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Abulia

La abulia es un término en neurología para describir la


falta de voluntad o iniciativa. Se encuentra en un espectro
de síntomas que van desde la apatía (que es menos
grave) y mutismo acinético (que es más grave). Se
caracteriza por una incapacidad para tomar acciones o
tomar decisiones sin ayuda. Fue pensada originalmente
una forma de enfermedad mental, pero desde entonces
ha sido identificado como un síntoma de muchas
enfermedades, tanto mentales y físicas.
Síntomas de la abulia
La abulia es un trastorno que afecta a los intereses de una
persona para hacer cualquier cosa. Ha sido descrita
como una pérdida de la expresión, la pérdida de la
conducta, la reducción del pensamiento espontáneo y la
iniciativa. Las características clínicas más comúnmente
asociadas con la abulia son:
 Se observa una reducción de la voluntad o falta total
de auto-motivación para interactuar o participar en
una actividad favorita o interés
 La persona que le gusta estar pasivo y menos
interactivo
 Su respuesta emocional es tardía o no muestra
ninguna preocupación
 Experimentan dificultad en hacer acciones con un
propósito y les resulta aún más difícil continuarlas
 Su espontaneidad es reducida
Es mejor consultar a un neurólogo si se encuentra con un
amigo o miembro de la familia con estos signos.
Causas de la abulia
Los expertos debaten sobre cómo clasificar la abulia.
Algunos expertos creen que es una enfermedad
separada, mientras que otros tienen la opinión de que es
un síntoma de otras enfermedades neurológicas. Sin
embargo, todos están de acuerdo en que las siguientes
son algunas de las causas del trastorno:
 Lesiones en el lóbulo frontal del cerebro son
considerados como la principal razón de la
condición.
 Enfermedades degenerativas como la enfermedad
de Huntington, el Alzheimer, el Parkinson, la
demencia y otras enfermedades son responsables.
 Cualquier lesión o daño en el circuito cingulado
anterior, que es esencial para las características
tales como la iniciación y la motivación es también
uno de los factores.
 Lesión en ganglio basal afecta la capacidad de una
persona para relacionarse, la auto-motivación, y
para hablar.
Diagnóstico de la abulia
El diagnóstico de abulia puede ser bastante difícil, ya que
se encuentra entre otros dos trastornos de la disminución
de la motivación, y uno puede ver fácilmente un caso
extremo de abulia como mutismo acinético o un caso
menor de abulia como la apatía y, por tanto, no tratar al
paciente adecuadamente. Si llegara a ser confundida con
la apatía, podría dar lugar a intentar implicar el paciente
en la rehabilitación física y otras intervenciones en los
que sería necesaria para tener éxito en una fuente de
gran motivación, pero seguirá siendo ausente.

La mejor manera de diagnosticar la abulia es a través de


la observación clínica del paciente, así como preguntar a
los parientes cercanos y seres queridos para dar al
médico un marco de referencia con el que pueden
comparar el nuevo comportamiento del paciente para ver
si hay de hecho un caso de disminución de la motivación.

En los últimos años, los estudios de imagen utilizando una


tomografía o una resonancia magnética han demostrado
ser muy útiles en la localización de las lesiones
cerebrales que han demostrado ser una de las
principales causas de la abulia.

Las enfermedades en que la abulia puede estar presente


son:

 Depresión
 Esquizofrenia
 Enfermedad de Parkinson
 Enfermedad de Huntington
 Parálisis supranuclear progresiva
 Lesión cerebral traumática

Tratamiento de la abulia

La mayoría de los tratamientos actuales para la abulia son


farmacológicos, incluyendo el uso de antidepresivos. Sin
embargo, el tratamiento con antidepresivos no siempre
tiene éxito y ha abierto la puerta a otros métodos de
tratamiento.
El primer paso para el éxito del tratamiento de la abulia es
una evaluación preliminar del estado de salud general del
paciente. Esto puede significar que el control de las
convulsiones o los dolores de cabeza, la organización de
la rehabilitación física y cognitiva para el desarrollo
cognitivo y la pérdida sensorial, o asegurar una óptima
audición, visión y habla. Estos pasos elementales también
aumentan la motivación por la mejora del estado físico y
puede mejorar la capacidad funcional, y la energía y con
ello aumentar la expectativa del paciente de que la
motivación y el esfuerzo tendrá éxito.

Hay cinco pasos para el tratamiento farmacológico:

 Optimizar el estado médico


 Diagnosticar y tratar otras condiciones asociadas
más específicamente con la disminución de la
motivación (por ejemplo, hipertiroidismo apático, la
enfermedad de Parkinson).
 Eliminar o reducir las dosis de psicotrópicos y otros
agentes que agravan la pérdida de motivación (por
ejemplo, los ISRS, los antagonistas de la dopamina).
 Tratar la depresión eficazmente cuando DDM y la
depresión están presentes.
 Aumentar la motivación a través del uso de
estimulantes, agonistas de dopamina, u otros
agentes tales como inhibidores de la colinesterasa

Abulia – Que es, definición, causas, síntomas y


tratamiento

Abulia – Definición, causas, síntomas y tratamiento


La definición de abulia es un estado de motivación
disminuida. En general se refiere a un tipo de apatía que
se desarrolla como resultado de una enfermedad que
afecta al cerebro. Algunos pacientes son conscientes del
cambio en la motivación, pero es muy molesto para los
amigos y familiares.

La abulia puede mostrar síntomas muy leves o muy


severos, como no hablar. Se asocia a condiciones
neurológicas o psiquiátricas y se estima que un 20% de
los pacientes con derrame cerebral puede
experimentarlo. Cuando resulta de un accidente
cerebrovascular pueden ser aparente después de la
recuperación, y cuando resulta de una enfermedad
progresiva puede empeorar con el tiempo.

Síntomas de la Abulia

Los síntomas típicos pueden incluir

Falta de interés o motivación en hacer las cosas

Apatía y falta de entusiasmo por hacer las cosas.

Dificultad para iniciar o terminar tareas.


Falta de opinión o pasividad falta de interés en otras
personas,

Tranquilidad extrema o mudez

Lentitud física del movimiento o masticar los alimentos


por largos períodos de tiempo.

Causas de la Abulia

Se cree que la causa de la abulia es por daños en los


circuitos nerviosos de los lóbulos frontales del cerebro
que afectan el sistema dopaminérgico, por daño cerebral
o demencia que puede interferir con el funcionamiento
normal del cerebro.

El sistema dopaminérgico produce en el cerebro


sentimientos positivos de felicidad y satisfacción. La
mayoría de las personas que presentan los síntomas han
tenido accidente cerebrovascular, la enfermedad de
Huntington, esquizofrenia, cáncer o Alzheimer, o
cualquier otro trastorno neurológico.

Diagnostico de la abulia

El diagnóstico puede llevar tiempo ya que se diagnostica


a través de una historia clínica de los sentimientos y
acciones de la persona y las observaciones de sus
familiares. Su médico puede hacer más preguntas y se
puede hacer un diagnóstico por imagen cerebral o una
resonancia magnética para revelar lesiones localizadas
del cerebro que son las principales causas de la abulia.

Tratamiento de la abulia

Existen algunos tratamientos médicos para la abulia. Los


medicamentos que aumentan el sistema de la dopamina
del cuerpo han dado resultados positivos cuando se trata
de los síntomas objetivo.

La rehabilitación cognitiva puede ayudar mejorando las


habilidades de pensamiento y la fisioterapia puede
ayudar con la actividad física, aumentando la motivación
en las personas que se ven afectadas por esta condición.

Abulia: la total falta de motivación

Por Bettina Cabana

La abulia es la falta total de motivación y falta de voluntad


o iniciativa para realizar cualquier actividad. En los casos
leves -en psiquiatría o psicología- se dice que hay apatía,
mientas que en los casos severos, el trastorno recibe el
nombre de mutismo acinético.
Algunos expertos consideran la abulia como una
enfermedad en sí misma, mientras que otros creen que
sólo es un síntoma de otra enfermedad física o mental.

No tiene ganas de nada, nada le interesa, tiene falta de


voluntad, no puede tomar ningún tipo de decisiones, no
es capaz de tomar acciones con un propósito y mucho
menos, realizar una serie de actividades con algún
objetivo.

Si conoces a alguien con estos síntomas podría tener este


trastorno, el cuál reduce o anula el interés de una
persona para hacer cualquier cosa.

Pero no te preocupes, la abulia puede tener cura.


¿Quieres saber más sobre esta afección? Lee este
artículo con atención por favor.

Origen y síntomas de la abulia

En 1838 fue la primera vez que se describió este trastorno


en el área de la psiquiatría. Desde entonces han habido
muchos avances en cuanto a las causas y los posibles
tratamientos de la abulia.
Los síntomas que presenta una persona que padece
abulia son principalmente psicológicos y conductuales,
aunque puede haber somatizaciones, al igual que ocurre
con otras afecciones mentales.

Los principales síntomas son los siguientes:

Pérdida notoria de la motivación. La persona se muestra


completamente desmotivada y desanimada para hacer
cualquier cosa. Incluso, hechos o circunstancias que
antes despertaban el interés del afectado, pasan casi
inadvertidos para quien padece abulia.

Trastorno de la vida afectiva y social. Los vínculos y la


interacción social se ven seriamente perturbadas. La
persona comienza a perder el interés por salir, por
compartir momentos con amigos o compañeros de
trabajo.

Además, quien padece abulia es consciente de que su


comportamiento le trae graves consecuencias, y eso le
genera una profunda sensación de impotencia. Esto a su
vez la desmotiva más, y se crea un círculo vicioso difícil
de romper.
Escasa expresividad. Tanto en el lenguaje oral como
corporal, la persona que padece abulia ve muy
restringida. Habla lo mínimo, lo estrictamente necesario
y difícilmente manifieste cómo se siente.

Pérdida de actividad a nivel del pensamiento.


Gradualmente, la persona deja de usar el pensamiento, y
en su lugar, responde más a los estímulos externos.

Cómo se diagnostica la abulia

El diagnóstico de esta afección no es sencillo. De hecho,


es uno de los diagnósticos más difíciles de hacer.

Una de las grandes dificultades a la hora de detectar la


abulia, es que el paciente en general no consulta por sí
mismo. Cuando la familia se preocupa realmente por su
actitud y por las negativas consecuencias de la misma,
consulta a un profesional de la salud.

La única forma de llegar a un diagnóstico certero de


abulia, es a través de la observación clínica. Los datos
que aportan la familia y los más allegados suelen ser de
gran utilidad para confirmar el diagnóstico.
Recientemente, los profesionales han incluido estudios
como resonancias magnéticas y tomografías para la
confirmación de la enfermedad. Hay evidencia científica
de que las personas que padecen este trastorno
presentan cierto tipo de alteraciones cerebrales.

¿Qué puede causar la abulia?

Hay diversas opiniones sobre las causas de la abulia. Sin


embargo, médicos e investigadores coinciden en señalar
las siguientes causas como las más probables:

Lesiones en el lóbulo frontal. Las personas que padecen


abulia muestran daños en el lóbulo frontal del cerebro.
Traumatismos o enfermedades que afecten esta área
pueden desencadenar cuadros de abulia.

Lesiones en el ganglio basal. Esta es otra zona crítica


para el desarrollo de abulia. Cuando hay daño a nivel del
ganglio basal, la persona ve seriamente comprometida su
capacidad de relacionarse con los demás, las funciones
del lenguaje y su auto-motivación.
Enfermedades degenerativas. Patologías como la
demencia senil, el mal de Alzheimer o el mal de Parkinson
pueden provocar abulia. Los pacientes que han sufrido
accidentes vasculares encefálicos también pueden tener
abulia como una de las consecuencias de su afección.

Otras enfermedades mentales. En pacientes con


depresión, esquizofrenia o enfermedad de Huntington, la
abulia puede aparecer como una de las manifestaciones
de la enfermedad de base.

Situaciones personales dramáticas. Cuando una persona


se ve sometida a situaciones de gran estrés o trauma
psicológico, la pérdida de voluntad puede ser una de las
posibles manifestaciones.

¿La abulia se puede curar?

La abulia es un trastorno cuyos síntomas pueden


desaparecer con el tratamiento adecuado.

Si existe una enfermedad de base, al tratar dicha


enfermedad los síntomas de abulia pueden mejorar
también, aumentando la calidad de vida del paciente.
Para la abulia en sí misma hay dos líneas de tratamiento
diferentes: la farmacológica y la psicoterapéutica.

Tratamiento farmacológico

Hay distintos tipos de fármacos que suelen suministrarse


de forma combinada.

Los antidepresivos suelen ser la primera opción. Después


de evaluar la respuesta del paciente, el psiquiatra
determinará si es necesario agregar otro tipo de
medicación. En algunos casos, es suficiente con
antidepresivos, y en otros casos no.

Otro grupo de fármacos que suelen ser prescritos son los


inhibidores de una enzima llamada colinesterasa, la cual
estaría directamente relacionada a la baja motivación.

En cualquier caso, el paciente debe seguir un control


estricto de su medicación. La asistencia regular y
frecuente a las consultas médicas es clave para obtener
los mejores resultados.

Tratamiento psicoterapéutico
Dentro de las distintas corrientes psicoterapéuticas, la
gestáltica o conductual suele ser la más efectiva. El
terapeuta promueve el cambio de conducta y genera
vínculos que pueden estimular la motivación del paciente.

En otro tipo de terapias, se pretende profundizar más en


la causa de la pérdida de la motivación. Cuando se tiene
éxito en este objetivo, la terapia psicoanalítica puede ser
una buena opción.

En resumen, la abulia se puede curar. Si es provocada


por otra enfermedad, tendrás que buscar un tratamiento
para la enfermedad de base. Si tiene causas
psicológicas, el tratamiento con psicoterapia y fármacos
puede ser la mejor solución.

¿Y tú qué experiencia tienes con la abulia?

Aboulomanía

La aboulomanía es un trastorno mental donde el paciente


sufre de trastorno mental por voluntad debilitada o
indecisividad patológica. La Aboulomanía se asocia
típicamente con la ansiedad, el estrés, la depresión y la
angustia mental. Puede afectar seriamente la capacidad
de una persona para funcionar socialmente. En casos
extremos, esto puede conducir al suicidio. Aunque la
causa exacta de la aboulomania no se conoce, lo más
probable es que involucre tanto factores biológicos como
de desarrollo.

