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Son una familia heterogénea y amplia de bacilos gram negativos que residen en el colon del
hombre sin causar enfermedad aunque con frecuencia son causantes de un número considerable
de infecciones, tanto en pacientes con inmunidad conservada como en inmunodeprimidos ya que
en el paciente hospitalizado las enterobacterias colonizan el tubo digestivo, la orofaringe, el
aparato genitourinario y la piel mientras que en el ambiente hospitalario pueden aislarse del
agua, catéteres, sondas, sueros, antisépticos, equipos de respiración mecánica, etc., nichos
ambientales con los que pueden entrar en contacto los pacientes hospitalizados y debido a su
ubicuidad dentro y fuera del cuerpo a menudo causan infecciones oportunistas, siendo causa
frecuente de infecciones nosocomiales.
Como grupo, las Enterobacterias son las responsables de una tercera parte de los aislamientos en
las bacteriemias, de dos tercios de los aislamientos en gastroenteritis, y de tres cuartas partes de
los aislamientos en infecciones del tracto urinario.
Habitualmente colonizan las diferentes mucosas, especialmente las del tracto gastrointestinal y
urinario, por lo que las infecciones suceden a partir de estas localizaciones.
Entre los factores de riesgo que se estima pueden tener influencia en la colonización y/o infección
se encuentran: la edad y la gravedad del paciente; la duración de la hospitalización y de la estancia
en la UCI, el uso cada vez mayor de técnicas diagnósticas y terapéuticas agresivas (catéteres
intravasculares, urinarios, de gastrostomía o yeyunostomía, endoscopias, la intubación
orotraqueal y la ventilación mecánica; la hemodiálisis y en general cualquier prueba o tratamiento
invasivos), la nutrición parenteral total; el desarrollo de úlceras por presión; la malnutrición; la
procedencia de una residencia asistida; el empleo de potentes inmunosupresores, las estancias
hospitalarias prolongadas, ciertas enfermedades predisponentes como enfermedades
hematológicas, neoplasias, cirrosis, insuficiencia renal crónica, diabetes y en los neonatos, el
haber nacido con bajo peso.
Son organismos gram negativos que poseen una membrana interna (citoplasmática), una cubierta
de peptidoglicano que la rodea, y una compleja membrana externa (pared celular) que comprende
la cápsula y que contiene lipopolisacáridos y porinas (canales para la penetración de antibióticos
y nutrientes). Poseen además una serie de factores de virulencia que son esenciales para la
producción de los diferentes síndromes clínicos.
Otro factor de virulencia en las enterobacterias es su capacidad de producir toxinas, que es una
característica propia de las cepas patógenas de este grupo, dentro de ellas está la hemolisina que
potencia la acción de las fimbrias, una amplia variedad de citotoxinas (entre ellas la toxina
enteropatogénica) y de enterotoxinas causantes de los diferentes síndromes diarreicos.
Las enterobacterias tienen la capacidad de adquirir rápidamente resistencia a los antibióticos.
Dicha resistencia puede estar mediada por plásmidos o ser cromosómica. La mayoría de las
enterobacterias poseen plásmidos, que son unidades de ADN extracromosómico que se
autorreplican y que transportan su propia estructura de replicación, los plásmidos R tienen un
papel fundamental en la resistencia antibiótica de las enterobacterias y aunque la
multirresistencia antibiótica de estos microorganismos es con frecuencia mediada por plásmidos,
ciertas especies de Citrobacter, Enterobacter, Proteus indol-positivo, Providencia o Serratia
poseen un gen cromosómico que codifica una Betalactamasa de Amplio Espectro, inducida por la
presencia de algunos betalactámicos.
En los últimos años un porcentaje cada vez mayor de estas bacterias, especialmente Klebsiella
spp. y Enterobacter spp. se han hecho resistentes incluso a las cefalosporinas de tercera
generación debido al desarrollo de Betalactamasas de Espectro Ampliado. Por otro lado, el
desarrollo de resistencia a quinolonas es cada vez más preocupante y está relacionado con el
consumo indiscriminado de estos antibióticos en el ámbito extrahospitalario.
Aunque la resistencia a los betalactámicos está definida por distintos mecanismos (producción de
enzimas, alteraciones de la permeabilidad, alteración de la diana y, presumiblemente, expresión
de bombas de eliminación activa), el principal mecanismo de resistencia a betalactámicos en
Enterobacterias es el enzimático, por producción de las betalactamasas aunque debe considerarse
también que en algunos casos la resistencia obedece a la asociación de distintos mecanismos de
resistencia.
Un ejemplo de esta última situación lo constituyen las cepas de Enterobacter, Escherichia Coli y
Klebsiella Pneumoniae con sensibilidad disminuida o resistencia a carbapenemasas. En estos
casos se observa una disminución de la permeabilidad asociada a una hiperproducción de la
betalactamasa cromosómica en el primero y a una betalactamasa plasmídica de clase C en los
otros dos. Por supuesto, la adquisición de multirresistencia puede llevar a la ineficacia de la
mayoría de los antimicrobianos utilizados en la práctica clínica.
La familia Enterobacteriaceae consta de varios géneros: Escherichia, Shigella, Klebsiella,
Enterobacter, Hafnia, Serratia, Proteus, Morganella, Providencia, Salmonella, Yersinia,
Edwardsiella, Citrobacter 10
Las formas clínicas dependen del contexto epidemiológico en que se produce cada infección.
Fuera de las UCI y en los casos esporádicos tanto intra como extrahospitalarios, producen
fundamentalmente infecciones urinarias y de las heridas quirúrgicas.
Es el agente causal más frecuente de las infecciones desarrolladas durante la estancia hospitalaria
de los enfermos. La forma habitual de contagio es la fecal, aunque en infecciones hospitalarias
puede existir una transmisión a través de los fómites.
Los portadores sintomáticos o asintomáticos, madres y personal de las guarderías, son los que
transmiten la enfermedad en la mayoría de los casos de diarreas infantiles en estos centros.
Las infecciones más frecuentes debidas a Echerichia Coli son las urinarias, que se produce por el
paso del microorganismo a la zona periuretral y con posterioridad a la vejiga a través de la uretra,
aunque son muchos los síndromes clínicos que pueden estar causados por ella.
La Echerichia Coli es una de las etiologías más frecuentes de las infecciones de la vía biliar,
ocasionando episodios de colecistitis, colangitis o incluso abscesos hepáticos múltiples por
colonización ascendente. La existencia de litiasis en el árbol biliar o las manipulaciones previas
del mismo, por endoscopia o cirugía, son los factores de riesgo más importantes para el desarrollo
de las infecciones a dicho nivel.
