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El objeto del deber de los principios normativos es algo referido por ellos, el

bien, la justicia, el derecho, entre otros, una categoría moral que no es una
conducta concreta; y aunque ésta se puede llegar a conocer, su determinación
queda al margen del principio mismo. Por eso los principios no son normas porque
en ellos no se establece la conducta exacta objeto del deber que contienen.

En tanto que la palabra norma designa una reglamentación o una orden.


Norma significa que algo debe ser o suceder. Su expresión idiomática es un
imperativo o una frase referente a lo que debe ser. El Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española define la palabra norma como la “regla que se
debe seguir o a que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades, etc.”. Así
pues, tenemos que las normas dirigen todas las acciones del hombre, y el sentido
que toma esa dirección, dependerá en gran medida del tipo de norma a la cual se
sujete el individuo, toda vez que existe una variedad de ellas, las cuales se aplican
a diferentes aspectos de la persona.

La distinción práctica y teórica entre moral y derecho ha sido resuelta, en


general, en términos ontológicos: es la moral, como cosa, que se diferencia del
derecho, como cosa distinta. Por cierto que se trata de cosas nada simples y de
difícil identificación. Pero, para esta actitud, que posiblemente corresponda a los
presupuestos ontológicos tácitos de los lenguajes naturales y las comunicaciones
establecidas en ese nivel, esas cosas o entes (la moral y el derecho) pueden ser
datos de la más diversa índole, y sus diferencias ser también de muy diversa
variedad. Pero, ateniéndose a la extrema vaguedad de aquellos presupuestos, las
relaciones también supuestas entre el dominio objetivo denominado «moral» y el
correlativo «derecho», son también muy diversas: por lo general se supone que
alguna superposición (intersección) se da entre ambos dominios. En discursos
más específicos de moralistas y juristas, la tendencia puede ser más radical:
algunos pensadores moralistas consideran al derecho incluido en la moral, como
un subconjunto propio o como equivalente. Algunos juristas positivistas piensan
ambos dominios como excluyentes.

Siguiendo el orden de ideas, las normas morales son aquellas que rigen la
conducta de un ser humano en su relación e interacción con la sociedad, la moral
se relaciona con el estudio de la libertad y abarca la acción del hombre en todas
sus manifestaciones. Es una norma de carácter autónoma, incoercible, unilateral e
interna.

Las normas morales son las reglas, preceptos o lineamientos que rigen la
conducta de los individuos en una sociedad específica. Es un código de conducta
que se centra en valores relacionados con el bien, el mal, la justicia y la sana
convivencia. Para definir con exactitud qué son las normas morales es importante
entender qué es la moral, a qué se refiere. La palabra moral proviene del latín
moralis, que significa “referente a las costumbres o a la manera de hacer las
cosas”. La moral se relaciona con el actuar de los individuos a partir del bien y el
mal. Cada persona tiene un sistema de creencias o valores morales en los que
basa su existencia y su convivencia con los demás.
La moral rige la forma de actuar de las personas; cómo enfrentan las
situaciones sociales: las cosas que harían o no harían de acuerdo con un criterio
propio y a la vez colectivo que establece lo que es considerado correcto e
incorrecto para la dignidad humana. Las normas morales se aprenden a partir de
la convivencia social y de la interacción con otras personas; se basan valores
como el bien, la virtud, el deber, la justicia, el respeto, la dignidad, que se
transmiten para establecer una convivencia social sana y de respeto que tiene en
cuenta los derechos y deberes humanos.

Las normas morales poseen una serie de características que la diferencia


de las demás normas existentes, ella son las siguientes: No son normas punibles;
es decir, su incumplimiento no es sancionado. A diferencia de las normas
jurídicas, las normas morales no se encuentran redactadas en un código oficial o
constitución que deba respetarse y cuyo incumplimiento suponga un castigo, como
la cárcel o el pago de una retribución. Infringir una norma moral puede tener como
consecuencia el rechazo social, la inadaptación al sistema social, el sentimiento
de culpa, entre otros.

