You are on page 1of 40

HECHO ILICITO

INTRODUCCIÓN
En un sentido general un hecho ilícito es todo aquello que afecta a una persona, sea en
sus bienes (materiales o inmateriales), o en sus sentimientos. Esta es observable a través
de una acción denominado daño, es pues, una afectación personal o social que se acentúa
en la violación de un derecho, porque produce un deterioro, perjuicio o menoscabo en la
persona o bienes de otra persona, natural o jurídica. La ciencia del derecho, lo ha
reconocido como una anomalía social y lo ha hecho suyo, sistematizándolo e
institucionalizándolo, para que su individualización activa y pasiva no ofrezca duda, a la
hora de la sanción o la reparación.
HECHO ILICITO
1. MARCO CONCEPTUAL
Etimología
Del latín illicĭtus, un ilícito es aquello que no está permitido legal o moralmente. Se trata,
por lo tanto, de un quebrantamiento de la ley o de una falta ética.
Se conoce como acto ilícito al acto contrario a derecho. La causa ilícita por otra parte, es
aquella que se opone a las leyes o a la moral. El término contrario a ilícito es lícito (del
latín licĭtus), que permite nombrar a aquello que es justo y que está permitido según la
justicia y la razón. No habriá acto ilícito punible para los efectos de este Código, si no
hubiese daño, u otro acto exterior que lo pueda causar.
Daño
Por daño, se entiende, todo perjuicio susceptible de valoración pecuniaria y, puede
abarcar no sólo el perjuicio efectivamente sufrido, sino también los rendimientos
económicos de los que fue privado el damnificado por el acto ilícito, es decir el lucro
cesante, la intención dolosa o culposa del agente.
Responsabilidad
Capacidad u obligación de responder de los actos propios, y en algunos casos de los
ajenos. Civil - Obligación de reparar o indemnizar las consecuencias de actos judiciales
para terceros. Penal – Principio por el cual se impone la pena a quien a cometido un
delito.
Imputabilidad
Calidad de imputable. Aptitud de la persona para responder de los actos que realiza. El
niño, y el loco, no son imputables al carecer de esa aptitud. Se dice que un individuo
considerado como capaz ante la ley es imputable siempre que pueda probarse que obró
con plena comprensión del alcance de su acto, así como de las consecuencias de este.
Acto jurídico
Hecho voluntario que crea, modifica o extingue relaciones de derecho.
Los actos ilícitos pueden ser civiles o penales:
 Los actos ilícitos civiles obligan al autor a reparar el daño ocasionado más los
daños e intereses. Sin interés no hay acción.
 Los actos ilícitos penales son los que coinciden exactamente con las figuras
delictivas previstas en los tipos penales, y se llaman delitos, pudiendo ser dolosos
o culposos.
Hecho
Acción u obra sobre un acontecimiento ocurrido. Toda acción material de las personas y
por sucesos independientes de ellas, generalmente los fenómenos de la naturaleza. En
sentido civil y penal, los hechos ofrecen trascendental importancia por cuanto originan
no solo derechos y obligaciones, sino responsabilidades de toda índole.
· Licito. Adj. Justo, permitido. Que es de la ley.
· Ilicito. Adj. No permitido legal ni moralmente.
2. HECHOS ILICITOS
Según el diccionario de Manuel Osorio son “los hechos voluntarios que resultan
violatorios de una regla jurídica”.
Borja Soriano claramente establece que «(…) causar un daño o perjuicio sin derecho es
obrar con culpa o falta (…) todo hecho que produce la violación de un deber,
independientemente de que el origen de la violación sea la voluntad o la ley, constituye
un hecho ilícito y el agente debe responder cuando comete el acto de manera injusta, que
es el elemento objetivo, va unido al elemento subjetivo, es decir, al estado particular de
ánimo del agente. En este caso el acto es tanto injusto como culposo. La presencia del
elemento subjetivo le da a la acción el carácter de culposa (entendiendo por culpa la
intención o bien por negligencia) (…)»1
Los actos ilícitos son aquellos hechos humanos voluntarios, que son los que se efectúan
con discernimiento intención y libertad, pero que son contrarios a lo dispuesto por las
normas jurídicas, y por lo tanto son sancionables. Pueden consistir en acciones u
omisiones. Siempre, para constituir delito civil debe haber perjuicio y una parte
perjudicada que demanda. En este último caso debe existir la obligación de actuar, por
ejemplo en el caso del médico que omite atender a un paciente, a su requerimiento.
HECHO ILÍCITO: Son todas aquellas acciones u omisiones que son contrarias al
ordenamiento jurídico. TORRES VASQUEZ señala que la ilicitud se deduce del Art. V
del Titulo Preliminar del Código Civil que dispone que "es nulo el acto jurídico contrario
a las leyes imperativas que interesan al orden publico y a las buenas costumbres"
señalando que la distinción entre lo licito o ilícito se debe mas que a la naturaleza
voluntaria del acto, a la naturaleza de las consecuencias. La acepción subjetiva de ilicitud
es acogida en el Código Civil al regular la responsabilidad civil contractual y
extracontractual. Con relación a la responsabilidad extracontractual la obligación de
indemnizar surge, no del incumplimiento de una obligación jurídica preexistente, sino del

