Nueva Época, Año 1, N° 7 Marzo de 2003

La Cuaresma era un tiempo esperado con

ansia
Entrevista con don Javier Chávez Rivas (I Parte)

En la cultura cristiana y católica, la cuaresma es tiempo de

conversión. Respuesta al llamado sagrado: “Vuelvan a mí, con todo
corazón, con ayuno. Corrijan su mala conducta y dejen sus malas
obras”. Tiempo de pensar las humanas chuecuras, tibiezas, violencias
y fraudes a la buena convivencia. Tiempo de corregirse. Tiempo del
sacrificio que espera días mejores: la resurrección de Jesús, que es
para nosotros la buena noticia de que la muerte y el mal no son la
última palabra. La rigidez de la cuaresma es anticipo y camino de la
alegría y el amor definitivos. A propósito de esto, Javier Chávez nos
platica cómo se vivía la cuaresma en el Teul de sus recuerdos de
infancia.

El miércoles de ceniza empezaba la cuaresma, como siempre. Ese

día íbamos a la Iglesia a tomar ceniza. Era también el primer día de
ayuno. Los miércoles y los viernes de cuaresma era obligado el ayuno,
chicos y grandes, a nadie se le perdonaba no ayunar, a menos por causa
de enfermedad. El ayuno consistía en que por las mañanas nos daban
un tecito con un pedacito de pan y eso era todo. Era un sacrificio,
porque uno estará pequeño e insignificante, pero es más tragón que
nunca. Pero era la tradición de nuestros padres, de toda esa gente
católica. Después, a la hora de comida, comíamos, ¡olvídate; pero en
grande! Se acostumbraba ya mucho las habas, las lentejas, los nopales
en mole de diferentes. Las tortas de guachal las dejaban para los meros
días santos; que la gente que cosechaba el elote lo ponía en
mancuernas y lo dejaba secar en un alambre o un lazo tendidos al sol;
luego lo desgranaba, lo molía y lo guardaba.
Al final de la comida venía la maría gorda y la capirotada. La
maría gorda era un atole como gelatina que se hacía de maíz azul o
negro, endulzado con azúcar. Muy sabrosa.
Pocos recuerdos me quedan de aquel tiempo, pues hace ya tantos
años. Una cosa que tengo bien presente es la capirotada, hay que ver
cómo se hacía aquella capirotada. En cazuelas de barro, amplias y
hondas; las untaban de manteca y le ponían tortillas al fondo. Luego le
acomodaban el bolillo partido en rodajas, que primero doraban en el
comal. Llevaba todos su ingredientes: el dulce, piloncillo, hasta unas
hojitas de tomate; cacahuate, grageas, pasas. Había algunas personas
que le ponían colaciones, pero hasta servirla. La tapaban con un comal
y arriba le ponían brasas para que la de arriba se cociera parejo. La
metían al fogón de leña, con leños que hicieran brasa: roble, encino; el
encino hace muy buena brasa. Hasta que se cocía. Deliciosa.
En toda la cuaresma se desaparecían los adornos del templo y se
tapaban todos los santos con lienzos morados. Todos. No había una
sola imagen descubierta. Aquello quedaba escueto y medio triste.
Había pláticas y conferencias para señoras, señores, señoritas,
Templo de la Parroquia de San Juan Bautista del Teul, dinamitado el 5 de
marzo de 1928. Ahora que suenan los tambores y los discursos de
guerra, publicamos esta fotografía como ejemplo del absurdo y la
demencia que es la guerra.
jóvenes y niños. Pero los ejercicios de encierro para jóvenes eran
los buenos. En el curato había un anexo, por el patio de las
campanas, donde ahora son portales. Ahí se recluía a los
ejercitantes. Muchos se encerraban porque se les llevaba de comer
cosa buena. Les llevaban canastos pero repletos de viandas
sabrosas, como para compensar esa semana de otras privaciones.
Eran días dedicados a rezos, cantos, pláticas y reflexión personal.
Pero no te creas que era tan sufrido el asunto. Yo una vez me colé,
por eso me di cuenta. Tenía que llevar un canasto de comida para
una persona y ahí me quedé una noche. Era un jolgorio. A
determinada hora tenían que dormir; había quienes andaban
husmeando hasta que se dormían los padres o el señor cura. Ponían
vigilantes, pero había contubernio con ellos. Algunos se salían a dar
serenata con música y cantando. Y los que se quedaban; era un
relajo, hacían fiesta con tanta vacilada. Bonito. Ahí como que se
perdía un poco la devoción de los ejercicios.
Los viernes de cuaresma eran días de guardar. Las personas
hacían su comida un día antes; el viernes no había quien guisara ni
quien cocinara. Todo se preparaba con tiempo. Yo recuerdo que eso
se hacía en mi casa y mis familiares, pero posiblemente lo mismo se
acostumbraba en todo el pueblo. La gente no trabajaba esos días. Ni
3

