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El Mito de la Caverna

Platón describió en su alegoría de la caverna un espacio cavernoso, en el cual


se encuentran un grupo de hombres, prisioneros desde su nacimiento por
cadenas que les sujetan el cuello y las piernas de forma que únicamente
pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna sin poder nunca girar la
cabeza. Justo detrás de ellos, se encuentra un muro con un pasillo y,
seguidamente y por orden de cercanía respecto de los hombres, una hoguera y
la entrada de la cueva que da al exterior. Por el pasillo del muro circulan
hombres portando todo tipo de objetos cuyas sombras, gracias a la iluminación
de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.

Estos hombres encadenados consideran como verdad las sombras de los


objetos. Debido a las circunstancias de su prisión se hallan condenados a
tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas ya
que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas.

Continúa la narración contando lo que ocurriría si uno de estos hombres fuese


liberado y obligado a volverse hacia la luz de la hoguera, contemplando, de
este modo, una nueva realidad. Una realidad más profunda y completa ya que
ésta es causa y fundamento de la primera que está compuesta sólo de
apariencias sensibles. Una vez que ha asumido el hombre esta nueva
situación, es obligado nuevamente a encaminarse hacia fuera de la caverna a
través de una áspera y escarpada subida, apreciando una nueva realidad
exterior (hombres, árboles, lagos, astros, etc. identificados con el mundo
inteligible) fundamento de las anteriores realidades, para que a continuación
vuelva a ser obligado a ver directamente "el Sol y lo que le es propio”, metáfora
que encarna la idea de bien.

La alegoría acaba al hacer entrar, de nuevo, al prisionero al interior de la


caverna para "liberar" a sus antiguos compañeros de cadenas, lo que haría que
éstos se rieran de él. El motivo de la burla sería afirmar que sus ojos se han
estropeado al verse ahora cegado por el paso de la claridad del sol a la
oscuridad de la cueva. Cuando este prisionero intenta desatar y hacer subir a
sus antiguos compañeros hacia la luz, Platón nos dice que éstos son capaces
de matarlo y que efectivamente lo harán cuando tengan la oportunidad, con lo
que se entrevé una alusión al esfuerzo de Sócrates por ayudar a los hombres a
llegar a la verdad y a su fracaso al ser condenado a muerte.
El nuevo escenario electoral rumbo a la segunda vuelta

Líderes políticos y ex candidatos ya sentaron sus posiciones para la segunda


vuelta.

La amplia diferencia de Iván Duque sobre Gustavo Petro en la primera


medición sobre intención de voto para la segunda vuelta (20 puntos) y la
manera como ambos se distribuyeron esta semana el capital electoral que
quedaba configuraron un escenario más tranquilo para la final
presidencial que el de las dos anteriores contiendas.

En los comicios del domingo pasado hubo muchas sorpresas que todavía son
examinadas en los cuarteles de los dos candidatos, y como consecuencia de
ellas, las campañas han hecho ajustes en sus estrategias esta semana.

En su camino hacia la segunda vuelta, los candidatos tendrán una menor


exposición pública, entre otras razones para evitar errores que podrían
costarles.

Las meras agendas de los candidatos para estas dos semanas que quedan de
campaña hablan por sí solas de las diferencias con la alta tensión que precedió
la jornada del domingo pasado. Por ejemplo: a lo sumo serán dos debates de
televisión, y no habrá la maratón de plazas públicas a reventar.

Clara López confirmó su respaldo a Gustavo Petro en segunda vuelta


Así quedaron las fuerzas para la segunda vuelta presidencial
¿Por qué Duque lidera la primera encuesta de intención de voto?
El Polo oficializa en un acto su adhesión a Gustavo Petro
El voto en blanco sería nuevo protagonista de la segunda vuelta
Los ‘verdes’ votarán divididos en la segunda vuelta presidencial
¿Tras anuncios de Fajardo y De la Calle aumentará el voto en blanco?

Como estrategia para cuidar los abultados resultados del domingo pasado,
Duque estará menos en el ataque, concentrará mucha actividad en los
mensajes televisión y habrá por lo menos cuatro frentes cubriendo el
país.