1
Borja Soriano, Manuel, s/f, p. 347.
mero hecho de haberse causado el daño, la relación jurídica nace recién con el daño
causado.
Hecho ilícito es, como todo acto contrario al ordenamiento jurídico vigente, generado por
la intención, la imprudencia, impericia, negligencia mala fe, abuso de derecho e
inobservancia normativa de una persona (agente) que tiene por contrapartida una
responsabilidad civil en favor de otra persona (perjudicado o víctima) que debe cubrir el
agente del daño.
Dolo
Engaño, fraude. En Derecho civil, es la voluntad maliciosa y desleal en el cumplimiento
de obligaciones, o en su constitución.
Culpa
Infracción de ley cometida libremente y sin malicia, por alguna causa que pudo y se debió
evitar. Omisión de aquella diligencia que exija la naturaleza de la obligación o
corresponda a las circunstancias de personas, tiempo y lugar. Su presencia genera
responsabilidad civil tanto contractual como extracontractual , en su grado mínimo o de
menor entidad, y responsabilidad penal en su grado medio y máximo, tomando la
denominación legal de imprudencia simple e imprudencia temeraria.
Resarcimiento
Reparación de daño o mal. Indemnización de daños o perjuicios.
Daños y perjuicios
Son daños el mal sufrido por una persona, u ocasionado en una cosa, a causa de una lesión
que recae directamente sobre ellas; y perjuicios la ganancia cierta que ha dejado de
obtenerse. Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que
en el cumplimiento de sus obligaciones incurriesen en dolo, negligencia o morosidad y
los que de cualquier modo contravinieren al tenor de aquellas.
Tercero
Quien media entre otros para avenirlos o concertarlos. Persona que no es ninguna de las
dos o más que interviene en trato o negocio de cualquier clase.
1. MARCO TEÓRICO
Antecedentes históricos
La responsabilidad civil extracontractual subjetiva, establecida desde los tiempos de la
antigua Roma, en la que la Ley de las XII Tablas autorizaba a los acreedores a conducir
después de sesenta días de prisionero al deudor para venderlo como esclavo, fue
desarrollada por obra de los juristas medievales en relación al daño, a nivel federal se
vincula a la necesidad de demostrar la culpa (negligencia, imprudencia o impericia), o el
dolo, en los cuales se sustenta la responsabilidad del agente dañoso.
Consideraciones generales
Para poder hablar de hechos ilícitos debemos de partir de una palabra muy importante y
esta es la “responsabilidad” que proviene del latín respondere, que se refiere a la
capacidad de una persona para responder sobre los hechos propios.
Lo que es notorio, es que en materia de responsabilidad civil, el daño se encuentra
generalmente relacionado con el concepto de perjuicio.
Cuando un hecho cause daños y perjuicios a una persona y la ley imponga al autor de este
hecho o a otra persona distinta la obligación de reparar esos daños y perjuicios, hay
responsabilidad civil.
Los daños y perjuicios cuya reparación impone la ley, pueden provenir de un hecho ilícito,
el autor de un hecho ilícito debe reparar los daños y perjuicios que con tal hecho cause a
otra persona, a menos que demuestre que la acción se produjo como consecuencia de
culpa o negligencia inexcusable de la víctima. Los derechos que se protegen al
implementarse la figura del daño moral son aquellos que protegen la paz, integridad,
honorabilidad, y la salud mental y espiritual.
Daños y perjuicios
Los daños y perjuicios cuya reparación impone la ley, pueden provenir de un hecho ilícito,
según se dispone en el Código Civil. Para los efectos del señalado ordenamiento en el
Estado se entiende que los hechos voluntarios son lícitos o ilícitos. Son lícitos los hechos
voluntarios que, produciendo consecuencias de derecho, no son contrarios de la ley. Son
ilícitos los hechos voluntarios contrarios a la ley.
Toda acción humana puede consistir en una acción positiva o en una acción negativa,
omisión o abstención. Para que la acción u omisión pueda ser considerada como fuente
de responsabilidad es preciso que pueda ser calificada como ilícita o antijurídica.
En este sentido, el acto o el hecho jurídico que provoca responsabilidad civil o
responsabilidad objetiva, debe contener los elementos de culpa, ilicitud o antijuridicidad,
en el entendido de que el responsable deberá ser capaz de restablecer las cosas a su
situación original, y en caso de no hacerlo, indemnizar al perjudicado de acuerdo a la ley.
Conviene también señalar que la imputación de tal conducta al agente provocador puede
ser por un comportamiento enteramente suyo, es decir, por hecho propio; o bien, por una
conducta de otro, sea, por hecho ajeno, cuyo autor no ha tenido relación jurídica previa
con el ofendido.
2. CONCEPTO DE HECHO ILÍCITO CIVIL
En el hecho ilícito civil, las causas de responsabilidad por un daño causado y la
consiguiente obligación de responder del mismo, debe entenderse en el sentido de que
establece una norma para determinar una relación de causa a efecto necesaria para la
imputabilidad del causante.
En un hecho ilícito cabe manifestar que mientras en la responsabilidad contractual, el
autor del daño y su víctima han creado por su voluntad (el contrato que celebraron), en
cambio, la posibilidad del daño en la extracontractual esta posibilidad no ha sido creada
por los contratantes. Es decir, en la primera, están vinculados con anterioridad al hecho
productor de la responsabilidad, y en la extracontractual el vínculo nace por la realización
de los hechos dañosos y en los precisos momentos en que esta realización tiene lugar.
Además, en la responsabilidad contractual hay una obligación precisa de efectuar un
hecho determinado, en tanto que en la extracontractual no existe obligación alguna
determinada.
El daño cuyo resarcimiento se persigue, tiene como origen el incumplimiento del deber
de cuidado atribuible al que se imputa como responsable, con motivo de la relación
contractual por la cual su contraparte se compromete a hacer o dar, a cambio del pago de
un precio determinado.
En el medio jurídico, solemos denominar como "responsabilidad" a la consecuencia
lógica del vínculo entre un derecho y una obligación, en atención a la necesidad jurídica
de una persona de cumplir con el derecho de otra. Esto se debe a que en nuestro entorno
cotidiano, podemos identificar diferentes tipos de obligaciones, tanto las morales, como
jurídicas, sociales, familiares, personales, técnicas, y muchas más, según la utilidad que
pueda aportar su clasificación; el aspecto rescatable en todas ellas, es que a una obligación
siempre será correlativa a un derecho.
Aunque trascendental, esta responsabilidad, por su interés privado no es absoluta, ya que
en particular, la víctima del daño, que a la vez sería el beneficiario de la indemnización
en la que se valora la responsabilidad civil derivada del mismo, puede renunciar a la
misma siempre que esta renuncia no atente contra el interés u orden público, ni perjudique
a terceros.
Para BEJARANO (1999), el verdadero sentido de la responsabilidad no debe limitarse al
derecho positivo, sino integrarse a la conciencia social, no por el hecho de sujetarse a la
posibilidad de que sea exigible por quienes pudieran verse afectados, sino partir de una
concepción tendiente a la protección de la esfera jurídica de todo individuo, como
requerimiento ético, necesidad social y parte de una cultura de respeto a la persona
humana, a su integridad física y mental. El objetivo de la responsabilidad civil es
compensar a la víctima por los daños causados por lo que persigue un interés privado, en
el que la indemnización de perjuicios comprenderá no solo los ocasionados al agraviado,
sino también a sus familiares o a terceros.
3. IMPORTANCIA DEL TEMA
Este trabajo trata sobre la responsabilidad extracontractual derivada de los hechos ilícitos.
Para delimitar el tema, es importante señalar que una de las diferencias fundamentales
entre la responsabilidad contractual y la extracontractual reside en la carga de la prueba,
pues en la responsabilidad derivada de un contrato, el acreedor de la respectiva prestación
no está obligado a demostrar la culpa del deudor, ya que ésta se presume en tanto el
segundo no demuestre que su incumplimiento o el atraso no le son imputables, como el
caso fortuito o la fuerza mayor; en cambio, en la responsabilidad extracontractual le
compete al damnificado demostrar la culpabilidad del autor del acto lícito.
Los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes, pues obligan tanto a lo
que se expresa en ellos, como a las consecuencias que la equidad, el uso o la ley hacen
nacer de la obligación, según la naturaleza de ésta. La diferencia entre ésta y la
extracontractual, es que en la contractual basta demostrar el incumplimiento para que se
presuma la culpa.
Reparación del daño
La reparación del daño ocasionado podrá consistir en obligaciones de dar, de hacer o de
no hacer algo, y se determina por el Juez, atendiendo a la naturaleza de la infracción y a
las condiciones personales y económicas del culpable.
HECHO ILÍCITO Y SUS CAUSALES
Para que la reparación se dé, debe existir, entonces la determinación de la responsabilidad,
emanada en este caso, de la realización de hechos ilícitos que hayan causado daños y
perjuicios, sean estos por hechos propios, ajenos e incluso de cosas animadas e
inanimadas.
En el cumplimiento de esta responsabilidad, también debe haber quedado debidamente
probada la relación causal entre el hecho lesivo y el daño causado, misma que debe
determinar la imputabilidad de la obligación, sobre las características de causa directa e
inmediata.
De lo anterior se desprende que el elemento culpa es determinante para la clasificación
jurídica de la obligación, pero es la determinación del daño y su relación causal con el
hecho ilícito productor el mismo, el que determinará la existencia o no de la
responsabilidad civil.
Se puede entender por culpa la posibilidad de prever o previsibilidad el resultado no
requerido. Esta es otra de las formas de participación psicológica del sujeto en el hecho,
junto al dolo el cual se puede definir como la conciencia de querer y la conciencia de
obrar, traducidas estas en una conducta externa, es decir, es la voluntad consciente,
encaminada u orientada a la perpetración de un acto que la ley prevé como delito.
4. CARACTERÍSTICAS DE UN HECHO ILÍCITO
Para MARTÍNEZ (2000): En cuanto a las características de un hecho ilícito, podemos
distinguir los siguientes:
 Imprudencia: Que para concretarse exige una acción, y consiste en obrar sin
cautela, en contradicción con la prudencia, es la culpa por acción (culpa in
agenda).
 Negligencia: Es una omisión, desatención o descuido, consiste en no cumplir
aquello a que se estaba obligado, en hacerlo con retardo, es la falta de uso de los
poderes activos en virtud de los cuales un individuo, pudiendo desarrollar una
actividad, no lo hace por pereza psíquica. Falta de diligencia.
 Ignorancia: Se denomina así al acto en el cual el agente ha descuidado adquirir
los conocimientos elementales y necesarios para el ejercicio de su profesión o arte.
 Impericia: Poco conocimiento profesional sobre un determinado tema, porque la
ley exige en las personas capacitadas para un determinado ejercicio profesional
reúnan ciertas condiciones de estudio y formalidades probatorias.
 Inobservancia: Se designa así a la acción de incumplimiento de lo que se manda
a ejecutar, como en el caso de los reglamentos, decretos, leyes, ordenanzas y
disposiciones de la autoridad que tengan por objeto tomar medidas propias para
evitar accidentes o daños, para la seguridad pública y para la sanidad colectiva.
Por tanto la imprudencia, negligencia, impericia e inobservancia son atribuibles a la
responsabilidad de cada persona, y cada una responde en la medida de su culpa,
entendiendo que lo uno no excusa la del otro.
5. LOS HECHOS ILÍCITOS GENERAN RESPONSABILIDAD CIVIL POR
HECHOS PROPIOS
En lo relativo a la responsabilidad civil por hechos de terceros, específicamente, en lo
referente a los menores, encontramos como fuente de estas obligaciones, nacidas de los
actos ilícitos, que tienen obligación de responder de los daños y perjuicios causados por
los actos de los menores bajo su poder y que, además, habiten con ellos, aquellos que
ejercen la patria potestad sobre los mismos, de lo que se deriva que serán responsables de
cumplir con la reparación de los tipos daños y perjuicios arriba señalados, incluyendo el
moral, sea esta resarcitoria o compensatoria.
Sin embargo, este supuesto jurídico tampoco es absoluto, ya que la responsabilidad cesa
en el momento en que los actos ilícitos sean ejecutados por los menores, encontrándose
bajo la vigilancia y autoridad de otras personas, verificándose en tal momento, una
traslación de la responsabilidad a los directores de colegio, talleres, u otras instituciones
encargadas de recibir a menores, mismos que por tal hecho, asumen dicha
responsabilidad.
En cuanto a los que están en estado de vigilancia, éstos tienen obligación de responder
por los actos de los menores sujetos su patria potestad, exceptuando los casos en que
deban responder otras personas, como es el caso de los tutores, establecido en los Artículo
990, 991 y 992 los directores de internados, colegios, públicos o privados que no reciban
internos, los maestros de grupo y los celadores y vigilantes de dichas instituciones.
En primer término, es imprescindible reconocer que el contexto normativo define
quiénes son los titulares de la obligación, dada la imposibilidad legal de sancionar
económicamente al que causó el daño, por lo que la acción para exigir de terceros su
reparación, necesariamente requiere, como toda acción, de un titular.
Esta responsabilidad cesa si se demuestra que en la comisión del daño no se les puede
imputar ninguna culpa o negligencia y es aplicable a dueños, empresarios o encargados
de negociaciones o establecimientos mercantiles de cualquier especie, por los delitos que
cometan sus obreros, jornaleros, empleados, domésticos y artesanos, con motivo y en el
desempeño de su servicio.
Esa reparación comprenderá la indemnización del daño material y moral, causado a la
víctima o a su familia, responsabilidad que cesa si se demuestra que en la comisión del
daño, no se les puede imputar ninguna culpabilidad o negligencia.
6. LOS HECHOS ILÍCITOS GENERAN RESPONSABILIDAD POR HECHOS
DE TERCEROS
Existen dos figuras completamente distintas, las cuales sin embargo pueden coexistir.
Ellas son la responsabilidad de la Administración Pública y la responsabilidad personal
del funcionario público. Ambas son instituciones fundamentales del Estado de Derecho,
pues permiten a los particulares ejercer sus derechos sin ser atropellados por la
supremacía y el poder de la autoridad de gobierno. En el primer caso, el responsable de
los daños y perjuicios que puede experimentar un particular es el propio Estado; en el
segundo, la responsabilidad recae en forma personal y directa sobre el funcionario
público, responsabilidad que puede ser penal, administrativa o civil.
Esta distinción es muy importante, pues para determinar qué acciones legales intentar y
cuáles son los tribunales competentes para conocerlas, es necesario determinar si el
responsable es el funcionario público a título personal, si es la Administración Pública en
la cual presta sus servicios, o si existe una responsabilidad concurrente entre ambos.
Hay situaciones en las que resulta evidente que el funcionario público responde por sus
actos a título personal, ellas son aquellas en las que, incluso envestido de su poder, el
funcionario actúa fuera del ejercicio de la función pública. Por ejemplo, el caso del
vigilante de un ministerio que con su arma oficial ocasiona un daño a una persona en una
riña fuera de su horario y sitio de trabajo, o el secretario de un tribunal que se vale de su
credencial para constreñir a un particular fuera de un proceso judicial. En este tipo de
conductas se suelen ubicar las vías de hecho, que son actos materiales que realiza el
funcionario ejerciendo su poder, pero sin los procedimientos y formalidades legales.
El funcionario público que incurre en responsabilidad personal, no sólo responde ante el
particular que ha sufrido un daño o un perjuicio moral o patrimonial. También responde
frente al Estado. Ante el particular responde en forma directa, pues de resultar
personalmente responsable, debería indemnizar los daños y perjuicios derivados de sus
actos u omisiones. Ante el propio Estado debe responder, por cuanto de resultar afectada
la Administración Pública, el funcionario debe responder ante la persona pública al
servicio de la cual se encuentre. Obviamente, también será responsable el funcionario
ante el Estado, cuando causa daños al patrimonio público, área en la cual centran su
preocupación y atención los funcionarios, pues es en este campo donde se presentan la
mayoría de las acusaciones y denuncias.
La responsabilidad penal opera cuando el funcionario incurre en acciones u omisiones
tipificadas en las leyes como delitos o faltas. En estos casos se pueden producir las
condenas judiciales a que haya lugar, incluyendo las penas privativas de libertad.
Según BORJA (2004), la responsabilidad administrativa procede cuando el funcionario
incurre en acciones u omisiones que impiden el normal funcionamiento del servicio
público o que representan irregularidades en el ejercicio del cargo. Generalmente, esta
responsabilidad acarrea multas, suspensiones, destituciones y amonestaciones.
En cuanto a la responsabilidad civil del funcionario público, es la menos conocida y en
consecuencia la menos exigida. Aquí se ubica la posibilidad real y efectiva que tiene usted
como particular de acudir a los tribunales de la República para exigir que el funcionario
público, que resulte ser personalmente responsable, indemnice o repare los daños y
perjuicios causados por sus acciones u omisiones. En estos casos pueden incluso
solicitarse medidas preventivas (embargo, secuestro, prohibición de enajenar y gravar,
etcétera) sobre bienes propiedad del funcionario público, como si se tratara de cualquier
otro demandado. Dentro de la misma equivalencia, si la acción intentada por el particular
es declarada improcedente, el funcionario demandado podrá intentar las acciones que
estime pertinentes dentro de las cuales está exigir el pago de las costas del juicio.

