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Introducción
Los peligros biológicos de origen alimentario incluyen organismos como bacterias,
virus y parásitos. Estos organismos están frecuentemente asociados a
manipuladores y productos crudos contaminados en un establecimiento. Varios de
esos microorganismos están naturalmente presentes en el ambiente donde los
alimentos se producen. Muchos son inactivados por la cocción y otros pueden
controlarse con prácticas adecuadas de manipulación y almacenaje (higiene,
temperatura, tiempo y otras prácticas).
Entre los tres tipos, (biológico, químico y físico), el peligro biológico representa el
mayor riesgos a la inocuidad de los alimentos.
Las bacterias patogénicas, generalmente, son las causantes de ETA. Es normal
encontrar células viables de esos microorganismos en gran parte de los alimentos
crudos. El almacenaje y manipulación inadecuados de esos alimentos pueden
determinar un número significativamente más grande de microorganismos antes
de la cocción, poniendo en riesgo la inocuidad del alimento y la salud del
consumidor. Pese a que los alimentos crudos ofrecen más riesgos, los cocidos
también proveen un medio fértil para el crecimiento rápido de microorganismos, si
no se manipulan y almacenan adecuadamente.
Marco teórico
Los parásitos generalmente son específicos para cada hospedante animal,
incluyendo al hombre en su ciclo de vida. Las infecciones parasitarias están
asociadas a productos mal cocidos o a alimentos contaminados listos para
consumo. El congelamiento puede inactivar los parásitos encontrados en
alimentos tradicionalmente consumidos crudos, marinados o parcialmente cocidos.
Los parásitos que son patógenos para el hombre se clasifican en dos grupos: los
protozoos y los helmintos. Los protozoos son organismos unicelulares cuyo ciclo
de vida incluye una forma vegetativa (trofozoito) y una forma resistente (quiste). El
estado de quiste de estos organismos es relativamente resistente a la inactivación
por medio de los sistemas de tratamiento convencional de agua residual (40). Los
huevos de helminto son un grupo de organismos que incluye los nematodos,
trematodos y cestodos. Las características epidemiológicas que hacen de los
helmintos patógenos entéricos causantes de infección por contacto con agua
contaminada, son su alta persistencia en el medio ambiente, la mínima dosis
infecciosa, la baja respuesta inmune y la capacidad de permanecer en el suelo por
largos periodos de tiempo (22). El estudio de los huevos de helminto a nivel
ambiental ha hecho necesaria la selección de un parásito indicador debido a las
limitaciones en la detección a nivel de laboratorio. Áscaris lombricidas se ha
sugerido como un buen indicador del comportamiento de los huevos de helminto
(46), sus ventajas son:
2. ÁSCARIS LUMBRICOIDES
Los nematodos son gusanos cilíndricos alargados, de simetría bilateral, no
segmentados y con sexos separados. Los nematodos intestinales son las más
frecuentes helmintiasis de nuestro medio. Son transmitidos por vía digestiva y dan
lugar a un parasitismo intestinal por medio del gusano adulto, que en la mayoría
de los casos cursa sin manifestaciones clínicas, lo que explica su gran difusión
(Pumarola, 1991).
En todo el mundo, el ser humano es infectado por Áscaris lumbricoides y Trichuris
trichiura. Los huevos de esos parásitos redondos (nematodos) son "pegajosos", o
sea, se adhieren con facilidad, y pueden ser llevados a la boca por las manos, por
objetos inanimados o por alimentos.
Ascaridiasis y trichuriasis son los nombres de estas infecciones. La ascaridiasis se
conoce como infección por "parásitos redondos largos", y la trichuriasis como la
infección por el "parásito chicote". La infección por uno o algunos Áscaris spp.
Puede no ser aparente, a menos que se observe la eliminación del parásito por las
heces, u ocasionalmente, cuando el mismo se mueve hasta la garganta e intenta
salir por la boca o nariz.
