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INDICE
I. Introducción
1. El Erotismo
a. Definición
b. Breve Historia
c. Bataille
d. Foucault
2. Violencia y Erotismo
a. Definición de Violencia
b. Tipos de violencia
c. La violencia del erotismo
3. Erotismo y Creación
a. El Erotismo en las Artes Visuales
b. Erotismo y Teatro
4. Violencia y Creación
a. La violencia en el arte
b. Violencia en el teatro
5. Definición de una Estética de la violencia del erotismo para la creación
escénica.
8. Reflexiones finales
II. Conclusiones
III. Bibliografía
3
I.- INTRODUCCIÓN
Por eso es que la búsqueda de una particular forma de realizar una determinada
actividad artística, de elegir el o los elementos que definan las características
centrales de la creación que a su vez definirán el lenguaje personal de cada autor-
creador1, debe ser una preocupación central de éste.
La búsqueda de ese modo particular, al que llamamos poética, será la base central y
punto de partida de la presente investigación.
Es en ese sentido y a partir del deseo de encontrar una forma y una metodología
creadora personal (ya que no necesariamente única) es que nos interesa la relación
que se puede establecer y definir entre erotismo y teatro desde la perspectiva de la
tensión subyacente entre vida y muerte que contiene y define la actividad erótica,
actividad, dicho sea de paso, exclusiva de los seres humanos, igual que el arte. (aquí
habría que definir qué se va a entender por erotismo)
En lo erótico hay un vínculo inseparable entre Eros y Tánatos, (explicar por qué)
entre vida y muerte, y con ello, la violencia que hay implícita en dicha relación, que
constituye una parte central de la experiencia erótica.
El autor francés Georges Bataille dice que “el terreno del erotismo es esencialmente
el terreno de la violencia, de la violación”.2 (de qué tipo de violencia se va a hablar)
1
En el plano del arte y particularmente del teatro entenderemos al autor-creador como aquel que
funda un mundo, es decir, muestra “lo nuevo”, lo no establecido, produciendo así la transgresión de la
mirada, y con ello el conflicto y la violencia. (esto último se explicará en detalle más adelante)
2
Bataille, Georges: El erotismo, Tusquets Editores, Barcelona, 1997, p. 21.
4
poética personal que surja de la energía que contiene y despliega lo erótico en tanto
violencia, violación, en tanto transgresión.
3
Bataille, Georges: El erotismo. Tusquets Editores, Barcelona, 1997, p. 53
4
Barros, César: “Cuando el mundo se vuelve mundo”: La prueba de César Aira y los caminos del acto
Washington University in Saint Louis
5
Vattimo, Gianni: Conferencia dictada en la Academia Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires
5
Puede decirse que la obra de arte genera conflicto, es decir enfrentamiento que
puede llevar a una transgresión provocando violencia, al oponer lo establecido
y lo nuevo.6
Este choque dialéctico entre las ideas y concepciones éticas y estéticas
que posee una sociedad y la representación de lo otro, de lo que se opone
a dicha forma de entender la realidad, es lo que en el arte genera el
conflicto, la violencia, que también le pertenece a lo erótico de un modo
similar. En ambos casos existe un núcleo, una posibilidad latente de
transgresión revolucionaria, anclada en la violencia del enfrentamiento, del
posicionar lo nuevo y lo prohibido como lo legítimo.
La obra de arte, al mostrarnos lo nuevo, puede no ser entendida, por mostrar
algo que nunca se ha visto, o simplemente porque es desconcertante para el
espectador (…)
Cuando comprendemos que una obra de arte puede cuestionarnos, quedará
abierta la posibilidad de producir cambios en nuestro existir que, dependiendo
de lo más o menos asumido de la problemática que genera la creación, podrá
generar el conflicto y la violencia.
Ahora si comprendemos revolución como un cambio violento de una
perspectiva o forma de actuar a otra, podríamos pensar que es ajena a la
creación artística. Pero si consideramos que el creador se mueve en lo nuevo,
y por ende, en una perspectiva no conocida o asimilada, y lo relacionamos con
nuestra constante necesidad de seguridad, el aspecto revolucionario de toda
obra de arte queda al descubierto al conflictuarnos entre lo establecido y lo
desconocido.