CONSECUENCIA DE LA DIFERENCIA ENTRE LA RESPONSABILIDAD


CIVIL Y PENAL
Establecida, por lo tanto, la distinción de los objetivos básicos de la responsabilidad civil
de la penal, reparación y pena, resulta importante anotar, ciertas diferencias de carácter
básicamente formal y que se relacionan, principalmente, con la capacidad de los autores
de los ilícitos, con las personas que son sujetos pasivos de la responsabilidad y con las
personas que pueden perseguir y ser perseguidas por el cumplimiento de la
responsabilidad.
Antes de revisar la naturaleza de cada una de tales diferencias, hay que establecer un
concepto que está íntimamente ligado a la diversa naturaleza de la pena y de la reparación;
así como la pena debe ser proporcional a la gravedad del delito cometido, la reparación
debe serlo en relación al daño causado. Con tal antecedente, bien puede darse la
posibilidad de un ilícito que ni siquiera ha sido considerado en el campo penal, pero que
origina una fuerte reparación y, en cambio, un delito muy grave desde el punto de vista
de repercusión de la pena, que tiene una escasa o nula incidencia en cuanto a la reparación
debida. La capacidad marca una de las diferencias entre la responsabilidad civil y penal;
de acuerdo a Cuello Calón, cuando el agente carece de la capacidad de conocer y querer
es inimputable; la minoría de edad tiene una clara y evidente relación con la
inimputabilidad, toda vez que se considera que el ser humano, recién a partir de cierta
edad, está en capacidad de comprender la significación moral y social de su hechor. Dicha
edad es diferente en el capo civil y penal. En cambio, la responsabilidad penal adquiere a
partir de los dieciocho años.
Respecto de las personas que pueden ser objeto pasivo de las responsabilidades existe una
marcada diferencia, ya que las personas jurídicas sí pueden ser responsables civilmente,
pero en cambio nuestra ley penal no establece una responsabilidad penal para las personas
jurídicas. Diferencia importante se radica también respecto de las personas que pueden
perseguir ambas responsabilidades; de acuerdo al Código Civil, la responsabilidad civil
puede ser reclamada por quien ha sufrido el daño, sus herederos o quien tenga un derecho
real sobre la cosa que ha sufrido el daño; en cambio la responsabilidad penal puede ser
perseguida por toda persona con capacidad de comparecer en juicio con excepción de
aquellos delitos de acción privada. También existen diferencias respecto a las personas
que pueden ser perseguidas; al obligado a la responsabilidad civil, el que hizo daño y sus
herederos; en cambio la responsabilidad penal sólo persigue al autor, cómplice o
encubridor del delito, siguiendo el lógico concepto de que las penas son básicamente
personalísimas. Los problemas de competencia en razón de la materia deberían estar
CONCEPTO RESPONSABILIDAD CIVIL RESPONSABILIDAD PENAL
DEFINICIÓN Consiste en imputar a una persona una Es la consecuencia jurídica derivada de la
obligación reparativa en razón del comisión de un hecho tipificado en una ley
daño que ha causado a otra persona, penal por un sujeto imputable, y siempre
ya sea en su integridad personal o en que dicho hecho sea contrario al orden
sus bienes. jurídico, es decir, sea antijurídico; además
de punible.
POR SU Es una conducta culposa que produce Es una conducta culposa y dolosa que
NATURALEZA un daño, viola una norma jurídica produce un daño, violación de una norma
derivada de una relación de derecho jurídica derivada de una relación de
privado, de la obligación general de derecho privado, de la obligación general
no causar daños a terceros, se protege de no causar daños a terceros, se protege
un interés privado un interés privado
POR SUS El causante del daño o el civilmente Al autor del delito penal le será impuesto
EFECTOS responsable está obligado a reparar el un castigo denominado pena que puede
daño causado a la victima ser: arresto, prisión, presidio, sanciones
pecuniarias (pago de una multa, decomiso
de bienes) inhabilidad para ejercer cargos
TIPICIDAD Código civil Es típica, está en el código penal
QUE BUSCA Resarcir al titular del bien jurídico Resocialización a la persona procurando
lesionado, ofreciéndole una que éste no vuelva a cometer otro hecho
compensación económica por el daño delictivo
que el hecho delictivo le provocó

FINALIDAD Repara, resarcir, indemnizar un daño Sanción consistente en una pena privativa
y un perjuicio de la libertad o en multa pecuniaria
TITULAR DE LA Sólo pueden entablarla el que sufrió el Puede interponer la acción cualquier
ACCIÓN daño o sus herederos. persona, salvo en los contados casos de
delito de acción privada.
A QUIE SE A la víctima La responsabilidad penal se suele pagar al
PAGA Estado
CUANDO SE Cuando se infringe la ley, y que la Cuando el funcionario ha realizado una
PRESENTA responsabilidad de los funcionarios conducta que se tiene tipificada como
públicos, será por las mismas causas delito en el Código Penal; entre ellas
(infringir la ley) y por omisión o podemos mencionar: el peculado, el
extralimitación en el ejercicio de sus cohecho, el prevaricato; o cuando exista
funciones por parte del servidor público un interés
ilícito en la celebración de contratos, para
provecho propio o de un tercero, en
cualquier clase de contrato u operación en
que deba intervenir por razón de su cargo
o de sus funciones; o Cuando trámite
cualquier actuación contractual sin el
cumplimiento de los requisitos legales o
esenciales.

SANCIONES Multas, inhabilitaciones Privación de libertad, multas penales,


inhabilitaciones penales
QUIEN Puede ser transferida, es decir que si Es personal e intransferible, solo la
CUMPLE LA no pago por muerte, pagan mis persona que cometió el hecho puede
SANCION herederos. También se puede ceder la cumplir con la sanción, las sanciones a
deuda y otra persona pagarla, por eso cumplir, por lo general son de carácter
no es personal. Las penas en civil no corporal, es decir, penas de prisión.
son de carácter personal.
CAPACIDAD Tratándose de la responsabilidad civil Para contraer responsabilidad penal, se
contractual, se requiere haber requiere tener al menos 18, sin perjuicio de
cumplido 18 años para alcanzar la la responsabilidad penal juvenil, entre los
plena capacidad, sin perjuicio de 14 y 18 años
casos excepcionales, como acontece
con el menor adulto que posee peculio
profesional o industrial.
CULPABILIDAD CULPA: Responsabilidad subjetiva, Se investiga la conducta del sujeto, no
se debe mirar desde el punto de vista aplica la responsabilidad subjetiva y no
contractual y extracontractual aplica la concurrencia o compensación de
culpa
inicialmente superados; la jurisdicción ordinaria en materia penal está claramente
determinada y en ese sentido no cabe discusión alguna. Los problemas surgen,
básicamente, en aquellas circunstancias en que el delito ha originado daños patrimoniales,
resultando evidente que más allá de la pena, respecto a la independencia de la acción civil
ha originado varios debates doctrinarios respecto a la prevalencia de los procesos.
2.4.1. DIFERENCIAS:
a).- Las sanciones varían: indemnización de perjuicios respecto de la responsabilidad
civil; penas represivas respecto de la responsabilidad penal.
b) Distinta es la jurisdicción llamada a conocer de una y otra.
c) Diferente es la capacidad para incurrir en una u otra. Para contraer responsabilidad
penal, se requiere tener al menos 18. Tratándose de la capacidad para
contraer responsabilidad civil extracontractual, a partir de los 16 años, las personas son
plenamente capaces de contraer responsabilidad civil.
Tratándose de la responsabilidad civil contractual, se requiere haber cumplido 18 años
para alcanzar la plena capacidad, sin perjuicio de casos excepcionales, como acontece
con el menor adulto que posee peculio profesional o industrial.
d) Diversas serán las personas afectadas: la responsabilidad penal es personalísima, sólo
puede afectar a quien ha delinquido. La responsabilidad civil puede recaer también en los
terceros civilmente responsables, sobre los herederos y sobre las personas jurídicas.
e) Distintos son los titulares de las acciones destinadas a perseguir la responsabilidad
penal o civil: respecto de la responsabilidad penal, puede interponer la acción cualquier
persona, salvo en los contados casos de delito de acción privada.

2.4.2.-CUADRO DE COMPARACION

CONCLUSIÓNES
El hecho ilícito en sí implica una conducta antijurídica, culpable o dañosa, que no se
valora para la reparación del daño o indemnización, pero si en un momento posterior, en
el caso específico de que la ley así lo establezca.
No está de más señalar que en el ámbito jurídico, frecuentemente se utilizan las npalabras
antijurídico, ilícito e injusto indistintamente, lo que origina cierta confusión de conceptos.
Aclarando, la Antijuridicidad es un concepto negativo, se señala como antijurídico lo que
es contrario al derecho, simplemente como lo contrario a la ley, sino en el sentido
oposición a las normas de cultura reconocidas por el Estado. Se trata de una contradicción
entre una conducta determinada y el concreto orden jurídico impuesto por el Estado.
Una misma conducta exterior puede ser conforme al derecho o antijurídica, según el
sentido que el agente atribuya a su acto, según la disposición anímica con que lo realice.
Estos elementos de índole subjetiva son denominados elementos subjetivos del injusto.
BIBLIOGRAFIA
BEJARANO Sánchez, Manuel. (1999). Obligaciones Civiles. Ed. Oxford. University
Press. Colección Textos Jurídicos Universitarios. México
BORJA Soriano, Manuel. (2004) Teoría General de las Obligaciones. Ed. Porrúa.
México,
CABANELLAS, Guillermo: (1998). "Diccionario Jurídico Elemental".
CARRARA, Francisco: (1997)"Derecho Penal". México. Editorial Harla. Edición.
GARCÍA Maynez, (2000) Eduardo. Introducción al Estudio del Derecho. Ed. Porrúa.
México.
MARTÍNEZ ALARCÓN, Javier, (2000) Obligaciones Civiles, 1ª ed., Ed. Oxford
University Press, México,.
ROJINA VILLEGAS, Rafael, (1991) Teoría General de las Obligaciones. 17ª ed., Ed.
Porrúa, México,.
1. TEORÍA GENERAL DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

