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Hace mucho, mucho tiempo, cuando los erizos aún no tenían púas, el Sol decidió dar una fiesta

una fiesta para

celebrar con los animales su próxima boda. Cuando llegó el día de la fiesta, todos los animales acudieron al palacio del

Sol.

- Vamos amigos, -decía el Sol-. ¡Coman y beban lo que quieran! Pronto voy a casarme y quiero celebrarlo con ustedes.

¡Entren, entren!

Los animales entraron al palacio, y empezaron a comer y a beber. Todos entraron, excepto el erizo que se sentó en un

rincón, sacó una piedra de su bolsillo y empezó a roerla.

Al cabo de un rato, el Sol se acercó al erizo y le dijo amablemente:

- Erizo, ¿se puede saber qué haces con esa piedra?

¿Es que no te gustan estos manjares? Si quieres otra cosa...


¡Oh, no, gran Sol! No quiero nada...

-Amigo erizo -continuó el Sol-. Seré sincero contigo. Me extraña tu comportamiento. No pareces muy contento con mi

próxima boda.

- La verdad, yo.. he pensado y verás... Se me ha ocurrido que hasta ahora tú has sido siempre el único Sol y nos has

dado luz y calor en abundancia. Bueno, a veces, nos das incluso demasiado calor...

Pues bien, como ahora vas a casarte, seguramente nacerán más soles dentro de poco y hará tanto calor que las

plantas se secarán y morirán. Toda la Tierra se convertirá en un gran desierto... Y entonces, ¿que será de nosotros,

los animales? ¿Qué comeremos? ¡Nada! ¡Nada, excepto piedras como ésta!

- Ya entiendo.. .-dijo el Sol.


-Por eso -continuó el erizo-, estoy entrenándome ya con esta piedra...

El Sol quedó serio y pensativo durante un buen rato. Poco después mandó a callar a sus invitados.

- Queridos amigos -dijo el Sol-, siguiendo los sabios consejos del erizo, he decidido no casarme. La fiesta ha terminado.
En ese mismo instante, un gran murmullo se extendió por toda la sala. Los animales, furiosos, clavaron los ojos en el

pequeño erizo y se abalanzaron sobre él. Pero el gran Sol lo escondió entre sus rayos y dijo:

- ¡Márchense! Y les prohíbo que se acerquen al erizo. ¿Entendido?


Los animales no tuvieron más que salir del palacio.

- ¿Ya estás contento, amigo erizo? - preguntó el Sol.

- Sí... -respondió el erizo-, pero en cuanto salga de aquí, todos me molestarán y tú no


estarás para defenderme.

Entonces el Sol, como muestra de agradecimiento, decidió regalarle al erizo una manta de púas puntiagudas para cubrir

su cuerpo.
- Toma, erizo, a partir de ahora nadie se atreverá a tocarte.

Y, en efecto, desde aquel día todos los erizos tienen púas y nadie se atreve a molestarlos, porque el Sol se podría

enojar mucho.
José Manuel de Prada
COMPRENSION DE LECTURA

1. ¿Qué significa ser precavido?

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2. ¿Qué actitud habrías tomado si fueras tú el erizo?

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3. ¿Qué valor rescatas en este cuento?

a) solidaridad b) justicia c) fortaleza

Por qué: _____________________________________________________________

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4. ¿Crees que las razones que dio el erizo son justificadas? Explica.

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5. ¿Cómo calificas la actitud del Sol? Explica.

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6. ¿Qué mensaje te deja la lectura?

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7. Dibuja la parte del cuento que más te ha gustado.

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