¿Se puede llegar a una innovación Latinoamericana?

Por: Ronald Riascos

America Latina está compuesta por 20 países caracterizados principalmente por estar en
el territorio occidental del mundo y extenderse al sur de los Estado Unidos. De igual
manera, estos países de mayor porcentaje habla hispana suelen tener dinámicas
económicas, sociales y tecnológicas parecidas. Lo que implica una manera de ver y
plantear el mundo a partir de una visión similar.

En el libro “Crear o morir” del escritor Argentino Andrés Oppenheimer se puede

verificar por medio de cifras y variables cuantificables datos de diferentes países
latinoamericanos contra potencias como China, Israel, Corea del sur o países de otro
continente frente a asuntos de innovación.

Yo estoy convencido de que las relaciones de poder de países no tienen que ver con el
desempeño económico o financiero, sino, como lo dice el ganador al premio Pulitzer son
debido a la formación crítica que tengan los sujetos de una sociedad determinada. Estas
mentes críticas y creativas no son más que el conjunto de buenas prácticas y educación de
calidad, envueltas en un ambiente de arte y emprendimiento. Cualquier ciudad del mundo
podría cumplir estas características pero existen obstáculos puntuales como la corrupción
y la burocracia.

Ahora bien, en cuanto a opciones que se puedan tener para plantear una idea de
emprendimiento e innovación mayor se plantea en el texto claves para una mejor
estructuración creativa y colectiva. Por ejemplo, pasar de un trabajo manual a uno mental
lo que significa que la evolución y el futuro no está más en la manufacturación o
producción incesante de capital. Está en el trabajo netamente mental. Visto como la
creatividad de invención de tecnologías o de patentes lo que claramente nuestro
continente de habla hispana carece en profundidad.

Estoy de acuerdo con el autor del libro con que Latinoamérica sí tiene talento humano y
creativo, solo que no son explotados o globalizados. El desacuerdo llega en el punto de
afirmar que es por la falta de cultura de registrar patentes. Considero que esa falta de
práctica no es culpa de la mente creativa y del miedo a el fracaso, sino, de un proceso
social que se ha venido llevando a cabo desde años atrás. No es difícil desprenderse de
una industria de falta de oportunidades estudiantiles y de proyecciones diferentes a la
científicas o tecnológicas.

Así mismo, La ciencia no hay que dejarla a un lado. Gracias a los científicos se han
desarrollado tecnologías impensables para una supuesta mejora en la calidad de vida
mundial. El problema radica ya cuando una población de bajo alcance económico no
tiene la capacidad de desarrollar las habilidades educativas o estructurales para poder
crear y compartir con la sociedad, ciudad o incluso país sus ideas. Deberían existir otro
tipo de estrategias que vean estas problemáticas más allá de un supuesto.

A continuación considero necesario centrar la atención a las referencias del texto hacia
Colombia. Pues entre las ciudades más innovadoras se nombra a la capital paisa pero así
mismo haciendo referencia a las pruebas PISA en los últimos puestos se encuentra el país
lo que demuestra aún más la falta de preparación estudiantil y en ciencias básicas. Esta
afirmación que presenta el periodista puede ser interpretada de dos manera. Una que a
pesar de esfuerzos lo esencial es la educación para una mayor innovación y no la materia
prima. Y segundo que los llamados ecosistemas de información a partir del entusiasmo.

Para concluir considero que el texto es una excelente herramienta para cualquier persona
sin necesidad de tener en cuenta la calidad de estudiante. Es principal el objetivo de la
reflexión que se pueda llegar a hacer para que el individuo caiga en cuenta de aspectos
importantes para su vida como la creatividad, colectividad, comunidad, entusiasmo e
imaginación y no solo un trabajo de recolección de información incesante para una
acumulación innecesaria monetaria sin experiencias que puedan llegar a cambiar el modo
de vivir de nuestra sociedad. Si se puede llegar a una innovación latinoamericana, el
problema radica en la pereza de ser diferente al otro.