You are on page 1of 10

La apostasía en la Iglesia Católica.

La libertad religiosa en la jurisprudencia peruana


José Antonio Ortuzte Alba

Resumen

El presente trabajo tiene como objetivo aclarar la formalización del


abandono de la religión a través de la apostasía en la Iglesia Católica.
Sin embargo, este procedimiento no afecta en nada la libre
determinación de las personas. No les impide el desenvolvimiento en
cualesquiera de las confesiones religiosas. Este trabajo define a la
apostasía como la defección formal de la Iglesia Católica. Se prevé el
derecho a la libertad religiosa a través de Convenios Internacionales. Y
en el Estado laico en Bolivia se sostiene la protección de derechos.

El tema de la ’apostasía’ en contextos intra-estatales, surge en los ordenamientos


jurídicos de cada país. En ese sentido, el concepto de ‘apostasía’ cobra una relevancia
inusual en esta época. Se apostata en toda la historia especialmente en la época del
‘Cristianismo’. Y esta confesión prevé su penalización. En esta época de secularismo
y relativismo en la sociedad se interpreta más extensamente sobre la libertad religiosa.
Así se tutelan los derechos fundamentales en cada uno de los Estados también de
tradición católica.

Cada ordenamiento jurídico, en los Estados de derecho, protege y garantiza la vigencia


del ‘derecho a la libertad de religión’ a partir de la elección libre de las personas. La
tutela de todos los derechos fundamentales se atribuye al ente estatal. Este suscribe
tratados y convenciones en materia de Derechos Humanos. Los últimos tienen
prelación sobre los demás derechos constitucionales de cada país.
Sin embargo, hay la necesidad del ‘aterrizaje en Bolivia’ para proyectar la aplicación
de los derechos fundamentales. Especialmente el de la libertad de religión deriva en el
derecho negativo a la religión. Ello se corrobora en dos dimensiones: la primera es si
el Estado Boliviano cumple con el Principio de Laicidad. Y la segunda tiene que ver
con la regulación de la confesionalidad en Bolivia. Esto es a través de una Ley Marco
de Libertad Religiosa.

La apostasía tiene un contexto de validez en el plano intra-eclesial y el estatal o secular.


Es parte del debate contemporáneo sobre los derechos humanos, en especial del
derecho a la libertad de religión. Porque ha tenido una repercusión polémica, sobre
todo con los ordenamientos jurídicos de protección de las personas naturales.

De esta manera, ¿es o no la apostasía en la Iglesia Católica un acto jurídico que


colisiona con dos tradiciones jurídicas –la canónica y la estatal? Se reconoce la
defección de las personas a profesar los sacramentos católicos. La apostasía no impide
–según la jurisprudencia– el alcance de protección y vigencia de los derechos humanos.
En particular, no se restringe el derecho a la libertad de la religión.

Este trabajo se estructura en un análisis sintético. Consiste en la desmembración de un


todo en partes. Y se observan las causas, la naturaleza y los efectos de este todo en
relación a sus partes. De la misma manera, a través de este análisis es posible identificar
la parte esencial del todo que se está analizando. Con el método analítico se busca la
desmembración de partes, como algo de lo que no se pueda dudar. Para llevar a cabo
esta nueva forma de pensamiento Descartes resume su método.
Para este trabajo se divide el concepto de apostasía desde su aplicación en la confesión
católica. Se toman los registros públicos de bautismos y los efectos de su trámite.
Posteriormente se contrasta el Derecho del Estado del anterior parágrafo supra sobre
el derecho de la libertad de religión. A partir de la suscripción de los Convenios
internacionales es materia de Derechos Humanos. Y se proyecta la pertinencia de este
tema en Bolivia criticando su estatus de Estado laico. Se trata de la relación, sobre todo,
con la Iglesia católica. Regulando la necesidad de las otras confesiones religiosas se las
diferencia con otros colectivos.

1. Concepto de apostasía

El Diccionario de la lengua española dice del sustantivo apostasía la


“acción y efecto de apostatar. [Deriva] del lat. tardío apostasĭa, y este
del gr. ἀποστασία apostasía” (RAE, 2014). Además, el término apostasía se vincula
con la defección de la fe cristiana. Y en el Código de Derecho Canónico de 1983 la
“apostasía es el rechazo total de la fe cristiana […]” (Canon 751). El acto de apostatar1
se da por la negación –rechazo en absoluto– del objeto formal de la fe2. Es la autoridad
de Dios, donde están supuestamente las ‘verdades reveladas’.