Algunos investigadores creen que un estilo de crianza


autoritario o sobreprotector puede conducir al desarrollo
de la aboulomania en las personas que son susceptibles
al trastorno. Se piensa comúnmente que la aboulomania
es un resultado de la sobreinversión y el comportamiento
intrusivo por sus cuidadores primarios. Los cuidadores
pueden fomentar la dependencia en el niño para
satisfacer sus propias necesidades de dependencia, y
pueden recompensar la lealtad extrema, pero rechazan
los intentos que el niño hace hacia la independencia. Las
familias de aquellos con aboulomania a menudo no
expresan sus emociones y son controladores;
demuestran papeles relacionales mal definidos dentro de
la unidad familiar.

Individuos con aboulomania a menudo han sido


socialmente humillado por otros en sus años de
desarrollo. Pueden tener dudas significativas sobre sus
habilidades para realizar tareas, asumir nuevas
responsabilidades y, en general, funcionar
independientemente de otras. Esto refuerza sus
sospechas de que son incapaces de vivir de manera
autónoma. En respuesta a estos sentimientos, ellos
retratan una impotencia que provoca el comportamiento
de cuidado de algunas personas en sus vidas.

Síntomas

Las personas con este trastorno no confían en su propia


capacidad de tomar decisiones. Pueden estar muy
molestos por la separación y la pérdida. Pueden llegar a
grandes esfuerzos, incluso sufriendo abuso, para
permanecer en una relación. Los síntomas de la
aboulomania pueden incluir:

 Evitar estar solo.


 Evitar la responsabilidad personal.
 Ser fácilmente dañado por la crítica o la
desaprobación.
 Estar demasiado centrado en los miedos de ser
abandonado.
 Ser muy pasivo en las relaciones.
 Sentirse muy molesto o indefenso cuando las
relaciones terminan.
 Tener dificultad para tomar decisiones sin el apoyo
de otros.
 Tener problemas para expresar desacuerdos con
otros.

Diagnóstico

Si los síntomas están presentes, el médico comenzará


una evaluación mediante la realización de una historia
clínica completa y examen físico. Aunque no hay pruebas
de laboratorio para diagnosticar específicamente la
aboulomanía, el médico puede utilizar varias pruebas de
diagnóstico para descartar la enfermedad física como la
causa de los síntomas. Si el médico no encuentra ninguna
razón física para los síntomas, él o ella puede referir a la
persona a un psiquiatra o psicólogo, profesionales de la
salud que están especialmente capacitados para
diagnosticar y tratar enfermedades mentales.
Psiquiatras y psicólogos usan herramientas de entrevista
y evaluación especialmente diseñadas para evaluar la
aboulomanía. La edad y los factores culturales deben ser
considerados en el diagnóstico de la aboulomania.
Ciertas normas culturales sugieren una postura sumisa,
cortés o dependiente al relacionarse con el sexo opuesto,
o figuras de autoridad. La Aboulomanía sólo debe ser
diagnosticada cuando cumple con los criterios anteriores
y está claramente fuera de las normas culturales. El
diagnóstico de aboulomanía se basa en una entrevista
clínica para evaluar el comportamiento sintomático.

Tratamiento

Como es el caso con muchos trastornos de la


personalidad, las personas con aboulomanía
generalmente no buscan tratamiento para el trastorno en
sí. Por el contrario, podrían buscar tratamiento cuando
un problema en sus vidas – a menudo resultante de
pensar o comportamiento relacionado con el trastorno –
se vuelven abrumadores, y ya no son capaces de
hacerles frente. Las personas con aboulomanía son
propensas a desarrollar depresión o ansiedad, y los
síntomas de estos trastornos pueden inducir al individuo
a buscar ayuda. La psicoterapia (un tipo de consejería) es
el principal método de tratamiento para la aboulomanía.
El objetivo de la terapia es ayudar a la persona con
aboulomanía a ser más activa e independiente, y
aprender a formar relaciones saludables. Se prefiere la
terapia a corto plazo con objetivos específicos porque la
terapia a largo plazo puede conducir a la dependencia del
terapeuta. Las estrategias específicas pueden incluir
entrenamiento de asertividad para ayudar a la persona
con aboulomanía a desarrollar confianza en sí mismo. El
uso de la medicación se puede utilizar para tratar a las
personas con aboulomania que también sufren de
depresión o ansiedad. Sin embargo, la terapia de
medicación debe ser cuidadosamente monitoreada
porque la persona puede llegar a depender o abusar de
los medicamentos.
Aboulomanía: los patológicamente indecisos

La aboulomanía es la incapacidad para tomar decisiones


y puede ser más que un simple problema de inseguridad,
en ocasiones es el resultado de un inusual trastorno
mental

La aboulomanía está asociada a otros trastornos


mentales como la ansiedad

La aboulomanía está asociada a otros trastornos


mentales como la ansiedad, el estrés, la depresión y la
angustia.CORTESÍA

MIAMI.- Tomar una decisión para resolver una


determinada situación es un proceso habitual en la vida
de los seres humanos. Se trata de un mecanismo esencial
que ciertamente puede resultar estresante y agotador,
pero que es absolutamente necesario en la vida
cotidiana, tanto para las cosas más simples como para
las más complejas.

Por lo general, la toma de decisiones se ve afectada por


las emociones, que en muchos casos bloquean la
autonomía que necesitamos para elegir una alternativa.
Esto abre paso a la indecisión, un comportamiento
definido como la falta de determinación ante una
situación, y que suele ser producto de la inseguridad.
La ciencia ha demostrado que la adolescencia es el
momento en el que se experimentan los mayores niveles
de inseguridad, pero lo cierto es que esta sombra nos
acompaña a lo largo de la vida, y ataca especialmente en
los momentos de debilidad marcados por la tristeza, la
ansiedad, el miedo, la euforia y cualquier otro estado que
altere nuestra percepción de la realidad.

Ahora bien, cuando la indecisión se convierte en


recurrente y crónica hace su aparición un desorden
mental poco común pero reconocido por la Asociación
Americana de Psiquiatría. Es la aboulomanía, un
trastorno caracterizado por una indecisión patológica
que, en ocasiones, se convierte en una obsesión.

Trastorno incapacitante

El termino aboulomanía proviene de las palabras griegas


“α” que se traduce como sin, “βούληση” que quiere decir
voluntad, y “μανία” con el que se ilustra la locura. Y según
los especialistas, este desorden mental afecta
directamente la región del cerebro asociada a la toma de
decisiones racionales, ubicado específicamente en la
corteza prefrontal.

La aboulomanía está asociada a otros trastornos


mentales como la ansiedad, el estrés, la depresión y la
angustia, suele ser incapacitante, y no solo puede afectar
la funcionalidad social del paciente, sino llevarlo, en los
casos más graves, al suicidio.

Tomar decisiones, más allá de la importancia que estas


tengan, puede ser una experiencia abrumadora para
cualquiera, pero en el caso de las personas con
aboulomanía, el nivel de estrés es aún mayor. Por lo
general, estos pacientes califican sus decisiones como
inadecuadas y están convencidos de antemano de que
los resultados de su elección serán negativos.

El origen de este raro trastorno mental aún se desconoce,


pero se infiere que involucra tanto factores biológicos
como de desarrollo. Algunos especialistas coinciden en
que los patrones adquiridos en el hogar son
determinantes, especialmente cuando se trata de
esquemas autoritarios o de sobreprotección, que
fomentan la dependencia y la inseguridad.

Por otra parte, se ha confirmado que muchas personas


con aboulomanía fueron socialmente humilladas en su
etapa desarrollo, lo que afianzó en su interior la certeza
de que son incapaces de vivir de forma autónoma.

Solos y temerosos
Básicamente las personas con este desorden mental
evitan a toda costa estar solos, son especialmente
susceptibles a las críticas o la desaprobación, necesitan
el apoyo de otras personas para tomar decisiones, tienen
temor de ser abandonados, evitan asumir cualquier
responsabilidad, y les cuesta expresar sus puntos de
vista si estos difieren al expresados por el resto de los
interlocutores.

Otra característica de quienes han sido diagnosticados


con aboulomanía es que por lo general asumen una
actitud pasiva cuando establecen una relación de pareja,
se vuelven dependientes, y se sienten indefensos cuando
estas terminan.

Diagnosticar este trastorno mental no es sencillo, de


hecho no existen pruebas específicas, por lo que los
especialistas basan su decisión en herramientas de
entrevista y evaluación especialmente diseñadas para
analizar el comportamiento sintomático del paciente.

Otras herramientas de evaluación que se emplean para


confirmar un diagnóstico de aboulomanía son: el
Inventario Multifásico de la Personalidad de Minnesota
(MMPI-2), el Inventario multiaxial clínico de Millon (MCMI-
II), la Prueba de psicodiagnóstico de Rorschach y la
Prueba de apercepción temática (TAT).
A nivel de tratamiento, las personas que enfrentan este
desorden mental solo buscan ayuda especializada para
resolver los problemas de depresión y ansiedad, para lo
cual se usan fármacos específicos bajo supervisión para
evitar la dependencia. Ahora bien, superar la
aboulomanía requiere del auxilio de la psicoterapia, un
método de consejería y entrenamiento que fomenta la
independencia y autoconfianza. Se trata de una terapia
de corto plazo que permite además al paciente aprender
a establecer relaciones interpersonales saludables.

Para enfrentar la indecisión:

Olvide el miedo, comience tomando decisiones sobre


pequeños asuntos.

Evite analizar las cosas en exceso, no importa cuánta


información tenga o cuánta lógica aplique, eso no hará la
decisión más fácil.

Practique, haga de la toma de decisiones una disciplina


diaria, comience con cosas sencillas como qué almorzar
o cómo premiarse después de una buena jornada de
trabajo.

Póngase un límite de tiempo para decidir, y cúmplalo.


Aprenda a confiar en usted, concéntrese en sus
habilidades y puntos fuertes, nadie es perfecto y tomar
decisiones es necesario.

15 remedios naturales para tratar la depresión.

La depresión clínica se puede definir como un trastorno


del humor que afecta la salud física y mental. La causa de
la depresión puede ser genética, puede ser originada por
un evento estresante, o puede no tener ninguna razón
específica. Existen numerosos tipos diferentes de
depresión, entre los que se incluyen depresión mayor, la
distimia, la depresión posparto, el trastorno disfórico
premenstrual y el trastorno afectivo estacional.

La depresión mayor también incluye depresión menor. Si


tiene menos de cinco síntomas de depresión mayor que
duran más de dos semanas, entonces podría
categorizarse como una persona que sufre de depresión
menor. La depresión mayor se manifiesta a partir de
cinco o más síntomas. Estos síntomas incluyen tristeza,
retracción, dificultad para concentrarse, pérdida o
incremento de peso, odio a sí mismo, pérdida de interés
en actividades, pensamientos suicidas, entre otros.
Aquellas personas que sufren de depresión severa
también pueden tener síntomas psicóticos.
Para aquellos que experimentan alguna forma de
depresión, existen algunos remedios naturales fáciles de
incorporar. Si decide usar un suplemento, comuníquese
con su médico para asegurarse de que no causará una
mala interacción con ningún otro medicamento que esté
usando actualmente.

Aboulomanía: la indecisión patológica

En algún momento de nuestra vida… todos hemos tenido


que enfrentarnos a tomar una decisión difícil.
Empezamos a dudar, a ponernos nerviosos por no saber
qué escoger… Esto es algo normal. Sin embargo, cuando
la indecisión afecta a nuestra vida, a nuestras relaciones
con los demás y el motivo por el que aparece tiene que
ver con el estrés, la ansiedad e incluso la depresión,
puede que estemos ante un caso de aboulomanía.

Es necesario recalcar que la aboulomanía es un trastorno


mental incapacitante, no un problema de inseguridad.
Las personas que lo sufren no confían en sí mismas para
tomar decisiones y, normalmente, tienen muchos
problemas en sus relaciones, ya sean de pareja, amistad,
familiares, laborales, etc. El hecho de tener que elegir
entre un postre u otro puede suponer una odisea. Hasta
ese punto llega la aboulomanía.

¿Qué desencadena la aboulomanía?


Para determinar la causa de la aboulomanía hay que
hacer un estudio completo de la persona que la sufre,
pues aún no están muy claros cuáles pueden ser los
posibles desencadenantes. No obstante, son varios los
estudios que han aventurado diferentes hipótesis.

Un posible origen podría estar en la corteza prefrontal del


cerebro. Una zona relacionada con la toma de
decisiones, por lo que varios investigadores creen que
puede tener mucho que ver con este trastorno mental. Sin
embargo, otra de las causas que se barajan es el estilo de
crianza, aunque esta es una hipótesis que los
investigadores manejan con mucha cautela.

La aparición de la aboulomanía provoca una indecisión


paralizante.

Así, una protección excesiva durante la infancia podría


ser el caldo de cultivo de la aboulomanía, pues como
sabemos la sobreprotección provoca una dependencia
atroz de las decisiones de los demás. También, si en la
infancia han existido humillaciones o abandono, puede
darse este trastorno mental. Pues la vergüenza, la
inseguridad extrema y la falta de confianza en uno mismo
pueden ser causas de aboulomanía.

Sin embargo, esto no está claro y los investigadores


hasta el momento no han sabido dar con una hipótesis
que puedan apoyar de manera empírica. Por lo tanto,
aunque especulan sobre posibles motivos, no garantizan
que uno de ellos sea por sí solo una respuesta que
explique este fenómeno en todos los casos.

La vida de una persona con aboulomanía

Hay que tener mucho cuidado con confundir la


aboulomanía con la dependencia emocional. Por eso es
tan importante acudir a un profesional que pueda ayudar
a dar un nombre exacto a lo que está pasando. Como
veremos a continuación, algunas de las circunstancias
que experimenta una persona con aboulomanía pueden
confundirse con dependencia o inseguridad.

Lo habitual es que una persona con aboulomanía evite


estar sola en cualquier circunstancia en la que se pueda
presentar un “dilema”. Pero no porque tenga miedo a
quedarse sin nadie que le quiera, sino porque necesita a
alguien que tome decisiones por ella y que asuma sus
responsabilidades. Esto provoca y alimenta el miedo al
abandono, pues si está sola es incapaz de tomar una
decisión. Por eso, desgraciadamente, en ocasiones una
de las salidas es el suicidio.

Por esta forma de relacionarse con los demás, tan


dependiente, la persona con aboulomanía puede ser
manipulada o engañada con más facilidad. Puede que la
utilicen, que incluso una pareja la abandone por su alto
grado de pasividad y por no saber expresar sus propios
desacuerdos. Si está sola, la persona con aboulomanía se
siente desamparada, perdida e indefensa.

