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Art. 2341. Inventario. El inventario debe hacerse con citación de los herede-
ros, acreedores y legatarios cuyo domicilio sea conocido.
El inventario debe ser realizado en un plazo de tres meses desde que los
acreedores o legatarios hayan intimado judicialmente a los herederos a su rea-
lización.
En este orden de ideas, el art. 3370 derogado establecía que el inventario deb-
ía ser hecho ante escribano y con dos testigos, con citación de los legatarios y
acreedores que se hubiesen presentado.
Esta disposición poseía antigua raigambre dentro del derecho sucesorio nacio-
nal, figura tomada del derecho romano, que preveía la concurrencia de un tabu-
larius que cumpliera la función notarial —con testigos— a fin de realizar el in-
ventario.
II. Comentario
Inventario
Al efecto, fija un plazo de 3 meses para que los herederos realicen el inventa-
rio, plazo que se contabilizará a partir de la intimación judicial que prevé la
norma.
Sigue en este sentido lo dispuesto por el art. 3366 derogado en cuanto entend-
ía que la realización del inventario, sólo se transforma en una carga para el
heredero si le es reclamado por algún interesado (en este caso, legatarios o
acreedores).
III. Jurisprudencia
Por una parte el art. 3405 derogado determinaba como sanción para el herede-
ro que en forma fraudulenta no denunciaba alguno de los bienes que com-
prendían el acervo, la pérdida de la posibilidad de aceptar la herencia con be-
neficio de inventario.
II. Comentario
Denuncia de bienes
El texto del art. 2342 denota un evidente descuido al referir que por voluntad
unánime de los copropietarios de la masa indivisa, el inventario puede ser sus-
tituido por una denuncia de los bienes, salvo que alguna disposición legal esta-
bleciera otra cosa o hubiera intimación por parte de los acreedores.
En este sentido es interpretado por la letra de la ley reformada que en sus arts.
1922 y 1983 alude al dominio y al condominio, y en materia sucesoria, se en-
cuentra refrendado por lo dispuesto por los arts. 2280 y 2323.
III. Jurisprudencia
Art. 2343. Avalúo. La valuación debe hacerse por quien designen los copropie-
tarios de la masa indivisa, si están de acuerdo y son todos plenamente capaces
o, en caso contrario, por quien designa el juez, de acuerdo a la ley local. El va-
lor de los bienes se debe fijar a la época más próxima posible al acto de parti-
ción.
El último párrafo del artículo referido, determina en forma literal que, no tratán-
dose de alguno de los casos previstos anteriormente, las partes podrán sustituir
el inventario por la denuncia de bienes, previa conformidad del ministerio pupi-
lar si existieren incapaces.
En este caso, chocaría el Juez con la letra de la ley procesal local que específi-
camente determina como solución la posibilidad de sustituir el inventario por la
denuncia de bienes, con acuerdo del Ministerio Público Fiscal, en caso de exis-
tir incapaces.
II. Comentario
Avalúo
III. Jurisprudencia
En este orden de ideas, el art. 724 del CPCC; establece que una vez agrega-
dos al proceso el inventario y el avalúo, se los pondrá de manifiesto en la se-
cretaría por cinco días, debiendo notificar a las partes por cédula de dicha cir-
cunstancia.
El texto legal en este punto, adopta una redacción netamente procesal, que
sigue el lineamiento antes descripto.
II. Comentario
Art. 2345. Capacidad. Las personas humanas plenamente capaces, y las per-
sonas jurídicas autorizadas por la ley o los estatutos para administrar bienes
ajenos, pueden ejercer el cargo de administrador.
Fuentes: Del capítulo: Proyecto de 1998, Libro VI, Título VI, Capítulo IV, Sec-
ción 1ª. Del artículo: Proyecto de 1998, art. 2296.
II. Comentario
La primera de las cuestiones que salta claramente a la vista como una verda-
dera innovación en la materia respecto de la legislación anteriormente vigente,
es la posibilidad de que una persona jurídica se haga cargo de la administra-
ción de la sucesión.
Esta norma resulta realmente innovadora, pues en el régimen anterior, y en
casos excepcionales, se preveía la participación de un tercero, pero siempre
personas físicas (como era la terminología anteriormente utilizada).
III. Jurisprudencia
Este artículo se relaciona con lo dispuesto por el art. 3451 del Cód. Civil susti-
tuido, además de subsumir el contenido de los arts. 709 y 714 del CPCCN.
II. Comentario
Sólo en caso de que existan "razones especiales " que hagan inconveniente la
designación de algún coheredero, el juez puede designar a un tercero, median-
te decisión fundada en tal sentido.
3. Mayoría
A diferencia de lo que ocurría con el art. 2297 del Proyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación de 1998, este artículo no determina con precisión a qué
mayoría se refiere. En tal sentido, puede existir una mayoría de herederos (par-
tes en el sucesorio), o de "porciones hereditarias" (esta última era la estableci-
da por el referido proyecto).
III. Jurisprudencia
Art. 2347. Designación por el testador. El testador puede designar uno o va-
rios administradores y establecer el modo de su reemplazo.
