Manejo de riesgos en el Ministerio de los Aventureros y Conquistadores.
UNA VISIÓN HISTÓRICA DEL ABUSO INFANTIL
El maltrato infantil es uno de los problemas más graves y dolorosos de la sociedad moderna. La vi- da de millones de niños se ve brutalmente amenazada por los malos tratos que recibe de la familia, de las instituciones y de la sociedad en general. El fenómeno de maltrato a infantes no ocurre sólo en la actualidad, sino que también ha ocurrido a lo largo de la historia. Es así como el maltrato de niños por parte de adultos es un hecho conocido desde la antigüedad, como lo confirman diversos relatos históricos y literarios que se remontan incluso a la época del Antiguo Testamento, pinturas rupestres e inscripciones en monumentos indígenas. Sin embargo, el significado que cada civilización le ha dado, varía ampliamente según las características culturales prevalentes, siendo unas veces condenado, pero otras abiertamente favorecido y legitimado. Es válido decir que la forma en que los niños han sido tratados durante su infancia, se basa en la estructura social y en normas valoradas en cada sociedad y tiempo. La mayor dificultad para la evolución de las sociedades ha sido la negación de este fenómeno. Los actuales cambios en la forma de vida, como urbanización e industrialización y el desarrollo de los medios de comunicación, han llevado a los países a reconocer e identificar el elevado número de casos de abuso físico y negligencia. En los últimos 150 años el maltrato infantil se ha visto como un problema social, con complejos mecanismos sociolegales que pretenden regularlo. El concepto Síndrome del Niño Golpeado lo usó, por primera vez, el médico forense parisino A. Tardieu en 1860 en Francia, cuyo alegato por el reconocimiento médico de los malos tratos no fue escuchado hasta un siglo después; así como los enunciados también por Charles Dickens en Inglaterra, Balestrini (1888) en Italia, Caffey (1946) en Estados Unidos, entre otros, los cuales denunciaron el maltrato, la negligencia, la explotación y la muerte de los niños. No obstante, en esta misma época, A. Johnson (1868) médico del hospital de niños de Londres, insistía en que la frecuencia de fracturas repetitivas se debía a fragilidad del tejido óseo, producto del raquitismo, con lo cual se intentó minimizar el problema. Más tarde, en Estados Unidos la preocupación por este tema se inicia con el caso de Mary Helen Wilson, una niña que fue golpeada, herida con tijeras y encadenada a una cama por sus padres adoptivos; presentando síntomas de desnutrición severos y otras señales de maltrato físico y negligencia. La publicidad de este caso, en el año 1874, por el primer proceso judicial que defendía a un menor de los malos tratos físicos, obligó a reconocer oficialmente por primera vez el maltrato infantil. Como consecuencia de esto se formó en 1875, la Sociedad para la Prevención de Crueldad hacia los Niños, la que posteriormente, en 1883, fue creada en el Reino Unido. El mundo médico reconoció el maltrato infantil como posibilidad diagnóstica, recién en los años 60, debido a la publicación del trabajo de Kempe (1962) sobre el Síndrome del Niño Golpeado, el cual fue considerado como: Una condición clínica, causada por golpes físicos, intencionales de un padre o un cuidador. Así, después de dicho acontecimiento, este concepto dio rápidamente origen a los términos de abuso, negligencia y maltrato infantil. La toma de conciencia social del fenómeno de maltrato infantil, se dio paralela al desarrollo de la toma de conciencia individual. Así, se identifican cinco etapas de desarrollo por las que toda sociedad pasa antes de llegar a reconocer las variadas manifestaciones de maltrato infantil, las etapas son las siguientes. 1) Primera Etapa: El problema es negado socialmente y existiría el mito de que el maltrato infantil es escaso y atribuido a unos pocos individuos mentalmente perturbados. 2) Segunda Etapa: Se reconocen sólo los casos más extremos de abuso físico, los cuales tienen riesgo vital para el menor. 3) Tercera Etapa: El abuso físico es tratado con eficacia y la atención se dirige a aspectos tales como las consecuencias para el desarrollo infantil. 4) Cuarta Etapa: Se reconoce el maltrato psicológico y la negligencia como factores de riesgo importantes para el desarrollo sano de los menores. 