Puede producir abscesos en cualquier localización. No son infrecuentes a nivel del tejido celular
subcutáneo secundarios a la infección de las heridas operatorias, a isquemia arterial de las
extremidades inferiores o a lesiones repetidas por inyecciones subcutáneas. Así mismo ocasiona
de forma excepcional un gran número de infecciones como artritis sépticas, endoftalmitis,
tiroiditis supurativa, abscesos cerebrales, endocarditis, osteomielitis, prostatitis, sinusitis y
tromboflebitis séptica.
La Echerichia Coli es uno de los microorganismos más frecuentes de bacteriemia, siendo sus focos
primarios el material protésico, en forma de catéteres endovenosos o tubos endotraqueales, o los
tractos urogenital, gastrointestinal o respiratorio.
Causas
Entre las muchas cepas de Escherichia coli (E. coli), solo unas pocas provocan diarrea. Un grupo
de E. coli, que incluye O157:H7, produce una toxina muy potente que daña el revestimiento del
intestino delgado, lo que puede causar diarrea con sangre. Contraes una infección por E. coli
cuando ingieres esta cepa de la bacteria.
A diferencia de otras bacterias que causan enfermedades, la E. coli puede provocar una infección
aunque la ingieras en pequeñas cantidades. Por esta razón, puedes enfermarte por E. coli por
comer una hamburguesa poco cocida o por tragar un poco de agua de un estanque.
Las fuentes potenciales de exposición son los alimentos y agua contaminados y el contacto
persona a persona.
Alimentos contaminados
La forma más frecuente de adquirir una infección por E. coli es comer alimentos contaminados,
tales como los siguientes:
Carne de res picada. Cuando el ganado se carnea y se procesa, la bacteria E. coli alojada en sus
intestinos puede llegar a la carne. La carne de res picada combina carne de muchos animales
diferentes, lo que aumenta el riesgo de contaminación.
Leche sin pasteurizar. La bacteria E. coli alojada en la ubre de una vaca o en el equipamiento de
ordeñe puede ingresar en la leche sin procesar.
Productos frescos. Los vertidos de las granjas ganaderas pueden contaminar los campos donde
crecen los productos frescos. Algunos vegetales, como la espinaca y la lechuga, son
particularmente vulnerables a este tipo de contaminación.
Agua contaminada
Las heces humanas y animales pueden contaminar el agua subterránea y de superficie, como
arroyos, ríos, lagos y el agua que se usa para regar los cultivos. Aunque la red pública de agua
potable usa cloro, luz ultravioleta u ozono para matar la E. coli, algunos brotes se han relacionado
con el suministro de agua municipal contaminada.
Los pozos privados son un motivo de preocupación mayor porque, por lo general, no poseen
ningún sistema desinfectante. Los suministros de aguas rurales tienen la mayor probabilidad de
estar contaminados. Algunas personas también se infectaron después de haber nadado en
estanques o lagos contaminados con heces.
Contacto personal
La bacteria E. coli puede propagarse de persona a persona con facilidad, especialmente, cuando
los adultos y niños infectados no se lavan las manos correctamente. Los miembros de la familia
de niños con infección por E. coli tienen más probabilidades de adquirirla. Los brotes también
han ocurrido entre niños que visitaron zoológicos interactivos y establos de animales en ferias del
condado.
Factores de riesgo
La Escherichia coli puede afectar a cualquier persona expuesta a la bacteria. Sin embargo, algunas
personas son más propensas que otras a manifestar problemas. Los factores de riesgo son los
siguientes:
Edad. Los niños pequeños y los adultos mayores corren un mayor riesgo de padecer una
enfermedad provocada por Escherichia coli, así como complicaciones más graves a causa de la
infección.
Sistemas inmunitarios debilitados. Las personas que tienen sistemas inmunitarios debilitados —
debido al sida, o a medicamentos para tratar el cáncer o para prevenir el rechazo de los trasplantes
de órganos— tienen más probabilidades de enfermarse por la ingestión de Escherichia coli.
Comer ciertos tipos de alimentos. Los alimentos más riesgosos son las hamburguesas mal
cocinadas; la leche, el jugo de manzana o la sidra sin pasteurizar; y los quesos blandos elaborados
con leche cruda.
Época del año. Aunque la razón no está clara, la mayoría de las infecciones por Escherichia coli
en los Estados Unidos se producen de junio a septiembre.
Disminución de los niveles de ácido estomacal. El ácido estomacal ofrece cierta protección contra
la Escherichia coli. Si tomas medicamentos para reducir los niveles de ácido estomacal, como el
esomeprazol (Nexium), el pantoprazol (Protonix), el lansoprazol (Prevacid) y el omeprazol
(Prilosec), puedes aumentar el riesgo de padecer una infección por Escherichia coli.
Complicaciones
La mayoría de los adultos se recuperan de la enfermedad de la E. coli en una semana. Algunas
personas, en particular los niños pequeños y los adultos mayores, pueden padecer una forma de
insuficiencia renal que puede poner en riesgo la vida, denominada «síndrome urémico
hemolítico».
Prevención
Conozca sus probabilidades de tener intoxicación alimentaria. Las personas con una mayor
probabilidad de tener una enfermedad transmitida por los alimentos son las mujeres
embarazadas, los recién nacidos, los niños, los adultos mayores y las personas con el sistema
inmunitario debilitado, como las personas con cáncer, diabetes o VIH/sida.
Adopte prácticas apropiadas de higiene, como lavarse bien las manos.
Lávese bien las manos después de usar el baño y cambiar pañales.
Lávese las manos antes y después de preparar o consumir alimentos.
Lávese bien las manos después de tocar los animales o sus entornos (las granjas, los zoológicos
interactivos, las ferias, incluso su propio patio).
Lávese bien las manos antes de preparar o darle el biberón o alimentos a los bebés o niños
pequeños, antes de tocar la boca de un bebé o niño pequeño y antes de tocar chupetes u otras
cosas que tengan contacto con la boca de un bebé o niño pequeño.
Mantenga limpios todos los objetos que los bebés y niños pequeños se llevan a la boca (como
chupetes y mordedores).
Si no tiene agua y jabón disponibles, use un limpiador de manos a base de alcohol que contenga
al menos 60 % de alcohol (verifíquelo en la etiqueta del producto). Estos productos con alcohol
pueden reducir rápidamente el número de microbios en las manos en algunas situaciones, pero
no deben sustituir el lavado con agua corriente y jabón.
Siga los cuatro pasos para la seguridad alimentaria cuando prepare alimentos: limpiar, separar,
cocinar y refrigerar.
