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ROIH;HTO C.\Bln;H.\
música

LA CLAVE
CUBANA
y LOS
P~LQS
OESON
l cé lebre libro, La clave xi/o- ros"" y cita ull a apostilla de G. Kn osp en mos llegar a la probabilidad de un a oriu n ~

E jónica de la música Cubana de


Fernando Ortiz, posterga o
escamotea la influenc ia musi-
cal isleña en Cuba hasta enterrarla a veces
en el ostracis mo, si no fuera por su refe-
su trabaj o " Les lsles Canaries" en e l vo lu ~
men V de H istorie de la MlÍsiqlle. "En las
islas de Lanzarote y Fuerteventura su país
de origen, la danza llamada "SalTOlla" se
acompaña a menudo con un fa/l/boro con
dez canaria de aque l in strumento. Pero
aún en este caso, habría que investigar si
existían esos bastones sonoros entre los
negros sI/daneses y de Gu inea, antes de
que pasaran a las islas fronte ras de la costa
un os bastoncillos de madera dura, que afri cana con sus autóctonos pobladores,
rencia a los palos de entrechoq ue o cla-
marcan e l ritlllo". Pe ro dice Fernando los cuales parece que fueron del África
ves "palillos" donde menciona a los ances-
Ortiz HNo parece que la clave venga a suprasaharianC/ y no de la slldánica.".
tros canarios -contravin iendo las leyes
Cuba desde esas islas atlánticas. donde, Afortunadamente es te tipo de errores
básicas de la antropología- vista la influen-
segú n Gastón Knosp, sólo se usan tales bas~ podrán ser subsanados e n un futuro 110
cia isleña en todos y cada uno de los uni-
IOnes para acompañar la danza ci tada, la muy lejano como hacía ayer Pérez Vida l
versos estu di ables en las costumbres de
HSalto na". Aú n cuando esos bastoncillos y hoy, en tre otros, Tejera Gaspar cuando
aquella isla, ll amada tantas veces he rma-
canarios fueran ya la clave, cabe pensar c ita que a propósito de los estudios en
na, y señala parecido destino para lo autóc-
que los pueblos o ri gi narios de estas, las Haití y en República Dominicana donde
tono cubano, mencionando que el único islas de Fuerteventura y Lan zarote, no un conju nto de in vestigadores del presti~
instrumento indígena e ra la maraca. la deben de haber tenido una fuerza ex pan ~ gio de J. Cruxenl o K.Deagan entre Olros,
carcasa de semi ll as rellena de unos dimi- siva para su moderna danza local, como con e l objetivo de localizar y estu diar los
nutos fósiles de caraco les marinos que puede haberlo tenido la clave del pueblo primeros asentamie ntos colombi nos de l
curiosamente al chocar entre sí producían cubano sobre aquellos, dadas las íntimas Fucrte dc Navi d ad :'han puesto de m ani~
el La 440. Otra paradoja corno que sea el relaciones entre el campesino (guaji ro) fiesto la neces idad de conocer mejor alg u-
hijo de un canario, Lecuona, quien esc ri - de Cuba y el isleño (canario) y el uso bas~ nos aspectos culturales de las Islas Cananas
ba el mejor himno al indio Siboney. Aunque tan te general izado de la c lave en nuestra e n ese horizonte c ronológico del con~
suene a anécdota. "Otras razones habrán mú sica popu lar, no exclusivo para el ritmo tacto eurocaribClio con la seg urid ad de
de parecer más interesantes. En las Islas de una danza. Únicamente si se probara, contribuir a una mejor información de
Canarias. tan próximas y ligadas hi stó r i ~ lo que ni siq ui era ha sido alegado que algunos hec hos de cultu ra que se p rod u ~
camente a Cuba, y con muy constan tes, sepamos. que la c lave fue inst rumento cen en el Archipiélago de las Antilla s en
intensas y recíprocas transmigraciones de propi o de los g uanches o de otros aborí~ los primeros años de la ll egada de los
sus habitantes, hallamos los "palitos sono~ genes de esas islas Afortuna~s. podría~ español es".