El ex presidente Álvaro Uribe, quien liderará una de esas rutas, estuvo este fin
de semana en Valle y Nariño, donde Duque no ganó en primera vuelta. La idea
es reforzar las zonas débiles con los más fuertes.
Por los lados de Petro, el mismo candidato ha comenzado a hacer una
especie de vaticinio sobre el triunfo de Duque al advertir que el aumento
del voto en blanco, como parece que ocurrirá, beneficiará al aspirante del
Centro Democrático. “Un voto en blanco hoy es simplemente un apoyo a
Uribe/Duque”, escribió Petro en su cuenta de Twitter.

La gran esperanza de Petro para remontar en segunda vuelta era atraer el voto
del centro que lideraron Sergio Fajardo, Jorge Enrique Robledo y Claudia
López (4’589.696 votos), a través de su Coalición Colombia, pero por lo que
han dicho estos dirigentes, no será fácil.

Fajardo y Robledo prefirieron anunciar su voto en blanco antes que


apoyar a Petro. López todavía guarda silencio.

Los 399.180 votos del candidato liberal, Humberto de la Calle, que representan
un apoyo incondicional al acuerdo de paz, tampoco estarán del lado de Petro.
También De la Calle votará en blanco.

En entrevista que EL TIEMPO publicará este lunes, Petro calificó de


“chichipatos” a quienes prefirieron irse por el voto en blanco y dijo:
“Vuelvo a convocar a todas estas personas que hoy me sacaron el cuerpo
a mí y a la responsabilidad política”.

Aunque el candidato de la Colombia Humana recibió el respaldo de sectores


del Polo y de los ‘verdes’, en sus filas muchos hablan de que, al parecer, no
será suficiente para alcanzar la mayoría de los votos que los colombianos
emitirán en las urnas este 17 de junio.

Las matemáticas son rigurosas. Duque, con sus 7’569.693 votos obtenidos
en primera vuelta, está más cerca del triunfo que Petro, quien obtuvo
4’851.254.

La académica de la Universidad Javeriana Claudia Dangond cree que “la


novedad en la segunda vuelta será el aumento del voto en blanco y de la
abstención”, como resultado de la desaparición de los candidatos del centro del
espectro. Si esto sucede, la votación total apenas podría superar los 18
millones de votos.

Sobre este supuesto, Duque estaría más cerca de lograr el triunfo, mientras
que Petro necesitaría cerca de 3 millones de votos para alcanzar a su
rival.
Laura Wills, profesora de ciencia política de la Universidad de los Andes, cree
que “el triunfo de Duque está cantado”.

“Con el apoyo de todos los partidos ya no hay mucho más que esperar.
Muchos de ellos ya se habían ido con él (Duque) y no hay tantas posibilidades
de crecer. Pero solo con los votos de Germán Vargas ya le daría a Duque para
ganar la presidencia. Gente de Fajardo, además, se irá con Duque”, agregó la
profesora Wills.

Bajaría participación

El otro factor que prevén los expertos es que la participación en la segunda


vuelta presidencial se reduzca en relación con la primera votación, como lo
afirmó la profesora Dangond.

Aunque el domingo pasado se alcanzó una votación histórica –19’336.134


electores, según la Registraduría–, diferentes factores producirían que la
abstención vuelva a crecer en la próxima jornada electoral en el país.

El exministro y exconstituyente Jaime Castro afirmó que es “muy difícil”


mantener el “nivel de participación” que se alcanzó en las votaciones del
domingo pasado, cuando se le “rompió una vértebra a la abstención”.

“No han ocurrido, ni se espera que ocurran, hechos políticos importantes


que cambien la situación política actual. La gente ya da un poco por
hecho el triunfo de Iván Duque y no se ve que esa situación vaya a
cambiar por hechos que hayan sucedido o que vayan a pasar en lo que
falta de campaña”, afirmó Castro.

El exministro agregó que el Mundial de Fútbol y las vacaciones también pueden


hacer que la gente vote menos el 17 de junio, en la segunda vuelta, ya que
esto le va a dejar “poco espacio” a la opinión pública para ocuparse de “temas
y actos políticos”.

Para Carlos Lemoine, presidente del Centro Nacional de Consultoría y uno de


los decanos en los estudios de opinión en Colombia, tanto el voto en blanco
como la abstención “es previsible que se incrementen” en la segunda vuelta
presidencial.