5) Quinta Etapa: Se acepta la existencia del abuso sexual a menores. De acuerdo a lo anteriormente descrito, la toma de conciencia del maltrato infantil comúnmente difiere entre las sociedades y dentro de ellas, dependiendo de las condiciones políticas, económicas y culturales del país. Esto se expresa en diferencias considerables en cuanto a la internalización de normas y valores, lo cual dificulta alcanzar un consenso para establecer los límites entre paternidad normal y abusiva. Para comenzar a legislar sobre el tema, la mayoría de los países tuvieron que recorrer las 5 etapas antes descritas para recién comenzar a reconocer y aceptar la existencia del fenómeno. A comienzos de los años 60, las definiciones de maltrato infantil le prestaban exclusiva atención al abuso físico, ahora las definiciones incluyen negligencia emocional, abuso sexual y una serie de otras conductas vistas como dañinas para el desarrollo del niño. Por esto, se hace necesaria la aproximación a un concepto de maltrato infantil que sea lo suficientemente amplio como para abarcar sus distintas manifestaciones y que respete diferencias culturales dentro de un marco valórico común. Así, hay que considerar dos aspectos involucrados para la conceptualización de maltrato infantil: 1. La Violencia Intrafamiliar y el Maltrato constituyen una forma de poder ejercido en el contexto de las relaciones de dependencia que se dan en la familia. 2. El Maltrato afecta el bienestar Psicosocial del niño, del adulto responsable del maltrato, de la familia y de su entorno social
CONSECUENCIAS DEL MALTRATO
El maltrato en todas sus formas de expresión conlleva una serie de consecuencias, que van más allá de las huellas físicas que deja el maltrato físico. Se identifican consecuencias a corto, mediano y largo plazo en el desarrollo psicosocial y emocional de los menores, las cuales se describen a continuación. 1) Consecuencia del Maltrato Físico. Las consecuencias de golpes y maltratos físicos en general, producen en primer lugar daño físico, pero en el mismo instante del castigo se envían mensajes profundamente destructivos para la psique de las víctimas, ejerciendo un dramático impacto en áreas críticas del desarrollo infantil, con perjuicios presentes y futuros en el funcionamiento social, emocional y cognitivo. El carácter altamente traumático del pánico, la impotencia, el terror, las frustraciones severas y prolongadas, acompañadas de dolor y del carácter impredecible del comportamiento del padre agresor, son huellas que constituyen secuelas psicológicas que se manifiestan de las siguientes formas. a) Trastorno de la Identidad El niño golpeado puede tener una mala imagen de sí mismo, puede creer que es él la causa del descontrol de sus padres, lo que le llevará a autorepresentarse como una persona mala, inadecuada o peligrosa. b) Autoestima Pobre Al igual que los niños carenciados, estos niños tienen sentimientos de inferioridad e incapacidad, lo que puede llegar a manifestarse en comportamientos de timidez y miedo, o por el contrario, con comportamientos agitados con el que trata de llamar la atención de las personas que les rodean. c) Ansiedad, Angustia y Depresión Esta puede expresarse en trastornos del comportamiento, por miedo, ansiedad y angustia, o como síndrome de estrés pos‐traumático. A veces este trastorno, puede estar enmascarado por mecanismos de adaptación a la situación. Estos niños desconfían de los contactos físicos, particularmente de adultos, y se alteran cuando un adulto se acerca a otros niños, especialmente si lloran. También presentan problemas de atención, concentración y tienen dificultad para comprender instrucciones. Estos menores desarrollan lentamente sentimientos de tristeza y desmotivación, pudiendo llegar a un estado anímico deprimido, con comportamientos autodestructivos, como la automutilación. Los niños maltratados físicamente, son significativamente más agresivos con sus iguales, y presentan altas tasas de conductas aversivas, como patear, gritar, comportamientos destructivos y desviaciones en la conducta prosocial. Al mismo tiempo, existiría una conexión etiológica entre los malos tratos recibidos en la infancia y el desarrollo fisiológico y social de la persona, tales como el retardo del crecimiento y desnutrición ‐que no está relacionado con el insuficiente aporte de nutrientes‐ y la delincuencia y/o el comportamiento antisocial, durante la adolescencia y adultez. 