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Estos dogmas culturales difundidos la int erpretació n de G. Ro hlfs cuando trumentos en Teneri fe afortunadamente,
acerca del archipiélago canario, al ser teni- señala de tajaraste. que en su fonna la<; com- tras la apari ció n del libro de All oza y
dos en con sideración por otros antropó- para con "raljors" de los bereberes de AH Rodríguez Mesa M isericordia de la \lera
logos generan el inconvenie nte, en lo que Baaran y de los ri feños "zajarsz" en ambos Cru z en el beneficio de Toro. desde el
a la etno musicología se refiere, de hacer casos: pendicnte. zarcillo. "lIoa la piel tellsa siglo XVI cuyos autores comeman " Emrc
pervivir ópticas sectarias que han ido sedi - de 1111 posible membranó!ollo" La diver- los instrumentos que más gustaban utili -
mentando cienas afirmaciones categóri- tida sorpresa que se me presentó rec ien- zar y que aparece n citados en los textos
cas refrendadas incomprensiblemente por tement e en mi visita a Las Palmas, me va con cierta profu sión. estaban las casta-
nuestros difusioni stas de a veces cierta a servir de introducc ió n al coment ario ñuelas o "caslm;etas ", panderos. U/mbo-
¡,german o fili a judaís ta ? Así Han s anteri or. Al fin al del es pectácul o mll lliét- res. tamboriles y cascabeles ". En el ¡aju-
Biedermann en su li bro La hl/ella delos nico que lleva a cabo con gran éx ito en raste, el "corto esq uema rítmico"que cita
antiguos canarios c ita: "se ha afirmado a todo el mundo el músico ang losajón Peter TaJavera, a nuestro parecer no result a en
veces que en el actual fo lklore de las Gabrie l, se presentó el también arti sta modo alguno simple, dada la subd ivisión
Canarias pervi ven elementos de la época arge lino Khaled. de quien he seguido su 3 x 8, al parecer africana y que permite
prehi spánica, po r ejempl o e l ritmo del música desde que visité Orán, para inter- un grupo heterogéneo de timbres. Bajos
"wjants/e"; pero un buen conocedor de pret ar uno de sus núme- y acentuaciones con las notas peda les de
la materia, Lothar Siemen s, rechaz.a esta tambores y las du ras made ras de las chá-
suposición. Así pues, tendremos que hacer- caras en contraste con los bordoneos que
nos a la idea de que los sones y ritmos de también produce el bendi r bereber. cuyos
los anti guos canari os enmudecieron hace primeros t e~ t i moni os cifra Elfidio Alonso
ya largo tiempo y no volverán a resonar sigui endo a Gl en Vélez: proviene" del
jamás" siglo ti (l/l/es de Cristo y qlle plledell
Tambi én Di ego Tala vera en su obsen'lIrse ell cerámicas de las civi-
es for zado Cal/ arias, Folklore y kaciol/es del M edite rrálleo, en
Canción hace prevalecer tales argu- bajorreliel'es lIIesopotámicos, esta-
mentos, aunque se muestre escép- m illa s fe l1icias y frescos egip-
tico con otTOS ."El tajaraste o baile cios(... ). PlVvislO de sOl/ajas qlle
del tambor, locali zado en la isla dife renciall el pandero origillal
de la Go mera, es OIro de los bai- entró ell Europa ti través de las
les de filas enfrentadas que llegó Cru~..lIdas. Luego cayó en des-
con vigo r has ta nues tros d ías. gracia CIIlIIUlo la Iglesia conde-
Consiste en una danza ejecutada liÓ la mLÍ.\·;ca de d(lII::.a. quedall-
sobre un corto esqu ema rítmi co, dosl lfi lllciól1 im rrumellfal IXlsulll te
cuya estructura se parece mucho a devall/ada. hasta que la expansiól1
los anti guos ritmos populares de tam- del Imperio tI/reo. tan amella::,0l11e
bor y. en particul ar, con "Le f(llllboll - 1'01'0 10 Ew v po de los siglos XV y XVI.
