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Universidad Academia de Humanismo Cristiano

Escuela de Psicología

CORRIENTES PSICOLOGICAS
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Docente: Juan José Soca G.

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Primera Unidad: El enfoque HUMANISTA – EXISTENCIAL

CONTENIDOS:

1. Surgimiento histórico.
2. Autores representativos: Rogers, May, Maslow, Frankl, Laing, Binswanger y
otros.
3. Temáticas principales.
4. Aplicaciones a la práctica profesional: Clínica, Comunitaria, Educacional,
Laboral.

I. CONTEXTO HISTORICO Y CULTURAL.

A igual que todo paradigma, la llamada “tercera revolución en la Psicología


Moderna”, es decir: la escuela humanista-existencial, surgió dentro de un
contexto socio-politico-cultural.

A partir de la décadas del 40 del siglo XX, Europa se encontraba inmersa en la


Segunda Guerra Mundial. Esta, según Lyotard, marco un hito importante en la
llamada “crisis de la Modernidad”. Con la introducción de nuevas tecnologías
en la guerra y el uso sistemático de la destrucción de poblaciones civiles, se
opera un cambio significativo. Los ideales de la Modernidad son abiertamente
violados.

La idea de progreso, aunada al ideal moderno de que los hombres eran los
únicos poseedores de racionalidad para dirigir la historia hacia un destino, se
desvaneció frente al cumulo de experiencias contradictorias, que se hicieron
manifiestas en el siglo XX,

G. Duby nos aclara: “ ...Ya hemos hablado del sentido de la historia: yo


creo que no la tiene. La generación de la que formo parte todavía cree
fuertemente en el progreso. ¿Cuántos entre nosotros, creen
verdaderamente en él, espontáneamente, sin hacer un esfuerzo?. Este
viejo mito termina de dislocarse ante nuestros ojos; y nos
acostumbramos a juzgar como ilusorio, alienante, aquello que
antiguamente convencía a nuestros padres de que iban camino a la
felicidad: el crecimiento económico, el alza del nivel de vida...Burla. Este
desencanto es una característica capital del momento histórico en que
vivimos, y su repercusión sobre la conducta de la gente se hace cada vez
más perceptible. Las ilusiones se disipan”.

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El fin del proyecto moderno y el declive de sus valores se expresa como el fin
de la historia, entendida como portadora de un sentido en el cual estaba
embarcada toda la humanidad. La modernidad entra en crisis cuando la historia
deja de tener una dirección o un sentido. De esta idea básica parte el
pensamiento post-moderno.

La Modernidad, tal como la entendemos, en su forma mas ambiciosa, fue la


creencia de que el hombre es lo que hace y que debe existir una correlación
entre la producción –cada vez mas eficaz por la ciencia y la tecnología-, la
organización de la sociedad por medio de la ley y la vida personal movida por
la voluntad de liberarse de todas las coacciones. Y esta correspondencia entre
una cultura científica, una sociedad ordenada e individuos libres se lograría
mediante el triunfo de la razón. Evidentemente, que todo esto se hizo añicos
con la irrupcion violenta de la Segunda Guerra Mundial.

El inicio de la crisis de la modernidad, pusieron en tela de juicio los ideales, la


racionalidad, el sentido unitario de la historia, y la idea del “sujeto centrado”.

Las creencias que pautaron el pensamiento moderno, tales como el


desenvolvimiento lineal, progresivo y acumulativo, fueron pulverizadas dando
lugar a lo que se llama en la actualidad el “pensamiento post-moderno”.

En ese sentido, el teórico Gianni Vattimo puntualiza que las tres esferas
kantianas: la ciencia, la moral y el arte, que confluían en una unidad plena –
admitiendo una objetividad absoluta de la ciencia, una legalidad universal de la
moral y una lógica interna en el arte- fueron relativizadas desde autores tan
dispares como Nietzsche o Freud. La historia unitaria esta agotada, la verdad
no es absoluta y el error no es algo a develar sino que es el acompañamiento
mismo del pensar.

Si debemos definir la sociedad occidental, desde la Segunda Guerra Mundial


hasta nuestros días, sin duda señalaríamos la crisis como el elemento
fundamental. Estamos ante un milenio (que se nos fue) de signo catastrofista,
donde los diagnósticos dan lugar a una sombría premonición.

Si bien, durante el siglo XX se produjeron movimientos sociales-politicos-


culturales (tales como el mayo francés del 68, el movimiento hippie, los
movimientos revolucionarios latinoamericanos y otros), que abrigaron en su
momento nuevas esperanzas en un mundo mejor, el sistema se preocupo muy
bien de fagocitar dichos intentos y usufructuar de algunos de sus elementos
para su beneficio.

El proyecto de la Modernidad, antes de la Segunda Guerra Mundial, que


vaticinaba júbilos triunfalistas, victorias coreadas mediante la acumulación de
datos que auguraban la imparable arremetida de Occidente, ese proyecto pues,
ha caído en una estoica resignación. Mas allá de los avances impresionantes
de la ciencia actual y de la tecnología, se puede observar un trasfondo de
desencanto subjetivo.

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Las ciencias modernas, y de un modo especial la Biología, pronostican la


reducción del ser humano a una suerte de intercambios moleculares y
celulares. La llamada “inteligencia artificial” tiende a desplazar a la inteligencia
humana. La ciencia Cognitiva pronostica la muerte de la psicología,
reduciéndola al ámbito de la neurofisiologia.

Este debate se enmarca en el agotamiento de la razón, tanto por su


incapacidad para abrir nuevas vías al progreso humano, como para prever lo
que se avecina. Como consecuencia de ello se vislumbra en el ámbito de la
política el fin del Estado de Bienestar y un triunfo (a lo Pirro) del monetarismo.

En los ámbitos de la ciencia, el reinado de la cibernética y la robotizacion; en el


arte la imposibilidad de establecer normas estéticas validas y la difusión del
eclectisismo; en el campo de la moral, la secularización sin fronteras de los
valores y finalmente, a nivel de la subjetividad actual, una tendencia creciente
de lo perverso, en detrimento de lo neurótico.

Dos son los elementos que hacen eclosión, con la crisis de la modernidad, el
consumo seguido de la comunicación de masas. Ambos hacen entrar en la vida
pública el mundo de los deseos, de lo imaginario y, más simplemente, del
cuerpo que el racionalista había repudiado o encerrado.

La crisis de la modernidad, la revolución tecnológica y el dominio absoluto del


Occidente en el mundo, permiten construir una nueva subjetividad.
Subjetividad, que fue encerrada y ocultada durante treinta o cuarenta años
después de la Segunda Guerra Mundial, pero que hoy día surge con nuevas
fuerzas.

La nueva subjetividad no se trata de una construcción mediante grandes


proyectos existenciales o de decisiones cargadas de éticas. En este sentido los
movimientos antes señalados podrían entenderse como los intentos
desesperados de una modernidad en crisis. Todo lo contrario, se trata de
orientarse por los deseos y la aspiración fugaz de dejarse llevar por la
seducción de la oferta.

Por otro lado, se generaliza la desustancializacion de todas las esferas


sociales, el descompromiso, la indiferencia pura en el saber, el poder, el mundo
del trabajo. La seducción se encuentra en las ofertas y las atracciones, a través
del video-clips, el computador, los juegos electrónicos o los canales libres;
donde cada uno dice lo que quiere. La cultura post-moderna libera el potencial
escondido en las zonas de lo lúdico o la fantasía.

La subjetividad post-moderna no es, entonces, otra cosa que la elevación del


principio del placer a la categoría de nuevo “interés particular”. La espiritualidad
post-moderna disuelve todas las fronteras de la cultura por obra de la
revolución tecnológica. Shakespeare es igualado al video-clip. Mozart al ruido
ensordecedor del rock.

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Como diría lacónicamente Finkielkraut: “Una identidad habría triunfado


sobre las otras: el adolescente. Toda la sociedad post-moderna trabaja
para la exaltación de este nuevo “sujeto”, al que se ha incapacitado para
conocerse a si-mismo. La humanidad, por fin, ha devenido adolescente”.

Pero volvamos para atrás, y nos situemos en las décadas del 40 o del 50, del
siglo pasado. La humanidad conoció por primera vez, a gran escala, el horror
de la guerra. El exterminio de millones de personas en manos de unos pocos,
poseedores de una tecnología moderna, hizo cuestionar y tambalear los
cimientos mismos de la Modernidad, con sus ideales de progreso, justicia y
libertad.

En el ámbito de las psicologías de aquel entonces, el panorama daba cuenta


de grietas, fisuras y recombinaciones de nuevos conocimientos. Freud, en el
ocaso de su vida, había construido un imperio (psicoanalítico). A la inminente
muerte del maestro y fundador del Psicoanálisis, sus discípulos (a igual que los
hijos del padre de la horda primitiva. Léase su obra “Tótem y Tabú”) entraron
en cruentas batallas.

El Psicoanálisis de su época corría peligro de muerte. Se había enquistado y


esclerosado en discusiones sobre la técnica psicoanalítica (duración de las
sesiones analíticas, el encuadre, el papel del psicoanalista) descuidando y
negando los aspectos “revolucionarios de la obra freudiana. Se hizo necesario
al interior del Psicoanálisis un remezón fuerte. Lacan se hizo cargo de esto.

La obra de Lacan (a lo largo de casi cincuenta años) represento uno de los


intentos más serios, rigurosos y sistemáticos para revitalizar y profundizar la
obra de Freud. Su famoso “retorno a Freud”, solo fue posible gracias a una
lectura profunda con el objeto de captar el verdadero sentido de los textos
freudianos y a su critica despiadada al Psicoanálisis de su época. Para esto le
resulto imprescindible apelar a disciplinas y conocimientos fuera del
Psicoanálisis, tales como la lingüística, la filosófica, el estructuralismo, etc.

Desde el otro lado del Océano Atlántico, por los años 50, el Conductismo
clásico se le diagnostico su muerte. La Psicología Cognitiva (Los psicólogos
conductistas mas prominentes de su época fueron los primeros cognitivistas)
hecho por tierra los ideales “científicos” de Watson. Con el Cognitivismo,
aquellos conceptos, desplazados por el Conductismo criticando a la Psicología
Experimental de Wundt, tales como conciencia, cognición, memoria y otros,
ingresaron nuevamente por la puerta ancha para instalarse hasta el día de hoy.

Por otro lado, la Psicología de la Gestalt, dio otra estocada mortal al


Conductismo, con su crítica al asociacionismo elemental del Conductismo,
heredado de la Psicología Experimental, y su estilo cognitivo-estructural para
abordar los fenómenos psíquicos.

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II. LA TERCERA REVOLUCION EN PSICOLOGIA: La


Psicología Humanista-Existencial.

Ante el panorama de crisis y revitalizacion del Psicoanálisis y del Conductismo,


surge lo que se ha llamado la Psicología Humanista-Existencial.

La llamada Psicología Humanista-Existencial, desde sus inicios, efectúa una


fuerte crítica al Conductismo. Para aquella, el Conductismo resulto ser una falta
de respeto por el objeto de estudio y el uso inhumano de los seres humanos.
Se los trata como un objeto, se los fragmenta en simples reflejos, respuestas y
estímulos. Se le critica el determinismo ambiental de su teoría.

El Conductismo no solo expulso la conciencia sino todos los recursos de la


mente, como objeto de estudio. Para esta corriente, lo único aceptable era el
comportamiento externo, capaz de ser medible. El condicionamiento era poder,
era control, era psicología aplicada.

Si el Conductismo era determinista, en lo ambiental, el Psicoanálisis se


sustentaba en un determinismo psíquico, por la idea del Inconsciente. Al sujeto,
de acuerdo a esta segunda corriente, se lo entendía como un mero espectador
y víctima de dichas determinaciones.

Para la Psicología Humanista-Existencial, tanto el Psicoanálisis como el


Conductismo, dejan escaso lugar a cuestiones tales como la espontaneidad, la
creatividad, la racionalidad y la responsabilidad.

Pero debemos aclarar, que la Psicología Humanista-Existencial debe menos al


Conductismo que al Psicoanálisis. Por lo demás, la mayoría de los autores
humanistas reconocieron su deuda al Psicoanálisis, y de un modo especial a
autores como Adler, Jung, Rank y otros.

Estos últimos, a diferencia de Freud, enfatizaron el “presente” por sobre el


“pasado”, y apelaron al “futuro”, en tanto medio para canalizar las aspiraciones
humanas y el propósito en tanto plan vital del individuo.

Uno de los rasgos esenciales de la Psicología Humanista-Existencial, es que


se preocupo por cuestiones importantes tales como la creatividad, la
responsabilidad. En suma, puso énfasis en la persona, en el individuo en su
totalidad y unicidad, en el dialogo y en el encuentro con el otro. Obviamente
que estas ideas trajeron efectos inmediatos en la técnica terapeuta.

Si bien la Psicología Humanista-Existencial, recibió una fuerte herencia del


Psicoanálisis, igualmente le debe mucho a la Filosofía Existencial. Es así que
autores como Martin Buber, Marcel Gabriel, Hegel, Heidegger, Sartre y otros,
resultaron las fuentes de inspiración para con esta psicología.

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No debemos olvidar, que la Filosofía Existencial surge dentro de un contexto de


post-guerra, aunque sus raíces se pueden hallar en las filosofías de Kant,
Hegel, Nietzsche y otros. El llamado “cogito cartesiano” fue cuestionado y las
categorías del ser y el tiempo ocuparon un lugar principal en la filosofía de la
primera mitad del siglo pasado.

La Segunda Guerra Mundial dejo a su paso una estela de horrores, muertes,


desencantos y desilusiones. El sujeto que emerge del holocausto se encontró
desnudo, sin sus utopías, quebrado y sin proyectos de vida. La sociedad
europea estaba en ruina. Toda la tradición europea, con sus castillos, tesoros y
cultura, casi desapareció de un plumazo.

En este contexto surge la Filosofía Existencialista para dar cuenta de dicha


subjetivad. Es así que se observa una mirada desencantada, nihilista,
catastrófica, y porque no agnóstica. Conceptos como existencia, libertad, ser-
en-el-mundo, reflejan el drama de miles de individuos, sobrevivientes de la
guerra. Pero también, la esperanza de construir un nuevo mundo, a partir de
las cenizas.

Es así, como frente a la mirada “desencantada” de Freud sobre la Modernidad,


o el apego ciego del Conductismo a las “bondades” y “beneficios” de la Ciencia,
surge la Psicología Humanista-Existencial, en tanto respuesta al drama vivido.

III. LA FILOSOFIA EXISTENCIALISTA: Algunos


autores.

III:A. Martín Buber y Marcel Gabriel.

Para Martín Buber, la relación “Yo-Tu” es una relación humana por excelencia,
es una a la que solo puede entenderse con la totalidad del propio ser. Se sigue,
que en la psicoterapia en su desarrollo ideal, representa un encuentro autentico
entre dos seres humanos: uno que busca y el otro que ayuda. Se pretende
alcanzar el reconocimiento mutuo, que intenta romper posturas convencionales
de ambas partes, permitiendo que cada uno, como personas, intente alcanzar
al otro como persona.

Martín Buber dirá: “lo que se pide al medico es que salga de su protectora
superioridad profesional a la situación elemental entre uno que pregunta y el
otro a quien se pregunta.

La filosofía del dialogo de Martín Buber se centra en la relación: “Yo-Tu” . Esta


relación apunta a una relación de persona a persona, de sujeto a sujeto.
Constituye una relación de reciprocidad que implica encontrarse. En cambio, la
relación: “Yo-Eso” apuntaría a una relación de persona a cosa, implicando una
forma de utilización y manipulación.

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La palabra es como dice Martín Buber, “confirmación”. Aunque Yo llegue a la


existencia diferenciándome de Ti, Yo te confirmo en Tu existencia de ser
separado y, recíprocamente, Tú me confirmas en la Mía.

¿Qué es el individuo, sino una simple y accidental diferencia en la cadena


histórica y geográfica de la especie humana?. Considerando en forma aislada,
él carece de sentido. Lo distinguen una serie de accidentes de su historia y
también ciertos rasgos físicos o de comportamiento, una ubicacion particular.
Es decir, elementos todos puramente diferenciales, negativos: “Lo que tengo
de propio es lo que tu no tienes”.

Pero, en este caso, aparece esa estructura particular que llamamos, como dirá
Buber, Yo-Tu, el dialogo.

Yo y Tú no son dos elementos del mismo orden que se limitan a tomar un


sentido negativo de su oposición. Uno pertenece a la primera persona, el otro a
la segunda. Uno envía un mensaje y el otro lo recibe. Cuando Té apóstrofo, Te
“confirmo”, en otras palabras: Yo Te significo.

Yo y Tu constituyen una relación significante-significado y son la unidad


indivisible, el “único hecho positivo”, como lo es el signo para la lingüística.
En el dialogo, Yo y Tu acceden a la plenitud de la existencia en forma
simultanea y por efectos recíprocos. Fuera del dialogo, el individuo es nada
mas que un elemento negativo, pues solo la estructura dialogica entraña una
positividad.

Dijimos que esta estructura es reciproca. El sentido que Yo Te doy, Tu me lo


devuelves en cambio en un movimiento en el que Yo se vuelve Tu para Ti que
dices Yo.

Es propio de las relaciones humanas este deslizamiento permanente del


significante al significado, es decir: la reciprocidad del dialogo.

Pero esta particularidad envuelve un riesgo. El intercambio permanente, en el


que cada uno se transforma a su turno en significante y significado del otro,
puede resolverse en un juego de escondidas en torno de un espejo, un
equivoco en el que Yo y Tu se fascinan mutuamente y se pierden en la
comunión mística de lo semejante, fusión engañosa en la que el dialogo se
aniquila, si es igual, no hay nada que decirse; trampa imaginaria.

Otro representante de este movimiento, es Marcel Gabriel, que es un


existencialista religioso. Este autor dirá que el yo-tu apunta a la
intersubjetividad y resulta ser un encuentro autentico y una comunión espiritual.
Nos dirá que “podemos entendernos a nosotros mismos partiendo del
otro y solo comenzando por ese otro, solo desde esta perspectiva, se
puede concebir el legitimo amor por sí mismo”. Esto implica una
reciprocidad del conocimiento: “Yo soy y tú eres, se conoce a través de lo
que nosotros somos. Uno se reconoce en el otro”.

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III:B. Heidegger.

Para Heidegger, el hombre no es una combinación de dos substancias


contrapuestas, como la res cogitans y la res extensa de
Descartes, ni cuerpo material “in-formado” por un alma, como en el tomismo, ni
una subjetividad aislada que desde sí se inventa un mundo, como en el
idealismo, sino un ser-en-el-mundo como trascendencia.

El gran descubrimiento de la Fenomenologia, que todo fenómeno psíquico se


encuentra dirigido a otra cosa que él, el problema de la intencionalidad de la
conciencia, que constituiría el puente entre la subjetividad trascendental y la
objetividad trascendental, no consiguió superar del todo el abismo entre yo y
mundo, entre subjetividad y objetividad.

Heidegger, al fundamentar la intencionalidad de la conciencia en la


temporalidad del Dasein y retrotraer el ego trascendental de Husserl a la
existencia fáctica, permite descubrir la unidad yo-mundo.

En la trascendencia se constituye el si-mismo y el mundo, en el tiempo. Mundo


y si-mismo son correlativos. Se dice de una personalidad rica, que tiene mucho
mundo; y a la inversa, la riqueza de un espacio vivido nos remite a la calidad
del que lo habita. Como parte constitutiva de este mundo esta el otro, solo
puedo ser en relación con el otro, quien en el encuentro me hace ser mi-mismo.
Pero el hombre no se ha dado el ser, de ahí su estado de yecto, su estar
arrojado, su facticidad, que tiene que asumir y desde ella proyectarse,
proyectarse es proyectar mundo, configurar el entorno.

La facticidad es el horizonte trascendental de todo aquello que la medicina


describe como organismo, soma, enfermedades, pero también es temple,
animo, la forma primaria de apertura del mundo. Mientras el animal tiene solo
un mundo, con el que sus instintos están en un juego armónico, el hombre
puede proyectar muchos mundos, y ante la misma encina, ser cazador,
botánico, campesino, o paseante enamorado. En estas posibilidades
indefinidas se encierra el peligro del fracaso, del extravío, de la caída, de
perderse a sí mismo, pero también toda la riqueza del ser-ahí. El extravío
puede estar en el elegir mal, pero también en el no asumir, en el omitir
posibilidades esenciales de ser.

Heidegger define la cotidianidad del ser-ahí con las siguientes palabras: “ser-
en-el-mundo-abierto-cayendo, proyectante-yecto, al que en su ser-cabe-
el-mundo y en el ser-con-otros le va el mas peculiar poder-ser-si-mismo”.
En ellas reconocemos la importancia que otorga Heidegger a la
interpersonalidad como posibilidad de plenitud o fracaso del ser-ahí. Por eso,
cuando hablamos de posibilidades asumidas u omitidas, no nos estamos
refiriendo fundamentalmente, aunque también puedan ser trascendentales en
un caso dado, a posibilidades de desarrollo espiritual, sino al despliegue fáctico
del ser-con-otro en el amor, la amistad, el grupo de trabajo, etc.

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Cuando se dice que la personalidad es historia se esta señalando que resulta


inseparable aquellas de la temporalidad. El tiempo cronológico es solo un
derivado, una abstracción del tiempo existencial. Este último es comprendido
por Heidegger como Zeitigung, que podría traducirse con el neologismo
“temporacion” y que se aproxima al fenómeno de la maduración que
caracteriza esencialmente a las formas vivas.

Para Heidegger el existente humano es temporal desde su estructura misma


como “ser-en-el-mundo”, por cuanto el motor de esa estructura es la cura o
preocupación (die Sorge) y en ella se articulan las instancias o éxtasis del
futuro, presente y pasado. En cada dirigirnos-a-algo, en cada interés por algo
que nos hace frente, estamos anticipando y comprendiendo el futuro, desde un
“hallarnos” (Befindlichkeit) de una cierta manera en nuestro pasado
(sentirse, animo, recuerdos, experiencias) y consumando el acto de
“encontrarnos-con” los otros seres u objetos en el presente.

Para Heidegger los tres momentos que configuran la preocupación (die


Sorge), que seria la forma específicamente humana de relacionarse con el
mundo, distinta por ejemplo a la de peces o las plantas, son el comprender, el
hallarse o sentirse y la caída.

El comprender tiene que ver con la capacidad de pro-yectarse, de elegir, de


decidir, y su forma de temporalidad es, naturalmente, el futuro.

El hallarse, es la forma primordial en que estoy en mi cuerpo, y como este se


me hace presente desde un bienestar físico hasta un conjunto de recuerdos y
cosas aprendidas, pasando por todas las formas de pulsiones, instintos,
necesidades y afectos, con su mayor o menor forzosidad; la temporalidad
propia del hallarse es el pasado, y así, ella a través de nuestro cuerpo y en
particular de nuestro temple o animo, nos abre a nuestra condición de
“arrojados”, “yectos” (Gewirfebheut).

Una forma habitual del “hallarse” es el miedo o el temor. Este abre la mirada
cotidiana hacia lo amenazador que detiene la existencia, impidiendo el escoger
posibilidades a futuro y tomar decisiones. Es una forma de las formas de
extravío o inautenticidad dependientes de la temporalidad del pasado y cuya
ultima razón es un “olvidar-se” de la condición de arrojados, un no conocerse a
sí mismos.

La posibilidad de un futuro inautentico deriva del hecho que el existente


humano (Dasein) puede “perderse” en aquello de lo que se ocupa “en el
presente”, limitándose a un mero expectar, a un esperar-que.... (Todo resulte
bien). El futuro inautentico es un perderse en posibilidades vacías, sin la
decisión que hace posible transformarlas en realidad. Muchas veces esta forma
de perderse en posibilidades vacías tiene que ver con una no aceptación del
pasado, con un no conocerse a sí mismo.,

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Por ultimo, tendríamos que el tercer elemento de la cura o la preocupación,


junto al comprender y al hallarse, es la caída (Verfallenbeit). Es en el
presente donde más fácilmente nos perdemos en lo inautentico y es por eso
que para nuestro autor, seria esta la natural condición del ser humano en el
presente. De las distintas formas de caída, destacaremos una por su interés
para la comprensión de ciertas anormalidades de personalidad: “el afán de
novedades”. Esta no actualiza a lo que me enfrenta (los objetos) para
comprender-los permaneciendo junto a ellos, sino simplemente busca el ver y
ser visto.

La existencia dominada por esta forma de caída salta de una cosa a otra, no
alcanza a mirar algo cuando ya esta pasando a otro objeto, va de un lugar a
otro, sin reposo y sin un real conocimiento de algo. Cada vez mas presa en si
misma a través de este “distraido-no-quedarse”, la existencia se va
transformando en la absoluta falta de lugar y de permanencia
(Aifenthaltslosigkeit). Cuando mas impropio es el presente, cuanto
más se allega el actualizar solo a sí mismo, cuanto menos puede el futuro
retornar sobre el ente yecto (arrojado). En este presente siempre escapando
radica la posibilidad de un olvidar cada vez mayor, de un no asumir el pasado y
de un no ser ya capaz de comprender ni decidir el futuro.

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Un texto para reflexionar:

PSICOLOGIA HUMANISTA EXPERIENCIAL Y LA DISCIPLINA


ORIENTAL DE TAO.

INTRODUCCION.

El movimiento de la Psicología Humanista, puesto que engloba una gran


cantidad de escuelas, se caracteriza por su capacidad receptiva y su espíritu
tolerante, a la vez que por un eclecticismo pragmático que da lugar en un seno
a distintas teorías. Estas, en general son parcialmente compatibles entre si, no
son del todo coincidentes ni en cuanto a sus afirmaciones ni tampoco a sus
metodologías, pero por otra parte, toman el ser humano como una totalidad.
Esta corriente indica que existe algo más que la dualidad mente-cuerpo y que
esa dualidad se denomina espíritu.

La psicología humanista se ve influenciada por un pensamiento generado por


todos aquellos que se han resistido a reducir la psicología y el estudio de los
sujetos a una mera ciencia natural, sus influencias se pueden sistematizar en
distintos grupos principales. Esta corriente surge en la década de los 60 en
Estados Unidos, y surge principalmente como un movimiento cultural que
involucra planteamientos en ámbitos como la política, las artes, y el movimiento
social llamado contracultura. Surge en reacción al Conductismo y al
Psicoanálisis que son las teorías que predominaban en esa época a pesar de
lo opuesto de sus planteamientos.
Esta corriente Humanista, pretende la consideración global de las personas y
la acentuación en sus aspectos existenciales, criticando la psicología que hasta
entonces se había preocupado exclusivamente de los aspectos de esta como
una ciencia natural, intentando reducir al ser humano a variables cuantificables,
o en otros casos como es el del psicoanálisis se había centrado en los
aspectos negativos y patológicos de las personas. Por eso, uno de los teóricos
humanistas más importantes llamo a este movimiento “La Tercera Fuerza” para
poder mostrar lo que se proponía con esta corriente: integrar las formas
(aparentemente opuestas) en que expresaba el quehacer psicológico de la
época (psicoanálisis y conductismo)

En términos generales, el enfoque humanista experiencial, basa el uso de


técnicas en el énfasis de lo personal y único, para esto se vale de la creatividad
y el juego, la experiencia y la comunicación con y desde el cuerpo y el uso de
diferentes marcos de referencia y modos de representación, recurriendo a
elementos tales como la metáfora, el lenguaje analógico y la paradoja
(Kalawski, 1983; Bagladi,1988)

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Son muchas las disciplinas que se desprenden de la filosofía oriental, entre


estas se encuentra la del Tao, que es apreciado por sus adeptos como una
forma de vida que se rige por máximas escritas en el Tao Te King (libro que es
el pilar fundamental de la disciplina taoísta). La idea que me lleva a desarrollar
este tema es indagar mas sobre esta milenaria disciplina oriental, y la idea de
poder reforzar la intervención psicoterapeuta a través de la utilización de los
recursos que ofrece, los cuales pueden ayudar a poner en marcha un
experienciar distinto en el cliente.

A partir de lo anterior es que me parece aceptable plantear que el uso de los


mensajes existentes en los epigramas que conforman el libro del Tao, puede
ser una herramienta útil como manera de invitar al cliente a chequear
internamente si le hace sentido o no tal o cual frase. Para esto, se debería
tener en cuenta la destreza del terapeuta de saber en que momento y como
utilizarlos de manera que tengan resonancia interna en el cliente y den paso a
un nuevo experienciar, y a las características personales del mismo.

EL TAO.

El Tao es una disciplina filosófica de origen chino, se cree que el creador de


esta disciplina es Lao Tse, aproximadamente por el 551-479 a.C. cuyo libro
Tao Te King es uno de los pilares fundamentales del taoísmo

La palabra Tao se puede traducir popularmente al español como “el sendero o


el camino”, sin embargo, básicamente es indefinible y debe ser experienciado.
El Tao regula los procesos naturales y el balance del universo, se refiere a una
fuerza que envuelve y fluye hacia todas las cosas, vivas y no vivas, además de
incorporar la armonía de los opuestos.

Es difícil llegar a una definición de lo que es el Tao en si, lo afirma Lao Tse en
el epigrama de su libro, el Tao Te King.

El Tao es una actitud ante la vida misma, su práctica lleva a recorrer el camino
de esta. La práctica de esta disciplina es el reencuentro cotidiano con la vida,
en la plenitud que nos ofrece cada instante presente, y no con aquella ansiedad
constante e insatisfacción que nos produce el apego a deseos, a sentimientos
superlativos, a rencores y envidias.

La comprensión del Tao no es una labor intelectual, sino una experiencia vital.
La sabiduría que se busca en este camino es la de la superación de las
expectativas personales para obtener una conciencia de la realidad más
universal, más próxima a la verdad, menos distorsionada por nuestros
intereses, nuestras apetencias, nuestras capacidades y habilidades disímiles.

El Taoísmo es una forma de vida, una manera de ser y de actuar, un modo de


ver la realidad y de estar en el mundo. Su objetivo fundamental es transformar
la vida humana para unirla al orden cósmico del que forma parte y hacerla una

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fiel expresión del Tao. La meta de esta vía es conocer la realidad suprema, y a
través de este conocer la profunda verdad del ser humano y la ley que rige el
orden universal, lo que supone descubrir el vínculo que une a ambos. A esta
disciplina no le interesa un conocimiento puramente mental, abstracto y teórico,
desvinculado de la vida, como es el que domina la vida del hombre occidental
moderno. El conocimiento que busca la vía del Tao es un conocimiento
realizativo. El conocimiento del Tao tiene que ser vivido para ser comprendido.
Es una verdad para ser vivida con la totalidad del ser, que para ser realizada
exige una participación de la persona entera: con su cuerpo y su alma, con su
inteligencia y con su sentimiento, con su estomago y sus pulmones.

PSICOTERAPÍA HUMANISTA EXPERIENCIAL.

La psicoterapia experiencial trabaja con las experiencias actuales, con el


sentimiento directo de la complejidad de las situaciones y de sus dificultades
(Gendlin, 1973). El objetivo principal de la terapia es conceptualizar el proceso
de terapia en marcha, tal como lo experimenta el cliente.
El fenómeno central es el experienciar entendido como una corriente de
sensaciones que ocurre en el presente inmediato, cuya naturaleza es
organismica, preconceptual y en este sentido guía la conceptualización. Esta
corriente de sensaciones es significativa o es fuente de significados, de este
modo las personas pueden hacer referencia a ella y formar conceptos.

En Psicoterapia Humanista Experiencial, es a través de la experiencia y el


vivenciar que el hombre puede ir auto desarrollándose, evolucionar, aprender y
relacionarse. Le da mucha importancia a la vivencia en el presente la que lleva
a abandonar la centracion tradicional en el “hacer” y se enfoca en cambiarla por
la valoración del “ser”, abriendo espacio a los significados y relevancia de la
experiencia (Bagladi).

Lo que desea lograr es un empuje y una reconstrucción del proceso vital del
cliente a partir de la autenticidad con que se da la relación cliente-terapeuta,
dando espacio a la colorida gama de sentimientos con los que viene cargando
el cliente, buscando que como meta logre abrirse a la vida.

RELACION DEL TAO CON LA PSICOTERAPIA HUMANISTA-


EXPERIENCIAL.

En la visión orgánica del universo que sustenta el taoísmo filosófico toda


manifestación del ser es dual y encierra los contrastes y tensiones implícitos en
toda interacción de polaridades, no pudiendo existir un aspecto del fenómeno
sin su opuesto complementario.
De la relación de aspectos opuestos complementarios, tal que no se puede
concebir la existencia de del uno sin la del otro, ni la modificación del uno sin el
cambio del otro. Solo cabe esperar estados de equilibrio dinámico y no la
imposición definitiva de uno sobre el otro, o la aniquilación de uno de ellos por
la acción del otro.

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El Tao promueve la armonía de los opuestos, entre el “Yin y el Yang”, los


cuales son los aspectos polares constituyentes del ser, y es a partir de esta
interrelación que se generan todas las cosas que animan el universo. Yin y
Yang es una polaridad dinámica complementaria y armónica: la razón de la
sombra la encontramos en la luz existente, y lo esencial de la luz es que disipa
la oscuridad.