Cocine bien las carnes:
Para matar microbios nocivos, cocine los bistecs de ternera y los asados a una temperatura interna
de al menos 145 °F (62.6 ˚C) y permita que reposen durante 3 minutos después de retirar la carne
de la parrilla o de la estufa.
Cocine la carne molida de res y de cerdo a una temperatura interna mínima de 160 °F (70 ˚C).
Use siempre un termómetro de alimentos para asegurarse de que la carne haya alcanzado una
temperatura interna segura porque usted no puede saber si la carne está cocida de forma segura
al mirar su color.
No cause la contaminación cruzada en las áreas donde prepara los alimentos. Lávese bien las
manos y limpie los mesones, las tablas de cortar y los utensilios después de que hayan estado en
contacto con carnes crudas.
Evite consumir leche cruda y productos lácteos y jugos no pasteurizados*
(como sidra fresca de manzanas).
No trague agua al nadar y al jugar en lagos, estanques, arroyos, piscinas y piscinas para niños en
los patios
Alimentos riesgosos
Cocina las hamburguesas hasta que alcancen los 160 °F (70 °C). Las hamburguesas deben estar
bien cocidas, sin que se vea ninguna parte rosada en la carne. Pero el color no es un indicador
confiable para saber si la carne terminó de cocinarse o no. La carne, en especial si se cocina a la
parrilla, puede tomar un color marrón antes de que esté cocida por completo.
Por eso es importante usar un termómetro para carnes a fin de asegurarte de que la carne alcanzó,
por lo menos, los 160 °F (70 °C) en la parte más gruesa.
Bebe leche, jugos y sidra pasteurizados. Todos los jugos en caja o en botella que se conservan a
temperatura ambiente probablemente están pasteurizados, incluso si la etiqueta no lo dice.
Lava los alimentos crudos con cuidado. Lavar los alimentos no necesariamente eliminará la
E. coli, en especial, si se trata de verduras de hoja, las cuales proporcionan muchos lugares para
que las bacterias se adhieran. Un enjuague minucioso puede eliminar la suciedad y reducir la
cantidad de bacterias que puedan estar adheridas al alimento.
Evita la contaminación cruzada
Lava los utensilios. Usa agua caliente y jabón para lavar los cuchillos, las mesadas y las tablas para
cortar, antes y después de que entren en contacto con los alimentos frescos o la carne cruda.
Mantén separados los alimentos crudos. Esto comprende usar distintas tablas para cortar para la
carne cruda y los alimentos crudos, como las verduras y las frutas. Nunca pongas las
hamburguesas cocidas en el mismo plato que usaste cuando estaban crudas.
Lávate las manos. Lávate las manos después de preparar o comer la comida, de ir al baño o de
cambiar los pañales. Asegúrate de que los niños también se laven las manos antes de comer,
después de ir al baño y después de tocar animales.
Aunque la mayoría de los tipos de E. coli son inofensivos, algunos pueden hacer que usted se
enferme. Aprenda sobre E. coli y lo que puede hacer para reducir su riesgo de infección.
¿Qué es la Escherichia coli?
La Escherichia coli * (abreviado como E. coli) es una bacteria presente en el medioambiente, los
alimentos y en los intestinos de las personas y los animales.
La mayoría de los tipos de E. coli son inofensivos y además son parte importante de un intestino
sano en los seres humanos. Sin embargo, algunos tipos de E. coli pueden causar diarrea,
infecciones del tracto urinario, enfermedades respiratorias, infecciones del torrente sanguíneo y
otras enfermedades. Los tipos de E. coli que pueden causar enfermedades pueden transmitirse a
través del agua o de los alimentos contaminados, o a través del contacto con animales o personas.
¿Qué son las bacterias E. coli productoras de la toxina de Shiga?
Algunos tipos de bacterias E. coli causan enfermedades cuando producen una toxina llamada
toxina de Shiga. Las bacterias que producen estas toxinas se llaman E. coli productoras de la
toxina de Shiga (STEC por su abreviación en inglés).
Los CDC estiman que las infecciones por STEC causan 265 000 enfermedades, 3600
hospitalizaciones y 30 muertes en los Estados Unidos cada año.
¿Quién contrae infecciones por STEC?
Las personas de cualquier edad se pueden enfermar por STEC. Los niños menores de 5 años y los
adultos mayores tienen más probabilidades de enfermarse gravemente y de presentar una
complicación potencialmente mortal llamada síndrome urémico hemolítico (SUH) que otras
personas. Sin embargo, aun los niños y los adultos sanos de cualquier edad pueden enfermarse
gravemente.
¿Cuáles son los síntomas de las infecciones por STEC?
Los síntomas de las infecciones por STEC varían para cada persona, pero con frecuencia incluyen
cólicos estomacales fuertes, diarrea (generalmente con sangre) y vómitos. Si hay fiebre, por lo
general es menos de 101 ˚F. La mayoría de las personas mejoran dentro de los 5 a 7 días. Algunas
infecciones pueden ser muy leves, pero otras pueden ser mortales.
De contagio por medio hospitalario, esta cepa mutante demostró una resistencia contra todos los
antibióticos conocidos. Ya siendo motivo de consideración, generó una mayor inquietud luego de
que una mujer falleciera en Estados Unidos tras ser infectada. La Organización Mundial de la
Salud (OMS) la define como una bacteria intestinal común que se extendió a todas las regiones
del mundo
La OMS detalla que puede producir infecciones nosocomiales, como las neumonías, las
septicemias o las infecciones de los recién nacidos y los pacientes ingresados en unidades de
cuidados intensivos. El ente destacó además que "representa un peligro inmenso" y que, de no
seguir una línea de prevención, el planeta podría entrar en una "era post-antibiótica en la que las
infecciones corrientes podrían empezar a matar".
Klebsiella pneumoniae es un bacilo Gram negativo que habita en el intestino del hombre como
parte de su microbiota; sin embargo, Klebsiella pneumoniae tipo KPC es un clon especial,
productor de una enzima betalactamasa que hidroliza la mayoría de los antibióticos
betalactámicos.
De esta manera, Klebsiella pneumoniae es uno de los principales agentes de infecciones
intrahospitalarias, tales como septicemia, infecciones del aparato respiratorio y vías urinarias. Su
manejo clínico se complica cuando están producidas por cepas resistentes, tema que es un
problema mundial, al cual Chile no está ajeno.
El patógeno puede causar neumonía o bien atacar el hígado, tras entrar al torrente sanguíneo, e
ingresa al cuerpo por distintas vías: a través de una eventual contaminación de los equipos de
ventilación asistida, por la infección de catéteres e incluso por el contacto con superficies
contaminadas en camas, utensilios o los guantes no bien esterilizados del propio personal de salud
freundii produce H2S de ahí que pueda confundirse con Salmonella. El tracto urinario es el lugar
de origen más frecuente de los cultivos de Citrobacter, a menudo asociado a un catéter insertado.
