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Grice: “Lógica y conversación”

El texto empieza explicando los fallos en la lógica formal, los cuales no se pueden resolver
desde ella; en contraste, la informalización del lenguaje acepta que ha algunas situaciones
que el lenguaje formal funciona, pero en otras ocasiones no. Esto da pauta al autor para
deslindarse de una concepción formalista y de una concepción informalista para postular que
las conversaciones constan de implicaciones racionales; y para llevar a cabo tal explicación,
estipula máximas que de manera cotidiana y racional se llevan a cabo en una conversación.

La implicatura a diferencia de la implicación infiere un sentido diferente al de la implicación.

La implicación es una manera formal de estipular el lenguaje, de donde se infiere lógicamente
un significado. Por ejemplo, “a pesar de que Paco es deshonesto no lo han metido a la cárcel”,
de manera formal se infiere que Paco no está en la cárcel, sin embargo, la frase dice algo de
más, lo que implica que se quiere decir que no tarda el momento en que Paco esté preso, o
que sus amigo aceptan que sea deshonesto y por eso se lleva bien, etc. De esta manera surge
la transferencia de un significado literal a un significado de lo que se quiere decir.

Las implicaturas, las cuales son conversacionales, son un tipo de pacto cooperativo dirigido
hacia un propósito que puede variar conforme la conversación se desarrolle. Sin embargo,
dentro de las implicaturas conversacionales surge un compromiso entre los interlocutores,
como filtros de la calidad con que la información es comunicada en el éxito o fracaso del
propósito. Estos filtros, en forma de máximas, pueden ser ejercidos, violados, dejarlos en
suspenso, explotados o conflictivos entre sí mismos.

Máximas que se dan en la cooperación comunicativa:

-De cantidad: No decir más ni menos información de la que se pide.

-De cualidad: No decir lo que uno crea que es falso, y, no decir algo de lo que uno no tenga
pruebas.
-De relación: Decir las cosas sin rodeos. Ir al grano.
-De modo: Evitar ser oscuro en lo que se comunica, evitar ser ambiguo y proceder con orden.

-Cuando se violan las máximas se pierde el propósito conversacional, ya sea que se mienta
sobre lo que se dice, se diga más cantidad o menos cantidad de lo que se deba decir, se termine
por ser oscuro y poco directo.
-Cuando se dejan en suspenso la conversación se rompe la implicatura y surge una falta de
involucración. Cuando alguien ya no puede contra argumentar y decide ya no hablar de lo
mismo.
-El conflicto entre máximas surge ante la duda de decir algo o no decirlo, obligando al
hablante a transgredir alguna de las máximas en conflicto. Si alguien le pregunta a otro que,
si está feo, ante la duda de no ser tan directo se transgrede la máxima de relación y de
cantidad.
-En la explotación de las máximas, dentro de la conversación cooperativa sigue habiendo un
intercambio salvo la transgresión de los filtros con miras a un propósito. Por ejemplo, la
poesía.