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La principal diferencia entre los hombres y los animales, son los símbolos. Porque
los animales solo pueden desarrollar un lenguaje emotivo (perros al ver a su
amo, etc.), es decir no tienen la capacidad de designar y describir objetos
(lenguaje, retratos, esquemas, etc.).
Más allá de su racionalidad, otros autores consideran que el hombre posee su principal
diferencia de los animales por medio de los símbolos. Por ejemplo, Cassirer (1968, p.26)
argumenta que “el hombre no puede escapar de su propio logro, no le queda más
remedio que adaptar las condiciones de su propia vida; ya no vive solamente en un
universo físico sino en un universo simbólico. El lenguaje, el mito, el arte y la religión
constituyen partes de este universo, forman los diversos hilos que tejen la red simbólica,
la urdimbre complicada de la experiencia humana”. (Hombre, Sociedad y cultura, 2017)
De esta forma, el ser humano, por medio de los símbolos, no sólo es capaz de modificar lo
social sino que al mismo tiempo genera una serie de elementos culturales con los que se
acomoda en su entorno (Ibarra, 2010). Un animal puede utilizar señales, aquellas que le
indican un suceso futuro y puede provocar una conducta determinada, por ejemplo,
cuando un tigre reconoce el olor de un ciervo, eso es señal de comida por lo que intentará
cazarlo. Sin embargo, no puede usar símbolos pues no son capaces de crear sus propios
sustitutos para referirse a algo que está separado temporal o espacialmente. En cambio
en el hombre los símbolos pueden presentarse de diversas formas: retratos, imágenes,
esquemas, gestos, conductas, pero sobre todo a través del lenguaje, éste último está
compuesto por todo un conjunto de símbolos que son empleados para describir su mundo
físico o inventar aquellos que se le vengan en mente. (Hombre, Sociedad y cultura, 2017)
Finalmente, la forma en la que los individuos aprenden, interiorizan e interactúan con los
demás de su misma especie, influenciados por una serie de normas y valores establecidos
por un determinada sociedad en un contexto histórico en particular generan también
cultura, idea que de acuerdo al pensamiento arqueológico, representa “la parte de la
conducta que diferencia al hombre de los demás animales” (Lumbreras, 1981, p.20).
En este sentido, “Ninguna cultura podría existir sin sociedad pero, del mismo modo, no
puede haber una sociedad carente de cultura. Sin cultura no seríamos en absoluto
"humanos", en el sentido en que normalmente entendemos este término. No tendríamos
una lengua en la que expresarnos ni conciencia de nosotros mismos y nuestra habilidad
para pensar y razonar se vería considerablemente limitada” (Giddens, 2007).
i. EVOLUCIÓN Y CULTURA
En el mundo conocido, el despegue cultural sólo ha tenido lugar entre los seres
humanos. Este despegue fue tan momentáneo como la aparición de la materia
a partir de la energía y de la vida a partir de la materia. La mayor parte de las
variaciones culturales, como incluso los sociobiólogos admiten, no puede
explicarse por la acción de la selección natural sobre los genes humanos.
(Marvin Harris, 1990)
La definición de cultura de Tylor ofrece una visión global del tema de estudio de la
antropología; aquí la cita:
“La cultura [...] es esa totalidad compleja que incluye el conocimiento, las
creencias, el arte, la moral, las leyes, las costumbres y cualesquiera otras
capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad”
(Tylor, 1871/1958, p. 1).
Froylan M. López Narváez define a la cultura como “la realidad que se vive, como
se vive… son maneras de ser, de pensar y de sentir… es el cultivo que toda
comunidad hace de sí misma… es herencia y aspiración… es el complejo de
tradiciones” (López, 1990).
La Cultura Se Aprende
La facilidad con la que los niños absorben cualquier tradición cultural descansa en
la capacidad de aprendizaje, especialmente elaborada entre los humanos. Otros
animales aprenden de la experiencia; por ejemplo, evitan el fuego después de
descubrir que los lastima. Los animales sociales también aprenden de otros
miembros de su grupo. Los lobos, por ejemplo, siguen estrategias de caza de otros
miembros de la jauría. Tal aprendizaje social es particularmente importante entre
monos y simios, nuestros parientes biológicos más cercanos. Pero nuestro propio
aprendizaje cultural depende de la capacidad que desarrollamos de manera única
al usar símbolos, signos que no tienen una conexión necesaria o natural con las
cosas que significan o para las cuales se establecen. (Kottak Conrad, 2011)
La Cultura Es Simbólica
Por lo general, los símbolos son lingüísticos. Pero también existen símbolos no
verbales, como las banderas, que representan a países, o los arcos que son el
emblema de una cadena de hamburguesas. El agua bendita es un poderoso
símbolo del catolicismo romano. El agua no es intrínsecamente más santa que la
leche, la sangre o algún otro líquido natural. Tampoco el agua bendita es
químicamente diferente del agua ordinaria. El agua bendita es un símbolo dentro
del catolicismo romano, que es parte de un sistema cultural internacional. Una
cosa natural se asoció arbitrariamente con un significado particular para los
católicos, quienes comparten creencias y experiencias comunes que se basan en
aprendizaje y que se transmiten a través de generaciones. (Kottak Conrad, 2011)
Durante cientos de miles de años, los humanos han compartido las habilidades
sobre las que descansa la cultura. Dichas habilidades son para aprender, pensar
simbólicamente, manipular el lenguaje y usar herramientas y otros productos
culturales para organizar sus vidas y enfrentar sus ambientes. Nuestros parientes
más cercanos, chimpancés y gorilas, manifiestan habilidades culturales
rudimentarias. Sin embargo, ningún otro animal tiene habilidades culturales
elaboradas (para aprender, comunicar, y almacenar, procesar y usar información)
en la medida que las tiene el Homo. (Kottak Conrad, 2011)
La Cultura Se Comparte