En este sentido, la teoría Humanista-experiencial, conceptualiza al hombre


como un ser compuesto, como una organización compleja, dentro de la cual
actúan las diferentes partes que lo caracterizan. Se visualiza al ser humano
como un portador de partes y polaridades en su interior. Cada parte interna
supone la antítesis o cualidad polar, la que permanece en el fondo (dando
relieve a la experiencia presente), pero conservando la potencialidad necesaria
para emerger como figura en algún punto (Zalaquett y Bagladi, 1986). Este
punto, además concuerda con un principio básico de la Gestalt, el cual hace
referencia a la estructuración de las partes en un todo dotado de significado
que las partes tomadas individualmente no tenían. La psicología gestaltica
explica al individuo a través de este concepto en el que el ser total es mas que
la suma de sus partes. Los problemas psicológicos brotan a menudo de la
incapacidad de integrar los diversos aspectos de la personalidad en un todo
organizado.
Ocurre con este tema, que en la mayoría de las personas, existe un constante
temor de lo que puede haber dentro de si mismo como para plantearse esta
decisión de incluir los diferentes polos que conforman su ser, o bien ha perdido
en tal grado el contacto con sus vivencias mas internas que no experimentan
conscientemente conflicto alguno. En el primer caso, del temor del interior de si
mismo de los sujetos, los sujetos se sienten demasiado inaceptables como
para enfrentarse a si mismos, y se contraen con temor o repugnancia y
recurren a mostrar la conducta aceptable o automática que los demás están
dispuestos a tolerar. En el segundo caso, cuando hay perdida de contacto con
sus vivencias y por lo tanto, no se experimenta conscientemente ningún
conflicto, ni siquiera hay conciencia de que experimentan este rechazo, lo
llevan a acabo en forma automática e inconsciente y como consecuencia una
Vida mascara, donde lo que se muestra en publico es “lo que yo creo que ellos
quieren”, lo privado, o lo opuesto a esto es lo que la persona debe enfrentar
todos los días, sus temores, inseguridades, soledad y alineación. Sobre este
tema, Jung nos habla del arquetipo de las mascaras, de las cuales nos
rodeamos y mediante aquellas con las que nos expresamos cotidianamente,
perdiendo de vista la amplia gama de matices de nuestra propia psique.

La psicología humanista, considera que los valores éticos, constituyen un


núcleo importante de la personalidad y que en torno a ellos se aglutina el
sentido de identidad y facilita la evolución personal hacia la autonomía. El no
aceptar un aspecto o vivencia determinada de nosotros mismos, produce en
síntesis división interna, alienación: un lado lucha contra el otro (el que se niega
a aceptar, y la vivencia o aspecto).

Es con esta actitud que según el Tao Te King se produce la perdida del
sentido verdadero (o Tao) que vivimos, y como intentamos reemplazarlo con

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otros valores secundarios que superficialmente parecen seguir el camino del


Tao, pero verdaderamente se desvían de este.
El Tao plantea que el mundo esta poblado por los diez mil seres, todos muy
diferentes unos de otros. El Tao es inmanente a ellos, por tanto todo lo que
existe tiene al Tao como fuente originaria. Pero en el mundo fenoménico, los
distintos seres exhiben naturalezas diferentes de las demás, el taoísmo ha
dado el nombre de Te, lo que se refiere a lo que cada ente recibe del Tao, y en
virtud de lo cual cada ente se manifiesta en el mundo fenoménico tal como es,
con características y propiedades especificas. El Tao es aquello de donde
nacen las cosas, el Te es aquello por lo que son lo que son.

La disciplina del Tao, tiene en su base, una serie de epigramas que se


encuentran en el libro principal de esta filosofía, el Tao Te King. Cada epigrama
encierra un contenido implícito, el que es sentido de forma diferente por cada
lector, según su Te, sus experiencias y según lo que haga sentido en su
interior. Cada mandato escrito por Lao Tse quiere orientar palabras o acciones
a lo que lleva la experiencia hacia delante. El que las palabras de Lao tse se
consideren como correctas significa que lo que se ha dicho, simbolizado o
hecho, estaba ya implícito en la experiencia previa de cada persona.
La lectura del libro del Tao y de su virtud puede ser un paso experiencial, a
partir del cual se puede dar un cambio de sentido, un movimiento producido por
las letras explícitamente escritas, un sentido interno a partir del mensaje
implícito que estas palabras encierran a partir de las experiencias de cada
persona. Es por este sentido que quiero plantear que los epigramas del Tao te
King son una forma de uso experiencial de los conceptos, de simbolizar la
experiencia sentida de los lectores, tomando el sintonizar no en el sentido de
representar símbolos, sino de simbolizar en relación a los acontecimientos
externos.

Algunos epigramas contenidos en el libro del Tao están escritos en forma de


metáforas, lo que se puede relacionar con las técnicas usadas en terapia de
tipo Eriksoniana, en el que se recurre al uso de cuentos e historias que
produzcan un anclaje interno en el sujeto, una relación de símbolos internos
que pongan en marcha la experiencia. También detrás de las ideas de este
epigrama esta la idea de cambio, movimiento o transformación, que puede ser
utilizado a modo de “siembra” o de “semilla” y que en algún momento brotaran
si es que al cliente le hacen sentido y lo ponen en contacto con su corriente de
sensaciones.
Otro punto muy importante en el que se cruza la Terapia Humanista
Experiencial con la disciplina taoísta, es en el énfasis que ambas hacen en la
superación de la escisión mente/cuerpo. El cuerpo es considerado una fuente
de mensajes acerca de lo somos, como actuamos y sentimos, también como
receptor y medio de expresión de lo que ocurre en nuestras imágenes,
pensamientos, emociones e intenciones.
La idea es ir mas allá de las dicotomías, el cuerpo vivenciado propuesto por
Merleau Ponty, supera las fragmentaciones presentes en la época moderna.

Desde la visión del dualismo cartesiano, en el hombre hallamos dos realidades


confrontadas: su ser corporal exterior (animal) sometido fatalmente a las leyes
naturales (entendidas como imposiciones externas) y su ser mental interior,

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que piensa, se siente, desea y orienta su voluntad. En esta visión dual, la


mente es un fantasma emplazado en un cuerpo y la Filosofía debe explicarnos
como es posible que uno influya sobre el otro.
Para el pensamiento Taoista, nuestro comportamiento no esta vinculado a la
ley natural (Tianli, o principio que rige todas las cosas) por estar aprisionados
en su cuerpo. No es por el hecho de tener un cuerpo que la ley natural nos
condiciona desde fuera de nosotros mismos, permitiéndonos ser de cierta
manera e impidiéndonos ser de otra distinta. Para el Taoísmo, el hombre es
una unidad inescindible de la totalidad de la naturaleza. Cuerpo y mente son
aspectos de una misma unidad. De ahí que la ley natural como modalidad
intrínseca de la manifestación del Tao, no se puede vivir como exterior al
mismo hombre. No tiene sentido postular algo exterior al Tao. Cada uno de
nosotros es una unidad en la gran unidad.

CONCLUSION.

El uso de una experiencia o técnica autentica, puede ser el inicio de muchas


otras técnicas variadas. Este proceso autentico es la base de la psicoterapia y
no su técnica, la manera vivencial en que ocurre el proceso terapéutico es lo
que define si se hará efectivo este o no.
Quise plantear la disciplina del Tao como una técnica posible de utilizar en
esta corriente psicológica debido a los fundamentos que se plantean acerca de
lo que es la psicología Humanista Experiencial que basa su uso de técnicas en
el énfasis de lo personal y único. Para esto se vale de la creatividad y el juego,
la experiencia y la comunicación con y desde el cuerpo y el uso de diferentes
marcos de referencia y modos de representación, recurriendo a elementos
tales como la metáfora, el lenguaje analógico y la paradoja. El uso de los
mensajes que están implícitos en los epigramas que conforman el libro del Tao,
pueden ser una herramienta útil para invitar al paciente a hacer un chequeo
interno acerca de si le hace o no sentido, tal o cual frase. Se debe considerar la
destreza del terapeuta para saber en que momento y como utilizarlos para
producir una resonancia interna en el paciente y dar así, paso a su experienciar
y a las características personales del mismo.

BIBLIOGRAFIA

 Bagladi, V. Enfoque Humanista Experiencial: Una delimitación.


 Soublette, G. (1990). Tao Te King. Santiago, Chile: Cuatro Vientos.
 Reyes, G. El estilo Experiencial en psicoterapia: Una promesa de
integración.

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IV. AUTORES MAS REPRESENTATIVOS DE LA PSICOLOGIA


HUMANISTA-EXISTENCIAL.

IV. A. ROLLO MAY.

A lo largo del siglo pasado, el hombre, en su proceso de búsqueda y desarrollo


personal y en su afán por encontrar una orientación en este mundo, se ha visto
influenciado por todo un complejo entorno socio-cultural enriquecido por cientos
de años de conocimientos y grandes avances científicos, que,
consecuentemente, lo ha hecho recurrir a medios explicativos que aunque
hablan y se esfuerzan por el bienestar del ser humano, conocen muy poco el
sentir de este, con lo cual la desorientación puede llegar a espacirse hasta
rincones tan íntimos y personales, que la visión que el hombre tiene del mundo
y de si mismo puede volverse cada vez mas oscura y difusa.

Según Yalom Irvi (1984. Psicoterapia Existencial. Barcelona. Herder): “El


enfoque explicativo conduce a una visión inadecuada del hombre, ya que
si se aplica el mismo esquema para comprender a todos los individuos,
se le escapa a uno la experiencia irrepetible de la individualidad de la
persona”.

Es decir, el enfoque explicativo no apunta a las necesidades y potencialidades


que realmente hacen a un individuo ser hombre, ni mucho menos apunta a la
realización de su ser, sino más bien a como este ultimo puede adaptarse
satisfactoriamente al medio, que si bien no es del todo negativo, tampoco es
suficiente.

Ante contradicciones tan amplias como esta, se hace evidente el


cuestionamiento acerca de sí esos medios de los que el hombre se vale, entre
ellos la psicología, están realmente hablándonos de nosotros mismos, y si se
refieren a aquellas cualidades y potencialidades específicamente humanas que
hacen al hombre distinto de los demás seres.

Es en este punto en el que se puede intuir que de no ser así, o sea, que si la
psicología no apunta específicamente a lo humano, el hombre no hace más
que escapar de sí mismo, debido a que no atiende a los supuestos básicos de
su existencia.

Para que esto no ocurra es necesario que la psicología se preocupe por


“comprender” antes que por explicar todas las situaciones y paradojas
existenciales del hombre, que “trate de comprender la estructura del ser
humano y su experiencia, lo cual debe subyacer a toda tecnica” (Rollo
May (1963). Psicología Existencial. Buenos Aires. Paidos.

Para esto debe empezar por admitir que aunque todos los seres humanos
persiguen fines universales, tales como la realización personal y la convivencia,
entre otros, también debe apreciar y aceptar que cada individuo lo hace de
forma distinta. Es decir que los valores, motivaciones e intereses de un hombre
pueden ser distintos de los de otro, y ambos pueden llegar a realizarse como

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personas, a pesar de centrarse en valores totalmente distintos en cuanto al


contenido.

Por consiguiente, es necesario fijar ciertos postulados universales que si bien


son comunes a la existencia de todos los seres humanos, también permiten un
significativo espacio a cada hombre donde le sea posible ejercer su propia
libertad, desarrollar sus potencialidades particulares, y crear así su propia
esencia.

En últimas, de esta manera se estaría atendiendo en psicología a aquello en lo


que los existencialistas tanto han insistido: El hecho de que el ser humano
primero existe en el mundo y luego se crea a sí mismo a partir de su relación
con dicho mundo concreto.

Es este “pequeño” margen el que permite rescatar la individualidad y la


inmediatez de la experiencia propia de cada persona. De esta forma, se coloca
la psicología al servicio del hombre, ya que se esta “correspondiendo a las
cualidades y características distintivas que constituyen al ser humano
como humano” (May), lo cual le permite enfrentar de mejor manera los
obstáculos que le impiden realizar su ser; puede llegar así a captar la
experiencia agobiante de la desesperación y sentir ese desvanecimiento de la
imagen de sí mismo y darse cuenta de que estos sentimientos, por muy crudos
que sean, guardan siempre un significado para su propia existencia. Es decir,
que al no evadir este sentir, por muy doloroso que sea, es cuando el hombre
puede salir al encuentro de su propia realidad y percatarse del hecho de que
esta se encuentra dispersa, y por consiguiente debe integrarla.

Esto no es más que asumir la dirección y la responsabilidad de la propia


existencia, relacionándola con su propia situación concreta y decidiendo
autónomamente ante ella. Solo en esta instancia se puede decir, como Rollo
May, que “la Psicología es una disciplina que nos habla acerca de
nosotros mismos”, ya que ilustra los valores que cada hombre defiende y
trata de expresar en todo momento, en cada una de las situaciones a las que
se ve enfrentado cotidianamente, con los cuales no hace otra cosa que tratar
de darle sentido a su vida.

De esta forma, para que la psicología pretenda ser una ciencia del hombre,
debe ser capaz de responder a las necesidades que constituyen a este hombre
como tal, atendiendo a las cualidades que le permiten desenvolverse
óptimamente en el mundo, tales como la capacidad de autoconciencia, de
decisión y de compromiso consigo mismo y con el mundo.

En primer lugar, la psicología debe tratar de comprender al hombre como aquel


que construye su propia experiencia, en el sentido no solo de concebirlo como
un objeto que hace parte del mundo y al cual debe adaptarse, sino también
como un sujeto capaz de constituir y formar su propio mundo, es decir que
“una ciencia del hombre debe tener como fin la característica única y
distintiva del hombre, que no es otra que su capacidad de relacionarse
consigo mismo como sujeto y objeto de la experiencia” (May).

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Ahora bien, esta posibilidad de atender a las características y dilemas


específicamente humanos se debe, a su vez, a una visión del hombre lo
suficientemente amplia que permita a este desarrollar valores posteriores que
se producen en el proceso de maduración emergente que lo lleven a actualizar
su potencia de ser. En este sentido, los psicoterapeutas existenciales critican
las teorías psicológicas tradicionales debido a que consideran que limitan tanto
la capacidad de la totalidad del ser como el desarrollo de las posibilidades
concretas de ser, lo cual se entiende mejor si se observa la concepción que
autores existenciales como Binswanger, May y Yalom tienen del hombre.

Según estos autores, la psicología se centra únicamente en el estudio de los


impulsos, mecanismos y determinantes biológicos, o bien solo en los procesos
cognoscitivos referentes a condicionamientos en la relación con los otros y el
mundo. Si bien es cierto que es necesario analizar ambos aspectos, también es
igualmente cierto que al limitarse a ellos se esta perdiendo al mismo tiempo la
totalidad de la experiencia del ser humano, ya que se refieren solo a uno de los
aspectos de ser: el Unwelt (o el mundo de los impulsos biológicos y del
determinismo pasado y externo).

Cuando esto sucede, resulta que se esta concibiendo a priori al hombre,


lo cual hace que el desarrollo de valores posteriores que caracterizan un
proceso constructivo de maduración sea visto solo como una extensión de
valores primarios, que ademas sirven para enmascarar estos últimos.

Un claro ejemplo de esto se produce cuando los psicoanalistas conciben estos


valores posteriores como meras sublimaciones de necesidades primarias de
preservar el cuidado materno.

Desde esta perspectiva, el presente solo se ve en función del determinismo


pasado, con lo cual se atiende a los valores y acciones más complejos del ser
humano (como el ejercicio de la libertad y la responsabilidad de ser, el
enfrentamiento constructivo de la ansiedad y la voluntad de creación) solo en
función de los valores y acciones más simple, y de esta forma se crea un rígido
sistema lineal causa-efecto, en el que se ven limitadas y restringidas las
posibilidades de cobrar conciencia de la propia situación en el mundo.

“Es un error creer que estos valores posteriores son simplemente una
extensión del valor original de preservar el cuidado y el amor materno, o
considerar que todos los valores son sencillamente modos diferentes de
enmascarar la satisfacción de las necesidades primarias... En la pauta de
la evolución emergente, la persona en maduración desarrolla de continuo
nuevas capacidades a partir de las antiguas, nuevos símbolos, nuevas
formas de valores. Cuanto más neurótica sea la ansiedad de un individuo,
más probable es que trate de satisfacer año tras año los mismos valores
que sostenía en etapas anteriores, pero cuanto más sana es la persona,
resulta menos factible concebir sus valores como adulto como una suma

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de sus necesidades e instintos previos”. (MAY, Rollo. 1990. La Psicología y


el dilema del hombre. Gedisa. México.
Pagina 163).

Resulta, entonces, que desde la perspectiva existencial se concibe lo más


simple en función de lo más complejo, haciendo,
entre cosas, que se le dé un adecuado tratamiento a la voluntad y
comprendiendo el pasado (y el futuro) en función de la situación presente, y no
al contrario. Desde este punto de vista no se niega los mecanismos e impulsos
del inconsciente, sino que se la complementa, al ubicarla en un contexto mucho
más amplio y complejo, en el que ademas se conciben otros dos aspectos de
ser en el mundo: el Mitwelt y el Eigenwelt.

El primero de estos se refiere al mundo de las relaciones interpersonales, pero


ya no como una mera relación en el ámbito social que impone limitantes y
condicionamientos, sino también, y sobre todo, como el mundo relacional en
que cada individuo se crea a sí mismo en dichas relaciones.

La diferencia radica en que si se concibe al ser humano solo desde la


perspectiva del Umwelt, el Mitwelt se vera deformado e implicara que el
hombre no pueda responsabilizarse ni por los otros ni por si mismo, lo cual no
ocurre si se lo concibe a partir de la integración de los tres aspectos de ser-en-
el-mundo, ya que de esta forma el hombre puede llegar a verse no solo como
un miembro que hace parte de un mundo relacional, sino también como alguien
capaz de crear y constituir dicho mundo.

El último aspecto es el Eigenwelt, o el mundo de la conciencia de sí


mismo. En este se integran los dos aspectos anteriores de ser-en-el-mundo, lo
cual hace que el hombre pueda llegar a aceptar y a asumir en su conciencia
tanto los impulsos pasados y los determinantes biológicos y ambientales como
la creación de sí mismo a partir de la relación con los demás individuos, para,
en un proceso constructivo de maduración que apunta a desarrollar las
posibilidades de ser, darles forma y significado a todos estos aspectos a partir
de la situación concreta de existencia.

Es en este sentido que se puede apreciar que el hombre puede llegar a crear
sus propios símbolos y valores, en últimas, a dar un sentido particular y
autentico a la existencia. En síntesis, se debe “considerar al individuo en los
tres modos de ser-en-el-mundo: el mundo de los impulsos biológicos, del
destino y del determinismo (el Umwelt), el de la responsabilidad para con
sus semejantes (el Mitwelt), y el mundo en que el individuo puede darse
cuenta del destino con que solo el se debate en ese momento (el
Eigenwelt)”. (MAY, Rollo. 1977. Existencia: Una nueva dimensión en
psiquiatría y psicología. Gredos. Madrid. Pagina 91).

Esta concepción del hombre implica que no se debe atender a este con una
naturaleza predeterminada, ya que de esta forma estaríamos restringiendo su
visión y sus posibilidades de creación. Por ejemplo, si solo concebimos al
hombre a partir de su determinación causal pasada (en el caso de los

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psicoanalistas), o como un ser que siempre apunta a la autorrealizacion (en el


caso de los humanistas), lo único que estaremos viendo en este es la
afirmación de nuestros propios preconceptos o la desviación de los mismos, y
dejaríamos de lado, en estos casos, tanto la posibilidad de creación consciente
como la determinación biológica y pasada, respectivamente.

May expone, en consecuencia, que debemos ser lo suficientemente amplios


para no diluir la individualidad de cada ser humano en un constructo teórico. En
el anterior ejemplo seria necesario, entonces, captar que el hombre implica
ambos conceptos y que, por lo tanto, se hace indispensable atender a la forma
como el individuo crea su propio mundo y a la manera en que defiende su
centro existencial, o lo que es lo mismo, como pretende reafirmarse y darse
sentido a si mismo.

De esta forma, el enfoque existencial prefiere atender al ser humano a partir de


la condición humana y no desde una perspectiva en que se conciba al hombre
a partir de una naturaleza predeterminada que lo restrinja, tanto en el ámbito de
la comprensión de su experiencia como en el ámbito de su creación como ser
en el mundo.

Luego el aporte de este enfoque no seria ofrecer un nuevo marco teórico y


epistemologico en si, sino esclarecer los supuestos en que se fundamentan las
distintas escuelas teóricas, para complementarlas con una adecuada visión del
ser humano que permita ya no tanto explicarlo como si comprenderlo. No se
trata de mezclar teorías, sino de aclarar la visión del hombre en que estas se
basan, para, a partir de este esclarecimiento, hacer una reevaluacion
conceptual, que permita comprender la experiencia directa del otro tal como él
la vivencia, y no como nuestro marco conceptual nos dice que la debe
vivenciar.

Esta visión del hombre repercute directamente en la concepción de la salud,


enfermedad y la psicoterapia.

En consecuencia, se concibe la enfermedad no como un resultado de


problemas en la adaptación a un entorno inmediato, sino que más bien lo que
se considera enfermizo es precisamente esa necesidad de ajuste o adaptación
forzosa (y sus consecuencias). Es decir, que la enfermedad es tanto la forma
de actuar (el ímpetu desenfrenado de ajustarse) como la consecuencia de este
proceder (el bloqueo de las propias potencialidades). “La neurosis es
precisamente el método que usa el individuo a fin de preservar su propio
centro, su propia existencia. La neurosis es una adaptación, y ahí
precisamente radica su mal”. (MAY, Rollo. 1963. Psicología Existencial.
Paidos. Buenos Aires. Pagina 88-99).

Esta idea se basa en el hecho de que el adaptarse no implica necesariamente


ni dilucidar ni asumir la existencia concreta, sino que, por el contrario, lo que se
favorece mediante un “buen ajuste” es el enmascararse a uno mismo la
responsabilidad por confrontar las condiciones básicas de existencia, como son
la muerte, la ansiedad, la voluntad de decisión, la libertad y la responsabilidad,

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la soledad existencial, la creación de si mismo, la afirmación de valores


constructivos y de un sentido de vida.

Este hecho se ve muy a menudo cuando los individuos prefieren castrarse a sí


mismos (deciden rechazar su poder de ser) con tal de no ser relegados al
ostracismo. Prefieren aceptar no ser ellos mismos auténticamente (es decir,
rechazar sus propias posibilidades de creación) a fin de que pueda existir algún
ser, por muy restringido que este sea. Ocurre que el individuo prefiere ser
alguien ante un grupo o el medio en general a costa de sí mismo, con lo que
pretende darse valor de alguna forma, sentirse seguro y evitar la angustia que
implica enfrentarse con su propia existencia.

Este ajuste forzoso lleva al hombre a tener que recurrir a mecanismos


evitativos que le permitan ocultarse de sí mismo, como son los rígidos sistemas
de control emocional que bajo un patrón obsesivo compulsivo de
comportamiento pretenden mantener a distancia la ansiedad que implica la
creación de sí mismo y el esclarecimiento comprometido de la existencia
particular, lo cual ocurre, por ejemplo, con el individuo que hace del trabajo una
manía.

Por debajo de su rígido y controlado esquema de funcionamiento, lo que opera


es un temor a enfrentarse con su experiencia inmediata. “Lo que no suele
advertirse suficientemente es la prueba tantas veces asequible de que los
fenómenos de compulsión se producen sobre el fondo de una
personalidad que se conserva potencialmente intacta, pero que se
encuentra condenada a la impotencia de afirmarse a sí mismo”. (VON
GEBSATTEL, V.E. 1977. El mundo de los compulsivos. En May. R. Y otros.
Existencia. Gredos. Madrid. Pagina 222). En últimas, se busca un ajuste al
medio para no cobrar conciencia y evadir así la ansiedad y responsabilidad por
asumir la creación de la propia experiencia.

Otra forma de enmascararse a sí mismo el ocompromiso y creación propia nos


la ofrece Yalom, cuando muestra como mediante la adaptación se busca ser un
éxito social en todo sentido, ya que a la vez que se pretende ser salvado o
protegido por el medio (ser tenido en cuenta siempre por todos), se intenta
también sentirse alguien especial o importante para evitar cualquier sentimiento
de insignificancia o soledad, con lo cual se convierte la vida en una única y
gran orgía donde todos tienen que participar, dicho en palabras de Kundera.

En vez de asumirse a si mismo, se pretende, en este caso, evitar la


confrontación con el no ser, entendiéndose este ultimo como lo que amenaza la
propia existencia, tanto en un sentido físico como psicológico, y cuya expresión
mas cruda es la muerte (en otras palabras, no ser se refiere a toda amenaza
sobre los valores que dan sentido a la existencia).

En suma, todo este proceso de ajuste forzoso y de rechazo de la propia


potencia de ser implica, en el ámbito general, que la enfermedad es el
resultado de la no confrontación de los supuestos existenciales enraizados en
la condición humana y a la necesidad (casi compulsiva) de adaptación y al

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miedo al ostracismo implícito en esta. Este proceso, a su vez, denota la


renuncia por el cuidado y desarrollo del ser, lo cual se entiende mejor si nos
remitimos a la falta de deseo y de voluntad de creación y afirmación de estos
deseos en la accion.

Cuando el individuo evita esclarecer su existencia, simultáneamente esta


rechazando cualquier acto de desear por el desarrollo y afirmación de las
posibilidades de ser. El deseo queda reducido exclusivamente al mundo del
Umwelt, y degenera en un impulso ciego que se siente dentro de sí y sin
posibilidad de poder integrarse a la experiencia creativa, y cuya única finalidad
es exigir una descarga emocional inmediata que alivie el dolor que el hombre
mismo ha creado de sí al rechazarse.

En este sentido, la enfermedad es vista como la incapacidad para reconocerse


los propios deseos, y para reafirmar estos en la accion por medio de la
voluntad. Es decir, que “no es el deseo lo que causa la enfermedad, sino la
falta de deseo”. (MAY, Rollo. 1990. Amor y Voluntad. Gedisa. México. Pagina
175.).

Cuando el individuo prefiere castrarse antes que verse relegado al ostracismo,


esta al mismo tiempo renunciando a desear por si mismo cualquier acto que lo
lleve a obrar consciente y comprometidamente con su propio devenir.

Todos estos aspectos están interrelacionados entre sí, de tal forma que no se
deben entender linealmente, sino más bien comprenderlos como un proceso en
que todos se influyen y relacionan simultáneamente unos a otros. La
consecuencia de este proceso es el no desarrollo de las potencialidades
particulares del individuo, entendiendo estas no como el desarrollo de
capacidades ilimitadas que el individuo posee en distintas áreas y que guardan
por su puesta en marcha, sino más bien como la potencia o poder personal
para enfrentar y dilucidar la propia existencia a la vez que se afirman los
valores que se encaminan a desarrollar el ser.

Cuando el individuo no desarrolla su potencial, debe recurrir a medios evasivos


que compensen de alguna forma el vacío creado. Así, es posible observar, por
ejemplo, que en nuestra actual cultura cada vez se hace más evidente la
necesidad de delegar al grupo la responsabilidad de elegir y decidir que ser; los
individuos compulsivos que denotan en sus acciones una necesidad de dejar
atrás el tedio y el compromiso consigo mismo; los trastornos de personalidad
(especialmente narcisistas); la falta de sentido vital; las dificultades para
reconocer el propio deseo; la necesidad de diversiones cada vez mas extremas
que llenen el vacío creado en la propia existencia, y trastornos de voluntad y
ansiedad, entre otros. En todas estas manifestaciones se aprecia un marcado
afán por tratar de olvidarse de la existencia concreta que se debe asumir, lo
cual provoca un sin fin de trastornos y de síntomas neuróticos que son, a la
vez, producto y consecuencia de este enmascaramiento de la existencia.

Vista de esta manera, la enfermedad es un modo ineficaz y desesperado


del hombre por evitar la angustia resultante de la confrontación con los
supuestos básicos de la existencia; es un intento del individuo por

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enmascararse a sí mismo la responsabilidad de encontrarse a sí mismo y


de asumir una actitud autónoma y consciente ante este.

De esta forma, los terapeutas existenciales contextualizan los dilemas


existenciales y psicológicos en esta época moderna, lo cual les puede
permitir encontrar alguna solución concreta a estos. En este sentido,
consideran que la salud y el bienestar psicológico se alcanzan cuando el
individuo se esfuerza por esclarecer su existencia concreta y enfrentar en
forma constructiva la angustia implícita en este hecho, reconociendo su
libertad y responsabilidad existencial, y por ende, desarrollando sus
potencialidades particulares de ser.

Solo cuando el individuo logra vivenciarse a sí mismo como creador de


su mundo, es decir, como un sujeto existente en el mundo, es capaz de
sentir la urgente necesidad de decirse a sí mismo “yo soy”, y, en
consecuencia, decidirse a realizar un proyecto vital que apunte al
desarrollo de sus posibilidades particulares de ser.

En si, el enfoque existencial en psicología considera que lo más


importante es que el individuo experimente su existencia como real, o lo
que es lo mismo, que sienta que aunque hay hechos pasados y
determinantes externos que influyen en su comportamiento, es el mismo
quien continua creando esa experiencia a partir de su relación con
dichos determinantes en el momento presente. Como dirían algunos
existencialistas: ¿Que has hecho tú con aquello que han hecho de ti?.

Vista así, la salud correspondería a un estado en el que el hombre se


apropia de sus decisiones y se responsabiliza por encontrarse en este
mundo en este momento, dejando así un poco de lado la suposición de
que a medida que dicho hombre vaya teniendo mas y más conocimiento e
intuición sobre sí mismo, ira tomando las decisiones apropiadas, debido
a que esta es una verdad a medias pues generalmente pasa por alto la
segunda mitad de la verdad: Que el hombre no puede permitirse el lujo de
adquirir ese conocimiento o intuición hasta que este dispuesto a decidir
abrirse a dicha experiencia, hasta que tome una orientación decidida
sobre su vida y adopte las resoluciones previas en marcha.

Un ejemplo de esto se aprecia en la concepción del inconsciente como


una bodega o sótano donde hay acumulada información sobre el pasado.
En esta idea, el inconsciente determina ciegamente el presente y la
experiencia creadora del individuo, y hace que las decisiones sean
relegadas a un segundo plano, lo cual permite el enmascaramiento de la
propia responsabilidad y compromiso para con la creación de sí mismo
(de ahí que Sartre haya expresado que el inconsciente así concebido es
un acto de mala fe). Es por esto que psicólogos existenciales como May
prefieren hablar de “experiencia inconsciente” y no de inconsciente, ya
que es el individuo mismo quien ha querido y decidido mantener
inconsciente ciertas experiencias, aun hoy en el presente.

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Se entiende, pues, que cuando la persona lograr vivenciarse como


alguien que esta creando esta experiencia, puede empezar a asumir la
lideraron de su propio destino y liberarse de la dependencia de
mecanismos defensivos que le evitaban enfrentar los supuestos
universales de existencia.

En suma, la salud mental no es solo un fin o un logro al que se llega, sino


también, y sobre todo, un estado por medio del cual el hombre enfrenta y
asume su existencia concreta. Es decir que el bienestar no es opuesto al
conflicto, sino, más bien, la confrontación constructiva de este, de tal forma que
le permita al hombre crearse a sí mismo y ser capaz de constituir el mundo al
que se pertenece. Se trata de asumir la existencia con todos sus tropiezos y no
de observar a esta desde el contorno: “El camino verdadero se abre sobre
una cuerda que no esta tendida en la altura, sino a poca distancia del
suelo. Parecer estar destinado mas a tropezar que a hacer equilibrio
sobre ella”. (KAFKA, F. 1985. Informe para una academia. Akal. Madrid.
Pagina 31).

Ahora bien, cuando se enfrenta la propia existencia concreta y se opta por el


cuidado del ser, esto no debe entenderse de forma desvinculada del medio, ya
que al responder a la existencia particular se lo hace a la vez al mundo en que
uno se encuentra. Es decir, que al no adaptarse directa y pasivamente, el
individuo, a la vez que atiende y se empeña en esclarecer su existencia y
desarrollar su potencia de ser, esta atendiendo al entorno inmediato del cual
hace parte. La diferencia consiste en que de esta última forma, tiene la
posibilidad de crear y constituir dicho mundo, y de esta manera lograr una
relación constructiva y ya no pasiva con el medio. El punto central consiste en
que al atender al desarrollo de uno mismo, si es en realidad autentico, debe
atender al entorno inmediato en que se encuentra, ya que el ser no se
desarrolla aislado o en el aire, sino también en la relación con los otros y el
mundo.

Las consecuencias que trae este cambio en lo que respecta a la visión de la


salud y la enfermedad atañen directamente a la psicoterapia, debido a que,
como ha expresado May, ya no se puede segur pretendiendo usar esta a favor
del carácter social propio del actual periodo histórico, porque el resultado
catastrófico será convertir en conformistas y apáticos a los individuos en lo que
se refiere a la actualización de sus capacidades y posibilidades de ser.

Si esto llega a suceder, el resultado será una represión del sentido ontológico,
y la psicoterapia, lejos de ayudar al paciente, estaría, sin percatarse de ello,
fomentando directamente la neurosis y otras enfermedades, junto a la
paralización de las potencialidades y el bloqueo de la autoconciencia.

Al respecto, este mismo autor ha expresado lo que se puede denominar una


advertencia profética sobre la psicoterapia: Ha afirmado que mientras se siga
pretendiendo adaptar al individuo para lograr su curación, mas se estará
contribuyendo a un falso proceso curativo que tiene como trasfondo la
masificación de los individuos y la renuncia al propio ser. En este caso, la

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psicoterapia puede ser entendida como sinónimo de aceptacion del no ser, al


promover la evasión del compromiso y la responsabilidad con el propio devenir.