Diagnóstico y tratamiento

Este trastorno mental está acompañado de ansiedad,


depresión y ansiedad. Además, estas son estos las
principales quejas con las que los pacientes que lo
padecen acuden a consulta. Por otro lado, hay tres
pruebas que ayudan con el diagnóstico: inventario
multiaxial clínico de Millon (MCMI-II), inventario
multifásico de la personalidad de Minnesota (MMPI-2) y la
prueba de apercepción temática (TAT).

Después del diagnóstico, lo recomendable es realizar una


intervención para superar la aboulomanía. El proceso
consiste en, primero, aliviar los problemas de ansiedad,
estrés o depresión que sufra el paciente y,
posteriormente, tratar el trastorno mental en sí. Para
hacerlo, el profesional se servirá de herramientas que
ayuden al paciente a adquirir una mayor autonomía y a
desarrollar habilidades sociales, como la asertividad.
Además, en muchos casos también será necesario
realizar un proceso para reconstruir la autoestima.

Acudir a un psicólogo o un psiquiatra será muy


importante para superar este trastorno. Sin embargo,
muchas personas que sufren aboulomanía consideran
sus problemas de indecisión como algo normal o que
pueden resolver ellas mismas, cuando en realidad es
mucho más grave.

Quien sufre este tipo de trastorno no es capaz de decidir


ni lo más mínimo. Una comida, un corte de pelo (si lo corta
o no, si lo cambio o no, si lo tiñe o no), optar por un trabajo,
llevar o no paraguas… Su indecisión llega hasta tal punto
que si en un grupo de amigos tuviese que decidir un plan
para el fin de semana, no terminarían haciendo nada.

Las personas con este trastorno pueden ser muy


“incomodas”, ya que las personas que las rodean
terminan con la sensación de que siempre hay que tirar
de ellas, darles un empujón. Es verdad, pero también es
verdad que quienes peor lo pasan suelen ser ellas y que
suelen mostrarse encantadas cuando alguien les ofrece
la posibilidad de ganar en seguridad y mejorar en su
autonomía. No lo olvidemos y, entre todos, ayudémoslas.

La procrastinación, qué es y cómo superarla


Qué es la procrastinación

En primer lugar vamos a conocer exactamente lo que


significa el término procrastinación, ya que no es algo de
lo que se hable habitualmente. En realidad esta palabra
proviene del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al
futuro, postergación o posposición. Por tanto, la
procrastinación es la acción o el hábito de postergar
actividades o situaciones que deben atenderse,
sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o
agradables.

El término se aplica en psicología para definir la


sensación de ansiedad generada ante una tarea
pendiente de concluir. Es un trastorno del
comportamiento que a todos nos afecta en mayor o
menor medida en alguna ocasión, y que en términos más
populares le solemos llamar “pereza” o dejar para
mañana lo que deberíamos hacer hoy.

Ocasionalmente es algo normal sufrir procrastinación,


pero hay personas especialistas en postergar, son
aquellas que se comportan así de manera continuada
porque de alguna forma creen que el día de mañana será
más adecuado para llevar a cabo una o varias tareas que
tienen pendientes. Pero en realidad la procrastinación es
un problema de mala regulación y pésima organización
del tiempo. Quien pospone o procrastina lo que está
realizando en el fondo es una conducta claramente
evasiva.

Las situaciones de la vida que más habitualmente


procrastinamos todos en algún momento son:

 Las tareas del día a día: ir a comprar, limpiar la casa,


planchar, hacer las maletas para un viaje, ir al
médico, cortarnos el pelo, etc.
 El cuidado personal: lo típicos propósitos de cada
año nuevo: dejar de fumar, hacer más ejercicio,
hacer dieta, realizar mayor formación para mejorar
en el trabajo, etc.
 Los compromisos con los demás: no resolvemos
conflictos de pareja, dejamos para el último día
preparar una fiesta de aniversario, aplazamos el
hecho de dedicarle más tiempo personal a nuestros
hijos, etc. pero también en el trabajo procrastinamos
cuando no nos preparamos una reunión o dejamos
las tareas para el último momento.

Todo esto provoca en el procrastinador una sensación de


caos, de no poder llegar a todo y de frustración, debido a
la acumulación de tareas pendientes. También produce
sentimientos de insatisfacción, inseguridad, inferioridad
y estancamiento. Como consecuencia, además, se
termina perdiendo la confianza y el respeto de los demás.

Aunque al parecer las personas que dicen que no tienen


tiempo, extrañamente no lo tienen. Pero no nos
engañemos, no dicen que no tienen tiempo porque no lo
tengan realmente, sino que es exactamente lo opuesto:
No tienen tiempo, porque siempre dicen que no lo tienen.

Como casi todo en esta vida, la mente juega un papel


crucial en el desempeño y alcance de nuestro verdadero
potencial. Gracias a la mente logramos o dejamos de
lograr nuestros sueños y deseos. Si no fuese por nuestra
predisposición (ya sea positiva o negativa) sería muy fácil
decir que el éxito consiste simplemente en tomar acción.

Procrastinación por autodudas

El psicólogo Willian Knaus nos dice que las autodudas,


junto con la baja tolerancia a la tensión, son las raíces de
las conductas de postergación y evitación.

La autoduda es el reflejo de un proceso autodestructivo.


Ocurre cuando juzgamos nuestras habilidades como
deficientes o inadecuadas. Por ejemplo, si nos decimos a
nosotros mismos: “Yo soy muy lento para escribir”,
estamos diciendo que la conducta adecuada sería
escribir rápido. De este modo, estamos haciendo una
valoración negativa de nosotros mismos. Por ese motivo,
si hemos llegado a la conclusión de que somos muy lentos
para escribir; y no obstante tenemos que redactar un
informe, entonces nos vamos a poner tensos, y
probablemente lo vamos a postergar, diciéndonos:
“Como soy muy lento, mejor lo hago mañana”.
La autoduda se va desarrollando en el contexto de la vida
cotidiana y nos conduce a una conclusión irracional. Por
ejemplo, una de las más comunes ideas erróneas y
autodestructivas que está a la base de la autoduda y
conduce a la postergación, es la creencia de que: “Todo
lo que yo haga, tiene que ser hecho en forma fácil y de
excelente calidad”.

Es decir, y volviendo al ejemplo anterior: “Yo soy lento


para escribir”. “Va a ser muy difícil para mí hacerlo, y el
trabajo me va a quedar mal”. “Por lo tanto, lo hago
mañana”.

Este es un ejemplo típico de postergación, sobre la base


de la autoduda.

Procrastinación por baja tolerancia a la tensión

Tiene lugar cuando tendemos a sobreactivarnos en


términos emocionales, conductuales y cognitivos.
También en aquellas ocasiones en que nuestras metas se
hacen difíciles de lograr o cuando existe algún tipo de
obstáculo o bloqueo en nuestros logros.

Si algo nos produce tensión o irritación como por


ejemplo, conducir con mucho tráfico, prepararnos un
examen, las discusiones de pareja, etc. focalizaremos
toda nuestra tensión en ese acto, por el que vamos a
sentirnos muy estresados, ya que magnificamos la
importancia negativa de dichos sentimientos. Por ese
motivo, simultáneamente intentaremos neutralizarlos.
¿Cómo? Procurando poner fin a la tensión que estábamos
experimentando en ese momento, evitando o
procrastinando.

Dejar de procrastinar con la Regla de 2 minutos


Existen bastantes formas y sistemas que nos pueden
ayudar a dejar de procrastinar, pero de todas ellas he
seleccionado la Regla de 2 minutos, de james Clear.

1. Si toma menos de dos minutos, entonces hazlo


ahora: Esta parte surge del libro bestseller de David Allen
“Getting Things Done”. Es sorprendente cuántas cosas
que postergamos podríamos hacerlas en dos minutos o
menos. Por ejemplo, lavar los platos después de comer,
meter la ropa en la lavadora, sacar la basura, quitar la
basura del escritorio, enviar un email, entre otras. Si una
tarea requiere de menos de dos minutos, entonces sigue
la regla y hazlo ahora mismo.

2. Cuando inicies un nuevo hábito, éste debe tomar


menos de dos minutos en hacerse:¿Todas nuestras
metas pueden alcanzarse en menos de dos minuto?
Claramente no. Pero todas las metas pueden iniciar en
dos minutos o menos. Y ése es el propósito detrás de esta
regla. Podríamos pensar que esta estrategia es
demasiado básica como para lograr nuestras metas de
vida, pero no. Funciona para cualquier objetivo por una
simple razón: la física de la vida real.

La física de la vida real

Isaac Newton nos enseñó hace tiempo, los objetos en


descanso tienden a mantenerse en descanso; y los
objetos en movimiento tienden a mantenerse en
movimiento. Esto es igualmente verdadero para los
humanos como lo es para las manzanas que caen.

Beneficios de la regla de los 2 minutos

 La ‘Regla de 2 minutos’ funciona para las grandes


metas al igual que para las pequeñas debido a la
inercia de la vida. Una vez que empezamos a hacer
algo, es más fácil continuar haciéndolo.
 la ‘Regla de 2 minutos’ porque adoptamos la idea de
que todas las cosas buenas ocurren una vez que las
iniciamos.

¿Quieres convertirte en un mejor escritor? Sólo escribe


un párrafo (la ‘Regla de 2 minutos’), y seguido te
encontrarás escribiendo por más de una hora.

¿Quieres comer más saludable? Sólo come un pedazo de


fruta (la ‘Regla de 2 minutos’), y seguido te encontrarás
inspirado a comer una ensalada sana.

¿Quieres crearte el hábito de la lectura? Sólo lee la


primera página de un nuevo libro (la ‘Regla de 2 minutos’)
y antes de que te des cuenta habrás leído los primeros
tres capítulos.

¿Quieres correr tres veces a la semana? Todos los lunes,


miércoles y viernes ponte tus tenis para correr y sal (la
‘Regla de 2 minutos’) y pronto terminarás fortaleciendo
tus piernas en lugar de introducir frituras a tu estómago.

La parte más importante de un nuevo hábito es iniciar –no


sólo la primera vez, sino cada vez. No se trata del
desempeño; sino de consistentemente tomar acción. De
muchas maneras, iniciar es más importante que triunfar.
Esto es especialmente cierto en el comienzo porque
habrá mucho tiempo para mejorar tu desempeño en el
futuro.

La ‘Regla de 2 minutos’ no se trata de los resultados que


quieres alcanzar, sino del proceso de realmente hacer el
trabajo. Esto funciona mejor en las personas que creen
que el sistema es más importante que el objetivo. El
enfoque está en actuar y en dejar que las cosas fluyan a
partir de ello.

20 Estrategias Para Dejar de Procrastinar

“Aplazar una cosa fácil hace que sea difícil. Aplazar una
cosa difícil la hace imposible.” ~ George Claude Lorimer

Cómo Procrastinar Productivamente

Procrastinar es un comportamiento cuyas


consecuencias pueden ser significativamente negativas.
Sin embargo, parece ser que hay maneras y trucos para
transformar este comportamiento en una actividad
productiva. Al menos, eso es lo que dicen ciertas teorías
que hablan de procrastinación positiva.

Procrastinar significa aplazar cosas que tienes que


hacer, a sabiendas de que son importantes y de que no
hacerlas va a resultar perjudicial para ti.

Aunque no deje de ser algo irracional, hay una tendencia


social a prestar más atención a aquello que es actual y
vigente, y esto nos empuja a posponer indefinidamente
tareas importantes cuya recompensa o beneficio tendrá
lugar en un tiempo futuro demasiado lejano. Además,
los grandes proyectos representan grandes problemas,
que nos asustan y aplazamos constante e
inconscientemente.

Cuando procrastinas una tarea, puede ser a cambio de


otra tarea (más o menos importante) o a cambio de no
hacer nada. Veamos como puedes conseguir que sea
una procrastinación productiva en todos los casos.

No hacer nada

Los descansos son necesarios para rendir


convenientemente. Si, en un momento dado, tu energía o
tu estado de ánimo están muy lejos de ser óptimos, dejar
de trabajar es una buena opción. Quizás no sea el
momento de empezar un proyecto porque haya aspectos
clave que no estén suficientemente definidos. A veces,
simplemente es mejor esperar.

Saber gestionar el estrés es importante para tu


productividad y para tu felicidad, así que no te sientas mal
si necesitas parar un rato para meditar y recuperar tu
nivel de atención.

Por otra parte, ¿has oído hablar de la pereza productiva?

Hacer una tarea más importante

Es el momento de hacer recados, cosas de casa,


pequeñas rutinas de cada día… Pero no te apetece
porque estás enfrascado en algo más importante con lo
que estás disfrutando. No te sientas mal por ello. Los
grandes proyectos se llevan a cabo a costa de dejar
muchas cosas sin hacer, normalmente cosas sin
demasiada importancia.

Si estás en un momento de inspiración, en uno de esos


momentos absolutamente creativos que solo duran poco
tiempo pero te permiten avanzar enormemente un
proyecto, no lo dejes escapar solo porque deberías
contestar unos emails o ir a comprar algunas cosas.

Hacer una tarea menos importante


Esta es la procrastinación más habitual. Sabes cuál es tu
tarea más importante, la número uno de tu lista, pero
tienes la imperiosa necesidad de hacer cualquier otra
cosa antes que eso. Así que eliges una o varias tareas
más fáciles, aunque menos importantes, para no hacer lo
que no quieres hacer.

Para las personas muy perfeccionistas, procrastinar


puede ser incluso productivo. Al no empezar un trabajo
hasta el último momento, no pueden dedicarle todo el
tiempo del mundo a obtener el resultado perfecto. Se
tienen que conformar con un resultado “suficientemente
bueno”. Y antes de empezar han podido hacer otras
muchas cosas que probablemente no habrían hecho si
hubieran empezado por la tarea más importante.

Los procrastinadores naturales son en realidad grandes


trabajadores. Son capaces de realizar una gran cantidad
de trabajo, siempre que no sea el que se supone que
deberían estar haciendo en este momento.

John Perry, filósofo de Stanford, se dio cuenta de que era


un procrastinador natural y decidió engañarse a sí mismo
sobre la importancia de sus tareas. Esta estrategia, que
llamó Procrastinación Estructurada, tiene en cuenta que
los procrastinadores siempre tienden a evitar las tareas
más importantes y urgentes de su lista, en favor de otras
más sencillas. Consiste simplemente en situar en lo alto
de la lista algunas acciones que parecen importantes,
pero que en realidad no lo son. De esta manera,
inconscientemente te enfocas en otra tarea menos
importante—en el proyecto que realmente deberías estar
haciendo.
Aunque, como explicaba la semana pasada, la
procrastinación se puede enfocar de una manera
positiva, lo cierto es que, en general, procrastinar es un
enemigo de tu productividad y te impide aprovechar todo
tu potencial.