Según Lemoine, en esta nueva votación “no existe, al menos en las


encuestas que se han publicado, una contienda reñida entre los dos
candidatos, y eso desestimula la participación”.

“Cuando hay mucha competencia, la participación se aumenta, pero en este


caso es previsible que baje porque ya hay una corriente de opinión con un líder
importante empujándola”, afirmó el experto.

Maduro quedó arrinconado después de las elecciones

El mandatario venezolano busca desesperadamente legitimidad luego de la


“farsa” electoral del 20 de mayo, mientras enfrenta presiones de todos los
sectores internos y externos.

Maduro quedó arrinconado después de las elecciones

Nicolás Maduro no puede estar tranquilo. La votación del 20 de mayo no le


solucionó ninguno de sus problemas políticos y, al contrario, le generó nuevos
retos. Las rutas de acción se le angostan con cada hora que pasa, así se ufane
del infalible voto chavista, del 67 por ciento de los votos anunciados por la
cooptada autoridad electoral y de que nunca antes un candidato hubiera
alcanzado una ventaja como la del domingo pasado.

La realidad es otra. Maduro ganó el 20 de mayo con solo 29 por ciento del voto
nacional, tomando en cuenta la abstención, un mínimo histórico –el presidente
Rafael Caldera llegó a ser electo con 23 por ciento, pero enfrentado a otros 5
aspirantes y no en escenario polarizado–.

Las dos oposiciones configuradas en los últimos meses han desconocido el


proceso. Por un lado, la Mesa de la Unidad ––que agrupa a los grandes
partidos políticos–, el Frente Amplio –que articula acciones con sectores de la
vida civil nacional– y hasta del chavismo disidente confirmaron el aspecto
fraudulento del proceso. Afirmaron que la altísima abstención de 55 por ciento,
nunca antes vista en procesos presidenciales, refleja el rechazo popular a esa
“farsa”.

Por el otro, la postura de Henri Falcón de no avalar los resultados y


posteriormente denunciar, por medio de su equipo, inconsistencias numéricas
claras que demostrarían irregularidades.

Además, el Grupo de Lima, que agrupa a 14 países de América, ha


desconocido las elecciones “por no cumplir con los estándares internacionales
de un proceso democrático, libre, justo y transparente”, así como el G7;
además de posiciones particulares de Estados Unidos, España y Reino Unido.
En muchos casos, como Guatemala y Chile, ya han informado que no habrá
embajadores en Caracas, y se espera que México y otras naciones puedan
tomar un rumbo similar.

Por eso, Maduro necesita legitimidad. Los acompañantes del Consejo de


Expertos Electorales de Latinoamérica avalaron el resultado del proceso, que
no contó con observación internacional acordada entre todos los actores, y ya
se han sumado las felicitaciones y reconocimientos de China, Rusia, Irán,
Palestina, Turquía, Bolivia, Cuba, Nicaragua y El Salvador; todos, Estados con
democracias cuestionadas o abiertas dictaduras.

Además, este mismo jueves 24 de mayo juramentó de nuevo el cargo bajo el


argumento de la “continuidad administrativa”, aunque fue electo para el periodo
que comienza el 10 de enero de 2019. Se trata de afianzarse en el cargo y
sobrevivir cuando 7 de cada 10 venezolanos no lo quieren sentado en el poder.
Incluso, dio muestras de apertura a sus adversarios. Por ejemplo, anunció
amnistías a opositores “que han cometido errores” y diálogo con quienes lo
adversan. Busca, como ha afirmado, una “pacificación”.

No obstante, buena parte de la dirigencia opositora se mantiene en el exilio,


huyendo de persecuciones judiciales, al igual que exaliados de Hugo Chávez
que han abanderado la crítica desde adentro. Además, los partidos políticos
opositores siguen ilegalizados, el Parlamento permanece anulado y hasta ha
arreciado la acción contra sectores ciudadanos. Hay médicos encarcelados por
protestar por la crisis de salud, transportistas que no pueden circular por no
tener cómo mantener los autobuses e ingenieros que denuncian el abandono
del sistema eléctrico. Todos ellos perseguidos por eso.

No es suficiente

Antes del 20 de mayo llegó un sinfín de advertencias. Ahora, la comunidad


internacional pasa a la etapa de boicot diplomático y económico, como apunta
el internacionalista Carlos Romero.

