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La Misión en la Orden de Predicadores

Memoria Final del Diplomado en Teología Dominicana

…por la profesión que nos incorpora a nuestra Orden nos consagramos totalmente a
Dios y nos entregamos de una manera nueva a la Iglesia universal, dedicándonos por
entero a la evangelización íntegra de la palabra de Dios... Y, puesto que nos hacemos
partícipes de la misión de los Apóstoles, imitamos también su vida según el modo
ideado por Santo Domingo, manteniéndonos unánimes en la vida común,…en la
oración, asiduos en el estudio, perseverantes en la observancia regular. Todas estas
cosas… conjuntamente preparan e impulsan la predicación, la informan y, a su vez, son
informadas por ella. Entre nosotros, estos elementos... deben inspirar formas de vida y
de predicación adaptadas a las necesidades de la Iglesia y de los hombres .1
Este texto de la Constitución Fundamental expresa sintéticamente en qué
consiste la Misión en la Orden de Predicadores y me permite articular algunos
aspectos que conforman su desarrollo. La Orden participa de la Misión como acción
esencial de la Iglesia (1) al dedicarse a la evangelización íntegra de la Palabra de
Dios, y según el modo de la Vida Apostólica que Domingo asume e concibe para la
Predicación en la Orden (2) en la vida común, la oración y el estudio. La fidelidad
creativa a estos elementos fundamentales de la vida dominicana le per mitirá a la Orden
afrontar los Desafíos de la Predicación (3) con formas de vida y de predicación
adaptadas a una realidad siempre en cambio.

1. La Misión como acción esencial de la Iglesia


La fe cristiana se inicia con un envío. María Magdalena y la otra María, llenas
de temor y alegría, van corriendo a dar la Buena Noticia de la Resurrección de Jesús
(Cf. Mt 28, 8). La acción de estas mujeres configura el núcleo de la fe: la experiencia
del Resucitado lleva dentro de sí el impulso de su propia comunicación en orden a
seguir engendrando Iglesia.
Pablo VI, recoge y reflexiona la experiencia misionera de casi dos mil años de Iglesia en
la Evangelii Nuntiandi, la Carta Magna de la Evangelización:
La evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la
Iglesia… Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su

1
Libro de las Constituciones y Ordenaciones (LCO) de la Orden de Predicadores 1 § III, IV y VIII
1
identidad más profunda. Ella existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar,
ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios… 2
La Misión de la Iglesia es la Evangelización. La Iglesia se reconoce
continuamente enviada por Jesús (“vayan y anuncien”: Mt. 28, 19) siendo Él mismo
enviado por el Padre (Cf. Jn 20, 21). Jesús, a su vez, envía desde el Padre el Espíritu
para sostener y guiar a la Iglesia en el testimonio de la Verdad (Cf. Jn 16, 7.13).
La Misión es un término rico en acepciones: puede expresar una “actitud” a
desarrollar, la de salir al encuentro del “otro” (a) y también puede concebirse como una
tarea esencial de la Iglesia realizada de formas variadas y en sus múltiples acciones (b).

1.1) De la Iglesia-Ciudadela a la Iglesia en Salida


A partir de los Edictos de Milán (sigo IV) la Iglesia deja de ser perseguida.
Puede salir de la clandestinidad y afincarse en la sociedad donde prontamente llega a
ocupar un lugar preponderante y privilegiado.
Custodia del alma y de la cultura greco -latina, la Iglesia es un factor clave en la
conformación de la nueva Europa bárbaro-cristiana, en los inicios de la Edad Media.
Abadías, catedrales, castillos y ciudades amuralladas se constituyen en el modelo visible
de una resistencia frente a la inseguridad reinante en esos tiempos de cambio. También
reflejan el aislamiento en una seguridad interna establecida por una simbiosis creciente
entre Iglesia y Sociedad y entre Poder terrenal y espiritual.
No hay muralla que no tenga grietas ni castillo que no tenga zonas franqueables.
Por eso, cuando Domingo de Guzmán y Diego, el obispo de Osma, salen del Cabildo
de la Catedral para atravesar el Languedoc, descubren un mundo que sale de lo
establecido para un régimen de cristiandad: la herejía y la ignorancia religiosa.
El viaje despierta en el obispo Diego (y en Domingo) la vocación misionera: un
“enorme deseo que tenía de renunciar a su episcopado para marchar libremente a
predicar el Evangelio a los paganos” 3 El Papa Inocencio III no accede a este pedido,
pero les solicita que colaboren con la Predicación que los cistercienses realizaban entre
los herejes del Languedoc. Luego de los encuentros en Citeaux y de Montpellier, Diego
y Domingo dejarán la vida regular del Cabildo de Osma para salir al encuentro de los

2
PABLO VI, Evangelii Nuntiandi (EN)14
3
VITO TOMÁS GÓMEZ GARCÍA OP, Do mingo de Gu zmán antes de la O rden: fuentes, contexto e influ encias.,
Tema 8. En tierras del Languedoc (1206-1207), DOMUNI 2.
2
herejes y de los pobres en la Predicación Narbonense. 4
El modelo de Iglesia-Ciudadela, amurallada y defendiéndose de un mundo
convulsionado no es exclusivo del tiempo de Domingo, es una respuesta reeditada en
los tiempos modernos del Syllabus, entre otros... El Concilio Vaticano II recupera el
propósito de que la Iglesia entre en diálogo con (y no en defensa contra) el mundo y la
sensibilidad contemporánea. Los teólogos dominicos Chenu y Congar 5 , aportaron al
Concilio en el cambio del paradigma de la relación Iglesia-Mundo. Hoy, el papa
Francisco en la Evangelii Gaudium afirma que la “salida misionera es el paradigma de
toda obra de la Iglesia” (15) y pide que seamos una “Iglesia en Salida” (20-23).

1.2) De las misiones a la Misión.


Evangelizar significa llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y
transformar desde dentro a la misma humanidad; para la Iglesia no se trata solamente de
predicar el Evangelio en zonas geográficas cada vez más vastas, sino de transformar con la
fuerza del Evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las
líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad.6
Si la Misión es la renovación de la humanidad a través del Evangelio, la Iglesia
ejerce y realiza su misión evangelizadora de muc has maneras: en el testimonio y en el
anuncio explícito, en la enseñanza y en la predicación, en la celebración de la liturgia y
en la acción pastoral de convocar a la reconciliación a la humanidad dispersa 7 .
Según la concepción jurídica de la Iglesia como Sociedad perfecta, la misión se
entendía a partir del concepto “misiones”: envíos puntuales a zonas geográficas donde
la Iglesia no estaba aún implantada. Los misioneros eran aquellas personas que partían a
pueblos remotos para llevar el primer anuncio del Evangelio.
En las décadas previas al Concilio Vaticano II, M. D. Chenu invita a pensar “la
Iglesia en estado de Misión” 8 (con ocasión del acompañamiento al Movimiento de
Sacerdotes Obreros) y a reconocer que Ella es siempre “enviada” a las fronteras no solo

4
Id., 6-7
5
El Concilio incorpora la reflexión del carácter histórico del proceso de la Revelación, el deseo de
escrutar los signos de los tiempos como modo de interpretar los designios de Dios, y el percibir la Iglesia
no como mera estructura jurídica, sino como Sacramento que refleje el Rostro auténtico de Cristo.
6
EN 18-19
7
Cf. EN, IV. Medios de evangelización, 40ss
8
M.D. CHENU, “El itinerario de un teólogo”, Ciencia Tomista 112 (1985), 233
3
geográficas sino existenciales en donde aún el Evangelio no ha sido asumido 9 . El aporte
de Y. Congar 10 ayuda a superar una visión prioritariamente jurídica y societaria de la
Iglesia, por otra que incluya su dimensión de Misterio: una estructura divino -humana,
sacramental, en dependencia de la sacramentalidad de Jesucristo. Congar, al mencionar
las propiedades de la Iglesia, dirá que “toda ella es misionera”.
La Orden de Predicadores es consciente que la Misión adopta muchas
modalidades y que ha anunciado el Evangelio de muchas maneras a lo largo de su
historia. La realidad misma de la Familia Dominicana expresa que la única Predicación
se realiza en diversidad: las monjas, los frailes, las hermanas y las laicas y laicos
dominicos, cada uno en su estilo y vocación pero siempre “juntos en la misión"11 .