ril/" una danza popular europea de corte c0l11ribuyóa ponerlo de moda como il/s-
barroco. El canto en pareado ofrece una trumellto exótico. Estudio que suscribo
melodía sencilla, llena de encanto, que se como correcto y que puede refrendarse con
basa en el característico ruido de las chá- los relatos de Sabin Benhelot donde espe-
caras o castañuelas grandes. De qué form a A.J c ifi ca la prohi bición a "tocar mlÍsica de
ll egó a las islas y cómo fu e adoptada por ros fu ertes cuyo principio rítmico no era panderos "e n La Lag una, cuando acaecía
el pueblo, es materia que queda, de momen- otra cosa que el Baile del Vi vo con repi - alguna muerte en la Corte de Madrid .
to. por dilucidar". Elfidio Al onso por el que de chácaras sustituido por ese instru - El conocimiento illfllitll'o que suelen
contrario parece no suscribir esta ambi - mento geni al que es la Darbllka. En otro tener los músicos que nos visitan sobre nues-
guedad sobre la pal abra Taj araste " La de sus números introdujo el bendiri., pan - tro modo de captar el fe nó meno mus ical
pa labra tajaraste. según el MOl/l/menta dei ro) bereber, instrumento que pu ede y estético en ge neral. parece tener muchos
Lillg l/ae Cal/a rie. de Do minik Josef verse en una fot o del Rancho de Ánimas más acie nos. que el de otros estudiosos
Wijlfel. aparece documentad" por vez pri- de V.lIsequill o,en el citado libro. donde de nuestro folkl ore. La Kallaría como la
mera en un libro del esc ritor portuense puede perfectamente columbrarse la piel llaman muchos pueblos que nos vislum -
Al varcz Rixo. hacia 18 10. Aunque Lothar presumiblemente de animal terrestre más bran desde cerca y lejos, contiene en esen-
Siemens ha querido asirse a este dato para que marino quizá por los dobleces que se cia la míti ca gracia que se reserva a los
respaldar sujui cio de que el término taja- remangan a los laterales, adherida a un cilin- antiguos relmos y la ex tensividad que dan
raste no es un guanchismo dada su apa- dro mu y similar a la sern idera. Elfid io a la vecindad '1 a Iluestra situación N.O.
rente modernidad. otros estudiosos, como Alonso como instrument ista espec iali za- del "mtlsical cOlllinellle". Respecto a la
el profesor Alvar (mu y ri guroso a la hora do en la pandereta, parece conocer muy simplicidad o rusticidad . de ritmos como
de admitir supervive ncias del léx ico abo- bien la trayectoria del pandero(o bendir) el tajaraste. hay que menc ionar que éste,
rigen), no dudan en considerarlo como tal cuando dice: "desde eJJiglo XV I es posi- sonaba a los kabili os, músicos yetnomu-
supervi vencia aut óctona ." Aporta luego bl e documentar la exi stenc ia de estos ins- sicó logos incluidos. difíc il de ensamblar.

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Fuimos los canarios quienes contribuí- ridad de todos los illstrtlmelltos lIIusica · ra y quc sacudidas en las III nos. con los
mas al ensamble. en tan tas sesiones con- les: sin embargo. algullos Iwcell coillci· brazos en alto y en gestos rotativos. tení-
juntas como pudimos en mes y medio de dir COII ella el instrumellto simplísimo, an un sentido s imbólico y onomatopéyi-
permanencia en Kabilia y Argelia: en casa progelliTOr de los tambores. colI.sisrenre en co. o sea, de magia homeopática y sim-
de la antropóloga Tassadit Yacine en lígzirt: IlIIa piel de animal enmllada o !elldida !)Qbre pática. También se usaron por los indios
en cuyo patio todas las noches se reu ní- las piernas .\"f'Hfadas del eje("/lf(lIIte {IHe la mexicanos. a qu iencf.. era comúnlilmhi én
an una veintena de familiares. en un enor- perCl/te. La hipotética correspondencia el entrechoque de huesos hU lllano:-..
me camping con huéspedes marroquíes. de estos p(diTOS sOl/a/lles COII la cultllra A. Salazar en el Sol (Madrid. agosto
yen el teatro municipal de Bejáia(la perla del bUl/lerang hace pensar si, en Sil ori- de 1930) escribe: el SOl/ido y rillllO jJecll-
del Magreb), y a simultanear nuestros {;ell. los palitos SOl/al/tes 1/0 serían silla liar de las da pes es il/dispensable elllos
acompañamientos de cluÍ('ara, bendil; dos blllllerallg elltrecl/Ocados COII propó- sones y otras IlllÍs;ca.\· criollas.