1.1.ORÍGENES DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL


Etimológicamente la palabra responsabilidad se remonta al termino latino “respondêre”
que es una forma latina del termino responder, por eso decimos que la responsabilidad es
la habilidad de “responder”. El Diccionario de la Lengua Española lo define como una
deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un
delito, de una culpa o de otra causa legal. Así pues es un verbo de raíz latina que tiene
muchos significados de acuerdo al diccionario de la Real Academia, es decir, es un
término polisémico. Las que nos interesan son dos acepciones. La primera nos dice que
responder es “Estar uno obligado u obligarse a la pena y resarcimiento correspondiente
al daño causado o a la culpa cometida”. La segunda acepción citada es más genérica:
“asegurar una cosa haciéndose responsable de ella”.
En términos generales, la responsabilidad es la capacidad de toda persona de conocer y
aceptar las consecuencias de un acto suyo, inteligente y libre, así como la relación de
causalidad que une al autor con el acto que realice. La responsabilidad se exige solo a
partir de la libertad y de la conciencia de una obligación. Para que exista la
responsabilidad, el autor del acto u omisión que haya generado una consecuencia que
afecte a terceros, debe haber actuado libremente y en plena conciencia.
La responsabilidad civil tiene como uno de los puntos de partida el estudio de la relación
jurídica obligatoria (obligaciones), dado que ésta se desenvuelve dentro de la dinámica
de una obligación. No obstante, existe otro aspecto de la Responsabilidad Civil que no
necesariamente se encuentra ligada a una responsabilidad contractual; como veremos más
adelante.
1.2.EVOLUCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
Siguiendo a los hermanos Mazeaud, es posible observar en la historia de la
responsabilidad civil cuatro etapas, a las que hoy agrega la doctrina más reciente una
quinta; tales son:
Primera etapa, de confusión entre la responsabilidad civil y la penal: para los
sistemas jurídicos primitivos, éstas forman un solo todo; el autor del daño era
castigado con una pena privada; a veces, sin que existiere la debida
proporcionalidad entre el daño y el castigo impuesto al responsable del mismo.
Posteriormente, la introducción de la 'Ley del Talión' supondrá un primer progreso
en la búsqueda de dicha proporcionalidad.
Segunda etapa, en la que se distingue la responsabilidad civil de la penal: en este
segundo período, y como consecuencia de la influencia de los textos de derecho
romano y la constitución de los Estados modernos, los jurisconsultos comenzaron
a distinguir entre estas dos clases de responsabilidad, empezando a ver en la
acción de la víctima una acción esencialmente indemnizatoria. Entre los Siglos
XII y XIII se consagrará esta posición.
Tercera etapa, en la que aparece la culpa como fundamento de la responsabilidad
civil: como un resultado de la distinción anterior, los autores iniciaron la búsqueda
de un fundamento para la responsabilidad civil, el que sería por largo tiempo la
culpa. Así, todos los autores admitían, sin sospechar siquiera la posibilidad de una
discusión, que no existía responsabilidad civil sin culpa. En esta etapa, en la que
se realiza el período de la codificación, recogiendo los códigos la noción de la
responsabilidad subjetiva.
Cuarta etapa, en la que se plantea la teoría del riego: surge a fines del Siglo XIX
la teoría del riesgo, como una consecuencia de la Revolución Industrial y después
de la 'cuestión social'. Deja así de ser la culpa el único fundamento de la
responsabilidad civil, pues junto a ella y en algunos casos en forma exclusiva, se
propone como factor de atribución de responsabilidad el riego creado.
Quinta etapa, en la que se manifiestan algunas tendencias actuales: en ella, se parte
de la premisa que el derecho de la responsabilidad civil ha sufrido, en nuestros
días, una profunda evolución, explicada fundamentalmente por dos factores:
 El aumento de los riesgos que se corren en la sociedad moderna; y,
 El desarrollo de mecanismos de seguros privados y sociales.
Resumiendo, la evolución de la responsabilidad civil, Ivonne Lambert señala que puede
dividirse el derecho de responsabilidad en tres etapas:
 La responsabilidad subjetiva;
 La responsabilidad objetiva; y
 La indemnización directa y automática a la que se ha llegado a través de los
seguros y la seguridad social (ORREGO ACUÑA, Juan Andrés, 2011, p. 3)
6.3. LA RESPONSABILIDAD CIVIL EN EL cóDlG0 CIVIL DE 1984
El artículo 1969 CC., en su primer párrafo establece que «aquél que por dolo o culpa
causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo». Asimismo en el art. 1321CC
prescribe que «queda sujeto a la indemnización de daños y perjuicios quien no ejecuta
sus obligaciones por dolo, culpa inexcusable o culpa leve». De esta manera, nuestra
legislación civil contempla un concepto amplio de Responsabilidad Civil, en el cual se
incluye el incumplimiento de las obligaciones por un lado, y por otro la lesión de un
derecho.
En realidad la responsabilidad civil se origina de una misma fuente, que se dividió
posteriormente en dos áreas diferentes. De esta fuente común denominada alterum non
lædere, nace la responsabilidad civil contractual y la extracontractual.
Así pues, la responsabilidad civil extracontractual como sistema gira en torno a la tutela
de un interés general que recoge el principio romano del alterum nom lædere que no es
otra cosa que un deber jurídico general de no causar daño a nadie, deber que el
ordenamiento jurídico impone a todos los particulares.
En este sentido, la responsabilidad civil es el conjunto de consecuencias jurídicas a las
que los responsables se someten por haber causado un daño. En efecto, quebrantar el
principio general del derecho de no dañar al otro trae consigo una sanción consistente en
la obligación jurídica de indemnizar el daño ocasionado.
Debemos aclarar, sin embargo, que no siempre que se causa un daño se responde —tal
como veremos más adelante. De todos modos, las excepciones a la indemnización del
daño cada vez son menos, debido a que la evolución jurídica en esta materia considera
inconveniente que la víctima no sea compensada de algún modo.
El principio del alterum non lædere es, inseparable de la de alteridad, es decir en relación
a otro, o lo que es lo mismo: tiene sentido únicamente en la vida en sociedad,
Por eso Ricardo De Ángel Yagüez comienza su libro sobre el tema diciendo que: «el no
causar daño a los demás es quizás, la más importante regla de las que gobiernan la
convivencia humana». (De Ángel Yagüez, Ricardo, 1989: 21).
El derecho no protege a quien causa un daño a otro, sino que por el contrario, hace nacer
una obligación —en sentido jurídico— de dejar a esa persona en una situación lo más
parecido posible a cómo se encontraba antes de sufrir el daño. Esto es lo que se llama
'responder' o ser 'responsable' o tener 'responsabilidad' por el daño padecido por otra
persona. De acuerdo al Diccionario de la Real Academia, la segunda acepción de
responsabilidad es: «Deuda u obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otro, a
consecuencia de delito, de una culpa o de otra causa legal»; a su vez, la primera acepción
de responsable no puede ser más ilustrativa: «obligado a responder de alguna cosa o por
alguna persona». (DRAE, 220 Edición).
La obligación de reparar el daño ha sido considerada por los autores como una sanción,
—más propiamente como una sanción resarcitoria—, para diferenciarla de la sanción
represiva típica del ámbito penal. Así pues, Alterini por ejemplo, comienza su tesis
doctoral diciendo: «La reparación de daños, fruto de la responsabilidad jurídica en el
ámbito civil, comporta una forma de sanción. Como orden coactivo, el derecho organiza
un sistema de sanciones, esto es, la atribución de una consecuencia a la infracción de los
deberes jurídicos; tal consecuencia significa un disvalor para quién es pasible de ella. En
el plano de la responsabilidad por reparación de daños la sanción estriba en una mengua
patrimonial que —a favor del damnificado— se impone al responsable, y tiene causa en
el daño inferido al derecho subjetivo ajeno». (Alterini, Atilio Aníbal, 1974:15).
Podemos entonces, resumir diciendo que el principio general del derecho de no dañar al
otro hace que sea posible la vida en sociedad y que cuando es conculcado, acarrea una
sanción que consiste en la obligación jurídica de indemnizar el daño causado, o como
dice De Cupis «una reacción del derecho para facilitar la represión del daño». (De Cupis,
Adriano, 1970: 82)
Debemos aclarar, sin embargo, que no siempre que se causa un daño se responde, tal
como veremos más adelante. De todos modos las excepciones a la indemnización del
daño, debido al progreso jurídico y muy en especial de esta materia, cada vez son
menores, porque se considera inconveniente que la víctima no sea compensada de algún
modo.
6.4. FUNDAMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
¿POR QUÉ SE DEBE RESPONDER CUANDO SE CAUSA UN DAÑO?
Bustamante Alsina señala que el fundamento de la responsabilidad civil, se encuentra «en
el principio de justicia que impone la necesidad de restablecer el estado anterior a la lesión
causada injustamente. (Bustamante Alsina, 1993.79)
Por su parte De Ángel Yagüez manifiesta que «la sanción jurídica de la conducta lesiva
responde a una elemental exigencia ética... ». (De Ángel Yagüez, Ricardo, 1989: 21).
La responsabilidad moral no necesariamente genera responsabilidad jurídica, sin
embargo, no quiere decir que exista una total independencia entre moral y derecho ya que
en algunos casos la moral tiene efectos sobre el derecho —como en el caso de la objeción
de conciencia de una persona que profesa determinada religión y se niega a participar del
servicio militar—, o de un médico cuya religión le prohíbe el aborto o la contracepción y
se niega a practicar estas operaciones.
En algunos supuestos este deber de responder surge de la actuación unilateral del
individuo como cuando roba, o atropella a otra persona. En otros casos, el deber es
bilateral porque existe un pacto previo, el que se asimila a la ley (art. 11970 C.C.), porque
para las partes tiene esa fuerza. En la compraventa, el vendedor debe entregar la cosa y el
comprador pagar el precio y responden el uno para con el otro si no cumplen con sus
respectivas obligaciones.
Uno de los componentes del control social que ejerce el Derecho es el deber de responder.
Las formas cómo se manifiestan estos sistemas de controles son muy variadas. Estos
pueden ser penales, civiles, administrativos, éticos, pero sin embargo, todos tienen en
común la existencia de dos elementos: la ilicitud y la sanción. El presupuesto del deber
vendría a ser la ilicitud y la consecuencia, la sanción.
Veamos a continuación las particularidades de la responsabilidad penal y administrativa.
6.41. DIFERENCIAS ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL,
RESPONSABILIDAD PENAL Y RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA
6.4.1 .1. Responsabilidad Penal: Es la consecuencia jurídica en caso de vulneración de la
ley penal, realizada por sujeto el cual comete una acción prevista como un acto
antijurídico y que sea considerado doloso o culposo, según sea el caso.
La responsabilidad penal la impone el Estado, y consiste en una pena que tiene como fin
sancionar a aquel que delinque e intentar su reinserción para evitar que reincida. Este tipo
de responsabilidad se presenta cuando el funcionario ha realizado una conducta que se
tiene tipificada como delito en el Código Penal, entre ellas podemos mencionar: el
peculado, el cohecho, el prevaricato; o cuando exista por parte del servidor público un
interés ilícito en la celebración de contratos para provecho propio o de un tercero, en
cualquier clase de contrato u operación en que deba intervenir por razón de su cargo o de
sus funciones; o cuando tramite cualquier actuación contractual sin el cumplimiento de
los requisitos legales o esenciales, como la celebración o la liquidación del contrato; para
obtener un provecho ilícito para sí mismo, para el contratista o para un tercero.
6.4.1 .2. Responsabilidad Administrativa:Es aquella responsabilidad que se origina por
contravenir una norma administrativa propia de quien ejerce cargos directivos en una
organización pública o privada. Existe la responsabilidad administrativa por todo
perjuicio o daño causado a terceros por la acción u omisión de un acto administrativo.
La responsabilidad administrativa es propia de quienes ejercen cargos directivos, de
quienes toman las decisiones que luego causan los perjuicios, y son las consecuencias
jurídicas de sus actos las que configuran la responsabilidad administrativa la que bien
puede tener implicaciones penales o civiles.
6.42. FUNCIONES DE LA REPARACIÓN CIVIL
a. Preventiva: Se trta de evitar que sucedan nuevos daños futuros.
b. Disuasiva: Se trata de desincentivar a los que tuvieren la intención de hacerlo
c. Resarcitoria: Su finalidad es buscar resarcir a los sujetos a los cuales se ha causado
el daño.
d. Equivalente: Esto se refiere a la cuestión indemnizatoria. Se trata de decuada
correspondencia entre el contenido patrimonial de la prestación indemnizatoria y lo que
egresa del patrimonio del deudor.
Estas funciones se complementan entre ellas, así la función preventiva, además de la
compensatoria, se enriquecen y se integran mutuamente. Las medidas sancionatorias
siempre tienen un efecto preventivo general y especial pero, a la inversa, las medidas
preventivas no siempre sancionan. Así por ejemplo, en el tema de la obligatoriedad del
uso del cinturón de seguridad en vehículos automotores, había conductores que, no
obstante, lo usaban como prevención. Ahora que ya es imperativo su uso, los conductores
pueden seguirlo utilizando para evitar accidentes o para evitar la sanción y, por añadidura,
evitar accidentes. Por una u otra vía el efecto preventivo o disuasorio debería darse.
6.43. ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
Según Taboada Córdova, Lizardo, son elementos comunes, a los regímenes de
responsabilidad: 10 Antijuridicidad. 20 Daño. 30 Relación de causalidad entre el daño y
el hecho. 40 Factores de imputabilidad o atribución legal de responsabilidad.
Empezaremos estudiando la antijuridicidad del acto ilícito. (Taboada Córdova, Lizardo,
2003: 25).
a. La Antiiuridicidad.
El acto ilícito es un acto antijurídico que consiste en una infracción a la ley, que causa
daño a otro y que obliga a la reparación a quien resulte responsable, en virtud de
imputación o atribución legal del perjuicio.
Ahora bien, cabe hacer una aclaración: hablar de antijuridicidad no es sinónimo de
tipicidad legal necesariamente. En este sentido, se puede señalar que existen dos clases
de antijuridicidad: una antijuridicidad típica que es aquella que está estipulada expresa o
tácitamente en la norma jurídica y, la antijuridicidad atípica que está prevista de forma
genérica por el ordenamiento jurídico.
En la responsabilidad extracontractual, la antijuridicidad cobra una gran importancia;
conforme se produce el incumplimiento de la obligación por parte del deudor. A
diferencia de esta en el ámbito extracontractual, la responsabilidad se origina de una
conducta que causa daño, en la que se necesita determinar cuál es la conducta que causó
el daño.
b. El Daño Causado
Se entiende por daño la lesión a todo derecho subjetivo, en el sentido de interés
jurídicamente protegido del individuo en su vida de relación, que en cuanto protegido por
el ordenamiento jurídico, se convierte en derecho subjetivo.
c. La Relación de Causalidad
El autor señala que entre la conducta y el daño producido a la victima debe existir una
relación jurídica de causa a efecto, de lo contrario no existirá responsabilidad alguna,
señala además, que en el artículo 1985 del Código Civil se ha regulado la teoría de la
causa adecuada (Responsabilidad Extracontractual) y que en el artículo 1321 del

Código Civil se ha regulado la teoría de la causa inmediata y directa, pero que ambas
teorías nos llevan al mismo resultado.
d. Factores de Atribución
En la cual se distinguen en materia de responsabilidad civil contractual la culpa, mientras
que en la responsabilidad extracontractual los factores de atribución son la culpa y el
riesgo creado.
Nuestro Código Civil de 1984 hace una distinción entre responsabilidad civil contractual
y extracontractual, las mismas que serán estudiadas en la siguiente unidad
Figura 10:
Nos muestra los elementos de la Responsabilidad Civil. Todos y cada uno de ellos forma
parte de esta institución jurídica.

