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sunARio «Hny q u e t o n l r l l i u i r a l fio re c i m i e n t o del cine c í p o f i o l - lEdllorlol) - C K O N I C A DE M A D R I D : «Eiilrc

s o i l i o y s o r b o - , p o r Sáhcloindo. - C R Ó N I C A DE P A R l S : . C r í t i c o s c m e m o l o a r í i f i c o s - . p o r ¡^»r\
> i r r f í n j . - E L RETABLO DE MAESE P E D R O : -HloBi" <lc u n o s c o m e d i . i n i c s , p o r Mnt>^o $»,itü^. ~ N U E S T R O S U C T O R E S , C O L A B O R A N :
Drs-

Artículos y p o e s í a s , — PÁGINA MUSICAL: - N o me t o q u e s i . c!;l m a e s t r o C. Hoí/nf/ri<:r, - l'RENTE A LA PANTALLA: Gréiico* d e la pellculn

«En la hflliltaciftn d e M a b c U . I n í o r m í . c l o n e s del e x t r o n j e r o y . Ecos rfe b n r c e l o n a . - LA MODA EN EL CINE ; T r c í m o d e l o s y tres iipos d t
bcllci.0 f e m e n i n a - , p o r MlSí Gladys. ~ MUSEO F O T O G R Á F I C O ; R t t r n i o d e Cemiln H o r n . - P E L E - M E L E Í Fcstlvol en h o n o r de MiirK. Vlln
y E s t r e n o s . - A R G U M E N T O DE LA SEMANA: -Ln Rul« d e P a r í s " , por Ivor NUVL-MO v Mae M a r s h ,

Nam. 18 -':..^j;*ía..-i.4 Precio: Cents.

 m

LOS ARTISTAS ASOCIADOS

Está constituyendo un éxito
extraordinario el estreno en

Capítol Cinema y Pathé Cinema

la última superproducción de la "muñeca del mundo" 1

MARY PICKFORD |
EN I

"GORRIONES''I
Película que ha sido considerada por la crítica internacional m
como una de las obras cumbres de la cinematografía moderna ' •

\ -

Jt, '.I -"-

Los Artistas Asociados

Mary P i c k f o r d Douglas Fairbanks

Charlie Chaplin \ f t R X I S T S ^ ^ ' ^' ^''^^'^^

B \ Rambla Cataluña, 62 •
I Teléfono n.° 667 G. BARCELONA Telegrs.: "Utartistu" |
•lllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllillllllllllllllllllllllll^
¿ vwvtftfvvwvvv^í/uvvvvvvvwvVbñ^wvvvw^wvvuvwv^^wwv^rtA %AWv^ftAfvu^

AÑO I NÚM. 18

Gerente: Isidro Bulto Casanovas

Administrador y Apoderado: J. Ollvet V i v c i Director técnicoarlísllco: S. Torre» B e n e l
Redacción y Ad;iiinistración: París, 134 y Villarrocl, 186 - Teléfono 734 G. • BARCELOMA

Director literario: Maleo Santot Oficinas en Madrid: Hurtaleza, 46, pral.

Redactor jefe : Martínez d e Ribera % DE DICIEMBRE DE 1926 Delegado: Domingo Romero
Director musical : Maestro Gi Faura Dirficlor: L u í » G ó m e z Me»a
UiiiiiiiiiiiiiiiiMiiiiuiniiiiii iiiiiitriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiituiii III MiM iiNiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiiiiiinntiiiiMiiiJii iiiiiniiiiiiiiiiiiuiiiiiiiiiMiiniiiiiii IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINI

Hay que contribuir alflorC'

cimiento del cine español
Aunque con demasiada lentitud todavia, la industria cine-
matográfica española avanza con seguro paso. Pueden citarse
ya media docena- de películas, de producción nacional, que, í
aparte leves reparos de técnica y de dirección, merecen coló- %
carse a la altura de mitchos films extranjeros. Sin embargo, 5
es tan grande el valor artístico de nuestras ciudades, tan vario V
y espléndido el paisaje, y hay en España tan distintos tipos de 5
belleza femenina, ,que nuestra cinematografía debe ser la pri-
mera en el mundo, si no coino industria, por carecer de esos
enormes capitales con qite cuenta la norteamericana, como
arte al menos. ••, ,v
Pero no basta con que la mayoría esteiíios acordes en punto
tan esencial como éste, es preciso también que todos contribu-
yamos a la realisación de deseo tan noble y lícito.
POPULAR FILM, por su parte, procura orientar y propagar
en sus páginas la cinematografía española. Las interviús con
directores y artistas que nos envía desde Madrid nuestro di-
lecto e inteligente camarada IAIÍS Gómez Mesa, las críticas y
comentarios que se forjan en nuestra Redacción de Barcelona,
van encaminadas a ese solo fin.
Además, hemos organizado un gran Concurso fotogénico,
con importantes premios en metálico, con objeto de descubrir
a las futuras estrellas españolas de cine, garantizándoles IÍ?I.
contrato en la importante editora nacional Hércules-Film,
establecida en la Corte, siempre, claro está, que reúna las con-
diciones fotogénicas necesarias a los que se dedican al séptimo
arte. Pero, sin duda, por la ineficacia y falsedad de otros Con-
cursos de esta clase, organizados por revistas de cine nada
escrupulosas, al organizado por POPULAR FILM no han con-
currido, hasta ahora, la cantidad de concursantes que nosotros
quisiéramos para poder elegir entre ellos a los que en plazo no
DOUGLAS FAIRBANKS lejano serian grandes figuras del cinematógrafo español.
el formidable y p o p u l a r í s i m o a c l o r . a p a r e c e e n Sea ctial fuere el resiíltado de nuestro Concurso fotogénico.
esta fotografía e n una d e las más bellas escenas POPULAR FILM habrá cumplido con su deber, aunque lamen-
' d e sn ú l t i m a p e l í c u l a tará que m^ichos jóvenes de ambos sexos que podrían ser las
"£í PIRATA KEGRO" uestrellas}) de la pantalla nacional, permanezcan inéditos y
desconocidos, dentro de su vulgaridad, por cobardía o por des-
confiatisa.

v^^'n•v^ftrtrtíuvvv\rtrtiAA^Ani/vv^%ív^rtrtrtArtAftflArt. ^lVVVWV^rtA.v^rvvvvvwAflirtfl•^rtA^i^^V1•nAlVv^^
 C R Ó N I C A DE l%ADRIDÍ
Entre sorbo y sorbo cala, la comprensión queda con el com- De que nKl estudiante de Salamanca)),
pleto echado. pese a sus sucesivos suspensos, pronto
—¿Solo? .. , , Entre sorbo y sorbo de delicioso café acabará su carrera.
—Sí. ' ' . y entre ruido de voces y abundante De que el homenaje tributado a don
—Basta. humareda, nos enteramos de lo que tú Joaquín Freixcs Saurí, para festejar el
Por este diálogo telegráfico ya podéis te enterarás tamliién si continúas leyen- éxito de su número trescientos de «Arte
suponeros el significado del título de es- do, curioso aficionado : \- Cinematografía'), dedicado a la pro-
tas líneas. Y si a ello añadimos que el De que Carmen Viance y Manuel San ducción nacional, fué mny merecido.
mejor centro de información cinemato- Germán pusieron todo su empeño en Y nada más, que se acabó el café ; y
gráfica que hay en la Corte es un con- triunfar en la interpretación de la obra no es cosa de repetir. El ambiente está
currido y populen- café de la calle de Al- de Pérez Galdós, dl^a loca de la casa». como para salir corriendo. Corramos,
De que la nueva película de José pues, y hasta otra. SABELOTODO
Buchs tiene por fondo una conspiración
BOLETÍN para tomar parte en el de la.s muchas que se fraguaron cuando
Godoy dominaba a Kspaña con su férrea BOLETIN de votación para el Concurso de
Concurso de POPULAR FILM
dictadura. P O P U L A R F I L M
"¿Tendo condiciones para De que, aunque se dijo que Fernando
ser arflsía de cine?" Delgado llevaría a la pantalla «El sol- Nombre del votanie
dado de San Marcial)), este famoso me-
lodrama no será, por ahora, trasladado
al séptimo arte. Domicilió
Domicilio De que el citado Fernando Delgado se número
propone realizar algo grande que redun- Población
de en provecho de la cinematografía
Provincia
patria.
De que tomarán parte en la film que, Uoio por
Fifmoi Firma;
a base del futbolista Ricardo Zamora,
se editará en la ciudad Condal, diversos
elementos matritenses.

Los grandes Concursos tic POPIILAB FILM

¿Tengo condiciones para §er aríisía de cine?
Queriendo contribuir POPULAR FILM de un modo práctico al desarrollo artís-
tico de la cinematografía española y sabiendo que entre sus numerosos lectores
y lectoras hay muchos que se han preguntado más de una vez si reúnen condicio-
nes para dedicarse al séptimo arte, abre un concurso fotogénico, en colabora-
ción con la casa editora de películas Hércules Film, de Madrid, bajo las siguientes

BASES
PlilMERA. — Todas las personas residentes en España, cualquiera CUARTA. — Las fotografías que nos envíen los concursantes de
que sea su estado y nacionalidad, pueden tomar parie en este ambos sexos, se irán publicando, por riguroso turno, en P O -
concurso. PULAR Fn,M.
SEGÚN DA. — Los que deseen concurrir a este concurso, deberán QUINTA. — Finaliaado el concurso, que se cerrará a las doce de ¡a
enviar a ¡a Redacción de POPULAR FILM, por correo, y bajo mañana del día 31 de diciembre del año actual, se procederá,
sobre cerrado, diez boletines de los que se publican en todos ante un notario de Barcelona, al recuento de votos.
los números de la revista con el título n¿ Tengo condiciones SEXTA. — El concursante y ¡a concursante que resulten elegidos,
para ser artista de cine?», escribiendo en uno de ellos el notn- podrán disponer cada uno de ellos de doscientas cincuenta pe-
bré y dirección de ¡a persona que ¡os envía y acompañados de setas, que la Administración de POPULAR FILM les adjudica
un retrato en busto y otro de cuerpo entero del concursante, para el viaje a Madrid y re.'!Ídencia de siete días en la capital de
en cuyo respaldo especificará éste su edad, estatura, peso, Espa ñ (I.
color de sus ojos y cabellos, deportes que cultiva, conocimien- SILPTIMA. — N u e s t r o representante literario en Madrid, don Luis
tos intelectuales que posee y detalle de ¡as labores artísticas a Gójnes Mesa, presentará a los triunfantes en este concurso, al
que se ¡laya dedicado. director de la casa editora de películas aUércules Film», cui-
TERCERA. — Al mismo tiempo, y para no retrasar el resultado dándose, además, de su instalación en Madrid.
de este concurso, publicaremos otro boletín de votación para OCTAVA Y ULTIMA.—Don Agustín García Carrasco, director
que, una vez terminado el concurso, los lectores de POPULAR de la «Hércules Filmi), se compromete a contratar, para que
FILM llenen dos de estos boletines en el que escribirán los nom- formen parte de su compañía, a los que resulten elegidos en
bres del concursante y de la concursante a quienes otorgan su este concurso, siempre que reúnan las condiciones artísticas
voto. necesarias para triunfar en la pantalla.

PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN :!
ESPAÑA: Trtmeitre, 2'SO pesetas ':/ Semeslre, 4'7S peiefat / A ñ o , O'OO pesetas
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wvuvww
 C H é N I C A D É P Ü^ R í f
ICritícos cínemaíográfícos
Paúl de la Borie publica en «Cinéma-
gazine», correspondiente al ig de noviem-
bre, un interesante artículo titulado «De
la Critique cinetographique» que le ha
puesto frente a toda la crítica francesa
a la que, De la Borie, no quiere recono-
cer, «porque no cuenta, por su juventud,
con la competencia necesaria, en una
materia tan nueva, tan inconstante y tan
imprecisa, que escapa a todos los con-
troles verdaderos y a todas las previsio-
nes lógicasii.
Estamos de acuerdo. Querer, como
pretenden algunos, comparar la crítica
cinematográfica, con la crítica teatral,
es, no solamente en Francia, sino en to-
dos los países, una pedantería imperdo-
nable.
«La crítica teatral — dice Paúl de la
Borie — existe y tiene u n pasado, reglas
y métodos. Generalmente, la crítica
teatral se confía a plumas ilustres, pues
es una de las formas más interesantes
de la literatura. Esta clase de crítica
solamente se encomienda a una perso-
nalidad calificada y bien definida den-
tro del terreno artístico. E n el cine,
Toda enfermedad entra por la boca.
Las
PEROVETAS MERCK
de oxígeno superconcenlrado, combaten eíl-
cazmcntc Iodos los gérmenes y protegen al
organismo humano de loda enfermedad
Las pastas denlííricas corroen y destruyen
paulalinamenle el esmalte.
Las
PEROVETAS MERCK
blanquean y forliíican la dentadura conser-
vando el esmalte indefinidamente.
De venta en f a r m a c i a s , d r o g u e r í a s y
p e r f u m e r í a s al p r e c i o d e 5 P r a s . el
frasco de 100 y 3 P í a s , el f r a s c o de 50.
v^ftrtrtiívwww^AWW^AAívw^rt^vwAflA^ívu^AAA
en cambio, cualquiera puede Improvi-
sarse crítico cinematográfico, sin que
¡Kir mucho que sea su cinismo, nos
pueda decir los antecedentes que le
autorizan, las reglas justas que puede
evocar en sus críticas y el criterio que
rige sus opiniones.
Basta repasar los periódicos franceses,
y los de todos los países del m u n d o , para
ver el servilismo a que sujetan sus oi)i-
niones los críticos cinematogriíficos, que
son, en la mayoría de los casos, entes sin
ninguna preparación intelectual, enfáti-
cos y prosopopéyicüs, como todo aquel
que tiene que defender su posición repe-
liendo, pues sabe que de cerca se le ve-
rían las clavijas, y no tiene talento su-
ficiente para resistir ni el más ligero
examen.
E l crítico cinematográfico comienza sus
pasos como agente de publicidad en un
periódico que dedique al cine unas cuan-
tas páginas en las que, al poco tiempo,
se atreve a opinar, según que la película
de que se trate sea de casa asequible a
sus fines de publicidad o no lo sea. En
el primer caso, a u n q u e la película sea
francamente mala, el crítico, basando
sus opiniones en sofismas y toda clase de
argumentos falsos, se lanza al encomio
que le ha de valer un anuncio a toda pá-
gina. E n caso contrario, ya se puede pre-
parar el público a leer disparates y san-
deces que no pretenden otra cosa que
«meter miedo» para conseguir sus logros
interesados.
A m í m e sucede una cosa, que creo no
está falta de lógica : cuando leo a uno de
estos críticos al uso y le veo opinar en
contra de un film cualquiera, corro a
verle, seguro de q u e ha de ser delicioso el
rato que voy a pasar. E n cambio, no voy
a ninguno de los que, cierta clase de crí-
ticos — de todos conocidos — aplaude y
Es el laxante (deal para la educación del fntestlnoi
Purga sin [rrltar y es de muy grato sabor
L a b o r a t o r i o A l a y o Ferrer
RONDA SAN PABLO. 44
BARCELONA
M.
x^mamtíii
pone por las nubes. Me ha dado excelen-
tes resultados esta combinación.
Es necio pensar en la realidad de una
crítica seria, en una tan nueva forma ar-
tística, que no se rige más que por apre-
ciaciones particulares y cuyos términos
fijos están todavía por crear. La crítica,
en la época actual — época de formación
y balbuceo para esta nueva manifestación
artística—, puede ser m u y perjudicial
cuando por lanzarse a aventuras estúpi-
das carece de sinceridad, pues como dice
el citado escritor, «se ha de tener en
cuenta que un film, a más de ser una
obra de arte — esto es un poco atrevido
—es también una materia comercial cos-
tosísima y el comercio honesto tiene siem-
pre el derecho de ser protegido por todos.
Los críticos dignos no se olvidan jamás
de ello y procuran con su sinceridad no
equivocar ni a las casas editoras ni al pú-
lilico que en ellos confía».
A pesar de la polvareda que levantaron
las opiniones de Paúl de la Borie, y de
las cuales ha protestado la Redacción en
pleno de «Cinémagazino), yo soy de la
misma opinión, y creo que la crítica ci-
nematográfica ni existe, ni tiene razón
para existir. La labor de los periodistas
cinemáticos debe ser reseñar, sin meterse
en averiguaciones, y únicamente guiados
por un depurado gusto artístico, que es
lo que les falta a la mayoría de los seño-
res que escriben en los periódicos cine-
matográficos y que no se dedican a otra
cosa que a dar retumbantes adjetivos a
lo que llaman séptimo arte, sin duda con
el objeto de que estos adjetivos al señor,
sirvan de retruque a los servidores, para
de este modo poder vestirse de pavo real,
aimque a simple vista asome el ala negra
del cuervo por entre los tornasoles de la
veste exótica.
JEAN D E S J A R D I N S
3
 'V^Arf^AíVVftAftAAdV^ArtrfWAftAVwv^AAlVV^Ad^AAíW^^ vv^Aftrtirw^Art^^A.^AA/wvv^H^J^ArtAArtrtrtdV^nJ^.^^

El rctaBlo de macsc Pedro

Elogio de unos comediantes
No se ha escrito aún en ICspaña, que ñoñas que pervierten el gusto del pú- tender limitar esta literatura al drama de
yo sepa, el eloRÍo de los artistas argen- lílico, sin atender a otra razón que la de tesis y a la comedia sin mixtificaciones.
tinos, Enrique de Rosas y Matilde Ri- estar de moda el comediógrafo qnc las Pero, es verdaderamente intolerable, que
vera, su digna compañera en el hogar firma, los comediantes, argentinos son teniendo el teatro, como todo arte, una
y en los escenarios. Cierto que se han ro- intér|jretes de un teatro psicológico, de linalidad pedagógica — educación de la
deado sus nombres de un brillante cor- ideas, y rinden homenaje a un genio es- .sensibilidad—, se reijresenten y íoluren
íejo de encomios y de alabanzas — gen- pañol, que el vaivén de la política aiTojó obras, que pretendiendo ser educadoras,
tileshombre.s y • ..i , , . • , . •, inclinen al públi-
damas de honor . .-; V;, - I . co a lo chabacano
de estos príncipes y a lo insulso, a
de la e s c e n a — , lo (pie tiene por
como "intérpretes base una moral
de tal o cual co- vieja y falsa, que
media estrenada. no ensambla con
Pero el elogio que las ideas, las in-
merecen por ha- quietudes y hasta
IJ e r p u e s t o s u con las necesida-
enorme t a l e n t o des materiales del
(le comediantes al
servicio exclusivo
de un teatro de
i siglo. Esta clase
de obras hacen
más daño a la
arte, de una dra- dramaturgia y al
mática noble, ha pueblo, que la co-
permanecido iné- media .de retrué-
dito hasta ahora
que mi pluma lo
i cano, que el dra-
món p o l i c i a l y
lanza a la publi-
cidad.
I^^^^^^^^H que el v o d e v i l
pornógrafo.
Kl sentido es-
tético en el artis-
ta es como la mo-
ra! en el hombre,
íjue se refleja en
sus obras y en sus
i! H^T '..
Sin e m b a r g o ,
merece una ma-
yor estimación el
comediante q u e
interpreta a
.Strindberg.Shaw,
acciones, niíis que. Andreiew o Cal-
en sus palabras, dos — por ejem-
que son, casi plo—, que el có-
siempre, la más-, mico que anima

•a
cara r i s u e ñ a y en las tablas los
apacible con que
se disfrazan unos.
Élil muñecos sin alma
de Linares Rivas
sentimientos rui- ú los deformes y
nes y egoístas. Y grotescos de JNÍU-
así como el hom-. ñoz Seca. Con-
bre puede ser u n
malvado y ocupar
'{•"••
w^ftmi^- ^^^^^H forme a este jui-
cio, Enrique de
en sociedad la ca- Rosas y Matilde
silla destinada a Rivera, merecen,
las personas ho- a la hora de aho-
norables, el artis- ra, el m á x i m o
ta puede carecer elogio que puede
del sentido estéti- tributarse a unos
co, o tenerlo atro- E L V I R A DE A M A Y A
la gentil cancionista española que debatará mañana en d i e s t r o Principal de Tarragona
comediantes. No
fiado, y pasar a la n e g a r e m o s que
categoría de ilustre, notable, insigne o atiendan, como los demás, a su negocio,
fuera de su Patria, estrenando un drama
eximio. pero lo realizan sin menoscabo del arte,
suyo en un escenario de Barcelona. Y,
Kn Enrique de Rosas y en Matilde entretanto, los actores del solar hispano tjue acaba siempre por imponerse. V.\
Rivera no se da el caso de que estos ad- encarnan las criaturas raquíticas, sJn piiblico que llena cada noche el teatro
jetivos parezcan un postizo colocado nervios y sin sangre, de Linares Rívas, Talía para rendir fervoroso homenaje de
cx)((uetonameníe en sus nombres. Su F e r n á n d e z del Villar, o cnalquier otro admiración a los ilustres comediantes ar-
orientación estética en el teatro acusa •dramaturgo de bajo vuelo y de tierra gentinos, es el argumento más convin-
una pureza artística pocas veces igua- llana — la montaña es para el águila, no cente que puede oponerse a los que creen
lada por ]iingún comediante de los q u e para el vencejo—. Se comprende que aún que la p u g n a entre el negocio y el
figm-an al frente de una compañía. siendo tan extensa la gama de la litera- arte ha sido y será perpetua.
Mientras el repertorio de casi todas, tura dramática, desde el drama al entre- Hora es ya de que se convenzan de lo
las grandes figuras de la farándula na- més, se cultiven los géneros teatrales contrario cómicos y empresas.
cional lo forman comedias insulsas o m á s inferiores. Sería un disparate pre- MATEO SANTOS