2. La Predicación como Misión de la Orden de Predicadores


En el cambiante siglo XIII, los monjes cistercienses colaboraban con la
evangelización de la Iglesia del sur de Francia, en la Predicación a los herejes. Pero, no
siendo ésta una tarea central en su vocación, y sumado el desánimo por la poca cosecha
de frutos, los abades legados pontificios terminaron regresando a sus monasterios.
Quedará solo Domingo (luego de la muerte del obispo Diego) continuando la obra de la
Predicación.

2.1) Una Orden que se llamase y fuese de Predicadores


El nombre de Predicadores nace en relación a esta “Predicación”, tarea eclesial
encomendada a Domingo y a algunos colaboradores que se le fueron asociando. En
junio de 1215, el Obispo Fulco nombra a Domingo y a sus compañeros Predicadores
para su diócesis y en octubre viaja con Domingo a Roma para pedir a Honorio III que
los confirme como “una Orden que se llamase y fuese de Predicadores” 12 . Habrá que

9 El Capítulo general de Ávila (1986) señala 5 fronteras actuales de misión: La Justicia y la Paz en el
mundo, los marginados y excluidos, el diálogo interreligioso, las ideologías seculares, los nuevos
movimientos religiosos.
10
“partir de una noción amplia de la misión de la Iglesia en cuanto tal…después…definir la o las misiones
en base a su objeto o fin. No son territorios, sino personas: los que no conocen a Cristo o no creen en él.
…. No se desea introducir un concepto jurídico-estático, sino aplicar el concepto dinámico de la Iglesia
que es el de su constitución.” YVES CONGAR, citado en J. A. BARREDA GARCÍA O.P, Sección I – Misionología
dominicana, DOMUNI, 39. La cita siguiente es de YVES CONGAR, Cristianos desunidos, 1937
11
Cf. DAMIAN BYRNE , “Juntos en la misión. Sobre la Familia Dominicana”, en “ALABAR-BENDECIR-
PREDICAR” Palabras de Gracia y Verdad (1962-2001), Editorial San Esteban, Salamanca, 2004, 238-249.
12
JORDÁN DE SAJONIA, en SANTO DOMINGO DE GUZMÁ N, Escritos de sus contemporáneos (= Escritos), Ed.
4
esperar un poco para este nombramiento. El canon X del Concilio IV de Letrán
(noviembre de 1215) que se titula “De la institución de predicadores”, pide “que los
obispos asuman varones idóneos para cumplir provechosamente con el oficio de la santa
predicación”. El nombre de Predicadores se irá tornando cada vez más propio: el papa
Honorio III, el 21 de enero de 1217 escribe una carta y la dirige al “prior y hermanos
Predicadores de San Román de Tolosa”, designando así, no solo una misión canónica
sino la identidad del grupo. En febrero de 1218, el papa escribe otra carta recomendando
“a los frailes de la Orden de Predicadores, porque estaba convencido de su útil
ministerio y género de vida grato al Señor”13 .
El nombre de Predicadores orientará siempre la identidad de la Orden en
referencia a la misión que se le encomendó desde sus inicios: proponer la Palabra de
Dios, gratis y fielmente, en busca del provecho de las almas, con el intento de seguir
sólo al mismo Señor. El nombre más que una actividad designa una identidad.
La armonía y el equilibrio de elementos que sostienen y acompañan la
Predicación dominicana la previenen de consistir en un ‘mero hacer ’. Pero no es un dato
menor para su identidad haber sido la primera Orden apostólica en la Iglesia. Como
toda identidad es dinámica, buscar la fuente que motivó a Santo Domingo y lo hizo ser
“Iglesia en salida” nos va a actualizar de manera continua en esa identidad apostólica.

2.2) La Compasión como Dinamismo Fontal de la Misión.


Jordán de Sajonia nos relata en sus Orígenes acerca de Domingo: “Dios le había
otorgado la gracia singular de llorar por los pecadores, por los desdichados y por los
afligidos. Gestaba sus calamidades en lo íntimo del sagrario de su compasión, y el amor
que le quemaba por dentro salía bullendo al exterior en forma de lágrimas” 14 . Uno de
los testigos en el proceso de canonización relata que Domingo en su oración clamaba:
“Señor, ten misericordia de tu pueblo, ¿qué será de los pecadores?” 15 . Otro testigo
afirma que Domingo “era compasivo con el prójimo y deseaba ardientemente su
salvación; predicaba con mucha frecuencia y, por todos los medios q ue podía, animaba
a los frailes y los enviaba a predicar, rogando y amonestando para que fueran solícitos

Vito Tomás Gómez García, EDIBESA, Madrid 2011, 1148-1149


13
Id., Escritos, 1164
14
Id., Escritos, n. 11 y 12, 209-210
15
LORENZO GALMES Y VITO T. GÓMEZ, Santo Domingo de Guzmán, Fuentes para su cono cimiento, B.A.C.,
Madrid, 1987, 186
5
de la salvación de las almas”16
El objetivo de la Predicación de Domingo es la “salvación de las almas” y este
deseo ardiente nace de su compasión con el prójimo. La compasión que anida en su
corazón es el motor que enciende su oración de intercesión y dinamiza su pasión de
predicación. Es notable cómo en él oración y predicación se articulan y se alimentan
mutuamente. Hablar de Dios a los hombres y a los hombres de Dios.
Por su compasión con los pobres en Palencia hasta vender sus libros y su ajuar,
su tiempo con el hospedero hereje con el que se mantiene en vigilia de conversación, su
delicadeza en el trato con los hermanos que sufren tentaciones, Domingo es percibido
por los demás como alguien que no excluye a nadie y que da cabida a todos en el
abismo de su amor. Su amor no busca la retribución para sí mismo, sino que a todas las
personas las persuade para que elijan amar a Cristo y despreciar lo mundano.17
Domingo desarrolla una multiplicidad de actividades: la misión de la
predicación, salir a pedir como mendigo, la celebración de la liturgia y los sacramentos,
el trato con los hermanos en la vida comunitaria, la oración y contemplación personal, la
atención de problemas o necesidades de la gente que se le acerca, las gestiones por la
fundación de la Orden, la atención de las monjas y tantas otras… En él no se cumple
aquello de que a mayor número de tareas hay menor rendimiento y eficacia : la
abundancia de tareas va a la par de una enorme eficacia, porque todas sus actividades
brotan de un amor que le quemaba por dentro en el sagrario de su compasión.
Los testigos destacan la armonía entre su vida interior y sus acciones:
“Su constancia de ánimo, a no ser que se conmoviera por la compasión y la
misericordia,… el sereno equilibrio del hombre interior que aparecía hacia afuera en la
manifestación de su bondad y en la placidez de su rostro. En su hablar y actuar se
mostraba siempre como un hombre evangélico”.18
El “sagrario de su compasión” 19 revela la fuente más íntima de sus actos.

