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Resumen
Este trabajo se propone realizar un análisis teórico-crítico de uno de los conceptos más
discutidos y analizados en sociología y ciencias políticas como es el concepto de
ideología.
El concepto de ideología desde la perspectiva marxista presenta un análisis deformado
de la realidad y que a su vez se legitima mediante distintas formas que cristalizan en la
superestructura de una sociedad y que tienen como base las condiciones materiales que
son las que determinan las relaciones sociales. Se analizará pues el concepto de
ideología tal y como lo entiende Marx para posteriormente, y éste es el desarrollo y la
misión clave de este trabajo, poder realizar una redefinición desde una perspectiva
posmarxista del concepto tal y como se define hoy en la actualidad. Para esto me
apoyaré en dos autores que beben de la corriente marxista pero que a su vez son claves
para entender la evolución de este concepto más allá del determinismo económico.
Tanto Louis Althusser como Slavoj Zizek pondrán en cuestionamiento la economía
como factor clave para entender la ideología. Me centraré en estos dos autores para
discutir la teoría de la ideología en Marx porque reflejan el paso de la ideología desde lo
que estructura a la realidad del sujeto a ser parte de la subjetividad y del inconsciente de
éste, dispersándose en distintos ámbitos sociales y en nuestra propia vida cotidiana.
Con la crisis de legitimidad que vivimos este trabajo intenta explicar cuales son las
razones por las que el sistema capitalista se sigue reproduciendo prácticamente en todo
el mundo y que no exista una alternativa sólida que confronte el sistema social vigente.
Althusser redefinirá este concepto, o mejor dicho, ofrecerá una definición completa en
su ensayo “Aparatos ideológicos del estado”.
Una de las tesis básicas de este ensayo es la función que cumple el Estado como aparato
ideológico. Althusser amplía el concepto de estado más allá de la concepción clásica
marxista del estado como instrumento de coacción represivo. Por un lado se sitúan los
aparatos represivos del Estado (policía, gobierno, cárceles, tribunales, etc.) y por otro
los aparatos ideológicos (religión, familia, escuela, sistema político, educación, cultura).
La diferencia principal es que los aparatos ideológicos funcionan más allá de la propia
administración pública del estado (Ricoeur, 1989: 168): La reproducción del sistema y
la represión ideológica del individuo son una y la misma cosa […] un Estado funciona
no solo mediante el poder sino también mediante la ideología, y lo hace a los efectos de
su propia reproducción.
Todos estos aparatos ideológicos tienen una misión clave para Althusser, que es
reproducir el orden social, mantener la estructura del sistema capitalista a través de las
relaciones sociales entre los individuos, que estos asuman su posición en la escala de
producción del sistema.
5-Conclusiones
Sin duda la lucha de clases es un concepto que, como hemos visto con la teoría de
Zizek, sigue estando vigente. La afirmación fundamental que se puede establecer
después del estudio de Marx es que este concepto es más complejo que la definición
nominalista, es decir va más allá de un resultado que se deriva de la estructura
económica del capitalismo y que se basa en la explotación. En este punto la ideología
permite, y en esto reafirmo la tesis de Zizek, ocultar una y otra vez este proceso a partir
de la concentración en un determinado suceso que impide ver el proceso global., y que
la función de la ideología, actualmente el núcleo central de lo ideológico es el
neoliberalismo, intenta neutralizar este concepto a partir de la utilización de la economía
como la ideología más poderosa. La conciencia de los individuos no contempla la
ideología capitalista como un todo, sino que es un proceso que se deriva en última
instancia de la base económica pero que está independizada de ésta en el discurso. El
neoliberalismo como ideología actual dominante emana de ella misma unos valores
específicos que sostienen la base de la economía pero se muestran como independientes
a ésta. Por ejemplo, el individualismo, la competitividad por encima de todo, el ser
humano es egoísta por naturaleza, etc. Son presupuestos que ayudan a reforzar el
enfrentamiento inmediato entre los individuos de la clase dominada pero que actúan
como supuestos naturales, indiscutibles. La ideología es fundamental para neutralizar la
lucha de clases que se deriva directamente del proceso económico, pero la lucha en este
terreno, sobre todo actualmente va más allá de lo económico. La complejización del
proceso productivo y la disolución de clases invalidan la ideología en el terreno
económico. La patria, la nación, los derechos humanos, etc. Son discursos que en última
instancia derivan de la situación económica de explotación, pero que tienen su propia
lucha, así es como funciona hoy la ideología. La única manera de confrontar hoy el
discurso dominante es desde la superestructura de la ideología, de agregar voluntades
alrededor de debates que extralimitan lo económico pero que en última instancia son
consecuencia de éste. Estos procesos ideológicos no son sólo formas de conciencia, sino
que tienen su expresión en la práctica material. Se viven día a día como la auténtica
realidad, la gente no habla del proceso productivo de la estructura económica, sino que
habla de fútbol, del programa de televisión que vio ayer. Y mientras tanto la base
económica se vuelve inalcanzable al individuo, no hay una alternativa posible porque
funciona como una entidad independiente del individuo, como un proceso con vida
propia. Esto ocurre porque lo real de la economía nos llega directamente a través de los
medios de comunicación como procesos complejos que están al margen del ser humano.
