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Susana Violante. UNMDP.

Argentina -12/05/2006 1

LA IMPORTANCIA DE LA EPISTEMOLOGÍA EN LA VALORACIÓN DE


INTANGIBLES
Susana Violante

Filosofía – Política – Cultura

En nuestros encuentros muchas veces se ha designado como “filosofía” lo que


era “política” o “cultura”. La cultura, la definiremos más adelante. Comenzaremos por
la Política. Este concepto viene del griego politiké-kós, por ella suelen entenderse los
asuntos que competen al gobierno de los Estados, las ciudades, los barrios, en definitiva
las acciones que tienen que ver con el ordenamiento de cualquier grupo social. El
diccionario agrega: actividad de los que rigen o aspiran a regir los asuntos públicos. //
Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin
determinado. // Actividad del que participa directamente en la vida pública. Dado que
podemos hablar de una “política empresarial”, donde las bondades o perjuicios de una
acción sólo se reconocen por sus resultados, éstos serán los que epistemológicamente
habrá que analizar para “descubrir” en ellos los elementos “intangibles” que
promovieron junto a los consabidos tangibles, la eficacia esperada o su contraria.
Para intentar mostrar por dónde podría ir el pensamiento filosófico les relataré
dos viñetas de una historieta que escribe, en Argentina, un dibujante llamado
Fontanarrosa. La historieta en cuestión lleva el nombre de uno de sus protagonistas,
“Inodoro Pereyra, El renegáu”, y es presentado como un “poema telúrico”; el otro
personaje es su perro, llamado “Mendieta”, con quien Inodoro suele tener profundas
conversaciones. En la primera viñeta aparece “Don Inodoro” con el mate en la mano,
cavilando y dice: “Mendieta… la caspa de los pelirrojos ¿es blanca?” y en la segunda
viñeta, donde ya podemos ver a Mendieta sentado al lado de Inodoro, le responde:
“cuando usté se interna en la filosofía, Don Inodoro, no se sabe cuándo le van a dar el
alta”. Podríamos preguntarnos por qué a Mendieta, le parece que la pregunta de Inodoro
es filosófica y, por ende, qué quiere decir “internarse en la filosofía”, o si es posible
“dar de alta” a un problema filosófico y cuál sería el remedio que lo permitiría 1 .
La filosofía se ha definido como “saber inútil”, porque en su búsqueda del
conocimiento, episteme; pareciera que quedara confinada a ser mera opinión, doxa;
precisamente por lo cambiante de las respuestas que pudiera llegar a dar. Si lo que se
busca es una respuesta única, eterna, que anule todas las dudas y nos ubique en el lugar
de la seguridad, ésta no la hallaremos en la Filosofía. Podríamos definirla, entonces,
como el “oficio de pensar”, sin pretender con esto, agotar su sentido. Por lo tanto
cuando nos preguntamos acerca de “las características de la política” que una empresa
está llevando a cabo, esta pregunta nos introduciría en un espacio filosófico-
epistemológico como mostramos al final del párrafo anterior.

1
Dallera, Osvaldo: Problemas de Filosofía.
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Buscamos rigurosamente, agotar las consecuencias que se derivan de la


aplicación de nuestro saber. Para ello, nos instalamos más allá de la distinción entre
doxa y episteme, en la unidad de ambas ya que se implican mutuamente para que haya
desarrollo del saber. Un saber que consideramos provisorio porque, si nos mantenemos
en la ilusión del conocimiento verdadero, nos prohibimos la travesía de la exploración.
Durante mucho tiempo y aún hoy, hay quienes discriminan sobre los oficios a
los que se los puede considerar trabajo. Algunas personas piensan que los que nos
dedicamos al “oficio de pensar”, estamos horas sentados en una silla, rodeados de
nuestros pensamientos y libros (cosa que es verdad), pero que esto no es trabajar, y no
falta quien nos pregunte ¿che, a qué te dedicás? –A la filosofía –Ahh, entonces ¿no
hacés nada vos? Encima es un trabajo muy mal pago, que apenas si, últimamente, está
“cotizando en bolsa”. Y esto porque al conocimiento, según se cuenta en la Grecia
antigua, no se lo podía vender, había que compartirlo. De aquí el odio a los sofistas que,
previendo este futuro, cobraban por impartir clases.
Entonces podemos preguntarnos, si el trabajo dignifica ¿qué trabajo?