Las normas morales también son incoercibles; es decir, no se puede ejercer


coerción para que se cumplan: no se puede forzar u obligar a alguien en contra de
su voluntad para que siga estas normas. Pueden variar con el tiempo. No son
dogmáticas; es decir, no son inflexibles o absolutas. Se evalúan y pueden
modificarse según la consciencia social e individual, la cultura o el momento
histórico. Lo que es moral o inmoral para una persona, cultura o sociedad puede
no serlo para otra. Son internas y autoimpuestas. Estas normas las dicta la propia
consciencia, a partir de la reflexión y la aceptación de ciertos valores y criterios
morales sociales. Esto se relaciona con el libre albedrío, con la libertad de elegir
cómo actuar a partir de la conciencia de cada persona. La libertad implica que
cada uno puede decidir su modo de vida; cada persona es libre de aceptar e
imponerse ciertas normas morales para regir su conducta. Las personas deciden
si las cumplirán o no.

De igual forma, son autónomas; es decir, cada persona las establece; no


dependen de un órgano o institución que las emita de forma oficial. No están
sometidas ni dependen de regulaciones hechas por un órgano externo, como en el
caso de las normas jurídicas. Implican una responsabilidad en el individuo, una
capacidad de hacerse cargo de sus actos, de las consecuencias positivas o
negativas que se deriven de estos. Al mismo tiempo, las normas morales son
unilaterales; es decir que el sujeto es quien cumple la norma y actúa por sí mismo
sin que haya otra persona o institución que espere este cumplimiento o que lo
obligue. Por ejemplo, las leyes jurídicas son bilaterales porque hay dos partes
involucradas: quien exige el cumplimiento de las leyes y además concede
derechos, y quien acata sus obligaciones y ejerce sus derechos. Una norma moral
considera lo que es correcto no solo para un individuo sino para los seres
humanos en general. Si se basara solo en los intereses de una persona sin tomar
en cuenta a los otros, no sería una norma moral, pues se basaría en criterios del
interés propio y el egoísmo. Las normas morales deben ser válidas, neutrales y
aplicables de forma general según valores considerados justos, buenos y
correctos.

Por otro lado, también tenemos a las normas jurídicas las cuales no son
más que aquellas reglas de conducta que buscan ordenar el comportamiento
humano. Es impuesta por una autoridad competente y de no ser cumplida, el
Estado castiga al individuo con sanciones que se encuentran avaladas por leyes o
reglamentos, teniendo como fin la justicia, el orden social y el cumplimiento por
igual por parte de todos los individuos implicados. A través de las normas
jurídicas se imponen deberes a cumplir por las personas y también se confieren
derechos que éstas pueden reclamar; además deben ser obedecidas sin importar
si el sujeto las conoce o no.

Existen algunas características de las normas jurídicas que las distinguen


de otras normas, ya que son: Heterónomas: es decir que son impuestas por otro.
Bilaterales: existe el individuo que debe cumplir la norma impuesta y otro con la
facultad de hacerla cumplir. Coercibles: se puede exigir el cumplimiento de la
norma por parte del sujeto, mediante la posibilidad de castigar o sancionar a quien
no la cumple. Externas: es decir, que más allá de que el individuo esté o no de
acuerdo con la norma, debe cumplirla.

Aunque se relacionen entre sí, existen diferencias entre las normas morales
y jurídicas. Tanto las normas jurídicas como las normas del trato social rigen la
conducta humana, pero la intención que motiva a unas y otras es distinta. Entre
las principales diferencia que distinguen estas normas encontramos:

La norma moral tiene como objetivo que el hombre, a través de sus actos,
dirija su vida teniendo en cuenta el concepto de "bien" como valor supremo.
Pretende que la persona modele su comportamiento a través de la
autosatisfacción es decir, en base a su conciencia y percepción de lo moralmente
correcto. La norma moral se castiga con el remordimiento, la vergüenza y el
sentimiento de culpa, pero siempre desde un plano individual. El derecho ofrece
una amplia gama de medios punitivos como la privación de la libertad, reparación
de daños, multas, y en algunos países hasta la pena de muerte.