2) Consecuencia del Maltrato Psicológico y Negligencia. La negligencia es básicamente la ausencia o insuficiencia crónica de cuidados físicos, médicos, afectivos y/o cognitivos. Los niños tratados con negligencia se presentan sistemáticamente mal alimentados, sucios y mal vestidos. Habitualmente quedan solos y sin vigilancia, no reciben la atención sanitaria adecuada, y son víctimas de una deprivación psicoafectiva y de falta de estimulación cognitiva permanente. En general los niños que sufren negligencia, reciben también otros tipos de maltrato, especialmente físicos; y siempre reciben un mensaje analógico que les indica que no son dignos de amor y de respeto. Este mensaje es reforzado por las palabras descalificadoras e hirientes que producen en el niño baja autoestima, sentimientos de inferioridad, de inadecuación, tristeza y ansiedad crónica. Se ha observado que los niños que sufren del maltrato psicológico y/o negligencia de parte de sus cuidadores, son exageradamente temerosos y ansiosos; y las experiencias nuevas, aunque sean positivas, les provocan excitación y ansiedad desmesurada. Con poca frecuencia demuestran alegría o placer, y se caracterizan por aparecer siempre frustrados y tristes, además manifiestan sentimientos de fracaso y vergüenza frente a sus dificultades de aprendizaje. El niño que no es amado, además de tener una mala imagen de sí mismo, percibe el mundo como amenazante y poco seguro. En la adultez, pueden presentar cuadros depresivos; ya que se ha constatado que una de las causas principales de la depresión es la deprivación afectiva durante la infancia, la cual puede ser enmascarada con otros trastornos conductuales. Los niños maltratados psicológicamente desde la edad escolar, son significativamente más propensos a mostrar retrasos en el desarrollo cognitivo que los niños no maltratados. Este fracaso se ha atribuido a la falta de estimulación y descalificación permanente de padres que se preocupan excesivamente de aspectos conductuales y de obediencia, en detrimento de las necesidades exploratorias y de estimulación, necesarias para el desarrollo normal. De esta forma, los niños expuestos a abuso verbal, cohiben poco a poco sus manifestaciones espontáneas y suprimen algunos aspectos de la conducta interpersonal, lo que explicaría el enlentecimiento en la adquisición de competencias cognitivas. Algunos estudios han revelado déficit significativos en el rendimiento académico y en el nivel intelectual de los niños maltratados física y psicológicamente, encontrándose diferencias promedios de 20 puntos menos en el coeficiente intelectual, que el de los niños que no han sido maltratados. Otros estudios demuestran un retraso de dos años en las habilidades verbales de niños con maltrato físico y negligencia, respecto del logro normal de estas habilidades. Las situaciones carenciales o de maltrato psicológico, obligan a los menores a invertir gran cantidad de energía psíquica en desarrollar mecanismos de adaptación a su situación, como por ejemplo en las relaciones interpersonales caracterizadas por la dependencia y el rechazo. Ésta aparece a raíz de la indiferencia de los padres, por lo cual el niño puede ser muy dependiente de los signos de afecto de cualquier adulto, llamando su atención indiscriminadamente para procurarse un poco de afecto, exponiéndose permanentemente al peligro del abuso sexual o del rechazo. Una vez lograda la atención del adulto, la dependencia se transforma en retirada, para protegerse del sufrimiento que puede conllevar un nuevo abandono. Así, estos niños dejan paulatinamente de buscar afecto y congelan sus emociones, negándose la posibilidad de mantener relaciones afectivas, cálidas y duraderas en el transcurso de su vida. 3) Consecuencias del Abuso Sexual. El abuso sexual de los niños, constituye un área de investigación particularmente difícil y problemática, ya que cuenta entre sus componentes con el secreto, la vergüenza y la culpa, que ponen en evidencia aspectos controvertidos de la sociedad contemporánea, como la sexualidad, el poder, los valores y actitudes hacia la infancia, haciendo muy difícil el acceso a esta realidad. Hasta hace poco, la denuncia de los niños era interpretada como producto de la fantasía infantil, y particularmente el incesto era considerado como ejemplo de la incapacidad de los niños para distinguir entre sus propios deseos sexuales y la realidad. En la actualidad se han producido algunos cambios, hay una mayor sensibilidad social y respuesta legal ante este problema, existiendo la