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PRIMERA PARTE: de 1945 a 1960, las esperanzas puestas en este método de conservación
era enormes.
TERCERA ETAPA: a partir de 1986, cuando se adquiere una conciencia realista de las
ventajas y desventajas de la irradiación, y se analizan con mayor profundidad los posibles
efectos tóxicos de los productos sometidos a este tratamiento.
la irradiación de alimentos se utiliza para alargar la vida y las propiedades de los alimentos
frescos y reducir posibles riesgos relacionados con la presencia de microorganismos. Precisamente
porque es un tema algo polémico, en tanto en el pasado hubieron algunos problemas con animales de
laboratorio que consumieron dietas con alimentos irradiados, pese a que la expresión “producto
irradiado” tiene una connotación negativa en la población en general, no presenta ningún peligro para la
salud de las personas siempre que se efectúe de acuerdo con la legalidad y, en este sentido, a las dosis
autorizadas.
la radiación solo es una forma de transmitir energía. Ahora mismo, sin ir más lejos, al leer la
pantalla de tu ordenador, tablet o teléfono móvil estás recibiendo radiación en forma de luz.
Ahora que ya tenemos esto claro, os cuento que existen dos tipos de radiaciones:
Radiaciones no ionizantes, que son aquellas que no tienen energía suficiente como para romper
los enlaces químicos entre los átomos y las moléculas que forman la materia. Ejemplos de estas
son las radiaciones del microondas, las del teléfono móvil, las de radio y televisión… como veis,
están por todas partes.
Radiaciones ionizantes, son las que pueden llegar a tener una cantidad de energía suficiente como
para romper los enlaces e incluso arrancar los electrones de los átomos -convirtiéndolos en iones,-
e ahí su nombre- cambiando su estructura. El ejemplo más cercano de este tipo de radiación son
los rayos ultravioleta que emite el sol (que también son habituales, sobre todo en verano).
por lo demás, y según publicó “Consumer” el 26 de mayo de 2010, “algunas investigaciones han
descrito cambios de color en carnes, pescados, frutas y queso, modificaciones de textura en carnes por
rotura de fibras, alteraciones del sabor por rotura de proteínas y por el enranciamiento de las grasas.
Por otro lado, se sabe que se producen pérdidas de vitaminas hidrosolubles (C y B1 o tiamina), aunque
similares a las producidas por cualquier otro tipo de aplicación de calor (cocido o hervido, etc.) y de
vitaminas liposolubles A y D, por enranciamiento de grasas en productos tales como la mantequilla”