Resultado del trabajo (Manuel Miró) art. 35 CE “Todos los españoles tienen el
deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la
promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus
necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación
por razón de sexo”.

Pero nada dicen las leyes de aquellos intangibles que aparecen en cuanto una
persona se incorpora en el “mundo del trabajo”.
Entonces podemos preguntarnos: el trabajo ¿dignifica?
Para intentar responder hay que incursionar en el ámbito epistemológico.
Preguntarnos por cada uno de los elementos que componen nuestro interrogativo
enunciado.

Realidad: tangible/intangible

La cuestión aquí es ¿cómo pensamos la realidad empresarial?, ¿cómo


relacionamos esa realidad con el éxito de la gestión? Tanto la realidad tangible como la
intangible, unidas, reforzando la hipótesis de que no hay dos realidades, sino una, con
dos manifestaciones, casi como el misterio de la Trinidad.
Michel Foucault ha hablado mucho sobre el discurso y que a éste no se lo
reconoce por lo que dice sino por lo que genera. Lo que genera es algo “otro”
totalmente impensado. Si la realidad empresarial es el resultado de múltiples relaciones
enunciadas en diversos discursos, éstas irían desde las personales, consigo mismo, con
los otros; con la tierra, la flora, la fauna, las tecnologías, el dinero, lo Supremo (para
quienes tienen creencias de tipo religiosas). No podemos negar que en todas ellas nos
involucramos a través de múltiples acciones. Desde el momento en que pensamos esas
relaciones, la filosofía aparece como punto de partida para su comprensión. Son muy
pocas las relaciones que no están basadas en un desembolso de dinero. Solemos decir
que “lo único que falta es que nos cobren el aire que respiramos”. Pero, a diferencia de
lo que ocurre en el campo de la ética (donde vivimos hablando de volver a valores que
jamás existieron), sí podemos decir que estas relaciones no fueron siempre como son
hoy (ver conferencia de Andreu Grau). Cabría preguntarse sobre la sociedad mercantil
que podrían tener los egipcios o los griegos y cómo habría devenido en nuestra actual
sociedad. O la sociedad medieval, sobre todo en los siglos XI y XII, que es víctima de
diversas catástrofes que provocan una profunda pobreza, epidemias, hambrunas. Los
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ricos acaparan las cosechas, y algunos monasterios sensibles a la situación intentan


