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DANNY J. LÓPEZ O.
INTRODUCCIÓN
I. La revelación
A. Definición
B. Tipos de revelación
1. Revelación general
2. Revelación especial
C. Características de la revelación especial
1. La cantidad de libros revelados
2. Los escritores
3. El tiempo de revelación
D. El alcance de la revelación especial
II. La suficiencia de la revelación especial
A. Suficiente para la fe y la práctica
B. Suficiente para la salvación
C. Suficiente para conocer de Jesucristo
CONCLUSIÓN
INTRODUCCIÓN
El tema de la suficiencia de la revelación especial o de las Escrituras ha sido uno de los más
atacados en los últimos siglos, de manera que ha sido necesario estudiar qué es lo que quiere decir el que
la revelación especial sea suficiente.
“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio
al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro,
que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová
son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que
miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande
galardón. ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también
a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran
rebelión. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca
mía, y redentor mío” (Salmos 19:7-14).
DESARROLLO
I. La revelación
A. Definición
El significado de este término es importante para poder entender el tema de la revelación especial.
El mismo puede ser definido como la “manifestación de Dios para con los hombres” (Morris L., 1976, p.
12). El término es usado varias veces en la biblia, como por ejemplo, en el Antiguo Testamento es usado
con dos palabras diferentes: “Galá”, que significa desnudar, pero figurativamente revelar (Amós 3:7)-,
“Guelá”, Revelar (Daniel 2:19). En el Nuevo Testamento el término más usado es “Apokálupsis”, que
significa revelación, manifestar o manifestación, usado en Romanos 16:25, Apocalipsis 1:1, entre otros.
En conclusión, se entiende que revelación es quitar el velo, “implica retirar la cubierta de algo que estaba
oculto” (Sproul R., 1992, p. 3).
B. Tipos de revelación
La premisa de la revelación es que Dios se dio a conocer al hombre, y no que haya sido descubierto
por el hombre. Algunos estudiosos han podido ver, no solo a la luz de la Escritura, sino también de la
naturaleza que Dios se ha manifestado (Revelado) al hombre de dos maneras, conocidas también en la
teología como: (1) Revelación general, y (2) Revelación especial. Hay una diferencia resaltante entre
ellas: En la revelación general, Dios revela pocas verdades a muchas personas y en la revelación especial,
Dios revela muchas verdades a pocas personas.
1. Revelación General
Acerca de la revelación general, puede decirse que es la manera que Dios ha usado para revelarse
a toda la humanidad, es decir, que no está limitada a un grupo o nación específica, y el medio de tal
revelación es la creación. Una definición más sencilla puede ser la siguiente: “Cuando hablamos de la
revelación general mediata, nos estamos refiriendo a la revelación que ha sido transmitida a través de
algo” (Sproul R., 1992, p 11). Algunos han agrupado el contenido de la revelación general de Dios en tres
categorías: (1) La naturaleza, (2) la providencia de Dios en la historia de la humanidad, y (3) la conciencia
humana.
A través de la naturaleza, Dios ha mostrado su eterno poder y deidad (Romanos 1:20; Salmos 19:1-
6). A través de la historia se ha visto la manifestación de la providencia divina, de manera que Él: “…quita
reyes y pone reyes” (Daniel 2:21), “…da el poder para hacer las riquezas” (Deuteronomio 8:18), entre
otras cosas. Por último, se entiende que Dios se ha manifestado al hombre a través de la conciencia, de
manera que, como enseña Génesis 1:26, tiene la capacidad de pensar y razonar, pero también de
diferenciar lo bueno y lo malo (Romanos 1:20-23).
A pesar de todas estas cosas que Dios revela de manera general, no hay en ellas algún medio a
través del cual el hombre pueda ser restaurado de su condición caída (Condición pecaminosa). En otras
palabras, nada de la revelación general muestra a Cristo Jesús como el reconciliador entre Dios y los
hombres.
2. Revelación Especial
La revelación especial se puede definir como el medio que Dios ha utilizado para revelarse a sí
mismo por medio de las Escrituras. “El término "revelación especial" se emplea para designar la
revelación consignada en las Sagradas Escrituras” (Morris L., 1976, p 57). Los teólogos han clasificado
dos temas principales como el contenido de esta revelación, los cuales son: (1) Jesucristo, y (2) la Santa
Biblia.
Jesús fue la revelación más grande Dios, puesto que la biblia misma declara acerca de Él que:
“…en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…” (Hebreos 1:1-3). Así también el evangelista Juan
ha declarado en su evangelio que Jesús es el Verbo encarnado, es decir, Dios hecho carne: “Y aquel Verbo
fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de
gracia y de verdad” (Juan 1:14).
Las Sagradas Escrituras son la segunda clasificación de la revelación especial, la cual contempla
la revelación de Dios dada por medio de sus santos siervos: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de
muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,…” (Hebreos 1:1), cuya característica
esencial es que tal revelación es inspirada (Exhalada) por Dios. Dios dice que “Toda la Escritura es
inspirada por Dios…” (2 Timoteo 3:16). Es necesario acotar que no fueron los siervos de Dios los
inspirados, sino la Palabra misma. Los Santos siervos de Dios fueron llevados o dirigidos por el Espíritu
Santo para escribir lo que Dios quería que se escribiera. Cuando la biblia dice “que los santos hombres de
Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21) el término griego usado para
“inspirados” (Soplado) no es el mismo que el usado por Pablo (dseópneustos), sino otro que denota ser
“llevado” (Féro).