Nuestro autor dirá: “En este sentido, los psicoterapeutas se convierten en


agentes de la cultura, cuya función particular consiste en ajustar a la
gente a las exigencias, y la psicoterapia degenera en una forma de
desintegración propia del tiempo mas bien que en un esfuerzo organizado
por superarla”. (MAY, R. 1977. Existencia: Una nueva dimensión en
psiquiatría y psicología. Gredos. Madrid. Pagina 116).

Este hecho se ve incluso en los mismos psicoterapeutas, quienes muchas


veces creen que con solo saber la tecnica específica es suficiente para resolver
los problemas y conflictos del paciente. Esto parcializa la visión y la actitud del
psicoterapeuta a favor de su tecnica, pues se resguarda en esta y no llega a
comprender la experiencia de la otra persona. Como resultado de esto se
destruye o deja de lado la individualidad, y se tiende a percibir a todos los
individuos con base en el mismo esquema.

May nos dice que “desde que conocemos la neurosis –y muchas formas
de psicosis- solo en virtud del hecho de que quien la padece no puede
ajustarse a nuestra sociedad, y ya que entendemos la enfermedad en
virtud de nuestras técnicas, estamos obligados a terminar con una visión
del hombre que es un espejo de nuestra cultura y de nuestra tecnica. Esto
inevitablemente resulta en una visión progresivamente vacía del
hombre.”. (ibid. pagina 117).

De esta forma no se estaría solucionando a las necesidades particulares


propias de quien necesita ayuda, debido a que al no intentar siquiera que el
paciente se sienta completamente a sí mismo y sé de cuenta de su existencia,
nunca podrá reconocer su libertad, voluntad e intencionalidad, entre otras, y por
ende, tampoco podrá desarrollar sus potencialidades, y el resultado es el lya
mencionado ajuste forzoso. En consecuencia, la tarea del psicoterapeuta no es
tratare de curar al paciente ni ajustarlo al medio, sino ayudarlo a que
experimente su existencia como real; cualquier cambio en sus síntomas o su
curación es consecuencia de este hecho, ya que es de esta forma como la
persona puede desarrollar su poder personal y crear sus propios significados,
los cuales apuntan a desarrollar sus posibilidades de ser.

Al no abrirse a la experiencia directa del otro, el terapeuta percibe a este con


base en los propios presupuestos y prejuicios teóricos, y como consecuencia
de esto termina refugiándose en la tecnica para poder enfrentarse al otro, a la
vez que pierde el sentido real de toda experiencia que se observe en la
psicoterapia. Esto puede erosionar profundamente el sentido de
responsabilidad del paciente, a la vez que se le quita a la terapia mucha de la
dinámica que necesita este para lograr un cambio significativo.

La experiencia del otro es captada superficialmente, y de esta manera se la


reduce a la categoría de objeto, y la subjetividad y/o la inmediatez de la
experiencia no son comprendidas. Dicho en términos existencialistas, no se

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atiende a la experiencia creadora del paciente como ser en el mundo; no se


integra en la visión del otro los tres modos simultáneos de ser en el mundo.

Se debe aclarar que no se trata de desechar la tecnica psicoterapeutica, sino


de ubicarla en un nivel distinto del de la comprensión, y saber que esta ultima
se antepone a la tecnica.

En otras palabras, se trata, antes que desarrollar cualquier explicación lógica o


causal (el por que), de comprender la intencionalidad y significado
de las acciones, ideas y sentimientos para la persona que los vive (esto es,
captar el que: que es esta persona y como se creo y crea a sí misma). Se
trata de aplicar cualquier por que y/o técnica la situación concreta del paciente,
haciendo que la tecnica tenga sentido en función de la persona y no al
contrario. Como lo plantea May, se debe atender antes que nada la pregunta
ontológica: ¿Qué es esta persona?, para a partir de ahí
desarrollar los como y los por que.

Al respecto May nos aclara: “Si mientras estoy sentado aquí (en
psicoterapia) pensando sobre todo acerca de los porque y de los como de
la manea en que se origino el problema del paciente, lo habré captado
todo, excepto la cuestión más importante de todas, esto es, la persona
existente”. (MAY Rollo citado por MILLON. T. 1974. Psicología existencial. En
Psicopatologia y personalidad. Nueva editorial Interamericana. Pagina 178.).

De esta manera, el planteamiento existencial en psicoterapia va encaminado a


resolver el dilema sujeto-objeto, con lo cual se pretende superar la dicotomía
existente entre estos, para lo cual no se ubica en ninguno de los dos extremos,
sino que los integra. Es decir, no se trata de centrarse en resaltar alguno de
ellos, con lo cual se deja de lado la discusión y enfrentamiento entre la actitud
tecnico-objetiva y la de comprension-subjetiva, sino que expone la importancia
de restablecer esta discusión sobre las bases del concepto de la existencia del
paciente como ser en el mundo, y del terapeuta como existente y participante
en ese mundo.

De lo que se trata es de integrar el concepto de comprensión (que


opera en el nivel de la subjetividad) con los conceptos de explicación
y tecnica (que operan en el nivel de la objetividad), mediante el
replanteamiento de la situación existencial. En este sentido, se puede entender
mejor el anterior planteamiento de primero captar y comprender que es esta
persona especifica, para con base en esto desarrollar los por que y la
tecnica consecuente.: “El conocer a fondo lo que hacemos, sentirlo,
experimentarlo con todo nuestro ser es mucho más importante que saber
el porque. Si conocemos plenamente el que, el porque vendrá por sí
solo”. (MAY R. 1977. Existencia: Una nueva dimensión en psiquiatría y
psicología. Gredos. Madrid).

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Mas adelante nuestro autor afirma: “La teoría existencialista sostiene que la
tecnica sigue a la comprensión y no al contrario. La tarea sustancial y la
responsabilidad del terapeuta consisten en comprender al paciente como
un ser en el mundo. Todos los problemas técnicos están subordinados a
esa comprensión”. (Ibid).

Cuando se habla de entender al que, nos referimos a descubrir cuales son


los valores existenciales sobre los cuales esta centrada la persona, o lo que es
lo mismo, esclarecer su centro existencial, lo cual se logra solo atendiendo la
experiencia inmediata y directa del otro. Las implicaciones de esto para la
psicoterapia son notables y profundas, debido a que para lograr este fin se
hace necesario tener muy presente por lo menos dos postulados que se
sustentan en la fenomenologia y en el existencialismo, y que permiten llegar a
la experiencia del otro.

Como primera medida, si bien es imposible enfrentarse a uno mismo, al mundo


y a los otros sin un marco conceptual previo del cual partir, es necesario que
este sea lo suficientemente amplio y flexible, de manera que pueda cobijar a
los seres humanos en general, pero sin menospreciar ni destruir su
individualidad. De esta manera, May llega a plantear, fundamentado en la
fenomenologia, que para comprenderá un ser humano se debe atender a este
como un ser centrado en sí mismo, y que todo ataque a ese centro es sentido
como una amenaza, lo cual implica que antes que preocuparse por cualquier
explicación, se deben descubrir cuales son los valores que considera vitales
para su existencia. May dirá que la cuestión de por que uno es lo que es, no
tiene sentido hasta saber que es uno.

May complementa este planteamiento con otro postulado que se sustenta en el


existencialismo y que apunta a captar la experiencia de dicho ser humano
concebido como un ser centrado en sí mismo, con base en la relación ser-
no ser. , lo cual se refiere a examinar como esta persona afirma y
defiende los valores que considera vitales para su existencia, así como la forma
en que enfrenta las condiciones concretas de su existencia y la manera en que
orienta su proyecto vital a partir de dicho enfrentamiento. Es en este punto en
el que se hace necesario, para comprender la experiencia de cada ser humano,
tener en cuenta la relación entre los valores centrados y la ansiedad resultante
de la sensación de amenaza a estos valores que dan sentido al propio ser.
Incluso, la enfermedad y los síntomas consecuentes son vistos no como una
desviación de los propios postulados teóricos, sino como una desviación de la
estructura de la existencia del paciente: “Sus síntomas son su forma de
escoger el campo de su mundo para que su centro pueda ser protegido
de las amenazas”.

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En definitiva, lo que se busca mediante este acercamiento es observar y


vivenciar el campo experiencial del paciente. Pero esto último involucra
también otro concepto igualmente importante. El de encuentro. Este se
ve implicado debido a que al participar del mundo del paciente ya se esta
hablando concretamente de relación terapéutica.

Cuando se va a establecer una relación con un paciente se debe asumir el


principio de que este ultimo es un ser que como todos los demás seres,
necesita y puede salirse de su centro para participar de otros seres. Es decir,
que toda persona tiene la capacidad y la necesidad de relacionarse con otros
individuos, ya que, segun el existencialismo, el ser se realiza a sí mismo en la
relación con los otros.

Pero existe siempre el riesgo de que se salga tanto de sí mismo (del propio
centro) para participar de los demás, que se termine vaciando y diluyendo en
estos. Esta situación se aprecia mucho en nuestra actual época histórica y
cultural, motivo por el cual May habla de que el mayor temor de nuestro tiempo
es el ostracismo, y ya no tanto el temor a la castración, ya que incluso muchos
individuos prefieren ser castrados (perder su poder personal) con tal de no ser
rechazados o apartados del grupo, por cuanto esto ultimo compensa la
seguridad no encontrada por sí mismo.

Al respecto, May dirá: “Si me separan, muero. No soy útil y significante


para nadie”.

De esta forma se trata de ofrecer al paciente una relación autentica, en la que


pueda expresar abiertamente las necesidades concernientes a los valores
sobre los que se haya centrado el como individuo, y no tenga que limitarse a
atender las necesidades del grupo o del otro, que en este caso será el
psicoterapeuta. La idea de May consiste en que al ofrecer una presencia real al
paciente, este puede abrirse al otro pero sin diluirse en él. Esta presencia
implica un concepto que resulta de mucho valor, como es el de
compromiso. , ya que para participar del mundo del paciente se
necesita romper la barrera que mantiene al terapeuta alejado de este.....

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IV.B. VICTOR FRANKL

¿Qué es la Logoterapia?.

1. Características generales de la LOGOTERAPIA.

Para nuestro autor, la Logoterapia y el Análisis Existencial son las dos caras de
una misma teoría. Es decir, la Logoterapia es un método de tratamiento
psicoterapeutico, mientras que el Análisis Existencial representa una
orientación antropológica de investigación.

El logos hace referencia al “sentido”, al “significado”: algo que el ser


humano busca siempre frente a las circunstancias del destino: la vida, la
muerte, el amor, el dolor.

Para nuestro autor el logos tiene que ver con la parte espiritual, que se
distingue de lo psíquico. De esta forma, Logoterapia quiere indicar terapia por
medio del “sentido” o del “significado”.

Debemos aclarar que la Logoterapia pertenece más a un enfoque o actitud de


tipo existencial-humanista y se considera más como un complemento de la
psicoterapia en general y no tanto como otra escuela.

El Análisis Existencia, la otra cara de la misma teoría es un intento de crear una


antropología como base para una psicoterapia: No existe psicoterapia sin una
concepción del hombre y sin una interpretación del mundo.

La Logoterapia se puede dividir en dos clases: Logoterapia específica y


Logoterapia no específica.

La primera trabaja con las dificultades de tipo “crisis existencial”, “vacío


existencial”, “falta de sentido de la vida”.

La problemática del sufrimiento y la de las personas con enfermedades


“terminales” es abordable con esta clase de Logoterapia. De igual manera, la
llamada por el autor, “neurosis noogena”, aquella que surge cuando hay un
“choque de valores”, “conflictos éticos”, “conflictos espirituales” puede afectar la
dimensión psicológica o biológica de la persona.

La tecnica o vía para trabajar en este tipo de Logoterapia es el “dialogo


socrático”.

La Logoterapia no específica se emplea en las dificultades clásicas de las


obsesiones, obsesiones-compulsiones, fobias y problemas sexuales.

Las técnicas mas empleadas son la intención paradójica y la derreflexion.

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La Logoterapia se funda en tres principios:

1. La vida tiene sentido en todas las circunstancias.


2. El hombre es dueño de una voluntad de sentido y se siente frustrado o
vacío cuando deja de ejercerla.
3. La persona es libre dentro de sus obvias limitaciones, para consumar el
sentido de la existencia.

2. El ser humano en la Logoterapia.

En Frankl esta presente una de las problemáticas que más influencias tienen
en el pensamiento académico occidental: holismo-reduccionismo y globalidad-
particularidad.

El ser humano vive una unidad y una distinción: es uno y múltiple. Tiene tres
dimensiones: lo físico, lo psíquico y lo espiritual. Cada una de estas tiene una
relativa autonomía al interior de una unidad.

El ser humano tiene una unidad de fondo. Nuestro autor plantea, al respecto,
una posición holista. El psicoterapeuta habla a una persona que tiene cuerpo,
psique y espíritu. Una enfermedad en una de las tres dimensiones afecta a las
otras dos. Frankl llama a esta característica una “una unidad antropológica
en la multiplicidad ontológica”.

El autor plantea que “el ser humano es un ser completamente diferente a


los otros seres”. La dimensión espiritual es específicamente humana y
esencial. La dimensión espiritual engloba las otras dos dimensiones.

Frankl escribe que “necesariamente la unidad del hombre, una unidad no


obstante la multiplicidad de cuerpo y de psique, no puede encontrarse en
la dimensión biológica o psicológica, sino debe ser buscada en aquella
dimensión noetica, espiritual, partiendo de la cual, el hombre es
proyectado al primer puesto”.

Para aclarar las tres dimensiones que distingue la Logoterapia tendremos


presente lo siguiente:

 El nivel biológico (fisiológico) = el cuerpo.


 El nivel psicológico (sociológico) = la psique.
 El nivel espiritual (noetico) = el espíritu.

Veamos cada uno de estos niveles:

1. Nivel biológico.

Es el nivel de la vida de las plantas, de los animales y del ser humano. En este
ámbito se desarrollan los procesos vitales electroquimicos y físicos. No hay
mucha plasticidad.

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2. Nivel psicológico.

Es la conciencia de la vida, que comprende sentimientos, sensaciones,


instintos o condicionamientos. Presenta una mayor regularidad. Hay un mayor
espacio de libertad, más plasticidad en comparación con el nivel anterior.

3. Nivel Espiritual.

Es exclusivo del ser humano. El espacio de la libertad es muy amplio. El ser


humano puede tomar posición ante las más diferentes situaciones y se permite
desafiar sus condicionamientos y limites.

En la dimensión espiritual esta presente la “voluntad de darle un sentido a la


vida”. El ser humano no es capaz de vegetar apáticamente hasta la muerte.

Debemos aclarar lo siguiente, el término espiritual (para nuestro autor) no se


identifica necesariamente con lo religioso. Ya que en la persona no religiosa,
también existe la dimensión noetica. Esta dimensión es la parte mas interna del
ser humano y por tanto, la mas especifica de el.

4. La libertad y la responsabilidad.

Frankl retoma las posiciones de algunos autores, como son los filósofos
Kierkegaard, Heidegger y Scheler, para elaborar una antropología que permita
orientar mejor la practica psicoterapeutica.

El ser humano es libre (no obstante sus normales condicionamientos), y este


hecho le produce angustia y alegría. Angustia porque, por ejemplo, en el caso
de una eleccion nunca tendrá la certeza absoluta de que ha escogido la mejor y
quedara la angustia de que las otras opciones no elegidas las destino al “no
ser”: Aquello que pudo haber sido y no fue. La angustia y la nada se
correlacionan continuamente.

La alegría también es un resultado de la libertad en cuanto existe un amplio


margen para la accion y la aventura tan propias del ser humano.

La libertad también se relaciona con el “ser y el deber ser”, en alguna forma


tiene relación con el futuro, con la proyección: “Ahora soy esto pero quisiera
ser”.

Para la Logoterapia, es importante mantener una “sana noodinamica”, es decir,


una tensión entre aquello que se es y aquello que se debería ser. Este
desequilibrio es saludable e impide caer en la frustración existencial.

La libertad va unida al comportamiento responsable. Yo puedo ser pero


también debo ser. El deber ser tiene que hacer las cuentas con el medio social,
con la otra persona que esta a mi lado.

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El deber-ser se traduce en una respuesta que libremente yo puedo dar. Frankl


retoma la definición que hace Jaspers del ser del hombre: “Ser decisivo”. Es
decir, que nunca es sino que en cada momento decide lo que es. Al decidir
aquello que es, se decide a sí mismo, hay autoconfiguracion.

La responsabilidad también se refiere a la capacidad que tengo como ser


humano para responder a cualquier pregunta que me haga el destino, la vida,
las circunstancias.

5. Los valores.

La persona vive en tensión, buscando valores y es aquí donde encuentra


significados existenciales. Nuestro autor afirma que quien se juzga ha percibido
un valor, en el momento mismo, pues en el mismo instante alcanza un nivel
que lo salva. El encuentro con valores significativos elimina la desesperación
en situaciones en que se vive una oscuridad existencial.

6. La intencionalidad.

Frankl sostiene que el ser humano se define en cuanto esta en una tensión
hacia el mundo, hacia fuera. Aquí, se plantea la distancia entre el ser y el
deber-ser, el hombre se siente insatisfecho con lo que es. Par algunos autores
es la búsqueda o nostalgia del trascendente lo que inspira esta insatisfacción.

Ser hombre quiere decir dirigirse hacia algo que esta mas allá de sí mismo, que
es diferente a sí mismo, a alguna cosa o a alguien: un significado por realizar o
una persona por encontrar. Solamente en la medida en que el hombre
trasciende de esta manera, se realiza a sí mismo: en el servir a una cosa o en
el amar una persona.

7. La transitoriedad de la vida.

Nuestro autor afirma que el pensamiento de la muerte debe hacer al ser


humano activista y optimista. El hecho de saber que algún día uno morirá debe
ayudarle a encontrar sentido y significado a las actividades y vivencias. Las
acciones o vivencias que el ser humano haya experimentado no se pueden
eliminar, nadie le puede arrebatar su pasado.

8. La voluntad de sentido.

La persona tiene una fuerza primaria para buscarle sentido a su vida. Cuando
no lo encuentra cae en la crisis existencial.

Para la Logoterapia, es más importante la voluntad de sentido que la voluntad


de placer (Freud) y que la voluntad de poder (Adler).

Al respecto, Nietzsche afirma: “Quien tiene un por que para vivir puede
soportar casi cualquier cosa”.

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8. El sufrimiento en la Logoterapia.

Según Nietzsche: “pero no fue el sufrimiento mismo su problema, sino la


ausencia de respuesta al grito de la pregunta: ¿para que sufrir?.”.

La Logoterapia es una de las psicoterapeutas que más aporte al análisis del


sufrimiento humano.

Frankl y, su discípula, Elisabeth Lukas, consideran que el ser humano no nace


con la capacidad de sufrimiento. Al contrario, debe adquirirla, debe aprender a
sufrir. Pero aquí se choca con un impedimento que plantea la sociedad para
aprender a asumir el sufrimiento: la ilusión de poder corregir todo, conseguir
todo. No se aceptan las limitaciones.

Si bien Frankl no niega la “voluntad de placer”, resulta necesario asumir lo no


perfecto, lo molesto.

Sufrir significa obrar y crecer, pero también madurar. En efecto, el ser humano
que se supera, madura hacia su mismidad. El verdadero resultado del
sufrimiento es un proceso para llegar a la madurez. Esta pretende que el ser
humano alcance la libertad interior, a pesar de la dependencia exterior.

Por lo tanto, desde el punto de vista de la Logoterapia, el sufrimiento no lleva


necesariamente a la enfermedad psicológica, sino que puede representar una
de las posibilidades para aumentar la tolerancia a la frustración, adquiriendo
mas defensas que doten al ser humano para confrontarse ante futuras
adversidades inevitables.

El sufrimiento tambien posee una dignidad ética, una importancia metafísica.


Igualmente, favorece la comprensión del otro. Según Esquilo, “al que ha
sufrido le queda la alegría de comprender al otro”.

9. Sufrimiento con sentido y sin sentido.

La persona no debe olvidar que el sufrimiento es una de las más grandes


preguntas que la vida le plantea. De acuerdo con la clase de respuesta que de,
sufre mas o sufre menos.

La Logoterapia permite ver que cuando una persona no le encuentra sentido a


un dolor inevitable, sufre y esta desesperada. En cambio, si uno encuentra un
sentido al sufrimiento, sufre pero no esta desesperada. En la desesperación no
hay un significado, un sentido, se sufre más por esta razón. Cuando se le
encuentra un sentido al dolor se sufre menos. No hay desesperación.

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10, Sufrimiento necesario e innecesario.

Importa hacer la diferencia entre un sufrimiento inevitable y otro evitable. El


sufrimiento “normal” o autentico es aquel que se vive ante el destino inevitable,
absurdo y doloroso. Es aquel que debe despertar la búsqueda de los valores.
En este tipo de sufrimiento, inevitable, se disminuye el exhibicionismo, no se
hace un espectáculo del sufrimiento.

Las características de una sociedad enferma y la Logoterapia.

Frankl declara que nuestra sociedad, por sus propias características favorece
determinadas problemáticas, de tipo existencial. Veamos algunas de ellas.

1. La actitud existencial provisional.

Cada vez es mas frecuente la idea de vivir el momento, vivir al día, porque
mañana no se sabe que va a pasar. Hay una permanente inseguridad en la
persona, ante el hecho de que la vida no tiene valor. Hoy día se vive la cultura
de la muerte. Vivimos un mundo de incertidumbre.

2. La actitud vital fatalista.

La actitud anterior se encuentra relacionada con el fatalismo. El destino es


negro, la esperanza de un mundo mejor va menguando.

3. La idea colectivista.

Si bien las comunicaciones, y sus adelantos han traído muchos beneficios, sin
embargo se observa una tendencia cada vez más creciente de homogenizar
las culturas. Las tradiciones milenarias se esfuman en bien de unos pocos
países.

4. El fanatismo.

La persona de mentalidad colectivista desconoce su propia personalidad y se


sumerge en la masa. Por lo tanto, guiada por esta, desconoce y odia al que no
sigue la idea general.

5. El vacío existencial.

El vacío existencial se puede manifestar con un sentimiento de no encontrarle


sentido o significado a la vida. Incluso, puede darse un compromiso
psicosomatico importante. El vacío existencial también se manifiesta con el
tedio. La neurosis del domingo, es el aburrimiento que muestran algunas
personas que no tienen proyectos.

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Es frecuente que la crisis existencial también empuje al ser humano a la


búsqueda del poder, por ejemplo, la obsesión del dinero o del placer sexual.

6. La “existencia espiritual”.

V. Frankl al efectuar una crítica sobre un modo de teorizar y hacer


Psicoanálisis, da cuenta de un inconsciente no constituido por meras pulsiones.
Para nuestro autor el inconsciente tiene esencialmente un aspecto espiritual.
Con esto se pretende introducir la dimensión de lo espiritual, en tanto ámbito
distinto e independiente de la esfera puramente psíquica.

Es así que la logoterapia va a considerar una psicoterapia a partir de lo


espiritual, convirtiéndose en un complemento necesario a la psicoterapia
tradicional.

Lo espiritual, alejado de toda propiedad de una religión en particular, se


asemeja al concepto de existencia. Esta es siempre irrefleja, ya que es
simplemente irreflexionable.

Nuestro autor, a lo largo de su obra, declara que la frontera entre los ámbitos
de lo consciente y lo inconsciente resulta difusa y vaga. En el mismo acto de la
represión, algo de lo consciente se hace inconsciente y viceversa. Al cesar la
represión, algo de lo inconsciente retorna a lo consciente.

Mientras, la frontera entre lo consciente y lo inconsciente presentan esas


cualidades, se puede apreciar una línea divisoria muy clara entre el ámbito de
lo espiritual y de lo impulsivo.

Si lo más propio del hombre es justamente la dimensión de lo espiritual, la


división entre lo inconsciente y lo consciente no refleja de un modo significativo
la naturaleza de ese hombre.

Lo que distingue al hombre de otro ser viviente es el acto mismo de decidir. Al


decir de Jasper, un ser que decide. Según Heidegger, un ser ahí. En el sentido
analítico existencial, un ser responsable.

Como se puede apreciar, Frankl provoca una ruptura ontológica en lo referente


a la nitidez de las fronteras. Separa lo verdaderamente espiritual (lo más propio
del hombre) de lo pulsional. Ambos campos son fundamentalmente distintos,
que, a su vez, se integran en una estructura, llamada hombre.

Por un lado, se esta ante la existencia misma y por otro lado, ante lo fáctico. La
primera alude a lo espiritual, mientras que la segunda se compone de aspectos
psicológicos y fisiológicos.

Para nuestro autor, mas que profundizar entre estos dos últimos aspectos, el
problema central es en lo relativo a la existencia espiritual.

En este trazado de fronteras ontológicas el sujeto no es solamente un ser que


decide, sino también un ser separado de lo fáctico.

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7. El Inconsciente Espiritual.

Este sujeto espiritual-existencial, posee una profundidad inconsciente. Se dice


que la persona por fuerza ha de ser inconsciente. ¿Qué se entiende por esto?.
Justamente en la ejecución de sus actos espirituales, la persona queda
totalmente absorbida y se deja llevar por lo irreflexionable de su verdadera
esencia.

Por lo tanto, la existencia humana en la ejecución de sus actos espirituales,


irreflexionable de por sí, no es objeto de un análisis racional. La existencia
misma se transforma en un fenómeno primario, irreductible en sí mismo.

De ahí que el análisis existencial apunta, no a un análisis de la existencia, sino


más bien a un análisis sobre la existencia.

Victor Frankl declara que lo que se entiende por conciencia tiene sus raíces en
lo inconsciente, porque las autenticas y verdaderas decisiones de la persona
en tanto existencia, son siempre irreflejas y por ende, inconscientes.

En definitiva, la conciencia es siempre irracional, porque en su inmediata


realidad de ejecución nunca es totalmente racional. Solo la conciencia se
devela en un análisis posterior, se abre paso una racionalización secundaria de
los actos ejecutados.

Se desprende de esto, que la misión de la conciencia consiste en descubrir lo


uno necesario. Este uno es siempre en cada caso, único. Se trata de esa única
y exclusiva posibilidad de una persona concreta ante su situación concreta.

La conciencia trasciende lo fáctico. Esto implica la decisión libre de concebir mi


existencia como responsable, por encima de las determinaciones psicológicas
y fisiológicas. Por lo tanto, se nos revela la trascendencia del inconsciente
espiritual.

Para explicar esto, Frankl subraya lo siguiente: “Así como el yo no es un


producto entero del ello, el superyo (la conciencia) no es producto del Yo.
El superyo no deriva de la introyeccion de la imagen del Padre. Dios no es
una imagen del padre, al revés Dios es prototipo de toda paternidad. Dios
es el primero ontológicamente. Mi padre biológico es el primer
representante”.

La propuesta terapeuta de Frankl, la logoterapia, descubre en el inconsciente


una dimensión de lo religioso. Esto da cuenta, de un estado inconsciente de
relación a Dios, mas bien una relación de trascendencia en el hombre. Para él,
siempre hay una tendencia inconsciente a Dios, más allá de las posiciones que
el hombre posea acerca de las religiones.

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Por ello el autor habla de una presencia ignorada de Dios, o en otras palabras,
una relación reprimida y oculta de Dios. Al respecto hace referencia a los
antiguos. En el Antiguo Testamento, se habla del Dios oculto y en la antigua
Grecia se habla de un altar consagrado al Dios desconocido.

A lo largo de su obra, Frankl no cesa de subrayar que este inconsciente no es


divino y omnisciente, ni tampoco es un Ello. Una de las criticas que realiza a
Jung, es precisamente de “elloificar” la religiosidad inconsciente. En otras
palabras, según Jung, el Ello impulsa hacia Dios, mas que se decide por Dios.

Para este autor, la religiosidad inconsciente se encuentra ligada a


determinados arquetipos religiosos y por tanto a aspectos del llamado
Inconsciente Colectivo. De esto se desprende, que la religiosidad inconsciente
no consiste en una decisión personal, sino de un suceso colectivo y
arquetípico.

Frankl, en ese sentido, es categórico al afirmar que la religiosidad no tiene su


origen en algún inconsciente colectivo, más bien pertenece al ámbito de las
decisiones personales e inconscientes. La religiosidad no tiene carácter
impulsivo, sino existencial. No se trata de un inconsciente determinante sino
existente.

8. El logoterapeuta.

De acuerdo a lo anteriormente señalado, el análisis existencial o logoterapia


tiene como fin la posibilidad de actualizar la realidad propia del inconsciente
espiritual. Se tiene sumo interés en que la religiosidad pueda manifestarse de
una manera espontanea. No cabe aquí posibles manipulaciones de parte del
terapeuta. La religiosidad es autentica en la existencia, en el momento que el
hombre se decide por ella.

LOGOS equivale a sentido, por lo tanto la logoterapia facilita que la existencia


humana se manifieste de por sí, en busca de un sentido. El ser humano no
tiende exclusivamente en busca de placer o poder, ni por una realización de sí
mismo; mas bien, en poder colmar su vida de sentido.

Esta búsqueda de sentido, es una categoría esencial a lo humano, desde el


momento del nacimiento. Resulta ineludible e irremplazable. El mismo Einstein
afirma que el hecho de preguntarse por el sentido implica tener una religión.

La logoterapia no es una religión, debido a que el sentido no puede


prescribirse. El logoterapeuta no puede forzar y obligar al paciente a encontrar
un sentido a su vida, si este no lo desea. No puede ser dado, sino que el propio
paciente tiene que encontrarlo.

Esa búsqueda de sentido la encuentra en distintas situaciones, aun la menos


pensada. Ya sea, en la creación de una obra, en vivir una situación particular y
también en una situación desesperada.

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40

Otros textos:

1.

Introducción
La logoterapia conocida como “terapia desde el logos” o “terapia desde la
búsqueda de sentido” es lo que se tratará en el presente trabajo.
La logoterapia es un constructo teórico que está ínter lazado con otras teorías
de las grandes escuelas psicológicas de comienzo de siglo; entre éstas se
encuentra el Psicoanálisis freudiano y la Psicología Individual de Adler.
Limitar a Víctor Frankl en una epistemología analítico-existencial sería cometer
un grave error, ya que como el dice, los aportes de la Psicología y sus
enfoques trabajan de manera complementaria y no excluyentes, que convergen
en su trabajo de la Psicología (Logoterapia).
“El hombre está siempre orientado y ordenado a algo que no es él mismo; ya
sea un sentido que ha de cumplir ya sea otro ser humano con el que se
encuentra”.
La pérdida de fe en los valores, nos conlleva a la noción poco clara de un
sentido. Entendemos el sentido desde el Psicoanálisis, como la dirección,
magnitud e intensidad depositadas en el otro.
“Sin duda vivimos en una época de pérdida de fe en los valores que es, en
consecuencia, una época de desesperación y de creencia en el absurdo de la
vida”.
La logoterapia y su técnica intentarán restablecer y reajustar los valores, que al
parecer han perdido consistencia en el sujeto, en la constante lucha por
construir un camino a seguir.

La Logoterapia
La Logoterapia es la Tercera Escuela Vienesa de psicoterapia y se centra en el
significado de la existencia humana, así como en la búsqueda de dicho sentido
por parte del hombre.
Según Nietzsche: Quien dispone de un para qué vivir es capaz de soportar
casi cualquier cómo.
La primera escuela psicológica es el psicoanálisis de Sigmund Freud y la
segunda en la psicología individual de A. Adler.
De acuerdo con la Logoterapia, la primera fuerza motivante del hombre es la
lucha por encontrarle sentido a la propia vida, a la vida tal cual es, y toda vida
por más adversa que sea siempre tiene algún sentido.
Por eso a pesar de los problemas que podamos tener, toda vida vale la
pena ser vivida y más aún cuando el hombre pone en práctica la fuerza de

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oposición del espíritu frente al destino, o sea frente a aquello con lo que
me encuentro en la vida sin haberlo elegido; pero ante lo cual sigo siendo
libre de actuar, de un modo o de otro.
El sentido está siempre cambiando, pero jamás falta.
En caso de no verlo, habrá que dotar a la vida de sentido aún en las
situaciones más difíciles, donde lo que importa es dar testimonio de la mejor y
exclusiva potencialidad humana: la de transformar la tragedia, la enfermedad y
el fracaso en un triunfo personal, en un logro humano.
Más aún, según Frankl:
La vida cobra más sentido cuanto más difícil se hace.
Tan solo existe un problema auténticamente serio y es el de juzgar si la vida
vale o no la pena de ser vivida.
Y la vida vale la pena porque hay razones, hay muchos motivos por los cuales
vivir, y esto es lo que le da sentido a la existencia humana. Pero el sentido de
la vida no puede ser dado sino que debe ser hallado por uno mismo.
Frankl también habla del suprasentido, el cual es trascendente al hombre y es
el sentido que excede la capacidad intelectual del hombre, accedemos a él por
la fe.
La cual es una fuerza terapéutica y propiciatoria del desarrollo humano. Esta fe
fortalece al ser humano y hace que en el fondo nada carezca de sentido ni
nada suceda en vano.
El creador de la Logoterapia fue Víctor Frankl quien nació en Viena, Austria el
26 de mayo de 1.905; el clima espiritual vienés estaba marcado por una intensa
vida artística y social junto a un creciente desarrollo científico que hacía de la
ciudad el centro de la cultura europea.
Siendo niño, sus padres constituían una sólida estructura familiar y en conjunto
con sus hermanos convivían en la calidez y la confianza que son el clima
propicio para un desarrollo integral de la personalidad.
La presencia física, afectiva y espiritual de sus padres guiaron con serenidad,
madurez y afecto al grupo familiar.
Frankl era de origen judío al igual que Freud y Adler y de profesión neurólogo y
psiquiatra.
Su aporte a la psiquiatría fue firmado con el sello de su propia experiencia en el
campo de concentración de Auschwitz que los alemanes crearon en Polonia en
la segunda guerra mundial, donde solo su logoactitud o sea su postura ante la
vida, su respuesta ante las adversidades que le tocaron vivir, hizo que esa
experiencia traumática se convierta en una ocasión de aprendizaje y de
crecimiento como persona.