mediar en ella pero estos esfuerzos no son suficientes, los pobres mueren de hambre
frente a sus puertas. Se intentan medidas contra la corrupción pero la pobreza crece y
con ella los grupos de forajidos y la usura y las diferencias sociales se profundizan y
expresan en todo su furor. Las disputas entre reyes, papas y emperadores son
sumamente violentas hasta que algunos señores deciden, mediante portazgo, derecho
sobre los montes y ofreciendo protección a los mercaderes en los caminos, realizar una
exacción monetaria y el dinero pasa a ocupar el primer puesto en el juego político.
Durante la Edad Media la cristiandad consideró que hacer dinero era algo indigno y
hasta un pecado mortal, de la misma manera que la usura. Aunque otro sector de ella
misma lo llevaba a cabo sin prejuicios. La compra de tierras, el alquiler de trabajo o el
préstamo de dinero, estaba organizado por un sector de la Iglesia. Una parte de tales
transacciones es la simonía que se basa en la compra o venta de sacramentos, jerarquías
eclesiásticas, y el engrosamiento de la propiedad privada del clero al quedarse con los
bienes que muchos señores donaban a Dios a cambio de la salvación eterna. Lo mismo
podríamos decir de otros puntos del orbe e incluso de lo que se hizo con la
“desconocida” América, de cuyos creídos inagotables recursos se aprovisionaron
algunos centros conquistadores permitiéndose vivir gracias al trabajo y explotación
ajenos. Había (?) esclavos, y sigue habiendo de los deseos perversos de quienes se creen
superiores y dueños de los cuerpos y espíritus de otros, del consumismo desmedido, de
la acumulación desmedida de riquezas manteniendo siempre vivas las diferencias
sociales. El trabajo siempre presente desde la sentencia bíblica “ganarás el pan con el
sudor de tu frente” y de aquí al convencimiento de que el trabajo dignifica, cuando se
hace bajo la directiva de otros. Los intangibles siempre han estado y están presentes
para pensar las situaciones en que estamos inmersos y elaborar estrategias para mejorar
las relaciones y, por ende, los trabajos y sus normativas para luchar contra la esclavitud.
Hoy enumeramos los intangibles para poder analizarlos en relación con las mayores
utilidades que nos puedan brindar. Me remito a la extensa lista que entre los expositores
del seminario, hemos elaborado y constan en las comunicaciones que me anteceden.
La vida económica ¿era estable? ¿Lo fue alguna vez? ¿Para quiénes? El pretérito
era nos señala un tiempo casi sin tiempo, como el había una vez del cuento infantil. En
siglos pasados los hombres y mujeres sembraban, cosechaban, hacían alfarería, herrería,
tejidos, y para ello utilizaban las mismas herramientas durante generaciones y siglos.
Podemos tomar como indicador de la modificación del concepto de trabajo y de
mercado la duración de las herramientas. Y aunque estas no lo sean, sí es un intangible
la comodidad del trabajo, el ahorro del tiempo y los beneficios para la salud que
reportan estos desarrollos tecnológicos. Las ocupaciones hoy varían entre estudiar si
conviene comprar ordenadores portátiles, el tiempo de vida útil de las herramientas, las
relaciones cliente/proveedor, ingresos/egresos, tiempo del cliente/tiempo del empleado,
beneficio de las actividades, valor de mercado, rendimiento, inversiones, errores
administrativos, niveles de formación de los integrantes de la empresa, etc. (Moya). Y
es aquí donde aparece la valoración de los intangibles para optimizar la tarea. Estos
intangibles, pensados como recurso 2 , nos sumergen en el ámbito económico y en la
posibilidad de incorporarlos al activo contable.

Momentos de una investigación


Para alcanzar cualquiera de las definiciones que aquí se enuncian, fue necesario
pasar por el ámbito epistemológico. Un ámbito que hoy se tiene como un a priori sin
2
Esta argumentación fue expresada por el Dr. Ramírez, la misma surgió durante el debate posterior a la
exposición y consideré importante incorporarla como memoria del seminario.
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serlo porque varía conforme el caso a analizar. Para ello, también, tenemos que observar
las conformaciones lingüísticas que una determinada sociedad estructura para
comprenderse y delimitar sus ámbitos de estudio. Estas definiciones tienen que ver con
las valoraciones de elementos que de una manera peculiar llegan a incidir en la práctica
empresarial. Si se necesita “descubrir” los intangibles que activen la práctica finaciero-
contable, también es necesario leer las consecuencias políticas, culturales, filosóficas
del resultado de la decisión tomada. Para llegar a estos indicadores, el punto de partida
de toda investigación, ha de ser la observación, ¿Qué significa observar? ¿Desde dónde
lo hacemos? ¿Cuál es el conjunto de teorías que guían una observación? ¿Qué
entendemos por teoría? ¿Qué significa ser un “observador paradigmático”? Si el
intangible es inasible por los sentidos, entonces no podremos hacer un estudio de ellos,
porque, ¿qué observamos? Pero como “observar” no es solamente “ver” con los ojos
corporales, podemos decir que “observamos” intangibles cuando los pensamos en
relación con los móviles de una acción. El fin que deseamos alcanzar es lo que crea la
necesidad de inventarnos un camino y poder dar cuenta de él. La gradación de
proximidad al fin se llama valor. La sucesión de valores es dialéctica 3 . Una vez que
comencemos a responder a estos interrogantes, y a elaborar un discurso sobre este
camino y gradación al fin, podremos decir que estamos dentro del campo
epistemológico. Y una vez que hayamos analizado los indicadores y tengamos un índice
que nos señalará el hallazgo, desaparecerá, parcialmente el problema. En este caso,
nuestro punto de partida como problema es la importancia de la epistemología como
detección del valor que los intangibles presentan en nuestra práctica cotidiana. Desde
estos intentos de respuesta también podremos comprender el lugar “epistemológico” en
el que estamos situados, y respondernos acerca del marco teórico que guió y guiará
nuestra búsqueda. Con dicho marco teórico analizaremos cada uno de los indicadores,
por ejemplo los que aparecen en el minucioso punteo de Miguel Moya. Dicho análisis
nos hablará de elementos relevantes e irrelevantes, de corroboraciones y refutaciones,
de enigmas y anomalías. Al finalizar este proceso, podremos decir que estamos frente a
un nuevo conocimiento.
El marco teórico no debe confundirse con el paradigma, aunque ni uno ni otro
son formales, lo que en este entorno, implicaría inmóvil. Cuando no se vislumbra su
metamorfosis práctica, su inestabilidad, se lo deposita en la inmovilidad.

