You are on page 1of 6

APUNTES SOBRE ROCAS PIROCLASTICAS

Ing. y Geól. Arturo Quezada Muñoz

ROCAS PIROCLASTICAS

Las erupciones volcánicas explosivas producen materiales fragmentarios o piroclastos


(“piedras ígneas”). Según la dinámica de la masa de piroclastos, tiene lugar una división en
(Figura 1):

a) Piroclastos de caída

Son los materiales fragmentarios que, durante una erupción explosiva, caen en forma
de lluvia o siguiendo una trayectoria balística.

b) Flujos, coladas u oleadas piroclásticas

Son masas piroclásticas que se desplazan sobre la superficie del terreno en un


régimen fluidal laminar o turbulento, aunque este último puede incluso hacerse
laminar si, tras un largo recorrido se presentan las oportunas condiciones reológicas.

Figura 1: Diagrama esquemático sobre mecanismos básicos de transporte de tetras.


Acumulación continental (subaérea) y marina (subacuática). N.m.: nivel del mar.

PRODUCTOS PIROCLASTICOS:

Los piroclastos de caída pueden agruparse en escorias, bombas, lapilli, pómez y


cenizas. Los piroclastos en capas o depósitos reciben el nombre genérico de tefra,
aunque este término se restringió inicialmente a los de caída, y luego se extendió
también a los piroclastos de flujo. Actualmente el término tefra sirve para designar
depósitos donde los piroclastos se encuentran sueltos, en contraposición al término
toba, que es aplicado genéricamente a los depósitos de piroclastos soldados o
consolidados. A continuación se enuncian los diferentes productos piroclásticos,
describiéndose algunas características de sus depósitos:

1
Escorias: Son fragmentos lávicos de magmas poco viscosos que caen todavía
calientes cerca de la boca eruptiva, por lo que generalmente aparecen soldados entre
sí, suelen ser muy vesiculares.

Bombas: Son fragmentos que miden entre 3 y 30 cm (aunque también se


encuentran ejemplares de mayor tamaño), de forma redondeada, la cual la adquieren
al girar en el aire cuando aún están calientes.

Lapilli: Está constituido por fragmentos que miden entre 2 y 64 mm. Son
materiales de composición basáltica y se caracteriza por su color negro que, como el
de las escorias y bombas cambia a tonalidades rojizas por fenómenos de oxidación.

Pómez: Son piroclastos de composición ácida. Se les encuentra en fragmentos


de todos los tamaños. Son de colores claros y muy porosos debido a la intensa
vesiculación.

Cenizas: Son fragmentos piroclásticos de tamaño inferior a 2 mm, son fácilmente


arrastradas por el viento y se depositan a grandes distancias, mientras que el material
de grano más fino de tamaño menor de un dieciseisavo de milímetro y llamado polvo
volcánico puede permanecer indefinidamente en suspensión.

Cono de cinder: Son depósitos más o menos soldados de escorias, bombas y


lapilli que se acumulan en forma de cono alrededor de la boca eruptiva.

Pisolitos: Llamados también lapillis acrecionales, se caracterizan por su


estructura esferoidal, son concreciones de ceniza o polvo volcánico en torno a una
partícula sólida que actúa como núcleo de condensación del vapor de agua. Indican
actividad freatomagmática o la coincidencia de lluvias con la formación del depósito
en el que se encuentran. Una explosión freatomagmática tiene lugar cuando un
magma bastante fragmentado y a alta temperatura, alcanza durante su ascenso un
nivel en el que exista una cierta cantidad de agua a la que puede vaporizar.

El vidrio volcánico puede también formar una roca masiva que se denomina obsidiana
(espejo del Inca) cuando presenta la típica fractura concoidea y tiene aspecto vítreo,
que puede hacerse opaco o verdoso amarillento cuando el vidrio está hidratado.

Se emplea el término aglomerado volcánico para los depósitos piroclásticos en los


que no existe una selección de los fragmentos y su granulometría es grosera
(fragmentos heterogéneos subangulares o subredondeados, desde bloques de varios
metros hasta fragmentos milimétricos). Si abundan los clastos angulosos, suele
usarse el término brecha volcánica.

