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Datos históricos
En el argot psiquiátrico, los antipsicóticos, también llamados antipsicóticos clásicos, típicos o tranquilizantes
mayores, se identifican bajo el término de neurolépticos, del griego neuro, "nervio", y lepto, "atar". Su
descubrimiento fue accidental.
A principios de la década del 50 se produjo el descubrimiento en forma aleatoria y accidental del primer
fármaco antipsicótico: la clorpromazina. Fue sintetizado como antihistamínico por la industria farmacéutica
francesa y en 1950, Henri Laborit, cirujano francés, advirtió su efecto sedante en pacientes psicóticos. En 1952,
Delay, Deniker y Harl lo probaron en el Hospital Sainte Anne de París, confirmando su utilidad sobre los
síntomas psicóticos positivos. En efecto, describieron el efecto de sedación que producía en un caso de
excitación maníaca. En 1955, Kline ensayó la reserpina en Nueva York. La reserpina, principio activo de la raíz
de serpentaria, se empleaba en la India en el tratamiento de las enfermedades mentales. Clorpromazina y
reserpina son dos compuestos de fórmulas químicas diferentes con dos propiedades en común: efecto
antipsicótico a nivel mental y efecto neuroléptico a nivel neurológico. Por este motivo, los antipsicóticos de
primera generación o típicos también se denominaron neurolépticos. El éxito de los primeros antipsicóticos
dio lugar al desarrollo de otras moléculas sintéticas que tuvieran propiedades similares. En 1958 Janssen
descubrió las propiedades antipsicóticas del haloperidol y a partir de entonces siguieron explorándose los
usos antipsicóticos de otras sustancias similares.
Pasados los años ´80, advino la segunda generación de antipsicóticos. Comenzando con la risperidona que es
una molécula de características peculiaresporque tiene un funcionamiento como atípico en bajas dosis pero
típico cuando la dosis se incrementa.
MECANISMO DE ACCIÓN COMÚN
Los antipsicóticos bloquean a nivel central los receptores dopaminérgicos D2. En concentraciones
terapéuticas bloquean también los receptores de serotonina 5-HT2 y, con diferente sensibilidad, algunos otros
subtipos de receptores noradrenérgicos, colinérgicos e histaminérgicos.
Los neurolépticos pueden administrarse por vía oral, sublingual o intramuscular. Al llegar al cerebro ocupan
los receptores del neurotransmisor conocido como dopamina, pero también tienen efectos sobre otros
muchos receptores, como los receptores de serotonina, histamina y receptores adrenérgicos entre otros.
Concretamente se ha contemplado que un exceso de dopamina en la vía mesolímbica causa la presencia de
sintomatología positiva como alucinaciones y delirios, mientras que un déficit dopaminérgico a nivel
mesocortical es la causa más probable de sintomatología negativa como la pobreza de pensamiento y la alogia.
Es por esto que el mecanismo de acción de los fármacos que tratan estas problemáticas se va a centrar en
trabajar con la dopamina a nivel de su síntesis, recaptación y transmisión.
Antipsicóticos típicos
Se observan diferencias en el perfil de reacciones adversas. Las más importantes clínicamente son los SEP
(síntomas extrapiramidales), la sedación y, en menor medida, los efectos anticolinérgicos y la hipotensión
ortostática (éstas adquieren mayor relevancia en pacientes geriátricos)
Todos los AT poseen características similares en el mecanismo de acción (antidopaminérgico, estimulación de
la producción de prolactina, antiemético, anticolinérgico, sedante y bloqueador alfaadrenérgico). Reacciones
adversas asociadas con la administración de antipsicóticos: a) síndrome neuroléptico maligno, caracterizado
por hiperpirexia, rigidez muscular, alteración del estado mental, pulso o presión sanguínea irregular,
taquicardia, diaforesis y disritmia cardíaca, y b) prolongación del intervalo QTc, que puede conducir a la
aparición de Torsade de Pointes (causa por la que se retiró del mercado la tioridazina en 2005).
Antipsicóticos atípicos
La clozapina es el fármaco que dio origen a este grupo de nuevos antipsicóticos, que poseen unas propiedades
diferenciales comunes frente a los AT: a) menos propensión a producir SEP, incluida la discinesia tardía (estos
efectos aparecen con dosis mayores a las terapéuticas); b) no producen, en general, un aumento en la
secreción de prolactina; c) parecen más eficaces para controlar los síntomas negativos de la esquizofrenia, y
d) pueden ser eficaces en pacientes resistentes a los AT. Estas propiedades diferenciales parecen deberse a
un menor efecto dopaminérgico y una mayor afinidad por los receptores serotoninérgicos.
Sin embargo, los AA presentan otras reacciones adversas que deben tenerse en cuenta y su utilización
requiere considerar la presencia de factores de riesgo, como la aparición de convulsiones o el aumento de
peso que favorece el incumplimiento del tratamiento.
USOS TERAPÉUTICOS
No se conoce aún el fundamento molecular de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, aunque las
evidencias apuntan a un síndrome multifactorial. Al menos un gen ha sido asociado a la esquizofrenia en
ciertas regiones del mundo, el gen que codifica a la neuregulina 1.
Esquizofrenia y algunos otros cuadros clínicos con alucinaciones, delirio y excitación psicomotora.
Agresividad, manía y excitación, por ejemplo en demencia; en situaciones agudas puede estar
Se administra ciertos antipsicóticos como antieméticos en hipo persistente o en corea de Huntington.
Los psiquiatras prescriben neurolépticos especialmente en cuadros clínicos de esquizofrenia, trastorno
bipolar, paranoia, psicosis orgánicas y funcionales. Existen cuadros clínicos en los que están severamente
contraindicados, tal es el caso de la demencia de cuerpos de Lewy (DCL).