'v^ft¿vvv^^^*^ft¿vvvffi^LAff^^^A^n^HJ^•vv^A^^vv^^^
4 pu/a/mí/rj
-,irt»awjiiíiw«f
•Si^'NrtriAftrtrtrtrtrtrt^rtrtrtrtA^^AAA^^^rtrtftAi^^^^^íWV^V^WV^^^^W^^^^^^Í^V^^^V^^WVL^'.rt^W^^rt/VW^WWWtfWWSi
£1 íenor Lara cantará en el
Apolo, de Madrid, "El huésped
del Sevillano"
lince un paí' de años, próximamente, que
el tenor mejicano Ricardo C. Lara se pre-
sentó en el escenario de Eldorado, entonces
caled ral de las variedades, cantando unos
bellos estilos americanos. Para él, interpre-
tar aquellas ligeras cancionciltas, en el más
puro estilo y con absoluto dominio de las
ñolas más altas, no suponía ningún mérito
ni esfuerzo. El óxito que obtuvo Lara fué
definitivo y bien ganado. De Hldorado salió
con el maestro Longás para realizar una
tournée por Cataluña ; cantó por radio y,
finalmente, se marchó a Suecia, con un con-
rrato por dos meses en el bolsillo. A su re-
greso a España traía tm montón de periódi-
cos que lo elogiaban y en los que aparecía
su retrato o su caricatura,
Pero Lara, que tenía plena conciencia del
\'alor de su voz, aspiraba a más que a in-
terpretar estilos de América. Y, un buen día,
nos enteramos por un cartel del teatro No-
vedades, que debutaba como tenor en tiDoña
l-'rancisquita)!. El éxito del mejicano conio
tenor se deduce de que en los entreactos de
la zarzuela de Vives, discutía parte del pú-
blico si Lara cantaba ¡(Doña FrancisquitaH
mejor que Vendrell o si Vendrell la cantaba
mejor que I^ara.
Nosotros no vamos a establecer ahora
comparaciones inoportunas y siempre anti-
páticas. Emilio Vendrell tiene bien ganado
su nombre y Ricardo C. Lara va en camino
de hacerse famoso, sin que una cosa pueda
estorbar a la otra, máxime cuando tanto
escasean los tenores de zarzuela.
Aiiora, el simpático tenor mejicano ha
sido contratado por la Empresa del teatro
.Apolo, de Madrid, para estrenar ¡a nueva
zarzuela del señor Luca de Tena y del maes-
tro Guerrero, «El huésped de¡ Sevillano", y
el público y los críticos madrileños tienen la
palabra.
Vendrell, triunfa en Méjico
El diario KGÜ Blas», de Puebla, dice a
propósito de ¡os triunfos del tenor catalán,
Emilio Vendrell, en Méjico:
«Brillantísimo resultó anoche el recital que
dio el eminente e inspirado tenor español, don
Ricardo C. Lara, e¡ tenor mojirano qtie aeabn de ser
contratado por Ui Umprcsa del teatro Anolo de Madrid
Emilio Vendrell, en el local de la Feria Co-
mercial y delante de una concurrencia bas-
cante selecta.
.•\ las veinte horas se presentó el aplaudido
artista que vino a Méjico últimamente con el
fin de pasar una temporada en el teatro Iris.
Ei célebre cantante fué interpretando con el
alma las producciones denominadas «Nunca
olvida», de Turina ; «La Resaladan, de
Schindier, y «La gaita alegren, que mere-
cieron aplausos sin cuento.Jiun Emiüo Ven-
drell, en estos tres primeros números de
canto, hizo resaltar su timbrada voz y elevó
el sentimiento del auditorio a las regiones de
lo bello.
Después merecieron alabanzas al cantor
las producciones mejicanas cuyos nombres
son : «Ay, ay, ay», ((Te he de querer», de
Esparza Oteo, y «Los ojos tapaftosn, de
Fernando Méndez. El artista sintió, al igual
que un mejicano, aquellas producciones, y
por esta circunstancia se le tributó un re-
sonante aplauso que dio margen al señor
Vendrell para cantar otra creación que fué
objeto de una nueva ovación.
La segunda parte del concierto principió
Arturo Marín, oalán joven de la coinpaAia
Simó lla^o-Zorrilla
tito será". El recital del señor Vendrell fina-
lizó con el famoso «Ay, ay,- ay», que le fué
premiado con aplausos atronadores.
El artista Vendrell es un tenor ligero que
en el recital dió a conocer sus aptitudes. Con
esa humildad que le caracteriza y con esa
inspiración seguirá seguramente rumbo a
la inmortalidad".
La Escuela de Arte
Dramático
Ayer empezó el curso 1926-27 de la Escue-
la de jArte Dramático, de la Diputación pro-
vincial, quedando desde dicha fecha abierta
la inscripción de matrícula én el local de la
citada institución. Canuda, 31, Sala Mozart,
de siete a ocho de la tarde.
En el presente curso se darán de momento
las mismas clases que en los anteriores, a
cargo de ios profesores señores Adrián Gual,
Enrique Giménez y Pompeyo Fabra, además
de una nueva de prosodia y literatura caste-
María Cucvaf, dama joven de la compañía llana a cargo de don Manuel Montolíu.
Simó ¡iaso-ZorriUa
a las veintidós horas y constituyó una nota Salonclllo
sobresaliente de arte. Escuchamos, al Igual
que los demás concurrentes, con ingente be- Se dice que el maestro Serrano ha íerrhl-
neplácito, las producciones clásicas «Une nado las partituras de cuatro libretos. Y que
Larme du clebí, de Schumman ; «La Cugne», mientras Federico Caballé asegura que tio-
de Grieg, y «La Jotan, . de Falla. «Nana",
canción de cuna de Falla, fué sin duda un
ne la e.^clusiva de estreno de esas cuatro
obras del ilustre compositor, el empresario i;
número mayormente aplaudido, ya que el don Mariano Serrano afirma que se estre-
artista pudo indicar con la suavidad y be- narán en el Tívoli.
lleza de sus notas cómo se arrulla y se pro- Pero que no se hagan ilusiones. Porque
cura conciliar el sueño del infante que nace todo eso de que el maestro Serrano ha ter-
a la luz, minado cuatro partituras, es música.
«La Pastoreta», canción popular catalana
de Aüó, también fué motivo de aplausos para
el cantor, que sobresalió incomparablemente
a los pocos instantes, cuando cantó con frui- —¿Sabes que Rodolfo Gaona ha escrito
ción «Manon», sogno de Massenet. El últi- un drama?
mo número fué cubierto brillantemente por —Eso he leído en ios periódicos.
el tenor cuando produjo la romanza «Eran- —¿Y no te sorprende?
cisquitaii, de Vives. DeHrantemente aplau- —¿Por qué? Mientras los escriba también
dido fué el cantante, habiéndose visto obli- el desacreditado don Felipe, o «Todo tu
gado a deleitar a su auditorio con otra pro- amor..., etc.» •^ , .' ^
ducción musical que lleva por nombre «Pron-
Al Goya le está haciendo falta una de esas
j-, , , , , , obras que necesitan la aclaración siguiente:
Usté n u m e r o na si a o „NO apla para señoritas».
Sería la única manera de llenar el teatro
v i s a d o p o r l& c e n s u r a una noche por lo menos.
%v^jwv^jvvvvvvvjv<^j''<jvvjvjvijvuñjvv^n^i^^
 Nuestros
(£n esía sección sólo publicaremos
iáneamenie y que merezcan
El secreto del í d o l o roto
Rodolfo Guglieími no fué nunca feliz. Nu
pudo serlo porque se lo impidió su e x t r e m a d a
sensibilidad, digna de otro siglo. La vida mo-
derna, líena de egoísmos audaces y de obli-
gadas renunciaciones, le puso en la frente
una diadema de victorias, le elevó h a s t a su
trono m u n d a n o y le dejó caer, al fin, sin
compadecerse para n a d a de su espíritu.
Valentino lia muerto sin poder curar su
enorme tristeza interior, sin lograr su afán
infinito de ternuras y de afectos sinceramente
dados. Parece u n a paradoja, pero el hombre
m á s a m a d o del m u n d o , no h a encontrado el
amor.
F u é un romántico que dejó girones de su
alma diáfana en los garfios traidores de la
realidad, envidiosa de su enérgica fe. Vencido
por la vida, la vida le condenó implacable a
vivir en continua ficción ; y le dio novias ho-
nestas y esposas modelo y heroicas a m a n t e s ,
pero... solamente ante el comercial objetivo"
SED
* artista sediento de cariño que no pudo vivir
Ruiaa interminabícs
en las iardes si-i sol, y caravanas
scdienías de horizontes
siempre en la fila irisie
de las desesperanzas...
Nos hemos encontrado
¡os dtis en el camino. (Una fontana
para nuestros anhelos,
una fuente de luí
que irradie en nuestras almas..,)
Y voh'ímos cl rostro
los dos al mismo tiempo, y fatigada
la mar.o de esperar la ojrenda lírica,
tornamos a la senda...
Yi en la senda sin fin, las caravanas...
C. HUERTAS DE RAEDO
de u n a c á m a r a cinematográfica, rodeado de
luz tan artificial como su dicha.
E! áureo marco de su noble ambición fué
la (tpantallaii, el telón de la farsa m o d e r n a ;
allí vertió Valentino sus emociones, su llanto,
sus risas y sus besos, todo su caudal inago-
table de preciosa e inútil bondad.
Tuvo en sus brazos mujeres desfallecientes
de férvida pasión y tuvo al alcance de su boca
los m á s dulces y rendidos labios, pero cuando
creía sentirse Khombren, sólo hombre, seguir
su sueño de quimera, se encontraba de súbito
. cautivo-bajo su-niáscara de-"artistaii; :
E r a el g a l á n . Y de t a n t o como tuvo que
. hacer el a m o r , c r e y ó - ^ y creyó bien—, que
• el a m o r es una mentira.piadosa que ameniza
la lucha de los hombres ; y encerró en su co-
_. razón, como una perla en su conchaj los-poé-
ticos anhelos de su alma encantada.
Bello y joven, sufrió el m á s grande de los
.errores posibles en el trato de las mujeres de
h o y : . d a r m á s , i m p o r t a n c i a a.sus propias mo-
rales prendas que a sus cualidades físicas,
creer que con la, exquisitez de su sentir iba
a anular el valor dé su prestancia personal.
E l novio.de todas, no tuvo esa novia, buena
como u n a madre, que llora siii artificio y que
no desea m á s gloria para su a m a d o que,aque-
lla que no le separe de s í ; esa novia que sabe
, rezar y que, sufre en silencio, sin una prptes-
. , t a , e ! olvido o la ingratitud del único hombre
* en quien cifrara su sencill^ . felicidad de
mujer.
El milagro estupendo del lícine», aun nos
da, viva, la imagen del inmortal incompren-
_di4o. Después de rnorir, después de que la
^'materia se ha devuelto a la nada de que sur-
gió, su espíritu flota ante nosotros como un
ejemplo luminoso y pei'enne de errante ju-
ventud.
6
1e ci o r e s c o 1a b o r a n
ios trabajos breves que nos envíen espon-
el honor de ser reproducidos en letras de molde)
Rodolfo Valentino no podía morir de otra
m a n e r a , además. No había de llegar el triste
día, m á s triste que el de su faüecimiento, en
Ljue su rostro de ídolo ofreciera las crueles
huellas de ia vejez inevitable ; tenía que des-
aparecer así, en plena apoteosis de triunfo.
Y quedó, joven p a r a siempre, con su apa-
sionado rostro y .su figura grácil, en la uná-
nime memoria del m u n d o .
Y el secreto del ídolo ya roto, al ser cono-
cido, ha hecho brotar en su tumba una flor
nueva de postuma emoción : uNo era fel¡z)>...
No alcanzó su m á s íntimo ideal, la mujer
preferida, la excelsa, la compañera única, la
dueña sublime que a g u a r d ó toda su vida con
los brazos abiertos...
Ellas, no le supieron c o m p r e n d e r ; en su
sonrisa melancólica, encontraban cansancio,
en sus ojos infinitamente tristes, desilusión,
en su busca cotidiana de fáciles placeres, en-
vilecimiento, y en su celibato recobrado, ma-
lignidad.
Ahora, saben que ¡as amó a todas con el
loco tesón del que pretende un imposible;
saben que El no era frivolo, ni vanidoso, n¡
siquiera un dominador indiferente: era un
su vida interior; era un hombre demasiado
bueno...
D u e r m e , «Rudy" ; aquéllas que te hicieron
sufrir porque no te supieron a m a r , conocen
hoy tu secreto, y te ofrecen, sinceramente
arrepentidas, una corona magnífica de lá-
grimas. .SANTIAGO ACÜILAR
¡Originalidad!
Tal es el elemento indispensable para que
el arte español triunfe en la pantalla como
puede y debe.
P e r o ta originalidad ha de ser c o m p l e t a :
tanto en e¡ a r g u m e n t o como en la presenta-
ción. L a cinematografía extranjera ostenta,
en sus p r o g r a m a s , una variedad de temas no
intentada siquiera por la producción españo-
la, cuya labor se reduce en su totalidad a fil-
mar las csl>nño¡adas que tan bajo concepto
han hecho formar en el extranjero de esta
nación. . '
Y si reprobable es esto, no lo es menos el
hecho de arreglar comedias y novelas, con lo
cual sólo se consigue estropearlas.
El séptimo arte exige a r g u m e n t i s t a s suyos,
' como igualmente precisa artistas y decorado
propios.
Si lo dudáis, imaginad una producción de
• VTomasín», en forma teatral.
• Las comedias, basadas en el-diálogo, a l s e r
• adaptadas al cine (la escena muda) dan siem-
pre la sensación de algo incompleto, por inte-
resante que sea el a r g u m e n t o y por mucho
"esmero que se poi-iga'en la interpretación.
Así, pues, el día que las rjianufacturas es-
• pañolas comprendan que repetir un a r g u m e n -
to implica miedo o insuficiencia de laiisar
niró nuevo, ese día las cintas españolas sál-
- drán de la actual penuria.
>;r)inero? — N o ; basta la originalidad.
STAEHLIN
Observaciones de un espectador
El artista cinematográfico, es el artista que
debe cuidar m á s del gesto y de la expresión.
I,:.a acción y el lugar, son siempre en el cine-
matógrafo aparentemente reales, y al decir
aparentemente, es porque aunque no sea ver-
dadera !a iTiuerte de un artista, la destruc-
ción de un puente, la voladura de un acora-
zado, etc., deben dar la impresión de rea-
lidad.
,'vww'^rfv^ll•w^v•^rt^^w^^v^•v^^wv^i%v•yv^w^
' -
Por eso lo primero que debe hacer el ar-
tista de la pantalla, es tener en cuenta el
papel que debe representar ante el objetivo
de la m á q u i n a fotográfica, para no descuidar
en to m á s mínimo ningún detalle ; porque el
éxito m á s grande de la fotografía a n i m a d a ,
consiste en presentar la acción como real.
Al tener hecha esta observación, es muy na-
tural y lógico el criticar que m u c h a s veces dos
personas, en la escena m u d a , figuran que
liablan en conversación a n i m a d a , pero en sus
labios no se observa ningún movimiento.
Esto, es un contrasentido de la realidad ; si
aquellas dos personas se hablan, no podrán,
pues, hablarse con la boca cerrada, a no ser
que los dos sean sordomudos.
Figurémonos que aquellas dos personas nos
las hallamos a nuestro lado de paseo y que
acertadamente interpretan la m i s m a acción e
idéntica situación : n a t u r a l m e n t e hablarán
i?on sencillez, como se habla en la vida de re-
lación.
LOCURA FELIZ..,
Un día. esíaba\un demente
contemplando el ancho mar,
y le decía a la gente,
que la quería cruzar.
Más la gente se reía
de pretensión tan extraña,
pero un sabio que pasó
y se ente'ó de la haxaña,
dí/otes con serled-di
—Este loco sin razón,
no tendría voluntad
si no tuviese ilusión.
Y como la vida es sueño
y la ilusió I es soñar...
¡él es feliz con su empeño,
aunque Jamás cruce el mar!
A. VALLS GIMÉNEZ
Estos pequeños detalles, estudiados minu-
ciosamente, producen mal efecto y demues-
tran poco interés y falta de estudio por parte
del artista.
AI llamar arte m u d o al cinematógrafo, se
debe ir con m u c h o cuidado en no trasponer el
significado real del caso ; pues de ninguna
m a n e r a deben pretender los artistas cinéti-
cos demostrarnos que, al dedicarse al arte
m u d o , se vuelven mudos de verdad. Hablen
o no d u r a n t e la impresión de la película, o
si, en lugar de referirse a Perico, quieren ha-
blar de J u a n , para nosotros es ¡o mismo. Lo
que no es lo mismo, es que en un momento
en el cual parece que debe haber grandes
gritos y algazara, a juzgar por los adema-
nes, no despeguen los labios.
Además de este caso, contrapuesto a lo
real, todavía hemos observado otro de m á s
digna y merecida crítica : el hablar hacien-
do movimiento de labios, cuando está en es-
cena un personaje solo.
Esta equivocación afea mucho al artista ¡
pues se nos presenta como i-n pobre demente
que, paseándose solo por una calle, va ha-
blando fuerte. ¿Verdad que llama la aten-
ción ver por la calle a u n a persona que va ha-
ciendo grandes "movimientos con los labios,
como si hablase con alguien y no veis a su
lado a nadie? Pues este mismo efecto pro-
duce en el cine. Como el público del cinema-
tógrafo no puede hacerse cargo por medio de
la palabra, del estado de espíritu en que sé
halla un personaje, debe el artista demostrar-
lo por sus g e s t o s ; pero nunca por movimien-
tos de labios figurando que habla. C u a n d o
están en escena-varios personajes, debe exis-
tir forzosamente la conversación ; cuando está
uno solo, entonces produce muy mal efecto.
F. MATEU MONTAGUT
'. t - - - i . . . , . , 1 . .. - , . - - .
mji,jiijk,f,jij,,^,,f,jVWi^rJVVVV'^^*<fVVVVVV^^ '^^IT^^^^^^^I^tfl^^^^^^^l^'^^^^^^^^^J*»

"Ño m é ' f beques

,•.!•'!:•:.••)•".- » : " ^ - ' í ' - ' ' > - ' . i w ¡ i ' . . , - - . ; • • • : : •.nj~^' •':-.• r--,7.'¿CftHfí.0j;>:- ©el maestro C. "Rodríguez

' iiii\llij\iiif\i^ ORfl^

i^ ^¿ m ^

A^J i v/n^ i .jiiáá^ jijijm

Con objeto de que nuestros lectores encuentren en la página musical las

más bellas composiciones de la temporada, hemos procurado contar
con los más interesantes maestros de la canción y el baile, los cuales
nos han prometido la exclusiva de sus más originales producciones.

