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ANOTACIONES SOBRE “LOS CUADERNOS”

CAPÍTULO I

Dice Bonadío en su auto de procesamiento:

Es decir que argumenta Bonadío la existencia de un pacto ilícito para dañar a terceros
(esos terceros somos el pueblo argentino), realizado por funcionarios y empresarios con
el objeto de “SACARLE” dinero al Estado Nacional para distribuir coimas a funcionarios
corruptos y para llenarse los bolsillos mediante su participación en licitaciones y
concesiones.
Menuda acusación, pero simple de demostrar ya que sólo tiene que encontrar dónde
estaba el dinero que le SACARON al Estado, luego demostrar que ese dinero no estaba
más en ese lugar, que ese faltante no está registrado y que el funcionario que obtuvo la
coima incrementó su patrimonio en la misma proporción; a más de demostrar que los
empresarios se LLENARON LOS BOLSILLOS, que ese LLENADO DE BOLSILLOS fue por
participar en licitaciones y concesiones, que los BOLSILLOS LLENADOS son sólo del
empresario y no de la empresa, que las licitaciones y concesiones en las que
participaron esos empresarios no tuvieron un procedimiento normal, habitual y legal y
que las empresas no tuvieron conocimiento de que eso estaba ocurriendo ni de que los
empresarios que las dirigían se LLENABAN LOS BOLSILLOS con ese procedimiento.
Listo. Con probar eso le alcanza para demostrar la existencia del ilícito y que el mismo
se produjo por la actuación de las personas por él señaladas.
No debería ser una tarea muy difícil para un Juez Federal.

Pero lo extraño es que seguidamente Bonadío comete una contradicción y trata de


enmendarla pero se complica un poco, ya que dice:
Es decir que según Bonadío en un principio la colusión de funcionarios y empresarios era
para SACARLE plata al Estado Nacional y que ello ocurría entre EMPRESARIOS, no
empresas, pero inmediatamente dice que “… una empresa o grupo de empresas …
entregaban un porcentaje de lo que el Estado Nacional les pagaba, a los
funcionarios …”.
¿En qué quedamos?
¿La colusión era de empresarios o era de empresas?
¿Al Estado Nacional LE SACABAN los empresarios o el Estado Nacional LE PAGABA a las
empresas y a los empresarios y éstos eran los que sacaban de SUS BOLSILLOS el dinero
que iba a los funcionarios?
El Dr. Bonadío debe saber que EMPRESARIO y EMPRESA no son lo mismo, como también
debe saber que SACARLE al Estado no es lo mismo que RECIBIR UN PAGO DEL ESTADO
y más aún debe saber que si el empresario era el que le entregaba el dinero al
funcionario, eso no es lo mismo que SACARLE AL ESTADO por cuanto los bolsillos del
empresario no son el Estado Nacional.
Como sabemos que el Dr. Bonadío sabe eso y se ha dado cuenta de su contradicción, es
que vemos que inmediatamente coloca en el auto de procesamiento que “Claro está
que los fondos pagados por el Estado por esas contrataciones estaban
“inflados” en perjuicio del conjunto de los argentinos”.

Ahora sí entonces, la maniobra no era la que en un principio dijo Bonadío, sino que es la
que dijo seguidamente en un relato contradictorio, por cuanto lo que él dice al final es
que LAS EMPRESAS participaban en licitaciones y contrataciones con el Estado Nacional
y presentaban un presupuesto INFLADO para que luego, cuando el Estado Nacional LES
PAGABA A LAS EMPRESAS ese dinero INFLADO, entonces LOS EMPRESARIOS le daban
un porcentaje como coima a los funcionarios y ellos SE LLENABAN LOS BOLSILLOS con
el resto y todo eso para asegurarse ser los que obtenían esas licitaciones o contratos,
aunque claro que esto es contradictorio porque en realidad las que obtenían las
licitaciones eran las empresas, no los empresarios.

Pero sigamos el relato de Bonadío y vemos que entonces la prueba se reduce aún más
porque sólo deberá demostrar que las licitaciones y contratos estuvieron INFLADOS y
que lo PAGADO por el Estado Nacional a las empresas no quedaba todo en éstas sino
que iba al BOLSILLO DE LOS EMPRESARIOS, quienes luego entregaban una parte a los
funcionarios.
Probado que las licitaciones y contratos estuvieron INFLADOS por las empresas (¿o eran
sólo inflados por los empresarios?), sólo le queda probar que el dinero que entraba a las
empresas no era el total de lo que el Estado Nacional les pagaba, porque sino la
complicidad de TODA la empresa es manifiesta y éstas no pueden entonces seguir
actuando en la órbita de contrataciones con el Estado, contradiciendo a los actuales
funcionarios del Gobierno Nacional que dicen que siguen contratando a estas empresas
porque los delincuentes eran en realidad los empresarios y que esos empresarios hoy ya
no están en esas empresas.
Entonces vemos además que Bonadío, para no contradecirse a sí mismo, tendrá que
probar que del total pagado por el Estado Nacional, el dinero no ingresado a las
empresas -porque éstas no serían culpables a tenor del auto de procesamiento
contradictorio y los dichos de los actuales funcionarios del Gobierno Nacional-, en
realidad ingresaba al patrimonio de los empresarios o a SUS BOLSILLOS al decir de
Bonadío y que ese ingreso está documentado porque el Estado Nacional tiene que tener
factura o recibo por EL TOTAL PAGADO, sino no hay forma de que sea verdad lo que dice
Bonadío respecto a lo INFLADO de los presupuestos.
Si debe haber factura del ingreso a LOS BOLSILLOS de los empresarios porque el Estado
Nacional no paga nada sin que esté facturado, es claro que también deben haber
registros contables de cuando ese dinero SALIÓ DE LOS BOLSILLOS de los empresarios,
por cuanto sino estarían éstos evadiendo impuestos y no creo que la AFIP deje pasar el
tema.
Contrastando las fechas es probable que se pueda demostrar entonces que las coimas se
pagaron por los empresarios y fueron recibidas por los funcionarios, en las fechas que
dicen los cuadernos.
No es nada complicada esta demostración para un Juez Federal, ¿no es verdad?

CAPÍTULO II
El origen de la investigación según Bonadío es éste:
Claramente determina el Juez que el origen del sumario fue una derivación de “… las
anotaciones de Oscar Bernardo CENTENO”, pero que ello se “… ramificó a raíz de
los testimonios recolectados…”.

ANOTACIONES DE OSCAR BERNARDO CENTENO


Veamos cómo identifica el Juez Bonadío a las por él mismo nombradas como
“anotaciones de Oscar Bernardo CENTENO”, ya que es un acápite específico de su auto
de mérito, donde se señala:
No están los originales de los cuadernos donde estarían las referidas “anotaciones” y el
Juez Bonadío ni siquiera la da ese nombre de CUADERNOS de forma categórica, sino que
lo pone entre comillas junto a otras definiciones como “fotocopias” y “registro digital –
fotos-“.

No sabemos entonces cómo los considera el Juez Bonadío con certeza, pero sí vemos
que no le da trascendencia a esa “entidad” sin nombre concreto, ya que señala
claramente que para él sólo es un “… indicio a partir del cual se recolectó el cuadro
probatorio…”.

Algo certero nos ha dejado entonces el Juez Bonadío y eso es que ese INDICIO sin
nombre concreto, claro y preciso, que puede ser tanto “cuadernos” como “fotocopias” o
“registro digital –fotos-“ y que es donde estarían las por él también denominadas
“anotaciones”, es A PARTIR DE LO CUAL RECOLECTÓ EL CUADRO PROBATORIO.

Es probable que la teoría del derecho penal conocida como la del fruto del árbol
envenenado, se le tenga que aplicar entonces a todo el referido cuadro probatorio, por
cuanto si el INDICIO A PARTIR DEL CUAL recolectó la prueba es algo que ni siquiera
puede nombrar con certeza y que además no lo tiene en la causa en original,
posiblemente nada de lo probado tenga para ningún Tribunal la categoría de prueba
suficiente.

Pero esa falta de certeza no emana sólo de la no existencia de los originales, sino de los
dichos del propio Juez, ya que no los puede nombrar de una forma tal que surja de ello
su convencimiento de lo que son. Les pone tres (3) nombres entre comillas y encima
alega que esos nombres no fueron puestos por él sino que afirma que así fueron “…
llamados por las presentaciones de las distintas defensas …”.

No sólo no están los originales sino que no se sabe qué son, cómo se los puede
identificar y tampoco cómo los identifica el mismo Juez que, sin embargo, los toma de
indicio a partir del cual recolectó el cuadro probatorio.
Pero grande es la sorpresa cuando en el texto siguiente a los mencionados
anteriormente encontramos nuevamente una contradicción del Dr. Bonadío (y seguimos
sumando las mismas), cuando comienza a relatar los “… múltiples elementos que
permiten corroborar tanto su existencia, como así también la veracidad de las
anotaciones realizadas”, porque nos anoticia lo siguiente:

Nos dice el Dr. Bonadío que el Sr. Centeno reconoció como de su puño y letra las grafías
obrantes “… en los cuadernos que le fueron exhibidos …”.
¿En qué quedamos?
¿Están o no en la causa los “cuadernos”?
¿Son “cuadernos”, “fotocopias” o “registro digital –fotos-“?
¿Estuvieron en poder del Juez Bonadío los cuadernos y ahora no están más? Podríamos
inferir que sí ya que así nos lo deja presumir el mismo Juez.

Tomemos aquí el acta que da cuenta de la declaración de Centeno ante el Fiscal, o


mejor la parte que nos interesa:
Resultaba ser que le mostraron a Centeno unas copias que antes habían sido “…
rubricadas por el actuario …”, es decir, firmadas por el Fiscal o por un funcionario
judicial y eso, en términos jurídicos, es que las copias fueron antes contrastadas con los
originales sino no hay forma que un “actuario” judicial rubrique alguna copia.
Dado que las copias reconocidas por Centeno estaban rubricadas por el actuario, no deja
ninguna duda que los originales estuvieron dentro del Tribunal y que, tal como lo dice el
mismo Bonadío, esos originales no están ahora.
Si estuvieron los originales antes y no están ahora significa que los funcionarios
judiciales que los tuvieron consideraban que no hacía falta que se quedaran en el
Tribunal, por eso sacaron copias, las rubricó el actuario y las devolvieron.
Ahora bien, si hicieron eso queda que respondan entonces la siguiente pregunta:
¿Para qué después de devolver los originales de los cuadernos, Bonadío ordenó el
allanamiento a la casa de Centeno en busca de esos originales?

Es poco probable que esta forma de razonamiento del Dr. Bonadío supere el escrutinio
de la sana crítica, que al decir de la Corte Suprema de Justicia de la Nación se trata de
lo siguiente:

“29) La doctrina en general rechaza en la actualidad la pretensión de que pueda ser


válida ante el derecho internacional de los Derechos Humanos una sentencia que se
funde en la llamada libre o íntima convicción, en la medida en que por tal se entienda un
juicio subjetivo de valor que no se fundamente racionalmente y respecto del cual no se
pueda seguir (y consiguientemente criticar) el curso de razonamiento que lleva a la
conclusión de que un hecho se ha producido o no o se ha desarrollado de una u otra
manera. Por consiguiente, se exige como requisito de la racionalidad de la sentencia,
para que ésta se halle fundada, que sea reconocible el razonamiento del juez. Por ello se
le impone que proceda conforme a la sana crítica, que no es más que la aplicación de un
método racional en la reconstrucción de un hecho pasado.”

¿Cómo puede ser considerado “método racional” el considerar como indicio a partir del
cual se obtuvo toda la prueba, a algo que no puede ponérsele un nombre, que no está
en original en la causa y que es definido por las defensas en lugar de por el Juez, a más
que lo devolvió porque no consideraba que fuera necesario tenerlo en original, le sacó
copias que fueron rubricadas por un funcionario judicial, pero inmediatamente ordenó un
allanamiento para buscar esos mismos originales que previamente devolvió?

Pero dejemos que sea la Corte Suprema de Justicia quien le señale al Juez Bonadío la
forma en que debe trabajar esta causa para que su investigación sea considerada
constitucionalmente apta:

“30) Que aunque a esta tarea no se la desarrolle siguiendo expresamente cada paso
metodológico, el método para la reconstrucción de un hecho del pasado no puede ser
otro que el que emplea la ciencia que se especializa en esa materia, o sea, la historia.
Poco importa que los hechos del proceso penal no tengan carácter histórico desde el
punto de vista de este saber, consideración que no deja de ser una elección un tanto
libre de los cultores de este campo del conocimiento. En cualquier caso se trata de la
indagación acerca de un hecho del pasado y el método —camino— para ello es análogo.
Los metodólogos de la historia suelen dividir este camino en los siguientes cuatro pasos
o capítulos que deben ser cumplidos por el investigador: la heurística, la crítica externa,
la crítica interna y la síntesis. Tomando como ejemplar en esta materia el manual quizá
más tradicional, que sería la Introducción al Estudio de la Historia, del profesor austríaco
Wilhelm Bauer (la obra es de 1921, traducida y publicada en castellano en Barcelona en
1957), vemos que por heurística entiende el conocimiento general de las fuentes, o sea,
qué fuentes son admisibles para probar el hecho. Por crítica externa comprende lo
referente a la autenticidad misma de las fuentes. La crítica interna la refiere a su
credibilidad, o sea, a determinar si son creíbles sus contenidos. Por último, la síntesis es
la conclusión de los pasos anteriores, o sea, si se verifica o no la hipótesis respecto del
hecho pasado.
Es bastante claro el paralelo con la tarea que incumbe al juez en el proceso penal: hay
pruebas admisibles e inadmisibles, conducentes e inconducentes, etc., y está obligado a
tomar en cuenta todas las pruebas admisibles y conducentes y aun a proveer al acusado
de la posibilidad de que aporte más pruebas que reúnan esas condiciones e incluso a
proveerlas de oficio en su favor. La heurística procesal penal está minuciosamente
reglada. A la crítica externa está obligado no sólo por las reglas del método, sino incluso
porque las conclusiones acerca de la inautenticidad con frecuencia configuran conductas
típicas penalmente conminadas. La crítica interna se impone para alcanzar la síntesis, la
comparación entre las diferentes pruebas, la evaluación de las condiciones de cada
proveedor de prueba respecto de su posibilidad de conocer, su interés en la causa, su
compromiso con el acusado o el ofendido, etc. La síntesis ofrece al historiador un campo
más amplio que al juez, porque el primero puede admitir diversas hipótesis, o sea, que
la asignación de valor a una u otra puede en ocasiones ser opinable o poco asertiva. En
el caso del juez penal, cuando se producen estas situaciones, debe aplicar a las
conclusiones o síntesis el beneficio de la duda. El juez penal, por ende, en función de la
regla de la sana crítica funcionando en armonía con otros dispositivos del propio código
procesal y de las garantías procesales y penales establecidas en la Constitución, dispone
de menor libertad para la aplicación del método histórico en la reconstrucción del hecho
pasado, pero no por ello deja de aplicar ese método, sino que lo hace condicionado por
la precisión de las reglas impuesta normativamente.
31) Que conforme a lo señalado, la regla de la sana crítica se viola cuando directamente
el juez no la aplica en la fundamentación de la sentencia. Puede decirse que en este
caso, la sentencia carece de fundamento y, por ende, esta es una grosera violación a la
regla que debe ser valorada indefectiblemente tanto por el tribunal de casación como
por esta Corte. Cuando no puede reconocerse en la sentencia la aplicación del método
histórico en la forma en que lo condicionan la Constitución y la ley procesal, corresponde
entender que la sentencia no tiene fundamento. En el fondo, hay un acto arbitrario de
poder.
No obstante, puede suceder que el método histórico se aplique, pero que se lo haga
defectuosamente, que no se hayan incorporado todas las pruebas conducentes y
procedentes; que la crítica externa no haya sido suficiente; que la crítica interna —sobre
todo— haya sido contradictoria, o que en la síntesis no se haya aplicado adecuadamente
el beneficio de la duda o que sus conclusiones resulten contradictorias con las etapas
anteriores. La valoración de la sentencia en cuanto a estas circunstancias es tarea propia
de la casación y, en principio, no incumbe a la arbitrariedad de que entiende esta Corte.
Sólo cuando las contradicciones en la aplicación del método histórico o en las reglas que
lo limitan en el ámbito jurídico sean de tal magnitud que hagan prácticamente
irreconocible la aplicación misma del método histórico, como cuando indudablemente
desconozcan restricciones impuestas por la Constitución, configuran la arbitrariedad que
autoriza el ejercicio de la jurisdicción extraordinaria por esta Corte.”
Fuente: Fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del 20 de setiembre de 2005
en autos: "Recurso de hecho deducido por la defensa de Matías Eugenio Casal en la
causa Casal, Matías Eugenio y otro s/ robo simple en grado de tentativa —causa N°
1681—"

No seremos nosotros los que le diremos al Dr. Bonadío cómo se debe trabajar, sino que
es la Corte Suprema de Justicia de la Nación quien se lo dice.

Esperemos cumpla con dichos preceptos en su investigación sino estaría poniendo a la


República frente a un acontecimiento de gravedad institucional inusitada.

CAPÍTULO III

El Dr. Bonadío nos va guiando en su auto de mérito sobre cómo ese INDICIO (que son
las copias rubricadas por el actuario de los cuadernos), se va corroborando con las
pruebas que ha logrado obtener y es así que comienza diciendo al respecto:

Damos por descontado que en algún momento el Dr. Bonadío nos va a dar más detalles
de la empresa y las fechas en que “… el ex - ministerio de planificación federal
pagaba los servicios de una empresa de remisería denominada “TRANSCOM”…”,
porque ello tiene relevancia en función de la orden de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación respecto a analizar la prueba conforme a la sana crítica, que no es más que la
aplicación de un método racional en la reconstrucción de un hecho pasado.
Esto porque suponemos que la mencionada “TRANSCOM” es la sociedad también
denominada por el propio Bonadío tanto como TRANSCOM SERVICE S.A. como
TRANSCOM SERVICE S.A.C.I., y porque debemos entender que tuvo en consideración lo
establecido en el expediente que a continuación individualizamos:

En este expediente arriba identificado se estableció lo siguiente:


Si vemos el contenido completo de ese expediente se verificará que para fines de 2009
el ex Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, recibió vehículos
nuevos que sirvieron para no utilizar más los servicios de la empresa TRANSCOM
SERVICE S.A.C.I., sin embargo esto no fue considerado por el Dr. Bonadío en su auto de
mérito no obstante estar obligado a hacerlo conforme a la sana crítica con la que debe
obligatoriamente valorar las pruebas.

Al respecto el Dr. Bonadío sólo nos dice escuetamente lo siguiente:


Le falta mucho al relato del Dr. Bonadío en su auto de mérito como para afirmar que ha
utilizado correctamente el método histórico en la forma en que lo condicionan la
Constitución y la ley procesal, tal como se lo ordena la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.

CAPÍTULO IV
Veamos a qué le da entidad de verdad el Dr. Bonadío.
Nos dice en su auto de mérito respecto del testimonio del chofer que escribió los
“cuadernos” o la “entidad” a la que alude el propio Juez respecto de donde están las
anotaciones, es decir el Sr. Centeno:

Analicemos esto con el método que la Corte Suprema de Justicia de la Nación impone.
Dice Centeno que las anotaciones las hace por una “costumbre castrense” y por eso
anota fecha y hora de los lugares donde se va, que así “lo hacen los militares”.
Esto tiene lógica porque Oscar Bernardo Centeno es un Sargento retirado del Ejército
Argentino.
Pero después Centeno dice que “vió” a las personas que trasladaba “llevar bolsos con
dinero”, pero inmediatamente dice que eso era porque “ellos mismos hablaban”. ¿Los
vió o sólo escuchó que llevaban dinero?
Lo que se infiere de este relato es que considera haber visto lo que en realidad le dijeron
las personas que era el contenido de los bolsos. Es claro que vió bolsos, pero no está
claro en esta declaración que haya visto el dinero, sino que lo creyó porque “ellos
mismos hablaban”.
Se confirma esta teoría inmediatamente porque Centeno declara que empezó a “…
anotar con mayor precisión, todos los datos que veía o tomaba conocimiento…”.
Claramente separa lo que “veía” de lo que “tomaba conocimiento”, pero esta forma de
expresión también puede ser considerada como que él le otorga un mismo significado a
“ver” y “tomar conocimiento”. Esto sólo se dilucida en la forma de expresarlo y eso sería
discernido en el caso de que se hubiera grabado fílmicamente la declaración, tal como lo
ha hecho la justicia de Brasil en el caso Lava Jato. ¿Filmó las declaraciones el Dr.
Bonadío o el Fiscal que intervino?
Pero supongamos que Centeno separó los hechos y dijo que “vió” y que “tomó
conocimiento”.
Si así es debemos considerar que el Dr. Bonadío va a hacer referencia entonces de una
forma metódica a lo que Centeno “vió” y a lo que “tomó conocimiento”, porque no es lo
mismo la consideración de los hechos en ambas circunstancias.

Acto seguido nos encontramos con una contradicción y un relato poco creíble en virtud
de lo que hasta ahí había expresado Centeno, porque vemos que dice que al fallecer el
ex Presidente Néstor Kirchner, dejó de escribir.
Raro que ahí perdiera la costumbre castrense por cuanto habiendo sido un militar se
supone que convive con la muerte o como mínimo está preparado para convivir con ella,
por lo que la muerte de alguien como Néstor Kirchner no haría que él dejara de hacer
aquello que hacía por considerarlo una costumbre o “norma” castrense (tengamos en
cuenta que la costumbre es una de las fuentes del derecho - Costumbre en Derecho es
"la forma de actuar uniforme y sin interrupciones que, por un largo período de tiempo,
adoptan los miembros de una comunidad, con la creencia de que dicha forma de actuar
responde a una necesidad jurídica y es obligatoria".- Esto lo sabe el Dr. Bonadío).
Lo extraño es la justificación que Centeno da para indicar por qué había dejado de
escribir, por cuanto dice que lo hizo “… porque pensé que iban a dejar de hacer
esos viajes de recaudación …”.
Hay que destacar que lo hizo porque PENSÓ que iba a ocurrir algo, no porque “vió” o
“tomó conocimiento” de lo que pasaba. Incorpora entonces una tercera forma de captar
la realidad, ahora a través de su pensamiento futurista.
Pero esta pequeña declaración debería darle al Dr. Bonadío una interpretación de los
hechos que debe despertar su interés, por cuanto si Centeno “pensó” que esos viajes de
recaudación se iban a dejar de hacer, marca claramente que adjudicaba sólo a la
presencia de Néstor Kirchner el que se hicieran, lo que nos debe interpelar por qué
Centeno “pensó” eso siendo que cuando Néstor Kirchner murió la Sra. Cristina
Fernández era la Presidenta. ¿Le habrá preguntado Bonadío al respecto?
¿Cuál es la consistencia de la conclusión del Dr. Bonadío en adjudicar a la Dra. Cristina
Fernández hechos ocurridos entre 2003 y 2015 que el propio autor de los cuadernos no
le adjudicaba?
Acto seguido Centeno dice que vuelve a “ver” que se hacen los referidos viajes de
recaudación y que por eso él vuelve a adoptar aquella costumbre castrense de ex militar
de “anotar”.
No es muy consistente esta forma de actuar con la de un auténtico militar, parece más
bien algo dicho para justificar lo que no puede ser justificado de otra forma racional.

El Dr. Bonadío debe investigar más al respecto si quiere que esto tenga valor de prueba
conforme al método de la sana crítica que le impone la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, máxime cuando no tiene los originales de esos "cuadernos" y por ende no puede
peritarlos en busca de que hayan sido escritos en el mismo tiempo en que ocurrieron los
hechos.
Si no lo investiga quedará la duda al respecto y esta es razonable, por lo tanto no podrá
más que dejar en libertad a los imputados.

CAPÍTULO V
Veamos cómo aprecia la prueba de la testimonial rendida por el periodista del Diario La
Nación, Diego Hernán Cabot.
Comienza a decir el Dr. Bonadío sobre esta declaración:
Hemos remarcado el detalle que de los cuadernos le hace el Sr. Cabot al declarar,
indicando que son 8 en total, y que de ese total:
2 son América Estrada
3 son Gloria
1 es Rivadavia
1 es Angel Estrada con la inscripción “Machu Pichu”
1 es Convenor

Extraño es que el Dr. Bonadío no haya colocado de inmediato que eso se ajustaba a lo
que surgía de la prueba obrante en autos e hiciera el detalle de la misma como para
verificar si el Sr. Cabot estaba diciendo la verdad en ese sentido y como para advertir si
existía alguna duda sobre lo declarado por el mismo.

¿Y por qué digo lo anterior? Porque si hacemos una simple corroboración con las
imágenes publicadas por el Diario La Nación en su sitio web, vemos que el periódico
donde trabaja el periodista Diego Hernán Cabot expone allí que no todo lo dicho por el
mismo en los Tribunales, se ajusta a la entera verdad.
Según lo publicado en https://www.lanacion.com.ar/2159363-cuadernos, los 8
cuadernos tienen las siguientes particularidades:
3 son América y 1 de ellos tiene en su tapa la inscripción “Machu Pichu”
3 son Gloria
1 es Rivadavia
1 es Convenor

No hay ninguno “Angel Estrada” con la inscripción “Machu Pichu en su tapa, claro que
Angel Estrada es la fábrica de los cuadernos marca “América”, pero también es la misma
fábrica de los cuadernos marca “Rivadavia” y sin embargo el Sr. Cabot no indicó que el
marca “Rivadavia” fuera “Angel Estrada” ni siquiera “Estrada”, tal como sí hizo con los 2
marca “América Estrada” que señaló.
Es extraño que esto no haya llamado la atención del Dr. Bonadío por cuanto el nivel de
precisión del Sr. Cabot era lo suficiente claro como para que este pequeño error se
pasara por alto, sobre todo cuando no se cuenta en el Tribunal con los originales como
para despejar cualquier duda.
Si el Sr. Cabot no hubiera sido tan preciso respecto a lo que detalló en relación a los
cuadernos, ya sea en sus aspectos, sus marcas y su contenido, podríamos decir que ese
error no había que tenerlo en cuenta, pero al apreciar el detalle de lo expuesto por el Sr.
Cabot y constatar que en uno de los cuadernos no se estaba diciendo lo correcto,
corresponde que el Dr. Bonadío logre demostrar por qué esa diferencia y si en realidad
todos los cuadernos que se indican son los que en “copia” tiene en su poder, o falta
alguno, o tiene alguno que no es parte de lo investigado.

No existe un cuaderno marca “Angel Estrada” con la inscripción “Machu Pichu”, sino que
existe un cuaderno marca “América” con dicha inscripción y el Diario La Nación lo puso
en su web.
Esta es la imagen de la tapa del cuaderno N° 6 que publica ese periódico:
Es el único publicado que tiene la inscripción “Machu Pichu” y la marca es visible que se
llama “América – NOS”, no como lo indicó el Sr. Cabot “Angel Estrada”.

Pero veamos cómo dice el Dr. Bonadío que se corrobora lo expresado por el Sr. Cabot:

Nada se menciona que los dichos del Sr. Cabot están avalados por las copias de los
cuadernos, por las fotografías de los mismos o por cualquier imagen que de ellos obre
en la causa, porque a lo mejor hasta la fecha en que dictó el Dr. Bonadío el auto de
mérito, es decir hasta el 17 de setiembre de 2018, no tenía nada de eso. ¿O sí?
Claro que tenía las copias de los cuadernos y éstas estaban “suscriptas por el actuario”,
por cuanto así se desprende de la indagatoria que se le efectuó al Sr. Centeno, autor de
los mismos.
¿Entonces? Si el Dr. Bonadío tenía esas copias y no alude en su auto de mérito a esta
pequeña incongruencia y expresa cómo despeja la duda que ello acarrea, ¿qué podemos
hacer nosotros para erradicar toda duda razonable sobre que las copias de los cuadernos
utilizadas como INDICIO, son realmente las copias de los mismos cuadernos que
escribió Centeno?, o, como mínimo ¿cómo despejamos las dudas respecto a si esas
copias son TODAS las copias de TODOS los cuadernos que escribió Centeno?

Un camino sencillo para saber si el Dr. Bonadío toma como prueba para la causa a las
“copias suscriptas por el actuario” de los cuadernos escritos por Centeno, sería ver el
Capítulo IV del auto de mérito, donde detalla toda la prueba incorporada al proceso.

Sorprende que en ninguno de los 157 puntos en los que detalla la prueba, haya colocado
a esas “copias” de los cuadernos en forma clara y pormenorizada. Sólo podemos inferir
que hace mención a ellas en el punto 2) del referido capítulo IV del listado de las
pruebas, donde expone:
¿Serán algunas de estas certificaciones actuariales aquellas “copias suscriptas por el
actuario” a las que se hace referencia cuando se le toma declaración al Sr. Centeno y se
le pide que reconozca las mismas?
He remarcado en verde las que podrían ser certificaciones de las copias aludidas, porque
de la publicación de las imágenes realizada por el Diario La Nación en el sitio web arriba
indicado, surge lo siguiente:
El cuaderno N° 1 es el Block marca Convenor y en su tapa indica que posee 80 hojas y
las imágenes dan cuenta de que son hojas cuadriculadas, en tanto que hay un total de
70 imágenes incluyendo en ellas a las 2 contratapas y la tapa.
El cuaderno N° 2 es uno marca Gloria (fabricado por Ledesma) y en la tapa no indica
cuántas hojas contiene, mientras que las imágenes dan cuenta de que son hojas
cuadriculadas, en tanto que hay un total de 44 imágenes incluyendo la de la tapa.
El cuaderno N° 3 es uno marca América (fabricado por Angel Estrada) y en la tapa no
indica cuántas hojas contiene, mientras que las imágenes dan cuenta de que son hojas
cuadriculadas, en tanto que hay un total de 79 imágenes incluyendo la de la tapa.
El cuaderno N° 4 también es uno marca América (fabricado por Angel Estrada) y en la
tapa no indica cuántas hojas contiene, mientras que las imágenes dan cuenta de que
son hojas cuadriculadas, en tanto que hay un total de 50 imágenes incluyendo la de
la tapa.
El cuaderno N° 5 es uno marca Gloria (fabricado por Ledesma) y en la tapa indica que
contiene 84 hojas, mientras que las imágenes dan cuenta de que son hojas
cuadriculadas, en tanto que hay un total de 77 imágenes incluyendo la de la tapa.
El cuaderno N° 6 es el de la incongruencia con la declaración del Sr. Cabot y también es
uno marca América (fabricado por Angel Estrada) que en la tapa no indica cuántas hojas
contiene, mientras que las imágenes dan cuenta de que son hojas cuadriculadas, en
tanto que hay un total de 41 imágenes incluyendo la de la tapa.
El cuaderno N° 7 es uno marca Rivadavia (también fabricado por Angel Estrada) y en la
tapa indica que contiene 50 hojas a rayas, en tanto que hay un total de 21 imágenes
incluyendo la de la tapa.
El cuaderno N° 8 también es uno marca Gloria (fabricado por Ledesma) y en la tapa
indica que contiene 46 hojas a rayas, en tanto que hay un total de 13 imágenes
incluyendo la de la tapa.
Se nota en este pequeño y simple detalle varias cuestiones que llaman la atención y que
esperamos que el Dr. Bonadío haya podido dilucidar conforme al método de la sana
crítica, por el bien de su investigación.

En primer lugar retomo la cuestión del detalle de las pruebas efectuado por el Dr.
Bonadío y observo que sólo hizo alusión a “certificaciones actuariales” y no a las “copias
suscriptas por el actuario” de los cuadernos tomados por él como INDICIO para la
investigación. En ese detalle se observa que hay un total de 35 certificaciones
actuariales y que sólo 5 de ellas encajarían en las correspondientes a las “copias” de los
cuadernos, porque según lo expresado anteriormente, de las imágenes publicadas por el
Diario La Nación, tendríamos que las copias deberían contener a las 70 imágenes del
cuaderno n° 1, las 44 imágenes del cuaderno n° 2, las 79 imágenes del cuaderno n° 3,
las 50 imágenes del cuaderno n° 4, las 77 imágenes del cuaderno n° 5, las 41 imágenes
del cuaderno n° 6, las 21 imágenes del cuaderno n° 7 y las 13 imágenes del cuaderno
n° 8.
No hay forma que se certifiquen actuarialmente todas esas imágenes en pocas fojas de
un expediente, por lo que sólo 5 (cinco) de las “certificaciones actuariales” detalladas
por el Dr. Bonadío, serían las que pueden contener estas “copias suscriptas por el
actuario” de los cuadernos.

Pero nos cabe preguntarnos cómo es que para 8 cuadernos sólo hay 5 certificaciones
actuariales. Seguramente que al compulsar el expediente estas dudas quedarán
dilucidadas y sabremos bien el detalle de lo aquí esbozado.

Claro que esa duda se agranda cuando vemos que justamente es en el cuaderno n° 6
donde se encuentra la pequeña incongruencia del testimonio del Sr. Cabot y que los
únicos 2 cuadernos a rayas son los n° 7 y n° 8, mientras que los otros 6 cuadernos son
de hojas cuadriculadas.
También la duda se acrecienta aún más cuando vemos que justamente los últimos 2
cuadernos, es decir el n° 7 y el n° 8, son los que menos imágenes tienen. Uno tiene sólo
21 imágenes (el cuaderno n° 7) siendo que tiene 50 hojas según lo indica en su tapa y
el otro tiene sólo 13 imágenes (el cuaderno n° 8) siendo que tiene 46 hojas según lo
indica en su tapa.
Más dudas nos asaltan cuando notamos que de la declaración del Sr. Centeno éste nos
dice que dejó de “anotar” cuando se murió Néstor Kirchner (que él cree fue en 2010 y es
cierto porque falleció el 27 de octubre de ese año), en tanto que el cuaderno n° 6 tiene
anotaciones entre el 14 de mayo de 2010 y el 21 de diciembre de 2010, o sea hasta 2
meses después de la muerte del ex Presidente Néstor Kirchner.
Sin duda que se tomó esos 2 meses posteriores al fallecimiento del ex Presidente para
reflexionar si le convenía o no seguir “anotando”, ya que “pensó” que luego de la muerte
de Néstor Kirchner las “recaudaciones” se iban a detener, al menos a tenor de lo que
rescata el Dr. Bonadío en su auto de mérito respecto de la declaración realizada por el
Sr. Centeno.
Y vuelven las dudas al corroborar que los cuadernos n° 7 y n° 8, que son los únicos con
hojas a rayas, sólo contienen 34 imágenes de “anotaciones” en un total de 96 hojas y
que esas imágenes se corresponden a un período que va entre el 6 de mayo de 2013 al
31 de octubre del 2013 (cuaderno n° 7) y entre el 2 de junio de 2015 al 22 de octubre
del mismo año (cuaderno n° 8).
O sea que Centeno anotó en 32 hojas (descontamos las imágenes de las tapas) TODO lo
que vió, tomó conocimiento o pensó que ocurría, durante 5 meses y 25 días del año
2013 y 4 meses y 20 días del año 2015, pero no anotó nada durante el período
comprendido entre el 22 de diciembre de 2010 y el 5 de mayo de 2013, ni durante el
período comprendido entre el 1 de noviembre de 2013 y el 1 de junio de 2015.

