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Trata de
observar que la empresa esté en disposición de hacer frente a los pagos, es decir, si
tiene liquidez y satisfacer las obligaciones y deudas, es decir, si es solvente. El
equilibrio financiero viene definido por la posibilidad de dar respuesta con la liquidez de
los activos a la exigibilidad de las deudas.
La definición de esta regla podía traducirse por “el activo no corriente debe ser menor
que los recursos permanentes”.
Esta primera regla debe cumplirse para que no peligre la estabilidad de la empresa.
Entendemos por activos no corrientes a los bienes de una empresa, ya sea tangible
o intangible, que no puede convertirse en líquido a corto plazo y que normalmente son
necesarios para el funcionamiento de la empresa y no se destinan a la venta.
Entendemos por recursos permanentes al patrimonio neto* más el pasivo no
corriente*
El Patrimonio Neto* constituye la parte residual de los activos de la empresa, una vez
deducidos todos los pasivos. Incluye las aportaciones realizadas, ya sea en el momento
de su constitución o en otros posteriores, por sus socios o propietarios, que no tengan
la consideración de pasivos, así como los resultados acumulados u otras variaciones
que le afecten.
Pasivo no Corriente* (exigible a L/P) son las deudas con terceros cuya exigibilidad es
superior a un año, por ejemplo un préstamo con entidad financiera.
El activo no corriente contempla las inversiones en bienes que la empresa necesita para
el desarrollo de la actividad, que se pondría en peligro si se tuvieran que afrontar las
deudas a C/P con la maquinaria, vehículos, local o cualquier otro inmovilizado.
Que el fondo de maniobra sea igual a cero: FM = 0, lo cual implica que el activo corriente
= pasivo corriente. El activo corriente está totalmente financiado con préstamos a corto
plazo, por lo tanto, dificultades en la renovación del pasivo supondrían disminuciones
del activo rentable.
Que el fondo de maniobra sea negativo: FM < 0. Esto supone que parte del activo no
corriente está financiada con recursos a corto plazo. Esta es una situación alarmante,
pues la empresa podría tener problemas para pagar sus deudas y estar cerca de una
suspensión de pagos. Sin embargo, hay empresas, como los hipermercados, que
funcionan con un fondo de maniobra muy pequeño o negativo, es decir, el periodo medio
de pago a proveedores es superior a la duración de su ciclo de explotación.
Que el fondo de maniobra sea positivo: FM> 0, es la situación ideal y supone que parte
del activo corriente está financiada con recursos a largo plazo, lo que da un margen
operativo a la empresa. En general, el FM debe ser positivo y financiar aquellas
inversiones del activo circulante que se consideran como una inversión a largo plazo,
como el stock de seguridad*, o los saldos mínimos de créditos a los clientes…
*¿Qué entendemos por stock de seguridad? Son aquellas existencias (materias
primas, auxiliares, repuestos, productos acabados,…) que se consideran mínimas para
que la empresa no vea interrumpido su proceso productivo, es decir, que no se quede
sin materiales en fábrica o almacén o bien que no pueda atender inmediatamente un
pedido.
*Realizable: Principalmente los derechos de cobro a clientes por las ventas realizadas
o servicios prestados.
Ejemplo práctico que permite analizar las tres reglas de equilibrio financiero.
Se cumple esta primera regla, por tanto la empresa goza de estabilidad desde el punto
de vista de sus inversiones en activo no corriente. No tendrá que vender sus
inmovilizados para atender a las deudas a C/P.
2º.- Parte del activo corriente debe ser financiado por capitales permanentes.
Con los capitales permanentes se cubre todo el activo fijo, todas las existencias y parte
del realizable, por tanto, la empresa no correría riesgo de interrumpir el proceso
productivo, ya que tendría existencias suficientes para cubrir las demandas de sus
clientes (stock de seguridad).
No se cumple esta tercera regla. Ante esta situación podemos pensar que la empresa
se ha endeudado a L/P (préstamos bancarios) y tenga dinero disponible sin necesidad,
o bien que la excesiva financiación a clientes mediante plazos demasiado largos,
provoque la necesidad de recurrir a financiación a L/P.