'^'VVWVVWVVWWVVVWVVWVVV^rtPWVWVVWVVVVWNrtArt.
 riüMi

/VVVVVViff^VVVtfV%'irtrtrtjVVVVVVW%^ArtHVVVV^r^^ j

¥ n E A L|V P A N T A L L A
Varias escenas interesantísimas "£N Z4 HABinÚN DE MABEl" Esta película marca PRO - DIS - CO, pcrtc"

de la chistosa comedia Christie necc a las Exclusivas JULIO^CÉSAR, 5. A.

Xa heroína de "EI^ LA HABITACIÓN de lucir en toda su magnifica es-

DE MABEL", es la gentil y bonita plendidez, la belleza de su cuerpo
"vedette" MARY PREVOST, qne halla escultórico y fina comicidad de
más de una ocasión, en esta película. su enorme temperamento artístico -
VSAfl.VlA%VkVV%iVVSrtrtAfl»n.%V%A/VWVVJ%VVVVUV •-vi.vwws^wwwwvwv^.*-wv^
8 9
^v^rtft•nrf^•vwv^v^^^^^.^l^^wvvu^^A^dn^^^^^rtrtí^^^^^iA^^v•^^^^^^•WdV'^^^v^^v^^^^rt^v^^rtl^^vwvvw%wv^í^^^^rt.
INFORMACIONES EXTRANJERAS £ifiiMMiiiifiiriwnif!iniMiMiMiiiMiininiMiiiiiiiiM WMW^WKWf^W!ñW!f\WI![\1MiWK^'Wfí'W(!\W¡í

Arthur W. Kelly, en Europa

Ei vicepresidente y tesorero de la «United
Artists Corporationn, de N e w York, Míster
Arthur W . Kelly, acaba de llegar a Europa
en viaje de inspección para visitar las nu-
merosas Ajíencias de nUnited Artists».
H a b l a n d o del último film de Charlie Cha-
plin (Chariot), «El circo», iMr. Kelly lo con-
sidera como la m á s grande comedia de este
Herniados (trencats) i
Tened siempre muy p r é s e n l e que l o s mejorea a p á r a l o s del m u n d o , para la curación
de leda ciase d e h e r n i a s en h o m b r e a , mujeres y n i ñ o s , s o n l o s d e la c a s a
T O R R E N T . S i n rrabas ni tirantes e n g o r r o s o s d e n i n g u n a c l a s e . No molestan ni
hacen b u h o , permiiiendo h a c e r libremenle I o d o s l o s m o v i m i e n t o s y l o s trabajos
m á s d u r o s y p e s a d o s sin la m á s pequeña molestia. Si queréis a h o r r a r s a l u d ,
tiempo y d i n e r o , n o d e b é i s n u n c a c o m p r a r a p a r a t o a l g u n o sin antes ver esta c a s a .

genial artista.
Manifiesta que está a punto de ser termi-
nada y será presentada s i m u l t á n e a m e n t e en
las grandes capitales.
Mr. Kelly anuncia la visita próxima del
famoso astro Cliarlie Chaplin a P a r í s —
probablemente en el m e s de" febrero — para
asistir al estreno de «El circo». Confirma
igualmente q u e Chaplin tiene la intención
de «tourner» un film sobre la vida de Napo-
león, personificando él mismo el Emperador,
Desde hace tiempo C h a p ü n estudia su per-
sonaje, teniendo por «partenaire» u n a cono-
cidísima ^artista» mundial.
Mr. Kelly habla de! método de trabajo de
Chaplin y expone el por q u é la termina-
ción de sus films necesita tanto tiempo.
Chaplin se lo hace todo, tiene el principal
papel, es el autor del a r g u m e n t o y al mis-
mo tiempo el umetteur-en-scéne». H a y es-
cenas q u e las hace repetir veinte veces antes
de ser su ideal. Así, para «El circo», m á s de
cien tnil metros de negativo han sido im-
presionados, para un positivo de tres mil
metros.
C o n t r a r i a m e n t e a !o q u e hacen los d e m á s
productores que regulan metódicamente los
detalles de cada escena antes de impresio-
narlas, Chaplin improvisa d e un lado a
otro. En «El circo» ningún «dobie» ha sus-
tituido a Chaplin en las escenas peligrosas
o acrobáticas y para filmarlas, tuvo q u e
aprender su «oficio», haciendo verdaderas
acrobacias sobre la cuerda de la jaula de los
leones.
En lo q u e concierne a Douglas Faír-
hanlís y Mar\' Pickford. a c t u a l m e n t e d e re-
greso a Hollywood, preparan cada uno su
propia producción.
Douglas I'airbanlís no sabe de fijo q u é
a r g u m e n t o representará, pero es m u y fácil
interprete el héroe de un film q u e tenga un
fondi) histórico, m á s eso sería d e la Histo-
ria «a la m a n e r a de Douglas». Mary . .civ-
ford tiene también su a r g u m e n t o , q u e será
muy remarcable.
E¡ primer film de Buster Keaton (Pam-
plinas), que será distribuido por uUnited
Artists», se titulará «El General", y e s t a r á .
terminado a últimos de enero. Jolin Barry-
Casa Torrent
•^•]rUÉü)iLi|^||yg|||U*tirijaiiitu^j|ij|ij||y^)|Li||[|||j|y|iyg|j||y|j|[|y||[||ygj||^
more y Gloria Swanson h a n empezado
igualmente a impresionar sus films. El film
de Gloria Swímson se titulará «Persona-
lidad».
O t r o film. « L a Conquista de Bárbara
Wort», con Ronald Colman y Vilma BanUy,
está a punto de acabarse, estando clasificado
como u n a verdadera obra m a e s t r a .
T e r m i n a n d o M r . Kelly, habla d e la im-
portancia de la «United Artists Corporation»
y del desarrollo fabuloso q u e ha tomado
esta Sociedad en los dos últimos años, te-
niendo actualmente sus 87 Agencias repar-
tidas en el mundo entero.
La Venecía de Casanova
Ivan Mosjoukine h a rodado en la ciudad
de los D u x , las a v e n t u r a s extraordinarias de
Casanova, el aventurero veneciano. Se ex-
traña Mosjoukine q u e la compañía d e
A. Voikoff, el realizador de esta película,
no fuese rodeada por u n a m u c h e d u m b r e
compacta y, a m e n u d o , molesta.
El notable actor h a hecho la aclaración
de q u e no ha echado de menos ese home-
naje por lo q u e a él personalmente respecta,
pero sí por lo q u e se refiere a la figura de
Casanova, por él encarnada, pues ningún
veneciano q u e se alabe de serlo debe olvidar
la vida amorosa y fantástica del héroe.
En realidad, t a n t o Casanova como Mos-
joukine, merecían el homenaje de Venecia,
porque ellos, auxiliados por el esfuerzo y la
inteligencia de los técnicos a Ins órdenes de
Voilíoff, la transportan a su siglo X V H I ,
con sus ricos caballeros, sus d a m a s placen-
teras y con sus canales surcados por pre-
ciosas y artísticas góndolas.
H a sido éste un milagro q u e ha hecho
el cine, reconstruyendo a los venecianos u n a
Venecia espléndida, antigua y semejante a
la ciudad de! pasado, q u e ellos no pudieron
conocer hasta ahora que la resucita una
película.
1 3 , U n i ó n , 13
I
B a r c e l o na
i :;
Doris Kenyon, dice que...
Dorís Kenyon afirma, q u e ¡os vestidos d e
diversos matices y colores causan u n a mo-
lestia enorme al operador, q u e no sabe
nunca, exactamente, q u é dosis de luz será
necesaria para tal o cual color. P o r este mo-
tivo, la simpática actriz viste, siempre que
ha de impresionar, un traje blanco o negro,
sin mezcla alguna de color.
Sin embargo, hay un especialista en es-
ras cuestiones q u e no está de acuerdo con
Doris Kenyon y dice q u e ias ropas de colo-
res impiden la trivialidad del film. Según él,
el efecto moral producido sobre los artistas
por las telas de diversos y vivos tonos, es
enorme. U n bonito traje incita a quien lo
lleva a representar mejor su papel. P e r o ,
Doris Kenyon, no es de este parecer. ¿Tiene
ella la culpa?
Noticias breves e inéditas de
los estudios
D. W . Griffith ha terminado el montaje
de su gran película The Sorrows of Satán
("Las lágrimas de Satán»), en la q u e figu-
ran como intérpretes Lya de Putti y Adolfo
Menjou.
Un crítico cinematográfico alemán ha
sido condenado por los jueces de Berlín a
nueve meses de prlsiíSn, por haber elogiado
una película en la que se alaba la obra polí-
tica de Lenín.
Para evitar u n a confusión con u n a pelícu-
la de la E r k a , titulada ifCharleston», Jean
Renoir, q u e tiene otra d e igual n o m b r e ,
cambiará este título por el de «Sobre un
aire de Charlcsloni».

" L a Revue des Folies-Bergére», filmada

MARAVILLOSO por Alex Nalpas, h a sido ya editada. Los tí-

tulos de la película h a n sido redactados por
el autor de la revista, L e m a r c h a n d y Fré-
jol, director artístico del gran music-hall
parisino dKolies-Bergére».
Y PRODIGIOSO INVENTO
.LOS CABELLOS BLANCOS l o m o r í n su primitivo c o l o r n a t u r a l A LOS OCHO DÍAS
dc'usar el INSUSTITUIBLE ACEITE V E G E T A L MEXICANO, PREMIADO GRAN PRIX, Marco de Gastyne va a realizar para la
pantalla dos grandes novelas del escritor
CRUCES Y MEDALLAS. No mancha absolufamente nada y por eslo se usa con las mismos
francés Maurlce D e k o b r a , tituladas «Mon
manos, como cualquier BRILLANTINA. El uso d e este ACREDITADÍSIMO arttculo n o es Cceur au ralenti» y " L a Madone des Slee-
para teñir los cabellos d e tal o cual color: es únicamente para devolver a los CABELLOS pingsii. T a m b i é n la Majestic-Fílm va a co-
BLANCOS su primitivo COLOR NATURAL, CON TODA GARANTÍA, hayan sido éstos menzar a rodar la adaptación de otra obra
RUBIOS. CASTAÑOS O NEGROS, sin que nadie puedo ni Imaginarse que ejlín teñidos. de Man rice D e k o b r a , compuesta hace u n a
Se goranliza también que no se caen los cabellos con su uso. Concesionario: E. SARRA. docena de años : " L a GÍrI a u x Maíns Fines»,
Se vende en todas las perfumerías d e España. Precio, 6 y 10 pesetas. Con uno d e los d e y u n escenario original, escrito por él direc-
a 10 pesetas hay cantidad suficiente para un año d e uso. tamente para el c i n e ; " L a fcmme á la clnq
chevaux», que será puesta en escena por
A. Ryder.