Es muy extraño que el Dr. Bonadío no se haya tomado tiempo para intentar despejar
estas dudas dado que la Corte Suprema de Justicia de la Nación le exige que utilice el
método de la sana crítica y para ello debe, inexorablemente, hacerlo contando la historia
de los hechos y mostrando las pruebas que la corroboran.
Si esto fuera una historia que el Dr. Bonadío nos quiere contar, ciertamente que le faltan
varios capítulos aún para que la entendamos.

CAPITULO VI
Seguimos con las consideraciones del Dr. Bonadío respecto de los dichos del periodista
Cabot al momento de prestar declaración testimonial.
Nos manifiesta en su auto de mérito que el Sr. Cabot dijo:
Vemos que el Dr. Bonadío ha colocado su interés en dichos del Sr. Cabot que sólo son
“opiniones” del mismo respecto de lo que leyó éste en los cuadernos originales y no
hechos que éste haya presenciado, por lo que no encontramos gran valor probatorio a
esta testimonial seleccionada por el Dr. Bonadío, más allá de confirmar algún sesgo de
razonamiento que ya tenía el Juez, algo que no es utilizar el método de la sana crítica
que le exige la Corte Suprema de Justicia.

Pero detengámonos en lo dicho por el Sr. Cabot a los fines de saber para qué puede
servir su declaración testimonial.
Dice que Centeno anotó en los cuadernos “… todo tipo de referencia que SEGURAMENTE
se enteraba por comunicaciones telefónicas en el auto…”
Increíble que un testigo que leyó los cuadernos le “interprete” al Juez lo que leyó y
verbalice en una declaración testimonial ante la justicia que algo de lo que leyó
“SEGURAMENTE” ocurrió de una forma expresamente determinada.
Pero más increíble es que un Juez tome esto como referencia probatoria.
¿Acaso el Juez Bonadío corroboró en la indagatoria que le tomó a Centeno que lo por él
anotado donde hacía “todo tipo de referencia”, se correspondía a comunicaciones
telefónicas que tenía en el auto?
¿O sólo esto es una conjetura del testigo Cabot que no ha podido ser comprobada en
primera persona?
No puedo creer que el Dr. Bonadío quiera poner en boca de una persona algo que no
dijo y que como no lo dijo hacía falta que alguien más lo dijera para confirmar que los
sucesos fueron de esa forma y no de otra.
Habrá que esperar un poco para saber si realmente el Juez Bonadío toma esa
“seguridad” que tiene Cabot como un elemento de prueba respecto a que eso es veraz,
aun cuando no haya sido el propio actor de los hechos el que se lo dijera, sino alguien
que leyó sus anotaciones y las interpretó subjetivamente.

Pero vemos que el Sr. Cabot no se queda en paz con su “seguridad”, sino que avanza
aún más en su subjetiva apreciación del contenido de los cuadernos y le dice al Juez que
esas referencias anotadas por el Sr. Centeno, haciendo todo tipo de referencias, “…
eran detalladas pormenorizadamente como para darle verosimilitud al relato”.
Listo, el Juez ahora puede encontrar en esta subjetiva apreciación de la lectura de los
cuadernos, realizada por el Sr. Cabot, su argumento probatorio en relación a que las
referencias eran detalladas pormenorizadamente como para darle verosimilitud al relato
y no en otros elementos externos o internos, ni siquiera periciales. Nada, sólo con que lo
dijera una persona que leyó los cuadernos originales le basta al Dr. Bonadío como para
considerar que eso es de mérito suficiente para así considerarlo.

Entonces tenemos que para el Dr. Bonadío, dado que toma esta parte de la testimonial
del Sr. Cabot como importante, las referencias anotadas por Centeno en los cuadernos
eran conocidas por éste por hablar por teléfono en el auto y así las detallaba
pormenorizadamente para darle verosimilitud a su relato. No porque se lo dijo el mismo
Centeno, ni peritos adecuados, ni surja de otra prueba, sino sólo porque lo dijo el Sr.
Cabot.

Y luego nos encontramos con otra increíble forma de razonar los hechos del Dr. Bonadío,
porque no es que busca pruebas para verificar lo dicho en los cuadernos o tan siquiera lo
dicho por el Sr. Centeno en su indagatoria, sino que quiere hacer valer como veraces las
declaraciones de un testigo, el Sr. Cabot, que leyó los cuadernos y que los interpretó
subjetivamente, porque nos dice en su auto de mérito:
Es decir que había que “avalar” lo dicho por el Sr. Cabot, que en realidad no tiene la más
mínima relevancia en relación a cómo éste interpreta las anotaciones de los cuadernos
ya que sólo es una de las 7.000 millones de personas que hay en el planeta que puede
hacerlo, como si eso fuera realmente valioso al momento de probar algo en la causa.
Esto pone en grandes aprietos al Dr. Bonadío respecto a la obligación que le impuso la
Corte Suprema de Justicia de la Nación de utilizar el método de la sana crítica.
Pero sigamos analizando ese “aval” buscado por el Dr. Bonadío porque aun así nos va a
sorprender mucho más su razonamiento jurídico.
Pone como “aval” de lo dicho por el Sr. Cabot que del testimonio del Sr. Jorge José
Bacigalupo surge que éste le entregó los cuadernos al Sr. Cabot. ¿Y con eso qué se
prueba en relación a avalar lo dicho por el Sr. Cabot respecto a sus “seguridades” o
respecto de cualquier cosa que interpretara de los cuadernos? Nada, sólo puede probar
que el Sr. Cabot tuvo los cuadernos originales, algo completamente diferente a probar lo
que dijo el Sr. Cabot.
Ahora tiene una oportunidad de oro el Dr. Bonadío porque nos puede citar a los 45
millones de argentinos y preguntarnos qué interpretamos de lo que surge de los
cuadernos, entonces ahí tiene una fuerte y contundente prueba de que lo allí “anotado”
es tal o cual cosa.
Total que lo diga el Sr. Cabot y que eso es lo que hay que entender como veraz sólo
porque tuvo los cuadernos, es lo mismo que lo digamos cualquiera de nosotros que
también hemos tenido la oportunidad de leer sus contenidos. ¿O no es eso lo que surge
de la lógica del razonamiento del Dr. Bonadío?
Claro que es eso lo que surge y tan seguro estoy de eso porque inmediatamente expresa
el Dr. Bonadío que los dichos del Sr. Cabot, también están avalados por el testimonio de
otros dos periodistas, la Sra. Candela Ini y el Sr. Santiago Jorge Nasra, quienes
afirmaron que el Sr. Cabot les “exhibió” los cuadernos.
Lástima que Bonadío haya desperdiciado la ocasión y no les preguntara a estos otros
dos periodistas que pudieron tener contacto con los originales, lo que pensaban que era
lo que surgía de su contenido, como para tener otras dos versiones de los hechos.
Total esos dichos de estos periodistas seguramente tendrían el mismo valor probatorio
que los dichos del Sr. Cabot, puesto que todos estuvieron en contacto con los cuadernos
originales.
Pero ese no era el tema principal para el Dr. Bonadío, porque podría haber hecho lo
mismo cuando le tomó declaración testimonial al Sr. Bacigalupo, otro que estuvo en
contacto con los originales de los cuadernos y, sin embargo, tampoco lo hizo.
Lo importante para el Juez sólo era lo que opinaba el Sr. Cabot y lo era porque así se le
ocurre y nada más, otorgándole veracidad a sus “opiniones” sólo porque tuvo en
contacto con los cuadernos originales, no porque lo expresado por el testigo haya sido
corroborado con prueba alguna.

CAPÍTULO VII
El Dr. Bonadío por fin se decide a profundizar en su análisis y nos expresa cómo está
corroborada la veracidad de las anotaciones de los cuadernos en un extenso listado de
21 puntos donde expone los hechos anotados y las pruebas por él colectadas que los
corroboran.
Empieza así:
Destacamos el abuso de la palabra “mucho” como un elemento sustantivo para dar la
impresión de que en realidad hay una cantidad de pruebas que sobrepasan lo normal.
Son muchas, no pocas, algunas o una. Muchas. Pero no nos dice cuántas, que sería lo
que un perito haría, pero claro, él no es perito, sino Juez y un Magistrado no está
obligado a ser preciso.

Vemos que tiene interés para el Dr. Bonadío los ingresos a la Quinta de Olivos, no tanto
para qué entró ni qué hizo, sino sólo que entró. Bueno, al parecer probó que entró, pero
no nos dice que probó justamente lo más importante, es decir para qué entró y qué hizo
dentro.
Si entrar a la Quinta de Olivos es prueba de un delito, el país está en problemas.

Luego de esto nos da el detalle de “algunos” de esos “muchos” ingresos (no sabemos
por qué se privó de darnos “todos” los ingresos dado que el método de la sana crítica lo
obliga a eso, pero bueno, veamos esos “algunos” que eligió:
Se observa claramente que los ingresos a la Quinta de Olivos seleccionados por Bonadío
van desde el 4 de setiembre de 2008 al 18 de octubre de 2010. Rara selección porque él
nos ha indicado anteriormente con precisión que esta asociación ilícita actuó entre el año
2003 y el año 2015, lo que le deja mucho tiempo sin “corroboración” y es un gran
agujero en el relato histórico que debe hacernos según la Corte Suprema de Justicia.
Claro que veremos que suple la etapa entre el 2013 y el 2015 con lo expresado en su
testimonial por el periodista Cabot, quien es el que le tiene que señalar a Bonadío que
en esta etapa, los bolsos eran entregados en la vía pública.
Menos mal que tenía este testimonio a mano el Dr. Bonadío porque si no se quedaba sin
poder “corroborar” la veracidad de las anotaciones. Claro que ese testimonio del Sr.
Cabot no hizo más que exponer lo que leyó en los cuadernos. O sea que Bonadío da por
corroborado que los bolsos se entregaron a partir de 2013 en la vía pública, no porque
esté anotado en los cuadernos, sino porque el Sr. Cabot dice que los cuadernos dicen
que se entregaban en la vía pública y eso entonces corrobora lo que dicen los
cuadernos.

Pero sigue teniendo un problema con esto porque le falta corroborar la etapa entre el
2003 y 2008, período en que supuestamente los bolsos tendrían que haber sido
entregados igual que entre 2008 y 2010, dado que nada se menciona respecto a que así
no era y el período entre 2010 y 2013, que tampoco se dice cómo se entregaban los
bolsos ni dónde.
Siguen faltándole capítulos al Dr. Bonadío para que esta historia pueda ser considerada
sana crítica.

En el punto 2) de sus “corroboraciones” nos dice el Dr. Bonadío:


Expone 3 compras de bolsos y lo hace diciendo que son de los días 11 de febrero de
2008, 13 de marzo de 2008 y 21 de mayo de 2008. Nada más. Tres (3) compras de
bolsos para justificar 12 años de asociación ilícita recaudando dinero en bolsos y, para
colmo, efectuadas esas compras en un lapso de tan sólo 4 meses en el año 2008.
Una de las compras “anotadas” hace mención a que se compraron “dos bolsos” (la del
11 de febrero de 2008) y en las otras dos anotaciones sólo se señala que se compraron
“bolsos”, sin especificar cuántos, pero como el Dr. Bonadío dice que están las facturas
entonces de allí seguro surgen cuántos fueron.
No obstante eso quedamos en que entre 2003 y febrero de 2008 no hay nada al
respecto y que tampoco lo hay entre junio de 2008 y 2015, siendo éstas grandes
lagunas a llenar en la investigación.

He remarcado en las imágenes de los cuadernos algo que llama la atención y que es el
subrayado que existe en sólo algunas direcciones y nombres, algo que se repite en todos
los cuadernos y que seguramente el Sr. Centeno le habrá explicado al Dr. Bonadío por
qué subrayaba eso.
¿O el Sr. Centeno no lo subrayó y hubo entonces una intervención de un tercero en el
texto? Si hubo intervención de un tercero ¿podría haber hecho algo más que subrayar?.
Suponemos que el Dr. Bonadío va a despejar nuestras dudas en algún momento de su
investigación.

En este segundo punto de “corroboración” de las anotaciones en los cuadernos,


seguimos descubriendo que el Dr. Bonadío da crédito de que lo anotado es verdad
porque corrobora los hechos que señala, pero esos hechos no tienen ninguna relación
con ilícito alguno, por lo tanto hasta ahora sólo tiene corroborado el Dr. Bonadío que las
anotaciones a las que alude son producto de hechos que ocurrieron, no que esos hechos
se correspondan con un ilícito.
Veremos si tiene mejor suerte en los otros puntos de corroboración.

Analicemos entonces el punto 3) de la “corroboración” señalada. Dice ahí el Dr. Bonadío:


No hemos podido encontrar aún que reunirse con “DROMI” sea considerado un ilícito,
por lo que seguimos con la misma duda que nos surge del análisis racional de estas
corroboraciones. ¿Qué tiene que ver con la causa el corroborar que algo anotado en los
cuadernos haya ocurrido cuando lo corroborado no es un ilícito?

Nuevamente vemos el subrayado debajo de la dirección y nuevamente nos surge la


pregunta ¿le habrá preguntado el Dr. Bonadío al Sr. Centeno el por qué hacía estos
subrayados o ha habido intervención de un tercero en las anotaciones?
También puede suplir la declaración de Centeno preguntándole al Sr. Cabot o a los otros
dos periodistas, Sra. Candela Ini y Sr. Santiago Jorge Nasra, aunque además le queda
preguntarle al Sr. Jorge José Bacigalupo, por cuanto TODOS ellos señalaron en la justicia
que tuvieron contacto con los originales de esos cuadernos, entonces si ellos dicen que
esos subrayados ya estaban cuando vieron los cuadernos, es lógico suponer que quien
los hizo fue el Sr. Centeno, sino alguno de ellos podría estar incurso en el delito de falso
testimonio y obstrucción de la justicia al no haber puesto en conocimiento del Tribunal
de investigación que esos cuadernos fueron alterados en su contenido por su
intervención.
CAPITULO VIII

Estamos ahora en el punto 4) de las “corroboraciones” que el Dr. Bonadío hace de las
”anotaciones” en las copias rubricadas por el actuario de los “cuadernos”.
Allí leemos:

Diez (10) fechas de “actos, eventos o viajes oficiales” con las que Bonadío entiende
que está “corroborada” la veracidad de las “anotaciones” y afirmar que los ilícitos se
continuaron entre 2003 y 2015.
Una de las fechas en el año 2006, 4 en el año 2008, 4 en el año 2009 y 1 en al año
2015. Las del 2008 en 4 meses diferentes y continuos (de marzo a junio). Las del 2009
son 1 en abril, 2 en mayo y 1 en noviembre. Y la de 2015 es en noviembre.
Difícil que esto sea motivo de un análisis metódico histórico de los hechos, pero esto lo
tendrá que resolver el Dr. Bonadío para no quedar como que incumplió con el criterio de
la Corte Suprema de Justicia en relación a utilizar el método de la sana crítica.

Vamos a enfrentarnos a un problema en este punto porque la primer fecha que


menciona el Dr. Bonadío es la del 2 de abril de 2006 y tenemos que encontrar la
“anotación” en el cuaderno correspondiente, pero resulta que abril de 2006 estaría
incluido en DOS (2) de los “cuadernos” publicados por el Diario La Nación en el sitio web
arriba indicado, el N° 2 y el N° 3, de los que ese periódico (que es el mismo donde
trabaja el periodista Cabot que tuvo los originales en su poder y que declaró ante
Bonadío y éste tomó ese testimonio como veraz), señala que las “anotaciones” en los
mismos van desde el 17 de octubre de 2005 al 29 de junio de 2006 (el N° 2) y del 1
de enero de 2006 al 11 de enero de 2008 (el N° 3).

Pero es bueno comprobar todo por uno mismo y no dejarse llevar por lo que sale
publicado en los diarios o lo que dicen los periodistas, porque en realidad esas
“imágenes” de los “cuadernos”, publicadas por el diario La Nación en su sitio web, van
desde el 17 de octubre de 2005 al 29 de junio del 2006 (el N° 2) y del 1 de julio de
2006 al 11 de enero de 2008 (el N° 3). Con lo cual queda despejado aquél problema
inicial y sólo debemos buscar la anotación del 2 de abril de 2006 en el cuaderno N° 2.
Hay más errores en lo publicado por el Diario La Nación en su web y las iremos
demostrando a medida que surjan, pero está claro que no podemos confiar en un todo
en lo publicado por ese medio, al menos para este tipo de investigación tan delicada
para la República.

Vayamos entonces al contenido de las “anotaciones” de aquél 2 de abril de 2006:


La “corroboración” entonces a la que alude Bonadío es que el 2 de abril de 2006 Centeno
llevó al “Licenciado” “… al acto de los veteranos de guerra en la Base militar del
Palomar …”.
Si alguien encuentra que eso es un ilícito que por favor me lo señale.

La segunda de las fechas es el 18 de marzo de 2008, veamos entonces esa “anotación”:


“Corroboró” entonces que participaron de un acto con la Presidenta de la Nación para la
inauguración de la hidroeléctrica en Campana, Provincia de Buenos Aires.
Sigo creyendo que esto no representa un delito, pero quedo abierto a que alguien diga
lo contrario si lo puede probar, sobre todo el Dr. Bonadío que es quien así lo quiere
inferir en su auto de mérito.

Las 3 fechas siguientes, del 2 de abril de 2008, del 20 de mayo de 2008 y del 12 de
junio de 2008, se corresponden a un nuevo acto por Malvinas en la Base Militar de El
Palomar, la puesta en marcha de la segunda turbina de la central hidroeléctrica de
Campana y un viaje en avión a Salta, respectivamente. Estas son las imágenes de esas
“anotaciones”:
Nuevamente debo insistir que ninguno de estos “actos”, “eventos” o “viajes oficiales”,
son hechos ilícitos, por lo que resulta difícil seguir el razonamiento del Dr. Bonadío hasta
aquí, dado que puede “corroborar” todos los actos que quiera de esta naturaleza y con
eso no probar absolutamente ningún ilícito, por cuanto si no prueba en concreto los
hechos ilícitos éstos no quedan corroborados sólo porque sí pudo corroborar el resto de
actos lícitos “anotados”.
La ocurrencia y comprobación de 100 hechos lícitos sin conexión directa con hechos
ilícitos, no pueden determinar que los hechos ilícitos quedan probados sólo porque quien
los anotó sea la misma persona y lo escribió en el mismo lugar. Todo lo que podrá
afirmar el Dr. Bonadío es que probó los hechos lícitos, pero nada más.
La conexión de un hecho lícito con un hecho ilícito mediante el razonamiento de que
ambos están escritos por Centeno y en los mismos cuadernos y por lo tanto si pruebo
que los lícitos ocurrieron entonces los ilícitos también ocurrieron, podría hacer
desaparecer el sentido común y llevarnos a que lo que sea que leamos en esos mismos
cuadernos, ocurrió, no necesitando la justicia probar nada más para privar de la libertad
a todos los mencionados allí.

Esa forma de razonar no lo lleva por el camino indicado por la Corte Suprema de
Justicia, ni lo depositará en una conclusión lógica que pueda sostener conforme a
derecho frente a Tribunales superiores.

Pero sigamos viendo las otras fechas que nos faltan:

Estas fechas, correspondientes a 2009, tienen una particularidad porque se verifican


“actos”, “eventos” y “viajes oficiales”, pero también hay dos (2) anotaciones que hacen
alusión a bolso de dinero (21/5/2009 a las 21:05) y paquete con dinero (27/5/2009 a
las 21:10).
Nótese nuevamente que aparecen con subrayado los nombres, las direcciones y los
vehículos. Repetimos que esto es de interés a los fines de resolver si los cuadernos
tuvieron intervenciones de terceras personas o si fue Centeno el que los subrayó.

Dice Centeno que el bolso era negro y estaba lleno de dinero, lo cual deviene en que lo
“vió”, ¿o sólo “tomó conocimiento” de eso?, ¿o quizás sólo “pensó” que se trataba de
eso? Bonadío nos deberá aclarar este punto para quitar toda duda razonable del hecho.

También dice que “Oscar” le entregó a Baratta en “la puerta” de una vivienda, un
“paquete con dinero”. Nuevamente tendrá que despejar dudas el Dr. Bonadío y decirnos
si Centeno “vió” que el paquete tenía dinero, si “tomó conocimiento” de ello o sólo lo
”pensó”, máxime cuando él era chofer y no lo recibió en mano al paquete sino que indica
que quien lo recibió fue Baratta y en “la puerta” de esa vivienda, no en el auto, con lo
cual seguramente estaba a una cierta distancia del lugar donde ocurrió ese hecho.
Nótese que el horario indicado en que ocurrió ello es el de las 21:10 hs., o sea de noche
y en época de bajas temperaturas (27/5/2009), por lo cual hay que ver y probar la
iluminación del lugar, la temperatura ambiente en ese momento, la visibilidad de la
zona, indicar dónde se estacionó el vehículo, si mientras eso ocurría hacía otra cosa que
no le molestara para la “apreciación” de los hechos, si estaba encendida la calefacción, si
los vidrios tenían condensación por la diferencia de temperatura entre su interior y el
exterior, etc., etc.

Seguramente que Bonadío tomará los recaudos para probarnos todas estas
circunstancias y así despejar toda duda.

Dejamos en solitario a la última fecha señalada en sus “corroboraciones” por el Dr.


Bonadío, con el propósito de que nos ilumine de dónde tomó dicha “anotación”, por
cuanto el cuaderno N° 8, último de la saga, tiene anotaciones entre el 2 de junio de
2015 y el 22 de octubre de 2015 (aún cuando el Diario La Nación en su sitio web señala
que es hasta el 3 de noviembre de 2015).
No sé quién tendrá razón, pero la imagen de la anotación del 5 de noviembre de 2015,
señalada por Bonadío como que está “corroborada” a fs. 18/40 del expediente en que se
tramita su investigación, nosotros no podemos tenerla a disposición, no obstante lo cual
damos por sentado que sí la tiene el Dr. Bonadío en la causa, aún cuando el Diario La
Nación no lo haya publicado y ser donde trabaja el periodista Cabot que fue testigo-
informante en la causa por haber tenido en sus manos los originales.

Veamos las imágenes de la primer y última hoja con anotaciones de viajes del cuaderno
N° 8 publicadas por el Diario La Nación en su sitio web:
No hay más imágenes de anotaciones de viajes más allá del 22 de octubre de 2015 y,
aún así, el relato se nota cortado en la última de esas imágenes del cuaderno N° 8
publicadas por el Diario La Nación, con lo que tenemos la certeza que hay más
anotaciones de viajes con posterioridad a estas hojas.
Este cuaderno N° 8, reiteramos, es un cuaderno marca Gloria, fabricado por Ledesma y
en su tapa dice que consta de 46 hojas rayadas, sin embargo hay 13 imágenes de sólo
su tapa y 11 hojas. La última imagen –que no es la aquí mostrada- se corresponde con
el reverso de la hoja 11 -que contiene anotaciones de seguros de autos- y la contratapa,
completándose entonces así las 13 imágenes que señalamos).

¿Qué se habrá anotado ese 5 de noviembre de 2015 por Centeno y que el Dr. Bonadío
pudo “corroborar”? No lo sabemos y, aparentemente, el Diario La Nación y el periodista
Cabot, tampoco, por cuanto ellos afirman que las anotaciones llegaron hasta el 3 de
noviembre de 2015, pero ya comprobamos que La Nación no es muy consistente o veraz
con toda la información que ha dado en este caso.
Podríamos inferir que se ha tratado de un error de tipeo y en realidad la anotación es del
día 5 pero del mes de octubre, que es el décimo mes del año, o sea el mes 10 y
entonces en lugar de poner un número 10 se tipeó un número 11, pero vemos que de
las imágenes del cuaderno N° 8 surge claramente que no hay ninguna anotación del 5
de octubre de 2015, pasando en la misma hoja de la anotación del 14 de setiembre de
2015 a la del 1 de octubre de 2015 y de ahí a la del 6 de octubre de 2015. Así, tal cual,
con esa falta de continuidad temporal tan extraña al compararla con el resto de los
cuadernos.

Tampoco podría ser del 5 de enero de 2015 porque en esa fecha parece que Centeno no quería seguir
cumpliendo con la "costumbre castrense" de anotar, ya que no hay cuadernos que involucren esa fecha, pasando
de una anotación hecha el 31 de octubre de 2013 (última del cuaderno N° 7) a una anotación realizada el 2 de
junio de 2015 (primera del cuaderno N° 8).

Eso será muy duro de superar para el Dr. Bonadío por cuanto le va a costar mucho reconstruir históricamente
los hechos, tal como se lo exige la Corte Suprema de Justicia.

Suponemos que el Dr. Bonadío tiene más material que el entregado por el Sr. Cabot, de
lo contrario esta inconsistencia sería muy grave en términos jurídicos.

CAPITULO IX
A partir del punto 5) de las “corroboraciones” que expone el Dr. Bonadío en su auto de
mérito, comienza a ser más preciso respecto a los hechos que considera comprobados,
así es como en el indicado punto 5) habla de un viaje a la Clínica donde estaba
internada la madre del Sr. Baratta, en el punto 6) corrobora la compra de una camisa y
la obtención de un crédito por parte de Centeno, en el punto 7) un viaje a la Clínica
Fleni para que le realicen estudios al Sr. Baratta, en el punto 8) otra visita a otra clínica,
en el punto 9) una visita al Hospital Militar y menciona un trabajo de inteligencia para
verificar domicilios anotados por Centeno, como si eso tuviera una complejidad tal que
ameritara un despliegue del servicio de inteligencia del Estado, en el punto 10)
menciona la ubicación del Hotel Feir’s Park y que allí se hospedaba Valenti y que en las
“anotaciones” el Sr. Centeno dice que allí se entregaban paquetes con dinero y cajas de
vino “Lagarde”, entonces asocia que el vino es de la bodega Lagarde y que ésta es
propiedad de Pescarmona, en el punto 11) menciona las visitas al restaurante del Museo
de Arte Decorativo e indica que pudo constatar la titularidad registral de los vehículos
apuntados por Centeno en sus “anotaciones”.
En el punto 12) hay una nueva contradicción del Dr. Bonadío porque habla de la
corroboración de la compra de un automóvil 0 KM, pero señala primero como que la
“anotación” es del 2 de julio de 2008 y sin embargo manifiesta que constató la
existencia de un boleto de compra-venta de ese vehículo de fecha 2 de julio de 2010,
habiendo 2 años de diferencia entre la anotación y el boleto de compra-venta, señalando
en el punto 13) que existe la comprobación registral de la titularidad de ese vehículo a
partir del 2 de julio de 2010.
Si vemos en la “anotación” del 2 de julio de 2008 nos encontramos con que no hay
ninguna mención a ninguna compra de un vehículo, por lo que descontamos que se trata
de un error más de los tantos que contiene este auto de mérito.
En la “anotación” del 2 de julio de 2010 sí está el texto indicado por el Dr. Bonadío como
que era del 2 de julio de 2008.

No obstante lo expresado vemos que resulta muy difícil seguir el relato del Dr. Bonadío
por cuanto esos errores tienen suficiente entidad como para desvirtuar cualquier defensa
por parte de los imputados y menoscaban la integridad del relato histórico de los
hechos, poniendo en entredicho que se trate de un proceso justo.

En el punto 14) de las “corroboraciones” que hace el Dr. Bonadío, menciona la


constatación de la entrega de cortesía de un vehículo por parte de Volkswagen Argentina
S.A. a Presidencia de la Nación y la asignación de ese rodado a Daniel Muñoz.
Pero para llegar a eso, el Dr. Bonadío primero hace alusión a la “anotación” del 30 de
octubre de 2008 y dice que de ella surge que hay una entrega de un paquete con dinero
de Baratta a Muñoz y que Muñoz se trasladaba en un auto VW gris dominio GUZ 454,
para luego expresar aquello de la entrega de cortesía por parte de la empresa VW
Argentina S.A. a Presidencia.
Es necesario que coloquemos la imagen de dicha anotación del 30 de octubre de 2008
para que todos puedan apreciar por sí mismos la clara deficiencia de autenticidad
temporal de las anotaciones.
He subrayado con amarillo la “anotación” donde se hace mención a que “Daniel vino en
VW GUZ 454 gris claro” y vemos que la misma está colocada luego de la expresión:
“… yo me fui a casa”, siendo que es de esta forma como el Sr. Centeno cierra casi
todas las “anotaciones” diarias que encontramos en estos cuadernos. Valga como prueba
las que surgen de la misma imagen, donde claramente se desprende que al terminar la
jornada anotaba que se iba a su casa, para luego no anotar nada más.
Un trabajo pericial podría verificar lo que digo y asentar con detalles técnicos estas
apreciaciones. Esperemos que el Dr. Bonadío lo haga practicar para beneficio de la
investigación y así despejar toda duda al respecto.
Vamos a maximizar la imagen donde está esa “anotación” que referencia en qué fue
Daniel Muñoz a la reunión donde recibió el paquete:
Que cada uno analice si ve o no diferencias en la forma de escritura de ese “agregado” y
si nota que se encima a la línea trazada que divide una fecha de otra, si encima texto
escrito con posterioridad (como la fecha del 31/10/08) o si la tinta se corresponde con la
utilizada en el resto del texto. En definitiva, para superar subjetividades, esperamos que
en la causa actúe un perito a los fines de discernir la cuestión.
Sólo acoto que me llama la atención que la palabra “para” que está por encima del
texto donde dice “Daniel …”, tenga remarcada la línea de la letra P que se prolonga
hacia abajo y encima a la letra L de Daniel, o es a la inversa, pero ahí hay una
remarcación que debería ser peritada. Sobre todo porque las otras partes donde el texto
superior se encima con el texto inferior, aparecen en otra posición diferente a aquella en
cuanto a lo que está por arriba de lo otro, como es el caso de la palabra “yo” y el
número “454” y la palabra “fui” con la palabra “claro”.

Es más que evidente que la actuación de peritos se presenta como inexorable.

De los puntos 15), 16), 17), 18) y 19) de las “corroboraciones” realizadas por el Dr.
Bonadío, surge la titularidad de vehículos y quién llega en qué vehículo a las reuniones.

La “corroboración” que hace Bonadío en el punto 19), sin embargo, tiene una
connotación interesante, porque allí alude a que el hecho corroborado se corresponde
con la anotación del 22 de setiembre de 2010 y la entrega de un bolso con un millón de
dólares de Wagner a Baratta.
Es una “anotación” extrañamente extensa, pero veamos la imagen de la misma:
Esta forma de visualización de esa “anotación” es la mejor que se nos puede ofrecer
para notar a primera vista que el anverso y reverso de la hoja donde se anotó lo que
ocurrió ese 22 de setiembre de 2010, además de extenso, demuestra una clara
desconexión entre la forma de narrar que se tenía hasta esa fecha o la posterior a la
misma, con la que tuvo ese día específico.
Además demuestra, también claramente, que la tinta utilizada y el grosor del trazo en
esa hoja (anverso y reverso), son completamente distintos a los que tienen las hojas
anterior y posterior.
No hay que ser un perito para darse cuenta, pero sin duda que hará falta la confirmación
de uno para sacar toda duda al respecto.

Este modelo de cuadernos son los más fáciles para intercalar hojas o reemplazarlas sin
que se note que se lo ha hecho. El sistema de espirales hace que con sólo retirar dicho
espiral de alambre con un mecanismo muy simple que consiste en hacerlo girar en
cualquier sentido para que se desplace por entre los agujeros, las hojas quedan
liberadas. Así se logra sacarlo por completo. Una vez retirado el espiral, se retira la hoja
o las hojas que se quieren cambiar, se colocan las nuevas y se vuelve a introducir el
espiral de alambre haciéndolo girar nuevamente para que avance por entre los agujeros.
Es un proceso extremadamente sencillo y que cualquiera lo puede hacer, por lo que no
está garantizada para nada la integridad de las hojas, a no ser que con una pericia
científica se logre determinar la diferencia del papel, pero hasta ello sería de difícil
determinación por cuanto se puede obtener el mismo tipo de papel muy fácilmente de
otro cuaderno similar.
La única pericia determinante sería sobre el tipo de tinta y el trazo en la escritura y está
más que claro que salta a la vista que en estas anotaciones hay diferencias notables.

Ese 22 de setiembre de 2010 el ex Presidente Néstor Kirchner acompañó a la que era


Presidenta, Cristina Fernandez, a un acto en la planta de FEMSA (Coca Cola) de la
Matanza y luego se fueron ambos a Estados Unidos donde el 24 de setiembre de 2010 la
Sra. Cristina Fernández daba su discurso ante la ONU, que es uno de los más recordados
en virtud de haberle ofrecido a la República Islámica de Iran “… que acceda a que si
no confía en la Justicia argentina como lo ha dicho porque hay un
prejuzgamiento y no va a haber la neutralidad suficiente para juzgar, se elija
de común acuerdo, entre ambos países, un tercer país en donde las garantías
del debido proceso estén vigentes, en donde pueda haber observadores
internacionales, en donde participen delegados de estas Naciones Unidas para
poder llevar a juicio lo que constituye un terrible atentado como fue el de la
mutual judía en nuestro país. Que debo decirlo, no lo consideramos un
atentado a una comunidad, a una religión, para nosotros es un atentado a todo
los argentinos”, y lo hizo “… para terminar con las excusas de la no neutralidad,
para terminar con la coartada finalmente que se nos quiere imponer de
sostener que no van a poder ser sometidos a un juicio imparcial.”