16
Id., 159
17
Ibid.,
18
Id., 117 -118. “Con semejante imagen –pues no se trata de otra cosa- del doble régimen (diurno-
nocturno) se intenta mostrar una especial cualidad de presencia, una capacidad sorprendente de estar
íntegramente donde y en lo que se está. Esta condición, que representa a Domingo pasando sin rupturas
de la oración a la acción y viceversa, como se complacen en destacar varias veces los MO, marca sin
duda un grado en su perfección e integración psicológica y espiritual, aplicable al conjunto de su vida y
de sus múltiples actividades.” BERNARDO FUEYO SUAREZ OP, Los Modos de Orar de Santo domingo, Tema 4
El relato y la experiencia religiosa de Domingo, DOMUNI, 5
19
“santuario de su compasión” dice la traducción de LORENZO GALMES Y VITO T. GÓMEZ, Santo Domingo…
6
Constantito de Orvieto dice que Domingo tenía un “corazón siempre pendiente del
cielo” 20 , de ese corazón unificado brotan todas las acciones diversas en armoniosa
unidad. Por eso podemos llamar a sus actividades oficio continuo de un único Amor.
La compasión, expresada en todas las dimensiones de su vida, nace en la
contemplación de la Pasión del Señor y de la pasión por su pueblo. La compasión sólo
es posible cuando la persona se descentra de su egoísmo y es capaz de tener empatía y
percibir la situación del otro, sentir como siente la otra persona. Por eso se entiende que
la escuela de la compasión de Domingo haya sido la contemplación del Crucificado.
Salir de sí, por gracia de la oración, al encuentro de Jesús en Su Pasión lo va ejercitando
en el dinamismo de la compasión. Contemplar la Pasión del Señor le va dando agudeza
de mirada para reconocerla presente en la pasión de la humanidad. “Con una gran
sensibilidad humana y evangélica asume y se adentra en el misterio del dolor. Y éste se
convierte para él en fuente de espiritualidad cristiana y de vocación apostólica.”21
“¿Quién será capaz de imitar en todo la virtud de este hombre?” se cuestionaba
el Beato Jordán, y nosotros: ¿Cómo podremos contemplar hoy esta doble y unida Pasión
del Señor y de su pueblo y dejarnos desafiar por nuestra responsabilidad con la
humanidad? Ante tantas dificultades que atraviesan nuestros contemporáneos: ¿de qué
22
maneras mantener disponible, como Domingo, un “corazón hospital de desdichas”?

2.3) La Predicación nace de la Vida Común, la Oración y el Estudio


“…la vida común,… los consejos evangélicos,…la celebración de la
liturgia,…la oración,… el estudio,… la observancia regular…sirven directamente a la
salvación de los hombres, puesto que conjuntamente preparan e impulsan la
23
predicación, la informan y, a su vez, son informadas por ella.”
La predicación dominicana lleva el sello de ser entretejida por varios elementos:
La vida común. El estilo de vida que asume Domingo para la Orden es el estilo
de Vita Apostolica que le fuera ya familiar por la Regla de San Agustín: “Lo primero
porque os habéis congregado en comunidad es para que habitéis en la casa unánimes y

20
Id., 273
21
F. MARTÍNEZ DIEZ, La Espiritualidad Dominicana. Tema 1. Espiritualidad de Domingo y de la vida
dominicana. DOMUNI, 14
22
¡qué magnífica expresión de Pedro Ferrando! en LORENZO GALMES Y VITO T GÓMEZ, Santo Domingo de
Guzmán…, 224
23
LCO 1, § IV
7
tengáis una sola alma y un solo corazón hacia Dios. Y no tengáis alguna cosa como
propia, sino que todo sea de todos” (n 1). Es un estilo de vida comunitaria donde todo se
pone en común, y la comunidad de bienes es signo de la comunión entre las personas
por la fe y la caridad. Domingo y sus primeros compañeros eligieron la regla de San
Agustín porque era la que más permitía el ejercicio de la Predicación.
El Libro de las Constituciones y Ordenaciones de la Orden de Predicadores,
luego de su Constitución fundamental, se inaugura con el artículo de la Vida Común
(Sección Primera, Capítulo 1, Artículo 1). La vocación común a la fe y a la Predicación
es también un llamado a la vida común. No solo como consecuencia natural de
conveniencia entre quienes comparten un mismo objetivo, sino como don y tarea
particular: la comunidad, al compartir y celebrar la fe, testimonia y realiza la novedad
de la Iglesia que predica.
La comunidad es un elemento esencial a la Predicación. El predicador no habla
en nombre propio, sino que va enviado desde la Iglesia-Comunidad. Tener la
experiencia de la vida común es indispensable para un predicador eclesial porque la
misma Palabra que predica es una invitación a la reconciliación y a formar comunidad
en la Iglesia 24 . El testimonio evangélico de los discípulos que fueron enviados por Jesús
de dos en dos a proclamar la Buena Noticia del Reino, y el ejemplo de Domingo, que el
15 de agosto de 1217 envía a los frailes en grupos a distintas ciudades a estudiar y a
fundar conventos, ilustra el carácter comunitario de la Predicación.
Todo en la vida de Domingo se establecía en función de la Predicación de
Jesucristo. El pedía a sus frailes que le prometiesen comunidad y obediencia 25 , pues
integrar la comunidad es asumir un estilo de vida apostólica y regular donde todos
obedecemos a la Misión, al Proyecto de Predicación que orienta e informa toda la vida.
En este sentido la comunidad es Instrumento de la Predicación. La Predicación del
Evangelio brinda a la vida común su más profunda perspectiva. Y por ser expresión
trinitaria y eclesial, la comunidad también es Palabra de predicación.
Domingo muestra en su testimonio y en las constituciones la importancia de esta
Comunidad-Palabra. “Nadie como él en el trato siempre honesto y amable con sus
frailes y compañeros” 26 . La delicadeza de Domingo para la vida comunitaria es

24
LCO 2, § II
25
LCO 17
26
LORENZO GALMES Y VITO T. GÓMEZ, Santo Domingo de Guzmán…, 273
8
resaltada por todos quienes le conocieron: su palabra y su silencio, su firmeza y su
flexibilidad, su audacia y su prudencia, su sinceridad y su capacidad de
arrepentimiento,…en fin, era un hombre exquisitamente dotado humana y
teologalmente para el trato con los demás y para la vida común: “como amaba a todos,
de todos era amado…apenas le veían, se introducía sin dificultad en su corazón.” 27 . Él
nos enseña que la comunidad necesita de la comunicación. Una vinculación afectiva e
interpersonal en clima de misericordia alentará a cada hermano o hermana a desarrollar
y encauzar todo su potencial evangelizador en el proyecto de la misión común.
La comunidad debe disponerse real y efectivamente para vivir su misión de
Predicación en lo concreto de su situación particular. La ley de la encarnación también
exige que la comunidad misma organice y dinamice su vida 28 para ser verdadera Casa
de Predicación 29 . Por otro lado, cada hermano luego de su formación inicial es
considerado un “hombre maduro”30 , por eso la vida comunitaria debe apoyarse sobre
todo en la responsabilidad personal de quien internaliza su necesidad e importancia.
Vida Común y Pobreza. Domingo promueve la Vida Común en pobreza, para
que la Predicación, además de ser eclesial y apostólica por misión canónica, también lo
sea “verbo et exemplo”31 : esa es su mejor identificación eclesial. Si dejar de procurar
una vida digna para los hermanos (“a cada uno según su necesidad” dice la Regla de
San Agustín), la pobreza de la comunidad fue siempre uno de los desvelos de Domingo
hasta en los últimos momentos de su vida32 .
La relación entre pobreza, predicación y comunidad queda muy bien atestiguada
en los primeros Frailes Predicadores en América Latina. El desapego y la pobreza de su
vida garantizaban su libertad de palabra al no buscar puestos ni beneficios, ayudaban a
una vida más fraterna al compartir lo poco que se tenía y ahondaban la experiencia
espiritual al vivir con mayor radicalidad la providencia de Dios33 .