El Teulense, Nueva Época, Año 1, N° 7

2
estaremos estrenando página en internet: www.elteul.org Es otro
espacio de comunicación entre paisanos, para hablar de las cosas
que nos interesan, que nos preocupan y que nos animan. Confiamos
que sea otro medio para que cada cual se muestre como es,
manifieste sus necesidades y comparta experiencias. Ni falta hace
decir que esta herramienta es propiedad del pueblo del Teul y que su
destino dependerá del interés que pongan los involucrados. Por lo
“Pregunta a la generación pasada y medita en la experiencia de tus pronto, ya tenemos que agradecer el apoyo solidario de algunas
padres. Ellos te enseñarán y te hablarán, expresarán para ti su personas que han contribuido con diseño de la página, fotografías,
pensamiento” (Job 8, 8.10) cuentos, monografías y patrocinio económico para pagar lo que
cuesta subir una página a internet. A todos, muchas gracias y
esperamos que no se enfaden de cooperar. Porque sin ayuda mutua
no hay nada.
Editorial

Otro medio de comunicación: www.elteul.org

Las palabras se hicieron para nombrar al mundo, para expresar

realidades y darle sentido a las cosas. Por su raíz etimológica El Teulense
comunicación, quiere decir participar, dar, compartir, poner en
común. La comunicación es una forma de llegar a nosotros mismos, Director: Hugo Ávila Gómez
a los demás, a la naturaleza y a Dios. En esto pensamos cuando
publicamos El Teulense; en eso pensamos cuando lo subimos a Correspondencia:
internet en noviembre del año pasado. Creemos que los medios de Cuenca N° 12-A
comunicación deben aumentar los vínculos entre las personas. Col. Álamos
Queremos que este modesto medio sirva para que los teulenses y Delegación Benito Juárez
quien siente aprecio por esta tierra, se acerquen un poco más entre sí México, D.F.
y conozcan mejor sus raíces. C.P. 03400
Tel. (01 55) 55 79 36 67
En este número publicamos la carta de Irma Caloca. Un mensaje
sincero, espontáneo, cordial; pero que reclama de nuestra atención. Correo electrónico:
Por descuido y por acabarse la posibilidad de franquicia postal (más Elteulense@pormexico.com
por lo primero, que por lo segundo) dejamos de enviar por correo el
periódico durante los últimos dos meses. Sabemos que también hay Página en internet:
fallas en la distribución del periódico en la propia cabecera y en el www.elteul.org
municipio del Teul. Sin duda estos son errores que producen
alejamiento con nuestros lectores. Es un acto que niega la Registros en trámite
comunicación. Nos disculpamos por ello. La dirección del periódico
asume la responsabilidad y hará lo posible para mejorar.

Pero para que haya comunicación se requiere no sólo de quien

emite mensajes; también se ocupa de la persona que recibe,
El Teulense se imprime con recuros del PACMYC
interpreta, comprende y responde el mensaje. La comunicación
plena demanda reciprocidad. Es algo de ida y vuelta. Por eso,
hacemos un nuevo llamado a la generosidad de nuestros lectores y
les pedimos un esfuerzo de diálogo profundo, que nos digan su
pensamiento, que cuenten sus pláticas, que nos participen sus IN MEMORIAM
investigaciones sobre la realidad teulense, que compartan sus
experiencias. Aspiramos a una reflexión crítica y a un encuentro El Teulense expresa su solidaridad con la
humano más vital, motivado por la sinceridad y el deseo de
comunicación verdadera y fraterna. Por lo mismo, les rogamos que señora Rosaura Chávez Rivas y sus hijos
nos ayuden a cubrir el costo de envío por correo. Eso nos facilitará la Anzurio, Ernesto, Elio, Agustín, René, Abel,
distribución. El costo por suscripción será de 60 pesos. Rosa Esthela y Cecilia
No nos engañamos. Estamos conscientes de nuestras Con motivo del fallecimiento del señor
limitaciones. Sabemos también que tenemos enfrente la cultura del
big brother, la academia, la frivolidad televisiva y demás modos de
adormilamiento que fomentan los medios masivos de SANTIAGO ARELLANO
incomunicación. Pero tenemos esperanza en las potencialidades y
buena voluntad que hay en cada corazón. Sabemos que este afán de Ocurrido el 3 de marzo de 2003
comunicación es compartido por mucha gente.
En la ciudad de Guadalajara, Jal.
En este sentido, para ampliar los lazos solidarios entre teulenses,
les anunciamos que durante la circulación del presente número,