2.1 MORFOLOGÍA
Áscaris lumbricoides es el nematodo más grande que parasita el tubo digestivo. La
hembra mide de 20-35 cm y el macho 15-30 con un ancho de aproximadamente 4
mm. Es cilíndrico con un extremo posterior puntiagudo y uno anterior romo. Los
cordones laterales son muy aparentes y tienen el aspecto de estrías de color
blanquecino que recorren longitudinalmente todo el cuerpo de este nematodo
(Valbuena, 2001). La cabeza está provista de tres labios bien diferenciados que
poseen diminutos dientes o dentículas (Pumarola, 1991). Cada labio tiene
pequeñas papilas gemelas en los bordes laterales, y localizada en el centro existe
una pequeña cavidad bucal de forma triangular que continúa con el esófago e
intestino tubular, terminando en la cloaca sexual en el macho y en el ano en la
hembra (Chester, 1992), (Tay, 1993).
La infección con varios parásitos puede causar neumonitis durante la fase
migratoria, cuando las larvas, que aparecieron en la luz intestinal, ingresan en los
tejidos y, por las corrientes linfática y sanguínea, llegan a los pulmones. En esos
órganos, las larvas salen de los capilares pulmonares e ingresan en los alvéolos,
suben hasta la garganta y bajan hasta el intestino delgado nuevamente, donde
crecen y llegan a medir hasta 30 cm.
La muda (ecdisis) ocurre en varios puntos de ese ciclo y, como característica de
los parásitos redondos, el macho y la hembra adultos en el intestino son
nematodos de quinta etapa. Algunas veces, una leve incomodidad en el tracto
digestivo acompaña a la infección intestinal, pero en niños pequeños con muchos
parásitos puede haber obstrucción intestinal. No todas las larvas o parásitos
adultos hacen el trayecto conveniente a su desarrollo; y aquellos que se desvían
pueden localizarse en diferentes partes del cuerpo y causar complicaciones.
Larvas de especies de Áscaris que llegan a la madurez en hospedantes diferentes
del hombre pueden llegar hasta el intestino humano, y son especialmente
propensas a desviarse de ese órgano. Pueden penetrar en otros tejidos y
localizarse en diferentes órganos y sistemas del cuerpo humano, causando a
veces fiebre y diferentes complicaciones.
Para que los huevos fecundados sean infectantes para el hombre, una vez
expulsados con las materias fecales, deberán permanecer de 3 a 4 semanas en
suelos cálidos y húmedos (Tay, 1993). En este período se desarrolla una larva
móvil de primer estadio que se transforma en larva de segundo estadio bajo
condiciones adecuadas de temperatura y humedad, la cual ya es infectante
(Valbuena, 2001).
2.2 EPIDEMIOLOGÍA
Áscaris lumbricoides es un parásito cosmopolita y el más común de los helmintos.
Se distribuye en las zonas tropicales y templadas del mundo, pero sobre todo en
el medio rural, donde las condiciones socioeconómicas e higiénicas son
deficientes. En México se estima que el 33% de la población está parasitada, y al
parecer sólo el 6% de los infectados presenta parasitosis masiva (Tay, 1993). Los
dos factores principales que mantienen la endemia son las características
favorables del suelo y su contaminación habitual o frecuente con heces. La
ascariasis se presenta en todas las edades, pero más frecuentemente en los niños
debido principalmente a sus hábitos de juego a nivel del suelo, geofagia e
infección oral debido a manos sucias (Chester, 1992).
2.6 TRATAMIENTO
Varios antihelmínticos modernos son más eficaces o menos tóxicos que remedios
populares antiguos como la santonina, el aceite de quenopodio y los cristaloides
de hexilresorcinol (Chester, 1992). Los medicamentos más adecuados contra esta
parasitosis son: la piperazina, el tetramisol, el pirantel y el mebendazol. La
oclusión y perforación intestinal, así como la penetración a apéndice y obstrucción
de conductos biliares, deberán ser tratados quirúrgicamente (Tay, 1993).
2.7 PROFILAXIS
Las medidas de lucha son de tipo ambiental e individual. Entre las primeras se
encuentran la construcción de letrinas, no usar aguas contaminadas para el riego,
cocer las verduras antes de su ingestión y la protección de los alimentos frente a
las moscas. En cuanto a la higiene individual, las manos limpias, uñas cortadas, el
no jugar con tierra, etc. son medidas que hay que inculcar en los niños. La
educación sanitaria en este sentido es de gran importancia (Pumarola, 1991).