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CODICES MAYAS:

los códices mayas son libros escritos antes de la conquista española del continente y
muestran algunos rasgos y cálculos matemáticos y astronómicos de la civilización maya. En
su escritura se emplean caracteres jeroglíficos.
Los mayas desarrollaron su papel en una era relativamente temprana, hay pruebas
arqueológicas del uso de cortezas desde inicios del siglo V. Ellos lo llamaban huun, que era
superior en textura, durabilidad y plasticidad al papiro egipcio.
Aunque han llegado cuatro a nuestros dias, eran muchos más los libros mayas escritos al
tiempo de la conquista de Yucatán en el siglo XVI, pero casi todos fueron destruidos más
tarde por conquistadores y sacerdotes. En particular, los encontrados en la Península de
Yucatán fueron destruidos por órdenes de Fray Diego de Landa en julio de 1562. Juntos, los
códices, son una fuente de información primaria de la cultura maya, junto con
las inscripciones en piedras y monumentos, y estelas que sobrevivieron hasta nuestros días y
los frescos de algunos templos. Muchas de las claves para entender al mundo maya fueron
así destruidas.
Alonso de Zorita escribió que en 1540 él vio esos libros en el Altiplano de Guatemala que
“narraban su historia de más de Ochocientos años atrás y que le fueron interpretados por
Indígenas muy ancianos” (Zorita 1963, 271-2). Fray Bartolomé de las Casas se lamentó
cuando descubrió que esos libros fueron destruidos y escribió: "Estos libros fueron vistos por
nuestros clérigos, y yo aún pude ver restos quemados por los monjes aparentemente porque
ellos pensaron que podrían dañar a los Indígenas en materia de religión, ya que se
encontraban al inicio de su conversión". Los últimos en ser destruidos fueron los
deTayasal Guatemala, la última ciudad de América en ser conquistada en 1697.
Solamente tres códices y una parte de un cuarto sobrevivieron hasta nuestros tiempos. Tres
de ellos llevan el nombre según el lugar de su custodia (los 3 primeros). El cuarto, lleva el
lugar donde se expuso por primera vez en 1971. Éstos son:
 El Códice de Dresde;
 El Códice de Madrid, también conocido como el Códice Tro-Cortesiano;
 El Códice de París, también conocido como el Códice Peresiano;
 El Códice de Grolier, también conocido como el Fragmento de Grolier.
Además de estos 4, han aparecido otros en excavaciones arqueológicas pero se encuentran
en un estado pésimo y apenas quedan restos de pintura.

El Códice de Dresde está guardado en la Sächsische Landesbibliothek (SLUB), la biblioteca