El Teulense, Nueva Época, Año 1, N° 7

 3

Filiberto Alatorre Varela

Héctor Varela Campos

Dice Pedro Arrupe SJ: No hay nada más práctico que encontrar a
Dios, es decir, enamorarse. Quien se enamora es como aquel que una
vez halló un tesoro y fue y vendió todo lo que tenía, para comprar el
terreno donde estaba ese tesoro. Aquello de lo que la gente se enamora
llega a ser lo más importante. Es el motor de la vida. Es la causa de la
salud o de la enfermedad. Por ejemplo, mi bisabuelo se enamoró del
campo y de las mujeres. Es el resumen de lo que hizo en la Tierra. La
vida rural y las hijas de Eva lo hacían levantarse, acostarse, encontrar
amigos, buscar el pan de cada día, pelearse, reconciliarse, comprar,
vender, viajar, guardar, regalar, entenderse con la gente, ser
hospitalario, recibir bien a todo mundo, etc. Los amores de ese gran
viejo le arreglaron su vida y a veces también se la descompusieron.
Eran lo determinante para él. Su causa. En el campo encontró alegría,
amigos, vitalidad, carácter franco y recio. El campo fue su salud.
Todavía a los noventa años andaba a caballo. Creo que no puedo decir
lo mismo de su segundo amor.

Hubo una vez en el Teul un hombre práctico, que encontró a Dios

y que por lo mismo se enamoró. Ese amor lo acompañó toda la vida.
Nunca lo dejó en paz. Ese señor se llamaba Filiberto Alatorre Varela.
Nació el 28 de marzo de 1869. Hijo de Joaquín Alatorre y de Sixta
Varela Riestra. Sus hermanos fueron Sabino, María del Refugio y
Marcos.