•.^V\iV%^^^W^iW%VW^^'VyVWWVt^^'VWW'^^^tfV^
10 ^
 ^rtAiVv^ArtrtArtArt/wv^Afl^/^,^n>brtAi^flJV^AAlVVVi^^^
A P O P L E J Í A
PARÁLISIS
?„Vs:"reUd"io%e°g",^l Antiapoplético
Con su uso desaparecen rápldamcnle los slrnomas: hurmiyucos, dolores de cabeza.
rampa, vahídos, falla de laclo y memoria, dificultad »! Iieblar, zumbldfis en los cides,
sueno frecuente, sorocacloiies, etc.; la sangre se depure y su circulación es perfecta, lo
cual evita el ataque. Logrará restablecerse qui^n lo haya sufrido.
¡Millares de curaciones! ¡Desconfiad de toda imilación!
EN FARMACIAS, CENTROS DE ESPECÍFICOS Y DROGUERÍAS
Prospecros graiis al LABORATORIO DE J. GONZÁLEZ NÚNEZ
Calle Sepúlveda, 172, principal
í ECOS DE BARCEIO^JA
¿Coincidencia?
No, d e s a p r e n s i ó n
No queremos silenciar lo ocurrido después
de! estreno en el Coliseum de la película
(iFauston, de la Ufa, de Berlín. Y no quere-
m o s silenciarlo para n o hacernos cómplices
de u n a jugíida poco limpia.
U n a empresa de cines, pretendiendo apro-
vecharse de la reclame hecha a la producción
de la Ufa y de los elogios que h a merecido a
la crítica barcelonesa, anunció en sus salones
la proyección de uFaust» para que el públi-
co candoroso la confundiera con KFausto»,
cuyo éxito ha sido rotundo, definitivo y m e -
recido como pocos, pues la Ufa h a trasladado
a la pantalla el poema de Goethe con la pul-
critud, el arte y el respeto q u e la obra del
genio alemán merecía.
No habrá nadie tan candoroso que crea en
una coincidencia. Se trata, sencillamente, de
un caso de desaprensión industrial, de falta
de decoro moral, y nosotros lo seiialamos por-
que nadie tiene derecho a lesionar los intere-
• ses de otro.
Sepan, pues, nuestros lectores, que u F a u s -
loii y ((Faustii son dos .películas distintas, y
que la primera supera en a r t e , en belleza, en
fidelidad ai poema en que está basada y en
presentación a la segunda.
L a verdad h a d e triunfar siempre del e n -
gaño y de la martinfíala.
Proyecciones
lin el Capítol y Falhé Cinema se estrenó la
s e m a n a pasada «La poupée de París», q u e es
un bello canto a! amor, q u e interpreta la be-
llísima Lili D a m i t a . nueva actriz de la pan-
talla, que figurará muy pronto entre las m á s
a d m i r a d a s por el público español.
T a m b i é n se estrenó en estos salones la pe-
lícula' «Gorriones», de la Llnited Artists, úl-
tima producción de la preciosa y genial Mary
Pickford, que es, sin disputa, la primera inge-
n u a de la pantalla.
De esta gran película hablaremos con la
extensión que mert-ce en nue.stro n ú m e r o pró-
ximo.
¡Tos! ¡Tos! ¡Tos!
y demás enfermedades del aparato
respiratorio, s e c u r e n c o n la
al
FARMACIA PUCHADES
Plaza de la Lana, 11-BARCELONA
^^^^ww^JVv^rtl^^v^vv^rt^vw^.v^l%%i^l^^
v^^AflirtrtrtftAAVvvvwvs/vw^AiV^AA^vvvvvv^ft^vw^rtrtflrt^
(feridura)
Berdaguer
B A R C E L O N A
En el KnrsLud y Cataluña se estrenó el
uMatch Dempsey-Tunney», exclusiva Univer-
sa!. E n esta película, que consta de tres par
tes, se ven los entrenamientos de los dos
formidables púgiles, los trabajos realizadoü
en el Stadíum de Füadelfia para a u m e n t a r el
número de asientos y los diez iirounds» del
interesantísimo '(matcli». E s u n a película no-
table dentro de la información deportiva que
tiene.
El mismo día se estrenaron otras dos pro-
ducciones Universal : ((El peligro de la ino-
cencia)), deliciosa comedia por L a u r a La
Plante y Eugene O ' B r i e n , y «El relámpago
de Calgary», en que se pinta la vida del Oes-
te americano, y d e la que e s protagonista el
ya popularísimo cow-boy Hoot-Gibson.
PRUEBAS DE PELÍCULAS
Varias proyecciones privadas
En el número de la semana pasada no se
incluyeron por falta de espacio las reseiias de
((La R a t a de Parfs)), por Ivor Novello y Mae
Marsh, y ¡(Amor y T o q u e de clarines», por
Lilíam H a r w e y y Mary Kid, películas de las
Exclusivas E . González, presentadas por la
iilnternacional FilmsD, l a s cuales obtuvieron
un éxito franco, que se ha repetido en las
pruebas privadas con q u e esta m i s m a presti-
giosa marca nos h a obsequiado últimamente,
y que constituye un alarde del buen gusto que
rige la inmejorable producción de la E m e l k a .
de Berlín.
T a n t o aquéllas como (¡La J a u l a del Amor»,
por Lee P a r r y , « U n a mujer para 24 horas»,
por Lotte N e u m a n , y «Su Majestad el Co-
razón)», por Lucy Doraine, q u e fueron los
últimos films que nos presentó dicha casa al-
quiladora, merecieron los aplausos del dis-
tinguido público que presenció su proyección.
Felicitamos al señor González, y al mismo
tiempo a ((Internacional Films» por el eclec-
ticismo que dirige su m a r c h a triunfal en pos
del éxito. ' elemento ajeno a la prensa, con objeto de que
Rosa de Levante
(Dolora del mar azul)
La casa G a u m o n t nos presentó en prueba
privada la hermosa producción nacional
Todas las enferme-
daties infecciosas
Se combiiíen y te cu-
rfln con la MIcrobicídi
Tiíple Desinlcclanlti
tHima MUZASYPUíYO
No ac conoce otio
p r e p o r o d o q u e le
Iguale cortro las en-
ieimedades del Ei'
líiinaga. Gripe, Pul-
monlQi, Sniamplán.
^Viruelas, Herpeí, Ec-
ccmi s. lumoTes. etc.
di l l mu^n (lulo, Cle^ltn. IlB
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«(Rosa de Levanten, adaptación cinematográ-
fica del grandioso poema de Federico Miíía-
na V F e r n a n d o Miranda, dLa barca vella»,
editada por la ((Levantina Films» e interpre-
tada por. Carmen Viance, la cual realiza u n a
labor admirable y digna de encomio, que ia
acredita como la mejor artista española de
su género, b s u n a lástima que no haya en
España directores con capacidad suficiente
para aprovechar las excelentes cualidades de
artista tan admirable, que bien dirigida podía
ser honra y gloria del arte cinematográfico
español, cuya !abc»r merece mil aplausos por
iniciar s u s balbuceos de t a n bello modo, y
por el desamparo en que le tiene sumido la
falta de medios de expansión y la poca pre-
ocupación que causa a nuestros capitalistas
esta industria, que andando el tiempo podía
ser mina inagotable dé ricos negocios.
Los a r t i s t a s q u e acompañan a Carmen
Viance e n la realización de esta película, me-
recen mil aplausos por la naturalidad con que
interpretan s u s respectivos papeles, algunos
de ellos de difícil definición.
Por unos y otros felicitamos a ((Levantina
Films», sin olvidar e! apoyo que la casa Gau-
mont presta a esta nueva empresa nacional.
y que nosotros agradecemos como artistas y
como españoles. E L KSPFCTADOR SILENCIOSO
Noticiario cinematográfico
Don Eduardo (iurt, presidente de la Mutua
de Defensa Cinematográfica Española, ha re-
mitido a la prensa la siguiente e interesantí-
s i m a circular :
(¡Señor asociado ;
iiMuy señor mío : L a prensa loca! cinema-
tográfica h a iniciado u n a c a m p a ñ a como con-
secuencia de las dificultades que encuentran
los críticos en las llamadas "pruebas priva-
das)), y con el propósito de tales dificultades
desaparezcan.
»Es m u y legítima la pretensión, ¡lorque la
excesiva afluencia de invitados q u e invaden
las localidades en los salones cinematográficos
los días de prueba privada, impide frecuente-
mente a los críticos encontrar sitio en el que
colocarse para adquirir notas o impresiones,
que h a n de facilitarle después el resultado
de s u labor profesional.
))En virtud de ello, y teniendo en .cuenta
esta presidencia que, aparte de la considera-
ción debida a !a prensa por las cordiales r e -
laciones q u e ' n o s unen con los redactores ci-
nematográficos, la misión que los mismos h a n
de cumplir exige que se les preste las mayores
facilidades, m e j>ermÍto rogar a usted con
todo encareciiniento,, que para las. sucesivas
pruebas privadas que lleve usted a cabo en
salones de espectáculos, destine un lugar «ad-
hoo), vedado rigurosamente a cualquier otro
ésta ejercite su cometido sin obstáculos de
ninguna especie.
))Anticipándole gracias, me reitero de usted,
como siempre, muy afectísimo compañero y
s. s. q. e. s. .m., I"!! Presidente, Eduardo
friírf.ii
PELO o VELLO
dB»pimi msta Is ni' UÜ oiD.ulia,
uiando loi pcoducloi ijicnu.i-
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11
 LA l % O D A EN EL
Tres modelos
L;is grandes artistas de la pantalla des-
mienten a menudo el antiguo refrán es-
pañol de que «el hábito no hace al
monjoi. Esto podrá ocurrir y ocurre,
efectivamente, mientras no intervienen
en el aliño personal el arte y
el maquillaje. Pero cuando el
rostro se pinta a capricho, o
cuando ima película puede
darle una expresión distinta
a la suya habitual y cuando
la indumentaria que se elige
cambia el tipo por completo,
quien esto hace podrá ser el
mismo esencialmente, pero,
en apariencia, para los demás
es quien quiere ser, no quien
es en realidad. Ahondando
un poco, acabaríamos por
desmentir por completo el co-
nocido refrán que hemos ci-
tado al principio, pues aun fuera de la
pantalla, en la vida social, hay muchas
personas que aparentan ser una cosa
distinta a la q u e son, por lo q u e el hábi-
to, la simulación, el disfraz, sí hacen al
monje.
Pero dejemos estas sutilezas e inves-
tigaciones de fácil y elemental filosofía,
impropias de esta plana, en la que todo
ha de ser frivolo, alegre y gracioso, y
ciñámonos a los gráficos que la embe-
llecen y adornan,
¿Quién se atrevería a negar que Mae
Murray, la célebre «estrellan de los es-
tudios americanos de la Metro-Goldwyn,
no es una sevillana autentica? La clá-
sica, fina y primorosa mantilla, la más
castiza prenda española, encuadra gra-
12
y tres tipos de belleza
ciosamente el expresivo rostro de Mae
^lurray y da a su ixjrte mayor gentileza
que si se tocara con cualquier otra in-
dumentaria, por señorial y bella q u e
fuese. La popular artista gusta de todo
lo nuestro, como lo prueba el hecho de
que hace apenas unos meses, se compró
en Los Angeles un hotel del más puro
estilo español, y el de que siempre que
pretende solemnizar en su hogar una
fiesta, todos los platos del menú son de
cocina española. Estos gustos, estas
preferencias, los extiende Mae a su
toilette, poniendo en ella un detalle que
lecuerda a la mujer d e E s p a ñ a , m á s
q u e a la de América. La soltura y el
garbo con que luce la mantilla, sus mis-
mos ojos, que parecen iluminados por
el sol de Andalucía, revelan que si la
popularísima Mae es yanqui por su na-
cimiento, por su tipo y por sus senti-
mientos, es española, y precisando..
más, de la hermosa región andaluza,
de la que es una enamorada ferviente.
Mae Murray está impresionando una
película q u e llevará por título «Valen-
cia», en la que seguramente demostra-
/^
^m
rá tener derecho a que la consideremot
compatriota nuestra. ¡ Paso, pues, a
una española castiza ! ,
Mary Briand, en cambio, se nos pre-
senta esta vez interpretando mi tipo
de bohemia auténtica. Su actitud lán-
guida y soñadora ; su rostro encanta-
dor, de expresión dulcísima y de fac-
ciones perfectas; sus bellos y grandes
ojos, que parecen haber reflejado los
más diversos paisajes, haberse ilumina-
do con el sol de todos los horizontes,
corresponden a ese tipo de bohemia
(pie ha puesto la planta en todos los
caminos del m u n d o y que siente ahora
^^J^iVvv^lV^rt^^rtflJv^r.%vv^AArilVvvvvv^ñii'vuv^/^
mcu
CINE^
femenina
la añoranza de su país, echa música
sentimental y evocadora en el leve pan-
dero que acarician sus manos de nieve
y rosa.
Pero la verdadera nota de la moda
actual, nos la da la bellísima Norma
T a l m a d g e , con ese elegante traje de
soaré, cuyo detaUe lo permite ver la ac-
titud adoptada por la artista. Norma no
viste nunca de una manera demasiado
llamativa y de dudoso gusto muchas
veces. vSus toileites son siempre las de
una gran dama de gusto exquisito, cosa
nada rara en ella que traza los patrones
de sus vestidos y que diserta sobre la
moda, frecuentemente, en las mejores
revistas neoyorquinas, pues Norma Tal-
madge posee una cultm'a sólida y ex-
tensa que le permite escribir para el gran
público, no sólo de modas, sino también
de arte y de literatura.
E n Norma T a l m a d g e no hay que co-
piar ú n i c a m e n t e sus toilettes, sino tam-
bién sus modales, finos y aristocráticos.
Me atrevo a afirmar, aun-
que ello resulta u n poco ex-
puesto, que N o r m a es, entre
las artistas de la pantalla, la
que posee una sensibilidad
más aguda y exquisita. Se
adivina esta relevante cuali-
dad de su temperamento has-
ta en los más leves detalles
de su trabajo en el lienzo.
Y he aquí, gentiles lecto-
ras, cómo os he presentado
tres tipos distintos de belleza
femenina. M i s s GLADYS
-'-í^eaismsíJí3ii
mtím^Ud ^áiUmimáélmkiiimmim

VsJVV^^•vwV'^v^^vvwv^Aívvvvv%n^vvv^n•i^/^•^vvwvtfuvvv^J^^^

Museo fotográfico de Popular Film

CAMILA HORN ^
la bellísima actriz, intérprete genial de la "Margarita" de la grandiosa película
''Fausto", estrenada en el Coliseum la semana pasada.

