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ANÁLISIS DEL REFERENDUM DEL NUEVE DE DICIEMBRE DEL 2018

En un régimen democrático, el referéndum es un mecanismo de participación ciudadana,


que permite votar a favor o en contra de una ley, una reforma de la constitución o
cualquier otro asunto de interés para el estado. El referéndum que se realizará el 9 de
diciembre del presente año, se trata de una reforma parcial de la constitución, estipulado
en nuestra constitución política del año 1993, en su artículo 32, inciso 1.
Esta iniciativa de reforma parcial de la constitución, fue una iniciativa del ejecutivo,
propuesto ante el congreso de la república. La presente reforma gira en torno a cuatro
aspectos importantes: reforma del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM),
actualmente Junta Nacional de Justicia (JNJ); financiamiento de las organizaciones
políticas, reforma constitucional que prohíbe la reelección inmediata de parlamentarios y
el retorno a la bicameralidad.

1. REFORMA DEL CONSEJO NACIONAL DE LA MAGISTRATURA


(CNM), AHORA JUNTA NACIONAL DE JUSTICIA (JNJ).

La reforma del consejo Nacional de la Magistratura (CNM), fue una de las cuatro
reformas planteadas por el actual presidente Martin Vizcarra, al congreso de la
república, tras la difusión de una serie de audios por IDL-Reporteros, que daban
a conocer la corrupción y podredumbre al interior de esta institución, encargada
de seleccionar, nombrar y ratificar jueces y fiscales a nivel nacional, según lo
estipula la constitución de 1993 en su artículo 154. Esta reforma busca mejorar
la conformación de esta identidad, asegurar su profesionalismo, trasparencia,
imparcialidad y eficacia.

Luego de haber sido debatido y aprobada esta propuesta de reforma por el


legislativo, el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), ha pasado a
denominarse Junta Nacional de Justicia (JNJ). Y se espera que sea aprobada por
los ciudadanos a través del referéndum del 9 de diciembre. Esta iniciativa
legislativa plantea modificar los artículos 154, 155 y 156 de la Constitución.

En el artículo 154, sobre las funciones de la Junta Nacional de Justicia, se


establece que este organismo nombre, previo concurso público de méritos y
evaluación personal, a los jueces y fiscales de todos los niveles. La Junta Nacional
de Justicia también ratificará, con voto público y motivado, a los jueces y fiscales
de todos los niveles cada siete años. Asimismo, ejecuta conjuntamente con la
Academia de la Magistratura la evaluación parcial del desempeño de los jueces y
fiscales de todos los niveles cada tres años y seis meses.

En el artículo 155 se establece que la Junta Nacional de Justicia estará conformada


por siete miembros titulares seleccionados por concurso público de méritos y por
un período de cinco años. La reelección está prohibida. El concurso público de
méritos está a cargo de una comisión especial conformada por: el defensor del
Pueblo (quien la presidirá), el titular del Poder Judicial, el fiscal de la Nación, el
presidente del Tribunal Constitucional, el contralor, un rector elegido en votación
por los rectores de las universidades públicas licenciadas con más de 50 años de
antigüedad, y un rector elegido en votación por los rectores de las universidades
privadas licenciadas con más de 50 años de antigüedad.

En el artículo 156, sobre los requisitos para ser miembro de la JNJ, se establece
que las personas que postulan deben ser mayores de 45 y menores de 75 años.
Asimismo, deben ser abogados que tengan una experiencia profesional no menor
de 25 años o que hayan ejercido la cátedra universitaria por no menos de la misma
cantidad de años o hayan ejercido la labor de investigador en materia jurídica por
no menos de 15 años.

El análisis específico del proyecto de ley de reforma constitucional del Consejo


Nacional de la Magistratura (CNM), presentado por el Ejecutivo no puede hacer
perder de vista la necesidad de que esta medida, ciertamente necesaria, se inserte
en un conjunto más amplio. Y es que ha de tenerse en cuenta la existencia de un
verdadero sistema de justicia, el cual está conformado, en sentido estricto, por el
Poder Judicial (PJ), el Ministerio Público (MP), el Tribunal Constitucional (TC),
el mismo CNM y la Academia de la Magistratura (AMAG).

Si bien es cierto esta reforma es importante, para mejorar el sistema de justicia en


nuestro país, sin embargo, ésta debe ser el inicio de otras reformas, en las
diferentes instituciones que conforman el sistema de justica, mencionados
anteriormente. Esperemos que esta reforma marque el derrotero hacia un sistema
de justicia más eficiente, trasparente, imparcial y libre de corrupción, donde se
imparta una verdadera justicia para todos.

2. FINACIAMIENTO DE LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS.

Las organizaciones políticas (partidos políticos y movimientos regionales),


necesitan, como toda asociación organizada, dinero para poder financiar todas
las actividades que deseen emprender. El financiamiento del sector público y
privado es entonces necesario e importante para garantizar su permanencia.

Puesto que, las organizaciones políticas, no son cualquier organización, su


importancia reside que estas tienen un fin en común y es llegar al poder, en
los diferentes niveles de gobierno, y para hacer esto posible se necesita de un
financiamiento. En este sentido, el manejo de sus finanzas resulta información
de interés público para toda la ciudadanía y tiene vital relevancia para el buen
funcionamiento del estado. Y de esta forma evitar que las campañas
electorales estén financiadas por dinero proveniente de actos ilícito o por
empresas que buscan ser beneficiadas con proyectos, cuando un determinado
candidato llegue al poder. Como se ha venido dando en los últimos años.

La iniciativa tiene por objeto reformar el artículo 35° de la Constitución


Política del Perú. Con ello se busca garantizar la transparencia e integridad de
los aportes que reciben las organizaciones políticas, tanto en periodo ordinario
como durante las campañas electorales.