Los mercados, las crisis, la subida repentina de la bolsa son vistas como individuos
propiamente humanos que “sufren”, que “se resienten”. Este es el centro de la ideología,
presentar el proceso económico como ajeno a los individuos, para posteriormente
justificar una serie de medidas que sufrirán la mayoría de la población. Es decir las
consecuencias de una lucha de clases que es determinada en última instancia por el
capitalismo. Por tanto mi tesis es que la continuación de la lucha de clases en torno a la
ideología es cualquier cosa menos una posición neutral entorno a un tema concreto. La
existencia de lucha de clases, como afirma Zizek, implica un desequilibrio en la propia
sociedad, un desequilibrio que la ideología ocupa. Pero el papel de la ideología no cubre
este vacío de un modo neutral sino que articula los intereses de una minoría como si
fueran los intereses generales de la mayoría. En este punto la teoría marxista sigue
totalmente vigente. Ahora bien, la lucha ideológica no se trata de la confrontación
directa, por lo menos en la actualidad, con el proceso de producción o con una ruptura
radical del sistema, sino con una ruptura total de las ideas que sostienen el discurso
dominante, consecuencia de la base económica misma. Esa es mi conclusión en torno a
la lucha de clases en la actualidad, una vuelta al mundo de las ideas como medio de
confrontar lo que Marx llamaba la realidad material. El contexto histórico y las nuevas
relaciones sociales basadas en los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, la
realidad social opera en las imágenes concretas de una idea a partir de la cual
elaboramos un marco de acción, por tanto la confrontación de estas ideas concretas es el
inicio para acceder a la realidad material. Como afirma Slavoj Zizek, reinventar la tesis
undécima de Marx: Hasta ahora los filósofos no han hecho más que interpretar el
mundo, de lo que se trata es de cambiarlo”. En la actualidad esta tesis se redefiniría así:
“Hasta ahora la confrontación práctica no ha hecho más que reforzar el sistema, de lo
que se trata es de volver a pensarlo de nuevo” La coyuntura de los cambios
estructurales, económicos y sociales, establece nuevos dispositivos para afrontar la
lucha de clases. Con lo cual el hecho de realizar una acción directa muy radical contra el
sistema en el marco de un discurso hegemónico contrario a esa acción, sólo refuerza la
lógica del sistema. En este punto, cabe hacer una crítica a Althusser sobre su ensayo
Ideología y aparatos del estado examinados anteriormente, el análisis marxista no es
universal, no existe en él la construcción de categorías independientes que sirvan para
cualquier contexto histórico, es necesario analizar el momento concreto para poder
estructurar y aplicar las herramientas que conforman el análisis marxista. La
contradicción con esta tesis en la época actual, es que los cambios que se producen en la
esfera económica no surgen ya mayoritariamente de la producción, sino de la economía
especulativa y por otro lado avanzan mucho más rápido que en épocas anteriores y por
tanto es necesario cambios más radicales y a la vez más complejos.
En conclusión:
-La ideología no es una mistificación pura, una falsa conciencia, sino que estructura la
propia realidad social del sujeto.
-No existe una verdad eterna, sino que hay un discurso que ocupa el centro de las
relaciones sociales que, en última instancia, viene determinado por las relaciones
materiales.
-Ese discurso siempre es ideológico porque ocupa el desequilibrio que representa el
antagonismo social (lucha de clases)
-En la actualidad, la economía ocupa el último resquicio ideológico, pero no existe una
confrontación directa con ella, sino que sólo se representa a través de causas concretas,
que no engloban lo Real (Zizek, 1989:179).
-Estas causas concretas (nacionalismo, racismo, ecologismo…) fragmentan a la
colectividad social dominada, los adhiere a la lógica de consumo capitalista a través de
la mercantilización de sus propias causas, reforzando al propio sistema.
6-Bibliografía