13
mwrm,
V^AAin^VVVn^AAA^WVS^V\iniAd%niA<%n.^V^ñJSA^kAAA/VUVWVVWUS^r<^Aft^^ ^iA^^VWW^A^d^^^^^^^^AAAAAlln^ÉW^A^hA;^^AiW^^l^^^>

._ _ I.
¡; .....L.>..i,..„: ESTRENOS
,..„;....;..;,
Eldorado: "Las mujeres son
así o Amor con amor se gana"
i l e aquí un saínete que tiene las carncte
rísticas del género y q u e recuerda, en cier-
tos momentos, oíros de m á s fuerte estructura
dramática ; pero no porque éste sea u n a imi-
tación de aquellos, sino por su buena.calidad.
El numeroso público que asistió e¡ sábado
al estreno de esta obra se dio cuenta en se-
guida de que los señores Paso y CJonzález
del Toro, habían escrito un sainete -honrado
y q u e el maestro L u n a le había puesto u n a
partitura agradable, con algunos números
como et interludio del primero al segundo
cuadro del acto segundo y como el charles-
ton, dignus de sus páginas m á s inspiradas.
r<Las mujeres son así» durará seguramente
en el cartel de líldorado.
De los intérpretes merecen señalarse las
tres Amparos : S a u s , R o m o y Wieden, y los
señores, Gallego, Segura y Miret.
La señora Saus y Paco Gallego bailaron el
charleston con m u c h o salero y gracia. Y
también con fatiga, pues tuvieron que repe-
tirlo, y bailarse dos charlestones es algo así
como correr a pie cincuenta "kilómetros.
H u b o aplausos a b u n d a n t e s para todos.
Español: "La Puníaírc'
Sobradamente conocido es el lema de esta
poesía popular, novelada por Clovis Eime-
rich y llevada al teatro, siguiendo la novela,
por R a m ó n C a p m a n y , que realizó su esceni-
ficación sin emplear el efectismo, pero t a m -
poco sin d a r mucha consistencia a los tipos
de la obra, algunos de los cuales se presta-
ban a estar dotados de verdadero valor psi-
cológico y dramático.
El diálogo sobresale de la acción, lo que
resta intensidad e interés a la comedia que,
trazada con m á s conocimiento del teatro, h a -
bría constituido uno de los grandes éxitos de
la temporada. Pero el señor C a p m a n y se ha
quedado a mitad de camino y es lástima, por-
que el poema del inolvidable Ribot y Serra
tiene en sí suficiente emoción, y su heroína,
"Agnan, es u n a criatura de carne y hueso.
El diálogo, hemos de repetirlo, es sobrio y
limpio, y de ser la acción m á s viva, el triunfo
de R a m ó n C a p m a n y habría sido enorme. A
pesar de todo uLa Puntairen gustó y durará
en el cartel.
L a interpretación, excelentísima, destacán-
dose la labor de las señoras Casáis, López.
Pía y Fornés y la de tos señores Santpere,
Nolla y Capdevila.
E - H
..„¿
Almacén de vidrios
y crisíales planos
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NARCOS Y NOLDURAS
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BARCELONA
Muy bien ambientadas las decoraciones y
ios trajes apropiados a la época en q^ue se
desarrolla la acción.
Nuevo: "Picarols"
Música frivola, retozona ; mujeres bonitas :
toaletas exóticas, telas de colorines que cu-
bren apenas los cuerpos gráciles de las co-
ristas ; decoraciones alegres y llenas de luz...
He aquí los elementos de que ,se compone
(tpicarolsi) y todas las revistas, aunque como
a ésta se la llame h u m o r a d a de espectáculo
moderno.
Con t a n t a s cosas agradables tenía q u e
g u s t a r la obra y a p u n t a m o s que -su estreno
constituyó un éxito. Los cuadros que m á s
nos a g r a d a r o n y creemos que ai público
también, fueron: " E l príncipe del, charles-
ton y sus girlsií, «Sardana Pícarols», nEstu-
diantina veneciana" y uLas bomboneras del
amor».
De los intérpretes, se destacaron Pedroia.
Blanca y Litisa de N a v a r r a , Enriqueta Font,
María Aixelá, el tenor cómico Garrido, los
hermanos Morales, Petit Rafa, el príncipe
del charleston y D a m i á n Rojo.
El atrezzo e s del g r a n escultor Coscolla y
el decorado de los señores Guerra y Valerai
Zabala y Campsaulines.
E L _
Apolo:
Homenaje a Maria Vila
Puede afirmarse q u e la función celebrada
el sábado en el Apolo, fué la consagración
definitiva de María Vila, como actriz, del
mismo modo q u e antes, y con motivo del
cincuentenario de uLa dona verge», se con-
sagró como d r a m a t u r g o a Manuel Fontde-
vila.
U n a m i s m a obra h a hecho resaltar dos va-
lores de distinto orden dentro del teatro ca-
talán. R a r a s veces sucede esto, pues para
que acontezca, se precisa que la obra q u e
determina la calidad artística de su principal
intérprete y q u e acusa, en toda su plenitud,
el talento dramático de su autor, sea una
obra perfectamente lograda.
Los nombres de iVIanolo FontdevÜa y de
.María Vila, pasarán unidos a la historia del
teatro catalán, pues los enlaza para siempre,
artísticamente, el título de un d r a m a : " L a
dona vergel).
La noche del homenaje a María Vila, la
eximia actriz se superó a sí misma, poniendo
m á s a l m a , si cabe, q u e nunca, en la inter-
pretación del personaje ¡(Beln, creado por ella
de maravilloso modo, el día en q u e se es-
trenó «La dona verge».
C a t a l u ñ a cuenta desde ahora con dos
grandes trágicas : M a r g a r i t a Xirgu y María
Vila, m á s de C a t a l u ñ a la última porque cul-
tiva sólo el teatro de nuestra tierra. .
Cómico:
Homenaje al maestro Ciará
Merecidísimo fué el homenaje tributado
por la empresa y los artistas del Cómico al
Maestro E n r i q u e Ciará. A él se debe buena
parte de los éxitos de las revistas i<Ric-Ric)>,
"Kiss-meii, nYes-Yes», íiQui-Oul» y "Joy-
Joy», todas las cuales h a n proporcionado,
durante meses y meses, unos llenos enormes
al popular teatro del Paralelo.
Y merecía este homenaje grandioso el
maestro Ciará, por ser el primero y el m á s
inspirado de los músicos dedicados a escribir
partituras para grandes-revistas y por su m o -
destia, q u e casi iguala a s u talento.
El festival del Cómico resultó verdadera-
mente expléndido y brillante, digno, en fin,
del maestro Ciará v de sus organizadores.
Nuestra portada
En la portada del presente ntímero figu-
ran, Clara Bow, la bonita ingenua, y
Warner Baxter, el notable actor, prota-
gonistas de la nueva película de la Para-
moinit, i(La Fugitiva».