27
Id., 118-119
28
Cf. Del “Propositum” de la Orden al Proyecto conventual de vida apostólica. Carta del M.O. Fray Bruno
Cadoré, OP a los Frailes de la Orden, 21 de septiembre de 2015
29
“Casa de Predicación es el título que reciben las Comunidades dominicanas desde el inicio” ( F.
MARTÍNEZ DIEZ, Domingo de Guzmán. Evangelio viviente. Ed. CIDAL
30
LCO 1, § VI: … son afirmadas y promovidas de modo singular la responsabilidad y la gracia personal de
los frailes. Cada uno, después de terminada la formación, es considerado como hombre maduro, puesto
que enseña a otro hombre y asume múltiples funciones en la Orden.
31
H.M. VICAIRE, Historia de Santo Domingo, EDIBESA, Madrid, 2003, 414.
32
“Deja a los frailes en herencia la caridad, la humildad y la pobreza”. Id., 275
33
Cf. M. A. MEDINA ESCUDERO O.P, Misionología y metodología de los dominicos en América, DOMUNI, 4
9
Ni “comunidad-hotel” ni “comunidad-ombligo”: tenemos el desafío de vivir la
comunidad dominicana, instrumento y palabra de Predicación. Atender al Proyecto
comunitario, a la comunicación afectiva y profunda, al compartir los bienes y nuestras
vidas en pobreza, nos irá entrenando en la dinámica de salir de nosotros mismos al
encuentro de los otros –en la comunidad y en la misión- y al encuentro del Otro que es
quien hace posible todo encuentro y toda Predicación.
La Oración. La vida de oración personal y comunitaria es otro de los elementos
vitales en Santo Domingo. “Nadie como él tan diligente en las vigilias y oraciones” 34 es
el testimonio unánime de quienes le trataro n. Su deseo de oración le mantenía despierto
por las noches y su compasión se volvía intercesión. En los viajes pedía a los hermanos
que caminen pensando en el Señor, y recomendaba a todos que hablaran con Dios o de
Dios. Celebraba con gran fervor la Eucaristía y asistiendo con los frailes al canto del
Oficio Divino, los animaba e iba de un coro a otro estimulándolos en su devoción 35 . Su
ejemplo de orante quedó plasmado en la obra Los nueve modos de oración de Santo
Domingo. Aquí se nos explica la manera de orar “muy frecuentada por el
bienaventurado Domingo, según la cual el alma ejercita los miembros del cuerpo para
dirigirse con más intensidad a Dios y, al ponerlo en movimiento, se eleva por encima de
él”36 . Esta obra que, en la principales ediciones, se presenta ilustrada nos da una clase
práctica de antropología al mostrar que alma y cuerpo oran juntos : el alma ayuda al
cuerpo a orar y el cuerpo ayuda al alma a orar, ora todo el ser humano pues alma y
cuerpo se conciben unidos formando un solo ser37 .
La oración y la ascesis ayudan a Domingo a “mantener el espíritu totalmente
orientado a lo divino” 38 . Esa “total orientación de su vida” nos habla de la
transversalidad de la dimensión contemplativa en la vida dominicana.
En el texto del Séptimo modo de orar se incluye un relato ejemplar (exemplo),

34
LORENZO GALMES Y VITO T.GÓMEZ, Santo Domingo de Guzmán…, 273
35
Id., 168
36
“Ignoramos quién ha podido ser el autor del relato... El opúsculo procede de la zona de Lombardía, y
acaba integrado a finales del siglo XIII en el Libellus de Teodorico de Apoldia”. “La traducción está hecha
sobre la edición crítica latina de Simon Tugwell (1985, 81-92)” BERNARDO FUEYO SUAREZ OP, Los Modos de
Orar de Santo domingo, DOMUNI, Tema 2, 10; Tema 1, 1
37
La experiencia de Domingo concuerda con lo que Tomás confirmará con su reflexión teológica: afirmar
la bondad de lo corpóreo y que “los elementos materiales forman parte substancial de toda experiencia
genuinamente humana”( G. CELADA, Tomás de Aquino, maestro y testigo de la fe, 214. Material brindado
por MARTÍN GELABERT BALLESTER OP, Tomás de Aquino, Teología y espiritualidad, DOMUNI)
38
LORENZO GALMES Y VITO T.GÓMEZ, Santo Domingo de Guzmán…, 240
10
que otras versiones del texto no presentan 39 . Después de corregir al sacristán con azotes,
Domingo le dice: “Vete, hijo, ya has aprendido cómo mirar con atención a una mujer,
sin juzgar por las apariencias. Reza también tú para que Dios te haga modesto en la
mirada”. Domingo, desde su experiencia de contemplación, adopta la mirada de Dios
sobre la historia y las personas, e invita a los demás a adoptar también esa mirada. La
oración ayuda a mirar con “modestia”: mirada serena, atenta y que ve más allá de las
apariencias. La oración nos ejercita en una mirada contemplativa que debe abarcar toda
nuestra vida: “los miembros de la familia dominicana han de ser contemplativos en el
silencio del claustro y en el bullicio de la calle, en la oración y en la acción; en el
estudio y la investigación personal y en el diálogo comunitario…” 40
La Orden guarda la tradición de llamar al Silencio “padre de los predicadores” 41 .
Es muy fecunda la relación que existe entre la Palabra de Dios y el silencio necesario
para que Ella sea escuchada, recibida, meditada, orada, internalizada, estudiada,
comprendida, y predicada. El silencio de la oración y el estudio es el gozne, la bisagra
que une y articula Palabra de Dios y palabra del predicador. Aun reconociendo la
existencia de una sana y permanente tensión entre contemplación y acción, entre
oración y predicación, es necesario afirmar que toda la vida dominicana, especialmente
su dimensión contemplativa, existe en función de la Predicación.
“Contemplar y entregar a los demás lo contemplado” es el lema que desde
Tomás de Aquino nos ayuda a integrar la contemplación en y para la Predicación. Y
justamente, porque en el mundo de hoy las palabras abundan, es más urgente que nunca
poder compartir con la humanidad el fruto de la contemplación: una nueva mirada
acerca de la vida, la historia y el mundo, una mirada que nos permit a descubrir el
Sentido de la vida que brota de una experiencia cristiana de Dios. “El drama
fundamental del ser humano no es la falta de placer, sino la falta de sentido. Sin placer
se puede vivir, sin sentido sólo cabe el suicidio”. 42 La vida de oración nos va volviendo,
como Domingo, totalmente orientados a lo divino. El testimonio de esta experiencia
motivará más que muchas palabras y animará a otros al encuentro con el Señor.

39
La versión más divulgada del Rossianus 3 no presenta la incorporación de dos relatos ejemplares
(exempla) en los modos séptimo y noveno, que alargan la narración de forma sensible. Cf. BERNARDO
FUEYO SUAREZ, Los modos de orar…, Tema 2. Origen, formas y fortuna literaria, DOMUNI, p. 2
40
FELICÍSIMO MARTÍNEZ DÍEZ, O.P. La espiritualidad de la vida dominicana. Tema 2. La espiritualidad
dominicana hoy: aportes del dominicanismo. DOMUNI, 17.
41
Ibid., 18
42
Victor Frankl, citado en Ibid., 29
11
El Estudio. Estudio y contemplación están estrechamente relacionados. El
estudio ayuda a la contemplación directamente, iluminando el entendimiento en la
consideración de lo divino e indirectamente, removiendo los errores que alejan de la
verdad divina 43 . El estudio es también un modo de oración. El Octavo de los Modos de
orar muestra a Domingo en diálogo con el Señor revelado en los textos que estudia:
se sentaba tranquilo y abría ante él un libro. Hecha la señal protectora de la
cruz, comenzaba a leer. Su mente se encendía dulcemente, cual si oyese al Señor que le
hablaba… Por los gestos de su cabeza, se diría que disputaba mentalmente con un
compañero. Pues tan pronto se le veía impaciente como escuchando tranquilo; discutir
y debatir, reír y llorar a la vez; fijar la mirada y bajarla, y de nuevo hablar muy quedo y
golpearse el pecho 44 .
El estudio cristiano difiere de la contemplación filosófica porque “en el corazón
de la contemplación cristiana hay amor no a las ideas puras, sino a Dios y a nuestros
hermanos”45 . Para Santo Tomás el estudio de la sabiduría es el más perfecto, el más
sublime, el más provechoso y el más alegre de los saberes humanos, porque la
semejanza es causa de amor y el estudio de la sabiduría nos une especialmente a Dios
por amistad46 .
“El estudio no es la finalidad de la Orden, pero es de suprema necesidad para el
fin que es la predicación y el trabajo por la salvación de las almas, porque sin el estudio
no podemos hacer ni una cosa ni otra”47 . El estudio de la Palabra de Dios así como de
otras materias que favorezcan una mejor comprensión de esa Palabra, o una mejor
comprensión del mundo y las culturas contemporáneas en donde esa Palabra sigue
resonando, es un elemento clave para la Predicación. Domingo daba mucha importancia
al estudio de la Palabra y de las ciencias auxiliares. El mismo, tanto en Palencia como
en Tolouse, se entregaba al estudio 48 y exhortaba a los frailes para que “estudiaran
constantemente”49 “ya que tenían que predicar el Evangelio”50 .