He recopilado esta lista—sin orden ni concierto—de


múltiples estrategias, algunas sencillas y otras no tanto,
que combinadas o de forma independiente, pueden
ayudarte a reducir bastante tu nivel de procrastinación:

1. Utiliza la Regla de los Dos Minutos. La Regla de los


Dos Minutos tiene su origen en GTD y dice que si
estás planificando una acción que se puede hacer en
menos de dos minutos, no la planifiques; hazla.
Puedes extender ese tiempo a 5 ó 10 minutos. Si
haces de esta regla un hábito, habrá una multitud de
tareas que no vas a tener la oportunidad de
posponer.
2. Da un pequeño primer paso. Si temes a una tarea por
el motivo que sea, plantéate trabajar solo 5 minutos
y dejarlo. Cuando empiezas a trabajar el miedo se
desvanece y coges inercia para continuar y terminar
el trabajo. Al dar el primer paso vences esa
resistencia y empiezas a ver de otra manera cosas
que antes te parecían imposibles. Deja de pensar y
hazlo.
3. Las rutinas ayudan. Si conviertes la tareas
repetitivas y aburridas en rutinas, terminarás
haciéndolas sin apenas esfuerzo. Las rutinas son
hábitos o costumbres que haces de forma casi
inconsciente y simplifican tu vida.
4. Toma decisiones. Muchas veces vas aplazando una
tarea inconscientemente, simplemente porque no te
paras a pensar en ella. Dedica un par de minutos
para aclarar qué significa realmente esa tarea
y toma una decisión al respecto. Puede que decidas
demorarla de una manera racional, en cuyo caso no
estás procrastinando y no te sentirás mal por ello.
5. Haz un seguimiento de tu tiempo. Anota en algún sitio
qué tareas realizas cada día y cuanto tiempo has
dedicado a cada una. Al anotar tu tiempo creas un
compromiso interno que te hace ser más
responsable con respecto a cómo lo utilizas.
6. Aprende a decir no. Apuesto a que muchas de las
tareas que pospones son compromisos que te has
buscado por no saber decir que no.
7. No tengas miedo a abandonar. Puede que no sea el
momento de hacer algo. A veces creemos que
tenemos que hacer algo simplemente porque lo
hemos empezado. Si el tiempo hace que ese
proyecto ya no tenga tanto sentido o no sea lo
suficientemente importante, simplemente déjalo y
haz otras cosas. Esperar no significa procrastinar.
8. Gestiona tu energía, no tu tiempo. Es importante que
trabajes en tus mejores momentos. Si estás agotado
o de mal humor, tus probabilidades de procrastinar
aumentan considerablemente. Para tener una mejor
actitud, descansa lo suficiente, controla tu nutrición
y haz ejercicio.
9. Utiliza la estrategia de Seinfeld. Jerry Seinfeld, actor
y cómico, utiliza esa estrategia para no dejar de
escribir chistes cada día. Si tienes que hacer una
tarea todos los días, coge un calendario y marca con
una X cada día que lo haces. El objetivo es no romper
la cadena de equis en el calendario.
10. Divide el trabajo en tareas pequeñas y
concretas. Un proyecto grande y complejo puede
resultar abrumador. Al dividirlo en pequeñas tareas
consigues ver claro el camino y la resistencia a
enfrentarte a él disminuye.
11. Establece una recompensa para cuando
termines esa tarea que se resiste. Motívate
pensando en lo que harás después de hacerla—algo
que realmente te apetezca, te relaje y no suponga
ningún esfuerzo. Define tus propios incentivos.
12. Haz que sea divertido. Si se trata de una tarea
aburrida, busca maneras de hacerla divertida.
Juegos, estrategia Seinfield, técnica Pomodoro,
recompensas en cada avance, etc.
13. Hazlo público. Si se trata de un reto importante,
hazlo público. Habla de ello con tu familia y con tus
amigos, públicalo en tus redes sociales, en tu blog…
Te sentirás responsable y comprometido, y te
costará aplazar el trabajo.
14. Utiliza las palabras adecuadas. Expresa las
acciones de forma clara, concisa y motivadora. Las
palabras importan cuando te enfrentas a una nueva
tarea.
15. Utiliza una lista de tareas corta. Un lista larga
puede arruinar tu sensación de control y convertirse
en una fuente de estrés y frustración. Cuanto más
corta sea tu lista de próximas acciones, más fácil te
resultará estar focalizado en lo que de verdad tienes
que hacer.
16. Utiliza herramientas que te gusten. No quieras
hacerlo todo con una hoja de papel y un lápiz. Utilizar
cosas atractivas puede ayudarte a empezar con más
ganas una determinada tarea.
17. Revisa regularmente tus objetivos. Si una tarea
es complicada, incierta o aburrida, pero es
importante para lograr un objetivo, tener siempre
presente esa meta debería ayudarte a no
procrastinar.
18. Trabaja tus hábitos. Si te conoces a ti mismo y
averiguas por qué aplazas constantemente cierto
tipo de tareas, podrás cambiar tus hábitos y
encaminarlos hacia una menor procrastinación y
una mayor productividad.
19. Evita las distracciones. Cuantas más
tentaciones tengas para hacer otra cosa en vez de lo
que tienes que hacer, más fácil será procrastinar.
Mantén el móvil, las notificaciones y el acceso a
internet desconectados cuando te dispongas a
afrontar tareas complicadas.
20. ¿Tienes un sistema? Si tienes un sistema de
productividad personal como GTD, será más fácil
que tengas claro qué tienes que hacer y por qué no
debes aplazarlo.

¿Se te ocurren más ideas? Si hay algo más que te ayude


a no procrastinar, déjanos un comentario.

La Guía Definitiva de GTD

Este artículo pretende ser una introducción breve pero


completa a la metodología de productividad personal
GTD (Getting Things Done).

Contiene los 27 puntos más relevantes de la metodología


y 39 enlaces a artículos que profundizan en los aspectos
que me parecen más importantes.
¿Por qué?

1. Hoy en día, para la mayoría de nosotros, no hay unos


límites claros entre los proyectos que tenemos que llevar
a cabo. Tenemos una cantidad cada vez mayor
de compromisos internos y externos, y
necesitamos nuevos métodos, tecnologías y hábitos de
trabajo para tratar con todos ellos de una manera
eficiente.

¿Cómo?

2. Para gestionar tus compromisos, tienes que:


(1) capturar todo aquello que consideres inacabado en un
sistema lógico y de confianza, fuera de tu cabeza,
(2) clarificar qué significa cada compromiso y decidir qué
debes hacer para progresar en su consecución, y (3)
guardar recordatorios de ellos, de manera organizada,
en un sistema que revises regularmente.

3. “Si tu mente está vacía, está siempre preparada para


lo que sea; está abierta a todo” — Shunryu Suzuki.
4. El flujo de trabajo básico consiste
en (1) recopilar cosas que llaman tu
atención, (2) procesar qué significan y qué quieres hacer
con ellas, (3) organizar los resultados
que (4) revisarás para elegir qué (5)hacer.

Proyectos

5. Un proyecto es cualquier resultado que necesite más


de una acción para su consecución. En realidad, tú no
puedes hacer proyectos, sólo puedes hacer acciones
relacionadas con ellos.
6. La Planificación Natural de Proyectos es una forma
productiva de pensar en aquellos proyectos que
requieren cierta elaboración. Crea el máximo valor con el
mínimo esfuerzo y gasto de tiempo, y consiste en (1)
definir el propósito—¿por qué?—y los principios—
valores—del proyecto, (2) visualizar el resultado
deseado—¿qué?—, (3) hacer una tormenta de ideas—
¿cómo?—, (4) organizarlas e (5) identificar las próximas
acciones.

Recopilar

7. Sólo te puedes sentir bien sobre lo que no estás


haciendo cuando sabes qué es lo que no está haciendo.

8. Para que tu mente pueda trabajar libremente, debes


saber que has capturado todo aquello que pueda
representar algo que tienes que hacer, y que en algún
momento cercano procesarás y revisarás todo lo
capturado.

9. Debes recopilar todo lo que consideras incompleto en


tu universo, personal o profesional, grande o pequeño,
urgente o no.

10. Para que la fase de recopilación funcione, debes


capturar el 100% de las cosas incompletas, utilizar la
mínima cantidad de bandejas de entrada posible y
vaciarlas con regularidad.

Procesar

11. Cuando dejas entrar algo en tu vida o en tu trabajo, lo


conviertes en un compromiso con el que debes
tratar. Procesar es el acto de definir y aclarar, una por
una, todas las cosas que hay en tu bandeja de entrada,
hasta vaciarla.

12. Si una cosa no necesita ninguna acción, puedes


(1) tirarla a la Papelera, si no vale para nada,
(2) incubarla en la lista Algún día/Tal vez o en el Archivo
de Seguimiento, si crees que podría ser necesario hacer
algo en el futuro o (3) guardarla como Material de
Referencia, si se trata de información potencialmente
útil.

13. Si una cosa requiere hacer algo, debes definir cuál


deber ser exactamente la próxima acción y (1) hacerla ya,
si la acción te llevará menos de dos minutos,
(2) delegarla, si no eres la persona adecuada para
hacerla o (3) diferirla, para hacerla en el momento
adecuado.

14. Si hace falta más de una acción para obtener el


resultado deseado, debes añadir ese resultado a
una Lista de Proyectos, que te recordará que quedan
cosas pendientes por hacer.

Organizar

15. Para organizar las cosas que son accionables,


necesitas una Lista de Proyectos, un lugar donde
almacenar el material de apoyo para esos proyectos,
una Agenda, una lista de recordatorios de Acciones
Siguientes y una lista de recordatorios de cosas que
tienes En Espera (acciones delegadas).

16. Cuando difieres una acción, debes colocarla o bien en


tu Agenda, si debe ocurrir en un día o momento concreto,
o bien en tu lista de Acciones Siguientes, si debe hacerse
cuanto antes.
17. La mejor manera de organizar las Acciones
Siguientes es asignándoles el contexto en el que se deben
de hacer (en el trabajo, en casa, con un ordenador, con
internet, etc.), de modo que puedas saber siempre qué
acciones puedes hacer bajo un determinado contexto.

18. La Agenda es territorio sagrado. Si escribes algo ahí,


es porque tiene que hacerse en la fecha indicada.

19. Para organizar las cosas que no son accionables,


necesitas la Papelera, una lista de Algún Día/Tal vez,
un Archivo de Seguimiento y una lista de Material de
Referencia. Para gestionar bien estas listas, es
recomendable dividirlas en categorías, ya que tienen
tendencia a crecer a lo largo de tiempo.

20. El Archivo de Seguimiento es una manera elegante de


gestionar acciones “suspendidas” o “futuras”, sobre las
que quieres actuar en una fecha determinada, en el
futuro.

Revisar

21. El sistema no puede ser estático. Si quieres ser capaz


de seleccionar correctamente tus acciones, tienes que
mantener el sistema al día. Necesitas revisar la imagen
completa de tu vida y tu trabajo en intervalos regulares y
a los niveles adecuados.

22. Cada día, necesitarás revisar tu Agenda y tu lista


de Siguientes Acciones organizada por contextos.

23. Cada semana, debes revisar el resto de listas


para mantener tu sistema limpio, claro, completo y
actualizado. El propósito de la Revisión Semanal es que
tu mente quede vacía de nuevo.
24. Cada cierto tiempo deberías hacer revisiones
panorámicas: aclarar tus objetivos a largo plazo, y las
visiones y principios que, en definitiva, determinan la
manera en que tomas tus decisiones.

Hacer

25. El propósito de toda esta gestión y flujo de trabajo


es facilitar la decisión de qué debes estar haciendo en
cualquier momento.

26. Para decidir tu siguiente acción, (1) filtras las


acciones que puedes hacer en el contexto en que te
encuentras, (2) tienes en cuenta el tiempo que requiere
cada acción y el que tú tienes disponible, (3) tienes en
cuenta la energía que requiere cada acción y la que tú
tienes actualmente y (4) confías en tu intuición para elegir
la acción que, bajo tu contexto, tu tiempo disponible y tu
energía, te producirá un mayor beneficio.

27. Tus prioridades vienen definidas por una jerarquía


de niveles de perspectiva, de arriba abajo: (1)
tu propósito en la vida, (2) la visión de tu futuro, (3)
los objetivos de medio alcance, (4) tus áreas de
responsabilidad, (5) tus proyectos actuales y (6)
las acciones que tienes que hacer cada día.

¿Y ahora qué?

Aquí tienes una selección de artículos que te ayudarán a


entender mejor GTD y su filosofía:

 Los fundamentos científicos de GTD


 GTD: Se trata de manejar listas
 Productividad sin estrés
 10 Beneficios de GTD
 Cómo encontrar tu propósito de vida
 8 Consejos para Implementar GTD
 10 razones por las que GTD no te funcionará
 La Revisión Semanal, a fondo

También puedes leer el libro Organízate con Eficacia, de


David Allen, que dio pie a la metodología de productividad
personal GTD.

Para disfrutar de los beneficios de GTD no necesitas


tener toda esta información en la cabeza, ni preocuparte
de cada detalle. Puedes probar gratuitamente nuestra
aplicación GTD, en la que todo este flujo de trabajo se
incorpora de una manera natural.

PROCRASTINAR – QUE ES, COMO DEJAR DE y Todo lo


que Necesitas Saber para no Posponer lo que Sabes que
tienes que Hacer

Procrastinar es uno de los problemas más comunes en el


día a día de un emprendedor. Proviene del
latín procrastinare y por tanto, diremos que “pro” es
adelante, y “crastinus” hace referencia al futuro. Se
puede entender como, dejar para el futuro aquello que
sabes que tienes que hacer en el presente.
Si a ti también te pasa eso de que vas procrastinando las
tareas que sabes que son importantes, sigue leyendo
porque te vas a sorprender con lo que te
tenemos preparado hoy

1. Que Es Procrastinar: un fenómeno que se extiende

Más allá de saber ¿Que Es Procrastinar? Es importante


que sepas que existen dos niveles de procrastinación, el
eventual y el crónico.

El primero, tal y como lo dice su propio nombre no ocurre


de manera habitual sino en alguna que otra ocasión,
mientras que en el nivel crónico la evasión se hace de
manera constante no sólo para un evento sino para
muchas situaciones en la vida.

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos


pospuesto tareas cruciales para alcanzar una meta,
sustituyéndola por una actividad que nos haga sentir
bien, olvidando por un momento lo que realmente
debemos hacer. Pero no todos desarrollamos un
trastorno crónico, sin embargo el número de personas
que tienden cada vez más a procrastinar continúa
aumentando en estos tiempos.