darbuka, tambor gomero, frecuentando SiTOS mágicos para aumelltar ell 11110 de Fernando Ortiz a este respecto aclara
los saltos entre nuestras mús icas afines. esTOS la eficacia, () flle/":(I sacra o malla, ., En la c!m'e queda siempre algo de ci.ír-
Sin que luego se presentaran dificultades de los do!;. cel. expansión cohib ida. quej ido de pena.
tampoco en el Sirinoque, Tango, Vivo etc. Como observamos la importancia estra- humildad suplicante . humanidad que se
Resultándoles enormemente parecidas a tégica de las Islas Canarias en cuanto a nexo manifiesta con íntimo decoro. Pcro cn su
las de sus abuclas. incluso líneas melódi- cultural euroafricano con América resul- pura tipic id ad sigue siendo bucólica y
cas como el m'/'orró. cuya voz en la len- ta insustituíble en la investi gación antro- guajira. Sin embargo. hoy día. el amesti-
gua ({¡lIIa:ig la asim il aron a leche y cuya pológica. La presencia de esclavos SI/da- D.lmiento cultural de todas la:-. clases :-.oc ia-
pronunciación enternece al recién naci - neses y elíopes.las inmigraciones de mo,.is- les de Cuba. va fundiendo. en las mú~i­
do. Del trabajo lTlusicológico en particu- cos.y el establec imi e11l0 de canarios en cas guajiras, como en las urbanas. los ins-
lar de esta experiencia participativa. des- Berbería, la pertenencia a un hipotético trumentos, rit mos, bailes y cantos apor-
pués de analizar las cintas que se graba- mi smo paralelo cultural presa/¡arimlO. y tados por todas las.flllellcias étllicas que
ron y las entrevistas que se mantuvieron otros rasgos que conectan al archipiélago se han extendido porc1 país." Pienso a este
con músicos. antropólogos, lingüistas. con aspectos de la cultura egipcia. la con- respecto que quienes difiendan la inexis-
escritore~. poetas cte. y con todos los vivencia con otras culturas africanas en los tenc ia de experiencia musical plena en
informantes. se presentan en un anexo de primeros momentos de la colonización las Canruias prehispanas y por ende la meli-
este trabajo y en artículos como el de de los pueblos del Caribe, son hec hos que nua innuencia de los isleños en la mú~i­
Mohamed Ziane Khodja en la revista remarcan la pervivencia de lo islefio den- ca tradicional cubana, debcn efectu ar una
LÚl1ula. n° 10 (Gijón. Asturias. 1996) Las tro del conjunto de la Mitología Cubana. reconsideración de estos conceptos. Si
chácaras que siem pre me han parecido de yen la investigación general de la disci- sacamos la cuenta de los mú sicos cuba-
un talante litúrgico. causaron sensación y plina antropológ ica. Hambly halla esos nos. portorriqueños. dominicanos con
surgieron intercambios de pareceres entre palitos sonoros en toda África como fomla ascendencia canaria, la lista se haría inter-
los que se encue rllran el de las caraqueb muy primitiva de marcar los ritmos de los minable pues una gran porción de estos
(dobles castañetas metálicas) que usan los bailes. Los bastoncitos sonoros serían aJtistas lllundialmente conocidos lo rerren-
músicos antiguos esclavos. morenos, l1agu'a pues según Ortiz corrienTes por toda la da: Johny Pacheco, RobcltOTones. Celina
o gllal/a del Sur y NOrte de Marruecos. La COSf{/ ponelltino del Aj/·¡ea y por la.\ tie- González. Lec uoll a. por citar sólo a algu-
genealogía de estos instrumentos sean en rras aledm7as que asoló la trara negrera .. nos. que son hijos o nietos de isleños.
metal o madera es muy interesante, puede Como quiera que sean las explicac iones cuestión que dejamos esbozi:leb para un pró-
ser un descendiente directo de los palos originarias de la "clave". entresacamos ximo trabajo.