La obra de arte conmueve, impacta. Esto se ha reflejado, sobre todo, en el arte
contemporáneo. La capacidad de impactar de la obra se da por su condición
exploratoria y de búsqueda, que lo lleva a mostrar un aspecto nuevo. 7
El erotismo en el arte, y fundamentalmente en la plástica, incluso en la literatura y el
cine, es un tema bastante estudiado. Sin embargo cuesta muchísimo encontrar
material que vincule lo erótico al teatro desde un punto de vista estético, y menos
aún si entendemos al teatro como la creación espectacular, escénica, y por tanto
diferenciada y divorciada de la literatura dramática. (volver a redactar)
En este sentido podemos encontrar obras de teatro con temas eróticos, pero no así,
estudios que desde lo formal puedan definir un tipo de teatro como erótico, es decir,
una manera de trabajar escénicamente desde el erotismo como una cierta estética o
más particularmente, la creación escénica a partir de la violencia que define a lo
erótico en tanto transgresión..
6
Peña, Rodrigo: La Violencia de la Obra de Arte, Tesis Facultad de Artes Universidad de Chile, Santiago, 1999.
7
Ibidem
6
¿Qué significa el erotismo de los cuerpos sino una violación del ser de los que
toman parte en él?¿Una violación que confina con la muerte?¿Una violación
que confina con el acto de matar?8
El campo de lo erótico, y como ya se dijo, de la violencia que ello implica, de su nexo
con la muerte y la tensión de ésta con la vida como elementos que llevan
irremediablemente el uno al otro, entrega la posibilidad de construir un nuevo
lenguaje para la creación escénica, de abrir campos de exploración e
investigaciones nuevas para el arte teatral, lo que permitiría revitalizar y dotar de
nuevas y variadas posibilidades a esta actividad, más aún en el vínculo que existe
entre dos áreas o campos de lo humano tan similares entre sí, y tan poco estudiadas
en esa relación.
8
Bataille, Georges: El erotismo. Tusquets Editores, Barcelona, 1997.
9
Griselda Martínez V. : Violencia masculina. De las fantasías sexuales de los géneros al acoso sexual, en El
Cotidiano, mayo-junio, año/vol. 18, número 113. Universidad Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco. Distrito
Federal, México, pp. 15-27. 2002, Pág. 18.
10
Freud, Sigmund. “El Malestar en la Cultura” en Obras Completas: Tomo III. Editorial Biblioteca Nueva.
Madrid, 1996
11
Ídem Pág. 3048
7
Estudiar la violencia del erotismo implica entender la naturaleza violenta del género
humano y su vínculo con la contención, las pulsiones que mueven al individuo, y
además la regulación social que se ha hecho para contener esos impulsos dentro
del marco de la vida en sociedad. Entender fundamentalmente qué sucede con esos
impulsos en la época actual.
12
Ïdem Pág. 2050
13
Griselda Martínez V.: Violencia masculina. De las fantasías sexuales de los géneros al acoso sexual, en El
Cotidiano, mayo-junio, año/vol. 18, número 113. Universidad Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco. Distrito
Federal, México, pp. 15-27. 2002, Pág. 15.
14
Griselda Martínez V.: Violencia masculina. De las fantasías sexuales de los géneros al acoso sexual, en El
Cotidiano, mayo-junio, año/vol. 18, número 113. Universidad Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco. Distrito
Federal, México, pp. 15-27. 2002, Pág. 19.
15
Artaud, Antonin: El Teatro Y Su Doble. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1976. Pág. 82
8
Entonces, lo que se propone es vincular ambos lenguajes –el del teatro y el del
erotismo- para utilizar en el arte escénico los elementos manifiestos en lo erótico y
que le entregan su fuerza y energía creadora, constructora y transgresora desde una
violencia simbólica.
Parece necesario mencionar, además, que tanto el teatro como el erotismo, tienen
una fuerte vinculación con lo ritual, lo ceremonial, lo orgiástico de la fiesta y el
exceso, y la violencia que allí se vehicula.
16
Artaud, Antonin: El Teatro Y Su Doble. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1976. Pág. 85
9
17
Foucault, Michel: Historia de la Sexualidad. El uso de los placeres, Siglo Veintiuno Editores, Madrid, 1998,
Pág. 117
18
Bataille, Georges: El erotismo. Tusquets Editores, Barcelona, 1997, Pág.15
19
Bataille, Georges: El erotismo. Tusquets Editores, Barcelona, 1997, Pág. 25
20
Sánchez, José: Dramaturgias de la Imagen, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, España, 1999,
Pág. 14
10
Pero no sólo eso, sino en un carácter sensual de la puesta en escena. Y es por eso
que lo erótico se aparece como una gran posibilidad de ser un impulso-motor para la
creación escénica, ya que lo erótico se da fundamentalmente en el plano de los
sentidos. El conocer al otro está dado en ese mundo, el de lo sensorial.