El Dr. Ramirez cita en su exposición: “Los intangibles son la llave para la futura
contabilidad. Muchas compañías están comenzando a incorporar a los activos
intangibles dentro de sus reportes. Intangibles y riesgo han sido determinados como los
elementos fundamentales del reporte futuro”. (Introducción II. Noticias de la prensa
financiera. Business week, noviembre, 2004).

Me atreveré a decir que, sin tener en cuenta esos intangibles, toda indagación, es
imposible. Dado que una buena exploración nos permitirá comprender la importancia de
los intangibles y acceder a aquellos que no fueron considerados en una primera
instancia.

“La emergencia de una sociedad de servicios en la segunda mitad del siglo XX


está aumentando el papel del conocimiento y la creatividad en el valor agregado y en la
creación de valor. Más recientemente, el rápido desarrollo de las nuevas tecnologías de
información y comunicación (TIC) están generando nuevos valores económicos”. David
Ceballos, 2006.

3
Fortuny, F. J.: La epistemología que se epistemologiza.
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Cuando comienzan a considerarse los intangibles, podemos decir que el


trabajador está comenzando a ser considerado.
Para esta consideración, es necesario distinguir el desarrollo de los pasos
metodológicos. En ellos, hay uno que es de vital importancia, el que enuncia la
necesidad de ser un observador paradigmático. La importancia de la visión,
entendiendo por ella todo tipo de percepciones sensibles e intelectuales a la vez, se
encuentra cargada de teorías; ninguna aproximación a la investigación está libre de ellas
y las formas de interpretar que nos han inculcado y no sólo con la educación
institucionalizada, sino en la vida de relaciones cotidiana. Cada vez que alguien nos
hace ver lo que no veíamos, incorporamos un elemento más. Por lo tanto, seamos
observadores paradigmáticos, veamos lo cotidiano como absolutamente extraño a
nosotros, a nuestra cultura, a nuestra lengua, y sospechemos de nosotros mismos en esa
mirada, para que aparezca lo diferente, lo que no se esperaba, lo que no se había
pensado.

Cultura y epistemología

Entendemos la cultura como el conjunto de saberes, acciones y respuestas que,


elaboradas por los miembros de una comunidad, van generando un conocimiento que
les permite afrontar y resolver los problemas que surgen a diario en el entorno de una
vida comunitaria. Esta realidad, surgida de una práctica desarrollada por un grupo
humano en el que intervienen el lenguaje, las tradiciones, la organización económica, y
las representaciones colectivas en general, sirve de sostén, de unidad de valoración de
los propios recursos con los que podrán describirse, de manera inteligible, los
acontecimientos sociales, las conductas, los desempeños institucionales, los que
configuran sistemas simbólicos y serán interpretados para desentrañar los sentidos
subyacentes que permitirán caracterizarla.
El mentado desarrollo se nutre en una práctica por ensayo y error. Lo dicho
anteriormente nos permite vislumbrar que hay tantas culturas como comunidades
productoras de respuestas, pautas, normas, en definitiva prescripciones, que intentan
facilitar la vida cotidiana de las personas al hacerla, en cierto modo, previsible.
Cuando las situaciones conflictivas se solucionan, aparece un sentimiento de
seguridad y confianza sobre nuestro correcto proceder epistemológico. Ese resultado
exitoso del ensayo, se toma como “verdadero” y se lo aplica a situaciones que se
consideran similares. El problema aparece cuando las técnicas cognitivas aplicadas, no
dan el resultado esperado, surgen desajustes, crisis; y hay que buscar nuevas formas de
procedimiento, lo que implica un estado de inseguridad que iría generando cambios
culturales en los que se incluyen las relaciones interpersonales. Cada persona es sujeto
en la intersubjetividad. El trabajador pertenece a un grupo humano que a partir de su
peculiar forma de actuar ha generado cultura.
Tales relaciones con los “otros” merecen ser analizadas 4 .
El conocer humano es esencialmente, experimental, entendiendo por éste
término la conjunción de dos instancias, la empírica y la pensante que siempre han de
estar unidas, imbricadas, metamorfoseadas. Lo dado previo al conocimiento está
formado por los saberes del mundo circundante.
Necesitamos tener una base de discurso común para comparar las mejores
metodologías en el resultado del ensayo. El análisis de la experiencia inmediata es