o basTOlles de ellTrechoque quc adquirie- de estas jugosas interpretaciones que para Los más antiguos testimoni os que han
ron su forma plana en diferentes estadios. Oltiz. no existen diferencias notables entre llegado hasta nosotros sobre la actividad
Según el etnógrafo Montandon, los bas- lo que élllamag/l(ljim y lo isleilo. Nosotros musical de los hombres. han sido los ins-
toncitos entrechoca nt es son propios del desearíamos repasar y clarilicar a colac ión trumento~ de mú sica y la ... representacio-
segundo ciclo de cult uras. el llamado ciclo de los palos sonoros etc. la línea evolu ti- nes de escenas musicales del arte rupes-
del blfmerang. posterior al ciclo primiri- va seguida hasta la chácara que se usa en tre. Importantes documentos escritos. por
\'0. donde no se sabe que existieran aún Canarias y que parece emparentarse con otro lacio. han llegado a nmotros ~obrc la
instrumentos musicale ... de ninguna cla ...e. todo lo que suscribe Fernando Ortiz en su teoría de las músicas cultas de la Grecia
En el área de esa cultura del bumerang. ensayo. hasta llegar a la criol1ez de la antigua. de la India. China etc. Todos ellos
que se 10caliL<1 por los etnólogos partida- clave. Hemos de referir que la castañeta llluestran cómo era la concepci6n te6rica
rio ... de esa teoría cíclica en la parte meri- española o castañuela. presenta unas nota- de la música en numerosas civili/ac io-
dional de Australia. de África y de América. bles diferencias con la ch<Ícara. gomera espe- nes. si bien no han pcrmitido una imagen
los únicos instrumentos que se encuentran cialmentc.la cual se percute y se posiciona se ri a de cuáles eran las formas que la
son 10'. bastoncitos citados. prototipo de de manera muy distinta a aquel1a otra y música en acción y viva adoptaba realmcnte.
los instrumentos idiáfonos. y el llamado su volumen la sobrepasa enm1frdel doble. Una de las enseñanzas fundamentales de
en español "bramadera ", prototipo de los representando claramente las conchas la elnotllusicolog ía. es que toda música.
aerófonos. Fernando Orliz a este respec- bivalvas de las que hablamos a propósito sea cual fuere su auténtico o aparente
to añade: Esta leul"Í(l etnográfica plden- de la laxarast. ya las que en la antigüe- grado de elaboración. ha sido organizada
de (Isegurar para los palitos SOI/OID.'; la prio- dad se llamó cruSll/ata, I/ac/¡ere o testl/- como un lenguaje. en un sistema pwticu-

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música

lar. preciso y coherente. El clnomusicó- de vueltas y mudanzas. que producen a marco pueden ser ratón suficiente para
logo se propone comprender y exponer los menudo un fenómeno de imbri cac ió n su ex istcncia. inclu ~o sin la danta que
princip ios de organ ización y de funcio- ca racterístico de la mús ica étnica. debe acompañarl a.(".) la mú sica dc la
nml1ienlQ de la música q ue estudia. Los Al analizar. por ejem plo, Willi am P. c ultura micronesia actual no es una pieza
gestos SOflO/VS (palmas. taconeos. c tc.) Malm la mú~ica de Micronesia e ncontró importante e n el panorama musical mun-
son ya instrumentos rítmicos. Los ele- que son pocos los instrumen tos mu sica- d ial; pe ro cumple su funciones impor-
mentos natural es no mod ificados (piedras les: La trompeta de caracola marina y la tantes para la gCllIe que la uliliLU en MI
Illófonas del Toga. conchas frotadas de flauta nasal son los más comunes: "un idi6- vida cotidiana... ··el ritlllo se mantiene con
Portugal ctc.) Durante mucho tie mpo se fono corrie nte es un bastón que en a lg u- sonidos vocales y diversas percusiones cor-
creyó que la música é tni ca ca recía de nos bailes llevan los hombres y que los dan- po rales: go lpear el ~ue l o con 1m, pies.