Se han hecho estudios que han arrojado entre sus datos


que la mayoría de los procrastinadores son jóvenes hasta
los 30 años de edad, quienes tienden a administrar su
tiempo pésimamente o que sobreestiman la cantidad de
tiempo con el que cuentan para realizar determinada
tarea. Esto realmente se trata de un autoengaño que les
hace sentir un falso control de la situación, pero que en
realidad sólo es parte de un intento de evadir esa o esas
tareas cruciales.

El término Procrastinar se refiere a la acción de


postergar o posponer situaciones o actividades que son
ineludibles, atendiendo en su lugar otras de menos
relevancia e incluso que son agradables. Por tanto, si
eres de las personas que suele aplazar el cumplimiento
de tareas u obligaciones, es muy posible que ese acto de
procrastinar se haya convertido ya en un trastorno de
comportamiento.

Las personas que postergan con frecuencia ciertas


obligaciones, tienden a reemplazar dichas obligaciones o
actividades por algo más placentero y de menor
importancia, como por ejemplo, dejar de redactar el
informe de gestión para la reunión con un cliente
importante para navegar por internet y jugar un juego en
línea, e incluso hacer otra tarea de menor prioridad.

2. El miedo al fracaso puede ser causante de


procrastinación

Existen diversas razones que pueden llevarte a


convertirte en procrastinador, o en otras palabras, que te
hagan incurrir constantemente en la postergación de
acciones importantes. Una de ellas y, en parte una de las
más comunes, es el miedo al fracaso.

Y es que cuando a los seres humanos nos invade el temor


a fracasar, bien sea en un proyecto, una presentación e
incluso en acciones tan cotidianas como hablar con una
persona de autoridad o del sexo
opuesto, inconscientemente tratamos de evitar por todos
los medios de que llegue el momento crucial en el que
estaremos completamente vulnerables ante la
posibilidad del fracaso.

Si eres una persona muy perfeccionista, eso puede ser


una señal de temor a no alcanzar la meta, a que no sea
aceptada tu propuesta o a que todo por lo que has
trabajado no resulte. Entonces, ves cada vez más detalles
que mejorar en la propuesta, por lo que evitas asistir a la
reunión pautada y en la cual la presentarías ante los
posibles socios financieros, dejas de atender sus
llamadas con excusas, todo para darte tiempo y evitar
enfrentar un posible fracaso.

Esto no sólo sucede en el campo laboral, en el personal


es muy frecuente, por ejemplo personas que evitan tener
una conversación importante con su pareja por temor a
que desencadene un rompimiento. Incluso los niños
cuando dejan de hacer la tarea para ver la tele, lo que
están haciendo es Procastinarya que para ellos la tarea
es algo estresante, incómodo y hasta molesto.

3. Procrastinación y Dilación: El Arte de Posponer

¿Alguna vez te has sentado para hacer algo importante


delante de tu ordenador y de repente te has dado cuenta
que estabas fregando los platos, tirando la basura,
doblando la ropa que tenías encima de la cama o
contestando un mensaje de Whatsapp? O tal vez de
repente te has dado cuenta de que tenías que llamar al
médico, que tenias que mandar un correo urgente, que tu
estantería estába llena de polvo o que tienes que comer
ya porque se te hace tarde.
Lo siguiente que sabes, es que llega el final del día y tu
importante tarea sigue sin terminar.

Para muchas personas, la dilación es una fuerza fuerte y


misteriosa que les impide completar las tareas más
urgentes e importantes en sus vidas con la misma fuerza
que cuando tratan de atraer dos polos positivos de un
imán. También es una fuerza potencialmente peligrosa,
que causa que las víctimas:

 fracasen en la escuela.
 tengan un desempeño pobre en el trabajo.
 pospongan el tratamiento médico.
 retrasen el ahorro para su jubilación.

Pero las razones reales por las que las personas


posponen no se entienden bien. Algunos investigadores
han visto la dilación en gran medida como un fracaso de
la autorregulación – como otros comportamientos
negativos que tienen que ver con la falta de autocontrol,
como comer en exceso, un problema de ludopatía o
aquellas personas que compran compulsivamente. Otros
dicen que no es una cuestión de ser perezoso o
mala gestión del tiempo, como muchos inteligentes
“overachievers” piensan. Dicen que en realidad puede
estar vinculado a cómo funciona nuestro cerebro y a
las percepciones más profundas del tiempo y el yo.

4. Los orígenes reales de la procrastinación o dilación

La mayoría de los psicólogos ven la dilación como una


especie de conducta de evasión, un mecanismo de
supervivencia fallido en el que la gente “se deja sentirse
bien”, dice Timothy Pychyl, un profesor que estudia
la postergación en la Universidad Carleton, en Ottawa.
Por lo general sucede cuando la gente teme o tiene
ansiedad acerca de la importante tarea que les espera.
Para deshacerse de este sentimiento negativo, la gente
procrastina – abren un videojuego, entran a las redes
sociales o hacen una llamada “importante” (según ellos).
Eso los hace sentir mejor temporalmente, pero
lamentablemente, la realidad vuelve a hacer su presencia
y vuelven a sentirse mal al final.

4.1. El Círculo Vicioso de la Procrastinación

Es como un círculo, al que podemos llamar “el círculo


vicioso de la procrastinación“.

La realidad es cruel y la fecha fin del proyecto se acerca.


Una vez que la realidad de un plazo se establece de
nuevo, los procrastinadores (suena a película de miedo
jejeje) se sienten avergonzados y culpables. Pero para
un procrastinador extremo, esos sentimientos negativos
pueden ser otra razón más para dejar de hacer la tarea
importante. Este comportamiento se convierte en
un círculo vicioso autodestructivo.

4.2. El Cerebro de un Procrastinador

Tim Urban, que dirige el blog “Wait But Why”, creó hace
unos años una divertida viñéta cómica explicando lo que
puede suceder en el interior del cerebro de
un Procrastinador. Urban se llama a sí mismo
un procrastinador maestro – no comenzó a escribir una
tesis de 90 páginas hasta 72 horas antes de que fuera
debido. Urban recientemente dio una charla TED sobre
sus propias tendencias de dilación extremas, en las que
utiliza algunos de sus propios dibujos animados para
explicar cómo la vida es diferente para un Postergador
Extremo.
Lo primero que cuenta es el cerebro de un “No
Procrastinador”. En el dibujo podemos ver que esa
persona toma decisiones de manera racional � De hecho
si te fijas en el texto puedes leer:

 “Yo hago cosas que tienen sentido. Que importan. Yo


pienso en el largo plazo. No soy un niño”
El Cerebro de un Procrastinador es muy parecido, salvo
por el hecho de que ahora aparece en escena lo que
conocemos como el “Mono de Gratificación Instantánea”.
O lo que conoceríamos en español como el “mono
porculero” �

De hecho, esa persona procrastinadora puede pensar


exactamente igual que la anterior:

 “Yo tengo el mismo propósito que la persona de la


imagen anterior. ¡Somos iguales!”
Pero vamos a ver que no es así �

Al principio podemos pensar que el “mono” fuese incluso


divertido, pero pronto veremos que no es así. Que esa
aparente diversión, se traducirá en un montón de
problemas a medio y largo plazo.

 “Es el mejor momento para hacer algo de trabajo”


 Mono: “NO” �
¡Puto mono! parece que no está muy por la labor de dejar
hacer algo de trabajo productivo a la persona en
cuestión.

 Mono: “Vamos a ver uno de esos vídeo en Youtube


donde aparecen criaturas del mar profundo y luego
nos ponemos a ver más vídeos hasta acabar viendo
una entrevista a la madre de Justin Bieber! vamos!
vamos!”
 Mono: “Después vamos a organizar nuestra lista de
tareas por hacer, vamos a ver algunos artículos en
Amazon, y vamos a dividir nuestros álbumes de fotos
en albumens más pequeños, para que estén más
organizados :)”

 Mono: “Buff, ya son las 2:00 y tenemos una reunión a


las 4:30, así que ya… no nos vamos a poner a hacer
nada no? ya no da tiempo de hacer nada
importante!!”

Como ves, el “puto mono” ha tomado el control de la


situación � ¿te ha pasado eso alguna que otra vez verdad?
¡a todos nos ha pasado! jejeje

Y ¿qué ocurre después? Pues que la situación continúa


hasta que “la cosa” se pone realmente mal. Y es en ese
momento cuando el “monstruo del pánico entra en
acción” y te impulsa a la acción, a hacer algo con el mono
y dedicar tu tiempo a lo importante:
Jejeje, el monstruo viene y el mono y la persona se
acojonan jejeje
El mono se va y ¿qué ocurre ahora? Pues que nos
sentimos mal por lo que ha ocurrido, pero nada cambia.

Y es que las personas pueden ser varios tipos de


procrastinadores. Lo más normal es procrastinar
haciendo cosas inútiles, como por ejemplo, poniéndote a
ver videos de gatitos o bebés en Facebook. Hay otras
personas que aún procrastinando, logran hacer ciertas
cosas, como por ejemplo, limpiar sus casas, seguir
trabajando en sus trabajos aburridos, pero realmente,
nunca llegan a hacer lo que de verdad quieren con su
vida. No se ponen en serio con sus grandes metas a largo
plazo.

Así que llegados a este punto, lo interesante es


saber cómo identificar a un procrastinador.

5. Cómo identificar a un Procrastinador

¿Sientes que dejas todo para el último momento? ¿Te


distraes cuando trabajas en algo importante para hacer
algo más trivial?

Hoy te vamos a hablar de lo que te pasa: eres un


procrastinador �

Te vamos a enseñar un par de matrices que te ayudarán


en el proceso de identificación. La primera de ellas es la
que se conoce como la Matriz de Eisenhower, un gráfico
que fue incluido en “Los siete hábitos de la gente
altamente efectiva.” Es el nombre de Dwight D.
Eisenhower, el padre de la famosa matriz. Eisenhower
pensó que la gente debería dedicar su tiempo a lo que era
realmente importante para ellos: las tareas en los
Cuadrantes 1 y 2.

5.1. La Matriz de Eisenhower


Desafortunadamente, la mayoría de
los procrastinadores pasan poco tiempo en esos
cuadrantes. En su lugar, se concentran en los cuadrantes
3 y 4, haciendo cosas que pueden ser urgentes, pero no
son importantes. De vez en cuando, cuando el monstruo
del pánico toma el control, toman un desvío muy breve al
cuadrante 1.

5.2. La Matriz del Procrastinador


Este hábito es desastroso porque “el camino hacia los
sueños del procrastinador – el camino para expandir sus
horizontes, explorando su verdadero potencial y
consiguiendo un trabajo del que realmente sentirse
orgulloso- ocurre directamente a través del Cuadrante 2.
Q1 y Q3 pueden ser donde la gente sobrevive, pero Q2 es
donde las personas prosperan, crecen y florecen. ”

Pychyl discute la idea de la “mente de mono” – que


nuestros pensamientos están constantemente dando
vueltas por todo el lugar, impidiéndonos concentrarnos.
Y los psicólogos coinciden en que el problema con los
procrastinadores es que están tentados a ceder a la
gratificación instantánea, lo que trae a las personas el
tipo de alivio instantáneo que los psicólogos llaman
“placer hedónico“, en lugar de concentrarse en el
objetivo a largo plazo.

Los objetivos importantes (del tipo que ocupan el primer


y el segundo cuadrantes) son más difíciles pero a la larga
traen sentimientos más prolongados de bienestar y auto-
satisfacción que los psicólogos llaman “placer
eudaimónico“.

Además, en tu día a día, seguro que te encuentras con


multitud de ejemplos que te servirán, para saber cuando
estas actuando como un procrastinador y por supuesto,
para detectar a uno de ellos.
Y seguro que tendrás que mantener conversaciones con
ellos jeje Así que mejor que sepas ordenar los tipos de
procrastinador en función de:

 El Grado de dificultad de sus tareas


 Por enfrentarse a tareas tediosas o aburridas
 Cuando trabaja desde casa ¡OJO!
 Por temor al fracaso

Y uno de los mejores vídeos para que sepas identificar la


procrastinación y por qué la hacemos:

6. Las Principales Causas de la Procrastinación

Poca gente sabe lo que significa esta palabra pero casi


todos lo hacemos.
Procrastinar es el hábito de retrasar actividades o
situaciones que sabes que tienes que hacer,
sustituyéndolas por otras más irrelevantes o agradables.

 Ese informe que tienes que presentar en el trabajo y


no sabes por donde empezar…
 Papeleos bancarios que tienes que hacer pero te da
pereza ponerte…
 Esa llamada que llevas dejando al “ya llamaré
luego”…

No conviertas procrastinar en un hábito, si lo haces, tus


tareas se alargan indefinidamente y acabas agobiado y
estresado.

A la hora de procrastinar, hay varias causas detrás de


esta conducta de retrasar indefinidamente tareas y
proyectos:

1. Si eres excesivamente perfeccionista puede que no


empieces la tarea por miedo a no acabarla con la
perfección que te gustaría.
2. Tareas complejas y poco definidas. No sabes por
donde empezar.
3. O simplemente pereza, no te gusta esa tarea y
prefieres otras como mirar Facebook o ver videos en
Youtube.

7. Cómo evitar la Procrastinación para Dejar de


Procrastinar

¿Qué puedes hacer para vencer la procrastinación? El


primer consejo para dejar de procrastinar:

 Planifica tu día la noche de antes


La planificación es la clave si quieres ser un
Emprendedor de éxito. Sea cual sea tu proyecto
necesitas planificar las siguientes tareas. Coge una hoja
en blanco y anota qué tarea vas a hacer al día siguiente.

Si logras convertir esto en un hábito, verás que avanzas y


eso te animará a dejar de procrastinar.

 Tareas de 50 minutos

Coge tu lista de tareas, elige una, y ponte con ella 50


minutos seguidos. Cuando pasen esos 50 minutos
descansa y continúa, o sigue con otra cosa. La principal
barrera es empezar.

 Divide y Vencerás

Coge una de las tareas complejas y pregúntate ¿qué es lo


primero que tengo que hacer para empezar con esto? …
¿y después? … ¿y después? Haciéndote este tipo de
preguntas conseguirás una lista de tareas sencillas que
podrás ir haciendo poco a poco para ir avanzando en el
resultado final.

8. Nuestra aportación a la Procrastinación �

Ahora no vale reirse! � Este vídeo lo hicimos hace ya más


de un año. En él hablamos de forma muy sencilla de lo que
es la procrastinación y cómo combatirla.