Mucho se sabe en la Argentina respecto a qué pasó con todo eso como para soslayar el
detalle de qué estaba preparando la ex Presidenta en esos días de setiembre de 2010.

Pero también pidió ante la ONU ese 24 de setiembre de 2010, “una reingeniería a nivel
internacional de los fondos multilaterales y fundamentalmente un marco teórico
diferente al que vivió el planeta y que fue el del Consenso de Washington, agotado por
fracaso …”, y de esto también se sabe cuáles fueron las consecuencias.

Aquél día 22 de setiembre de 2010, además, fue cuando la ex Presidenta Cristina


Fernández publicó su documento en contra del ex Fiscal Strassera por su actuación
durante la última Dictadura Militar, por su rechazo al habeas corpus presentado a favor
de Jorge Cepernic, cuyo nombre sería puesto luego a la enorme central hidroeléctrica a
construirse en el sur de nuestro país y que es fuertemente cuestionada actualmente.

Difícil le será probar al Dr. Bonadío mediante el método de la sana crítica, que ambos ex
presidentes estuvieron dedicados ese día de setiembre de 2010 a comandar y organizar
la asociación ilícita que se les imputa en el auto de mérito bajo análisis.

CAPITULO X
Nos quedan los puntos 20) y 21) de las “corroboraciones” que hizo Bonadío en relación a
las “anotaciones” que aparecen en los “cuadernos”.
La del punto 20) menciona a filmaciones y fotografías reservadas que obran en poder
de Bonadío y que darían cuenta de “muchos” de los encuentros detallados, por lo que
concluimos que no tiene registro de “todos”. Habrá que esperar a ver el detalle de los
que tiene y si eso sirve para mantener la hipótesis que los hechos se concretaron entre
2003 y 2015.
El punto 21) menciona que en las “anotaciones” se encuentran números de teléfonos
celulares y que Centeno llama a algunos como “truchos”, pero claro, Bonadío no nos dice
si le preguntó por qué los llamaba así.
En cambio sí nos dice Bonadío que Centeno era enviado por Baratta y Lazarte a cargarle
crédito y que eso lo hacía “…para comunicarse con las distintas empresas”, que eso
se desprende de DOS (2) anotaciones, la del 19 de julio de 2013 y 16 de setiembre de
2013. Para darle veracidad a ello indica que constató las llamadas entrantes y salientes
de varios números de esos teléfonos entre sí, detallándolas en cuanto a la cantidad de
ellas, pero no da datos de titularidad de los mismos, excepto que “… el abonado N°
11-6498-7935 se comunicó en dos oportunidades con el teléfono N° 11-3244-
6956, correspondiente a LAZARTE”.
Sólo DOS (2) “anotaciones” de DOS (2) días distintos en el año 2013 y DOS (2)
llamados con nombre propio.
Pero grande es la sorpresa al ver que entre los celulares señalados por Bonadío en este
punto 21) no figura, precisamente, el que Centeno anotó ese 19 de julio de 2013.
Veamos la imagen de esa “anotación”:
Estos son los números de celulares apuntados por Bonadío en su auto de mérito en el
referido punto 21) de sus “corroboraciones”:
Será entonces que alguno de estos celulares indicados por Bonadío en ese punto 21)
está en la “anotación” del 16 de setiembre de 2013.
Veamos la imagen de esa “anotación”:
Claramente surge que no es la “anotación” del 16 de setiembre de 2013 la que contiene
una referencia a celulares truchos y a la carga de crédito de los mismos, sino la del 12
de setiembre de 2013.
Pero tampoco surgen de esa anotación números de celulares.

Vamos a hacer lo que no hizo Bonadío en su auto de mérito y esto es poner el listado de
TODOS los números de teléfonos que están “anotados” en los cuadernos, especificando
dónde se encuentran y las fechas en que se “anotaron”, luego veremos si alguno de
ellos es uno de los nombrados por el Dr. Bonadío.

Cuaderno N° 1:
Sólo tiene una (1) anotación en la CONTRATAPA del Block y es ésta:
Cuaderno N° 2: No hay ningún número de teléfono anotado en él.
Cuaderno N° 3: No hay ningún número de teléfono anotado en él.
Cuaderno N° 4: Tiene dos (2) “anotaciones” con dos (2) números de teléfonos cada una:
El 12/11/08 la siguiente:

El 3/2/09 la siguiente:
CUADERNO N° 5: Tiene tres (3) “anotaciones” con un (1) número de teléfonos cada
una:
El 20/8/09 la siguiente:

El 23/3/10 la siguiente:

El 12/5/2010 la siguiente:

CUADERNO N° 6: No hay ningún número de teléfono anotado en él.


CUADERNO N° 7: Tiene dos (2) “anotaciones” con un (1) número de teléfonos cada una:
En un papelito pegado en el reverso de la hoja inicial que sigue después de la tapa, que
es la siguiente:
El 19/7/13 la siguiente:

CUADERNO N° 8: No hay ningún número de teléfono anotado en él.

En definitiva encontramos ONCE (11) números de teléfonos “anotados” en los cuadernos


y sólo OCHO (8) corresponden a celulares, los otros TRES (3) son números fijos.
DOS (2) celulares asociados al nombre “OSCAR” (n° 15 4085–6111 y 15 4085–3330)
UN (1) celular asociado a dermatólogas nombradas como “SONIA FREITAS” y “SILVA”
(n° 15 5647–1081).
UN (1) celular asociado al nombre “ING. RUBEN VALENTI” (n° 0261-15 6503-065 / El
prefijo 0261 es el que le corresponde al Gran Mendoza).
UN (1) celular asociado al nombre “RICARDO JAIME” (n° 15 5226 1475).
UN (1) celular asociado al propio “OSCAR CENTENO” (n° 15 5846 2962).
UN (1) celular asociado al nombre “SANTIAGO ALTIERI de PESCARMONA” (n° 15 4440
6058).
UN (1) celular asociado al nombre “MOVISTAR” (n° 15 6004-0150).

El primer celular que aparece en “los cuadernos” es en fecha 12 de noviembre de 2008 y


el último es en fecha 19 de julio de 2013. Muy difícil será encontrar un vínculo histórico
desde el 2003 y hasta el 2015.
NINGUNO de los teléfonos “anotados” en “los cuadernos” son los mencionados por
Bonadío en su auto de mérito, pero él dice que analizó las llamadas realizadas por esos
teléfonos celulares y entonces habrá que esperar a ver si nos da mayores detalles de los
que hasta aquí brindó.
No obstante ello es de destacar que se dificulta el derecho de defensa de cualquier
persona cuando el nivel de detalles es el consignado por el Dr. Bonadío, a más que estas
inconsistencias, sumadas a las anteriores que ya hemos mencionado, pueden hacernos
creer que hay una desidia importante en la pesquisa y en la redacción del auto de
procesamiento y eso nos lleva a pensar que existe poco profesionalismo puesto al
servicio de una causa tan trascendente para la República.

Difícilmente este punto 21) pueda pasar el escrutinio de la sana crítica.

Como final a sus “corroboraciones” el Dr. Bonadío expresa:

Señala Bonadío que una “gran mayoría” de las entregas de dinero que están “anotadas”
en los “cuadernos”, fueron reconocidas por las personas que las realizaron.
No todas las entregas “anotadas” fueron reconocidas entonces.
Y también señala que “en algunos casos” varió los montos o la moneda.
No todas las formas en que se hicieron fueron del modo “anotado” entonces.
Pero destaca que en “en lo sustancial” fueron reconocidos estos encuentros y la
entrega de dinero.
Habrá que esperar para ver cuál es la definición de “sustancial” que hace el Dr.
Bonadío.

Quiere ser sutil el Dr. Bonadío pero lo cierto es que el método de la sana crítica está
completamente ausente hasta aquí.

CAPITULO XI
Vamos a los hechos según el auto de mérito del Dr. Bonadío.
Así comienza:
Imputa a 52 personas vivas y 2 personas muertas y dice que las mismas se asociaron
ilegalmente para enriquecerse ilegalmente “… aprovechando su posición como
funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional”.
Pero vemos que entre esas 52 personas vivas hay empresarios, financistas, un ex Juez y
un chofer, además que también hay “… otras personas aún sin identificar” (que
esperemos estén todas vivas), que no fueron ni son FUNCIONARIOS DEL PODER
EJECUTIVO NACIONAL, por lo que seguramente esta imputación no se corresponde con
la investigación, a no ser que esta expresión sea un lapsus intelectual del Dr. Bonadío
por el que haya olvidado poner las condiciones laborales de TODOS los imputados y sólo
se haya concentrado en los FUNCIONARIOS del Poder Ejecutivo Nacional.
No queremos creer que esto sea un sesgo investigativo porque ello llevaría a pensar que
la causa sólo es una persecución direccionada al sector político y no una pesquisa penal.

En otro orden de interpretación sería bueno que el Dr. Bonadío nos precisara mejor qué
considera cuando dice que la asociación comenzó “aproximadamente desde
principios del año 2003”, ya que entre enero de 2003 y el 25 de mayo de ese año,
quienes integraban el Poder Ejecutivo Nacional no fueron los mismos FUNCIONARIOS
que lo hicieron luego de esta última fecha.
Como su investigación tiene obligatoriamente que basarse en la sana crítica, tendrá que
despejar esta duda que nos puede llevar a pensar que los FUNCIONARIOS mencionados
en esta imputación ya actuaban con anterioridad a asumir sus FUNCIONES, de la forma
en que el Dr. Bonadío les imputa, o que le faltó al Dr. Bonadío imputar a los
FUNCIONARIOS que cumplían FUNCIONES en el Poder Ejecutivo Nacional con
anterioridad al 25 de mayo de 2003.

Quiero detenerme en lo expresado por el Dr. Bonadío donde dice que estas 52 personas
vivas y 2 muertos organizaron “… un sistema de recaudación de fondos para
recibir dinero ilegal con el fin de enriquecerse ilegalmente …”.

¿Quiénes “recaudaban” los fondos que “recibían”?


¿Todos?
Porque si fueron todos significa que falta saber de dónde sacaban los fondos y quienes
pagaban, con lo que la imputación es incompleta.
Pero si sólo algunos eran los que “recibían” lo “recaudado” y encima lo hacían
“aprovechando su condición de funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional”, entonces la
imputación se concentra únicamente en la “recaudación” y “recepción”, dejando por
fuera de la investigación al “pago” que posibilitaba esa “recaudación” y a los
empresarios, financistas, Juez, chofer y “otras personas aún sin identificar”, pero
mantiene dentro a los 2 muertos.

Nuevamente vemos una direccionalidad en la investigación que denota un marcado


sesgo por parte del Dr. Bonadío.
Los términos empleados en esta imputación son los que nos marcan hacia dónde apunta
el Juez que investiga y este sesgo hacia lo político en la causa empieza a preocuparnos
desde el punto de vista jurídico.

Ahora bien, además del notorio sesgo hacia lo político de la expresión utilizada por el Dr.
Bonadío, vemos que gramaticalmente tiene algunas, sino muchas, dificultades para
hacerse entender, porque señala claramente que la organización recaudaba fondos para
“RECIBIR DINERO ILEGAL”. No dice que se recibía ilegalmente el dinero, sino que el
dinero era ilegal. Dos cosas jurídicamente diferentes.

El “dinero ilegal” es aquel que no tiene un origen lícito porque se obtiene por fuera de
los circuitos legales de circulación del mismo.
Se lo conoce como dinero “negro” y si luego de “recibirlo” uno lo pone a circular dentro
del circuito legal, entonces a eso se le llama “lavado de dinero”.

Pero según Bonadío el dinero era “sacado” del Estado por medio de sobreprecios en las
licitaciones de la obra pública, por lo que no podemos suponer que el dinero originado
en el Estado sea “dinero ilegal”, sino la Constitución está equivocada.

Ahora bien, ese dinero “sacado” del Estado iba a manos de “las empresas” que ganaban
las licitaciones, es decir que se les pagaba por las obras y ese pago se registraba, sino
estaríamos en presencia de otro ilícito que el Dr. Bonadío no ha mencionado, a más del
“sobreprecio” que tendrá que demostrar si existió. Como se pagó “legalmente” entonces
el dinero que recibieron las empresas sigue siendo “legal”, es decir que “recibieron
dinero legal” no ilegal.

Recapitulemos:
El dinero “sale” del Estado y al salir es “legal”.
El dinero es “recibido” por las empresas “legalmente” porque se corresponde al precio de
las obras licitadas.
El dinero “entra” a las empresas de forma “legal” porque con él se pagan obras públicas
licitadas, por lo tanto sigue siendo “dinero legal”, no “ilegal”.

Si según el Dr. Bonadío los que participaron de la organización eran los “empresarios”,
no las “empresas”, entonces, para completar el circuito que el mismo Bonadío señala
como forma de obtener el dinero, las “empresas” debieron darles a los “empresarios”
parte del dinero que aquellas “recibieron legalmente” del Estado por las obras públicas
realizadas a través de licitaciones.
Si las “empresas” tienen dinero “legal” y se lo dan a los “empresarios”, éstos entonces
“reciben dinero legal”, no “ilegal”.
Ahora veamos cómo seguía el circuito según el propio relato del Dr. Bonadío en su auto
de mérito y entonces coincidiremos que el dinero “legal” recibido por los empresarios era
entregado a los funcionarios en una especie de “coima” y producto del sobreprecio fijado
en las licitaciones.
Bueno, aceptado eso, concluimos que al final el dinero recibido por los funcionarios es
“legal”, no “ilegal” como afirma el Dr. Bonadío, más allá de la “forma ilegal” de recibirlo.

Pero veamos el punto débil de la cadena. El dinero “sale” del Estado y es dinero “legal”
que sale “legalmente” porque se pagan obras licitadas. Más allá del sobreprecio el dinero
sigue siendo legal y pagado legalmente. Lo ilegal puede ser el sobreprecio, no el dinero.
El dinero ingresa “legalmente” a la empresa que ganó la licitación e hizo la obra. Todo
debe estar documentado contablemente. A partir de ahí encontramos la debilidad de la
cadena, porque más arriba supusimos que las empresas le daban parte de ese dinero
“legal” a los empresarios para que éstos pagaran con el mismo las “coimas”, pero bien
pudo pasar que las empresas no le entregaran a los empresarios aquél dinero “legal”
obtenido “legalmente” del Estado, sino que le entregaran a los empresarios el referido
dinero “ilegal” al que hace mención Bonadío y que no se relaciona entonces con el
obtenido en las licitaciones por pago del Estado.
Menudo problema en el que se metió Bonadío entonces, porque si considera que el
dinero era “ilegal”, deberá entonces probar esa ilegalidad del dinero y ello hace que
obligatoriamente descarte en esa ilegalidad al pago por parte del Estado de las obras
licitadas ya que ese dinero es “legal”. Pero si descarta ese origen “legal” entonces su
teoría inicial no es la correcta ya que afirmó que el dinero era “sacado” del Estado en
pago de licitaciones por obras públicas que sobrefacturaban las empresas y ese dinero
es “legal”, como ya sabemos.
Si el dinero es “ilegal” entonces la investigación tendrá que centrarse en el movimiento
de dinero que hicieron las empresas para darle a los empresarios aquél dinero “ilegal”
con el que pagaron las coimas y eso nos lleva expresamente a la existencia del delito de
“lavado de dinero” y deberá imputar a esas empresas por el mismo.

Quizás lo que quiso decir Bonadío es que “recibían ilegalmente dinero”, algo muy
diferente a “recibir dinero ilegal”. Si no va a tener que demostrar la ilegalidad de
origen de ese dinero e imputar a los responsables por lavado de dinero.

Esto es un llamado de atención para el Dr. Bonadío con el fin de que se profesionalice en
la redacción jurídica de sus autos, porque con esta falta de conocimiento gramatical
puede perjudicar o anular el derecho de defensa y eso conllevaría a la absolución de los
imputados o a la imputación errónea de delitos e incluso a la necesaria imputación de
otros delitos. Todo un desaguisado jurídico por no saber escribir en idioma español.

Pero si lo que quiso decir fue que “recibían ilegalmente dinero”, entonces para qué pone
inmediatamente que lo hacían “con el fin de enriquecerse ilegalmente”.
Esta forma gramatical de escribir no permite inferir que a lo mejor quiso decir que
“recibían ilegalmente dinero”, sino que realmente quiso decir lo que dijo, o sea, que
“recibían dinero ilegal” y, además, de que lo hacían para "enriquecerse ilegalmente",
porque si no estamos ante una grave afectación del derecho de defensa por
incompetencia gramatical manifiesta.
Nótese que se puede recibir dinero legal y enriquecerse ilegalmente, pues ello se llama
"fraude".
También puede recibirse dinero legal y enriquecerse legalmente, pues es lo normal
cuando se ajustan las conductas a derecho.
Es también factible recibir dinero ilegal y enriquecerse legalmente, pues ello ocurre
cuando el acreedor no conoce el origen del dinero y éste es producto de un ilícito. Por
ejemplo un narcotraficante pagando cualquier cosa en el mercado (autos, casas,
inmuebles, una naranja, etc.) utilizando el dinero que obtuvo por la venta de droga y
hasta pagando impuestos con ello. En tanto el que recibe el dinero no conoce su origen,
esa transacción es legal.
Es posible recibir dinero ilegal y enriquecerse ilegalmente al mismo tiempo, porque está
implícito que el enriquecimiento ilegal sólo se verifica con el conocimiento cabal de que
se está actuando ilegalmente (nunca un enriquecimiento ilegal conlleva culpa sino
siempre es con dolo) y ese conocimiento de los hechos impide presumir que se
desconozca la ilegalidad del dinero recibido, aún cuando visto del lado de quien se
enriquece ilegalmente es irrelevante si el dinero recibido es legal o ilegal por cuanto sólo
pretende enriquecerse de manera ilegal. Pero la característica de la imputación de
enriquecimiento ilícito implica que el ilícito sea la forma en que se recibe el dinero y no
tiene relevancia que el dinero sea o no legal, porque no resulta necesario acusar a
alguien de enriquecerse ilegalmente y aclarar que el dinero es ilegal si no se está
dispuesto a demostrar esta ilegalidad del dinero con el fin de profundizar la investigación
y acumular más ilícitos a la imputación.
Por lo que estamos seguros que Bonadío quiso decir exactamente lo que dijo, que el
dinero es ilegal y que con ello se enriquecieron ilegalmente, siendo esto entonces
contradictorio y antagónico con el origen que él determina del dinero que fue el pago de
licitaciones por obras públicas, por cuanto ese dinero es completamente "legal".

La República no puede darse el lujo de tener jueces que no sepan escribir correctamente
en el idioma oficial y mucho menos cuando se trata de una causa donde están en juego
la libertad, el honor y el patrimonio de las personas, a más de la envergadura política y
empresarial de los imputados.

CAPITULO XII
Nos cuenta a continuación el Dr. Bonadío en su auto de mérito cómo estaba conformada
la asociación ilícita.
La describe así:
Un único “comando” compartido entre los esposos y ex Presidentes Néstor Kirchner y
Cristina Fernández.
Dos (2) organizadores de todo el entramado, Julio de Vido y Roberto Baratta.
Dos (2) recaudadores principales, el mismo Roberto Baratta y Nelson Lazarte, que era a
su vez Secretario Privado del primero.
Cuatro (4) recaudadores comunes, Walter Fagyas, Rafael Llorens, Hernán Gomez y
Fabián García Ramón.
Un (1) transportador, Oscar Centeno, que es el autor de “los cuadernos”.

Esta es la organización con nombres propios dada por Bonadío, luego menciona a los
“secretarios privados” de los titulares del Poder Ejecutivo Nacional pero sin nombrarlos,
como quienes recibieron “alternativamente” con éstos “el dinero”.

En principio entonces la asociación ilícita para Bonadío la integraban NUEVE (9) personas
y “alternativamente” podían actuar también los “secretarios privados” de los ex
Presidentes Kirchner y Fernández.

No hay ninguna otra mención a nadie por fuera de estas personas dentro de la
asociación y las mismas fueron TODAS funcionarios públicos.

Claramente que esto no es ni remotamente parecido al LAVA JATO de Brasil, por cuanto
ahí se investigó una asociación ilícita integrada por empresas, empresarios y políticos,
comandada y organizada por los empresarios y con participación secundaria de los
políticos.
En el caso de “los cuadernos” sólo hay políticos supuestamente asociados ilícitamente.

Además en el Lava Jato el dinero involucrado es muchísimo mayor al que involucra esta
investigación de Bonadío.

Es necesario que pongamos las cosas claras para que nadie se sorprenda respecto a la
envergadura de la asociación ilícita investigada por el Dr. Bonadío y para eso debemos
comentar un poco qué es el LAVA JATO brasilero, para hacer una simple comparación
que hará aparecer una gran duda respecto a la forma de razonar la causa por parte del
Dr. Bonadío.

En Brasil, según datos oficiales emanados del Ministerio Público Fiscal de ese país que se
pueden obtener libremente en internet, en el período comprendido entre 2004 y 2014,
una gran organización criminal se estructuró con la finalidad de practicar delitos en
contra de PETROBRAS, la cual comprende diferentes núcleos fundamentales y a medida
que la investigación va avanzando se desvelan los nombres de sus integrantes y el modo
en que actúan:

El primer núcleo, integrado por MARCELO ODEBRECHT, MARCIO FARIA, ROGÉRIO


ARAÚJO y CESAR ROCHA, en su condición de gestores y agentes de empresas
integrantes del Grupo ODEBRECHT, así como administradores de las empresas OAS,
MENDES JUNIOR, SETAL, UTC, CAMARGO CORREA, TECHINT, ANDRADE
GUTIERREZ, PROMON, SKANSKA, QUEIROZ GALVÃO, IESA, ENGEVIX, GDK, MPE
y GALVÃO ENGENHARIA, que se transformaban en un “cártel” para actuar
criminalmente en las licitaciones contra PETROBRAS, corrompiendo a los agentes que
intervenían y lavando activos obtenidos con la práctica de estos crímenes.

El segundo núcleo, integrado por PAULO ROBERTO COSTA, RENATO DUQUE, PEDRO
BARUSCO y otros empleados de alto rango de PETROBRAS, fueron corrompidos por los
integrantes del primer núcleo, pasando a ser cómplices para la consecución de los
delitos del “cártel” licitatorio.

Se puede afirmar también que la organización criminal contiene un tercer núcleo,


formado principalmente por palamentarios y ex – parlamentarios que, utilizando sus
afiliados partidarios, nombraban y mantenían a los altos cargos dentro de PETROBRAS,
en especial Directores, recibiendo ventajas indebidas pagadas por las empresas
cartelizadas (componentes del núcleo económico) que eran por ello contratadas por la
sociedad de economía mixta.

El cuarto núcleo, o brazo financiero de la organización criminal, funcionaba en torno de


una figura que convencionalmente se la llamaba “operador”, que era un verdadero
intermediador de intereses oscuros y que se centraba en la operación del pago de las
“ventajas injustas” a los miembros del segundo núcleo, así como en el lavado de activos
que surgían de los crímenes cometidos por toda la organización criminal.

A lo largo de la investigación fueron identificados varios subnúcleos o subgrupos, cada


cual comandado por un “operador” diferente que prestaba servicios a determinada
empresa, grupo económico o al servicio de PETROBRAS.
Así es como la investigación reveló un subnúcleo comandado por ALBERTO YOUSSEF y
también se encontró el subnúcleo capitaneado por BERNARDO FREIBURGHAUS, quien
era el operador responsable, a las órdenes de MARCELO ODEBRECHT, MÁRCIO FARIA y
ROGÉRIO ARAÚJO, para realizar depósitos a favor de los ejecutivos desde la propia
ODEBRECHT, de PAULO ROBERTO COSTA, RENATO DUQUE y PEDRO BARUSCO y de
terceras personas no identificadas, para lo cual utilizaba cuentas bancarias mantenidas
en el exterior cuyos titulares eran offshores, a fin de transferir valores indebidos a los
referidos agentes y también cuentas mantenidas en otros países.

El cártel actuante en el mercado de obras de PETROBRAS tuvo una composición variable


a través del tiempo. Así, en una primera fase, que perduró hasta mediados de la década
de 2000, el cartel de empresas, bautizado “CLUB”, era formado por los siguientes
grupos empresarios:
1) ODEBRECHT
2) UTC
3) CAMARGO CORREA
4) TECHINT
5) ANDRADE GUTIERREZ
6) MENDES JÚNIOR
7) PROMON
8) MPE
9) SETAL – SOG

A partir del año 2006 se admitió el ingreso de otras compañías al denominada “CLUB”, el
cual pasó a estar compuesto por 16 (dieciséis) empresas.
Así es que los siete grupos empresarios que se sumaron para integrar el “CLUB”, fueron:
10) OAS
11) SKANSKA
12) QUEIROZ GALVÃO
13) IESA
14) ENGEVIX
15) GDK
16) GALVÃO ENGENHARIA

Algunas otras empresas por fuera del “CLUB”, participaban y ganaban alguna licitación
de PETROBRAS de forma esporádica, lo cual se efectivizaba previa negociación con el
“CLUB” y el pago de propinas para los funcionarios de PETROBRAS.
Esas empresas fueron:
ALUSA
FIDENS
JARAGUA EQUIPAMENTOS
TOMÉ ENGENHARIA
CONSTRUCAP
CARIOCA ENGENHARIA

La formación del cártel permitía así que fuera fraudulento el carácter competitivo de las
licitaciones de PETROBRAS, obteniéndose beneficios económicos indebidos por parte de
las empresas cartelizadas. El crimen en cuestión le confería a las empresas participantes
del “CLUB” al menos las siguientes ventajas:

a) Los contratos eran firmados por valores superiores a los que serían obtenidos en un
ambiente de efectiva competencia, o sea, permitía sobreprecios en el costo de la obra.

b) Las empresas integrantes del “CLUB” podían escoger las obras que fuesen de su
conveniencia para realizarlas, conforme a la región o aptitud técnica, afectándose la
competitividad en las licitaciones de esas obras.
c) Ellas eran exoneradas total o parcialmente de los gastos significativos inherentes a la
formulación de propuestas de negocio efectivas en las licitaciones que de antemano
sabían que no iban a ganar.
Es de destacar esto ya que las empresas también lucraban con el funcionamiento del
cártel porque podían tener costos menores de elaboración de propuestas en las
licitaciones en que sabían que no iban a salir vencedoras.
En efecto, para ganar una licitación las empresas necesitaban invertir en la formulación
de una propuesta “seria”, la cual llegaba a costar entre 2 y 5 millones de reales,
conforme la complejidad de la obra. Entonces los concurrentes, miembros del “CLUB”,
entraban a la licitación apenas para dar una apariencia de falsa competencia y no
invertían en las propuestas, en tanto que a propósito elevaban los costos de su
presupuesto para ser derrotadas en el simulacro de licitación. Con eso gastaban valores
sustancialmente menores en los certámenes disputados.

En realidad las empresas del “CLUB” que iban a perder, siempre sabían de antemano el
valor necesario para ganar, por lo que siempre ponían un valor más alto para así perder.

d) Eliminación de la competencia a través de restricciones y obstáculos a la participación


de las empresas por fuera del “CLUB”.

El sistema de las decisiones y actuación del grupo criminal, para la conformación de la


alianza y los ajustes entre sí, contaba con un modus operandi bien definido. Las
reuniones entre los altos ejecutivos de las empresas cartelizadas eran realizadas en las
sedes de las propias empresas, como por ejemplo en las sedes de UTC ENGENHARIA, en
São Paulo y Rio de Janeiro, y también de QUEIROZ GALVÃO. Según lo averiguado en el
curso de la investigación, RICARDO PESSOA, principal ejecutivo de UTC, se encargaba
de convocar a los miembros para las reuniones del “CLUB”.
De cada encuentro no hubo registros formales redactados, pero a veces eran realizadas
por los propios participantes notas escritas a mano sobre las decisiones adoptadas en la
reunión.

Surge de lo antedicho que en Brasil las empresas y los empresarios fueron más audaces
que los políticos, en tanto que acá en la Argentina, según la versión de Bonadío, sólo los
políticos se asociaron ilícitamente y las empresas no cumplieron ningún rol activo en la
misma, pero ganaban licitaciones y enriquecían los bolsillos de los empresarios mediante
las maniobras de la asociación ilícita comandada y organizada únicamente por los
políticos.
Pero esto sorprende un poco porque una de las empresas vinculadas al LAVA JATO,
como TECHINT, también tiene a sus empresarios en la trama descrita por el Dr.
Bonadío, con lo cual nos queda inferir que en Brasil actuaban de forma más inteligente
que en Argentina o que en la Argentina no podían hacer lo mismo que hicieron en Brasil.

Los resultados “oficiales” de la investigación del LAVA JATO son los siguientes:
Esta comparación es como para bajar a la tierra a muchos que se han creído que la
investigación llevada adelante por el Dr. Bonadío puede ser comparada con el caso del
LAVA JATO de Brasil. No hay ningún punto en común y la envergadura de la
investigación, la profesionalidad con la que se trabajó y el nivel de conocimiento público
que ha tenido el trabajo desarrollado por el Ministerio Público Fiscal de Brasil, a más de
la cantidad de empresas cartelizadas y el dinero involucrado, del cual se encontró en
Brasil toda la trazabilidad, algo que el Dr. Bonadío no ha podido ni siquiera empezar a
hacer, no es ni por asomo el que ha llevado adelante la Fiscalía o los jueces de los
Tribunales Federales de la Argentina.

CAPITULO XIII
Para analizar mejor la parte del auto de mérito del Dr. Bonadío referida al “SISTEMA” de
recaudación, pondremos ahora la descripción que hace del mismo, dejando para
después lo que puso en primer término en relación a la “bitácora del delito”, por cuanto
cada “anotación” de “los cuadernos” extraída por el Dr. Bonadío para armar esa
bitácora, merecerá una crítica individual que tiene su fundamento en la crítica general
que se hará a continuación.

Dice el Dr. Bonadío:


Afirma que los funcionarios recibían dinero en efectivo de los empresarios y que ese
dinero era principalmente en moneda estadounidense, agregando que el “pase” de
dinero se hacía de automóvil a automóvil o también en oficinas públicas o privadas, con
lo cual obtenemos como certezas:
El dinero nunca lo recibió el chofer Centeno y eso nos puede llevar a afirmar que éste no
estuvo en contacto con el mismo en forma personal, por lo que si anotó en “los
cuadernos” que era dinero en moneda estadounidense, entonces lo sabe porque lo “vió”,
o sólo porque “tomó conocimiento” de ello, o también pudo ser que “pensó” que era
dinero en moneda estadounidense. El Dr. Bonadío deberá despejar esa duda ya que
conforme surge del mismo auto de mérito son los tres métodos con los que el Sr.
Centeno adquirió sus “certezas” que luego volcó en los cuadernos y todas son diferentes
bajo un análisis jurídico de las pruebas.
El dinero era “principalmente” en moneda estadounidense, con lo cual la teoría inicial del
Dr. Bonadío queda descartada porque éste alude que con esta asociación ilícita se le
“sacaba” dinero al Estado producto de las licitaciones ganadas por las empresas con
sobreprecios. Sabido es que el Estado argentino paga sólo en PESOS argentinos las
licitaciones, porque es la moneda de curso legal en el país, entonces ese dinero en
moneda estadounidense no tiene ese origen. Además retomamos la expresión de
Bonadío cuando dijo en este mismo auto de mérito que los funcionarios recibían dinero
“ilegal”. ¿Se refería a esto entonces? Si así fuera debe explicitar detalladamente qué
diligencias ha hecho para probar el origen de ese dinero y si abrió una causa por lavado
de dinero.
El dinero era entregado por los empresarios a los funcionarios, con lo cual éstos no
“sacaban” nada del Estado, tal como lo afirmó Bonadío al comienzo de su auto de
procesamiento.

Si el dinero recibido por los funcionarios era en moneda estadounidense, entonces el Dr.
Bonadío tendrá que explicitar en detalle cómo es que esa moneda llegó a estar en poder
de los empresarios que luego entregaban esas sumas a los funcionarios, de lo contrario
hay un hueco demasiado grande en la historia que nos debe contar el Juez en función de
la utilización del método de la sana crítica que le impone la Corte Suprema de Justicia de
la Nación.

También deberá explicitar en detalle el Dr. Bonadío cómo es que los empresarios tenían
esa moneda estadounidense para estos menesteres, si eran las empresas las que habían
ganado licitaciones con sobreprecios en pesos y esos pesos le fueron entregados por el
Estado a las empresas, no a los empresarios.

Otro punto a explicitar en detalle por el Dr. Bonadío será saber si consideró el valor de
cambio del PESO en relación a la moneda estadounidense, tanto al momento del pago
de aquellas licitaciones por parte del Estado a las empresas, como de todo el período
que corría entre esa fecha y la que se entregó el dinero “recaudado” por los
funcionarios, para así verificar que las sumas se correspondan y su teoría inicial se
corrobore respecto a que ese dinero de la “coima” tiene el origen por él indicado del
pago de licitaciones con sobreprecios, de lo contrario no quedará probada su afirmación
inicial y por ende este procesamiento no tendría un fundamento jurídico suficiente como
para que avance la causa en contra de los imputados.
Afirma el Dr. Bonadío que después de una fecha determinada (22 de octubre de 2015),
el “SISTEMA” cambió y los empresarios debían concurrir al Ministerio de Planificación y
acceder directamente al despacho de Baratta y, además, que con posterioridad sólo
esporádicamente autos oficiales pasaban por alguna empresa a retirar la recaudación.

Es un hallazgo notable que el Dr. Bonadío tenga tanto conocimiento de TODO lo que
pasó luego del 22 de octubre de 2015 porque el último cuaderno publicado en el Diario
La Nación, es decir el N° 8, tiene imágenes de “anotaciones” hasta ese día justamente,
no existiendo ninguna otra con posterioridad a esa fecha.
Pero claro, el Diario La Nación señala que ese cuaderno N° 8 tiene “anotaciones” que
llegan al 3 de noviembre de 2015, siendo que no podemos saberlo porque esas
imágenes no están al alcance del público.
Será cuestión de esperar las explicaciones que realice al respecto el Dr. Bonadío para
sacarnos todas las dudas que esto trae aparejado.
Pero hay algo que confirma los puntos iniciales de este Capítulo y es que el Sr. Centeno
seguía sin tener contacto directo con "la recaudación", es más, al parecer ya no tenía ni
siquiera contacto visual de los hechos porque los eventos se producían en el despacho
de Baratta, al que seguramente no accedía ¿o sí puede probar Bonadío que accedía el
chofer?