estructura formal. y que s6lo había en ella zantes hacen c hocar entre sí en e l curso batir palmas y darse palmadas en los mus-
anarquía e ignorancia. Sin embargo. se de la coreografía( ... ) de conrormidad con los". Para Ortiz " La característi c:I pre-
han llegado a descubrir unos sistemas rígi- la ecología de los atolones. los parches de sencia de los palitos sonoros (in strumento
dos. melódicos Orítmicos: se ha visto que tambores se hacen con la piel ventral del de los más si mples y primiti vos, prop ios
en piezas musicales de tradición oral de la raya (... ) A juzgar por la e n los pueblos de c ultura incipiente o
lía un SiSTem{/ arcai-
co que sin embargo
ha permitido hallar el
mecanismo de unas
est ru ct uras qu e va n
desde el bitonismo al
pentatonismo. Lo
dicbo anteriormcnte
vale asimismo para
las gra ndes rormas.
quc están perrecta-
me nte organiLadas y
pueden ser abiertas o
cerrada s(da cupo.
rondó) y tmnbién cícli-
cas (la II/lbfl marro-
q uí. por ejemplo. es
una auténtica suite).
La improvisaciólI y e l
adomo, que viene a
ser algo así como su
consecue ncia y que
es igualmente fre -
cuente, tanto en obras
vocales como inslru-
menta les. so n dos
fe nómenos esencia -
les que no bay que
o lvidar al hablar de caracteres generales, in rormació n actual y las condiciones exis- retrasada) e n Oceanía y a la veL en e l
y de los que hallamos muestras en casi todos te ntes. Micronesia const ituye la zona de Oeste de Africa ..
los continentes. L'l altenulllcia es un prin- c ultura musical menos desarrollada de las En este sentido vere mos a cont inua-
cipio importante en la estru ctura de la que hemos estudi ado ( ... ) La integrac ión c ión lo que Lothar Sicmens nos recuer-
música étn ica. renueva la rormulaci ón y del canto con e l gesto es quizá el aspec- da e n su artículo de síntes is en la ed ici ón
despierta la atención de los as istentes . La lO más impresionante de la cultura mu si- de la Historia de Cal/aria!; de Mill ares
oposici6n de gélleros. la noción de eOIl/- cal mi cronesia: abundan las danzas en fila Carló, do nde reconoce que la fisonomía
p/emellrariedad, e l espíritu de competen- o las danzas sent adas. y e l movi mient o es elementalísima de nuestro instrumenta-
cia quc entraña la alternancia e ncuentran tanto pm1e de un lamento como de una invo- rio mus ica l aborigen re fre nda c uri osa-
apl icac iones musicales a di sti ntos ni veles cac ión o una sere nata," Debe tenerse en mente la idea de Sachs "es justo consig-
(agmpaciones instlUmentales. combinación cuenta, sin e mbargo. añade Mal m, que e l nar el perfecto encuadramie nto del ins-
de timbres. la mezcla del solo con respuestas valor de eSIa música s~ libra mejor en trumentari o abori gen canario dentro de la
co lectivas. in serc ión de estrib ill os y rilOr- función de su signifi cado para un miem - teoría de uno de los más e minentes mu si-
I/elli, etc.) Todo esto lo hallamos en la bro de aquella cultura dcl que tiene para có logos. s in que podamos j ust ifi car la
Música Canaria tanto prehi spánica como un extranjero "el conte nido narrativo de extraord in aria primitividad del mi:.mo",
actual. La a/remancia crea una suces ió n una canció n O la poes ía a la que sirve de

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música

Bet hencou rl Alfoso en el ca pítulo BIBLlOGRAFIA CONSULTADA:


XV I de s u ob ra Historia del Pueblo
Cual/che expone: "Eran sus instrumentos LORENZO PERERA , Manuel J., Elfolklore de la isla de! Hierm
músicos de percusión, de frotación y de ed. Interinsular Canaria. SIC de Teller~re /98/
aire; todos de sonidos más o menos rudos, CUBILLO FERREIRA, Anton io L., Nuevo análisis de algunas palabras gUa/l-
sin expresión y monótonos". Y c ita entre ches, ed. Guillermo Santana Las Palmas de G.Canaria 1980
otros los palos de son "que ataban por los ALONSO QULNTERO, Eltidio, ESTUdios sobrefolklore canario. ed. Edirca.
