soy un choca/. .. lo piel
hunden y golpean directomente
de un cocodri/o, pero soy un perrito faldero, la piel de
los filtros habituales, como si los
uno negra, pero soy b1onoa, /o piel de una mu;er, pero
conexión con el cerebro.
soy hombre; nunca tengo lo piel de /o que soy. No hay
mis performonces, le sugiero excepción o esta reg/o, pues nunoa soy /o que tengo.
01 ver las noticias leer este texto, pienso que en nuestro época
de no dejarse arrebatar por hemos comenzado o disponer de los medios para cerrar
Innnnrl" sobre lo que se esconde esa brecho; que, gracias o lo cirugía, se ha podido hacer
coincidir lo imagen interna con la externa.
además del personal médico aludir o los tronsexuales, digo que estoy hacien
lenguaje de signos para do uno transexualidad de mujer o mujer: el hombre que se
minusvalías de audición. Esa siente mujer desea que los demás le vean como
j ERO
\, 1\ ~
);;'}
la cultura como en la política), dio la impresión de ofrecer núcleas vanguardistas de todo Europa, los artistas varones
un antídoto a esa sexualización generalizadora por medio describían el lugar de lo producción artístico moderno, el
de su aporente autonomía estética de lo social y su valora como el escenario de un dramático encuentro entre
ción de lo individualidad no sexual. Ser uno artista bajo lo el creador y su objeto sexual, lo mujer, el producta de cuyo
dispenso moderna prometía o los mujeres uno vía para ser desigual intercambio ero un arte moderno viril escrito en los
algo más que simples "artistas" o domos pintoras. Lo temá cuerpos de las mujeres trabajadoras. Su libertad, lo de
tica femenino sumió a la sociedad entero en un profun ellos, se vertebraba como algo sexual, al igual que lo de los
do debate acerca de los postulados de la feminidad, que retoños de eso creatividad moderno. Los mitologías emer
se definían en relación con otros términos clave: la natura gentes del artista moderno produjeron un concepto especí
leza de la historia, del hogar o de lo social, la entidad atem ficamente sexual del artista autogenerativo -el artista que
poral o la posibilidad de cambio. Lo modernidad, identifi se crea o sí mismo-, que inicialmente se escenificaba a tra
cada con el progreso y la posibilidad de transformación vés del asesinato cultural de lo Madre y de lo maternal fe-
social y con lo invención de identidades nuevas frente a así como par medio de lo construcción de uno sub.
ideas de tradición, verdad eterno y dictados de la natura jetividad masculina en reloción con los tópicos de una
leza, pareció capaz de ofrecer un espacio paro que los sexualidad degradada, prostituida o lesbiana. Desde
pudiesen reinventarse o sí mismos como "mujeres Degas, Toulouse-Lautrec y Rouault, hasta ese definitivo ídolo
nuevas", identificados con lo libertad, el progreso y el cam de lo modernidad temprana (que ocupa un lugar central en
bio radical, todo lo cual comportaba una fugo de lo sobre el espacio narrativo del Museo de Arte Moderno) que es
feminización. los Demoiselles d'Avignon (1907) de Picasso, dicho tópico
Pero era un engaño. La modernidad no hizo sino de la creatividad masculina, configurada en dramático
invertir el problema y produjo poro los mujeres una "infra enfrentamiento con una sexualidad primario -concebida o
feminización" radical sin alterar lo hegemonía masculino. través de un cuerpo femenino obyecto o monstruo50-, cons
En un texto fundacional del nuevo feminismo, oublicado en uno genealogía básico del arte moderno. Julio Kris
1973, Coral Duncan tachaba lo modernidad teva escribe: /lA eso se debe que uno de los representa
del siglo no sólo de abiertamente machista -dado su con ciones más certeras de la creación, o lo que es lo mismo,
tinuo preocupación par la experiencia del hombr~~blan de lo práctico artístico (moderna), seo la serie de cuadros de
co-, sino de afirmativamente viril, social e iconográfica Willem de Kooning titulado Woman: criaturas solvajes,
mente obsesionado con la heterosexualidad masculino explosivos, cómicamente inabordables a pesar del hecho
como el tópico definidor de la creatividad artística. En los de que han sido masacradas por el artista". Coro! Duncan,
110
y del aparato simbólico legitimado por la sociedad, que no está exento el drama, de tantas otras situaciones de la
mientras el sexo tiene un carácter biológico, el género es vida ordinaria contemporáneo. Sí, ciertamente se trata de
l.