estatal en Dresde, Alemania. Desde el punto de vista artístico, se ha considerado que
el Códice Dresde, es el más bello de los tres manuscritos mayas que se conocen, debido a la
claridad de sus trazos y a la cuidadosa disposición de los textos.
como hemos dicho es el más bello de los que se conservan y el de más antigüedad. Tiene 39
hojas pintadas en ambos lados, largas y estrechas. Cada una mide 20.5 por 9 cm y desplegado
3.5 m.
Las pinturas y glifos han sido realizadas con todo cuidado habiéndose usado un pincel
extremadamente delgado. Por las características estilísticas del documento es posible que
haya sido realizado por ocho escribas distintos. Se sabe que es copia de uno más antiguo
porque se utilizan dos tipos distintos de los signos de los días que a su vez corresponden a
épocas diferentes. Las páginas están enmarcadas por una linea roja con la excepción de la 74.
La mayoría se dividen horizontalmente en tres partes por medio de delgadas líneas rojas.
l códice es un calendario mostrando qué dioses influyen en cada día ya que trata asuntos
adivinatorios que se desenvuelven en un marco de rituales vinculados a la cosmología, la
astronomía y el calendario. Así, el códice Dresde explica detalles del calendario y del sistema
numérico de los mayas.
Entre los principales temas se encuentran secciones dedicadas particularmente a la deidad
lunar, un calendario de Venus vinculado al sol y la luna, lo que muestra que los mayas tenían
un calendario más complejo asociado con ideas ceremoniales, tablas lunares, profecías,
rituales de año nuevo y agrícolas, una serie de fechas calculadas a partir de los números
registrados dentro de las ondulaciones de cuerpos de serpientes, almanaques para adivinar
las lluvias (de gran preocupación para ellos por la suerte que correría el cultivo del maiz) o
tablas de múltiplos de varios números.
En el Códice Dresde aparecen representados cada una con treinta de los signos utilizados en
el calendario de 260 días llamado "tzolkin". Cada uno de los signos representa el día en el
tzolkin en donde ha comenzado una posición particular de uno de los cinco períodos de Venus
que complementan ocho años de 365 días. Las cuatro columnas de cada página en particular
representan a Venus en su posición como la conjunción superior, la estrella de la mañana, la
conjunción inferior, y la estrella de la tarde. En la parte inferior de cada página se muestra en
números mayas el número de días de cada período.
Además, en el códice en las páginas que van de la 51 a 58 aparece reflejado la importancia y
el profundo análisis que los mayas dieron a los eclipses de sol, pues en él se ha encontrado
un calendario para prevenir eclipses. Hay que tener en cuenta que el Sol era reflejo del orden
cósmico estable y continuo. Los eclipses rompían ese orden y regularidad, siendo
considerados por los mayas como símbolo de mal augurio sobre el mundo.
Mucho del contenido fue diseñado para ser reusado, aspecto que se explica debido a las
creencias mayas de que el tiempo es cíclico y la historia es en esencial profética. Una sección
que predice la aparición y desaparición del planeta Venus incorpora números que pudieron
haberse usado para corregir el error acumulado, derivado de la carencia de fracciones en el
sistema matemático. Los cómputos establecidos en el códice bien pudieron haberse utilizado
con una razonable precisión hasta el final del siglo XV. Otros elementos remiten a una fecha
de elaboración durante el Posclásico Tardío.
unque no lo sabemos con certeza, muy probablemente, en 1519 el famoso conquistador
Hernán Cortés lo envió personalmente a Madrid a la corte del entonces Rey Carlos V, en
conjunto con otras llamadas “curiosidades”, además de los tesoros comunes.
Desde Madrid el códice llegó a Viena, donde el Rey tenía una de sus residencias. El códice
permaneció ahí sin ninguna consideración hasta que en el año 1739 fue descubierto en una
colección privada por Johann Christian Goetze, quien en aquel tiempo dirigía la Biblioteca
Real de Sajonia en Dresden. El códice aparentemente le fue regalado por el desconocido
dueño, ya que para él era algo inentendible y por ende algo sin valor alguno. Goetze, sin
embargo, donaría el códice en el año 1744 a la Biblioteca Real, relegándose al olvido.
Durante 70 años pasó inadvertido, hasta que en 1810 el destacado científico alemán
Alexander Von Humbolt lo dio a conocer en sus Vues des cordillérres et monuments des
peuples indígenes de l’Amérique, que incluía reproducciones de algunas de sus páginas (la
obra es un libro muy valorado por el que se ha pagado más de 90.000 dólares).
Poco después en 1825 o 1826 el italiano Agostino Aglio reprodujo parte del códice para la
obra de Lord Kingsborough llamada “Antiquities of México” en 9 volúmenes. Aglio había
preparado también una versión a color, pero Kingsborough murió antes de que se
publicara. Se llamó posteriormente Códice Kingsborough, en recuerdo de su compilador, al
conjunto de documentos facsimilares y de copias de los
manuscritosprecolombinos mesoamericanos que incluyó Lord Kingsborough en su
publicación original: Antiquities of Mexico
Durante el siglo XIX y XX el códice continuó siendo reproducido con mayor o menor fortuna
por distintas personas que visitaron la ciudad y fotografiaron la obra. Por desgracia, durante
la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Dresde fue bombardeada por los aliados y el códice
que lleva el nombre de esa ciudad sufrió severos daños en 12 de sus páginas, debido al agua
usada para apagar los graves incendios que se propagaron por la ciudad. Por suerte, había ya
copias de la obra antes de la Segunda Guerra Mundial con lo que podemos saber su contenido
antes del deterioro.
al igual que el códice Dresde pudo haber sido enviado a Carlos I de España por Hernán
Cortés, junto al Quinto Real. En la primera carta de relación, Cortés describe:"Más dos libros
de los que acá tienen los indios". López de Gómara en su crónica describe que "pusieron
también con estas cosas algunos libros de figuras por letras, que usan los mexicanos, cogidos
como paños, escritos por todas partes. Unos eran de algodón y engrudo, y otros de hojas de
metl, que sirven de papel; cosa harto de ver. Pero como no los entendieron, no los
estimaron." Cuando se envió la primera carta, la expedición de Cortés ya había tenido
intercambios con los mayas en la isla de Cozumel, y con los mayas chontales después de
la batalla de Centla.
El códice estaba dividido en dos partes y pasó a manos distintas. Esta es la razón por la que
el códice Madrid también se conoce como Tro-Cortesano debido a que en un tiempo estuvo
separado en dos partes.
Así tenemos por un lado el Códice Troano que perteneció a Juan de Tro y Ortolano quien al
parecer, lo compró a los descendientes de Hernán Cortés, pasando en 1888 a la propiedad del
Museo Arqueológico de madrid.
En cuanto al Códice Cortesano o Cortesiano perteneció a Juan Palacios de Madrid y fue
también comprado por el mismo museo en 1872 por lo que tras la compra del Códice Troano
ambos representan una sóla obra y se exhiben en el mismo museo desde 1788 conociéndose
como Códice de Madrid. Sin embargo, el museo los adquirió sin saber que se trataba de una
misma obra y fue León de Rosny el primero que se percató al examinarlos en 1880
el códice tiene 112 páginas (56 hijas pintadas por ambos lados), largas y angostas y creadas
con papel indígena.
Su contenido es calendárico y ritual y contiene también almanaques con temas tales como
enfermedades, ritos para provocar la lluvia, cosechas, etcétera. Al parecer los sacerdotes lo
consultaban para predecir el futuro y establecer los días más adecuados para realizar distintas
labores. Sin embargo, no posee el contenido astronómico y matemático que se refleja en el
Códice Dresde. Además, la calidad es inferior al Códice Dresde pues el trazo de las figuras
y glifos reflejan cierto descuido.