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La logoterapia no invalida los profundos e importantes hallazgos de pioneros de


la talla de Freud, Adler, Pavlov, Watson o Skinner. Dentro de sus respectivas
dimensiones, cada una de estas escuelas posee vigencia.
Es más el mismo Frankl aclara que tampoco la logoterapia es una panacea que
puede abordar toda situación y por eso permanece abierta a la cooperación
con otros métodos psicoterapéuticos así como a su propia evolución.
En psicoanálisis el paciente se tiende en un diván y le dice al psicoanalista
cosas que a veces son muy desagradables de decir. Pues bien en la
logoterapia el paciente permanece sentado, bien derecho pero tiene que oír
cosas que a veces son muy "desagradables de escuchar".
Comparado con el psicoanálisis, la logoterapia es un método menos
retrospectivo y menos introspectivo.
La logoterapia mira más bien al futuro es decir a los cometidos y sentidos que
el paciente tiene que realizar en el futuro por eso Frankl afirma que "el hombre
es hijo de su pasado pero no esclavo de su pasado y es padre de su porvenir".
Al aplicar la logoterapia, la persona ha de enfrentarse con el sentido de su
propia vida para a continuación rectificar la orientación de su conducta en pos
de tal sentido.
La logoterapia es obvia porque es connatural al hombre el cual por naturaleza
está orientado a los valores y quizás más de uno vive según una escala de
valores.
De aquí que aún sin saberlo la gente común vive logoterapéuticamente sólo
que le falta ponerle nombre a esa postura ante la vida, a ese modo habitual de
actuar.
Lo obvio en logoterapia es la capacidad de autotrascendencia y
autodistanciamiento, ambos son aspectos fundamentales de la espiritualidad.
Auto trascendencia es la capacidad de renuncia por algo o por alguien.
Autodistanciamiento es la capacidad que posee el hombre de poder
objetivar y distanciarse del síntoma y de las situaciones conflictivas que
se le presentan.
El hombre común es el que puede entender más fácilmente que es auto
trascender o sea poner entre paréntesis aquello que es uno mismo y pensar y
actuar en favor de los demás.
Según Frankl el hombre no llega a ser realmente hombre y no llega a ser
plenamente él mismo sino cuando se entrega a una tarea, cuando no hace
caso de sí mismo, se olvida de sí mismo al ponerse al servicio de una causa o
al entregarse al amor de otra persona.
Ocurre lo mismo que con el ojo que no es capaz de ejercer su misión de ver
sino en la medida en que no se ve a sí mismo. No por auto consideración ni por
auto contemplación, no por hacer girar nuestros pensamientos en torno a
nuestra angustia nos libramos de ella, sino por el abandono de uno mismo, por

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el darse y entregarse a una causa digna de tal entrega. Lo que el hombre es, lo
es por una causa que él hace suya.
Pareciera que la psicoterapia se ha convertido en otro artículo de consumo que
debe estar en función del sentirse bien. (Bretones)
Pero el sentirse bien no agota toda la misión que tenemos con respecto a
nuestro cuerpo y a nuestra mente.
Por eso la tarea de la logoterapia es hacernos conscientes de que el cuidar del
cuerpo y de la psiquis es sólo una parte de nuestros deberes.
El cuerpo y la psiquis deben ser cuidados porque son el instrumento de la
persona humana, pero el hombre es algo más que el cuerpo y la mente,
también es espíritu y por eso tiene libertad y voluntad, es consciente de sí
mismo y capaz de elegir.
La logoterapia ayuda a humanizar y personalizar al hombre; lo ayuda a lograr
su plenitud a partir de una adecuada concepción de hombre como persona en
comunidad de personas.
Vivir humanamente es el resultado de un armónico desarrollo integrado del
triple nivel que caracteriza al hombre: el nivel vegetativo, el perceptivo motor
del vivir animal y el nivel de la vida propia del espíritu que penetra la esencia de
las cosas, razona, decide y ama, crea el mundo de la ciencia, de la técnica, del
arte, descubre la vocación moral y la dimensión religiosa.
Lo que caracteriza a la persona es ser una unidad bio-psico-espiritual, una
presencia consciente y creadora en el mundo, confiada en su libertad y
responsabilidad en medio de otras personas con las que debe no sólo convivir,
sino también auto construirse mediante la interacción con ellas y responder así
al llamado de una misión trascendente.
La conciencia de una misión en la vida posee un extraordinario valor
psicohigiénico y psico-terapéutico. No hay nada que ayude más al hombre que
soportar las penalidades objetivas y subjetivas que la conciencia de tener una
misión que cumplir.
Freud se encargó de hacer consciente lo enfermizo del hombre.
Frankl se encargó de hacer consciente en el hombre sus potencialidades
Aunque no se diga explícitamente, existe la sensación de que estamos más
enfermos de lo que pensamos y no se nos ocurre

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Influencias Teóricas predominantes en la Logoterapia


“La Búsqueda de Sentido” en Freud:
Desde el Psicoanálisis freudiano la teoría Psicoanalítica está en un esfuerzo
por ir rescatando las vivencias inconscientes para terminar dando mayor poder
a la esfera del Yo.
El fin del Psicoanálisis es ir desenmascarando al Yo, debilitándolo hasta que
caiga la última de las fantasías creadas en la esfera del Yo, no un
fortalecimiento del Yo, que cree más represiones que no permitan encontrar
una forma del trabajo a los contenidos inconscientes del sujeto, llegando así a
dar cabida dentro del sujeto, dar escucha a su verdadera demanda. De la
teoría Psicoanalítica se desprende como fin la búsqueda de hacer consciente al
sujeto de sus propios impulsos.
En resumen la búsqueda de “sentido” en Freud, estaría asentado en la
activación consciente de lo inconsciente del sujeto en la cual se desprende la
solución y pseudo sentido (En el sentido de una constante de hacer consciente
lo inconsciente, para la futura búsqueda de un camino).
“La Búsqueda de Sentido” en Adler:
Un concepto destacado en la psicología individual de Adler es el énfasis en la
importancia de la cultura y las sociedades humanas. Esto es crucial para el
desarrollo de la personalidad y para la orientación de las conductas y
emociones en la vida de la persona.
Este moldeamiento de la expresión en el individuo en términos de la actitud
propia hacia el ambiente sugiere que subyacente a todos los demás instintos y
necesidades está la característica innata del interés social.
El interés social se expresa de manera subjetiva en la conciencia de un
individuo de tener algo en común con otras personas y de ser uno de ellos.
Uno de los conceptos importantes en la psicología individual de Adler es el
Finalismo, que surge a partir de que “la personalidad y características de un
individuo son desarrolladas por las actitudes que adopta hacia el ambiente
social en la infancia temprana”.
En este punto podemos tomar este constructo teórico para referirnos a la
Logoterapia de Víctor Frankl. Para Adler el individuo debía además de sus
instintos y necesidades, tener un interés social, este punto es crucial en la
Logoterapia de Frankl, ya que este individuo pierde justamente el interés social
porque pierde el sentido de su vida.
En resumen el “sentido” estaría subordinado a un interés social y este a su vez
tendría íntima relación con los parámetros generales que te entrega la cultura y
la sociedad.

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Voluntad de Sentido:
La búsqueda del sentido de la vida constituye una fuerza primaria de los
impulsos instintivos del hombre. Este sentido es único y específico en cuanto
es uno mismo y uno solo quien tiene que encontrarlo; únicamente así logra
alcanzar el hombre un significado que satisfaga su propia voluntad de sentido.
Logos o "sentido" no es sólo algo que nace de la propia existencia, sino algo
que hace frente a la existencia. Esto se considera verdadero no sólo por lo que
ser refiere a la sublimación de los impulsos instintivos, sino también por lo que
toca a lo que Jung denomina arquetipos del "inconsciente colectivo", en cuanto
estos últimos serían también las expresiones propias de la humanidad, como
un todo. Según Sartre, el hombre se inventa a sí mismo, concibe su propia
"esencia", es decir, lo que él es esencialmente, incluso lo que debería o tendría
que ser.
Frustración existencial:
La voluntad de sentido del hombre puede también frustrarse, en cuyo caso la
logoterapia habla de la frustración existencial.
La frustración existencial se puede resolver en neurosis. Para este tipo de
neurosis, Frankl las llamó neurosis noógenas, en contraste con las neurosis en
sentido estricto, es decir las neurosis psicógenas.
Las neurosis noógenas no tienen su origen en lo psicológico, sino más bien en
la dimensión noológica, de la existencia humana. Este término logoterapeútico
denota algo que pertenece al núcleo "espiritual" de la personalidad humana. No
obstante hay que recordar que para Frankl el término espiritual no tiene una
connotación religiosa, sino que hace referencia a la dimensión específicamente
humana.
Neurosis noógena:
Las neurosis noógenas no nacen de los conflictos entre impulsos e instintos,
sino más bien de los conflictos entre principios morales distintos de los
conflictos morales o, expresándonos en términos más generales, de los
problemas espirituales, entre los que la frustración existencial suele
desempeñar una función importante.
La logoterapia considera en términos espirituales temas asimismo espirituales,
como pueden ser la aspiración humana por una existencia significativa y la
frustración de ese anhelo. Dichos temas se tratan con sinceridad y desde el
momento que se inician, en vez de rastrearlos hasta sus raíces y orígenes
inconscientes, es decir, en vez de tratarlos como instintivos.

No todos los conflictos son necesariamente neuróticos y, a veces, es normal y


saludable cierta dosis de conflictividad.
Víctor Frankl se refiere a la logoterapia: "La logoterapia considera que es su
cometido ayudar al paciente a encontrar el sentido a su vida. La logoterapia
difiere del Psicoanálisis en cuanto considera al hombre como un ser cuyo
principal interés consiste en cumplir un sentido y realizar sus principios

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morales, y no en la mera gratificación y satisfacción de sus impulsos e instintos


ni en poco más que la conciliación de las conflictivas exigencias del ello, del yo
y del súper yo, o en la simple adaptación y ajuste a la sociedad y al entorno".
El vacío Existencial:
En el vacío existencial el hombre carece de un instinto que le diga lo que ha de
hacer; en ocasiones no sabe ni siquiera lo que le gustaría hacer. En su lugar,
desea hacer lo que otras personas hacen (conformismo) o hace lo que otras
personas quieren que haga (totalitarismo).
El vacío existencial se manifiesta sobre todo en un estado de tedio. El hastío es
causa de más problemas que la tensión y, desde luego, lleva más casos a la
consulta del psiquiatra.
La frustración existencial suele manifestarse en forma de compensación sexual
y así, en los casos de vacío existencial, podemos observar que la libido sexual
se vuelve agresiva.
El sentido de la Vida:
Lo que importa no es el sentido de la vida en términos generales, sino el
significado concreto de la vida de cada individuo en un momento dado.
A cada hombre se le pregunta por la vida y únicamente puede responder a la
vida respondiendo por su propia vida; sólo siendo responsable puede contestar
a la vida. De modo que la logoterapia considera que la esencia íntima de la
existencia humana está en su capacidad de ser responsable.
Lo “Consciente” y lo “Responsable”:
Víctor Frankl cree que ambas teorías están dentro del reduccionismo
psicológico, por una parte el Psicoanálisis reduce al hombre a ser controlado
por una serie de impulsos sexuales con una energía determinada como la
libido, y por el lado de la Psicología Individual de Adler postula que es reducido
el hombre a un juego de complejos de inferioridad.
Frankl une lo que reduce en términos del poder desprender los fines de las
anteriores teorías, para así dar una coherencia individual a su teoría de hombre
desde los dos aspectos antes planteados. De la teoría Psicoanalítica se
desprende como fin la búsqueda de hacer consciente al sujeto de sus propios
impulsos, y de la teoría individual se desprende en el fin de buscar un ser
responsable. Frankl intenta unir las teorías que parten desde postulados
distintos pero que según él pueden ser unidas en una concepción unitaria de
hombre como un ser consciente-responsable, por consiguiente también
existencial.

Frankl admite que ambas teorías están obligadas en sí por sus constructos a
estudiar sólo una parte de la existencia del hombre. Él partiendo ahora de esta
unidad, que sólo acepta desde un plano ontológico, interviene con las teorías
del existencialismo con influencias de Beber, Ebner y Moreno comprendiendo
la existencia, como ser en cuanto otro, como la existencia en términos de
coexistencia, en donde todo lenguaje está siempre comunicando a sí mismo,

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comunicando hacia un objeto, y siempre es sobre algo lo cual se comunica.


Ahora bien, desde Brentano y Husserl, Frankl toma el concepto de
intencionalidad, entonces, podemos entender la correlación desde el lenguaje
hacia la coexistencia, ya que dos sujetos que hablan sobre algo y hacia alguien
están haciendo un todo estructurado, están haciendo un mundo de sentido, y
este mundo en la existencia de sentidos es lo que podríamos llamar “Logos”.
En este Logos se prueba la razón de una existencia donde el sujeto pueda
trascender hacia objetos, “la Psicología que no pone en su seno los sentidos
referentes a otros se castra a sí misma”.

El inconsciente espiritual
El inconsciente de Frankl difiere en muchos aspectos del inconsciente
freudiano, hasta el punto de afirmar que la cualidad inserta en las dos
concepciones hace su división netamente clara, pero debemos señalar que
Frankl no postula otro espacio fuera del inconsciente, sino que, postula otra
forma del inconsciente, en el sentido de inconsciente espiritual en tanto
existencia.

La diferencia más elemental de los dos inconscientes, es la de sus caracteres


cualitativos en cuanto contenido de lo inconsciente. Si pensamos en la cualidad
del Freudiano éste es el reservorio de impulsos sexuales producto de vivencias
en la infancia reprimidas, ahora, el inconsciente espiritual es lo que permite al
sujeto ser en cuanto trascendencia. El inconsciente espiritual en cuanto
posibilitador de la existencia nos permite no dejar solo al hombre frente a los
impulsos o complejos de inferioridad, ya que según Frankl siguiendo a M. Boss,
los impulsos y lo espiritual poseen la cualidad de ser inconmensurables. Por
tanto, la pregunta de lo realmente humano se plantea ya no en la diferencia de
lo consciente y lo inconsciente, la condición humana es ahora complementada
con la invención por parte de Frankl como lo espiritual contenido en el
inconsciente, es decir, la diferencia de lo realmente humano se plantea desde
los aspectos cualitativos del inconsciente, lo espiritual y los impulsos , ya no
desde un plano de la diferencia entre lo consciente y lo inconsciente, dado que
sus líneas divisorias resultan ser demasiado poco claras y difusas ,
invirtiéndose los papeles en muchas ocasiones.
La espiritualidad inconsciente es la fuente y raíz de toda espiritualidad
consciente. En otras palabras: conocemos y reconocemos no solo un
inconsciente instintivo sino también un inconsciente espiritual y consideramos
este como el fundamento sustentador de toda espiritualidad consciente. El yo
no es dominado por el ello; sin embargo, el espíritu es sustentado por el
inconsciente.
Cuando se habla de espiritualidad inconsciente, por inconsciente no se debe
entender nada más que no reflexivo. Sin embargo, se pretende decir algo más:
se pretende decir también no reflexionable.

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¿Que es la logoterapia?

La logoterapia asciende a la dimensión humana, y de esta manera llega a ser


capaz de acoger en su instrumental los fenómenos específicamente humanos
que encuentra en esa dimensión. Se trata de las dos características
antropológicas fundamentales de la existencia humana, que se dan en esa
dimensión: su auto trascendencia, en primer lugar, y, en segundo lugar, la
capacidad para distanciarse de sí mismo, una capacidad que caracteriza no
menos como humano al existir del hombre como tal.
La logoterapia enseña que el hombre, en el fondo está penetrado de una
voluntad de sentido. Ahora bien, esta teoría suya (Frankl) de la motivación
puede definirse operacionalmente, aún antes de su verificación y validación
empíricas. Y puede hacerse dando la siguiente explicación: llamamos
sencillamente voluntad de sentido a aquello que se frustra en el hombre
siempre que éste cae en el sentimiento del absurdo y del vacío.
Dediquémonos ahora a la cuestión acerca de lo que pudiéramos emprender
frente a la frustración existencial, es decir, la frustración de la voluntad de
sentido, y frente a la neurosis noógena. Ahora bien, propiamente no se puede
dar sentido, y menos el terapeuta. Este no puede dar sentido a la vida del
propio paciente, o entregar ese sentido al paciente para que se ponga en
camino. El sentido debe hallarse. Y en cada caso no puede hallarlo sino uno
mismo.
Se ha comprobado que el hallar el sentido y colmar de sentido son cosas
independientes de la edad y grado de formación, del sexo masculino o
femenino, y del hecho de que uno sea persona religiosa o irreligiosa.
La logoterapia como técnica:
La logoterapia basa su técnica denominada de la “intención paradójica” en la
dualidad que, por una parte el miedo hace que se produzca lo que se teme y,
por otra, la hiperintención estorba lo que se desea. Por intención paradójica, se
invita al paciente fóbico, por ejemplo, a que intente hacer precisamente aquello
que teme, aunque sea sólo por un momento.
La logoterapia consiste en darle la vuelta a la actitud del paciente en la medida
en que su temor se ve reemplazado por un deseo paradójico.
“El neurótico que aprende a reírse a sí mismo puede estar en el camino de
gobernarse a sí mismo, tal vez de curarse”. La intención paradójica es la
constatación empírica y la aplicación clínica de la afirmación de Allport.
La intención paradójica no es una panacea, pero sí un instrumento útil en le
tratamiento de las situaciones obsesivas, compulsivas y fóbicas, especialmente
en los casos en que subyace la ansiedad anticipatoria.
La ansiedad anticipatoria debe contraatacarse con la intención paradójica, la
hiperintención, al igual que la hiperrreflexión deben combatirse con la “de-

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reflexión”; esta no es posible, finalmente, si no es mediante un cambio en la


orientación del paciente hacia su vocación específica y su misión en la vida.
No es el ensimismamiento del neurótico, ya sea de conmiseración o de
desprecio, lo que puede romper la formación del círculo; la clave para curarse
está en la trascendencia de uno mismo.
En una ocasión se le preguntó a Víctor Frankl, ¿Puede definirme en una frase
lo que quiere decir Logoterapia?, a lo que Frankl respondió ¿Puede definirme
Ud. en una frase la esencia del Psicoanálisis?, la respuesta que esta persona
le dio fue: "En el psicoanálisis, el paciente se tiende en un diván y le dice a
usted cosas que, a veces, son muy desagradables de decir". De inmediato
Frankl replicó: "Pues bien, en la logoterapia, el paciente permanece sentado,
bien derecho, pero tiene que oír cosas que, a veces, son muy desagradables
de escuchar".

Con lo anterior quiso decir que la logoterapia es un método menos


retrospectivo y menos introspectivo. La logoterapia mira hacia el futuro, es
decir, a las acciones que va realizar el sujeto en el futuro. La logoterapia se
desentiende de todos los mecanismos de retroacción que tan importante papel
juegan en el desarrollo de las neurosis.
La logoterapia se centra en el significado de la existencia humana, así como en
la búsqueda de dicho sentido por parte del hombre. Es por esto que Frankl,
habla de la voluntad de sentido, en contraposición a la voluntad de placer en
que se centra el Psicoanálisis freudiano, y en contraste con la voluntad de
poder que enfatiza la psicología de Adler.

Trabajando con Logoterapia


Un caso de la recuperación de un alcohólico un programa logoterapeutico
Estas reflexiones parten de una experiencia personal: el conocimiento de un
enfermo alcohólico y la recuperación del mismo, con un ingreso de la
comunidad de los A.A y a su programa.
Lo llamaremos Mario, de edad cercana a los 50 años, profesional, separada de
su esposa y de su hija desde los 10 años anteriores, con una historia de
alcoholismo que comienza alrededor de los 18 años y continua hasta esa edad.
Los intentos por dejar el alcohol fueron en vano; ni tratan médicos, si
psicoterapia, ni internaciones pudieron con el flagelo. El alcohol le gano todas
las batallas. Mario perdió su familia, amigos posibilidades de realizarse
profesionalmente, perdió su dignidad como persona. Fue lentamente,
refugiándose en sus propios pensamientos racionalizándose sobre la vida y la
persona se sentó con una botella, en la platea del escenario de la vida a mirar
como otros crecían, creaban, amaban, lloraban, eran protagonistas. Su fuerte
orgullo lo auto justificaba en el sentirse diferente al resto, en no ser
comprendido. No encontraba su lugar. El alcohol lo anestesiaba y le creaba un
remedio ilusorio, alejado de la realidad. El se sentía diferente, se sentía
superior. Hasta que el alcohol lo tumbo y se hizo la luz luego de las tinieblas
Mario ingreso a A.A

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Con asombro, Mario dejo de beber el 1er día, hasta la fecha. Han pasado ya
casi 10 años. El sigue concurriendo a la comunidad y recuperándose.
¿Que operó al cambiar?
El programa a través del grupo, le propuso la aceptación de la derrota frente al
alcohol. Los compañeros compartieron con el que el alcoholismo es una
enfermedad (ya aceptado por la O.M.S) que causa con una obsesión mental,
que el alcohólico cuando ingiere el 1er vaso de alcohol no puede parar. Le
dijeron que hay además una dependencia física (ellos la llaman alergia, o factor
por como ahora se descifra a los últimos estudios celulares realizados en varios
pacientes del mundo) que es una enfermedad del alma y que detrás de la copa,
hay graves trastornos de conducta que son los que un alcohólico tiene que
revisar y reencargar para poder recuperarse y mantenerse sobrio. Además, que
es una enfermedad progresiva, que lleva graves trastornos físicos y mentales,
la locura y la muerte. Le mostraron la debilidad extrema de sus actuales
circunstancias, el estar desnudo ante la existencia y también le propusieron
que le pida a Dios o a su Poder Superior que le ayude. En el grupo le dijeron
que el no era culpable de tener una enfermedad pero si responsable de su
recuperación.
Compartieron que también ellos hallaron un día al grupo llenos de temores,
dudas, sufrimiento, que lo comprendían y que estaban dispuestos a ayudarlo, si
el quería que la decisión era de el. Si le hubieran dicho que su fuerza de
voluntad era necesaria dice Mario que se hubiera ido. Ya había probado con
fuerza de voluntad. No podía. El alcohol podía más. Mario dejo de luchar contra
el alcohol, dejó de sufrir inútilmente. En la aceptación de la derrota, estaba su
victoria.
En esta 1ª etapa el comenta que lo mas importante fue aprender a escuchar a
sus iguales y sus experiencias, cómo lo habían logrado. Pudo, de a poco
descubrir que los otros no eran sus enemigos, eran sus iguales que le
transmitían la sabiduría del camino recorrido y se lo daban gratuitamente. Con
el tiempo, el comenzó a hacer lo mismo con compañeros recién llegados. Mario
comenzó a valorar al otro a través del grupo y ser protagonista de su vida y su
vida se lleno de sentido.
El grupo le insistía mucho con los cambios, cambios de actitud, revisión de
aspectos de carácter. Descubrió que debajo de su alcoholismo estaba una
filosofía de vida basada en la fuerza de Voluntad y la autosuficiencia. No había
estado Dios en sus planes. Su egocentrismo y su soberbia eran lo que lo
distanciaban del mundo y de los otros., que su orgullo intentaba autojustificar
con racionalizaciones las dificultades personales, y adjudicarles la
responsabilidad a otros. Que estaban enfermos sus sentimientos y su alma.
El programa le propuso accionar. Volver a trabajar, ayudar a los compañeros,
estar en actitud de servicio ante la vida. Y a partir del grupo, el salio a la vida.
Sigue ante la vida. Buscando nuevas respuestas, tratando de seguir
moderando sus defectos de carácter. Profundizando la religiosidad que ha ido
descubriendo en si mismo, aceptando al otro como único e irrepetible,
aprendiendo del sufrimiento. Ahora sabe, que fue necesario para él, la noche
oscura, para poder comenzar a ver la luz

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1) Para producir el cambio, el alcohólico tiene que aceptar la incurabilidad de


su enfermedad. Aceptar lo que no puede cambiar. Valores de actitud. Tomar
conciencia responsable ante la vida. Su decisión es única.
2) Ponerse en acción: trabajo, estudio, actividad física, familia, amigos.
3) Recibir la experiencia de otros. Descubrir el asombro ante la vida y ante el
otro aprender a escuchar, respetar y agradecer en el orden y la ley.
4) Ubicarse en la sociedad y en el mundo como uno mas que aprende de otro y
a través de este, se re-conoce y re-evalúa, resolver la capacidad del
pensamiento y la voluntad para encajar sus tendencias más desajustadas: el
orgullo, la soberbia, la lujuria, la pereza, la ira, etc.
5) A través de la dinámica grupal, mostrar los impulsos, aprender a esperar.
Encontrar a partir 1º de los otros, respuestas mas adecuadas frente a las
dificultades. Practicar y ejercitar las virtudes.
Descubrir a Dios, saber que la vida de cada ser humano es un servicio y una
misión, que el sufrimiento vivido lo enaltece y lo capacita para razonar con
otros. No es una condena, ni un capricho del destino. Aceptarlo y asumirlo
como propio, y como parte del plan de Dios para conocerlo. Reforzar los
valores del espíritu, iluminarse con los valores del espíritu en lugar de los
valores del ego.
Mas allá de haber dejado de beber, la recuperación le ha extendido a sus
afectos mas profundos y familiares, ya la ayuda generosa y continua de
alcohólicos totalmente desinteresada, solo por amor y agradecimiento.

Conclusiones Finales
Creemos que lo que se ha descrito en este trabajo es la base teórica más
importante de la logoterapia de Víctor Frankl.
A través del acercamiento con este constructo teórico nos hemos dado cuenta
de la importancia de la búsqueda de sentido para el hombre. Esta búsqueda de
sentido sin duda que marca el desarrollo personal de cada persona. A partir de
esta teoría nos preguntamos muchas veces ¿cuál es el sentido de la vida?, ¿Mi
vida tendrá realmente un curso lógico?, estas interrogantes pueden ser
respondidas a través de la logoterapia, siempre y cuando el individuo se haga
responsable de sus propias acciones.
El que el individuo se haga responsable de sus acciones es fundamental en la
logoterapia, porque es en base a esto en lo que el logoterapeuta centra la
terapia.
Creemos también que la logoterapia ha sido un gran aporte para la psicología
actual, porque nos permite acercarnos al hombre en uno de los temas más
conflictivos y complicados en el mundo actual, este mundo actual que esta
lleno de presiones, que vive rápidamente y que muchas veces con este estilo
de vida se llega a perder el sentido de la vida.

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Finalmente queremos destacar que este trabajo está orientado para conocer
los principales aportes de Víctor Frankl a la Psicología a través de su teoría de
la Logoterapia, sin duda, que sus aportes son mayores que los descritos en
este trabajo, pero al menos logramos interiorizar al lector con la terapia de
Víctor Frankl.

Victor E. Frankl la Logoterapia y la comunicación.

Frankl sobrevivió al Holocausto, incluso tras haber estado en tres campos de


concentración nazis, incluyendo el de Auschwitz, desde 1942 a 1945; no
ocurrió así con sus padres y otros familiares, los cuales murieron en estos
campos1.

Debido en parte al sufrimiento durante su vida en los campos de concentración


y mientras estaba en ellos, Frankl desarrolló un acercamiento revolucionario a
la psicoterapia conocido como logoterapia.

Logoterapia parece un trabalenguas, una palabra complicada que acompaña


una teoría complicada, sin embargo podemos desglosar este confuso término y
descubrimos que es sencillo dentro de su complejidad; con Logos nos
acercamos a estudio, palabra, espíritu, Dios, “sentido”, “significado”, ¿qué
buscamos todos a lo largo de nuestra vida? Un sentido, una razón para vivir,
“‘quien siente su vida vacía de sentido, no solamente es desgraciado sino
apenas capaz de sobrevivir’ dijo alguna vez Albert Einstein”, 2Frankl
comprendió esta idea fuerza y proyectó, por y con su experiencia un enfoque
que se utiliza en la escuela humanista existencial.

Para explicar el tema que tengo en cuestionamiento en este momento necesito


hacer referencia al Análisis Existencial, en cuanto este fundamenta, en una de
sus perspectivas la funcionalidad de “la antropología como base para una
psicoterapia: No existe psicoterapia sin una concepción del hombre y sin una
interpretación del mundo”3. Con respecto a esto es plausible promover un

1
www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/frankl.htm
2
La Voluntad de Sentido, Herder, Barcelona, 1994.
3
Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Escuela de Psicología, cátedra corrientes psicologicas,
Docente: Juan José Soca G.

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53

traslado que nos permita ingresar en un razonamiento relacionado a la


comprensión del hombre en tanto ser que se comunica y las dificultades que se
presentan en este ámbito de la cotidianeidad social.

Si bien es cierto que buscamos un sentido a la vida, muchas veces este es


dado incluso por la palabra, por Dios, por un espíritu, una energía etc. el
sentido se lo damos nosotros mismos en forma individual, por una necesidad
de sentirse parte de un mundo en el que fuimos arrojados, un da-sein que nos
puede dañar si nos quedamos sentados en el sufrimiento de no hacer o no
tener una proyección que nos permita dar un paso adelante. Esto en relación a
lo que explica la frase de Einstein y la asertiva idea de Nietszche: “Aquellos que
tienen un por qué para vivir, pese a la adversidad, resistirán”.

Frankl en su libro Voluntad de Sentido expresa que “es un hecho: el hombre


solo puede sobrevivir cuando da una orientación a su vida” y con esto no solo
se refiere a un individuo, también a toda la humanidad. El ser humano necesita
una fuerza pero esta no es solo exterior, debe ser principalmente interior, pues
la autodestrucción no solo se da en un ámbito de muerte física, también como
muerte emocional; es el estar hundido en arena movediza con todo lo que esta
situación implica, no poder moverse, para no ahogarse, pero estar ahogándose
igual. Cuando no hay movimiento no podemos determinar con certeza sobre
nuestras vidas, no tenemos capacidad de decidir en forma adecuada, el
problema es cuando nuestras determinaciones nos dañan y no sacamos nada
en limpio de lo vivido, situación
El morir, la autodestrucción en tanto que se ha hecho propia de este
forma de comunicación por el hecho de
querer expresar algo y buscar ser periodo histórico- social.
escuchado. En el caso de la falta de sentido
se expresa el no tener una motivación para Finalmente es mas fácil no
vivir, esta forma de llamado de atención no
es escuchada, claro hay casos que son hacerse cargo de nuestras
entendidos y apoyados con una guía necesidades, no
adecuada, sin embargo en muchas
situaciones esto no es fácil de detectar responsabilizarnos del
hablando de adolescentes, en tanto los
adultos creen que los chicos son un sufrimiento o del dolor, solo
problema y hacen las cosas por molestar,
sin darse cuenta que su actuar es un llegar y decir “tengo lata” pero
síntoma del problema base, relacionado
directamente con la incomunicación en la
familia y la falta de proyección de su mismo
grupo familiar, por ejemplo.

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¿qué significa esta frase? “eeh.. flojera, o es cuando algo no me incentiva a


esforzarme po’ ”4 Es muchas cosas, demasiados sentires contenidos que no
pueden ser descritos de otra forma, y adultos, adolescentes, niños incluso no
saben que implican estas palabritas.
Las comunicaciones humanas se han convertido en lo electrónico, detenerse
para conversar en chat con gente que no se ve y si llegase ha verse es a través
de una pantalla, el acercamiento físico está bloqueado. Se pierde la posibilidad
de contacto y perdemos una forma de sentir; sentir, sentido, razón para hacer
algo, motivación para estar en contacto con otras personas, es lo que hemos
perdido. De aquí surgen nuevos cuestionamientos, los valores, nos basamos o
apoyamos en ellos para caminar por el mundo, sin embargo la pregunta surge
¿los valores son percibidos en forma igualitaria por los integrantes del grupo
social, o su influencia depende del individuo y su contingencia? Por lo que se
puede observar son independientes, aunque hay un convenio (según diría
nietzsche) con el que los individuos acuerdan el significado o sentido de una
palabra o idea. ¿A qué se le otorga el máximo valor en este tiempo? A
sobrevivir y según Frankl esto no puedes ser lo principal porque el ser humano
está dotado de la capacidad de trascender el sí mismo, si esto no sucediera no
tendría sentido vivir.

En referencia a la comunicación y las formas de expresión que esta implica, se


puede integrar el concepto de existencialismo en tanto este se refiere a lo que
es, a lo que existe, y lo que existe no es solo un elemento material, también es
lo expresable, pues el ser humano necesita de un elemento observable,
comprensible que le permita exponer un sentido al objeto con el que se
relaciona.