Por otro lado, la fuerza, energía o impulso con que podemos cargar a la creación
escénica partiendo desde lo erótico, está dado desde el hecho de que el erotismo es
un fenómeno de transgresión y como tal es un hecho fundador y creador en sí
11
mismo. Pero más aún, la violencia que lleva implícita la actividad erótica, es la que
nos permitiría convertir la creación escénica en un acto también transgresor, al
menos en el sentido de subvertir el modelo hegemónico de creación teatral
vinculado a la razón (como modelo hegemónico de conocimiento). La violencia del
erotismo está vinculada con la transgresión, e interesa homologarla con una
transgresión relacionada con la forma habitual y hegemónica de conocer, que es la
razón, donde la ciencia se yergue como su representante fundamental.
Entonces, desde la perspectiva del teatro, donde todavía aparece como modelo
hegemónico, un tipo de teatro fundamentalmente vinculado con la palabra, es decir
el texto escrito, la obra dramática; lo erótico y su violencia implícita nos permitirán
desarrollar una poética que plantee esta otra forma de conocer, desde los sentidos
implicados fuertemente en todo acto erótico, y con ello nos permitirá desarrollar un
tipo de teatro que subvierta el modelo hegemónico, en el sentido de que
necesariamente tendremos que partir desde lo escénico y sensible en la creación.
Ya no será la palabra dicha por los actores la que construya el discurso de la obra,
sino que ahora será dado desde la violencia implícita en lo erótico como acto
creador, límite entre la vida y la muerte, desde la percepción sensible construida por
los movimientos de los cuerpos de los actores, por el diseño espacial y todo lo que
se defina desde lo perceptual en un modo más primitivo y sensorial, recuperando lo
cultual y ritual originario del teatro. Porque como dice Sánchez citando a Fuchs, “lo
esencial del teatro es el orgiasmo, el estado de embriaguez de la multitud de
espectadores (…)”21.
Nos interesa la capacidad que tiene el teatro de generar una realidad propia, y no
conformarse con ser sólo una repetición o copia de la realidad. Partir de lo erótico
como base para la creación nos da la posibilidad de descubrir y conformar un
lenguaje escénico nuevo, o al menos distinto. Nos da la posibilidad, creemos, de
conformar un universo propio, significante en sí mismo, y así, la posibilidad de
reinterpretar la realidad de elaborarla desde lo escénico. Y en esto último, nos
hacemos eco de las palabras de Heiner Müller cuando dice que: “La realidad en
21
Sánchez, José, Op. Cit. Pág. 19
12
En el acto erótico conciente, que es por excelencia un acto creador, hay implícita
una violencia que tiene que ver con lo que Bataille denomina la disolución de lo
discontinuo para pasar a una continuidad, que aunque relativa y mínima está ahí.23
Es esta violencia que subyace a este acto la que le otorga fuerza, y es esa energía
dada por la violencia del acto creador, la que queremos traspasar a la creación
escénica. Queremos entender la violencia como una herramienta necesaria de la
creación, como acto único de transgresión, comunicación y expresión.
¿Qué pasa con los sentidos, que ahora le han dado paso a la razón, a lo utilitario, a
lo comercial, al intercambio monetario, a lo instrumental?
Entonces queremos lograr desde la escena la conexión con ese mundo que hemos
olvidado dándole paso absoluto a la razón y al lenguaje verbal como único modo de
conocer y conocerse.
De este modo, y como decíamos anteriormente desde las palabras de Heiner Müller,
el teatro es una realidad en sí mismo, y no debiera duplicar, ni copiar la realidad del
público. Lo interesante del teatro así como del arte en general, está justamente en la
posibilidad de tomar elementos que ya existan en nuestra realidad (histórica,
política, social, cultural, etc.) y girarlos, reinterpretarlos generando otra mirada, una
nueva, donde está como decíamos, lo transgresor que tiene el arte y genera un tipo
de violencia al confrontar esta realidad otra a la mirada del espectador.
22
Müller, Heiner: Revista Primer Acto nº 221, 1987.
23
Bataille, Georges: El erotismo. Tusquets Editores, Barcelona, 1997
13
BIBLIOGRAFÍA