Filiberto venía de una familia de posibles. Él no sufrió aquello

por lo que la historia cuenta que don Porfirio Díaz era malo y mal
averiguado. La única privación que conoció fue de esposa. Pero hay
quienes dicen que también por eso fue práctico. Le tocó vivir en un
pueblito desconocido. Se llamaba San Juan Bautista del Teul.
También le tocó ver como la gente resolvía su vida sin socorro de las
instituciones y del gobierno. Todo mundo nacía en su casa, con ayuda
de una partera. Todo mundo tenía trabajo, con ayuda de los
hacendados Hornedo, Robles Castillo y Varela. Había infinidad de
talleres, por eso cualquiera tenía oficio y beneficio. A nadie le faltaba
quehacer y todos se avenían con el dinero con que los socorría la
Providencia. Las escuelas eran un lujo. Los maestros, gente de buena
voluntad que se compadecían de la ignorancia de los que tenían ganas
y tiempo de aprender a leer, a escribir, a hacer cuentas y que de este
modo se enteraban un poco de lo que había más allá de los cerros que
encierran al pueblo. Filiberto vio como la gente se enfermaba y como
morían chiquillos de a montón. Poco se podía hacer. Sin embargo,
había paisanos que hacían. Personas sencillas, empíricas, decididas.
Con más habilidad que ciencia hacían la lucha para remediar las
dolencias y males de los enfermos. Todo eso veía Filiberto y lo
guardaba en su corazón.
5
Viene de página 1
La Cuaresma era...
se iba al rancho ni se hacían trabajos pesados. Eran días de respeto.
Había mucha oración. Se iba mucho al templo, había varias
ceremonias religiosas y la gente acudía en su mayoría. Tú sabes; la
cosa ya cambió. Ahora ya no es igual. A la mejor porque antes no
había otra cosa que hacer. Pero no; había más devoción y religiosidad
en las personas. Antes de cada comida se decía una oración en familia;
cortita, no era un rezo largo. ¡Qué esperanzas que fuéramos a faltar a
misa los domingos!
Filiberto y Marcos Alatorre
Normalmente mucha gente no escuchaba música. En toda la
cuaresma también se ayunaba de bailes, de serenatas, de bodas, de
rodeos, y de todo tipo de fiestas. Había mucho respeto. Las
muchachas, sí; los jóvenes, cantaban y chiflaban en el río, en los
lavaderos, en las calles. El ambiente no era tan reseco. Pero eso sí,
había mucho recatamiento en las familias. Eran días de oración. En
las casas había total silencio. Aunque había unas gentes más
tolerantes; no iban a prohibir siempre que se cantara.
Así que todos los chamacos de 8, 9, 10 y hasta doce años,
esperábamos con ansia la cuaresma. ¿Por qué? Porque comías
bien. En la mañana te daban poco; un te con pancito y te
aguantabas. Muchos no tomábamos ni agua. Pero a la hora que
llegaba la comida… ¡No; te desquitabas! Te despachabas, los
frijoles, la sopa, las lentejas, las habas, tortas de guachal y tortillas
recién hechas, calientitas y esponjadas. Rematabas con la maría
gorda y la capirotada. De modo que llenabas el tanque hasta
reventar. Así que no nos importaba mucho la parvedad de la tarde,
donde también nos daban de cenar una cosita de nada. Pero no
había apuro, ya habíamos comido por lo que faltó de almuerzo y de
merienda. Bonito ayuno.
Por eso recibíamos la cuaresma con gusto. Porque junto con las
privaciones del ayuno, la comida de mediodía era especial.
El Teulense, Nueva Época, Año 1, N° 7
 4
El abuelo del Teul
María Refugio Caloca Velásquez
Manuel Caloca Castañeda: eres mi abuelo y de todos los
teulenses que te quieran adoptar. Tú amaste a tu pueblo y a tu gente y
tal vez te quieran corresponder con un poco de su cariño y
reconocimiento, ya que diste tu tiempo por la vida y la paz y el
bienestar de todos los zacatecanos.
Me dio mucha alegría saber que ya te encuentras en el Teul,
formando parte de un grupo de hombres importantes y valiosos que el
profesor Salvador Valdez instaló como galería de fotografías con sus
nombres y datos biográficos en la casa de gobierno, lo cual le
agradecemos inmensamente por su esfuerzo y buena voluntad. Por su
trabajo y su obra pienso que el profesor Valdez es también un hombre
patriota. Nuestra admiración y respeto para él.
En el aniversario de los 450 años de la fundación de la ciudad de
Zacatecas, nos invitó a la conmemoración el gobernador de entonces,
Arturo Romo. Asistimos a la ceremonia en la explanada de Palacio de
Gobierno. Varios oradores hablaron de los hombres que han
sobresalido en alguna rama de las artes, de los héroes, de los
exgobernadores que hicieron mucho por el Estado y descubrieron en
su honor una placa de bronce, con los nombres que quedarán para
siempre grabados en nuestra historia y en nuestro corazón.
Después de la ceremonia, el señor gobernador Arturo Romo nos
ofreció en el museo Pedro Coronel una comida a todos los familiares
de estos hombres valiosos; comida que disfrutamos plenamente, ahí
convivimos con exgobernadores, pintores, escritores, actores,
compositores y hasta pugilistas zacatecanos.
En esta visita a la ciudad de Zacatecas, caminamos por los cuatro
vientos, llevando bajo nuestro brazo una foto tamaño carta y
sentíamos mucho orgullo de ella, era nada menos que la del abuelito
Manuel. Alguna gente nos preguntaba que quién era, y curiosamente
nadie conocía ese rostro, pero no nos fue posible sacarle un duplicado
para dejarla allá y no tuvimos corazón de dejarlo abandonado a su
suerte, pensando que se pudiera perder si no la registrábamos en
alguna institución y no teníamos ya tiempo para ello. Lo queremos
demasiado para no conservar nosotros esa foto.
Subimos a la Bufa, visitamos el Museo de la Revolución, por
cierto que encontramos que la cama que está ahí, no tiene el dato a
quien perteneció y les comento que fue de mi tío José Manuel Caloca,
hijo de mi abuelito. Luego subimos a la Rotonda de los Hombres
Ilustres, y encontramos el lugar donde están los restos de mi abuelito
Manuel. Qué emoción tenerlo cerca. Todos los que íbamos pusimos la
mano extendida cubriendo con ella las letras de su nombre y con
sorpresa comenzamos a sentir que su corazón latía y nos
sorprendimos; éramos cinco los familiares y todos sentimos lo
mismo, ¿sería que se quiso hacer presente o tal vez sucedía que el
corazón de nosotros era el que se aceleraba? No nos convencimos y
repetimos la acción. Nos pasó lo mismo y seguíamos sin comprender.
Pero la experiencia fue maravillosa.
Me viene el recuerdo de mi abuelita Rosita. Tenía en su casa de
Guadalajara dos salas: la grande y la chica. En esta última tenía en sus
paredes las fotografías de todos los Manueles de la familia: su esposo,
El Teulense, Nueva Época, Año 1, N° 7
su cuñado, su hijo y su nieto. Todos finados. Ella hacía mucha
oración por ellos.
Yo como nieta de Manuel Caloca Castañeda, les diré que no lo
conocí pero que siempre lo admiré, le tuve respeto, cariño y siempre
estaré orgullosa de él.
Recuerdos de la tierra (I Parte)
Roberto Ixtlahuaca López
La noche no dormirá esta noche detrás del robledal, y
tal vez en ninguna otra parte. La navidad llegará en cualquier
momento, víspera de San Esteban. La oscuridad lo ha llenado todo
y calla como los muertos que llevan en las carretas. Allá encima de
las montañas se dibujan las luces de esa ciudad que llaman
Guadalajara; tan cerca, tan lejanas, tan pálidas, tan tristes, tan
solas, tan oscuras...
Me duele la Rosa María, pero me gusta ver su gente
alegre, firme como los robles que no vence el viento, ni el tiempo,
ni el arroyo. El sol se largó y volverá en la madrugada para
contarme otra vez su queja, la queja que arrastra por los callejones
de piedra y paja. Aquí seguiremos bailando y llenaremos de
noches, las tardes y los amaneceres, y llenaremos de cantos cada
roble, cada encino, cada hueco de la tierra.
El tejado nos cobija y no nos atreveremos a dar más de dos
pasos mas allá de donde la fatiga del aparato alcanza a alumbrar. En
el rincón está la radio, tan fértil como la tierra en agosto, y junto a
él, Alma Rosa y José bailan. Acá José Esquivez, mas acá mi tía
Jova. Acá todos, allá nayde. La radio sigue escupiendo poleas. Don
Juan Quintero sigue tomando. La noche está más oscura. El reloj
sigue adelantándose. Silvia está comiendo. La navidad está
llegando. Guadalajara está durmiendo. La mesa está vacía. La
botella se está acabando y las polkas siguen y siguen
"Éntrele Don Juan Quintero, con to'y espuelas, manque
haga ruido". "Viejo baila con Carolina". Se escucha la voz de
Crestina Tovar. Mecha y Gerardo se burlan de esta noche.
"Siéntese Don Juan Quintero no se vaya a caer". Y las palabras van
al son del viento, que por hoy estará alegre.
Siempre vi navidades, navidades en la tierra. Soñé con
navidades en la tierra y hubo navidades en las montañas, en los
barrancos, en los arroyos, en los sueños de los hombres que
soñaron con esta tierra. Y hubo noches, hubo botellas, hubo polkas
y hubo... Hubo tierra arriba, tierra abajo, tierra en las manos, tierra
en el vaso onde tomaremos mañana, tierra en mis sueños, tierra
fértil y llana que un arroyo triste baña de soledades y que se viste de
campesino, y que se viste de hombre. Tierra con que el hombre
edificó su casa; tierra por onde pasa el camino que llevará nuestra
queja a una tierra vecina, con todo y tierra extraña, a una tierra que
no entenderá de nosotros, ni nosotros de ella, y gota a gota los
encinos se perderán en la oscuridad, onde dormirán hasta que una
vieja voz los levante con un grito, la misma voz que llora el canto
que arrastran los callejones de piedra y paja, de sol y llanto, de sal y
coplas, de amaneceres y navidades, de hombres a caballo y portales
con tejados, y macetas en los patios. Voces que cantan y sueñan,
mujeres que hacen milagros, niños que corren, cielos que están
nublados.
 5
Viene de página 3