No obstante todo ello vamos a hacer un simple resumen:

El Estado licitó obras públicas que ganaron “las empresas”.


El Estado pagó esas obras con “PESOS” que recibieron “las empresas”, aun cuando haya
sido con sobreprecios.
Luego aparecen “los empresarios” pagando a “los funcionarios”.
Los “pagos” eran en “moneda estadounidense”.

¿Cómo se logra unir:


Estado+licitación+empresa+pesos
Con
Empresario+funcionario+dólares?
El Dr. Bonadío tiene la palabra.

CAPITULO XIV
Vamos a analizar ahora el punto a) de la “Descripción del Sistema de Recaudación” que
hace el Dr. Bonadío en su auto de mérito.
Allí nos señala que va a transcribir algunos párrafos de lo que él denomina “bitácora del
delito”. Veremos si logra probar que lo es.

Cita la anotación del 12 de noviembre de 2008, la cual ya expusimos en el Capítulo X


cuando analizamos el tema de los teléfonos celulares por ser la primera en donde se
menciona un número de celular (asociado al nombre Oscar como “contacto”),
transcribiendo Bonadío el siguiente texto: “… al cual le entrego el lic al contacto un
bolsita con dinero …”.

Sólo tenemos un número de teléfono de un celular asociado a un nombre y los dichos


del Sr. Centeno respecto a que ese nombre es un contacto, a más que dijo que el “lic” –
que se corresponde con la abreviatura de Licenciado y haciendo referencia al Sr.
Baratta-, le entregó una bolsita con dinero.
No surge de la “anotación” que el Sr. Centeno haya visto con sus ojos que la bolsita
contenía dinero, tampoco que haya sido Centeno quien la entregó.
Sólo son los dichos del Sr. Centeno.
No sólo hay que probarlo sino que hay que determinar que ello es un ilícito, por cuanto
entregar una bolsita a otro no es un delito en sí mismo.

La segunda “anotación” que cita es la del 5 de enero de 2009, donde Centeno da


detalles de acciones en las que él no participó en forma directa, como decir que en el
domicilio de Maipu 741, donde llevó a Baratta, subió éste con dos personas con las que
se encontró en el lugar, al 1° B.

¿Cómo sabe Centeno que es a ese piso y a esa oficina o departamento que subió Baratta
con esas dos personas? ¿Subieron todos al mismo lugar o alguno fue a otro lugar? Eso
hay que probarlo y luego decir si se corresponde con un ilícito.
También transcribe Bonadío de esa cita que luego bajaron del departamento Baratta con
una persona y con una valija, detallando las dimensiones de la misma indicando que era
de unos 90 cm de alto por 40 cm de ancho y 20 cm de espesor. Se menciona que el Sr.
Centeno la cargó al baúl del auto y éste anotó que calculó que pesaba unos 40 kg, para
afirmar rotundamente que “era dinero”.

Nuevamente nos preguntamos ¿cómo supo Centeno que era dinero? ¿Lo “vio”, “tomó
conocimiento” de ello o sólo “pensó” que lo era? El Dr. Bonadío nos debe una clara
explicación al respecto y las pruebas que lo corroboren.

Pero vamos a detenernos en las especificaciones físicas de la valija. Dice Centeno que
era de 90 cm de alto, por 40 cm de ancho y 20 cm de espesor. Si hacemos la simple
cuenta matemática de alto x largo x ancho, nos da la capacidad o volumen de la valija y
eso es 90 x 40 x 20, que arroja el resultado de 72.000 cm 3, o sea algo así como 0,072
m3, o 72 litros.

Como en la “anotación” hay un agregado que no se corresponde con el tipo de escritura


normal que hace Centeno, lo cual se verifica a simple vista, será necesario entonces que
una pericia determine si la misma fue colocada contemporáneamente con el resto de lo
escrito o no. El agregado pone una cifra al contenido de la valija y la determina en 6
millones de dólares.
Veamos esa “anotación” para saber de qué hablamos:
Es muy evidente el agregado final y muy burda la forma de escribirlo en relación al
resto, sobre todo se nota que se quiso poner demasiado texto en poco espacio y hubo
que encimar palabras al borde a más de quitar la preposición “de” antes de la palabra
“dólares”. El encimado de la última línea de escritura sobre la línea divisoria de las
anotaciones, también es muy evidente. En definitiva, es un trabajo de escritura posterior
demasiado burdo como para que un Juez Federal lo deje pasar y no lo perite.

Pero retomemos el análisis del contenido de la “anotación”. Se dice allí por el Sr.Centeno
que la valija la puso él en el baúl del auto, que pesaba más o menos 40 kg y que
contenía 6 millones de dólares “más o menos”.
¿Contó los billetes? ¿Los “vio”, “tomó conocimiento” o “pensó” que eran billetes de
dólares?

Hagamos los ejercicios matemáticos para saber si lo “anotado” por el Sr. Centeno puede
ser verosímil en la realidad.

Ya vimos que por las dimensiones que dio el Sr. Centeno de la valija (90cm x 40cm x
20cm), ésta tenía un volumen de 72.000 cm3 o 0,072 m3 (algo así como 72 litros).
Los billetes normalmente se agrupan en fajos, un fajo de 100 billetes de 100 dólares
cada uno tiene un valor de 10.000 dólares.
El volumen de un fajo de dólares de esos es de 108,3 cm3 (6,5 x 5,5 x 1,07).
O sea que en 108,3 cm3 se pueden tener U$S 10.000.
Haciendo operaciones básicas obtenemos que en 72.000 cm 3 pueden caber entonces
algo así como U$S 6.648.200 ó aproximadamente 665 fajos de billetes de U$S 10.000
cada uno.
En base a información de la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central
Europeo, un millón de dólares (100 fajos de 100 billetes de u$s100) pesa
exactamente 10 kilos, por lo que 665 fajos de U$S 10.000 cada uno, nos arrojan un
total de 66 kilogramos y no los 40 kilogramos que señaló Centeno en sus
“anotaciones”.
Si la valija que Centeno cargó en el baúl del auto tenía dólares tal como él lo señaló y
ésta pesaba unos 40 kg, entonces su contenido no podía superar los 400 fajos de
billetes de U$S 10.000 cada uno, que pesan 100 gramos cada uno, por lo tanto contenía
4 millones de dólares y no los 6 millones por él “anotados”.

Creo que cuando agregó esa “anotación” al final se dejó engañar por la capacidad de la
valija al hacer los cálculos y no tuvo en cuenta el peso de los billetes, pero lo cierto es
que su “anotación” no se corrobora con la realidad física de los elementos involucrados
(valija y billetes).
También debemos considerar el peso final de la valija, que según Centeno era de 40 kg
y calcular si ese peso lo podía levantar o no, para ello tenemos que hacer las siguientes
reflexiones:
El peso que puede soportar una persona depende del cuerpo, de la fuerza y la
resistencia, es decir puede soportar desde un 60% hasta un 170% de su peso corporal,
esto se calcula de la siguiente manera:
Supongamos que una persona pesa 75 kilos y puede soportar un peso de un 60% de su
peso corporal.
Entonces el peso que soporta es 75 x 60 = 4.500.
El resultado lo dividimos entre 100, 4.500 / 100 = 45.
Por lo tanto el peso máximo que puede soportar esa persona es 45 kilos.
Pero el Sr. Centeno tiene este físico y aspecto:

¿Cuántos kilos puede levantar? ¿40 kg como él dice que pesaba esa valija ó 60 kg que
es lo que pesarían los 6 millones de dólares?

¿Ha tenido todo esto en cuenta el Dr. Bonadío cuando le dio valor de verdad a estos
dichos?
CAPITULO XV
Vamos a continuar analizando los puntos en los que el Dr. Bonadío cita la por él llamada
“bitácora del delito”.
Hace mención el Dr. Bonadío en la tercer cita que toma en consideración, a la
“anotación” del 12 de enero de 2009 que se corresponde con la que anteriormente había
citado del 5 de enero de 2009 -donde se señaló el asunto de la valija de 40 kg de peso
con 6 millones de dólares (según el Sr. Centeno)- y donde el chofer señala que ese 12
de enero a las 20 hs llevó al Sr. Baratta desde el Ministerio a su domicilio para pasar a
buscar aquella valija que dejaron hacía una (1) semana allí para luego entregársela al
Sr. Daniel Muñoz en el domicilio de Uruguay 1306.

La dirección de calle Uruguay 1306 se corresponde con uno de los domicilios de los
esposos y ex Presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández, quienes tienen –ahora
sólo lo tiene la Sra. Cristina Fernández porque su ex esposo falleció-, un departamento
en el 5° piso.
El citado Daniel Muñoz es Héctor Daniel Muñoz, hoy fallecido y quien en vida fue
secretario privado de Néstor Kirchner. Ambos están muertos y son las 2 personas
muertas a las que se aludió en capítulos anteriores como que eran investigadas por el
Dr. Bonadío en esta causa.

De esta anotación surge con claridad que la valija que supuestamente Baratta entrega a
Muñoz (hecho que se tiene que probar por el Dr. Bonadío), estuvo una semana en el
domicilio del primero, por lo que no hay evidencia alguna que el contenido de la misma
sea el relatado por Centeno en la anotación del 5 de enero de 2009.

Tenemos entonces dos (2) hechos no probados. El primero es que Baratta le haya
entregado esa valija a Muñoz y el segundo que la valija haya tenido el mismo contenido
que el indicado por Centeno en la “anotación” del 5 de enero de 2009.

No dice el chofer Centeno que vio cuando Baratta entregaba esa valija a Muñoz y
tampoco que haya corroborado el contenido de la misma, como tampoco menciona que
haya sido él quien la manipuló, como aquella vez del 5 de enero de 2009 en la que nos
dijo que pesaba 40 kg más o menos.
Por lo tanto Bonadío no tiene más que una simple expresión respecto a que era la
misma valija, pero no en cuanto a que era el mismo contenido.

No hay delito en estos hechos citados.

La cuarta cita que menciona Bonadío se corresponde con la “anotación” del 3 de junio
de 2009, señalando que allí se indica que Centeno llevó a Baratta y un tal Nelson a
Presidencia y luego los llevó al Ministerio de Trabajo a una reunión, de la que salió
Baratta junto a Walter Fagias y a ambos los llevó al domicilio de este último, donde
Centeno dice que Fagias “… le entregó una mochila con dinero a Baratta; por el
peso la mochila tendría 300.000 U$S …” y que de allí lo llevó a Baratta a su domicilio

Es evidente que el Sr. Centeno, chofer de Baratta, debe haber entrado al domicilio de
Walter Fagias como para saber que éste fue quien le entregó a Baratta una mochila que
contenía dinero, porque de lo contrario no sabemos cómo el chofer puede hacer dicha
afirmación. También debe haber visto el dinero, sino no podría saber el contenido de la
mochila, sobre todo no pudo saber jamás sin verlo que se trataba de dólares y no de
otro tipo de billetes.
Además debe haberla cargado a la mochila el Sr. Centeno, porque es la única forma de
saber cuál era su peso.
Lástima que nada de esto lo dice Centeno en su “anotación” y por lo tanto sólo tenemos
su palabra y la credulidad del Dr. Bonadío para suponer que esto es verdad. Demasiado
poco para ser utilizado con el método de la sana crítica que está obligado a usar el Dr.
Bonadío en sus resoluciones investigativas.

No sabemos bien si Centeno “vio”, “tomó conocimiento” o “pensó” que la mochila tenía
dinero y que eran dólares, como tampoco si la pesó o la sostuvo como para “sentir” su
peso.

Ya sabemos por cálculos que hicimos en capítulos anteriores que un millón de dólares
pesan 10 Kg, por lo que 300.000 dólares pesan 3 kg. Esto es lo que debió “sentir”
Centeno que pesaba esa mochila. ¿Se lo preguntó Bonadío? ¿Cómo calculó Centeno que
ese era el peso exactamente? ¿Con qué lo comparó?

Demasiadas dudas que deberán ser resueltas por el Dr. Bonadío.

Veamos ahora la quinta cita del Dr. Bonadío de la referida por él como “bitácora del
delito”, que a decir verdad hasta ahora no sería tal porque no podemos corroborar la
existencia de ningún delito en las citas antes mencionadas, pero sigamos el
razonamiento del Dr. Bonadío como para analizarlo.
Hace mención en su auto de mérito a la “anotación” del 19 de noviembre de 2009 y
dice que es donde Centeno señala lo que ocurre a las 20:05 hs.
Esta es la “anotación” del 19/11/2009 que publicó el Diario La Nación y no se
corresponde con lo señalado por Bonadío:
He agrandado las imágenes a propósito como para que todos puedan encontrar qué es
lo que pasó aquí. No hay ninguna “anotación” a las 20:05 hs, pasando de la realizada a
las “10:20” al final del anverso de la hoja donde comenzó a anotar las referencias de ese
19 de noviembre de 2009, a la correspondiente a las “09:00” en el reverso de la misma
hoja.
Incomprensible todo. Sobre todo que luego siguen las anotaciones de las “13:30” y las
“22:10”, para posteriormente comenzar con las “anotaciones” del día 24 de noviembre
de 2009. Se salteó completamente las “anotaciones” de los días viernes 20 de
noviembre de 2009 y lunes 23 de noviembre de 2009.
¿Qué ha pasado aquí? La urgente participación de un perito es indispensable.
¿Nos quieren ocultar algo que no quieren que veamos?

Aclaramos que tampoco esta cita se corresponde con las “anotaciones” del 19 de
noviembre de 2008 o la del 19 de noviembre de 2010.

Nos enfrentamos nuevamente a una discrepancia importante entre lo expresado por el


Dr. Bonadío en su auto de mérito y las imágenes de los “cuadernos” publicadas por el
Diario La Nación, lugar donde trabaja el Sr. Cabot que fue quien acercó a la justicia
estas imágenes.

Pero no nos quedemos sólo en estas incomprensibles discrepancias de las que Bonadío
no da cuenta y sigamos el hilo de la cita que hace éste en su auto de mérito.
Nos dice que de esa “anotación” del 19 de noviembre de 2009, surge que Baratta se
encuentra con Hernán Gómez en la puerta del edificio del primero (damos por sentado
que se refiere a la puerta del edificio donde está el domicilio de Baratta y no que el
edificio sea de Baratta).
Luego “relata” Centeno que Baratta y Hernán “… subieron al departamento del
licenciado, para repartirse lo que a cada uno le corresponde; también sacan la parte del
Doctor Llorens Rafael; Ezequiel García y Walter Fagias; luego bajaron del dpto.. y los
lleve a Uruguay 1306 a entregar el grueso del dinero a Daniel Muñoz …”.
Vaya “relato” como para que un Juez Federal de la experiencia del Dr. Bonadío lo crea
como verdadero.
Está más que evidenciado que el Sr. Centeno no presenció nada de lo que pasó en ese
departamento, de lo contrario no hubiera puesto “subieron” y “bajaron”, sino
“subimos” y “bajamos”. Por lo tanto esta “anotación” quedará como algo “pensado” por
el chofer y no como algo que corroboró con la vista u otro sentido.

Es demasiado obvio el “relato” en cuanto a la nula posibilidad de probar que la


ocurrencia de los hechos fue tal como se señalan por el Sr. Centeno, como para que el
Dr. Bonadío le diera entidad de verdad y lo tenga en cuenta como prueba válida en esta
causa. ¿O no habrá advertido esto por su poco conocimiento gramatical y dominio del
idioma oficial de la República Argentina?

No hay mucho para decir sobre esta “anotación”, más que es una simple referencia
imaginativa de alguien que no presenció los hechos a los que alude, por lo que la justicia
no puede tomar a éstos como ocurridos de la forma “relatada”.

CAPITULO XVI
En la sexta cita que hace el Dr. Bonadío en su auto de mérito, relativa a la por él
identificada como “bitácora del delito”, menciona la “anotación” del 27 de enero de 2010
a las 13:35 hs, en la que Centeno escribió que llevó a Baratta al Hotel Firs’t Park, que
bajaron al 2° subsuelo con el auto y que allí no lo esperaba nadie pero que Baratta “…
subió a verlo al Ing. Ruben Valenti; luego a los 15’ bajaron con un un bolso
lleno de dinero (200.000 U$S) y una caja de vino tinto Lagarde …”
Nuevamente desconocemos por qué el Dr. Bonadío no sabe leer el idioma español, ya
que claramente surge de la “anotación” que Centeno no estuvo presente en esa reunión
y por lo tanto no sabe el contenido del bolso a no ser que lo haya visto, pero no lo indica
y mucho menos la cantidad que en él podría haber habido, como tampoco si eran
dólares u otra cosa.
Centeno claramente señala que Baratta SUBIÓ y que después de 15 minutos
BAJARON, por ende él no subió, no “vio” ni percibió con ninguno de los sentidos lo que
allí ocurrió. O se lo imaginó o sólo son dichos de los que “tomó conocimiento” o, quizás,
“pensó” que así fueron.
Otra cita más que el Dr. Bonadío no puede utilizar con capacidad de prueba en este
proceso.
La séptima cita a la que alude Bonadío es del mismo día 27 de enero de 2010 pero
esta vez de las 20:30 hs, en la que Centeno “anotó” que llevó a Baratta a su domicilio y
que éste “… subió con todo el dinero recaudado del día, luego de sacar su parte,
bajó y lo lleve a entregarle a Daniel Muñoz en Uruguay 1306 y luego lo lleve al
lic a su dpo y me fui a casa …”.
Sigue el problema para el Dr. Bonadío en considerar a esto como una prueba válida, por
cuanto nuevamente vemos que Centeno coloca claramente que Baratta SUBIÓ a su
departamento y luego BAJÓ para que él lo llevara al domicilio de Uruguay 1306 a
“entregarle a Daniel Muñoz”. No “vio” lo que pasó en el departamento de Baratta por
cuanto no subió con él, entonces no percibió con ninguno de sus sentidos nada de lo que
allí ocurrió, siendo sus dichos sólo algo de lo que “tomó conocimiento” o sólo “pensó”
que había ocurrido.
Destaco que cuando dice que fueron a Uruguay 1306 menciona que fueron a
“entregarle” a Muñoz, pero no indica qué le entregaron, con lo cual puede ser cualquier
cosa, siendo entonces otra cita que no tiene la más mínima chance de ser considerada
prueba de delito alguno.
Lo que sí está claro es que Centeno no manejó nunca los bolsos por cuenta propia o sin
la presencia de alguien más, con lo cual sus dichos de los contenidos de los bolsos queda
como que él “piensa” lo que contienen o “toma conocimiento” por dichos de terceros,
pero nunca como que él lo “vio”, al menos hasta lo que llevamos analizado de las citas
elegidas por el Dr. Bonadío.

La octava cita a la que alude Bonadío en su llamada “bitácora del delito”, alude a la
“anotación” del 21 de julio de 2010 en la que Centeno narra cómo se encontró con el
Ing. Ezequiel García en un domicilio, lo lleva a éste hasta otro lugar, bajan al subsuelo y
que “… luego sale esta persona con una valija color gris y la pone en el baúl de
mi auto…”, indicando Centeno que “… hablaban García y este señor de que eran
4.500.000 U$S … que eran “del Comahue y de lo otro” decían…”.
No hay ninguna intervención directa de Centeno en la que tenga contacto personal o
visual con el contenido de la valija, sólo “vio” una valija y que la misma fue colocada en
el baúl del auto que él manejaba, luego “escuchó” lo que hablaban o decían, por lo que
tampoco amerita esta cita ser considerada como prueba válida de delito alguno, máxime
cuando quien “escucha” lo que “hablaban” o “decían”, no nos indica si lo hizo desde
adentro del auto y los otros estaban en el exterior, si por el frío de la época (invierno),
los vidrios estaban empañados, si utilizaba la calefacción del vehículo para calentarse
dentro de él, si la radio estaba encendida, si había ruidos del exterior o cualquier otro
indicio que puedan haber alterado su “percepción visual y sonora” de lo que hacían,
“hablaban” o “decían” las otras personas mencionadas por él en su anotación.
Suponemos que el Dr. Bonadío nos va a despejar estas dudas con prueba que corrobore
los hechos, al menos es lo que tendría que hacer para considerar que utilizó el método
de la sana crítica en su decisión.
Continúa esa octava cita que toma como “indicio” el Dr. Bonadío, con la “anotación” por
parte de Centeno de lo que ocurrió luego de lo arriba comentado. Es así que señala que
ese 21 de julio de 2010, después de tener la valija color gris en el baúl de su auto, salen
del lugar y bajaron a quien la puso allí en una esquina, que ellos (Ezequiel García y él)
siguieron y que García le indica que vayan a la Quinta de Olivos, que en el camino lo
llama Baratta a García para indicarle que los esperaba en otro lugar, que allí se sube al
auto Baratta y se van a la Quinta de Olivos, pero que antes de llegar dejan a Ezequiel en
una estación de servicio y ellos siguen hasta la entrada de la quinta de Olivos donde
Baratta lo hace bajar a Centeno porque “… me dice que tenía que entregar en mano
propia al Doctor Nestor Kirchner la plata y me dice que va a entrar el solo y
manejando el auto y así fue que me quedo afuera de la Quinta y él entra a las
15.55 hs y sale a las 16.30 hs y me levanta a mi y seguimos en busca de
Ezequiel …”.
Nuevamente estamos ante “dichos” de otras personas que son “dichos” por el Sr.
Centeno (el clásico dice que dicen), algo que el Dr. Bonadío sabe muy bien no puede ser
utilizado como prueba válida si no son corroborados fehacientemente.
La “anotación” nos da la certeza que el 21 de julio de 2010, entre las 15:55 hs y las
16:30 hs., el Sr. Centeno estuvo parado en la puerta de acceso a la Quinta Presidencial
de Olivos, con lo cual no será muy difícil para Bonadío rescatar la filmación de ese
momento y corroborar que así fue en la realidad. ¿O no se filma la puerta de acceso de
la residencia oficial de los presidentes argentinos?
También podrá revisar los cuadernos de anotaciones de la guardia que allí existe y que
seguramente tiene asentado que ese día, a esa hora, ingresó el vehículo guiado por el
Sr. Baratta y que afuera se quedó el chofer del mismo a esperarlo.
¿O no es motivo de sospecha que en la entrada de la residencia presidencial de
Argentina se baje el chofer y continúe sólo la persona que era conducida en el vehículo?
¿Acaso a ningún guardia presidencial se le ocurrió chequear la identidad de quien se
bajó y se quedó allí en la puerta? Suponemos que sí y por eso será fácil para el Dr.
Bonadío que nos presente esa prueba así nos corrobora esa parte de la “anotación” en la
que Centeno dice que se quedó afuera de la Quinta de Olivos.

Pero vemos que esa octava cita rescatada por el Dr. Bonadío, continúa el relato luego de
haber salido de la Quinta de Olivos y se lee que después de recoger a García en la
estación de servicio donde lo habían dejado (suponemos), “… cambiamos el volante y
sigo manejando yo y los llevo al ministerio de planificación; y subieron juntos
con un bolso personal del lic Baratta donde supuestamente llevaban sus partes
de cada uno …”.
No es muy difícil para nadie darse cuenta que esta “anotación” sólo se basa en
“supuestos” y nada en algo comprobado por el Sr. Centeno, tanto es así que
nuevamente coloca que eran los otros los que “SUBIERON” y no él, a más de ser
expreso en que todo lo “suponía”.

Pero vayamos hacia atrás en el auto de mérito y concentrémonos en las


“corroboraciones” que de las “anotaciones” ha hecho el Dr. Bonadío, las que tratamos en
capítulos anteriores.
En el punto 1) de las “corroboraciones” nos dice que “… se encuentran acreditados
muchos de los ingresos a la Quinta Presidencial de Olivos…” y uno piensa
entonces que entre esos muchos ingresos acreditados por Bonadío estarán aquellos que
él considera lo suficientemente importantes como para que sus “indicios” tenga una
corroboración, porque de lo contrario no hay lógica jurídica.
Si selecciona un “indicio”, la lógica jurídica nos señala que es lo primero que debe
probar. Bueno, al parecer no ha sido así.
Este es el texto de aquél punto 1) de las “corroboraciones” realizadas por Bonadío:
Vemos acreditados un total de 44 ingresos a la Quinta Presidencial de Olivos, pero no
encontramos por ningún lado que esté corroborado el ingreso de esta octava cita, es
decir el ingreso efectuado por Baratta sólo, sin Centeno como chofer, que se realizara
según las “anotaciones” rescatadas por el Dr. Bonadío, el 21 de julio de 2010.
Están “corroborados” los ingresos del 6, el 20 y el 29 de julio de 2010, ero vaya
sorpresa, el Dr. Bonadío no ha podido acreditar el ingreso del 21 de julio de 2010, justo
en la que Centeno “anotó” con tanta precisión la hora de ingreso y egreso de la Quinta
de Olivos y justo cuando el chofer dice que se entregaron 4.500.000 U$S en una valija
color gris.

No creo que el Dr. Bonadío sea tan poco profesional como para no haberse dado cuenta
de estas consideraciones y nos probará todos los hechos conforme al método de la sana
crítica, ya que con esta “anotación” que él cita y las “corroboraciones” que antes había
hecho, sólo tenemos más dudas que certezas.

CAPITULO XVII
La novena cita que hace el Dr. Bonadío en su llamada “bitácora del delito”, hace
mención a la “anotación” del 23 de julio de 2010, en la que Centeno escribió que llevó a
Baratta a un domicilio y bajó al subsuelo donde se encontraron con una persona que
subió al auto con una valija color negra y “… le dice al lic Baratta que era lo de
Comahue y que tratara de que salga el otro proyecto Comahue Cuyo son obras
de energía eléctrica; le dice que hay en la valija U$S2.500.000 … “.
Estamos nuevamente en “dichos” de Centeno que expresan “dichos” de otras personas,
algo que no es posible utilizar como prueba si no se corrobora fehacientemente que lo
“dicho” ocurrió realmente y para ello nos tendrá que indicar el Dr. Bonadío cuáles son
las pruebas que tiene sobre la existencia de esa valija de color negro subida al auto que
conducía el Sr. Centeno ese día 23 de julio de 2010 en el subsuelo del inmueble ubicado
en Alem 454, o sea, si tiene o no imágenes de cámaras de seguridad, registros de las
“guardias” o alguna otra que amerite considerar que están acreditados esos hechos.
También deberían surgir evidencias claras de que el contenido de la valija era dinero,
que ese dinero eran dólares y que esos dólares eran 2.500.000, porque sólo tenemos
que Centeno anotó haber “escuchado” que la valija tenía ese dinero, pero nada más.

La “anotación” de ese 23 de julio de 2010 continúa explicando que luego de haber


“escuchado” lo que “dijeron” otras personas, llegan a un lugar donde el otro señor se
bajó del auto y Baratta le dijo a Centeno que fueran a “Olivos”, en tanto que en el
camino, dice Centeno, lo llamó Hernán Gómez a Baratta y que éste le dijo que lo
esperara en una estación de servicio, pero Gómez se equivocó de lugar y entonces
Centeno lo llamó para que viniera adonde él estaba con Baratta y después Gómez le
entrega a Baratta “… un bolso con la recaudación de la semana y le dice que hay
1.500.000 U$S … “ y se va.

Otra vez estamos ante un hecho que sólo aparece como “dichos” de otras personas que
“escucha” Centeno, pero que no “vio” que el contenido del bolso fuera dinero, ni que
fueran dólares, ni que fueran 1.500.000. Sólo que “escuchó” lo que “le dicen” a Baratta,
pero nada nos aclara en esa “anotación” si esa escucha se produjo desde adentro del
automóvil y las personas a las que escuchó estaban afuera, si lo hizo con los vidrios
bajos o subidos (era invierno), con vidrios empañados o no, con la calefacción o la radio
encendida, o cualquier otro dato que nos ayude a entender cuál fue la calidad de la
referida “escucha” que hizo Centeno.
Suponemos que el Dr. Bonadío tiene la prueba de todos estos datos y también de los
llamados telefónicos a los que la “anotación” hace referencia, como para corroborar la
veracidad de este relato y asimismo creemos que tiene las imágenes de las cámaras de
seguridad que existen en las estaciones de servicio donde estuvieron, porque si así no
fuera le resultará muy difícil incorporar estas “anotaciones” como elemento de prueba
suficiente para acreditar los hechos allí narrados.

Continúa la “anotación” del 23 de julio de 2010 en su relato y nos dice que Centeno y
Baratta continúan solos y que “… Baratta nuevamente me dice que va a entrar solo y le
doy el auto; porque tenía que entregar los 4.000.000 U$S … en mano propia al Doctor
Nestor Kirchenr en el chalet donde vive el Dr Kirchner con La Presidenta Cristina y que
no querían que me vean a mi; entro a las 14.00 hs y salió 14.25 hs, me levanto a mi y
fuimos hasta la YPF de Libertador y Melo …”
Es raro ver que Centeno ha estado escribiendo que iban a “olivos” ó a la “quinta de
olivos” cuando se refería al lugar donde ingresaba Baratta sólo en el auto y ahora, sin
razón alguna, sólo dice que es “… el chalet donde vive el Dr Kirchner con La
Presidenta Cristina …”. ¿Acaso no era la Quinta Presidencial de Olivos adonde dijo que
Baratta le ordenó ir? ¿Por qué de repente ya no es más “olivos” o la “quinta de olivos” y
pasó a llamarse “el chalet”?
Tampoco se entiende mucho la expresión de Centeno en la que dice que “… no querían
que me vean a mi…”. ¿Quiénes no querían que lo vieran a él? ¿Quiénes no tenían que
verlo a él?
Relato un tanto raro este que cita el Dr. Bonadío.

La respuesta a la duda que tenemos del por qué Centeno de repente le llamó “chalet
donde vive” Néstor Kirchner y Cristina Fernandez, realizada en la “anotación” del 23 de
julio de 2010, podría estar en que el Dr. Bonadío tampoco ha logrado “corroborar” ese
ingreso a la Quinta Presidencial de Olivos, tal como surge del punto 1) de las
“corroboraciones” que hizo Bonadío a sus “indicios” y del que hablamos en el capítulo
XVI.
Allí vimos que Bonadío se jactó de haber “corroborado” 44 ingresos a la Quinta
Presidencial de Olivos y que en julio de 2010 tiene comprobado los ingresos de los días
6, 20 y 29, pero no ha “corroborado” los 2 más importantes, o sea los del 21 de julio de
2010 donde Baratta habría ingresado sólo conduciendo el automóvil con una valija color
gris que tendría 4.500.000 U$S y esta del 23 de julio de 2010 donde Baratta habría
ingresado nuevamente sólo conduciendo el vehículo con una valija que contendría
2.500.000 U$S y un bolso que contendría 1.500.000 U$S, o sea un total de 4.000.000
U$S de dólares.

Claramente le está resultando demasiado complicado al Dr. Bonadío poder despejar las
dudas respecto a su investigación y mucho más poder determinar mediante el método
de la sana crítica que las “anotaciones” de Centeno tienen algún rasgo de veracidad.

No obstante ello se hace notar que en todo lo hasta aquí citado por Bonadío, no se
encuentra una apreciación visual directa de Centeno del contenido de valijas o bolsos,
sino sólo “anotaciones” de haber “escuchado” lo que otros decían sobre lo que esas
valijas o bolsos contenían.
Esto hay que probarlo con otros elementos más certeros que esas simples
“anotaciones”, de lo contrario no se está siguiendo el método de la sana crítica que
obliga seguir la Corte Suprema de Justicia.

Dado que nos da el horario exacto de ingreso y egreso de Baratta (entre las 14:00 hs y
la 14:25 hs), es claro que Bonadío podrá encontrar en un futuro en las imágenes de ese
23 de julio de 2010, quiénes y cómo ingresaron en ese horario, como así también quién
se quedó afuera esperando y, sobre todo, las anotaciones de la “guardia” que allí hay en
cuanto a la identificación de la persona que se bajó de un vehículo y esperó en la
entrada de la Residencia Oficial de la Presidencia de la Nación.
No debería ser ningún problema que Bonadío encuentre esa prueba en virtud de ser algo
de rutina para una “guardia” de un lugar como ese.

Como al salir de ese lugar Baratta lo levantó a Centeno y se fueron a una estación de
servicio que identifica con claridad, también debe ser fácil para Bonadío encontrar las
imágenes de ese lugar en ese horario para reconocer la llegada del automóvil en el que
se transportaban, al menos considerando que todas las estaciones de servicios cuentan
con cámaras de seguridad.
Damos por hecho que el Dr. Bonadío tiene en su poder esas cintas de seguridad y
anotaciones de guardias, ya que lo contrario sería pensar en un Juez muy poco
profesional para investigar hechos que le llaman la atención y que toma como “indicios”
relevantes para su investigación.

La continuidad del “relato” que Centeno hace en esa “anotación” del 23 de julio de 2010,
nos lleva a que en la estación de servicio última señalada, se bajó Baratta del auto y se
subió a un vehículo de Hernán Gómez, que identifica con detalle, indicándonos Centeno
que él los siguió hasta el domicilio de Baratta.
Allí nos cuenta Centeno lo que él ve en ese lugar, indicándonos que “… se ve que
mientras venían se repartían la parte de dinero que le había dado el Doctor Kirchner …”.
Primera vez que Centeno nos dice que “ve” dinero, ahora claro, él nos afirma que ese
dinero es “… la parte de dinero que le había dado el Doctor Kirchner…”, como si tuviera
la certeza del origen del mismo y pudiera probarlo. Suponemos que el Dr. Bonadío le
habrá preguntado cómo es que sabía que ese dinero era el mismo que le había dado
Nestor Kirchner a Baratta y cómo sabía que Nestor Kirchner le había dado dinero a
Baratta.
Esto porque a lo mejor ese dinero era algo completamente distinto y entonces hay que
probar cuál era el origen del dinero al que hace referencia Centeno, de lo contrario el
método de la sana crítica no se sigue.

Pero también estamos seguros que Bonadío le habrá preguntado a Centeno que si al ser
época invernal él pudo apreciar lo que dice que “vio” desde el auto, sin interferencia
visual alguna, como un vidrio empañado, otros vehículos moviéndose en derredor, luces
que le molestaran o cualquier otro elemento que jugara en contra de una perfecta visión
de los hechos ocurridos.

