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TEMA 7: INCAPACIDAD PERMANENTE

La Seguridad Social protege la incapacidad permanente a según los niveles: (a) contributivo, y (b) no
contributivo. Por lo tanto, establece:

1. CONTRIBUTIVO: tiene que desarrollar una actividad profesional y cumplir unos requisitos propios. La
prestación está basada en sustituir las rentas por la reducción o anulación de la capacidad para
trabajar. Digamos que lidia con los inválidos.

2. NO CONTRIBUTIVO: valora hechos biológicos objetivos que impidan trabajar. Es decir, se centra en
los discapacitados.

Artículo 194. Grados de incapacidad permanente.

1. La incapacidad permanente, cualquiera que sea su causa determinante, se clasificará, en función del
porcentaje de reducción de la capacidad de trabajo del interesado, valorado de acuerdo con la lista de
enfermedades que se apruebe reglamentariamente en los siguientes grados:

a) Incapacidad permanente parcial.


b) Incapacidad permanente total.
c) Incapacidad permanente absoluta.
d) Gran invalidez.

INCAPACIDAD PERMANENTE CONTRIBUTIVA

Se define como la situación del trabajador que:

1. Ha estado sometido a tratamiento,


2. Le han dado el alta,
3. Sigue presentando reducciones anatómicas o funcionales graves,
4. Susceptibles de determinación objetiva y previsiblemente definitivas.

Es decir, de una incapacidad temporal en la que se ha sometido al tratamiento, hay unas reducciones
funcionales graves que se determinan objetivamente y que son previsiblemente definitivas. Sin embargo, si
fuera incierto si se va a recuperar o si fuera muy a la larga, entonces no obstaría para que se le llamara IP.

Deben ser lesiones producidas EN LA ACTIVIDAD LABORAL, o si son agravadas por la actividad laboral.
Artículo 193. Concepto.

1. La incapacidad permanente contributiva es la situación del trabajador que, después de haber estado sometido al
tratamiento prescrito, presenta reducciones anatómicas o funcionales graves, susceptibles de determinación
objetiva y previsiblemente definitivas, que disminuyan o anulen su capacidad laboral. No obstará a tal calificación la
posibilidad de recuperación de la capacidad laboral del incapacitado, si dicha posibilidad se estima médicamente
como incierta o a largo plazo. Las reducciones anatómicas o funcionales existentes en la fecha de la afiliación del
interesado en la Seguridad Social no impedirán la calificación de la situación de incapacidad permanente, cuando se
trate de personas con discapacidad y con posterioridad a la afiliación tales reducciones se hayan agravado,
provocando por sí mismas o por concurrencia con nuevas lesiones o patologías una disminución o anulación de la
capacidad laboral que tenía el interesado en el momento de su afiliación.

2. La incapacidad permanente habrá de derivarse de la situación de incapacidad temporal, salvo que afecte a
quienes carezcan de protección en cuanto a dicha incapacidad temporal, bien por encontrarse en una situación
asimilada a la de alta, de conformidad con lo previsto en el artículo 166, que no la comprenda, bien en los supuestos
de asimilación a trabajadores por cuenta ajena, en los que se dé la misma circunstancia, de acuerdo con lo previsto en
el artículo 155.2, bien en los casos de acceso a la incapacidad permanente desde la situación de no alta, a tenor de lo
previsto en el artículo 195.4.

Las situaciones se producen por grados, según la reducción que tenga la incapacidad sobre la capacidad de
trabajo. Es decir, es un criterio basado en la capacidad profesional habitual del sujeto que se encuentra en
activo.

 Profesión habitual: profesión que ejerce el interesado en la que está encuadrada. Es decir, actividad
profesional a la que el trabajador dedicaba su actividad profesional antes o durante el periodo de
manifestación.

1. Incapacidad permanente parcial: disminución de más del 33% de su rendimiento normal, sin impedir que
realice lo fundamental de ésta. También se considera parcial si no es que se impida el trabajo, pero hay
que hacer un esfuerzo mayor físicamente; afecta también a otros puestos de la misma categoría.

2. Incapacidad permanente total: inhabilita al trabajador para realizar hasta las tareas fundamentales de su
profesión habitual, pero puede hacer otros trabajos.

3. Incapacidad permanente absoluta: el trabajador ya no puede realizar ningún tipo de profesión u oficio. Es
decir, no se puede realizar una actividad profesional normal, habitual o permanentemente. Se percibe el
100% de la base reguladora.

4. Gran invalidez: situación del trabajador que no solo no puede trabajar de nada sino que requiere la
asistencia de otra persona para los actos más esenciales de la vida. Puede llegar al 145% de la base
reguladora.

BENEFICIARIOS

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