El concepto básico del Existencialismo es el ser. Existencialismo viene de


existencia que deriva de "ex-sistere" que significa "salir fuera" o "estar fuera
de". Es un salir de nosotros hacia el otro, implica el descubrimiento del otro, ir
al encuentro con el otro. El ser que es el individuo aislado, único e irrepetible,

4
Natalia, 24 años, estudiante de enseñanza media.

54
55

con una serie de cualidades que cada uno las va (o no) descubriendo a lo largo
de su desarrollo evolutivo5

El ser humano es individuo, pero convive con otros individuos, pero cada
individuo tiene tres aspectos que lo distinguen de otros, aunque todos los
individuos tienen estas tres dimensiones, y cada una de estas es independiente
al interior del individuo, y a su vez es un conjunto de dimensiones humanas.

En este sentido también se puede hablar de comunicación en tanto cada una


de estas dimensiones se comunica con la otra de modo tal que se mantiene
una conexión holística entre el interior y el exterior del ser.

El nivel espiritual (noetico) = el


espíritu.

El nivel psicológico (sociológico)


= la psique

El nivel biológico (fisiológico) = el


cuerpo

9. Nivel biológico.
En este nivel encontramos formas de vida en las que se producen procesos
vitales electroquímicos y físicos. Es el nivel en el que podemos encontrar
plantas y animales, incluyendo al ser humanos. Aquí no encontramos
plasticidad.

10. Nivel psicológico.


En este nivel encontramos la conciencia de la vida capaz comprender los
sentimientos, las sensaciones, instintos o condicionamientos. Es más regular,

5
www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/frankl.htm

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produciéndose mayor libertad, hay más plasticidad en comparación con el


nivel anterior.

11. Nivel Espiritual.


En este nivel la libertad es muy amplia, es posible tener una postura ante
cualquier situación y se puede desafiar los condicionamientos y límites. Este es
un nivel propio del ser humano (aunque en mi opinión, al margen, eso no
tenemos como saberlo).

Volviendo al tema de la comunicación, podemos integrarlo con la logoterapia


específica en tanto “vacío existencial” o “crisis existencial” y “falta de sentido”,
pensando que la comunicación se considera necesaria para la comprensión e
integración al medio que nos rodea, medio al cual pertenecemos. Es importante
considerar, en este sentido, que la comunicación que llamo “electrónica” influye
en estados de “vacío” o falta de sentido, en tanto se han producido cambios
que nos han encontrado desprevenidos, cambios muy rápidos, por que la
tecnología avanza más rápido que nuestros conocimientos y no podemos
quedarnos atrás pues esto implica una desadaptación social.

El problema básico que se presenta con la comunicación electrónica está


relacionado con acortar las palabras, no expresar lo que realmente se siente,
deteriorar y disminuir el lenguaje a un punto en el que se producen confusiones
respecto de lo que se quiere decir. Esto afecta el proceso de comunicación en
tanto proceso cognoscitivo que permite comprender y descubrir el mundo real,
pues la comprensión del lenguaje es esencial para toda aceptación y
compresión de la realidad cotidiana.

Considerar esta nueva forma de comunicación como un desafío para los que
utilizamos la tecnología es casi un sentido para nuestra vida, en mi caso me
costó comprender el meta lenguaje, pero esto me ha costado mucho más ya
que las nuevas formas de expresión se han convertido para mi en lo que Sastre
denominó el genio maligno, y ha sido difícil de resolver.

Si “la Logoterapia se funda en tres principios:

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4. La vida tiene sentido en todas las circunstancias.


5. El hombre es dueño de una voluntad de sentido y se siente frustrado o
vacío cuando deja de ejercerla.
6. La persona es libre dentro de sus obvias limitaciones, para consumar el
sentido de la existencia.”6

Entonces se puede exponer que las comunicaciones y lenguaje disminuido y


dotado con menos sentido o “menor grandeza” de lo que sucedía hace menos
de dos décadas, han perdido, en gran medida, el papel que jugaban en la
sociedad y la integración del ser humano como ser social.

Existen modelos de vida que utilizan al lenguaje como instrumento de


transmisión, estos instrumentos se llevan a cabo por tres puntos principales: la
cultura, el manejo y modos de pensar y actuar, normas y valores que se rigen
en una sociedad.

El lenguaje ha sido estudiado desde la antigüedad, se dice que es complejo y


muy extenso ya que existen disciplinas que se relacionan con él, solo por
mencionar algunas tenemos: la lingüística, la gramática, psicología, geografía,
matemáticas, antropología, fisiología, comunicación e ingenierías.

En definitiva para considerar esta cuestión trato de exponer que el ser humano
necesita de una comunicación integra e integral, abierta, espontánea, pero
principalmente expresada en plenitud y con el sentido que permite adquirir el
nivel espiritual en consideración con la libertad que este otorga y que el ser
humano actual necesita con mayor fuerza, considerando la idea que se tiene
en la mira de no poder expresar en plenitud lo que se quiere decir por la
vaguedad de las palabras utilizadas y por la asincronía y la disonancia que se
produce en las comunicaciones actuales entre las personas.

BKN: si no chatea, lo entiende? Si no se entiende se produce angustia… pero


este es otro plano.

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A través de varios hallazgos cruciales del doctor Frankl que ponen de


manifiesto nuestro deseo inconsciente de descubrir un sentido definitivo de la
vida, podremos darnos cuenta que existe un motivo para vivir que debebien
llevado para no llegar a la frustración.
La experiencia personal por la que paso Frankl muestran como a través
de constante sufrimiento que se puede estar sintiendo por lo que nos rodea
solo puede ser una forma de tomar conciencia de que a pesar de estar
sufriendo podemos encontrar un sentido que nos guíe en nuestros quehaceres.
Para ello empezaremos con un breve vistazo al enfoque existencial el
cual nos muestra la importancia que toma el momento en el que nos
encontramos, lo fundamental que es considerar que seamos hombres libres
dotados de la capacidad de ser responsables de lo que queremos ser, tomar y
ver la posición que tenemos.
La Logoterapia, terapia creada por Frankl muestra que tan
enriquecedor puede ser encontrarse así mismo y darse cuenta de cómo
nuestra manera de pensar optimistamente nos puede ayudar a ver la vida
como un regalo como un constante caminar lleno de alegría y de placer un,
placer que se torna satisfactorio por como somos capaces de llevar adelante
nuestro ser a pesar de que este cargado de conflictos y malestares.
Centrándonos en el sentido de la vida según Víctor Frankl podemos ver
como lograr su plenitud a partir de una adecuada concepción de hombre como
persona en comunidad de personas. Reconocer lo que cada uno es, y valorar
lo que tenemos y lo que somos y de querer lo que nos rodea, tratar de no ser
orgullosos y preocuparnos tanto por lo que dirán los demás, sino más por como
estamos viviendo para así, si nos encontramos en un momento que nos
desagrade no lo consideremos como eterno e invariable, sino más bien
cambiante a cada momento, significa que tanto las alegrías como las penas se
harán presentes y hay que hacerlo parte de nuestro existir. Tanto como vienen
se irán y así sucesivamente. Por lo cual lo mejor es adecuarnos a esto.

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A pesar que nos encontremos en una época en el cual el conocimiento a


veces se torna más importante que los valores, en el cual la tecnología y sus
avances sean más importantes que el propio ser humano, incluso llegar a la
necesidad de matar a personas para así apoderarse de ciertos conocimientos.
Nos demuestra un antiguo dicho que dice “de los errores aprendemos”,
significa que quizás todo el sufrimiento que se ha vivido y se sigue viviendo es
un forma que surge para que el hombre tome conciencia de que incluso a
través de los hallazgos más innumerables podemos salir adelante.

El existencialismo ha sido un punto principal tomado por Frankl. El


concepto existencialismo, proviene del latín “exsistere”, que significa
“sobresalir” o “surgir”. Este enfoque existencial se centra en la forma en que
esta surgiendo y transformándose constantemente el ser humano. Sus
comienzos fueron de movimientos filosóficos que resaltan el papel crucial de la
existencia, de la libertad y la elección individual. El término en sí mismo
sugiere un tema principal: el énfasis puesto en la existencia individual concreta
y, en consecuencia, en la subjetividad, la libertad individual.

El existencialismo ha sido una etapa fundamental para el ser humano, ya


que este ha ayudado a que seamos vistos de una manera más humanista y no
tan maquinisista. Esto nos a ayudado a que el hombre se de cuenta de que
puede cambiar su forma de vivir, tomando la idea de Heidegger vemos como el
hombre esta obligado a hacerse cargo de su existencia y gracias a esta finitud
el hombre se puede construir a sí mismo, ósea a través de sus propios actos
responsables.

Considerando que Frankl nació en Viena el año 1905, bajo un clima de


grandes conflictos logramos ver su aporte a la psiquiatría, el cual fue logrado
gracias a la propia experiencia que llevo a cabo en el campo de concentración
de Auschwitz, en donde los alemanes crearon en Polonia la segunda guerra
mundial.

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Su respuesta ante las adversidades que le tocaron vivir, hizo que esa
experiencia traumática se convierta en una ocasión de aprendizaje y de
crecimiento como persona. El nos muestra como por medio del sufrimiento se
pude encontrar un sentido a la vida y que aun así se pueden crear
pensamientos positivos y crear ideas tan magnificas como los son la nueva
mirada que plantea Frankl, ósea un camino psicoterapéutico. Lo que vivió y
aprendió lo transformó en una teoría vital al servicio del hombre, en donde
nace la Logoterapia, esta se constituye por tres principios básicos: “La
voluntad de sentido”, “El sentido de la vida, en todas las circunstancias” y “La
libertad de volición, la persona es libre dentro de sus obvias limitaciones”. Esta
terapia ayuda al hombre a lograr su plenitud a partir de una adecuada
concepción de hombre como persona en comunidad de personas.

El planteamiento de ver una terapia más dinámica significa en no


basarse tanto en los malestares que este sintiendo la persona, sino más en
considerar los aspectos que nos rodean ya que estos son los que nos hacen
ser como somos, los cuales nos pueden orientar bastante a llevar una mejor
vida, es por eso que el cuerpo y la psiquis son muy fundamentales para que
el ser humano se sienta equilibrado por lo cual es muy importante que sean
cuidados ya que son un instrumento imperante de la persona humana. Como
sabemos el hombre es algo más que el cuerpo y la mente, también es espíritu
y por eso tiene la libertad y la voluntad, que nos deben orientar a ser
conscientes de nosotros mismos, de que somos capaces de elegir nuestro
camino. Debemos se capaz de buscar un sentido, más allá de la búsqueda de
poder y placer.

Frankl nos dice: Yo diría que lo que el hombre quiere realmente no es,
al fin y al cabo, la felicidad en sí, sino un motivo para ser feliz En cuanto lo
encuentra, la felicidad y el placer surgen por sí mismos.
La búsqueda del sentido de la vida es la esencia de la
existencia, lo que profundamente cuestiona al ser humano es el para qué de
su existencia. El ser humano se encuentra en un constante preguntar… el cual
le provoca rabia, ira, descontento, como también placer, regocijo, alegría … y
muchos otros sentir que ponen en jaque la posición el la que nos encontramos,

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en el cual cada día más lleva a las personas a desorientarse y a no saber que
hacer con sus vidas, a veces nace el conformismo, el desinterés…Es por esto
que hay que considerar que la felicidad se obtiene como consecuencia de un
motivo y no por la búsqueda de ella misma. Es decir que la vida por más
adversa que sea siempre se encuentra dotada de un sentido.

La frustración o existencia se caracteriza por el vacío de sentido. La


gente hace lo que todos hacen o hace lo que le ordenan que haga, esto los
hace siempre a llegar a un tipo de dictadura no gratificante en donde la
existencia de nadie y el vacío se hace profundo. No obstante esta falta de
sentido puede ser el lugar donde brote, por necesidad, la búsqueda de un
sentido pleno.

El sentido de la vida, no se puede dar, cada quien lo ha de encontrar


desde su individualidad irrepetible, lo importante no es lo que el individuo
pueda esperar de la vida sino lo que pueda dar. La clave no está en las
preguntas que el individuo le haga a la vida sino en cómo el individuo responde
a las preguntas que la vida le plantea. Siempre la vida nos mostrara dificultad y
frente a esta hay que estar preparado, estar consciente de que muchas cosas
pueden pasar y aunque a veces sea por necesidad más que por gusto siempre
es necesario estar pendientes de nuestra existencia valorarla en todo sentido.

Valores y creencias nos muestran lo importante que es expresar las


convicciones con franqueza, los valores y creencias de la persona, en función
de ellas es que la persona se transforma en lo que ella se desea ser. Es la
libertad, en el ambiente de una decisión íntima, la que permite que la persona
se vaya haciendo a sí misma con un sentido de trascendencia. El hecho de
poder ser capaces de representarnos y de tomar disposiciones nos ayuda
bastante para reconocer tanto nuestras fallas como nuestras virtudes.

Asumir las circunstancias, en lo que tienen de modificables e


inmodificables, es la posibilidad de trascender a través del sentido de que cada
vez más se acerque el camino el que debemos tomar.

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El optimismo es la verdad, el amor… es la meta más alta a la que


puede aspirar el ser humano. Esta fe fundamental permite recuperar todos los
esfuerzos, decisiones o acciones que alguien haya realizado en su vida; en
este sentido no hay cosas inútiles, pues todo queda en la eternidad. La vida
aparece como una oportunidad a la que hay que responderle, es necesario
buscar la mejor opción para conservarla y por lo tanto mantener la promesa de
sobrevivir.

La fortaleza y la actitud interior nos ayudan a responder a las


preguntas que le hace la vida, y no lo que el hombre le pregunte a la vida. La
felicidad es el resultado del sentido, no puede ser un fin en sí mismo, es una
consecuencia de él. O bien, podemos decir que la felicidad se obtiene como
resultado de la acción al responderle a la vida. Si ese responder se proyecta
con metas reales y satisfactorias será más fácil adaptarse a lo que nos rodea,
formar una cierta capa de protección se torna interesante para seguir por un
buen camino. La creación de nuestra actitud y de experiencia debe tomar un
papel crucial en nuestras vidas ya que esto es lo que nos hace estar acá.
Debe surgir, por un lado, la fe en el futuro, y por el otro, la búsqueda de
recursos de amor y sentido en la historia personal de vida. La relación entre
fortaleza interior (valores, fe, amor, sentido) y meta futura, es el eslabón que
integra al individuo y le permite reconocerse como un ser único e irrepetible.

En un déficit de sentido más profundo puede ocurrir sentir el fracaso,


la ausencia de sentido que revele no sólo la falta de tensión a valores, como
quiere ver la Logoterapia, sino referir o desenmascarar un déficit de significado
más profundo que el simple sentido de la vida y que llegue, por ende, a
impactar el fondo mismo de la problemática del sentido, la finitud, el límite,
donde la naturaleza del problema cambia de índole y de existencial se vuelve
declaradamente ontológica.

Desde el enfoque de la terapia de la imperfección, la problemática del


sentido, vista entonces en su totalidad, abarca o está integrada por el sentido
de la vida y por el sentido del ser. Y aunque ambas modalidades, son
diferentes y en cierta forma autónomas, no se trata sin embargo, de dos

62
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significados ajenos el uno al otro, sino de modalidades plenamente unidas por


la función de significar diversos aspectos (existencial y ontológico) de la misma
problemática planteada obstinadamente por la condición limitada del ser del
hombre.

Advirtamos entonces que el límite, la condición contingente de la


naturaleza humana, es el verdadero origen o fuente de la entera problemática
del sentido y que esta problemática se bifurca, como ya señalamos, en dos
niveles o modalidades: en primera instancia, a nivel ontológico y, sólo de
manera mediata, a un nivel existencial. El sentido es una semblanza del
problema del límite de modo que la cuestión del significado está rebasada por
la cuestión del límite. Por esto que la terapia de la imperfección englobe o
abrace con el tema del límite el asunto del sentido de la vida. De hecho, el
problema del sentido de la vida constituye la expresión del límite de la
experiencia humana que se encuadra, a su vez, en un problema más vasto
como es el de la finitud del existir mismo.

La falta de sentido de la vida es, pues, una experiencia del existir


mismo, una experiencia del hecho mismo de ser limitado. En efecto, cuando
una persona desemboca o experimenta una situación sin sentido, está
tropezando, en última instancia, con alguna expresión de la vasta realidad del
límite, está “catando” una porción de la problemática del límite.
Tal vez, para explicar mejor no sólo la unidad de la problemática del
significado, sino la diversidad de sentidos y la relativa autonomía existente
entre ellos, pudiéramos recurrir a la metáfora de la construcción.

Aprender del sufrimiento es necesario porque uno no nace con la


capacidad de sufrir. Sufrir significa obrar, crecer, madurar, con el sufriendo
aprendes y entiendes muchas cosas que te hacen disfrutar de lo que tienes.
Favorece la comprensión del otro. Por eso a pesar de los problemas que
podamos tener, toda vida vale la pena ser vivida y más aún cuando el hombre
pone en práctica la fuerza de oposición del espíritu frente al destino, o sea
frente a aquello con lo que me encuentro en la vida sin haberlo elegido; pero

63
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ante lo cual sigo siendo libre de actuar, de un modo o de otro.

La noción de Frankl constituye una invitación a un vivir en el bien-estar


psíquico y corporal, a un vivir sin esfuerzo en la unidad de toda la existencia en
el hacer que surge del ver el presente cuando no hay prejuicio. Como tal, esta
noción ha llevado a muchas personas a la reflexión y a la acción que busca
encontrar o revelar la naturaleza de ese vivir.

Pensamos que todas las experiencias que los seres humanos viven, en
toda circunstancia y cualquiera sea el nombre que les demos, nos ocurren
como aspectos de nuestro vivir humano en el fluir de nuestro vivir , y pensamos
también que es por ello que se pueden cultivar y expandir, dando origen a
distintos modos de vivir y convivir en espacios culturales.

Es, por lo tanto, hacia lo que consideramos los fundamentos de la


experiencia que hace posible el camino del sentido como experiencia del vivir
en el bien-estar fisiológico, psíquico, y espiritual, hacia adonde dirigimos
nuestras miradas y reflexiones. Más aún, esto lo hacemos entendiendo que
hablamos de algo que no se puede describir sino que sólo se puede evocar en
quienes ya lo conocen como una experiencia espontánea o cultivada.

Sin embargo el que no podamos describir la experiencia que deseamos


evocar no es, ni constituye una dificultad muy grande, porque todos hemos
vivido alguna vez en nuestra vida la experiencia básica de bien-estar cuyo
cultivo constituye el camino que propone Frankl.

Como la descripción no reemplaza lo descrito, todo lo que hacemos y


podemos hacer al hablar del vivir en el presente es intentar evocar en la
sensorialidad de nuestro vivir ahora la sensorialidad de algo vivido antes en el
fluir del vivir del que queremos hablar. Además, en este intento la sensorialidad
que queremos evocar queda oculta al entrecruzarse con la sensorialidad propia
de los deseos y expectativas o miedos desde donde queremos evocar y
recuperar el fluir del vivir vivido.

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El vivir humano ocurre en la mirada reflexiva que abre el camino a la


frustración que genera dolor y sufrimiento por el apego al valor que se ve en lo
que se perdió o que no fue al no cumplirse los deseos o las expectativas
pensadas, tanto como el camino desde donde se ve ese apego y es posible
preguntarse por la legitimidad del dolor y el sufrimiento que genera a la vez que
por el camino de acción que nos pudiera liberar de ese dolor y sufrimiento. Es
por esto que la noción de Frankl intenta evocar el vivir del camino experiencial
que de seguirlo constituiría en nosotros esa liberación.

El darse cuenta de que es posible salir del sufrimiento del apego a la


frustración ante los deseos no cumplidos genera el deseo de salir, pero si no
sabemos como hacerlo ese deseo abrirá en nosotros el camino a nuevas
frustraciones ya que lo viviremos desde lo que queremos que sea y no desde
lo que esta siendo. Sin embargo hay situaciones que surgen de manera
espontánea en el curso del vivir que se viven como un bien-estar consciente en
el que no hay sufrimiento ni dolor. Es el deseo de repetir y cultivar esa
experiencia sin perder la conciencia del vivir humano consciente.

Vivimos una cultura en la que el dolor que genera la pérdida de lo


efímero le da sentido a lo deseado y constituye la medida de su valor. Y en
esta nuestra cultura, es el apego al dolor por la pérdida del valor y sentido de lo
efímero deseado lo que genera el sufrimiento, no el deseo como tal. En otras
palabras, en tanto el dolor de la perdida le da valor y sentido a lo perdido en
nuestra cultura, la asociación entre dolor y valor o sentido genera el apego al
dolor dando origen a un sufrimiento que se hace más valioso cuanto mayor es,
porque cuanto mayor es el dolor mayor es el valor o sentido de lo perdido.

Los seres vivos existimos en el fluir de lo in permanente, en la continua


transformación de nuestra corporalidad en torno a la conservación de una
identidad relacional que también puede estar en un flujo de continuo cambio.
En este vivir efímero que es el vivir de los seres vivos, los seres humanos no
somos distintos, salvo en que lo que concebimos en nuestro lenguaje que
participa de las dimensiones relacionales que a la vez cambian y se conservan
como referencias en torno a las cuales ocurre nuestro continuo cambiar. Sin

65
66

embargo, en la cultura patriarcal-matriarcal en que transcurre nuestro vivir


actual, vivimos como si el cambio no existiese, y como si el vivir mismo fuese
eterno, sin principio ni fin, aún en la experiencia cotidiana del término de todo
en una transitoriedad inevitable. Es desde la conciencia de la experiencia
cotidiana de eternidad de un vivir transitorio en que se vive cada instante como
si fuese eterno, que surge en nosotros el deseo y la búsqueda de lo
permanente en el intento de retener el valor o sentido de ese presente que
aunque se vive como permanente se sabe que es transitorio.

CONCLUSIÓN

Elegimos este tema por que creemos que el sentido de la vida está
siempre cambiando, y que a pesar de que se pase por momentos difíciles
siempre tendrá momentos felices.
En caso de no verlo, habrá que dotar a la vida de sentido, donde lo que
importa es dar testimonio de la mejor y exclusiva potencialidad humana, la de
transformar la tragedia, la enfermedad y el fracaso en un triunfo personal, en un
logro humano.
La modernidad en la que nos encontramos seria como un tipo más de
ver en la vida que se encuentran los seres humanos, ya que a pesar que a
consideración de que nosotros en este momento seamos parte del quehacer de
los malestares muestra como en todo el acontecer de nuestra existencia nos
hemos encontrado con la historia que nos rebela que el malestar se hace
presente a cada momento y no es motivo fundamental para no poder encontrar
un sentido a nuestro vivir.
Creemos que una del las preguntas que siempre anda dando vueltas en
nuestra sociedad, es el juzgar si la vida vale o no la pena ser vivida. Y
creemos que la vida vale la pena porque hay razones, hay muchos motivos por
los cuales vivir, y esto es lo que le da sentido a nuestra existencia humana.
Pero el sentido de la vida no puede ser dado sino que debe ser hallado por uno
mismo. Y la labor de los psicólogos es ayudar o impulsar a encontrar ese
sentido a las personas que no lo tengan.
Por lo cual los planteamientos de Frankl pueden orientar bastante a que
cada vez más se vea la vida de una manera fortalecedora en todos los ámbitos

66
67

tomando en cuenta los valores, las creencias, nuestro alrededor y de quienes


nos rodean y no ver nuestra existencia de una manera desalentadora en donde
todo lo convirtamos en sin salida, siempre hay una salida para todo.

Decidí abordar el tema del “sufrimiento” porque pienso que es una emoción
totalmente determinante en nuestro crecimiento, desarrollo y madurez como
seres humanos. Creo que estamos acostumbrados a mirarlo como la escena
amarga de nuestras vidas, cuando es justamente lo contrario. Es nuestra
ocasión para reencontrarnos con nosotros mismos, contemplarnos y sentirnos
humanos.
Elegí a Víctor Frankl porque creo que fue un hombre con la suficiente autoridad
moral para hablarnos del sufrimiento (tanto físico como psíquico) como un
proceso inevitable de nuestra realidad humana.

Durante la II Guerra Mundial, Víctor Frankl estuvo recluido por su condición de


judío, en los campos de concentración nazis de Auschwitz y Türkheim, obligado
a soportar toda la crudeza inhumana de la intolerancia.

Admirablemente, fue en esos horribles momentos donde adquirió plena


conciencia del sentido y dignidad de la vida humana, del valor del sufrimiento, y
la fortuna de poder ser feliz, a pesar de todo.

“El interés principal del hombre, es el de encontrar un sentido a la vida,

razón por la cual está dispuesto incluso a sufrir a condición de que este

sufrimiento tenga un sentido”7

Por esto no debemos temer o evitar el sufrimiento, sino más bien enfrentarlo.
Tenemos que apropiarnos de nuestro dolor, sentirlo hasta el fondo con
nuestros cinco sentidos, y tomar conciencia de él, darle un significado que nos
haga crecer y nos guíe hacía la verdadera y constante felicidad. De esta forma
ningún problema, ningún conflicto, será más fuerte que nuestra capacidad de
enfrentarlo y darle un significado que nos guíe a resolverlo.

7
“El Hombre en busca de Sentido”. Frankl, Victor. (p.158).Ed Herder S.A., Barcelona 1979.

67
68

A continuación presento mi tema, “El Sentido del Sufrimiento”, como una


búsqueda y un desarrollo, más bien personal, que me ayudo y me guío en este
momento de mi vida.

El Sentido del Sufrimiento


en Víctor Frankl

Víctor Frankl considera que cualquier tipo de sufrimiento y de sacrificio


que la vida nos entregue, debemos aceptarlo con fortaleza y sabiduría,
sabiendo que detrás de él hay un sentido que puede iluminar su significado.
Lamentablemente en nuestra sociedad el dolor es concebido como
motivo de desgracia e infelicidad, por lo que, generalmente, las personas
tratamos de ocultarlo o resistirnos ante su presencia, como si fuera un mal
absoluto, sin justificación, al que debemos enmascarar por todos los medios
posibles, convenciéndonos así de que podemos vivir sin padecimientos.
Es está nuestra errada ilusión de creer que todo debe ser perfecto, que
no tenemos derecho a sufrir y menos a expresar nuestras debilidades porque
nos haría ver inferiores.
Esto nos hace un daño enorme, porque tratamos de buscar una falsa
felicidad, y cuando nos enfrentamos a la realidad y vemos que no podemos
vivir sin sufrir, el padecimiento se hace aún más insoportable.
Si estamos constantemente evitando sufrir, nos vamos cada vez
mintiendo más a nosotros mismos, y construimos una vida llena de falsedades
que nos debilitan y nos convierten en seres frívolos e insensibles.
Por eso no es extraño que aquellos que insisten en rechazar, con horror,
el sufrimiento se desarmen cuando las frustraciones y los problemas se hacen
presentes en su vida, hundiéndolos en dolor y desesperanza. Aquí está el
fracaso, en no sacar ningún provecho existencial de ese dolor. Mientras más
se rehuye de él, más se hace presente. “El sufrimiento que parece no tener
sentido, lleva a la desesperación”.8

8
“La Voluntad de Sentido”. Frankl, Victor.(p.15).Ed Herder S.A., Barcelona, 1983.

68
69

Esto no esta bien, porque nos olvidamos del enriquecedor significado que
tiene el dolor, aquel que nos dirige hacía la madurez y la paz interior. Solo
crecemos cuando somos capaces de aceptar que podemos y debemos
equivocarnos, para así afrontar con fuerza y madurez nuestras futuras e
inevitables frustraciones.
Pienso que el equilibrio esta en asumir que para encontrar la felicidad,
primero debemos enfrentarnos con nuestras propias emociones, sentirlas y
finalmente liberarlas. Si las evitamos entonces ellas nos persiguen, por lo que
no podemos huir eternamente, es mejor mirarlas de frente, para que sepamos
quienes somos y como sentimos nuestra vida.
Víctor Frankl nos hace un llamado a “atrevernos a sufrir”, a convertir
nuestro sufrimiento en crecimiento. El valor del sufrir está en equilibrio con
nuestra capacidad para saber aceptarlo, no de forma triste y desesperada, sino
con actitud positiva y de sentido. Esto sucede cuando somos conscientes de
que es un principio básico que nos ayuda a desarrollar nuestra personalidad, la
hace más fuerte y equilibrada, y a la vez más comprensiva del dolor ajeno.
Pero no debemos comprender esta aceptación de sufrimiento como un
motivo para sumergirnos en nuestras angustias, rechazando cualquier
posibilidad de evitarlas, en una especie de masoquismo inevitable y
destructivo, “El mérito de aceptar libremente el sufrimiento no se debe
interpretar como asumir voluntariamente un dolor o sufrimiento que se podría
evitar”9. No nos acostumbremos a sufrir, no debemos utilizar nuestros dolores
como excusas para limitarnos, sino que debemos enfrentarlos, para así
liberarlos cuando sea el momento justo en el que ya nos entrego fortaleza y
enseñanza.
“Yo no afirmo en modo alguno que el sufrimiento sea necesario; lo que
digo es que el sentido es posible a pesar del sufrimiento, por no decir mediante
el sufrimiento10”. Cuando somos concientes de nosotros mismos, nos
volvemos seres más auténticos, nos asumimos tal cual somos, con nuestras
fortalezas y debilidades, sin depender de motivaciones externas.
Cuando aceptamos nuestros dolores como parte de un proceso de
crecimiento, entonces nada nos hace perder la esperanza y la fe en nosotros
mismos. Todo se hace más gratificante y más valioso. Todo toma su propio

9
“La Voluntad de Sentido”. Frankl, Victor.(P.23).Ed Herder S.A., Barcelona, 1983.
10
“El Hombre Doliente”. Frankl, Victor. (p.74). Ed. Herder S.A.,Barcelona,1987

69
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sentido, su propio significado. Y aunque todo cuesta en esta vida, ese costo
es la experiencia que nos guía a seguir luchando.
Si no hubiera oscuridad en nuestras vidas, la luz no tendría sentido, si no
hubiera noche, el día no sería día, si no hubiera sufrimiento la felicidad
tampoco existiría. Todo es un equilibrio, todo permanece en armonía, nada
está demás, todo sirve, todo significa, nada es un azar. Esto es lo que
debemos comprender, no podemos huir de nosotros mismos, no podemos huir
de la vida. Así es que cada uno elegirá como quiere vivir, si prefiere escapar
del dolor que escape, pero que no espere conocer con satisfacción el sabor de
la completa felicidad. Quizás también halla algunos más arriesgados que
prefieran vivir a fondo, aunque eso signifique sufrir el costo necesario por ser
felices.
“El que no acepta de una vez con resolución, incluso con alegría, la
dimensión terrible de la vida, nunca disfrutara de los poderes inefables de
nuestra existencia, quedará marginado y, a la hora de la verdad, no estará vivo,
ni muerto”11.
En lo personal me inclino por disfrutar cada momento de mi vida, y esto
no significa vivir desbordantemente, sin medida, sino más bien aprovechar
cada ocasión para conocerme y saber como quiero significar mi vida. Trato de
aceptar mis tristezas como experiencias que me enseñan y me guían a mi
propia felicidad. Porque si no conociera dolor, no entendería la satisfacción
que me provoca la alegría.
Así también, una persona que no es capaz de vivir intensamente cada
momento, y no es capaz de significar nada de lo que siente, es como si no
viviera, como si estuviera un poco muerta. Porque, para mí, existir no es lo
mismo que vivir, en la última se necesita valentía, en la primera se necesita
solamente haber nacido.
No hay que engañarnos, en nuestra sociedad es muy difícil ser feliz, la
mayoría de las veces nuestras satisfacciones y alegrías son por causas
externas a nosotros, casi nunca nos detenemos a ver como estamos o como
nos sentimos. A veces, pasamos la vida tan rápidamente que no alcanzamos a
significarla, a darle sentido a nuestros momentos. Pero aquí es donde entra en

11
“El Hombre Doliente”. Frankl, Victor. (p.63). Ed. Herder S.A.,Barcelona,1987

70
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juego nuestra capacidad espiritual de inteligencia, ¿cómo estoy? ¿Cómo quiero


estar?
Sufrir no significa desperdiciar el tiempo, sino la oportunidad de cambiar
aquello que nos hace daño, la oportunidad de darnos una esperanza y una luz,
aunque en esos momentos sólo haya oscuridad. Si lo rechazamos, también
nos rechazamos a nosotros mismos, por eso debemos aferrarnos a la vida y es
ella quien nos dará los motivos necesarios para tener un sentido por el que
vivir.
Motivos para hundirse hay muchos, motivos para ser felices hay
infinidad.

Conclusión

Para finalizar quiero decir que Víctor Frankl me pareció un hombre


realmente ejemplar, que me dio una enseñanza enorme. Porque él vivió en
carne propia el sufrimiento mismo, y supo como enfrentarlo con sabiduría y
valentía, a pesar de todo.
Estamos tan acostumbrados a ocultar nuestros dolores, a reprimir
nuestro sentir, que nos enfermamos todo el tiempo, nuestra mente y nuestro
cuerpo se angustian porque no somos capaces de apropiarnos de nuestras
emociones, y ellas en un afán de liberarse nos desgarran por dentro.
Sufrimos menos cuando somos capaces de sentir sin temores, de soltar
nuestras emociones y liberarnos, esta es la única forma de darnos un
significado propio que nos conduzca a la verdadera felicidad.
Si sabemos sufrir también sabremos ser felices, si sabemos significar
nuestros días podremos luchar contra todo por seguir viviendo, por seguir en
busca de nuestro sentido. Ningún problema, ningún sufrimiento, nada, tendrá
más fuerza que esa esperanza, ese “sentido” que nos mantiene vivos cada día.