aceptación de que los episodios más comunes del abuso sexual se dan al interior de la familia. El mayor reconocimiento social y profesional del abuso sexual, ha incrementado el número de casos conocidos o denunciados, aún cuando las cifras corresponden a un pequeña parte de la incidencia real. Esto, a raíz de que las denuncias por parte de las víctimas, se ven dificultadas por las amenazas de castigo, el temor a que su experiencia no sea creída o a la culpabilización de la propia víctima lo cual hace que el abuso se mantenga en un secreto difícil de denunciar. El carácter traumático de los comportamientos sexuales abusivos, se debe al hecho de que las conductas de los adultos se encuentran fuera de la experiencia habitual de los niños, transformando a la familia en un contexto confuso, que altera sus percepciones, emociones, la autoimagen, la visión del mundo familiar y de sus propias capacidades afectivas. Los comportamientos abusivos producen un cambio en la percepción de los cuidados familiares, desde un ambiente protector, a uno abusivo y sexualizado. Este es sentido por los niños como amenazante y confuso, produciendo en la víctima estrés, angustia y pérdida de energía. Los abusos se manifiestan en los menores como: síntomas psicosomáticos, miedos, fobia, terrores nocturnos, enuresis, amenorreas, anorexia y conductas autodestructivas, psicodependencias, automutilación, e incluso el suicidio. En el área psicológica, aparecen síntomas como fugas o bloqueos emocionales, trastorno de la identidad sexual, crisis de rabia, desinterés, pérdida de la curiosidad y trastornos mnémicos. Del mismo modo, los mecanismos de defensa utilizados por la víctima para reducir o evitar el recuerdo y sufrimiento, asociado a los actos abusivos vivenciados, le llevan a reducir su contacto con el mundo exterior. Este estado corresponde a la "anestesia psíquica y emocional", descrita en el DSM IV, o a conductas evitativas como la reticencia a salir, detención de los juegos espontáneos y la pérdida de interés por actividades que antes eran gratificantes para la víctima. En el aspecto cognitivo, aparece una caída brusca en el rendimiento escolar, con trastornos de aprendizaje, de concentración y de atención. En el ámbito conductual se presenta un extenso repertorio de conductas erotizadas como seducción inapropiada, sexualización de las relaciones afectivas, dificultad para buscar pareja o compañero sexual, agresividad y delincuencia. Al mismo tiempo, puede producir retraimiento y conductas regresivas, lenguaje inapropiado para la edad, masturbación precoz y exacerbada, promiscuidad y prostitución. Finalmente, es importante destacar que el carácter transgresivo del abuso sexual, hace que los hechos queden encapsulados en el espacio comunicacional de la familia, sin posibilidad de ser compartidos en el nterior ni en el exterior. La regla impuesta es el silencio que organiza la relación de los componentes del sistema familiar, y garantiza la supervivencia de dicho sistema. El secreto supone la convicción de que las vivencias en cuestión son incomunicables, ya que entre las personas involucradas nace un compromiso implícito de mantener lo sucedido en secreto. Este compromiso es transtemporal, no negociable e indisoluble, por lo cual la víctima se siente obligada a no denunciar lo sucedido, permaneciendo fiel y leal a las condiciones implícitas del pacto.
¿QUÉ ES EL ABUSO A LOS NIÑOS?
Se abusa a los niños cuando se les hace daño o no se les cuida debidamente. El abuso puede ser físico ‐ causando danos físicos al cuerpo del niño. Puede ser mental ‐ perjudicando la forma de pensar y los sentimientos del niño. El abuso a los niños va en contra de la ley. Si, en tu opinión, alguien le esta causando daño a un niño, debes informar a la Agencia de Bienestar Infantil (Child Welfare Agency) en tu estado. Esto lo prescribe la ley. De no informarlo, también estarías come‐tiendo una infracción. ¿Cómo reconocer el abuso a los niños? Hay dos formas de saber si un niño es victima de abuso. Una es observando al niño. Y la otra es viendo la forma como actúa el niño. Acuérdate de que un niño puede tener estas señales de vez en cuando, pero si las ves con frecuencia puede ser una señal de abuso. Las señales de abuso He aquí una lista de cosas a las que debes prestar atención: SEÑALES FÍSICAS • Golpes, cortadas, morados o contusiones que no se pueden explicar en la cara, los labios, la boca, el cuerpo, la