Estas bacterias también pueden cultivarse a partir de las vías respiratorias, un hallazgo que
representa con más frecuencia colonización que infección sintomática. Además, las cepas de
Citrobacter están implicadas en infecciones intraabdominales, infecciones de tejidos blandos y
osteomielitis. C.diversus ha provocado frecuentes brotes nosocomiales de meningitis neonatal.
Las cepas de C. freundii tienen genes ampC inducibles que codifican la resistencia a la ampicilina
y cefalosporinas de primera generación.
SERRATIA MARCESCENS
Es un bacilo Gram negativo de la Familia Enterobacteriaceae que puede encontrarse en la flora
intestinal del hombre y animales, en el ambiente y en reservorios pobres en nutrientes como el
agua potable, cañerías y llaves, así como también en insumos hospitalarios como jabones,
antisépticos, etc.
Su adquisición es mayoritariamente nosocomial, especialmente en unidades de cuidados
intensivos, siendo secreciones respiratorias, heridas y orina, sitios frecuentes de colonización.
Existen reportes de brotes epidémicos de S. marcescens que señalan como potenciales fuentes de
transmisión los equipos de ventilación mecánica, desinfectantes, jabones y manos, otorgándose
un rol fundamental en su origen al quiebre de la técnica aséptica, la reducción en la frecuencia en
el lavado de manos y el incumplimiento de las normas destinadas al control de infecciones
nosocomiales.
Clínicamente, las bacteremias por S. marcescens se presentan con mayor frecuencia en pacientes
con enfermedades de base como diabetes, neoplasias e insuficiencia renal crónica.
Las especies más importantes en medicina humana son Serratia marcescens, Serratia liquefaciens
y Serratia rubidea.
Los miembros de este género producen un pigmento rojo característico, la prodigiosina, y puede
ser distinguidas de los otros miembros de la familia Enterobacteriaceae por su única producción
de tres enzimas: DNasa, lipasa, y gelatinasa.
Las principales puertas de entrada de este microorganismo son la urinaria, respiratoria y vascular.
La mortalidad asociada a este agente oscila entre 25 y 32%.
La Serratia marcescens es un bacilo Gram negativo, anaerobio facultativo, oxidasa negativo,
perteneciente a la familia enterobacteriacea. Crece abundantemente en Agar chocolate, Agar
sangre, Agar MacConkey, produce colonias que pueden ser pigmentadas, ya que genera un
pigmento rojo llamado prodigiosina.
Debido a los crecientes informes de su resistencia antimicrobiana, esta bacteria ha recibido
atención considerable y se ha declarado como un patógeno importante.
En cuanto al tratamiento quimioterapéutico, las cefalosporina de tercera generación, los
aminoglucósidos y las quinolonas serían los antibióticos de elección en el tratamiento de la
infección por Serratia.
Serratia marcescens puede provocar conjuntivitis, queratitis e infecciones en heridas, riñones y
vías urinarias, así como infecciones respiratorias, meningitis y endocarditis. Esta bacteria afecta
especialmente a pacientes hospitalizados y a pacientes que tienen la inmunidad disminuida por
enfermedades sistémicas o tratamientos médicos inmunosupresores.
Aunque pueden producir infecciones de diversas localizaciones de forma aislada, son frecuentes
los brotes epidémicos nosocomiales, siendo la propagación de estos a través de las manos del
personal del hospital o de la administración de fluidos intravenosos contaminados. Las
infecciones más comunes son las infecciones de heridas quirúrgicas, las del tracto respiratorio,
las urinarias y las bacteriemias relacionadas con los catéteres intravenosos. Se han descrito casos
esporádicos de endocarditis en pacientes con prótesis valvulares y de meningitis secundarias a
procedimientos neuroquirúrgicos. No son excepcionales las infecciones de las quemaduras
extensas. Los pacientes diabéticos o aquellos con granulocitopenia son muy susceptibles para
presentar infecciones por este germen.
ENTEROBACTER
Hábitad; Podemos encontrarla en las materias fecales, las aguas residuales o sucias y los
productos lácteos. Su hábitat privilegiado es el intestino humano y animal.
Salmonella enterica es la especie tipo y se divide en seis subespecies6 que incluye sobre 2.500
serotipos.
No desarrollan cápsula (excepto el serotipo Typhi7) ni esporas. Son bacterias móviles que
producen ácido sulfhídrico (H2S). Emplean glucosa por poseer una enzima especializada, pero no
lactosa, y no producen ureasa ni tienen metabolismo fermentativo.
Algunas salmonelas son comunes en la piel de tortugas y de muchos reptiles, por lo que se deben
tomar precauciones cuando se manipula este tipo de mascotas a la vez con alimentos.
El hábitat natural de estas especies normalmente es en los intestinos de cualquier tipo de animal
homeotermo (incluidos humanos).
La mayoría de los brotes gastrointestinales por Salmonella se han asociado con algunos productos
avícolas como son el huevo y el pollo y, con menos frecuencia, con alimentos contaminados por
manipulación.
ACINETOBACTER
Acinetobacter es también una importante fuente de infección en los hospitales para los pacientes
debilitados.1 Son capaces de sobrevivir en diversas superficies (tanto húmedas como secas) en el
ámbito hospitalario. Ocasionalmente son aislados de los productos alimenticios y algunas cepas
son capaces de sobrevivir sobre diversos equipos médicos e incluso sobre la piel humana sana.
El sitio más común de infección es el sistema respiratorio. Acinetobacter coloniza fácilmente los
orificios de traqueostomía y puede causar bronquiolitis y traqueobronquitis extrahospitalarias en
niños sanos, y traqueobronquitis en adultos inmunocomprometidos. Las neumonías
intrahospitalarias por Acinetobacter suelen ser multilobulares y complicadas. La bacteriemia
secundaria y el shock séptico se asocian con un mal pronóstico.
Las especies de Acinetobacter también pueden causar infecciones supurativas (p. ej., abscesos) en
muchos órganos y aparatos, como los pulmones, el tracto urinario, la piel y los tejidos blandos;
puede producirse una bacteriemia.
Es difícil determinar la importancia del aislamiento de estas especies en muestras clínicas, como
secreciones respiratorias de pacientes intubados o muestras de heridas abiertas, porque a
menudo refleja una colonización.
Factores de riesgo
Tipo de infección Factores de riesgo.