ll 341
6.5. LA REPARACIÓN CIVIL:
¿QUÉ SIGNIFICA INDEMNIZAR Y POR QUÉ SE INDEMNIZA?
Para responder esta pregunta nos remitimos a buscar el significado etimológico de la
palabra Reparar que viene del latín reparáre quiere decir también «desagraviar, satisfacer
al ofendido» y «remediar o precaver un daño».
A continuación nos remitimos a lo expuesto por el tratadista Luis Diez-Picazo en su obra
'Derecho de Daños', señala que la idea de indemnizar «significa traspasar o endosar ese
daño poniéndolo a cargo de otro, porque si quien inicialmente lo sufrió, recibe una suma
de dinero como indemnización, ello se producirá a costa de una disminución del
patrimonio de aquél que ha sido obligado a indemnizar, empleando para ello otros bienes
preexistentes».
Además, añade: «Por esta razón, para producir el endoso o traslado del daño, habrá que
tener buenas razones, que una tradición jurídica que ha llegado hasta nosotros coloca en
la idea de que el obligado a indemnizar fue quien causó el daño con una conducta que,
por ser culposa, era reprobable, aunque todo ello deja todavía en la nebulosa el concepto
de daño, el concepto de causalidad y el concepto de culpa. Dicho del modo más lapidario
posible, el daño se pone a cargo de otra persona distinta del que lo sufre porque aquella
no hizo lo que debía haber hecho y, si hubiera actuado debidamente, el daño no se hubiera
producido». (Diez Picazo, Luis, 1999: 45).
Juan Espinoza Espinoza define a la Reparación Civil de este modo: «La reparación es la
obligación que se impone al dañante (una vez acreditado que se ha configurado un
supuesto de responsabilidad Civil) en beneficio del dañado, consistente bien en una
prestación de dar suma dineraria (indemnización por equivalente) o en una prestación de
hacer o de no hacer (indemnización específica o in natura). Sin embargo, estas
prestaciones no son excluyentes entre sí. (Espinoza Espinoza, Juan, 2011: 277).
Así pues, coincidimos con este autor cuando manifiesta que: La reparación civil busca
una satisfacción del interés lesionado; pero 'por equivalencia'. Se elimina, de este modo,
la idea del enriquecimiento por parte del que ha sufrido un daño. Se busca el punto de
equilibrio entre el derecho de la víctima a que se le repare el daño y el derecho del dañante
a indemnizar con un monto que no implique el enriquecimiento indebido de la víctima.
6.6. RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL
En los estudios civiles de nuestro país se abordan dos ámbitos: la responsabilidad
contractual (analizada en el Derecho Civil de Obligaciones) y la responsabilidad
extracontractual (orientada al Derecho de Daños). Lo cierto es que la responsabilidad civil
tiene una columna vertebral común a cualquiera de sus múltiples manifestaciones
(contractual, extracontractual, subjetiva, objetiva, por hecho propio, por hecho de
tercero, de los particulares, de la administración, por conducta lícita o ilícita, etcétera).
Estos elementos imprescindibles son la conducta lesiva, el daño, el nexo de causalidad y
el criterio de imputación. No obstante, los aspectos peculiares relativos a la
responsabilidad contractual y extracontractual serán estudiados en otra lección.

prestación de servicios, así como por informaciones insuficientes o inadecuadas sobre sus
riesgos y beneficios.
0 El servicio es defectuoso cuando no ofrece la seguridad que el consumidor puede
esperar del mismo, tomándose en consideración las circunstancias relevantes, entre las
cuales se encuentran:
l. el modo de su suministro; ll - el resultado y los riesgos que razonablemente se esperan
del mismo; III. la época en que fue suministrado.
20 El servicio no es considerado defectuoso por la adopción de nuevas técnicas;
30 El prestador de servicios no será responsable cuando pruebe:
l. Que, habiendo prestado el servicio, el defecto no existe; ll — la culpa exclusiva del
consumidor o del tercero.
40 La responsabilidad personal de los profesionales será evaluada mediante la
verificación de culpa.
En este sentido también se orienta el primer párrafo del art. 34 de la Ley No. 17.1 89
sobre normas relativas a las relaciones de consumo, del Uruguay, del 20.09.99, el cual
prescribe que: "Si del vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio resulta un
daño al, consumidor, será responsable el proveedor de conformidad con el régimen
dispuesto en eli Código Civil.
Si bien es cierto que la legislación uruguaya contempla conjuntamente la responsabilidad
civil por servicios y productos defectuosos, a diferencia del modelo brasileño, regula, en
su art. 35 que: "La responsabilidad de los profesionales liberales será obietiva o subietiva
según la naturaleza de la prestación asumida.
La responsabilidad civil por defecto no debe limitarse a los productos, sino también a los
servicios (siempre y cuando dañen a la integridad y a la salud de los consumidores).
Evidentemente cada SUPUeStO tiene sus propias particularidades. Es importante
distinguir que la responsabilidad civil por productos defectuosos es tendencialmente
obietiva (o semi-obietiva), por cuanto admite supuestos de ruptura del nexo causal,
mientras que la responsabilidad civil por servicios defectuosos deberá ser evaluada caso
por caso, en atención a la naturaleza de la prestación en conflicto.
ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD
CIVIL CONTRACTUAL I
7.1. LA ANTIJURIDICIDAD
Es lo contrario a la ley. Es sinónimo de ilicitud, aunque abarca la violación del deber
impuesto contractualmente. El acto antijurídico es un acto ilícito consiste en una
infracción a la ley, (dolosa o culposa) que causa un daño a otro y que obliga a la reparación
a quien resulte responsable en virtud de imputación o atribución legal del perjuicio.
(Bustamante Alsina 1993: 107). También algunos autores lo identifican con lo injusto.
(Boffi Boggero, Luis M, 1973. 87).
El principio de responsabilidad por el hecho propio, impone la obligación de indemnizar
el daño que se cause cuando se ejecuta un hecho por culpa o negligencia. Esta regla es
parte de aquella otra que indica no hacer lo que está expresamente prohibido en una ley.
El principio general de responsabilidad por culpa implica el deber genérico de prudencia
y diligencia que impone, el cual vale para actuar cuando es preciso como para abstenerse
cuando es necesario.
a. Actos positivos: Cuando la ley prohíbe su ejecución. Puede ser expresa o genérica.
Se responde por la comisión y por la comisión por omisión.
b. Actos negativos: Cuando la ley ordena ejecutar el hecho, se responde por la
omisión.
7.2. INCUMPLIMIENTO CONTRACTUAL
La culpa en el incumplimiento contractual se manifiesta por el daño causado al acreedor
con negligencia o imprudencia. Este incumplimiento está regulado normativamente en
cuanto al modo, lugar y tiempo de la ejecución de la prestación con independencia de la
imputabilidad del deudor que supone la concurrencia de un elemento que es la culpa o el
dolo.
En relación al incumplimiento, la doctrina lo clasifica en:
b. El incumplimiento relativo, por lo general se refiere al retraso en el cumplimiento por
lo cual se establece una mora.
a. El incumplimiento absoluto o inejecución total, absoluta y definitiva. En este caso, el
cumplimiento se hace imposible en el futuro.
El incumplimiento contractual tipifica la conducta del deudor en relación a cada contrato.
7.3. LA MORA
La mora del deudor es el retardo jurídicamente calificado en el cumplimiento de la
obligación que da origen a la responsabilidad del deudor por los daños moratorios.
7.3.1. ELEMENTOS:
a. El Retardo: incumplimiento material en relación al tiempo en que la obligación
debió cumplirse.
b. Imputabilidad del incumplimiento al deudor por su culpa o por su dolo.
c. Daño sufrido por el acreedor.
d. Relación de causalidad entre el incumplimiento y el daño ocasionado.
e. Constitución en mora del deudor.
7.3.2 CONSTITUCIÓN EN MORA
El incumplimiento material del deudor debe ser jurídicamente calificado por la
'constitución en mora' para que aquel responda de los perjuicios que pudiere habérsele
causado al acreedor. Puede producirse por:
1. El requerimiento que hace el acreedor al deudor para que pague (mora "ex-
persona").
501
2. Ella se produce por el mero transcurso del tiempo (mora 'ex-re').
a. Requerimiento convencional: Las partes pueden convenir que para quedar
constituido en mora el deudor debe ser emplazado por el acreedor, aun cuando sea una
obligación a plazo expresamente convenido.
b. Existencia de un plazo tácito: El plazo tácito generalmente es impreciso, requiere
interpretar la voluntad de las partes en la fijación del plazo, atendiendo a la naturaleza de
la obligación y demás circunstancias.
c. Obligaciones puras y simples: Son obligaciones sin plazo, en las que el
cumplimiento de la obligación está diferida a la potestad de una de las partes o de ambas.
El deudor debe ser puesto en mora (ex-persona) mediante un requerimiento. Ejemplo:
entregar la cosa vendida.
d. Existencia de un plazo indeterminado.
e. Plazo expreso en obligaciones recíprocas con pacto comisorio tácito: En el caso
de no haberse convenido el pacto comisorio expresamente, será necesario emplazar al
deudor que no cumplió su obligación en el término fijado, indicándole un plazo para que
cumpla, debiendo distinguirse el caso en que exista plazo expreso del supuesto en que el
plazo sea tácito. Estos aspectos están regulados en el artículo 13330 CC.
7.3.3 EFECTOS DE LA MORA
1. El deudor es responsable por el daño que resulte al acreedor como consecuencia
del retardo en la ejecución de la prestación debida (obligación de indemnizar daños e
intereses moratorios).
2. Si la obligación se torna de imposible cumplimiento, se deberán daños e intereses
com pensatorios que com prenden todo el perjuicio sufrido por el acreedor (resarcim iento
integral) que absorben a los compensatorios y se deben en lugar de la prestación
prometida (carácter subsidiario)
3. Traslación de los riesgos que estaban a cargo del acreedor y que en adelante deben
ser soportados por el deudor:
• Riesgo de la cosa: Es la eventualidad de que la cosa misma que constituye el objeto
de la prestación se pierda sin culpa del deudor. El riesgo lo soporta normalmente el dueño
de la cosa (acreedor o deudor).
• Riesgo del contrato: es la eventualidad de que se pierda la utilidad o beneficio que
la obligación debe reportar al acreedor por imposibilidad de cumplimiento no imputable
al deudor. Ese riesgo lo soporta normalmente el acreedor. (Artículos 13360 y 13370 del
CC).
11511
4. En los contratos con prestaciones recíprocas, el deudor moroso no puede invocar
en su carácter de acreedor recíproco de una obligación conexa:
a. La mora de su deudor;
b. Demandar el cumplimiento de la obligación recíproca que compete a su deudor
en un contrato bilateral;
c. No puede hacer funcionar en su favor el pacto comisorio expreso o efectuar el
requerimiento previo en caso de pacto comisorio implícito;
d. Ni invocar la imprevisión.
La mora del deudor atribuye a la otra parte la facultad de resolver el contrato, en razón
del incumplimiento de aquél.
• Si los involucrados han pactado expresamente: la resolución se producirá de pleno
derecho y surtirá efectos desde que la parte interesada comunique a la incumplidora, en
forma fehaciente, su voluntad de resolver. Cumplido el plazo, la mora se produce por el
solo vencimiento, y nace la facultad de resolver.
• Si el pacto comisorio no está expresamente acordado: en el plazo expreso, el
acreedor para resolver tiene que requerir el cumplimiento en un plazo determinado por
ley, bajo apercibimiento de ejecución. En el plazo tácito se debe: primero interpelar para
constituir en mora y apercibir el cumplimiento.
7.3.4 CESACIÓN DE LA MORA
1. Cesación del estado de mora: El deudor deja de estar en mora sin que ello importe
relevarlo de la responsabilidad que le incumbe por los daños y perjuicios ocasionados al
acreedor, mientras se hallaba en mora.
2. Renuncia a los efectos de la mora: El acreedor abdica al derecho que tiene de
reclamar los daños e intereses moratorios.
La mora cesa cuando la prestación ya no exista, sea por el pago, o por haberse hecho
imposible con culpa del deudor o por un hecho que no le fuera imputable.
7.3.5 MORA DEL ACREEDOR
El acreedor solamente incurrirá en mora cuando sea comunicado por el deudor para que
reciba el pago o preste la cooperación necesaria. No es necesaria la interpelación en los
siguientes casos:
521