El relato de Centeno en esa “anotación” del 23 de julio de 2010 continúa con una charla
que dice él tuvo en el interior del vehículo con Hernán Gómez después de haberlo
recogido de su domicilio para llevarlo a otro lugar y volver a traerlo a ese domicilio. En
ese viaje nos relata Centeno que Gómez “… le decía irónicamente que quería dejar
de hacer las recaudaciones y yo le dije que mientras se lleve algo y me dice: no
Oscarcito yo puchereo nomás; le di a entender que yo siempre quedo afuera y
me dice esto es así nomas; que el Doctor Kirchner las quiere a todas para él y
que además le dijo: no hay más?...”.
Demasiados “dijo”, “dice”, “dije” y nada concreto como prueba eficaz a los fines
investigativos, sólo dichos de personas que dicen que les dijeron. Muy endeble como
prueba para poder aplicarlo en el método de la sana crítica. Esto lo sabe muy bien el Dr.
Bonadío, sin embargo se anima a poner esta “anotación” como parte de su llamada
“bitácora del delito”. ¿Dónde está la prueba del delito en todos estos “dichos”? ¿Dónde
está la prueba que corrobora cada una de las cosas relatadas en esta “anotación”?

CAPITULO XVIII
Vamos a analizar ahora la décima cita que hace Bonadío de la por él llamada “bitácora
del delito”.
Esta cita hace referencia a la “anotación” que hizo el Sr. Centeno en sus “cuadernos”,
correspondiente al 7 de octubre de 2010.
Centeno dice que llevó a Baratta a un sitio donde lo esperaba un tal Neyra “… con una
valija con 4.000.000 (cuatro millones de dólares)…” y relata que Baratta le da la
orden de abrir “… el bául sin bajar del auto, Neyra la subió al baúl y luego subió
él al auto en el asiento de atrás…”.
¿Cómo supo Centeno que la valija tenía dinero, que ese dinero eran dólares y que esos
dólares eran 4.000.000? No lo sabemos, pero parece que para el Dr. Bonadío esto no es
importante, aún cuando en la “anotación” surge claro que Centeno no se bajó del auto y
que Neyra fue el que subió la valija al baúl, o sea, hay evidencia cierta que Centeno
jamás tuvo contacto visual con el interior de esa valija. Quizás sólo “tomó conocimiento”
de lo que allí había o únicamente lo “pensó”. Todas situaciones muy diferentes desde el
punto de vista jurídico.
Seguidamente Centeno “anota” que después de subir al auto, Neyra le pasa a Baratta “…
el papel con las cantidades de diversas obras por la cantidad en total ya
nombrada …”.
Como el Dr. Bonadío “transcribe” esta anotación y lo hace erróneamente, estamos
obligados entonces a colocar la imagen publicada de la misma por el Diario La Nación, a
los fines de que alguien nos indique cuál es la versión correcta.
O Bonadío se equivocó al transcribir o el Diario La Nación ha publicado imágenes de
“anotaciones” que no son las mismas que tiene el Juez.
Será necesario publicar 2 imágenes por cuanto la “anotación” del 7 de octubre de 2010
de las 19:50 hs está escrita entre el anverso de una hoja y el reverso de la misma.
Estas son esas imágenes:
El Dr. Bonadío transcribe “… le pasa el papel con las cantidades de diversas obras
por la cantidad por la cantidad (sic) total ya nombrada.”, siendo que de la imagen
es claro que no es esa la “anotación” de Centeno, sino que realmente escribió el texto
más arriba señalado por nosotros, o sea: “le pasa el papel con las cantidades de
diversas obras por la cantidad en total ya nombrada”.
¿Quién le transcribió las “anotaciones” al Dr. Bonadío? ¿Por qué este grosero error de
transcripción y encima colocar el desconcertante “(sic)” con el que nos señala que lo ha
copiado textualmente del original y que si es un error gramatical se debe a que en el
texto original así se escribió?.
Sabido es que SIC es una palabra latina que puede traducirse como “así”. Su uso en
nuestra lengua está vinculado a la expresión sic erat scriptum, que quiere decir “así
fue escrito”. De este modo, sic se emplea como adverbio en los escritos para aclarar
que una frase o palabra mencionada es textual.

Una incongruencia más en el auto de mérito de Bonadío que nos abre más dudas que
certezas sobre qué “anotaciones” son las que tiene el Juez y por qué no conocemos las
mismas.

Concentrémonos de todas formas en lo “anotado” por Centeno y veamos de dónde pudo


obtener el Dr. Bonadío que el papel que Neyra le pasó a Baratta se correspondía en su
contenido con lo afirmado por aquél que contenía.
Sólo podemos concluir que el Dr. Bonadío le ha creído a Centeno y nada más, porque no
hay ninguna forma de afirmar que el papel que supuestamente le pasaron a Baratta
haya tenido el contenido que dice en su “anotación”, si el mismo no fue leído por el
propio Centeno y de lo que hasta aquí hemos analizado no hay ninguna referencia de
Centeno a que él tuvo ese papel en la mano ni que lo leyó, por lo que sólo tenemos la
certeza que puso en su “anotación” lo que “tomó conocimiento” que decía el papel o sólo
lo que “pensó” que allí decía.
Si el Dr. Bonadío tiene ese papel no lo ha dicho en su auto de mérito, por lo que
tampoco podríamos afirmar que se convenció de que el hecho relatado por Centeno era
verdad en base a esa circunstancia fáctica.

Muy pobre y endeble prueba para incluirla dentro del método de la sana crítica.
La “anotación” que da cuenta el Dr. Bonadío continúa con el relato de Centeno de lo que
él dice que pasó, señalando que luego de todo lo anteriormente comentado, Baratta lo
llama a Hernán Gomez para que éste se acercara al lugar donde estaban con “lo
recaudado”, indicando que cuando llega Hernán Gomez, el Sr. Baratta se sube a la
camioneta donde aquél venía, detallando modelo y dominio, como así también señala
Centeno que de allí se van a Uruguay 1306 pero él se desplazaba con Nelson en el auto
siguiendo a Baratta y Gomez, llendo por detrás de ellos. Menciona Centeno que al llegar
a esa dirección tienen que esperar a Daniel Muñoz y que cuando este llega Baratta “…
se baja de la Meriva de Hernan con dos bolsos que tenían 800.000 U$S
(ochocientos mil dólares) cada uno, los cuales se los da a Daniel Muñoz y me
dice que abra el baúl y el lic la baja él a la valija y entran por la puerta de
Juncal con todo o sea 5.600.000 U$S (cinco millones seiscientos mil dólares); a
los 10’ sale el Lic Baratta y retira de mi auto su bolso personal que lo tenía
vacío y entra al domicilio nuevamente; a los 30’ sale y sube a la Meriva de
Hernán y yo los sigo siempre con Nelson que queda evidente para que custodie
a mi, para que no haga ninguna cosa rara; luego llegamos al domicilio del lic,
bajan con el bolso personal con la parte que le dio Daniel Muñoz y luego nos
fuimos, cada uno a su casa…”.

Me he tomado el atrevimiento de marcar en otro color y subrayado todos los elementos


del texto que marcan clara y contundentemente que el Sr. Centeno jamás estuvo en
contacto con ningún bolso o valija, no los manipuló, no pudo ver su contenido a no ser
que los mismos fueran abiertos y se los mostraran específicamente, no participó
directamente de las distintas reuniones a las que alude y no estuvo presente en las
reuniones que se hicieron dentro de los domicilios.
Entonces ¿cómo es posible que un Juez Federal de la Rep. Argentina crea que los hechos
pasaron tal como ese texto dice que pasaron si del mismo surge con claridad meridiana
que quien lo escribió no “vió” más que evidencias circunstanciales y todo lo demás es un
simple relato de lo que “pensó” que había ocurrido?
No podemos menos que sorprendernos por la candidez de un Juez puesta al servicio de
la credulidad a un delincuente, ya que esa es la característica que el propio Bonadío le
ha dado al Sr. Centeno en virtud de tenerlo detenido a su disposición.
Es imposible que jurídicamente esta “anotación” tenga algún valor si todos los hechos
allí relatados no logran ser corroborados por el Juez mediante prueba fehaciente. ¿Tiene
esas pruebas el Dr. Bonadío? Esperemos que sí porque de lo contrario no se entendería
el por qué eligió esta “anotación” para incluirla en la por él llamada “bitácora del delito”,
ya que con la misma no se prueba ningún delito, justamente.
Sacar bolsos y/o valijas y llevarlos a otro lugar o transportarlos de un lugar a otro,
todavía no es delito en la Rep. Argentina.

CAPITULO XIX
La décima primer cita que hace el Dr. Bonadío en su llamada “bitácora del delito”,
hace mención a la “anotación” del 16 de julio de 2013 en la que Centeno dice que lleva a
Baratta y Nelson L. a una dirección donde “… retiran un bolso lleno de dinero …”.
Nada nos dice el Dr. Bonadío sobre por qué le da entidad de verdad a este “relato”,
siendo que proviene de un chofer que no dijo haber visto el dinero al que alude, ni haber
manipulado el bolso, sino que expresamente utiliza la palabra “retiran”, con lo que
claramente determina que fueron otros los que lo hicieron, no él.
Continúa la transcripción de la “anotación” del Sr. Centeno que hace Bonadío, indicando
que a las 20:00 hs salieron Baratta y Nelson L. y él los llevó a otra dirección a “… dejar
el dinero …”, individualizando a esa dirección como Andonaegui 2138 1° B, es decir, un
primer piso de un edificio.
Difícil es seguir este relato como verdadero cuando el Dr. Bonadío no nos dice cómo
pudo probar que en ese piso de ese edificio ocurrió lo que el Sr. Centeno dice que pasó,
siendo que éste no estaba presente.
Después el Sr. Centeno aclara cómo utilizan los bolsos, señalando que son “gemelos” y
que “… se van recambiando para las operaciones, o sea se vacían o llenan los mismos
bolsos negros según fotos …”.
Suponemos que las fotos a las que se refiere son de bolsos llenos de dinero y que en las
mismas se puede verificar una marca, un número de serie o algo que determine que
esos bolsos son “gemelos” y que alguna vez están vacíos y otras veces llenos, porque de
lo contrario no podríamos suponer que estas “anotaciones” sean veraces.
Vamos a esperar a que el Dr. Bonadío nos aclare con especificaciones técnicas y
periciales estos hechos, ya que allí seguramente podríamos considerar como verdaderas
las “anotaciones”. De lo contrario nos cabe una gran duda al respecto.
La décima segunda cita que hace Bonadío para su llamada “bitácora del delito”, se
corresponde con la “anotación” de Centeno del 3 de junio de 2015, donde relató que
llevó a Nelson a una oficina de Néstor Otero en Retiro, señalando que de ahí Nelson “…
trajo doscientos cincuenta mil dólares (250.000 U$S) y lo lleve al ministerio
donde Nelson se lo dio al Licenciado Baratta …”.
A más de no decirnos el Dr. Bonadío cómo probó que estos hechos fueron “vistos” por
Centeno, ya que siendo chofer no participó activamente en los mismos, es claro que el
mismo Centeno nos indica que fueron otros los que “trajeron” aquello que él dice son
250.000 dólares y luego se lo “dieron” a Baratta.
Esta afirmación no puede más que dejarnos dudas sobre cómo es que supo Centeno que
se trataba de dólares, que eran 250.000 y que en el Ministerio se lo entregaron a
Baratta. Esperamos que el Dr. Bonadío sepa indicarnos cuáles son las pruebas que a él
le dan la certeza que las “anotaciones” se corresponden con la verdad.
Vamos a hacer un ejercicio simple poniendo a consideración las imágenes de TODAS las
“anotaciones” que hizo el Sr. Centeno relacionadas con ese día, es decir el 3 de junio de
2015, fecha que ha sido elegida por el Dr. Bonadío para incluirla en su “bitácora del
delito”, pero que extrañamente omite poner como elemento de prueba todo el texto de
ese día en el que se relata el manejo de grandes sumas de dinero y sólo se limita a un
evento de supuesta entrega de dólares por la suma más baja que hay en todo el texto
de la “anotación” de ese 3 de junio de 2015. ¿Por qué será esta omisión manifiesta de
Bonadío?

Estas son las imágenes de la “anotación” completa del 3 de junio de 2015:


Los invito a leer todo el texto y detenerse en las remarcaciones que he hecho, luego
tendrán que coincidir conmigo que este “relato” del que Bonadío sólo extrajo una parte
muy pequeña y sesgada, no tiene nada que ver con la historia que el Juez nos quiere
contar en su auto de mérito.
Se nota y mucho que el Sr. Centeno sólo está “contando” una historia y no “anotando”
sus viajes, como debería hacerlo un chofer que quiere dejar constancia de qué hizo en
su trabajo.
Relata el 3 de junio de 2015 eventos que dice ocurrieron el 28 de mayo de 2015,
utilizando para recordar esos hechos palabras como “… Tengo también que asentar
que el día 28/5/15 …”, “… también tengo datos del 28/5/15…”, “… Dejo
aclarado que …”. ¿Por qué no anotó el mismo 28 de mayo de 2015 lo que hizo? ¿Por
qué Bonadío no nos referencia todo esto en su “bitácora del delito”?

No es menos notorio que en toda la extensión de la anotación del 3 de junio de 2015


Centeno siempre habla que “otros” hicieron, “otros” recibieron, “otros” entregaron, que
a “otros” les dijeron que hicieran algo, que “otros” les dijeron a “otros” que hicieran
algo. Y además surge claro del texto que Centeno nunca estuvo en contacto con el
dinero, nunca mencionó que “vio” el contenido de paquetes, bolsos o valijas, sino sólo se
desprende de su “anotación” que, como mucho, “tomó conocimiento” de lo que
contenían por dichos de “otros”, pero que en la mayoría de las veces “pensó” que
contenían lo que después escribió que contenían.
¿Y Bonadío no nos hace ninguna reflexión al respecto? ¿Para el Juez no tiene
importancia toda esta consecución de eventos del 3 de junio de 2015 “anotados” por
Centeno? ¿Para Bonadío sólo es rescatable el hecho de que Nelson Otero “… trajo
doscientos cincuenta mil dólares (250.000 U$S) y lo lleve al ministerio donde
Nelson se lo dio al Licenciado Baratta …”?

Se privó el Dr. Bonadío de hacer mención al texto final de las “anotaciones” de aquél 3
de junio de 2015, donde Centeno expresó: “… Dejo aclarado que todos los viernes
voy a la quinta del Licenciado Baratta … a controlar al personal de limpieza y
jardinería y en esos días los retiros de dinero Nelson lo hace con otro chofer …”.
Ahora vemos entonces que todas las “anotaciones” de Centeno que se correspondan con
un “viernes” no son verdad y para el Dr. Bonadío esto no es importante, como tampoco
despertó alarma alguna en el Juez el que haya intervenido “OTRO CHOFER” en los
eventos. ¿Sabe qué chofer es? ¿Lo llamó a interrogatorio? ¿Corroboró con los otros
choferes que este relato de Centeno fuera verdad?
De la “anotación” del 15 de junio de 2015, que está en las imágenes arriba expuestas,
surge que el otro chofer podría llamarse “Juan Carlos”, pero no es tan creíble que esta
expresión de Centeno sea verdad por cuanto allí dice que eso se lo “comentó” Nelson
porque él ese día se fue a Pilar.

Lo realmente increíble es que un Juez Federal de la Rep. Argentina haga omisión tan
manifiesta de la utilización del método de la sana crítica en su auto de mérito. No
entendemos esta falta absoluta de profesionalidad jurídica en alguien que investiga una
causa tan delicada para la República. Esperemos que los controles sobre su trabajo, que
harán los órganos jurisdiccionales superiores, sea todo lo profesional que el Poder
Judicial de la Nación merece ofrecerle al país y ponga en su justo lugar esta causa.

CAPITULO XX
Analizamos ahora la décima tercera cita que hace el Dr. Bonadío en la llamada por él
como “bitácora del delito”, que se corresponde con la “anotación” que hizo Centeno el 9
de junio de 2015, la que puede verse en la imagen que acompaña el análisis realizado
en el Capítulo XIX que antecede.
Allí relata Centeno que se habría previsto un encuentro de Nelson con una persona
llamada Nivello en el edificio de la ex YPF, pero que este se habría confundido de lugar y
entonces, al no poder encontrarse, decidió llevar él mismo lo que Centeno describe
como “el muerto”, a Baratta en persona y entregárselo, señalando después que “… se
hablaba de 1.250.000 (un millón doscientos cincuenta mil dólares)”.
Vamos a poner la imagen de la transcripción que hace Bonadío porque cualquiera que
conozca derecho podría no creerme que un Juez Federal de la Nación le dé entidad de
verdad a semejante texto.
Esta es la imagen de lo expuesto por Bonadío:
Centeno afirma primero que era dinero el que tenía que darles, o sea, afirma que él iba
a recibir dinero junto con Nelson, pero luego señala, sin mencionar cómo es que lo sabe,
que quien debía darles ese dinero decidió por su cuenta ir al Ministerio y dárselo en
persona y en la oficina a Baratta, como si fuera fácil creer que él tenía un control de la
situación suficiente como para saber los movimientos, pensamientos y actos de todos los
que involucra en esta “anotación”.
¿Cómo sabe Centeno que las cosas ocurrieron así como él dice? ¿Cómo corroboró que
Nivello fue al Ministerio? ¿Cómo hizo para asegurarse que Nivello estuvo en la oficina de
Baratta y le entregó dinero al mismo? ¿Cómo alguien puede creer semejante relato?
¿Cómo un Juez Federal va a tener el poco profesionalismo de consentir que esta
“anotación” puede servir como prueba jurídica de algo?
Para rematar la poco confiable veracidad de los hechos, es el propio Centeno que
expone que “… se hablaba de 1.250.000…”. ¿Quién hablaba? ¿Cómo supo Centeno lo
que se hablaba? ¿Por qué se hablaba?
¿En serio que Bonadío cree que esto es relevante?

Veamos la décima cuarta cita que hace Bonadío de la “bitácora del delito”. Expone la
“anotación” del 13 de julio de 2015, en la que Centeno señala que llevó a Nelson hasta
el estacionamiento de un hotel donde lo esperaba un tal Javier que “… le pasó a Nelson
un paquete con 250.000 U$S … y luego en el ministerio se lo dio al lic
Baratta…”.
Otra vez, ¿cómo supo Centeno que el paquete contenía dinero, que el dinero eran
dólares y que éstos eran 250.000? ¿Cómo supo lo que hizo Nelson en el Ministerio, con
quién habló o estuvo? ¿Cómo supo que Baratta recibió ese mismo paquete?
Increible el sesgo del Dr. Bonadío como para tener la poca vergüenza de utilizar un
“relato” como éste dándole entidad de verdad.
¿Será que Bonadío le creyó todo a Centeno porque éste puso en esa “anotación” el texto
de “Acompaño ticket estac…”?
Suponemos que Bonadío tiene ese ticket y nos despejará la duda de por qué Centeno
coloca expresamente la palabra “Acompaño”. ¿Adónde acompañó ese ticket? ¿Por qué
era importante acompañarlo? ¿Se corresponde esta forma de escribir con una simple
anotación de un evento de trabajo normal de un chofer?

Para un mejor análisis vamos a colocar la imagen de esa anotación, o sea la del 13 de
julio de 2015.
Concentrémonos primero en la “anotación” de referencia por parte de Bonadío, la del 13
de julio de 2015 a las 13:48 hs. Ahí se aprecia que el final, donde está eso de
“acompaño ticket del estac.”, no se corresponde con la forma de escribir el resto del
texto, notándose que las palabras se amontonan como para que entren en el mismo
renglón.
Esto nos podría indicar que ese texto se agregó en una época posterior, por lo que el
trabajo pericial sobre ello es necesario, máxime si consideramos que no sabemos cuál
fue el motivo de anotar esa circunstancia y no entender a quién le acompañó ese ticket
ni para qué lo hizo.

Ya que tuvimos que ver esta imagen notamos que el Dr. Bonadío no reparó en la
“anotación” que está en el reverso de la hoja anterior, correspondiente al 1 de julio de
2015 sin horario.
¿Cómo pudo el Dr. Bonadío no detenerse en esta anotación?
Surge allí que Centeno anota el 1 de julio algo que pasó o pasará entre el 6 y el 8 de
julio de 2015 y lo hace como un simple relato de hechos que no se asemejan en nada al
tipo de relato que acostumbra a hacer.
Vemos que la palabra “viaján” está sobrescrita, tiene una remarcación y una tilde que
se corresponde a un acento, cuando es obvio que la misma no lo tiene en nuestro
idioma ya que correctamente escrita es “viajan”, sin el acento. Podría ser que sea un
error de ortografía cometido por el Sr. Centeno, pero del análisis general de sus
“anotaciones” inferimos que los errores respecto de los acentos son más bien por no
ponerlos, antes que por ponerlos donde no corresponde.
Además el tiempo verbal empleado (“viajan”), nos habla a las claras que hace referencia
a que otros lo harán, entre ellos Nelson, lo cual lo excluye a él de los hechos y en todos
los cuadernos se observa que cualquiera de las “anotaciones” que hace Centeno son por
hechos que él protagoniza como chofer. ¿Por qué relatar algo de lo que él no va a
participar? ¿Por qué hacerlo el 1 de julio de 2015 cuando los hechos que involucran a
otros ocurrirán posteriormente? ¿Por qué no relacionar esos hechos con algo que él tiene
que hacer o está obligado a hacer?
Es de destacar además que tiene un detalle de cómo regresan (en un vuelo del 8 de julio
de 2015 a las 14:40 hs y que tiene el número 1851), pero no aclara como “viaján” de
ida, ni quiénes además de Nelson son los que “viaján”.

Creo que el método de la sana crítica llama al Dr. Bonadío para que eche luz sobre estos
aspectos que arrojan muchas dudas sobre la veracidad de las “anotaciones”.

La décima quinta y última cita a la que hace referencia el Dr. Bonadío en su “bitácora
del delito”, es la correspondiente a la “anotación” que hace Centeno el 4 de agosto de
2015.
Es casi un calco de la anterior “anotación” rescatada por Bonadío, porque señala
Centeno que llevó a Nelson hasta el subsuelo del mismo hotel, pero ahora expresa que
ese estacionamiento es compartido con el edificio contiguo. Vaya a saber para qué poner
esta acotación. ¿Será que quiere justificar algo que para una anotación de un chofer no
tiene la más mínima relevancia? ¿Será que el “relato” tenía que contener esta acotación
sino la historia de quién participa no era creíble?. Veremos cómo lo trata al tema
Bonadío para saber el por qué de esta acotación y a quién le servirá.
Continuemos con la “anotación”. Centeno nos dice que en ese estacionamiento “… nos
esperaba el Sr. Sanchez Caballero y le entrego una bolsa que contenía 1.250.000 U$S …
y regresamos al ministerio y se lo dio al Lic Baratta en su oficina…”.
Nuevamente el Dr. Bonadío tendrá que explicarnos cómo es que hizo para creerle a
Centeno algo de este texto ya que éste no afirmó que “vio” el interior de la bolsa,
entonces no sabemos cómo supo que era dinero, que eran dólares y que eran
1.250.000.
Tampoco nos dice Bonadío cómo creyó que era verdad la afirmación de que Nelson le
entregó “eso” a Baratta en la oficina de éste. ¿Acaso Centeno tenía acceso ilimitado a la
oficina de Baratta y presenciaba estas entregas?
Otra vez prevemos que a lo mejor Bonadío le cree todo este relato a Centeno porque
éste anotó que “… acompaño ticket del estacionamiento…”.
No sabemos si a Centeno le hacía falta anotar que acompañaba el ticket del
estacionamiento por alguna cuestión legal, de trabajo, de obligación con sus superiores
o simplemente porque se le ocurrió que tenía que acompañarlo. Esperamos que Bonadío
nos despeje esta duda porque de lo contrario no se entiende para qué colocar esa
acotación en un simple relato de hechos normales de trabajo diario de un chofer.
Si esta duda no es despejada por Bonadío entonces podríamos suponer que la
“anotación” de Centeno tiene una característica diferente a un simple relato de hechos
laborales y pasa a ser más una historia contada con perspectivas de utilización legal de
la misma.

CAPITULO XXI
Seguimos el análisis del Capítulo III de los Considerandos del auto de mérito del Dr.
Bonadío, donde éste expone los “Hechos”. Ya analizamos el punto 1) donde el Juez
habla “De la asociación ilícita” y el punto 2) donde habla de la “Descripción del sistema
de recaudación”, ahora veamos el punto 3) donde nos expresa “Quienes recibían los
fondos ilegales – los hechos”.
Esto es con lo que comienza ese punto el Dr. Bonadío:
Lo primero que nos surge como análisis es que nuevamente el Dr. Bonadío habla de
“fondos ilegales”, confirmándose entonces que tiene bien claro el hecho de que el
dinero tiene un origen ilegal y que no fue un error de gramática o de mal uso del idioma
cuando en el punto 1), donde habla “De la asociación ilícita”, nos dice expresamente que
se había creado esa asociación con la finalidad “… de organizar un sistema de
recaudación de fondos para recibir dinero ilegal con el fin de enriquecerse
ilegalmente …”. Ya analizamos esta forma de expresarse con detenimiento en capítulos
anteriores.
Atento a esta segunda confirmación en su auto de mérito, respecto a la ilegalidad de los
fondos, cabe preguntarle al Dr. Bonadío cuáles han sido los elementos de prueba que
tiene por los que ha reconocido esa ilegalidad de los fondos y, también, que si el dinero
era ilegal, entonces por qué expresó en su “Introducción”, contradictoriamente a esa
afirmación, aquella teoría general sobre que la “… colusión de funcionarios y
empresarios hizo funcionar una maquinaria que le sacaba con procedimientos
amañados dinero al Estado Nacional … para distribuir coimas a funcionarios
corruptos a cambio que … ese selecto grupo de empresarios también se
llenaran los bolsillos mediante su participación en licitaciones o concesiones …”
y, además, que “Esta mecánica funcionaba … para ganar una obra pública, la
explotación de un corredor vial, una concesión de transporte ferroviario o ser
beneficiado con la asignación de subsidios al transporte automotor o empresas
prestatarias de bienes y servicios por cuenta y orden del Estado Nacional …” y
así “… una empresa o grupo de empresas –UTE- entregaban un porcentaje de lo
que el Estado Nacional les pagaba, a los funcionarios …”.
No puede afirmar el Dr. Bonadío que los fondos son ilegales y al mismo tiempo también
afirmar que el origen de los mismos está en la participación de una empresa o grupo de
empresas (UTE) en licitaciones o concesiones y que una vez cobradas las mismas del
Estado, le entregaban a los funcionarios un porcentaje de ese monto en concepto de
coimas.
Si el dinero se originaba en un pago del Estado por licitaciones o concesiones, entonces
esto no es un origen ilegal de dinero y, por ende, no se trataba de “fondos ilegales”, sino
más bien de un pago ilegal de dinero.

No obstante ello sigamos analizando este punto 3) que nos habla de quiénes eran los
que recibían los fondos según Bonadío.

Los nombres y cargos que expone el Juez como recibiendo los fondos ilegales
recaudados, se corresponden a 6 Secretarios, 1 Subsecretario, 1 Coordinador de la
Jefatura de Gabinete, 1 Jefe de Gabinete y 2 personas sin cargo especificado (Ulloa Igor
y Clarens).
Iniciamos en este capítulo lo que atañe a las 2 personas que no están identificadas por
Bonadío con cargos específicos y vamos a utilizar al mismo Juez para contradecirlo ya
que es él quien lo hace en este auto de mérito.

La primera persona que nombra como “recibiendo” fondos ilegales es Rudy Fernando
ULLOA IGOR. Así lo identifica Bonadío:

En el Capítulo VII de su auto de mérito, donde habla de la “Responsabilidad de los


imputados en los sucesos”, punto 34), el Dr. Bonadío expone:
¿Cómo puede un Juez Federal poner a una persona que “entrega” dinero en un listado
de los que “reciben” fondos ilegales? Eso lo tiene que responder Bonadío y decirnos cuál
es el sentido de lo por él afirmado en su auto de mérito al respecto.
Recordemos que Bonadío expuso que Roberto Baratta integraba el grupo de
“recaudadores” en calidad de “recaudador principal” junto a Nelson Javier Lazarte,
veamos esa parte del auto de mérito:

Es claro que Rudy Fernando Ulloa Igor, como empresario, no puede estar en un listado
de los que recibían dinero en concepto de coimas, pero con esto sólo seguimos
incrementando las incongruencias del auto de mérito del Dr. Bonadío que le quitan total
seriedad a su investigación.
Para completar la incoherencia, el Dr. Bonadío decreta el procesamiento de Rudy
Fernando Ulloa Igor, en estos términos:
Claramente el Dr. Bonadío coloca a Rudy Fernando Ulloa Igor en la lista de los que
“reciben” los fondos ilegales y sin embargo lo procesa por “dación de dádivas”. Que se
haga cargo de esa incoherencia el mismo Juez, nosotros no vamos a emitir opinión al
respecto.

La segunda persona mencionada por el Dr. Bonadío como que recibía los fondos ilegales,
es Ernesto Clarens y así lo identifica:
Ahora vemos que es “empresario” y que está en la lista de los que “reciben” fondos
ilegales en calidad de coimas. Sigamos analizando para ver si le encontramos sentido a
eso.
En este mismo Capítulo III de los Considerandos del auto de mérito, en el punto 6),
donde Bonadío habla sobre “Otros hechos de la asociación ilícita”, nos dice respecto de
Ernesto Clarens lo siguiente:

Para Bonadío aparentemente Ernesto Clarens es un empresario que actuaba como


“intermediario” para el Ministerio de Planificación Federal de la Nación, mencionándolo
incluso, extrañamente, como “funcionario” y nos afirma el Juez que aquellas sumas
acordadas para ser entregadas por los empresarios cartelizados que a su vez acordaban
a quién le correspondían las obras, las recibía, entre otros, Ernesto Clarens y luego éste,
como los demás que lo hacían, se las daban a Julio De Vido, Néstor Kirchner y Cristina
Fernánez.
He remarcado la letra “y” porque es utilizada por Bonadío en función de considerar a
Julio De Vido, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, como un conjunto y no
individualmente como correspondería si hubiera utilizado la letra “o”. Eligió la copulativa,
no la disyuntiva. Nos ha afirmado Bonadío que Clarens le daba los fondos ilegales a los 3
juntos, no a uno de ellos por separado.
Veamos ahora qué declaró Ernesto Clarens cuando el Dr. Bonadío le tomó declaración
indagatoria:
Nuevamente vemos que el Dr. Bonadío no ha interpretado correctamente las pruebas,
ya que Ernesto Clarens no recibía dinero para luego, en calidad de intermediario, dárselo
a Julio De Vido, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, sino que él era un empresario que
recibía dinero de otros empresarios para convertirlos en dólares “y punto”.
Veamos de qué lo acusa el Dr. Bonadío a Ernesto Clarens:

La asociación ilícita está contemplada como delito por el art. 210 del Código Penal de la
Rep. Argentina y en su primer párrafo (citado por Bonadío), expresa que la pena
corresponde a quien forme parte de una asociación o banda de tres o más personas
destinada a cometer delitos.
Por ahora el Código Penal no prescribe que recibir dinero de empresarios para
convertirlos a dólares sea delito y lo único que tiene probado Bonadío es que Clarens le
manifestó en un interrogatorio que recibió dinero de los empresarios para convertirlos a
dólares “y punto”.
El procesar a un empresario por cohecho pasivo es motivo de sentir vergüenza ajena
respecto al conocimiento del derecho que tiene el Dr. Bonadío, máxime cuando
expresamente enuncia el artículo del Código Penal en el que se funda, indicando que es
el art. 256.
Veamos qué dice ese art. 256 del Código Penal de la Rep. Argentina:
ARTICULO 256. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación especial perpetua,
el funcionario público que por sí o por persona interpuesta, recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare
una promesa directa o indirecta, para hacer, retardar o dejar de hacer algo relativo a sus funciones.

(Artículo sustituido por art. 31 de la Ley N° 25.188 B.O. 1/11/1999. Vigencia: a los ocho días desde su
publicación.)

Fuente: sitio www.infoleg.gob.ar


(http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-
19999/16546/texact.htm).
En principio Ernesto Clarens ha sido identificado clara y concretamente por el Dr.
Bonadío como “empresario”, por lo que no es “funcionario público”, además surge del
interrogatorio que le hiciera Bonadío que Clarens se conectó con Daniel Muñoz y José
López, ambos con rango de Secretarios de Estado y que esos contactos eran para
entregarles dólares que eran producto de la conversión a esa moneda de los pesos que
antes le entregaban otros empresarios. No hay prueba alguna mencionada por Bonadío
que determine que esas entregas de dólares sirvieran para que Daniel Muñoz o José
López hicieran, retardaran o dejaran de hacer algo relativo a sus funciones.
Dejemos que sea el propio Bonadío quien nos diga por qué le imputó a Ernesto Clarens
la comisión del delito de cohecho pasivo y se expida por sí mismo respecto a su total y
absoluta incoherencia intelectual:
De forma contundente es Bonadío quien dice que el suceso por él identificado como 6.B)
encuadraría “… respecto de los funcionarios que intervinieron en el delito de cohecho
pasivo (artículo 256 del C.P.) mientras que respecto de los particulares su conducta
encuadraría en el delito de cohecho activo (artículo 258 del C.P.)”.
¿Entonces por qué imputó a un empresario como Ernesto Clarens el delito de cohecho
pasivo?
Veamos cuál es el señalado por Bonadío como suceso 6.B) y les pido que por favor
contengan la risa porque este es uno de los más absurdos y burdos relatos jurídicos que
jamás va a leer:
Afirma Bonadío que las personas que estaban a cargo de las firmas que identifica, entre
otros empresarios y empresas, participaron de “… maniobras mediante las cuales
estas fueron beneficiadas de modo espurio con contratos para realizar obra
pública … entre los años 2003 y 2015”.
Acto seguido nos indica el mismo Bonadío que “… los responsables de dichas empresas
acordaban a cuál le correspondía cada obra …”.
¿Alguien encuentra hasta ahí la participación de algún funcionario público u órgano
estatal en las “maniobras”? Yo sólo leo que las empresas y los empresarios acordaban
quién ganaba las obras públicas y que eso es considerado por Bonadío como un
beneficio espurio. Estamos de acuerdo en esto último con el Juez, pero no entendemos
entonces cómo es que su investigación está dirigida a funcionarios públicos si el
beneficio espurio lo conseguían los empresarios y las empresas por acordar entre ellos
mismos. Tengo entendido que a eso se le llama “cartelización”.
Y sigue la exposición más absurda desde el punto de vista jurídico que yo haya visto,
diciéndonos que por ese acuerdo entre empresarios y empresas para obtener beneficios
espurios de las obras públicas, las empresas y empresarios, además acordaban que “…
debían entregar aproximadamente entre el 10 y el 20 por ciento del valor de la
contratación a funcionarios del Ministerio de Planificación Federal de la Nación,
entre los que se encontraban Ernesto Clarens …” y menciona a otras personas,
entre las que incluye al Ministro del área y a dos (2) Presidentes de la Nación Argentina.
¿En serio Dr. Bonadío?
¿Cómo puede un Juez Federal creer que alguien le va a creer semejante dislate?