El Grupo de Lima anunció que reducirá el nivel de sus relaciones diplomáticas


con Venezuela; llamará a consultas a los embajadores en Caracas; convocará
a los embajadores de Venezuela para expresar su protesta; coordinará
acciones para que los organismos financieros internacionales y regionales
procuren no otorgar préstamos al gobierno de Maduro; e intensificará el
intercambio de información de inteligencia financiera que le sigue la pista al
lavado de dinero de chavistas por el mundo.

Estados Unidos se declaró “en contra de la dictadura” y la Casa Blanca anunció


la prohibición a cualquier ciudadano, institución o empresa estadounidense de
adquirir deuda venezolana o activos y propiedades pertenecientes al gobierno
de Venezuela en Estados Unidos, incluidas aquellas inversiones derivadas de
Petróleos de Venezuela.

Ello complica la búsqueda de dinero fresco que llevaba a cabo Maduro. Este
negociaba los activos de la empresa Citgo en territorio norteamericano, como
colateral por nuevos préstamos, o buscaba renegociar las empresas mixtas del
sector hidrocarburos. Y quizá no haya vuelta atrás porque para Estados Unidos
el problema del gobierno de Venezuela no es su conducta, sino su existencia
misma.

El mundo se le hace chiquito a la ‘revolución’. Por fin, Washington sancionó al


número dos del chavismo, Diosdado Cabello, así como a su entorno familiar –
su hermano es el jefe de impuestos y su esposa es ministra de Turismo– y
económico, pues los capitales de su presunto testaferro, Rafael Sarría,
quedaron congelados.

Se viene, entonces, una temporada de caza a los capitales. Mediante


mecanismos de negociación e impunidad selectiva, se busca a mediano plazo
quebrar la coalición gobernante, para que las distintas facciones que
aprovechan el régimen de Maduro lo dejen al notar que los costos de salirse
son más bajos que los de quedarse en el poder.

La presión internacional no basta. Por eso, la oposición nacional busca los


modos de reagruparse, articularse y convertirse en fuerza real que aproveche
ese descontento demostrado el domingo 20 de mayo, tanto con los votos por
adversarios de Maduro como por la inmensa abstención.

Los primeros días después de las votaciones hubo repartición de culpas.


Desde el comando de Henri Falcón varias voces acusaron a los
abstencionistas, y a los liderazgos que llamaron a no participar, de perder una
oportunidad dorada para sustituir al gobierno. Y, al contrario, hubo
señalamientos de candidez, ingenuidad, de prestarse a un juego que ya estaba
cantado.

Pero vienen nuevos escenarios. Henrique Capriles, el segundo líder opositor


mejor valorado después de Leopoldo López –que sigue preso en su casa–, ha
llamado a la Unidad. En la Asamblea Nacional, que desconoció el proceso, los
grupos políticos coincidieron en la necesidad de una nueva ruta común, aunque
los más “radicales” piden “depurar” a la oposición.

La discusión puertas adentro no es poca. Los aliados y los más alejados


analizan cómo definir una hoja de ruta, la gran deuda de 2018. Pero no hay
certezas. Todos piden confianza, pero aún no se toman las fotos en conjunto.
Por ahora, convocan de nuevo a actividades con la sociedad civil.
¿Qué hará la oposición para enfrentarse a Nicolás Maduro en su nuevo
mandato?

Maduro afronta un segundo mandato de seis años en medio de la peor crisis


económica de la historia reciente de su país y con el desconocimiento de
Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y 14 países de América Latina, que
le reclaman medidas democráticas y elecciones libres.

La oposición en Venezuela recibió el domingo electoral dos noticias buenas y


una mala.

Las buenas: hubo una amplia abstención, como pedía la mayoría; y Henri
Falcón, el candidato que había ido por libre, terminó coincidiendo con los otros
en que el proceso era fraudulento.

La mala: Nicolás Maduro sigue siendo presidente.

Maduro afronta un segundo mandato de seis años en medio de la peor


crisis económica de la historia reciente de su país y con el desconocimiento de
Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y 14 países de América Latina, que
le reclaman medidas democráticas y elecciones libres.

Uno de los líderes opositores, Julio Borges, aseguró el domingo que Maduro
está más debilitado tras la elección, pese al triunfo.

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