1. Cuando el acreedor hubiese manifestado con anterioridad su voluntad de no


recibir el pago.
2. Cuando el requerimiento se hiciese imposible por culpa del acreedor.
Efectos:
a. Responsabilidad del acreedor por los daños que cause al deudor la no recepción
de la prestación;
b. El deudor se libera de los riesgos de la cosa debida que estaban a su cargo como
dueño de la misma antes de la tradición, esos riesgos se trasladan al acreedor;
c. Se suspende el curso de los intereses que estaban a cargo del deudor (art. 13380
CC)
Cesa la mora del acreedor en los siguientes casos:
a. Si el acreedor acepta la prestación después de estar en mora.
b. Por renuncia expresa o tácita del deudor.
c. Cuando la obligación se extingue por cualquier causa, sin perjuicio de los efectos
de la mora antes de la extinción.
d. Cuando la obligación se extingue por efecto del pago por consignación.
Tomado de: http://es.scribd.com/doc/81294038/Re-Sum-En (24/03/2014)
7.4. INCUMPLIMIENTO ABSOLUTO
Son casos de prestación imposible: cuando la obligación es de dar cosa cierta y ésta se
pierde o se destruye completamente, si hubo dolo o culpa del deudor le es imputable. Si
la obligación es de hacer o de no hacer y se hace físicamente imposible, o si el deudor se
resistiere a cumplir y fuere necesario ejercer violencia física sobre su persona Si el
acreedor ejecuta la obligación por un 30 también se considera de incumplimiento
absoluto. El acreedor puede reclamar por los daños e intereses compensatorios. También
los casos de cumplimiento defectuoso se consideran de inejecución absoluta.
Tomado de:
http://todoelderecho.com/Apuntes/Civil/Apuntes/teoelaresponsabilidadcivil.htm
(24/03/2014).
531
7.5. INIMPUTABILIDAD DE LA EJECUCIÓN:
No se puede imputar al deudor el incumplimiento en los casos de:
a. Caso fortuito y fuerza mayor (tienen los mismos efectos):
Interrumpen el nexo causal y ubica la causa del daño fuera de la órbita de actuación del
deudor. Se extingue la obligación porque hay imposibilidad de pago.
El caso fortuito es una circunstancia ajena al deudor, es algo extraordinario que no pudo
preverse o previsto no pudo evitarse. Tiene que ser un hecho que impida cumplir
absolutamente con la obligación.
En la fuerza mayor hay un elemento irresistible. Ejemplo: caso de una guerra.
El deudor no responde siempre y cuando no hubiera culpa o dolo de su parte, y mientras
no se encuentre en estado de mora.
Elementos: son imprevisibles normalmente, son inevitables: el hecho se tiene que dar al
momento del cumplimiento, se tiene que dar después de la formalización del contrato.
Otro supuesto es:
b. Factores de atribución
Son aquellos que determinan finalmente la existencia de la responsabilidad civil, una vez
que se ha presentado en un supuesto concreto de conflicto, los requisitos antes
mencionados. Sobre este elemento recaen dos sistemas de responsabilidad: Sistema
Subjetivo (culpa) y el Sistema Objetivo (riesgo creado).
SISTEMA DE ATRIBUCIÓN:
1. Sistema Subjetivo: Nuestro Código Civil recoge el dolo y la culpa en el articulo
19690 CC cuyo texto señala: «Aquel que por dolo o culpa causa un daño a otros está
obligado a indemnizarlo. El descargo por falta de dolo y culpa corresponde a su autor».
A diferencia del dolo, la culpa inexcusable y la culpa leve forman parte de la
responsabilidad contractual, las cuales están incluidas dentro de lo que está como
inejecución de obligaciones.
2. Sistema Objetivo: La responsabilidad objetiva, sería pues, una fórmula descriptiva
de una serie de hipótesis, en las cuales la imputación se funda en circunstancias objetivas
y no en juicio que implique un reproche —en términos de imputación— a un sujeto, de
negligencia (culpa), o peor aún, de la voluntad de causar daño (dolo).
Sería responsabilidad del empleador por el hecho del dependiente (art. 19780 del CC.)
donde, de apreciarse que se impone el deber del resarcimiento al empleador, no obedece
541
a ningún aspecto subjetivo, sino a las reciprocas posiciones de mando y subordinación
del principal y de su trabajo.
Tomado de: http://es.scribd.com/doc/51072155/APUNTE-DE-OBUGAClONES
(24/03/2014)
7.6. LA CULPA
CONCEPTO DE CULPA:
Juan Espinoza Espinoza, sostiene que la culpa debe ser entendida «como una ruptura o
contravención a un estándar de conducta. Para un sector de la doctrina italiana, la culpa
no debe ser entendida como un juicio de reproche subjetivo del comportamiento (y, por
consiguiente, del examen del comportamiento psicológico del agente y de sus dotes
personales de inteligencia y prudencia), sino como la relación entre el comportamiento
dañino y aquel requerido por el ordenamiento en las mismas circunstancias concretas, con
el fin de evitar la lesión de intereses ajenos». (Espinoza Espinoza, Juan, 2011:160).
Desde otra perspectiva, se entiende por culpa, «la creación de un riesgo injustificado» y
para evaluar si ese riesgo —sea justificado o no—, se necesitará confrontarlo con la
utilidad social de la actividad a la cual se refiere, teniendo en cuenta el costo de la
remoción de éste: cuando más grandes son la utilidad social y el costo de la remoción,
tanto más grande es el riesgo justificado.
7.61. CLASES DE CULPA
La Doctrina distingue los siguientes tipos de culpa:
a. Culpa objetiva
Es la culpa por violación de las leyes, ello significa que el ordenamiento determina el
parámetro del comportamiento y si el agente no lo cumple, éste es responsable. La culpa
objetiva no debe ser confundida con la responsabilidad objetiva, esta última es ajena al
concepto de culpa. La culpa objetiva se basa en parámetros determinados por la ley, es
por ello que recibe dicha calificación. Jean H. Mazeaud sostiene: «Una cosa es exigir la
responsabilidad del autor de un daño negando todo examen de su conducta (Teoría del
Riesgo), y otra cosa es no declararlo responsable, sino en los casos en que otra persona
habría obrado de manera distinta (apreciación de la culpa in abstracto)». (Mazeaud, Henri,
1960).
b. Culpa subjetiva
Es aquella que se basa en las características personales del agente. En este tipo de culpa
se entiende generalmente, por ejemplo, atribuir relieve a las cualidades físicas
551
del agente. Este tipo de culpa, engloba a la imprudencia (cuando el sujeto hace más de lo
debido) y la negligencia (el sujeto hace menos de lo que debe).
c. Culpa grave
Es el no uso de la diligencia que es propia de la absoluta mayoría de los hombres, es decir,
quien ha tenido una conducta tal que no ha hecho lo que todos los hombres hacen
comúnmente. El artículo 1319 del C.C., define como culpa inexcusable a la negligencia
grave (que coincide con el concepto de culpa grave).
d. Culpa leve
Es el no uso de la diligencia propia de las personas de capacidad media. El art. 1320 del
C.C., la define como la omisión de «aquella diligencia ordinaria exigida por la naturaleza
de la obligación y que corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y del
lugar».
e. Culpa levísima
Cuando no se usa de la diligencia propia de las personas excepcionalmente prudentes y
cautas. Este supuesto no está regulado en el C.C., sin embargo, este grado de la culpa ha
sido fuertemente criticado por su dudosa validez en el plano de la lógica y de la realidad
jurídica.
f. Culpa profesional
Está regulado en el artículo 17620 del C.C. Respecto al contenido de este artículo, la
doctrina ha expresado que en la aplicación de las reglas científicas solo debe incurrirse
en responsabilidad en los casos de dolo y culpa inexcusable, como sería el
desconocimiento de tales reglas o su indebida aplicación por negligencia grave, mas no
cuando se trata de una equivocación en que no hay mala fe de parte del deudor y que solo
obedece a una falta de diligencia ordinaria en la solución de problemas técnicos de
especial dificultad.
g. Culpa por omisión
Fernando de Trazegnies se pregunta: ¿Existe culpa por no evitar un daño en el mismo
sentido que la culpa por causar un daño? , o dicho de otra manera ¿hay responsabilidad
civil por el hecho de no actuar como un buen samaritano? Y refiere que la omisión puede
presentarse como consecuencia y en la ejecución de una operación que implica la
realización de ciertos actos positivos. (De Trazegnies, Fernando, 2001: 35).
Por ejemplo: El chofer que conduce su automóvil (acto positivo), omite frenar a tiempo
para evitar el accidente. Si esta omisión es dolosa, negligente o imprudente — es decir,
si existe culpa en tal omisión— no cabe duda de que origina responsabilidad. Pero la
omisión puede producirse también independientemente de todo acto positivo: estamos
ante la simple inacción de una persona frente a un daño que sobreviene a otro y cuya
intervención se hubiera podido evitar o atenuar.
561
Este segundo caso —la doctrina discute y que una buena parte de ella condiciona a que
haya existido previamente una obligación legal de actuar para que pueda hablarse de
responsabilidad— el Código Penal Peruano, contiene varios artículos referidos a casos
vinculados al problema que nos ocupa. Así por ejemplo, el artículo 179 supone un deber
del guardador de ayudar (no abandonar) a niños en peligro y a los incapaces que estén
legalmente o de hecho, al cuidado de una persona. (De Trazegnies, Fernando, 2001:36).
7.63. FORMAS DE LA CULPA
a. Negligencia: Descuido en el actuar. Omisión consciente, descuido por impericia
o dejar de cumplir un acto que el deber funcional exige. En materia penal es punible.
b. Imprudencia: Punible e inexcusable negligencia con olvido de las precauciones
que la prudencia vulgar aconseja, la cual conduce a ejecutar actos que se realizan sin la
diligencia debida y que son previsibles desde un punto de vista objetivo, siendo
considerados como delito.
c. Impericia: Falta de destreza, sabiduría, práctica, experiencia y habilidad en una
ciencia o arte.
d. Inobservancia: Consiste enque al desempeñar ciertas actividades o cargos, el
sujeto omita cumplir los deberes impuestos por los reglamentos u ordenanzas.
Tomado de:
http://wvWLacademia.edu/3200789/Seguro_de_Responsabilidad_Profesional._Mala_Pr
axis_Medica (24/03/2014)
7.7. EL DOLO
Juan Espinoza Espinoza, citando a Renato Scognamiglio, refiere: «La noción del dolo
coincide "con la voluntad del sujeto de causar el daño", la cual coincide con el artículo
13180 del C.C., a propósito del incumplimiento de la obligación (al referirse al gerundio
"deliberadamente"». (Espinoza Espinoza, Juan, 2011:165).
Por su parte, Aníbal Torres Vásquez, distingue el dolo en materia penal y en materia civil.
Refiere el autor, que en materia penal el dolo consiste en la conciencia de la criminalidad
del acto u omisión, previsto y sancionado por la ley como delito. En Derecho Civil, el
dolo tiene tres acepciones:
a. Como elemento de incumplimiento de las obligaciones: el dolo es la intención
deliberada de inejecución de la prestación debida (art. 1318 del C.C.). Aquí el dolo
coincide con la mala fe, para cuya existencia no se precisa la intención de dañar (como
sucede en Derecho Penal), basta infringir de modo voluntario el deber jurídico que pesa
sobre el deudor; debiendo entenderse como dolosamente deseados los resultados que, sin
ser intencionalmente perseguidos, son consecuencia necesaria de la acción u omisión del
deudor que no ejecuta su prestación.
571
b. Como factor de atribución de la responsabilidad civil por acto ilícito. El dolo es la
conciencia y voluntad de causar un daño; en tal sentido se opone a la culpa que designa
al actuar negligente del agente que causa un daño.
c. El dolo como vicio de la voluntad significa engaño. También se considera que el
dolo del deudor o dolo en el cumplimiento es un criterio de imputación que ofrece la
característica de hallarse formulado en términos de tal generalidad que lo hacen
inaplicable. A partir del concepto que la mayor parte de la doctrina comparte, la gran
mayoría de los incumplimientos serían dolosos, pero la casuística jurisprudencial pone en
evidencia que solo se aplica el especial régimen previsto para los supuestos de dolo en
contadas ocasiones. (Torres Vásquez, Aníbal, 1998:552).
7.8. EL RIESGO
El art. 19700 CC establece que: «Aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por
el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro, está obligado a
repararlo».
Aquí se recoge el principio objetivo de responsabilidad civil: la obligación de reparar el
daño causado por un bien o actividad riesgosos, al margen de la existencia del dolo o
culpa.
Riesgoso o peligroso pueden tomarse como sinónimos, pero, no obstante, la reiteración
que hace el legislador en este artículo da un espectro y un alcance amplios al artículo.
El jurista Fernando De Trazegnies señala que el artículo contiene una denominación
genérica al referirse al riesgo o peligro, lo que confiere al Código un concepto amplio de
aplicación de la responsabilidad objetiva, al no limitarla al campo de las actividades ultra
riesgosas.
La discusión en torno a este tema versa en cómo determinar cuáles son los bienes o
actividades riesgosos.
El concepto de riesgo está relacionado con el tema de peligro posible de causar daño, pues
casi todo bien o actividad, potencialmente, pueden causar algún tipo de daño. Por lo tanto,
la idea gira en torno a aquellos bienes que, de alguna manera, representan un riesgo
especial o adicional al propio que tienen como objetos. La doctrina —en general—, ha
llegado a un cierto consenso, si bien no absoluto, en señalar como bienes peligrosos o
riesgosos a los siguientes:
• Los vehículos motorizados.
• Las sustancias explosivas.
• Las sustancias tóxicas.
• Las armas de fuego.
581
No existe tanto consenso en determinar si se puede considerar como riesgosos o
peligrosos a los animales, construcciones, armas blancas, etc.
Esta postura relaciona la clasificación, con la especial peligrosidad de estos bienes o
actividades.
En efecto, los vehículos motorizados no solamente causan daño por su peso o volumen,
sino que pueden causarlo aún privados del control humano. Si el chofer de un automóvil
pierde el sentido, el automóvil sigue su curso al margen de la acción de éste. Cuando un
peatón se atraviesa en el camino de un automóvil —al margen de la voluntad del chofer
que nota el peligro—, es necesario llevar a cabo una serie de operaciones mecánicas para
que el vehículo pueda detenerse o desviar su curso, quizás más complicadas cuando se
trata de una bicicleta o unos patines.
Por su parte, las armas blancas sí entrañan daño dependiendo del uso, ya que puede servir
para pelar fruta o también para asesinar a alguien. En cambio, si tenemos un arma de
fuego, si bien quien la empuña puede decidir si jalar o no el gatillo y en qué dirección,
una vez disparada el arma, no tiene el control sobre la bala, la que puede perderse y
ocasionar daños a un objetivo distinto o, en todo caso, puede atravesar el objetivo y dañar
otro.
Lo mismo ocurre con los explosivos, sobre cuya onda de expansión o sobre las esquirlas
que éstos arrojan no existe control; igualmente, sobre los venenos potentes que pueden
accidentalmente dispersarse en pequeñas cantidades y afectar a quienes no estaba
previsto.
Al parecer la regla viene a ser la peligrosidad potencial para el prójimo, más allá del
control que sobre estos bienes pueda tener la persona que los manipula
7.81. CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE UN BIEN RIESGOSO Y UNA
ACTIVIDAD RIESGOSA?
La legislación no hace mayores distinciones. Pongamos un ejemplo: Un automóvil, ¿se
trata de un bien riesgoso o si, lo riesgoso es conducirlo? Un automóvil estacionado, quizá
no represente mayor peligro que una toma de agua o una banca en el parque: alguien
puede tropezar con ella y lesionarse. Pero el riesgo real parece surgir de la actividad de
ponerlo en marcha. Un atropello ¿lo produce el automóvil como bien riesgoso o, en todo
caso, la actividad de conducir un automóvil? Lo respuesta se orienta hacia la segunda, es
decir, hacia la actividad de conducir.
Así pues, podemos decir que no es suficiente la mera existencia del bien riesgoso o
peligroso, o la actividad riesgosa o peligrosa, ni éstos en sí mismos, son fuentes de
responsabilidad por el hecho de ser riesgosos o peligrosos. Se necesita una conducta tal,
que basada en el bien riesgoso o peligroso o en la actividad riesgosa o peligrosa, genere
un daño, aunque esta consecuencia no haya sido deseada por el agente responsable.
591