Las normas jurídicas de igual forma derivan de la ética, pero tratan de que
el hombre forje en su conducta en base a otro valor superior, en este caso la
justicia. La justicia es un valor social porque requiere la interacción de por lo
menos dos personas para establecer una relación, que por su ponderada rectitud
y equilibrio pueda calificarse de justa, mientras que al imperativo moral, por ser
inmanente a la conciencia, le basta una sola persona, de ahí que es unilateral. La
coercibilidad de la norma jurídica consiste en lograr su cumplimiento, si es preciso
con amenaza de la coacción.
Las relaciones entre la Moral y el Derecho constituyen una de las
cuestiones más importantes y complejas de la Filosofía del Derecho, sobre todo si
se tiene en cuenta que afectan al concepto del Derecho, a su aplicación, a las
relaciones entre legalidad y justicia o al espinoso tema de la obediencia al
Derecho. La Moral y el Derecho hacen referencia a una parte importante del
comportamiento humano y se expresan, en gran medida, con los mismos términos
(deber, obligación, culpa, responsabilidad). Se puede decir que el contenido del
Derecho tiene una clara dependencia de la moral social vigente, de la misma
forma que toda moral social pretende contar con el refuerzo coactivo del Derecho
para así lograr eficacia social.

Por su parte, el derecho mercantil, es la rama del derecho privado que


regula el conjunto de normas relativas a los comerciantes en el ejercicio de su
profesión, a los actos de comercio legalmente calificados como tales y a las
relaciones jurídicas derivadas de la realización de éstos. La actividad mercantil
está regulada por una serie de normas y principios de distinto origen y orden
jerárquico que constituyen el derecho mercantil. La jerarquía normativa, es decir,
el orden de prevalencia de unas normas sobre otras, evita o solventa supuestos
de colisión entre normas de distinto rango jerárquico.

Se dice que el derecho mercantil es autónomo en virtud de que no depende


de ninguna otra disciplina jurídica para existir, tiene su propio sistema normativo,
dispone de su propia jurisprudencia y de su doctrina. Posee características que lo
diferencia de los otros tipos de derechos existentes, entre ella: Es un derecho
creado para regular la relación y los conflictos que se pueden presentar entre los
empresarios. Es parte del derecho privado que regula la relación entre los
particulares sin importarle las actuaciones de los poderes públicos. Está
fundamentado en la tradición de los comerciantes. Es un tipo de derecho que
necesita estar actualizándose de forma continua. Tiene internacionalización. Las
normativas que rigen estas interacciones de las relaciones comerciales también
tienen que actualizarse y regularse. En el caso de que no exista una norma que
regule una determinada acción, se debe de regir por el derecho civil.

La existencia del Derecho es un hecho natural que se deriva de la


dimensión de justicia que necesariamente presentan las relaciones entre seres
humanos. El derecho no es, por tanto, algo exterior al ser humano, sino que es
una exigencia existencial, una exigencia de la naturaleza humana. Entonces, las
personas en el derecho es aquel ser que tiene aptitud para intervenir en una
relación jurídica como actor o pretensor o como sujeto obligado a quien el
ordenamiento jurídico le reconoce voluntad para ser titular de derechos subjetivos
y de deberes.

En el derecho se conciben dos tipos de persona, que son: las Personas


Naturales, llamadas también individuales, físicas, simples o concretas, son los
individuos de la especie humana y solo ellos. En sentido estricto, colectivo, moral,
complejo o abstracto, son todos los entes aptos para ser titulares de derechos o
deberes y que son individuos de la especie humana. Jurídicamente es persona
todo ser al que el Derecho considera como miembro de la comunidad,
atribuyéndole aptitud para ser titular de relaciones jurídicas Y como quiera que
esta capacidad no solo le es reconocida al hombre, sino también atribuida a
determinadas organizaciones humanas, que se crean para conseguir los fines más
variados, junto a aquel (persona física) están también, como personas, dichas
organizaciones que, por no ser hombres, se denominan personas jurídicas.

El derecho abarca una serie de criterios que son propios del ser humano,
los cuales incluyen a los individuos dentro de la sociedad de acuerdo a su
conducta y comportamiento. Estos son considerados garantes de su
desenvolvimiento en la misma. Las normas morales y jurídicas coinciden sin
embargo las normas morales no pueden ser sancionadas por el estado.
Existen normas morales o de conciencia, que no se encuentran tipificadas en los
ordenamientos jurídicos como conductas antisociales.

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