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DEFINICIÓN DE RESERVORIO

Con origen en el vocablo francés réservoire o el inglés reservoir, la


palabra reservorio es un término que posee múltiples usos. Para el campo
de la biología (epidemiología), por ejemplo, un reservorio es un conjunto
de organismos vivos que posee el germen de una cierta enfermedad de
manera crónica.

El denominado reservorio natural, por lo tanto, es donde a largo plazo


se aloja un patógeno que provoca una patología zoonótica. En
muchas ocasiones, quien lo hospeda no resulta afectado por la enfermedad o
bien se mantiene sin síntomas.
Los ratones para el hantavirus, las ratas para la peste bubónica y las
garrapatas para la babesiosis son ejemplos de reservorios naturales de
patógenos que causan enfermedades de carácter infeccioso. En este contexto
hay que decir que existen enfermedades que no cuentan con un reservorio no
humano, como es el caso de la varicela.

Y todo ello sin olvidar tampoco que existen otras especies animales que, de
igual forma, se convierten en reservorios naturales. En este sentido, habría
que hacer referencia a las ardillas que también ejercen como tal para la
mencionada peste bubónica o los armadillos que hacen lo propio con lo que
es la conocida enfermedad de Chagas.

Dicha patología, que también se identifica por el nombre de tripanosomiasis


americana, es de tipo parasitario, es propia de América y se caracteriza por el
hecho de que a lo largo de la historia ha significado la muerte de millones de
personas. En concreto, la misma, que tiene carácter crónico habitualmente,
es generada por el protozoo Trypanosoma cruzi.

Fiebre, cardiomiopatía o aumento del tamaño del hígado son tres de los
síntomas más frecuentes que experimentan las personas que sufren esta
citada enfermedad que en la mayoría de las ocasiones genera la muerte
repentina de personas que en apariencia estaban sanas y gozaban de una
buena salud.

Además de todo lo expuesto es importante recalcar el hecho de que hay


distintas patologías que no cuentan con un reservorio natural o, por lo
menos, aún sigue sin descubrirse el mismo. Esto es lo que sucede, por
ejemplo, con la fiebre de tipo hemorrágico del Ébola. Una enfermedad esta,
causada por un virus, que es de tipo contagioso y que tiene entre sus
principales síntomas la fiebre alta, dolores de cabeza, dolores musculares,
erupciones y la correspondiente hemorragia que se puede manifestar tanto a
través de la boca como del recto.

La botánica y la zoología, por su parte, definen al reservorio como


el depósito de sustancias nutritivas o de desecho que deben ser
aprovechadas o expulsadas, según cada caso, por el organismo.
En el ámbito de la física, en cambio, se conoce como reservorio al sistema
termodinámico que permite obtener y aprovechar la energía, ya
sea traducida en trabajo o en versión de calor. Un reservorio grande conserva
sin variaciones a la temperatura, el volumen y al potencial químico; al tomar
contacto con un reservorio de dimensiones pequeñas, éste se nivela para
tener las mismas condiciones térmicas e idéntico potencial químico. De este
modo se produce el llamado equilibrio termodinámico.
En Latinoamérica, un reservorio da nombre también a un estanque o
embalse de agua. El término se utiliza para nombrar al depósito de agua
potable o a la reserva de agua que se crea a través de una represa. Por
ejemplo: “El acuífero Guaraní es uno de los reservorios de agua dulce más
importantes del mundo”.

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