Las organizaciones políticas estarán obligadas a rendir cuentas sobre sus


ingresos y gastos en periodo ordinario y durante la campaña electoral. Los
aportes deberán recibirse a través del sistema financiero. Los aportes no
declarados se presumirán de fuente prohibida. Además de recibir aportes
privados con los topes y modalidades establecidos por ley, solo podrán recibir
fondos públicos producto del financiamiento público directo e indirecto.

Las organizaciones políticas estarán prohibidas de recibir, de manera directa


o indirecta, aportes anónimos, de origen ilícito. Asimismo, no podrán recibir
aportes de personas naturales condenadas por delitos contra la administración
pública, tráfico ilícito de drogas, minería ilegal, tala ilegal, trata de personas,
lavado de activos, terrorismo o crimen organizado.

Por ello, es importante que el estado asuma, desde la norma máxima como lo
es la constitución politica, los parámetros centrales de la regulación del
financiamiento de las organizaciones políticas, que incorpore la plena
trasparencia en el manejo y declaración de estos fondos, con el objetivo de
evitar que razones ajenas al interés público, primen en los procesos de toma
de decisiones. En este sentido se considera esencial implementar esta reforma
constitucional que pueda establecer estas pautas básicas, que no puedan ser
fácilmente cambiadas o modificadas, en aras de garantizar la transparencia del
financiamiento de las organizaciones políticas.

3. REFORMA CONSTITUCIONAL QUE PROHÍBE LA REELECCIÓN


INMEDIATA DE PARLAMENTARIOS

La tercera reforma planteada, es la que prohíbe la reelección inmediata de los


parlamentarios y su finalidad es priorizar la renovación de los representantes
de los departamentos del país, y la renovación política que considere
demandar la ciudadanía.

La constitución politica no contiene una prohibición explícitamente sobre la


reelección de congresistas, en este sentido, se interpreta que al no existir una
prohibición expresa, los congresistas pueden postular todas las veces que ello
deseen y ser reelegidos por periodos sucesivos sin ningún límite.

El proyecto modifica el artículo 90 de la Constitución Política, a fin de que el


texto señale que los congresistas no pueden ser reelegidos de manera
inmediata para un nuevo periodo. El presidente de la República, los
gobernadores regionales y los alcaldes, al igual que los congresistas, son
autoridades elegidas por sufragio directo; sin embargo, tan solo en el caso de
estos últimos, persiste la posibilidad que puedan ser reelegidos, según lo
establecido en la constitución politica. Ante ello, se precisa que se evidencia
un tratamiento legislativo diferente, sin una justificación propiamente
objetiva. La omisión constitucional sobre la reelección de los congresistas
resulta contradictoria y rompe el esquema previsto para las demás autoridades
de elección popular directa y universal.

4. REFORMA QUE APRUEBA LA BICAMERALIDAD EN EL CONGRESO


DE LA REPÚBLICA

La bicameralidad es la práctica de poseer dos cámaras legislativas. En ese


sentido, un parlamento bicameral es un parlamento o congreso que posee dos
cámaras. Una Cámara baja, generalmente denominada Cámara de Diputados,
y una Cámara alta, habitualmente llamada Senado.
Desde su independencia, el Perú ha tenido 12 constituciones. De estas, ocho
reconocieron el sistema bicameral, tres la cámara única, y una la fórmula
tricameral. Este último texto se remonta a 1826 y establecía la existencia de la
cámara de los tribunos equivalente a diputados; cámara de senadores; y
cámara de censores, encargados de velar por el cumplimiento de la
Constitución y las leyes.

El Perú tuvo dos cámaras parlamentarias hasta el autogolpe que perpetró el 5


de abril de 1992 el entonces presidente Alberto Fujimori. Un año después
promulgó la Constitución de 1993, que estableció el actual sistema. Un
Congreso unicameral de 120 congresistas, que luego creció a 130
parlamentarios durante el gobierno de Ollanta Humala (2011-2016).

En el proyecto de reforma constitucional, el Ejecutivo planteó que la cámara


de senadores está compuesta por 30 miembros y la cámara de diputados por
100 miembros. Sin embargo, el Congreso, dominado por Fuerza Popular,
cambió este y otros puntos. Entre los cambios efectuados están: la cámara de
senadores estará compuesta por 50 parlamentarios y la cámara de diputados
integrado por 130 parlamentarios; para ser senador se necesita ser peruano de
nacimiento y haber cumplido 35 años; la cuestión de confianza solo sea
planteada por el presidente del consejo de ministros previo acuerdo de su
consejo; el presidente está facultado para disolver la cámara de diputados si
esta ha censurado o negado la confianza, de acuerdo al artículo 130, a dos
consejos de ministros.

Pensar nuevamente en dos cámaras legislativas significa hacer una reforma


política trascendental. Y es que este cambio no es solo del número de cámaras,
no es solo reinstaurar el Senado. Si no que implica mejorar la representación
del ciudadano, implica repensar un proceso de descentralización. La
bicameralidad implica contar con diputados fortalecidos por su
representatividad, elegidos por distritos electorales rediseñados que les
permitan estar cerca de la ciudadanía. Frente al crecimiento de la población
electoral, la distancia entre el representante y el representado se ha
incrementado. No es lo mismo ser el diputado de 15 mil ciudadanos que de
300 mil. No es lo mismo representar a una región donde las distancias se
cubren en tiempos cortos o a una donde las distancias y las dificultades de la
geografía agravan aún más el problema. Replantear la bicameralidad implica
crear un Senado que deslinde con el centralismo. En donde las regiones estén
igualmente representadas, con importantes funciones de control en leyes
económicas, de reforma constitucional y en nombramientos de funcionarios.
Una cámara no elitista sino regionalista.

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