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IV.C. LUDWIG BINSWANGER.

El Análisis Existencial.

Para nuestro autor, el Análisis Existencial representa una síntesis del


Psicoanálisis, la Fenomenologia y conceptos existencialistas modificados por
nuevas intuiciones originales. Es una reconstrucción del mundo interior
experimental de los pacientes con la ayuda de una armazón conceptual
inspirada en los estudios de Heidegger sobre la estructura de la existencia
humana.

Binswanger es un psiquiatra de la escuela de Eugen Bleuler y fue uno de los


primeros seguidores suizos de Freud. Luego, en los primeros años 20, se
presento junto con Eugene Minkowski como uno de los pioneros de la
fenomenologia psiquiátrica. Con su trabajo Traum und Existenz (1930) y sus
estudios sobre las manías (1931-1932) fue derivando hacia el análisis
existencial. Expuso su sistema en 1942 en su obra magna Formas y
conocimiento básicos de la existencia humana y después lo ilustro en una
serie de casos clínicos, el primero de los cuales fue el de Ellen West.

También influyo en Binswanger el libro de Martín Buber Yo y Tu. Este describió


en estilo poético como el pronombre yo tiene dos sentidos diferentes, según se
pronuncie en función de tú o de el. En la esfera del yo-tu, el yo expresa todo su
ser y espera reciprocidad; es la esfera del encuentro, de las relaciones
humanas primarias y del espíritu. En la esfera del yo-el, el yo expresa solo
parte de su ser; es la esfera de las relaciones utilitarias.

Binswanger desarrollo estas ideas con sus descripciones de los modos de


existencia “dual” u “plural”, a los que añadió el modo “singular” y el “anónimo”.

Existen unas cuantas diferencias entre la Fenomenologia y el Análisis


Existencial:

1. El Análisis Existencial no se limita a investigar los estados de “conciencia”,


sino que toma en cuenta toda la estructura de la existencia del individuo.

2. Mientras que la Fenomenologia insistía sobre la unidad del mundo interior


experimental del paciente, el Análisis Existencial acentúa la idea de que un
individuo puede vivir en dos o más mundos, a veces opuestos.

3. La Fenomenologia solo tiene en cuenta los mundos subjetivos inmediatos


de experiencia. El Análisis Existencial se esfuerza por reconstruir el
desarrollo y transformación del mundo (o de los mundos opuestos) del
individuo. Binswanger subrayo el hecho de que este estudio implica una
investigación biográfica, conducida conforme a los métodos psicoanalíticos.

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En sus primeros estudios analiticos-existenciales Binswanger organizo sus


descripciones en torno a la distinción entre el Umwelt, Mitwelt y Eigenwelt de
sus pacientes. Mas tarde polarizo sus análisis en torno a un cuadro referencial
más amplio: la distinción de los modos existenciales.

El modo existencial es la dimensión del ser humano (Dasein) con relación a


sus semejantes (Mitwelt). En contraposición a la psicología Clásica que
supone la continuidad y la homogeneidad en el sujeto, el Análisis Existencial
tiene en cuenta el hecho de que el yo varía conforme a las varias formas (dual,
plural, singular) y a los modos existenciales (anónimos).

El modo existencial dual corresponde en líneas muy generales al concepto de


intimidad y es una extensión de las ideas de Buber sobre la relación yo-tu.
Existe una variedad de modos duales, como las relaciones madre-hijo,
hermano-hermana, amante-amada, e incluso según Buber, creyente-Dios.

Binswanger hizo un extenso análisis de dos de estos modos duales, de las


relaciones de amor y amistad. En el modo dual del amor, dice el autor el
espacio presenta la paradoja de ser simultáneamente infinito y estar al alcance
de la mano; la distancia y la proximidad quedan transcendidas por un modo
espacial peculiar que guarda con el espacio la misma relación que la eternidad
con el tiempo.

También se patentiza el modo dual del amor por su exigencia de eternidad no


solo futura, sino retrospectiva, el momento coincide con la eternidad al excluir
la duración pasajera. Este hogar interior del amor, que transciende el espacio y
en el que se funden el momento y la eternidad, forma el corazón de la
experiencia existencial normal, conforme a Binswanger.

Los analistas existenciales han examinado múltiples problemas a la luz del


modo existencial dual. Boss analizo los aspectos del matrimonio; pero el
matrimonio normal debe desarrollarse a base del modo dual, existen formas
degradadas de matrimonio en que los conyugues viven en plural o en modos
existenciales singulares.

El modo plural corresponde al sector de las relaciones formales, de la


competición y de la lucha. Aquí la intimidad entre el yo y el tu cede el puesto a
la coexistencia entre el uno y el otro o a una lucha a brazo partido entre los
dos. Binswanger describe prolijamente los varios modos de empalmar o
condescender con nuestros semejantes mediante la sensibilidad, las pasiones,
la moralidad, la reputación, etc. De esa manera aparecen a nueva luz muchos
problemas psicopatologicos.

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El modo singular comprende las relaciones del hombree consigo mismo


(incluso con su cuerpo). El Psicoanálisis conoce el narcisismo, la conducta
auto-punitiva y auto-destructiva. La concepción de Binswanger es mucho más
amplia e incluye una vasta gama de relaciones intrapsiquicas que él analiza
con extraordinaria penetración. También estos estudios arrojan nueva luz sobre
ciertos problemas; por ejemplo, los conflictos interiores se miran como una
variedad del modo singular calcada sobre el modo plural, el autismo no
es solo la ausencia de relaciones para con nuestros semejantes, sino
también un modo especifico de relaciones autopersonales.

El modo anónimo es el modo de vivir y actuar individualmente dentro de


una colectividad anónima, como el danzante en un baile de mascaras o el
soldado que mata y es matado por individuos a quienes no conoce. Algunos
individuos recurren a este procedimiento como un medio de escapar o de
combatir a sus semejantes; este último es el caso de los que escriben cartas
anónimas.

Se debe entender que la actividad de un analista existencial generalmente no


se diferencia, en apariencia, de la que realiza normalmente cualquier analista.
Estudia la conducta del paciente, sus reacciones, su discurso, sus escritos, sus
sueños, sus asociaciones libres, y reconstruye su biografía. Pero al hacer esto
dirige sus observaciones desde un punto de vista algo diferente y las clasifica
dentro del cuadro de los conceptos analíticos existenciales. Siempre esta
atento al fenómeno del encuentro.

Presentar el caso expuesto por Otto Dorr en “Psiquiatría Antropológica”, paginas 54-72.

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IV.D. CARL ROGERS

El autor se pregunta el por que tuvo un gran efecto su teoría: “Me parece que,
sin saberlo, exprese una idea en el momento propicio”.

¿Cuál fue su idea principal?. Que la persona tiene dentro de sí amplios


recursos para la auto comprensión, para modificar su auto concepto, sus
actitudes y su comportamiento autodirigido, y que para movilizar estos recursos
basta con proporcionar un clima de actitudes psicológógicas facilitadoras.

Estas hipótesis se desarrollan a partir de varios hechos concretos:

1. “A partir de experiencias difíciles aprendí que el simple hecho de escuchar


de manera comprensiva a un cliente y de intentar trasmitir esta comprensión
era una fuerza poderosa para el cambio terapéutico de la persona. “.

2. “Esta atención empática constituye una de las puertas para el acceso al


funcionamiento del psiquismo...

Veamos ahora la estructura general del pensamiento de Carl Rogers:

1. Teoría de la Terapia y del cambio de la personalidad.

2. Teoría de la personalidad.

3. Teoría de las Relaciones interpersonales.

4. Teoría del Funcionamiento óptimo de la personalidad.

5. Implicaciones teóricas de diversas actividades humanas (vida familiar,


educación y aprendizaje, liderazgo grupal y conflicto grupal).

Antes de dar cuenta de lo anterior, resulta necesario compartir un glosario de


los principales conceptos del autor, a efectos de un mejor entendimiento.

TENDENCIA ACTUALIZANTE Y CONSTRUCTOS CONEXOS.

1. Tendencia actualizante.

Todo organismo tiene la tendencia innata a desarrollar todas sus


potencialidades. Es el desarrollo en el sentido de la autonomía. No solamente
para preservar la vida sino para trascender y expandirse por encima de los
acontecimientos. El organismo en su totalidad presenta dicha tendencia. El
concepto de motivación, en tanto reducción de la necesidad y de la tensión se
incluye en ese concepto.

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2. Tendencia a la actualización del Yo.

La tendencia actualizante general del organismo se expresa también en el Yo,


que consiste en una parte de la experiencia del organismo. Si hay acuerdo
entre el Yo y el Organismo en su totalidad, la tendencia actualizante opera de
un modo unificado.

EXPERIENCIA Y CONSTRUCTOS CONEXOS.

3. Experiencia.

Se refiere a todo lo que sucede dentro del organismo en cualquier momento, y


que está potencialmente disponible para la conciencia. Incluye los hechos que
no son conscientes y los que si son conscientes. Por tanto es una definición
psicológica y no fisiológica. Además se refiere a los datos inmediatos de la
conciencia y no a una simple acumulación de experiencias del pasado.

4. Experimentar.

Tomar conciencia o simbolizar los hechos sensoriales o fisiológicos.

5. Sentimiento.

Denota el significado personal (emocional y cognitivo) de una experiencia de


tinte emocional. Por ejemplo: "Estoy enojado consigo mismo". "Por primera vez
me doy cuenta que me gustas".

CONSTRUCTOS QUE SE REFIEREN A LA REPRESENTACIÓN


CONSCIENTE.

6. Representación, simbolización o conciencia.

La conciencia, en tanto representación simbólica de una parte de nuestra


experiencia. La representación puede tener diversos grados de intensidad,
desde una vaga conciencia de algo que existe como fondo a una clara
conciencia de algo en tanto figura.

7. Disponibilidad para la conciencia.

Cuando una experiencia puede simbolizarse libremente, sin negación defensiva


ni distorsión, se dice entonces que se encuentra disponible para la conciencia.

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8. Simbolización correcta.

Las hipótesis implícitas en la conciencia se verán corroboradas o no si se las


verifica actuando sobre ellas. Por ejemplo: "Hecho un vistazo a mi alrededor y
percibo un aeroplano a lo lejos, pero este resulta ser un zancudo que vuela
cerca de mi nariz". Esta es una hipótesis que puede verificarse. Si espanto a
ese zancudo, aumenta las probabilidades de tomar conciencia del zancudo y
no del aeroplano.

9. Percibir o percepción.

Es una hipótesis que emerge en la conciencia como reacción a la acción de


estímulos que inciden sobre el organismo. Cuando se percibe que "esto es un
triángulo" o "esta es mi madre", se esta haciendo preediciones en base a la
experiencia pasada.

10. Subcibir o subcepción.

Denota la discriminación, sin representación consciente. El organismo puede


discriminar un estímulo y el significado que tiene para él sin utilizar los centros
nerviosos superiores, que funcionan en los estados conscientes. Esta
capacidad es la que permite al individuo distinguir el carácter amenazador de
una experiencia sin representarse conscientemente esta amenaza.

EL YO Y CONSTRUCTOS CONEXOS.

11. Experiencia del YO.

Todo hecho discriminado por el individuo y vinculado a su Yo. Las experiencias


del yo son la materia prima con la cual se forma el concepto del Yo organizado.

12. Yo, concepto del Yo o de si mismo (self), estructura del Yo.

La imagen que la persona tiene de sí misma. Una gestalt conceptual,


coherente, organizada y fluida; compuesta de percepciones de las
características del Yo, y de las percepciones de las relaciones del Yo con los
otros y con los diversos aspectos de la vida, junto con los valores asignados a
estas percepciones.

13. El Yo Ideal o Ideal del Yo.

Es el concepto del Yo que el individuo desearía poseer y al cual asigna un valor


significativo.

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INCONGRUENCIA Y CONSTRUCTOS CONEXOS.

14. Incongruencia entre el Yo y la Experiencia.

Suele existir cierta discrepancia entre el Yo tal como se lo percibe y la


Experiencia real del organismo. Cuando se encuentra el individuo en estado de
incongruencia, está expuesto a tensión y confusión interior; de ahí la aparición
de conductas discordantes. El comportamiento neurótico sería resultado de
esto.

15. Vulnerabilidad.

Designa el estado de incongruencia que puede existir entre el Yo y la


Experiencia. Se emplea cuando se desea destacar el peligro de
desorganización psíquica.

16. Angustia.

Es un estado de incomodidad o de tensión cuya causa es ignorada por el


individuo que la experimenta. Es un estado en el cual la incongruencia entre el
concepto del Yo y la Experiencia total del individuo se acerca a la simbolización
en la conciencia. Cuando la experiencia discrepa del concepto del Yo, se hace
cada vez más difícil una reacción defensiva a la amenaza. La angustia es la
reacción a esta situación.

17. Amenaza.

Se produce cuando el individuo se da cuenta que una experiencia es


incongruente con su estructura del Yo.

18. Inadaptación psicológica.

Cuando el organismo se niega a conscientizar o distorsiona en la conciencia


ciertas experiencias importantes, que en consecuencia no se simbolizan
correctamente ni se organizan en la estructura del Yo, creando una
incongruencia entre el Yo y la Experiencia.

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REACCIÓN ANTE LA AMENAZA.

19. Defensa, estado de defensa.

La reacción comportamental del organismo a la amenaza. Tiene como objetivo


mantener la estructura del Yo. Se logra mediante la distorsión perceptual de la
experiencia, a fin de reducir el estado de incongruencia entre la experiencia y la
estructura del Yo o bien de impedir el acceso de una experiencia a la
conciencia, negando toda amenaza al yo.

20. Distorsión, negación del acceso a la conciencia.

Cuando se percibe oscuramente que una experiencia es incongruente con la


estructura del Yo, el Organismo reacciona produciendo una distorsión del
significado de la experiencia (para que sea congruente con el Yo) o negando la
existencia de tal experiencia, a fin de preservar de toda amenaza la estructura
del Yo.

21. Rigidez perceptiva.

Designa las características del comportamiento del individuo que funciona de


manera defensiva. Se tiende a considerar la experiencia en términos absolutos,
a generalizar en forma excesiva, a dejarse dominar por opiniones, creencias, a
confundir los hechos y los juicios de valor.

CONGRUENCIA Y CONSTRUCTOS CONEXOS.

22. Estado de Congruencia entre el Yo y la Experiencia.

Cuando las experiencias relativas al Yo son adecuadamente simbolizadas e


integradas al Yo, se produce un estado de congruencia entre el Yo y la
Experiencia y el funcionamiento del individuo es integral. De este modo, si un
individuo en terapia llega a simbolizar correctamente algunas de sus
experiencias, debería confesar por ejemplo que odia a su padre o que tiene
fuertes deseos homosexuales.

23. Apertura a la Experiencia.

La actitud de estar abierto a la experiencia constituye el polo opuesto de la


actitud de defensa, por tanto no se siente amenazado.

24. Adaptación psicológica.

Hay una adaptación psicológica óptima cuando la estructura del Yo es tal que
permite la integración simbólica de la totalidad de la experiencia.

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25. Percepción discriminativa.

Esto tiende a considerar la experiencia en términos delimitados y diferenciados,


a tomar conciencia de la dimensión espacio-temporal de los hechos, a dejarse
guiar por sus observaciones, no por las opiniones o teorías, a valorar los
objetos de su percepción con criterios múltiples, a tener en cuenta que existen
distintos niveles de abstracción, a evaluar sus deducciones y abstracciones
confrontándolas con la realidad.

26. Madurez.

Se revela esto cuando el individuo percibe de manera realista y discriminativa,


cuando no está a la defensiva, cuando acepta la responsabilidad de ser
diferente de los otros, cuando evalúa la experiencia en función de sus sentidos,
cuando modifica su evaluación de una experiencia solamente en presencia de
nuevos elementos de prueba, cuando acepta a los otros como seres
individuales, diferentes de él mismo, cuando se valora a si mismo y a los
demás.

CONSIDERACIÓN POSITIVA INCONDICIONAL Y


CONSTRUCTOS CONEXOS.

27. Contacto.

Se dice cuando dos personas están en presencia una de otra y cada una afecta
el campo experiencial de la otra en forma percibida o subliminal.

28. Consideración Positiva.

Se dice cuando percibo que una persona tiene una experiencia respecto de su
Yo y cuando esa percepción modifica positivamente mi campo experiencial. La
consideración positiva engloba sentimientos y actitudes de afecto, cariño,
respeto, simpatía y aceptación.

29. Necesidad de consideración positiva.

Se trata de una necesidad adquirida y se observa frecuentemente en los niños.

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30 Consideración Positiva Incondicional.

Si todas las experiencias de otra persona relativas a si misma son percibidas


por mi como igualmente dignas de consideración positiva, es decir, si no hay
ninguna que yo considere menos digna de consideración positiva, decimos
entonces que se experimenta una consideración positiva incondicional. En
otras palabras, valorar a esa persona como tal e independientemente de los
distintos valores que pueden aplicarse a sus conductas específicas. Esto tiene
un valor importante para el proceso terapéutico: El terapeuta valora la totalidad
de la persona del cliente. De un modo gradual el cliente llega a adoptar esa
misma actitud de consideración respecto de todos los elementos de su
experiencia.

31. Complejo de consideración.

Se refiere a una configuración de experiencias relativas al Yo que para el sujeto


implican una actitud de consideración positiva de una persona hacia él. Por
ejemplo: Si un padre manifiesta una actitud de consideración positiva hacia una
conducta específica de un niño, tiende a fortalecer la estructura total de la
consideración positiva de que el niño había sido objeto anteriormente de parte
de su padre.

32. Consideración Positiva de Sí Mismo.

Se utiliza para designar un sentimiento de consideración positiva que el


individuo experimenta respecto de una experiencia relativa al Yo.

33. Necesidad de Consideración Positiva de Sí Mismo.

Es una necesidad adquirida.

34. Consideración Incondicional de Sí Mismo.

Se dice cuando el sujeto se percibe a sí mismo de modo tal que todas las
experiencias relativas a su Yo le parecen dignas de consideración positiva.

VALORACIÓN CONDICIONAL.

35. Valoración Condicional.

Cuando el individuo busca o evita ciertas experiencias del Yo, por la única
razón de que las considera más o menos dignas de consideración positiva. El
juicios de los otros tienen un papel importante. En consecuencia, la valoración
condicional impide al individuo funcionar libremente y con un máximo de
eficacia porque perturba el proceso de valoración.

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CONSTRUCTOS RELACIONADOS CON LA VALORACIÓN.

36. Centro de la Valoración.

Concierne a la fuente de los criterios aplicados por el sujeto en la valoración de


su experiencia. Cuando esa fuente es interna, inherente a la experiencia
misma, el centro de la valoración se encuentra en el sujeto. Cuando el centro
de valoración se encuentra en otras personas, el sujeto aplica la escala de
valores de esas personas, convirtiéndose en el criterio de valoración del sujeto.

37. Proceso de Valoración Organísmica.

Se refiere a un proceso en continua evolución, en el cual los valores nunca son


fijos o rígidos. Las experiencias se simbolizan adecuadamente y se valoran de
manera constante y renovada en función de las satisfacciones
organísmicamente experienciadas. El Organismo encuentra satisfacción en
aquellos estímulos o comportamientos que lo mantienen y lo enriquecen y que
mantienen y enriquecen al Yo, tanto en el presente como en el futuro.

CONSTRUCTOS RELACIONADOS CON LA FUENTE DEL


CONOCIMIENTO.

38. Marco de Referencia Interno.

Abarca todo el campo de experiencias (percepciones, sensaciones,


significaciones, recuerdos) asequibles a la conciencia del individuo en un
momento dado. Se trata del mundo subjetivo del sujeto.

39. Marco de Referencia Externo.

Se trata de percibir a partir de un marco de referencia interno puramente


objetivo sin empatizar con la persona o el objeto observado.

40. Empatía.

Consiste en percibir correctamente el marco de referencia interno de otro con


los significados y componentes emocionales que contiene, como si fuera uno la
otra persona, pero sin perder esa condición de cómo si. Si está ausente,
estaríamos ante una identificación.

Presentar transparencias de las teorías de Rogers.

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TEORÍA DE LA TERAPIA Y DEL CAMBIO DE LA PERSONALIDAD

Objetivo: “La terapia desempeña un papel de gran importancia en el cambio


de la personalidad, pues libera y facilita la tendencia hacia el desarrollo del
organismo”.

 El cambio personal se ve facilitado cuando el psicoterapeuta es lo que es;


cuando en su relación con el cliente es auténtico y no se escuda tras una
fachada falsa y cuando manifiesta abiertamente los sentimientos y actitudes
que en ese momento surgen en él (coherencia).

 El cambio se ve facilitado cuando el terapeuta experimenta una actitud de


aceptación cálida y positiva.

 Además el terapeuta tiene que manifestar una actitud de empatía, de


comprensión y conocimiento del mundo personal del cliente.

Estas son las actitudes del psicoterapeuta más importantes y no cuentan tanto
el uso de las técnicas terapéuticas o sus conocimientos.

¿Cómo se opera el cambio en la personalidad del cliente?.

 Básicamente esta condicionado por la actitud del terapeuta. A medida que


descubre que alguien puede escucharlo y atenderlo poco a poco se torna
capaz de escucharse a sí mismo. A medida que se abre adquiere la
capacidad de percibir sus sentimientos que hasta ese momento había
negado.

¿Cómo es el proceso terapéutico?.

 El proceso del cambio terapéutico implica una modificación en la manera de


vivenciar las cosas. Al principio la persona se encuentra muy alejada de su
experiencia. A partir de allí se dirige hacia la inmediatez de sus vivencias.

 El proceso implica una relajación de los esquemas cognitivos de sus


vivencias y adquiere la fluidez para los cambios.

¿Cuáles son los resultados principales de la terapia?.

 El cliente cambia y reorganiza su concepto de sí mismo, se acepta más, no


se siente obligado a vivir normas ajenas, se valora más y es capaz de crear
sus normas y valores.

 Se vuelve menos defensivo y más abierto hacia su experiencia de sí mismo


y de los demás, es más realista y diferenciado en sus percepciones.

 Disminuye la discrepancia inicial entre el sí mismo que es el que desea ser.


Se reducen las tensiones, tanto fisiológicas como emocionales.

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 Estas modificaciones persisten más allá del término de la terapia.

Las orientaciones que adopta el cliente en la terapia.

1. Deja de utilizar las mascaras defensivas.


2. Deja de sentir los “debería”.
3. Deja de satisfacer expectativas impuestas.
4. Deja de esforzarse por agradar a los demás.
5. Comienza a autorientarse (autonomía en las metas, responsabilidad).
6. Comienza a ser un proceso constante de cambio.
7. Comienza a ser toda la complejidad de su sí mismo.
8. Comienza a abrirse a la experiencia.
9. Comienza a aceptar a los demás.
10. Comienza a confiar en sí mismo.

Las siete etapas del proceso terapéutico según Carls Rogers.

Etapa N° 1.

 Se manifiesta cierta reticencia a comunicar el sí mismo. Las


comunicaciones solas se refieren a hechos externos.

 Los sentimientos y significados personales no se reconocen ni se


admiten como propios.

 Los constructos personales son muy rígidos.

 Las relaciones intimas y comunicacionales se consideran peligrosas.

 No se perciben ni se reconocen los problemas. No hay deseos de


cambio: “Pienso que estoy sano”.

 La comunicación interna (introspección) sufre un intenso bloqueo.

 Su manera de construir la experiencia esta pre-determinada por su


pasado y los hechos del presente no logran afectarlo.

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Etapa N° 2.

 Una vez que el cliente se siente recibido por el terapeuta, la expresión


comunicacional comienza a fluir en relación con temas ajenos al sí
mismo: “Sospecho que mi padre a menudo se ha sentido muy
inseguro en sus relaciones comerciales”.

 Los problemas se perciben como externos al sí mismo: “La


desorganización sigue reinando en toda mi vida”.

 No hay sentido de la responsabilidad personal en relación con los


problemas.

 Los sentimientos se describen como objetos que no pertenecen al


cliente o que corresponden básicamente al pasado. En vez de decir:
“estoy deprimido, el síntoma era estar muy deprimido”. Pueden
manifestarse sentimientos pero no se los reconoce como tales ni
como propios. La posibilidad de vivenciar se encuentra limitada por la
estructura del pasado.

 Los constructos personales continúan rígidos y no se reconocen


como tales sino que se consideran como hechos objetivos: “Nunca
puedo hacer nada bien, nunca puedo terminarlo”.

 La diferenciación de los significados y sentimientos personales se


encuentran muy limitada y es burda o grosera:”Nunca puedo”. Este es
un caso de diferenciación en blanco o negro.

 Pueden expresarse contradicciones pero son escasas las que se


reconocen como tales: “Quiero saber cosas pero me quedo mirando la
misma hoja”.

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Etapa N° 3.

 Si el ligero avance y el flujo que se establece en las etapas anteriores


no queda bloqueado, sino que el cliente en estos aspectos se siente
plenamente recibido tal como es, se producen un ulterior desarrollo.

 Las experiencias referentes al sí mismo como objeto fluyen con mayor


libertad: “Me esfuerzo por ser alegre, inteligente, porque quiero que
me amen”.

 El sí mismo también se expresa como un objeto reflejado que existe


principalmente en los demás: “Me puedo ver sonriendo dulcemente,
como mi madre”.

 La aceptación de los sentimientos es mínima. Se muestra como algo


vergonzoso o malo. Por momentos los sentimientos se exhiben y a
veces son reconocidos como tales.

 Los contructos personales son rígidos, pero pueden ser reconocidos


como tales y no como hechos externos: “Tengo tanto miendo de que
siempre que haya afecto haya también sumisión”.

 La diferenciación de sentimientos y significados es ligeramente más


nítida y menos global que en las etapas anteriores: “Antes solo lo
decía, pero esta vez lo siento realmente”.

 Se reconocen las contradicciones de la experiencia.

 Con frecuencia se expresan sentimientos o significados personales no


pertenecientes al presente: “Había tantas cosas que no podía contarle
a la gente”.

Etapa Nº 4.

El cliente describe sentimientos mas intensos: “Bueno, su intervención


realmente me llego muy profundo”.
Los sentimientos se describen como objetos del presente: “Me
descorazona sentirme dependiente”.
Se manifiesta una tendencia mas abierta en experimentar los
sentimientos en el presente inmediato, esta posibilidad va acompañado
de desconfianza y temor: “Me siento atado. Me dan ganas de
enfurecerme y llorar”.
El cliente aceptar mas o menos su experiencia, pero todavía no es franca
la aceptación consciente de ella.
La construcción de la experiencia adquiere mayor flexibilidad. Se

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descubren algunos constructor personales, se los reconoce con mayor


claridad como tales y se comienza a cuestionar su validez.
Se advierte la preocupación que inspiran las contradicciones e
incongruencias entre la experiencia del organismo y la experiencia del sí
mismo: “No estoy viviendo de acuerdo con lo que soy”.
Existen sentimientos de responsabilidad propios en relación con los
problemas.
A pesar de que una relación intima aun le parece peligrosa, el cliente se
arriesga y se atreve a relacionarse a partir de sus sentimientos: “OH,
bueno, no tengo confianza en UD”.

Etapa Nº 5.

Los sentimientos se expresan libremente en tiempo presente: “Esperaba


sufrir un intenso rechazo, siempre espero eso, hasta me parece sentirlo
con Ud. Es difícil hablar esto porque con Ud. Quiero portarme tan bien
como sea posible”.
Esta muy próxima la posibilidad de experimentar plenamente los
sentimientos. Estos surgen a borbotones, se filtran a pesar del temor y la
desconfianza que al cliente le inspira la posibilidad de experimentarlos
de manera plena e inmediata: “Se me escapo y en realidad no lo
comprendo. Estoy tratando de entender que es ese terror”.
Comienza a surgir una tendencia a advertir que vivenciar un sentimiento
implica un referente directo. Es decir, comienza a advertir que el punto
de referencia de esas cogniciones vagas reside en su propio interior: “En
realidad no estoy apuntando a eso con el dedo, simplemente lo estoy
describiendo”.
Los sentimientos que surgen a borbotones suelen despertar sorpresa y
temor y no placer.
Los sentimientos del sí mismo se reconocen como propios, en mucho
mayor medida: “La verdad de este asunto es que no soy el tipo dulce, a
veces siento deseos de burlarme, ser egoísta y no sé por que tengo que
aparentar que no soy así”.
La experiencia se construye de manera mucho menos rígida. Se
descubren nuevos constructor: “Esta idea de tener que agradar, de tener
que hacerlo, es algo que he asumido como básico durante toda mi vida,
pero ya no es así. Llora en silencio”.
Se manifiesta una tendencia notoria a diferenciar con exactitud los
sentimientos y significados.
Las contradicciones e incongruencias de la experiencia son encaradas
cada vez con mayor claridad: “Mi mente consciente me dice que soy una
persona valiosa. Pero en alguna parte de mi interior no lo creo. Pienso
que soy una rata babosa y repugnante e inservible”.
Aumenta la aceptación de la propia responsabilidad en los problemas
que se encaran.

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Etapa Nº 6.

El cliente puede experimentar de un modo más inmediato sus propios


sentimientos, antes inhibidos. Se acepta esta cualidad inmediata de la
experiencia y el sentimiento que la constituye. Ya no hay temor ni
necesidad de negar o luchar contra esto.
El sí mismo como objeto tiende a desaparecer. En este momento el sí
mismo es este sentimiento. Es un estar en el momento, con escaso
conocimiento consciente del sí mismo. Este es subjetivamente en el
momento existencial. No es algo que uno percibe.
La experimentación adquiere verdadera característica del proceso.
Le acompaña una relajación fisiológica.
La comunicación interna es libre y relativamente exenta de bloqueos.
El momento de la vivencia plena se convierte en un referente claro y
definido.

Etapa nº 7.

Puesto que la anterior etapa resulta ser irreversible. No hay marcha atrás.
El cliente con frecuencia parece ingresar en ésta última etapa sin
necesidad de ayuda del terapeuta.
Los sentimientos nuevos se experimentan de manera inmediata, tanto
dentro como fuera de la relación terapeuta. La vivencia de esos
sentimientos se utiliza como un referente claro. Se acepta más los
sentimientos cambiantes como propios.
Las situaciones se experimentan e interpretan como parte de un proceso
y no simplemente como algo del pasado.
El sí mismo se percibe cada vez menos como un objeto y en cambio se lo
siente con mayor frecuencia como un proceso que inspira confianza.
Los constructos personales se replantean de un modo provisional, para
ser luego validados mediante las experiencias posteriores.
La comunicación interna es clara, los sentimientos y símbolos se
correlacionan de manera adecuada y hay términos nuevos para describir
sentimientos nuevos: “Estoy tratando de estructurar una manera de
hablar que me permita perder el miedo”.

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IV.E. FRITS PEARLS

La Psicología de la Gestalt: un enfoque estructural no genético para el


estudio de los procesos cognitivos. El cuestionamiento del
Elementalismo Asociacionista.

1. Introducción a la Psicología de la Gestalt.

El nacimiento de la psicología como ciencia experimental, en el siglo XIX, se


asocia con el intento de asimilarla al campo de las crecientemente prestigiosas
ciencias naturales. De ahí que Wundt y sus continuadores adoptaran un
enfoque semejante al de los químicos, es decir, identificar los elementos más
simples de la vida mental, los contenidos elementales de la conciencia, y
descubrir las leyes que rigen la combinación de tales elementos para configurar
otros más complejos. Así, si el investigador estaba interesado por el fenómeno
perceptivo, su esfuerzo se encaminaba a aislar y describir las “sensaciones”
elementales (auditivas, visuales, táctiles, etc). Si, en cambio, se proponía
estudiar el pensamiento humano, la tarea consistía en identificar las “imágenes
visuales”, que se suponían los elementos constitutivos de las ideas.

Este trabajo analítico de descomposición del objeto de estudio en sus


elementos simples, para recomponerlo luego mediante las leyes asociativas, es
el origen de la denominación “elementalismo asociacionista” con la que se
suele calificar a la psicología de Wundt y sus sucesores.

Pero al mismo tiempo que se desarrollaban las investigaciones guiadas por


esta línea de pensamiento, comenzaba a generarse una perspectiva opuesta,
que afirmaba que existían cualidades de la experiencia que no podían
explicarse por las propiedades de los elementos.

Un precursor de esta incipiente reacción ante el elementalismo fue un


psicólogo austríaco llamado von Ehrenfels. En 1890 publica una monografía en
la que intenta demostrar que existe una cualidad de forma que excede a los
ingredientes sensoriales. El ejemplo que utiliza es el de una melodía; los
elementos constitutivos de la melodía son cada una de las notas musicales que
la componen. Pero el resultado final no puede ser explicado solamente por la
sumatoria de esas notas, que son los elementos sensitivos particulares, sino
por la existencia de una “cualidad de forma” de la melodía, que permite que
conserve su identidad aún cuando sea ejecutada en claves distintas, con
instrumentos de distinto timbre o con disímiles intensidades de sonido.

Hay algo diferente de la simple suma de elementos, que permite seguir


reconociendo a la misma melodía. A ese “algo”, von Ehrenfels lo denominó
Gestaltqualitaten (cualidades de forma), es decir, la cualidad propia del todo,

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que no depende de la asociación entre elementos, sino de las relaciones


existentes entre los mismos.