La procrastinación, también conocida como


postergación o posposición es aquello que hacemos, bien
sea una acción o un hábito, que consiste en retrasar
actividades o situaciones a las que debemos prestar
atención, que deben atenderse, pero sin embargo las
sustituimos por otras menos importantes, más
irrelevantes o agradables.
¿te ha molado el rap de la procrastinación? jejeje hace
unos meses nos llegó un email de un lector que nos dijo
que se lo había puesto como tono en el móvil �

 “¡Procra procra procrastina! ¡Tina tina tinación!


Owww Yeaaah!!

¡Es pegadizo! ¿a que sí? jejeje

9. Procrastinar puede poner en riesgo tu desempeño

Pensar que tienes suficiente tiempo para entregar una


tarea, culminar un proyecto o realizar una presentación,
y por esa percepción retrasar el momento de trabajar en
ello para hacer cosas menos importantes, es decir Que
Es Procrastinar lo que haces en realidad, puede poner en
riesgo tu desempeño y hacerte perder el
financiamiento que esperabas, ese ascenso que
buscabas, en fin termina alejándote de la meta anhelada.

Algunas veces te puedes confiar demasiado de tus


capacidades, lo que no quiere decir que no las tengas;
ésta confianza hace que te conviertas en un
procrastinador, y a pesar de que seas realmente capaz
de terminar a tiempo con la tarea y hacerlo de maravilla,
de seguro te habrá costado momentos de gran estrés por
tener que trabajar bajo mucha presión en menos tiempo
del estipulado.

Lograr el éxito, a pesar de tener el hábito de procrastinar,


no es garantía de que lo puedas alcanzar siempre, pues el
hecho de posponer actividades cruciales puede afectar
en gran medida el resultado final, bien sea porque
cometas un error por estar apurado o porque te faltó
tiempo para darle los toques finales. Así que si eres de los
que tienden a procrastinar, te recomendamos que trates
de deshacerte de este problema.

10. Tu éxito está en riesgo

Como habrás leído, existe un gran riesgo dentro de ti


mismo que puede hacer realidad la pesadilla del fracaso,
a ese factor interno de riesgo, Que Es
Procrastinar, debes ponerle freno y evitar que se
convierta en un problema crónico que pudiera necesitar
de atención psicológica.

Existen diversas formas de sacudirse esas ganas de


posponer las cosas importantes y desprenderse de la
procrastinación, pero de eso te vamos a comentar en un
próximo post, en el que te enseñaremos cómo dejar de
procrastinar. Ya verás que es posible lograrlo y avanzar
en el logro de tus metas sin más retrasos.

Ahora que sabes bien ¿Qué Es Procrastinar? Te


invitamos a no quedarte sólo con la información de lo que
pudiera estar ocasionando que no rinda tu tiempo, entra
en masymejor.com para conocer más sobre este y otros
temas para que puedas conseguir tus objetivos con
hábitos de alto rendimiento.

11. Conoce la estrategia más efectiva para no postergar


el éxito

Uno de los grandes enemigos de tu productividad y un


importante obstáculo en tu camino al éxito es la acción de
Procrastinar, o lo que se conoce como la popular frase:
dejar para después lo que puedes hacer hoy, pero te has
preguntado ¿ Como Dejar De Procrastinar ? Si lo has
hecho pero no has encontrado el método efectivo para
deshacerte del hábito de postergar tareas importantes
para sustituirlas por otras más placenteras y de menor
relevancia, entonces has llegado al post ideal para ti.

Recientemente te hablábamos sobre lo que es


procrastinar y lo mucho que eso puede afectar tu
rendimiento, en esta oportunidad te queremos dar las
herramientas necesarias para que, si te has dado cuenta
de que te has convertido en un procrastinador,
puedas abandonar ese hábito y eliminar lo que te impide
alcanzar el éxito en tus emprendimientos.

12. ¿Por qué debes evitar la procrastinación?

Volviendo a la reconocida frase pronunciada por


Benjamin Franklin, uno de los más grandes inventores de
la historia, “no dejes para mañana lo que puedes hacer
hoy”, los proyectos más exitosos se logran trabajando
arduamente y sin distracciones. Y como ya
sabes, procrastinar no es otra cosa que posponer
acciones cruciales para tu vida, tus emprendimientos
pueden no llegar a ser tan exitosos en el mejor tiempo e
incluso no llegar a culminarse a causa de la
procrastinación.

De allí la importancia de alejarse por completo de este


tipo de comportamientos que pueden mantenerte alejado
de tus metas por un largo tiempo, lo que te generará
frustraciones, aumento de los niveles de estrés y hasta
disminución de la confianza en ti mismo y en tus
proyectos.
Esto no quiere decir que no puedas tener tiempo para
relajarte y descansar, sino que no debes retrasar las
tareas importantes que tienes programadas. Por eso te
proponemos una estrategia para que veas Como Dejar De
Procrastinar es totalmente posible.

13. Olvídate de las excusas

Cuando procrastinas, estás retrasando voluntariamente


obligaciones cruciales para lograr el éxito de tus
proyectos, y como sabes que no deberías postergar
dichas obligaciones, entonces buscas dar excusas que
justifiquen el retraso. Estos pretextos puedes darlos a
otras personas que forman parte de tu equipo, a tus
socios, clientes, familia y hasta a ti mismo.

Entonces, dejar de poner excusas es el primer paso que


debes dar para dejar de procrastinar. Por lo general una
de las justificaciones que suele dar un procrastinador es
que prefiere el trabajo bajo presión, que su rendimiento
mejora si trabaja de esa manera, pero en realidad sólo
está dando una excusa; no se da cuenta de que la presión
y el estrés puede llevarlo a cometer fallas graves que
lleven el proyecto al fracaso. Por eso, es necesario que
entiendas que es posible trabajar muy bien sin sentirse
bajo presión extrema.

14. Da el primer paso

Si tienes miedo al fracaso y eso es lo que te hace


postergar ciertas tareas cruciales, después de darte
cuenta de que todo lo que dices o haces para no empezar
a realizar la tarea en el tiempo estipulado son excusas
para evadir tus obligaciones, decídete a dar un
paso. Empieza a poner en marcha la tarea, hazte a la idea
de que tomará unos minutos empezarla y ya cuando ya
estés manos a la obra te será más sencillo continuar sin
detenerte.

Una vez que estás ejecutando tu tarea y te encuentras


con un punto difícil que te hace querer detenerte y
postergar la continuación de la misma, respira profundo,
bebe un poco de agua y piensa que si ya has llegado hasta
allí puedes avanzar un poco más. Verás que terminas en
el tiempo planeado y hasta tendrás tiempo de revisar un
par de veces para no dejar detalles sueltos.

15. Establece un plan y plazos de culminación

Aun cuando tengas fecha de entrega, ponte plazos límites


para terminar tu tarea antes de la entrega, así tendrás
oportunidad de evaluar cada aspecto y hacer los cambios
necesarios para que tu proyecto sea todo un éxito.

Establece un horario que no sea flexible para ti


mismo y trabaja en esos horarios sin falta y sin poner
excusas para abandonar el trabajo dentro de ese período
de tiempo.

16. Di adiós a las distracciones

La tv, redes sociales (a menos que tu trabajo esté


relacionado con las redes sociales, en ese caso sólo
debes verlas como trabajo y no como distracción), juegos
de escritorio y notificaciones de dispositivos móviles, son
terribles para un procrastinador. En tu horario
establecido para llevar a cabo tu trabajo, cierra las
secciones de tus redes sociales, elimina los juegos de tu
ordenador y apaga tus dispositivos móviles o colócalos
en modo silencio.
17. Revisa tus objetivos con frecuencia

Cuando piensas en Como Dejar De Procrastinar, una de


las cosas que debes tener presente siempre son tus
objetivos y éstos te ayudará a avanzar más cada
día, piensa en lo que quieres lograr y lo que necesitas
para ello; recuerda siempre que cada tarea relacionada
con esos objetivos son las que te ayudarán a llegar a la
meta.

18. Acompaña una buena gestión de tiempo con una


excelente gestión de tu energía

Al establecer horarios para desarrollar las tareas


necesarias para alcanzar tus objetivos, ten en cuenta
que ese horario debe encontrarse dentro de tus
momentos de mayor productividad. Si estás cansado o de
mal humor, no avanzarás mucho y te sentirás frustrado
ante tareas que te parecen aburridas o complicadas. Es
importante que descanses las horas necesarias para que
tu cuerpo y tu mente estén despejados y trabajen mejor.

Definitivamente, decisiones Como Dejar De Procrastinar


son las que te ayudarán a llevar tu emprendimiento hacia
el éxito, lo que quiere decir que los buenos hábitos de alto
rendimiento siempre influirán de manera positiva a
alcanzar tus objetivos. Lleva tu emprendimiento hacia
buen rumbo siguiendo esta estrategia que te acabamos
de enseñar.
El trastorno por ensoñación excesiva o inadaptada

El trastorno por ensoñación excesiva define a un


síndrome peculiar. La persona que lo padece pasa gran
parte del tiempo inmersa en sus fantasías y
desconectada por completo de la realidad. A pesar de
que todos nosotros soñamos despiertos, hay quien lo
hace en exceso; tanto que queda recluido en un universo
aislado, donde descuida su alimentación, sus
responsabilidades y relaciones.

Cuando hablamos de síndromes, más de algún lector


puede activar la alarma al tener la sospecha de que
estamos empezando a ver comportamientos patológicos
en situaciones (en apariencia) normales. En este sentido,
aclaremos en primer lugar que toda conducta empezará
a ser analizada desde un punto de vista clínico en el
momento en que un determinado tipo de actos o
reacciones interfieran en la vida normal de la persona.

Cuando la persona hace uso de sus fantasías y sueños


durante horas como forma de aislarse de la realidad o
para huir de un conflicto emocional o un trauma interno
hasta el punto de descuidarse a sí mismo, estaríamos ya
ante un comportamiento psicopatológico.

Soñar despiertos por tanto no supone problema alguno:


siempre y cuando llevemos a cabo un día a día
plenamente funcional. El 95% de la población lo hace. Es
más, todos fantaseamos, y fantaseando ponemos en
marcha infinidad de áreas cerebrales que potencian
nuestra agilidad mental. Así, estructuras como la corteza
prefrontal, el sistema límbico o diversas áreas corticales
relacionadas con la información sensorial nos ayudan a
reflexionar sobre ciertas áreas de nuestra vida, alimentar
nuevos proyectos y mejorar nuestro estado anímico.

Son instantes puntuales en el día que actúan casi como


un “reseteo” mental, como un refugio momentáneo donde
hallar bienestar. Sin embargo, el auténtico problema
llega cuando preferimos estos rincones privados a la vida
real. De hecho, es importante saber que tras el trastorno
de ensoñación excesiva suelen haber otros trastornos
subyacentes y asociados, como diversos traumas,
trastornos obsesivo-compulsivos, conflictos
subyacentes…

Veamos todos los datos a continuación.

Trastorno por ensoñación excesiva o inadaptada:


características

El trastorno por ensoñación excesiva no aparece (aún) en


el Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos
Mentales (DSM-V). Se espera que aparezca en las
próximas ediciones a medida que surjan más
investigaciones y enfoques terapéuticos. Fue de hecho
en el 2002 cuando el médico psiquiatra Eliezer Somer, de
la Universidad de Haifa en Israel, habló de él para ponerle
nombre y describir la sintomatología asociada.
Sería la siguiente:

Estos pacientes son soñadores; soñadores capaces de


crear sus propios personajes para sumergirse en
historias complejas, detalladas y muy vívidas para ellos.

Esas fantasías interfieren en su vida real. Cualquier


estímulo cotidiano puede ser un disparador para crear
una nueva historia, una nueva narrativa interna en la que
sumergirse sin tener en cuenta qué están haciendo en
ese instante.

Descuidan responsabilidades, incluyendo alimentación e


higiene.

Tienen dificultades para dormir por la noche.

Cuando sueñan despiertos suelen realizar movimientos


repetitivos o estereotipados, incluyendo expresiones
faciales.

Suelen hablar o durante estas fantasías privadas,


murmurar en voz baja escenificando la propia
ensoñación.

Estas fantasías pueden durar horas pero cesarlas, tener


que volver a la realidad, les confiere una alta ansiedad,
similar a cualquier adicción.

Rostro de una persona borrado representando el


trastorno por ensoñación excesiva
¿Qué hay detrás del trastorno por ensoñación excesiva?

Tal y como hemos señalado, este trastorno todavía está


en fase de descripción y análisis. Sin embargo, son
muchos los psiquiatras y psicólogos que tratan a estos
pacientes a diario en sus consultas. Podemos ver también
cómo se publican artículos de forma frecuente para
actualizar datos y enfoques terapéuticos, por tanto, este
trastorno está cada vez más delimitado y la información
de la que disponemos está validada por la práctica
profesional.

Es importante señalar esto último por una razón


concreta. Algo que ha podido comprobarse es que el
trastorno por ensoñación excesiva casi nunca viene solo.
Tal y como hemos indicado al inicio suele acompañarse
por otros trastornos o problemas subyacentes. Serían los
siguientes.

Personas que han sufrido maltratos o que han


experimentado otro tipo de actos traumáticos en algún
momento de sus vidas.

Los pacientes con depresión también pueden mostrar


trastornos por ensoñación excesiva.

El trastorno obsesivo-compulsivo también está


relacionado.

El trastorno límite de personalidad o los trastornos


asociativos son otras realidades comunes.
Asimismo, también ha podido observase que las
personas con Trastorno del Espectro Autista también son
tendentes a este tipo de situaciones.

Tratamiento para el trastorno de ensoñación excesiva

Algo que tendrá en cuenta el profesional que deba


trabajar con un paciente con ensoñación excesiva es
saber precisamente la causa que puede subyacer a este
comportamiento. La estrategia terapéutica, por tanto, no
será la misma en una persona con depresión que en
alguien con conductas obsesivo-compulsivas. Ese es el
desafío y ese el punto de partida a partir del cual iniciar
un enfoque u otro.

Asimismo, es interesante saber que el psiquiatra Eliazer


Somer desarrolló una escala con la cual diagnosticar este
tipo de condición clínica. El “Maladaptive Daydreaming
Scale (MDS)” dispone de 14 escalas con las que poder
definir este trastorno, el cual ha servido hasta el momento
para diferenciarlo de otras condiciones como la
esquizofrenia o la psicosis.

Por otro lado, se ha demostrado una elevada eficacia en


el tratamiento de este trastorno mediante la técnica
psicoterapéutica EMDR (Desensibilización y
Reprocesamiento por los Movimientos Oculares). Se
trata de un interesante abordaje con el que resolver las
dificultades emocionales originadas por hechos
traumáticos. Fue creado en 1987, por Francine Shapiro.
“A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se
esconde en su propio aislamiento. A veces, la realidad es
solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que
abandonar la realidad”

-Patrick Rothfuss-

Asimismo, la psicología cognitiva-conductual también es


eficaz en este tipo de realidades psicológicas, ahí donde
el profesional tendrá los siguientes objetivos
terapéuticos:

Conectar a la persona con la realidad.