Efemérides Filiberto Alatorre Varela

Marzo Aprendió a leer. Y quien sabe cómo, pero se fue acercando al

1922 Fundación de la escuela rural federal en San José de
01
Milpillas, municipio de San Juan Bautista del Teul.
01 1939 La Dirección de Educación Federal en el Estado,
autoriza que a partir de esta fecha quede fundada una
escuela rural en San Juan Bautista, cabecera municipal
del Teul de González Ortega.
03 1912 El coronel Manuel Caloca, jefe de los Rurales en el
Estado, derrota en la Hacienda El Fuerte, municipio de
Río Grande, a los rebeldes orozquistas Pedro Luna y
Juan González.
arte de curar. Se fue interesando. Veía, preguntaba, anotaba. En sus
idas a Guadalajara se compró algunos libros que explicaban mejor
las causas y los remedios de las enfermedades. Y un buen día
empezó a atender a la gente. Quizás empezó por los de su casa;
había confianza y los reclamos quedaban en familia. Su saber creció
y los problemas del pueblo también. Por eso, otro buen día se decide
a recibir enfermos en la casa que ahora es el Colegio Agustín
Caloca. Esa ocasión las puertas se abrieron para quitar las dolencias
del cuerpo. Igual como aquel hospitalito colonial que la caridad de
ciertas buenas personas sostuvieron y alentaron. Con Filiberto
Alatorre la tradición de la hospitalidad siguió viva en las tierras de
San Juan Bautista del Teul. Todo mundo, ricos y pobres, iban y
venían por los cuidados de aquel hombre sencillo que curaba por
amor a los demás.

