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pedagógica
Profesor: Andrés
Emmanuel Acosta
https://www.youtube.com/watch?v=g3GhDWMb_3E&feature=youtu.be
Argentina es considerada como uno de los países latinoamericanos con mayor variedad en
el aspecto musical. Es posible, en consecuencia, hallar un gran repertorio de géneros, en
función de la diversidad cultural que la caracteriza.
Música Indígena
Los pueblos originarios todavía conservan su música, aunque con posibilidades escasas de
difusión masiva. La tradición oral de chiriguanos, chorotes, mapuches, pilagás, tehuelches,
tobas, wichíes –entre otras comunidades originarias– ha sido recopilada con trabajos de
campo desde 1931 por parte investigadores del Instituto Nacional de Musicología Carlos
Vega.
Música Folklórica
En la fusión con los elementos de la conquista española, se fue conformando lo que se
conoce como el folklore nacional, destacándose especies como la zamba, el chamamé, el
carnavalito o el pericón, cada uno con sus ritmos e instrumentos propios, característicos de
cada región. Sin embargo, todas ellas fueron permeables a las influencias de regiones
vecinas o de países limítrofes.
Sobre la base de estas creaciones colectivas, se afianzó una importante corriente apoyada
en la individualidad creadora de destacados compositores como Atahualpa Yupanqui,
Tránsito Cocomarola o Linares Cardozo, quienes nutrieron la denominada música de
proyección folklórica. Recientemente, para su interpretación se han agregado instrumentos
no convencionales como saxo, flauta traversa, órgano, teclados y batería, innovación que va
ganando adeptos de manera paulatina.
El Tango
A partir de 1880, con la incorporación de corrientes de inmigrantes, nuestra música se
enriquece. Con su contribución, en los suburbios de Buenos Aires se fue modelando el
tango en arrabales y prostíbulos. En tiempos iniciales se interpretaba con violín, guitarra y
flauta, pero hacia 1900 ésta fue reemplazada por el bandoneón, traído por los inmigrantes
alemanes.
La danza fue un elemento esencial para la difusión del género y se desarrolló sobre dos
vertientes: la de ritmo alegre, veloz y vivaz; y la triste, sentimental y reconcentrada. En esta
segunda etapa cobró importancia la letra, a la que daba su impronta personal cada
cantante. Entre los más destacados brilló Carlos Gardel, "el zorzal criollo", incuestionable
divulgador del tango.
En la década del 40, con el aporte de músicos y poetas provenientes del interior, los solistas
recurrieron a temas evocativos, familiares, amorosos o testimoniales.
Entre los años 60 y 70, las preferencias populares se orientaron hacia otros géneros. Sin
embargo, el tango conoció un momento de especial fecundidad con variantes modernas
como las del Sexteto Mayor, el Cuarteto de Colángelo y especialmente con Astor Piazzolla.
Para obtener información sobre discografía, espectáculos, dictado de clases, eventos, artistas
o festivales, dirija su consulta al portal del tema desarrollado por el Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires.
La Murga
Es otro género significativo de la cultura urbana, fuerte expresión de los sectores populares
en los carnavales. Su origen es incierto, aunque se inscribe en la tradición carnestolenda del
exceso y la liberación de los cuerpos, acrisolada con el candombe (surgido en el Río de la
Plata y patrimonio de los esclavos traídos desde África).
La última dictadura militar argentina prohibió tales festejos, pero las murgas barriales
sobrevivieron y con la conquista de la democracia renovaron su gracia y su brío.
El Rock
Iniciada la década del 60, la Argentina fue sacudida musicalmente por el fenómeno "beatle" y
algunos grupos locales procedieron a imitarlos. Sin embargo, hubo talentos que encontraron
su expresión propia. El éxito de ventas del primer LP de rock nacional grabado por Los Gatos,
dio cuenta de que ya había en el país un público para el género y con Almendra y Manal,
quedó configurada a comienzos de los 70 la trilogía fundacional. A esta etapa pertenece
también el dúo Sui Géneris, que impuso sus temas acústicos, hoy verdaderos clásicos.
El retorno a la democracia se vio acompañado del regreso de músicos del exilio o del
surgimiento de grupos que aportaron un estilo bailable.
En la década del 90 el género abarcó propuestas variadas: el rock puro, el pop, el punk, el
metal, el rap. Actualmente ya ha incorporado el ska, el reggae y otras especies, con las
connotaciones temáticas que diferencian tales vertientes entre sí.
Otras Expresiones
La cumbia se introdujo en el país desarrollándose con ritmos mucho más simples que en
Colombia, su tierra de origen. Aunque esta música suele ser sinónimo de distracción o de
evasión, hay una vertiente contestataria que, con expresiones, giros y jerga propia, intenta
marcar la diferencia.
Música Académica
Con la conquista española se produjo el ingreso de los primeros instrumentos musicales
europeos, mientras que en el período colonial la actividad musical se tornó más intensa,
merced a la intervención de las órdenes religiosas.
A comienzos del siglo XVIII se propició la enseñanza y se intensificó el aporte del viejo
continente a través de la visita de músicos y de la importación de partituras y libros de
música. En 1757 se construyó en Buenos Aires el primer teatro de óperas y comedias y en
1783 se inauguró el Teatro de la Ranchería.
Con el movimiento emancipador de Mayo, se renovó la canción patriótica, destacándose
figuras como Blas Parera, Luis Ambrosio Morante o José Picazarri.
La generación siguiente incluyó a músicos ya profesionales: son los nacidos entre 1860 y
1875, entre cuyos representantes más notables figuran Alberto Williams, Julián Aguirre y
Arturo Berutti.
A esta generación le sigue un conjunto destacado de músicos nacidos entre 1875 a 1890,
que estudiaron en Europa y al regresar desarrollaron su actividad como creadores,
docentes, fundadores de institutos o directores de sociedades musicales. Su formación los
llevó a incursionar en todos los géneros y a adoptar una actitud más conciente ante la
recolección folklórica. Entre ellos se destacan Felipe Boero, Ernesto Drangosch, Floro
Ugarte y Carlos López Buchardo, director–fundador en 1924 del Conservatorio Nacional de
Música y Arte Escénico que hoy lleva su nombre.
La producción argentina en las décadas del 40 y del 50 estuvo a cargo de los primeros
egresados del Conservatorio Nacional y en este escenario, dos músicos representaron las
dos tendencias en pugna: Alberto Ginastera y Carlos Guastavino.