Intrahospitalaria Colonización fecal por Acinetobacter
Permanencia en UCI
Dispositivos implantados
Tiempo de permanencia en el hospital
Respiración asistida
Nutrición parenteral
Infección previa
Cirugía
Tratamiento con antibióticos de amplio espectro
Heridas
Extrahospitalaria Alcoholismo
Tabaquismo
Enfermedad pulmonar crónica
Diabetes mellitus
Residencia en un país en desarrollo, en una región tropical
Resistente a múltiples Exposición a pacientes colonizados o infectados
fármacos Procedimientos invasivos
Respiración asistida, en especial si es prolongada
Internación prolongada (especialmente en UCI)
Transfusión de productos sanguíneos
Uso de antibióticos de amplio espectro (cefalosporinas de tercera
generación, carbapenémicos, fluoroquinolonas)
Resistencia a antibióticos
Tratamiento
En pacientes con celulitis o flebitis asociadas con un cuerpo extraño (un catéter, una sutura), suele
ser suficiente la extracción de este elemento más cuidados locales. La traqueobronquitis después
de una intubación endotraqueal puede resolver con el lavado pulmonar solamente. Los pacientes
con infecciones más extensas deben tratarse con antibióticos y desbridamiento de ser necesario.
El AB ha tenido desde siempre una resistencia intrínseca a muchos antimicrobianos. Las cepas
multirresistentes se definen como aquellas resistentes a 3 clases o más de antibióticos; algunas
cepas son resistentes a todos ellos. Antes de disponer de los resultados de las pruebas de
susceptibilidad, las posibles opciones iniciales incluyen un carbapenem (p. ej., meropenem,
imipenem, doripenem), colistina, o una fluoroquinolona más un aminoglucósido, rifampicina, o
ambos. El sulbactam (un inhibidor de las beta-lactamasas) tiene actividad bactericida intrínseca
contra muchas cepas de AB multirresistente. La tigeciclina, un antibiótico de la familia de
glicilciclinas, también es eficaz; sin embargo, se han informado actividades muy bajas y la
aparición de resistencia durante la terapia. La minociclina tiene actividad in vitro.
Las infecciones leves a moderadas pueden mejorar con una monoterapia. Las infecciones de
heridas traumáticas pueden tratarse con minociclina. Los cuadros más graves se tratan con
terapias combinadas, generalmente imipenem o ampicilina/sulbactam más un aminoglucósido.
Las infecciones por A. baumannii (AB) representan el 80% de las infecciones, y tienden a
producirse en pacientes críticos internados.
El sitio más común de infección es el sistema respiratorio, pero las especies de
Acinetobacter también pueden causar infecciones supurativas en cualquier sistema de
órganos.
El AB multirresistente se ha convertido en un problema; administrar un tratamiento con
múltiples fármacos basándose en las pruebas de susceptibilidad.
El interés de A. baumannii como patógeno nosocomial cada vez es mayor; sin embargo, poco se
sabe acerca del reservorio natural y de su modo de transmisión. Algunas cepas pueden sobrevivir
en el ambiente hospitalario durante años debido a su resistencia a los antibióticos o a la
supervivencia en ambientes secos inanimados, como el equipo médico reutilizable, almohadas,
sábanas y otros componentes de las camas de los hospitales, guantes, etc. De igual modo se han
aislado en la piel de individuos sanos, del personal sanitario, etc..
Tratamiento
Por el amplio rango de mecanismos de resistencia, la elección del tratamiento empírico debe
basarse de acuerdo a la epidemiología local y en el riesgo que tiene el paciente para adquirir una
cepa resistente. Antes de iniciar la terapia, debemos considerar que Acinetobacter puede colonizar
la piel, faringe, vía digestiva, uretra, conjuntiva y vagina. Por ello, primero tenemos la obligación
de considerar, si la cepa aislada en el cultivo se trata de una infección invasiva o solo se trata de
una colonización, evitando el sobre uso de antibióticos. Acinetobacter MDR se define como la
resistencia a carbapenémicos o resistencia a tres clases de antimicrobianos100 y pan-resistencia
cuando incluye a polimixinas.
Antibióticos ß-lactámicos: cuando Acinetobacter es susceptible, los ß-lactámicos constituyen
el tratamiento de elección por su efecto bactericida y amplia distribución en todo el organismo.
Estas cepas susceptibles deben ser tratadas con cefalos-porinas de tercera o cuarta generación
como la cefotaxime, ceftriaxone o cefepime, porque la presencia de ß-lactamasas intrínsecas
inactivan las penicilinas, cefalosporinas de primera y segunda generación.
Los informes clínicos de pacientes infectados por A.baumannii resistente a polimixinas son
escasos. Sin embargo, su mayor empleo en pacientes críticamente enfermos puede conducir a la
emergencia de resistencia. La aparición de resistencia se relaciona con el uso previo de colistina
que incrementaría la emergencia de resistencia durante la terapia. La resistencia innata a colistina
es común en ciertas especies de Acinetobacter como el A.junii. En áreas con alta prevalencia de
Acinetobacter resistente a carbapenémicos y sulbactam, las polimixinas deben ser consideradas
como un componente de la terapia empírica en infecciones severas.
Finalmente, un triple esquema con colistina, un lipopéptido o glucopéptido y otro agente activo
contra A. baumannii MDR como tigeciclina o carbepenémicos deben ser investigados en la
práctica clínica. Sin embargo, se necesitan futuras investigaciones que proporcionen datos
clínicos evidentes para apoyar estas combinaciones.167
Prevención
Entre las estrategias para evitar la resistencia antimicrobiana, se destaca la prevención de las
infecciones asociadas con el personal de salud, optimización del diagnóstico, tratamiento de las
infecciones considerando la adecuada elección, dosis y duración del tratamiento antimicrobiano,
prevención de la transmisión cruzada de patógenos resistentes. El control de la resistencia
antimicrobiana requiere el apoyo de la microbiología clínica, un programa activo de prevención
de infecciones y un efectivo proceso de intercambio de información entre los microbiólogos,
epidemiólogos y médicos.
Por la habilidad que posee Acinetobacter para sobrevivir durante semanas en condiciones de
sequedad, es esencial la desinfección rutinaria del equipo médico y superficies que fueron tocadas
por el personal de salud para prevenir la transmisión al paciente susceptible (ver tabla 2).