05 1927 Nace don Luis Sandoval Godoy. Su servicio y su fama fueron más allá de las fronteras del Teul.
¿Dónde más había otro Filiberto Alatorre? ¿Dónde otro hospitalito?
05 1928 Tercer ataque cristero al Teul. Dinamitan una bóveda ¿Dónde se recibía con tanto desinterés y con tan buenos resultados?
del templo y destruyen unacolumna de la torre.
Cuentan que una vez llegó al pueblo alguien de fuera, de por
10 2000 Canonización de los beatos mártires Cristóbal algún municipio del rumbo. Algo pasó o algo tomó que se hizo de
Magallanes, Agustín Caloca, José Isabel Flores y 22 palabras con algún parroquiano; de las palabras pasaron a los
compañeros más que perdieron la vida durante La hechos. Y empezaron a medir fuerzas. Parece que el fuereño
Cristiada. empezó a aventajar al otro, que éste, para compensar su desventaja y
estar más parejo, sacó un verduguillo y que le hace un tajo en el
12 1911 Por instrucciones de don Manuel Caloca, que presidía estómago a su rival. De derecha a izquierda, de manera horizontal.
el Club Antirreeleccionista Teulense, un grupo de Ahí acabó el pleito. Y a correr. Uno de susto por la hechura y otro
teulenses se levanta en armas contra la dictadura del también de susto porque se le veían las tripas. Como pudo se
General Porfirio Díaz. acomodó aquel menudo y a buscar el hospitalito de don Filiberto.
Éste lo recibe y utilizando toda su inteligencia y los escasos medios
15 1574 El virrey de la Nueva España, Martín Enríquez, con que cuenta, logra restablecer aquel estómago y sana al herido.
autoriza que en San Juan Bautista del Teul se Cosas como ésta se sabían en aquel entonces. Por eso no es extraño
establezca una casa de religiosos franciscanos. que siempre tuviera pacientes que le procuraban su confianza.

15 1911 Luego de tomar Tlaltenango, llega al Teul el ejército
rebelde de don Luis Moya, al cual se suman alrededor
de 60 teulenses. Don Manuel Caloca es nombrado
segundo jefe.
16 1994 Inicia el juicio eclesiástico relativo a la curación
milagrosa de María del Carmen Pulido Cortés; milagro
atribuido a los beatos sacrificados durante la Cristiana.
17 1893 Nacimiento del coronel Ignacio Caloca Larios.
21 1984 Los gobernadores de Zacatecas, J. Guadalupe
Cervantes Corona, y de Jalisco, Enrique Álvarez del
Castillo, inauguran la carretera Guadalajara-Colotlán,
que pasa por el Teul.
Además de curandero y médico empírico prestó diversos
servicios al pueblo, siempre poniendo atención en la obra, más que
en la recompensa. Con patrocinio y cooperación voluntaria de los
vecinos, don Filiberto dirigió la construcción de los corredores del
Santuario; construyó también el portal del propio Santuario. Hizo
los elegantes y sólidos corredores de la Presidencia Municipal. Por
si fuera poco, vio la manera de que el Teul contara con el magnífico
reloj que luce el templo parroquial. Nunca cobró el consabido diez o
veinte por ciento que se embolsan los políticos de ahora por cada
obra construida. Su hacer era desinteresado. Fue un hombre que
encontró a Dios, por eso actuaba así.
Filiberto Alatorre, un hombre que creyó en el amor, que
permaneció enamorado de la gente y eso fue lo que decidió su vida,
murió el 29 de marzo de 1925.

26 1866 Nace San José Isabel Flores Varela.

28 1869 Nacimiento de don Filiberto Alatorre Varela.

29 1925 Fallece don Filiberto Alatorre Varela.