4
Susana Violante: La migración y su doble faceta como problema y colaboración.
Susana Violante. UNMDP. Argentina -12/05/2006 6

ciencia. La filosofía usa todos los contenidos históricos sucesivos en los que ya no cree.
Y no cree en ellos porque los ve y usa dialécticamente como historia del presente. Esta
utilización de la historia es lo que llamamos heurística, al arte de inventar en la
búsqueda histórica 5 .

Percepción, cultura y opresión

El reconocimiento de la multiplicidad cultural llevó, históricamente, a que se


establecieran relaciones entre las culturas. Las mismas han sido de tono muy variado y
han llevado a que se pueda hablar de subculturas, llegando a compartir algunas
características más allá de su marcada diferencia, de lo contrario la pervivencia hubiera
sido imposible. En estos contactos inter-culturales se establecen relaciones de dominio.
Las mismas tienen que ver con procesos de deculturación provocados por el
avasallamiento y desgarro de una de las sociedades. El grupo humano afectado, se ve en
la obligación de renunciar a algunas formas de su patrimonio cultural e incorporar
nuevas lenguas, conductas y formas de proceder con el medio. Este avasallamiento por
la fuerza provoca una modificación en la cultura nativa, explícita en la imposición de la
cultura dominante 6 .
Estos elementos, que no se tienen comúnmente en cuenta, forman parte, también,
de intangibles, sobre todo en casos de países con inmigración creciente como es España
en su conjunto.
Me atreveré a tomar la conocida sentencia de Berkeley y a utilizarla en beneficio
de mi argumentación.
“Ser es ser percibido”. Si esto es así, las relaciones entre humanos sólo son
posibles cuando media la percepción. Ahora tendríamos que detenernos en el resultado
de dicha percepción, teniendo en cuenta que también, el que emigra, huye de las
percepciones o de la ausencia de ellas. Por ejemplo, el agobio que sufren quienes no se
sienten percibidos, quienes se sienten ignorados, sin vida, incluyendo el ámbito de
trabajo. Si ser es ser percibido, el “otro” “es” cuando lo descubro. Pero ¿qué descubro
en el otro cuando lo percibo, cuando me doy cuenta por mi percepción toda (sensorial e
intelectual unidas), que está allí? Tal vez tendríamos que hablar de nuestra particular
percepción (cotidianamente decimos: mirada), de Occidente. La que nos impusieron y
se intenta imponer a todas las expresiones culturales. Los nacidos en el Oriente próximo
o lejano, los nativos de América, o de cualquier espacio político-geográfico, miran
diferente, hacen diferente. Afortunadamente, también se mira y hace diferente dentro de
un mismo entorno cultural. No olvidemos que siempre percibimos “al otro” a través de
nuestras propias categorías culturales. Sin obviar que esas expresiones culturales lo van
permitiendo, tal vez por eficacia en cuanto respuesta a algunas demandas y no sólo por
sujeción a la dominación.
Dominique Schnapper 7 , en un trabajo titulado Modernidad y aculturaciones, a
propósito de los trabajadores emigrantes, nos comenta acerca de los contactos
culturales que deben superar los trabajadores emigrantes, ya que en una misma empresa,
se encuentran personas de países y culturas diferentes. Cruzamiento que genera
sufrimiento, complejos de inferioridad cultural, por eso han emigrado a una cultura que
consideran “superior”, aunque la interculturalidad sea constitutiva de lo cultural, hay
que observar cómo se lleva a cabo. El emigrante no se adapta al conjunto de la sociedad
receptora, sino a un determinado número de sus exigencias que necesita para no sentirse