el Códice de París o Peresianus, es uno de los códices mayas que aún se conservan, recibió
ese nombre por encontrarse en la Biblioteca Nacional e París. Su estado de conservación es
deplorable y muchas páginas han perdido los textos e imágenes superiores e inferiores.
Se trata de un códice pequeño en comparación con los demás aunque originalmente contaba
con 24 páginas de las que dos se perdieron y en otras tantas el deterioro es casi total.El mal
estado podría deberse al ambiente y humedad en el que se conservó, además de la falta de
atención en la biblioteca de París, que lo adquirió en 1832, pero cuyos bibliotecarios no lo
cuidaron, al punto que estuvo extraviado por algún tiempo.

presuntamente descubierto en una esquina de una polvorienta chimenea de la Biblioteca


Imperial de París (ahoraBiblioteca Nacional de Francia) tras ser adquirido en 1832, se dio a
conocer a partir de 1859 por parte de Léon de Rosny.
Este códice, también conocido como "Códice Peresianus", se encuentra en la actualidad en
el Fonds Mexicain de la Biblioteca Nacional de Francia y guardado celosamente sin
exhibición al público.No obstante de este códice existen importantes copias que han
permitido su estudio. Estas copias, en su mayoría, se derivan de la versión cromolitografica
de Léon de Rosny en 1887 (como la publicación de Graz de 1968 y la de Chiapas de Thomas
Lee Jr. de 1995) y la versión fotográfica en blanco y negro de 1888.
el documento dispone tan sólo de un total de once páginas (es un códice bastante pequeño),
donde en dos se han perdido completamente todos los detalles, y en las otras ocho se
preservan razonablemente intactos los glifos ubicados en la parte central, pero todos los
motivos cercanos a los cuatro márgenes se han borrado. Cada hoja mide de 20 a 25 cm por
12.5, realizado en papel indígena como los anteriores (papel de amate).
Tampoco se conoce con exactitud la fecha de su realización pero sin duda corresponde a un
periodo prehispánico tardío (entre los siglos XIII y XV). Tampoco en este código aparecen
las figuras y glifos de la calidad del Código Dresde.
Segùn Severin (1981) el contenido conocido tradicionalmente del Códice Paris es el
siguiente:
 La primera mitad contiene la secuencia de Katunes con sus respectives ceremonias y
ritos propiciatorios;
 Las pp. 19 y 20 tratan de los cargadores del año;
 El cuadro en las pp. 23 y 24 contiene un almanaque de siete juegos acompañados por
seres colgados de una via celestial, que tal vez es una representación del zodiaco
maya.

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