Trabajos aislados como el autor citado, no alcanzan en su época a tener gran


repercusión ni a generar modelos de investigación. Ello se debe a que la
psicología oficial de ese momento se desarrollaba bajo la influencia
hegemónica del paradigma wundtiano. Tendrán que pasar dos o tres décadas
hasta que, desde distintos lugares del mundo, comience a cuestionar el
fundamento mismo de dicho paradigma.

Así como en los Estados Unidos de Norteamerica surge la demoledora crítica


watsoniana a dos de los pilares de la psicología de Wundt (conciencia e
instropección9, casi simultáneamente en Alemania comienza a generarse un
movimiento que apunta sus armas conceptuales hacia otro, el elementalismo
asociacionista.

El iniciador de este movimiento fue Max Wertheimer quién en 1912 publica un


trabajo llamado Estudios experimentales sobre la visión de los
movimientos. Así como el “Manifiesto Conductista” de Watson se constituyó
en la piedad fundacional del Conductismo como escuela de pensamiento
psicológico, el trabajo de Wertheimer puede ser considerado análogamente
como fundante de otro de los sistemas psicológicos contemporáneos:La
Psicología de la Gestalt, conocida también como la Teoría de la Forma.

El estudio de Wertheimer se centraba en lo que él denominó fenómeno phi


(percepción del movimiento aparente). Es el conocido fenómeno que permite
que percibamos el movimiento en una proyección cinematográfica cuando, en
realidad, lo que se proyecta es una sucesión de imágenes fijas a una velocidad
determinada.

La observación de algo aparentemente tan simple, dio lugar a una profunda


crítica dirigida hacia la explicación elementalista del hecho perceptivo. En
efecto, la reducción a elementos sensoriales desvirtúa lo esencial de la
experiencia perceptiva, ya que ésta es dinámica y aquéllos son estáticos.
Siguiendo con el ejemplo de la película, si cortáramos uno por uno todos los
cuadros que la componen y los proyectáramos sucesivamente como si fueran
diapositivas, obtendríamos una serie de imágenes fijas que no darían cuenta
de lo esencial de esa película: la acción dramática.

Los psicólogos experimentales del siglo XIX habían puesto tanto empeño en
descomponer la realidad en sus partes constitutivas, que en el camino habían
perdido de vista a esa misma realidad. Algo así como intentar comprender una
obra de arte mediante la minuciosa enumeración de los colores que la
componen.

Wetheimer y dos de sus discípulos, W Kohler y K. Koffk, se propusieron fundar


una psicología que, manteniendo las bases experimentales, dirigiera su mirada
hacia las totalidades significativas, ya que cualquier intento de descomponer
esas totalidades representa una deformación de la realidad psíquica.

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El tema que hicieron famoso los teóricos de la Gestalt, el todo es más que la
suma de sus partes, resume el punto de partida de un enfoque estructural en
psicología. El objeto de estudio, desde esta perspectiva, son las estructuras
psicológicas entendidas como totalidades organizadas y significativas. Es
interesante reflexionar acerca de cómo esa redefinición del objeto de estudio
ocasiona un giro de ciento ochenta grados en la dirección de la explicación
causal. Las explicaciones elementalistas suponían que las propiedades de las
partes determinaban las características del todo.

Por el contrario, el modo de explicación estructural afirma que es exactamente


a la inversa: las características del todo son las determinan el significado de las
partes.

Desde esta perspectiva, los elementos son “estructurados”, pero no


“estructurantes”. Es decir, que una misma parte va a cobrar distinto significado
según la totalidad a la cual pertenezca. Encontramos abundantes ejemplos de
ello en las estructuras físicas tanto como en las biológicas, psicológicas,
lingüísticas, etc. Si quisiéramos pensar en términos de “sensaciones”, tal como
lo hacían los psicólogos del siglo XIX, podríamos decir que el significado de la
sensación térmica “calor”, registrada por nuestros órganos receptores, va a ser
sustancialmente distinto, según nos encontremos en la playa tomando sol o en
medio de un incendio. Probablemente, la sensación sea la misma en términos
psicofisiológicos, pero si queremos entender la conducta de la persona,
necesitamos considerar a la situación como un todo significativo, que redefine a
todos y cada uno de sus elementos constitutivos.

Podríamos decir que el aporte fundamental de la Psicología de la Gestalt fue el


descubrimiento de que los elementos de la realidad no son entidades aisladas,
sino que se hallan integrados en totalidades significativas y el ser humano en
contacto con la realidad capta en primer lugar las totalidades y solo después
por un esfuerzo de abstracción y análisis, reconoce los elementos particulares
constituyentes del todo.

Los primeros y más conocidos trabajos de los psicólogos de la Gestalt


estuvieron referidos a la percepción, pero luego se fue ampliando el campo de
sus investigaciones hasta abarcar los procesos cognitivos humanos en general.
A tal punto fueron exitosas las respuestas halladas al problema de la
percepción, que aun en la actualidad no hay manual de psicología que no las
reproduzca en su capítulo dedicado a la percepción humana.

La pregunta de la cual parten es ¿cómo se organiza la percepción?,


pregunta coherente con el criterio estructural que sostienen. En efecto, una
estructura es un sistema u organización en el cual la relación entre las partes
que la componen tiene sentido a partir de las leyes de composición del todo.
Por lo tanto, una psicología que parta de una base estructuralista procurará
descubrir las leyes que rigen el funcionamiento de las estructuras o sistemas.

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Veamos como estos teóricos responden al problema de la organización de las


estructuras perceptivas:

 En primer lugar, parten del principio de la organización o la estructura,


según el cual la percepción se organiza como totalidad; esto significa que el
valor de cada elemento del campo perceptual depende de esa totalidad en
la cual se halla incluido y variaría si fuese incluido en otro contexto
perceptivo. Consideran a la percepción como dato primero, que se da ya
organizado y con significación.
 El segundo principio fundamental es la ley de la pregnancia o de la buena
forma, que expresa que la percepción es siempre la mejor posible,
considerando la totalidad de los factores que coexisten en el campo
perceptivo en un momento determinado. Para poder precisar el concepto de
“buena forma”, los teóricos de la Gestalt elaboraron las ya famosas leyes de
organización del campo perceptivo, algunas de las cuáles enunciaremos
brevemente, a modo de ejemplo:

1. La Ley del Cierre, se refiere a la tendencia a percibir formas “completas”,


aún partiendo de datos perceptuales incompletos. Por ejemplo, si nos
presentan la palabra PERC PCIÓN, aún cuando falte la letra E, tendemos
a percibir la palabra completa. Lo mismo ocurre al escuchar un ritmo que se
interrumpe: hay una fuerte tendencia a efectuar el cierre completando el
ritmo.

2. La Ley de la Proximidad, dice que los elementos que se encuentran


cercanos en el espacio y en el tiempo tienden a ser agrupados
perceptualmente.

3. La Ley de figura-fondo, según la cual la organización de la percepción se


da siempre en función de un recorte que define una figura sobre un fondo.
El ejemplo mas difundido es el de las figuras reversibles, que permiten ver
una copa o dos perfiles enfrentados, según sea el recorte de figura y fondo.

4. La Ley de la Semejanza, según la cual los estímulos similares en tamaño,


color, peso o forma tienden a ser percibidos como conjuntos.

Podemos observar que las leyes que se enuncian para dar cuenta del proceso
perceptivo son leyes que aluden a la organización del campo conceptual actual;
cualquier modificación en el seno de ese campo va a producir cambios en la
percepción del mismo. En otras palabras, el equilibrio de las formas
perceptuales es un equilibrio instantáneo, ya que cualquier mutación del campo
perceptual provoca la emergencia de una forma diferente a la anterior.

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El concepto de campo fue introducido por Kohler y proviene de la teoría física


del electromagnetismo (que incluye nociones tales como distribución de
fuerzas, condiciones de equilibrio, interacción entre elementos, vectores,
valencias, etc). Es entendido como un todo dinámico caracterizado por la
interacción interna y por la tendencia al equilibrio. En cada momento, la
relación de fuerzas coexistentes en el campo varía dando lugar a nuevas
configuraciones.

Los psicólogos de la Gestalt comienzan explicando la percepción en función de


las leyes de organización del campo perceptual, y terminan extendiendo este
criterio a todos los procesos psicológicos. La conducta humana sería, así,
función de las relaciones y condiciones interactúan tes en cada momento dado.

Koffka, uno de los más destacados representantes de la corrientes gestaltista,


define la tarea de la psicología como “el estudio de la conducta en su relación
causal con el campo psicofísico” y señala:

“...el campo psicofísico es organizado. Antes que nada, nos muestra la


polaridad del yo y el medio ambiente, y vemos luego, que cada una de
estas dos partes polares tiene su propia estructura. De este modo, el
medio ambiente no es un mosaico de sensaciones ni una borrosa y vaga
unidad total; más bien consiste en una cantidad definida de objetos y
sucesos separados, que son producto de la organización. Del mismo
modo, el yo no es ni un punto, ni una suma o mosaico de impulsos o
instintos. “ (Koffka, K. Principios de Psicología de la Forma. 1935).

Si quisiéramos caracterizar a la Psicología de la Gestalt según algunas pocas


coordenadas, se podría decir que es una psicología estructuralista, dinámica,
ahistórica y antiempirista.

 Estructuralista, porque parte de la consideración de totalidades


organizadas como dato primero, en contraposición con los enfoques
analíticos y atomistas.

 Dinámica, porque explica la conducta en función de un campo regulado por


fuerzas que lo organizan según determinados principios o leyes (en
oposición a los enfoques mecanicistas).

 Ahistórica, porque toma en cuenta los factores coexistentes en el campo


actual para la determinación de la conducta. Consecuentemente es una
psicología no genética, en el sentido de que no dirige su atención al modo
como se van configurando las estructuras psicológicas, sino que se interesa
por el estudio de las leyes que rigen el funcionamiento de las estructuras
organizadas. Por lo tanto, el enfoque de la Gestalt es descriptivo y no
explicativo. Entender las estructuras organizadas deja fuera la cuestión de
explicar cómo se constituyen dichas estructuras. Es a este punto adonde
se dirige la crítica Piaget: “exacta en su descripción de las formas de
equilibrio o totalidades bien estructuradas, la Teoría de la Forma descuida,
sin embargo, la realidad del desarrollo genético y la construcción efectiva
que la caracteriza” Por eso, habitualmente se define a la Teoría de la

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Gestalt como un enfoque estructural no genético, para diferenciarla del


estructuralismo genético de Jean Piaget,

 Antiempirista, porque los procesos psicológicos se estructuran de acuerdo


a las leyes del campo, y la experiencia anterior no cumple un papel
importante. Desde este punto de vista, el enfoque gestaltista se ubica en las
antípodas del Conductismo, que se apoya en la experiencia y en el
aprendizaje para explicar la conducta. Sin caer en el innatismo, los teóricos
de la Gestalt diseñaron experimentos para demostrar que la experiencia
pasada por sí sola no es capaz de determinar los resultados de la
organización cognitiva.

2. Fundamentos de la Terapia Gestaltica

2.1. Principios Básicos.

“La gestalt es tan antigua y vieja como el mundo mismo”. (Perls, 1969).

a) Autorregulación del organismo.

Todos los organismos tienen necesidades específicas que se deben atender


para vivir. Cuando hay deficiencias, el sistema orgánico los remedia; cuando
hay excesos se libra de ellos.

En la terapia gestaltica, se dispone del principio general denominado de


autorregulación del organismo: “El organismo lucha por mantener un
equilibrio que continuamente es alterado por sus necesidades y
recuperado por su satisfacción o su eliminación”. (Perls, 1947).

La autorregulación no consiste en un mecanismo, más bien en un principio. El


mismo funciona de un modo sabio y prudente, los animales comen solo lo que
necesitan y nada más.

A nivel humano, la autorregulación del organismo consiste en que el yo posee


en su naturaleza esencial la capacidad de enfrentarse y de estar en armonía
consigo misma.

El principio de la autorregulación del organismo no implica ni asegura la


satisfacción de las necesidades del organismo. Los organismos harán todo lo
que puedan para regularse de acuerdo con sus capacidades y los recursos del
ambiente.

El principio es similar al de la Psicología de la Gestalt, llamada ley de


pregnancia o de la buena forma: “Cualquier campo psicológico está tan
bien organizado como las condiciones globales lo permitan en ese
momento particular”.

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La autorregulación del organismo no asegura la salud, sino únicamente que el


organismo hace lo que puede con los medios de que dispone.

b) La relación entre el organismo y el ambiente.

En el contexto de la autorregulación del organismo, resulta crítica la relación


entre el organismo y el medio ambiente.

El organismo y el ambiente componen una unidad interdependiente en lo que el


organismo está luchando por regularse a sí mismo.

El organismo y el medio ambiente entran en contacto e interactúan en un


proceso de acomodo mutuo, que en la terapia gestaltica se llama adaptación
creadora.

c) El modo intermedio.

Muchos de nosotros hemos tenido la sensación de entregarnos a algunas


experiencias en marcha. Quizá perder la noción del tiempo en medio de una
actividad absorbente o permitir que el flujo de nuestra excitación nos lleve con
cierta sorpresa.

Estamos completamente presentes en aquellas experiencias. No estamos ni


activos ni pasivos, sino ambas cosas a la vez y realmente en ninguna de esas
actitudes.

En la lengua griega, se encuentra una voz que se llama la voz media. Esta nos
permite hablar de la actividad espontánea e integrada en forma apropiada: “La
voz media relaciona el proceso consigo mismo como totalidad; se percibe
a sí mismo como propio y como comprometido en él”. (Perls, 1951).

La voz media es la voz de los sucesos unificados, la mutua interpenetración


holística de todos los aspectos de la experiencia.

Es la modalidad de expresión que representa mejor la orientación


fenomenológica del momento presente. La voz media es también lo apropiado
para hablar del funcionamiento emocional. Los sentimientos brotan de
nosotros. Estamos incluidos en ellos.

d) La formación gestalt: La Figura y el Fondo.

En la terapia gestaltica, el ambiente sin diferenciar o la unidad del organismo y


el medio se denomina fondo o campo. El foco sobresaliente de la atención y la
actividad se llama figura o gestalt, y lo que no forma parte de este foco es el
fondo.

La gestalt es un conjunto, un patrón, una configuración, una forma cohesiva


que no se puede partir sin destruirla. La relación entre las partes no se puede
cambiar sin destruir la gestalt en particular. Aunque pueden cambiar las
mismas partes, si las relaciones son las mismas, la gestalt permanece intacta.

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El todo determina las partes. No es simplemente la suma total. En este sentido,


se encuentran algunos aspectos comunes entre la psicoterapia gestaltica y la
psicología de la gestalt. Estos puntos son, entre otros, clausura y formación
gestalt de figura y fondo, perspectiva estructuralista y holistica.

Una gestalt es lo que nos resulta de interes. Es lo que necesita la


autorregulación del organismo. Lo que nos importa se convierte en gestalt. La
formación de la gestalt es la creación de figuras que el organismo aprecia en el
proceso de satisfacción de sus necesidades. El organismo, en el proceso de
formación de gestalt, crea un significado.

e) Prediferenciación o indiferencia y atención dividida.

Pero igualmente somos capaces de atender varias cosas a la vez y también


podemos forzar y ocupar de lo que no nos interesa, excluyendo lo que
preferimos hacer.

Por tanto resulta útil distinguir entre una gestalt dividida y el estado de
conciencia prediferenciada. En ésta última, no estamos concientes de nada en
especial, sino solo receptivos al ambiente en general. En este estado, estamos
equilibrados, existiendo en el punto cero de la satisfacción y en el que nada nos
falta ni nos sobra.

Todo esto forma parte del proceso de formación y destrucción de la gestalt: Es


el punto ulterior a la destrucción de una figura y anterior a la formación de otra.
Por ejemplo, después de una buena comida o de hacer hecho el amor.

También somos capaces de escuchar la radio mientras estamos conduciendo


el auto, comiendo o leyendo. En estos ejemplos, la atención está dividida y la
energía repartida.

Las dos o más figuras siguen simultáneamente, exigiendo En este estado se


crean gestalts débiles y difusas. Estas nos exigen un compromiso semejante al
de una figura fuerte. Estamos en el ámbito de las neurosis.

f) Las concepciones de la naturaleza y de lo natural.

En la terapia gestaltica, se considera a la naturaleza humana como flexible. En


parte, ya está determinada y en parte se está creando constantemente según
las circunstancias.

Lo ya dado son las estructuras que organizan nuestras vidas: La


autorregulación del organismo, la formación de la gestalt y la relación figura-
fondo. Estos son los aspectos ya dados.

Al mismo tiempo son potencialidades abiertas a usos múltiples. La naturaleza


humana la estamos recreando cada vez que nos realizamos en el hoy. Hasta
las estructuras naturaleza se pueden modificar, incluir o destruir en el
transcurso de la vida.

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Las estructuras determinan nuestras posibilidades. Tenemos que relacionarnos


con ellas, incluso cuando actuamos en contra de ellas, porque siempre están
presentes.

Esto es una de las bases de la terapia gestaltica: Lo mejor para las personas
es ser lo que es intrínseco. En otras palabras, vivir de acuerdo con estas
estructuras que son nuestras mismas cualidades humanas.

g) La destrucción y la agresión.

Las gestalts, creadas por una necesidad del organismo en el contexto del
ambiente, persisten mientras colmen la necesidad del organismo. Cuando
dejan de tener razón para existir, se destruyen y se olvidan.

Sus componentes pueden subsistir, pero esa figura en particular, constituida en


un determinado momento como parte de la autorregulación del organismo,
desaparece.

Tanto la formación de la gestalt como su destrucción son el fruto de procesos


estructurales intrínsecos a la existencia. Por otro lado, tanto la creación como la
destrucción de gestalts son actos agresivos y un aspecto esencial de la
autorregulación del organismo.

En la terapia gestaltica, la agresividad que se presenta al diferenciar el


ambiente en figura y fondo y que tiene como desenlace la destrucción de la
misma gestalt, se la reconoce como un aspecto esencial de la autorregulación
del organismo.

h) La concepción gestalt de la realidad.

Lo que es figura para uno es lo que se conoce y se quiere. El resto,


fenomenologicamente, no existe. Se va creando el mundo de acuerdo a
nuestras necesidades.

Al mismo tiempo, los sucesos y objetos que se dejan atrás, una vez que se
termina la relación, mantienen una existencia independiente. Ambas realidades
son igualmente ciertas, existen como gestalts.

i) Excitación.

Consiste en el ELAN VITAL de Bergson, el ORGON o energía sexual


vegetativa de Reich, es la LIBIDO de Freud, la FUERZA VITAL de Shaw.

Se trata de la manifestación de energía en nuestros niveles fisiológicos y de la


experiencia. Cuando la excitación del organismo fluye hacia una figura gestalt
en formación, se experimenta en forma de emociones. La excitación es un
aspecto de la relación que hay entre la figura y fondo.

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j) La diferenciación y la dialéctica de las polaridades.

La diferenciación es el proceso de separar las posibilidades en opuestos o en


polos. Estos se necesitan mutuamente y están interrelacionados. Nos vemos
divididos en cuerpo y mente y nuestra realidad en subjetiva y objetiva.

La formación de la gestalt es en sí misma la organización de un conjunto en los


polos de figura y fondo. La existencia de una exige la existencia del otro.

Cuando el placer sobrepasa un determinado punto, se vuelve desagradable.


Los dos están ligados dinámicamente. La interacción entre los opuestos
funciona como un proceso dialéctico.

En la terapia gestaltica las dualidades no son contradicciones irreconciliables,


sino distinciones que serán integradas en el proceso de formación y
destrucción de las gestalts.

2.2. La Salud.

Desde este enfoque, se habla de conducta sana, normal o integrada. Cuando


se dispone de la salud estamos a tono con todas nuestras capacidades. No
funcionamos eficientemente si nos guiamos solamente por nuestra mente o por
nuestros sentidos.

A efectos de crear gestalts que satisfagan nuestras necesidades, tenemos que


ser capaces de hacer una opción entre todas nuestras posibilidades. Si no
somos capaces de contar con todas las partes de nuestro yo, nuestras gestalts
serán débiles.

La formación y la destrucción satisfactoria de las gestalts consisten en otro


aspecto de una conducta sana; ya que la formación de estas es la función del
organismo y la existencia de gestats claras y fuertes es el criterio central de la
salud.

Además, un concepto más amplio de la salud nos exige que sepamos lo que
necesitamos. Nos tenemos que mantener en contacto con lo que es importante
para nosotros. Para saber qué es lo que necesitamos, debemos saber y
aceptar lo que somos en el momento presente.

Este requisito para una buena formación de una gestalt implica su opuesto, es
decir, tenemos que saber lo que no somos. Solamente cuando las cosas son
diferentes se pueden unir.

En toda interacción humana, un encuentro genuino exige que seamos


totalmente nosotros mismos. Si por ejemplo, nos sentimos atraídos por otra
persona porque creemos que tiene la inteligencia que nos hubiera gustado
tener, en este caso no nos estaríamos relacionando con la persona que

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tenemos delante, sino con el concepto que tenemos de ella. Nos estamos
relacionando con nuestros deseos proyectados en la otra persona.

La integración incluye algo más que aceptar nuestros deseos y necesidades


como partes de nosotros mismos; también exige que nosotros nos
reconozcamos como parte del ambiente.

En la terapia gestaltica el yo, en tanto personalidad total, resulta fundamental.


La característica fundamental del propio yo es la formación y destrucción de la
gestalt.

El yo es nuestra esencia. Es el proceso de valorar las posibilidades del


ambiente, integrarlas y llevarlas a su realización de acuerdo con las
necesidades del organismo.

El yo es el agente en contacto con el presente, realizando la adaptación


creadora, dándole un significado. Conocemos el yo solo cuando se realiza a sí
mismo dentro de las circunstancias particulares que lo rodean. Al cambiar las
situaciones, la forma como se manifiesta nuestro yo varía; por lo tanto, siempre
está cambiando.

El yo se esfuerza en completarse, en formar y culminar las gestalts. Esto es


justamente la llamada realización del yo. Este es un involucrarse en cualquier
figura, hasta en la que nos amenaza. El yo es el “nosotros en proceso”. El yo
es un concepto unitario; abarca los aspectos físicos, emocionales y cognitivos.

El funcionamiento del yo se aprecia en la dimensión del contacto. Esto se


refiere a la forma en que nos ponemos en relación directa con nosotros
mismos, con nuestro ambiente y con los procesos que los relacionan. Por
ejemplo, contacto es ver la cara del otro, es experimentar y percibir la textura
del paño o la nausea que se siente después de comer en demasía.

Efectuar un buen contacto es comprometerse plenamente en ese estar en


contacto. Un mal contacto coincide con nuestro desinterés por aquello con lo
que nos encontramos o con el temor que eso mismo nos causa.

El contacto es un aspecto esencial de la formación de la gestalt. Las buenas


figuras exigen esa comprensión y esa excitación que caracteriza un buen
contacto. Un buen contacto exige conciencia.

2.3. El Inconsciente y la Terapia Gestaltica.

En este enfoque no se emplea mayormente el concepto freudiano del


inconsciente. Aceptar este concepto, es aceptar y comprender a la persona de
un modo fragmentado (consciente e inconsciente). Esta división se opone a la
gestalt que precisamente pone énfasis en la unidad y en el todo.

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Admitir la existencia del inconsciente es admitir que la estructura de la psiquis


se encuentra dividida. Si bien, la terapia gestaltica acepta esa experiencia
dualista, no acepta este tipo de normalidad como su patrón de salud.

La terapia gestaltica habla en cambio de conciencia y falta de conciencia. Por


ejemplo, en la formación de las figuras, lo que no llega a ser figura puede
desaparecer momentáneamente de nuestra conciencia.

En la concepción de la terapia gestaltica sobre el funcionamiento sano, los


distintos aspectos del yo entran y salen de la conciencia según las necesidades
y las circunstancias.

No nos mueven los deseos inconscientes, sino la autorregulación del


organismo, tal como se manifiesta.

El enfoque gestaltico nos centra en el presente y en nuestro proceder, en la


experiencia y en la interacción entre nosotros y el ambiente.

Por todo lo visto anteriormente, la salud es la integración del organismo y el


ambiente, a través de adaptaciones creadoras que se llevan a cabo por la
formación y destrucción de las figuras.

La posibilidad de estar centrado, consiste en enfrentarse a las circunstancias


de la vida, tal como se presentan. Al estar centrado nos podemos entregar
libremente a ese proceso de cambio que es el libre funcionamiento. Somos
responsables de nuestra existencia.

Hemos alcanzado aquella forma de ser que nuestra estructura puede lograr si
nosotros y el ambiente lo permiten.

Durante la formación de una figura, no sabemos lo que surgirá. Sabemos qué


es lo que tenemos delante y sabemos lo que ha acontecido en el pasado, pero
al crear la gestalt debemos entregarnos al proceso. Debemos saber correr el
riesgo, si queremos madurar.

Cuando se presenta una figura se crea el conocimiento. Esto es aprender,


madurar y descubrir. Cuando descubrimos algo, se nos revela nuestra propia
capacidad. No somos independientes, pero tampoco estamos tan indefensos.

Esta experiencia, en la terapia gestaltica, se le llama experiencia “AHA”. Es un


instante de revelación creadora. En ese momento se produce una reestructura,
tanto a nivel personal como en el ambiente, y empezamos a comportarnos y a
pensar en forma distinta.

Por un tiempo se puede repetir esa nueva solución y llegar a hacerla tan
nuestra que la dominamos completamente. Esto, consiste, en digerir la gestalt,
que afecta a todo nuestro ser. Al acostumbrarnos a la nueva gestalt se produce
un estado de paz, la experiencia de estar satisfecho. Por lo tanto, se alcanza
un punto de equilibrio.

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Es el final y la satisfacción. Los polos de la figura y el fondo se disuelven dentro


del campo.

Aún en el calor de una competencia el placer que obtenemos al ganar nos


viene de haber sabido manejar con maestría nuestras habilidades, de haber
puesto todo lo que estaba de nuestra parte y de haber encontrado aquello que
necesitamos.

La paz se puede obtener también en la derrota. Hemos aceptado nuestras


limitaciones y sabemos que hemos hecho todo lo que pudimos. Se renuncia a
esa necesidad ficticia de lo imposible. La satisfacción que experimentamos nos
dice que hemos resuelto ese problema apremiante que nos exigía toda nuestra
atención.

2.4. El funcionamiento anormal.

“La caída del hombre”, en términos de gestalt, consiste en la pérdida de


nuestra capacidad para entregarnos al proceso de formación de la gestalt.
Vivimos dominados por nuestras opiniones. Hemos abandonado el juego fluido
del funcionamiento libre. Conceptos tales, como neurosis, psicosis y otros, no
tienen cabida en este enfoque.

En primer lugar, los trastornos no son mentales, sino del organismo. Nuestras
mentes no están enfermas; nosotros somos los que estamos enfermos. Todo
nuestro ser está enfermo.

En segundo lugar, estos trastornos del funcionamiento no son categorías fijas.


Lo sano y lo enfermo son referencias de los procesos actuales. Ellos
representan a nuestro paciente en este precio momento del tiempo, pero a
medida que él cambia, pensamos de él en forma distinta.

En vez de utilizar el concepto de enfermedad mental, se emplea los siguientes


conceptos: trastorno, anormalidad, disfunción, interferencia y rompimiento.

Situaciones de emergencia nos movilizan a utilizar recursos de seguridad


(defensas) que si se cronifican interfieren nuestro funcionamiento libre. Si
estamos “llenos” de sufrimiento y se nos impide expresar las rabietas, haremos
la adaptación que podamos. En un mal funcionamiento nos encontramos en
constante crisis.

En términos de formación de la gestalt, la anormalidad consiste en interrumpir


la gestalt en diversos aspectos de su aparecer. Constantemente la persona
destruye gestalts para crear otras nuevas.

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2.5. La Terapia Gestaltica.

En la terapia gestaltica se presta mayor atención a los detalles de nuestra


existencia y a la manera de vivir nuestras existencias.

La terapia consiste en recuperar el proceso gestalt y hacernos capaces del


funcionamiento libre.

La interferencia primordial en el proceso de nuestras vidas es la disminución de


nuestra conciencia. Esta se la entiende en tanto nuestra experiencia de lo que
nos está sucediendo. La disminución de la conciencia empobrece el proceso de
gestalt. Fuera de todo contacto, perdemos la capacidad de resolver los
problemas de nuestra vida y encontrar las satisfacciones que necesitamos.

El organismo que funciona libremente es capaz de enfrentarse en forma


adecuada a los problemas de la vida, siempre y cuando se mantenga en
contacto completo con estos problemas y sus propias posibilidades de captar y
organizar el medio.

La terapia gestaltica consiste en llevarnos a un contacto más estrecho con el


ambiente y con una mayor conciencia del presente. Estar conciente del
presente significa que estamos involucrados con la gestalt.

La terapia consiste en aprender a estar conciente de todos los aspectos del


proceso de gestalt (formación y destrucción).

La terapia es una investigación de cómo funcionamos en el mundo y como


podemos funcionar más a tono con nuestra naturaleza. Consiste en un estudio
de las maneras de resolver los problemas o de los fracasos en su solución y
cuya finalidad consiste en aumentar la comprensión acerca de ellos.

La terapia gestaltica no exige que completemos todas las soluciones. La


terapia tiene éxito cuando somos capaces de mantenernos en contacto con el
medio en las emergencias y cuando somos capaces de resolverlas.

El objetivo de la terapia trata acerca de nuestra incapacidad para enfrentarnos


satisfactoriamente a las circunstancias de la vida y descubrir los recursos de
nuestro yo. Liberar la energía contenida en las diferentes partes en conflicto en
nuestro interior, energía que después se puede emplear en nuestras vidas.

La terapia es el proceso de aprender a aceptarse uno mismo. Se enfrentan los


hechos que hemos ocultado. El cambio se presenta cuando uno llega a ser lo
que es, no cuando trata de ser lo que no es.

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Hay dos aspectos, bastantes claros, en el proceso de la terapia: Descubrir


nuestro funcionamiento actual y descubrir las formas de sustituirlo con medios
más adecuados para dar satisfacción.

En el primer aspecto de la terapia se entra en contacto con el asunto


inconcluso, que se mantiene en estado latente. El objetivo es cambiar solo
nuestra conciencia no nuestros actos. No podemos descubrir qué somos si
empezamos por cambiar. No por esto, deja de tener efectos. Sin embargo el
devolver nuestra conducta presente a nuestra conciencia se traducirá en una
renovación del proceso gestalt de cambio.

De ésta conciencia inicial de lo inepto que somos, pasamos a intentar cambiar


nuestros actos para hacerlos más congruente con nuestras necesidades.

Otro descubrimiento presente en el proceso de expansión de nuestra


conciencia consiste en que no necesitamos lo que creíamos que
necesitábamos. Nos encontramos con que nuestras necesidades son mas
sencillas y mas realistas que lo que nuestras frustraciones nos han hecho
creer.

En general nos damos cuenta de que estamos fuera de contacto con nuestras
necesidades y con la interacción organismo-medio o con el proceso figura-
fondo.

Un segundo aspecto del proceso de la terapia plantea la siguiente pregunta:


Ahora que hemos comenzado a interrumpir nuestra conducta enferma, ¿cómo
vamos a sustituirla?. Esta etapa consiste en probar nuevos modos de
pensamiento y de acción para sustituir las que empezamos a encontrar
inadecuadas. Procedemos por ensayo y error.

Estas dos fases se complementan. Por ejemplo, empezamos a entrar en


contacto con nuestros miedos y sentimos deseos de decir claramente lo que
pensamos. Al cambiar la conducta para restablecer el funcionamiento sano,
implica que la terapia gestaltica es existencial, empírica y experimental.

Perls ha afirmado que apoyarse en técnicas podría deteriorar el desarrollo


terapéutico. Lo que es esencial es que el terapeuta gestaltico desarrolla su
propio estilo individual.

El pivote de la terapia gestaltica es la conciencia, es decir; percepción de los


aspectos de nuestra experiencia. La tarea de la terapia consiste en examinar la
estructura de nuestra experiencia, descubrir lo que experimentamos y cómo lo
hacemos.

En contraste con aquellos enfoques que se concentran en los por qué, la


terapia gestaltica se interesa en descubrir los qué y los cómo lo hacemos.

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Perls ha dicho que: “para disolver un sistema neurótico, se necesita


conciencia de los síntomas, no explicaciones; lo mismo que para disolver
un terrón de azúcar se necesita agua y no filosofía”.

Se le pide al paciente sobre el cómo experimenta tal o cual vivencia y que la


pueda expresar.

El objetivo de la terapia consiste en llevar nuestra existencia presente a nuestra


conciencia. Al prestar atención a nosotros mismos llegamos a conocer cuál es
nuestra verdadera experiencia. Es lo contrario del funcionamiento defectuoso.
En este último estamos decididos a evitar algunos aspectos de nuestra
existencia, aún las cosas más nimias de nuestro cotidiano.

En la terapia gestaltica se ocupa de la continuidad de la conciencia y en el


presente. La terapia gestaltica posee las mismas características que su teoría:
La existencia y la experiencia en el momento presente son centrales. En este
tipo de terapia, no somos historiadores ni simbolistas, somos existencialistas y
fenomenológistas que trabajamos en el momento presente.

Al trabajar en el presente, tratamos con lo que se encuentra enfrente de


nosotros y con la superficie de la conducta; es decir, movimientos, gestos,
formas de hablar, sentimientos, posturas, etc.

En la terapia gestaltica nos preocupa directa y centralmente el aspecto y las


expresiones de las emociones. Estas son una manifestación importante de
excitación del organismo y de la formación y destrucción de gestalts.