Primero y principal que es el mismo Bonadío quien identificó en su auto de mérito a


Ernesto Clarens como “empresario”, así es que no entendemos cómo hace el Juez para
hacerlo aparecer aquí, de la nada, como “funcionario” del Ministerio de Planificación
Federal de la Nación.
Recordemos lo que define como “funcionario público” el mismo Código Penal de la
República, ya que de ahí surgirá con nitidez que Ernesto Clarens no fue “funcionario
público” en el sentido que le da el derecho penal argentino.
Dice el Código Penal Argentino
CITO
“TITULO XIII

(Numeración del capítulo sustituida por art. 2° de la Ley N° 24.316 B.O. 19/5/1994)

SIGNIFICACION DE CONCEPTOS EMPLEADOS EN EL CODIGO

ARTICULO 77.- Para la inteligencia del texto de este código se tendrán presente las siguientes reglas:
...

Por los términos “funcionario público” y “empleado público”, usados en este código, se designa a todo el que participa accidental o permanentemente
del ejercicio de funciones públicas sea por elección popular o por nombramiento de autoridad competente.

…”

FIN DE LA CITA
Fuente: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-
19999/16546/texact.htm.
No nos ha mencionado el Dr. Bonadío cómo tiene probado que Ernesto Clarens haya
participado accidental o permanentemente del ejercicio de funciones públicas, sea por
elección popular o por nombramiento de autoridad competente.
No hay muchas opciones, o lo eligieron electoralmente o fue nombrado por autoridad
competente. El Código Penal no da otras alternativas posibles.
¿Cuándo y cómo fue elegido electoralmente o cuándo y cómo fue nombrado por
autoridad competente y por quién?

Pero lo más absurdo es que para Bonadío las empresas y los empresarios acordaban
quién ganaba y además también acordaban que debían coimear a funcionarios públicos
que no tenían que hacer nada a cambio, sino que sólo eran coimeados alegre y
dispendiosamente por los empresarios y las empresas por el sólo hecho de ser
funcionarios públicos, ya que antes habían acordado todo lo demás entre los mismos
empresarios (De la declaración indagatoria del propio Ernesto Clarens que transcribe Bonadío, surge
con claridad meridiana cómo era el sistema que utilizaban estos empresarios para lograr dicho acuerdo o

cartelización, pero eso lo analizamos en próximos capítulos ).

¿Dónde está configurado el cohecho pasivo del “empresario” Ernesto Clarens?


¿Por qué lo imputó por ese delito si no correspondía?
¿Por qué entonces Ernesto Clarens se transformó en un “arrepentido” si no tiene nada
de qué arrepentirse?
¿Cuál es el límite que tiene un Juez Federal en la República Argentina?
No se crea que el punto 6.B) continúa con algún relato por parte del Dr. Bonadío donde
éste manifiesta por qué es que los empresarios y empresas acordaban que debían
coimear a los funcionarios públicos (incluso a 2 Presidentes de la Nación), no, nada de
eso, el texto que se visualiza más arriba es todo lo que el Juez expone en su auto de
mérito.

Todo lo que emerge de la declaración indagatoria de Ernesto Clarens será motivo de


análisis en el próximo capítulo ya que de eso se desprende en gran parte la esencia de
esta causa y merece un detenido y amplio estudio.

No podemos dejar pasar que las dos primeras personas enunciadas por Bonadío como
quienes “recibían” los fondos ilegales, son empresarios, no funcionarios y ninguno de los
dos recibieron dinero del Estado o de funcionarios, sino de otros empresarios.

También vamos a descubrir que en realidad la afirmación de Bonadío respecto de que


eran fondos ilegales, aún cuando provenían de licitaciones, también tiene asidero y no
ha sido un error gramatical, sino todo lo contrario, lo escribió fundándose en lo que
surge de la causa, pero claro, no tal como él lo expresa, es más, ni siquiera esboza una
explicación seria, fundada y jurídicamente aceptable de cómo es que el dinero es ilegal,
aún cuando de las declaraciones por él transcriptas en su auto de mérito surge con
absoluta claridad que lo es.
¿Qué quiere ocultar Bonadío y no puede hacerlo completamente? Su subconsciente lo ha
traicionado y se ha visto expuesto.
Próximamente lo expondremos y se podrá verificar que estamos frente a maniobras de
cartelización y lavado de dinero por parte de las más grandes empresas del país.

CAPÍTULO XXII
En la investigación penal deben ser respondidas algunas preguntas generales,
universales, para luego encontrar las respuestas específicas. Esas preguntas generales a
responder son:
Que • Cuándo • Dónde • Por qué • Quiénes • Cómo
La técnica en los interrogatorios debe seguir estas pequeñas reglas:
• Hacer uso óptimo de los hechos indiscutibles o no controvertidos.
• Eliminar elementos imposibles de probar.
• Conocer las pruebas y elementos claves que apoyan la teoría así como sus debilidades
probatorias.
• Progresividad – Seguir una secuencia lógica.

Las preguntas a los interrogados siempre deben estar dirigidas a encontrar las
respuestas de aquellas preguntas generales de las que hablamos y otras que las
complementen, tales como:
Qué?
Quien?
Cómo?
Cuándo?
Dónde?
En qué momento?
Por qué?
Para qué?
Con quien?
Con qué?

Un testimonio o indagación se desacredita cuando la persona interrogada muestra al


responder que no tiene conocimiento propio o directo del asunto; si tiene problemas de
memoria, retención, observación, etc.; cuando denota predisposición a favorecer a
parientes, amigos, compañeros etc.; si se comprueba una motivación para declarar en
determinado sentido; cuando aflora un prejuicio ya sea a favor o en contra; si al
responder tiene predisposición por declaraciones previas; cuando se nota en la
exposición errores o contradicciones.

Teniendo en cuenta esas consideraciones previas veamos ahora qué es lo que Bonadío
tiene como declaración de Ernesto Clarens, ya sea en la que hizo para acogerse a los
beneficios de ser considerado “arrepentido”, como en la indagatoria en la que amplió y
aclaró lo que antes había declarado.
Iremos analizando aquella parte de la declaración que consideremos necesario y
manifestando nuestras impresiones al respecto, dejando a quienes lean esto el que
puedan verificar por sí mismos toda la declaración transcripta por el Dr. Bonadío y
saquen sus propias conclusiones.
Para nosotros esto es lo que tiene importancia e indicamos por qué es así:

Lo primero que surge es que Clarens rechaza haber tenido algo que ver con lo
expresado en las “anotaciones” que el chofer Centeno habría escrito en el cuaderno que
identifica con el número 7, siendo que para el Dr. Bonadío representaron el indicio sobre
el cuál avanzó en la investigación.
Si Bonadío le da valor de certeza a las “anotaciones” de los cuadernos y en cambio
Ernesto Clarens niega haber participado, ¿cuál es la actitud que tendrá Bonadío respecto
a las respuestas que le dio Clarens? ¿A quién le cree ante la contradictoria posición?
Estas son las imágenes ampliadas de las “anotaciones” del cuaderno N° 7 a las que
Clarens habría hecho referencia y en las que él no habría tenido nada que ver:

Veamos qué dijo Clarens respecto a ese domicilio de Alicia Moreau de Justo 2030:

Entonces notamos que Clarens le dijo a Bonadío que él no tenía nada que ver con las
“anotaciones” del cuaderno N° 7 en lo relacionado a la dirección de Alicia Moreau de
Justo 2030, que Baratta no fue a ese lugar “… ni nada que ver”, pero sin embargo
afirma que en la época indicada en las “anotaciones” de los supuestos cuadernos de
Centeno, es decir, 6 de agosto de 2013, 9 de agosto de 2013 y 16 de setiembre de
2013, en esa dirección estuvo Coficred que es una cooperativa que Clarens manifiesta es
de su propiedad desde junio de 2013 y hasta junio de 2015, que tenía una sola
empleada y que casi no hacían nada.
Es demasiada evidente la contradicción en la declaración indagatoria de Clarens y sin
embargo Bonadío aún lo considera un “arrepentido” al que hay que creerle.

Lo segundo que notamos en este párrafo arriba mostrado, es que Clarens le dice a
Bonadío que en la dirección de Maipú 311 (C.A.B.A.), “… era donde recibía los
retornos de la Obra Pública y también hacía otras operaciones lícitas”.
Quizás por esto es que Bonadío puso a Ernesto Clarens en el listado de “funcionarios”
que “recibían” fondos ilegales, pero hay un pequeño detalle que no tuvo en
consideración Bonadío y es que Clarens no era “funcionario público”, sino que él mismo
lo identificó como “empresario”, por ende los denominados por Clarens como “retornos”
deben ser aquellos fondos que le daban los otros empresarios en pesos para que él los
convierta a dólares “y punto”.

Nos gustaría saber, además, si el Dr. Bonadío consideró que Clarens le manifestó que
hacía “otras operaciones lícitas”, porque con ello da a entender dos supuestos:
primero que todas las operaciones que allí hacía eran lícitas para Clarens y entonces lo
era recibir dinero de los empresarios y cambiarlo por dólares y, segundo, a esto último
lo considera ilícito y a las otras operaciones como lícitas.
Pero es de suponer que si se interpreta que Clarens le confesó al Dr Bonadío haber
hecho operaciones ilícitas para el cambio de pesos por dólares, entonces el Juez abrió
una investigación paralela para determinar todos los responsables de ese ilícito ya que
Clarens no pudo haber actuado solo y ello en virtud de ser un funcionario público que
toma conocimiento directo de la ejecución de ilícitos y, por ende, está obligado a
denunciarlos para que sean investigados conforme a derecho.
De no haber hecho el Dr. Bonadío la apertura de la investigación penal que corresponde
ante esta declaración de la supuesta comisión de ilícitos diferentes a los por él
investigados, estaría incurso en los delitos de abuso de autoridad y violación de los
deberes de funcionario público (arts. 248 y 249 del Código Penal), denegación y retardo
de justicia (art. 274 del Código Penal) y el de encubrimiento (art. 277 incisos 1.d) y 3.d)
del Código Penal).

Tenemos que hacer un poco de historia para saber por qué Clarens está en la trama y
para eso vemos que en la declaración indagatoria le dice a Bonadío lo siguiente:

Surge que estuvo en la Provincia de Santa Cruz desde 1995, momento que el
Gobernador era Néstor Kirchner.
También se infiere que según Clarens había un manejo financiero que era controlado en
ese entonces por Eduardo Caffaro y Aldo Ducler.
Da certeza Clarens de que nunca supo si Caffaro era empleado de la gobernación o de
Ducler, por lo que no se puede inferir entonces de esta declaración que Caffaro estuviera
bajo el mando de Néstor Kirchner.
Pero no obstante esa declaración de Clarens respecto a que nunca supo de quién era
empleado Caffaro, se anima a afirmar que Caffaro era la persona que le manejaba a
Kirchner los fondos de afuera.
¿A qué fondos de afuera se referirá Clarens? ¿Le preguntó Bonadío al respecto? ¿Eran
fondos públicos o privados?
No obstante es clara la contradicción, una vez más, de Clarens, porque afirma que
nunca supo si Caffaro era empleado de Kirchner y al mismo tiempo afirma que Caffaro le
manejaba los fondos de afuera a Kirchner. ¿Qué es ese tipo de relación entonces?
¿Puede un Juez creerle a alguien que en un tiempo tan corto le entrega declaraciones
tan contradictorias?
Después hay un relato poco claro de Clarens, que no sigue una secuencia lógica, donde
señala que él habría ido a ver a De Vido con Merrill Lynch para ofrecer sus servicios y,
sin embargo, termina relatando que quien le contesta una pregunta que él formuló es
Lázaro Baez.

Seguimos buscando en la historia personal de Clarens las vinculaciones con la trama


investigada por Bonadío. Así nos dice el Juez que declaró Clarens:

Dice Clarens que no tiene nada que ver con la “Rosadita”, que Báez eligió a otra persona
para eso, que no conoce a Fariña ni a ninguno de “esos muchachos”, que “nunca”
manejó “… las cuentas de Lázaro Báez, de todas las operatorias que hizo”.
Surge de esa declaración de Clarens que la relación con Lázaro Báez no era fluida ni de
confianza y eso se confirma también cuando Bonadío nos expone que Clarens le dijo:
Al parecer Clarens “sabía” que Lázaro Báez estaba “muerto de plata” con Austral y que
pedía que le paguen, pero también nos anoticia Clarens que por eso le parecía extraña
la operatoria que realizaban en la Rosadita difundida públicamente, preguntándose cómo
podía ser que alguien que estaba económicamente muerto, después compraba campo o
hacía ese tipo de operaciones difundidas, considerando entonces que todo era
inentendible.
¿Le habrá preguntado Bonadío cómo es que sabía Clarens que Lázaro Báez estaba
muerto de plata? Es una pregunta muy importante para poder resolver la causa de “La
Rosadita”, ya que si Clarens tenía conocimiento cierto y verificable de esa situación
financiera de Lázaro Baez, entonces quien investiga la causa de “La Rosadita” puede
encontrar un elemento de prueba clave que lleve su investigación a un destino distinto al
que hoy tiene.
Pero claro, cómo creerle a Clarens cualquier cosa que diga si viene contradiciéndose en
cada relato que hace y en éste, para no ser menos, también se contradice. Acababa de
declararle a Bonadío que Báez había elegido a otra persona para esa operatoria, que no
conocía ni a Fariña ni a los otros muchachos, que para esa época Báez estaba enojado
con él y que nunca tuvo manejo de las cuentas de Lázaro Báez, sin embargo, muy suelto
de cuerpo le expresa a un Juez, bajo juramento, que él “sabía” que Lázaro Báez estaba
“muerto de plata”.
¿Podrá haberle creído algo el Dr. Bonadío a Clarens? ¿No se sorprendió nunca de estas
tan evidentes contradicciones? ¿Es tan crédulo este Juez Federal?

Sigamos mostrando la historia que Clarens le cuenta a Bonadío en su declaración


indagatoria, que prestó bajo juramento de decir verdad y que el Juez le creyó.
Lo primero que surge como duda es por qué José López, Secretario de Obras Públicas
del Gobierno Nacional, le iba a pedir a un empresario -que sólo le cambiaba pesos por
dólares a otros empresarios-, que le adjudicara una obra a una empresa que tenía que
participar en una próxima licitación pública (Clarens dice expresamente que era una
obra aún no licitada).
Quizás el Dr. Bonadío no alcanzó a ver ahí la evidencia de la cartelización empresaria y
eso es sin dudas por su sesgo investigativo. Debe reconocer el Juez que no está apto
para seguir este proceso, no ve lo evidente o se niega a verlo.
Cuando un grupo de empresas están cartelizadas eligen entre ellas quién ganará una
licitación y de ahí la coherencia del llamado de José López como Secretario de Obras
Públicas, ya que quería influir en la decisión del cártel empresario, por eso le pidió a
Clarens que hiciera esa gestión.
Si un Secretario de Obras Públicas del Gobierno debe pedirle a los empresarios que
adjudiquen una obra, es más que claro que no es un funcionario público el que la
adjudica a su antojo o no puede hacerlo sino a través de las normas correspondientes,
por ende se deduce que el llamado de José López se correspondía con transmitirle a los
empresarios cartelizados que hicieran los procedimientos adecuados para que cuando se
tuviera que adjudicar las obras a través de la licitación, cumpliendo los pasos legales,
éstos llevaran inexorablemente a tener que adjudicar la obra a la empresa de Cristóbal
López, es decir CPC S.A..
Surge aquí también el hecho de que no era el libre albedrío de los funcionarios el que
primaba para adjudicar las obras, no al menos en la forma de tomar decisiones
contrarias a la ley, sino que si querían adjudicar una obra a alguna empresa en
particular, debían cumplirse requisitos legales que no podían eludir y, en vista de esas
exigencias normativas, es que pedían a los empresarios cartelizados que procedieran
previamente como para que esos pasos legales determinaran quién iba a ganar la obra.
Si las obras se adjudicaban conforme a la ley porque otra cosa no podía suceder, es
claro entonces que los controles sistémicos funcionaban y los estamentos superiores de
la Administración Pública cumplían sus funciones acorde a la normativa vigente, lo que
determina que la asociación ilícita de funcionarios de jerarquía superior no esté probada
y que si se quiere ver la colusión aludida por el Dr. Bonadío, sólo será desde un sesgo
subjetivo y no desde las evidencias documentales.
¿Cómo se confirman estas apreciaciones? Con lo dicho por el propio Dr. Bonadío en su
auto de mérito al tratar sobre la responsabilidad de José López, donde destaca varios
testimonios y en ninguno de ellos se menciona que los empresarios le entregaban dinero
al Secretario de Obras Públicas para ganar una licitación, sino que el Juez rescata los
testimonios que dan cuenta de entregas de dinero para campañas electorales, para
superar problemas en los cobros de certificados de avance de obras, redeterminaciones
de precios y pago de intereses que manda la ley.
Veamos lo que al respecto puso Bonadío:
José López no podía ejercer ninguna influencia en la determinación de quién ganaba una
licitación y entonces le pidió a Clarens que incidiera en el cártel empresario para que se
hicieran los procedimientos necesarios entre las empresas cartelizadas como para que la
licitación la pudiera ganar Cristóbal López. Eso es lo que emana de esta declaración
indagatoria de Clarens cuando dice que José López le pidió que adjudique una obra a
Cristóbal López (CPC S.A.).
Pero Ernesto Clarens disfraza los hechos y le jura a Bonadío que ese no era su trabajo,
como si el Juez no supiera eso. ¿O no lo sabía Bonadío? A lo mejor no, porque si bien en
su auto de procesamiento lo identificó como empresario, luego lo procesó por cohecho
pasivo por ser funcionario público.
A nuestro entender aquí puede haber una connivencia manifiesta entre el declarante-
arrepentido y el Juez. Deberá despejar esta duda el propio Bonadío, indicándonos qué
hizo para averiguar por qué un Secretario de Obas Públicas pudo llamar a un empresario
para que gestionara la adjudicación de una obra que aún no estaba licitada.

Continúa declarando bajo juramento Ernesto Clarens y le dice al Juez que como el
pedido de José López no era su trabajo, “… entonces me pidieron que llame a todas
las empresas que compraron pliego para que se retiren.”.
El tiempo verbal denota concretamente que no fue José López el que le pidió eso, sino
que fueron varios, por cuanto utilizó la expresión “me pidieron”, no “me pidió”.
¿Le preguntó Bonadío quiénes fueron los que le pidieron eso?
Pero existe también una contradicción más que evidente en la continuidad de la frase
transcripta en el auto de mérito, porque sin interrupción Clarens afirma que la obra no
estaba licitada y que le pidieron que llamara a las empresas que habían comprado
pliego.
¿Cómo puede una empresa comprar pliegos de una obra que no está licitada? ¿Le
preguntó esto Bonadío a Clarens?

Después afirma Clarens que llamó a las empresas y les dijo que se corrieran porque la
tenía que ganar Cristóbal (por el empresario Cristóbal López, propietario de CPC S.A.).
Ahí le confirma Clarens a Bonadío que hizo lo que le pidió López, es decir, influir en el
cártel empresario. Tan es así que inmediatamente Clarens le jura a Bonadío que
“Cuando uno decía eso, todos se corrían”.
¿Cómo pueden todos correrse si no existía previamente un acuerdo para hacerlo?
¿Cómo puede ser que Bonadío no reconozca en esta expresión la existencia de un
método, un sistema, una historia previa que avalaban los dichos de Clarens?
Si Clarens expresa: “cuando uno decía eso”, entonces nos informa que hay una clave
que todos entienden y que cuando esa clave se activaba, entonces todos actuaban en
función de lo previamente acordado. En este caso la clave es pedirles a todos que se
retiren para que ganara Cristóbal López y que todos se corrieran era la forma de actuar
previamente pactada, sino no se entiende cómo la simple llamada telefónica de Ernesto
Clarens podía influir sobre la voluntad emprendedora, competitiva, comercial y de
negocio de un grupo de empresarios y hacer que todos actuaran de la misma forma a la
vez.
La frase evidencia que no era esa la primera oportunidad en la que Clarens hacía eso,
sino que era un método, un sistema y que el mismo estaba previamente acordado.
¡¡¡Cartelización empresaria Dr. Bonadío!!!.

Lo último que le dice Clarens a Bonadío respecto a este tema es que la obra se trataba
de “… la Ruta 40, tramo Perito Moreno, Bajo Caracoles. En el sur del país. La
ganó Cristóbal López.”.
¿Se tomó el trabajo el Dr. Bonadío de chequear que efectivamente esa obra existió y la
ganó Cristóbal López, para saber si todo lo que le había dicho Clarens podría ajustarse a
la realidad?
A lo mejor no, por eso lo vamos a ayudar.
Si el Dr. Bonadío se lo propone va a encontrar información oficial muy rápidamente y
seguro que lo hará para despejar toda duda, pero voy a poner lo que yo logré conocer
con unas simples búsquedas en internet.
Habrían 3 obras viales que se corresponderían con la descripta por Clarens y en las 3
participaron varias empresas, en tanto que en sólo una de ellas la empresa CPC S.A.,
propiedad de Cristóbal López, podría haber obtenido la licitación, siendo que no hay
confirmación oficial que la haya ganado y, es más, hay evidencia circunstancial que
podría hacernos dudar de que realmente ganó dicha licitación.
Digo “habrían 3 obras”, porque la indagatoria de Bonadío no es muy rica en datos y no
sabemos si le preguntó a Ernesto Clarens un poco más de detalles como para identificar
la obra con certeza y así corroborar que podría estar diciéndole la verdad.
El tema es que entre 2007 y 2011 se realizaron obras de arreglos y pavimentación de la
Ruta Nacional N° 40 en el tramo comprendido entre Perito Moreno y Bajo Caracoles,
tanto en el sector del Km 49 como en el del Km 89.
Hay evidencia oficial que los trabajos los realizó la empresa CONTRERAS HERMANOS
S.A.I.C.I.F.A.G. y M., también involucrada en cartelización empresaria e investigada en
la conexión argentina del Lava Jato por su asociación con la empresa brasileña
Odebrecht.
La propia empresa CONTRERAS HERMANOS S.A.I.C.I.F.A.G. y M. pone en su sitio web
(www.contreras.com.ar) que realizó esas obras.
Ver www.contreras.com.ar/proyectos/detalle/id:67.
El sitio oficial de la Unidad de Coordinación de Fideicomisos de Infraestructura (UCOFIN -
www.ucofin.gob.ar), publica planillas con el detalle de las obras, cuál es la empresa que
las hace, cuánto se pagó y el avance de obra, pudiendo verse que en la publicada con
datos relevados hasta el 31 de agosto de 2016, figura la empresa CONTRERAS
HERMANOS S.A.I.C.I.F.A.G. y M., como quien concretó la obra que podría ser la
mencionada por Ernesto Clarens a Bonadío y es congruente con la que dicha empresa
tiene anunciada en su sitio web.
Ver www.ucofin.gob.ar/documentos/benefviales.pdf, pudiendo bajar la planilla Excel
directamente de www.ucofin.gob.ar/documentos/Obras_Viales_historicas.xls.
Respecto de UCOFIN nos remitimos a lo por ella enunciado en su sitio oficial, donde
expresa:
CITO
“La Unidad de Coordinación de Fideicomisos de Infraestructura (UCOFIN) fue creada por
la Resolución N° 531 de fecha 21 de noviembre de 2001. Desde el 26 de febrero de
2002, mediante el Decreto 373 se transfiere las actividades de la Unidad al ámbito del
entonces MINISTERIO DE ECONOMÍA E INFRAESTRUCTURA, con dependencia directa del
Ministro. Su competencia y dependencia fueron ratificadas por el Decreto 1359/2004.
Dentro de este marco legal, la UCOFIN tiene asignada como “Responsabilidad Primaria”
la planificación financiera, afectación y administración eficiente de los recursos de los
fideicomisos de Infraestructura de Transporte (SIT) e Infraestructura Hídrica, creados
por los Decretos 976/2001, 1377/2001 y 1381/2001, respectivamente. En el aspecto
organizacional somos un grupo de profesionales interdisciplinario y estamos
internamente organizados en distintas áreas que intervienen en los procesos de control
y generación de información, las áreas de esta organización son: Administrativa;
Económica-Financiera; Informática; Legal y Técnica. Esta unidad esta bajo la conducción
de un coordinador general y las direcciones correspondientes. Dentro del ámbito de
ambos Fideicomiso tanto el de Infraestructura Hídrica (FFIH) como el de Infraestructura
Vial (FFIV), actualmente la Unidad interviene en el planeamiento financiero y
procedimiento de pago de obras de distinta importancia en todo el territorio Nacional.
Nuestra Unidad tienen intervención de forma conjunta con otras carteras, ellas son: El
Ministerio del Interior, Obra Públicas y Vivienda; el Ministerio de Transporte y el
Ministerio de Energía y Minería. La UCOFIN perteneciente al Ministerio de Hacienda y
Finanzas Públicas es la que autoriza e instruye el pago al fiduciario (Banco de la Nación
Argentina), luego de realizar los controles técnicos, económicos y legales
correspondientes. Toda la información es publicada a través de nuestro Sitio Web para
su consulta por el público en general manteniéndose actualizada de forma permanente y
así contribuir a la trasparencia de la gestión. Organización Interna y Personal de la
UCOFIN. Coordinador General de la Unidad: Dn Juan Prat Gay Directoras: Ana Maria
Lopez Nielsen – Natalia Arocena Area Administrativa: Natalia Gonzalez – Rogelio
Loiacono – Veronica Olivier Area Legal: Mauro Alvarez Area Economica-Financiera:
Sergio Daniel Sole – Alberto Antonio Pachame Area Tecnica: Hernan David Carbonel –
Marcelo Gabriel Gerosa Area Tecnologia: Pablo Esteban Ramljak – Marcelo E. Taruschio”.
FIN DE LA CITA.

No logré encontrar más datos oficiales, con excepción del llamado a licitación de una
obra que podría ser la indicada por Clarens a Bonadío, realizada por la Dirección
Nacional de Vialidad y correspondiente a la Licitación Pública Nacional N° 15/2009,
publicada en el Boletín Oficial entre el 20/2/2009 y el 12/3/2009.
También en este caso podría tratarse de la misma obra que la empresa CONTRERAS
HERMANOS S.A.I.C.I.F.A.G. y M. señala como concretada por ella en su sitio web, dado
que allí informa haber realizado trabajos en dos (2) secciones, ya sea en el Km 49 como
en el Km 89 y la licitación publicada en el Boletín Oficial es respecto de la sección del Km
89.
Luego encontré publicaciones periodísticas que hablaban de estas obras y del costo por
kilómetro que en las mismas estaba involucrado, rescatando las publicaciones de
OPISANTACRUZ (sitio web: www.opisantacruz.com.ar) y del diario La Nación (sitio web:
www.lanacion.com.ar).

Expongo abajo imágenes de todo lo encontrado en internet, en una especie de resumen


visual para que todos logren concretar la comprensión de lo narrado:
Tiene la palabra el Dr. Bonadío para que nos saque las dudas sobre si lo relatado por
Clarens en su indagatoria se corresponde a la obra realizada por CONTRERAS
HERMANOS S.A.I.C.I.F.A.G. y M., única que pudimos encontrar con datos oficiales de
concreción de obras y percepción de pagos realizados por la Dirección Nacional de
Vialidad.
Las otras informaciones de otras empresas sólo son especulaciones periodísticas sin
datos certeros y oficiales, por lo que el Dr. Bonadío deberá indagar al respecto y pedir
los informes correspondientes, sobre todo a Clarens en relación a qué obra
específicamente se refería y contrastar sus dichos con toda la prueba que recabe, incluso
la de las llamadas telefónicas que pueda constatar.

CAPITULO XXIII
Vamos a continuar con la transcripción que hace Bonadío de la declaración indagatoria
que le tomara a Ernesto Clarens, siempre conforme lo indicado por nosotros en el
anterior Capítulo XXII en cuanto a que vamos a considerar en todo momento el poder
responder las preguntas que en la investigación penal se deben efectuar: Que • Cuándo
• Dónde • Por qué • Quiénes • Cómo.

En primer término vamos a poner una imagen gráfica que contrasta los dichos de
Ernesto Clarens, según lo destaca el Dr. Bonadío en su auto de mérito, con lo actuado
por el Juzgado en lo Criminal Correccional Federal N° 10, Secretaría N° 19, en la causa
N° 5.048/2016 caratulada “Grupo Austral y otros s/ abuso de autoridad y violación de
deberes de funcionario público”, con el fin de que el lector saque conclusiones por su
cuenta, si bien luego detallaremos las que a nosotros nos parecen evidencias de un
actuar desordenado, poco profesional, ineficaz y sin coordinación de la Justicia Federal
argentina.
Pero le querríamos preguntar antes al Dr. Bonadío por qué no mandó las actuaciones de
la indagatoria prestada por Ernesto Clarens a esa causa, ya que las mismas son
evidentemente relevantes para resolver aquella causa y al Juez que interviene en la
causa N° 5.048/2016 también le preguntamos qué espera para pedir compulsa de estas
actuaciones donde ha declarado Ernesto Clarens.
¿O ambos no quieren resolver un proceso judicial?
Alguien se va a tener que hacer responsable de que Ernesto Clarens no esté procesado
en los autos N° 5.048/2016, o de lo contrario, se va a tener que responsabilizar el Dr.
Bonadío de darle entidad de verdad a una declaración bajo juramento de quien se acogió
a los beneficios de la Ley 27.304 siendo que contradice claramente la investigación
aludida, llevada adelante por otro Juez Federal.
Veamos ahora esas imágenes y analicémosla:
El Juez a cargo del Juzgado en lo Criminal Correccional Federal N° 10 es el Dr. Julián
Daniel Ercolini y a él nos referiremos cuando hagamos mención a lo que se expresa en la
causa N°5.408/2016 caratulada “Grupo Austral y otros s/ abuso de autoridad y violación
de los deberes de funcionario público” que aparece en la imagen que antecede.

El Dr. Bnadío expone que Erenesto Clarens declara cómo es que se crea la empresa
Austral Construcciones S.A., señalando que como para Clarens la empresa de Vittorio
Gotti le pagaba mucho dinero en concepto de “comisión” al que era Gobernador de
Santa Cruz, Néstor Kirchner, entonces le dice a Vittorio que “… porque no haces una
sociedad nueva por si se te cae la otra, me dijo que sí, que la armara y que me
pusiera a mí y a El negro, refiriéndose a Báez, este último era el nexo entre la
compañía y Kirchner, Baez era el que cobraba las coimas…”.
Tenemos entonces que para Bonadío, según los dichos que expone Ernesto Clarens bajo
juramento en declaración indagatoria, Austral Construcciones S.A. habría sido creada
por Vittorio Gotti inducido por Ernesto Clarens y en la misma estarían asociados estos
dos (Gotti y Clarens) y también Lázaro Báez, siendo que este último ya trabajaba para la
empresa de Gotti porque Clarens dice que “… era el nexo entre la compañía y
Kirchner …”. No dice que era el nexo entre Kirchner y la compañía, sino al revés, entre
la compañía y Kirchner, por ende dependía de la compañía de Gotti, no de Kirchner.
Inmediatamente expresa Clarens que “… Báez era el que cobraba las coimas …” y
entonces surge inexorablemente la pregunta de por qué alguien que era el nexo entre la
compañía de Gotti con Kirchner, cobraba coimas.
Suponemos, ya que no surge concretamente de la declaración de Clarens, que esas
“coimas” son lo mismo que las “comisiones” a las que aludió con anterioridad en su
declaración y por ende se trata del dinero que la empresa de Gotti le entregaba a
Kirchner.
Pero veamos cómo declaró Clarens al respecto. Dice: “Gotti y estas cuatro empresas que
trabajaban en el sur le daban retornos desmesurados al entonces gobernador Kirchner.
Yo no me encargaba de eso. … En este contexto y mientras estuve en GOTTI sus dueños
me decían tenés que separar esto y dárselo a Lázaro Báez, y este supongo se lo
entregaba a Néstor Kirchner …”.
Acá se confirma entonces que Lázaro Báez trabajaba para la empresa Gotti, de lo
contrario no habría un “supongo” en lo expresado por Clarens. La certeza de Clarens
llega a Lázaro Báez y después sólo es especulación subjetiva, es más, el mismo Clarens
afirma que “Yo no me encargaba de eso” cuando alude a los retornos que le habrían
entregado a Néstor Kirchner. Él sólo separaba dinero de la empresa de Gotti y se la daba
a Lázaro Báez, nada más. Lo otro que pasaba con ese dinero lo tendrá que probar
Bonadío porque no surge certeza alguna de esta declaración de Clarens.