PSEUDOMONAS AERUGINOSA
Como otras Pseudomonas, P. aeruginosa secreta una variedad de pigmentos como piocianina
(azul verdoso), fluoresceína (amarillo verdoso fluorescente) y piorrubina (rojo pardo). King,
Ward, & Raney desarrollaron Pseudomonas Agar P (también conocido como "medio King A") para
mejorar la producción de piocianina y piorrubina; y Pseudomonas Agar F (también conocido
como "medio King B") para la fluoresceína.3
Etimológicamente, 'pseudomonas' significa 'falsa unidad', del griego pseudo, que significa 'falso',
y monas, que significa unidad simple. El nombre fue usado inicialmente en la historia de la
microbiología como sinónimo de gérmenes. Aeruginosa , el nombre latino para el cardenillo u
"óxido de cobre", describe el pigmento azul verdoso bacteriano visto en los cultivos de laboratorio
de P. aeruginosa. La biosíntesis de piocianina es regulada por mecanismos homeostáticos, como
en una biopelícula asociada con la colonización de P. aeruginosa en los pulmones de los pacientes
con fibrosis quística
Trasmisión: Por aire, el agua contaminada es buena fuente, es posible transmitir la bacteria,
por medio de gotitas de saliva, en hospitales (nosocomios) en especial en aquellos que no cuenten
con proceso de sanitización adecuado de áreas, equipos, médicos, enfermeras y/o personal que
este en contacto con el paciente enfermo. El periodo de incubación oscila entre las 24h y 72h.
Esta bacteria tiene un gran arsenal de factores de virulencia por lo que su patogenicidad es alta,
este microorganismo causa muchos tipos de infecciones, sobre todo en pacientes
inmunocomprometidos y pacientes en nosocomios (hospitales), mencionare las infecciones más
comunes.
*Infección de ojos. Principalmente queratitis (infección en la cornea), la bacteria se introduce
en el ojo por medio de alguna herida, como por ejemplo la causada por un lente de contacto.
*Infección auditiva. Es una infección que se da en la zona exterior del oído, generalmente se
adquiere después de nadar debido a que residuos de agua quedan depositados en los pliegues
exteriores del oído.
*Infección del sistema urinario. Al igual que la pulmonía las infecciones del sistema urinario
suelen ser adquiridas en el nosocomio, y se relacionan con intervenciones quirúrgicas.
*Infección en quemaduras. Estas infecciones son muy comunes debido a que la piel quemada
pierde su función de barrera y la bacteria encuentra una entrada de fácil acceso hacia el paciente
y la producción de biopelicula aumenta la virulencia de las cepas de Pseudomonas causando
infecciones graves que en ocasiones comprometen tejidos blandos del paciente.
STAPHYLOCOCCUS
Staphylococcus (del griego σταφυλή, staphylḗ, "racimo de uvas" y κόκκος, kókkos, "gránula") es
un género de bacterias estafilococáceas de la clase Cocci. Comprende microorganismos que están
presentes en la mucosa y en la piel de los humanos y de otros mamíferos y aves, incluyendo a 35
especies y 17 subespecies, muchas de las cuales se encuentran en los humanos. Las especies que
se asocian con más frecuencia a las enfermedades en humanos son Staphylococcus aureus (el
miembro más virulento y conocido del género), Staphylococcus epidermidis, Staphylococcus
saprophyticus, Staphylococcus capitis y Staphylococcus haemolyticus.
Muchas personas sanas generalmente tienen estafilococos en la piel, la nariz u otras áreas del
cuerpo. La mayoría de las veces, el microbio no causa una infección ni síntomas. Esto se denomina
ser colonizado con estafilococos. Estas personas se conocen como portadores y pueden propagar
el estafilococo a otros. Algunas personas colonizadas por el estafilococo contraen una infección
estafilocócica real que las hace enfermar.
La mayoría de los estafilococos se propagan por el contacto de piel a piel. También se pueden
propagar cuando usted toca algo que los contiene, como ropa o una toalla. Los estafilococos
pueden ingresar a través de una ruptura en la piel, como cortaduras, raspaduras o granos. Por lo
general, la infección es menor y permanece en la piel. Sin embargo, ésta puede propagarse a mayor
profundidad y afectar la sangre, los huesos o las articulaciones. Órganos como los pulmones, el
corazón o el cerebro también pueden verse afectados. Los casos graves pueden ser mortales.
Los estafilococos crecen fácilmente sobre casi todos los medios bacteriológicos, en cultivos
pueden aparecer rápidamente generando así ser tratadas con antibióticos por el cual sería
eliminada su crecimiento es mejor en el medio sal manitol y agar sangre. Es un coco anaerobio
facultativo, esto significa que puede crecer tanto en condiciones con oxígeno como carente de éste.
Su mayor velocidad de crecimiento es a 5 - 25 °C; pero también se puede ver en activa fisión
binaria entre 30 y 27 °C. Además, producen catalasa, lo que los diferencia de los estreptococos.
Tiene importancia médica principalmente el S. aureus, y en humanos además de éste, el S.
saprophyticus y el S. epidermidis.Esta bacteria puede causar daños en diferentes organismos del
cuerpo si no se da el tratamiento necesario para combatirla.
Staphylococcus aureus es uno de los microorganismos que se aísla con mayor frecuencia en las
infecciones nosocomiales y comunitarias y presenta una patogenicidad variable que le permite
causar desde infecciones banales hasta infecciones con compromiso vital (endocarditis,
septicemias, meningitis). Cuando Staphylococcus aureus se hace resistente a la meticilina se
denomina S. aureus resistente a la meticilina, conocido con las siglas SARM o MRSA.
Las infecciones por Staphylococcus aureus meticilino resistente (SAMR) ocurren clásicamente en
individuos con factores relacionados a los servicios de salud (cirugía previa, hospitalización,
cateterismo endovenoso, usuario de diálisis, etc.). Sin embargo desde los 90s se empezaron a
describir infecciones por SAMR en grupos de personas sin los factores clásicos arriba
mencionados empezándose a reconocer como infecciones de SAMR adquiridos en la comunidad
(AC) para diferenciarlo de aquellos adquiridos en el hospital (AH). Estas primeras observaciones
fueron hechas en grupos de niños, hombres que tenían sexo con hombres, equipos de jugadores,
internos de cárceles, entre otros. Posteriormente, la presentación de esta infección se volvió más
frecuente en algunos países desarrollados. Moran et al. describieron una prevalencia casi del 60%
de SAMR en infecciones de piel y partes blandas en las salas de emergencia en varios hospitales
de USA en el 2004.