Se está interesado no en informar de lo que ha sucedido en el pasado sino de


lo que está sucediendo ahora. Incluso se le pide al paciente que manifieste
nuevamente en tiempo presente dicho pasado.

Al traer esas experiencias del pasado, lo más completamente posible,


apresuramos su integración en nuestro funcionamiento total. Una técnica eficaz
para traer el presente de los sucesos del pasado, consiste en hacer que el
paciente desempeñe los papeles que realizo en sus fantasías, sueños o
recuerdos. Con esto nos ponemos en contacto con lo más temido y nos
descubrimos a nosotros mismos.

La terapia gestaltica estimula la expresión de las emociones intensas, ya que


estas son el significado de las experiencias. El resultado de la terapia consiste
en abrirse a tales emociones.

La angustia, el sufrimiento y el miedo nos alientan si les permitimos que sean


parte de nuestra experiencia, pues el contacto con nuestras emociones es
parte del funcionamiento libre del yo.

Otro de los enfoques metodológicos consiste en la discriminación. Tenemos


que saber qué somos y qué no somos, qué es el pasado y qué es el presente,
qué resulta oportuno para nuestras necesidades actuales y qué no. Una de las
técnicas que se emplean al respecto, consiste en que se le pide al paciente que

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exprese lo que cree que están pensando de él y después se le puede preguntar


qué es lo que está pensando. Si la otra persona no está presente (grupo o
familia) se le pide al paciente que haga el papel de la otra persona.

2.6. El rol del terapeuta gestaltico.

Las herramientas fundamentales que utiliza el terapeuta gestaltico consisten en


la conciencia, el experimento y el encuentro.

Es necesario que el terapeuta gestaltico se encuentre en contacto consigo


mismo, en contacto con el paciente y en contacto con las necesidades del
momento.

No basta aplicar un repertorio extenso de técnicas, más bien importa el estilo


propio y su autenticidad. El encuentro entre el paciente y el terapeuta es el foco
del trabajo curativo.

El papel del terapeuta no es de ayuda, lo peor que se puede hacer a la persona


es justamente ayudarla. El éxito en la terapia exige que el terapeuta sea hábil
para proporcionar el tipo de frustración que inducirá al paciente a encontrar sus
propios recursos y soluciones.

El objetivo de la terapia gestaltica no consiste en encontrar soluciones, sino en


hacer que el presente cargado de problemas sea más real, para lo cual se
aumenta la conciencia del paciente. La terapia no se puede enfocar
directamente a las soluciones, sino solo a aumentar las posibilidades de
formación y destrucción de gestalts. Las soluciones llegan cuando nos
encontramos completamente en el momento actual. El desarrollo de la
conciencia aporta soluciones. Esto es todo lo que podemos hacer, el resto
vendrá solo.

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Unidad 2: El enfoque Sistémico.

1. Surgimiento histórico.
2. Autores más representativos: Watzlawick, Bateson, Erikson y otros.
3. Temáticas principales: Sistema, Terapias familiares sistémicas (M.R.I.,
Haley y la Escuela de Milán), las prácticas de la terapia en Red.
4. Aplicaciones a la práctica profesional: Clínica, Educacional, Comunidad y
Organizacional.
5. Observaciones críticas.

2.1. TEORIA GENERAL DE SISTEMAS.

2.1.1. Introducción.

El concepto de SISTEMA aparece ya en la visión holistica y teleológica de


Aristóteles, en la jerarquía de las “mónadas” de Leibnitz, en la Filosofía de
Hegel (con la dialéctica), en las obras de Marx. Por lo tanto la noción misma de
sistema no resulta ser una idea novedosa.

Al decir de Ludwig Von Bertalanffy, la noción de sistema es tan vieja como la


filosofía europea. Pero esta visión (sistémica) de la realidad fue desplazada en
los desarrollos posteriores de la ciencia moderna.

La segunda regla del Discurso del Método de Descartes requiere fragmentar


todo problema en tantos elementos simples y separados como sea posible.
Este método ha sido el paradigma conceptual de la ciencia desde su fundación.

La metodología clásica (newtoniana) concebía al objeto de investigación


científica como una simple colección de componentes aislados, de cuyas
propiedades intentaba deducir las propiedades de todos los objetos sin tener
en cuenta la interacción entre las partes.

Durante el siglo XX, en el ámbito de la Psicología Moderna, surgieron algunos


enfoques que ofrecieron una visión estructural, en contraposición a una lectura
analítica, cuyo representante máximo fue el Conductismo. Es así que la
Psicología de la Gestalt, con su conceptualización fundamental de Gestalt, la
Psicología Humanista-Existencia con su enfoque holistico, desde el
Psicoanálisis, en su vertiente lacaniana, una mirada estructuralista del
inconsciente.

Pero en lo que respecta a los antecedentes inmediatos del enfoque sistémico,


nos interesa subrayar la Teoría General de los Sistemas. Las primeras
formulaciones de ésta, se la debemos a Bertalanffy, que por la década del 30
se dio inicio a las primeras publicaciones. Pero podemos afirmar que al término
de la Segunda Guerra Mundial, la noción de sistema adquirió derecho propio.

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Esta nueva perspectiva se contrapone radicalmente al enfoque reduccionista y


mecanicista del Conductismo y del Empirismo. Las nociones principales de
esta nueva epistemología (totalidad, interacción, dinámica y organización)
constituyeron una verdadera revolución en el campo de las ciencias.

A modo de introducción, se puede afirmar que la Teoría General de Sistemas,


mediante el análisis de las totalidades y de las interacciones internas y
externas, constituye una herramienta útil y que permite comprender de un
mejor modo la realidad. Esta se la considera única y es una totalidad, lo que
implica una visión integral y holistica.

2.1.2. ¿Qué es un Sistema?.

A modo de una primera definición, se considera un Sistema como un conjunto


de elementos que están relacionados entre sí de un modo específico.

De esto se derivan fundamentalmente cinco rasgos básicos a efectos de


justificar la existencia y funcionamiento de los sistemas:

I. TOTALIDAD.

La combinación de elementos de un sistema produce una entidad que es


diferente a la suma de las partes, como ya se pudo apreciar en la Psicología de
la Gestalt.

Este enfoque holistico propone la relacionalidad en el contexto, como el modo


de acceso a los fenómenos englobados en el sistema.

II. LIMITES.

En el universo se dan una serie de relaciones entre sistemas organizados, los


cuales a su vez están limitados por las relaciones con otros.

Los límites entre los sistemas pueden caracterizarse por su mayor o menor
permeabilidad.

Todo sistema abierto mantiene con el contexto que le rodea, una serie de
relaciones a través de las cuáles entre (imputs) y sale (outputs) información y
suministros de todo tipo.

III. JERARQUÍA.

Los sistemas se encuentran organizados entre sí, según niveles jerárquicos.

Cada sistema está formado por subsistemas que a su vez forman parte de un
suprasistema que lo englobe.

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Esto permite explicar algunos niveles conflictivos en el funcionamiento de las


organizaciones.

IV. EQUIFINALIDAD.

En términos evolutivos un sistema puede alcanzar un punto determinado de


desarrollo a partir de diferentes condiciones iniciales, puesto que no hay
secuencia evolutiva fija, sino varias posibles.

V. CONTROL.

Este se lo entiende como el proceso capaz de hacer que los elementos de un


sistema se relacionen unos con otros, dentro de los límites específicos que
permiten la adaptación al contexto.

A su vez, para el crecimiento de los sistemas vivientes se hace necesario la


adaptación controlada, pues posibilita la diferenciación de las partes del
sistema y el desarrollo armónico de éste en relación con su contexto.

VI. HOMEOSTASIS.

De la idea de control se derivan dos conceptos que adquieren importancia


relevante a nivel de las ciencias humanas. Nos estamos refiriendo a las ideas
de homeostasis y de retroalimentación. Veamos el primero.

Se la define como la constancia del medio interno a nivel fisiológico. Esta idea
ha sido retomada en las ciencias sociales para indicar un principio estabilizador
y balanceador, capaz de neutralizar la mayoría de los cambios que los agentes
externos intentan imprimirle a los sistemas.

VII. RETROALIMENTACIÓN.

Esta noción hace referencia a la relación circular, con la cual se pueden


vincular entre sí dos o más sucesos.

Si el circuito establecido es positivo, un aumento en alguno de los puntos


posibilitará el próximo suceso en la secuencia.

De éste modo, a través de la amplificación el sistema podrá llegar posiblemente


a su autodestrucción. Por ejemplo, a nivel de la política internacional, la
escalada simétrica (que es una forma de trastorno de la comunicación) de tipo
armamentista llevara a cada uno de los bloques políticos a incrementar su
necesidad de triunfo a expensas de la destrucción del sistema.

Se sabe (Wiener, 1949) que la constancia relativa del medio interno se logra a
través de los mecanismos de retroalimentación positiva y negativa.

Por ello, el carácter funcional o disfuncional de estos mecanismos sólo puede


establecerse en función de las características del sistema y sus necesidades.

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Por ejemplo, la multiplicación celular que podemos asignar a mecanismos de


retroalimentación positiva, puede resultar funcional o disfuncional con respecto
al crecimiento y mantenimiento, según se presente en la morfogénesis fetal o
en la citología cancerosa.

Es debido a un delicado equilibrio entre las funciones de mantenimiento y


crecimiento del organismo como sistema, se puede determinar si una
respuesta es funcional o disfuncional.

VIII. La variable temporal.

Lo funcional para un sistema en un momento dado puede no serlo en otro


momento, permitiendo un cambio en el sistema.

2.1.3. Contribuciones a la Teoría General de Sistemas.

Se pueden rescatar básicamente dos:

A) La Cibernética. Esta procura hallar los elementos comunes al


funcionamiento de los computadores y el sistema nervioso humano,
desarrollando una teoría en el campo de control y de la comunicación.

B) Lo Orgánico. A este nivel, la concepción del cuerpo como sistema, cuya


definición implícita se halla en la teoría del Medio Interno de Claude
Bernard y en concepto de Homeostasis de Cannon.

2.1.4. Aplicabilidad de la Teoría General de Sistema: Teoría de la


Comunicación.

Esta teoría contiene cuatro axiomas principales:

1. Imposibilidad de no comunicarse: En toda interacción humana, aún en el


silencio o la inmovilidad, siempre hay comunicación.
2. El síntoma es una forma de comunicación: Entendiéndolo como un mensaje
no verbal a través del cuál el emisor niega su compromiso con aquello que
trasmite.
3. La comunicación humana se estructura en dos niveles: Contenido y
Relación. El primero trasmite información y el segundo establece como es la
relación entre lo que se comunican y como debe entenderse lo que se
expresa.
4. La comunicación humana puede ser del orden de lo digital o del orden de lo
analógico: En la primera se nomina los objetos, en la segunda se refiere a
ellos a través de un símil.

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2.1.5. La dinámica de los sistemas.

Esta rama de la Teoría General de Sistemas da cuenta de las vicisitudes de las


relaciones de los elementos internos del sistema, pero también del
comportamiento del sistema frente a los hechos que actúan sobre él.

Esto nos lleva a pensar sobre la idea de la regulación anticipatoria, según la


cual ciertos sistemas son capaces de modificar su estructura respondiendo a
un cambio de su medio ambiente.

Frente a la idea de los procesos homeostáticos, aparece la importancia de dos


fenómenos, a saber: la estabilidad y el cambio. Estos son dos aspectos
esenciales de todo sistema.

No podemos pensar que el mundo material se rija simplemente por puras leyes
deterministas, predictivas e irreversibles; ya que ésta concepción no permite
prever la evolución y por tanto la manipulación y no deja, además, cabida a lo
aleatorio. Es necesario, entonces, asignar un aspecto probabilistico a muchos
de los procesos tanto biológicos, psicológicos y culturales.

En este sentido, el principio, extraído de la Termodinámica, de la entropía, que


hace alusión a un mundo en evolución hacia el desorden, el caos, la muerte,
viene a auxiliar lo dicho anteriormente y dar cuenta del surgimiento de
estructuras ordenadas a partir del desorden.

2.1.6. Sinergia y recursividad.

¿Qué es la sinergia?. Cuando la suma de las partes es diferente al todo.

Fuller (filosofo) plantea que un objeto posee sinergia cuando el examen de uno
o alguna de sus partes en forma aislada, no puede explicar o predecir la
conducta del todo.

En general, a las totalidades desprovistas de sinergia se denominan


conglomerados, en que la suma de sus partes es igual al todo. La diferencia es
la existencia o no de relaciones entre las partes.

Será un conglomerado si las posibles relaciones, ya que es difícil imaginar que


no haya relaciones, que entre ellos se desarrollan no afecten la conducta de
cada una de las partes.

¿Qué es la recursividad?. Un objeto sinergético (un sistema) esté compuesto


de partes con características tales que son a su vez objetos sinergéticos
(subsistemas).

Cada uno de estos objetos, no importando su tamaño, tiene propiedades que lo


convierten en una totalidad o en un elemento independiente.

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El concepto de recursividad destaca una jerarquía de complejidad, en forma


ascendente y descendente.

En base a la idea de recursividad (subsistema-sistema-supersistema) se puede


pensar en una cadena que vaya de lo más pequeño hasta lo más grande.

Se observa que si pasamos de un subsistema a un sistema y a un


supersistema, se pasa de un estado de organización simple a un estado de
organización más avanzado.

Se puede definir, entonces, la complejidad de organización por lo siguiente:

 Por las interacciones entre componentes y subsistemas del sistema.


 Por la variedad de cada uno de los subsistemas, entendiendo por variedad
el número de estados posibles que puede alcanzar un sistema.

De este modo un sistema tiende a ser más complejo cuando tanto las
interacciones y la variedad aumentan.

Obsérvese que lo que interesa no es la cantidad posible de subsistemas, sino


la cantidad de interacciones y la variedad de esos subsistemas.

Kenneth E. Boulding formuló una escala jerárquica de complejidad creciente de


los sistemas:

1. Formado por las estructuras estáticas: La estructura del universo, de la


tierra, de las plantas, etc.

2. Sistemas dinámicos simples con movimientos predeterminados (movimiento


del reloj): El sistema solar, las máquinas más simples.

3. Los mecanismos de control o los sistemas cibernéticos (termostato).


Difieren de los anteriores por el hecho de que la transmisión e interpretación
de información constituye una parte esencial de los mismos. El sistema se
moverá para mantenerse dentro de cualquier estado de equilibrio dado. El
modelo homeostático en fisiología.

4. Los sistemas abiertos: La vida comienza a diferenciarse de la materia


inerte. Células. Auto mantención y auto reproducción.

5. Genético-social. Plantas. División del trabajo y diferenciación entre el


genotipo y el fenotipo. Equifinalidad. No existen órganos de los sentidos
diferenciados.

6. Reino animal: Incremento de la movilidad y en la conducta teleológica


(propósito). Receptores de información diferenciados. Desarrollo del
sistema nervioso.

7. Ser humano: Conciencia. Reflexión. No solo sabe, sino que reconoce que
sabe. El lenguaje.

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8. Organizaciones sociales: Roles interconectados. Cultura. Símbolos,. Lo


colectivo.

2.1.7. Otras definiciones de sistema.

Veamos algunas más:

 Un conjunto de partes coordinadas y en interacción para alcanzar un


conjunto de objetivos comunes.

 Un sistema es un grupo de partes y objetos que interactúan y que forman


un todo o que se encuentran bajo la influencia de fuerzas en alguna relación
definida.

 Hall, un ingeniero de sistema, define un sistema como un conjunto de


objetos y sus relaciones y las relaciones entre los objetos y sus atributos.
Los objetos son las partes o componentes de un sistema. Los atributos son
las propiedades de los objetos. Esto da la idea de un todo más que la suma
de las partes (sinergia).

Cada parte de un sistema (subsistema) puede considerarse un subsistema y


aquel formando parte de un supersistema (idea de recursividad).

Para que exista una interrelación entre los tres, se debe reunir los siguientes
criterios:

1. Principio de recursividad: Las propiedades generales de los tres


elementos son semejantes, encontrándose analogías (hombre, sus órganos
y el grupo humano). Lo que es aplicable al sistema lo es para el
supersistema y el subsistema.

2. Principio de viabilidad: Es otro criterio para determinar si una parte es un


subsistema. Se entiende por viabilidad la capacidad de sobre vivencia y
adaptación de un sistema en un medio de cambio.

3. Principio de los subsistemas funcionales: Katz y Kahn desarrollaron un


modelo funcional de los sistemas dinámicas abiertos (vivos).

2.1.8. Características de los sistemas abiertos.

Para estos autores, los sistemas abiertos poseen las siguientes características:

1. Importación de energía (información, materiales) de un sistema mayor.

2. Proceso de transformación: Los sistemas mueven energía bajo la forma


de procesos de transformación. Estos son procesos múltiples (decisiones,
manipulación de materiales, etc).

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3. Exportación de energía: Los sistemas mandan energía de vuelta al


sistema mayor en forma de productos, servicios y otros.

4. Ciclo de sucesos a través del tiempo: Los sistemas funcionan a través


del tiempo y por tanto son dinámicos. Los sucesos tienden a ocurrir en
ciclos repetitivos de importación, transformación y exportación en forma
secuencial.

5. Buscando el equilibrio: Los sistemas tienden a moverse hacía el estado


donde sus componentes están en equilibrio, donde existe un estado parejo
y sin mayores cambios. Cuando algunos elementos cambian se produce un
desequilibrio y diversos componentes se mueven para restaurar el equilibrio
(entropía: buscando el caos, neguentropía: buscando el orden).

6. Retroalimentación: Los sistemas usan información acerca de su


exportación para regular su importación y sus procesos de transformación.
Estas conexiones informativas también existen entre los componentes del
sistema. O sea, cambiar el funcionamiento de uno de los componentes
llevará a cambios en componentes de otro sistema (efectos secundarios).

7. Aumento de la diferenciación: A medida que los sistemas crecen, tienden


a aumentar la diferenciación. Se agregan más componentes, entra más
alimentación y hay más procesos de transformación.

8. Equifinalidad: Diferentes configuraciones de un sistema pueden llevar al


mismo punto final.

2.1.9. Funciones de los sistemas abiertos.

Los mismos autores señalan cinco funciones principales que deben cumplirse
parad que un sistema sea viable:

1. Las funciones de producción: Cuya función es la transformación de las


corrientes de entrada del sistema en el bien y/o servicio que caracteriza al
sistema y su objetivo es la eficiencia técnica.

2. Las funciones de apoyo: Busca proveer, desde el medio al subsistema de


producción, con aquellos elementos necesarios para esa transformación;
luego son encargados de la exportación del bien y/o servicio en el medio
con el fin de recuperar o regenerar las corrientes de entrada y finalmente
son los encargados de lograr que el medio acepte o legalice la existencia
misma del sistema. Su objetivo es la manipulación del medio.

3. Las funciones de mantención: Encargadas de lograr que las partes del


sistema permanezcan dentro del sistema.

4. Las funciones de adaptación: Buscan llevar a cabo los cambios


necesarios para sobrevivir en un medio en cambio.

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5. Las funciones de dirección: Encargada de coordinar las actividades de


cada uno de los restantes subsistemas y toma de decisiones en los
momentos en que aparece necesaria una elección.

2.1.10. Las fronteras de un sistema.

Se entiende por aquella, la línea que separa el sistema de su entorno y que


define lo que le pertenece y lo que queda fuera de él.

No es fácil hallar una línea clara de separación. La dificultad de fijar fronteras


de los sistemas se debe a las siguientes características de estos:

 Es difícil separar los aspectos del sistema.


 Existe un contacto permanente con el mundo exterior, continuo cambio de
energía y de información entre los sistemas y el mundo exterior.
 Existe un continuo intercambio de interrelaciones, cada efecto tiene su
causa.

En todo caso, para la definición de un sistema, se debe tomar en cuenta dos


conceptos: supersistema y subsistema. Se puede definir el sistema en relación
a estos dos conceptos.

2.1.11. Sistemas abiertos y sistemas cerrados.

Según Forrester, un sistema cerrado es aquél cuya corriente de salida (su


producto) modifica su corriente de entrada (insumos). Por ejemplo, el sistema
de calefacción en que la corriente de salida (calor) modifica la información que
recibe el regulador del sistema (termostato).

Un sistema abierto, es aquél cuya corriente de salida no modifica a la


corriente de entrada. Por ejemplo, un estanque de agua, en él la salida de agua
no tiene relación directa con la entrada de agua del estanque.

Para Bertanlaffy, un sistema cerrado es aquél que no intercambia energía con


su medio (ya sea de importación o exportación) y un sistema abierto es el que
transa con su medio.

Para Parsegian, un sistema abierto se lo define como aquél que:

 Existe un intercambio de energía y de información entre el subsistema


(sistema) y su medio.
 El intercambio es de tal naturaleza que logra mantener alguna forma de
equilibrio continuo.
 Las relaciones con el entorno son tales que admiten cambios y
adaptaciones, tales como el crecimiento en los casos de los organismos
biológicos.

Según éste autor, un sistema cerrado sería aquel en que no se dan las
características anteriores (no intercambian energía ni información con su

114
115

medio), aunque puede experimentar cambios, pero el sistema se encuentra


aislado.

Por lo tanto, se puede decir que un sistema abierto es aquel sistema que
interactúa con su medio, importando energía, transformando de alguna forma
esa energía y finalmente exportando la energía convertida. Mientras que un
sistema cerrado será cuando no es capaz de llevar a cabo esta actividad por
su propia cuenta.

2.1.12. Elementos de un sistema.

1. Las corrientes de entrada.

Para que los sistemas abiertos funcionen, deben importar ciertos recursos del
medio, recibir la energía necesaria para su funcionamiento y mantención.

La dependencia del sistema de sus importaciones de energía desde el medio


constituye una seria restricción para éste, y no es difícil encontrar sistemas que
luchan para tener un mayor acceso y/o control sobre las fuentes de energía.

Muchas veces, esa lucha termina con la introducción dentro de sus fronteras de
los otros sistemas, con los cuales compiten por aquellos recursos de energía.

2. Procesos de conversión.

¿Hacia donde va esa energía?. Recordemos que cuando se define un sistema,


se habla de la presencia en él de un propósito o un objetivo. Todo sistema
realiza alguna función.

Así la energía que importan los sistemas sirve para mover y hacer actuar sus
mecanismos particulares con el fin de alcanzar los objetivos deseados: los
sistemas convierten la energía que importan en otro tipo de energía.

De acuerdo a la idea de jerarquía (suprasistema, sistema y subsistema) existen


diferentes procesos o funciones de conversión, siendo algunas principales en
relación al producto final y otras accesorias o de servicio, pero no menos
importantes.

3. Corrientes de salida.

Esta equivale a la exportación que el sistema hace al medio. Generalmente no


existe una sino varias corrientes de salida en el mismo sistema.

4. La comunicación de retroalimentación.

¿Cómo sabe el sistema cuando ha alcanzado su objetivo?.

El feed-back es la información que indica como lo está haciendo el sistema en


la búsqueda de su objetivo. Es un mecanismo de control. La comunicación de

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retroalimentación proviene de las corrientes de salida a efectos de modificar las


corrientes de entrada.

2.1.13. Viabilidad del sistema.

Un sistema es viable en la medida que sobrevive, es decir, que es legalizado


(permitido a la existencia) por el medio y se adapte a él. Igualmente un sistema
es viable en la medida que es capaz de adaptarse a las variaciones de un
medio en constante cambio.

Para que esto pueda ocurrir, el sistema debe poseer tres características
principales y básicas:

1. Ser capaz de auto organizarse, mantener una estructura permanente y


modificarla de acuerdo a las exigencias.

2. Ser capaz de auto controlarse, mantener sus principales variables dentro de


ciertos límites que formen un área de normalidad.

3. Poseer un cierto grado de autonomía y poseer un suficiente nivel de libertad


determinado por sus recursos para mantener esas variables dentro de su
área de normalidad.

2.1.14. Entropía y Neguentropía.

¿Qué es la entropía?. Todo movimiento muy pronto llega hasta un punto


muerto; como resultado de la fricción (por ejemplo, rodar una pelota). Un grupo
humano puede llegar a la desintegración, como por ejemplo “El señor de las
moscas”.

Todo sistema tiende al caos, a la desorganización. La entropía ejerce su acción


en los sistemas aislados, es decir, en aquellos que no comercian con su medio.
Estos sistemas se encuentran condenados al caos y a la destrucción, por
ejemplo, algunas familias con características marcadas de psicosis, sectas
religiosas, etc.

¿Cómo logra un sistema abierto (por ejemplo, un organismo viviente) evitar ese
decaimiento inevitable?. La respuesta es a través de sus corrientes de entrada
y salida.

¿Qué es la neguentropía?. En los sistemas cerrados se observa un desarrollo,


siempre creciente de la entropía. Los sistemas vivos evitan este creciente
deterioro a través de la alimentación.

La aneguentropía es en sí una medida de orden. De este modo el sistema se


mantiene estacionario y a un nivel bastante alto de ordenamiento, es decir,
nivel bajo de entropía.

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Los sistemas abiertos al extraer orden del medio y reemplazar con él el


desorden producido por sus procesos vitales, rompe con la ley de entropía.

La información es neguentropía, retroalimentación al sistema para su sobre


vivencia y aumento de la organización.

Si bien esto último es cierto, todo sistema tiene una capacidad limitada para
elaborar la información. Un exceso de información puede limitar o disminuir la
efectividad de la organización. Puede esto actuar como un fuerza entropica.

Una sobrecarga de información conduce a omisiones, errores, dilataciones,


filtraciones, escapes. Todos ellos son formas de entropía, ya que tienden a
crear desorden.

Junto a estos dos conceptos, las ideas de homeostasis y organización son sus
aliados.. El primero, alude a los mecanismos que los organismos abiertos
poseen para llegar a mantener el equilibrio. El segundo, permite no solo a los
sistemas permanecer sino también crecer y expandirse.

2.1.15. Control.

Para llevar a cabo lo anterior, el sistema debe ser capaz de adaptarse con el
medio cambiante. Debe poseer mecanismos para modificar su conducta a
medida que las exigencias del medio lo requieran. Debe controlar su conducta
con el fin de regularlo de un modo conveniente para su supervivencia.

Para ello se produce la retroalimentación negativa. Cuando el sistema se


desvía de sus conductas, la información de retroalimentación advierte este
cambio para tomar medidas correctivas. Para su control apropiado la
comunicación de retroalimentación debe ser siempre negativa.

Cuando se mantiene la conducta del sistema y se modifica los objetivos se


produce la retroalimentación positiva.

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2.2. TERAPIA SISTEMICA FAMILIAR.

2.2.1. Los fundamentos teóricos.

2.2.1.1. Marco de referencia semantico: La comunicación en función del


significado. Por ejemplo, cuando el terapeuta le pide al paciente
explicar el por qué de su problema.
2.2.1.2. Marco de referencia político: La comunicación por sus
consecuencias. Por ejemplo, cuando el terapeuta pide al
paciente describir qué sucede.
2.2.1.3. La comunicación múltiple (cibernética).

2.2.2. Las estrategías terapéuticas.

2.2.2.1. Interacción para la solución de problemas: Watzlawick,


Weakland, Fisch, Segal.
2.2.2.2. Relaciones sociales triádicas: Haley, Montalvo, Minuchin,
Fishman.
2.2.2.3. Significado contextual: Selvini, Palazzoli, Cecchin, Prata,
Boscolo.

Una definición provisoria de la terapia familiar sistémica, da cuenta de una


perspectiva que se orienta preferentemente a tratar las pautas que conectan la
conducta-problema de una persona con la conducta de otras.

2.2.1. Los Fundamentos Teóricos.

2.2.1.1. Marco de referencia semántico.


2.2.1.2. Marco de referencia político.

Los marcos de referencia semántico y los marcos de referencia políticos son


dos maneras de considerar la comunicación humana. Esta incluye tanto la
conducta verbal como la no verbal.

Heinz von Foerster indica dos maneras de considerar la comunicación:


semántico y político.

A modo de adelanto, teniendo en cuenta estos dos marcos de referencia, las


estrategías terapéuticas que más adelante se desarrollaran, podríamos decir,
que la primera y la segunda estrategia estarían dentro del marco de referencia
político y la tercera dentro del marco de referencia semántico.

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Un ejemplo clásico de marco de referencia político en terapia familiar, consiste


en la discusión de los padres y un hijo con síntomas asmáticos. Se puede
considerar que el síntoma del hijo desvía la atención de los padres. Minuchin
presenta esta situación como una triada social en que el asma del hijo desvía el
conflicto parental.

Ahora bien, un marco de referencia político no necesariamente implica un


“poder social” o “jerárquico”. Estos términos son marcos de referencia
semánticos, que confieren sentido a marcos de referencia políticos. Haley
sostiene que el poder y la jerarquía son productos de nuestra mente,
construyen significados, y no de la propia índole de la organización o del
contexto terapéutico.

Un marco de referencia político proporciona una perspectiva sobre el modo en


que se organiza la comunicación en un contexto social. Toda vez que el
terapeuta hace preguntas la intención fundamental es en traer a la luz las
reacciones de ciertas personas a las reacciones de otras personas, trabajando
dentro de un marco de referencia político.

En vista de lo anterior, se puede afirmar que es imposible no pasar a


considerar tantos marcos de referencia políticos como semánticos.

Se aprecia entonces, una dialéctica constante entre los marcos de referencia


políticos y los marcos de referencia semánticos. La mayoría de los terapeutas
oscilan en sus intervenciones, entre ambos marcos.

Pensar en función de lo político como de lo semántico, implica dos niveles


jerárquicos de comunicación; tales que el vínculo (político) clasifica al contenido
(semántico) y es en consecuencia una meta comunicación; pero igualmente
ocurre que un marco de referencia semántico engloba a marcos de referencia
políticos.

2.2.1.3. La comunicación múltiple.

Bateson sostiene que son descripciones múltiples y no descripciones


singulares, las que nos permiten construir una concepción sistémica del vínculo
humano.

Cuando dos personas interactúan, cada una de ellas tiene una visión particular
de su flujo de interacción. Pero si un observador combina a ambas posiciones,
surgirá probablemente una percepción del sistema total.

Milton H. Erickson descubrió que pautas diferentes de conductas, como


movimientos del cuerpo, el ritmo de la respiración, la tonalidad de la voz, lo
mismo que el habla, indican que las personas siempre forman parte de un
sistema organizado de diversas comunicaciones múltiples.

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2.2.1.3.1. Distingos y complementariedad recursiva.

La experiencia se estructura en función de pares, de dualidades o distingos.


Las pautas, los valores, los ideales o tendencias están siempre presentes con
su polo opuesto.

En ese sentido, podemos considerar la terapia de una manera similar. Por


ejemplo, una comunicación particular puede ser vista como mitad de un par,
dualidad o distingo. Un paciente pide librarse de su depresión; pero en el otro
polo, se puede pensar en un posible beneficio secundario de su enfermedad.

En general todos los distingos proponen comunicaciones múltiples. No se


puede mencionar el cambio sin connotar la estabilidad. El pedido de producir
cambios en un miembro de la familia, se puede ver conectado a un pedido de
producir cambios en otro miembro o de estabilizarlo. Ni la autonomía sin la
interdependencia, ni las partes sin el todo y ni la competencia sin la
cooperación.

En términos generales, en la terapia sistémica familiar, se puede tener dos


perspectivas:

 Producir cambios unilateral en un miembro de la familia, implica poner el


acento en el distingo entre el perturbado, enfermo o problemático.

 La familia, sus miembros al servicio de aportar a la estabilidad de la


estructura vincular.

Un observador puede percibir todos los distingos de la terapia como: 1) una


dualidad de opuestos que se excluyen o 2), una complementariedad recursiva.

La complementariedad recursiva denota la consideración de un distingo en un


orden superior, con el acento puesto en la interacción entre sus diferentes
lados.

Para interactuar los dos lados, es preciso que mantengan una diferencia, al
tiempo que su interacción los conecta como sistema total. Es la manera en que
los diferentes lados de una relación participan en una conexión
complementaria, sin embargo en permanecer distintos.

Con este desplazamiento epistemológico, lo que pudieron aparecer como unos


opuestos en lucha, se convierten en una pauta de interacción que estabiliza la
organización de un sistema total. Por ejemplo, un síntoma de un miembro de la
familia, dentro de un contexto terapéutico, se convierte como objetivo para que
la familia toda se preocupe por la organización total.

El distingo entre semántica y política se presta también a una


complementariedad recursiva. Un significado semántico provee de pautas de
organización política que después reconducen a un significado semántico. Por

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ejemplo si a un niño sintomático se le rotula como un niño mañoso, la política


familiar será diferente si se le hubiera definido como un niño psicótico.

En otras palabras, realizar terapia significa ir a la caza de marcos de referencia


semánticos y marcos de referencia políticos, interrelacionados como una
complementariedad recursiva.

2.2.1.3.2. Un modelo cibernético de comunicación múltiple.

Se define la cibernética como el estudio de una particular complementariedad


recursiva que atañe a la interrelación de estabilidad y cambio.

Bateson afirma que todo cambio admite ser entendido como el empeño en
mantener cierta constancia y toda constancia como mantenida por el cambio.

En ese sentido, la familia se define como orientada al cambio, a la estabilidad y


a una combinación equilibrada de estabilidad y cambio. Por lo tanto ambos
conceptos son complementarios.

Una primera definición del sistema cibernético lo podemos considerar de este


modo:

SISTEMA CIBERNETICO = (ESTABILIDAD/CAMBIO)

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