íma oeneral ile ¡mim: Llfoi'ar

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^fl^.FW'u^Afl^.^J^AA.v^^AAAJ^flJ^fl^J^AA/u^n.FSftflAn-vu^
14
í
í; A r g u m e n t o d e l a
¡! „ . _
La Rata de París
I'
•.L;t líala iÍB l'iiriS" t^ un joven apacho, a cuyo
ínlo nomine litnibliiii los luiis valerosos liiiuipuneB do
Moiitmarlre. Diapiitiuiíiclc las mujeres más hragadus j
i-cmcu lodus la punta de au cucliillo, iiiíiB de uua vez
linio en la santfs del ijue lo jugó una mala pasada.
l'cdru, (¡ue asi se lluruaUa "i.a Hala lio Paiis". era.
:L liií.sar düi amliieutc en ijue vivía, un huml>ro de a>-
i-azóii. siíjiipie dispuesto a dutemier al déliil y "1
caído, y capaz de tudus los rasgoa de Keneruaidud para
culi fiUs roiIa'iifieros en aquel iiiundu ijiii: vivía tiaju
la ley y i|Ui' no liabia conseguido manchar la uoltlezu
ingénita nue regla los actos de su coranóii.
l'i'iiro el líala, lenia en uno de los barrios iaás po-
bri's do l'íirjs un refugio a p a r t a ' o de aquel mal am-
biente al que la vida le lanzara, y encerraba en el
la única ilusión do su vicia, ilusión que vivía en lus
ujüs UKule^ Je Paulct, la sencilla niuchai^lia que un
dia ya lejano rimiiera al apai'be KKIO el amor de su
roraüón inocente.
Paulel no tenia otro consuelo que el que la daban
las frases cariñosaü de su l'cdro, al que continua-
mente quería arrancar de las garras del vicio do París
(•n la que se encenagaba su vida, y que un 'Ua u
olro Imijriii de dar con ¿1 en presidio, único fin posible
de aíiuella exlslcncia que se debatía en las tinieblas
de un mundo situado Tucra del amparo de las leye>í.
—iVna a ealir esta nocbe, l'odrof,
—üí, monada, ¿Qué quieres?
—il'or qué no te quedas liacicndumo cunipañiaí ¡ái
supieras lo intranquila que estoy cuando sales por la
nociie sin decir ni dónde vaa ni qu6 vas a hacer fuera
üo lu casa. Temo tu vida y loa peligros do que I-e
rodeas.
—Nu seas tonta, l'aulel. lista noclie voy al «Inlierno",
tic de ver a unos cojupañcros para preparar un ne-
gooio.
~ l Negocios! ¡Tus negocios! iUuándo abandonarás
esa vida ?
— i a es imposibla. Estoy lanzado. La vida de lo»
bondjres lionradus no mu querría ver en su seno. No
puedo ser uiiis que lo que soy, «La rata de l'aris".
—íQuicres quo vaya a buscarle y nos veninms jun-
tos? íQuieresV
—No quiero quo vayas — repuso él abrumándola—,
porque no es digno aquel antro de que le adornen las
luces buenas Ue tus ojos. No quiero que vayas, porque
en "Kl Inlierno" no se ven niáa que mujerzueias y lu
no debes rozarte con esas malas bestias, borrachas^ v
pervertidas que no son dignas ni de quo yo las mire
a la c a r a : jyol que a! lin y al cabo no Boy más que
carne de presidio,
—Nu digas eso. Tú eres bueno.
—iTú si que eres buena I... lin fin; me voy, nu sea
que se me baga tarde.
Dio media vuclla, y desdo la puerta, que cerró tras
do 3i, puso un beso en ia palma de la mano y allá fue
el beso a posarse sobre ios ojos de l'uulet que le vio
marchar con el mismo temor de siempre, diciendo:
—HJuíi Vidal ;bios mío I iQué vidal
Se acercó, despeos, a una imagen de yeso gue en un
rincón de la estancia sonreía llena de ternura y rezó
por él para que la Virgen le librase de lodo peligro.
"El Inriernon era una sucia y lóbrega taberna en
la quo se reunía toda la baja estofa del hampa pari-
sién. Criminales de toda la vida, rameras, ladrones de
profesión y celestinas sucias y dcsdenladas, coinponiaii
toda la fauna de aquel inmundo lugar en el que se
fraguaban todos los crímenes y robos quo llenaban la
crónica negra de los diarios parisinos.
En e! mmiieuto que penetramos en tal antro, dos
mujeres jóvenes y guapas, minadas por los vicios, dis.
cutían acaloradauiente.
—«La líala de l'arie», será única y exclosivamcnl^i
para mi i l o entiendes?, decía una de ellas.
—Lijiipiaic, liija, limpiatc. "La líata de l'aris" por
ahora es de Paultt y cuaíido se canse de ella, que será
pronto, io verás caer en mis brazos y tendrás que fas-
tidiarto — repuso la otra.
—Eres tú inu.v poco mujer para quitarme, a eso
hombre.
—Tengo de lodo jiiAs que tú. Hasta vergüenza.
—A la hija de mí nmdre, no la insultas t ú ; so
golfa.
Ucspuf'S <!e las frases gordas salieron a relucir las
uftas hasta que se pusieron !a cara como un mapa-
mundi, tantos eran lus arañazos que cruzaban sus
rostros encanallados y rojos por el furor de que estaban
poseídas.
Cuando estuvieron en calma, se acercó a ellas otra
lumia, irónica y sonriente.
—Qué necias sois — las dijo — pegarse por un bom-
bre que es de otra mujer y no os ha de hacer i.unca
caso,
Vülvfa otra vez a enconarse la pelea y mal lo hu-
btcso pasido aquella arpia, sino hubiese entrado en
aquel niomento un caballero elegantísimo que en com-
pañía de! conocido detective Caillard se diripió a! lugar
que ocupaba la dueña do aqiíel cafetín indecente.
Calmáronse los ánimoa a la sola presencia del df-
lective y volvieron a ocupar todos BUB primitivos pues-
tos, como si nada hubiese pasado.
Los visitantes se acercaron a la due&a y la dijeron :
—Esta noclifi. he de venir con unas eohoraa que
•^•'w%^fl^^v^tf^v^y^^A^^w^w^^A^ftiV\rt^v^.'wv
„..;
quieren conocer loa bajos fondee de París. Arréglatelaa
cooiu puedas para que 'haya fiesta esta noche en tu
bodega y toma ese dinero para que puedas acudir a
los primeros gastos.
Entregáronla unos cientos de francos y prometió !a
nmjer hacer lodos los posibles por que sus íuluros
liuespedívs pasasen un rato agradabje.
Va iban a despedirse de la vieja, cuando tuvo la
mala fort.ina do entrar Paulel en la taberna y acer
carsü tambiéJi a la dueña del labernuclm.
—Pedro el líala, se ha olvidado en casa el cuchillo —
dijo al oído do la vieja—, llaga el favor de dárselo
cuando venga, no lo vaya a necesitar,
Guardó la iu'ujcr la navaja, liizo una caricia a Pau-
Ict y ella misma la mandó salir, diciéndola ;
—Márchate de aquí hija, no sea que lo tropieces algún
pelmuzo.
No pensaba mal la vieja, pues el mismo caballero
que entró en ia taberna con el detective Caillard, y
que nj era o'.ro iiue el conocido millonario Luis l)ru
mont, prendado de sus gracias, ia estaba contemplando
esperando iiue saliera para acercarse a ella.
Paule', se despidió de !a vieja dueña oel labernucho
y fué a salir de aquel ambienie en el quo su Pedro la
lema prohibida la entrada i pero no había coalado con
Urumonl, que creyéndola una lie lanías la saÜó ai
paso cerca de hi escalera de entrada y la atrajo hacia
sí de un nn)do brutal ante las risotadas de las lunii-ia
que la odiaban [lor ser la buena amanie du Pedro
^El ítala-.
—Eres muy bonilu — la dijo — y quiero que te
vengas abura cuiuiiigo.
intentó huir su cuerpo al Contacto quo el canalla
buKcai>a y liurtó la boca cuanto pudo, para quei no
ta manchaíe con su baba aquel mal caballero que así
abusaba de la dobíliüad de una mujer, siendo sus fuer-
zas que no iHidia evitar Paulel y que hacían quo cada
vez uiás su boca se acercase a la de la muchacha.
No consiguió su propósito Urumonl. Antes de que
su l)oca manchase la do ella, unas manos se enlazaban
férreas a su cuello aliogándole brutalmente. Tuvo que
soltar su presa y se vio lanzado a sas pica por -La
líala de l'arisu, que en aquellos momentos llegaba a
la taberna.
—Es usted muy poco para ofender impunemente a la
mujer que (¡uicre Pedro "El líala».
Uonncia Druiiiont al Uunido apache parisién y apenas
•iupo quien era su contrincante, salió corrido y vapu-
leado de la labernü, prometiendo vengarse de él y
hacer wu.va a la bella amante del apache, cuya be-
Jluza tanio le atrajera.
—iPor qué has venido aquí, PauletV ¿Nu sabes que
no quiero que pases por esa puertaV
—lie venido a traerte ei cuchillo que le hablas de-
jado en casa,,. Te puede hacer falta. Va me voy.
í.a acompañó ol apache hasta la puerta, la besó
cjiriños.imente y la dijo;
—No vuelvas por aquí, Paulel. A nada. ¿Me untien-
diís? lA nada!
II
Luis üruumal, millonario crapuloso y perverlido.
llegó a casa de su amante Cecilia Chaumel, rabioso y
deseando vengarse. Ilahia prometido a Cecilia que
aquella noche la llevarla al "Innerno". pero como no
se atrevía a ir ai cafetín, después de lo ocurrido, pre-
textó un negocio y envió a Cecilia con el detective
Caillard, para que prt.senciase la fiesla que había
uiandado preparar en la taberna apache.
Aquella nuche, después de salir de la Opera con una
auLiga y :iu amante — un pobre diablo lleno do mi-
llonefi y de linbecilidiid — y una vez que el detective
Caillard se puso a sus órdenes, se dirigieron a la ta-
berna, en aquel ummento animadísima.
"l-i Jíala de ParlS". rodeado de lumias, a las que
apenas hacia ca^o, oía de labios de una arpía desden-
l,iLda la pelea quo dos de las hembras hablan tenido
por él y reía anío ellas que al estar frente al hom-
bre amado cruzaban miradas de odio y se lanzaban
al rostro las frases más canallas do su distinguido re-
pertorio.
Estaba de buen humor aquella nocbe -La líala de
Pnrlü» y quiso quo las dos bmnbras (pie se odiaban
.sellasen las paces con un IJC.-O. V se Ijesaron obligadas
por la fuerza do aquel hombro quo unía sus Iracas
ijuo se odiaban y quo estallaron en un beso rabioso,
Cecilia Chuumet se habla colocado con sus acompa-
santes en un sillo desde el quo .se podia presenciar
cnanto ocurriese en el salón, en el que «La Rata de
París» bacía de las suyas.
Habla invitado a beber a laíi mujeres y se hallaba
colocado de espaldas a uno de los apaches jnás peli-
grosos de Monlmartre, que decía, sin fijarse qiie Pe-
dro estaba a su lado :
—Vo no sé por qué esas malas bestius se |>ugnn por
un hombre que está cnanmrado de esa idiota dt' l'aulel.
No había apenas tcrniiimdo la frase, cuamlo la
mano de "1.a Rata de París», selló su boca con un
guantazo que le hizo rodar por el suelo.
El pánico do los que se hallaban en e| cafeiucho
puso un sello en todos loa labios, Aquella ofensa no
podia quedar asi. Ninguno de ios dos •'ra hoinbr.^
capaz de sopfjrlar una ofensa.
El caído hizo relucir su cuchillo en el aire y cayó
i'oino un rayo sobre «La líatn», que le esperaba enn-
rienlo y paró la cuchillada cmi nema británica.
Fulgían los cucliillos y eallaban de un lado para otrr
evitando la punía de las armas que cabrilleaban san-
grientas, heridas por la luz en su loca carrera en pos
de los corazones.
"La Rata de ParíS'i eslabii seguro do si mismo y
•Tinrela espejando quedase en doacublerto su enemigo.
semana „
Ex.clusivas E. González - Conce-
sionario: "Internacional Films"
Inlerpreiada p o r Ivor Novello y Mae Marsh
Cocilia. con los ojua espantados, conlompiaba desde
¿u sitio aquella lucha do ñeras, número üue no ca-
taba en el programa.
Cuamlo a "l.a Rala» le pareció que habían jugado
bástanle, agarrotó fuertenicntc la mano arnmda ue su
conirarm, ul que hizo soltar el cuchillo, que fué a
parar a ,siio pies, arrojando al vencido por el suelo.
Achiuiarou loiios al vencedor y Cecilia clavó sus ujos
caprichosos en la arrogante figuia de "La Itaiu», que
Clin.o SI nu liuijicra pasado nada, liaba un piLino en
medio de la mayor tranquilidad.
l a su d.iba cueiila l'eilru del efecto que producía a
lu grao señora, cuyas joyas le airaian más tiue su.i
ujus que le miraban. Pero no luvo para la mujer más
nue un olímpico dctíprccio, que irrito a Cecilia acostum-
brada a rendir a los hoiiibres a su menor licsco.
lli/.o ésta llamar al camarero, al que lo suplicó
fuera a del;ir al aitacbe nue elia lendria un verdadero
piacer en verle bailar la danza de los bajos fundos de
París.
Puco después eonaimn los primeros acordes de la or-
questa y "1.a Ralau bailalia, por dar guslo a la ea-
pricbüSa, la danza trágica y brutal de los apaches lif
París, daima creada por el orguiio y la fuerza de los
señores del nocturno parisién y una du las más rudas
danzas de los pueblos civilizados,
(üiando lermiiiarun, quiso pagar la hermosa el rato
agradaiile que la hiciera pasar la danza y envió a "La
líala» un billete de cien trancos, con el camarero. To-
mólo el apache entre lus dedos y ante los ojos de Ce-
cilia mandó a un compañero encender una cerilla y
prendió el billcie en su llama, para encender el cigarro
que llevaba entre los labios.
No pudo reprimir Cecilia el mal efecto quo ia pro-
dujera ei acto del apacho y se dirigió a él como una
puniera castigada por d látigo del domador.
—Sois orgulloso y valiente — le dijo —. No be tra-
tado de humillaros con mi dádiva para que me hagáis
ese desprecio.
--Cuando yo quiero dinero lo tomo, me molesla que
me lo den.
—Esa contestación está bien para estas dosgra-
cindus...
—Para mi es usted tanto como ellas.
— ¿ N J Cambiará "La itatíi de l'aiis» de modo de
pensar ?
Lo miraba a los ojos y se había pegado mimosa a él.
—Es difícil — contestó el apache sin lia^'er caso de
.lus coqueterías.
—iNi aunque a mi me interesase mucho?.,.
-Procuraría eatar seguro del inter&j...
—Pues sepa usted que su persona me es altamente
simpática, y que me voy contenta por haberle cono-
cido. Adió^i.
—Adiós.
Se eslrecbaron las manos y salió du la taberna sin
volver la visia atrás.
- 1 Buena mujer, "Rala"! — díjqlc un compañero ~
felicitándole.
—No está m a l ; poro es demasiada señora para mi.
—JÍJué has heclio del billeleí Porque a mi no me
la das. 't'ii no le has quemado.
--iQuiá hombre. Aqu! está el billEie. No hice máa
(pie darle el cambiazo para darme tono.
. —Eres un gran mudiacho iConvidas?...
Sa plantó "La Raluii en el centro del salón y lla-
inando la atención de sus compañeros lanzó el billete
de Cecilia al centro, exclamando :
—Hcbed cuanto queráis. Ya pago.
—iJfurra por "La líala I, dijo una de las mujeres.