una construcción sociocultural [... Como ya narró Si mane "nuevas" situaciones, si se quiere extremas, pero que no
de Beauvoir hace unas décadas, en el origen de todo este por extremas dejan de "pasar". Por lo que esperemos
rico debate: "No se nace mujer, se llega a serlo". Y son, que, a pesar de las crisis, nos quede algo más que la reve
precisamente, los ambientes familiares y los sistemas edu de Ciaran: ItMorir es cambiar de género,
cativos (entre ellos podemos contar a los museos y las ins renovarse", ya que todavía queda mucho por hacer.
tituciones públicas) los que deben estar más abiertos a Transgenéric@s quiere colaborar a ello. Hubiéramos que
comprender estos temas. Y quien esté libre de pecado que rido también que la exposición se interrelacionara aún
tire la primera piedra, pues yo misma no recuerdo haber más con la calle, organizar mesas redondas con esos co
preguntado a un sobrino, o al hijo adolescente de una lectivos que, como el arte, hacen posible los cambios, con
amiga: It ¿Qué chico o chica de tu clase te gusta?", porque esos teóricos que ayudan a analizar y a comprender, por
siempre hemos supuesto que si es varón le debe que los temas y la representación que, gracias a los estu
o viceversa. Así que me temo que si mis pregun dios de género yola teoría queer, están presentes en la
tas han ido dirigidas a quien no ha sentido una inclinación exposición, y sobre todo, de entre ellos, la representación
por la supuesta respuesta, probablemente, I@ haya hecho del sexo que no cabe en la norma, casi me atrevería a
sentir si no reprimid@, al menos confus@ en su identidad. decir que, como el terrorismo o el islamismo, están demo
La crisis está echada, los cristales están rotos junto a nizados. Todavía hay muchos miedos en la sociedad que
los valores y los grandes relatos: entre ellos, la razón, la au hay que combatir; para ello, hablemos de lo que paso y
toridad, la verdad ... , mientras tanto se manifiestan la con expongámoslo.
fusión, incluso la violencia, pero hay que inventarlo, o rein
de nuevo, como ocurre en la novela Kifchen,
de la escritora japonesa Banana Yoshimoto, cuya joven JOSÉ MIGUEL G. CORTÉS
protagonista tiene que reconstruir su vida tras la muerte de
todos sus familiares, a la vez que descubre que la madre Construyendo masculinidades (2001 )
de su vecino era antes su padre, que ella era antes él, que
cuando murió su madre su padre decidió convertirse en [...l Parece evidente que una sociedad se define, gene
mujer, operarse, abrir un bar "de ésos" y ser una madre ralmente, por lo que excluye. De ahí, la creación de este
para su hijo. Y todo transcurre con la normalidad, en la que reotipos (hombres homogeneizados amoldados a una
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que cumplen la tarea de reforzar la
sociedad normativa contra aquellos que quieren destruir
su tejido, es decir, todos aquellos que no se acoplan a las
normas impuestas. Buena prueba de ello es cómo la mas
culinidad hegemónica se ha ido construyendo en Occi
dente como un proceso de diferenciación y de negación
de los otros, principalmente, de las mujeres y los gays.