Ya tenemos entonces la versión del Juez Bonadío en relación a por qué y por quienes se
creó la empresa Austral Construcciones S.A., ahora pongamos a la misma frente a la
versión del Juez Ercolini.
En la causa N° 5.048/2016 el Dr. Ercolini expresó que “Lázaro Antonio Báez, entre el 8
de mayo de 2003 y el 9 de diciembre de 2015, habría realizado un aporte imprescindible
en los hechos atribuidos a sus consortes de causa, al haber montado y aportado la
estructura societaria necesaria para hacer confluir en aquélla los fondos del Estado que
fueron asignados a la obra pública vial durante el período citado, quienes le habrían
procurado un lucro indebido al asignarle –de forma irregular- la mayoría de las obras
viales contratadas en esa provincia”.
En principio el Dr. Ercolini no tiene certezas, sino supuestos, ya que utiliza la palabra
“habrían” como elemento especulativo en sus afirmaciones, pero sí está claro que le
atribuye a Lázaro Báez el haber montado y aportado la estructura societaria, siendo que
para el Dr. Bonadío, por la declaración bajo juramento de Ernesto Clarens, esa
estructura societaria la montó Vittorio Gotti.
La otra contradicción manifiesta es que según Ercolini la estructura societaria se montó
para hacer confluir en ella los fondos del Estado provenientes de contrataciones
irregulares por obra pública que tenía con el entonces gobernador de Santa Cruz Néstor
Kirchner, mientras que para Bonadío, según la declaración bajo juramento de Clarens, la
empresa se armó a sugerencia de este para eludir el pago de “comisiones”, “retornos” o
“coimas” a las que Néstor Kirchner obligaba pagar a Gotti.
La contradicción propia en la declaración de Clarens está en que le dice al Dr. Bonadío
que él le propone a Gotti que arme una nueva empresa por si se le caía la otra, con la
que le pagaba “retornos desmesurados” a Néstor Kirchner y que en esa nueva empresa
Gotti le ordena incorporar a Lázaro Báez, siendo a quien señala Clarens como el que
“cobraba las coimas” y esto lo conocía Gotti porque le daba órdenes expresas a Clarens
de separar dinero y “… dárselo a Lázaro Báez”.
¿Para qué Gotti armaría una nueva empresa que le sirviera en reemplazo de una que ya
tenía, con la que estaba obligado a pagar coimas y pondría en esta nueva a la persona
que recibía aquellas coimas?
También caben aquí otras preguntas.
¿Para qué armar una empresa que permitiese eludir el pago de coimas y al mismo
tiempo hacerlo para recibir en ella los fondos del Estado que confluían en ella por ser
adjudicataria de obra pública vial?
O sea que para la Justicia Federal argentina Gotti pagaba retornos desmesurados a
Néstor Kirchner y para evitar que eso lo destruyera empresarialmente, crea una nueva
empresa en la que pone de socio al mismo que cobra aquellas coimas y en esta empresa
el que le exigiría aquellas coimas (Néstor Kirchner), hace confluir fondos del Estado por
obra pública sólo porque está de socio el mismo que cobra las coimas.
Alguien está mintiendo acá.
¿Por qué Néstor Kirchner va a derivar el dinero que cobraba por coimas a una empresa
de Gotti creada por éste para salvarse del cobro de esas coimas?
Recordemos que el Dr. Bonadío nos dice que Ernesto Clarens le dijo bajo juramento que
en 2003 “… se crea AUSTRAL CONSTRUCCIONES, cuyo capital accionario estaba
compuesto el 60% de la familia Gotti, 20% de Lázaro Báez, y el 20% me pertenecía
pero estaba a nombre de mi primo Guido Blondeau, porque yo estaba en quiebra”.
Y el Dr. Ercolini, en la causa N° 5.048/2016, nos dice que Lázaro Báez “… pocos días
antes de que Néstor Carlos Kirchner asumiera la presidencia de la Nación, el 8 de mayo
de 2003, junto con los socios –Guido Santiago Blondeau y Sergio Leonardo Gotti-, formó
la firma Austral Construcciones S.A.”.
Al menos aquí hay alguna coincidencia de nombres de los integrantes de la sociedad,
pero surge de la declaración de Ernesto Clarens que el socio Guido Santiago Blondeau,
sólo lo era por ser primo del mismo Clarens y que el verdadero socio en esta empresa
era él, que no podía figurar por estar en quiebra.
La primera contradicción entre las dos causas judiciales salta en cuanto a quién es el
verdadero “dueño” de esta empresa al momento de su creación, porque para Bonadío
debe ser la familia Gotti en función de lo que declaró Clarens, en tanto que para Ercolini
es Lázaro Báez.
La segunda contradicción entre las causas es que Bonadío tiene acreditado con la
declaración bajo juramento de Ernesto Clarens, que la creación de Austral
Construcciones S.A. se produce porque Gotti quería salvarse de los enormes retornos
que le cobraba Néstor Kirchner y Ercolini afirma que Lázaro Báez la creó pocos días
antes de que Néstor Kirchner asumiera como Presidente de la Nación para hacer confluir
en Austral Construcciones S.A. el dinero que el Estado disponía para obra pública vial.
Esto lo van a tener que solucionar los Jueces entre sí y anoticiarse entre ellos que tienen
hechos con pruebas contradictorias, porque uno de los dos está equivocado.

Y el que esté equivocado va a tener que subsanar su proceso en función de ello, porque
si Bonadío fuera quien resulta equivocado, entonces la declaración de Ernesto Clarens no
puede resultar útil para probar nada, ya que le mintió y lo hizo declarando bajo
juramento y como “arrepentido”, en tanto que si el equivocado es Ercolini, entonces su
teoría de la creación de Austral Construcciones S.A. quedaría expuesta como una
mentira y esto determina que toda la causa N° 5.048/2016 esté basada en una premisa
falsa, haciendo que caiga en forma definitiva.

Agreguemos más contradicciones a las ya expresadas y que surgen como muy


evidentes, para aportar más confusión a las investigaciones de ambos Jueces Federales
que analizamos.
Según declaró Ernesto Clarens, al decir del Juez Bonadío, “Eran cinco empresas las que
podían trabajar en el sur ESUCO, CONTRERAS, GOTTI, ELEPRIN, DECAVIAL, se repartían
las obras entre ellas, pero era una cofradía chiquita. Para trabajar en el sur había que
tener dos años de experiencia y por eso no podía entrar nadie nuevo.”.
El Juez Ercolini, sin embargo, afirma que en la causa N° 15.734/2008, formada por la
denuncia que hiciera la Diputada Elisa Maria Avelina Carrió, ésta “… hizo extensiva su
denuncia a los responsables de las firmas Austral Construcciones S.A., Gotti
S.A., Kank y Costilla S.A., “Badial S.A.” y “Sucesores de Adelmo Biancalani
S.A.”, entre otras”.
Para el Juez Ercolini existió un denominado “Grupo Austral” y éste estaba conformado
por las empresas Austral Construcciones S.A., Kank y Costilla S.A. y Sucesión de Adelmo
Biancalini S.A. (también la denomina “Sucesores de Adelmo Biancalani S.A.”). Asimismo
en el texto de su resolución, el Dr. Ercolini expone que hay, además de estas empresas
mencionadas, otras relacionadas con Lázaro Báez, como son las sociedades Lozcalzo y
Del Curto Construcciones S.R.L. y Gotti S.A..
También el Dr. Ercolini menciona que la Diputada Elisa María Avelina Carrió, junto con
otros ciudadanos, había presentado la denuncia que originó la causa N° 15.734/08 y que
en la misma se explicó que Austral Construcciones S.A. “… tenía bajo su control
también a Palma S.A., Gotti S.A., Gancedo S.A., Kank y Costilla S.A. y Badial
S.A., entre las cuales existía una cesión de contratos de obra pública y de
derecho de cobro de las certificaciones de obra.”.

Por lo visto para Ernesto Clarens sólo podían trabajar en el sur 5 empresas, las que
identifica como Esuco, Contreras, Gotti, Eleprin y Decavial y afirma que la familia Gotti
creó en 2003 la empresa Austral Construcciones S.A. y se la vendió a Lázaro Báez en
2004 sin movimientos ni activos, en tanto que para el Juez Ercolini está acreditado que
hay un “Grupo Austral” que realizó mayoritariamente obras viales en el sur entre el 8 de
mayo de 2003 y el 9 de diciembre de 2015, que fue el máximo adjudicatario de las
mismas y que está compuesto por Austral Construcciones S.A., Kank y Costilla S.A. y
Sucesión de Adelmo Biancalani S.A., pero que Austral Construcciones S.A. tiene bajo su
control a la referida Kank y Costilla S.A. y también a Palma S.A., Gotti S.A., Gancedo
S.A. y Badial S.A., en tanto que relaciona a Lázaro Báez, además, con la señalada Gotti
S.A. y también con Lozcalzo y Del Curto Construcciones S.R.L..
Esta relación de Lázaro Báez con Gotti S.A. expresada por Ercolini, confirma entonces
nuestra apreciación de lo declarado por Ernesto Clarens en relación a que Lázaro Báez
era la conexión entre la compañía de Gotti con Néstor Kirchner por ser dependiente de
Gotti y no a la inversa. Lo confirma así el Dr. Ercolini, pero el Juez se contradice a sí
mismo porque en esta misma causa (N° 5.048/2016), hace aparecer a Lázaro Báez
como controlado por Néstor Kirchner.

Lo mejor es buscar datos oficiales de las empresas mencionadas por Ernesto Clarens a
partir de 2003 y hasta el 2015 y ver cómo encajan estas afirmaciones.

ESUCO S.A. EMPRESA DE CONSTRUCCIONES SUDAMERICANA Y ANEXOS


Sitio web: http://www.esucosa.com.ar/
CUIT: 30-50224539-9
Persona Jurídica.
Localidad: Ciudad Autónoma Buenos Aires.
Fecha de contrato social: 13 de octubre de 1958.
Por Asamblea General Ordinaria del 23 de mayo de 2002 se nombró Presidente a Carlos
Guillermo Enrique Wagner, Vicepresidente a Juan Carlos Forte y Directores a Juana
Dorotea Wagner y Mauro Pablo Guatti (Fuente: Boletín Oficial del 7/3/2003).
Las mismas autoridades continuaron según Asamblea General Ordinaria del 6 de mayo
de 2004, Asamblea General Extraordinaria del 12 de mayo de 2005, Asamblea General
Ordinaria y Extraordinaria del 11 de mayo de 2006, Asamblea General Ordinaria del 10
de mayo de 2007, Asamblea General Ordinaria del 5 de mayo de 2008, escritura del 29
de mayo de 2009, escritura del 11 de junio de 2010, Acta del 28 de abril de 2011, Acta
del 3 de mayo de 2012, Acta del 6 de mayo de 2013, Acta del 15 de mayo de 2014 y
Acta del 11 de mayo de 2015 (Fuente: Boletines Oficiales del 6/19/2004, 27/6/2005,
6/7/2006, 15/6/2007, 13/6/2008, 16/6/2009, 2/7/2010, 27/6/2011, 13/7/2012,
22/8/2013, 1/7/2014 y 30/6/2015).

Carlos Guillermo Enrique Wagner está imputado por el Juez Bonadío en esta causa y
sobre sus declaraciones también vamos a hablar en otros capítulos.

CONTRERAS HERMANOS S.A.I.C.I.F.A.G. y M.


Sitio web: www.contreras.com.ar
CUIT: 30-50453670-6
Persona Jurídica.
Localidad: Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fecha de contrato social: 30 de setiembre de 1963
Por Asamblea Ordinaria del 2 de octubre de 2002 quedaron designados como Directres
de la sociedad las siguientes personas: Presidente: Norberto Domingo Santiago
Ardissone, Vicepresidente: Juan Manuel Touceda, Director Titular: Norberto Domingo
Santiago Ardissone. Por Acta de Directorio del 3 de agosto de 2004 se mantuvieron el
Presidente y Vicepresidente y cambió el Director Titular, asumiendo en este caso Rogelio
Nelson Contreras, pero al fallecer éste, por Acta del 18 de agosto de 2004 asumió ese
cargo José Castellanos. Por Asamblea General Ordinaria quedaron los cargos así:
Presidente: Norberto Domingo Santiago Ardissone, Vicepresidente: Juan Manuel
Touceda, Director Titular: José Castellanos, Director Suplente: Marcelo Raúl Fernández
Humble. Este último Directorio se reiteró por Asamblea General Ordinaria del 24 de
mayo de 2006 y por Asamblea General Ordinaria del 29 de junio de 2007, en la que se
agregó a un Director Suplente, Guillermo Horacio Contreras, retomando a la
composición anterior del Directorio por Asamblea Ordinaria del 29 de mayo de 2008. Se
mantuvo dicho Directorio por Asamblea Ordinaria del 27 de mayo de 2009, Asamblea
Ordinaria del 27 de mayo de 2010, Asamblea Ordinaria del 24 de mayo de 2011 y
Asamblea Ordinaria del 26 de junio de 2012. Por Asamblea del 5 de agosto de 2013 el
Directorio se integró así: Norberto Domingo Santiago Ardissone, Presidente; Juan
Manuel Touceda, Vicepresidente; Andrés Sanguinetti, Director Titular; Marcelo Raúl
Fernández Humble, Director Suplente. El 13 de marzo de 2013 renunció José Castellanos
y tomó su lugar Marcelo Raúl Fernández Humble. El Directorio se mantuvo por Asamblea
del 30 de mayo de 2014, pero el 25 de junio de 2014 renunció a su cargo Andrés
Sanguinetti y asumió como Director Titular Marcelo Raúl Fernández Humble. Por
Asamblea del 28 de mayo de 2015 el Directorio quedó integrado así: Presidente: Juan
Manuel Touceda, Vicepresidente: Marcelo Raúl Fernández Humble, Director Titular:
Norberto Domingo Santiago Ardissone.
(Fuente: Boletines Oficiales del 1/4/203, 29/10/2004, 3/8/2005, 7/8/2006, 18/7/2007,
28/8/2008, 6/7/2009, 21/7/2010, 16/6/2011, 30/7/2012, 9/9/2013, 24/9/2013,
25/6/2014, 21/7/2014, 9/1/2015 y 8/7/2015)

Ninguna de las personas nombradas, integrantes del Directorio de CONTRERAS


HERMANOS S.A.I.C.I.F.A.G. y M. en el período 2003/2015, están indagadas,
interrogadas, procesadas y/o imputadas en la causa de “los cuadernos”.
¿Por qué Dr. Bonadío?

GOTTI S.A.
Antes denominada Gotti Hermanos S.A.C.C.F.I. y A.
CUIT: 30-50454437-7
Persona Jurídica.
Provincia: Buenos Aires - Localidad: Avellaneda
Fecha de contrato social: 10 de marzo de 1971.
Por Asamblea General Ordinaria de Accionistas del 3 de enero de 2003 la sociedad
designó Directores, distribuyendo los cargos de la siguiente manera; Presidente: Victorio
Gotti, Vicepresidente: Fausto Gotti, Director Titular: Carlota Cebreyro de Gotti, Director
Suplente: Sergio Leonardo Gotti y por Reunión de Directorio del 13 de abril de 2004, por
fallecimiento del Presidente Sr. Victorio Gotti, se redistribuyen los cargos de la siguiente
manera: Presidente: Sergio Leonardo Gotti, Vicepresidente: Fausto Gotti, Director
Suplente: Carlota Cebreyro de Gotti. La Asamblea General Ordinaria del 8 de noviembre
de 2011 designó directorio por 2 ejercicios a Horacio Alfredo Velasco como Director
titular y Presidente y a Juan Simoncini como director suplente. Cesan en sus cargos:
Sergio Leonardo Gotti como Presidente, Débora Ocampo como Vicepresidente y Ricardo
Pizarro como director suplente.
La Asamblea Gral. Ordinaria del 14 de noviembre de 2012 modificó la sede social
trasladándola de Av. Belgrano 535 piso 4 de C.A.B.A. a la calle Manuela Sáenz 323 piso
5 oficina 504 de C.A.B.A.
Mediante Reunión de Directorio del 3 de junio de 2013, se resolvió trasladar la sede
social a la calle Bernardo de Irigoyen 330, Piso 6, Unidad 129, C.A.B.A. (Este es el
mismo domicilio social de CETERIS PARIBUS S.A., cuyo Presidente es el abogado Juan
Alberto Benseny y que tiene a María Cecilia Coto como socia fundadora y Directora).
(Fuente: Boletines Oficiales del 31/5/2004, 23/1/2013, 1/2/2013 y 12/7/2013).

Ninguna de las personas nombradas, integrantes del Directorio de GOTTI S.A. en el


período 2003/2015, están indagadas, interrogadas, procesadas y/o imputadas en la
causa de “los cuadernos”.
¿Por qué Dr. Bonadío?

ELEPRIN
No existen datos de una sociedad con este nombre, pero existen datos de 3 sociedades
con el nombre ELEPRINT.

ELEPRINT ELECTRONICA S.R.L.


Es una sociedad de responsabilidad limitada que no está relacionada con la causa, por lo
que no se ponen mayores datos de la misma. Se fundó el 5 de octubre de 1988 por los
socios Osvaldo Daniel Ruiz Díaz y Luis Carlos Adalberto Lavagnino. El Gerente en la
época que abarca esta causa era Luis Carlos Adalberto Lavagnino (Fuente: Boletín
Oficial).
ELEPRINT-PROA S.A.
CUIT: 33-62071235-9
Persona Jurídica.
Localidad: Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fecha de contrato social: 22 de agosto de 1978.
Socios:
Luis Alberto Weiss, L.E. 2.514.677
Bensión Reiman, L.E. 5.464.031
(Fuente: Boletín Oficial del 26/1/1979).

ELEPRINT S.A.
Sitio web: www.eleprintsa.com.ar
CUIT: 30-1664554-3
Persona Jurídica.
Localidad: Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fecha de contrato social: 2 de enero de 1967.
Tiene su inscripción original en La Plata, Provincia de Buenos Aires.
En su sitio web coloca como su “Historia” lo siguiente:
CITO
“En 1962, en la ciudad de La Plata, el Ingeniero Luis Alberto Weiss, constituyó Eleprint
S.C. … Unos años después, con Eleprint SACIFIC, …”
FIN DE LA CITA
Por Asamblea General Ordinaria del 22 de marzo de 2010 resuelve conformar su
Directorio así: Presidente: Gustavo Alberto Weiss, Directores Titulares: Jorge Luis Weiss
y Luis Alberto Weiss, Directores Suplentes: Rodolfo Oscar Ibáñez y Omar José Barreto.
Por Asamblea Ordinaria del 25 de marzo de 2013 se integra el Directorio de la misma
forma, pero cambia uno de los Directores Suplentes, sacándose a Omar José Barreto e
incorporando a Marcelo Sarrasqueta. Por Asamblea Ordinaria del 30 de abril de 2014 el
Directorio queda integrado así: Presidente: Gustavo Alberto Weiss, Directores Titulares:
Jorge Luis Wess y Felipe Weiss, Directores Suplentes: Rodolfo Oscar Ibáñez y Marcelo
Sarrasqueta.
(Fuente: Boletines Oficiales de Buenos Aires del 30/8/2011, 17/7/2013 y 10/7/2014)
Gustavo Adalberto Weiss es a partir de diciembre de 2016 el Presidente de la Cámara
Argentina de la Construcción, su Vicepresidente 1° es Juan Chediack (imputado por
Bonadío en la causa de “los cuadernos”), quien anteriormente ejerció la Presidencia
(2015/2016); su Vicepresidente 4° es Aldo Benito Roggio (imputado por Bonadío en la
causa de “los cuadernos”). Gustavo Weiss había sido Presidente de esta Cámara en los
períodos 2013/2014 y Vicepresidente 1° entre 2015/2016.

Esta empresa tiene U.T.E. constituidas con todas las otras empresas mencionadas en
esta causa de “los cuadernos” y las “anotaciones” del chofer Centeno la tienen como
pagando “coimas” por 97 millones de pesos, pero ninguna de las personas nombradas,
integrantes del Directorio de ELEPRINT S.A. en el período 2003/2015, están indagadas,
interrogadas, procesadas y/o imputadas en la causa.
¿Por qué Dr. Bonadío?

DECAVIAL S.A.I.C.A.C.
Sitio web: www.decavial.com.ar
CUIT: 30-50487767-8
Persona Jurídica.
Localidad: Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fecha de contrato social: 17 de diciembre de 1965.
Por Asamblea Ordinara del 17 de junio de 2003 integró su Directorio así: Presidente:
Miguel Marcelino Aznar, Vicepresidente: Horacio José Pardo, Director Titular: Alfredo
Antonio Striglio y Directores Suplentes: Carlos Antonio Ribas y Juan Bautista Tempone.
Por Acta del 5 de mayo de 2009 se reelige el Directorio, lo mismo que por Acta del 15 de
marzo de 2012. Por Asamblea Ordinaria del 22 de abril de 2014 se decidió incorporar
como Director Titular a Mauro Pablo Guatti (el mismo que es Director de ESUCO S.A.). El
mismo Directorio fue fijado por Asamblea Ordinaria del 5 de mayo de 2015.
(Fuente: Boletines Oficiales del 29/8/2003, 10/12/2010, 1/2/2013, 19/12/2014 y
15/7/2016).

DECAVIAL S.A.I.C.A.C. participa en varias U.T.E. con todas las empresas mencionadas
en la causa de “los cuadernos”, sin embargo ninguna de las personas nombradas,
integrantes del Directorio de DECAVIAL S.A.I.C.A.C. en el período 2003/2015, están
indagadas, interrogadas, procesadas y/o imputadas en la causa de “los cuadernos”.
¿Por qué Dr. Bonadío?

La AFIP realizó en el año 2014 una investigación por la emisión de facturas apócrifas con
las que se realizaba una enorme evasión impositiva por varias empresas y el 21 de
octubre de ese año publicó el listado de las mismas para conocimiento de todos. Puede
leerse ese listado en el sitio https://es.scribd.com/document/243828006/Facturacion-
apocrifa-pdf, ya que en la actualidad el sitio oficial de la AFIP no mantiene visible el
anterior vínculo que llevaba a ese listado oficial, el que se encontraba en
www.afip.gob.ar/genericos/facturacionapocrifa/. Tampoco está visible el sitio
www.afip.gob.ar/genericos/facturasApocrifas/. Al parecer las actuales autoridades
nacionales no quieren que conozcamos qué empresas evaden impuestos.
En ese listado figuran ELEPRINT S.A. y GOTTI S.A..

Concluimos este capítulo remarcando que el Dr. Bonadío no le ha creído demasiado a


Ernesto Clarens ya que si realmente así lo hubiera hecho habría citado a declarar a los
directivos de estas CINCO (5) empresas que Clarens definió como “pequeña cofradía” y
que según él eran las únicas que realizaban las obras importantes en el sur del país,
sobre todo porque esa declaración se contradice con la investigación que se lleva a cabo
por otros Juzgados Federales en relación a la obra pública durante los años 2003 y
2015, especialmente la que investiga el Dr. Ercolini en la causa N° 5.048/2016, donde
las imputaciones se basaron en hechos diferentes a los precisados por Ernesto Clarens
en su declaración indagatoria prestada bajo juramento y como “arrepentido” ante el
Juez Bonadío.
Bonadío sólo citó a Carlos Wagner de ESUCO S.A., pero a nadie de CONTRERAS
HERMANOS S.A., GOTTI S.A., ELEPRINT S.A. y DECAVIAL S.A..
Le falta mucho todavía a la causa de Bonadío para que podamos afirmar que la
investigación está realizada con profesionalismo y conforme al método de la sana crítica
que le exige la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

CAPITULO XXIV
Vamos a analizar cómo le explica Ernesto Clarens al Juez Bonadío la conformación del
cártel de la obra pública en la República Argentina y qué hizo la Justicia Federal para
investigarla.
Recordemos que Clarens está declarando bajo juramento y en uso de la Ley N° 27.304,
conocida como la del “arrepentido”.
Expone Bonadío en el punto VI. 20) de su auto de mérito, lo declarado por Clarens y allí
encontramos lo siguiente:
Según Clarens todo comenzó a mediados de 2005 por lo que no se entiende cómo es
que Bonadío asegura que la asociación ilícita por la que imputa a todos en esta causa, se
inició en mayo de 2003. Algo no concuerda entre la versión de Clarens y la afirmación
de Bonadío.
Para que la declaración de Clarens pueda tener valor en el marco de la Ley 27.304, el
Dr. Bonadío debe suponer creíble lo que dice y está obligado a corroborar los dichos con
pruebas que así lo lleven a pensar. ¿Entonces? ¿Por qué el Dr. Bonadío afirma que los
ilícitos comenzaron en 2003 si Clarens le está declarando que comenzó todo a mediados
de 2005?

Otro hecho que surge de la indagatoria de Clarens es que quien lo convocó a participar
de las maniobras ilícitas fue Carlos Wagner, para entonces Presidente de la Cámara
Argentina de la Construcción (y Presidente de ESUCO S.A., tal como vimos en el
Capítulo XXIII de estos análisis). La reunión iniciática, según Clarens, se hizo en la
Cámara Argentina de Empresas Viales, identificada según él como “La Camarita”.
Tenemos entonces fecha y lugar de inicio de la asociación ilícita y tenemos participantes.
Fue a mediados de 2005, en la Cámara Argentina de Empresas Viales, en una reunión
dirigida por Carlos Wagner –Presidente de la Cámara Argentina de la Construcción- y
con la participación de “empresarios”, además de Ernesto Clarens, citado especialmente
al evento por el propio Wagner.
No vemos entonces correlación de estos hechos con la imputación que Bonadío hace a
los políticos en esta causa.

Pero sigamos. Bonadío dice que Clarens expuso sobre el motivo de esa reunión y
entonces vemos que el deponente le señala que Carlos Wagner, le informó “… que el
Gobierno nacional había decidido obtener fondos de la obra pública a través de
una operatoria que demandaba mi intervención en la recepción de los mismos
de parte de algunas constructoras en concepto de pagos de aportes o retorno y
que debía ocuparme de que lleguen al Secretario de Obra Pública, José López, o
quien este me indique.”.
Interesante el nivel de certezas que se vuelcan en esta exposición.
Al parecer, para Ernesto Clarens, Carlos Wagner tenía la certeza que el Gobierno
Nacional había decidido obtener fondos de la obra pública a partir de mediados de 2005;
que para obtener esos fondos se demandaba la intervención de Clarens; que los fondos
serían aportados por algunas constructoras; que esos pagos serían en concepto de
aportes o retorno (como si fueran lo mismo) y que Clarens debía ocuparse de que los
fondos le llegasen a José López o quien éste le indicara.
Hay que avisarle entonces al Juez Ercolini sobre esto porque si se comprueba que es
verdad, entonces sus premisas para la investigación al Grupo Austral en la causa N°
5.048/2016, están totalmente equivocadas y no podrá juzgar de forma contradictoria
con lo que juzgue el Dr. Bonadío.
Bonadío tiene obligatoriamente que interpretar que no hubo antes de mediados de 2005
ninguna decisión de los integrantes del Gobierno Nacional, iniciado el 25 de mayo de
2003, que llevara a suponer que querían recibir plata de la obra pública, sino que todo
habría comenzado en esa época afirmada por Clarens, es decir, mediados de 2005 y ello
en función de lo que éste escuchó decirle a Carlos Wagner con total certidumbre de
estar escuchándole decir la verdad. Es más, parece que Bonadío también creyó que lo
dicho por Clarens es verdad. Si así es entonces Ercolini está equivocado y su causa se
cae a pedazos.

Claro que para ello Bonadío deberá probar que es verdad que el Gobierno Nacional había
decidido lo que Wagner dice que había decidido; como también probar que la
intervención de Ernesto Clarens en la operatoria era imprescindible y probar que la
participación del Secretario de Obras Públicas, José López, era de la importancia que
Clarens menciona en función de lo que le escuchó decir a Wagner.
Una vez probado todo eso sí tendremos las seguridades que emanan de esta
declaración, sino seguiremos con más dudas que certezas y Bonadío estará obligado a
sacárnosla, porque su responsabilidad como Juez Federal de la Nación es la de dictar
una sentencia ajustada a derecho.

La última parte de esta declaración de Clarens indica que “Ese mismo día Wagner se lo
comunica a los empresarios que estaban presentes”.
De aquí surge que Clarens también estaba presente y que los demás participantes eran
todos empresarios, por lo que no había políticos en la reunión. Si esto no convence a
Bonadío sobre que estamos frente a una cartelización de empresarios, ya no habrá
forma de que se convenza y entonces se deberá cambiar de Magistrado, porque la
necedad no es un mérito para ningún Juez.

Veamos que nos dice el citado Carlos Wagner cuando declaró ante Bonadío, también
amparado en los términos de la Ley 27.304 (del “arrepentido”).
Esto es lo que el Juez nos dice que Carlos Guillermo Enrique Wagner dijo bajo
juramento:

Vamos del final al principio. Wagner afirma que el Ministro De Vido, que él identifica
como “Arquitecto” antes que “Ministro”, le dijo que “… la obra pública iba a ser uno
de los métodos de recaudación de dinero para los gastos políticos”.
Como este “testimonio” le parece gráfico a Bonadío, entonces está más que claro que
incorporó a la órbita de su convencimiento que el método de recaudación se utilizaba
para usar fondos en “gastos políticos”, no como él después intenta hacernos creer, es
decir que se recaudaban fondos para enriquecimiento ilegal.
Ahora volvamos al principio de este “testimonio” que le resultó “gráfico” a Bonadío. Ahí
le dice Wagner que “en el año 2004” fue cuando De Vido lo citó a su despacho para
pedirle que garantizara el éxito de las licitaciones de obras viales que se empezaran a
llamar a partir de ese momento, porque esas obras iban a ser uno de los métodos de
recaudación de dinero para la política.
Entonces tenemos en este proceso a Ernesto Clarens diciendo bajo juramento que el
método comenzó a mediados de 2005 porque ahí es cuando Carlos Wagner se lo
transmitió a él y a un grupo de empresarios reunidos al efecto; a Carlos Wagner
diciendo que empezó en el año 2004 porque ahí es cuando se lo transmitió De Vido con
el fin de obtener dinero para la política y al Juez Bonadío afirmando que empezó el 25 de
mayo de 2003 cuando inició la presidencia Néstor Kirchner, para enriquecimiento
personal de los involucrados; en tanto que en el expediente N° 5.048/2016 tenemos a
otro Juez, el Dr. Ercolini, diciendo que empezó el 8 de mayo de 2003 porque es la fecha
en que se constituyó la empresa Austral Construcciones S.A. por Lázaro Báez, siendo
que de la prueba que surge de las declaraciones que Ernesto Clarens le hiciera en este
proceso a Bonadío en calidad de “arrepentido”, la empresa Austral Construcciones S.A.
se constituyó por decisión de Vittorio Gotti luego de ser inducido por el propio Clarens
para hacerlo a los fines de salvaguardar su patrimonio por las exigencias que Néstor
Kirchner le hacía en relación a la empresa Gotti S.A..
Alguno de todos ellos miente, o varios lo hacen y hasta puede ocurrir que todos lo
hagan.
Sólo el resultado de la investigación que haga el Dr. Bonadío podrá decirnos quién o
quienes mienten.

El Dr. Bonadío intenta decirnos que esas contradicciones fueron ratificadas por Clarens y
entonces nos confunde aún más al decir en su auto de mérito lo siguiente:
Al parecer hay una alteración en la transcripción de lo que originalmente se dijo por
Clarens, de lo contrario no se entiende cómo un “financista” y “empresario”, que fue
llamado a integrar una asociación ilícita para hacer el trabajo financiero, pueda
confundirse de tal forma como para expresar que 2003-2005 es “el año”, máxime
cuando en otra parte de su declaración bajo juramento le manifestó al mismo Juez que
Carlos Wagner lo llamó a una reunión en la “Camarita” a mediados de 2005 y que ahí le
dijo cómo iba a ser el método a aplicar a partir de ese momento.
Quizás Ernesto Clarens le quiso manifestar a Bonadío cómo era el sistema antes de que
él interviniera y el Juez le creyó aún cuando es más que evidente que Clarens empezó a
intervenir a partir de mediados de 2005, por lo que surge con claridad para Bonadío que
nada podía saber Clarens por haberlo visto o apreciado con alguno de sus sentidos en
cualquier momento anterior al que él empezó a participar, lo que lleva a cualquier Juez
capacitado a no contar con esa apreciación como una ratificación de evento alguno
acaecido con anterioridad a la entrada al sistema por parte de quien se lo expresa.
Así es que si Bonadío con esto quiere probar cómo fue el método entre 2003-2005, para
justificar su apreciación inicial de que el mismo comenzó el 25 de mayo de 2003, no
podrá convencernos de que se corrobora sólo porque alguien que integró la asociación a
partir de mediados de 2005, le dijo que los primeros retornos entre 2003-2005 se
pagaban en la Camarita y que “los cobraban ellos”.
¿Cómo sabe eso con tanta certeza Clarens?
¿Por qué debemos creerle a Clarens?
¿Qué documentos o prueba aportó Clarens para poder afirmar eso?
¿Quiénes eran “ellos”?
Pero no se queda con eso el Dr. Bonadío y sigue alimentando las contradicciones a esta
novela de enredos, expresando en su auto de mérito:

El Secretario de Obras Públicas de la Nación, también imputado en esta causa, le


expresó bajo juramento a Bonadío y éste lo destaca como testimonio ratificador de todo
lo anterior, que “el sistema” se desarrolla durante 2005-2010, siendo entonces conteste
esta versión con aquella de Ernesto Clarens que le dijo a Bonadío que a él lo convocaron
para aplicar el método de recaudación a partir de mediados de 2005.
Pero esto contradice a Wagner que dijo que fue a partir del año 2004, al mismo Bonadío
que dijo que fue a partir del 25 de mayo de 2003 y al Juez Ercolini que afirmó que fue a
partir del 8 de mayo de 2003.

Sin embargo se agrega aquí un nuevo elemento y es que José López le dice a Bonadío
que en la estructura u organización está Daniel Muñoz, señalando que juntos
coordinaban cómo le entregaba a éste el dinero que le pagaban las empresas
seleccionadas por Wagner, aseverando que Daniel Muñoz se convertía así en
“depositario” de los fondos y que eso era para asegurar “el objetivo” de las empresas o
de Wagner en particular, no de los políticos.
Para aportar a la confusión general el Dr. Bonadío rescata un nuevo testimonio que
contradice a Clarens, Wagner y José López, que es el de Patricio Gerbi, realizado en los
términos de la Ley 27.304 (del “arrepentido”), expresando el Juez en su auto de mérito
lo siguiente:

Este empresario no figura entre los imputados ni procesados por Bonadío, pero aún así
utiliza su testimonio brindado en los términos de la Ley 27.304, no sabiendo por qué es
“arrepentido” si no está imputado de nada, ni de qué se arrepintió. Esperaremos
entonces ese otro pronunciamiento que nos informa Bonadío hará para analizar su
situación procesal.
Patricio Gerbi dice que un día del año 2003 es cuando Wagner les comunica de la
implementación de un sistema de recaudación y que el mismo había sido pedido por
Kirchner, indicándoles que para eso se iba a poner en contacto con ellos un tal Clarens.
Si Bonadío le cree entonces a Gerbi, no vemos por qué dice que también le cree a
Clarens, a Wagner y a José López, porque el primero dijo que el método empezó a
mediado de 2005 y que en esa época lo convocó Wagner; en tanto que Wagner dice que
el sistema comenzó en 2004 a pedido del “Arquitecto” De Vido y José López manifestó
que el sistema se desarrolló entre 2005-2010, coordinando su trabajo con Daniel Muñoz.
No dejamos fuera lo afirmado por el Juez Ercolini que también afirmó que todo comenzó
el 8 de mayo de 2003 cuando Lázaro Báez constituyó Austral Construcciones S.A. a
instancias de Néstor Kirchner, siendo que Clarens dijo que esa empresa la formó Vittorio
Gotti a instancias de él.