—¡Ilurra! ;Hiirra! illurra!, repitieron todos lan-
zándose cumo locos hacia el mostrador.
Lió Pedro su pitillo, se ahroclió ol último botón de la
americana y salió de «El Infierno», silOando una alegre
canción, mleniras en la taberna continuaba el c.scáu-
daki a tono mayor.
111
A Luis Drumont no se le quitaba do la imaginación
la mujer que encontrara en «El Infierno», ni la humi-
llación que habla traído consigo aquel encuentro. Qutv
ría vengarse del «ítala» haciendo suya a la mujer.
Llamó a su despacho al dctci^tive Caillard y le iiuso
al corriente de lo que, Inteiiiaba, rogándole quo cuidase
micniras él subía aiiuella nocbe a la cusa du l'aulcC,
de que "La Rata do París» no pudiese penetrar en ella.
Quedó Caillard en cumplir his deseos del millonario,
que apenas salió Caillard de su despacho escriliió una
carta que él mismo lanzó al buzón, después de lo cual
se fué decidido a regañar con Cecilia, por lo quo el lla-
maba sus incoriecrioups de la noche anlerior en "El
Infierno".
—jDe modo-— la dijo apenas entró — que le oua-
moruste anoche de «"l.a Hala du París»?
—No tenia otra cosa que hacer — contestó eila dis-
plicente — y me dio por ahí.
—Mira : esioy cansado du tus capricboa y no quiero
ni un dia más soportnr tus genialidades. Hoy mismo
va a terminar cato.
—Como quieras. No me da frío ni calor. iMo figuro
que no habrás pensado nunca que te seria fiel por ese
maldito dinero quo me das?
—No: jamás lo habla pensado. X los mujeres üe tu
calaña las conozco liien.
—I Eres tan hombro que hasta insultas a laa muje-
res 1 Ayer en .El Infiorno- hubiesen sonado muy bien
ina frases,
—i Va ha? pensado bien lo que supone esto para 11?—
dijo rojo de rubia Drumont.
—Ya lo creo Como tú los encuentro en Parta a mi-
liare?.
—Y como Al.
15
'^^^^An^vv'^/wvvwv^bVvrjv%rt^vvvvvvvvvw«^v^wv'^w'^wvvvv;rtrtrt%rtdVvwvvuvvwvvvvvvwvvvv^¿vvvv^^^^^^^vvv\^nA
—No : como él .va es UIÍH difícil.
—Está bien. Asi, pues: íAdióeP
—Adiós.
Salió lleno de rabi;i Drumüiit do casa de Ceclliü
(.'lijimnet. y se encaminó al círculo ci¡ai)ueRto a esperar
l:t liorü de su vensaiina.
Pedro, que ImbJa contado a Taulet lo que el día ante-
rior iicoiiteciera en la tabernil con la bella señorona
que se Iiübia ericüpricliado eun 61, estaba aquella tarde
leyendo la prensa de l'arls cuando recibió nna carta
[RTfiítnada en la t|vie C^'cilia le citaba para aquella no-
i'lie en su pahuúu.
tliiardó su carta y comunicó a l'iuilct la buena nuovu
de la que esperaba sae;ir unus miles de francos.
- -.Vo vayas, l'edro. No sé que tristes presentimientos
uii' asaltan cetn tarde. Creo qiio esa mu.ier te va a ser
fatal. No vayas.
—Nií, seas toata, nena. ¿A ¡ni i[uÉ me importa esa
inujerF Voy porquo tiene hermosas joyas_ y vive en
lili ijalacio y es la amante i!e un millonario. Obrando
con infíeiiiu aliro caen!. No te preocupes.
Se Iluso "L-.í líata de I'arisi. su lerno m<ijor y se tía-
pu.ío lau/arse a la aventura a que la lierumsa entre-
tenida le invitaba, ,v luejro de calmar los celos de l'au.
let, promeliéndola qim después de cenar saldría con
ella, la bc^íó les ojos y salió dispuesto a no volver a
su cusa sin algu de verdadero valor.
I3n la calle, esperando que saliera, esperaba Luis
Drumoiil, (¡ue apenas vio al apaclie lejos, fué en busca
de Caillarti para que !e guardase lau espaldas.
IV
'il„T Hala de Paris» se hizo anunciar a Cecilia, que
no esperaba tal visita, y le liizo pasar, extrañan lose,
a sus liabilaciones particulares.
—lístoy contentísima de que linyas venido. No le
esperaba tan iironto por aqui, y mi alearla es Brande,
pues vienes como anillo al dedo. Acabo de reñir por tu
c.'iu^a con Luis üraiimunt. el millonario, a quien ayer
diste una lección en "El Infierno".
Cecilia e.itaba orKuIlosa.'Creía que el apaclio habla
llefíndo a ella atraído por sus encantos feuieninoa, y
se gozaba de hater lleRatio a vencer tan fácilmente al
liouibre w.ün valiente de l'arÍK, al que había visto ju-
narse )a vida con una sonrisa en los labios, por una
cosa baladl.
La atraía la altivez de aquel hombre, y se sentía cii-
clinsa al creerle próximo a reridir a .sus encantos.
—íQué te lia traído pur aquí, 'iliatim? ilín qué (e
pueilo servir? — le prcfriintú, cebándole los lirazos al
cuello-^. Si tú no liiiliieses venido a buscarme, habría
sido yo la que le hubiese ido a encontrar.
—l'erdónertie —• contestó él desembarazándose do la
hembra—. Yo no quiero nada. Ya la dije el otro día
que lo que quiero me lo sé tomar. Hoy be venido por-
que usted me ha llamado y...
—-J.Que yo te he llamado? — preguntó extrañada
Cecilia.
—i Usted I ;SI1 Mire la carta que recibí esla tardo y
que es la causa do que esto a su lado. No conozco su
letra, pero me fltcuro que no negará usted su firma...
—Mi firma, no. lisa si. Yo no be escrilo esa carta.
—riSc puede saber si usted no la escribió, quiúu es el
que trata de lomar el pelo a l'edro "El Raían?
—La verdad; me e.'ítraíia mucho esa carta, y no me
explico quiún pueda ser el autor de una broma de tan
mal ituBto.,, l'ero, icalla! Es la letra do Luis Draumont,
mi auligim ninanle, l.o ijue no comprendo es o! por
qiió ba e.'-erilo esta carta.
—Yo SI que lo comprendo, señora, i Ese Luis Dru-
mont es el que ayer estuvo en «El Infierno^ antes que
usted ?
—El misino.
Oaióoc el apache la Rorra y saltó hacia la puerta sin
que la e.'itrariada Cecilia pudiere detenerle.
Corría frenótico por las calles de París "La Kata".
como si fuese perseguido por una jauría do alanos,
Ilabln perdido la gorra, y ni siquiera se detuvo un
Instante para recogerla.
• • • •
Entretanto en casa del apache, donde había penetra-
do Luis Drumont, cerrando la puerta tras do si, la
honrada l'aulel se encontraba en la situación niá.s
comprometida de su vida, pues cuando esperaba que
llegase l'cílro «E! líala», para quien habla preparado
la cena, se encontró con la asquerosa presencia de
Drumonl, cuyos fines en seguida comprendió.
No sabía qué hacer^ y estaba dispucíita a defenderse
hasta morir, de aquel cjinalla quo pretendía abusar de
su debilidad.
Dnimont quiso convencer a Paulet por las buenas,
—.Mira, chiquilla: a mi lacio tendrás joyas, vestirás
c(mio una reina, pues mis millones no quiero que sir-
van má.'; que para proporcionarle bienestar. Ese hom-
bre a quien tú quieres, el mejor dia caerá en las fra-
rras de la policía y te arrastrará a ti en su calda.
—lisR hombre es más hombre que usted, y con su
poco dinero y su mala vida, soy mrts feliz que con to-
dos los millones que usted me propone.
—Kre,a una fiorecilla, niuchaelia. ÍES quo no te gusto?
%ft^UñArt.^lrtí^U"WAWWiVWiifti^AflJW^rtAñAflAft^^
16
' - N o solamente nu me gusta, me repugna usted.
•--Pues lo siento por ti, pequífia, porque vas a tener
([lie aííuaiitarme í soy el más fuerte, y . necesito que
seas Diia.
—Ms usted un canalla de la más ruin especio, jCo-
liarciel ¡ Cobarde 1
—Te advierto que los insultos de las mujeres no me
ofenden : me irritau solamente.
—i Canalla!
—Estoy cansado ya de perder el tiempo. lie venido
ili'cidido a que seas mía, y lo serfts, quieras o no quie-
ras,,, Nu intentes resistirme, porque nadlo te ha de
venir a au.tiliar.
Luchaba J'aulet a lirano partido con Drumont, que
sonreía viéndola medio desfallecida, debatir.'ie en sus
brazos, no contando con que "lji líala de PariS" pu-
diese acudir en aii.xílio de Paulet,,, Pero,,,
I'HH patada dada desdo fuera a la ventana, la !iÍzo
sallar en pedazos, y sobro el canalla cayó do un salto
el apacho haciéndole caer por tierra a! primer golpe.
Intentó repeler la natural agresión, mas no pudo; el
cuehillo de "La Uataii, que ansiaba vengan^, se le
había clavado en el corazón. Y allí quedó tendido Dru-
monl, desatirculado como un muñeco rolo y con un
gesto de terror plasmado en el rictus doloroso do au
boca.
—jQué hacemos ahora, Pedro?... — preguntó Paulet
asustada.
—Huir... huir cuanto antes, pues no tardará mucho
eii subir Caiilard, que está aguardando abajo. Tú qué-
dalo a q u í ; voy a seguir el misj7io camino que traje,
y volveré en seguida... Voy a ver si puedo preparar la
coartada. La presencia de Caiilard a la puerta me
la proporciona. No fe espantes. Paulet y di que tú
no sabe.- nada de lo ocurrido, i entiendes?
—Sí; pero vete, veto cuanto antes, antea de que suba
la policía.
•Síiltó "l.a Italan por la ventana y se perdió en la
noche, dispuesto a salvar a Paulet,
.\b,ijo, Caiilard se impacientaba, hasta que al fin se
decidió a subir por si le había ocurrido algo 'desagra-
dable a Drumonl.
Llamó a ia paerla del piso en que vivía «La Eatn",
y sonrió ante el silencio que en el interior so notaba.
f>olamenle una rcspicucióii angustiosa llegaba a sus
oídos. Volvió a llamar, se arrastraron hasta la puerta
unos pasos, y Paulet apareció llorosa y desgreñada en
el umbral.
—j V Drumont? i Qué hacíP . . , ,
—Nada. Ya no hace nada.,,
—¿Quó quiere usted decir?
¿Tengo condiciones para
ser artista de cine?
BERNARDINO ALONSO DEL OLMO
Eddd: U atioi • Peso: 55 kiloi •
Eltalura: 1 GJO metros • Ojos par-
d o i • Cebelto negro.
W^A^l^ñ^W^^W^VWAÍSíWUWWSíWWlifl^^i'^^
Lanzó una mirada al centro do la habitación, y alió
vio a Drumont c» un cbarco do sangre, iamóvil para
siempre.
—tiCJué lia sucedido?
—Está muerto,.. Quiso abusar de mi, y defendí mi
honra,
—iPero le bas matado tú?
—Yo le maté. Drumont era un canalla y pagó con
su vida sus malititus deseos.
En aquel instante, por la puerta de la calle penetró
-La líala», que al ver el cuadro, preguntó extrañado:
—iQuú ha pasado aqol?
—Mira, "líala", lo que hizo Paulet. Quiso abusar de
ella y le mató.
t'omprendió "La Rata» la abnegación do Paulet,
que lio veía otro medio de salvar a su amante, y se
reveló su alma buena ante tanta generosidad.
—Lo que dice Paulet, señor Caiilard — dijo—, es men-
tira i a ese hombre le he malaiio yo. Solo yo. Esa
infeliz es incaiíaz de niat;ir a nadie.
-Tienes buen corazón, "líala», y quieres salvar a tu
amante, p':ro a mí no me la diks. Te be visto salir, y
estoy a la puerta desde que te marchaste. No bas po-
dido malario tú. Esta mujer es la culpable y me la
llevo.
—iPaulel! iPaulet, di que es mentira! | D ¡ quo tú
no fuiste I
^ü acercó Paulet a 61, y le dijo al oído, cariñosa :
—Déjame que me sacrifique para salvarle; luego ya
me salvarás lú a mi.,,
V la dejó marchar con lágrimas en loa ojos.,. lEl,
que jamás se recordaha de haber llorado I,,.
V
I.O.S días que pasó Paulet en la cárcel du ¡nujeres es-
perando el juicio oral, ios pasó "La Rata de París»
di;sesperado y medio loco. Caminaba con la mirada fija
sin preocuparse de la vida que discurría a su lado im-
placable. No lo permitían ver a Paulet. Sua malos
antecedentes imposibilitaban todo acercamiento a su
amada, y sin noticias suyas, su vida no era vida. Hu-
biera querido ser un hombre honrado. iCómo le pesaba
su existcjiria anterior aliora que couipremüa la verda-
dera vida y el verdadero amor! iSi ella saliera de la
cárcel I El serla capaz de volver al buen camino y tra-
bajar por olla, por la buena mujercita que sacrificaba
su libertad por no verle a él padecer años y más años
preso por la ju.slicia a la que tantas veces hurlara.
El día de la prueba dol juicio llegó, y Paulet, que
no tenia noticias de au amante, recibió la visita de la
dueña de "El Infierno" y de Cecilia Cbaumet.
La primera venía a darla ánimos y a traerla noticias
de su'hombre. La segunda, compadecida de aquella in-
feliz de la que comprendía el sacrificio, venia a poner-
,se a su disposición pur si algo neccBitaba de ella,
—•Señora, oa osloy muy agradecida, inmensamenic
agradecida, y tan .=ólo os ruego que si yo no salgo de
la cárcel, deis medios a Pedro para que vuelva al buen
camino y sea on hombre honrada.
—No os apuréis : haré pur 61 todo lo humanaincnto
posible...
Nü podían estar juntas más tiempo. El tribunal re-
quería a la procesada en la sala de la Audiencia en
que Sf celebraba el juicio.
Al pasar i'aulet por los^ pasillos de la Audiencia, vió
a .su ainado, quo hizo un último esfuerzo para verla.
I'ronlo le conoció, mafi lan pronlo romo ella, le conoció
la policía y le arrastró sin voluntad hasta su casa,
donde lo dejaron hecho un guiñapo.
No hulúera podido decir el tiempo que pasó. Se liabla
arrastrado a los pies de la Virgen con que la fe de
l'auIct adornara .su pobre habitación, y allí, arrodilla-
do, pasó las horas, insen.sihle, y con un solo pensa-
miento : Paulet.
Habla olvidado las plegarias quo aprendiera de niño
do labios de su buena madre; pero rezaba, rc/.aba di-
rigiendo a la imagen todos sus pen.samlcntoa y todas
sus esperanzas.
Allí le encontró Paolet cuando llegó a su casa, a la
que la justicia de los hombres había perdonado el
crimen que se achacó por salvar su honra do las ma-
nos de un miserable encanallado.
Mentira le parecía a "La líjita» tanta felicidad, y
creyó que la figura que tenía ante él era producto de
su imaginación.
iCon cuánta alegría la estrechó en BUS brazos, y con
cuánta fe cayeron ambos a los pies de la Virgen I
"La Rata de París» abandonó sus costumbres. Ya
no se le veía on los lugares que el liampa frecuentaba
y, pin embargo, estaba aleare y contento. Trabajaba
para su P.iulet, y cuando recibía su salario parecía
(¡ue sobre su humilde casita cayese una sonrisa do loa
cielos.
Una nueva vida se abrió ante Él, y siguió aquel ca-
mino iluminado por el amor do Paulet con ansias de
regeneración, que pronto dieron .sus frutos en su alma
buena, deseoso de pagar el ííncriíicío de la mujer ama-
da con un gran amor, ilnfiuilo amor!
. •" ' • • ' I
FIN