Fomentar actividades regladas y el control del tiempo.

Identificar estímulos que generan la ensoñación.

Mejorar la atención.

Mejorar hábitos de vida saludables.

Fomentar intereses que integren al paciente en las


dinámicas cotidianas.

Para concluir, es importante saber en qué momento


determinadas conductas nos alejan de nuestras
responsabilidades y de la oportunidad de disfrutar de una
vida plena, feliz y responsable. La ensoñación excesiva
puede ser a veces esa “droga” con que aislarnos de una
realidad personal que nos duele o para la que no hallamos
un sentido.
Ensoñación Excesiva (Soñar Despierto): Causas,
Síntomas y Tratamiento

La ensoñación excesiva, popularmente conocido como


soñar despierto, y también llamada por los profesionales
de la psicología ensoñación inadaptada o fantasía
compulsiva, es una condición en la que el individuo tiene
una elevada cantidad de fantasías. Éstos pueden pasar
horas soñando despiertos, es como una adicción. Sus
fantasías son muy estructuradas, pudiendo compararse
al argumento de un libro o película.

Es cierto que todos soñamos despiertos de vez en


cuando. ¿Quién no se ha quedado absorto imaginando
una situación ideal mientras hacia sus labores diarias?
Según “Psychology Today” casi todo el mundo parece
fantasear de manera regular, indicando algunos estudios
que el 96% de los adultos sueñan despiertos al menos una
vez al día.

Anteriormente se pensaba que fantasear era de personas


perezosas y de poca disciplina. Mientras que el padre del
psicoanálisis, Sigmund Freud, consideraba a los
soñadores como “infantiles” ya que esa era su manera de
resolver los conflictos.

Sin embargo, actualmente se piensa que soñar despierto


es una actividad creativa, que puede servir para ejercitar
nuestra mente. Tener varios pensamientos simultáneos
aumenta la capacidad para atender a más de una tarea
de manera efectiva, es decir, mejora la memoria de
trabajo. Este tipo de memoria se define como la
capacidad para almacenar y recuperar información
resistiéndose a las distracciones.

Pero, ¿cuándo soñar despierto se convierte en un


problema? Al parecer, hay personas que dedican
demasiado tiempo al día a sus ensoñaciones. Éstas
terminan sustituyendo la interacción humana, e incluso
interfieren con un normal funcionamiento académico,
interpersonal y de formación profesional (Somer, 2002).

En ese caso estamos hablando de ensoñación excesiva.


Es un concepto psicológico, que puede enmarcarse en
el psicoanálisis. El término es relativamente reciente, lo
acuñó el psicólogo Eli Somer en 2002.

Francamente, es un trastorno poco investigado y apenas


está comenzando a conocerse entre los profesionales y a
evaluarse en los pacientes.

¿En qué se diferencia la ensoñación excesiva de las


fantasías mentales normales?

Bigelsen, Lehrfeld, Jopp y Somer (2016), compararon a


340 personas que declaraban pasar demasiado tiempo
soñando despiertos con 107 individuos sin este
problema. Los participantes tenían de 13 a 78 años de
edad y pertenecían a 45 países diferentes.

Los investigadores encontraron diferencias en la


cantidad de las ensoñaciones, el contenido, la
experiencia, capacidad de controlarlas, la angustia que
generaba y la interferencia con una vida satisfactoria.
Además, las personas con ensoñación excesiva tendían a
presentar déficit de atención, trastorno obsesivo
compulsivo y más síntomas disociativos que las personas
“sanas”.

Específicamente, los individuos con esta condición


podían pasar el 56% de sus horas de vigilia fantaseando,
y mientras lo hacían solían llevar a cabo movimientos
repetitivos estimulantes o balanceo (actividad
cinestésica). Al dedicar tanto tiempo a soñar, muchos no
cumplían sus obligaciones diarias o perdían rendimiento
en el trabajo y estudios.

En cuanto al contenido, los principales temas de las


fantasías eran ser famoso o tener una relación con una
celebridad, idealización de sí mismo o involucrarse en
una relación romántica. Además, muchos declaraban
imaginar historias con personajes ficticios, amigos
imaginarios, mundos de fantasía, etc. Mientras que las
personas no afectadas se centraban más en soñar sobre
la vida real o deseos concretos como ganar la lotería o
resolver un problema con éxito.

Otra diferencia encontrada era que los que tenían


ensoñación excesiva apenas podían controlar sus
fantasías, y les costaba pararlas. Tenían miedo de que
afectase a su vida, a su trabajo y relaciones. Temían
además que las personas de su entorno descubrieran sus
ensoñaciones y trataban continuamente de ocultarlas.

Causas de la ensoñación excesiva

Algunos autores han encontrado vínculos entra la


ensoñación excesiva y el abandono emocional durante la
infancia, la vivencia de experiencias negativas como
maltrato, bullying, o intimidación. Es decir, cualquier
clase de abuso que provoque que las víctimas deseen
alejarse de un mundo que perciben como peligroso y
amenazante.

Sin embargo, todavía no se conocen las causas exactas


ya que hay personas con este problema que no han
sufrido situaciones traumáticas en el pasado.

Lo que está claro es que soñar despierto de manera


patológica refleja una importante insatisfacción con la
vida real, ya que es una forma de escapar de ella.

Estas fantasías sirven para aliviar el dolor, la tensión y la


desgracia que encuentran en las situaciones reales.
Pretenden reemplazar estas sensaciones por otras
relajantes y agradables, de seguridad, intimidad y
compañerismo.

Características y síntomas de la ensoñación excesiva

En un caso examinado en el estudio de Bigelsen, Lehrfeld,


Jopp y Somer (2016), el paciente afirma:

“Mis sueños se basan en un programa de televisión que vi


cuando tenía 10 años. Imagínese un programa que se
renueve cada año durante 30 años. Piense en todas las
experiencias que han atravesado los personajes. Eso es
lo que mi mente ha estado haciendo durante más de 30
años. Ha habido momentos en los que he estado atrapado
en la ensoñación durante días enteros. Muchas noches,
me obligo a permanecer despierto para tener más tiempo
para mis ensoñaciones”.
Otro participante declaraba su malestar:

“Me impide interactuar con el mundo y la gente real. Mi


relación con la familia va empeorando, apenas hablo con
ellos porque suelo estar encerrado en mi habitación
fantaseando. Mi rendimiento escolar va empeorando,
incluso pierdo clases por estar en mi mundo”.
Con estos casos te habrás hecho una idea acerca de
cómo es este fenómeno, aunque hay más características
que lo distinguen:

– Es más frecuente soñar despierto cuando se realizan


tareas automáticas, pasivas, que no exijan muchos
recursos o que están muy automatizadas. Por ejemplo,
los rituales diarios como ducharse, bañarse, vestirse,
comer, conducir un coche, etc.

– Suelen tener desencadenantes que facilitan sus


ensoñaciones, como libros, música, películas,
videojuegos, ir en coche, etc.

– La persona con ensoñación excesiva sabe


perfectamente que lo que imagina son fantasías. Así
pues, no tiene ningún problema para diferenciar la
realidad de la imaginación.

Esto es lo que la diferencia de la Personalidad Propensa


a la Fantasía (FPP), un trastorno diferente en el que los
afectados viven en un mundo de fantasía y tienen
dificultades para identificar lo real de lo ficticio. Pueden
llegar a tener alucinaciones que concuerdan con sus
fantasías, síntomas psicosomáticos, experiencias fuera
de su propio cuerpo, problemas de identidad, etc.

– No es raro que estos individuos tengan problemas para


quedarse dormidos o levantarse de la cama, ya que
pueden permanecer despiertos fantaseando. También
descuidan tareas básicas como comidas y aseo personal.
– Mientras están absortos en la ensoñación, estos
pacientes pueden expresar emociones a través de ligeras
muecas, sonrisas, fruncir el ceño, susurrar, etc. También
es muy habitual los movimientos repetitivos que les
cuesta controlar y son inconscientes como tocar un
objeto, morderse las uñas, mover la pierna, balancearse,
etc.

– El individuo puede desarrollar un vínculo emocional con


los personajes y situaciones de las fantasías.

– Poca capacidad de atención, suele despistarse en la


escuela o trabajo. Normalmente estas fantasías
comienzan en la niñez.

¿Cómo se diagnostica?

En 2016 Somer, Lehrfeld, Bigelsen, Jopp presentaron un


test especializado para detectar la ensoñación excesiva.
Se denomina la “Maladaptive Daydreaming Scale (MDS)”
(Escala de Ensoñaciones Desadaptativas) y tiene una
buena validez y fiabilidad.

Se trata de un autoinforme de 14 apartados diseñados


para distinguir entre personas con ensoñaciones
patológicas y personas sanas.

Miden tres criterios para ello: la frecuencia, el grado de


control sobre las fantasías, el malestar que produce, los
beneficios que aporta la ensoñación y el nivel de
funcionamiento.

Algunas de las preguntas son: “A muchas personas les


gusta soñar despiertas. ¿Cuándo estás soñando
despierto, en qué medida te sientes cómodo y
disfrutas?” o bien, “Cuando un evento de la vida real
interrumpe una de tus ensoñaciones, ¿cómo de intenso
es tu deseo o necesidad de volver al sueño?”
No obstante, existen algunas dificultades para el
diagnóstico. En primer lugar, esta escala no está
adaptada al español. Otro problema es que la mayoría de
psicólogos nunca han oído hablar de esta condición, ni se
ha reconocido oficialmente como una patología que debe
tratarse. Aunque los medios de comunicación le están
dando cierta fama por la curiosidad que despierta en el
público.

La ensoñación excesiva no debe confundirse con…

– Esquizofrenia: muchas veces la ensoñación excesiva se


confunde con esquizofrenia, ya que éstas personas
parecen vivir en un mundo creado por su mente, aislados
y con importantes dificultades en su vida social. Esta
condición se enmarca dentro de los trastornos psicóticos
y por ello aparecen síntomas como alucinaciones y
delirios graves. Éstos no son conscientes de sus
alucinaciones y creen que no tienen ningún trastorno.

Sin embargo, las personas con ensoñación excesiva


saben muy bien que todo es una fantasía. No tienen
delirios, ni alucinaciones, ni desorganización del
pensamiento, ni del lenguaje (a diferencia de la
esquizofrenia).

– Personalidad Propensa a la Fantasía (FPP): en este caso


si pueden darse alucinaciones o síntomas autosugeridos,
por lo que no es lo mismo que la ensoñación excesiva.
Estos individuos desarrollan este tipo de personalidad
por estar expuestos a mucha fantasía durante la infancia
que los propios padres alimentaban y premiaban.
– Trastorno obsesivo compulsivo: pueden aparecer
conjuntamente con la ensoñación excesiva, pero no es lo
mismo. Estas personas pueden presentar rituales
mentales o conductuales que le quitan mucho tiempo y
les hace despistarse en sus labores diarias. El objetivo las
compulsiones es aliviar una ansiedad existente.

– Personalidad esquizotípica: es un trastorno de la


personalidad que incluye experiencias perceptivas poco
habituales, ilusiones corporales, pensamiento y lenguaje
extraño, ideas paranoides, escasa o nula muestra de
afecto, comportamiento y apariencia excéntrica, etc.

– Trastornos de la atención.

Tratamiento de la ensoñación excesiva

Al ser una condición sujeta a investigación y que está muy


poco extendida en los profesionales, no se sabe mucho
acerca de su tratamiento.

En un caso de ensoñación excesiva que describieron


Schupak y Rosenthal en 2009, explicaban que la paciente
había mejorado notablemente sus síntomas tomando 50
mg al día de un fármaco llamado fluvoxamina. Se trata de
un antidepresivo que aumenta la cantidad
de serotonina en nuestro sistema nervioso y que es muy
utilizado para tratar el trastorno obsesivo compulsivo.

La paciente afirmaba que podía controlar mucho mejor la


frecuencia de sus ensoñaciones cuando tomaba la
medicación. Curiosamente también se dio cuenta que sus
fantasías disminuían cuando realizaba actividades
creativas y agradables como participar en obras de
teatro. Cuando estaba muy ocupada con sus estudios o
su trabajo, también conseguía el mismo efecto. Todo esto
puede darnos algunas pistas sobre el tratamiento
posible:

– Asistencia psicológica: en primer lugar, resolver los


conflictos personales que pueden haber causado la
necesidad de huir del mundo real. Para ello, a través de
terapia psicológica se trabajará la
autoestima, seguridad, habilidades sociales, etc. Para
que la persona se vea capaz de enfrentarse a la vida real.
La psicoterapia puede ser útil para solucionar problemas
relacionados con el pasado, como situaciones de trauma
o maltrato que siguen atormentando al paciente.

– Control del tiempo: una vez tratadas las posibles causas


o condiciones que facilitan la ensoñación excesiva, se
recomienda controlar los periodos de tiempo. El paciente
puede ir disminuyendo el tiempo que le dedica a las
ensoñaciones poniendo algo de empeño y estableciendo
horarios y rutinas que debe cumplir diariamente. Puede
ponerse alarmas para limitar la cantidad de tiempo en la
que puede “soñar” al día.

– Descanso adecuado: si el paciente está cansado, lo


normal es que “desconecte” de sus labores y se aísle
mucho tiempo en las fantasías siendo menos productivo.
Para ello, debe mantener unos horarios de sueño
adecuados y dormir suficientes horas (entre 6 y 9 horas
al día).

– Mantenerse ocupado con actividades


agradables: mejor si son incompatibles con las fantasías,
como aquellas que requieren interacción social o son
muy motivadoras e interesantes para la persona.

– Identificar los disparadores: como se mencionó


anteriormente, la mayoría de las ensoñaciones surgen
cuando escuchan música, ven películas, están en
determinado lugar, etc. Lo que puede hacerse es evitar
esos estímulos, o bien desarrollar otras técnicas como
asociarlos con funciones nuevas, escuchar otros estilos
de música que no generen esas fantasías, otros géneros
literarios, etc.

Tampoco es necesario eliminar por completo las


fantasías, el objetivo sería reducirlas, aprender a
controlarlas, y que no interfieran negativamente en otros
ámbitos de la vida.

Ensoñación excesiva: Maladaptive Daydreaming (MD)

Cuando el “soñar despiertos” se convierte en un


problema.

