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I. INTRODUCCION
Como consecuencia de la Globalización Económica el Mundo empresarial ha tenido que
cambiar de modo de pensar y de actuar, para adaptarse a las nuevas condiciones que le
exige el Mundo Globalizado, ya sea para continuar siendo competitivos en un caso
(Países desarrollados) o para sobrevivir al impacto de la Globalización o desaparecer
(Países subdesarrollados). Una de las formas de sobrevivir de las empresas está dada
por las medidas políticas que han adoptado algunos países sub desarrollados.
Recientemente cobran progresivamente mucha importancia los procesos de
integración, es decir la armonización de políticas, macroeconómicas, sociales, culturales,
etc. Se podría cifrar esperanzas en el escrito de tales procesos en el sentido de consolidar
intereses regionales que neutralicen, siquiera en parte, las agresiones de la
globalización. Diversos autores tienen sus propios criterios en cuando a la definición de
lo que ellos piensan que es la reestructuración empresarial o patrimonial. Reestructurar
a la empresa y específicamente al patrimonio; Valle Ugáz, pensador peruano, se basa en
la Ley de Reestructuración Patrimonial diciendo lo siguiente: "La Reestructuración
económica y financiera es el proceso por el cual se permite a empresas con problemas
económicos proseguir sus actividades dentro de un marco de seguridad, tanto para la
misma empresa como para sus acreedores; la ley de Reestructuración Patrimonial tiene
como interés general la conservación de aquellas empresas viables que tienen las
condiciones para asumir el reto de la libre competencia". La nueva filosofía del Derecho
Concursal tiende a salvar la empresa antes de liquidarla prevaleciendo como pilar
fundamental la "Conservación de la empresa", siendo lo más importante para el interés
público y para los acreedores el de sanearla empresa, organizarla o reestructurarla".
II. MARCO CONCEPTUAL
Las reestructuraciones empresariales constituyen un proceso natural en la vida de las
empresas. Por restructuración debe entenderse cambio, en algunos casos, un cambio
importante. Y estos cambios, ya sean abordados en un plazo largo o de forma urgente
son propios de empresas en fase de expansión o madurez. De hecho, las
reestructuraciones son la esencia del aumento de productividad y de la regeneración de
las empresas. En este artículo se describen los tipos de reestructuraciones, los objetivos
que persiguen, los principales escenarios de actuación y sus principales características.
III. LA REESTRUCTURACIÓN ESTRATÉGICA DE LA EMPRESA.
En este sentido, si bien las reestructuraciones operativas pueden tener lugar por sí
mismas en cualquier momento y ocasionalmente pueden darse sin ir acompañadas de
la reestructuración financiera, la reestructuración financiera raramente puede ocurrir
sin la operativa porque cuando se llega a la financiera es que algo no ha funcionado en
el terreno operativo.
Si la empresa crece por encima de SGR, se necesitarán recursos adicionales a los que
genera con sus beneficios no distribuidos o con su política actual de financiación
externa. Por tanto, tendrá que reclamar capital adicional a sus socios o bien aumentar
su proporción de deuda. En cambio, si la empresa crece por debajo de SGR, se liberarán
recursos que podrán destinarse a repagar deuda, recomprar acciones, comprar nuevos
negocios o simplemente acumularlos en la tesorería.
En efecto, a medida que las ventas crecen, el correspondiente crecimiento de los activos
tendrá que ser financiado con deuda, capital o una combinación de ambos. SGR es la
tasa de crecimiento máxima a la que puede crecer una empresa sin emitir acciones ni
cambiar sus negocios ni cambiar su política financiera.
En el ejemplo de la figura 1, cuando la empresa tiene un crecimiento de ventas (A)
superior a su tasa de crecimiento autosostenido tendrá necesidades de financiación que
no serán cubiertas con los recursos propios o ajenos que genera con su política actual.
Dada la restricción de no cambiar la política financiera, la (SGR) de la empresa sólo puede
ser incrementada mediante un aumento del rendimiento de la inversión, es decir, de la
rentabilidad operativa. Como el capital tiene un coste, lo que se necesita saber de
verdad es si los beneficios por euro invertido en activos han aumentado o no. Un
aumento o una caída de los beneficios, por sí misma, no es un buen indicador del
comportamiento financiero de la empresa.
La rentabilidad del patrimonio neto (ROE) constituye un indicador último de rentabilidad
exclusivamente desde la perspectiva del accionista, pero incluye elementos de
operaciones, de inversiones y financiación y hasta de fiscalidad y, por lo tanto, no vale.
ROE= EAT / Patrimonio neto, donde:
EAT es beneficios después de impuestos
El indicador que realmente muestra la rentabilidad operativa es el ROE
IX. CREACION DEL VALOR.
Uno de los principios fundamentales de la gestión financiera es que los directivos deben
gestionar los recursos de la empresa con el fin de incrementar el valor de la empresa,
inicialmente, para sus accionistas. Esto no significa que el gestor pueda obviar al resto
de stakeholders, como empleados o proveedores. De hecho, existe evidencia de que las
empresas que son consideradas con su entorno (proveedores, empleados, clientes,
administración, comunidad…) son mejor percibidas por los mercados financieros y
acumulan más valor (Lev, 2012). Aun así, volviendo al principio fundamental, para los
accionistas, la empresa gana en valor cuando su retorno (ROI) es superior al coste de la
financiación (WACC).
EVA = IC × (ROI-WACC)
donde:
EVA es economic value added
IC es la inversión
WACC es el coste medio ponderado de la financiación
Cuando [ROI>Wacc] una empresa crea valor y si [ROI < Wacc] se destruye valor.
En definitiva, si una empresa consigue obtener una rentabilidad superior a su coste de
capital, generará valor. Otra forma de enfocarlo consiste en analizar si el valor actual de
la caja que se estima generará la propuesta de inversión, de adquisición de otra empresa
o el plan de restructuración excede el consumo o salidas de caja que requiere el
proyecto o plan, todo ello descontado al coste de la financiación que requiere el
proyecto, ponderado si hubiere distintas fuentes de financiación (deuda y accionistas)
y, por lo tanto, distintos costes.
XI. CONCLUCIONES.
A modo de conclusión cabe mencionar que el ROI (1) en sí mismo, su evolución en el
tiempo (2) para detectar síntomas de agotamiento de un modelo de negocio o de
cambios sustanciales en el mercado, el propio ROI comparado con el coste ponderado
de la financiación (WACC) (3) así como la tasa de retención de beneficios (4) son cuatro
elementos fundamentales que deben orientar la dirección de una empresa por parte de
su gestor. De un seguimiento y análisis adecuado, de la toma consecuente de decisiones
y de su implementación dependerá en última instancia el alcance y la profundidad de la
restructuración.