En la actualidad no hay un consenso para definir SAMRAC pero la mayoría de autores ha utilizado
la definición promovida por los Centros de Control de Enfermedades de E.E. U.U. (CDC por sus
siglas en inglés), que la define como la identificación de SAMR en un paciente con signos de
infección que viene de la comunidad o que está hospitalizado menos de 48 horas sin historia
previa de colonización o infección por SAMR, sin antecedente de hospitalización o internamiento
en una casa de reposo en el último año, sin historia de diálisis, cirugía, portador de catéter
permanente o instrumentos médicos que atraviesen la piel. Si bien las infecciones por SAMR-AC
y -AH tienen en común que son resistentes a la meticilina, presentan diferencias tanto clínicas,
fenotípicas, y moleculares, así como de manejo, las cuales revisaremos a continuación.
S. aureus forma parte de la flora normal de la piel, su principal reservorio lo constituyen las fosas
nasales anteriores representando un factor de riesgo muy importante de infecciones
nosocomiales. El mecanismo de transmisión más importante de esta bacteria es por contacto
directo, las manos son un factor importante en la transmisión de este microorganismo desde piel
y mucosas a los pacientes, los cuales podrían encontrarse inmunodeprimidos4.
El cuadro clínico causado por S. aureus se caracteriza por lesiones en la piel y tejidos blandos
(infección de heridas quirúrgicas y no quirúrgicas, abscesos, celulitis, impétigo ampollar,
foliculitis y forunculosis). También causa enfermedades sistémicas (endocarditis, empiema,
neumonía, artritis séptica, osteomielitis, bacteriemias e infecciones quirúrgicas con prótesis
articulares y óseas). Las toxinas que presenta este microorganismo son causantes del síndrome
de la piel escaldada, síndrome tóxico alimentario y el síndrome del Shock Tóxico.
El tratamiento para esta bacteria puede complicarse por el problema creciente de resistencia a los
antibióticos como es el caso del S. aureus resistente a meticilina (SARM), comprometiendo aún
más el estado de salud de los pacientes hospitalizados que adquirieron esta infección nosocomial
Las cepas habituales de Staphylococcus aureus son resistentes a la penicilina, dejando como los
antibióticos más eficaces para combatirlos a los aminoglucósidos, la oxacilina o la nafcilina.3
Además de la administración del tratamiento antimicrobiano correspondiente, puede ser
conveniente, en función del caso, la eliminación de puertas de entradas como catéteres venosos
permanentes o drenajes quirúrgicos.
PRESENCIA DE BIOFILM O BIOPELÍCULA
Los biofilms se definen como comunidades
de microorganismos que crecen embebidos
en una matriz de polisacáridos y adheridos a
una superficie inerte o un tejido vivo. Su
composición es variable en función del sist
ema en estudio y su principal componente
es el agua que puede representar hasta el 97 % del contenido total.
11,18
La etapa inicial del proceso de formación del biofilm es la adherencia sobre la
superficie. En algunas bacterias gramnegativas, tales como
Pseudomonas aeruginosa
,
Vibrio cholerae
,
Escherichia coli
,
Salmonella enteritidis
, se ha observado que los
flagelos, las fimbrias de ti
po I, IV y los curli son importantes para la etapa de
adherencia primaria. Las propiedades de mo
vilidad ayudan a las bacterias a alcanzar
la superficie y contrarrestar las repulsiones hidrofóbicas. Sin embargo, aunque la
movilidad ayuda al proceso no es un requisito esencial, pues muchas bacterias
grampositivas inmóviles, como los estafilo
cocos, estreptococos y micobacterias son
capaces de formar biofilm. Una vez que la
bacteria se ha adherido a la superficie,
comienza a multiplicarse y se forma una
microcolonia rápidamente. En una etapa
posterior, la bacteria segrega un exopolisacárido que constituye la matriz del biofilm y
forma unas estructuras en forma de red donde se observan canales.
18
Por otra parte,
la presencia de calcio y magnesio contribu
yen a adherencia de las bacterias en el
biofilm y hace que sea más difícil la desinfección.
11
Todas las superficies dentro de un sistema de
tratamiento
RESISTENCIA BLEE
La aparición de los antibióticos
betalactámicos de espectro extendido (piperacilina, ceftazidima, cefotaxima, aztreonam) en los
años 80 conllevó a la emergencia de una nueva clase de enzimas; las betalactamasas de espectro
extendido (BLEE). Estas enzimas constituyen el principal mecanismo de resistencia en
enterobacterias, entre las cuales Klebsiella
pneumoniae
y
Escherichia
coli
l
as
producen con mayor frecuencia
,
y
e
n
menor
proporción
,
son producidas por
bacilos gramnegativos
no fermentadores de la glucosa
(
1
)
.
Las
BLEE son enzimas
capa
ces de inactivar, además de penicilinas y
cefalosporinas de
primera y segunda generación, a las oximino
-
cefalosporinas y al aztr
eonam, pero no a los
carbapeneme
s ni a las cefamicinas y son inhibidas por el ácido
clavulánico
. La aparición de
estas enzimas
se asocia al uso excesivo de cefalosporinas de amplio espectro y aztreonam
.
E
stán codificada
s por
plásmidos qu
e
con frecuencia contienen
otros genes de resistencia
para distintos antimicrobianos, como aminoglucósidos,
tetraciclinas y cotrimoxazol. Además,
por razones poco conocidas, las cepas BLEE (+) son más frecuentemente resistentes a
quinolonas que las cepas no productoras de BLEE
(
2
)
.
La producción de BLEE se presenta con mayor frecuencia en cepas hospitalarias, de
bido a
que los pacientes internados
se exponen a peri
odos prolongados de internación y pueden
adquirir
por contacto con el ambiente
una
cantidad
considerable de bacterias resistentes,
por lo que comúnmente
estos pacientes
desarrollan infecciones por bacterias de mayor
resistencia.
Las
BLEE se encuentra
n
entre los mecanismos de resistencia de mayor
relevancia clíni
ca.
Estas enzimas representan una amenaza para el equipo de salud debido a
que agotan prácticamente la totalida
d de las alternativas terapéuticas, incrementando la
morbimortalidad de los pacientes, aumentando los costos y el período de internación
.
S
e ha
reportado
,
sin embargo
,
un aumento en la producción de BLEE
en aislamientos de la
comunidad
(
3
)
.
E
l diagnóstico
y reconocimiento de estas enzimas
es de mucha utilidad,
pues permite
un
uso
eficaz de la antibioticoterapia
.
L
a detección de BLEE
se r
e
aliza ta
nto por métodos
moleculares
como fenotípicos, entre estos últimos
están los del doble disco y
del disco
combinado,
métodos de bajo costo
yd
e fácil realización, por lo que
se ha
n
recomendado
para la detección
rutinaria en
el laboratorio clínico
(
4,5
)
.