La conducta implícita en el art. 19700 del Código Civil, es el acto consciente y deliberado
de introducir un riesgo o peligro de daño, ya sea a través de un bien — que por sus
características es riesgoso o peligroso—, o a través del ejercicio de una actividad
igualmente riesgosa o peligrosa. En Derecho es válida la premisa según la cual nadie
actúa con el ánimo de causarse daño por su propio deseo, tendría que asumirse,
igualmente, que todo aquel que introduce un bien riesgoso o se vale de él, lo hace en su
propio beneficio y no contra sus propios intereses. Tales beneficios pueden ser de toda
índole. La naturaleza del beneficio no es lo relevante, pero es la razón que, con carácter
iuris et de iure, está implícita en el art. 19700 del Código Civil, en virtud de la cual se
asigna responsabilidad al agente.

8.1. EL DAÑO
El término proviene del latín damnum y está vinculado al verbo que se refiere a causar
perjuicio, menoscabo, molestia o dolor.
En términos generales, podemos señalar que para el Derecho, el daño es un perjuicio que
sufre una persona o su patrimonio por culpa de otro sujeto. El daño, por lo tanto, supone
un detrimento en los derechos, bienes o intereses de un individuo como consecuencia de
la acción u omisión de otro. (BARROS, Enrique, 2006).
El daño puede ser generado por dolo, culpa o de manera fortuita.
El daño doloso se produce cuando el sujeto actúa de forma intencional (alguien golpea
con un palo el coche de otra persona y rompe sus vidrios, por ejemplo).
El daño culposo, en cambio, tiene lugar por negligencia (una persona arroja un cigarrillo
en el campo y genera un incendio)
Todo daño genera a su responsable una obligación de resarcimiento. En ciertos casos, el
daño también puede implicar una sanción penal, cuando el ilícito cometido se encuentra
penado por la ley.
Cuando nació el Derecho de Daños en los códigos europeos del siglo XIX, las pocas
normas que dedicaron a la materia tenían como finalidad inmediata compensar los
671