5
Fortuny, F. J.: La epistemología que se epistemologiza.
6
Susana Violante, op cit.
7
Miembro de l´Ècole des hautes études sciences sociales. París.
Susana Violante. UNMDP. Argentina -12/05/2006 7

excluido o caer en la paradoja xenofobia/xenofilia. “La colonización y la


descolonización, provocan nuevos cuestionamientos” (pp.176).
En relación con estos intangibles que aparecen en el análisis epistemológico del
trabajo de los emigrados, consideramos que hay otro elemento a tener en cuenta y es
cómo se interpreta la “orden”, cómo se “hace” el trabajo, este intangible no puede
omitirse, y surge aquel de “Memoria colectiva” / “inconsciente histórico” (pp.186)
modificando la forma de ejecutar la práctica.
¿Lograremos alguna vez reconocernos diferentes para poder aceptar que, aquella
persona a quien tenemos frente a nosotros, no es mi forma espejada sino que soy un
“otro” frente a él aunque compartamos el mismo entorno socio-cultural?
Seguimos sosteniendo, con cierto nivel de convicción, que para lograr percibir al
otro, respetarlo y aceptarlo en su diferencia, tenemos que reconocer que los diferentes
somos nosotros frente al "otro". Cuando decimos que aceptamos “al otro como
diferente”, estamos manteniendo el centro de valoración en nosotros. Somos los que
legislamos, no nos descentramos, por lo tanto el otro va a ser siempre ajeno. Para que no
lo sea, tendríamos que comprendernos desde el lugar del desplazamiento del yo, desde
el lugar de "entre nosotros", "entre nuestras diferencias", donde surgen las leyes y
juicios valorativos de “lo que va siendo”, de “la identidad” movible, cambiante. Cuando
“me” veo diferente del otro, me abro a la necesidad de escuchar sus leyes, relacionarlas
con las mías y sólo así, nos parece, estaríamos permitiendo un espacio de construcción
conjunta; en definitiva, de diálogo. Un diálogo del que carecen todos los “centros”
opresores, porque ellos legislan, instituyen lo que debe ser y no pueden ver más que lo
propio como bueno y como cultura. La sucesión de valores es dialéctica. La persona
vive en la historia nacida de los valores. Los valores no son etéreos sino históricos. La
persona vive en, por y desde los valores históricos 8 .
En definitiva, hay grupos humanos que luchan a muerte desde la fuerza
desmedida que le dan las armas y la superioridad económica en la acumulación de
dinero traducida en poder. Y hay muchos seres humanos, que se sienten incapaces de
luchar contra eso y, lo que es peor, lo sostienen y lo facilitan con su sumisión y
sentimiento de impotencia.
Suponemos que todos nos sentimos “dueños de la verdad”, pero no todos lo
reconocemos. El no reconocerlo impide flexibilizar nuestras posturas. Siempre habrá
individuos que quieran ser “amo y señor” que, sabiéndolo, no deseen abandonar ese
estado. También habrá personas que quieran distinguirse por otras actitudes y se
nieguen a aceptar que sobre esas situaciones “no hay nada que hacer”.
Somos seres inteligentes, pero esta inteligencia nos falta demasiado para el
encuentro y nos sobra para la exclusión. Ni siquiera, a veces, alcanzamos a reconocer el
efecto “bumerang” de los acontecimientos.
El diccionario de la Real Academia Española de Editorial Espasa-Calpe, define
economía del griego oikonomía de oikonómos, como “administración recta y prudente
de los bienes, buena distribución del tiempo y de otras cosas inmateriales”.
Desmigajemos este enunciado y apliquémoslo a nuestras relaciones con los otros y
veremos qué nuevos intangibles surgen.
El ámbito epistemológico nos permite introducirnos, desde el reconocimiento de
lo diacrónico de un texto, en la génesis y consecución del saber, de acuerdo a cómo los
signos lingüísticos han adquirido o perdido matices y virtualidades. La diacronía no es
sólo una mirada hacia atrás, sino, sobre todo, hacia el entorno y hacia el futuro.