1
Para el Catecismo de la Iglesia Católica, la apostasía es una herida a la unidad religiosa. “De hecho
‘en esta una y única Iglesia de Dios, aparecieron ya desde los primeros tiempos algunas escisiones que
el apóstol [Pablo de Tarso] reprueba severamente como condenables; y en siglos posteriores surgieron
disensiones más amplias en comunidades no pequeñas se separaron de la comunión plena con la Iglesia
católica y, a veces, no sin culpa de los hombres de ambas partes’” (Primera parte, Capítulo III, Artículo
9, párrafo 3 Nº 817).
2
La fe en verdades reveladas es el objeto formal de la Iglesia, en el Catecismo de la Iglesia Católica.
“La incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle
asentimiento. ‘Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que
ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de
la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de
la Iglesia a él sometidos’” (Tercera parte, Capítulo I, Nº 2089 la cursiva es del Catecismo de la Iglesia
Católica).
Sin embargo, en la confesión católica la apostasía es básicamente un delito grave de la
religión. Y su formalización y efectos se delimitan por esta confesión religiosa.
Advirtiendo la coherencia de este argumento, el Tribunal Constitucional del Perú
considera:

[L]a formalización del abandono de la Iglesia católica corresponde ser


reclamada por los recurrentes en las instancias respectivas de dicha Iglesia y
conforme a su ordenamiento jurídico (el Derecho canónico), donde –como
señala el demandado […] podrán impugnar la respuesta que reciban de estar
disconformes (STC 928-2011-PA/TC, fundamento Nº 18).

La Sentencia Constitucional citada plantea en el fondo la incompetencia de una tutela


efectiva del Estado hacia sus habitantes sobre este tema. Pues, no hay ningún
impedimento al derecho de abandonar la religión. Para activar la tutela constitucional
debe haber una supuesta vulneración de derechos constitucionales. La jurisprudencia
constitucional peruana deslinda la aplicación plena de derechos de la libertad religiosa.
Por un lado, señala a la persona interesada la vía competente para requerir la defección
de una confesión. Y, por el otro, limita a las confesiones religiosas la vigencia de su
autonomía jurídica.

No obstante, la jurisprudencia peruana (STC 928-2011-PA/TC) arriba a la ponderación


de derechos en materia de libertad religiosa:

[Q]ue no compete a la justicia constitucional ordenar la formalización del


abandono de la Iglesia católica, la falta de dicha formalización en nada
perjudica o perturba –como se ha sustentado supra– el derecho del menor hijo
de los recurrentes para ejercer, cumplidas las condiciones relativas a su edad,
su libertad religiosa y cambiar de religión o de creencias, ni afecta el derecho
de sus padres para que lo eduquen conforme a las convicciones religiosas y
morales de éstos. En definitiva, la ausencia del acto formal de abandono de una
confesión religiosa, no vulnera la libertad para el acto material de abandono de
ella, pues este último viene amparado por el derecho de libertad religiosa,
mientras que el primero corresponde al campo de la autonomía de las
confesiones religiosas (STC 928-2011-PA/TC, fundamento Nº 19 la cursiva es
de la STC).

El fundamento Nº 19 de esta Sentencia niega, explícitamente, la respuesta de una


supuesta colisión del Derecho del Estado con el Derecho Eclesiástico. No se vulnera
en nada el desarrollo de la personalidad de las y los ciudadanos. Entonces se le da la
tuición a la Iglesia Católica para conocer las solicitudes de formalización de abandono
de la fe. Por el contrario, las y los ciudadanos pueden desenvolverse en la
materialización del abandono de la religión. Esta vez son protegidos y tutelados por las
garantías constitucionales del Estado.

A continuación se abordan las modificaciones al procedimiento de apostar en la fe


católica. Entre ellas el trámite de recepción exterioriza la declaración de voluntad libre
de formalizar este abandono de esta comunidad. Para este fin se publica la Carta
aclaratoria del 2006 del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos.

2. La declaración formal de apostatar

No existe un procedimiento oficial de formalizar la apostasía de los feligreses. La


emisión de esta Carta aclaratoria3 del legislador canónico se refiere a los requisitos y
al procedimiento para dar curso a la apostasía. La Carta fue dirigida a las Conferencias
Episcopales4 en todo el mundo. Para el Actus Formalis Defectionis Ab Ecclesia
Catholica se necesita “[r]eunir conjuntamente […] la decisión interna de salir de la

3
Cf. Actus Formalis Defectionis Ab Ecclesia Catholica, Carta aclaratoria de 13 de marzo. Prot. Nº
10279/2006.
4
La apostasía y su regulación intra-eclesial es frecuente en países europeos como Francia, Bélgica,
Alemania, Italia y, sobre todo, España. En España “[l]legaron a verificarse alrededor de 1500 solicitudes
de cancelación de los datos personales de los libros parroquiales de bautismo […]. En todos estos casos,
los interesados manifestaban su voluntad de dejar de ser considerados miembros de la Iglesia católica,
mediante una declaración de abandono formal de la Iglesia, en ejercicio de su derecho a la libertad
religiosa” (Ruano, 2014: 309).
iglesia católica, la actuación […] externa de esta decisión, y la recepción por parte de
la autoridad competente, de esa decisión” (Ruano, 2014: 321). El procedimiento
anterior lleva a la anotación marginal de la apostasía en la partida de bautismo.
Asimismo, se eliminan otros registros estadísticos ―banco de datos, ficheros― o
correspondencia de la Iglesia hacia el impetrante.