II. Comentario
En tal caso, el albacea designado coexistía con los herederos, incluso con ad-
ministradores designados en el sucesorio, generándose en algún caso impor-
tantes conflictos de administración (CNCiv., sala I, 2/12/2003, LA LEY, 2004-D,
406, ED, 211, 200).
2. Enumeración
La norma en análisis, al permitir con una gran amplitud que el testador determi-
ne quién o quiénes estarán a cargo de la administración de su sucesión, entra
en contradicción con lo dispuesto por el art. 2346, que establece una preferen-
cia para el o la cónyuge supérstite y sólo contempla la participación de terceros
ajenos a la sucesión en casos restringidos y particulares.
Tampoco existe ninguna norma similar a la del art. 2348 del Cód. Civ. y Com.
de la Nación en el régimen anteriormente vigente, pues no había ninguna pre-
visión a una pluralidad de administradores.
Fuentes: Proyecto de 1998, art. 2299.
II. Comentario
2. Impedimento de actuación
Cuando existan dos o más administradores que deban actuar de manera con-
junta, puede darse el caso en que uno de ellos se encuentre, por cualquier
razón, imposibilitado de actuar.
En este caso, los demás administradores podrán actuar solos, pero sólo para la
realización de actos meramente conservatorios y urgentes. La utilización de la
conjunción ("y"), demuestra que deben darse ambas cuestiones al mismo tiem-
po.
II. Comentario
En este sentido, resulta mucho más completa la norma establecida, por ejem-
plo, por el art. 715 del CPCCN, que a la vez tiene su concordancia en todos los
Códigos procesales provinciales (arts. 750 de Buenos Aires, 715 de Catamar-
ca, 718 de Chaco, 715 de Chubut, 716 de Córdoba, 715 de Corrientes, 744 de
Entre Ríos, 750 de Formosa, 458 de Jujuy, 691 de La Pampa, 345 de Mendo-
za, 715 de Misiones, 715 de Neuquén, 715 de Río Negro, 739 de Salta, 708 de
San Juan, 741 de San Luis, 699 de Santa Cruz, 626 de Santa Fe, 730 de San-
tiago del Estero, 689 de Tierra del Fuego y 753 de Tucumán).
III. Jurisprudencia
II. Comentario
1. Obligación de garantía
Art. 2351 Remoción. Todo interesado puede solicitar al juez la remoción del
administrador si existe imposibilidad de ejercer el cargo o mal desempeño de
éste.
Mientras tramite el pedido, que se sustancia por la vía más breve que permite
la legislación procesal, continúa en el ejercicio de sus funciones si el juez no
resuelve designar un administrador provisional.
Si bien el Código Civil no tenía ninguna normativa relacionada con el art. 2351
del Cód. Civ. y Com. de la Nación, sí se establecen las formas y las razones
para la remoción del administrador en los arts. 714 y 709 del CPCCN y sus co-
rrelativos en los demás Códigos procesales.
II. Comentario
La norma en análisis prevé una situación más bien obvia, cual es que el admi-
nistrador será removido por el juez ante la imposibilidad o el mal desempeño en
las tareas que le fueron asignadas.
2. Medida cautelar
II. Comentario
1. Medidas urgentes
A diferencia de lo que establece el tercer párrafo del art. 690 del CPCCN (que
prevé la adopción de medidas "para la seguridad de los bienes y documenta-
ción del causante"), el art. 2352 del Código Civil y Comercial de la Nación esta-
blece la adopción de distintas medidas para asegurar los derechos de los inte-
resados que las soliciten. La diferencia no es menor, pues los bienes y docu-
mentación del causante pueden ser del interés de todos los coherederos.
Sin perjuicio de lo expuesto, la norma determina que los gastos que sean me-
nester realizar a los fines de llevar a cabo las medidas que se determinen,
"están a cargo de la masa indivisa". La redacción puede llevar a situaciones
sumamente injustas, pues la medida puede ser adoptada en beneficio exclusi-
vo de uno de los herederos, y en tal caso también deberá ser soportada por
todos (en estos casos, entendemos que los jueces deberán aplicar el art. 10
que contempla el abuso del derecho). Claramente, entendemos que la norma
en cuestión merece una reforma que prevea estas posibilidades.
Puede, por sí solo, enajenar las cosas muebles susceptibles de perecer, de-
preciarse rápidamente o cuya conservación es manifiestamente onerosa. Para
la enajenación de otros bienes, necesita acuerdo unánime de los herederos o,
en su defecto, autorización judicial.
Si bien el Código Civil no contenía normal alguna relacionada con este artículo,
éste sí se relaciona con lo dispuesto por el art. 712 del CPCCN y sus correlati-
vos provinciales, al que precisa en muchos factores.
II. Comentario
Los primeros dos párrafos de la norma tienden a dar mayor precisión al actual
contenido del art. 712 del CPCCN, siguiendo la jurisprudencia tradicional en la
materia. Así, se determina que el administrador, además de realizar los actos
conservatorios necesarios, deberá continuar con el giro comercial de los nego-
cios del causante. Además, y sin necesidad de autorización judicial, podrá el
administrador enajenar cosas muebles perecederas o de manifiestamente one-
rosa conservación.