El Antiguo Testamento está conformado por treinta y nueve (39) libros, los cuales todos fueron
dirigidos todos a un público específico (Los Israelitas). Cabe destacar que en la actualidad hay un número
de libros, además de los treinta y nueve, que reclaman ser inspirados o parte del AT, pero no fueron
admitidos en el canon del mismo, por no cumplir con los estándares, y obviamente, por no ser inspirados.
El Nuevo Testamento está conformado de veintisiete (27) libros, los cuales fueron dirigidos a
diferentes destinatarios (Iglesias locales y personas específicas), aunque de manera general a un pueblo:
La Iglesia de Cristo (Considerando el principio de la Iglesia universal). Al igual que en el Antiguo
Testamento, hay otros libros que reclaman ser parte del canon del Nuevo Testamento, pero no cumplen
con los estándares de canonización.
2. Los escritores
El número de siervos que Dios usó para dar la revelación especial llegan hasta los 40. Para el
Antiguo Testamento el número de participantes fue de aproximadamente treinta y dos (32) hombres. Para
el Nuevo Testamento el número de participantes fue de ocho (8) hombres. Todos ellos, de diferentes
profesiones, pero de una característica esencial en común: Llamados por Dios para dar la revelación. Los
antiguos fueron considerados profetas (Escritores del Antiguo Testamento), y los que escribieron el Nuevo
Testamento fueron considerados Apóstoles y Profetas (Efesios 2:20).
Cada uno de ellos escribió siendo guiados o llevados por el Espíritu Santo, pero en la libertad de
escribirlo en el idioma correspondiente. Además de ello, cada escritor escribió conforme a un tipo de
lenguaje o literatura, a bien saber: narración, poesía y argumentación (Puede englobarse en estas tres
categorías). Es necesario acotar que la forma de escribir y la misma escritura fue lo que Dios quería que
se escribiera.
3. El tiempo de revelación
El tiempo general de escritura de toda la biblia fue de aproximadamente mil quinientos (1500)
años, presente entonces, en estos quince siglos, diferentes escritores, algunos contemporáneos y otros no,
fueron usados por Dios para dar la revelación especial. El Antiguo Testamento fue escrito en más o menos
mil años y el Nuevo Testamento fue escrito en 50 años aproximadamente.
Uno de los asuntos más frágiles de la sociedad tiene que ver con la moralidad, la cual según la
filosofía de este mundo, viene a ser relativa en función de cada sociedad. De manera que en los diferentes
grupos, lo bueno o lo malo dependerá de lo que el mismo quiera creer. Pero en la biblia se encuentra un
referente moral, el cual procede de Dios mismo, es decir, que el estándar moral que debería tener este
mundo, que es la creación de Dios, es el que ya ha revelado, eso es suficiente para el orden en una
sociedad: “Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya
bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para
siempre” (Deuteronomio 4:40).
Pero a causa de la naturaleza pecaminosa, el hombre natural no podrá cumplir perfectamente los
estándares morales, y si llegare a esforzarse en ello y a lograr conseguir algún beneficio, aun así serán
esfuerzos inútiles para alcanzar algún bien espiritual, por lo que únicamente para el creyente, esta
revelación es suficiente para que pueda llevar una vida piadosa y digna del llamamiento, en cuanto a fe
y práctica se refiere. Se concluye que si bien la revelación especial es inspirada por Dios, y que no hay
otro libro en el mundo que haya sido inspirado por Dios, entonces el creyente solo tomará de esta
revelación todo lo necesario para la fe y práctica, pues solo ella es suficiente.
No es de sorprenderse que los ataques que llegan a la suficiencia de las Escrituras, en cuanto a
materia de salvación, vienen de la misma Iglesia, la cual ha abandona la revelación especial para hacer
uso de referentes más atractivos, pero insuficientes para salvar. El Apóstol Pablo, guiado por el Espíritu,
dijo: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a
Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” (1 Corintios 1:21), y “…pero nosotros
predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; más
para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.” (1 Corintios 1:23-
24).
Hablando de los cuatro evangelios, Ireneo dice: “Tan firme es el cimiento sobre el cual descansan
estos Evangelios, que los mismos herejes dan testimonio de ellos, y, a partir de estos [documentos], cada
uno procura establecer su propia doctrina.” (Thielman F., 2005, p. 40). Desde un punto de vista, Ireneo
resalta que los herejes reconocieron la inspiración de estos escritos, pero solo de uno de ellos,
dependiendo de la filosofía de pensamiento. Las personas de los primeros siglos cometieron el error de
tomar un solo evangelio de los cuatro, para basar en ella su teología de Cristo Jesús, cayendo en no poder
ver la diversidad y unicidad de estos cuatro evangelios. Por consiguiente, es necesario recalcar que toda
la biblia habla de Jesús, y no se le puede quitar, pues como está, ya es suficiente.
La revelación especial presenta la meta de cada oficio que Cristo Jesús constituyó en la Iglesia y
en ella se ve como cada uno debe presentar a los creyentes toda la manifestación de Cristo Jesús (La
revelación especial), para que lleguemos a la estatura de Cristo: “Y él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a
la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de
la plenitud de Cristo;” (Efesios 4:11-13).
CONCLUSIÓN
Se entiende que la suficiencia de la revelación especial comprende por lo menos tres áreas a
resaltar, que ella es suficiente para dar al hombre lo necesario para la fe y la práctica, que la revelación
especial es suficiente para dirigir al hombre pecador a su salvador (Cristo Jesús) y que no hace falta otra
manera, pues es insuficiente; y por último, es suficiente para conocer lo necesario acerca de Jesús.
REFERENCIA
R. C. Sproul, (1992) Las grandes doctrinas de la biblia, Miami Florida: Editorial UNILIT
Frank Thielman, (2005) Teología del Nuevo Testamento, Miami Florida: Editorial Vida