La apostasía consta de efectos jurídico-canónicos en la Iglesia Católica. En la fe


católica constituye un “delito” de la religión (Cf. Canon 1364 § 1). Con consecuencias
latae sententiae, o sea, se incurre en excomunión. El apóstata es considerado tal sin
necesidad que sea declarada o impuesta. La manifestación pública de este tipo se
considera “delito consumado” (Cánones 1311, 1330). Haciéndose con noticia a
terceros, produce efectos canónicos. También se le niega al apóstata otros
“sacramentos” por excomunión (Cf. 1331 § 1, 2º y 915). Y posterior a la apostasía es
“la negación de exequias” en el rito católico a aquellos apóstatas que no se arrepienten
antes de morir (Cf. Cánones 1184 § 1, 1º y 1185). Direccionando así se margina de
encargos “como padrino” de bautismo y la confirmación (Cf. 874 § 1, 4º y 893 § 1). Es
exclusiva la licencia del “Ordinario del lugar” –un Vicario judicial o Arcipreste. Esta
licencia sirve para administrar el matrimonio canónico entre un feligrés y un apóstata
(Cf. Canon 1071 § 1, 5º).

Acto seguido, se diferencia a la jurisdicción tutelar del Derecho del Estado en la


protección de los derechos fundamentales y los derechos humanos en general. Y se
distingue el reconocimiento de la separación, abandono o cambio de religión. Hace
parte de la personalidad de los sujetos de la protección internacional, regional e interna
del ordenamiento jurídico positivo.
3. Derecho a la libertad de religión

La aplicación de este derecho fundamental, anteriormente de primera generación, “[…]


protege al individuo frente a cualquier coacción en la adopción de decisiones relativas
a sus creencias” (Garcimartín, 2014: 345). Pues, la libertad religiosa tiene una noción
compuesta de dos partes. La primera está en el fuero de la conciencia. “[C]onsiste en
el derecho que se reconoce a todo ser humano de tener en materia de religión, las
creencias íntimas que estén más de acuerdo a su razón, su tradición y educación”
(Hayes, 2007: 86). Por el otro, la libertad de “culto” se dirige a la exteriorización de
una fe en actos públicos (Cf. Hayes, 2007: 86).

Los sujetos de protección del derecho de la libertad de religión –con sus derivados–
pueden ser creyentes de una determinada confesión o no creyentes. La voluntad de vivir
públicamente como libre pensador corresponde a cada individuo. Este tema en materia
religiosa es parte del resto de la comunidad jurídica. Y el derecho a la libertad religiosa
puede proteger a la “persona individual” (Hayes, 2007: 86). Al margen de esta tutela,
también protege a las comunidades de feligreses. De esta manera, el derecho a la
libertad religiosa es de naturaleza individual. Sobresale la tutela a las personas
naturales. También connota colectivamente porque se garantiza el ejercicio público de
un determinado culto. Se ve esto a la luz de los Convenios Internacionales sobre esta
materia.

4. Los Convenios Internacionales sobre la libertad religiosa

La mayoría de los Estados de América Latina –como el caso de Bolivia– suscriben


instrumentos internacionales en materia de DD.HH. Y se aplican preferentemente a los
demás derechos fundamentales del derecho interno. En ese sentido, la Declaración
Universal de Derechos Humanos prescribe:
Toda persona tiene derecho a la libertad […] de religión, este derecho incluye
la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de
manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en
público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia
(Artículo 18).

Igualmente la prelación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos


dispone:

Toda persona tiene derecho a la libertad de […] religión; este derecho incluye
la libertad de tener o de adoptar la religión o las creencias, individual o
colectivamente, tanto en público como en privado, mediante el culto, la
celebración de ritos, las prácticas de enseñanza. Nadie será objeto de medidas
coercitivas que puedan menoscabar su libertad de tener o de adoptar la religión
o las creencias de su elección. La libertad de manifestar la propia religión o las
propias creencias estará sujeta únicamente a las limitaciones prescritas por la
ley que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral
públicos, o los derechos y libertades de los demás (Artículo 18, 1-2-3).