43
Cf. TOMAS DE AQUINO, Suma de Teología II-II, q. 188, a.5
44
Cf. BERNARDO FUEYO SUÁREZ O.P., Los modos de orar de Santo Domingo, Tema 1, DOMUNI, 19
45
M. D. CHENU, Santo To más de Aquino y la Teología, Ed. Aguilar, Madrid, 1962. Capítulo III (Editado en
DOMUNI, “Documento_CHENU_Sto_Tomas_y_la_Teología”, 10)
46
TOMÁS D E AQUINO, Suma contra los Gentiles, libro I, capítulo 2. (en: MARTÍN GELABERT BALLESTER, Textos de
Tomás de Aquino comentados, DOMUNI, 5)
47
HUMBERTO DE ROMANIS, Comentario a las Constituciones, Opera II, p. 41. Citado en DAMIAN BYRNE, “El
ministerio de la predicación”, en “ALABAR-BENDECIR-PREDICAR”…, 223.
48
LORENZO GALMES Y VITO T.GÓMEZ, Santo Domingo de Guzmán…, 223
49
Id., 161
12
Mediante el estudio buscamos la Verdad. Santo Tomás, en la Suma de Teología,
hace suya una frase de San Ambrosio: “Toda verdad, la diga quien la diga, procede del
Espíritu Santo” (I-II, 109,1). Esto da al estudio dominicano dos cualidades: la búsqueda
de la Verdad no es únicamente intelectual sino también afectiva y orante, esto significa
que se estudia por amor a la Verdad que es Dios mismo; y también manifiesta una
mirada positiva hacia la cultura humana y alienta una actitud de amplitud intelectual.
La tradición de la Orden siempre supo “tener abierta la mirada a los valores y
exigencias de la cultura profana”51 . Promovió la amplitud en el estudio en cuanto al
contenido: el estudio no se circunscribió a las ciencias sagradas pues ya Fray Alberto
Magno consideraba necesario el estudio de otras ciencias además de la teología para
buscar la verdad en la naturaleza. Y se estudió con amplitud en cuanto al modo de
buscar la verdad: se abordaba la sabiduría “profana” de los filósofos desde el diálogo y
tratando de descubrir el aspecto de verdad que había en todas sus posturas.
El estudio nos pone en camino de itinerancia mendicante. No somos dueños de
la Verdad, sino sus buscadores y sus “mendigos”. La verdad no se termina nunca de
poseer totalmente porque estamos siempre en camino hacia ella. Estudiar es
disponernos a la conversión, a dejarnos modificar por la Verdad que, por ser Dios
mismo, “es sublime y no abarcamos” (Salmo 139, 6). El estudio también nos abre a la
esperanza. En toda ciencia, una verdad mayor puede seguir escondida y no haber sido
aún descubierta del todo. Cuando algo puede parecer ya cerrado a toda novedad, la
verdad puede alumbrar nuevos mundos con nuevo resplandor 52 . Y como la verdad no es
monopolio de nadie 53 , el estudio nos invita a la comunión con los demás, para buscar
juntos la Verdad mediante la mutua escucha.
El equilibrio entre tantos elementos de la predicación que fuimos nombrando
(vida común, oración, estudio) no parece sencillo de vivir... Quiero proponer una
comparación que puede ayudar a comprender el dinamismo de este “equilibrio”: el
ejemplo de una red. Cuando un hilo se une o se ata con otro, y con otro, y otro, la
debilidad de cada hilo ajustada y unida al otro se va anudando en fortaleza. Creo que
este símil de la red tejida o trenzada nos puede ayudar a vislumbrar cómo la búsqueda

50
Id., 314
51
MARTÍN GELABERT BALLESTER OP, Tema 2. Tomás de Aquino: teología y espiritualidad, DOMUNI , 13
52
Cf. TIMOTHY R ADLIFFE, “El manantial de la esperanza. El estudio y el anuncio de la Buena Nueva”, en
“ALABAR-BENDECIR-PREDICAR”….
53
San Agustín: La verdad no es mía ni tuya, para que pueda ser tuya y mía (Enar. In ps. 103, 2, 11).
13
de vivir el equilibrio inestable de elementos aparentemente contrarios (contemplación y
predicación; libertad personal y vida común, itinerancia y observancia regular,…) es, en
realidad, la garantía de la solidez y fortaleza de la Predicación. El cuidado de cada
elemento ayuda al sostenimiento de los otros… Y sin embargo, cuando la tensión entre
los elementos se exceda, y en razón del fin de la Orden, el Libro de las Constituciones –
desde los orígenes - confiere al superior la facultad de dispensar “aquello que pareciere
impedir el estudio, la predicación o el provecho de las almas” (LCO 1 § VI)

2.4) La Predicación de la Verdad: Jesucristo


Después de considerar la fuente que dinamiza la predicación y el modo en el que
ésta se realiza en la tradición dominicana, es necesario abordar el contenido y el objeto
de la Predicación: ¿Qué es lo que se anuncia? ¿Qué o a quién se predica?
Veritas. La Orden ostenta el lema de la Verdad: “Veritas”. El año 1333, el
emperador Luis de Baviera, habría afirmado que: "La Orden de Predicadores es la
Orden de la verdad, ya que la defiende con tanta decisión como libertad". Gerardo de
Frachet en su “Vida de los hermanos” pone en boca de Jesús esta frase a su Madre: “Les
daré mis Predicadores. Ellos les iluminarán para que no vivan en el error”54 .
Pero… ¿qué significa hoy la Predicación de la verdad?
El mismo nombre de Post-modernidad con el que designamos el tiempo actual,
expresa que algunos elementos modernos quedaron superados. Uno de ellos es la plena
confianza en la razón intelectiva. La humanidad ha sufrido con guerras y masacres la
voluntad de imponer una verdad a los demás. La cultura actual ve la tolerancia como un
valor y nadie puede imponer a otros “su verdad”, aunque esto nos deje en un cierto
escepticismo intelectual y en la sospecha de que no existe una verdad única. Otro de los
elementos postmodernos vigentes es el lugar importante que ocupan las emociones y la
fidelidad a lo que “uno siente” como verdadero: ser auténtico es “hacer lo que siento”.
Una concepción intelectualista de la Verdad nos dejaría lejos de la comprensión
de nuestros contemporáneos y nos haría entender la predicación más como defensa que
como proposición de la Verdad: nos convertiríamos en “apologetas de la fe” más que en
predicadores... ¿Qué es predicar sino proponer el Evangelio como la manera más
verdadera de vivir y a la fe como la respuesta más propia y auténticamente humana?