8
Fortuny, F. J. : La epistemología que se epistemologiza.
Susana Violante. UNMDP. Argentina -12/05/2006 8

Conclusión

Es interesante ver cómo en las sesiones de este año se ha ido dando un vuelco
hacia temas que tienen más que ver con el orden sociológico, filosófico, epistemológico
y lingüístico, en los que se fue perfilando lo variante de la significación. Por lo tanto, si
se intenta que nuestra práctica sea “precisa”, ésta no lo logrará ya que partimos de un
punto que no lo es: “el intangible”. Tal vez por eso durante años no se lo tuvo en cuenta
y se dejó este ámbito para la filosofía, más precisamente, la metafísica. En esa búsqueda
de precisión surge la formalización. Lo mismo pasa cuando se habla de “modelos”,
éstos tienen un punto de partida abstracto, de ellos se deriva toda una teoría (del griego
theorein), que en sí misma es abstracta, pero genera elementos concretos que orientan,
determinan y delimitan nuestra vida.
El capital intangible es equiparable al capital intelectual y a veces se traduce en
activos intangibles, éstos tienen que ver con habilidades, conocimientos, aprendizajes,
ventajas estratégicas, crecimiento acceso a oportunidades, factores poseídos o
controlados. En definitiva, competencias para gestionar los adecuamientos en la
consecución de un objetivo.
Aquí se dijo que “el bien inmaterial intelectual, sólo existe cuando la ley lo
reconoce” (Miró) y también se habló del “empresario reacio a analizar el potencial
intelectual que debe convertirse en dinero para que tenga valor, por ejemplo, un cliente
perdido” (Moya).
Miguel Moya ha señalado elementos que considero importantísimos al decir que
el método Skandia nombra a un “director de capital intelectual” y nos informa sobre el
capital intelectual como suplemento del capital financiero. Factores de éxito que es
preciso maximizar: enfoque financiero, clientes, proceso, renovación y desarrollo y el
factor humano. Por lo tanto, la oikonomía estaría presente en la administración prudente
de un bien, en la supervisión de cosas inmateriales, conforme la definición extraída del
diccionario.
Combinando los diversos factores se crea un nuevo modelo de comprensión
empresarial. Skandia da una descripción sistemática de la capacidad de la empresa para
transformar capital intelectual en capital financiero sin subordinarlo. Señalando que el
capital intelectual se puede aplicar a cualquier entidad: ejército, Iglesias, y hasta a los
gobiernos. Capital humano + capital estructural = capital intelectual.
Si el Know How, es el conjunto de recursos técnicos, conocimiento práctico para
aplicar a la empresa en el ámbito de la actividad que desarrolla. El conocimiento de las
oportunidades de negocio, capacidades y limitaciones de la empresa, entonces, es el que
da posibilidades al empresario de proveer unos bienes o dar unos servicios de manera
más eficiente que otras, por la cual obtiene un rendimiento diferencial. (Joaquín
Perramon, 2006). Suponemos que este conocimiento contiene los intangibles que
consideran las necesidades interpersonales. Todo conocimiento es un conjunto de reglas
operativas. Se hace mundo al hablar internamente con las palabras heredadas. Mundo es
un conjunto de discursos agrupados. A ese conjunto de discursos se le da un orden
epistemológico, y lo llamamos mundo natural, físico.

“Si se puede detectar o identificar, se puede gestionar, si se puede gestionar se puede


cuantificar, si se puede cuantificar se puede controlar y si se puede controlar se puede
mejorar” (David Ceballos, 2006)
Y yo agrego: también se puede someter. Esta cadena puede presidir la organización del
saber empresarial al lograr completarla.
Susana Violante. UNMDP. Argentina -12/05/2006 9

Selene Cruz, en el apartado Intangibles y valor, expone: “Los beneficios


obtenidos de los intangibles (conocimiento), propician la creación de valor, ya que el
conocimiento es acumulativo y cada unidad monetaria invertida en conocimiento
generará “rendimientos”.

