You are on page 1of 2

La Unión Europea es una de las comunidades geopolíticas más importantes del mundo

ya que agrupa a un gran porcentaje de los países más desarrollados del planeta. Esta
comunidad tiene como objetivo principal la puesta en común de proyectos que abarquen
cuestiones económicas, políticas, sociales y culturales que permitan que esta región del
planeta pueda encarar de forma conjunta diferentes problemáticas. La Unión Europea se
creó hacia mediados del siglo XX (1951), especialmente luego de finalizada la Segunda
Guerra Mundial, con el fin último de trabajar en conjunto por el bien del total de los países
que la compongan y evitar que conflictos internacionales opaquen o impidan el desarrollo
integral de la región.

La Unión Europea podría considerarse la consumación final de diversos proyectos de


unión e integración que caracterizaron históricamente al continente. Dicho esto, es
importante señalar que es recién su formación el momento en que tomó forma la idea de
un conjunto de muchos miembros frente a las típicas alianzas o tratados entre un
pequeño grupo de países estratégicos. Hoy en día, los países que forman la Unión
Europea son la mayor parte de los países del continente. Países como Rusia, Noruega,
Suiza y Ucrania no forman parte de ella, mientras otros están siendo considerados
actualmente como candidatos a integrarla (Islandia, Turquía, los países de la región de los
Balcanes).

La Unión Europea se rige con conferencias intergubernamentales en las que los roles de
los países va variando periódicamente. El objetivo de las políticas tomadas por la Unión
Europea es, tal como se dijo, contribuir a la unión y al trabajo conjunto de las regiones que
integran esta comunidad, pudiéndose así establecer políticas económicas en común que
den importancia a la producción de cada región y que las protejan de producciones de
otros mercados, alentar la formación de gobiernos que respeten determinadas pautas de
democracia o de participación, elevar el rol de la cultura europea en otros espacios, etc.
Como sucede con todas las comunidades regionales, la UE permite así a sus miembros
conformar su identidad como parte de un continente y enlazarse de manera más directa y
cercana con los países vecinos.

Los factores de crecimiento

Existen diferencias históricas notables en el crecimiento entre los BRIC y frente a otras
economías, como Estados Unidos, Japón y Alemania.

Las características principales del alto crecimiento económico chino, han sido el fuerte
ingreso de capitales foráneos a su economía, expresados mayoritariamente en inversión
extranjera directa, así como el aumento en la productividad del trabajo y en el progreso
tecnológico de su aparato productivo.

Se puede encontrar un patrón parecido en el crecimiento en India, en donde el empleo ha


jugado un papel incluso más importante que en China. En contraste, Brasil y Rusia han
visto crecimientos negativos en la productividad de sus industrias. En este contexto es
difícil valorar el crecimiento de Rusia, como ya se ha mencionado, si se tiene en cuenta
los constantes desequilibrios de su economía. El crecimiento de Brasil esta basado
principalmente en la acumulación acelerada de los factores de producción.

Todos éstos componentes contribuyeron al crecimiento en los Estados Unidos, mientras


el que el crecimiento del empleo ha sido relativamente insignificante en Alemania y Japón.

Durante los años noventa, los lineamientos del Consenso de Washington ganaron terreno
como un instrumento efectivo para el logro del desarrollo económico. El elemento clave de
estas pautas es que el mejor crecimiento se logra por la liberalización económica,
permitiendo el libre movimiento de los factores de bienes y producción, y facilitando un
mayor acceso al capital y la tecnología. Además, debido a la división internacional del
trabajo, el aumento del comercio ayuda también a sostener el proceso del crecimiento en
los países menos desarrollados que poseen una abundante cantidad de trabajo barato.
Una mayor apertura también aumenta generalmente la competencia extranjera, y ejerce
presión en la realización de reformas suplementarias en otras áreas.

Los países del BRIC han logrado en un alto grado una mayor prosperidad entre los países
que han abierto sus economías al mundo exterior.

A excepción de Rusia, que es susceptible a circunstancias especiales, todos los países


del BRIC han seguido una pauta similar, donde han visto aumentos significativos de sus
niveles de vida, gracias a una mayor apertura de sus economías, si estas son medidas
por las exportaciones como una proporción del PIB.

Especialmente, China ha experimentado un desarrollo significativo en términos tanto de


apertura como de prosperidad. En el curso de 25 años las exportaciones, como una
proporción del PIB, ha aumentado de un 14% a un 42% aproximadamente, mientras que
en el mismo periodo de tiempo, el PIB per cápita ha aumentado en más de un 1.300%.

La acumulación de capital, principalmente en China y hasta cierto punto en India, ha sido


importante. Hasta el momento la alta tasa de inversión en China, solo superada por una
tasa de ahorros aún mayor, ha impedido que China encare un déficit en su cuenta
corriente. La proporción de ahorros en Rusia es también alta. En Brasil, la tasa de ahorros
ha sido baja, un 20% en promedio más bajo que el PIB, lo que ha aumentado la
vulnerabilidad externa de su economía.

Desde comienzos de los noventa, China ha visto una fuerte entrada de capital extranjero
a su economía. Desde 1994 Brasil ha vivido una experiencia similar, aunque en su caso la
inversión directa estuvo concentrada principalmente en la privatización de empresas que
el estado poseía. Recientemente Rusia ha visto un incremento atractivo en el volumen de
las inversiones extranjeras directas, aunque gran parte de estos capitales se han dirigido
a la exploración y explotación de hidrocarburos.

You might also like