Así, la identidad masculina (algo siempre precario, con
tingente, provisional y dependiente) se ha consolidado
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114
H oy
Biblio
representacio
y las identida
los individuos
y tratados por El número de libros que tratan problemáticas de gé
nero -Gender Studies- es afortunadamente ingen
te. No lo es tanto en castellano, pero no se puede
olvidar la meritoria tarea de la editorial Cátedra,
que cuenta en su haber con la espléndida colección
donde hay textos tanto españoles co
mo traducciones del inglés, italiano y francés. Otras
editoriales como Icaria, Bellaterra, Anthropos o Pai
dós han contribuido a la difusión de las teorías femi
nistas.
No es tanta la abundancia de estudios sobre
f
nómica como Taurus, Anagrama y Espasa han ofre
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116
H oy
Espai d'Art Con- Dada la amplitud de la oferta en materia de
catálogos, comentaré únicamente algunos de distin
tos países a sabiendas de que éste no es un listado
el primer estu
exhaustivo:
es y el arte con
- Holden, Thelma (ed.). Block Mole. Representa
In él se incluyen tex-
Weeks, así como la
tions of Masculinity in Contemporary American
Volcano, Mark
Art. Whitney Museum of American Art. Nueva
York. 1994.
McCarthy, John
Se trata del primer estudio riguroso sobre la
masculinidad asociada al varón negro y sus reper
autores españo
cusiones en la cultura visual (televisión, ci ne depor
de género, la es
tes, arte) estadounidense.
plos: Estrella de
. 1992)- y Juan - Fémininmasculin. Le sexe de I'art. 1995. Corres
1A,,,,ntnrinnes de la ponde al mayor esfuerzo realizado en la cultura
francesa por hurgar en temas de sexualidad y de
valores de género. Paralelamente, en el Centre
Georges Pompidou se organizó una exposición
capitaneada y concebida por Marie-Laure Ber
nadac y Bernard Marcadé. En ella, si bien pare
cía exagerado el relieve concedido a las obras
,
APÉNDICE DE TEXTOS
- "Women's Art: A Manifesto", de Valie Export. En:
SELECCIONADOS
Art and Feminism. Helena Reckitt y Peggy Phelan
(ed.). Londres-Nueva York. 2001.
Extractos de: - "Why Have There Been No Great Women Ar
, de Linda Nochlin. En: Art and Feminism.
de lo que pasa", de Mar Villaespesa. Reckitt y Peggy Phelan (ed.). Londres-Nue
En: Transgenéricas. Representaciones yexperien
va York. 2001 .
cias sobre la sociedad, la sexualidad y los géne
- "Construyendo masculinidades", de José Miguel
ros en el arte español contemporáneo. Koldo Mi G. Cortés. En: Héroes caídos. Masculinidad y re
txelena. Diputación Foral de GuipÚzcoa. San Se presentación. Espai d' Art Contemporani de Cas
bastión. 1998. Castelló. 2002.
- "Inscripciones en lo femenino", de Griselda Po
lIock. Traducido y recogido en: Los manifiestos
del arte posmoderno. Textos de exposiciones,
1980-1995. Anna María Guasch (ed.). Akal.
Madrid. 2000.
- "Intervention", de Orlan. En: Art and Feminism.
Helena Reckitt y Peggy Pelan (ed.). Phaidon. Lon
dres-Nueva York. 2001 .
"Feminism, Incorporated: Reading 'Post-feminism'
in an Anti-feminist-Age", de Amelia Jones. En: Art
and Feminism. Helena Reckitt y Peggy Pelan (ed.).
Londres-Nueva York. 2001.
- "Compulsory Heterosexuality and lesbian Existen
, de Adrienne Rich. En: Art and Feminism.
Helena Reckitt y Peggy Phelan (ed.). londres-Nue
va York. 2001.
, f 118
1)
Ha comisqriado div
nes, . '~ntre .las 'que d
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Arte, y cotidianid
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(EACC, 2Q02) y
(MNCARS, 2003).
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