Hay un elemento con el que me permitiré disentir, y es cuando dice que el


conocimiento es acumulativo (criterio epistemológico de la modernidad). La
acumulación, considero que tiene que ver con el ámbito económico/empresarial ya que
implica juntar y amontonar, hasta unir mezclando; y esto, estimo, no es así porque el
conocimiento no se acumula sino que se va expandiendo y variando, como un rizoma,
en mayores direcciones y complejidades y cada una de estas en una multiplicidad mayor
que lo hace inagotable e infinito y de aquí surge su comentario sobre “los beneficios
obtenidos de los intangibles y la creación de valor”, dado que el valor, no es intrínseco
al intangible sino que aparece históricamente.
El título de la presente exposición enuncia la importancia de la epistemología en
la valoración de intangibles. Puede ser que parezca que no se ha hablado demasiado de
ello, sin embargo ha estado presente en cada uno de los temas abordados, ya que intenté
acercar un argumento más a alguno de los que quedaron sin resolver en los encuentros y,
en ese ejercicio, se halla un estudio sobre la metodología conveniente para alcanzar a
vislumbrar aquellos intangibles que no están en la lista y que, sin embargo, su
reconocimiento permitiría un desarrollo más fecundo de la empresa.
La comprensión de la función epistemológica del signo está en su seguimiento,
si el signo este año fue el intangible, podemos decir que nuestro trabajo fue de una
semiosis epistemológica, tratando de construir parte de su estructura, así la realidad
basada en la observación y el cálculo, resulta ser tal como la ciencia la describe 9 en cada
momento histórico. La epistemología es el ámbito de la filosofía que se encarga de
estudiar la ciencia, su método, sus enunciados, y las estrategias que emplea para
alcanzarlos. En definitiva, más arriba hablé de comodidad, en el entorno de conocernos
mejor, comprendernos mejor, resolver mejor nuestros problemas, para vivir mejor.
Como dice Forteza:

“En este sentido, conviene tener claro que la filosofía y la epistemología


semiótica son una reflexión sobre un aspecto del conocimiento, entre muchos otros que
conforman este ser vivo que es el hombre”.

Termino con una cita que utilizó Manuel Miró (2006):

“Al igual que en los sistemas complejos de la física moderna, la fuerza secreta
del hombre se encuentra en los estados alejados del equilibrio. En la vida ordinaria
orientada mediante objetivos a corto plazo únicamente utilizamos una pequeña parte de
nuestros recursos. Para moverse en el terreno de la incertidumbre, el cambio permanente
y la complejidad, es necesaria la libertad”
(Pere Duran Farell, 1992)

Agradezco especialmente a los conferencistas IAFI que me antecedieron: Astorga Sánchez,


Juan Antonio; Ceballos, David; Cruz, Selene; Grau, Andreu; Miró, Manuel; Moya, Miguel,
Ramírez, Dídac; Sorrosal, María Teresa.

BIBLIOGRAFÍA

9
Forteza Pujol: Hermenèutica i epistemologia semiòtica.
Susana Violante. UNMDP. Argentina -12/05/2006 10

Astorga Sánchez, Juan Antonio


Ceballos, David
Cruz, Selene
Grau, Andreu
Miró, Manuel
Moya, Miguel
Perramón, Joaquín
Ramírez, Dídac
Sorrosal, María Teresa

Dallera, Osvaldo: Problemas de Filosofía. EDBA. 1995.

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El pequeño Larousse Ilustrado. Diccionario Enciclopédico. Larousse. 1997.

Fischer, Stanley; Dornbusch, Rudiger; Schmalensee, Richard: Economía. Mc Graw-Hill. Madrid,


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Forteza Pujol, Bartomeu: Hermenèutica i epistemología semiòtica. K. A. L. Universidad de


Barcelona. 2003.

Fortuny, Francesc J.: La epistemología que se espistemologiza. Técnica de la libertad y de la


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Heilbroner, Robert; Thurow, Lester: Introducció a l´economia. Editorial Empúries. Barcelona.


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Violante, Susana: “La migración y su doble faceta como problema y colaboración”. Daniel Dei,
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