Al menos vemos en Gerbi las dudas lógicas que alguien bien pensante se debe hacer si
está en su sano juicio, por cuanto dice que eso “Nos pareció un disparate, no sabía
si era de arriba o si la orden era de Wagner”.
Señalando asimismo que luego de que lo llama Clarens a un teléfono que supone se lo
dio Wagner, aquél le dijo “… que tenía que pasar a pagar, a aportar a una caja que
según ellos era para la presidencia …”.
Claramente el empresario Gerbi tiene dudas que esto sea una asociación ilícita
organizada y comandada por Néstor Kirchner o algún político, pero eso no le interesa a
Bonadío, sino sólo la parte en la que le indica que hay un sistema de recaudación para
participar en la obra pública y que el mismo fue transmitido por Wagner e involucra a
Clarens como recaudador.
Por algo el Dr. Bonadío ha dejado afuera el testimonio de Patricio Gerbi y no dice nada
respecto de su situación procesal no obstante ser un empresario “arrepentido”, ya que
vemos que no le sirve mucho a sus sesgos interpretativos.

Encontramos una nueva versión de los hechos que dan inicio al supuesto sistema que
nos intenta hacer ver el Dr. Bonadío, en las declaraciones que ante él y bajo juramento
hizo el empresario Juan Chediack. Nos dice el Dr. Bonadío que este “arrepentido” le dijo:
Surge de la declaración de Chediack que él hizo pagos por fuera de todos los sistemas y
métodos hasta ahora señalados por los otros imputados y destacados por el Dr.
Bonadío, porque dice que en julio de 2003, en una reunión en la casa de Julio De Vido,
le exigieron pago de coimas a él en persona el mismo De Vido y Carlos Wagner,
exponiendo que los pagos los hizo personalmente en el domicilio del Ministro o en sus
oficinas del Ministerio.
Pero también expresó Chediack que “… entre los meses de marzo y junio del año 2004,
mantuvo un encuentro con Ernesto CLARENS, … en el cual éste también le exigió
entregas de dinero para poder trabajar (esto es, obtener la adjudicación de diversas
licitaciones de obras públicas) y que las mismas las efectuó en las oficinas de la calle
Carabellas de esta ciudad, siendo que el último de los pagos lo realizó a principios del
año 2015”.

Claramente el empresario Chediack le afirma al Juez Bonadío que existía un sistema


paralelo de recaudación implementado por Ernesto Clarens por su cuenta, ya que señala
que “éste también le exigió”, y esa expresión cualquiera la interpreta como que,
además de la otra exigencia, existía esta también y en ésta era Ernesto Clarens el que le
exigía y no a nombre de nadie, de lo contrario lo hubiera expresado y no lo hizo. Por lo
que esta exigencia era propia de Ernesto Clarens.

Pero surge de una forma que nos sorprende, que la fecha en que este otro sistema
comienza es entre marzo y junio de 2004, meses y año que Ernesto Clarens le ha dicho
a Bonadío que estaba en la Patagonia, tanto como que es el año en que murió Vittorio
Gotti y en el que le “regaló” a Lázaro Báez el 10% de Austral Construcciones S.A.
porque previamente, ese mismo año, Báez le había licuado el otro 10% que tenía de esa
empresa. También le afirmó Clarens a Bonadío que “… sobre el año 2005 me vine
para Buenos Aires”.
¿Cómo es posible que Chediack afirme que se habría reunido con Clarens entre marzo y
junio de 2004 y que éste le exigió dinero para participar y ganar licitaciones de obras
públicas, en tanto que Clarens le afirmó que recién llegó a Buenos Aires en 2005 y le
señala con detalle lo que hacía en la Patagonia en ese año 2004? Uno de los dos miente
y el Dr. Bonadío no se ha dado cuenta.
¿Por qué Dr. Bonadío?
Y si uno de ellos miente ¿cómo puede seguir siendo “arrepentido”?, a más de
preguntarnos cómo puede asentarse un auto de procesamiento en estas afirmaciones
contradictorias.

Otra cuestión que suponemos ha resuelto el Dr. Bonadío es cuáles son esas oficinas de
la calle “Carabellas” que señala Chediack como el lugar donde iba a entregarle el dinero
exigido por Clarens.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires existe una calle con el nombre “Pasaje
Carabelas” y la dirección al n° 241, Piso 5°, figura en los registros oficiales de la
República Argentina, como que tienen sus sedes sociales las sociedades AUSTRALAGRO
S.A., AUSTRAL DESARROLLOS INMOBILIARIOS S.A., AUSTRAL ATLANTICA S.A. y
AUSTRAL CONSTRUCCIONES S.A., cuyo socio mayoritario es Lázaro Antonio Báez; es
también la dirección fijada por Austral Construcciones S.A. al constituir SINOHIDRO-
IECSA-AUSTRAL JOINT VENTURE; y, además, la dirección de FIDUCIARIA EDIFICIO
NORTHVILLE S.A., siendo uno de sus socios Eduardo Roca y el otro José Luis Colombo e
integrando el Directorio Martín Antonio Báez.
La dirección de la sede social de INVERNES S.A., que surge del Boletín Oficial de la
República Argentina, cuyos socios fundadores fueron Jorge Tomás Samardzija y Carlos
Alberto Di Gianni y en cuyo Directorio figura Guido Santiago Blondeau (el primo de
Ernesto Clarens, según este se lo declaró a Bonadío), es la de Avda. Corrientes 311, Piso
7°, Capital Federal (Fuente: Boletín Oficial del 18/10/1988). El Director Guido Santiago
Blondeau fijó domicilio especial para figurar como tal, en Roque Saenz Peña 971, Piso 9,
C.A.B.A. (Fuente: Boletín Oficial del 9/2/2006). Ernesto Clarens le expresó a Bonadío
que en el año 2006 vendió Invernes a César Andrés y Martín Jacobs y que creía que
detrás de ellos estaba Báez, pero no lo podía confirmar, con lo cual nos surge la
evidencia que para ese año no tenía contacto con Lázaro Báez, de lo contrario su
apreciación ante el Juez y bajo juramento, habría sido de certeza, no de duda como la
que tuvo al decirle esto a Bonadío.

El Pasaje Carabelas es una calle peatonal ubicada en el centro financiero de la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires, por lo que en ella deben existir muchas oficinas con las
características de poder ser la señalada por el empresario Chediack en su declaración
como “arrepentido” brindada al Juez Bonadío, así es que esperamos que éste le haya
preguntado al mismo que precisara en qué oficina hacía los pagos, dado que nos
resultaría muy preocupante que no lo haya hecho y luego quisiera asociar a una
dirección tan amplia como “… oficinas de la calle Carabellas…”, con esta causa, sobre
todo porque no tenemos prueba alguna que vincule esa amplia dirección con Ernesto
Clarens en forma directa, ya que fue el mismo Clarens quien le dijo a Bonadío que él y
Báez estaban enemistados y las direcciones arriba mencionadas sólo se vinculan con
Lázaro Báez.
Se destaca que la Dirección General de Tránsito del Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires tiene su Mesa de Entradas en Pasaje Carabelas 286 P.B. y el Instituto de
Vivienda del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene la Mesa de Entradas
y su Gerencia de Crédito en una oficina ubicada en Pasaje Carabelas n° 258.
Por Decreto N° 54/GCABA/04 del 21 de enero de 2004, el Jefe de Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires en ese entonces, Aníbal Ibarra (integrante de la Alianza para
el Trabajo, la Justicia y la Educación, conocida como "La Alianza", integrada por los
partidos políticos Unión Cívica Radical-UCR- y Frente País Solidario -FREPASO-), nombró
como Presidente del Instituto de Vivienda de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a
Ernesto Selzer y como Directores a Claudio Gustavo Hoistacher y Daniel Gustavo
Chain (este último fue cesado por Decreto del 28/4/2005).

Ernesto Selzer fue desde el año 2002 y hasta el año 2006 Presidente del Instituto de la
Vivienda de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; en el año 2006 fue Ministro de
Planeamiento y Obras Públicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; entre 2006 y
2008 Vicepresidente del Banco Ciudad (Ciudad Autónoma de Buenos Aires); y entre
octubre de 2013 y febrero de 2016 Presidente de la Unidad Ejecutora de la obra de
soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, investigada en el caso Lava Jato por su
vinculación con la empresa brasileña Odebrecht.
Ernesto Selzer declaró como testigo en la causa que investiga el Fiscal Federal Federico
Delgado por el sobreprecio en la obra de soterramiento del Ferrocarril Sarmiento y la
conexión con el Lava Jato de Brasil y le dijo al Fiscal que el sobreprecio de la obra fue de
mil millones de dólares y que el anticipo financiero estaba duplicado, pero le adjudicó un
rol clave a José López. Los medios periodísticos ponen a Ernesto Selzer como
respondiendo al ex Ministro de Economía del Gobierno Nacional de Cristina Fernandez de
Kirchner, Axel Kicillof.

Claudio Gustavo Hoistacher estuvo en el Instituto de la Vivienda de la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires, hasta el 7 de agosto de 2006, fecha en la que se le acepta
la renuncia. Por Resolución Conjunta N° 443/2007 del 1 de junio de 2007 del Ministerio
de Hacienda y del Ministerio de Planeamiento y Obras Públicas de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, es designado Delegado Legal-Administrativo de la Comisión de
Evaluación, Seguimiento y Desarrollo de los procedimientos licitatorios y de la ejecución
de las obras de readecuación de la red de desagües pluviales de la cuenca del Arroyo
Maldonado. Esta obra también está bajo investigación judicial por sobreprecios, lavado
de dinero y vinculada a la causa del Lava Jato de Brasil en virtud de la vinculación que
en la misma tiene la empresa Odebrecht de Brasil. Comparte Directorio en CEA
CONSTRUCCIONES S.A. con Ernesto Selzer. Figura como Funcionario obligado a
presentar DDJJ patrimonial de la Dirección Nacional de Vialidad para el año 2011 y fue
miembro del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP) hasta febrero de
2013.

Daniel Gustavo Chain fue Director de Inversiones de la offshore GALICIA ADVENT


SOCMA PRIVATE EQUITY FUND LTDA., propiedad de la Familia Macri y Apoderado desde
el 8/11/1996 de SOCMA S.A., Director de SOCMA AMERICANA S.A. y SIDECO
AMERICANA S.A., todas sociedades emblemas del Grupo Macri. Actualmente Daniel
Chain es Secretario de Obras Públicas de la Nación (mismo cargo que tenía José López –
el de los bolsos- durante el gobierno anterior).

¿Cuál es el motivo por el que Bonadío se niega a abrir esta línea de investigación ante la
declaración del empresario “arrepentido” Chediack, si bien puede ser que las “oficinas de
la calle Carabellas” se correspondan con las del Instituto de la Vivienda de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires?

Ahora veamos una nueva versión del inicio del sistema, en este caso es la que le da
Claudio Uberti a Bonadío y éste rescata en su auto de mérito, donde expresa:
Claudio Uberti fue titular del Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) y le
dice a Bonadío cómo era el sistema desde 2003 y hasta 2007, pero además de no
coincidir en las fechas con lo expresado por Clarens, Wagner, José López, Gerbi y
Chediack, tampoco coincide en el sistema de recaudación, ya que manifiesta que él era
el nexo directo con los empresarios y que la orden de hacerlo así se la dio directamente
el Ministro De Vido a pedido de Néstor Kirchner.
Esto se está transformando en una ensalada de fechas, organizadores y métodos.
De algo estamos seguros y es que están mintiendo, no sabemos si uno, algunos o todos,
pero que están mintiendo es más que evidente y no sabemos cómo es que Bonadío se
atrevió a poner todos estos testimonios tan contradictorios entre sí como elementos de
prueba de algo que ni siquiera se puede saber qué es, no al menos con estos
testimonios contrapuestos.
Para Clarens todo empezó a mediados de 2005 y él se entera por Wagner, en tanto que
el sistema lo tenía a él como elemento recaudador de lo que los empresarios debían
entregarle y Daniel Muñoz recibiría ese dinero que él le tenía que entregar.
Para Wagner todo empezó en 2004 y a él se lo pide el “Arquitecto” De Vido (ya vamos a
analizar como es el método que él señala).
Para José López el sistema abarca el período 2005-2010 y él coordinaba el cobro con
Daniel Muñoz para que éste fuera el depositario con el fin de que las empresas lograran
su objetivo.
Para Gerbi todo empezó en 2003 cuando fueron informados los empresarios por Wagner
de cómo era el sistema, pero le pareció un disparate y pensó que todo era algo propio
de Wagner, dudando incluso que el dinero llegara a la presidencia tal como se lo había
dicho Clarens que era el que le pedía que pasara a aportar a una caja. No debemos
olvidar que Clarens manifestó que recién retornó a Buenos Aires en 2005, habiendo
estado antes en la Patagonia junto a los Gotti y Lázaro Báez.
Para Chediack hay 2 sistemas en paralelo, uno empezó en 2003 y consistió en un pedido
personal de De Vido y Wagner que le hicieron para que le pagara coimas al Ministro en
su domicilio o en el Ministerio y el otro empezó entre marzo y junio de 2004 cuando
Clarens (quien ha declarado que recién estuvo en Buenos Aires en 2005), en persona y
sin invocar ninguna representación, le pidió que pusiera plata si quería trabajar en la
obra pública y los pagos se los hacía al mismo en unas oficinas que estaban en la calle
Carabelas, haciéndolo hasta el año 2015.
Para Uberti el sistema estuvo entre 2003 y 2007 y la orden de implementarlo se la dio el
Ministro De Vido a pedido de Néstor Kirchner, consistiendo el método en que él se
contactaba directamente con los empresarios y les pedía que pagaran sino el Presidente
no iba a firmar, para luego recaudar el dinero y llevárselo en persona a De Vido o al
propio Néstor Kirchner.
Todo este relato de los hechos realizado por Bonadío en su auto de mérito, no hace más
que confundirnos y él será quien obligatoriamente deberá dilucidar cómo fue que en
realidad ocurrieron en función de su deber jurídico de utilizar el sistema de la sana
crítica.

CAPITULO XXV
Ahora estamos en condiciones de analizar cuál era el/los sistema/s o método/s por el
que las empresas ganaban las licitaciones y ello servía para que pagaran los retornos o
coimas a los funcionarios, según los testimonios e interrogatorios que el Dr. Bonadío
expone en su auto de procesamiento.

Esto es lo que Bonadío expuso al respecto en el punto VI. 20) de su auto de mérito,
cuando trata lo declarado bajo juramento por Ernesto Clarens:
Para poder entender el sistema hay que aclarar lo que le dijo Clarens a Bonadío.

1) Vialidad Nacional licitaba las obras que se debían hacer.


2) Los presupuestos oficiales se hacían bien.
3) Las empresas interesadas compraban los pliegos.
4) Todos los que compraban esos pliegos eran llamados a la Cámara Argentina de
Empresas Viales, conocida como “La Camarita” porque pertenecía a la Cámara
Argentina de la Construcción, que entre 2004 y 2012 fue presidida por Carlos
Wagner, otro imputado en la causa.
5) En una reunión que transcurría desde las 10 hs hasta las 18 hs, aproximadamente,
las empresas decidían quién se iba a quedar con esa licitación y lo hacían
mediante un sistema que consistía en lo siguiente:
a. En primer lugar se ponía sobre la mesa lo que denominaban “el pase” y que
era el hecho de haber pasado en una licitación anterior para beneficio de
otra empresa. La empresa que había dejado su lugar a otra, se lo cobraba
en la próxima licitación y entonces ésta debía cederle ese lugar a la primera,
quedando entonces eliminada de esta nueva licitación.
b. Lo segundo que se ponía a consideración para elegir la empresa que ganaría
la licitación de entre las que habían sorteado la primer etapa de “el pase”,
era el lugar que éstas tenían en un ranking que no sabemos quién y cómo lo
elaboraban, pero sí sabemos que Clarens se lo entregó a Bonadío, ya que
éste así lo expresa en su transcripción de la declaración de Clarens, cuando
nos informa que bajo juramento le dijo lo siguiente:
Nos enteramos entonces que como mínimo el ránking tenía 108 empresas y
que las primera 40 son las “cartelizadas”, pero parece que esta expresa y
contundente declaración de un empresario “arrepentido” no tuvo ninguna
connotación jurídica para el Dr. Bonadío, dado que no actuó en consecuencia
para investigar el delito de cartelización que le denunciaron.
¿Por qué Dr. Bonadío?

c. La tercera etapa en la selección de la empresa que debía ganar la licitación


consistía en volver a poner sobre la mesa “el pase” y verificar cuál era la que
le tocaba quedar como vencedora en razón de que en la anterior licitación
había sido la que pasó su posición a otra. Aquí debía quedar una sola
empresa ganadora, de lo contrario se tenía que conforme una Unión
Transitoria de Empresas (UTE) entre las que quedaran.

Vaya sistema o método, pero bueno, es el que le dice Clarens a Bonadío que se
aplicaba. De todas formas no entendemos por qué Bonadío no le exigió que le explicara
bien en qué consistía “el pase”, porque ahí pueden surgir pruebas para corroborar la
declaración de Clarens. ¿Qué se consideraba “pasar”? ¿Por qué una empresa decidía
“pasar” en beneficio de otra? ¿Qué podía recibir como compensación por “pasar”? ¿Cuál
era el sistema que utilizaban como para obligar a una empresa “pasar”? En fin, un
sinnúmero de interrogantes que saltan a la vista y que cualquier Juez capacitado
intentaría dilucidar.
¿Por qué Bonadío no le hizo estas preguntas a Clarens?

Veamos ahora lo que le dice Carlos Wagner sobre el sistema que se utilizaba. Según
Bonadío éste le dijo en la indagatoria lo siguiente:

Este extracto de declaración de Wagner que rescata Bonadío es parte del más amplio
que también expuso en otra parte de su auto de mérito y que a continuación se pone a
consideración en la parte que nos interesa, es decir, en la que enuncia el sistema por el
que las empresas obtenían una obra licitada. Le dijo al respecto Wagner:
Es increíble que entre la declaración de Ernesto Clarens sobre el sistema que existía para
determinar un ganador en las licitaciones y la que le hace Carlos Wagner, el Dr. Bonadío
considera a la más escueta y menos descriptiva como la más “gráfica”, pero bueno,
aclaremos ahora lo que describió Wagner.
1) Se llamaba a licitación por parte del Gobierno.
2) Las empresas interesadas compraban los pliegos.
3) Las empresas se reunían libremente en distintos lugares, algunos de ellos
informales, para determinar el ganador.
4) Al reunirse las empresas para determinar quién ganaba la licitación, acordaban la
empresa ganadora en función del interés por la obra y el volumen de trabajo que
tenían e incluso en ocasiones competían entre ellas.
5) Se priorizaba para considerar ganadora a una empresa, a la que menos volumen
de trabajo tenía.

Deberá determinar Bonadío a quién le cree porque no es lo mismo lo que declararon


Clarens y Wagner respecto al sistema, entonces uno de los dos miente, o los dos lo
hacen.
¿A quién le creemos Dr. Bonadío?

¿Se reunían en “La Camarita” las empresas para decidir el ganador de una licitación o lo
hacían “en distintos lugares”?
¿Se reunían por espacio de 8 horas o sólo se ponía sobre la mesa el interés en la obra y
el volumen de trabajo que tenían?
¿Se consideraba “el pase” en relación a licitaciones anteriores o no?
¿Se iba decantando la cantidad de empresas que quedaban preseleccionadas conforme a
un ránking o simplemente surgía un ganador sin importar ese ránking?
¿Se volvía a considerar “el pase” para continuar depurando la lista o sólo el volumen de
trabajo?
¿Se le daba como ganadora de la licitación a una sola empresa o podía surgir una UTE?

El método de la sana crítica le impone al Dr. Bonadío seguir trabajando estas


declaraciones, porque hasta ahora no podemos advertir que sean utilizables en un juicio
serio.
Pero también nos dice Bonadío que hay una tercera explicación en relación al sistema de
adjudicación de las licitaciones y es aquél que describió Jorge Fariña, quien ante su
interrogatorio le dijo bajo juramento al Juez lo siguiente:
Tendremos que aclarar lo expuesto como para entenderlo y contraponerlo con lo
declarado al respecto por Clarens y Wagner. Dice Fariña que el sistema era el siguiente:
1) El Ministerio de Planificación Federal determinaba de antemano a qué empresa le
iba a otorgar la obra.
2) Luego el Ministerio, por medio de Wagner, armaba un grupo de empresas que iban
al frente de la licitación.
3) Entre el Ministerio y Wagner se ponían de acuerdo cuál era el monto que iban a
ofertar para ganar.
4) Desde el Estado se definía así el precio que se iba a ofertar.
5) La empresa que iba a ser la ganadora ofertaba un precio cerca de ese monto ya
previamente determinado por el Estado y las otras empresas ofertaban un precio
mayor.
6) Antes de la licitación las empresas coordinaban con Wagner ciertos detalles
técnicos para que éste los encuadrase dentro de la licitación.
7) Una vez determinado ello se llamaba la licitación.

¿Cómo puede un Juez considerar que es un ilícito el hecho que el Estado pone un precio
para la obra a licitar y la empresa ganadora de la obra ofertó un precio cercano a ese en
tanto que el resto de las empresas ofertó precios superiores?
Si las empresas se ponen de acuerdo entre ellas para que sólo una de ellas oferte el
precio establecido por el Estado, es cosa de las empresas y ninguna responsabilidad
penal por eso puede endilgárseles a los funcionarios públicos, en cambio sí hay
responsabilidad de las empresas por cartelización.
Deberá determinar el Dr. Bonadío que los precios de las obras establecidos en las
licitaciones por el Estado no fueron los que correspondían, para así después asociar esta
declaración con un ilícito cometido por los funcionarios públicos.

Al parecer Fariña le entregó a Bonadío un escrito con un detalle de cómo era el sistema
que se aplicaba dentro de la Cámara Argentina de la Construcción, que no es “La
Camarita” dado que ésta es como se conoce a la Cámara Argentina de Empresas Viales.
Si no alcanzara con estas contradictorias afirmaciones de Fariña respecto a los otros 2
sistemas descriptos por Clarens y Wagner, para determinar la existencia de una clara
duda razonable sobre cómo era el verdadero sistema por el que se adjudicaban las
licitaciones, se puede agregar lo que también le expresó Fariña a Bonadío y que éste
rescata en su auto de mérito cuando expone que le dijo lo siguiente:

Ahora resulta que Wagner acomodaba el sistema para beneficiar a sus empresas y si las
condiciones no surgían del mismo sistema, entonces terminaba conformando las UTEs
para así intervenir en la obra de todas formas.
Claramente la contradicción en las declaraciones de Clarens, Wagner y Fariña, son más
que evidentes y sin embargo Bonadío les cree a los tres y afirma que con eso se ha
probado el sistema.
¿Qué sistema Dr. Bonadío? ¿Podría hacernos el favor de describirlo ud. con sus propias
palabras y basado en estas 3 contradictorias declaraciones?

ERNESTO CLARENS CARLOS WAGNER JORGE FARIÑA


dice dice dice
Vialidad Nacional llamaba a licitación Llamaban a licitación una obra. La licitación se armaba previamente
una obra. por los empresarios.
Las empresas compraban los pliegos. Las empresas compraban los pliegos. Las empresas exigían cambios en los
pliegos.
Todos los compradores de pliegos Los interesados se reunían El Ministerio determinaba a qué
eran citados a “La Camarita” y se libremente en distintos lugares para empresa le iba a entregar la obra.
ejecutaba un sistema previamente determinar el ganador.
acordado para ver quién hacía la
obra.
El sistema consistía en: El sistema consistía en: Por medio de Wagner se armaba el
1) Se cobraba “el pase”. Se 1) Se acordaba qué empresa iba grupo de empresas que iban a
ponía sobre la mesa cuál a ganar la obra. acompañar a la empresa ganadora
empresa había pasado en la 2) Se elegía la empresa previamente elegida por el Ministerio.
licitación anterior y entonces ganadora en función de su Wagner intervenía decididamente
ésta no participaba. interés por la obra y el para que sus empresas resultaran
2) Las que quedaban se ponían volumen de trabajo. favorecidas y si no lo lograba actuaba
en lista conforme a un 3) Se priorizaban aquellas con como para intervenir de todas formas
ránking previamente menos volumen de trabajo. mediante una UTE.
elaborado. 4) A veces se competía entre las
3) Se ponía nuevamente sobre empresas para determinar
la mesa “el pase” para ver si quién ganaba.
entre las primeras del
ránking había una que no
había pasado anteriormente.
4) Se elegía la que quedaba en
primer lugar y si eran más de
una iban todas en UTE.
Designado el ganador venía la No señala que las empresas Las empresas se ponían de acuerdo
discusión sobre el precio de la oferta acordaran o impusieran nada en en el monto que iban a ofertar para
y siempre se iba por encima del relación al precio de la obra, sólo que ganara la que ofertara el precio
precio oficial en valores que indica que el pliego contenía lo que más bajo. El Estado determinaba el
oscilaban el 20% aproximadamente y se le iba a pagar de anticipo a la monto de la obra y la oferta
4 ó 5 empresas debían acompañar a empresa para iniciar la obra y que ganadora estaba cerca de ese monto.
la empresa que se determinaba como ese anticipo, por un compromiso El resto de las empresas ofertaban
la que iba a ganar. Los presupuestos asumido por las empresas, debía ser por encima de ese precio para que
oficiales se hacían bien en líneas entregado a los funcionarios como ganara la que ellos determinaban.
generales. contribución política.

Que el Dr. Bonadío nos diga dónde está el ilícito cometido por los funcionarios públicos
que surja de este relato y mencione en qué prueba se basa para así decidirlo, porque es
demasiado complejo poder determinar que de estas 3 declaraciones surge con claridad,
sin duda alguna y en forma expresa, que existiese un único método y que el mismo
estuviese tan bien organizado y planeado como para considerar a los participantes
miembros de una asociación ilícita.
Más bien parece una banda desorganizada.

Vamos a volver a la declaración de Carlos Wagner que el Dr. Bonadío rescata por lo
gráfica que resulta para él. Ahí le dice Wagner a Bonadío, bajo juramento y como
“arrepentido” en el marco de la Ley 27.304, que para determinar la empresa ganadora
de una licitación, éstas se reunían en distintos lugares y uno de los lugares era en
Venezuela 736, piso 3 de C.A.B.A., sitio al que Wagner le asigna ser la dirección de la
Cámara Argentina de Empresas Viales, conocida como “La Camarita”.

Suponemos que el Dr. Bonadío habrá averiguado si realmente en la dirección de


Venezuela 736, piso 3, C.A.B.A., funcionaba la Cámara de Empresas Viales. Por las
dudas vamos a investigar nosotros.
Vamos a poner la imagen parcial de la Página 5 del Boletín Oficial de la República
Argentina del 29 de octubre de 1986, donde se publicó un aviso de la Cámara Argentina
de Empresas Viales y que es el único aviso existente en el archivo histórico del Boletín
Oficial relacionado con esta Cámara empresaria. No hay más que esta publicación oficial
para referencia, pero ahí veremos a qué domicilio se convoca la Asamblea General
Ordinaria a desarrollarse el 12 de noviembre de 1986.
Surge de este aviso oficial que se cita a Asamblea General Ordinaria de la Cámara
Argentina de Empresas Viales en la sede social de la entidad sita en Piedras 383, 3°
Piso, Capital Federal (hoy C.A.B.A.).

Ahora veamos dónde está ubicada la sede de la Cámara Argentina de Empresas Viales
en su inscripción ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), para lo cual
ponemos la imagen de su constancia de inscripción.
Ahora veamos una imagen de la página 137 correspondiente a la publicación del N°
4957 de la revista “El Constructor”, que puede verse en internet ( www.elconstructor.com -
https://issuu.com/elcoblog/docs/ddc2013/137 - El Constructor, 05/10/2013 - DIA DEL CAMINO
2013 - Published on Oct 4, 2013), en la que figuran las empresas que integran la
Cámara Argentina de Empresas Viales, sus direcciones y la dirección de la referida
Cámara.
En el año 1998 en una publicación de World Trade Press de USA, titulada “Argentina
Business”, en su página 122, figuraban los datos de la Cámara Argentina de Empresas
Viales. Esta es la imagen editada a los fines de mostrar los datos que nos importan:
Doctor Bonadío, el “arrepentido” Carlos Wagner le mintió y Ud. no se ha dado cuenta, la
Cámara Argentina de Empresas Viales JAMÁS funcionó en la dirección de Venezuela
736, 3° piso, C.A.B.A..-

Pero si la Cámara Argentina de Empresas Viales nunca funcionó en ese domicilio


indicado por Wagner, ¿qué funcionaba entonces allí? ¿Sabrá Bonadío respondernos?

Este es el lugar:

CAPITULO XXVI
Entramos ahora a analizar la parte de la declaración de Ernesto Clarens en la que le
expresa al Dr. Bonadío cómo es el método de recaudación posterior al sistema de
cartelización empresaria organizado para ganar las licitaciones, que ya analizamos en el
Capítulo XXV.

Nos dice el Dr. Bonadío que Ernesto Clarens le dijo bajo juramento:
Analicemos entonces estos dichos de Clarens.

Lo primero que surge es que Clarens le dice a Bonadío que las empresas enviaban a
alguien al lugar donde él atendía y le da 2 direcciones, una en Maipú 311, Piso 2 de
C.A.B.A. y la otra en Manuela Saenz 323, Piso 7, Oficina 703 de C.A.B.A., pero
inmediatamente le señala que los que iban eran, “generalmente”, los propios titulares o
alguien de confianza, gerentes financieros, contadores u otros y no se queda con esa
multitud, sino que le agrega que en algunos casos él iba a esas empresas.
¿Cuál es la forma entonces? ¿Quién iba a dónde? ¿En qué calidad iban? ¿Quién los
mandaba y a qué lugar? ¿Esto es una “organización” Dr. Bonadío?

Realmente impacta saber que se ha tenido como sensata a una declaración como ésta
por parte de un Juez Federal argentino.
1) Si los que iban a la oficina donde atendía Clarens eran “los propios titulares” de
las empresas, entonces no se entiende por qué dice que las empresas los
enviaban, ya que al ser la empresa una persona jurídica, se debe demostrar en
qué calidad las mismas enviaban a sus titulares y cuáles eran las circunstancias en
que emanaba la orden para enviarlos y qué órganos de la misma empresa actuaba
para darla.
2) Si el que iba era “alguien de confianza”, entonces no se entiende quién era el
que le tenía confianza, si las empresas o los titulares de las mismas, porque si era
alguien de confianza de las empresas es muy diferente el delito a investigar que si
era alguien de confianza de los titulares de las mismas. Además, al igual que en el
punto anterior, si el que le tenía confianza era el titular de la empresa entonces
bastaba con una orden verbal, pero si las que tenían confianza eran las empresas
entonces se tienen que probar las circunstancias, actos y formas en que la orden
emanaba de los órganos de la empresa ¿Acaso no sabe esto Bonadío?
3) Si los que iban eran gerentes financieros o contadores, entonces hay que
investigar quién los mandaba y si aún están estos incluidos en la calidad de
“alguien de confianza”, porque la relación contractual de un gerente financiero o
contador con una empresa es muy diferente a la que puede tener con el titular de
la empresa. En un caso el contrato es con un órgano de administración de la
empresa, en el otro supuesto es con una persona individualmente considerada,
por lo que sigue latente la duda en relación a con quién existía esa confianza y
esto influye en el delito a investigar.
4) Si los que iban a la oficina de Clarens eran “otros” entonces es más que evidente
que el Dr. Bonadío tiene que investigar a quiénes se refiere con precisión, con el
fin de saber si le está diciendo la verdad el que está declarando bajo juramento de
decirla. Es precisa la identificación de esos “otros” porque no hacerlo generaría
más dudas que certezas y podría ser incluido en ese grupo cualquiera de los que
cada uno que leen la declaración quisiera que fuera. Algo impensado en un
proceso jurídico serio.
5) Si en algunos casos era Clarens el que iba a algunas de las empresas, el Dr.
Bonadío debe investigar ambos “algunos-algunas”, porque debe ser precisa la
declaración para ser considerada veraz. ¿En qué casos y por qué? ¿A qué
empresas y por qué? ¿Quién decidía que así fuera y por qué?

Las direcciones dadas de Maipú 311, Piso 2 y Manuela Saenz 323, Piso 7, Oficina 703,
ambas de C.A.B.A., están unidas en la declaración de Clarens por un “… después nos
mudamos”, con lo cual se desprende que en las mismas estaba él con otros y en ambas
funcionó la misma organización. Veamos a qué se refiere entonces.
El mismo Clarens le indica a Bonadío al respecto lo siguiente:
Con lo cual queda develado que las direcciones señaladas, de calles Maipú y Manuela
Saenz, se corresponden con la sede de la cooperativa denominada COFICRED, que fue
propiedad de Ernesto Clarens entre junio de 2013y junio de 2015. Veamos entonces si
eso se puede corroborar oficialmente.

Vamos a poner el único aviso publicado en el Boletín Oficial de la República Argentina


por esta empresa llamada por Clarens como “cooperativa” y que el Dr. Bonadío no da
cuenta en su auto de mérito saber que existe el mismo.
Se trata de la constitución de la sociedad el 21 de abril de 2006 y en la que los socios
fundadores son 2 brasileños, una mujer de 74 años, nacionalizada argentina (Reina
Isabel Chaya) y un brasileño de 43 años con cédula de identificación de ese país n°
5719666, posteriormente nacionalizado argentino y con D.N.I. n° 18.852.051. La
sociedad fijó como sede social la dirección de calle De los Incas 3730, Piso 6, Of. A,
C.A.B.A..

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