54
Cf. https://www.dominicos.org/quienes -somos/historia-de-los-dominicos/veritas/
14
Para la tradición judeo-cristiana Dios es la Verdad. La verdad bíblica tiene un carácter
relacional: alude a la relación de Dios con su pueblo. Tiene un carácter salvífico:
garantiza la acción salvífica y liberadora de Dios. Está unida a la fidelidad personal,
de Dios y de los hombres, a la alianza…Conocer la verdad es conocer a Dios y a su
plan salvífico. Hacer la verdad es mantenerse dentro del plan salvífico 55 .
Para la Biblia la verdad no es primeramente algo que se conoce mentalmente: la
verdad ante todo se experimenta, se obra y se vive (Cf. Jn 3, 21).
La experiencia cristiana confiesa que Jesús es el Verdad de Dios que se nos ha
revelado gratuitamente (Cf. Jn 1, 17-18; 14, 6) para que tengamos “Vida en abundancia”
(Jn 10,10). Predicar la Verdad es –en cristiano- predicar y anunciar a una Persona,
Jesucristo, es predicar la Buena Noticia (el Evangelio) de su Vida, Muerte y
Resurrección (Kerygma), y proponer la fe como adhesión a ese Misterio de salvación.
“El propósito de la predicación no es la ilustración sino la co nversión de vida”56 .
La conversión es obra del Espíritu Santo, sin embargo la predicación debe abrir la
persona a la verdad, no solamente en el orden de las ideas, moviendo “los afectos para
que se amen las cosas significadas en las palabras” (Santo Tomás). El Espíritu Santo
obra en el predicador y en el oyente haciendo experimentar esta sabiduría de vida.
Para eso son necesarios el estudio y la contemplación: para que la predicación
pueda profundizar en la verdad del Evangelio hasta abrevar en esta sabiduría que es
vital, y pueda ser propuesta a los demás de forma comprensible y convincente.
La Verdad del Evangelio necesita ser expuesta “verbo et exemplo”: por la
palabra y el ejemplo. La palabra del predicador no puede ser totalmente contradicha por
su testimonio. Hacen falta más que razonamientos para mover el corazón: es
indispensable el testimonio. La sensibilidad contemporánea desconfía de elucubraciones
teóricas que no se corroboren en una práctica de vida. El ser humano huye de los meros
discursos y busca testigos. En este sentido la tradición de la Orden ha recomendado
siempre el uso de “exempla”: ejemplos, metáforas y parábolas que ilustran y conectan la
verdad con el oyente desde otras significaciones más afectivas. “El corazón tiene
razones que la razón desconoce” (Blas Pascal).
La Buena Noticia de Jesucristo no solo es Anuncio de Verdad para la persona
sino también sobre la persona misma porque “…el misterio del hombre sólo se

55
FELICÍSIMO MARTÍNEZ DIEZ OP, Teología de la Comunicación en clave Dominicana (I). DOMUNI, 29.
56
Id., (II), 8.
15
esclarece en el misterio del Verbo encarnado… Cristo, el nuevo Adán, en la misma
revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al
propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación”57
La Verdad que se predica de Jesucristo también implica una manera de entender
la vida humana, la realidad del mundo y de la historia. Esta implicancia global y total
del Evangelio ya está presente en el anuncio que Jesús hace del Reino de Dios 58 . El
Reino es una categoría que expresa la relación de Dios con la humanidad y la
humanidad entre sí, según los criterios del Evangelio. Un “reino de verdad y de vida,
reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz” (Prefacio de la
Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo), un Reino ya presente en la historia pero
todavía no en plenitud.
La Predicación de la Verdad invita a una conversión personal, cultural y social,
por eso la propuesta del Evangelio del Reino desafía a realizar cambios en todos los
niveles. Estas transformaciones son necesariamente históricas, procesuales, provisorias,
cambiantes y nunca acabadas. No es de extrañar que, así como a Jesús y a los apóstoles,
a los predicadores hoy les esperen también siempre desafíos nuevos.

3. Desafíos de la Predicación
Los desafíos de la predicación son muchísimos. Continuamos predicando porque la
Gracia y la Misericordia de Dios auxilian y sostienen nuestra predicación. Entre tantos
desafíos que se podrían abordar, quiero analizar tres: las relaciones entre Predicación y
Justicia, entre Predicación y secularización, y el desafío de asumir la Predicación en el
Arte y los medios informáticos. La predicación como hecho de comunicación está
constituida por tres elementos o instancias: El Evangelio como Acontecimiento -Palabra
que se comunica, el Oyente y el Predicador. Los desafíos comprometen a los tres
elementos en su conjunto. Sin embargo me propongo vincular cada desafío con alguno
de ellos para profundizar su análisis y aportar propuestas más específicas.

57
Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 22
58
“El mensaje de Jesús tiene su centro en la proclamación del Reino que en Él mismo se hace presente y
viene. Este Reino, sin ser una realidad desligable de la Iglesia, trasciende sus límites visibles… De ahí que
la Iglesia haya recibido la misión de anunciar e instaurar el Reino en todos los pueblos” III Conferencia
General del Episcopado Latinoamericano, Documento de Puebla, 226-227
16
3.1) El compromiso por la Justicia como desafío del Predicador
En la identidad de la Predicación dominicana ha quedado marcada como huella
indeleble la experiencia de los frailes en la Isla La Española, cuando en 1511 Antón
Montesino OP, en nombre de la Comunidad, denuncia en sus sermones los abusos de
los encomenderos que destruían la población indígena. Fray Bartolomé de las Casas en
su Historia de las Indias 59 va exponiendo los pasos que la comunidad transitó hasta
llegar a esa determinación: la percepción de la realidad, luego un discernimiento y
finalmente la respuesta de acción comunitaria que llevaron a cabo. Es el llamado
método hermenéutico lascasiano: “La realidad experimentada es considerada a la luz de
la Escritura y de la Teología, realizando una nueva “consideración” de ella. Escritura y
realidad se iluminan mutuamente”60 .
La respuesta profética que denuncia las injusticias nace de contemplar la
realidad, y de discernirla comunitariamente, iluminándola y contrastándola con la
Verdad evangélica 61 .. La contemplación despierta la compasión que nos hace clamar
como Domingo: “¿qué será de los pobres?”, porque nos urge su liberación integral. Si
este gesto llevado a cabo por la comunidad de frailes de La Española, es una marca de
identidad de la evangelización dominicana, nuestra Predicación no puede desentenderse
del compromiso con la justicia y la liberación62 .
El predicador no debe acotar su compromiso con la justicia al ámbito de su vida
personal: su predicación es un llamado a la conversión social, a una modificación del
entorno que permita “pasar de condiciones de vida menos humanas a condiciones más
63
humanas” . El compromiso no debe ser solo individual sino comunitario e
institucional: la comunidad misma se vuelve profecía de lo que anuncia, esbozo y
ensayo de una manera evangélicamente revolucionaria de vivir.
El compromiso por la Justicia también invita a una articulación entre
Predicación y Estudio. Esto se experimentó en la Escuela de Salamanca del siglo XVI,

59
Citado en ALFONSO ESPONERA CERDÁN, O.P., La Teología de Bartolo mé de las Casas . Tema 2. Punto de
partida hermenéutico de Bartolomé las Casas, DOMUNI, 1
60
ALFONSO ESPONERA CERDÁN, O.P., Id., 5
61
“Juntar el derecho con el hecho… y tratar entre si la fealdad y enormidad de tan nunca oída injusticia”
Bartolomé De Las Casas, Historia de las Indias, 1757-1760
62
“La prioridad de la justicia no es una moda pasajera…la experiencia contemplativa de Dios choca
contra la situación en que viven los hombres… situación de injusticia.” MIGUEL ÁNGEL MEDINA ESCUDERO,
O.P. Sección II: Misionología…, DOMUNI, 6
63 Pablo VI, Populorum Progressio, 20.
17
donde los teólogos (principalmente Francisco de Vitoria) trataban las problemáticas que
a los frailes se presentaban en la “Misión de las Indias” como a Bartolomé de las Casas,
para darles sustento teórico según razones éticas y teológicas. Es un ejemplo notable de
articulación entre misión, comunidad, estudio y contemplación.
El testimonio profético sigue siendo indispensable. Hoy la injusticia es una
realidad muy presente que debemos contemplar 64 . Frente a la catástrofe ecológica que
estamos protagonizando se nos invita a “integrar la justicia…para escuchar tanto el
clamor de la tierra como el clamor de los pobres”65 .
El compromiso por la Justicia y la Paz es una prioridad susta ntiva para la Misión
dominicana y es condición de credibilidad para los predicadores del Evangelio 66 . ¿Qué
significa hoy estudiar en las “pieles vivas” de los que sufren, y no solo en las “pieles
muertas” de los libros? ¿Cómo articular la audacia en la reflexión con la audacia en la
misión para hacer más efectiva nuestra Compasión? ¿A qué cambios nos invita hoy la
práctica hermenéutica de leer la Palabra de Dios en la Biblia y en la realidad del pobre?