Si el depósito se ha producido por flujos piroclásticos de gran vastedad, conocidos


como flujos de pumitas (pumice flows) o de cenizas (ash flows) se le denomina
ignimbrita. La formación de muchas calderas volcánicas parece suceder a la emisión
de grandes volúmenes de ignimbritas, en cuyo mecanismo eruptivo interviene
decisivamente la elevada concentración de volátiles en los últimos procesos de
evolución magmática.

2
Se denomina epiclastitas a las rocas originadas a partir de depósitos piroclásticos que
han sido erosionados y meteorizados durante largos intervalos de tiempo. Son una
especie de piroclastitas reelaboradas o retrabajadas.

El vocablo lahar designa tanto los flujos de barro piroclástico como los depósitos
correspondientes. Constituyen junto con los flujos piroclásticos, a los que supera en
frecuencia, los fenómenos más desvastadores y peligrosos, especialmente en áreas
de fuertes desniveles topográficos, donde la mezcla de materiales piroclásticos
sueltos y agua adquiere una elevada cantidad de movimiento.

En el Cuadro 1 se presenta una clasificación granulométrica tanto de los piroclastos


como de los depósitos piroclásticos.

Cuadro 1: Clasificación granulométrica de piroclastos y depósito piroclásticos unimodales bien


sorteados (después de Schmid, 1981).

Tamaño del clasto Piroclasto Depósito piroclástico


Principalmente no Principalmente
consolidado consolidado
Tefra Roca piroclástica
Bloque, bomba Aglomerado, capa Aglomerado,
de bloques o
Tefra de bomba, Brecha piroclástica
64 mm bloque
Lapilli Capa de lapilli o tefra Lapillita o toba de
de lapilli lapilli
2 mm Ceniza de grano Ceniza gruesa Toba de ceniza
grueso gruesa
1/16 mm Ceniza de grano fino Ceniza fina o polvo Toba de ceniza fina
o polvo volcánico o toba de polvo

En la Figura 2 se ilustra algunos de los modelos de generación de coladas y oleadas


piroclásticas, mientras que en la Figura 3 se ilustran los modelos esquemáticos
elementales de los depósitos piroclásticos.

En la Figura 4 se muestra una representación esquemática simplificada de los


procesos volcánicos. Las etapas del proceso de formación de una caldera volcánica
de hundimiento se presentan en la Figura 5. En El Salvador hay varias calderas
volcánicas, entre las cuales se pueden citar la caldera de Ilopango y la caldera de
Coatepeque, ambas albergan en la actualidad los lagos con sus mismos nombres.

3
Figura 2: Modelos de generación de coladas y oleadas piroclásticas (de MacDonald, 1972 y
Westercamp, 1980): A. Colapso de una columna eruptiva, tipo St. Vincent, 1902. B. Explosión
dirigida, tipo Mt. Pelee, 1902. C y D. Desgasificación violenta y derrame de magma. El tipo C
corresponde a un colapso parcial del cono, a consecuencia de la presión interna, mientras que
en D se trata de una avalancha de tipo gravitacional de una colada, Merapi es el volcán tipo.

4
Figura 3: Modelos esquemáticos elementales de los depósitos piroclásticos.

Figura 4: Representación esquemática de los procesos volcánicos simplificados: Procesos


piroclásticos (caída, flujo, oleada); efusión de flujos lávicos y materiales volcánicos
retrabajados en sedimentos volcaniclásticos (epiclastitas).

5
Figura 5: Ejemplo del proceso de formación de una caldera volcánica.

Bibliografía:

FISHER, R. V. & SCHMINCKE, H.-U.; 1984: Pyroclastic rocks._Berlin Heidelberg


(Springer-Verlag).

MATHERS, S.J., HARRISON, D.J., MITCHELL, C.J. & EVANS, E.J., 2000:
Exploration, evaluation & testing of volcanic raw materials for use in
construction. British Geological Survey, 116.

You might also like