“A veces pienso en seis imposibilidades antes del


desayuno.” Alicia en el País de las Maravillas. Lewis
Carroll

La mayoría de los adultos tienen al menos un episodio de


fantasía todos los días. Esto puede ser un aspecto
positivo, pues está vinculado con la creatividad, entre
otros importantes procesos. El cerebro tiende a divagar
y la mente puede ir de un lado a otro fácilmente, esto se
relaciona directamente con la memoria de trabajo,
también llamada operativa o a corto plazo, que implica
nuestra capacidad para retener y recordar información
frente a distracciones.

Sin embargo, para algunas personas esta maravillosa


capacidad se puede convertir en un grave problema. Eli
Somer (2002), estudió el fenómeno de ensoñación diurna
excesiva, y a través de sus estudios determinó que las
personas que presentan esta condición, pueden pasar
alrededor del 60% de su tiempo de vigilia, en escenarios
imaginarios, pudiendo distinguir perfectamente sus
fantasías de la realidad; a diferencia de los trastornos
esquizoides y psicóticos en donde la realidad se
encuentra escindida.

En su estudio, Eli, descubrió que los sujetos habían


utilizado la ensoñación diurna como una estrategia de
afrontamiento, o “para de escapar de un entorno
desagradable”, a menudo comienza desde la infancia y
puede detonarse debido a experiencias traumáticas y de
abuso. Actúa como un mecanismo de defensa ante algún
conflicto que el individuo podría estar enfrentando.
La fantasía de la persona puede ser una combinación de
lo que son sus deseos y lo que es socialmente aceptable
de acuerdo a su contexto cultural.

“La imaginación es la única arma en la guerra contra la


realidad”. Alicia en el País de las Maravillas. Lewis Carroll
¿Cuando el soñar despierto se convierte en ensoñación
excesiva maladaptativa?

Muchas personas con MD encuentran que su condición


puede hacer que procrastinen u omitan tareas
importantes para ellos en el contexto real de su vida
cotidiana, con tendencia a realizar “conductas que
parecen ser improductivas”, representando así un
obstáculo para ellos. El uso de las redes sociales puede
favorecer a que los episodios de ensoñación diurna
incrementen, dadas sus características, el tipo de
interacciones que realizamos día a día y la frecuencia de
éstas.

El tiempo transcurre sin darse cuenta a veces, mientras


se están procesando estas ricas fantasías, generalmente
suelen ser placenteras y cumplen con nuestros ideales,
aunque no necesariamente. Como en una novela, las
ensoñaciones diurnas suelen ser detalladas y muy
elaboradas.

La ensoñación diurna excesiva, puede asociarse con


el trastorno disociativo de la personalidad (TIDP), ya que
la persona separa o reprime, el recuerdo o la emoción
que está directamente asociada con un trauma del yo
consciente, divide de manera similar a su entorno
inmediato, tanto en el aspecto físico como en el
emocional, generalmente, las fantasías no están
relacionadas con la actividad o entorno inmediatos del
individuo. La disociación es una creativa manera de
mantener algo que no se desea: “fuera del panorama”.

Así mismo, se ha observado que puede estar relacionada


con el trastorno límite de la personalidad, la fobia social y
el estrés postraumático principalmente. Se ha advertido
un aumento en la frecuencia de MD en pacientes
con trastornos de espectro autista, déficit de atención e
hiperactividad y con el trastorno obsesivo-compulsivo.

Los estudios han demostrado que la mala calidad del


sueño o una cantidad insuficiente del mismo, encaminan
a un individuo a soñar despierto con más frecuencia. Así
mismo, se le relaciona con problemas de memoria,
problemas de atención y tiempos de reacción más lentos.
De hecho el soñar despierto se vuelve una compulsión
inevitable, como en una adicción, la persona tiene la
necesidad de recurrir a ella, encontrando un gran alivio y
placer al estar en estos estados, reforzando así la
conducta.

Se le atribuye, en gran parte a la red neuronal por


defecto (RND), la cual es un conjunto de regiones del
cerebro que colaboran entre sí, la RND podría ser
responsable de gran parte de la actividad desarrollada
mientras la mente está en reposo, ayuda a organizar los
recuerdos y diferentes procesos que necesitan
preparación ante futuros eventos. Actualmente, se
realizan más investigaciones sobre su manera de operar,
ya que puede revelar claves importantes para
comprender la naturaleza de la experiencia consciente.

Algunas estructuras de la RND, incluyen la corteza


prefrontal medial, la corteza cingulada posterior y el
lóbulo parietal inferior. Otras estructuras que pueden
considerarse parte de la red son: la corteza temporal
lateral, la formación del hipocampo y el precúneo. A éstas
personas, les puede costar mucho trabajo realizar una
tarea específica, esto debido a que la actividad cerebral
es mayor cuando estamos soñando despiertos.

La geometría de las áreas parietales profundas del


cerebro humano, y en concreto de la parte central, el
precúneo, es clave en la evolución cerebral del Homo
Sapiens, señaló Emiliano Bruner, responsable del Grupo
de Paleoneurología del CENIEH (Centro Nacional de
Investigación sobre la Evolución Humana) en el Journal of
Anatomy.
Una ensoñación excesiva, puede llegar a sustituir la
interacción humana con amplias fantasías que la gente se
imagina en sus propias mentes, pudiendo derivar así, en
un detrimento en la calidad de vida y las interacciones
sociales.

¿Cuándo es necesario pedir ayuda profesional?

Primero, se tiene que determinar si la ensoñación diurna


es excesiva o si representa un problema para ti en
cualquier ámbito, como la dificultad o incapacidad para
completar tareas cotidianas simples e incluso
fundamentales como: no poder conciliar el sueño cuando
te acuestas, levantarse de la cama, comer, asearse,
trabajar, realizar deberes académicos, y en tus
relaciones interpersonales, principalmente. Sí está
interfiriendo de alguna manera, es buen momento para
pedir apoyo psicológico, pues como mencionaba
anteriormente, puede estar aunado a otros trastornos.

Los psicólogos podemos brindar prácticas estrategias y


las más adecuadas para ayudarte, esto de acuerdo a tu
personalidad y a tu necesidad específica. Porque cada
persona es única.

7 Estrategias para mejorar la calidad de vida en las


personas que presentan MD

Si después de leer esto, te has identificado como un


daydreamer, te dejo aquí unas pautas con las que he
podido ayudar a mis pacientes con ensoñación diurna
excesiva a mejorar su calidad de vida:

1. Llevar una agenda y realizar una buena gestión de


tiempo para cumplir con las tareas que son más
importantes. Para esto es clave el que tengas bien
identificados tus objetivos.
2. La técnica de journaling o escribir un diario, en
donde registres la frecuencia de tus ensoñaciones
diurnas, así como pensamientos e imágenes
adicionales que desees, pueden ser de gran ayuda
en el camino del autoconocimiento.
3. Puedes incluir un tono en el discreto en el móvil o un
tipo de vibración en el celular que identifiquemos
cada hora, esto te puede servir de recordatorio para
que observes en dónde está puesta tu atención. Si te
descubres en la playa de Bali tomando el sol, en vez
de estar poniendo atención a la junta de trabajo
semanal con tu jefe y colegas, puedes amablemente
y SIN reprenderte por ello, tratar de enfocar tu
atención.
4. Aprende a identificar los estímulos que dispersan tu
atención y trata de aislarlos cuando requieras
enfoque. Por ejemplo: si tu música favorita te evoca
a la fantasía, puedes optar por escuchar sonidos
blancos que te ayuden a la concentración o alguna
música que no te distraiga, si es que no puedes
prescindir de ella para trabajar.
5. La técnica Pomodoro para controlar el tiempo de
enfoque en una tarea específica. A grandes rasgos,
consiste en enfocar tu atención en una tarea durante
25 minutos, y posteriormente ocupar 5 minutos para
otra tarea para dispersarse o revisar tus dispositivos
móviles, por ejemplo; el cuarto descanso es de 20 a
25 minutos y así sucesivamente. Esta técnica hoy día
ayuda a muchas personas a incrementar su
productividad en lo que deciden enfocarse. Puedes
descargar una aplicación para tu móvil de
algún Pomodoro o un timer de productividad, los hay
de muchas clases y diseños; pueden ser una
herramienta para entrenar tu mente al enfoque.
6. Practicar técnicas de meditación y de atención
plena. Consulta cómo suavizar los Ruidos Mentales.
7. Las técnicas de sugestión a niveles profundos de
conciencia como: Alfa, Beta, Gamma, Delta y
Theta para implantar nuevas y más benéficas
programaciones pueden ser una valiosa
herramienta.

Recuerda que al cerebro le encanta divagar y


automatizar funciones; ésta puede haber sido una
función aprendida, para escapar de una realidad que no
era grata para tí, en cierta etapa de tu vida. Pero de la
misma manera se puede des-aprehender esta conducta y
lograr el enfoque de tu atención con disciplina, cuando no
está asociada a otro trastorno. De otra manera, el
acompañamiento psicológico o multidisciplinar pueden
ser lo más adecuado, los psicólogos pueden determinar
si se requiere trabajar en conjunto con otros
profesionales de la salud.

Aquí puede encontrar una lista de 15 remedios naturales


que podrá probar para tratar la depresión.

15. Omega 3

Algunas investigaciones han descubierto que la ingestión


de suplementos de Omega 3 con antidepresivos tenía un
mejor resultado que el uso de antidepresivos solamente.
Se ha descubierto que quienes padecen de depresión
tienen niveles más bajos de Omega 3, y que los países con
altos niveles de consumo de pescado tienen niveles más
bajos de depresión. Obtenga su Omega 3 a través de
pastillas o al comer pescados grasos dos veces por
semana.

14. Ejercicio

El ejercicio libera dopamina, la cual inunda el cerebro de


emociones positivas. La dopamina puede ayudar a
combatir el estrés, la ansiedad y la depresión. Puede ser
difícil forzarse a usted mismo a ejercitarse, pero una vez
lo haga, va a sentirse genial. ¡Solo empiece y verá lo
terapéutico puede llegar a ser!

13. Yoga

El yoga no solo enseña técnicas de estiramientos, sino


que también le enseña cómo conectarse con todo su
cuerpo. Algunos instructores de yoga se especializan en
la enseñanza a personas con trastornos de ánimo. Hágale
saber a su instructor de yoga que sufre de depresión para
que pueda ayudarle con movimientos específicos.

12. Duerma lo necesario

Las personas con depresión pueden tener dificultad para


dormir, o pueden dormir demasiado. Los hábitos
inadecuados de sueño pueden conducir al
empeoramiento de los síntomas de depresión, así que es
importante conseguir un sueño apropiado y programarse
rápidamente. Iluminar relojes de alarma es una buena
manera de despertar naturalmente. También existen
muchas pastillas para dormir, pero es necesario que
primero consulte a un médico.

11. Deje de beber alcohol

El alcohol es un depresor natural, así que elimínelo de su


dieta cuanto antes. El consumo de alcohol puede ser la
única causa de la depresión. Si cree que el alcohol podría
ser la causa de su depresión, hable con su médico y
busque un tratamiento a través de sesiones de terapia de
grupo.

10. SAMe

SAMe, también conocido como S – Adesonil mationina (S-


Adenosyl Methionine), es un químico que se encuentra
naturalmente en el cuerpo. Reduce el dolor, la depresión
y la tristeza. Puede conseguirse en el mostrador o por
prescripción médica. Puede mejorar tanto el estado de
ánimo que podría causar una manía, así que es
recomendable que no use esta medicina si sufre de
trastorno bipolar.

9. Coma alimentos integrales

La dieta puede jugar un gran papel en nuestro bienestar


mental y emocional. Aléjese de la comida chatarra y de
los alimentos altos en azúcar. Puede darle una baja de
azúcar después de comer, lo que puede hacerlo sentir
peor. Trate de comer alimentos enteros, que se digieran
lentamente, para balancear el azúcar en la sangre. Un
buen consejo es solo comer alimentos que no tengan
algún tipo de logotipo.

8. Meditación

La meditación puede tener un gran impacto en la


depresión. Si no se siente cómodo, no tiene que sentarse
en una posición de loto para experimentar la meditación.
Si tiene problemas para conciliar el sueño, trate de
meditar en la cama. Concéntrese en su respiración y
limpie todos los pensamientos de su mente. Deberá
sentirse en un estado de paz.

7. Diviértase

Una de las cosas más difíciles cuando se está en


depresión es divertirse. Es posible que haya comenzado
a evitar eventos solo porque piensa que no encuentra
diversión en ellos. Es muy importante aún salir y tratar de
experimentar los acontecimientos que solía disfrutar.

6. Asumir responsabilidades pequeñas

Las responsabilidades pequeñas son importantes para


las personas depresivas. Las grandes pueden resultar
abrumadoras, así que puede empezar con cosas como
pasear al perro o comenzar a escribir un blog. No se
fuerce a hacer algo, porque podrá sentirse resentido.
Haga de la actividad algo agradable y divertido.
5. Hierba de San Juan (St. Johns Wort)

Los beneficios de la hierba de San Juan son similares a la


medicación antidepresiva leve. Se utiliza para tratar la
depresión leve y tendría un efecto insignificante en la
depresión mayor. Puede afectar la efectividad de los
medicamentos que actualmente esté usando, así que
consulte con su medico si es apropiad para usted.

4. Tomar un multivitamínico

Ciertas deficiencias vitamínicas pueden ser la causa de


la depresión. Si su dieta no es variada, considere tomar
una multivitamínico. Es buena idea hablar con su médico
y hacer un examen de sangre completo. Luego, su médico
será capaz de ver si hay una deficiencia específica
acerca de la cual deba saber.

3. Establézca metas

Programe pequeñas metas que pueda cumplir. Estas


pueden ser tan simples como despertar y hacer el
desayuno antes del mediodía. Escriba sus metas hacia
abajo y asígneles una línea de tiempo. Asegúrese de que
sean fácilmente alcanzables. Dese una recompensa por
cada objetivo completado.

2. Haga una rutina


Las rutinas son importantes para las personas con
depresión. Manténgala leve y flexible, pero asegúrese de
hacer todo lo que se propone en un día. Despertar en un
momento similar, comer a las horas normales e irse a
dormir a su hora habitual. También, con el tiempo,
asegúrese de agregar cosas nuevas, para no estancarse
en la misma rutina.

1. Comuníquese

Si sufre de depresión, un gran beneficio puede provenir


de la gente que lo rodea. Confíe sus sentimientos en un
apoyo familiar o amigo. Si no tiene a alguien cercano,
entonces asista a sesiones de terapia de grupo para
personas con depresión. Para obtener información sobre
dónde y cuándo ocurren estas terapias, consulte a su
médico.

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