En Paraguay
, se
ha repor
tado
que la CTX M2 es la
BLEE más
frecuente en muestras
provenientes de
hospitales pú
blicos
(
6
)
. Sin embargo no se conoce
la situació
n de los
aislados comunitarios
, por lo que el objetivo de este trabajo fue determinar
en el
Laboratorio San
Roque, donde se procesan mayoritariamente
muestras ambulatorias
,
la
frecuencia de
aislamientos de enterobacterias productoras de BLEE
,
durante los mese
s de
agosto a noviembre de
2012
, a partir de muestras
clí
nicas de pacientes que acuden
a dicho
laboratorio
.
Introducción
La resistencia a los antibióticos constituye un problema serio de salud pública en el mundo el cual
se ha agudizado durante los últimos años, especialmente en los países subdesarrollados donde
carecen de políticas apropiadas para la utilización de estos fármacos, contribuyendo a su uso
indiscriminado y por consiguiente a la aparición de cepas bacterianas multiresistentes a los
antibióticos. Las cepas bacterianas resistentes son altamente transmisibles y se diseminan
rápidamente debido a la infraestructura ineficiente en salud pública y las prácticas de control
erradas de las infecciones.
De hecho, uno de los grupos de antibióticos mayormente utilizados en la actualidad y con gran
significancia clínica es el llamado grupo de los -lactámicos, los cuales incluyen las Penicilinas,
Cefalosporinas, Cefamicinas, Carbapenems y Monobactámicos, entre otros, los cuales son
ampliamente utilizados para el tratamiento de diversas infecciones bacterianas, debido a su baja
toxicidad y su amplio espectro de acción (4, 5, 6).
No obstante, los microorganismos son capaces de desarrollar enzimas inactivantes que se
caracterizan por conferir resistencia a estos antibióticos. Una de esas enzimas, es la -lactamasa
de Espectro Extendido (BLEE), que le confiere resistencia a los -lactámicos, siendo inhibidas
por el acido clavulánico u otros inhibidores como el tazobactan y el sulbactam. Las BLEE clásicas
derivan de las -lactamasas con actividad fundamentalmente penicilinasa, y debido a
mutaciones en su centro activo, han extendido su efecto hidrolítico a las cefalosporinas de
espectro extendido y a los monobactámicos.
La aparición de bacterias productoras de BLEE tiene importantes repercusiones clínicas y
terapéuticas: a) la mayoría de los aislamientos tienen codificada la resistencia en plásmidos que
pueden ser transmitidos a otros microorganismos; b) son causantes de brotes; c) aumentan la
morbimortalidad nosocomial; y d) limitan las opciones terapeuticas, incrementándose el uso de
antibióticos costosos como el imipenem.
Se ha demostrado que las infecciones causadas por un microorganismo productor de BLEE
representa un riesgo elevado de falla en el tratamiento con un antibiótico -lactámico de espectro
extendido; por lo tanto, se recomienda que cualquier microorganismo BLEE positivo, de acuerdo
a los lineamientos descritos por el Control and Laboratory Standard Institute (CLSI), sea
reportado como resistente a todos estos antibióticos (Cefalosporinas de primera, segunda, tercera
y cuarta generación), independientemente de que resulten sensibles in vitro (4).
En Venezuela, como en el resto del mundo la resistencia a los antimicrobianos plantea una
amenaza grave y cada vez mayor para la salud pública. Dentro de la familia Enterobacteriaceae:
Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Enterobacter cloacae han logrado porcentajes de
resistencia significantes para los -lactámicos a excepción de imipenem y meropenen,
cefoperazone sulbactam, cefepime y piperacilina tazobactam (7).
Los únicos
lactámicos que mantienen actividad frente a las enterobacterias productoras de estas enzimas
son, además de las cefamicidas, como la cefoxitina, las combinaciones de -lactámicos con
inhibidores de -lactamasas y las carbapenems. La utilidad de las cefamicidas para el
tratamiento de las infecciones por enterobacterias productoras de BLEE es limitada debido al
frecuente desarrollo de resistencia por pérdida de expresión de las porinas a través de las cuales
penetra el antibiótico a la célula bacteriana. La amoxacilina / acido clavulánico es una buena
opción para el tratamiento de las infecciones urinarias por Escherichia coli y Klebsiella
pneumoniae productoras de BLEE, siempre y cuando sean sensibles, ya que es frecuente la
resistencia a esta combinación por producción simultánea de otras -lactamasas, alteraciones de
permeabilidad o, en menor medida, la hiperproducción de la propia BLEE. Las especies de
enterobacterias productoras de -lactamasa cromosómica AmpC (Enterobacter cloacae,
Citrobacter freundii, Serratia marcescens, etc.) son intrínsecamente resistentes a la cefoxitina y a
la amoxacilina / acido clavulánico, con lo cual la única opción entre los -lactámicos para el
tratamiento de las cepas productoras de BLEE sería, además de las carbapenems, la piperacilina
tazobactam.
En cuanto al uso de antibióticos no -lactámicos para el tratamiento de las infecciones por
enterobacterias productoras de BLEE, es preciso tener en cuenta la frecuente coexistencia de otros
determinantes genéticos que confieren resistencia a otros antimicrobianos, como los
aminoglicósidos o el cotrimoxazol. En muchos casos la resistencia se transfiere conjuntamente
con el gen responsable de la BLEE en el mismo transposón, integrón o plásmidos.
En lo que respecta al uso de fluoroquinolonas, se debe resaltar que la frecuencia de resistencia a
estos compuestos ha alcanzado ya niveles preocupantes, especialmente en Escherichia coli. En
general, se observa una asociación significativa entre la producción de BLEE y la resistencia a
estos antibióticos, especialmente en cepas de Escherichia coli causantes de infección urinaria en
la comunidad. Puesto que la resistencia a fluoroquinolonas en enterobacterias depende casi
exclusivamente de mutaciones en genes cromosómicos, la asociación no se debe a la transferencia
conjunta de ambos mecanismos de resistencia sino, probablemente, a la selección de cepas con
ambos mecanismos de resistencia por el frecuente uso de
Lactámicos y fluoroquinolonas en un mismo contexto terapéutico.
Es por lo tanto frecuente enfrentarse a un patrón de multirresistencia asociado a la producción de
BLEE en Enterobacteriaceae que facilita la detección de estos microorganismos, pero que limita
enormemente las opciones terapéuticas.
El presente estudio tiene como objetivo determinar la frecuencia de enterobacterias productoras
de lactamasas de espectro extendido aisladas de hemocultivos en el Centro de Referencia
Bacteriológica del Servicio Autónomo Hospital Universitario de Maracaibo-Venezuela (CRB-
SAHUM)
ENTEROBACTERIAS RESISTENTES A CARBAPENEMASAS