3.2) La secularización como desafío en el Oyente y la Mística dominicana


El Concilio Vaticano II asume una comprensión positiva de la legítima
autonomía de las realidades terrenas, donde “las cosas creadas y la sociedad misma
gozan de propias leyes y valores”; pero también advierte la falsedad de la postura que
considera que “la realidad creada es independiente de Dios y que los hombres pueden
usarla sin referencia al Creador”67 .
Es un proceso de secularización que reviste ambigüedad. La justa y necesaria
autonomía puede derivar en una tendencia a “negar toda trascendencia, (prod uciendo)
una creciente deformación ética, un debilitamiento del sentido del pecado y un
progresivo aumento del relativismo que ocasionan una desorientación generalizada”68 .
El contexto de secularismo se vuelve desafío para el Oyente de la Predicación
porque tiene obstáculos y resistencias que reconocer y sortear, aunque también en el
mismo contexto, se pueden reconocer pistas de acceso a la fe. El secularismo presenta

64
La V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida, 63, nos invita a contemplar los rostros
de quienes sufren… que hoy no son solamente “explotados” sino “sobrantes” y “desechables”.
65
FRANCISCO, Laudato Si, 49
66
FELICÍSIMO MARTÍNEZ DIEZ OP, Teología de la Comunicación en clave Dominicana (II). DOMUNI, 33
67
Gaudium et Spes 36
68
FRANCISCO, Evangelii Gaudium, 64. Ver también: MARTÍNEZ DIEZ FELICÍSIMO OP, La espiritualidad
dominicana. Tema 3. (3.2). Apuntes DOMUNI, 66
18
algunas variantes que necesitan identificarse para ser tratadas de forma diferente:
El Racionalismo científico de formación moderna sigue contraponiendo Fe y
Razón. Según esta postura, la fe es un recurso infantil y forma parte del estadio de
comprensión mítica, que la ciencia infaliblemente logrará superar 69 . La religión es vista
por muchos como la “principal enemiga del progreso moral del mundo” 70 , y hoy en día
asistimos a un debate muy interesante (sin abordar aún en profundidad) en el que se
critica a la religión y sus creencias en nombre de la defensa de los Derechos Humanos 71 .
El deseo y la búsqueda de la verdad son valores muy presentes en estas
personas. El oyente de la Predicación debe poder descubrir que creer es razonable, y que
“la verdad racional no contradice las verdades de la fe”. Quienes “piensan que es
72
verdadero todo lo que ellos ven y falso lo que no ven” pueden animarse a
experimentar que hay sentido y verdad más allá de la razón científica o instrumental y
que existen otras fuentes de conocimiento verdadero como lo simbólico y lo emocional.
Sin excluir la razón, la fe es siempre una invitación ir con ella más allá de ella misma.
La Predicación debe ayudar a las personas a acercarse a la Mística: tener
experiencia del encuentro con Dios. La experiencia nos abre horizontes de verdad a los
que los razonamientos no llegan. Por otro lado, y sin menoscabar el valor de la razón en
el acceso a la fe, la mística reconoce que “las realidades sobrenaturales son
esencialmente simples y su simplicidad las hace inaccesibles e inexpresables en
términos de razón... La experiencia espiritual no compete solamente al entendimiento,
sino que es también una aventura del amor”73 .
La reflexión cultural hoy se abre a otros modos de inteligencia (emocional,
artística,...) ¿Podríamos dar cuenta de la inteligencia mística para que nuestros

69
Según DIEGO GOLOMBEK, Las Neuronas de Dios, Siglo XXI, Buenos Aires, 2015: “Algunos científicos
piensan que ya ha llegado el momento de arrasar con todo; por lo pronto, hace muy poquito se realizó
en el Instituto Salk de California el primer seminario sobre el tema: "Más allá de l as creencias: ciencia,
religión y supervivencia", donde… entre todos se dedicaron a discutir tres cuestiones
fundamentalísimas: ¿Debería la ciencia eliminar a la religión? En tal caso, ¿qué debiera reemplazarla?
¿Podríamos ser moralmente buenos sin el concepto de Dios?
70
Bertrand Russell, “Por qué no soy cristiano”. Conferencia pública del 6 de marzo de 1927 en Londres.
71
Diferentes concepciones de Verdad y de Tolerancia en los debates entr e los Líderes de las Iglesias y
algunos sectores del Feminismo y de activistas por el Derecho a la Diversidad Sexual.
72
TOMÁS DE A QUINO, Suma contra los Gentiles, libro I, a. 9; a.5. Ya Tomás de Aquino protagoniza una
situación que está en los orígenes de nuestro problema. Su solución a la “confrontación entre la razón y
la fe, consiste en conciliar la secularidad del mundo con las exigencias radicales del Evangelio,
sustrayéndose así a la tendencia innatural de despreciar el mundo y sus valores, pero sin eludir las
exigencias supremas e inflexibles del orden sobrenatural” PABLO VI, Lumen Eclessiae, 8.
73
MIGUEL ÁNGEL MARTÍNEZ JUAN OP, Místicos Renanos. Tema VII. El maestro Enrique Susón, DOMUNI 4; 9.
19
contemporáneos hallen verdad en la fe no solamente desde los conceptos sino también
haciendo la experiencia? ¿Qué modificaciones nos implicaría pastoralmente?...
Otra corriente del secularismo presente es el Pragmatismo consumista de placer
y confort. Aquí no interesan razones sino simplemente vivir el momento: es la versión
más inmediata del Carpe diem, quam minimum credula postero. Aún quienes eligen esta
manera de vivir reconocen la provisoriedad e insuficiencias de sus logros. Lo
conseguido, lo comprado, el placer obtenido, nunca es suficiente. La vida se vuelve una
carrera sin final ni objetivos a largo plazo.
En estas personas suele haber una sed profunda de infinito. Su inquietud solo
descansará en Dios porque “buscan fuera (de Dios) lo que no pueden hallar puro y sin
mezcla sino cuando vuelven a Él”74 . Esta sed de plenitud y de sentido es deseo de Amor.
Los místicos nos muestran que solo en el encuentro con el Amor mayor
experimentan la libertad del desasimiento de las cosas y por eso la plenitud aún en la
paradoja del vacío. No se trata de dejar de desear, sino de desear más hondo... ¿Cómo
ayudar nuestros contemporáneos a escapar del frenesí del confort para que puedan hacer
la experiencia de ese Amor que transforma y hace libre?
Otra corriente de secularización se da en la Espiritualidad secular y de la
autorrealización. Esta espiritualidad adhiere a la opción de vivir con sentido y a
descubrir este sentido inmanente en la vida misma. Mantiene con la espiritualidad
cristiana algunos puntos en común. Creemos que por la Encarnación (historicidad de la
Palabra), la historia se hace transparente de Dios, pues los acontecimientos históricos
son el material en el cual la Palabra de Dios se expresa, se revela y salva y son lugares
de la presencia del Evangelio en el tiempo75 . En la inmanencia hay Revelación.
Pero la espiritualidad secular se concibe como una espiritualidad sin Dios, y si
no hay trascendencia, la pura inmanencia nos puede terminar ahogando, porque…¿no
termina todo siendo "más de lo mismo"? A veces hemos comprendido a Dios como un
titiritero que desde afuera manejaba los hilos del mundo a su antojo, coartando nuestra
libertad y autonomía. Entonces el ser humano comenzó a buscar su auto-realización por
su cuenta, sin otros y sin el Otro. Pero la verdadera auto -realización es la salvación, y