El Teulense, Nueva Época, Año 1, N° 7

 6
El día que Laurito emigró
Juan Cruz II
Llegó el día en que Lauro G. Caloca tuvo que abrirse campo en la
vida más allá de los horizontes de San Juan Bautista del Teul. Si se
queda en la villa donde nació, con una santa esposa hubiera tenido el
refrigerio de conocer el mundo por un solo hemisferio. Si se queda en
el pueblo, a lo más, hubiera sido el tinterillo bueno para resolver todos
los asuntos arreglables con una máquina de escribir y un mediano
conocimiento de la Constitución, del código civil y del código penal.
Pero no, quería más y prefirió la aventura del que busca y el riesgo de
quien quiere mejorar. Tenía que estudiar. Su ideal de servicio a los
demás se lo pedía.
Y un buen día, apenas acabando de salir de sexto de primaria,
Lauro, naranjo en flor, recoge sus sueños y decide irse a Zacatecas con
el apoyo de su madre y en compañía de una bola de compañeros, que
juntos se dieron valor y cooperación. Seguramente ya no eran unos
chiquillos. En aquel tiempo se salía de la primaria cerca de los quince
años. La misma inconstancia de las escuelas, que un año abrían y dos
no y así sucesivamente. Y luego que los muchachos tenían que dejar
las clases apenas caían las primeras lluvias del temporal. Así que, en
medio de estos altibajos, quien tenía la suerte de acabar su escuela,
pues lo hacía ya grandecito.
Cuando Laurito emigró, su único patrimonio era una carta que su
madre, María Caloca, dirigía al gobernador del Estado. Ahí le decía
que el muchacho tenía ganas de superarse y por esa única razón dejaba
su pueblo para probar suerte en la capital. Para mayores señas, aquella
carta de recomendación también decía que el portador era del mismo
lugar de los héroes de la Reforma, José María Caloca y J. Jesús
González Ortega; que en atención a los méritos de estos grandes
hombres, se dignara ayudar al joven que empezaba su vida.
Avenida Hidalgo con la Catedral al fondo. Zacatecas.
El Teulense, Nueva Época, Año 1, N° 7
Todo nervioso y temblorujo se acercó a las oficinas del
gobernador. Su buena merced nunca había estado en aquellos
cuartos de Palacio y menos ante tal personalidad. Como pudo
entregó la carta y se hizo entender. Parece que la dichosa carta valió
para que entrara con el pie derecho a la ciudad de Zacatecas.
Además se encontró con un gobernante comprensivo, quien de tan
buen agrado lo recibió que lo llevó a vivir a su misma casa. Sin
duda, eran otros tiempos y otras gentes.
Y así fue como ese muchacho pueblerino empezó sus
andanzas fuera del San Juan Bautista del Teul que lo vio nacer y
crecer. Vivió en la mera casa del gobernador del Estado. Y ahí
estuvo una temporada, mientras se acomodaba en la escuela y
también mientras encontraba alojamiento definitivo. Al final se
vino a juntar con los compañeros del Teul: José G. Escobedo,
Roberto El Panzón Soto, Poncho Enríquez, Jesús B. González y
otros más, de quien fue íntimo amigo. Todos vivieron en una
vecindad llamada Del Jardín, allá por los rumbos del pie de la Bufa.
Lauro era popular y ampliamente conocido. Su carácter
franco, abierto y alegre se prestaba. Siempre fue el centro de
atención del grupo de amigos, de los grupos escolares y de la
juventud de aquel tiempo. En la punta de la lengua guardaba
infinidad de chistes y ocurrencias que soltaba a la menor
provocación; su humor y alegría lo convirtieron en el alma de
aquellos jóvenes que llevaban en el corazón la nostalgia de su
pueblo y de su gente.
El siglo XIX estaba muriendo. Nacía la esperanza del siglo
XX. En la Escuela Normal de Maestros y en el Instituto de Ciencias
de Zacatecas se fraguaban los conocimientos, los valores, la pasión
por vivir todo aquello que la sociedad porfirista negaba a las nuevas
generaciones.
El acueducto de la ciudad de Zacatecas
 7

Bernardino Ortiz
Margarito Ortiz
Gregorio Polanco
Urbano Polanco
Epifanio Rosales
Eufemio Rosales
Tomás RosalesBenito Sandoval
Gregorio Sandoval (+)
Ventura Sandoval (+)
Antonio Santos
Epifanio Santos
Néstor Santos (+)
Praxedis Santos (+)
Ventura Santos (+)

Niños de San Lucas Tepetitlán

La defensa social

En memoria de la Defensa Social de San Juan Bautista del

Teul, publicamos el mes pasado los nombres de la Defensa
del Teul, ahora anotamos los de los agraristas de San Lucas
Tepetitlán que se refugiaron en el pueblo, pero que
también ayudaron a protegerlo de los ataques cristeros. El
signo (+) representa a los que murieron por dicha causa.