daños sufridos por las personas y causados, fundamentalmente, por negligencia. Así lo
señala el artículo 13820 del Code francés de 18040: Tout fait quelconque de l'homme,
qui cause à autrui un dommage, oblige celui par la faute dequel il est arrivé, à le réparer
(Cualquier acto del hombre que cause daño a otro, obliga a éste a su resarcimiento); y en
el artículo 1902 del Código Civil español de 1889: «El que por acción u omisión causa
un daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño
causado».
8.2. CLASIFICACIÓN DEL DAÑO
Existen muchas clasificaciones del daño. En el presente manual solo expondremos
aquellos que nuestra legislación civil acoge:
8.21. DAÑO PATRIMONIAL
El término daño patrimonial, se refiere, en general, a todo menoscabo o detrimento que
se produce en los bienes que componen el patrimonio de una persona.
La necesidad de determinar exactamente en qué consiste el daño patrimonial, tiene por
objeto conocer con precisión qué tipo de perjuicios deben indemnizarse frente a un daño
imputable por dolo o culpa, ya sea en sede extracontractual o frente a un incumplimiento
imputable en sede contractual.
¿Qué daños patrimoniales deben indemnizarse? De acuerdo a lo establecido por el CC
peruano, en su artículo 13210, se debe indemnizar el daño emergente y el lucro cesante.
En efecto, este artículo establece lo siguiente:
«Queda sujeto a la indemnización de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones
por dolo, culpa inexcusable o culpa leve'.
"El resarcimiento por la inejecución de la obligación o por su cumplimiento parcial, tardío
o defectuoso, comprende tanto el daño emergente como el lucro cesante, en cuanto sean
consecuencia inmediata y directa de tal inejecución».
¿Qué entendemos por daño emergente y lucro cesante?
8.22. DAÑO EMERGENTE
Por daño emergente se entiende el empobrecimiento real y efectivo. Así pues, el daño
material se mide por la disminución patrimonial que ha sufrido la víctima; el moral es
subjetivo, y afecta a la persona que lo sufre en sus sentimientos, decoro, honor o
681
reputación. En este caso, el Juez debe hacer un mayor trabajo de análisis para investigar
el real perjuicio sufrido según las particulares circunstancias de cada caso.
• Ejemplo de daño emergente en sede contractual. Un productor de eventos celebra
un contrato con determinado artista para que realice un espectáculo en vivo. En virtud de
este contrato, el productor invierte dinero en promocionar el evento en televisión, radio y
medios escritos, junto al arrendamiento del recinto en donde se llevaría a efecto el
espectáculo. Sin embargo, el artista no cumple su parte del contrato y señala que no se
presentará. El incumplimiento del artista ha implicado un daño emergente para el
productor, daño que se extiende a todo lo invertido para promover el espectáculo.
• Ejemplo de daño emergente en sede extracontractual. El dueño y conductor de un
taxi cruza por una avenida en perfecto cumplimiento de la normativa del tránsito, pero
otro vehículo, con imprudencia de su conductor, no respeta la señalización y choca contra
el taxi, destruyendo parte del motor. El dueño del taxi ha sufrido un daño emergente que
se extiende a la destrucción que ha sufrido su vehículo.
8.23. LUCRO CESANTE
Por lucro cesante, se entiende la utilidad que en virtud del daño se ha dejado de percibir.
Para mayor claridad utilizaremos los mismos ejemplos anteriores, pero desde otra
perspectiva.
• Ejemplo de lucro cesante en sede contractual. El productor había celebrado un
contrato con este artista en atención a que su espectáculo le reportaría ingresos por
concepto de entradas. Así, las entradas que no pudieron venderse por el incumplimiento,
implican para el productor lucro cesante, es decir, lo que ha dejado de percibir por el
incumplimiento.
• Ejemplo de lucro cesante en sede extracontractual. El taxista, cuya única fuente
de ingresos era su taxi, no podrá trabajar durante el tiempo necesario para reparar su
vehículo. Así, para él es lucro cesante lo que deja de percibir diariamente a causa del
daño, ya que sin el taxi no puede trabajar.
Tomado de: http://blog.pucp.edu.pe/item/89420/nocion-de-dano-patrimonial-y-
sufuncion
8.24. DAÑO EXTRAPATRIMONIAL
En relación al daño extrapatrimonial, un sector de la doctrina la identifica con estas
denominaciones: daño no patrimonial, daño subjetivo patrimonial o daño personal. Este
daño consiste en aquel acto que lesiona los derechos o legítimos intereses de naturaleza
no patrimonial, tanto de las personas naturales como de las personas jurídicas.
ll 691
Tradicionalmente, lo que hoy conocemos como daño extrapatrimonial consistía en aquel
acto que «lesiona a la persona en sí misma, estimada como un valor espiritual,
psicológico, inmaterial» entendiéndose, incluso, como sinónimo de daño moral.
Dentro de la actual sistemática de nuestro Código Civil, la categoría de daño
extrapatrimonial o subjetivo comprende lo siguiente:
a. Daño a la persona: Lesión a los derechos existenciales o no patrimoniales de las
personas y;
b. Daño moral, es aquel que consiste en «el ansia, la angustia, los sufrimientos físicos
o psíquicos, etc.», padecidos por la víctima. El daño moral es el que se inflige a las
creencias, los sentimientos, la dignidad, la estima social, a la salud física o psíquica, esto
es: a los derechos de personalidad o extrapatrimoniales. El daño moral se suele definir
como todo aquel daño que no tiene naturaleza puramente patrimonial y podrían
concebirse como todos aquellos que afectan a los bienes o derechos inmateriales de las
personas. El daño moral debe ser cierto, real y existente; sin perjuicio que la resolución
judicial pudiera cuantificar determinados daños morales futuros.
Dentro de la categoría de daño moral, se distingue el daño moral subjetivo del daño moral
afectivo:
b.l. Daño moral subjetivo que lo sufre de manera directa el propio sujeto.
b.2. Daño moral afectivo, entendido como la lesión a la relación afectiva respecto de
sujetos, animales o bienes. En el primer supuesto, piénsese en la pérdida del cónyuge, o
del conviviente, de un hijo o un padre; en el segundo, la de una mascota particularmente
vinculada con una persona anciana y sola.
Tomado de: http://iurisprudenciadederechocivilper.blogspot.com/
Por su parte Fernández Sessarego realiza una moderna sistematización del Daño a la
Persona, indicando que éste se clasifica en:
c. Daño psicosomático: Consiste en las lesiones al soma, cuerpo o mente, que altera
la unidad del ser humano, generando indistintamente consecuencias patrimoniales y no
patrimoniales y el «mal llamado daño moral» que constituye un daño emocional que causa
perturbaciones psíquicas, generalmente transitorias, no patológicas como dolores y
sufrimientos. A su vez, este se clasifica en:
C.I. Daño biológico: Consiste en el daño o lesión en sí misma (vertiente estática). Por
ejemplo: un golpe, una herida, una fractura, un trauma, una mutilación, etc. En el curso
de este trabajo adoptamos la designación de 'daño biológico' para referirnos a la lesión en
sí misma y de 'daño a la salud' para designar las consecuencias o perjuicios causados al
bienestar integral de la persona que pueden ser generados por una o más lesiones.
c.2. Daño a la salud o daño al bienestar: Es la consecuencia o perjuicio causados al
bienestar integral generado por una o más lesiones (vertiente dinámica). El daño a la
701
salud, compromete, por consiguiente, el estado de bienestar integral de la víctima. El
concepto 'bienestar', como se ha apuntado, tiene una muy amplia significación. Carecer
de bienestar supone un ostensible déficit en la calidad de vida de una persona en relación
con el nivel que tenía antes de producirse el daño. La persona, a consecuencia de la lesión
sufrida, ve afectadas sus normales actividades, ya sean ellas afectivas, de relación social,
familiares, laborales, sexuales, recreativas u otras.
c.3. Daño al proyecto de vida: Llamado también daño a la libertad fenoménica, que es
el que repercute en el ámbito de la libertad de la persona. El daño a la libertad supone un
previo daño psicosomático. Este último daño puede incidir —en diverso grado—, en la
libertad, ya sea en su dimensión subjetiva como en su expresión objetiva o fenoménica,
es decir, en el ejercicio mismo de la libertad en la vida social. El daño causado impide a
la persona convertir su íntima decisión en una cierta conducta o comportamiento. En este
caso, sin embargo, no puede aludirse a una "pérdida" de la libertad, ya que ello solo ocurre
con la muerte, sino más bien a la imposibilidad temporal de decidir por sí mismo. Esta
imposibilidad de decidir por sí mismo puede presentarse en un estado de coma, por lo que
será improbable que la persona recupere su capacidad de decisión. (Fernández Sessarego,
Carlos, 1993: 29).
En la actualidad, la reparación del daño a la persona es aún más necesario, dado que con
el uso de la tecnología, han aumentado las circunstancias de riesgo a que está expuesto el
ser humano.
Dado que existe una mayor comprensión del significado y de las consecuencias del daño
a la persona, hoy es inimaginable dejar de reparar el daño a la persona. Por ello, resulta
pertinente hacer eco de lo expresado los hermanos Mazeaud al referirse al daño moral, la
misma que es aplicable, obviamente, al daño a la persona.
Para estos juristas franceses resulta «chocante en una civilización avanzada como la
nuestra, que fuera posible, sin incurrir en ninguna responsabilidad civil, lesionar los
sentimientos más elevados y nobles de nuestros semejantes, mientras que el menor
atentado contra su patrimonio origina reparación». Esta idea está impregnada de un
sentido humanista, dirigido a superar una concepción pura y estrechamente
individualista-patrimomalista que hasta no hace mucho existía en el mundo jurídico.
(Mazeaud, 1960: 268 y 377).
8.3. ELEMENTOS ESTRUCTURALES DEL DAÑO
A continuación, vemos los elementos del Daño:
a. La certeza
Certeza del daño significa que la lesión jurídica es verificable en el plano material, y, por
consiguiente, es cuantificable, pues es determinable en el sentido que por su propia
naturaleza, el juzgador ha precisado su existencia.
11711
Cabe señalar que la verificación de tal posibilidad y, consecuentemente, la aplicación de
índices indemnizatorios exigibles para una reparación justa se hace tomando en cuenta,
precisamente, el requisito de la certeza.
b. La especialidad
El tema de la especialidad se relaciona con el de las perspectivas desde las que se aborda
la responsabilidad civil, y que son la expresión del abandono de una visión
exclusivamente restrictiva del daño. Fernández Cruz señala al respecto:
«En el derecho continental, por ejemplo, es importante el aporte que realiza la doctrinarn
italiana, la cual entiende (y no discute hoy) que la responsabilidad civil debe ser vista
desde dos perspectivas':
"Una micro-económica, a partir de la cual se persigue analizar las funciones de la
responsabilidad civil, según el modelo económico que se toma como referencia».
En este escenario —a propósito del criterio de especialidad— el daño debe afectar a una
entidad individual, si se toma en cuenta no solo la perspectiva "diádica" o intersubjetiva,
sino también la perspectiva macrosistémica. Desde estas perspectivas, la especialidad
implica la lesión al interés de una persona natural o un ente jurídico; persona jurídica en
el más amplio sentido del término, restringiéndose el resarcimiento al escenario de las
personas jurídicas lesionadas en sus propios intereses y no al colectivo como sujeto de
derecho supraindividual.
Los daños al medio ambiente son un buen ejemplo de ello. Si bien se pueden producir
daños que afectan al ente colectivamente considerado, el resarcimiento deberá producirse
en la medida que los daños generadores se materialicen en daños individualizables, los
cuales sí son objeto de resarcimiento. Debemos tomar en consideración lo que establece
un importante sector de la doctrina al respecto de la individualización del agente.
Por su parte, Franzoni señala: «El juicio de responsabilidad permite individualizar al
sujeto al que se le impondrá el costo del daño». (FRANZONI, Massimo, 2009: 19).
c. Subsistencia del daño
En el caso de la subsistencia se debe verificar que no solo se haya producido el daño, sino
que éste se mantenga con posterioridad sin que se haya producido una recomposición de
los daños de manera natural o, por la intervención externa del originador del daño o por
un tercero extraño a la relación de responsabilidad (el asegurador). Verificado tal hecho
se procederá a encausar una reparación inmediata que es lograda por dicha intervención.
Debemos tomar en cuenta que la subsistencia del daño implica la persistencia de la lesión
de un interés productor, inmediatamente de un daño actual; de este modo, podemos
afirmar que el daño moral puede ser uno que sobreviene a otro de naturaleza patrimonial
y que no es contraseñible a un daño de naturaleza personal sino, que puede,
eventualmente, trascenderlo. En este sentido, podemos citar el caso expropiatorio.
721
El artículo 700 de nuestra Constitución señala que:
«El derecho de propiedad es inviolable. El Estado lo garantiza. Se ejerce en armonía con
el bien común y dentro de los límites de ley. A nadie puede privarse de su propiedad sino,
exclusivamente, por causa de seguridad nacional o necesidad pública, declarada por ley,
y previo pago en efectivo de indemnización justipreciada que incluya compensación por
el eventual perjuicio. Hay acción ante el Poder Judicial para contestar el valor de la
propiedad que el Estado haya señalado en el procedimiento expropiatorio».
Corresponde saber cuál es el alcance de pago del justiprecio, el cual de hecho, abarca el
valor de realización en el mercado de bien expropiado. Sin embargo, queda pendiente de
resarcimiento por los eventuales daños morales ocasionados a propósito de proceso
expropiatorio que, aunque justificado, dichos daños son distintos al monto de daño
justipreciado que se extiende única y exclusivamente al monto del bien materia de
expropiación. Por ello, el daño subsiste y es posible, en este sentido, de reclamar vía el
proceso correspondiente por los daños morales producidos con ocasión de la expropiación
producida.
La finalidad práctica del presente ejercicio es la de comparar uno de los elementos
constitutivos del daño (el de la injusticia) según la doctrina y la jurisprudencia italiana,
con respecto a la ausencia o necesidad de implementación de tal elemento, según doctrina
o jurisprudencia nacional.
Para tal efecto se tomará en cuenta, en principio, la comparación legislativa de las
cláusulas normativas generales; esto es, el artículo 20430 del Código Civil italiano con
respecto al artículo 19690 del Código Peruano. En segundo lugar se comparará al ras de
lo dogmático la posición de la doctrina tradicional italiana —que postula que el atributo
de la injusticia está delimitado a la lesión de derecho subjetivos absolutos—,
conjuntamente con la doctrina italiana moderna —que amplía el área de los daños
resarcibles, en mérito al elemento de la injusticia, a los intereses jurídicamente
protegidos— frente a una posición (aún no profundizada según parece) en virtud de la
cual, tal atributo podría ser un elemento perturbador para la configuración del daño
resarcible en sede nacional.
Un caso que viene a colasión con este tema, es el hecho que no es posible revocar la
suspensión de la pena por incumplimiento de la obligación resarcitoria, es decir: del pago
de la reparación civil; ya que esto significaría una infracción del inciso c) del numeral 24
del artículo 20 de la Constitución Política del Estado que consagra la libertad como
derecho fundamental. Esta posición se fundamenta en la naturaleza privada de la
pretensión resarcitoria y es la asumida por los vocales que no alcanzaron mayoría en el
Pleno Jurisdiccional 1997, en Arequipa, (24 vo-tos contra 28) que se sustentan en estos
aspectos:
a. La obligación resarcitoria [...] constituye una obligación de carácter patrimonial civil y
solidaria entre los responsables del hecho punible y los terceros civilmente obligados
según el artículo 1010 en concordancia con el artículo 950 del Código Penal, además l;
b. La efectivización de la pena por incumplimiento de la reparación importa una prisión
por deu-,das que infringe la norma constitucional antedicha;
c. Su aplicación atenta contra el principio de igualdad, ya que el tratamiento de
11 731
los solventes sería distinto al de los insolventes, pues los primeros jamás sufrirían prisión,
y todo lo contrario les sucedería a los insolventes. d. Finalmente, se infringe el principio
de última ratio del Derecho Penal y de la pena.
A continuación, transcribirmos un párrafo de la sentencia:
EJ CUTORIA SUPREMA DE 1 7/020006
R N. N O 4885 2005 AREQUIPA.
. ] «Debe tenerse en cuenta que las consecuencias del delito no se agotan con la
imposición de una pena o medida de seguridad, sino que surge la necesidad de imponer
una sanción reparadora, cuyo fundamento está en función a que el hecho delictivo, no
solo constituye un ilícito penal, sino también un ilícito de carácter civil, para lo cual debe
tenerse en cuenta lo previsto en el artículo 20 inciso 24 apartado "c" de la norma
normarum —No hay prisión por deudas— por lo que no resulta pertinente su imposición
como regla de conducta, en atención a su propia naturaleza jurídica, no pudiéndose
supeditar la condicionalidad de la pena a la exigencia de su pago, como erróneamente se
ha dispuesto... —respecto a reparar el daño causado—; razón por la cual, es necesario
dejar sin efecto dicho extremo» [.
Nuestra Corte Suprema mediante esta sentencia, ha establecido como precedente
vinculante la procedencia de la imposición como regla de conducta de la reparación del
daño causado (de manera específica)
8.4. LA INDEMNIZACIÓN DE LOS DAÑOS
La indemnización por daños y perjuicios permite que el acreedor o el perjudicado exija
del deudor o causante del daño, una cantidad de dinero equivalente a la utilidad o
beneficio que le hubiese reportado el cumplimento efectivo, íntegro y oportuno de la
obligación; También se denomina Indemnización a la reparación del mal causado. Al
respecto, el artículo 11010 del Código Civil señala: «Quedan sujetos a la indemnización
de los daños y perjuicios causados los que en el cumplimiento de sus obligaciones
incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren
al tenor de aquéllas».
Las indemnizaciones pueden ser:
• Contractuales: Son las que debe pagar un deudor en caso de incumplir una
obligación contractual, con el fin de resarcir al acreedor por su incumplimiento.
741
• Extracontractuales: Son aquellas que no proceden de un contrato, sino que se
originan en una acción dolosa o culposa que ocasiona un daño
Por otro lado, producido un hecho ilícito se genera la obligación de compensar. En estos
casos la indemnización será fundamentalmente de carácter pecuniario (salvo algunas
excepciones. Sin embargo, hay que subrayar que el perjudicado tendrá que probar el
incumplimiento o realización del hecho doloso o culposo, puesto que el mero
incumplimiento contractual o producción del hecho ilícito no produce de manera
automática el nacimiento de la indemnización por daños y perjuicios.
En estos casos, los jueces utilizan comúnmente un criterio restrictivo en la valoración de
la prueba a la hora de fijar el quantum indemnizatorio.

You might also like