III. Jurisprudencia
En ningún caso puede realizar actos que importan disposición de los derechos
del causante.
Si bien no existía norma alguna del Código Civil relacionable con este artículo
del Código Civil y Comercial de la Nación, puede rastrearse la conexión con el
art. 712 del CPCCN y sus correlativos en los Códigos provinciales.
Fuentes: Proyecto de 1998, art. 2305.
II. Comentario
Por otra parte, resulta contradictoria la previsión respecto de las facultades con-
feridas en el artículo anterior, que incluyen la continuación del giro comercial de
los negocios del causante.
II. Comentario
III. Jurisprudencia
II. Comentario
Sobre el particular, nos parece oportuno mencionar que la definición por oposi-
ción de los acreedores sin privilegio, podría dar lugar a confusión al exceptuar
únicamente a los que poseen garantía real, como si los restantes privilegios no
fueran considerados. Sin embargo, si bien entendemos que hubiera sido más
prudente referirse a los "acreedores no privilegiados", lo cierto es que el propio
art. 2358 —en conjunción con el art. 2579— hace especial reconocimiento de
los privilegios existentes. Ello sin perjuicio de lo expresamente dispuesto en el
art. 2360, a cuyo comentario nos remitimos en razón de brevedad.
Por otra parte, establece además que los créditos cuyos montos no se encuen-
tren definitivamente fijados deben ser denunciados a título provisorio, sobre la
base de una estimación, que si bien allí no se encuentra previsto entendemos
que el monto deberá ser determinado por el juez.
Fuentes: Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, art. 701, última parte.
II. Comentario
1. Positivización del legítimo abono
Si bien este instituto tiene por fin evitar demoras y gastos emergentes de la
sustanciación de un juicio que podría llegar a evitarse, es sólo facultativo para
el acreedor, pues basta la sola oposición —incluso caprichosa— de uno solo
de los herederos para que deba sustanciarse la pretensión vía incidental ante
el juez de la causa.
3. Medidas de seguridad
En ese orden de ideas, entendemos que no debiera disponerse en el sucesorio
ninguna medida de seguridad ante el desconocimiento del crédito, pues si el
pedido es denegado por los herederos, queda a salvo el derecho del acreedor
a peticionar por la senda de la acción pertinente.
III. Jurisprudencia
II. Comentario
En primer lugar, resulta necesario mencionar las críticas efectuadas por la doc-
trina en cuanto al fundamento de la preferencia establecida para el pago de
legados de cosa cierta, ya que si bien es cierto que la transmisión y adquisición
de la cosa cierta legada opera por efecto mismo de la disposición testamentaria
(art. 3766), no lo es menos que la entrega de la misma deba ser solicitada a los
herederos, quienes pueden válidamente oponerse mientras no estén cancela-
das las deudas de la sucesión. En consecuencia, coincidimos con Zannoni y
Borda en cuanto a que resultaría más adecuado subordinar al legatario, incluso
al de cosa cierta, a la eventual reducción proporcional de su legado, admitién-
dose que este también reconoce un título derivado de la transmisión heredita-
ria.
El art. 2358 establece que el administrador debe pagar los créditos presenta-
dos —incluyendo los aceptados bajo legítimo abono— según su rango de pre-
ferencia conforme a la Ley de Concursos y Quiebras.
En tal sentido, una vez satisfechos los créditos, recién debe procederse al pago
de los legados de acuerdo a los límites de la porción disponible y en el siguien-
te orden:
1. Aquellos a los que en el testamento se ordenara preferencia.
Concretamente, incluso con la vieja redacción del art. 3795, ya sostenía la doc-
trina que el orden allí establecido, era supletorio de la voluntad contraria del
testador, quien podía disponer un orden diferente para el pago de las mandas
que instituyera en su testamento (Fassi, Zannoni, Azpiri, Ferrer, Medina).
Sobre este punto, al igual en la primera parte del artículo se hace remisión a la
normativa concursal. Sin embargo, no se explica concretamente —ni siquiera
en la exposición de motivos que antecede al Proyecto— cuál fue la intención
del legislador para utilizar en forma analógica dicho proceso universal.
II. Comentario
De esta manera, el art. 2359 establece el derecho de los acreedores del cau-
sante, como así también de quienes terminan siendo acreedores de la masa
hereditaria, e incluso de los legatarios, para oponerse al pago de otros legados
o créditos o bien a la entrega de los bienes a los herederos hasta tanto sean
satisfechas sus acreencias.
II. Comentario
Pago colectivo
II. Comentario
Sin duda la redacción de este artículo —y del art. 2362, como se verá— pose-
en aristas de carácter netamente procesal en cuanto al modo en que debe con-
cluirse la administración.
III. Jurisprudencia
En caso contrario, debe hacerse judicialmente. De ella se debe dar vista a los
copropietarios de la masa indivisa, quienes pueden impugnarla.
II. Comentario
III. Jurisprudencia