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Querido Sebastián del Niño Jesús,

Disculpa que te ponga “del Niño Jesús”, con lo poco que te conozco sé que te
hará gracia. Me ha dejado pensando lo que hablamos sobre la madurez y el
sufrimiento. Las experiencias dolorosas nos despiertan y nos hacen ver
realidades o verdades que de otra forma tardaríamos mucho en darnos cuenta.
Por ejemplo, en mi caso, después de haber visto mucha violencia en casa sentí
que la vida no tenía sentido. Pero gracias a Dios, no me quedé en esa idea
negativa. Más bien salí a buscar el sentido de la vida, la alegría de vivir. Y
creo que la encontré y la encuentro todas las mañanas. Padre nuestro, que estás
en los cielos…
Me ha sorprendido gratamente la sabiduría que Dios te dio y que te hace
transmitir alegría. Estoy seguro que sos una bendición para todas las personas
que te conocen aunque ellas no lo sepan.
Y volviendo a nuestro tema de “las experiencias negativas”, Jesús nos dice que
nada malo viene de afuera, nada de afuera contamina al hombre; lo que nos
hace mal es lo que sale de nuestro corazón. ¿Y si de nuestro corazón sólo sale
alegría para alegrar a todos? Entonces todo es luz. Esto vos lo sabes de vida
propia. Y Jesús agrega: “la luz no se oculta, se manifiesta para iluminarlo
todo”.
Te dejo un texto de Thomas Keating, un monje trapense que tiene más de 90
años, que a mí me dio mucha luz. Siempre que puedo, regalo este texto a mis
amigos. Ojalá puedas leerlo y meditarlo. No sé por qué, pero siempre es bueno
que alguien más afirme nuestros pensamientos, intuiciones.
Ojalá que Diosito, Padre, Hijo y Espíritu Santo nos siga dando su Luz para
llenarlo todo de Él, para que todo y todos estemos unidos en Él. Esa es la
Verdad, Él es la Verdad.
Que Dios te siga bendiciendo como lo ha estado haciendo hasta ahora.
Tu amigo,
Rodrigo de la Inmaculada Concepción.

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