74
SAN AGUSTÍN, Confesiones II, VI, 14
75
“Materia, progreso técnico, sociedad e historia, son los lugares de la presencia del evangelio en el
tiempo, de acuerdo con la economía de la encarnación” CHENU M.D., La fe en la inteligen cia, Estela,
Barcelona, 1966, 13
20
ésta se da a través de la apertura al Otro.
La mística cristiana descubre la paradoja de que Dios, siendo trascendente, es
más íntimo que nuestra propia intimidad y que, alentando siempre nuestros deseos más
profundos, a la vez se escapa de nuestras pretensiones de comprensión y manipulación.
Ninguna realidad puede ser identificada totalmente con Dios aunque toda realidad nos
habla de Él. La historia es Su sacramento: lo revela y lo oculta.
¿Cómo dar testimonio de Dios como el Otro que posibilita nuestra realización y
es cómplice para nuestro bien y no un enemigo? ¿Cómo persuadir a todos a que se abran
a su trascendencia más próxima que es el otro concreto e histórico?

3.3) Predicación y comunicación. Arte y Medios informáticos.


Este desafío involucra al mensaje mismo: “lo que” se comunica y el hecho
mismo de la comunicación (el encuentro de hecho).
La palabra se ha vuelto ambigua y su uso en exceso ha devaluado su valor. La
predicación es comunicación, y la comunicación puede darse a través de otras
mediaciones. Hay “palabras” en otros formatos en la cultura actual.
El Arte, es un modo del lenguaje humano, especialmente apto en lo que se
refiere a su dimensión espiritual 76 . La tradición de la Orden es rica en utilizar la
mediación del Arte en la Predicación. Santo Tomás expuso la verdad teológica, no solo
por la mediación del concepto sino también en su poesía orante (Pange Lingua, Adorote
Devote, Lauda Sion Salvatorem,…); Fra Angélico, con su enorme obra pictórica es
considerado un notable “predicador del pincel” y los pintores Fray Bartolomé della
Porta, Fray Pedro Bedón, Fran Juan Bautista Maíno, han puesto sus dotes artísticas al
servicio de la Predicación. Todos ellos, atentos a la sensibilidad de sus contemporáneos,
mediante sus obras movieron a la oración, a la internalización de valores evangélicos,
reflejaron una mirada crítica de la sociedad en la que vivían y expusieron los Misterios
de la fe en la perspectiva de la teología dominicana.
Actualmente, el pintor Kim En Joong, O.P, presenta a Cristo como la “Luz que
viene a este mundo” en su arte abstracto y busca sin ninguna figuración demasiado
77
narrativa la expresión del Misterio . De este modo puede ayudar a nuestros
contemporáneos a percibir la riqueza de la Luz del Evangelio, y abrirse a la

76
I VÁN CALVO, O.P., FÉLIX HERNÁNDEZ MARIANO, O.P. Artistas Dominicos, Introducción, DOMUNI, 2.
77
Cf. https://www.olumen.org/evento/kim-en-joong_trazos-de-luz/
21
Trascendencia sin la mediación del lenguaje conceptual y explícito de fe78 .
Además de la pintura, la poesía y la música han sido grandes herramientas en la
historia de la misión dominicana79 .
El arte es predicación que nos permite sintonizar con los hombres y mujeres de
hoy a través de las vías de comprensión que exceden lo conceptual y tienen que ver con
lo emocional y lo simbólico 80 . La psicología profundiza cada vez más las posibilidades
de comunicación emocional que la música despierta en las personas 81 y la semiótica
aborda el campo de lo visual para establecer parámetros antropológicos y sociales de
comprensión y comunicación humana en ese inmenso campo (Semiótica de la imagen).
Por otro lado, los medios informáticos están modificando la comunicación
humana. Está apareciendo un “ser humano más icónico que lógico, más sensitivo que
racional, más intuitivo que discursivo, más instantáneo que procesual, más
informatizado que comunicado…”82 . Tenemos el desafío de predicar el Evangelio a este
destinatario y en este contexto, recordando que siempre “el éxito de la predicación
supone encontrar la conexión entre el mensaje evangélico y la experiencia humana,
entre la salvación en Cristo y las necesidades más hondas del ser humano”83 .
La Orden, a lo largo de la historia, intentó entrar en comunión con las diversas
culturas aprendiendo su lengua. Es necesario hoy también formarnos en este lenguaje,
sus signos y códigos, y dialogar con los valores implícitos (interconexión,
presencialidad, impacto emocional, democratización,…) y evangelizar sus antivalores
(superficialidad, voyeurismo, individualismo, subjetivismo,…).
La posibilidad de la presencia virtual es mucho más expansiva que la física. El
“pentecostés” dominicano del 15 de agosto de 1217 se puede reeditar de formas
insospechadas a través de la predicación digital porque el envío a las naciones, tiene en

78
FÉLIX HERNÁNDEZ MARIANO, O.P., Artistas Dominicos, Tema 5. Fray Kim En Joong, O.P., DOMUNI, 23.
79 La Musicalización y versificación del Kerygma en la primera evangelización americana para que los
nativos expresaran su nueva fe mediante la música. Cf. MIGUEL ÁNGEL MEDINA ESCUDERO, O.P., Misionología
dominicana. Sección II: Misionología y metodología de los dominicos en América, DOMUNI, 65.68-69
80 Cf. FRANCISCO en EG 167: Es deseable que cada Iglesia particular aliente el uso de las artes en su tarea

evangelizadora … en la vastedad de sus múltiples expresiones actuales, en orden a transmitir la fe en un


nuevo «lenguaje parabólico»
81 W ILLIAM FORDE THOMPSON, Music, Thought, and Feeling. Understanding the Psychology of Music, Oxford

University Press, Oxford, 2009, cap. 5.


82 FELICÍSIMO MARTÍNEZ DIEZ OP, Teología de la Comunicación en clave Dominicana (II). DOMUNI, 29.
83
Id., 8.
22
el mundo digital, una multitud de cauces y caminos.
¿Los medios informáticos podrán ser “porta coelis” como han sido los templos
cristianos, esto es: mediaciones del único templo que es Jesucristo? ¿Cómo hacer de
ellos herramientas para que favorezcan el verdadero encuentro entre Dios y la persona
que es siempre real y no virtual?

Conclusión
Dios llama para una misión. Vocación y Misión van juntas. La misión es una
actividad pero sobre todo es un modo de ser y de estar en la vida.
Esto se muestra patente en la Orden de Predicadores. La Predicación es la
Misión y la Predicación es la Vocación. La Predicación es la actividad, pero ante todo la
Predicación es una identidad: es el modo de ser y de vivir.
Hemos visto cómo en la Orden todo está en función de la Predicación: es la
Misión fundamental. Es la actividad central, a cuyo servicio se ordena la vida común, el
estudio, la contemplación y la observancia regular, y como lo muestra la ley de la
dispensa. Pero la Predicación es, ante todo, la Vocación y la Identidad fundamental. Se
profesa como Predicador, se es Predicador. Y es justamente la manera en que se vive la
Predicación, en vinculación a la vida común, al estudio, a la contemplación, etc., lo que
testimonia y sostiene la Predicación como ser, antes que como hacer.
Equilibrio en tensión: las estructuras sostienen la vida, pero también pueden
llegar a ahogarla. Como herederos de Domingo, pidamos que la Contemplación y la
Compasión puedan inspirarnos formas de vida y de predicación adaptadas a las
necesidades del mundo de hoy. De esto dependerá que la llama de Domingo siga
encendiendo al mundo para el Reino.

Germán Enrique PRAVIA SILVERA

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