Eufemio de los Santos

Jacinto Flores
Julián Flores
Lucas Flores
Martiniano Flores
Susano Flores
Donaciano Hernández
Estanislao Hernández
Balconeres Jiménez (+)
Faustino Lizarde
Doroteo Lozano
Eulogio Lozano
Ladislao Lozano (+)
Nicolás Lozano (+)
Sabino Lozano (+)
Domingo Márquez

Templo de San Lucas Tepetitlán

El Teulense, Nueva Época, Año 1, N° 7

 8

Irma Caloca
Ángel 419 El costo de la suscripción anual (12 números) será de 60 pesos.
Zacatecas, Zac. Favor de hacer sus pagos en la cuenta BBVA Bancomer
1257347820, a nombre de Hugo Ávila Gómez. Envíe ficha y
Febrero 17-2003 cupón a la dirección del Teulense o al apartado postal 72-095, Col
Moctezuma 2ª Sección, México, D.F., C.P. 15501
“El Teulense”
Sr. Hugo Ávila
México, D.F.
El Profr. Valdez completa su obra de
Un saludo afectuoso a Ud. y a todos los colaboradores del Personajes Teulenses
periódico “El Teulense”.
En este mes de marzo se completa la obra que el profesor
Le escribo a Ud. Hugo, para comunicarle que estoy muy Salvador Valdez Rodríguez inició hace algún tiempo con su libro
triste por no recibir su tan gustado periódico. Ud. me hizo saber que ya Personajes Teulenses. Además del libro, se propuso ampliar los
me lo había enviado, el cual no he recibido y según me he dado cuenta dibujos de dichos personajes para depositarlos en un lugar público,
ya elaboraron el 3, 4, 5 y 6, únicamente tuve el gusto de recibir los 2 visible, al alcance del pueblo teulense.
primeros y ya no más.
El día 20 de noviembre, como informamos en este periódico
Por lo que le ruego, por favor enviarme todos los que han (ver N° 4, mes de diciembre de 2003), se realizó una ceremonia
salido. Tanto que me agradó su periodiquito para que ahora me fallen, mediante la cual el profesor Valdez donaba formalmente al pueblo
no es justo, dispénseme pero me siento triste y desilusionada. del Teul los grabados de personajes teulenses, los cuales fueron
colocados en los corredores de la Presidencia Municipal. La
Perdone la molestia, deseo saber si es necesario enviarles el noticia más reciente que tuvimos es que el día 3 de marzo pasado,
costo que con mucho gusto lo haré. Sin más por ahora me despido quedaron terminados los trabajos para colocar las tarjetas con una
agradeciendo a Ud. su amable atención. síntesis de la biografía correspondiente a cada uno de los
personajes.
Atentamente
Estos cuadros de personajes teulenses, en fechas próximas
Irma Caloca serán trasladados al salón de reuniones del Ayuntamiento, donde
estarán en exposición permanente, como un homenaje a los
_____________________ hombres y mujeres de nuestro terruño que han destacado en
diversos campos del arte, la ciencia, la política y el servicio a los
Estimados lectores: demás.

Tenemos el deber de la autocrítica. Últimamente hemos fallado Una vez más queda mostrado el cariño y el interés del profesor
en la distribución del Teulense, sobre todo los que enviamos por Valdez por la historia de su pueblo y por la vida de su gente. En El
correo. La carta de Irma Caloca nos da pie para reconocer nuestras Teulense reconocemos la labor desinteresada y llena de entusiasmo
deficiencias en el reparto. Por esto pedimos disculpas. La misma carta de este hombre, cuyas obras, podemos mencionar entre otras: una
nos permite informar a nuestros estimados lectores que ya no monografía del Teul; el libro Personajes Teulenses; una
contamos con franquicia para el envío del periódico. Salvo el primer monografía de Hacienda de Guadalupe, Milpillas y Huitzila, así
envío, en los restantes números contábamos con el apoyo solidario de como diversos artículos y ensayos sobre historia y cultura regional.
una franquicia postal que nos permitía hacer llegar el periódico sin
costo. Se nos acabó este servicio y dado el número de ejemplares que
enviamos por correo, para nosotros es difícil hacer ese gasto. Entre las
opciones con que contamos para la entrega constante, pensamos que
la más justa es que quienes reciben el periódico mes con mes, aporten,
no el costo del mismo, sino el precio del envío por correo ordinario.

Mientras dura el subsidio para imprimir el periódico, con su

apoyo en el envío por correo, podremos continuar de esta manera con
nuestro ejercicio de comunicación.

Por eso, a partir del número 8, correspondiente al mes de abril de

2003, el envío del Teulense será por suscripción. Acudimos a la
comprensión y a la solidaridad que hemos encontrado en nuestros
queridos paisanos que con su lectura e interés dan vida a este
esfuerzo.

Presidencia Municipal del Teul

El Teulense, Nueva Época, Año 1, N° 7