En el contexto regional también la Convención Americana de Derechos Humanos de


San José de Costa Rica afirma:

Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión. Este


derecho implica la libertad de conservar su religión o sus creencias, así como
la libertad de profesar y divulgar su religión o sus creencias, individual y
colectivamente, tanto en público como en privado. Nadie puede ser objeto de
medidas restrictivas que puedan menoscabar la libertad de conservar su
religión o sus creencias o de cambiar de religión o de creencias (Artículo 12).

En síntesis, la libertad de religión –según la SC 1662/2003-R de 17 de noviembre–


alcanza “[…] un amplio ámbito que incluye el tema de culto, el reconocimiento de la
personalidad jurídica de las iglesias y confesiones, el valor especial de sus ritos
relacionados con el estado civil de las personas […]” (Citada en Hayes 2007: 88). La
cobertura de este derecho en la jurisprudencia constitucional boliviana señala algunos
desenvolvimientos de la personalidad humana. Y en el ordenamiento jurídico peruano
existe el dilema de la objeción de conciencia. Cuando hay “oposición” de parte de una
persona al cumplimiento de un deber jurídico o moral (Cf. Ley Nº 29635, 2010:
Artículo 4).

Finalmente, se da el debate de la apostasía como la formalización del abandono de la


religión. En otras palabras es la regulación jurídica del derecho de religión. Es un
debate contemporáneo en Bolivia. Bajo este criterio se garantiza la vigencia de un
Estado laico. Antes de la promulgación de la actual Constitución el Estado Boliviano
asumía oficialmente a la religión Católica. Además la reconoce como persona de
derecho público mediante la suscripción de “notas reversales” (Cf. CPE, 1967: Arts. 3
y 45; Ley Nº 1644, 1995).

Pero la CPE vigente establece la “separación” entre Iglesia y Estado y declara su


aconfesionalidad o laicidad (Artículo 4). Más allá de reconocer el derecho a la libertad
de religión, todavía en Bolivia se privilegia a la Iglesia Católica. En las Fuerzas
Armadas del Estado Plurinacional se reconoce al ‘Obispado Castrense’. Es parte de la
estructura de esta institución. no hay todavía un reconocimiento y la regulación
equitativos de derechos de la libertad de religión. Es menester la promulgación de una
Ley Marco de Libertad Religiosa.

Bibliografía

GARCIMARTÍN M., María del Carmen (2014). “La apostasía como contenido del
derecho de libertad religiosa. Comentario a la STC 928-2011-PA/TC”. En: Díaz M.,
Óscar; Eto C., Gerardo y Ferrer O., Javier (Coord.) El derecho fundamental de libertad
religiosa. Jurisprudencia y doctrina constitucional. Lima: Tribunal Constitucional del
Perú/Centro de Estudios Constitucionales, pp. 303-334.
Hayes Michel, María Yamile (2007). Los derechos humanos en los instrumentos
internacionales y la jurisprudencia constitucional. Sucre: Gaviota del Sur.
RUANO E., Lourdes (2014). “La apostasía y la pretensión de cancelar la inscripción
del bautismo en los libros parroquiales. Comentario a la STC 1004-PHD/TC”. En: Díaz
M., Óscar; Eto C., Gerardo y Ferrer O., Javier (Coord.) El derecho fundamental de
libertad religiosa. Jurisprudencia y doctrina constitucional. Lima: Tribunal
Constitucional del Perú/Centro de Estudios Constitucionales, pp. 335-370.
Tribunal Constitucional del Perú (2014). “STC 928-2011-PA/TC”. En: Díaz M., Óscar;
Eto C., Gerardo y Ferrer O., Javier (Coord.) El derecho fundamental de libertad
religiosa. Jurisprudencia y doctrina constitucional. Lima: Tribunal Constitucional del
Perú/Centro de Estudios Constitucionales, pp. 471-475.

Documentos consultados

BOLIVIA (2009). Constitución Política del Estado. La Paz: Gaceta Oficial.

BOLIVIA (1993). Convención Americana sobre Derechos Humanos, Pacto de San


José de Costa Rica [1969]. Ley Nº 1430. La Paz: Gaceta Oficial.

ONU (1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos. s.l.: s.e.

ONU (1976). Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. s.l.: s.e.

RAE (2014). Diccionario de la lengua española. Edición del tricentenario. [Disponible


en] http://dle.rae.es/?id=3H0Gh5D (31-05-2016).

VV.AA. (1983). Código de Derecho Canónico. Edición bilingüe. Madrid. BAC.

VV.AA. (1997). Catecismo de la Iglesia Católica. Roma: Editrice Vaticana.

You might also like