extremos, a distancia y parale lamen te unos u/s Palmas de G. Canaria, /985
de otros, con una correa fuerte; de mane- TALAVERA, Diego, Callariasfolklore y callci6n, ed. Taller de Edic io nes
ra que se asemejaba luego a una escale- JB. Madrid. /978
rita de cuerda ; exactamente igual a lo que CONCEPCION. José Luis. Califas y bailes tradicionales. ed.AC IC La
hoy se llama huesera por ser de huesos y Laguna, 1991
que usan los negros". Dicho instrumento ORTIZ. Fernando, La clave xi/oJol/ica de la música cl/balla, ed. Le tras
se mantenía sujeto con una mano mien - Cubanas, La Habana, /984
tras que con la otra pasaban otro trozo de MALM, William P., Culturas musicales del Pacífico. el cercal/o oriente y
madera arriba y abajo, con distintos aires. Asia. Ed. Alianza Música. Madrid 1977
También los busios (strombus). Las aslas CLARK. Matthew Músicas de/ 1I1/lIldo. ed .. Celeste. Madrid, 1995
largas hechas de //ladera con sO/laque pro- SALVADOR DANIEL, Francisco, Musique el instrumellTs de IlliIsiq//e c/u
ducen sonido(las mejores de sabilla). "que Maghreb, ed.La Boite a Documents. París, 1986
colocaban tendidas en equ ilibrio sobre un SAC HS, Curt MI/sicología comparada ed.Eudeba, Buenos Aires /966
hombro y golpeaban con un trozo de made- MAMMER l , Mouloud , TajerrL/lllt 11 Tamaú T., ed.Bouchene. Alger 1990
ra". También dos lapas o ate Has grandes ROSSI Ino & O' HI GGINS, Edward, Teorías de /a cllltura y /IIéfOdos Wlfro-
que colocaba n entre pulgar e índ ice por pol6gicos, ed.Anagrama Barcelolla, 198/
un púnto próximo a los bordes haciéndo- BIEDERMANN , Hans, u/ huella de los antiguos cal/arios. ed. Ediciones
las repicar con dis ti ntos co mpases. Así Canarias. Hallein Austria, 1984
que agrupa dichos instrumemos y ag rega SUAREZ ROSALES , Manuel, La primavera de los alllazigen. Separat.a
otros como el carrascal (o rascador pare- Serta Gratulatoria de Un iversidad de La Laguna, 1990
c ido al güiro), Flautas de ma(j/lrada, co n S I AMMAR BEN SA ID , Boulifa, Reclleil de poésies kabyles ed.Awal. de
cuatro tonos y dos semi tonos en dos octa- la edición de 1904. París,Alger, 1990
vas, de cua tro varas de largo. La pande- BERTHELOT, Sabino Antigiiedadescallarias, ed.Goya ed iciones Santa Cruz
reta, de cuero de cabra y lapas como sona- Teneri re. 1980.
jeras, Los panderos de madera de drago SIEMENS HERNANDEZ, Lothar, La música en Cal/arias, colecc. La
y piel de cabra "al que sue len ponerle cJ¡ó- Guagua ed.Cabi ldo de Gran Canaria 2" ed ic ió n.
caras, además de las sonaji llas". Silladera MANUEL Pete ... Popular music the l1on-weSTem world, ed.Oxfo rd University
o Zumbadera (tablilla del gada de entre press. Nex York , 1988.
20 o 30 cms.) a cuyos extre mos se ataba ARON. Simba, NOllveffes perspecrives dans d'-srr;";",),, des l1111siques de
una co rrea y que se hacía sonar trazan- traditiol/ ora/e, ed. Revuede ~:::l:~~~~~~~~s
do círculos en el aire. La Sonajera (val- PEREZ VOUTIRI EZ. Antoni cal/arios y los derechos
vas marinas horadadas y sujetas de varias . se de Tenerife. 1989
formas a palitos de leña blanca sujetos
a una tabla con mango). Los tambores
hechos de drago y ent re cuyos parches
colocaban piedreci tas a modo de bor-
dón .Los parches eran de cue ro de perro
y los usaban a veces" si n cuerdas, como
destemplad os que producen un ru id o
más o menos de sagradable ; sie ndo el
oficio de l tambor el acompañar la flau-
ta".

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