espalda, los glúteos, las pantorrillas, o en los órganos sexuales. • Contusiones en distintas etapas de curación. • Golpes con la marca de hebillas, alambres eléctricos, o cualquier objeto que pueda hacerle daño a un niño. • En áreas distintas. • Golpes o morados que vez luego de que el niño haya estado ausente. • El niño tiene dificultad para caminar o para sentarse. • Ropa interior rasgada, manchada o ensangrentada. • Siente dolor cuando va al baño. • Padece de secreciones en los órganos sexuales. • Enfermedades venéreas, especialmente si no son adolescentes. • Necesita ir al baño con frecuencia. • Siente temor al ir a casa. • Tiene la mirada vacante o fija en el espacio. Se muestra inactivo y divaga. • Se queda muy quieto cuando observa sus alrededores (recién nacido). QUEMADURAS INEXPLICABLES Quemaduras de cigarro o de cigarrillo, especialmente en los pies, las manos, la espalda o los glúteos. Quemaduras causadas por agua caliente (en forma de calcetines, guantes o circulares en los glúteos o en los órganos sexuales). Impresiones de objetos como planchas, fogones eléctricos, etc. Quemaduras de cuerda en las manos, las piernas, el cuello o el cuerpo. Quemaduras infectadas, que demuestran no haber sido debidamente tratadas de un comienzo. SEÑALES PSICOLÓGICAS El niño siente que debe ser castigado. Demuestra temor al contacto con adultos. Siente miedo cuando lloran los otros niños. Cambios abruptos de comportamiento, desde timidez excesiva a agresividad e hiperactividad. Demuestra temor hacia los padres. Responde a preguntas con solo una palabra. Actúa como si fuera mayor de edad. Se enoja cuando quiere llamar la atención. Es incapaz de hacer buenas amistades. Busca que le den cariño a cualquier oportunidad. Tiene una mala opinión de si mismo. Intenta hacer todo lo que se le pide. Parece estar siempre de mal humor. Tiene problemas físicos continuos: dolores de estomago, vómitos, etc. Te informa de abuso sexual por parte de personas que cuidan de el. Se siente y actúa de manera infeliz. Problemas súbitos en el dormir y en el comer. Se frota las partes sexuales con frecuencia indebida. Le cuenta algo a alguien, pero no lo dice todo. ("Tenemos un secreto, pero no te lo puedo contar...", "Me gustaría decirte algo, pero no puedo..."). Aislamiento, comportamiento irracional o infantil. Ideas y comportamiento sexual muy raros. Se causa daño a si mismo. Problemas en el hablar. Se retrasa el desarrollo físico. Falta de crecimiento o de aumento de peso. Hiperactividad o comportamiento que molesta a los demás. Palidez, mirada absorta. COMO REPORTAR UN CASO DE ABUSO INFANTIL Acuérdate que es ilegal hacerle daño a un niño. Debes reportarlo cuando sospechas de que un niño esta siendo abusado Luego de haber informado sobre un caso de abuso, espera una semana y llama otra vez para ver que se ha hecho. Presta atención a nuevas señales de abuso e informarlas en detalle. Cada vez que llames, escribe el tiempo, la fecha, y a quien le hablaste. Mantén un record escrito de cada llamada y de la persona con quien hablaste. Escribe la hora y la fecha. Escribe el nombre del niño y explica por que piensas que esta siendo abusado. No te olvides. Es ilegal causarle daño a un niño. Si sabes algo… Tienes que informarlo! A continuación, algunas instrucciones que se siguen en Campeche aplicables al trabajo con los clubes*. Acciones del Personal para ACTUAR ante cualquier situación de Abuso Sexual Infantil, maltrato infantil y acoso. Es responsabilidad del personal directivo, de los consejeros y de la Autoridad inmediata superior, tomar las medidas que aseguren al alumnado la protección y el cuidado necesario para preservar su integridad física, psicológica y social, durante su permanencia en el club y conforme al horario establecido. El Director(a) del club deberá instruir al personal para que no tenga contacto con la población estudiantil, para asuntos no académicos, por vía celular, correo, redes sociales o cualquier otro medio electrónico para evitar quejas relacionadas con conductas que afecten la integridad física, psicológica y/o sexual de los educandos. Los distintos niveles educativos observarán además lo siguiente: El Director del club en coordinación con el Subdirector, deberá atender, documentar y en su caso canalizar las acciones o quejas relacionadas con Abuso Sexual Infantil, Maltrato Escolar y Acoso Escolar, hacia los alumnos y en la comunidad educativa conforme al siguiente Procedimiento de Actuación: Cuando en los clubes se detecta o se reciba una denuncia acerca de un presunto Abuso Sexual Infantil ocurrido dentro del mismo, el Director(a) procederá a realizar los siguientes pasos: Ÿ Se escuchará al niño, atentamente. Ÿ Comunicará de forma inmediata al Director y éste al anciano y al pastor. Ÿ Se le comunicará que se realizarán acciones para su protección, si el niño acepta que se le comunique a sus padres se hará de inmediato. Ÿ Valorar la situación teniendo en cuenta la afectación emocional del niño, y si es necesario como medida urgente de protección, retirar de la atención frente a la unidad al presunto responsable (si es parte del club), instrucción que se otorgará por escrito de parte de su autoridad inmediata. Ÿ Informar al representante legal de la Iglesia para los efectos conducentes. Ÿ Si el presunto responsable permaneciera en el club, se implementarán medidas que garanticen la integridad psicosexual del menor involucrado a través de la supervisión de las actividades que se realicen al interior del mismo, así como la confidencialidad de la situación. Ÿ Deberá cuidarse que, durante la intervención del niño, el presunto responsable no esté al alcance de su vista. Por ningún motivo se debe confrontar al involucrado con el presunto responsable. Ÿ Elaborar un Acta de Hechos. Ÿ Si la opinión del niño, nos manifiesta que no desea se le informe a sus padres, se procederá a dar aviso a la Fiscalía correspondiente y a la Procuraduría de Protección de Niños y Niñas, quienes harán lo pertinente para protegerlo. Esto deberá hacerse a través de un oficio en donde se dé conocimiento de la situación que se detectó con el niño; No es un oficio de denuncia y deberá de anexarse una copia del Acta de Hechos. Ÿ Generar evidencias documentales que permitan sumar conclusiones sobre la verdad histórica de la denuncia y colaborar en todo momento con las Autoridades Eclesiásticas y Jurídicas para el esclarecimiento del hecho. Acciones del Personal para ACTUAR ante cualquier situación de Posesión, Distribución o Consumo de Sustancias presumiblemente Adictivas CONDUCTAS DE RIESGO CON LAS ADICCIONES: (Son todas esas conductas que, de manera voluntaria o manipulada, arriesgan la integridad de una alumna(o), al exponerla(o) al contacto, consumo, posesión o distribución de sustancias presumiblemente adictivas por personal que labore en el club o personas ajenas al mismo). Cuando en los clubes se detecte o se reciba denuncia de que presuntamente alguna alumna(o) o personal que labora en los mismos, ha sido detectado participando en alguna de estas conductas, el Director(a) procederá a: 1. De forma inmediata y sin prejuzgar sobre la veracidad de los hechos, deberá iniciar la investigación correspondiente para esclarecer la situación y documentarla; 2. Citar a los padres de familia o tutores de los implicada/o(s), para realizar las siguientes acciones: Se levantará el Acta de los Hechos sucedidos que llevará los siguientes datos: Descripción del hecho, fecha en que se sucedió, lugar, quiénes participaron, nombre y firma de quien la redacta (la persona que haya realizado el descubrimiento), nombre y firma del Director(a) del club y si es posible nombre y firma de algún testigo del hecho sucedido; los padres o tutores firmarán de conocimiento; de ser necesario los involucrados se canalizarán a una Institución especializada que valorará su situación de riesgo con las drogas (Sistema de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Farmacodependientes, SANNAFARM, VIDA NUEVA) 3. Comunicar por escrito a su Autoridad inmediata Superior sobre la denuncia o detección anexando el Acta de Hechos; 4. La sustancia presumiblemente adictiva encontrada, se deberá de asegurar y preservar metiéndola en una bolsa transparente de ser posible, e inmediatamente se contactará a la Fiscalía correspondiente para solicitar que un agente de esa institución, acuda al club a recoger la sustancia presumiblemente adictiva, misma que se entregará con una copia del Acta de Hechos para las investigaciones necesarias; 5. De sospechar de la existencia dentro o fuera del club de una red de distribución de droga, se solicitará apoyo por medio de oficio a la Fiscalía correspondiente.
*Tomado de: PROTOCOLOS DE PREVENCIÓN, DETECCIÓN Y ACTUACIÓN EN SITUACIONES DE ABUSO SEXUAL INFANTIL, MALTRATO INFANTIL Y ACOSO ESCOLAR DEL MARCO LOCAL DE CONVIVENCIA ESCOLAR DEL ESTADO DE CAMPECHE